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FUNDAMENTALES Y CLASIFICACIONES
1.- Referencia al plan.-
El Derecho de cosas trata de los principios de doctrina y
preceptos legales aplicables en su contemplación estática y en
algunas facetas de su dinámica, al ser objeto de negociaciones
jurídicas. Implica, pues, determinar los conceptos de cosa y bien,
clasificar los bienes con base en su naturaleza material y otros
factores (que originan diferenciados estatutos jurídicos), analizar
el poder —pleno o parcial— que puede tenerse sobre ellos,
establecer los modos de lograr esa potestad y decidir la
protección que a ese poder adquirido se confiere.
1 bis.- Denominación.-
En el lenguaje jurídico el tema así reseñado es conocido con
varias denominaciones: Derecho de Bienes, Derecho de Cosas,
Derechos Reales.1
2.- Límites.-
Pertenece al ámbito de las ciencias de la naturaleza (física,
química, biología, etc.) el examen de la estructura material de las
cosas; empero, la separación no implica ausencia de relación; por
el contrario, tal como ya ha sido insinuado, la estructura física con
frecuencia condiciona los principios jurídicos que las gobiernan, al
punto que muchas evoluciones de la regulación tienen su
explicación en los progresos del conocimiento y de las
aplicaciones de las cosas como materialidades.
3.- Función.-
La teoría general de los Derechos reales y de las Obligaciones
constituyen la ordenación para el aprovechamiento de las cosas y
utilización de los servicios en la vida social. Estando aquí el rol
común y fundamental, cada capítulo tiene un asiento o supuesto
de particular fisonomía, del cual recibe influencia y al cual influye.
D.- La apropiabilidad.-
A.- La doctrina.-
Al ser separadas del cuerpo vivo las partes del cuerpo también
se convierten en cosa, pero no son res nullius, sino de aquél de
cuyo cuerpo fueron separadas. Y los contratos que generen la
obligación de separar de sí una parte del cuerpo o de dejársela
separar por otro, sólo son válidos mientras no sean contrarios a
las buenas costumbres (con base en el art. 138 del cód. alemán).
Deben considerarse válidos los contratos gratuitos sobre el propio
cuerpo (para fines científicos); en cambio no los onerosos, que
serían contrarios a las buenas costumbres.
B.- Las legislaciones.-
10.- Conceptos primarios.-
Los anteriores no son más que puntos de partida o elementos
de juicio que pueden conducir a una noción aproximada de las
cosas y los bienes y permiten, con mayores antecedentes,
adoptar criterios y posiciones en situaciones de duda.
1º.- Descripción general.
En esos textos puede verse que hay una regla general y normas
para determinados derechos reales.
Así, como por una parte el derecho real debe ser protegido y,
por otra, las enmiendas a sus goces, cargas y causales de
extinción requieren de pronta aplicación, la solución ha de ser
compuesta (producto de una composición), que es la que adopta
el precepto (aunque sin redacción feliz). Y como existe la superior
vigilancia constitucional, el legislador que decida enmendar los
derechos reales tendrá que tener en cuenta que si su enmienda
es muy profunda, que signifique en el fondo un cercenamiento o
privación del derecho real (por excesiva restricción al goce, por
excesivas cargas o porque las nuevas causales de extinción
importan privación inmediata de su derecho a algunos titulares),
será enfrentado a la Constitución. Si, en cambio, su enmienda no
llega a ese cercenamiento, disponga o no su vigencia en las
disposiciones transitorias, no tendrá dificultad: si lo dispone,
regirán; si no, regirá el art. 12 de la Ley sobre Efecto Retroactivo
de las Leyes.
Y en cuanto a las voluntarias:
Con estas bases pueden ser mejor entendidas las reglas sobre
el cambio legislativo en materia de servidumbres.
Por cierto, han sido las restricciones de titularidad las que han
protagonizado la historia de la vinculación, que —como es fácil
percatarse— influye poderosamente en la vida económica de una
Nación. Tuvo un intenso desarrollo en la Edad Media, al punto
que constituye uno de los elementos que caracterizan la época.
Impuesto (con el Estado liberal) el principio de libre circulación de
los bienes, consagrado en los códigos del siglo XIX, entre ellos en
el nuestro (en el Mensaje y los textos), casi ha desaparecido.
1º.- Protección constitucional.-
2º.- Protección legal.-
2.- Caracteres de la tradición.-
La inscripción de títulos traslaticios constituye la forma de
efectuar la tradición de inmuebles y de constituir o efectuar la
tradición de otros derechos reales sobre inmuebles.
3.- Caracteres de la posesión.-
11.- Advertencia.-
Desde la última época del Derecho romano, el Derecho de
cosas ha sido objeto de una intensa sistematización, que tiene
como uno de sus puntos de partida la agrupación de los bienes
en distintas clases, con base en diferentes criterios.
A.- El origen.-
C.- Su objeción.-
acogió.141
14.- Aplicación.-
La aplicación de esas decisiones normativas de calificar de
cosas (incorporales) a los derechos y atribuir propiedad sobre
ellos presenta en Chile una evolución notable.
15.- Bienes incorporales.-
Avanzando en la construcción del sistema, luego de disponer
(en el art. 565) que las cosas incorporales son los derechos, el
art. 576 dispone que "Las cosas incorporales son derechos reales
o personales".
16.- La subclasificación.-
Conforme a su contenido, los derechos pueden ser clasificados
en patrimoniales y extrapatrimoniales. Los primeros tienen un
contenido económico o pecuniario; los segundos no tienen un
contenido de esa naturaleza, aunque su violación puede generar
consecuencias económicas, indemnización o reparación que se
puede traducir en una prestación económica (en ellos se
distinguen los derechos de la personalidad y los de familia; suele
agregarse los derechos intelectuales en su aspecto moral). 151
A.- El origen.-
D.- El ius ad rem.-
Con todo, tal vez por la gran variedad de hipótesis que han
pretendido ser incluidas (como la mencionada del comprador que
aún no es dueño, la de la prohibición de disponer que está
inscrita, la que emana de la condición resolutoria, 183etc.), los
contornos difusos que históricamente ha exhibido y el efecto
perturbador que introduce en la división bipartita entre derechos
reales y personales, cuya simetría parece tenderse a proteger, le
han restado prestigio en la doctrina. Por esas objeciones, unidas
a la falta de recepción legislativa y otras explicaciones, en la
actualidad no puede constatarse un regreso auspicioso, aun en
aquella aludida nueva vertiente. Todavía puede concluirse, pues,
que presenta escasa aceptación doctrinaria.184
Así, por ej., cuando para las diferencias entre derecho real y
personal es destacada la inmediatez (que en los reales el poder
sobre la cosa es inmediato, en cambio en los personales es
mediato, a través de la conducta del deudor), es apuntado que en
los derechos reales de garantía esa inmediatez no es clara; no es
tan evidente que haya una relación inmediata entre el acreedor
hipotecario o prendario y la cosa; surge entre ambos la presencia
del dueño de la cosa (que podrá ser el mismo deudor o un
tercero). La característica de la perpetuidad, que es atribuida a los
derechos reales, en los de garantía no se presenta (se extinguen
con el crédito garantizado); etc. Esta circunstancia ha conducido
incluso a discutir el carácter real que se atribuye a los derechos
reales de garantía. Pero esa naturaleza real que se les reconoce
ha sido firmemente defendida.199
I.- Corolario.-
19.- La acción.-
Siguiendo la nomenclatura y los conceptos clásicos, luego de
definir el derecho real y el derecho personal, el código declara
que de ellos nacen, respectivamente, las acciones reales y las
acciones personales (arts. 577 y 578). En el Derecho adjetivo
contemporáneo es muy discutido, y más bien negado, que la
acción emane del derecho (en todo caso, el análisis jurídico de la
acción es materia del Derecho procesal).239
2) MUEBLES E INMUEBLES.
22.- Formulación.-
"Las cosas corporales se dividen en muebles e inmuebles"
(art. 566).
23.- Aplicación.-
En el Derecho positivo son innumerables las disposiciones que
aplican la distinción; serán consignadas algunas contenidas en el
código, muchas de las cuales constituyen expresión de la
importancia que ese texto atribuye a los inmuebles.
26 bis.- La identificación.-
Para varios efectos, pero sobre todo para la celebración de
actos y contratos sobre los bienes corporales, muebles e
inmuebles, conviene formular un alcance sobre su identificación.
En los muebles su identidad es establecida mediante su
descripción física en sus rasgos más destacados; por costumbre
o por regulación especial algunos tienen ciertos datos de
identificación o de su pertenencia estampados en el propio objeto
(como en ocasiones los animales, que —cada vez menos—
suelen ser "marcados", los vehículos motorizados, joyas, obras de
arte, etc.).
27.- Conceptos.-
Medios de producción son bienes destinados a producir otros
bienes. Bienes de consumo son los destinados directamente a la
satisfacción de necesidades personales.
