Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRACTICA DOCENTE
Experiencias desde el ámbito universitario
2020
Corrección académica y coordinación: Dr. Jorge Alejandro Femández Pérez y Dra.
Guadalupe Barajas Arroyo
Consejo Científico Editorial de Altres Costa-Amic Editores: Ora Rocío Rosas
Vargas, Dr. Cuauhtémoc Calderón Villarreal, Dr. David Cienfuegos Salgado, Dr.
Carlos Humberto Durand Alcántara, Dra. María de Lourdes Cárcamo Solís, Dra. Edit
Hemández Flores y Dr. Víctor Job Paredes Cuahquentzi.
Revisión, diseño y coordinación editorial, diseño de portada: Bartomeu Costa-Amic
Leonardo
Corrección de estilo: Flor Daniela García Dávila y José Francisco Parra Miguel
Maquetación: José Isaías Velázquez García
Imagen de portada: Agustín de Hipona: escena, enseñanza. Abrégé des histoires divines,
France, possibly Amiens, between 1300 and 1310, MS M. 751 fol. 54r. Toe Morgan Library
& Museum. Recuperado de «http://ica.themorgan.org/manuscript/page/107/115343
Coordinador de impresos: Jaíme Martínez.
Comentarios sobre la edición y contenido del libro a:
jorge.femandez@correo.buap.mx
contacto.costaamic@gmail.com
Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido de
la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los
editores, en términos de la Ley Federal de Derecho de Autor, y en su caso, de los tratados
internacionales aplicables; la persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a
las sanciones legales correspondientes. La información y opiniones contenidas en cada
capítulo es responsabilidad exclusiva de quien lo firma.
Esta obra ha sido dictaminada mediante procesos de evaluación doble ciego tanto por
el Comité Editorial de la Facultad de Filosofia y Letras, como por el Comité de Arbitraje
de Altres Costa-Amic Editores.
Esta publicación fae financiada con recursos de la Vicerrectoría de Investigación y
Estudios de Posgrado, la Facultad de Filosofía y Letras y del PROFEXCE 2020
© 2020, Derechos Reservados
Jorge A. Femández Pérez y Guadalupe Barajas Arroyo
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Facultad de Filosofia y Letras,
Av. Don Juan de Palafox y. Mendoza 219, Centro,
Puebla, Puebla 72000 México (https://filosofia.buap.mx)
© Altres Costa-Amic Editores, S.A. de C.V.
Carretera Estatal a Coronango 207, Casa 3, Fracc. San Diego los Sauces
Te! (52) 222 200 3349; 553 838 2383
Puebla, Puebla 72240 México (@AltresCosta-Amic)
1ª edición, octubre de 2020
ISBN: 978-607-8518-65-4
Impreso en México.
La gran meta de la educación no es el conoci-
miento, sino la acción.
HERBERT SPENCER
De los autores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
l. Práctica docente. Significado y valoración, lvonne Balderas Gutiérrez. . . 17
2. Desarrollo ético de la formación profesional mediante la coevaluación. El
caso de la licenciatura en la enseñanza del inglés, Benjamín Gutiérrez Gu-
tiérrez, Josué Cinto Morales, María AmeliaXique Suárez y Anne Asensio
Moulis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3. Evaluación de la práctica docente. Un análisis desde la sistematización
de experiencias, Jorge Alejandro Fernández Pérez, Guadalupe Barajas
Arroyo, Dulce María Flores O/vera y Hadi Santillana Romero. . . . . . . . 47
4. Constructivismo e interculturalidad. Formación de investigadores jóve-
nes, Neptalí Ramírez Reyes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
5. La práctica docente y el proceso de enseñanza musical. Una visión des-
de la formación de profesionales reflexivos, José Fermín Enrique Rueda
Hemández. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
1.1 Introducción
Durante la formación inicial se adquieren los conocimientos propios de una
profesión, así como las destrezas y habilidades para su ejercicio en el campo labo-
ral. A través de las interacciones sociales, los futuros profesionistas, junto con los
conocimientos adquiridos, conforman representaciones de la profesión, en un pri-
mer momento al realizar las prácticas profesionales y, posteriormente, cuando se
incorporan a la fuerza de trabajo (Martínez y González, 2009; Ojeda, 2008; Prieto,
2004; Sayago, Chacón y Rojas, 2008; Veiravé, Ojeda, Núñez, y Delgado, 2006).
En este capítulo se expone la manera en que aquellos maestros que no estudiaron
la profesión docente, valoran y otorgan significado a su práctica en el aula e inte-
ractúan con los estudiantes. Se muestra la incorporación a la docencia, el momen-
to de adquisición de saberes propiamente pedagógicos y la forma en que valoran
el trabajo docente.
Lo presentado en este trabajo forma parte de una investigación sobre la cons-
trucción de la identidad de los docentes cuya carrera profesional no estuvo orien-
tada a la docencia. Se realizó un estudio cualitativo (Flick 2012, 2014a, 2014b y
Kvale, 2011) con el empleo del método biográfico narrativo (Bolívar, 2006; Bo-
lívar, Domingo y Femández, 2001; Bolívar, Femández y Molina, 2005; Pujadas
1992), a través de relatos de vida (Álvarez y Porta, 2012; Buontempo, 2000; Cor-
nejo, Mendoza y Rojas, 2008 y Pujadas, 1992) ya que, por medio de narraciones,
los sujetos explican su realidad y su historia profesional; tales relatos serían «la
teoría que el sujeto hace de sí mismo y de su entorno» (Ojeda, 2008: 4), por lo
que no se pretende la generalización de los resultados. Interesan, por un lado, las
significaciones más que la comprobación de teorías y, por otro, los eventos poco
' Doctora en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Lineas de investigación: identidad, iden-
tidad docente, formación docente, identidad profesional, educación técnica e investigación cualitativa. Contacto,
«ivonn_e@hotmail.com».
[17]
18 l. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN
aludidos (Gibbs, 2012). Estos docentes se han formado como maestros fundamen-
talmente en la propia práctica. Las vivencias compartidas resultan trascendentes
ya que contribuyen a la comprensión del ejercicio docente. Como sostiene Orne-
las (2002):
En realidad, es una hazafla que muchas universidades, escuela normales y tec-
nológicas funcionen, se hayan consolidado, y determinadas universidades se hayan
convertido en los establecimientos de masas de hoy día. La clave de ese proceso fue-
ron los catedráticos, los primeros recursos a la mano. El catedrático es el profesor
de tiempo parcial, el profesional que obtiene la mayor parte de sus ingresos del tra-
bajo en el despacho, el consultorio la fábrica o la oficina gubernamental. En general
posee una licenciatura, a partir de los aflos sesenta, con la expansión de la matricu-
la en la educación superior, se aceptó a miles de ellos sin que terminaran sus estu-
dios (pp. 276-277).
Para efectos de este trabajo se expone, en correspondencia con un estudio cua-
litativo, el significado y valoración del ejercicio docente con la finalidad de com-
prender la manera en que enfrentan la realización de una actividad profesional para
la cual no fueron preparados. Se aborda desde una perspectiva sociológica, ya que
permite ubicar a los sujetos de estudio en relación con el contexto social, cultural
y laboral.
llant (201 O), como una actividad provisional, sin la finalidad de permanecer, aun-
que posteriormente no ocurriera así.
En las primeras experiencias, el novel docente confrontó su formación pro-
fesional con la de una profesión distinta. Incursionó con desconocimiento de la
práctica docente. El referente para impartir clases fueron los recuerdos de algunos
maestros, quienes, a su juicio, le enseñaron mejor o a quienes recordó por super-
sonalidad. Todo esto en un plano indudablemente subjetivo. Con el transcurso del
tiempo, a través de la propia vivencia docente, ese primer momento es autocritica-
do o incluso narrado con gracia.
Las primeras clases se impartieron con falta de conocimiento, incluso con tor-
pezas. Por las características de esos eventos, es posible equipararlos con la vi-
vencia de las prácticas profesionales (Martínez y González, 2009) que realizan los
maestros formados escolarmente. La primera clase fue preparada detalladamente,
incluyó las actividades necesarias de acuerdo con el tema y la elaboración del ma-
terial requerido. Sin embargo, al estar frente al grupo, el tiempo fue un elemento
fundamental que escapó de su control, los escasos minutos frente al grupo, fueron
narrados como interminables. También ocurrió que la clase programada para durar
determinado tiempo, en los primeros minutos se abordaron todos los temas. Estas
vivencias se contrastan con el presente, siendo común una adecuada distribución
del tiempo de clases.
La incorporación a una institución educativa ocurrió sin la exigencia de cum-
plir requisitos de admisión como experiencia previa, concurso de oposición, tener
una profesión específica o contar con título profesional. Estos aspectos reflejan una
realidad vivida en la educación en el país. En ese momento, se desconocía el nú-
mero de alumnos por grupo, el tipo de contrato, la forma de pago y el límite de ho-
ras clase. La institución educativa se presentó como un mundo laboral diferente y
confuso. En tales circunstancias, se contrastaron los bajos sueldos con la cantidad
de actividades a realizar.
Lo anterior fue una vivencia compartida independientemente del periodo de in-
greso. La incorporación no fue complicada, la dificultad radicó en entender el fun-
cionamiento de la institución para involucrarse con la forma de trabajo y el nivel
de exigencia requerido. Las obligaciones se cumplían medianamente de acuerdo
con la comprensión de cada docente, estableciéndose diferencias entre los maes-
tros de nuevo ingreso y los de mayor antigüedad. Los primeros se acercaban a los
segundos con la finalidad de aprender la forma de elaborar la documentación re-
querida y comprender el significado de los términos empleados. Esta manera al-
ternativa, es una forma a la que recurren no solo los docentes sino los empleados
y trabajadores para enfrentar distintas problemáticas, así como la falta de informa-
ción y conocimiento del funcionamiento institucional u organizacional.
Las horas clase asignadas como carga inicial fueron escasas, se incrementaron
de manera paulatina sin rebasar, como en diversas instituciones educativas, vein-
1. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN 21
te horas a la semana, para no generar derechos laborales. Sin embargo, ese número
de horas no siempre se otorgan, lo cual repercute en los sueldos percibidos. A pe-
sar de los sueldos bajos, esa situación no afectó a los trabajadores debido al desa-
rrollo de otros trabajos o actividades complementarias.
Así, la incorporación al trabajo docente transita del desconocimiento a la apro-
piación de nuevos términos y la realización de las actividades de manera cotidia-
na, es decir, ocurre en términos de Berger y Luckmann (1991), una rutinización.
Sin embargo, la institución no facilitó ese proceso. Los docentes recurrieron a ex-
periencias previas, las compararon y se comunicaron con otros maestros, estable-
ciendo nuevas relaciones para entender el funcionamiento del sistema y resolver
su actividad profesional. En este sentido, el docente de reciente ingreso consideró
que los alumnos contrastaban su trabajo con el de maestros de mayor antigüedad y
experiencia, sintiéndose en desventaja.
Por lo expuesto, asumirse maestro no ocurrió de manera inmediata al incorpo-
rarse a una institución educativa. El reciente docente, por un lado, se asume parte
del grupo profesional y, por otro, reconoce la complejidad que implica la prácti-
ca docente debido al dominio de habilidades, manejo de un lenguaje común y la
adquisición de formas de ser y nombrarse (Ballesteros, 2009). Los alumnos des-
empeñaron un papel primordial en la identificación con la profesión -como lo
seguirán teniendo permanentemente---; ellos fueron quienes otorgaron el recono-
cimiento al nombrarlos maestros. A partir de esta designación, el docente se cues-
tionó así mismo los méritos realizados para que le otorgaran tal denominación. En
este marco, fueron altamente significativas las primeras convivencias con los estu-
diantes en el espacio educativo (Berger y Luckmann, 1991 ), ya que la interacción
con los discentes en un plano de igualdad permitieron establecer relaciones de cer-
canía a través de vivencias afines. Sin embargo, con las generaciones posteriores
la convivencia se limitó al salón de clases. Las vivencias como profesionales de la
docencia consolidados, les generaron una confrontación permanente: por un lado,
con el ejercicio profesional, al reflexionar los recursos dispuestos en cada clase
-como continúan haciéndolo con posterioridad-. Por el otro, al interactuar con
otros sujetos fueran alumnos u otros docentes, quienes, directa o indirectamente,
confirman o rechazan su actuar. Lo anterior es complicado ya que, debieron adap-
tarse cotidianamente para estar en posibilidades de conformar una visión positiva
de sí mismo como profesional de la educación en función del trabajo desarrollado.
El autorreconocimiento como maestro no ocurrió inmediatamente al estar fren-
te a un grupo, ni tampoco se dio de manera individual; implicó la doble transacción
y articulación del reconocimiento para sí, y el reconocimiento de los otros (Dubar,
2002), estuvo acompañado del aspecto relacional de ser en función de los otros
(Mieles, Henríquez y Sánchez, 2009).
Desde el ingreso a la docencia, el ejercicio de esta profesión conllevó reflexión
permanente con el reconocimiento de carencias por mejorar. Se conjuga tanto la
22 l. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN
valoración desde la práctica como las distintas relaciones sociales. Al ser recono-
cida una profesión por la sociedad, lo son también sus integrantes (Dubar, 2000).
La docencia está acompañada de un conjunto de representaciones sociales (Mos-
covici, 1979) en este caso, en tomo a la figura del maestro. Dichas representacio-
nes se construyen y transmiten, inicialmente, en el nivel más cercano que es la
familia y posteriormente, en distintos contextos sociales. La docencia se represen-
ta como una profesión de alta estima social; destaca particularmente el reconoci-
miento, a nivel familiar, de escuelas en las cuales estudiaron los docentes, ya que
contaban con «buenos maestros». Así, su ejercicio implica respeto y valoración a
la figura del maestro.
Independientemente del momento e institución educativa en que ejercieron la
docencia, de haberse asumido maestros, de la inexperiencia propia de los primeros
momentos o de la experiencia adquirida posteriormente, un elemento fundamental
es la apreciación que implica la relación con los alumnos; el respeto es fundamen-
tal en esta relación y, por lo tanto, de la profesión. Al respeto se le llega a otorgar
mayor importancia, incluso, que a los conocimientos teóricos y la forma de impar-
tir las clases, por la valoración que se hace de los alumnos. La docencia requiere
compromiso del maestro con los alumnos para contribuir con su formación.
La docencia conlleva, pues, la responsabilidad de cumplir con las expectativas
familiares, sociales e institucionales. Es una profesión que requiere tiempo, por la
cantidad de trabajo, y sin embargo, es escasamente valorada en contraposición con
otras, lo que se refleja en la precariedad de los sueldos percibidos (Tenti, 2007).
Ser profesional de la docencia se encuentra en estrecha relación con la capacidad
de afrontar las problemáticas propias de trabajar con seres humanos, ya que almo-
mento de impartir clases entran en juego emociones y sentimientos, como lo plan-
tean Ávalos, Cavada, Pardo y Sotomayor (2010). En el ejercicio profesional, las
relaciones sociales establecidas son fundamentales. Como integrantes de un grupo
(Tajfel, 1984), los sujetos establecen interacciones a través de las cuales comparan,
asemejan o distinguen el desarrollo de su actividad. Las relaciones sociales en el
espacio laboral se realizan a partir de distintas dualidades: permiten la valoración
o descalificación de la actividad profesional y del trabajo realizado; contribuyen al
desarrollo profesional o lo obstaculizan; facilitan o dificultan el desempeño de las
actividades; favorecen la comparación o diferenciación de funciones, entre tareas
similares o trabajos distintos, a partir del empeño, la dedicación y los sueldos per-
cibidos. Debido a lo anterior, se conforman visiones de los sujetos con quienes se
interactúa, no solamente de las tareas que realizan.
En el trabajo docente, la principal interacción es con los alumnos en el salón de
clases. Sin embargo, por la burocratización de las actividades de los docentes, re-
cae sobre ellos parte de la vigilancia institucional, tanto burocrática como admi-
nistrativa (Hualde, 2003), que requiere información permanente de las actividades
realizadas. Como establece Batallán: "la dependencia estructural del trabajo deriva
1. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN 23
en una «lógica burocrática» que permea la cotidianeidad escolar ya que, estatuta-
riamente «obliga» a los docentes a responder a los mandatos, normas y directivas
de la política educacional" (2003: 681 ).
La relación del docente con seres humanos le imprime complejidad a la profe-
sión. Implica múltiples actividades a desarrollar, pautas de comportamiento y di-
námicas relacionales. De esta manera, cobra importancia el hecho de que quien
imparte clases es un sujeto, quien a su vez tiene sus propias características y forma-
ción. Al igual que el resto de las profesiones, la docencia proporciona satisfaccio-
nes pero, a decir de los propios docentes, estas no son inmediatas, ni relacionadas
con el aspecto económico: ocurren con posterioridad, cuando los alumnos recono-
cen la enseñanza recibida en virtud de su utilidad fuera del salón de clases.
La comparación con quienes se comparte el desempeño de una actividad es
frecuente. Es común que los colegas se conviertan en referente y contrapunto del
desempeño profesional. Tal comparación se realiza en dos sentidos: por un lado,
están los docentes de quienes se reconoce el trabajo desarrollado, el trato hacia los
alumnos y la entrega puntual de las exigencias administrativas; por otro, lo con-
trario, quienes realizan un trabajo sin calidad, mantienen actitudes desfavorables
hacia los alumnos, realizan las tareas administrativas sin esmero e imparten clases
sin dedicación.
La vocación docente se plantea a partir de diferentes valoraciones. Se refiere,
en general, como la posesión de aptitudes y habilidades para el estudio, o la reali-
zación de una actividad con facilidad, dedicación y cuidado. Es posible que lavo-
cación surja de manera accidental o por coincidencia, cuando el profesionista ha
vivido la experiencia docente y la acepta con satisfacción, ante lo cual decide ser
docente de manera permanente. En este caso, se ha arribado a la vocación sin pro-
ponérselo y se tiene la convicción de mantenerse. La vocación puede ser valorada
ya desde la voz del propio docente, ya a través de la voz de otros, quienes, como
suele ocurrir, están presentes en las narraciones. Cuando la voz es ajena, suele co-
rresponder a los familiares; ellos reconocen al docente la calidad del trabajo rea-
lizado, con lo que contribuyen en la reafirmación de la vocación para la docencia
en comparación con la profesión de origen. Empero, como sostiene Tenti (2007),
los maestros, en aras de la vocación, aceptan las desigualdades vividas; de esta
manera, los docentes se convencen a sí mismos de que el suyo es un trabajo que
requiere vocación por la cantidad de actividades a realizar, nuevamente, en con-
traste con los bajos sueldos que se perciben.
Los docentes, a través de la vocación, confirman el gusto por el trabajo rea-
lizado. Sin embargo, también deben asegurar el aprendizaje de los alumnos
además de motivarlos para que continúen con los estudios y, como parte de la
formación, deben transmitirles valores y responsabilidades. Este conjunto de ta-
reas requiere de inversión de tiempo, en primera instancia, para enfrentar los
problemas en el aula de una forma no improvisada, y en segundo lugar, para
24 l. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN
cultivar las relaciones sociales con los distintos actores que intervienen. Ello se
compensa con los comentarios de los alumnos, ante lo cual el docente reafirma
la dedicación a la docencia.
La ausencia de vocación docente se señala como el cumplimiento del traba-
jo sin la dedicación necesaria, se realiza el trabajo solamente por el ingreso eco-
nómico recibido, aunque éste sea bajo, como se ha señalado. Así, el sueldo tiene
escasa correspondencia con el trabajo desempeñado.
La burocratización de las actividades docentes también demerita el sueldo
percibido. Los docentes programan y planean las actividades a realizar, e infor-
man sobre los avances en el cumplimiento de los programas con la finalidad de
contribuir en el aprendizaje de los alumnos, lo cual contrasta con la vivencia en
el salón de clases.
El sueldo es referido a partir de una serie de reflexiones: una, con la que valo-
ran el trabajo desempeñado, y otra relacional, con la cual se comparan con otros,
quienes al interior de una misma institución educativa perciben ingresos supe-
riores por la realización de actividades diferentes a las educativas, cuando la fun-
ción sustancial es la educativa.
va, este se concreta en la figura de los maestros normalistas. Así, el otro referencial
es con quien se establece una relación de comparación al realizar una tarea simi-
lar. La figura del maestro normalista no se planteó en el guión de entrevista em-
pleado, surgió a lo largo de las narraciones como referente comparativo del traba-
jo desempeñado. Se ubicó durante el análisis de la información, al encontrar que
los docentes comparaban, fundamentalmente, su formación con la de los maestros
cuyo origen es la escuela normal. En este sentido, se consideró que no correspon-
de a la persona significativa planteada por Berger y Luckmann ( 1991 ), ni al otro
generalizado de Mead (1999), corresponde a profesionistas con quienes se com-
parte la realización de la misma actividad, lo cual permite tanto la comparación
como la diferenciación.
La semejanza se ubica en la tarea realizada, y la distinción, en los estudios que
avalan su realización. En los relatos surgió como una existencia tácita, a través
de referencias directas, por lo que el otro referencial puede ser una figura concre-
ta: amigo, familiar, o maestro, o una representación social de ese otro de quien se
construyen ideas u opiniones, en este caso, de quien ha estudiado la profesión do-
cente. De esta manera, lo referido a la valoración y concepción de la docencia se
concreta en el otro referencial, que es el maestro normalista. Ellos son quienes, al
contar con la vocación y el gusto por la actividad, la estudiaron. Socialmente, se
considera que se ha subestimado su labor. Se reconoce que estos maestros, en al-
gún momento de su preparación, van a las comunidades más alejadas a trabajar.
Por otro lado, se plantea que en la actualidad es importante que para cursar la nor-
mal superior, se requiera contar con estudios preparatorios para egresar con nivel
de licenciatura, a diferencia de la forma en que se realizaba con anterioridad.
Enlazando con el parágrafo anterior, una vez que cursan los estudios de maes-
tría, que les permiten, como profesionistas de otras áreas, adquirir conocimientos
y recursos pedagógicos, los docentes se perciben como profesionistas que, aunque
no estudiaron para maestros, refuerzan su práctica docente a través del estudio y
tienen la ventaja de contar con los conocimientos teóricos del área profesional. Los
estudios de maestría se plantean en términos de formación como continuación de
los estudios profesionales, pero en este caso, orientados a mejorar la práctica do-
cente. El posgrado también se valora de manera individual como parte de la propia
superación, al saber que en la institución educativa no existe reconocimiento a este
nivel de estudios -situación similar a la ocurrida, por ejemplo, en instituciones de
salud-, por lo que, además de valorarse la necesidad de superar las carencias se-
ñaladas, se estudia como continuidad personal y formativa.
Por último, en términos comparativos, cursar la maestría permite diferenciar-
se entre los docentes interesados en superarse. De esta manera, se plantea la aspi-
ración de considerarse entre los primeros, ya que, si el docente no se actualiza, los
otros docentes lo superarán. En este sentido, se aprecia una distinción en términos
preponderantemente profesionales. Estudiar una maestría contrasta con los suel-
1. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN 27
dos percibidos, los cuales, como se ha señalado, se consideran bajos; ello resulta
contrastante, ya que una parte de ese sueldo se invierte en su formación.
Como se ha visto, para afrontar los cambios señalados, los docentes han ad-
quirido el equipo necesario y se han capacitado, por iniciativa propia, en su
manejo. A partir de los relatos, se ubican dos momentos en la adquisición de
equipo de cómputo: el primero fue equipo de escritorio y el segundo, el portátil
para trasladarlo consigo al salón de clases, en algunos casos de manera perma-
nente y cotidiana. La habilitación en el manejo del equipo de cómputo se realiza
por distintos medios, ya sea a través de cursos, con el aprendizaje entre compa-
ñeros o con enseñanzas de los propios alumnos. En ocasiones, son los hijos de
los docentes quienes les enseñan el uso del equipo, de los programas y el acce-
so a las redes sociales de internet, ya que en la actualidad es frecuente que por
este medio se informe a los alumnos sobre aspectos relacionados con las clases,
actividades a realizar, así como el envío de materiales. También es común que a
través de las redes sociales los alumnos se informen entre sí las indicaciones
proporcionadas por el maestro.
