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REVISITAR LA MIRADA SOBRE LA ESCUELA: Exploraciones acerca de lo ya

sabido. Sandra Nicastro

Al referirnos a la problematización de la vida escolar estamos pensando en un


trabajo que en lugar de enunciar una serie de dificultades o lo que no está bien, se
propone encuadrarlas en un marco micro social y reconocer a la organización como
un contexto de acción con un espacio y un tiempo particulares y con una tarea
definida qué es la enseñanza. Al problematizar las maneras usuales de mirar, y de
nombrar se impone preguntarnos por las prácticas, por los discursos y las tramas
relacionales de las que formamos parte más allá de los formatos escolares
habituales.
En el mismo acto que explora escenas, tramas y relaciones se explora a nosotros
mismos en tanto somos observadores; quizás resulte la tarea más apasionante la
que se inicia cuando nos movemos del lugar del ideal e intentamos acercarnos a
sensaciones e impresiones.
En tanto intérpretes situados en ese volver a mirar la escuela esperamos
permitirnos mirar qué se mira, cómo se mira para qué y de qué lugar se mira.
Volver la mirada sobre la escuela significa volver también sobre las miradas y sobre
la escucha, sobre operaciones sensoriales que develarán cuestiones ligadas a lo
simbólico y a los vínculos entre unos y otros, entre los proyectos, las ideologías, las
tareas y los propósitos.
Volver a mirar implica un miramiento en el que uno está invitado a sostener sobre
sí mismo, sobre sus trayectorias y sus experiencias. Será necesario apelar a un
ejercicio de desdoblamiento para observarnos desde afuera y encontrar en
nosotros algunas señales.
Desde hace mucho tiempo venimos incluyendo nuestra experiencia como
alumnos, nuestra propia escolaridad lo que hace que por momentos supongamos
que no necesitamos nada más, nuestra experiencia y nuestra formación, para
afrontarnos al desafío del proceso pedagógico y esto Implica hacer una visita, pero
no una visita prolija y guiada de un museo, tampoco pasar de largo como si ya con
lo visto alcanzara; es un encuentro apasionado, es un acercamiento y un juego.

Sobre el significado de revisitar, diremos que implica un “re mirar” un volver a


mirar lo mismo y de la misma manera, volver a mirar lo ya conocido como una
invitación a empezar de nuevo; podemos decir que se puede alterar la comodidad
de quien se sostiene en lo ya conocido, revisitar se liga a la repetición, se trata
entonces de una mirada que vuelve a mirar y una escucha que vuelve a escuchar; la
idea de revisitar está asociada a la de “Volver a empezar” a la de mirar nuevamente
inaugurar una historia nueva sobre la ya empezada.
Revisitar implica desacelerar prácticas en relación con la búsqueda de unidad , es
decir que no se trata de adoptar un único punto de vista que actúe como una
mirada colonizadora sobre los otros sino que se requiere de una mirada con ansias
de descubrimiento, de exploración, que pondrá en duda dogmas y certezas.
Revisitar es verificar, y comporta un adentrarnos en el devenir de espacios, de
tiempos y de tramas, y además supondrá una manera de mirar el presente. El
tiempo es el tiempo vivido y el espacio es el lugar vivenciado; entender de qué
manera este tiempo y espacio guardan cualidades de ser vividos.

“Re mirar” la escuela requiere que se rompa el automático de la vista hacia atrás,
revisitar implica estar preparado para ver rituales y ceremonias en los cuales nos
alojamos como humanos; hablar de revisitar la escuela implica tener disponibles
dispositivos de intervención, diagnosticar procesos de cambio y de
transformación institucional. La intervención implica un “re colocarse” una y otra
vez en espacios, en presencias y miradas, en los momentos agudos de
incertidumbre; la interrogación se convierte en el método esencial. Método de
acción.
Estar comprometido “en” y “a” estar envuelto por el compromiso ideológico,
profesional, histórico, existencial, subjetivo individual y colectivo; revisitar es tomar
parte y actuar.
El uso de los marcos de referencia con potencial de análisis reniegan de posturas
dogmáticas y se proponen como un dispositivo de intermediación entre el sujeto y
su objeto. No nos interesa un marco de referencia del tipo de inventario de
categorías porque más que mostrar, repetir esas categorías, entendemos necesario
que se ofrezca como un esquema de análisis que nos lleve a la acción. El potencial
de analizador a partir del cual se pone al descubierto que los distintos
acercamientos a las situaciones cotidianas y en este caso, el revisitar la escuela nos
conduce necesariamente a confrontarnos con planteos que nos requerirán de
nuevas y viejas lecturas. De aquí que no buscamos marcos teóricos referenciales
que se ajusten sólo a realidades pasadas ya conocidas, sino también a lo que
vendrá.

Otra cuestión a considerar en la preocupación por la inmediatez es interesante


introducir la idea de tiempo diferido, no por posponer o postergar un poco el
tiempo que vendrá sino que de lo que ocurre en la cotidianeidad de la organización
escolar es del orden de lo imprevisto. Diferir implica mediar temporalmente; hacer
otro tipo de espacio en el tiempo y admitir la espera como posibilidad de
transformación. No ocurre de un día para otro, se trata de un marco de referencia
que se construye y se reconstruye continuamente.

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