28.- Conceptos.-
Por su naturaleza, esta clasificación es aplicable sólo a los
bienes muebles. Está confusamente contenida en el art. 575 del
código.
29.- Conceptos.-
En rigor físico, toda cosa es única; tiene caracteres que la
distinguen de las demás (en análisis microscópico, un billete de
papel moneda —un ejemplo de profunda igualdad— no es
idéntico a otro). Pero en la valoración social hay cosas que,
siendo muy semejantes, se tienen por idénticas porque se tiene
igual interés en una que en otra, o, en otros términos, porque se
prescinde de las mínimas diferencias existentes. Así, la noción
jurídica de fungibilidad deriva de lo que cierta doctrina ha llamado
una "identidad económico-social": una actitud compartida en la
comunidad de que dos o más objetos son "iguales", prescindiendo
de diferencias tenidas por insignificantes. Esa consideración como
idénticas es objetiva; como lo indica la expresión, es la comunidad
la que las tiene por idénticas, a diferencia de una consideración
individual o de dos partes al negociar (que genera una
fungibilidad subjetiva, de la que se tratará pronto). En la
fungibilidad (objetiva) la valoración individual queda sustraída. 279
30.- Consumibilidad y fungibilidad.-
Generalmente las cosas consumibles son al mismo tiempo
fungibles (así ocurre, por ej., con la mayoría de los alimentos);
pero ambos caracteres no van necesariamente unidos. Hay
bienes consumibles no fungibles (como una bebida exclusiva,
cuidadosamente preparada). Y hay bienes fungibles no
consumibles objetivamente (como los libros de una misma
edición, las varias reproducciones de una obra de arte). Entonces,
sólo puede afirmarse que a menudo concurren ambos caracteres,
pero son independientes.
31.- Fungibilidad subjetiva.-
Sin aceptación unánime, ha sido propuesta una acepción
subjetiva de la fungibilidad. Conforme a ella, dos o más cosas son
subjetivamente fungibles cuando, no siéndolo objetivamente, se
les atribuye igual valor económico y de uso y, en todo caso, igual
poder liberatorio, sin que intervenga el valor de afección (tal
ocurre, por ej., cuando alguien, habiendo comprado un automóvil,
acepta recibir en pago una camioneta).282
32.- Conceptos.-
Bienes principales son los que tienen existencia independiente,
sin necesidad de otros. Bienes accesorios, los que están
subordinados a otros sin los cuales no pueden subsistir (el suelo
es un ejemplo de la primera clase; los árboles, de la segunda).
34.- Conceptos.-
Físicamente, todas las cosas corporales son divisibles, y es
conocido el avance de las ciencias naturales en la búsqueda de la
unidad mínima de materia.
35.- Conceptos.-
Son bienes singulares los que constituyen una unidad, natural o
artificial. Son bienes universales (o universalidades) las
agrupaciones de bienes singulares, que no tienen entre sí una
conexión física, pero que, relacionados por un determinado
vínculo, forman o son consideradas una unidad.
39.- Confrontación.-
Sin perjuicio de discrepancias específicas, es posible percibir
algunas diferencias entre universalidad de hecho y de Derecho.
39 bis.- La legislación.-
Los códigos del siglo XIX generalizadamente omiten una
regulación de las universalidades, al menos orgánica y
sistematizada; suelen contener sí algunas normas alusivas o que
implícitamente reconocen la distinción entre bienes singulares y
universales y entre las dos clases de universalidades (así, por ej.,
el cód. argentino que ahora llamamos antiguo, reconociendo la
distinción —que llama universalidades de bienes y de cosas—
admite la reivindicación para las universalidades de hecho
(art. 2764).305
40.- Conceptos.-
Según su estructura, los bienes pueden ser simples o
compuestos (o complejos). Bien simple es el que tiene una
estructura uniforme y no admite divisiones en partes que
adquieran propia individualidad.
41.- Conceptos.-
Atendiendo a la existencia real de los bienes al momento de
crearse una relación jurídica, pueden ser clasificados en
presentes y futuros. Es también, como se ve, una clasificación
puramente jurídica, porque en la realidad sólo son bienes los aquí
llamados presentes.
Son muchas y de variada naturaleza las cosas que por ley están
sometidas a prohibiciones o restricciones de su comercio; armas,
productos químicos explosivos o tóxicos, medicamentos,
estupefacientes, objetos del patrimonio cultural (pinturas,
esculturas, documentos de valor histórico o artístico, objetos de
valor arqueológico, etc.), bienes del patrimonio natural (especies
animales o vegetales protegidas, etc.).
43.- Conceptos.-
Relacionada con la clasificación precedente, ahora en base
exclusivamente al dominio se distingue entre bienes apropiables e
inapropiables, según sean o no susceptibles de propiedad.
Son inapropiables las cosas comunes a todos los hombres
(antes calificadas de absolutamente incomerciables).
46.- Nomenclatura.-
En el Derecho chileno son denominados "bienes privados" (o
"bienes particulares") a los bienes de dominio de los particulares,
y "bienes públicos" o "nacionales" a los de la Nación toda,
subdistinguiéndose en éstos los "bienes nacionales de uso
público" (o "bienes públicos") y los "bienes del Estado" (o "bienes
fiscales") (el art. 589 del CC. también establece esta
clasificación).311Estas distinciones pueden continuar: el examen
de los bienes nacionales de uso público es emprendido
agrupando varios "dominios" (terrestre, aéreo, fluvial y lacustre, y
marítimo) que serán descritos a continuación.
47.- Conceptos.-
Bienes privados son los que pertenecen a los particulares
(personas naturales o jurídicas). Bienes públicos o nacionales son
"aquellos cuyo dominio pertenece a la Nación toda" (art. 589). El
estudio de la regulación de esta clase de bienes corresponde a
las disciplinas del Derecho público.312
Por último, hay que admitir que tratándose de bienes del Estado
o fiscales es más factible la incorporación al Registro y, de hecho,
al menos entre nosotros, así parece acontecer
(v. también infra Nº 134).
a.- Las Constituciones.
2º.- Textos considerados.
5º.- Rasgos comunes.
8º.- La expropiación.
Son muchas las Constituciones (pero siempre del siglo XX) que
formulan una especial referencia a la protección del ambiente y,
señaladamente, de los recursos naturales. Suele constituir una de
las aplicaciones de la función social, aunque en ocasiones es
tratada separadamente. Más aún, para los recursos naturales a
veces es impuesta una regla extrema: su dominio colectivo.
Pueden ser mencionadas, por ej., las Constituciones de Alemania
(art. 15, vinculando la protección a la función social y dejando
como expresa posibilidad la de llevar los recursos naturales y el
suelo a la propiedad colectiva); Francia (art. 34, aunque sólo para
entregar la regulación a la ley); Suiza (art. 78, que simple, pero
reiteradamente ordena proteger la naturaleza); Portugal (arts. 93,
vinculando la protección a la política agraria, y 80, que permite
llevar los recursos naturales a la propiedad pública); Brasil
(art. 186, como concreción de la función social); Chile (art. 19,
como concreción de la función social, que es aplicable —por
declaración expresa— a la conservación del patrimonio
ambiental); Colombia (art. 58, como concreción de la función
social); Ecuador (arts. 66 y 323, como concreción de la función
social); México (art. 27, como concreción de la función social);
Paraguay (art. 116, vinculando la protección a la política agraria).
En este ámbito hay que dar cuenta también que desde hace
tiempo (en Chile sobre todo en las últimas décadas) se han
venido celebrando profusamente Tratados para la protección de
inversiones extranjeras, destacadamente bilaterales (conocidos
internacionalmente por la sigla BIT: Bilateral Investment Treaty).
En ellos (los suscritos por Chile tienen mayoritariamente un
contenido semejante) cada Estado queda comprometido: a
respetar la propiedad de los bienes y derechos que constituyen la
inversión (consistente en muebles, inmuebles, créditos,
ganancias, propiedad intelectual e industrial, remuneraciones,
etc.) de una persona natural o jurídica nacional del otro Estado
contratante, dejándola sometida, sin discriminación, a la
legislación común, frecuentemente con cláusula del trato más
favorable; y, particularmente en la materia expropiatoria, a
justificarla por causa de interés público y con el pago de justa,
íntegra y oportuna indemnización, con base en los valores de
mercado, y con posibilidad de reclamo ante los tribunales
ordinarios (Chile ha suscrito Tratados de esta naturaleza con
muchos países, mayoritariamente latinoamericanos y
europeos). 358
Los códigos del siglo XX no llegan a innovar respecto de los del
siglo anterior en cuanto a la estructura del concepto; mantienen la
orientación analítica, girando en torno a una enumeración de
atributos del dominio. Sólo que —generalizadamente— añaden
una referencia expresa a la función social y a la posibilidad
extrema de la privación del dominio mediante la expropiación por
causa de utilidad pública, lo cual no era frecuente en los códigos
decimonónicos.