Aunado a las transformaciones señaladas, el empleo de las TIC se suma a la
formación cuando se cursan estudios a distancia, los cuales requieren de equipo,
habilidades, así como un horario adicional, generalmente nocturno. Lo descrito
muestra, por un lado, las formas desarrolladas por los docentes para dar respues-
ta a las nuevas exigencias del entorno, y, por otro, los cambios en el empleo de la
tecnología.
en otra problemática enfrentada por los alumnos, la cual debe ser atendida por el
docente, adecuando los requerimientos a dicha situación.
A pesar de lo anterior, se destaca el valor particular de este trabajo, ya que se
realiza con seres humanos, lo que establece una distinción con otro tipo de empleo.
Trabajar con seres humanos implica una mayor complejidad de la tarea docente.
En este sentido, podría equipararse con una profesión como la medicina, ya que
se relaciona con vidas, las cuales pueden ser perjudicadas si el trabajo no se reali-
za correctamente.
De esta manera, la relación en el aula es complicada al tratarse de seres huma-
nos en interacción. Se considera que los seres humanos son complejos, lo que difi-
culta las múltiples actividades a desarrollar por tratarse de grupos numerosos. A lo
anterior se suma la diversidad de historias personales y familiares de los alumnos,
que provienen de distintos contextos, con creencias y emociones diferentes, pues-
tas en interacción durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Trabajar con se-
res humanos implica respetarlos, escucharlos, sugerirles opiniones con base en el
ejemplo personal, profesional y laboral.
Desde la mirada profesional, se concibe que a la docencia se le imponen res-
ponsabilidades y contradicciones del sistema educativo, ya que el interés radica
en contabilizar cifras de ingreso y egreso de los alumnos. Sin embargo, las au-
toridades educativas no se acercan a la vivencia de las aulas y las escuelas; en el
mejor de los casos, se plantean cursos para la mejora de la práctica docente, pero
se deja de considerar la amplitud del proceso educativo al tratarse de relaciones
entre seres humanos. Se incluye aquí lo abordado líneas arriba sobre la necesi-
dad de contar con vocación para dedicarse a la docencia, pues la actividad en el
aula no se limita a los conocimientos teóricos, los cuales se pueden llegar a ol-
vidar, sino que involucra asimismo los valores que, a través del ejemplo, son los
que perduran en el tiempo. Así, el aprendizaje logrado impactará la vida de los
alumnos.
Los docentes tienen diversas preocupaciones. Una de ellas es que la práctica
docente repercuta en el aprendizaje de los alumnos, lo que se convierte en el prin-
cipal motivo para la formación continua con diplomados, cursos y talleres, así
como posgrados relacionados con pedagogía o educación. En este sentido, está
presente el interés para que los alumnos reconozcan que los docentes cuentan con
los conocimientos suficientes para impartirles clases. Un cuestionamiento perma-
nente es el adecuado desempeño docente. Existe una estrecha relación con los
principios y valores que les han sido inculcados a nivel familiar y, posteriormen-
te, en el profesional y laboral, aunado a la preocupación por encontrar formas para
motivar a los alumnos en la importancia del estudio. Interesa que los alumnos se
formen un criterio para que puedan discernir en su vida y tomen las mejores deci-
siones. Otra inquietud es dejar de superarse y que los alumnos se construyan la ima-
gen de un maestro carente de conocimientos. Por otra parte, está presente la
1. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN 31
duda de hasta qué punto involucrarse con los alumnos, preocupación que oscila
entre dos polos: si no se involucra, podrían dejar de interesarle las problemáticas
de los alumnos; en contraste, cabe la posibilidad de que, aun cuando se implique
demasiado, carezca de las herramientas para apoyarlos.
Asimismo, los docentes consideran que permanentemente deben realizar un
doble esfuerzo. Primero, esforzarse en mejorar su desempeño y, segundo, trabajar
a pesar de las limitantes propias del contexto institucional. Sin embargo, también
se señala que la práctica docente continúa teniendo un alto componente intuitivo,
al basarse fundamentalmente en la práctica, a pesar de la permanente formación y
actualización. Las características del entorno laboral y profesional contrastan con
el autoconcepto que se tiene del desempeño propio, lo que provoca insatisfacción
y orilla a que el docente no disfrute su trabajo. Se percibe que la institución ofre-
ce un ejercicio profesional desalentador, el cual debe ser revertido con el esfuerzo
individual a través de la creatividad y el ingenio en su práctica docente, con la fi-
nalidad de facilitar el aprendizaje de los alumnos, lo cual requiere dedicación, es-
mero y entrega.
A la par de otros aspectos, la visión social del docente y su trabajo ha cam-
biado en el transcurso del tiempo (Esteve, 1994; Mieles et ál., 2009 y Vaillant,
2010). Anteriormente se enviaba a los niños a la escuela para acceder a un mejor
nivel de vida, por lo que la figura del maestro era sinónimo de autoridad y respe-
to. En los relatos, a partir de la propia vivencia, se realiza una defensa al gremio
de maestros en su conjunto, sin establecer distinciones entre los niveles educa-
tivos. En el reconocimiento social están presentes la influencia de los medios de
comunicación, diversas representaciones sociales, cambios temporales y recono-
cimiento a la educación pública. Como establece Lang (20 l O), en la actualidad, a
través de los medios de comunicación, la labor docente se ha desprestigiado, sin
considerar el conjunto de dificultades y carencias que enfrenta; esa molestia con-
trasta con el trabajo y esfuerzo que realizan los profesores cotidianamente, el cual
no es reconocido. Por el contrario, se señala que no se presentan situaciones de
la realización de trabajos y actividades meritorias que impliquen reconocimien-
to hacia los maestros, así, se ha generalizado la visión desfavorable hacia los do-
centes.
En cuanto al tiempo requerido para desarrollar el trabajo docente, Hargreaves
(2005: 146) señala que el tiempo de preparación es importante: "su estudio cons-
tituye una cuestión crítica para examinar el carácter y las condiciones del trabajo
de los profesores". En este sentido, los docentes plantean que en algunos casos de-
dican entre 120 y 180 minutos por materia para realizar esta tarea. Se explica que
las actividades que desarrollan los docentes son complejas, no se limitan al tiempo
de duración de la clase y conlleva tareas adicionales como las descritas. La ima-
gen del docente se ha desprestigiado, y actualmente cuenta con una escasa valora-
ción social.
32 l. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN
1.5 Conclusión
Como se ha observado, ejercer la docencia implica una transformación en la
concepción de la práctica docente, la cual se construye a partir de la comparación
y la valoración. Ser docente conjuga diversos elementos. La familia como repre-
sentante de la mirada social a través de distintos recursos como representaciones
sociales, creencias y una serie de valoraciones transmitidas a los docentes. Las in-
teracciones sociales a lo largo del camino transitado, desde los estudios profesio-
nales, la vivencia laboral y, en este caso, la integración a la docencia. Aunado a lo
anterior, existe una demanda velada hacia el comportamiento del docente: se re-
conoce el dominio de conocimientos y habilidades, sobre todo pedagógicas, para
impartir clases, lo cual requiere formación continua, particularmente cuando no se
estudió para docente. Si se careciera de interés no existiría la disposición para de-
dicar tiempo y cumplir las múltiples tareas.
Ante lo planteado, la docencia es una profesión en la que el sujeto se convierte
en referente para los alumnos, por lo que debe actuar en consecuencia. Las viven-
cias descritas han permitido a los docentes integrar un bagaje que se contrasta con-
tra las características del espacio educativo, por lo que la práctica docente implica
convicción, pasión y responsabilidad. La vocación y la motivación se fundamentan
en el encuentro con seres humanos, lo que conlleva estudio y trabajo permanente
mediado por la voluntad, ya que el trabajo en el aula es un eje formativo sustancial
para el desarrollo de los individuos.
Bibliografía
Ballesteros, A. (2009). Profesiones y Estado de bienestar. El educador social y el
graduado social. México: Universidad Pedagógica Nacional.
Batallán, G. (2003). "El poder y la autoridad en la escuela. La conflictividad de las
relaciones escolares desde la perspectiva de los docentes de la infancia", Revis-
ta Mexicana de Investigación Educativa, 8(19): 733-758.
Berger, P. y Luckmann, T. (1991). La construcción social de la realidad. Buenos
Aires: Amorrortu editores.
Bolívar, A.; Domingo, J., y Femández, M. (2001 ). La investigación biográfico-na-
rrativa en educación. Enfoque y metodología. Madrid: La Muralla.
- (2006). A la identidad profesional del profesorado de secundaria: crisis y re-
construcción. Archidona, España: Ediciones Aljibe.
Cleaves, P. (1985). Las profesiones y el Estado: el caso de México. México: El Co-
legio de México.
De la Garza, E. (2003). "Introducción. El papel del trabajo en la teoría social del siglo
xx". En: De la Garza, E. Tratado latinoamericano de sociología del trabajo (pp.
1. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN 33
15-35). México: El Colegio de México/Facultad Latinoamericana de Ciencias So-
ciales/Universidad Autónoma Metropolitana/Fondo de Cultura Económica
Dubar, C. (2000). La socialitacion. Construction des identités sociales et profes-
sionnelles. Paris: Armand Colin.
-(2002). La crisis de las identidades. Barcelona: Ediciones Balletera.
Esteve, J. (1994). El malestar docente. Barcelona: Paidós.
Flick, U. (2012). Jntroducción a la investigación cualitativa. España: Morata.
-(2014a). La gestión de la calidad en investigación cualitativa. Madrid: Morata.
- (2014b). El diseño de la investigación cualitativa. España: Morata.
Gibbs, G. (2012). El análisis de los datos cualitativos en Investigación Cualitati-
va. Madrid: Morata.
Hargreaves, A. (2005). Profesorado, cultura y posmodernidad. Cambian los tiem-
pos, cambia el profesorado. Madrid: Morata.
Hualde, A. (2003). "La sociología de las profesiones: Asignatura pendiente en Améri-
ca Latina". En: De la Garza, E. Tratado latinoamericano de sociología del trabajo
(pp. 664-679). México: El Colegio de México/Facultad Latinoamericana de Cien-
cias Sociales/Universidad Autónoma Metropolitana/Fondo de Cultura Económica.
Kvale, S. (2011). Las entrevistas en investigación cualitativa. Madrid: Morata.
Lang, V. (2010). "La construcción social de las identidades profesionales de los
docentes en Francia. Enfoques históricos y sociológicos". En: Tenti, F. (comp.).
La condición docente. México: Siglo XXI.
Margel, G. (2010). Desentrañar el sentido del trabajo. Hacia la comprensión de
las configuraciones identitarias laborales. México: El Colegio de México/Cen-
tro de Estudios Sociológicos.
Mead, G. (1999). Espíritu, persona y sociedad. Desde el punto de vista del con-
ductismo social. Buenos Aires: Paidós.
Moscovici, S. (1979). El Psicoanálisis, su imagen y su público. Buenos Aires:
Huemul.
Omelas, C. (2002). El sistema educativo mexicano, la transición de fin de siglo.
México: Centro de Investigación y docencia económica/Nacional Financiera/
Fondo de Cultura Económica.
Pujadas, M. J. (1992). La historia de vida como método de investigación social.
Madrid: Siglo XXI/CIES.
Tajfel, H. (1984). Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona: Herder.
Vaillant, D. (2010). "La identidad docente. La importancia del profesorado", No-
vedades educativas, 234: 4-11.
Cibergrafia
Álvarez, Z. y Porta L. (2012). "Caminos de indagación sobre la buena enseñan-
za: aproximación biográfico-narrativa en educación superior". Revista Educa-
34 l. PRÁCTICA DOCENTE. SIGNIFICADO Y VALORACIÓN
2.1 Introducción
La evaluación es un proceso de análisis en el cual se estudia o examinan los tra-
bajos de los maestros o alumnos, para realizar juicios a cerca de su desempeño y
el ejercicio ético profesional. Con base en la consideración anterior, se dice que la
coevaluación es una evaluación colaborativa, ya que consiste en el análisis del de-
sempeño un alumno o maestro a través de la observación de sus compañeros, de
ahí que involucre a los evaluados en su propio proceso de aprendizaje mediante
los juicios emitidos por el evaluador, con la finalidad de promover no sólo la par-
te praxiológica, sino también la axiológica, la cual es un elemento crucial en el de-
sarrollo profesional. Es importante mencionar que el presente trabajo se inserta en
una investigación macro, cuyo objetivo es documentar la formación profesional,
la cual es llevada a cabo por el cuerpo académico de Evaluación e Innovación Cu-
rricular. Por otra parte, este estudio emerge de las recomendaciones vertidas en el
' Doctor en Educación. Profesor Investigador de la Facultad de Lenguas de la Benemérita Universidad Autó-
noma de Puebla. Responsable del Proyecto de Seguimiento de Egresados a nivel nacional de la Red de Cuerpos
Académicos en Lenguas Extranjeras (RECALE). Contacto, «benjamin.gutierrez@correo.buap.mx».
2 Doctor en Educación. Profesor Investigador de la Facultad de Lenguas de la Benemérita Universidad Autó-
2.3 Metodología
Esta investigación se enfoca en la comparación del desempeño de los docen-
tes en el aula durante un periodo de tiempo establecido como parte de su prácti-
ca profesional, con la finalidad de determinar las fortalezas y debilidades durante
el periodo asignado. Por las caracteristicas del estudio se empleó una metodología
cuasi-experimental que duró sesenta horas; con un grupo control de diecisiete do-
centes-novatos del programa de Licenciatura en la Enseñanza del Inglés (LE!) de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), cuyo rango de edad osciló
entre los 20 y 25 años, con un enfoque cualitativo y de tipo transversal; como me-
canismo de evaluación se utilizó una guía de observación. En este estudio se ana-
lizaron diferentes características relacionadas con su labor de profesor dentro del
salón de clases, entre las que se incluyen las cualidades de planeación, implemen-
tación de estrategias y evaluación.
2.4 Resultados
En esta sección se presenta un resumen de los resultados encontrados después
del análisis de los datos recopilados de las coevaluaciones. Se presenta un compa-
rativo entre la primera y la última coevaluación de los alumnos integrantes de la
LE! de la BUAP realizadas durante los meses de enero a abril del año 2015. La guía
de observación que fue empleada contiene distintos rubros.
La primera categoría, llamada planeación, está compuesta por el plan de lec-
ción, objetivos claros, selección de materiales y tiempo de planeación. Esta cate-
goría tuvo como finalidad evaluar la forma en que los alumnos planeaban su clase
antes y después de la intervención. Entre los descubrimientos se encontró que en
el elemento plan de lección, en la primera evaluación, sólo seis fueron evaluados
como excelente, ocho buenos y tres de manera regular; respecto a los objetivos,
ocho los elaboraron de manera excelente, seis bien y dos de manera regular; en
cuanto a la selección de materiales seis fueron catalogados excelente, ocho buenos
y tres regulares; finalmente, en el caso de tiempo de planificación hubo siete alum-
nos calificados como excelente, ocho buenos y sólo dos regulares. En la segun-
da evaluación se pudo observar que respecto al plan de clases once participantes
2. DESARROLLO ÉTICO DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL. . 39
fueron valorados de manera excelente, seis buenos y sólo uno regular; en relación
con la claridad de objetivos se observó que diez estuvieron catalogados como ex-
celentes, cinco buenos y 2 regulares; en la selección de materiales nueve tuvieron
excelente, seis buenos y dos como regular. Los datos obtenidos se muestran en el
cuadro 2.1.
Cuadro 2.1
Planeación
Plan de
lección
6 8 3 o 11 6 o
Objetivos
claros
8 6 2 o 10 5 2 o
Planeación
Selección de
materiales
6 8 3 o 9 6 2 o
Tiempo de
panificación
7 8 2 o 9 7 o
Fuente: elaboración propia.
pectos, el uso de técnica registró nueve alumnos como excelentes, cinco buenos y
tres regulares; en la comunicación se identificó nueve como excelentes, siete bue-
nos y uno regular; el uso de estrategias mejoró después de la intervención obte-
niendo nueve excelentes y ocho buenos; por último, la participación de alumnos
alcanzó cinco excelentes, nueve buenos y tres regulares. Los resultados se pueden
observar en el cuadro 2.2.
Cuadro 2.2
Estrategias de enseñanza
Uso de
técnicas
7 8 2 o 9 5 3 o
Estrategias Comunicación 6 8 3 o 9 7 o
de
Uso de
enseñanza
estrategias
6 8 2 o 9 8 o o
Participación
de alumnos 3 7 7 o 5 9 3 o
Fuente: elaboración propia.
Cuadro 2.3
Manejo de grupo
Variedad de
agrupaciones
6 7 4 o 7 9 o
Uso de
equipos
7 6 4 o 9 7 o
Manejo de
grupo Ritmo
de clase
4 9 4 o 8 6 3 o
Control
de clase
4 9 4 o 9 7 o
Fuente: elaboración propia.
Sensibilidad
al contexto
5 9 3 o 8 8 o
Habilidad para
improvisar
8 5 4 o 10 6 o
Amistoso pero
respetuoso
11 2 4 o 14 3 o o
Auto estión Uso de espacio 7 8 2 8 8 o
g de enseñanza
Retroalimen-
tación
6 8 3 o 13 3 o
Apertura a los
comentarios
10 3 4 o 12 4 o
Auto-
evaluación
8 6 3 o 10 6 o
Fuente: elaboración propia.
tes, tres buenos y tres regulares. Para la segunda evaluación, el rubro de lenguaje
alcanzó diez excelentes, seis buenos y uno regular; la categoría de tono y volumen
de voz obtuvo once excelentes y seis buenos; finalmente, la fluidez y precisión me-
joró con doce excelentes, cuatro buenos y uno regular. Los resultados se pueden
observar en el cuadro 2.5.
Con lo revisado se reconoce que la coevaluación juega un papel crucial en la
formación profesional al concientizar a los alumnos sobre la necesidad de adap-
tar el lenguaje, tono y volumen, y la fluidez de acuerdo con el contexto en el que
se realiza el proceso de enseñanza-aprendizaje. Si bien es cierto que la forma-
ción profesional consiste en un proceso lento de maduración, es indudable que
la coevaluación resulta central en el proceso de reflexión, tal como lo indican
Rea-Dickins y Germaine (1992) quienes han puntualizado que este proceso debe
facilitar el desarrollo y autodesarrollo de todo proceso de formación, siendo este
tipo de evaluación un factor fundamental en el trabajo colaborativo y los proce-
sos de acompañamiento.
44 2. DESARROLLO ÉTICO DE LA FORMACIÓN PROFESIO NAL..
Cuadro 2.5
Competencia en el idioma
Lenguaje
de acuerdo 7 7 3 o 10 6 o
al nivel
Competencia
Tono y
en el
idioma
volumen 8 4 3 o 11 6 o o
de voz
Fluidez y
precisión
11 3 3 o 12 4 o
Fuente: elaboración propia.
2.5 Conclusiones
Cibergrafia
Ballestero, E. C. (2012). III Jornadas Soibre Docencia del Derecho y Tecnolo-
gías de la Información y Comunicación. From Autoevaluación, coevaluación y
evaluación de los aprendizajes: http://www.uoc.edu/symposia/dret_tic20l2/pd-
f/4.6.carrizosa-esther-y-ga11ardo-jose.pdf
Pazos Romero, C. A. y Gutiérrez Gutiérrez, B. (2014). "La evaluación del aprendi-
zaje desde una perspectiva vivencia!: el caso de los estudiantes de la Facultad de
Lenguas de la BUAP", Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa. 7(1),
79-90. Recuperado de «www.rinace.net».
Star Center Support for Texas Academic Renewal. (2005, September 21 ). Recove-
red from «www.rmcdenver.com/useguide/assessme/definiti.htm».
3. Evaluación de la práctica docente. Un análisis
desde la Sistematización de Experiencias
Jorge A. Fernández Pérez'
Guadalupe Barajas Arroyo2
Dulce María Carolina Flores Olvera3
Hadi Santillana Romero4
3.1 Introducción
Actualmente, el análisis de la práctica docente se encuentra en el debate de las
instituciones de educación superior, sobre todo, si se hace no solo desde la mira-
da del propio docente. Como lo señala Lancheros, las tendencias contemporáneas
en el estudio del proceso enseñanza-aprendizaje evidencian la necesidad de imple-
mentar nuevas estrategias basadas en modelos que permitan el desarrollo de com-
petencias académicas y de investigación, con componentes de innovación (Lan-
cheros, 2015: 201). Esta investigación se fundamenta en el enfoque sociocrítico,
vinculado a la investigación en la acción, cuyo objeto de estudio se centra en la
práctica educativa, que incluye tanto comportamientos observables, como los sig-
nificados e interpretaciones asociados en quienes la realizan. En este orden de
ideas, a continuación se presenta una experiencia docente de característica parti-
cipativa, que utilizó como contexto el Modelo para el Desarrollo y Evaluación de
' Doctor en Educación. Profesor investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Univer-
sidad Autónoma de Puebla (BUAP). Responsable del Cuerpo Académico "Estructura, formación y práctica pro-
fesional". Investigador perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel II. Contacto: <~at¡,58@
prodigy.net.mx».
2 Doctora en Educación. Profesora investigadora invitada de la BUAP. Colaboradora del Cuerpo Académico
Cuanto más fielmente se reproduzcan las condiciones en que esa tarea tiene lugar
en su contexto habitual, más auténtica será la evaluación. Por lo tanto, toda evalua-
ción auténtica incluye una evaluación del proceso de realización, pero no toda eva-
luación de proceso es auténtica (Monereo, 2009: 1O).
El M-DECA se concibe como un acierto en la construcción del saber pedagógi-
co y de significados e interpretaciones de la práctica pedagógica que sitúa el dise-
ño de la estrategia metodológica a partir de los fundamentos de la investigación
acción participativa con un enfoque de colaboración (Casals, Vilar y Ayats, 2008;
Lall, 2011 en Guzmán, Marine Inciarte, 2014), que propicia la integración de dia-
das o triadas al favorecer los procesos de retroalimentación en el componente de
la docencia. Pero sobre todo, genera espacios de construcción mediante el uso del
diálogo reflexivo propuesto por Brockbank y McGill (Guzmán Marin e Inciarte,
2014) y fomenta el contraste de opiniones derivadas del cambio de roles (presenta-
dor-observador-facilitador). En definitiva, la triangulación de investigadores e ins-
trumentos favorece la rigurosidad metodológica de la "reflexión personal, el contar
la historia, formar parte de la historia y facilitar el desarrollo de la práctica reflexi-
va" (Guzmán Marín e Inciarte, 2014: 34).
Con el ánimo de continuar los procesos de colaboración en el ámbito educativo,
surge un nuevo planteamiento emanado del diálogo colegiado de la Red Educativa
para el Desarrollo y Evaluación Profesional Docente (REDEPD) con la intención de
encontrar nuevos hallazgos en el transitar de la "zona de desarrollo docente" (Mo-
nereo, 2009, refiriendo a Vygotsky, 1977). Obtener aprendizajes críticos a partir de
las experiencias en el aula permitió pensar en:
•¿Qué nos aportan los procesos de sistematización de experiencias (SE) al
fortalecimiento de los procesos de formación de docentes?
•¿Cuáles enfoques teóricos y metodológicos dan soporte a la SE?
•¿Qué procesos formativos promueven los campos de investigación y cómo
detonarlos?
•¿La SE es una herramienta que puede integrarse al M-DECA?
•¿Es el M-DECA una forma de SE?
•¿Son cosas diferentes o complementarias?
Para dar respuesta a los planteamientos anteriores partiremos de ahondar en el
tema de la SE que ha sido ampliamente trabajado en América Latina, particular-
mente en países centro y sudamericanos desde la década de 1970, alrededor de esta
propuesta encontramos muchas definiciones conceptuales para caracterizarla. Al
estudiar las aportaciones de Souza (2000), Jara (2008), Aranguren (2007) y Vasco
(2008), se identificó la falta de consenso sobre el concepto de sistematización, pue-
den reconocerse diferentes «escuelas» o enfoques sociales cuyo denominador co-
mún es aprender de nuestras prácticas. Se requiere referir los tres enfoques en tor-
no a la SE que propuso el Proyecto Giza Garapena «Compartiendo experiencias»:
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 51
Con ciertos matices, desde la educación popular; se da un énfasis preponderante
en el aprender de las prácticas relacionadas a un contexto en particular y no con la fi-
nalidad de elaborar conocimientos por lo que los beneficiarios se limitan a los docen-
tes que participan en el proyecto. Desde la mirada de las Escuelas de Trabajo Social
y emanado del Taller Permanente de Sistematización de Perú, sistematizar es recu-
perar, ordenar, precisar y clarificar el saber del servicio social para darle un carác-
ter científico. Por último, desde la perspectiva de la Investigación Acción Participati-
va; la SE retoma el trabajo realizado por la del Grupo de Investigación en Educación
Popular de la Universidad del Valle de Cali, quienes destacan el carácter cualitativo,
hermenéutico y participativo de la propuesta, considerando que la sistematización es
en sí una propuesta metodológica que parte de la construcción de relatos sobre la ex-
periencia y la lectura interpretativa de los mismos con el objetivo final de elaborar
un "macro relato consensual (Instituto de Estudios Sobre Desarrollo y Cooperación
Internacional, 2004: 34).
Desde una visión más contemporánea, la SE hoy busca un espacio que vincu-
le la teoría y la práctica, siendo una experiencia de investigación participativa ar-
ticulada en un espacio entre la investigación y la evaluación. Al respecto, tanto la
investigación como la sistematización constituyen procesos de producción de co-
nocimiento que desde la SE favorecen la conceptualización de las prácticas, par-
tiendo de un proceso intencionado y planificado. Las aportaciones del Instituto de
Estudios Sobre Desarrollo y Cooperación Internacional (2004) refieren que la sis-
tematización representa una propuesta investigativa de carácter colectivo, sobre
prácticas de intervención y acción social que, a partir del reconocimiento e in-
terpretación crítica de los sentidos, de las lógicas que la constituyen, busca contri-
buir a la conceptualización del campo temático en el que se inscriben.
Es importante destacar de la aportación de Torres (2004: 59), que en el proceso
de SE se necesita establecer un nivel epistemológico, es decir, determinar una pos-
tura intencionada y consciente «desde dónde, para qué y cómo» se generará el co-
nocimiento social; por tanto, desde el inicio del proceso debemos clarificar cuáles
serán los alcances e impacto sobre la práctica. Por lo anterior, se requiere explicitar
cómo entendemos la realidad y el conocimiento que podemos producir sobre ella,
a partir de ello se diseñará una estrategia metodológica coherente para implemen-
tarla; así, la rigurosidad metodológica nos permitirá identificar los momentos coti-
dianos como momentos críticos desde donde en palabras del autor «participamos
de estas prácticas y podemos interpretamos».
Toda esta reflexión nos señala que no se trata de un simple «todo vale» sin
juicio crítico; la SE no consiste en recopilar información, ordenarla cronológica-
mente, elaborar un informe o síntesis sobre lo que se hizo y enunciar problemas
o aciertos. Visiones como la anterior ha reducido el carácter investigador del pro-
ceso, diluyendo éste a un análisis superfluo de la práctica, que no representa una
propuesta sólida y generalizada que aporte a la producción de conocimiento sobre
52 3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE
::::u as;w;;..;, 1
'""'_::½
Fuente: elaboración propia.
m
<
>
r
e:
>
()
0-
z
o
"'r
.,,>
"'>·
•
()
-,
;:;
Planución >
o
o
()
"'-,z
Siste m ■ lización
!"
de la exswricncia
e:
z
>
z
>·
r
;;;
;;;
•Dispositivos o
"'"'o
de evaluac ión
M-DECA Estrategia Metodo lógica Construcción de Conocimientos
"'r
>
Fuente: Elaboración propia. "'m
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 61
3.5 Resultados
Para explorar el impacto de la intervención en las experiencias de los docen-
tes y estudiantes respecto de la transposición y adquisición de competencias in-
vestigativas en posgrado, se recabó información de los profesores mediante una
serie de instrumentos en los que se les solicitaron sus reflexiones pedagógicas,
tanto de la parte de planeación como de la ejecución de la secuencia didáctica de
la cual fue responsable. En cuanto a los alumnos, la información se obtuvo me-
diante las evidencias solicitadas en cada una de las secuencias, dos rúbricas, una
para evaluar el protocolo de investigación en forma impresa y otra para la pre-
sentación oral del mismo, de sus reflexiones al término de cada secuencia y de
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 63
3.5.2.3 Situaciones
En esta categoría se vuelve importante remarcar la relevancia de la planeación
de esta secuencia a partir de situaciones-problema reales detectados en el trabajo
de los estudiantes del programa doctoral. En este sentido, desde la visión del pro-
fesor, se considera que el trabajo respondió de manera adecuada a las necesidades
propias del docente para lograr un proceso de transposición didáctica, a través de
favorecer la exposición de los contenidos planeados y se desarrollaran las activi-
dades programadas. De acuerdo con el docente, la experiencia favoreció reformu-
lar este tipo de contenidos, además de trabajar de una forma más cercana con los
estudiantes propiciando el trabajo colaborativo entre ellos.
Con relación al trabajo de los estudiantes fue bastante bueno, mostrando la mayo-
ría de ellos interés y participando en el análisis de los temas (001).
A partir de la propia reflexión del docente se identificaron algunas complica-
ciones con relación al tiempo asignado, el cual se prolongó en algunas actividades,
lo que lleva a considerar que se requiere mayor temporalidad para su desarrollo, y
para que la retroalimentación a cada proyecto pueda darse de manera más precisa.
Se vuelve fundamental planear una estructura apoyada en los miembros del equi-
po para realizar retroalimentaciones en pequeños grupos. Finalmente, un aspecto
a destacar en cuanto al trabajo grupal reside en haber identificado que algunos es-
tudiantes tienen problemas para integrarse con sus compañeros, evitando compro-
meterse con las actividades del grupo, situación que requiere de estrategias para
favorecer la colaboración de todos.
Por su parte, las opiniones de los estudiantes permiten ver que la transposición
didáctica se cumplió, ya que mencionan, entre otras cosas, lo interesante que fue
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 71
formar parte de este proyecto formativo, que posibilitó innovar y mejorar la gene-
ración del conocimiento, así como la superación académica, además de ayudar en
el perfeccionamiento de las habilidades y conocimientos para el desarrollo de las
investigaciones.
En forma individual, la habilidad y destreza para trabajar bajo presión y del grupo
más que una competencia un buen trabajo en equipo y colaborativo (EOS).
La participación que tuvimos en el aula y, principalmente la del moderador me
dejo muchos aprendizajes (EOS).
Me quedo con el compromiso de seguir informándome sobre el tema, de analizar
y reflexionar sobre el sentido de mi investigación, y de esta manera establecer cómo
y para qué se realizarán las acciones que se lleven a cabo (El3).
Debido a que se manejó una dinámica diferente, pude interactuar sin la presión de
enviar de forma inmediato las actividades y además enriquecer el trabajo con la opi-
nión de las compañeras de equipo (001).
Cabe señalar que los estudiantes realizaron las tareas solicitadas y cumplieron
con el envío de los productos requeridos, aunque es importante resaltar que no to-
dos cumplieron con las fechas establecidas, por lo que quizás no todos tuvieron la
disposición y actitud para ejecutar el trabajo encomendado o que no contaron con
el tiempo suficiente. Sobresalió el interés mostrado en cada una de las actividades
realizadas, ya sea de forma individual como grupal, con alta participación y propi-
ciando el análisis y el debate a partir de las dudas surgidas de las temáticas trata-
das, además de lograr el trabajo colaborativo entre los alumnos:
Este módulo resultó decisivo para poder concebir la dimensión metodológica
de la investigación que me interesan las dinámicas de los doctores y aprender de
ellos (EOI).
Me gusto la dinámica desarrollada, ya que estuvo centrada en hacer un recorri-
do muy interesante para esclarecer los conceptos y poder llegar al desarrollo del di-
seflo de la estrategia metodológica que cada uno debe aplicar al proyecto de inves-
tigación (E07).
Fue una grata experiencia compartir con mis compañeros, pero también con los
del otro grupo, rescato dos cosas importantes {E14).
Por otro lado, son importantes las sugerencias de los estudiantes:
Sería importante el uso de plataformas digitales, a fin de que en éste y en los de-
más módulos nos ayudaría mucho contar en la plataforma del curso, con la infor-
mación a utilizar en cada sesión, así como, ejemplos o casos prácticos donde se
muestren estrategias metodológicas en las cuales podamos ver reflejadas las caracte-
rísticas que se mencionan, por mi parte seguiré trabajando en la definición de mi es-
trategia (EIO).
A partir de lo registrado por el observador, puede señalarse que la organiza-
ción del grupo y las actividades del docente fueron oportunas, en buen medida por
los apoyos mediante ejemplos, analogías y respuestas directas que reforzaron el
aprendizaje de los estudiantes. El desempeño de los estudiantes fue pertinente por-
que se observó aceptación de los contenidos y cooperación en la realización de las
actividades. La retroalimentación y explicaciones coadyuvaron en el logro de las
tareas programadas.
3.5.2.6 Evaluación
Si partimos de reconocer que la evaluación es un proceso de recuperación de
evidencias (a través de actividades de aprendizaje) y de formulación de valoracio-
nes sobre la medida y la naturaleza del progreso del estudiante, según unos resul-
tados de aprendizaje esperados, podemos afirmar que la secuencia trabajada logró
su cometido. Un aspecto central de este trabajo fue la realización de un diagnósti-
co que evidenciara el nivel de conocimientos y competencias de los estudiantes en
cuanto a el área metodológica, así como del cambio surgido de un análisis reflexi-
vo de su propio trabajo, propiciando también que el profesor examinara su propia
práctica docente. Para el profesor, haber reestructurado sus estrategias de enseñan-
za, así como el empleo de diversos instrumentos y criterios para la evaluación de
los estudiantes, le permitió en muchos sentidos mejorar su perspectiva sobre la for-
ma de análisis de las tareas de los estudiantes.
En relación con el observador, se destaca que la secuencia orientó a los es-
tudiantes en la determinación de su estrategia metodológica de investigación, lo
cual se evaluará en el protocolo final modificado que deberán subir a la platafor-
ma. La interacción social de los participantes en su proceso formativo favoreció la
modificación de ideas previas que necesitaban replantearse, también les permitió
cuestionar el origen del conocimiento, su propio desarrollo de cognitivo y si han
alcanzado la autorreflexión para poder señalar una real una apropiación del mismo,
esto se encuentra en la mayoría comentarios sobre su nivel de desarrollo del cono-
cimiento, sus propias habilidades y capacidades.
Finalmente, en cuanto al acercamiento e identificación con lo planteado por la
situación problema, y si la planeación didáctica atiende a la situación problema,
nuevamente se modificaron los tiempos para que los estudiantes llegaran a esta eta-
pa de autorreflexión:
Me quedo con el compromiso de seguir informándome sobre el tema, de analizar
y reflexionar sobre el sentido de mi investigación, y de esta manera establecer cómo
y para qué se realizarán las acciones que se lleven a cabo (E09 ).
Me parece que debo estudiar a profundidad estos temas para que no se me com-
plique la identificación y delimitación de toda investigación (E06).
¿Qué debo corregir la estrategia metodológica, la debo de diseñar más claramen-
te? ¿Cuáles son mis logros? ¿Orientar mejor la metodología de investigación? (El 1).
3.6 Conclusiones
En sentido general, puede concluirse que en este primer ciclo de intervención
bajo el M-DECA los doctorantes mostraron un alto nivel de motivación y respon-
sabilidad, en un inicio se identificaron algunas actitudes de sobrevaloración sobre
sus habilidades investigativas que no estaban sustentadas en los productos presen-
tados en clase; sin embargo, a lo largo de las sesiones se transformó en disposición
y apertura para replantear procedimientos, reformular el rol del estudiante de un
doctorado que se convertirá en un investigador, no sólo capaz de estructurar su in-
vestigación para obtener el grado sino poseedor de los saberes para ser y enseñar
a hacer investigación educativa con un carácter innovador. En las presentaciones
orales se reconoció que los doctorantes se encuentran en un proceso de apropia-
ción de los saberes, que existe claridad en las propuestas (exposición), mostraron
capacidad para organizar y plantear ideas con seguridad y coherencia, también se
incentivó la capacidad de análisis, argumentación y comprensión en las diversas
actividades de aprendizaje.
De la experiencia docente se reconoció que hablar de los resultados de los es-
tudiantes involucra referirse a la transposición didáctica del docente, en donde se
identifica que los cambios en el equipo investigador se tomaron significativos,
puesto que por una parte se reconoce en el M-DECA un impasse en la trayectoria
docente de los participantes al reconocer cómo, para qué y qué se enseña, logran-
do espacios de diálogo que no constituían parte de la práctica docente previa a esta
experiencia, pero que hoy se asumen como necesarios en la búsqueda de aportar
conocimiento en la formación de investigadores.
En este ejercicio formativo, se tuvo la oportunidad de poner en práctica estrate-
gias para el adecuado desenvolvimiento de las competencias investigativas de los
estudiantes del DIIE a partir del trabajo en grupos interactivos. Asimismo, la com-
binación simultánea de diferentes habilidades y dominios de los profesores se puso
a disposición de los estudiantes, mediante técnicas y procedimientos orientados a
mejorar las competencias investigativas, así como desde lo dialógico se favoreció
la toma de conciencia, trabajo colaborativo y el reconocimiento de la evaluación
para el cambio.
Una primera conclusión refiere que, a nivel de posgrado, se van diluyendo los
procesos de toma de conciencia sobre el cómo enseñar, debido a que la autoima-
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 77
gen del profesor sobre su dominio disciplinar se sustenta en tener un mayor grado
académico. Dentro de este contexto, la autoimagen en un sentido positivo permi-
te reconocer la expertis en lo disciplinar para construir espacios didácticos para la
transposición de ese dominio. Sin embargo, en un sentido negativo, impide al do-
cente reconocer sus áreas de oportunidad y aceptar la retroalimentación del otro
(observador) sobre su cotidianeidad, también se identificó que reduce la disposición
a entablar un diálogo reflexivo cara a cara para la reconstrucción de la historia por
la falta de un lenguaje común, que incluso limita la afinación de las secuencias di-
dácticas y los instrumentos de evaluación-investigación. En relación con el desarro-
llo de trabajo colaborativo, se constató lo significativo que resulta para el alumnado
que un grupo de expertos (docentes que poseen el saber) realice un trabajo multidis-
ciplinario que sume aportes a la propuesta; así como el valor de una adecuada co-
municación entre profesor del curso de investigación y asesor de tesis entorno a la
manera de estructurar el trabajo para la construcción del protocolo de investigación.
Por otra parte, en esta etapa inicial del Doctorado en Investigación e Innovación
Educativa se reconoció que la propuesta de evaluación del M-DECA, especialmen-
te lo aplicado (uso de la rúbrica), constituye una propuesta que da coherencia en-
tre proceso de enseñanza y el producto, al tiempo que da claridad al alumno sobre
qué y cómo mejorar, enriqueciendo su meta-cognición. Después de haber realiza-
do esta intervención podemos formular algunas conclusiones consideradas como
hallazgos importantes:
•Se pudieron aplicar los principios del M-DECA y la metodología de investi-
gación-acción con un grupo de doctorantes universitarios, en un ciclo de in-
tervención integrado por un proceso de planificación, acción, observación
y reflexión bajo el análisis de la triada presentador-observador-facilitador.
•El potencializar la investigación con las aportaciones de la SE pudimos po-
ner en práctica los valores y procedimientos de esta técnica que, desde nues-
tra perspectiva, abona al método y al M-DECA, de ella afirmarnos que nos
llevó a reflexionar sobre nuestro quehacer docente y sobre la necesidad de
convertimos en investigadores de nuestras propias prácticas desde una pos-
tura problematizadora, alternativa y contextuada.
•En cada sesión se reestructuró el proceso educativo de manera colegiada, re-
conociendo desde la SE que debemos construir una forma, desde la episte-
mología, lo que permite alcanzar niveles óptimos en la intervención peda-
gógica.
•Reflexionar la práctica docente desde un trabajo colaborativo se vuelve enri-
quecedor, al mismo tiempo que representa un reto al cual no siempre se está
dispuesto como docentes. Esto se logra solo si los integrantes del equipo de
trabajo asumen de manera responsable el compromiso de contribuir en fun-
ción del proyecto formativo.
78 3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE
Bibilografia
Academia del Doctorado en Investigación e Innovación Educativa (2016). Guía
para la Elaboración del Protocolo de Investigación. Documento de trabajo.
Puebla: Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autóno-
ma de Puebla.
Álvarez-Gayou, J. L. (2003). Cómo hacer investigación cualitativa. Fundamentos
y metodología. México: Paidós Educador.
Arbesú, M. l. y Argumedo, G. (2010). "Diseño e instrumentación de portafo-
lios para evaluar la docencia", Revista Observar (4): 28-44. Barcelona: Ob-
servatorio sobre la Didáctica de las Artes (ODAS) de la Universidad de Bar-
celona.
Audirac Carnarena, C. A. (2011 ). Sistematización de la Práctica Docente. Méxi-
co: Editorial Trillas.
Balbo, J. (2008). Formación en competencias investigativas, un nuevo reto en las
universidades. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE 79
Cibergrafia
Aranguren Peraza, G. (2007). "La investigación-acción sistematizadora como es-
trategia de intervención y formación del docente en su rol de investigador, Re-
vista de Pedagogía, 28(82): 173-195. Recuperado de «www.scielo.org.ve/scie-
lo.php?script=sci_arttextypid=S0798-97922007000200002ylng=esytlng=es».
Bauselas Herrera, E. (1998). "La Docencia a través de la Investigación-Acción",
Revista Iberoamericana de Educación, 1-9. Recuperado de «www.rieoei.org/
deloslectores/682Bausela.PDF .».
Cabrera, E. (s/f). La competencia investigativa del profesor general integral de
secundaria básica en su formación inicial. Recuperado de «www.monogra-
fias.com/trabajos38/competencia-investigativa/competencia-investigativa.
shtml».
Carrizales Retamoza, C. ( 1997). "Las Intenciones Educativas", Revista Educación
y Nuevas Tecnologías. Nueva Época. 3. Recuperado de «http://jugarces.fi1es.
wordpress.com/20 l 2/03/la-intencic3b3 n-educativa-doc-2-taller- l .pdf».
82 3. EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE. UN ANÁLISIS DESDE LA SE
4.1 Introducción
En el presente capítulo se analiza la importancia del constructivismo y la inter-
culturalidad en los procesos formativos de jóvenes investigadores en la Benemé-
rita Universidad Autónoma de Puebla, a través del Programa Delfín. Este progra-
ma se creó en 1995 con el objetivo de fortalecer la cultura de colaboración entre
las instituciones de educación superior y centros de investigación integrantes del
Programa, a través de la movilidad de profesores-investigadores y estudiantes, así
como de la divulgación de productos científicos y tecnológicos. De manera especí-
fica, en el marco del Verano de la Investigación Científica y Tecnológica del Pací-
fico se promueve la movilidad estudiantil mediante estancias académicas de inves-
tigación. Este programa de movilidad fortalece la vocación de los jóvenes por la
ciencia y la tecnología e influye en su decisión por integrarse a programas de pos-
grado en el país y el extranjero (Programa Delfin, 2017).
En estricto sentido, este programa depende de la sensibilidad de los investigado-
res para disponer de tiempo y dedicación, con la finalidad de atender a los jóvenes
y encauzar sus inquietudes académicas y de investigación durante un periodo cor-
to de tiempo. Para tal efecto, es muy importante que el investigador o investigado-
ra tenga un bagaje de conocimientos claros, fines precisos y visión proactiva para
estar a la altura de las necesidades formativas de los alumnos que realizan las es-
tancias de investigación. El bagaje de conocimiento teórico, en este caso, se refiere
fundamentalmente al constructivismo y la interculturalidad como paradigmas teóri-
cos para la acción, que orientan el quehacer docente y que, en efecto, son puntos de
' Doctor en Antropología Social y Cultnral. Profesor investigador del doctorado en Investigación e Innova-
ción Educativa de la Facultad de Filosolla y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Contac-
to, «neprare@gmail.com» ..
[83]
84 4. CONSTRUCTIVISMO E INTERCULTURALIDAD. FORMACIÓN DE INVESTIGADORES ...
des base y otras que puedan tener cabida dentro del día, siempre encontrando la for-
ma de integrar el grupo y mantener la atención de todos.
Por medio de las dinámicas que apliques puedes reconocer los miembros del gru-
po, hablando desde el enfoque estratégico, así puedes configurar el grupo en equipos
funcionales, donde la ayuda sea mutua y puedas mantener el orden, es de suma im-
portancia tener siempre esto en mente, por dos puntos: el primero, es para mantener
la disciplina y el segundo, para que el grupo tenga cohesión (Equipo Cohuatichan.
Diario de aprendizaje. 24 de julio, 2017).
El tercer efecto, es aprender a enfrentar adversidades para las cuales las disci-
plinas no te preparan, pero los hechos sociales exigen. Las disciplinas tienen va-
cíos teóricos y prácticos. Un ejemplo, es que quienes están dentro del campo de la
educación, no están capacitados para atender a grupos multigrado. Éstos manifies-
tan complejidades que sólo se pueden entender y comprender cuando se enfrenta
de manera directa el reto de trabajar simultáneamente con alumnos de educación
básica de grados diferentes que se encuentran en un mismo grupo.
También, los aprendizajes que describiré en mis reportes de actividades serán sig-
nificativos, especiales y productivos, en estas tres características estará estructurado
este apartado de mi reporte.
Significativos: Por el contexto en que mis actividades se fueron desarrollando, la
localidad, el clima, la calidez de la gente de los rumbos en los cuales estaba ubicado,
los niños y niñas con los que interactué, el espacio de trabajo (la escuela).
Especiales: Porque es la primera experiencia que tuve al trabajar con la diná-
mica de enseñar a niños y niñas que, si bien tienen características especificas, ta-
les como condición socioeconómica, costumbres y tradiciones, modo de vida di-
ferentes, no mostraron debilidad o poco interés, sino más bien gran disposición en
apoyar al trabajo que se iba a realizar, con entusiasmo, habilidad y motivación que
se trasmitía.
Productivas: Por el gran trabajo que se realizó, la organización que además de mi,
tuvieron mis compañeras Alexa y Daniela, el hecho mismo de realizar actividades y
dinámicas que fueron sumamente productivas para el ejercicio de comprensión, aten-
ción y asimilación de los niños y niñas de la escuela primaria bilingüe Benito Juárez,
es sin duda un trabajo gratificate y de manera muy particular, humanizó una parte de
mi persona (Equipo Cohuatichan. Diario de aprendizaje. 24 de julio, 2017).