1º.- Encíclicas.
c.- La protección.-
De las zonas, hay algunas que, más que creadas por el hombre
(planificador) son "respetadas" por él, por diversas
consideraciones (como las "zonas de protección natural",
"protección costera", en el objetivo de preservación de la
naturaleza a la que recién se hizo referencia;
v. supra Nº 57 ter). 484
Ese uso genérico puede ser cambiado; como aquí no hay Plan,
el cambio no puede referirse sino al que solicite el propietario
respecto de su predio (a diferencia de lo que acontece —como se
dijo— en el ámbito urbano). Ese cambio tiene sí una mínima
regulación, vinculada a la construcción. Mientras nada se
construya, no se requiere autorización para cambiar el uso (por
ej., de estarse desarrollando una actividad agrícola, ganadera o
forestal, puede cambiarse a la extracción de áridos). Si lo
pretendido es edificar es necesario obtener la autorización para el
cambio de uso (y esta autorización es previa a la que sigue
siendo necesaria: la autorización de la Dirección de Obras
Municipales, DOM., para la respectiva edificación). Se requiere
autorización de la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de
Agricultura, cumplidos ciertos requisitos; entre ellos la
presentación de un plano (arts. 55 y 56 de la LGUC. y reglas de la
OGUC.). Con los informes favorables de ciertas otras
instituciones, la Seremi emite una resolución autorizando el
cambio de uso y certifica esa autorización en el plano. Con la
resolución y el plano certificado el propietario acude a la DOM. y
solicita la autorización para edificar. Hay sí ciertas obras cuya
ejecución no requiere del cambio de uso.486
Por otra parte, dentro del límite urbano puede haber predios
rústicos. Esto implica afirmar que un predio puede ser al mismo
tiempo urbano y rústico; es urbano, porque está ubicado dentro
del límite urbano; y es rústico porque está destinado a uso
agrícola, ganadero o forestal; ya se ha dicho (v. supra Nº 26) que
aquí hay dos clasificaciones, cada una con su propio factor:
rústico y no rústico (con base en la función o rol); urbano y rural
(con base en su ubicación geográfica respecto del límite urbano).
Como el Plan Regulador asigna uso a todo el suelo urbano (y
dentro de los usos no está el rústico), entonces, si un predio
urbano en el hecho (en la realidad) está destinado a un uso
rústico (está destinado a una actividad agrícola, ganadera o
forestal), como está sometido a todas las normas del suelo
urbano, mientras su dueño en nada innove puede continuar
destinándolo al uso agrícola, ganadero o forestal (y puede
efectuar cambios dentro de las alternativas rústicas: de agrícola
puede cambiarlo a ganadero, etc.); pero si quiere edificar, ha de
someterse al uso que corresponde a la zona en que está ubicado,
conforme al Plan.
Nótese que los predios que durante el imperio del texto actual
nunca han sido divididos, si bien igualmente no pueden cambiar
de uso salvo que lo pidan y obtengan (como ya se dijo), no tienen,
sin embargo, la prohibición legal expresa y, por lo mismo, ninguna
en sus títulos. Desde la dictación del DL. 3.516 el predio que es
dividido recibe la mencionada prohibición (legal) expresa (y que
además queda estampada en la escritura con que es iniciada la
enajenación).
D.- La edificación.-
62.- Algunas clasificaciones.-
En el tratamiento de la propiedad la doctrina formula diversas
clasificaciones, según diversos criterios.
63 bis.- Zonas fronterizas.-
Puede ser llamada zona fronteriza el área contigua al límite
territorial del Estado.
2.- Zonas fronterizas.
1º.- Entre los absolutos, los hay con y sin voluntad del dueño, y
hay algunos que pueden serlo con o sin ella.
b.- El abandono.
c.- El comiso.
CAPÍTULO II
LA COPROPIEDAD
66.- Descripción general.-
En la doctrina y en los textos legales es perceptible un frecuente
desorden en el empleo de varios términos relacionados con esta
materia: "indivisión", "comunidad", "condominio", "copropiedad".
67.- Regulación.-
En cuanto a la sistemática, en los códigos del siglo XIX hay
dispersión.
68 bis.- Administración de la comunidad.
a.- Apreciación general; el acto de administración.
b.- Administración por todos los comuneros; el ius
prohibendi; los actos conservativos; el mandato tácito y
recíproco; las acciones judiciales. c.- Derechos y
obligaciones; uso, goce y "cese del goce gratuito".
d.- Responsabilidad. e.- Otros administradores.-
a.- Apreciación general; el acto de administración.
Con la preferencia romana, de situación eminentemente
transitoria, la administración de la comunidad estaba dirigida
principalmente al mantenimiento de la integridad de los bienes
comunes, para garantizar el interés individual de cada comunero.
d.- Responsabilidad.
e.- Otros administradores.
69.- Clases de indivisión.-
a.- Según el objeto sobre el que recae, puede haber comunidad
sobre una universalidad o sobre una cosa singular. Es ésta la
única clasificación que reconoce el código (arts. 1317 y 2304).
70.- La cuota.-
Con la concepción romana, en nuestros textos los derechos y
obligaciones de los comuneros en la cosa común son precisados
a través de la noción de cuota o cuota-parte. Es la porción ideal,
determinada o determinable, que cada comunero tiene en el
objeto de la comunidad. Estas cuotas pueden ser iguales o
desiguales; a falta de prueba en contrario han de entenderse
iguales (arts. 1098, 2307). La cuota es expresada en fracción o
porcentaje (un tercio, un cuarto, veinte por ciento, etc.).
71.- La coposesión.-
Se ha dicho que la coposesión es a la posesión, en los hechos,
lo que la copropiedad es a la propiedad en el Derecho.
a.- Tiempo compartido.
b.- Cementerios.
Como es sabido, en el país la pertenencia de los cementerios
evoca influyentes episodios de la vida nacional, gestados sobre la
inmediata circunstancia de que desde sus comienzos y por mucho
tiempo su organización y funcionamiento estuvieron vinculados a
la Iglesia Católica.
PÁRRAFO I
B.- Alternativas.-
2.- El solo contrato.-
e.- Otros inconvenientes.-
1º.- El efecto personal y la teoría del riesgo.
Pero, por otra parte, hay otro objetivo que también debe ser
atendido por el ordenamiento: la equidad de las transacciones.
Esta finalidad puede conspirar contra la aludida seguridad porque
el examen de la calidad jurídica de la celebración y ejecución de
los negocios en ciertas circunstancias puede aconsejar su
destrucción o ineficacia.
d.- La resciliación.
Como es sabido, aparte de la escueta alusión formulada por el
art. 1567, la resciliación entre nosotros carece de regulación. En
estas circunstancias, en su funcionamiento práctico parece
propicio aplicarle los postulados descritos, resolviendo que entre
las partes podrá dejarse sin efecto el contrato, pero respetándose
lo adquirido por terceros de buena fe a título oneroso. 783
E.- Síntesis y proposiciones.-
74.- Clasificaciones.-
En la doctrina han sido formuladas varias clasificaciones de los
modos de adquirir. Conviene reparar en que algunas no recaen
en el modo sino en el título que le precede.
75.- Aplicación.-
Hasta aquí los modos de adquirir han sido aplicados a la
adquisición del dominio, pero mediante ellos pueden ser
adquiridos también los otros derechos reales y aun derechos
personales (créditos).
PÁRRAFO II
LA OCUPACIÓN
78.- Descripción general.-
En un sentido jurídico amplio hay ocupación cuando alguien
aprehende una cosa mueble con ánimo de dueño (se apropia de
ella). Con esta aprehensión es adquirida la posesión de la cosa; y
para que sea adquirido el dominio es necesario que la cosa sea
susceptible de propiedad privada y que actualmente carezca de
dueño (que sea res nullius). Si la cosa tiene dueño, la
aprehensión, que confiere al ocupante la posesión, puede
conducir al dominio mediante otro modo de adquirir: la
prescripción adquisitiva.
78 bis.- Estructura y aplicación.-
Sustancialmente es una aprehensión con ánimo de dueño. Y
para ser aplicado (al menos entre nosotros) deben cumplirse otras
exigencias.793
78 ter.- Clases.-
Teniendo en cuenta las cosas que pueden ser adquiridas por
ocupación, es antigua la distinción que formula la doctrina entre
ocupación de cosas animadas y ocupación de cosas inanimadas.
Junto a ellas, las legislaciones suelen regular la situación de las
especies al parecer perdidas y de las especies náufragas.