El cuarto efecto lo posicionan con claridad los estudiantes y reside en descu-
brir los aprendizajes significativos, especiales y productivos. Se resalta la impor-
tancia del contexto y la calidez de las personas. A los estudiantes evidentemente
lo que les falta es salir de las aulas, explorar el entorno que les rodea e interactuar
con las personas. Las ciencias sociales y las humanidades, de manera particular, no
se pueden desarrollar sino es por su sensibilidad teórica y su actitud metodológica
proactiva. Los aprendizajes especiales se generan con las personas, en su contexto
y a partir de sus propias experiencias. De esta forma, las estancias de investigación
4. CONSTRUCTIVISMO E INTERCULTURALIDAD. FORMACIÓN DE INVESTIGADORES... 91
en el verano dejan aprendizajes singulares a los estudiantes: se forman en la reci-
procidad y descubren la importancia de la relación profesión-conocimientos-vida.
El contenido del diario permite descubrir de manera incipiente que el alumno
comienza a comprender que la educación de los alumnos es un puente para el de-
sarrollo social y la transformación cultural. Y esto tiene continuidad desde las au-
las y a partir de promover el aprendizaje del alumnado. Es así como el desarrollo
de las capacidades humanas es fundamental en las instituciones de educación su-
perior. Las capacidades humanas son una combinación de destrezas, conocimien-
tos, aptitudes y actitudes, con la disposición para aprender a aprender; representan
una estructura interna con tres componentes (cognitivo, afectivo-relacional y me-
tacognitivo) que responden a los tres grandes tipos de conocimientos y, asimismo,
requiere una serie de habilidades específicas que se encuentran siempre contextua-
lizadas.
Para Serrano y Pons (2011) una competencia es crucial para la realización y
el desarrollo personal, para favorecer la inclusión, lograr una ciudadanía activa, y
para generar aptitud para el empleo, en tanto que para el Consejo de Europa, las
competencias son la capacidad general basada en los conocimientos, valores y dis-
posiciones que una persona ha desarrollado mediante su compromiso con las prác-
ticas educativa. En efecto, el constructivismo es un paradigma, una teoría, una
perspectiva y un enfoque del presente. Además, tiene componentes ontológicos,
epistemológicos y metodológicos que se reflejan en la didáctica. En tal sentido, en
la práctica docente relacionada con la investigación pueden distinguirse diversos
momentos en que el constructivismo orienta el quehacer educativo.
El constructivismo se pone en práctica de la siguiente forma:
•Cuando el docente favorece el conocimiento de una realidad social com-
prensible, para lo cual es importante que el alumno construya el conoci-
miento desde su contexto y a partir de su experiencia.
•Cuando el alumno constantemente se ve inducido a interactuar con su en-
torno y con la diversidad social, cultural y lingüística para la construcción
del conocimiento.
•Cuando el conocimiento que se promueve en las clases es transaccional, lo
que supone que el estudiante y las personas con quienes se relaciona están
vinculados interactivamente, de tal forma que el conocimiento es creado a
partir del diálogo y la reflexión mutua, del contexto y la experiencia.
•Cuando los esquemas mentales del estudiante pueden ser producidos y for-
malizados sólo mediante la interacción, lo que implica que el estudiante
compare, contraste y desarrolle un intercambio dialéctico.
La educación está inmersa en realidades sociales múltiples, comprensibles y,
en ocasiones, opuestas, las cuales son producto del intelecto humano. Si el docente
universitario hace esfuerzos por guiar y orientar al alumno para que desarrolle
92 4. CONSTRUCTIVISMO E INTERCULTURALIDAD. FORMACIÓN DE INVESTIGADORES ...
sus competencias, con ello estaría cumpliendo una función importante, ya que
un alumno competente sería el que construye significados atribuyendo sentido
a lo aprendido y a su propio aprendizaje (Serrano y Pons, 2011: 22). De hecho,
si el docente guía, encamina y orienta la actividad mental del estudiante, esta-
rá cumpliendo una función insoslayable, sobre todo porque las ciencias socia-
les, y particularmente, la educación -como un proceso formativo- deben fa-
vorecer la construcción de puentes de comunicación y puntos de encuentro para
la transformación positiva. Si el constructivismo resulta oportuno, útil y nece-
sario dentro del quehacer docente y la formación de jóvenes investigadores, la
interculturalidad aporta mayor sustento a la labor formativa en la educación, en
sus diferentes modalidades, y en la diversidad social, lingüística y cultural del
presente.
trules de aprendizaje y motivarlos a trabajar para que vayan a la par con el resto de la
clase. (Equipo Cuapech. Diario de aprendizaje en equipo. 25 de julio, 2017)
El conocimiento, como un referente de llegada, involucra una cantidad im-
portante de acciones que se deben desarrollar en el trayecto para arribar a la meta
establecida, y justo aquí es donde reaparece la importancia de la «conciencia de
la contingencia educativa», es decir, la posibilidad de que suceda o no algún he-
cho educativo.
Lo que debe suceder es la construcción del conocimiento en su diversidad cien-
tífica y disciplinar. La construcción de conocimiento redunda en beneficios cien-
tíficos: se potencia el conocimiento como un motor importante para la vida, se
desarrollan las capacidades del alumnado, se cultiva la libertad de pensamiento y
sistematización del desarrollo de los fenómenos, se dinamiza la ideología del es-
tudiante, se encauzan esfuerzos por crear teoría y técnicas en vez de reproducirlas,
se crean tendencias para la praxis, se desarrollan habilidades para conceptualizar
y problematizar la realidad. La construcción del conocimiento permite que este se
posicione como un motor fundamental para la resolución de problemas y para la
acción proactiva del sujeto. Para descubrir la importancia que tiene la construcción
del conocimiento es importante que el docente descubra el poder que tiene desde
el aula. Justo ahí es donde puede realizar acciones contundentes y de alto impac-
to educativo:
Este día aprendimos y descubrimos qué habilidades desenvolvemos mejor
cada uno como facilitador, y también qué estrategias son asertivas para los alum-
nos según sus habilidades. Entendemos el desafio que día con día se enfrentan los
maestros de tiempo completo con los grupos multigrado y lo exhausto que pue-
de llegar a hacer al trabajar con tantos niños no sólo en el aula sino también fue-
ra de ella, ya que los alumnos nos han permitido jugar con ellos a la hora de re-
creo. Hemos tenido muy buena respuesta por parte de los estudiantes, ya que se
les ve muy felices y motivados, pese a que están asistiendo a la escuela en horario
extracurricular. También es maravilloso poder, a través de ellos, conocer un poco
más de Cuetzalan.
En lo particular, este día lo concluyo con un aprendizaje construido por mis
compañeros y por mí, tuvimos la necesidad de intervenir en la planeación del día
de hoy para agregarle adecuaciones en el momento de la implementación de esta
planeación. Me quedo con que las actividades se planean, pero en la puesta en
práctica todo puede pasar, nada que no se pueda arreglar con una adecuación per-
tinente para que los alumnos logren los objetivos de la jornada. La agilidad del es-
tudiante es maravillosa, al tener una explicación sencilla y ejemplificada el alumno
desarrolla su lógica y construye su propia explicación. La sociedad en la que nos
encontramos cuenta con niños muy despiertos en cuanto a habilidades, las cuales
se les deben tomar en cuenta y explotar al máximo, ya que están en una etapa per-
fecta para desarrollar aún más habilidades de las que ya tiene (Equipo Pahpatapan.
Diario de aprendizaje. 26 de julio, 2017).
4. CONSTRUCTIVISMO E INTERCULTURALIDAD. FORMACIÓN DE INVESTIGADORES... 95
Por esta razón, es importante que el docente se nutra del sentido y contenido
de la interculturalidad, para que discierna que el contacto con los hechos, el en-
cuentro con realidades diversas y el diálogo con diferentes sujetos, siempre re-
dundará en beneficios formativos. Justo aquí reside el valor de la interculturali-
dad, porque no necesariamente es un hecho preexistente, sino un hecho que está
por construirse.
4.10 Conclusión
En el siglo XXI, la interculturalidad y el constructivismo son pertinentes y bené-
ficos para guiar procesos formativos en los jóvenes investigadores. Como paradig-
ma, sirve para encauzar la educación en el México contemporáneo. Contribuye a
reorientar, desde el ámbito educativo, la vida cotidiana de las sociedades y sus ins-
tituciones, al fijar una dirección distinta en el trato entre personas, entre personas e
instituciones, entre instituciones y sociedad, entre el Estado y la comunidad y, en
consecuencia, entre el Estado y la colectividad. De esta forma, la interculturalidad
encamina a las diversas sociedades, desde el ámbito educativo, hacia la construc-
ción de entornos más sociables que se enriquecen de la diferencia. La intercultu-
ralidad representa una cosmovisión que define, para quien la sustenta, la naturale-
za del mundo, el lugar del individuo en él y la extensión de las posibles relaciones
con ese mundo y las partes.
Las creencias son primordiales, en el sentido de que deben ser aceptadas por
convicción subjetiva y no hay manera de establecer que las creencias o convic-
ciones subjetivas sean la verdad última (Guba y Lincoln, 2002: 113-142). El pa-
radigma de la interculturalidad -como todos los paradigmas-, está basado en
supuestos ontológicos, epistemológicos y teleológicos que pueden ser acepta-
dos como verdaderos sin la certeza de que lo sean. Los supuestos son principios
contingentes, que pueden favorecer la propagación de más ideas y el desarrollo
de más prácticas orientadas hacia una nueva interrelación entre sujetos o acto-
res sociales.
La interculturalidad, desde el ámbito educativo, podría contribuir a la revitali-
zación del diálogo para saber qué piensan los sujetos de la investigación con los
que se comparte el espacio. Implica reconocimiento recíproco, la construcción de
interrelaciones entre la ciudadanía, las instituciones y las leyes. Implica fomen-
tar el conocimiento del sujeto para cambiar las concepciones erróneas y desarro-
llar prácticas distintas, cimentadas o fortalecidas en la educación universitaria. El
paradigma de la interculturalidad y el constructivismo es un marco de referencia
oportuno, útil y necesario, debido a que favorece el desarrollo de los procesos for-
mativos en los jóvenes investigadores, al inducir la importancia de la sensibilidad
en la investigación y su utilidad en las ciencias sociales o humanas.
96 4. CONSTRUCTIVISMO E INTERCULTURALIDAD. FORMACIÓN DE INVESTIGADORES ...
Bibliografía
Guba, G. E. y Lincoln, S. Y. (2002) "Paradigmas en competencia en la investiga-
ción cualitativa". En: Denman A. C. y Haro, J. A. (coords.). Por los rincones.
Antología de métodos cualitativos en la investigación social (pp. 113-142). So-
nora: El Colegio de Sonora, pp. 113-142.
Cibergrafia
Carrera, B. y Maz7.arella, C. (2001). "Vygostsky: enfoque sociocultural", Educe-
re, 5(13): 41-44. Recuperado de «www.redalyc.org/articulo.oa?id=3560l309».
Programa Delfin. Recuperdo de «www.programadelfin.com.mx».
Serrano, J. M. y Pons, R.M. (2011). "El constructivismo hoy: enfoques construc-
tivistas en educación", Revista Electrónica de Investigación Educativa, 13(1).
Recuperado de «https://redie.uabc.mx/redie/article/view/268».
5. La práctica docente y el proceso de
enseñanza musical. Una visión desde la
formación de profesionales reflexivos
José Fermín Enrique Rueda Hernández'
5.1 Introducción
La práctica docente, como proceso profesional, puede tener diversas aristas. En
este capítulo la abordaremos desde la acción que realizan los profesionales de la
educación en un ámbito artístico. Este campo pertenece en una gran parte a profe-
sores que se dedican a la docencia en los niveles básico, medio superior y superior,
siendo este último caso el de las licenciaturas enfocadas a estas carreras. Este pro-
ceso formativo ha sido poco abordado tanto por teóricos especialistas en la educa-
ción como por los mismos profesionales dedicados a la enseñanza en estos niveles.
En México existen pocas referencias sobre la enseñanza artística y la práctica do-
cente en la música, son contados los trabajos referentes a los pasos que se siguen
en la enseñanza artística. De forma general, se conoce el currículo, las materias, los
requisitos y también los programas; sin embargo, el proceso de enseñanza de es-
tas materias ha sido poco tratado, por lo menos teóricamente. Cuando se reflexio-
na sobre la práctica docente y se está involucrado directamente en la actividad de
la enseñanza musical, como otros profesionales, se está inmerso en una serie con-
ceptos, acciones y teorías involucradas que se concatenan hasta lograr un camino
lleno de experiencia en dicha actividad.
A través de la reflexión sobre el quehacer profesional, haremos un recuento des-
de la práctica misma del proceso enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de que
adquiera un significado entre los estudiantes y sus métodos de aprendizaje; asimis-
mo, visualizaremos la línea sobre la cual hemos llegado desde nuestro punto de
' Dr. en educación, colaborador en el Programa del Doctorado en Investigación e Innovación Educativa de
la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Contacto, «ferozh62@hobnail.com», «fermin.rueda@correo.
buap.mx».
[97]
98 5. LA PRÁCTICA DOCENTE Y EL PROCESO DE ENSEflANZA MUSICAL..
nuestra cultura, que permea tanto nuestro contexto como nuestra relación con los
medios a nuestro alcance. Díaz Barriga menciona que "la formación es una activi-
dad eminentemente humana, por medio de la cual el hombre es capaz de recrear la
cultura" (Díaz Barriga, 1993: 43). El concepto de formación se vincula con el ni-
vel de conocimiento que una persona posee sobre una materia. En el sentido que
plantea Gadamer, este concepto se vuelve importante en nuestra reflexión en cuan-
to que se describe como una relación estrecha entre la cultura y la conciencia, ade-
más de la ideología, en la aplicación del conocimiento en el que se forma un indi-
viduo (Gadamer, 1988: 38-48). El concepto de formación surgido de la corriente
humanista está vinculado con otro como es el de la memoria. Sin embargo, no se
trata de la simple memoria con la que uno aprende, recuerda o retiene una serie de
datos, sino que incluye la que tiene que ser formada. Se tiene memoria para algu-
nas cosas, para otras no, menciona Gadamer (2007:45).
Este planteamiento también coincide en términos similares a lo que plantea
Gardner en relación a su propuesta de inteligencias múltiples, en la que refiere
que tenemos memoria para diferentes habilidades, refiriéndose a que tenemos ca-
pacidad en diversas inteligencias como fuente de habilidades o capacidades para
realizar tareas tanto motoras como intelectuales, ciertas acciones que se pueden de-
sarrollar más que otras y que no están confrontadas entre sí (Gardner, 1995: 201-
207). ¿Habrá coincidencia total en ambos planteamientos? Tendrá que estudiarse
más a fondo, pero esa tarea se analizará en otro trabajo.
A partir de la propuesta de Gadamer se reconoce que la memoria no almace-
na todo, sino que se va renovando y va dejando cosas en el olvido, replanteando
constantemente una idea que le genera cierta atención y rediscutir consigo mismo.
En cuanto a las inteligencias múltiples, si no se cultivan, si no se practica algo con
cierta frecuencia, por ejemplo, un instrumento musical, la voz, la entonación de los
sonidos, u otras actividades, una persona no será capaz de realizar la supuesta in-
teligencia que aparentemente ya se tenía dominada. Si se deja de estudiar de ma-
nera práctica algún instrumento, es posible que teóricamente recuerde y sepa que
instrumento suena cuando escuchamos un concierto, una música, ciertos sonidos,
pero probablemente no se reconozca la altura de una melodía, la técnica emplea-
da por el ejecutante, o simplemente no se reconozcan las figuras musicales nece-
sarias de un pasaje.
Sin trastocar el concepto de Gadamer ( 1988), resulta evidente que la práctica
docente de un profesional en la música está determinada por su cultura musical,
habilidades desarrolladas a lo largo de su formación -ya sea en una escuela o
institución dedicada a la instrucción artística en los niveles profesionales-, y
finalmente, el bagaje acumulado a lo largo de su experiencia en la misma praxis
o acción misma del quehacer profesional. Primeramente, debemos contar con
bases sólidas en los tres planos formales de pedagogía general, psicología edu-
cativa, y didáctica musical; los cuales debemos tener claros para favorecer la
5. LA PRÁCTICA DOCENTE Y EL PROCESO DE ENSEl'1ANZA MUSICAL.. 103
formación musical de nuestros alumnos, sin olvidar, por supuesto, el manejo es-
pecializado de la materia musical.
"Imitadme a mí, como yo imito a Cristo", menciona el apóstol Pablo dirigién-
dose a los Corintios, y continúa "os elogio porque os acordáis de mí en todo y
retenéis las enseñanzas, tal como os las transmití" (Corintios 11: 1,2). Esta cita
muestra cómo la imitación ha funcionado por mucho tiempo como parte impor-
tante de la enseñanza. Estamos generando en diversos momentos modelos de imi-
tación y patrones a seguir en lo que enseñamos.
Recordando una anécdota sobre un ensayo de una orquesta sinfónica, luego de
repasar un pasaje y no obtener los resultados esperados, uno de los maestros eje-
cutantes exclamó "este fragmento no sale bien, porque cada uno de nosotros ha
estudiado con diferente maestro de solfeo", lo cual evidencia que cuando un es-
tudiante imita al profesor, no solo imita lo bueno sino, quizás, está también asi-
milando aspectos que su profesor considera adecuados cuando puede no ser así.
A pesar de que muchas veces consideramos la imitación como una opción de
enseñanza para orientar a nuestros alumnos en el aprendizaje musical, no ponemos
ejemplos de análisis o reflexión sobre cómo lograrlos, ni nos referimos al proce-
so de forma razonada y reflexionada en todo lo que implica alcanzar una meta de
corto, mediano y largo aprendizaje. Generalmente, el maestro de música le dice a
su alumno ''toca así", y se pone de ejemplo ejecutando el pasaje y resaltando su
propia concepción de ejecución del fragmento y la obra musical. Lógicamente, el
discípulo imita la interpretación del maestro y recrea un molde, sin pensar en el
propio proceso de su docente para desarrollar un pasaje, una ejecución con una
forma que parece resuelta. Lejos de solucionarlo, en diversas ocasiones el alum-
no se frustra porque no alcanza una ejecución igual a la de su profesor, sin la pre-
cisión, componentes técnicos y expresivos que requieren un lenguaje musical y la
obra misma.
Si por un lado existen docentes que sólo admiten lo que ellos aprueban como
correcto, que además prohíben a sus alumnos tomar clase, pedir consejo, o asis-
tir a un curso con otro maestro, que imparta la misma materia o enseñe el mis-
mo instrumento; también hay quienes no dan consejos a sus alumnos para que
no sepan más que el maestro, impiden que sus discentes avancen más que el res-
to del grupo porque lo consideran una agresión en contra de su persona, ni se
dejan imitar o ser copiados por sus técnicas, inclusive les esconden la parte im-
portante del tema para que el alumno no descubra el hilo conductor de lo que
el profesor tiene como sagrado, como únicamente perteneciente a los ilumina-
dos. Este tipo de situaciones son frecuentes en las artes porque el discípulo está
apegado al maestro quien «cotidianamente lo está formando» pero si el alumno
se despega del maestro, puede perder la unción del «docto», «del iluminado»,
y puede ser que su lugar sea ocupado por otro discípulo aprenda del maestro y
lo imite en todo.
104 5. LA PRÁCTICA DOCENTE Y EL PROCESO DE ENSEI-lANZA MUSICAL..
5.5 Conclusión
Son las acciones reflexionadas y no la imitación por si sola, la que generará una
práctica reflexiva en los estudiantes y en el proceso de aprendizaje. La práctica do-
cente es responsabilidad de tres actores: el profesor, o facilitador, el estudiante y
la institución como centro de educación y formación en sus distintos niveles. No
existe práctica docente si el profesor o alumno falla. En el entendido de que las
instituciones de educación universitaria y la formación profesional son las que va-
lidan esta práctica, se vuelve necesario señalar que los profesores de música son
agentes generadores de cultura, y por ello se convierten en responsables de las nue-
vas generaciones de artistas que emergen de los diferentes centros de educación
musical, con una proyección amplia, hacia la práctica docente musical reflexiona-
da y razonada en términos de los requerimientos y perspectivas actuales. Al mis-
mo tiempo serán transformadores de las generaciones subsecuentes, con las cuales
compartirán y consensuarán los programas curriculares a través de las propuestas y
diálogos de la construcción de nuevas alternativas, puntos de vista y enfoques fun-
damentados en su diversidad de teorías, para la enseñanza musical contemporánea.
Las técnicas pueden variar en función de las escuelas que lo estén abordando, refi-
riéndose a escuelas en el entendido de tradiciones o a la manera dé una metodolo-
gía. Así, la manera de ejecutar se desarrollará de acuerdo con este tipo de técnicas.
Bibliografía
Delbanco, N. (1985). The Beaux ArtsTrio. New York: William Morrow.
Fierro, María y Carbajal, Patricia, (2003). Mirar la práctica docente, desde los va-
lores. Biblioteca de educación. México: Gedisa.
Jacques, Attali, (1995). Ruidos, Ensayo sobre la economía política de la música.
México: Siglo XXI editores.
Schon, Donald A. (1992). La formación de profesionales reflexivos, Hacia un nue-
vo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Temas de educa-
ción. México: Paidós.
108 5. LA PRÁCTICA DOCENTE Y EL PROCESO DE ENSEI-lANZA MUSICAL..
Cibergrafia
García-Cabrero, B.; Loredo, J. y Carranza, G. (2008). "Análisis de la práctica edu-
cativa de los docentes: pensamiento, interacción y reflexión", Revista Electróni-
ca de Investigación Educativa, Especial.Recuperado de «http://redie.uabc.mx/
NumEspl/contenido-garcialoredocarranza.html». Consultado el 27 de octubre
de 2017.
6. El factor relacional en el
modelo educativo por competencias
Carmen Marta Lazo'
José Antonio Gabelas Barroso2
Jorge Abe/ardo Cortés Montalvo 3
6.1 Introducción
Resulta frecuentemente reiterado por educadores, pedagogos e investigadores
educativos que en la era de la sociedad del conocimiento se vuelve incongruen-
te formar a profesionales basándose en viejos esquemas y modelos tradicionales
de enseñanza unidireccional; sin embargo, tal esquema permanece vigente en mu-
chas universidades e instituciones de educación terminal, aun en aquellas que han
adoptado el enfoque por competencias y la educación centrada en el aprendizaje
como modelo. El emergente horizonte universitario, denominado en Europa con
las siglas EEES (Espacio Europeo de Educación Superior), e impulsado por pro-
yectos basados en tales modelos, como el Proyecto de Definición y Selección de
Competencias (DeSeCo) (OCDE, 2000), Tuning y Alfatuning, que han extendido
hacia América Latina y el resto del mundo el alcance de la propuesta de Bolonia
(Victorino R. y Medina Márquez, 2008), amplían las posibilidades de uso de her-
ramientas y planteamientos metodológicos con una dimensión más activa para el
estudiante y cuenta con sustento en la filosofia de aprendizaje hacia la adquisición
de competencias para el desarrollo integral basado en el Informe Delors ( 1996) del
aprendizaje a lo largo de la vida (lije long learning)4.
Para el completo desarrnllo de este modelo, no basta con seleccionar una se-
rie de técnicas aisladas de aprendizaje aplicadas a prácticas inconexas, se necesi-
ta la articulación y convergencia de todos los métodos en una conjunción global a
la que bautizaremos como «inteRmetodología». La composición de este concepto
integraría, como una práctica holística, las diversas actividades, sumativas y retro-
alimentadoras del prnpio proceso de aprendizaje, en el que aparecen las dimen-
siones competenciales de análisis-síntesis-reflexión-acción, las cuales se retoman
y recuperan una y otra vez, de manera alterna, dependiendo del tipo de práctica
programada y propuesta al alumnado o surgida del mismo de forma proactiva y
colaborativa. Precisamente, a lo largo de todo este trayecto, se apuesta por las pro-
puestas, comentarios, reflexiones y aplicaciones surgidas de los alumnos, para ello
se utilizan constantemente elementos de motivación, imbricados en el uso de los
propios métodos activos y también en la constante interacción.
Este proceso «educomunicativo», en virtud de que implica la puesta en jue-
go de los distintos ámbitos de la competencia comunicativa, se asienta en lo que
denominamos «Factor R.» o «Factor Relacional» entre todas las dimensiones que
afectan al aprendizaje. Por una parte, se interrelacionan los agentes que intervie-
nen (alumno-compañeros-profesores), quienes intercambian informaciones, acti-
vidades, comentarios y propuestas de manera colaborativa y común. Por otro lado,
se produce un nexo entre los métodos utilizados en cada actividad, dando un sen-
tido integral global al proceso de generación y autogeneración de conocimiento.
' En el / Congreso de Educación Mediática y Cultura Digital, celebrado en el Campus de Segovia de la Uni-
versidad de Valladolid en 2011, se dieron cita varios centenares de educomunicadores de todo el mundo. Para más
información sobre el tema, pueden consultarse las conclusiones de este Congreso en «www .educacionmediatica.
eslcongreso2011/conclusiones.html».
'Con este título se inicia el monográfico número 39 de la Revista Comunicar, que aborda el tema
"Currículum y formación de profesores en educación en medios", relacionado con el objeto de nues-
tro artículo, al igual que el número 38 de esa revista destinado a "Alfabetización mediática en con-
textos múltiples".
7 Este marco de trabajo en la promoción de la salud emanado de la Conferencia de Ottawa en Canadá en 1993,
es el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene desarrollando desde inicios de la década de 1990, bajo
el titulo de Habilidades para la vida. Recuperado de «http://habilidadesparalavida.net/modelo.php».
114 6. EL FACTOR RELACIONAL EN EL MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS
'A pesar de que el término «alfabetización» está ligado al código verbal y grarnaticalista, podernos conside-
rarlo en su acepción más genérica como capacitación para la vida. En diciembre de 2009, la Eurocámara apro-
bó la asignatura «Educación mediática», que Gutiérrez, Hottmann y Hawran (2011) centran en las cinco posibles
competencias básicas o «SCes»: Comprehension, Critica! thinking, Creativity, Cross-cultural awareness and Ci-
tizenship.
6. EL FACTOR RELACIONAL EN EL MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS 115
de las relaciones positivas o negativas que nutren la red de redes, las cuales tam-
bién se vuelven sensibles a la contaminación informativa o «ruido mediático», la
violación de la privacidad e incluso al acoso virtual (v-Bullyng) y violencia virtual y
el desplazamiento o sustitución de espacios y situaciones de encuentro presencial.
Otros autores defienden que los escenarios de conversación e intercambio a tra-
vés de las redes sociales en línea generan espacios estables y lazos de confianza
que facilitan el intercambio. Las redes sociales (con conexión a intemet o sin ella),
por lo general, constituyen lugares seguros para compartir nuestras experiencias
y suscitan empatía o inteligencia interpersonal, según manifiestan los estudios de
Gardner (1998) y su teoría de las inteligencias múltiples.
Los jóvenes activan su capacidad de empoderamiento a través de su contac-
to con las redes sociales y los videojuegos, asumiendo decisiones, organizando su
trabajo o concretando objetivos. En la medida en que desarrollan destrezas tecno-
lógicas crean espacios de afinidad, donde se apropian de sus propios conocimien-
tos, que hacen partícipes a la comunidad de usuarios y exhiben en los espacios
públicos.
de manera presencial o virtual. Estas interconexiones van más allá de las relacio-
nes entre el docente y el discente y de los propios estudiantes con sus compañeros.
El proceso de aprendizaje entendido en su esencia como aprendizaje permanente o
«aprendizaje a lo largo la vida» (Long life leaming, LLL, por sus siglas en inglés)
debe contemplarse desde un marco de relaciones con lo ya sabido (aprendizaje sig-
nificativo), lo que se aprende (aprendizaje inmediato) y lo que se va aprender de
manera prospectiva (aprendizaje aplicado). Estas tres esferas temporales (pasado,
presente y futuro) se conjuntan e interrelacionan integralmente, generando a un
aprendizaje global «para toda la vida».
En este aprendizaje se dan cita todas las dimensiones relacionales que hemos
citado en el apartado anterior, las cuales podrían asociarse al modelo educativo
«endógeno» que propone Freire (1969), al poner el «énfasis en el proceso» y cen-
trarse en la persona. Este modelo surge en Latinoamérica como propuesta para
una «pedagogía del oprimido», pero se hace extensible al resto del mundo, dada
la importancia de la participación activa del sujeto, más allá del proceso de apren-
dizaje, en una sociedad democrática. Esa forma de hacer participes a los educan-
dos y por extensión a los ciudadanos es esencial para llegar a la autonomía o a
la «autogestión» porque, como señala Kaplún, "sólo participando, involucrándo-
se, investigando, haciéndose preguntas y buscando respuestas, problematizando y
problematizándose se llega al conocimiento. Se aprende de verdad lo que se vive,
lo que se recrea, lo que se reinventa y no lo que simplemente se lee y se escucha"
(Kaplún,1998: 47).
La participación del estudiante en el proceso de aprendizaje solo puede enfo-
carse desde el uso activo de diversos métodos en los que se produce una transfe-
rencia de sus adquisiciones y de sus creaciones. Esta interferencia constante entre
lo aprendido, lo ya sabido y lo que queda por descubrir establece una experiencia
conexa en la que nada queda al descubierto, si no que todo forma parte del proceso
dinámico, inquieto y permanente de aprendizaje. Con el uso exclusivo de técnicas
de adquisición del conocimiento en sentido tradicional, tales como la lección ma-
gistral, la torna de apuntes textuales o la lectura lineal bibliográfica, apenas se in-
centiva el proceso de «autogestión» del aprendizaje, se requieren otros operativos
menos mecánicos y memorísticos, más activos y abiertos. Un buen ejemplo es el
«aprendizaje autogenerado», propuesto por Sugata Mitra (2012), en la experiencia
de «el hoyo en la pared», donde pone al alcance de niños pequeños, analfabetas di-
gitales, una computadora con conexión a internet y de manera espontánea, sin nin-
gún entrenamiento previo ni mediación, los niños no solamente aprenden a utilizar
el aparato, sino que incluso enseñan a los de más edad que deben, por su estatura,
inclinarse para manipular el equipo.
La convergencia entre diferentes opciones metodológicas, con el uso de dife-
rentes técnicas activas que permitan el desarrollo participativo de adquisición de
competencias de todo tipo, no sólo cognitivas, es lo que se denomina «intermeto-
6. EL FACTOR RELACIONAL EN EL MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS 121
dología». El «Factor relacional» en este proceso deriva de la confluencia, inter-
cambio y transferencia de diferentes tipos de actividad o método. La interrelación
producto de unas técnicas y otras permite una práctica rica y globalizadora de ac-
tividades diversas, sumativas y ampliadoras del propio proceso en el que se dan
cita las dimensiones competenciales de análisis-síntesis-reflexión-acción, las cua-
les se retoman y recuperan una y otra vez, de manera alterna, dependiendo del tipo
de técnica que en cada caso se programa y propone al alumnado o que surge del
mismo. Este proceso de aprendizaje pretende convertirse en una dinámica fluida y
progresiva mediante la incursión de diferentes modos de inteRacción, por lo que
descartamos el diseño de una secuencia lineal. En todo momento, se apuesta por
las propuestas, comentarios, reflexiones y aplicaciones surgidos de los alumnos.
Las metodologías innovadoras, propuestas de manera inicial por parte del pro-
fesorado, se enriquecen a medida que se recuperan, activan, trabajan e intercam-
bian de manera colaborativa por el alumnado. La premisa de partida se centra en
generar espacios facilitadores de la exploración individual y colectiva, la partici-
pación, el análisis crítico y la producción, todo ello con un componente destacado
de Recreación. Así, reflexión y creación se unen de manera interconectada, tenien-
do en cuenta también la búsqueda del aprendizaje lúdico.
6.7 Colofón
El verdadero sentido educomunicativo radica en la medida que el alumno y el
docente aprenden y desarrollan la competencia de aprender a aprender, de tal ma-
nera que avanzan en el proyecto de aprendizaje permanente. Cada uno de los agen-
tes integrantes del proceso de construcción del aprendizaje, a modo de células, se
organizan en una densa y potente red sináptica. El flujo de energía positiva gene-
rada por los propios avances, al igual que ocurre con las neuronas, produce una
sinapsis más significativa y útil en sus campos aplicativos, en nuestro caso en las
áreas de la comunicación y educación, o en su carácter convergente: en el ámbito
educomunicativo.
El «Factor R», asociado con los procesos que afectan el universo ético y emo-
cional de los actores en el escenario educativo, representan elementos constitu-
tivos, para nada estáticos ni aislados, sino dinámicos y nucleares que deben ser
tomados en cuenta, en contenido, métodos, mediaciones y experiencia didácti-
ca, tanto en la construcción de aprendizajes, como en el desarrollo de competen-
cias para toda la vida.
Bibliografía
Aguaded-Gómez, J. l. (2012). "La competencia mediática, una acción educativa
inaplazable", Comunicar, 39(xx): 7-8
122 6. EL FACTOR RELACIONAL EN EL MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS
Cibergrafia
Cobo Romaní, Cristóbal y Moravec, John W. (2011). Aprendizaje invisible. Ha-
cia una nueva ecología de la educación. Col·lecció Transmedia XXI. Laborato-
ri de Mitjans Interactius/Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
Barcelona Recuperado de <<WWW.razonypalabra.org.mx/varia/Aprendizajelnvi-
sible.pdf».
Cortés Montalvo, Marin Uribe y Guzmán !barra (2013). "Ámbitos y alcances
de la competencia comunicativa en educación", European Scientiftc Journal,
9(34): 281-304, ES!. Recuperado de «https://eujoumal.org/index.php/esj/article/
view/2175».
EEES (1999). Declaración de Bolonia. Recuperado de «www.uah.es/universidad/
espacio_europeo/documentos/declaracion_bolonia.pdf». Consultado el 11 de
junio de 2012.
Gabelas Barroso, José Antonio (2011 ): "Las TIC desde el retrovisor", Comein, Re-
vista de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, nº 6,
Universitat Oberta de Catalunya (uoc). Recuperado de <<WWW.uoc.edu/divulga-
cio/comein/es/numero06/articles/Article-Jose-Antonio-Gabelas.html».
Gutiérrez Martín, A.; Hottman, A. y Hawran, F. (2011): "La educación mediáti-
ca en el desarrollo de la creatividad, la comunicación intercultural y la ciuda-
danía crítica. (Proyecto «Viducate»)". En: Actas Congreso de Educación Me-
diática y Competencia Digital. Recuperado de «www.educacionmediatica.es/
124 6. EL FACTOR RELACIONAL EN EL MODELO EDUCATIVO POR COMPETENCIAS
comunicaciones/Eje%201/Alfonso%20Guti%C3%A9rrezHottmannHawran.
pdf».
Jenkins, H.; Purushotma, R.; Clinton, K.; Weigel, M. and Robison, A.J. (2008):
Confronting the Challenges of Participatory Culture: Media Education for the
21st Century. Chicago: The MacArthur Foundation. Recovered from «www.
newmedialiteracies.org/files/working/NMLWhitePaper.pdf».
Marta Lazo, C. y Gabelas Barroso, J. A. (2007). "La educación para el consumo
de pantallas, como praxis holística", Revista Latina de Comunicación Social,
62. Recuperado de «www.ull.es/publicaciones/latina/200720_Carmen_Marta_
Lazo.htm». Consultado el 4 de febrero de 2013.
OCDE (2000). La definición y selección de competencias clave: Resumen ejec-
utivo. Recuperado de «www.deseco.admin.ch/bfs/deseco/en/index/03/02.
parsys.78532.downloadList.94248.DownloadFile.tmp/2005.dscexecutivesum-
mary.sp.pdf». Consultado el 5 de mayo de 2010.
OMS (1993). Life Skills Education in Schools (Habilidades para la vida). Recuperado
de «http://habilidadesparalavida.net/modelo.php, Recuperado el 12/10/2014».
Prensky, M. (2001). "Digital Natives, Digital Immigrants", On the Horizon.
MBC University Press, 9(5), October. Recovered from «https://docplayer.
es/22523203-From-on-the-horizon-mcb-university-press-vol-9-no-5-octo-
ber-2001.html».
Reig, H., D. (2016). Inclusión y calidad educativa. Recuperado de «https://inclu-
sioncalidadeducativa.wordpress.corn/2016/01/07/tic-tac-tep-tecnologias-para-
aprender-y-para-la-vida/». Consultado el 16 de abril de 2017.
Siemens, G. (2004). "Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age". In:
Eleaarnspace. Everithijg Elearning.: Recovered from «www.elearnspace.org/
Articles/connectivism.htm, Recuperado el 28/06/2013».
Victorino R., L., y Medina Márquez, M. G. (8 de 09 de 2008). ide@s CONCYTEG,
año 3, N° 39. Educación basada en competencias y el Proyecto Tuning en Eu-
ropa y Latinoamérica, su impacto en México. Recuperado de «http://concyteg.
gob.mx/ideasConcyteg/Archivos/39072008_ EDU_BASADA_COMPETEN-
CIAS_pROYECTO_ TUNING.pdf». Consuktado el 18 de marzo de 2013.
7. Práctica docente con
desarrollo sostenible: ¿Es posible?
Alberto Francisco Muñoz Rosales'
José Fermín Enrique Rueda Hernández2
7.1 Introducción
Indudablemente, la práctica docente representa un tema de gran importancia
porque se centra en facilitar una vida profesional y laboral a los estudiantes; sin
embargo, en estos tiempos resulta vital incorporar nuevos objetivos finales a la
educación, por el hecho de que el hombre vive en un entorno complejo donde se
construye a sí mismo con una filosofia y una preocupación por los contextos am-
bientales. Las prácticas docentes son diversas y sus resultados siempre se vinculan
a una situación particular, de ahí que en el presente capítulo se narrará el caso de-
sarrollado con estudiantes de educación superior, cuyo eje fue construir un mapa
cognitivo denominado «encadenando al desarrollo sostenible», con el cual se ela-
boró una propuesta sostenible para el entorno. Aunado a lo anterior se ejecutaron
algunas actividades complementarias para fortalecer el perfil de egreso.
El presente capítulo tiene como objetivo identificar la percepción de la prácti-
ca docente en la que se hizo una propuesta con desarrollo sostenible, a través del
trabajo con estudiantes del cuatrimestre de enero a abril de 2019, de la carrera de
administración de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo (UTH), en un entor-
no pedagógico constructivista. La pregunta de investigación que sirvió como guía
metodológica fue ¿Es viable incorporar el desarrollo sostenible a la práctica do-
' Maestro en educación superior por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), profesor inves-
tigador de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo (UTH) e integrante del cuerpo académico UTHUE-CA12,
con linea de investigación «Praxis del desarrollo sostenible». ORCID: 0000-0003-2193-0488, CVU CONACYT
ID: 33063. Contacto, «a_munoz_r@hotrnail.com.
2 Doctor en educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), profesor investigador de la Fa-
cultad de Artes de la BUAP. Con linea de investigación «Educación y sociología de las profesiones». OR-
CID:0000-0001-5829-8418, CVU CONACYT ID:43754.Contacto,«fermin.rueda@correo.buap.mx».
[125]
126 7. PRÁCTICA DOCENTE CON DESARROLLO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE?
2017: 23 7). Para nuestro caso, el desarrollo sostenible requiere de nuevas acciones
educativas que implican actividades fuera del aula, es decir, el alumno va al con-
texto en el cual participa para proponer soluciones directas a sus problemáticas,
esto indudablemente generará cambios positivos y la práctica educativa posibilita-
rá competencias profesionales y genéricas.
zonamiento sería, si los alumnos visualizan que la práctica docente de todo el co-
legiado académico contribuye a las tres dimensiones desde sus diferentes áreas de
conocimiento, entonces los alumnos contarían con más posibilidades de solucio-
nar problemas de desarrollo sostenible, esto porque el pensamiento complejo y la
construcción de una solución requiere de diferentes campos disciplinares.
7.3 Metodología
La metodología empleada responde al paradigma científico cualitativo, el mo-
delo de investigación utilizará la investigación acción participante donde la subje-
tividad de cada uno de los estudiantes permitirá identificar su percepción sobre la
práctica docente utilizada en la estrategia educativa que movilizó el mapa cogni-
tivo «encadenando el desarrollo sostenible». Se utilizó un enfoque interpretativo,
por buscar en los sujetos de estudio sus percepciones en relación con la construc-
ción social realizada durante el cuatrimestre de enero a abril de 2019. Los sujetos
de estudio fueron veinticuatro estudiantes de la carrera de administración de quin-
to cuatrimestre de un total de once. Su edad oscilaba en un rango de 19 a 21 años.
Se organizaron seis grupos focales para recopilar su percepción sobre la práctica
docente.
La práctica docente se centró en la construcción de un mapa cognitivo denomi-
nado «encadenando al desarrollo sostenible», el cual buscaba que los estudiantes
construyeran su propuesta para el desarrollo sostenible, la cual debería sugerir ac-
ciones para lo social, ambiental y económico, junto con los indicadores para medir
su efectividad. La práctica docente se sitúa en la carrera de administración, por lo
que la propuesta surgió de un proyecto emprendedor personal del estudiante, rea-
lizando la actividad individualmente. En un primer momento, en equipos de cua-
tro estudiantes desarrollaron una propuesta grupal para una empresa de la región
de la zona de influencia de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo. La prácti-
ca docente permitió varios escenarios expositivos y de diálogo, de forma personal
ante el grupo, el alumno ante su equipo de trabajo y un debate ante la totalidad del
grupo, por último, una exposición ante todos los profesores integrantes del quin-
to cuatrimestre.
Cabe resaltar que el diseño del trabajo partió de un marco de conceptos cons-
tructivistas, donde el rol del estudiante en todo momento fue activo, reflexi-
vo y creador de propuestas para el contexto. El docente tomó el rol secundario,
al guiar sobre los temas a partir de las dudas encontradas de los estudiantes. La
práctica docente motivo a los discentes a investigar sobre los temas relaciona-
dos, además, se realizaron actividades complementarias sobre estos temas para
que además de la teoría, movilizarán los conceptos y fuesen vividos por el gru-
po. En el aspecto ambiental se reforestó una pequeña área; para lo social se ge-
neró un mural con el tema de derechos humanos con carteles diseñados por los
7. PRÁCTICA DOCENTE CON DESARROLLO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE? 131
estudiantes con fotografias creadas por ellos; y dentro de lo económico se visitó
a empresarios de la región.
7.4 Resultados
El nombre del capítulo cuestiona si puede realizarse una práctica docente con
desarrollo sostenible, para responder esta pregunta se vuelve pertinente indagar
en el grupo focal (GF), ¿De quién es responsabilidad alcanzar el desarrollo sos-
tenible? Las diferentes respuestas pueden dar paso hacia un argumento a favor o
en contra. La respuesta ideal seria que el desarrollo sostenible constituye una res-
ponsabilidad de todos, una persona u organización que persigue este paradigma
no delega estas acciones a otros, por el contrario toma un rol activo e implementa
de forma sistemáticamente. A partir de los hallazgos identificados en el grupo fo-
cal, al terminar la práctica educativa se encontraron las siguientes percepciones:
"a partir de una visión integral el desarrollo sostenible es responsabilidad de no-
sotros mismos y como sociedad se debe impulsar" (GF2), entre otras ideas recono-
cieron: "la sostenibilidad es responsabilidad de los participantes de proyectos, de
las empresas, empleados y líderes" (GF3), también: "de pocas personas" (GF4). De
ahí que se considere a nivel general que se logró cambiar la conciencia de los estu-
diantes, cuando se habla de sociedad existe la idea de colaboración de todos. Aun-
que la última propuesta señala la necesidad de mejorar nuestra práctica docente,
dado que existen alumnos con dudas sobre su función y participación en los con-
textos actuales.
Los códigos encontrados se vuelven relevantes porque presentan indicios de
que el desarrollo sostenible les concierne a todos, y no únicamente a cierta carrera
o área de conocimiento. Los códigos identificados también se encuentran en refe-
rencia al área de conocimiento de la carrera de administración, lo cual resulta po-
sitivo porque se vincula la actividad profesional con el desarrollo sostenible. Por
lo anterior, la práctica docente logró una parte del objetivo, en cuanto que los estu-
diantes entendieron que se trata de una responsabilidad compartida. Con los pasos
seguidos por los estudiantes se movilizó la teoría educativa, al mismo tiempo que
los hallazgos encontrados permiten una explicación articulada de teoría, desarrollo
y aprendizaje de los sujetos de estudio, por lo que las ideas de Solé y Coll (2007)
se cumplieron en la presente propuesta.
Figura 7.1
Actividades complementarias realizadas en la práctica docente
(Contexto ambiental)
En el otro sentido, las acciones principales fueron "la estrategia ayuda a generar
un compromiso por campañas ambientales, a buscar acciones para no agotar los re-
cursos, a promover el reciclaje, la reducción de plástico, la reutilización de plásti-
co y a realizar acciones de reforestación" (GFI). Los resultados encontrados en los
estudiantes indican que son muy positivos en cuanto a su orientación a realizar ac-
7. PRÁCTICA DOCENTE CON DESARROLLO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE? 133
tividades favorecedoras de un medio ambiente sostenible. Lo más significativo se
encuentra en el concepto de no agotar los recursos naturales, lo cual reviste impor-
tancia vital, dado cambiaría la percepción de los estudiantes, pues anteriormente se
habrían considerado infinitos. Se cumple con la premisa de la UNESCO (2012) en
alcanzar el equilibrio para una vida con calidad. Los anteriores hallazgos estarían
acordes a la nueva concepción sobre el medio ambiente, de ahí que la práctica do-
cente generó aprendizajes y la movilización de competencias, como la resolución
analítica de problemas. Asimismo, las ideas de Solé y Coll (2007) se manifesta-
ron en la práctica docente, con lo cual mejoraría nuestro quehacer diario, como lo
evidencian las propuestas que valoran el medio ambiente a partir de una propues-
ta personal y emprendedora.
Figura 7.2
Actividades complementarias realizadas en la práctica docente
(Contexto social)
Figura 7.3
Actividades complementarias realizadas en la práctica docente
(Contexto económico)
7.5 Conclusiones
La vinculación del desarrollo sostenible con la práctica docente es posible, las
acciones desarrolladas con los alumnos demostraron un cambio de paradigma y
los pasos seguidos permitieron la construcción de alternativas para el entorno. El
objetivo de la investigación se alcanzó, a la vez se estructuró una práctica educa-
tiva donde el constructivismo clarificó las acciones implementadas, el desarrollo
sostenible y la teoría administrativa se conjugaron en sus principales conceptos.
La práctica docente puede emplearse por otros docentes, dado que los estudiantes
en su mayoría pudieron construir soluciones para el contexto a partir de proyectos
emprendedores personales.
El ambiente generado en el aula resultó muy positivo, les agrado mucho a los
estudiantes que no sólo se abordarán aspectos teóricos en la realización del mapa
cognitivo, esto gracias a que fue acompañado de acciones complementarias que
permitieron afianzar con mayor claridad los conceptos, habilidades y las actitudes.
Aunque se requiere de más tiempo, se concluye que se logró el cambio de visión y
una sensibilización con los entornos. Se extiende un agradecimiento por su la co-
laboración al grupo de 5 A de la carrera de administración, generación 2017-2019,
de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo por su dedicación a la realización
de todas las actividades propuestas.