80 bis.- Tesoro.-
El código dedica varios preceptos al tesoro, que incluye como
una especie de hallazgo. Y lo define: "Se llama tesoro la moneda
o joyas u otros efectos preciosos que elaborados por el hombre
han estado largo tiempo sepultados o escondidos sin que haya
memoria ni indicio de su dueño" (art. 625).802
Sobre la base de que, por una parte, las cosas son fuente de
riqueza y bienestar y que con un dueño son más y mejor
aprovechadas y, por otra, que suelen causar daño y entonces es
necesario identificar a su titular para que, atribuyéndose
responsabilidad, el perjudicado pueda obtener su indemnización,
si la cosa aparece ostensiblemente desvinculada de su dueño
(con duda entre abandono y extravío) hay un interés público en
definir su suerte. Así, parece conveniente desencadenar un
procedimiento que genere un desenlace sobre su titularidad; y
este procedimiento debe conciliar aquel interés con otro, el del
respeto a la propiedad privada (particularizada en quien extravió
la especie).
C.- Los elementos.
D.- Los efectos.
80 quáter.- Especies náufragas.-
Conforme al art. 635, son llamadas especies náufragas los
objetos que proceden de una nave que naufraga, consistentes en
los fragmentos de ella, efectos pertenecientes al aparejo o carga y
las cosas que son arrojadas al mar para aliviar la nave en una
emergencia (como el temor de naufragio, intento de
apresamiento, etc.).
80 quinter.- Captura bélica.-
Normas sobre la guerra vienen al menos desde Roma; por
cierto, tenía muchas, construidas por quienes no cesaban en
expandir un Imperio (por eso, la captura bélica era todo un modo
de adquirir el dominio; para los romanos la captura bélica era el
más legítimo y más sólido de los modos de adquirir el dominio). 841
Las normas que un Estado destine a situaciones de guerra
deben ser cotejadas con las contenidas en Tratados
internacionales que el respectivo Estado tenga suscrito con otros
(por lo mismo, el estudio de este capítulo pertenece al Derecho
internacional). Implantadas en un código civil, quedan como
Derecho interno, unilateral ante el conflicto entre Estados y, por lo
mismo, con posibilidades de ser respetadas sólo mediante un
Tratado.
PÁRRAFO III
LA ACCESIÓN
b.- Fruto y producto.-
83.- Clases de frutos.-
El art. 643 dispone que "los frutos son naturales o civiles".
d.- Las crías.-
Sobre la base de que son cosas y que, por tanto, les han de ser
aplicadas sus reglas (lo que es discutible, para lo cual
v. supra Nº 7), es claro que las crías son frutos naturales (el
código los menciona en el inc. final del art. 646).868
Podrá también ser traída a examen la regla del art. 907 del CC.,
que confiere los frutos al poseedor de buena fe. Pretendiendo
obtenerse conclusión favorable al deudor, se dirá entonces que,
estando el deudor de buena fe, no debe pagar ese fruto civil
llamado interés. Pero la norma no es aplicable a una deuda
dineraria (fruto civil). En primer lugar, porque, tal como lo ha
entendido siempre la doctrina, está dispuesta para los frutos
naturales (el precepto se está refiriendo a la reivindicación de
cosas corporales y todo su contexto está referido a los frutos de
esa clase). Por otra parte, la atribución de los frutos (naturales) al
poseedor de buena fe se explica en que el poseedor, con su
convicción de ser el dueño de la cosa: sufragó los gastos de su
conservación, la habrá defendido de eventuales agresiones y
asumió los riesgos inherentes a su titularidad, nada de lo cual es
factible en la situación de la deuda dineraria. Además, en cada
caso concreto permanece el dato de que desde el mismo
momento de generarse la deuda el deudor ha tenido conciencia
de la titularidad del crédito o, al menos, la duda. A este último
respecto, nótese que el art. 907 da por terminada la vigencia de la
norma desde la notificación de la demanda (interpuesta por el
reivindicador que resultó triunfante), por la circunstancia de que
desde entonces el poseedor (que resultó vencido) ya no podía
tener la convicción plena de ser dueño; al menos tendrá la duda,
y esa duda basta al legislador para detener ahí la atribución
fructuaria.
87.- Reglas especiales.-
Hay muchas normas relativas a los frutos en otras secciones del
código: en usufructo, uso o habitación, reivindicación,
compraventa, arrendamiento, comunidad, anticresis, sociedad
conyugal, etc.
Por otra parte, hay varias situaciones en las que los frutos
(naturales) pertenecen a persona distinta del dueño de la cosa
fructuaria (anunciadas en el art. 646).
a.- El poseedor de buena fe.-
b.- El usufructuario.-
c.- El arrendatario.-
e.- Otras situaciones.-
Así, los frutos civiles se devengan día a día para quienes tienen
derecho a ellos, a pesar de que su pago tenga lugar en distintos
períodos de tiempo; a diferencia de los frutos naturales a los que,
según se ha visto, se tiene derecho desde su manifestación (en el
caso del propietario) o desde su percepción (en el caso de los
terceros que tengan derecho a ellos); esto sin perjuicio de las
normas especiales que existen sobre la materia. 892
88.- B.- Accesión continua.-
Es llamada también "por incorporación" o "unión" o "accesión
propiamente tal". Según el art. 643 "es un modo de adquirir por el
cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo que se junta a ella".
A.- Aluvión (arts. 649 a 651).-
B.- Avulsión.-
Las respuestas extremas son estas dos. Por una parte, puede
sostenerse que no hay autonomía; que el inmueble es uno solo,
el principal, ahora con un accesorio que es la isla o parte de ella;
la accesoriedad, que funda la adquisición, continúa funcionando y
siempre el bien adquirido irá con su principal, al que pertenece.
Por otra, puede sostenerse que hay una completa autonomía
predial; si bien el modo de adquirir ha sido la accesión, es para
definir a quién pertenece, pero, adquirida (el todo o parte), ha
ingresado al patrimonio del dueño del predio por el que llegó a su
dominio, pero constituye otro predio, segundo. Es lo que por
nuestra parte estimamos.
A.- Adjunción.
Téngase presente que este criterio del valor tiene una fuerza
atenuada. Para que se aplique (y no se transite al siguiente), no
basta cualquier diferencia de valor, por leve que sea; debe ser
significativa ("mucho más", lo que es reafirmado en la regla
siguiente). Si hay diferencia, pero leve, ha de aplicarse la regla
que sigue.
B.- Especificación.
C.- Mezcla
PÁRRAFO IV
LA TRADICIÓN
I.- Descripción general
93.- Concepto y textos.-
Con antecedentes en el Derecho romano, desarrollados en la
Edad Media,981para la transferencia de bienes, el CC. —como se
ha dicho— establece la dualidad título y modo de adquirir
(v. supra Nº 73). Es en la aplicación del modo tradición en donde
se observa con particular claridad ese régimen, y en una opinión
el único en el que la dualidad tiene lugar, como se dirá.
94.- Caracteres.-
a.- Es un modo de adquirir derivativo. El adquirente deriva su
dominio de otro sujeto, el tradente, a diferencia de otros modos de
adquirir, como la ocupación. 983Siendo derivativo, este modo no
transfiere al adquirente más derechos que los que tenía el
tradente y, concretamente, si éste no era dueño de la cosa
tradida, no lo será el que recibe ("nadie puede transferir más
derechos que los que tiene"; arts. 682 y 683).
95.- Aplicación.-
Su vigencia en el tráfico jurídico es intensa. La aplicación diaria
del contrato de compraventa trae como consecuencia directa la
de la tradición de los objetos vendidos, en cumplimiento del
contrato.
Por otra parte, mediante este modo pueden ser adquiridos tanto
el dominio como los otros derechos reales (art. 670 inc. 2º) y los
derechos personales (art. 699). En este sentido, la ocupación y la
accesión aparecen como modos de aplicación más restringida.
Pero, aparte de algunas dificultades que presenta la tradición de
las cosas incorporales, como se irá viendo aquí, el tenor del
art. 670 inc. 2º termina siendo matizado, porque lo que se dice del
dominio no puede ser extendido pura y simplemente a las cosas
incorporales, atendida su naturaleza. Además, su amplitud es
menor de lo que parece (por ej., el derecho de uso y habitación,
por norma del art. 819, no puede ser transferido). Por eso es que
no es correcto el art. 686 inc. 2º cuando se refiere a la tradición
del uso; se trata más bien de una inscripción para su constitución.
Tampoco pueden ser tradidos los derechos de servidumbre,
prenda e hipoteca, porque son derechos accesorios; se
transfieren con los respectivos objetos sobre los que recaen.
Pero, en todo caso, esta distinción entre constitución y
transferencia (mediante tradición) tiene su entredicho, al que se
aludirá más adelante (v. infra Nº 219 y nota).
96.- Entrega y tradición.-
En la definición del art. 670, el CC. prescribe que la tradición
consiste en la "entrega". Efectivamente, el elemento central, que
da consistencia a la tradición, es la entrega del objeto tradido.