Una conclusión relevante se encuentra en el hecho de que todos los estudian-
tes alcanzaron a elaborar su propuesta personal y grupal, a través de ellas se vi-
sualizaron acciones para el contexto social, ambiental y económico. Cabe destacar
que existe un área de oportunidad en relación con la profundidad del tema nece-
sario desarrollar acciones que lleven a un mayor dominio sobre las diferentes te-
máticas. Del mismo modo, la práctica docente requiere reforzar con acciones para
7. PRÁCTICA DOCENTE CON DESARROLLO SOSTENIBLE: ¿ES POSIBLE? 137
que los estudiantes se sensibilicen sobre la oportunidad para todos los campos dis-
ciplinares de proponer acciones para el desarrollo sostenible, cuya aportación se
toma vital.
La práctica docente permite contribuir a la meta 4. 7 de la agenda 2030 propues-
ta por la ONU (2016), al mismo tiempo, los estudiantes movilizaron la competencia
de resolución analítica de problemas, la creatividad y el trabajo en colaboración.
Bibliografía
Agencia de Calidad de la Educación (2017). Se puede: doce prácticas de aula, de-
sarrollo profesional docente y liderazgo pedagógico. Santiago de Chile: Don-
nelley.
Murga-Menoyo, M. (2015). "Competencias para el desarrollo sostenible: las capa-
cidades, actitudes y valores meta de la educación en el marco de la Agenda glo-
bal post-2015", Foro de Educación, 13(19): 55-83.
ONU ( 1987). Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desa-
rrollo. Nueva York: Organización de las Naciones Unidas.
- (2016). Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Una oportuni-
dad para América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: Organización de las
Naciones Unidas / Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Solé, l. y Coll, C. (2007). "Los profesores y la concepción constructivista". Coll,
C. et ál. El constructivismo en el aula. Barcelona: Editorial GRAO.
UNESCO (2005). Manual de educación para la sostenibilidad. Paris: UNESCO
Etxea.
-(2012). Educación para el desarrollo sostenible. París: UNESCO.
-(2014). Declaración de Aichi-Nagoya. Japón: UNESCO.
Zabalza Beraza, M. A. (2013). Diseño y desarrollo curricular. Madrid: Ediciones
Narcea.
Cibergrafia
García-Cabrero, B.; Loredo-Enríquez, J. y Carranza-Peña, G. (2008). Análisis de
la práctica educativa de los docentes: pensamiento, interacción y reflexión. Re-
vista Electrónica de Investigación Educativa, Especial. Recuperado de «http://
redie.uabc.mx/NumEsp 1/contenido-garcialoredocarranza.htrnl». Consultado el
28 de abril de 2019
Zabalza Beraza, M. A. (2012). "El estudio de las buenas prácticas docentes en
la enseñanza universitaria", Revista de Docencia Universitaria. REDU. Mono-
gráfico: Buenas prácticas docente en la enseñanza universitaria, 10(1): 17-42.
Recuperado de «https://polipapers.upv.es/index.php/REDU/issue/view/611 ».
Consultado el 28 de abril de 2019.
8. Las prácticas docentes en el espacio virtual: El
tacto pedagógico y los retos del quehacer educativo 1
Laura Pinto Araújo1
Son varios los autores que hoy apuntan a una crisis mundial de la educación;
sin embargo, esta crisis no es nueva, y tampoco es exclusiva del ámbito educati-
vo. Más bien se trata de un nuevo giro de esa "crisis de racionalidad" de la que ya
hablaba Habermas (1975), a finales de los años sesenta, y que hoy se repite a la
par de los ciclos económicos. Este escenario, caracterizado por fuertes cambios en
el medio social, cultural, político y económico, se traduce en la exigencia de una
transformación de nuestro actuar para poder adaptarnos a esta nueva situación. La
vivencia del efecto desestabilizador de nuestra percepción del mundo, y de las ex-
pectativas que tenemos de él, son lo que nos permite dar cuenta de esa crisis.
Este escenario contradictorio del capitalismo tardío, en el que el sistema so-
ciocultural ya no genera un sentido que motive la acción y crea una atrnosfera de
' Este trabajo se ha desarrollado en el marco del proyecto "Culturas epistémicas, formación cien-
tífico-tecnológica e innovación en posgrados no escolariz.ados del PNPC" financiado por el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en la convocatoria 2016, Fronteras de la ciencia.
' Profesora investigadora de la Facultad de Filosofia y Letras de la Benemérita Universidad Au-
tónoma de Puebla. Maestra y Doctora en filosofia por la Universidad Autónoma de México, Profe-
sora en Filosofia por el Instituto de Profesores Artigas, Uruguay. Contacto: «laura.pinto@correo.
buap.mx».
[139]
140 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
desmotivación generalizada que acaba por extenderse, tanto al ámbito de las tradi-
ciones culturales como a los propios procesos estructurales que afectan al sistema
educativo (Muñoz, 2009), plantea grandes retos a la educación en general y a la
educación a distancia, en particular. Esto se debe a que en la sociedad actual con-
fluyen dos elementos fundamentales: la necesidad del aprendizaje continuo, y una
innovación tecnológica sin precedentes en las comunicaciones, lo que ha impul-
sado las diferentes propuestas de educación a distancia, situándolas a la vanguar-
dia de las practicas educativas de hoy (García Aretio, 2011). Sin embargo, como
señala Gimeno:
La crisis perceptible en el profesorado hoy está en parte justificada por el hecho
de no saber cómo hacer frente a las nuevas situaciones, el no poder percibir su sig-
nificado y el no saber cómo resolverlas. En realidad, la mayoría no siente crisis al-
guna, sino que expresan la anomia, el malestar y el deseo de huída. Hoy la principal
reivindicación del profesorado es la de la jubilación anticipada (Gimeno, 2013: 253).
Al reflexionar con otros, muchas veces el docente logra tomar conciencia de
su situación con la debida distancia que ello requiere, pero lamentablemente ape-
nas hay oportunidad de reflexionar con los compañeros sobre la práctica y sobre el
significado de las experiencias pedagógicas. Por eso, actualmente, uno de los de-
safíos más importantes de la profesión docente es intentar crear esos espacios y
oportunidades. Sin embargo, en vez de difundir, racionalizar y promover inquie-
tudes que orienten los cambios en el comportamiento, en las actitudes y en la for-
ma de pensar del profesorado, potenciándolo, dotándole de herramientas para dar-
le seguridad, lo que se ha hecho es mantenerle en una minusvaloración intelectual,
no elevando -y exigiendo- el nivel cultural y científico en su preparación y una
constante puesta al día. Son profesionales que no conocerán en toda su vida labo-
ral otra actividad y otro contexto que los de estar en las aulas, lo cual no los habi-
lita para enfrentarse, precisamente, con la sociedad que se está fraguando (Gime-
no, 2013: 252).
Hoy, «la carrera» docente es más un entrenamiento incesante en el viejo ejerci-
cio de recolección y ordenación de constancias, del que ya nos hablaba Bourdieu,
que en el mejoramiento continuo de su capacidad de responder a las necesidades
formativas de los estudiantes. En dicho contexto, "el conocido «malestar docente»
o los problemas de convivencia en los centros -y más allá de ellos, trasladados a
las redes sociales en forma de ciberacoso, por ejemplo-, no hacen sino mostrar
el desgaste de la relación educativa" (García Amilburu, 2017: 77). Ello implica re-
conocer que hablamos de una crisis mucho más vasta, que no afecta únicamente
a los entornos tecnológicos de aprendizaje sino a todas las estructuras de acogida,
como la ciudad, la escuela o la familia, entre otras (Durch, 1997). Hablamos, pues,
de una crisis de las transmisiones que amenaza con la pérdida de la cohesión social
y de la identidad individual, ya sea desde el plano territorial, afectivo o simbólico.
8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:. 141
damento a los códigos y usos que dotan de sentido nuestra existencia. Así, dar
sentido a lo que aprendemos y descubrir su posible significado para nuestro pro-
pio proyecto existencial y social, es lo que nos constituye como sujetos, por lo que
esta amenaza de la que habla Steiner resulta mucho más alarmante de lo que pare-
ce. Y es en este mismo sentido la insistencia acerca de que resulta insuficiente co-
nocer y manejar los nuevos recursos tecnológicos, pues necesitamos vislumbrar
sus posibilidades didácticas y formativas, y desarrollar al máximo sus capacida-
des comunicativas en la medida en que, como señala Zabalza, "de lo que se trata
es de enriquecer los procesos de aprendizaje en un nuevo contexto tecnológico, no
en hacer lo mismo que se hacía antes, pero con medios más sofisticados" (Zabal-
za, 2002: 173).
Si algo hemos aprendido en los últimos años, es que no se trata de virar de lo
presencial a virtual, sino de indagar en las condiciones mismas de posibilidad de
ésta última a fin de bosquejar su propia realidad. Y esto es así, en la medida en que
la virtualidad requiere de un diseño instruccional en el que la dimensión tecnoló-
gica y la pedagógica se articulen estrechamente para responder a las necesidades
de aprendizaje de los estudiantes de la forma más apropiada, pues si ambas dimen-
siones no logran converger, el resultado, en términos formativos, será igualmen-
te fragmentado. Además, como señala Cullen, "es dificil ser maestros en tiempos
de sujetos fragmentados y escindidos, no solo porque la identidad magisterial está
cuestionada, sino porque la misma significación del educando vacila entre discur-
sos legitimadores de segmentaciones sociales y discursos que anuncian el fin de la
escuela" (Cullen, 2009: 28).
Afortunadamente, contamos con apoyo técnico-pedagógico, un especialista
que propone la concreción del diseño instruccional, dentro del espacio virtual, a
través de una serie de recursos tecnológicos y didácticos que permiten estructu-
rar los contenidos y potenciar la comunicación entre el estudiante, el docente, y
el conocimiento en dicho medio. Sin embargo, el éxito de la educación virtual no
únicamente se relaciona con el diseño de materiales adecuados o con la identifica-
ción oportuna de los procesos cognitivos que se propician a través del aprendizaje
de contenidos multimedia, sino también con el replanteamiento de una didácti-
ca específica que permita pensar la autogestión del conocimiento a la luz de otros
procesos educativos y de otras formas de interactuar con los otros. El mundo ha
cambiado tanto que, como señala Serres, "todo debe ser reinventado: una manera
de vivir juntos, instituciones, una manera de ser y de conocer" (Serres, 2013: 22).
Ya no basta con adaptar o renovar lo que teníamos e implementarlo al «nuevo es-
pacio educativo», se trata de crear las condiciones para poder ser y conocer en di-
cho territorio. Necesitamos instituciones que se involucren, de forma responsable,
en la formación de subjetividades capaces de reconocer la alteridad como tal y de
respetar las pluralidades y diferencias que componen las identidades que hoy nos
caracterizan.
8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:. 143
Actualmente, el paradigma por medio del cual conceptualizamos, durante casi
un siglo, los fenómenos de la significación y de la producción de la subjetividad, se
ha agotado. En este contexto, la educación a distancia con base en intemet o WBE
(Web Based Education) reproduce en la red la estructura presencial del salón de
clase, una calca que, como ya señalamos, no funciona en ningún sentido. ¿Cómo
afrontar entonces ese desafio?, ¿cómo transformar ese lenguaje monolítico en algo
más vasto, que permita captar toda la riqueza de nuestra experiencia sensible? Qui-
zás pensar a través de un ejemplo concreto en estos procesos de producción y su
transformación nos ayude a comprender mejor de qué se trata, pues algo parecido
ocurrió con el cine en sus primeros años. El lenguaje del cine, en las primeras pe-
lículas producidas, imitaba el lenguaje del teatro, pues había surgido en el interior
de éste: la cámara se quedaba fija, como el espectador del teatro. Todavía no había
sido descubierto el acercamiento. Entonces, el modo era hacer gestos teatrales para
que se notara la interpretación del actor.
Después, el lenguaje del cine fue evolucionando, la cámara se movió, se aproxi-
mó, los puntos de vista se multiplicaron, entró el sonido y el color, entraron a escena
trucos de todo tipo, los efectos especiales y, hoy, se tiene un lenguaje cinematográfi-
co extremadamente complejo, lo que vuelve muy aburridas las cintas más antiguas,
excepto para los cinéfilos. El lenguaje de la red deberá pasar por un proceso seme-
jante (Gadotti, 2003: 354).
Por tales motivos, otro de los retos que enfrenta la educación a distancia consis-
te en el desarrollo de un lenguaje propio, que realmente comunique pues, como se-
ñala Gadotti, "educación es más que aprendizaje, y lo es, justamente, en la medida
en que implica un proceso de interacción, comunicación y cultura" (Gadotti, 2003:
353). La comunicación, al igual que la educación, está ligada a procesos cognosci-
tivos, pues gracias a ella conocemos el mundo y a los otros. En ambos casos nece-
sitamos manejar una serie de códigos, reglas sintácticas y semánticas mediante las
cuales el lenguaje y, por ende, el mundo, se estructuran. Pero como veíamos antes,
los procesos cognoscitivos son también afectivos, por lo que no debemos relegar
esta dimensión de nuestro análisis.
Ahora bien, ¿cómo se dan esos procesos en la educación a distancia?, ¿cómo in-
teractuamos?, ¿cómo nos comunicamos?, y ¿cómo transmitimos, transformamos,
y renovamos la cultura en este contexto? La comunicación educativa virtual es un
elemento clave en los procesos de aprendizaje que se realizan a distancia, pues la
propuesta pedagógica debe verse mediatizada por un sistema de interacción fluido
y significativo para quienes participan de ella. Sin embargo, la modalidad virtual
presenta ciertas desventajas en lo que respecta a la formación ética del sujeto pues,
como señala Bilbeney, "si el prójimo no está próximo, y ni siquiera, por falta acu-
mulada de profundidad, puedo imaginármelo como tal, reduzco toda relación sub-
jetiva con él al nivel de la frialdad de una información por la que sólo «sé» algo a
144 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
su respecto" (Bilbeney, 1997: 92). Pero ¿por qué resulta tan importante la interac-
ción «cara a cara»?, ¿qué es lo que hace de este tipo de interacciones, mucho más
simples quizás, el fundamento de una relación interpersonal más vasta?
Proxémica ( del latín próximus: muy cercano) es el nombre con el que se cono-
ce a la ciencia que, en la década de 1960, se puso de moda para estudiar los indica-
dores del comportamiento comunicativo en relación con el «espacio personal». En
nuestros días, con menos entusiasmo que en aquella época, aún la proxémica es-
tudia el significado de la proximidad y la distancia entre interlocutores durante la
interacción, lo cual pone de manifiesto la necesidad y el interés puesto por el hom-
bre para descifrar la trama lingüística y gestual que se teje en nuestro trato con los
demás. De ahí que, como señala Gimeno, "los retos hoy planteados no se satisfa-
cen con fórmulas sencillas, pues son los pilares maestros de la educación y de su
funcionamiento los que están afectados; hoy, más que certezas, lo que tenemos son
preguntas" (Gimeno, 2013: 250).
¿Cómo discernir a la distancia aquellos sutiles signos de la voz, de la mirada,
de los gestos o del comportamiento del estudiante que solíamos reconocer en la
presencialidad?, ¿cómo identificar sentimientos de tristeza, aburrimiento, alegría,
miedo o, simplemente, esas señales de frustración, entusiasmo, interés o desin-
terés que nos ayuden a intervenir apropiadamente? Debemos aprender a desci-
frar un lenguaje nuevo, signos y códigos inexplorados para nosotros y que son los
que ahora componen ciertos sentidos para el estudiante. Debemos también prestar
atención a la redireccionalidad del conocimiento y la retroalimentación educativa
en la distancia, pues hoy asistimos a un viraje en el que es el docente quien nece-
sita ser constantemente retroalimentado para poder dar de sí lo que el estudiante
realmente necesita, pues el fenómeno de la comunicación, como señalan Maturana
y Varela, ''no depende de lo que se entrega sino de lo que pasa con lo que se reci-
be" (Maturana y Varela, 1984: 160).
De ahí que, frente al éxito de los recursos tecnológicos digitales, orientados a
los aprendizajes de contenidos, y ante la imposibilidad de remplazar en dicho en-
torno las relaciones «cara a cara», la tecnología educativa debe enfocarse más en
el enriquecimiento de las interacciones, en el andamiaje y permeabilidad emocio-
nal que deben de proveer dichos medios para lograrlo, y no tanto en los propios re-
cursos digitales y virtuales que ya han alcanzado importantes resultados. Se trata,
pues, de repensar la intencionalidad didáctica, a la luz de las mediaciones tecnoló-
gicas, y de comprender cómo se vinculan el conocimiento pedagógico y la prácti-
ca educativa en dicho contexto.
Ahora bien, aunque el fenómeno de la globalización, en su origen, se sitúa prin-
cipalmente en los espacios de la economía, es claro que su expansión afecta a los
diversos ámbitos de la sociedad y que sus consecuencias repercuten en toda la vida
social. Como resultado de ello, la sociedad enfrenta graves problemas de frag-
mentación, como lo indicábamos antes, tales como la manifestación de una mu!-
8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:. 145
ticulturalidad no resuelta y también de una creciente desigualdad en el acceso a la
educación. En este contexto,
una preocupación normal entre los profesores es que las escuelas modernas tienden
a funcionar como los negocios, a llenarse de mediciones del tipo de «rendimiento de
la producción», «cifras de producción», «aumento de índices de éxito planificado»,
«efectividad del profesorado», «resultados de los exámenes objetivos». En conse-
cuencia, la capacidad y la inclinación de los profesores a reflexionar sobre la natu-
raleza pedagógica de sus vidas con los estudiantes se atrofia por la cosificación y las
condiciones alienantes en que tienen que trabajar (van Manen, 1987: 112).
Por eso, como señala Cullen, "en realidad, el dilema es si acaso pretendemos
ser sin estar, y entonces repetimos el eterno retomo de lo mismo, o, por el contra-
rio, si desde el estar sabemos ser, y entonces creamos el mundo de vuelta" (Cu-
llen, 2009: 31).
Una de las preguntas más importantes que debemos formulamos con respecto
la actual situación de la educación tiene que ver, como señala Cullen, con saber si
lograrnos distinguir con claridad las brechas que se abren y las fronteras que de-
marcan los nuevos territorios educativos, es decir, "si optamos por entender la edu-
cación como «mercancía», y la sometemos a las salvajes reglas del juego del mer-
cado que opera el modelo neoliberal, o si optamos por relacionar la educación con
lo que no tiene precio, sino dignidad, que es el derecho humano a aprender y a en-
señar" (Cullen, 2009: 31). Asimismo, debemos considerar la argumentación que
oscila entre los dos polos discursivos: por un lado, la educación entendida como
vía privilegiada para paliar las disfunciones que resultan del modelo socioeconó-
mico y cultural vigente, y por otro, su papel decisivo en la transformación y cam-
bio de los modelos de sociedad en los que participamos (Torres, 1998: 12).
La pérdida de confianza en las posibilidades de una racionalidad técnica y el
declive de los metarrelatos han promovido el redescubrimiento de la dimensión
personal de la relación educativa. Por ello, de la respuesta que demos a esas pre-
guntas dependerá que podamos hablar con sentido de la educación como una
146 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
Para Bilbeney, toda sensibilidad empezó con el tocar. Luego, con la vista, vino
la especialización, que es el sentido de la distancia, "más «claro» pero también me-
nos entrañable que el anterior [ ... ] tacto y vista nos llevan, pues, al oído, que se
encuentra --dice Herder al estudiar el lenguaje--- en el centro coordinador de los
cinco sentidos" (Bilbeney, 1997: 78). Y no es fortuito que «sentido» y «sentidos»
tengan la misma raíz en el tiempo de la cultura, ese remitir a «lo sensato», y ese «ir
148 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
hacia algo con todos nuestros sentidos» indican la dificultad de separar sensación
y sensatez, cordura y sensibilidad, aunque posteriormente la cultura haya impug-
nado sus especificidades (Bilbeney, 1997: 84).
Lo cierto es que separar en las normas de conducta la razón y los sentidos resul-
ta absurdo, pues si bien la modernidad se ha esforzado por mantener esta distinción
analítica en el plano de lo real, nuestro actuar está impulsado por funciones tanto
cognitivas como emotivas. Así, ser racional no es lo opuesto a ser sensible, sino a
ser irracional; esto es así en la medida en que lo sensitivo está en la base de nues-
tros juicios morales y, a la vez, permite el desarrollo de lo cognitivo en la moral. De
esta manera, el paso de una ética proximal a una distal no sólo tiene que ver con los
modos de interacción, es decir, con el paso de lo sensitivo a lo cognitivo, sino con
las dificultades que plantea la reciprocidad y la imparcialidad en la conducta. Ade-
más, como señala Bilbeney, "la ausencia del contacto personal es un impedimento
radical incluso para el desarrollo de una ética cognitiva del mínimo común moral
[ ... ] si menguan en nuestra cultura las oportunidades de tacto y Inirada, no es com-
patible defender un mínimo moral para todos y al mismo tiempo ser optimista ante
el futuro de la moral" (Bilbeney, 1997: 188).
Para van Manen, «tener tacto», en sentido general, significa que respetamos la
dignidad y la subjetividad del otro, y que procuramos ser receptivos y sensibles a
su vida intelectual y emocional, de ahí que el tacto pedagógico sea entendido por
el autor de El tacto en la enseñanza (1998) como "la práctica de orientarse ha-
cia los demás" (van Manen, 1998: 139). Pero el primero en introducir la noción
del tacto en el discurso educativo fue el educador alemán Johann Friedrich Her-
bart quien, en su primera conferencia sobre educación en el año 1802, dijo a su au-
diencia: "La verdadera cuestión de si un educador es un buen o un mal educador
es simplemente esta: ¿ha desarrollado esta persona un sentido del tacto?" ( citado
por van Manen, 1998: 140). En este sentido, Herbart señalaba que el tacto ocupa
un lugar esencial en la acción educativa práctica, la cual depende directamente del
sentimiento (das Gefahl), y se manifiesta en la capacidad de emitir juicios y to-
mar decisiones. De esta manera, el tacto tiene que ver con la naturaleza misma de
la praxis pedagógica.
Herbart tampoco fue el único que utilizó la noción de tacto para referirse a una
cualidad especial de la interacción humana. Hermann Helmholtz, psicólogo con-
temporáneo de Herbart, alude a dos aspectos que sugieren que el tacto no es sim-
plemente un sentimiento o una inclinación inconsciente, sino más bien un cierto
modo de saber y de saber estar, que engloba la importante noción humana y cien-
tífica de Bildung y que, aunque mucho más vasta, habitualmente se traduce como
«formación». Por su parte, el filósofo Friedrich Schleiermacher se refirió a la no-
ción de «tono» para describir esa cualidad especial de la interacción humana que
permite a una persona comportarse con sensibilidad y flexibilidad con los demás.
8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:. 149
Un «buen tono» implica más que la entonación lingüística o el tono de voz; se con-
sigue mediante instrumentos comunicativos como el guiño, la mirada o el gesto, la
sonrisa o el silencio, la postura o la presencia. Ahora bien, para aclarar el sentido
de las nociones de «tono» y «tacto», van Manen refiere al ámbito de la música, que
es en el cual se originó el concepto de tacto:
En música, Takt es la palabra alemana para «tiempo», la unidad del tiempo en
música. La palabra alemana para la batuta de director es Taktstock, el compás que
marca el tiempo. El término latino tactus es un término de los siglos xv y XVI para
«golpe», ambos con un significado temporal como en la «batuta del directorn. La no-
ción musical de tiempo se refiere al «pulso» que subyace en un trabajo musical y el
tiempo o pulso son elementales en la calidad rítmica de un trabajo. El tiempo o el
pulso rítmico es el alma de la música. El músico sabe que el tiempo, el pulso o el rit-
mo pueden existir sin melodía, como en los grupos de percusión o en los tambores de
la música africana, pero la melodía no puede existir sin ritmo [... ] Más tarde, los di-
rectores dejaron de marcar el tiempo con una vara, y eso pudo tener algo que ver con
el cambio de función del Takt en la música [... ] Este cambio de Takt desde el modo
regular, mecánico y vigoroso hasta formas más sutiles y refrenadas, puede haber con-
tribuido a la aplicación de la noción del tacto a la esfera social, donde adquirió el sig-
nificado de sensibilidad sutil y de contención en las relaciones e interacciones huma-
nas (van Manen, 1998: 144).
Por su parte, el término tempus podría derivar de la dimensión pulsológica tem-
poral, es decir, del sentido anatómico y con relación a las sienes (llamadas tempora
en latín), como el lugar donde se mide la velocidad de las pulsaciones del corazón.
Además, el verbo alemán stimmen también se utilizaba en el entorno musical para
designar la acción de afinar, «poner a tono» un instrumento, y del que posterior-
mente se llevó a cabo la traslación del significado originario hacia la disposición
afectiva del hombre. Además, el término Gefii.hl significa «sensibilidad», «sen-
timiento»: la cualidad sensitiva de tener un «sentimiento» por algo. De ahí que,
"para tener tacto con otra persona, uno debe ser capaz de «oír», «sentir», «respe-
tar» la esencia o la singularidad de esta persona" (van Manen, 1998: 144).
Ahora bien, este breve excurso no solo permite comprender las sugerentes po-
sibilidades metafóricas del tacto en la música, y su paralelo en la educación (ar-
monía, ritmo, tiempo, pulso y corazón ... ), sino que pone en evidencia la estrecha
relación entre sensibilidad y sentido, lo cual resulta muy relevante para nuestro
análisis. Por ejemplo, el saber escuchar sin juzgar es esencial para percibir y en-
tender la subjetividad de los sentimientos del otro, sus emociones, y la forma que
el otro tiene de darle sentido a las cosas. Algunas veces es suficiente con estar dis-
ponible; otras, sin embargo, es preciso provocar a través de preguntas, pero en todo
caso habrá que ser muy perceptivo para saber cuándo es buen momento para cada
cosa. Y si esto resulta dificil en la presencialidad, ¿cómo será a distancia? Este tipo
de comprensión puede contribuir a aumentar la posibilidad del conocimiento de sí
150 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
mismo y de la responsabilidad del otro, por lo que no podemos perder esta oportu-
nidad formativa. Pero ¿qué sucede con la sensibilidad en la mediación tecnológi-
ca?, ¿cómo afecta el trato la alteración de los sentidos en dicho ambiente? ¿Y qué
repercusiones tiene en la formación humana? He aquí un reto más que no podemos
dejar de señalar, pues resulta evidente la falta de teorías educativas específicas que
permitan abordar la problemática de las interacciones mediadas por tecnologías.
De hecho, como indica van Manen,
las teorías de la educación, sorprendentemente, guardan silencio respecto a la impor-
tancia de la calidad del tacto y sus manifestaciones. ¿Es debido a que asumimos que
el tacto es simplemente un extra, algo quizás deseable, pero en realidad superfluo en
la verdadera tarea de educar? ¿O es porque el tacto ocupa una parte tan evidente de la
vida cotidiana que no solemos preguntarnos su significado? (van Manen, 1998: 149).
Sea como sea, lo cierto es que el tacto y la comprensión pedagógica se carac-
terizan por una cierta intencionalidad que debe estar presente en cada acción. Se
trata de un saber escuchar y un saber comprender que logra interpretar cuándo es
preciso el silencio, y cuándo y cómo plantear una pregunta que ayude a clarifi-
car la importancia de los pensamientos y los sentimientos compartidos. Para ello
es necesaria la retroalimentación del estudiante a través de su gestualidad y de su
voz. Interpretar estos gestos a distancia resulta una tarea dificil, pero no imposible,
pues consiste en descifrar ese nuevo código e incorporarlo tanto a nuestra prácti-
ca profesional como a nuestro ser social. Como señala van Manen, "el tacto inte-
gra de una forma más íntima la mente y el cuerpo, el intelecto y el corazón, la ra-
zón y el sentimiento [... ] El tacto no es una habilidad que podamos utilizar, es algo
que somos" (van Manen, 1998: 210). Por eso, como indicábamos arriba, la crisis
educativa de hoy se traduce también en ese desajuste comunicacional que produ-
ce inseguridad y perplejidad, "pero sobre todo repercute en la identidad personal
y profesional; principalmente en el caso de los docentes, pues su misma persona-
lidad está implicada en el trato que se establecen con otras personas" (Gimeno,
2013: 249).
De ahí que, como indicábamos antes, hoy los grandes desafios de la educación
en general, y a distancia en particular, implican comprender la palabra como un
don, como algo que se da y se toma, y hacerlo con la coherencia ética que ello exi-
ge, es decir, relacionando lo que hacemos con lo que decimos, lo que pensamos y
lo que sentimos. Pero también implica el desarrollo de un lenguaje propio en este
medio, uno que realmente comunique y facilite la interacción a distancia con toda
la franqueza y la riqueza que se requiere para seguimos formando como personas.
Además, es menester crear espacios y oportunidades de reflexión con otros docen-
tes que permitan comprender mejor las situaciones que vivimos y las respuestas
que damos a dichas situaciones. Para ello, debemos lograr también la retroalimen-
tación mutua de los campos de la investigación y la práctica educativas, pues sin
8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:. 151
diálogo entre dichos campos, seguiremos fomentando tanto la fragmentación e
inoperancia de los saberes, como las prácticas irreflexivas y sin fundamento.
Por último, aunque quizás sea esto lo más importante, quisiera señalar la im-
portancia de la rehabilitación del sentido propio de la formación humana, pues
como veíamos antes, las condiciones actuales del quehacer educativo reducen la
labor docente a la de un mero ejecutor de planes y programas ya establecidos,
imponiendo contenidos que se adapten a la lógica de los mercados. Desde ese
punto de vista, la acción educativa minimiza el valor de los fines y los separa de
los medios que los hacen posibles, estableciendo una relación instrumental entre
ambos, lo cual implica que los fines educativos pierdan su eminente carácter ético
y político. En última instancia, como señala Gadotti,
en la sociedad de la información, la escuela debe servir de brújula para navegar en
este mar del conocimiento, superando la visión utilitaria de únicamente ofrecer in-
formación «útil» para la competitividad, para obtener resultados. Se debe ofrecer
una formación general para una educación integral. ¿Qué significa servir de brúju-
la? Significa orientar críticamente, sobre todo a los niños y jóvenes, en la búsqueda
de una información que los haga crecer y no embrutecer [... ] Educación es más que
enseñanza y aprendizaje, como decía Paulo Freire: es dar sentido a cada una de nues-
tras acciones cotidianas. Esta es la finalidad de la educación. ¿Será posible alcanzar-
la a distancia, o intemet volverá al educador siempre presente (virtualmente)? (Ga-
dotti, 2003: 341- 345).
En otras palabras, no debemos olvidar que la verdadera finalidad de la forma-
ción humana es dar sentido a lo que hacemos a partir de lo que somos, y eso es algo
que se aprende siempre en el encuentro con otros, pues subjetividad y alteridad, sin
reduccionismos, son el núcleo fundante de todo acto educativo. De ahí la impor-
tancia de acceder a una comunicación educativa apropiada, siempre con énfasis en
la formación humana, y que se adapte a cualquier contexto.
Bibliografía
Barrio, J. (2005). "Educar en un contexto des-deducativo: desafio actual de la edu-
cación en Europa", Educación y educadores, 8: 161-171.
Bilbeney, N. (1997). La revolución en la ética. Hábitos y creencias en la sociedad
digital. Barcelona: Anagrama.
Corea, C. y Lewkowicz, l. (2013). Pedagogía del aburrido. Escuelas destituidas,
familias perplejas. Buenos Aires: Paidós.
Cullen, C. (2009). Entrañas éticas de la identidad docente. Buenos Aires: La Crujía.
- (2015). "La ética docente entre la hospitalidad y el acontecimiento". En: Ra-
mirez Hemández, Irazema Edith (Comp.). Voces de lafilosofia de la educación.
México: Ediciones del Lirio.
152 8. LAS PRÁCTICAS DOCENTES EN EL ESPACIO VIRTUAL:.
9.1 Introducción
Para enfermeras y enfermeros, la decisión de estudiar el posgrado en Ciencias
de la enfermería implica alinearse con el objetivo institucional de formar investi-
gadores que sistematicen hechos y fenómenos de esta área del conocimiento. Por
lo tanto, la formación del estudiante requerirá un alto nivel de autonomía dirigi-
do a la construcción de conocimiento para abordar aquellos aspectos de la reali-
dad que requieran una explicación sistematizada en este campo del saber. En este
sentido, al concluir los estudios, se espera que el egresado tenga las bases teóricas
relacionadas con el objeto de estudio de la ciencia de enfermería: el cuidado. De
acuerdo con Siles y Solano (2011 ), el cuidado es un procedimiento por medio del
cual se garantiza el bienestar, la integridad y la armonía en las distintas etapas que
constituyen la vida humana, el cual se aborda a través del proceso de investigación
científica por tratarse de una actividad compleja que obedece a diversas necesida-
des que demanda el individuo sano o enfermo. Consecuentemente, las ramas ter-
minales del posgrado en Ciencias de la enfermería de la BUAP están enfocadas en:
a) efectuar investigaciones aplicadas a la innovación y liderazgo en la prácti-
ca profesional de la enfermera;
b) diseñar y ejecutar programas de investigación en su área de concentra-
ción, y
e) desarrollar investigación asociada a la educación para el cuidado de la sa-
lud en enfermería.
9.2.1 Actitud
Desde la psicología social se han propuesto varias definiciones que surgen de
diversos estudios realizados sobre la actitud. Dado el interés de esta investigación,
este concepto se aborda desde un enfoque dinámico, basándonos, principalmen-
te, en la revisión hecha por Morales, Moya, Gaviria y Cuadrado (2007). Así pues,
se caracteriza la «actitud» como un proceso dinámico que involucra la dimen-
sión cognitiva, afectiva y conductual. La dimensión cognitiva está mediada por
las creencias, la afectiva involucra sentimientos y emociones, mientras que en la
conductual se distinguen intenciones, disposiciones y comportamientos, elementos
que dotan al individuo de coherencia y certeza para conformar una actitud que fa-
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 155
9.2.2 Percepción
La psicología social define «percepción» como el conjunto de actividades re-
lacionadas con la estimulación de los sentidos: a través de éstos la persona obtie-
ne información del entorno en el que se desenvuelve. Al respecto, Botella (1999)
menciona que la percepción es producto del desarrollo cognitivo que inicia por la
retención de un estímulo sensorial del mundo externo que es captado por la perso-
na, desencadenando formas de ordenación y clasificación de todo cuanto le rodea.
A causa de esto, desarrolla la capacidad de percibir la realidad como algo compren-
sible y reconocible. De acuerdo con el autor, esta actividad transita por tres fases:
a) la imagen mental que se forma con la ayuda de la experiencia y necesida-
des;
b) el tránsito por un proceso de selección e interpretación, y
c) la corrección de sensaciones.
Estas tres fases se generan de acuerdo con referentes que provienen del ámbito
cultural e ideológico, los que son aprendidos e interpretados y, al mismo tiempo,
dan sentido de ubicuidad en el mundo.
En consecuencia, la percepción se caracteriza por albergar experiencias, cono-
cimientos, motivaciones y decisiones que obedecen a intereses que surgen de la
interacción entre individuos y sus entornos (Allport, 1974). Por lo tanto, la percep-
156 9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA ..
9.2.3 Motivación
En cuanto a la motivación, la sociología plantea que esta se conforma por el
conjunto de razones que afecta el comportamiento de las personas, la cual genera
la ejecución de actos concretos ante diversas situaciones que se presentan en los
diferentes entornos mencionados con anterioridad. De acuerdo con Milis (1981),
para tal efecto el sujeto requiere de elementos discursivos de atribución y asimis-
mo de un argumento que justifique su proceder ante situaciones producto de los
hechos sociales en los que está inmerso. Siguiendo con este autor, se trata de un
evento socialmente establecido, pues requiere de la aceptación de los integrantes
del ámbito social de la persona, quien a través de la explicación y descripción sus-
tenta su conducta. Debido a esto, la comunicación resulta importante porque deto-
na el repertorio lingüístico que justifica ante los otros la causa de las acciones, mo-
mento en el cual dejan de ser una percepción interna e individual para convertirse
en la expresión de la voluntad personal. Por consiguiente, conforme la motivación
se divulga se considera fiable, factual y literal, por esto la motivación es sensible
a la comprobación y definición de ideas que justifican las acciones (Potter, 1998).
Como se observa, estas categorías mentales son, en primera instancia, una con-
dición del funcionamiento humano individual, que en el momento de ser expresa-
das vinculan al individuo con el mundo y son susceptibles de ser contrastadas en
el ámbito social, lo cual conlleva a un estado de reflexión que posibilita la adapta-
ción, mantenimiento e interdependencia en el entorno en el que interactúa.
9.3 El relato
El relato es un instrumento de recolección de datos que se emplea en la meto-
dología cualitativa, de la cual es conveniente señalar que se orienta a la descripción
y el conocimiento de fenómenos sociales que se originan en el ámbito en que una
persona se desenvuelve. En este caso, el investigador debe estar dispuesto a formar
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 157
parte del contexto que le interesa estudiar, tomando en cuenta que las personas ex-
perimentan el mundo social como una realidad llena de significados que le permi-
ten tipificar objetos y personas.
A través de estas tipologías los individuos se relacionan entre sí y toman acuer-
dos con respecto a las cosas y el modo de agruparlas, esto permite concebir el mun-
do como algo ordenado, habitual, rutinario y conocido. Por lo tanto, al adentrarse
en ese mundo, le es posible al investigador acceder a la interpretación que el sujeto
de estudio hace del mundo vivenciado colectivamente (Simmel, 1977). De acuerdo
con lo anterior, el relato es un testimonio a través del cual se conoce la experiencia
vivida del individuo, es decir, se trata de un discurso narrativo elaborado por el su-
jeto investigado, del cual el investigador, en una relación dialógica, obtiene infor-
mación que el mismo relato va generando (Bertaux, 2005).
Es necesario puntualizar que la implementación de este instrumento requiere de
una fase de exploración, la cual consiste en establecer conversaciones informales
de las que se obtienen las particularidades del contexto a estudiar. Posteriormente,
los relatos se convierten en recursos conversacionales que modifican la informa-
ción en la medida que la interacción progresa, lo que permite detectar la identifi-
cación, autojustificación, autocrítica y la solidificación social (Gergen, 1996). En
esta investigación se empleó el relato tomando en cuenta su carácter narrativo y re-
lacional, de lo cual se desprenden las siguientes consideraciones:
a) Procura la comprensión de la formación investigativa;
b) demanda la participación de los estudiantes para modificar sus propias
practicas formativas;
e) exige una actuación de colaboración e
d) implica el analisis crítico de las situaciones.
9.4 Desarrollo
Antes de abordar la forma de trabajo durante el seminario, cuyo producto final
consistió en presentar un proyecto de investigación, se informó a los estudiantes acer-
ca de la importancia de su participación en esta investigación. Asimismo, se desta-
có la importancia de rescatar, por medio del relato, la experiencia vivida en su primer
contacto con la metodología de la investigación, de la elaboración del proyecto de
investigación y sobre la formación como investigadores en ciencias de la enferme-
ría. Enseguida se procedió a la firma de un acuerdo de confidencialidad, donde se ex-
plicitaba que la información obtenida se utilizaría únicamente con fines de difusión
académica y respetando el anonimato de los participantes, lo cual dejó implícito el
compromiso ético por parte del investigador y de los estudiantes sujetos de estudio.
Finalmente, consistió en una serie de tareas relacionadas con la materia, a las quepa-
ralelamente se sumaron actividades concernientes al desarrollo del presente trabajo.
158 9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA ..
b) Práctica institucional
Conforme a lo expresado por los estudiantes, en esta subcategoría se encuen-
tran las investigaciones que estudian la práctica que se lleva a cabo en los hospi-
tales, la cual está sujeta a la estructura organizacional de las distintas instituciones
que ofrecen servicios de salud, sean públicos o privados. De acuerdo con esto, es-
tablecen la diferencia entre las actividades que se realizan en el sector privado y el
público, pues en este último la enfermera participa en la promoción y prevención
de la salud, a través la implementación de actividades educativas enfocadas al cui-
dado de la persona, la familia y la comunidad:
es interesante ver que las investigaciones de este tipo establecen la diferencia en-
tre una actividad asistencial de la enfermera y una actividad educativa, pues por lo
que leí, la enfermera también realiza actividades preventivas aparte de las curativas
y con calidad a las personas, es decir, la práctica de la enfermera no se reduce a ser
solamente asistencial, sino que también realiza una práctica de prevención de enfer-
medades por medio de la educación para la salud (A:2).
a) Tensión emocional
Según la información obtenida de los relatos, la tensión emocional se puede in-
terpretar como el cúmulo de sensaciones que son vivenciadas por el estudiante ante
lo desconocido. De acuerdo con esto, se observó que es un proceso que se da en
dos etapas. La primera genera la percepción de sensaciones no gratas: estrés, inse-
guridad y falta de confianza en sí mismo. La segunda es la etapa de transición; se
produce cuando se ha confrontado el hecho desconocido y las antiguas sensacio-
nes se modifican en seguridad, la cual se vive, de acuerdo con uno de los estudian-
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 161
tes, como ''una experiencia edificante" (A:9). Otro lo expresa así: "Hay mucho que
me aporta el curso, para poder empezar mi proyecto de investigación, me ayuda a
tener más confianza en mí" (A: 2).
b) Autorreflexión
La autorreflexión es un proceso cognitivo a través del cual el estudiante rein-
terpreta de forma sistematizada el conocimiento. Esto lo manifiesta como una
sensación de incertidumbre ante la exigencia que impone adentrarse al nuevo
conocimiento, ya que se trata de un momento en el cual se ve obligado a mos-
trar su capacidad reflexiva para objetivar de manera verbal o escrita el nuevo co-
nocimiento. Así pues, en los estudiantes se advirtió que, pasado este momento,
fueron capaces de estructurar conceptos que facilitaron la comunicación, "me re-
troalimentó hablar de mi propio trabajo y observando los trabajos de mis com-
pañeros en un primer plano, veo en mi propio trabajo mis deficiencias y puntos
a favor" (A:6).
c) Práctica disciplinar
De acuerdo con la información proporcionada por los estudiantes, interpretan
práctica disciplinar como la disposición para efectuar tareas y desarrollar la ca-
pacidad cognitiva relacionada con un determinado campo disciplinar. Al mismo
tiempo sugieren que se compone de los siguientes elementos: disciplina, dedica-
ción, constancia y capacidad de análisis para alcanzar el objetivo deseado, "Lama-
yor dificultad considero es el tiempo ya que es muy corto para poder desarrollar un
proyecto tan ambicioso como es un ante proyecto de investigación, sin embargo,
con disciplina y constancia se pueden lograr muchas cosas" (A:9).
a) Toma de decisiones
En el contexto de esta investigación, los estudiantes definieron toma de deci-
siones a la capacidad de hacer un juicio intelectual y de selección ante la comple-
jidad de alternativas que se presenta y que definen el curso de acción del trabajo
a realizar. De acuerdo con esto, se observó que, en la toma de decisiones respec-
to a su proyecto, consideraron los siguientes elementos: formulación de la pregun-
ta, identificación de fuentes, mecanismos de búsqueda, y registro de resultados. En
este sentido, se aprecia que la experiencia vivida por parte del estudiante redituó en
la conformación de un criterio de delimitación con el que se logró centrar el pro-
yecto de investigación hacia el cuidado. Desde esta mirada, los trabajos se orien-
taron hacia la prevención y la práctica de enfermería en los hospitales; al respecto
resaltaron la importancia del fundamento teórico de la enfermería basada en evi-
dencia, que emerge de diversos estudios realizados por esta disciplina (Orellana y
Paravic, 2007).
Mi trabajo lo quiero hacer sobre el cuidado del neonato que está en la unidad de
cuidados intensivos, y revisando distintos artículos me di cuenta que hablaban de la
enfermería basada en evidencia, entonces decidí que podía basarme en esta parte de
la enfermería, pues son procedimientos que se han estudiado y sustentando cuál es la
mejor forma y encontrar la base científica para poder hacer un procedimiento para no
caer en errores, entonces me di cuenta de que hay evidencia científica documentada
para estudiar a los neonatos (A:3).
b) Limitaciones
Estudiar la maestría en ciencias de la enfermería habilita al personal enferme-
ro, entre otras cosas, para desarrollar una nueva forma de concebir la práctica pro-
fesional cuya esencia es el cuidado, para tal fin se les provee de teorías, ideas y
conceptos que emergen de la ciencia de enfermería con la finalidad de desarrollar
un pensamiento acorde con su actividad. Sin embargo, esta generación de conoci-
miento ha estado acompañado por el uso de las tecnologías de la información y co-
municación (TIC), que han servido a su vez para organizar registros, crear bases de
datos y hacer evaluaciones preliminares que después se vuelven un reporte por es-
crito y que más tarde aplican en su actividad hospitalaria. Es decir que las TIC son
un instrumento estrechamente ligado a su actividad académica y hospitalaria, aun-
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 163
que, para algunos estudiantes, la falta de conocimiento sobre su uso es una limitan-
te que influye en dicho desarrollo, por ejemplo:
Yo no puedo con la computadora[ ... ] ¡mi debilidad! Y la he tratado de vencer y
no puedo siento que me roba mis pensamientos, de veras, prefiero escribir, hacer un
mapa de conceptual y ya[ ... ] he buscado quien pase mis trabajos en computadora,
porque es una debilidad que tenemos en nuestra formación y es que yo me he queda-
do a escribir a la una, dos de la mallana y es un desgaste porque no tengo esta habili-
dad que exige la maestría (A:3).
a)Actitud
La definición de «actitud» que emergió en el primer momento de esta investiga-
ción fue reinterpretada, lo que evidenció su carácter dinámico (Morales, J., Moya,
M. y Gaviria, E. y Cuadrado, l., 2007). Sin embargo, el análisis de los relatos es-
critos en la última sesión, mostraron que están implícitos pensamientos, creencias,
sentimientos, emociones, intenciones, percepciones, motivaciones y disposición,
que se expresaron como un "interés deseado" (A: 5). Por lo tanto, el interés desea-
do por el estudiante se convierte en la metáfora del anhelo de lo ideal y de la es-
peranza. En otras palabras, lo intangible se cristaliza en el futuro. Tal como lo re-
fieren las distintas expresiones recuperadas de los relatos: "promover un liderazgo
que fomente la relación de la disciplina con la atención de las necesidades de sa-
lud de la persona sana o enferma, familia y comunidad" (A:4); "asumir una postura
crítica y propositiva frente a diversos aspectos sociales, como el aborto, la homose-
xualidad o la interculturalidad" (A: 3); "ser incluyentes y desprovistos de discrimi-
nación" (A: 1); "desarrollar la capacidad de negociación y manejo de conflictos en
la toma de decisiones de alta complejidad" (A:3) o, a modo de resumen:
164 9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA ..
b) Formación investigativa
Según lo expresado por los estudiantes, es el proceso cognitivo a través del cual
se adquieren las bases metodológicas para desarrollar y producir investigaciones.