Pero también hay entrega (material) sin que se llegue a configurar
la tradición. Cuando la entrega es efectuada con intención de
transferir el dominio, queda configurada la tradición. Esa intención
que concurre en la tradición es manifestada también en el título
del que la tradición es consecuencia; el título es llamado "título
traslaticio de dominio", como la compraventa, la permuta, la
donación, el aporte en propiedad a una sociedad, etc. Si lo que ha
sido pactado es, por ej., un contrato de arrendamiento o un
préstamo de uso (comodato), la entrega será efectuada sin la
intención de transferir el dominio, y el título mismo, llamado "título
de mera tenencia", demuestra que la entrega, simple entrega
material, es efectuada para conferir al que recibe sólo la mera
tenencia de la cosa. En suma, con la intención de transferir el
dominio se está en presencia de tradición; sin esa intención, la
entrega es una simple entrega material.
97.- Pago y tradición.-
Ya se ha dicho que generalmente la tradición constituye un pago
(v. supra Nº 94, b.), pues el tradente la efectúa porque se obligó a
ello en un título precedente. Esto conduce a relacionar las
disposiciones de este modo de adquirir con las reglas del pago
(arts. 1568 y sgts.). Entonces, respecto a los requisitos que deben
concurrir en quienes celebran la convención, deben tenerse
presente los arts. 1575 y 1578 Nº 1 del CC.
II.- Requisitos
106.- 4. Entrega.-
Más que un requisito, la entrega es en realidad el elemento
sustantivo de la tradición, alrededor del cual han de cumplirse las
demás exigencias anotadas; básicamente, consiste en la entrega.
III.- Efectos
111.- Retroactividad.-
Si el tradente no era dueño de la cosa que ha entregado y
posteriormente adquiere el dominio de ella, la transferencia al
adquirente se entiende producida desde el instante en que fue
efectuada la tradición (art. 682 inc. 2º, en concordancia con el
art. 1819 en la compraventa). El precepto es de evidente
conveniencia práctica, pero no muy satisfactorio en estricta lógica
porque, siguiendo una secuencia en el tiempo, resulta que, como
al efectuar el tradente la tradición el verdadero dueño no perdió
su dominio sobre la cosa entregada, se produce una
superposición de dominios. Si el 1 de enero alguien efectúa a otro
la tradición de una cosa ajena y el 30 del mismo mes el tradente
adquiere el dominio de aquella especie, se entiende que el
adquirente es dueño de ella desde el 1 de enero; pero, como el
primitivo dueño lo siguió siendo hasta el 30 de enero, resulta que
durante ese mes dos sujetos, sin convención y autónomamente,
habrían sido dueños del mismo objeto.
113 bis.- Prueba de la tradición.-
Considerando la importancia que tiene en un caso concreto
demostrar que la tradición de cierto objeto fue efectuada, deben
ser examinadas las reglas sobre su prueba.
114.- Distinción.-
Al consignar normas de muy distinto contenido respecto de
formas de efectuar la tradición, diferenciadas especialmente para
muebles e inmuebles, la legislación nacional obliga a la
exposición separada, como es decisión universal.
115.- Referencia a la evolución.-
Según ya se dijo (supra Nº 73), los orígenes de nuestro sistema
del título y el modo surgen en el Derecho romano; también fue
añadido que en la evolución, que culminó en un cambio, influyó el
desarrollo de las tradiciones fictas, las cuales —inevitables—
siempre han estado presentes en el funcionamiento del sistema.
Así, el CC., al igual que otros que siguen el mecanismo, permite
variadas formas de efectuar la tradición, que se apartan de la
forma fundamental de entrega material, entre las que debe
mencionarse la más inevitable, la de inmuebles.
Puede notarse que aquí hay una especie de tradición por el solo
contrato, al ser convenida la estipulación en que el tradente
queda encargado, lo que puede acaecer en el mismo título (venta
u otro), quedando desde entonces el tradente con la cosa como
mero tenedor (como se verá, esta forma es similar a la
contemplada en el Nº 5 siguiente).
119.- Principio.-
Examinadas las diferentes formas de tradición ficta es
perceptible la idea constante de que, en virtud de ellas, el
adquirente queda en la posibilidad de disponer de inmediato de la
cosa tradida; la cosa está a su disposición. Aun en el caso de que
quede materialmente en poder del tradente, como en el constituto
posesorio, él queda sólo como mero tenedor, y si el adquirente no
puede aún disponer de la cosa materialmente, jurídicamente
dispuso, en el acto mismo, al aceptar que quedara en poder del
tradente, por un acto voluntario suyo (sobre la prueba de la
tradición, v. supra Nº 113 bis).
120.- Tradición de muebles por anticipación.-
El art. 685 establece una regla general para la tradición de esta
clase de bienes (inc. 1º). El precepto está en relación con el
art. 571, pero no hay conflicto entre ellos (como parece
desprenderse de un fallo),1027porque tratan materias diferentes: el
art. 571 califica de muebles ciertos bienes, que son llamados
muebles por anticipación (v. supra Nº 24); en tanto que el art. 685
inc. 1º establece la forma en que es efectuada la tradición de
estos bienes. El texto regula una forma de tradición real, al
prescribir que la tradición se verifica en el momento de la
separación de estos objetos. Para que valga como tradición, es
necesario que esa separación sea efectuada "con permiso del
dueño"; ahí está, precisamente, la voluntad del tradente. 1028
122.- Valor comparativo.-
Ha sido discutido el igual o diferente valor que ha de ser
atribuido a estas dos formas —real y simbólica— de efectuar la
tradición. Por cierto, las formas fictas proporcionan más ocasiones
para el conflicto al producirse el cambio de dominio sin los signos
externos que implica el desplazamiento físico de la cosa tradida.
Puede ocurrir que un tradente efectúe una tradición ficta y luego
la real, de la misma cosa, a diferentes personas (X vende a Y un
mueble, y se acuerda que X lo conservará en su poder como
arrendatario; posteriormente, lo vende nuevamente a Z y le
efectúa su tradición real).1034
Es lo que preferimos.
127.- Organización y funcionamiento.-
La organización y el funcionamiento del Registro están
consignados en el Reglamento y en el COT. (arts. 446 y sgts.).
139.- Cancelaciones.-
Jurídicamente, cancelar es dejar sin efecto.1131
1136-1137
Pero debe tenerse presente que las reglas de la nulidad del CC.
y su distinción entre absoluta y relativa están destinadas a los
actos sustantivos civiles; y aquí se trata de defectos perpetrados
en la construcción de una "forma", distinta de la sustancia que es
el acto al que se refiere. En su conjunto, la inscripción puede ser
calificada de forma compleja, constituida a su vez por varias
formas específicas, a las que, al menos directamente, no les
serían aplicables aquellas reglas (de los arts. 1681 y sgts.). En
estas circunstancias, si la infracción tiene la envergadura
suficiente —considerando las normas legales aplicables—, podría
derivarse la pura nulidad, sin distinción entre absoluta y relativa, y
hasta la inexistencia. Y en este planteamiento la inexistencia
parece más natural y, por lo mismo, parece tener mejor recepción,
porque no se trata aquí —como se ha dicho— de la inexistencia
que se propone como alternativa de la nulidad en las infracciones
graves de actos jurídicos (sustantivos); por ej., si una inscripción
carece de la firma del Conservador, bien puede sostenerse que
"no es inscripción" (como ha sido resuelto1151). A su vez, esa
nulidad o inexistencia de la inscripción traerá la consecuencia que
corresponda al rol específico de la inscripción de que se trate (por
ej., si se trata de la inscripción del embargo de un inmueble, la
nulidad o inexistencia de la inscripción traerá como consecuencia
la inoponibilidad del embargo respecto de terceros) (por cierto, el
punto se relaciona con el de la naturaleza de la función registral,
para lo cual v. supra Nº 124; v. también supra Nº 133).
142.- Reconstitución de inscripciones.-
Si los Registros se destruyeren total o parcialmente, tiene lugar
la denominada "reconstitución de inscripciones". El procedimiento
para la reconstitución está dispuesto en una ley especial (Ley
16.665),1155que es aplicable también a la reconstitución de
escrituras públicas (arts. 18 de la ley y 436 a 439 del COT.).1156
143.- Saneamiento de títulos.-
A través de la vigencia del sistema registral ha sido constatada
la situación de numerosos inmuebles (miles) cuyos antecedentes
jurídicos no están claros, por defectos en el título propiamente tal
o en la inscripción.
Por una parte, los titulares quedan excluidos del crédito con
garantía territorial (hipoteca) y, por otra, quienes asumen el riesgo
y se deciden a adquirir no obstante estar el potencial enajenante
exhibiendo títulos insanos, ofrecen un bajo precio con relación al
valor real, con perjuicio a los actuales titulares.
Por otra parte, aun con una calificación de gratuidad del modo
de adquirir prescripción, aquí la prescripción parece más
un mecanismo o método técnico usado para formalmente conferir
una justificación a la adquisición; incluso, para sanear el título
generalmente, en lo que podemos llamar prescripción normal, la
prescripción es precedida de un antecedente real de adquisición
(salvo cuando es aducida puramente la ocupación) semejante a
los mencionados en el saneamiento: sucesión por causa de
muerte, compra o donación, que tuvo lugar desprovisto de las
formas que la ley exige. Estas apreciaciones conducen a discutir
el carácter gratuito de la adquisición por prescripción en general
(que deja bien justificada la expresión que "consolida"; sólo
consolida) y, en la situación del saneamiento, fortalecen la
conclusión de que, no obstante el empleo legislativo del
mecanismo de la prescripción, si el título de dominio ha sido
saneado, ahí no ha habido adquisición, y, por lo mismo, es
irrelevante la calificación de gratuidad que pueda ser atribuida a la
prescripción.
147.- Tradición de cuota.-
Los textos nacionales no disponen la forma de efectuar la
tradición de la cuota de un objeto.
En primer lugar, deben tenerse presente una vez más las varias
dificultades doctrinarias que han de sortearse para llegar a la
etapa de la tradición de la cuota de una universalidad. Hay
discusión sobre el concepto de universalidad y sobre los de
universalidad jurídica y de hecho (v. supra Nºs. 36 y sgts.). Luego
aparece el desacuerdo sobre la posibilidad de que entre nosotros
haya comunidad sobre una universalidad jurídica (v. supra Nº 69).
Y, finalmente, surge el problema de la comunicación de la cuota
en cosa universal con los bienes contenidos en ella
(v. supra Nº 69). Las respuestas que han sido ofrecidas a estos
dos últimos problemas influyen directamente en el tema, de modo
que deben ser consideradas para concluir cómo debe ser
efectuada la tradición de una cuota en cosa universal. Para
continuar, puede tenerse como situación de referencia la tradición
de una cuota en una comunidad quedada al disolverse una
sociedad conyugal, que, como se ha dicho, según algunos
autores es un ejemplo de comunidad en universalidad jurídica,
mientras según otros es comunidad en universalidad de hecho.
Es excluida la comunidad hereditaria, que se verá más adelante
(v. infra Nº 152).
PÁRRAFO V
LA POSESIÓN Y LA PRESCRIPCIÓN
SECCIÓN PRIMERA
LA POSESIÓN
1260
156.- La estructura.-
Aquí radica la disputa fundamental y es donde está centrada la
controversia entre Savigny y Ihering. 1262Si el elemento
predominante es el ánimo de propietario o lo es la tenencia o
gobierno de la cosa; si es eminentemente subjetiva u objetiva. 1263
Entonces,
159.- Precedencia.-
Ha sido discutida la precedencia, en los ámbitos lógico e
histórico, entre posesión y propiedad. Considerando que primero
tiene lugar un señorío efectivo o actuación de hecho de las
personas sobre las cosas, cuyo aprovechamiento es esencial
para la existencia humana, lo más plausible es que de la posesión
se ha llegado a la propiedad; y si la propiedad fuere abolida,
aquélla subsistiría.
163.- Clases de posesión.-
Desde el Derecho romano, con notoria evolución dentro de su
trayecto, han venido construyéndose conceptos posesorios con
los que la sistemática, enlazada con textos positivos de
ordenamientos locales, ha ido formulando clasificaciones. Algunas
han ido quedando discutidas a través de la historia del Derecho
posesorio: en su existencia, en los términos y en el contenido o
preciso significado; y la discusión doctrinaria suele quedar
enturbiada por su imbricación con los textos del respectivo
ordenamiento que el comentarista incorpora.
Por otra parte, como estos títulos nada crean, esta característica
puede resultar favorable o adversa para el titular, para quien tiene
y aduce un título declarativo. Si el derecho existía entre quienes
celebraron el acto declarativo, en cuanto a la antigüedad le
favorece, pues el acto celebrado nada interrumpe o inicia, y
tendrá la posesión en todo el tiempo intermedio (entre el acto
originario y el aparecimiento de este título declarativo); además, la
tendrá con la calidad originaria: regular, irregular, viciosa. Y si
nada había entre ellos (entre los autores del título) y el derecho
pertenecía a un tercero, por ser declarativo con ese título, nada
obtiene el que lo aduce.
3º. La transacción.
167.- Títulos injustos.-
Se ha dicho que el código no ha definido el título, ni el justo;
tampoco el injusto. Esta vez no procede con conceptos; ha
optado por determinar especies; construyó una lista de los títulos
que no son justos (art. 704).
170.- Ventajas.-
Ciertamente, es conveniente para el poseedor que su posesión
sea calificada de regular. Arribará al dominio mediante la
prescripción ordinaria, que implica un plazo más breve (arts. 2507
y 2508); queda dueño de los frutos (art. 907); dispone de la
acción publiciana (art. 894); en cambio, la diferencia no influye en
la presunción de dominio ni en la disposición de acciones
posesorias.
172.- Posesiones viciosas.-
Nuevamente, el código no proporcionó un concepto. Prefirió
determinar los vicios, que redujo a dos. Son posesiones de esta
clase la violenta y la clandestina (art. 709).
redundancia.
En fin, ante los términos categóricos del inc. 1º del art. 717 para
negar —como se dijo— la transmisión, sólo resta precisar que las
voces "suceda" y "sucesor" incluyen tanto a la sucesión por causa
de muerte como a la por acto entre vivos (transmisión y
transferencia; genéricamente a todo "traspaso"); y, como lo
expresa, en la primera tanto al heredero (asignatario a título
universal) como al legatario (asignatario a título singular). 1380
177.- Transferencia de la posesión.-
Al igual que en la transmisión, la posibilidad de transferencia de
la posesión depende, fundamentalmente, de la concepción que
sea adoptada sobre su naturaleza, como hecho o derecho (para
lo cual, nuevamente, v. supra Nº 157).
178.- Agregación de posesiones.-
El art. 717 permite al poseedor agregar a la suya la posesión de
su antecesor o antecesores. La posibilidad es conocida con
distintas denominaciones ("unión", "accesión", "adjunción",
"conjunción" de posesiones). Los arts. 920 y 2500 hacen también
referencia a esta situación.
179.- Posesiones contiguas.-
Para que proceda la agregación es necesario que la posesión
del poseedor que agrega sea contigua con la anterior y, si son
varias, todas ellas deben ser contiguas, sin solución de
continuidad; así es desprendido de los términos del precepto (si
una cosa ha sido poseída sucesivamente por A, B, C y D, éste —
D— no podrá pretender agregar a la suya la posesión de C y la de
A, excluyendo la de B). Tampoco procederá la agregación si en la
cadena de poseedores tuvo lugar una interrupción de la posesión,
ya natural, ya civil. Es sabido que la natural puede ocurrir por
imposibilidad de ejecutar actos posesorios (art. 2502 Nº 1) o por
haber pasado la posesión a otras manos (art. 2502 Nº 2). En este
último caso podrá tener lugar, no obstante, la agregación, si la
posesión se recuperó por los medios legales (arts. 2502 inc. final
y 731). Tratándose de la interrupción civil, debe observarse que
podrá oponerse a la agregación tan sólo el que procedió a
interrumpirla (art. 2503).
184.- Observaciones generales.-
Antes de tratar las particularidades de este tema, procede
examinar dos capítulos aplicables a la adquisición de la posesión
de toda clase de bienes: la capacidad y la posibilidad de adquirirla
por intermedio de otro.
B.- Conservación.-
C.- Pérdida.-
I. Inmuebles no inscritos.-
190.- A. Adquisición.-
Para determinar cómo es adquirida la posesión de estos
inmuebles no registrados debe ser considerado el antecedente
que el poseedor invoca.
II. Inmuebles inscritos.-
193.- A. Adquisición.-
a.- Si para adquirir la posesión de inmuebles inscritos es
invocado un título constitutivo de dominio, es aplicable lo dicho
respecto de los inmuebles no inscritos.
196.- Prueba de la posesión.-
Con lo expuesto, la prueba de la posesión de muebles está
reducida a la demostración de los dos elementos: tenencia y
ánimo de señor. Probar el primero implica demostrar que el objeto
respectivo está aprehendido físicamente o, al menos, se lo
gobierna, controla o se lo tiene a disposición o merced. El
segundo, por su naturaleza sicológica, es de imposible prueba
directa; pero hay hechos que permiten deducirlo; son los que
normalmente conforman la conducta de un dueño: se lo utiliza, se
lo mantiene, se lo mejora, se lo transforma o refacciona, etc., sin
esperar anuencia de nadie. El poseedor ha de demostrar que se
comporta, respecto de la cosa, como se comporta un dueño o
señor.
SECCIÓN SEGUNDA
LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
Entonces:
Por eso es que estimamos que para la renuncia basta que haya
sido cumplido el plazo; y no es necesario que haya sido dictada
sentencia. Más aún, dictada, ya no es posible la renuncia; como
tiene que ser alegada, puede sostenerse que es posible sólo
hasta que sea alegada (ahí el conflicto se complica con la forma
de alegarla y con la eventual revocabilidad de la renuncia; al
menos en principio, parece ser irrevocable). 1465
1464-
202.- Algunas características.-
Serán destacadas algunas características de la prescripción
adquisitiva, varias de las cuales son más bien derivadas de la
posesión, de la que emana.
205.- a. Posesión.-
Ya se ha dicho que es el elemento central de la prescripción
adquisitiva; incluso, que es el único, con permanencia durante
cierto plazo. Como ha sido tratada autónomamente, hay aquí
remisión a lo dicho, incluyéndose las reglas posesorias que el
código ha dispuesto en el título de la prescripción.
206.- b. Plazo.-
Para llegar a ganar por prescripción debe poseerse durante un
determinado lapso, que depende de la naturaleza de la cosa y de
la clase de prescripción de que se trate (pronto se indicará ese
tiempo). Por cierto, la regla es que el plazo se cuenta desde que
comenzó la posesión1487(sin perjuicio de la agregación de
posesiones; v. supra Nº 178). También deben tenerse presente
aquí las normas sobre cómputo de los plazos (arts. 48 y sgts.). 1488-
1489
207.- Interrupción de la prescripción.-
Es la pérdida del tiempo corrido o, excepcionalmente, la
suspensión de su cómputo para ganar por prescripción, en virtud
de un hecho al que la ley le atribuye ese mérito, acaecido antes
que el lapso para prescribir esté cumplido.
Por una parte, es útil tener presente una distinción entre los
efectos sustantivos y procesales de la demanda.
Sustantivamente, constituye la protesta ante el tribunal por
custodiar el derecho; procesalmente, inicia el juicio respectivo;
con la notificación queda trabado el juicio y cobra eficacia el acto
interruptivo, pero que ya quedó configurado al ser presentada la
demanda. Esta distinción fortalece la conclusión de que basta que
la demanda sea presentada dentro del plazo, aunque la
notificación sea practicada después.
TÍTULOS DE DOMINIO
215.- Noción general.-
Cuando es pretendido adquirir una cosa de manos de otro o que
sea constituido por él un derecho real, es necesario examinar sus
derechos (si es o no dueño del objeto), asumiendo el principio de
que nadie puede transferir más derechos que los que tiene.
DERECHOS REALES
LIMITADOS
CAPÍTULO I
CARACTERES COMUNES
Para estos efectos es útil tener presente dos premisas (que aquí
ya han sido tratadas): a.- que nuestro sistema de transferencia de
bienes por acto entre vivos requiere de la dualidad título y modo;
b.- que, entre nosotros, los derechos, reales y personales, son
cosas (incorporales).
CAPÍTULO II
LA PROPIEDAD FIDUCIARIA
220.- Definición y origen.-
"Se llama propiedad fiduciaria la que está sujeta al gravamen de
pasar a otra persona, por el hecho de verificarse una condición"
(art. 733 inc. 1º).
Está regulada en el Tít. VIII del Libro II (arts. 732 a 763).
Conforme a los arts. 893 y 1164, de aquí surge la distinción entre
propiedad absoluta y fiduciaria.
1º. Enajenar la cosa por acto entre vivos y transmitirla por causa
de muerte, manteniéndose siempre indivisa y con el gravamen de
eventual restitución; salvo las situaciones que detalla el art. 751.
227.- Extinción.-
Las varias causas por las que es extinguido el fideicomiso están
mencionadas en el art. 763.
— Por último, surge una tercera etapa (la actual), iniciada con el
aporte del Prof. De Castro y Bravo, quien (en una
conferencia,1602cuyo contenido fue reelaborado e incorporado a su
"El Negocio Jurídico", citado), critica intensamente —y, según
algunos, fulmina— la doctrina del doble efecto.1603
a general satisfacción.1608
Puede constatarse que esta proposición viene a revivir aquellas
ideas iniciales que adaptaban el negocio fiduciario al sistema
español.
C.- El trust.-
CAPÍTULO III
EL USUFRUCTO
Lo define el art. 764.1665
229.- Características.-
Son destacables las siguientes.
230.- Elementos.-
En un enunciado general, pueden ser mencionados los
siguientes: una cosa susceptible de usufructo, la concurrencia de
tres sujetos y un plazo. Pero, como se irá viendo, un análisis más
detenido provoca algunas alteraciones en esa estructura o, al
menos, en la constitución. Los sujetos pueden ser reducidos a
dos; y, en las expresiones, al ser constituido, del plazo puede
prescindirse, pues si nada es declarado, se extiende por la vida
del usufructuario.
Desde luego, debe aquí recordarse que cosas no son sólo las
corporales; también las incorporales, que consisten en derechos
(v. supra Nºs. 12 y sgts.).
232.- Usufructo y cuasiusufructo.-
Al definir el usufructo, el código permite al usufructuario restituir,
según la naturaleza de la cosa fructuaria, ya la misma o igual
cantidad y calidad del mismo género o su valor. Sin mencionarlo,
contempla ahí las figuras del usufructo propiamente, en el primer
caso, y del llamado cuasiusufructo en el segundo.
233.- Cuasiusufructo y mutuo.-
Las semejanzas en materias sustanciales son evidentes y
pueden fácilmente ser constatadas. Títulos traslaticios de dominio
ambos, confieren el dominio de lo que es entregado a quien
recibe, con la obligación de restituir otro tanto de igual calidad y
del mismo género. Pero hay algunas diferencias: el cuasiusufructo
puede tener su origen en la ley, lo que no ocurre con el mutuo; el
mutuo es un contrato real mientras el cuasiusufructo, cuando es
constituido por acto entre vivos, es consensual; la caución y el
inventario son exigidos en el cuasiusufructuario y no en el mutuo;
las causales de extinción son también diferentes. Salvo ciertos
géneros en los que hay muy pocas especies; como en algunos
"en peligro de extinción".
235.- 3º. El plazo.-
La disposición básica es el art. 770: "El usufructo podrá
constituirse por tiempo determinado o por toda la vida del
usufructuario" (inc. 1º).
1º. Ley.
3º. Prescripción.
4º. Sentencia judicial.
Las reglas y plazos para esta adquisición son las del dominio
(art. 2512).
237.- Efectos.-
El usufructo produce efectos —derechos y obligaciones— para
el usufructuario (los más importantes y de mayor contenido) y
para el nudo propietario.
2º. Gozar la cosa fructuaria, con lo cual adquiere los frutos que
produzca, tanto naturales como civiles (arts. 781 y 790); porque
tiene derecho a los frutos civiles es que el usufructuario de un
predio puede darlo, por ej., en arriendo (además, v. los arts. 644 y
sgts., 793 y 794).
Debe ser precisado que el usufructuario tiene derecho a los
frutos, es decir, a lo que la cosa fructuaria produce
periódicamente sin detrimento de su sustancia, pero no a los
productos (salvo algunos, que detallan los arts. 783, 784 y
788).1708
242.- Extinción.-
El usufructo es extinguido:
Tal como fue dicho, en el "no uso" no hay acción que pueda
prescribir en prescripción extintiva; mientras el derecho está
siendo disfrutado, el usufructuario puede simplemente dejar de
disfrutar (al fondo, puede haber una renuncia o abandono, tácito,
que va quedando configurado o confirmado con el transcurso del
tiempo); y el ordenamiento respectivo puede disponer que,
permaneciendo esa abstención durante cierto plazo, el derecho
queda extinguido. Y extinguido el derecho, queda extinguida la
acción persecutoria protectora.1750
243.- Usufructo y fideicomiso.-
En varias ocasiones, la jurisprudencia ha debido dirimir
controversias sobre la calificación de un acto como fideicomiso o
usufructo.1754Sin perjuicio de que es posible constituir una misma
cosa en usufructo a favor de una persona y en fideicomiso en
favor de otra (art. 736); la situación, con un ejemplo, fue ya
comentada en los efectos del fideicomiso (supra Nº 226 y nota).
También deben tenerse en cuenta los arts. 738, 1070 y sgts. y
1080 y sgts.1755
CAPÍTULO IV
EL USO O HABITACIÓN
244.- Concepto y denominación.-
La reglamentación constituye el Tít. X del Libro II (arts. 811 a
819). La denominación del título anuncia dos derechos y las
reglas están redactadas también con referencia a dos derechos.
Corrientemente, asimismo, son mencionados dos. Pero se trata
de uno solo, el derecho real de uso, que al recaer sobre una casa
toma el nombre de derecho de habitación; la definición lo deja
establecido.
LAS SERVIDUMBRES
246.- Concepto.-
Es otro derecho real restringido mencionado en el art. 577.
d.- El art. 880 inc. 1º del CC.: "Cada cual podrá sujetar su predio
a las servidumbres que quiera, y adquirirlas sobre los predios
vecinos con la voluntad de sus dueños, con tal que no se dañe
con ellas al orden público, ni se contravenga a las leyes".
248.- Características.-
La naturaleza de este derecho real impone describir,
separadamente, características desde el punto de vista de uno y
otro predio:
249.- Clasificación.-
Ha sido principalmente la variada naturaleza de los gravámenes
lo que ha originado otras tantas clases de servidumbres, que,
para mayor claridad, desde mucho tiempo han sido agrupadas
con base en diferentes factores:
b.- Demarcación.
Por cierto, cada una tiene su propio objetivo: fijar límites una y
obtener la restitución de la cosa poseída por otro, la segunda. En
el proceso de demarcar, cada parte allegará antecedentes para
demostrar que la línea debe ser trazada por donde a él interesa;
entonces, por ese conducto puede resultar alguna recuperación.
En la práctica, frecuentemente la línea que sea trazada implicará
alterar la situación existente, al menos en ciertos tramos.
Cuando el sector de deslinde confuso es de apreciable
superficie y uno de los vecinos pretende alterar un estado de
hecho existente por largo tiempo, suele surgir la duda de si lo
procedente es la demarcación o la reivindicatoria.
c.- Cerramiento.
d.- Medianería.
años.1829
e.- Tránsito.
f.- Acueducto (remisión).
g.- Luz y vista.
En conclusión:
255.- Constitución.-
Estas servidumbres pueden ser constituidas por título, por
sentencia judicial, por prescripción o por la forma llamada
"destinación del padre de familia".
257.- Extinción.-
Ya fue consignada la característica de la servidumbre
consistente en que es permanente (en supra Nº 248, d.) (en la
que devino la antes llamada perpetuidad); dura lo que dura el
servicio que presta.
CAPÍTULO VI
257 bis.- Descripción y crítica.-
1.- Texto y antecedentes socioeconómicos.-
Para este efecto hay normas y servicios públicos, entre los que
debe ser destacada la denominada "Corporación Nacional del
Medio ambiente" (Conama), con sus secciones regionales. Con
ese objetivo, a través de esos servicios el Estado controla
especialmente las actividades industrial, agroindustrial,
energética, minera y pesquera. El Servicio Agrícola y Ganadero,
la Corporación Nacional Forestal, el Servicio Nacional de Pesca y
Acuicultura, la Dirección Nacional del Litoral, son otros servicios
que atienden también a esa finalidad.
2.- Experiencias extranjeras.-
4.- Flexibilidad en la regulación.-
8.- Síntesis de la regulación.-
Por otra parte, siendo de plazo indefinido (sea que fue pactado
"de duración indefinida" o que nada se dijo), queda en la duda la
posibilidad de la terminación unilateral (desahucio). En el Derecho
de obligaciones, por el principio de la temporalidad del lazo
obligatorio, que implica una restricción de la libertad, en los
contratos de duración indefinida siempre es admitido el
desahucio, aunque no quede expresado en los textos. Aquí lo que
hay es un derecho real, no una obligación, con lo que pudiere
estimarse que ese principio no es aplicable (tal vez podrá decirse:
porque está más cerca de la perpetuidad del dominio).
Considerando admisible la duda, estimamos que, siendo
constituido por contrato, si quedó como indefinido —porque así
fue convenido o porque nada se dijo— procede el desahucio (si
no procediere, entonces ahí estaría escondida la perpetuidad).
9.- Otras observaciones.-
CAPÍTULO VII
DERECHO DE SUPERFICIE
257 ter.- Panorama doctrinario.-
1.- Propósito, noción general, el principio superficies solo
cedit y el concepto.-
2.- Origen y evolución.-
Han sido los códigos del siglo XX los que lo incorporan y regulan
más decididamente; es cierto que varios algo escuetamente, pero
otros con detenimiento. Además, han continuado dictándose
leyes especiales, sobre todo en ordenamientos en los que el
código civil no lo regulaba suficientemente (algo de lo cual ya se
ha dicho aquí).
4.- Su naturaleza.-
5.- El objeto.-
6.- El contenido.-
8.- La duración.-
9.- Los efectos.-
En fin, el dueño del terreno podrá exigir toda otra obligación que
contraiga el superficiario en el acto constitutivo, sobre mejoras,
destino de la edificación, seguros, pago de contribuciones de
bienes raíces, forma, plazos y otros compromisos respecto de la
cosecha de plantaciones, etc.1951
10.- La extinción.-
11.- Conclusión.-
ACCIONES PROTECTORAS
CAPÍTULO I
258.- Noción general.-
El dominio y los demás derechos reales necesitan de protección
jurídica para cuando un tercero pretende vulnerarlos o
efectivamente los vulnera.
CAPÍTULO II
ACCIÓN REIVINDICATORIA
262.- Concepto.-
"La reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño
de una cosa singular, de que no está en posesión, para que el
poseedor de ella sea condenado a restituirsela" (art. 889).
d.- La resciliación.-
Las legislaciones suelen despreocuparse de esta convención.
Una norma legal que ofrece una redacción que estimamos muy
propicia es el art. 34 de la ley hipotecaria española. Por una parte,
traduce muy claramente el principio de la fe pública registral (tal
como es enunciado por la más difundida doctrina del Registro) y,
por otra, adopta fielmente la protección al tráfico mediante la
confianza en la apariencia, incluso en la exigencia de la
onerosidad. Dispone: "El tercero que de buena fe adquiere a título
oneroso algún derecho de persona que en el Registro aparezca
con facultades para transmitirlo, será mantenido en su adquisición
una vez que haya inscrito su derecho, aunque después se anule o
resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en
el mismo Registro".
a.- Por una parte, como se irá viendo, al fondo esta regla tiene
asimismo su fundamento en la protección al tráfico y, por su
antigüedad, es la primera herramienta protectora de él que debe
ser mencionada, sólo que funciona en una hipótesis específica:
cuando una cosa mueble ha sido voluntariamente entregada por
su dueño a otro (en arriendo, comodato, depósito, prenda, etc.) y
éste, defraudando la confianza, la enajena.
Hay dos textos según los cuales "la acción de dominio" puede
intentarse para obtener un valor, no para obtener la posesión de
la cosa, que es de lo que se trata con la reivindicatoria conforme a
su definición.
ACCIONES POSESORIAS
El CC. regula estas acciones en los Títs. XIII y XIV del Libro II
(arts. 916 a 950); deben tenerse presente también las
correspondientes normas procesales (arts. 549 y sgts. del CPC.;
aquí serán tratadas sólo las facetas sustantivas; como otra
protección posesoria debe ser mencionada la tercería de
posesión, contemplada en el CPC., arts. 518 y sgts.).
272.- Algunas características.-
a.- Son acciones inmuebles (arts. 916 y 580; pronto se verá la
crítica a esta restricción).
273.- Requisitos.-
Deben cumplirse algunas exigencias. Salvo la primera, como se
verá, se trata de arbitrios legislativos.
Está dispuesto que no hay acción posesoria sobre las cosas que
no pueden ganarse por prescripción (art. 917). En otra ocasión ha
sido puntualizado que la circunstancia de que un precepto impida
ganar una cosa por prescripción no implica automáticamente que
no pueda ser poseída (v. supra Nº 203, final). Ahora, la síntesis
es: un objeto puede ser poseíble (porque ningún precepto lo
excluye de la posesión), pero un texto expreso puede impedir su
adquisición por prescripción; y, por esta última circunstancia, con
el art 917 no tendría protección posesoria.
Respecto de los bienes nacionales de uso público, como no
pueden ser adquiridos por prescripción y ni siquiera pueden ser
poseídos, ha sido concluido que a su respecto no procede acción
posesoria.2132Pero si un particular adquiere un derecho de uso y
goce sobre ellos de parte de la autoridad, si es inmueble y es
calificado de derecho real, puede proteger ese derecho con la
correspondiente acción posesoria2133(el conflicto está relacionado
con la teoría de los derechos reales administrativos).
277.- Prueba.-
Quien entabla una acción posesoria fundamentalmente debe
probar: 1.- que es poseedor tranquilo y no interrumpido, por un
año a lo menos; 2.- que le ha sido arrebatada o turbada la
posesión.
282 bis.- Indemnizaciones.-
Además de la tutela posesoria propiamente, los textos permiten
pedir indemnización de perjuicios; en amparo (art. 921) y en
restitución (art. 926).
2.- Causales de denuncia.
Ha sido resuelto que "sustentar es: sostener una cosa para que
no se caiga o se tuerza. Lo que sirve para dar vigor y
permanencia a una cosa. Sostén y apoyo". 2202
5.- Extinción de la acción.
6.- Normas procesales.
2.- Los requisitos.
Por otra parte, como puede verse, en la regla del CPC. hay una
extensión: a obras peligrosas.
4.- Sobre la vecindad.
6.- Extinción.
7.- Indemnización.
8.- El procedimiento.