El cual comprende una dinámica que exige una reflexión constante por parte del
novel investigador, ya que la delimitación de problemas prioritarios para la inves-
tigación en enfermería es una labor que requiere de una capacidad de abstracción
para después estar en condiciones de elaborar conceptualizaciones, sin dejar de
lado habilidades más prácticas tales como manejo de sistemas informáticos, pro-
cesamiento de datos, lectura y comprensión de textos en otro idioma. Al respec-
to se observó un cambio en relación con la concepción previa de la investigación
científica, ya que mostraron disposición para tener mayor conocimiento sobre este
tema. Del mismo modo, tomaron conciencia de la importancia que tiene adquirir
conocimientos sobre el manejo de sistemas informáticos, procesamiento de datos,
lectura, comprensión de textos en otro idioma, aprender a escribir un informe y ar-
tículos de investigación, lo que sugiere una redefinición de sí mismos y de la im-
portancia de los estudios de posgrado:
Cuando estaba empezando mi proyecto, en mi trabajo me pidieron que hablara
de lo que estaba haciendo, por ejemplo en aula de enseflanza había médicos, quími-
cos y otras enfermeras, entonces se referían a mi como el trabajo de la enfermera, la
presentación de la enfermera, eso me fortaleció, porque estaba con un grupo de pro-
fesionistas en el cual estaba yo representando, creo, a enfermeras que investigan y el
médico y el químico me preguntaban y de pronto me pedían que les ayudara (A:7).
c) Valores éticos
En sus reflexiones, los estudiantes relacionaron los valores éticos con la mo-
tivación. Retomando a Milis (1981), «motivación» es un término establecido
socialmente, a través del cual la persona interpreta y da sustento a sus accio-
nes y su actuar por medio de la descripción de las conductas que lleva a cabo
en el grupo social en el que se desenvuelve. De acuerdo con los estudiantes, en
la profesión de enfermería, los valores éticos son sustento y motivaciones que
se mantienen, pues estos se encuentran mediados por la ley (Pasto, 1996). Por
tal motivo, para ellos el sentido de respeto por la vida es el valor supremo que
conduce la práctica de los enfermeros, de lo cual destacan el espíritu de servi-
cio y la responsabilidad:
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 165
No puedes tú partir como enfermera y luego como investigadora si no eres gente
con vocación, con valores y eso obviamente viene de la casa, con el deseo de ser en-
fermera y después por el orgullo de ser enfermera, entonces debes tener un poco de
valores que te hagan sentirte enfermera, entonces se necesita de convicción, espíritu
de servicio, valores, orgullo (A:8).
9.10 Discusión
Se observó que un contexto de enseñanza-aprendizaje que reconoce al estu-
diante como un interlocutor sensible a la reflexión permite reconocer la experien-
cia vivida en relación con un tema en particular --en este caso, todos los aspectos
que atañen a la metodología de la investigación-. De este proceso reflexivo, efec-
tuado a lo largo de esta práctica educativa, surgen tres aspectos que sintetizan la
percepción de los participantes acerca de la investigación en enfermería:
1) Avance de la profesión de enfermería;
2) dinámica cognitiva; y
3) perspectiva de la formación investigativa en enfermería.
2) Formación investigativa
De la experiencia adquirida por los estudiantes a lo largo del seminario de in-
vestigación, se distingue la reflexión que realizan sobre el avance de la profesión
de enfermería, pues consideran que dicho avance se debe a la dedicación de los in-
vestigadores en esta área, pero también consideran que hace falta formar más in-
vestigadores y que esta tarea la deben asumir los programas de posgrado, maestría
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA.. 169
y doctorado, así como las personas que realizan estos estudios, ya que conside-
ran que los conocimientos adquiridos a nivel licenciatura y la experiencia empíri-
ca son insuficientes para cubrir las exigencias y el rigor que demanda la investiga-
ción en enfermería.
A partir de las reflexiones vertidas, se observó una reconceptualización de la
investigación, principalmente en los estudiantes que trabajan en hospitales, ya que
después de realizar las distintas actividades que exigió el seminario, la concepción
de la práctica profesional se transformó en una práctica que confronta el saber y el
hacer, pues en el campo hospitalario median formas culturales y organizacionales
que definen la actividad de enfermería. En cambio, en el contexto escolar la forma-
ción investigativa adquiere sentido, pues es donde se promueve la relación entre la
disciplina y la atención de las necesidades de salud de la persona, sana o enferma,
de la familia y la comunidad. Además, permite desarrollar una alta sensibilidad so-
cial, que en la escuela se valora y en el hospital está sujeta a escrutinio.
9.11 Conclusiones
La investigación cualitativa, empleando como instrumento de recolección de
información el relato, permitió, a través de la verbalización y el análisis por par-
te de los estudiantes, transformar la actitud, la percepción, la motivación y la con-
cepción de la investigación científica, pues al promover la expresión de vivencias
en el proceso enseñanza-aprendizaje, el alumno desvela situaciones personales que
manifiesta cuando tiene libertad de hacerlo, lo cual da oportunidad al investigador
de conocer y comprender el proceso subjetivo que acompaña al proceso objetivo
de la formación investigativa.
Por otra parte, también se hacen visibles las afectividades que repercuten en el
interés por la investigación. En este sentido, las reflexiones vertidas por los estu-
diantes establecen una diferencia que estriba en que sus planteamientos se realiza-
ron por medio de un proceso reflexivo, crítico, y consensuado, lo que permitió la
aprehensión de la importancia de la investigación en enfermería. Por lo tanto, la
práctica investigativa adquiere una cualidad relacional, en tanto existe un intercam-
bio de criterios con interlocutores con intereses afines. Además, la actividad mental,
en la que subyacen elementos subjetivos que determinan la acción del individuo -
actitud, percepción y motivación-, que en principio se asumen de manera interna e
individual, también adquiere un carácter relacional cuando se verbaliza. Esto revela
el carácter dinámico de cada una, el cual transita por la interiorización de esquemas
determinados por las relaciones sociales, pasa por la objetivación a través del len-
guaje, y ante una nueva situación, el individuo vuelve a reproducir dichos procesos
para justificar su actuar en el mundo, ante los otros y ante sí mismo.
En lo que respecta al relato, se observó que este se puede realizar como una
práctica verbal o escrita, pues ambas conducen al sujeto a efectuar un proceso re-
170 9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA ..
Bibliografía
Allport, G.W. (1974) Attitudes, en MURCHISON (ed.), Handbook of social psy-
chology, Worcester: Clark University Press.
Berger, P. y Luckmann, T. (2008). La construcción social de la realidad. Buenos
Aires: Amorrortu.
Bertaux, D. (2005). Los relatos de vida. Perspectiva etnosociológica. Barcelona:
Ediciones Bellatera.
Botella, J. (1999). "El estudio experimental de la atención". En: Munar, E.;Ros-
selló J. y Sánchez A.(Eds.), Atención y Percepción (Cap. 2: 63-98). Madrid:
Alianza.
Cabrera, R y Uribe, D. (2015). El oficio de investigar: una estrategia didáctica.
España: Académica Española.
Gergen, K. (1996). Realidades y relaciones: aproximaciones a la construcción
social. Barcelona: Paidós.
Milis, C. W. ( 1981 ). Acciones situadas y vocabularios de motivos. En poder, polí-
tica, pueblo. México: Fondo de Cultura Económica, pp. 345-356.
Morales, J. F., Moya, M., Gaviria, E. y Cuadrado, l. (2007). Psicología social. 3a.
ed .. Madrid: Me Graw-Hill.
Pasto, L. (1977). Manual de ética y legislación en enfermería. México, 1996.
Potter, J. (1998). La representación de la realidad. Discurso, retórica y construc-
ción social. Barcelona: Paidós.
Schütz, A. (1993). La construcción significativa del mundo social. Introducción a
la sociología comprensiva. Buenos Aires: Paidós.
Cibergrafia
Armendáriz, A. y Medel, B. (2009). "Identidad profesional", Revista Mexicana
de Enfermería Cardiológica. 17(1-3). Recuperado de <<WWW.medigraphic.com/
pdfs/enfe/en-2009/en09lh.pdf». Consultado el 14 de abril de 2011.
Balderas, K. (2015, mayo-octubre). "Dinámica de la identidad profesional de la
enfermera", Revista Electrónica de la Red Durango de Investigadores Educati-
vos, A. C., 7(12). Recuperado de «http://redie.mx/librosyrevistas/revistas/praxi-
seducl2.pdf». Consultado el 11 de noviembre de 2017.
9. FORMACIÓN Y PRÁCTICA INVESTIGATIVA... 171
Morales del Río, M. y Torres, V.(201 O). Aproximaciones acerca de identidad pro-
fesional del Trabajador social contemporáneo. Margen 59, 59, 38. REcuperado
de «www.margen.org/suscri/margen59/morales.pdf». Consultado el 13 de fe-
brero de 2011
Orellana, A. y Paravic, T. (2007). "Enfermería basada en evidencia: barreras y estra-
tegias para su implementación", Ciencia y enfermería, 13: 17-24. Recuperado de
«www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S07l7-95532007000100003»
Parra, M. (2004). "Apuntes sobre la investigación formativa", Educación y Edu-
cadores. Recuperado de «www.cva.itesm.mx/biblioteca/pagina_con_formato_
version_oct/apaweb.html». Consultado el 11 de octubre de 2017.
Siles, J., Solano, M. (2011 ). "La historia cultural y la estética de los cuidados de
enfermería", Rev. Latino-Am. Enfermagem, 19(5). Recuperado de «www.scie-
lo.br/pdf/rlae/vl9n5/es_06.pdf». Consultado el 22 de marzo de 2017.
Simmel, G. (2017, octubre 11 )."Sociología. Estudios sobre las formas de sociali-
zación", Revista de Ocidente, Vol.2. Recuperado de «https://dialnet.unirioja.es/
servlet/articulo?codigo=3994 l 25».
Torres, J. y Sanfilippo, J. (2016). "El nacimiento de la escuela de enfermería en la
Ciudad de México (1888-1911)", T, Recuperado de <<WWW.scielo.org.mx/scie-
lo.php?script=sci_arttext&pid=S 1870-7l9X2016000200139». Consultado el
21 de agosto de 2017.
10. Práctica docente y experiencia
en posgrados multimodales
Dulce María Cabrera Hernández 1
10.1 Introducción
La comprensión de la práctica docente en posgrados multimodales exige re-
flexionar sobre algunos de los siguientes aspectos: los modelos de formación y
las figuras docentes, la experticia disciplinar frente a la especialización en y para
la docencia, y sus dimensiones (personal, laboral y técnica). Un primer plantea-
miento se ancla en el trabajo expuesto por De Lella (1999), quien señaló que las
prácticas docentes son acciones orientadas a la enseñanza al interior del aula. Al
respecto, nos interesa puntualizar varios matices: en las condiciones contempo-
ráneas esta práctica comprende múltiples actividades -investigación, gestión,
vinculación-, no se restringe a la enseñanza pero ella constituye su núcleo cen-
' Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Doctora en Pedagogía por Universidad Nacional Autónoma
de México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Consejo Mexicano de Investigación Edu-
cativa (COMIE) y del Programa de Estudios Sobre Universidad Pública (PESUP) de la Universidad de Buenos Ai-
res, Argentina. Lineas de investigación: a) Investigación educativa: experiencia académica y formación; b) Aná-
lisis político de discurso y sujetos educativos. Contacto: «dulcemariacabrera@gmail.com».
Este trabajo se ha desarrollado en el marco del proyecto «Culturas epistémicas, formación científico-tecno-
lógica e innovación en posgrados no escolarizados del PNPC, financiado por el CONACYT, en la convocatoria
2016-01 Fronteras de la ciencia y su publicación fue financiada con recursos del PROFEXCE 2020
[173]
174 10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES
tral; en segundo lugar, la tecnología digital traspasa las fronteras del aula fisica a
la virtual; y en tercer lugar, compartimos con el autor la idea de que esta práctica
tiene un potencial democratizador y transformador de la educación.
En los siguientes párrafos discurrimos sobre estos puntos, tomando como su-
perficie de inscripción a la sociedad del conocimiento y a las tecnologías digita-
les, y que, sin duda han trastocado los procesos y formas de vida. El objetivo de
este trabajo se desarrolla en tomo a la siguiente interrogante: ¿cómo se configu-
ran las prácticas docentes en posgrados multimodales? Al respecto, sostenemos
que las prácticas educativas, centradas en la experiencia, ofrecen a los docen-
tes y estudiantes la oportunidad concebir sus identidades y relaciones a partir de
mediaciones subjetivas y tecnológicas. En esa dirección este capítulo se compo-
ne de cuatro secciones: en la primera abordamos algunos rasgos de la práctica
docente; en la segunda retomamos un viejo debate sobre la incorporación de la
tecnología en el campo educativo, pero adaptamos los términos al uso de las tec-
nologías digitales en sistemas educativos multimodales; la tercera sección está
dedicada al análisis de los programas multimodales y a las tecnologías disrupti-
vas; por último, desplegamos algunos planteamientos sobre el carácter colectivo
de la experiencia y su relevancia para la práctica docente contemporánea y cerra-
mos este capítulo con algunas reflexiones finales.
10.2.2 Especialización
En la educación superior hemos depositado, como sociedad, la tarea de for-
mar a los ciudadanos capaces de ejercer diversas actividades profesionales. Al
respecto, Femández señaló lo siguiente: "La formación profesional es el proce-
so educativo que tiene lugar en las instituciones de educación superior, orienta-
do a la apropiación por parte de los alumnos de los conocimientos, habilidades y
actitudes, valores culturales y éticos, contenidos en un perfil" (Femández, 2012:
65). La cita anterior apunta a que las instituciones de educación superior buscan
formar estudiantes capaces de desarrollar actividades especializadas en diversas
áreas de conocimiento. Cabe señalar que esa habilitación se realiza por profesio-
nales encargados de preparar a los noveles en diversas disciplinas y áreas tecno-
lógicas.
La profesora de Química inorgánica de qué es profesional, de la química o de la
enseñanza de la química. Ella es, desde luego, una química porque se formó como
química, posee el titulo de doctora en química, pertenece al grupo profesional de
los químicos, escribe y lee sobre química, se mantiene al día en las cuestiones que
afectan al conocimiento de la química, etcétera. Pero esa identidad profesional no
la convierte en profesora de química (Zabalza, 2009: 74).
En el mejor de los casos, en educación superior y, particularmente, en posgra-
do, los docentes construyen referentes didáctico-pedagógicos a partir de sus vi-
vencias, por ensayo y error, por capacitaciones docentes o formación continua,
entre otros.
Porque el ser profesora de química supone un ámbito de ejercicio profesional di-
ferente al de ser química. Y exigiría el mismo marco de condiciones: formarse como
profesora de química, poseer alguna acreditación reconocida, pertenecer a un cuerpo
o agrupación de profesionales que ejercen tareas similares (el profesorado universi-
tario, en este caso), mantener una formación permanente en el ámbito de la enseñan-
za de la química y disfrutar de cierto nivel de autonomía en su actuación (Zabalza,
2009: 74).
Esas condiciones ya fueron evidenciadas desde la década de 1980 en univer-
sidades de diversos países en carreras como diseño, arquitectura y arte (Schon,
1992; 1998). Desde entonces, ya se mencionaba que la formación tenía como base
el conocimiento que "es especializado, firmemente establecido, científico y estan-
darizado" (Schon, 1998: 33). En otras palabras, el conocimiento era la base de la
formación profesional. Schon sostuvo que esa postura se vuelve limitada e insufi-
ciente porque omite el carácter reflexivo de la práctica docente. Incluso mencionó
que la centralidad del conocimiento especializado ha reducido a los profesionales
a «técnicos» que únicamente responden a las demandas del mercado laboral, dan-
do lugar a un desencanto y desconfianza por las profesiones. Esto se debe, al me-
10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES 177
nos en parte, a la celeridad con que se produce el conocimiento frente a la ralenti-
zación de la formación profesional; es decir, los cambios científicos y tecnológicos
rebasan la velocidad con la que se forman los profesionales en las instituciones
de educación superior, como afirma Schon: "Las profesiones han sufrido una cri-
sis de legitimidad, enraizada tanto en su percibido fracaso para vivir con arreglo a
sus propias normas, como en su percibida incapacidad para ayudar a sociedad a lo-
grar sus objetivos y solucionar sus problemas" (Schon, 1998: 47). Por un lado, se
cuenta con un cuerpo de conocimientos específicos amparados en múltiples disci-
plinas, los cuales permiten identificar ciertos problemas que deben ser resueltos.
En ese escenario, los profesionales lidian con los problemas de su tiempo y crean
infinidad de respuestas; sin embargo, no cuentan con las herramientas para vatici-
nar las necesidades futuras, sobre todo, cuando se generan en los mercados finan-
cieros y sociolaborales.
A partir de lo expuesto, se propone incorporar en la práctica profesional un en-
foque de reflexión en la acción, en el cual se reconoce la importancia de las ac-
tividades rutinarias que revelan un conocimiento tácito sobre lo que hacemos, en
nuestro caso, la práctica docente. Además, se sostiene que es posible identificar
cuándo algunas acciones espontáneas no nos conducen a los resultados esperados
y entonces, la sorpresa da oportunidad al pensamiento para detectar los ajustes ne-
cesarios en nuestras pautas. Cabe mencionar que esos procesos pueden ocurrir de
manera discontinua y con diferentes matices.
La reflexión en la acción posee una función crítica, y pone en cuestión la estruc-
tura de suposición del conocimiento en la acción. Pensamos de manera crítica sobre
el pensamiento que nos trajo a esta situación de apuro o a esta oportunidad; y duran-
te el proceso podemos reestructurar estrategias de acción, la comprensión de los fe-
nómenos o las maneras de formular problemas [... ] La reflexión da lugar a la experi-
mentación in situ. Ideamos y probamos nuevas acciones que pretenden explorar los
fenómenos recién observados (Schon, 1998: 38).
La pertinencia de esta propuesta, respecto de la práctica docente, radica en que
no solo enfatiza el conocimiento sistemático, nos permite incorporar el carácter
reflexivo que el especialista puede tener respecto de su área de conocimiento, sus
acciones rutinarias y sobre las actividades específicas que desarrolla en las insti-
tuciones educativas, interactuando permanentemente con otros sujetos en forma-
ción. Por su parte, Zabalza (201 la) menciona que no basta con privilegiar el cono-
cimiento de los profesionales en sus respectivas disciplinas:
Una priorización excesiva de los componentes científicos o profesionales de la
formación docente puede generar vacíos en otras dimensiones de su formación, so-
bre todo, en aquellos que afectan a su formación pedagógica y personal, pero tam-
bién a su formación cultural. En el fondo, la competencia docente del profesorado
universitario tiene que estar asentada en cuatro ejes fundamentales: el dominio de la
178 10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES
10.2.3 Dimensiones
Zabalza (2009) en su reflexión sobre la práctica docente afirma que una de las
principales dimensiones que la definen es personal. En ésta podríamos incorporar
las relaciones identitarias, la vocación, la motivación, los ciclos vitales, las condi-
ciones laborales de los docentes y las competencias didácticas. La preponderancia
de esta dimensión se toma casi indiscutible a la luz de la experiencia, sin embar-
go, se encuentra infravalorada al interior de las instituciones educativas e invisibi-
lizada en los procesos de evaluación. Hoy sabemos que algunas de esas condicio-
nes se derivan de las políticas educativas de corte neoliberal que han estimulado la
mercantilización de la educación superior desde la última década del siglo xx. La
precariedad laboral, las contracciones salariales y el autoempleo se presentan aho-
ra como modos normalizados de existencia:
Produce una cierta angustia solidaria el ver a las nuevas generaciones de becarios
y profesorado novel viviendo un sin vivir con la necesidad perentoria de acumular
méritos a cualquier precio. Eso los lleva a estar inmersos simultáneamente en infini-
dad de tareas: volcados en su tesis, asistiendo a cuanto curso se ofrece, corriendo de
congreso en congreso para obtener un papel con el que engrosar su currículum vitae,
marchando al extranjero por exigencias de las becas, etcétera. Y, a la vez, debiendo en-
cargarse de las clases que nadie quiere con horarios imposibles. Todo ello, que ya pa-
rece abusivo, sólo en una cara de la moneda. Por la otra está la vida personal y fami-
liar que muchos se ven obligados a aplazar porque les resulta imposible compaginar
ambas [... ] se encuentran con una presión institucional y una competencia para con-
solidarse tan fuertes que todo se pone demasiado cuesta arriba (Zabalza, 2009: 70).
En los países latinoamericanos, los docentes noveles se encuentran en condi-
ciones laborales de subcontratación o tienen contratos por tiempo determinado, las
oportunidades de obtener la permanencia o definitividad se han trastocado por la
inexistencia de políticas de relevo generacional, por los mecanismos instituciona-
les de categorización, jubilación y retiro o por estímulos económicos agregados al
salario (Knight, 2005; Cabrera, 2017). Hoy en día, los profesionales engrosan las
filas de competidores que intentan lograr el éxito sin reparar en las constricciones
laborales que enfrentan. Byung-Chul Han mencionó que la exigencia por la hipe-
10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MUL TIMODALES 179
respecialización, el rendimiento y la productividad son característicos de la socie-
dad del cansancio (Byung-Chul Han, 2012). Lo sorprendente es que desde las mis-
mas instituciones de educación superior se estimula la competencia en detrimento
de la formación y el bienestar. Si bien, la práctica docente como actividad reflexi-
va y formativa enriquece a la sociedad y a sus cuadros profesionales, se vuelve in-
negable que hoy en día existen sujetos lastimados con espacios de crecimiento re-
ducidos. Esta presión laboral se vive como presión personal, ante la demanda por
satisfacer las necesidades del mercado, el desempleo o la baja remuneración se
perciben como fracasos individuales.
Además de la dimensión personal y laboral, se encuentra una dimensión téc-
nica, a partir de la cual los profesionales dedicados a la educación superior se les
exige cumplir con estándares, indicadores y competencias (adaptados de Knight,
2005: 39):
•Dominio de los contenidos.
•Conocimiento pedagógico en general y específico de la materia de estudio.
•Conocimiento curricular.
•Conocimiento de los sujetos que aprenden, características y contextos de
procedencia.
•Conocimiento de los contextos educativos, sociales y políticos.
•Conocimiento de los fundamentos de la educación: legislativos, operativos,
propósitos y fines educativos.
La combinación de estos elementos convierte a la práctica docente en "expe-
riencia de intensificación -tener más trabajo, más complejo, más funciones que
desempeñar- se exacerba al tener que realizar trabajos que no hacen sino dis-
traer de los cometidos «fundamentales» de la enseñanza e investigación" (Knight,
2005: 21).
Detengámonos a considerar que los docentes no solo enfrentan situaciones
«personales», como las enunciadas con anterioridad, también deben atender una
serie de demandas pedagógico-didácticas; Connell (citado en Zabalza, 2002: 36)
distingue cuatro funciones específicas: documentación, innovación, reticulación
y crítica. Respecto de la primera, conviene recordar que las instituciones educati-
vas no solo tienen la función de generar conocimientos, sino de preservarlos. En
ese sentido, se suele atribuir una función reproductiva a la práctica docente, lo que
significa que través de los docentes se garantiza la conservación de la disciplina,
los conocimientos específicos de la profesión y con ello su pertinencia social. Asi-
mismo, la innovación, entendida como la actualización del conocimiento técnico
orientado al progreso social, se considera una función que las instituciones reali-
zan a través de las prácticas docentes. La reticulación "implica la utilización de los
más variados y plurales sistemas y soportes de comunicación que permitan la ma-
yor extensibilidad posible del conocimiento" (Zabalza, 2002: 36), por lo tanto, las
180 10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES
En pleno siglo XXI se afirma lo siguiente: "No cabe duda de que la tecnología
se utiliza y se utilizará cada vez más para reforzar el aprendizaje, pero no reempla-
10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES 181
zará el aprendizaje cara a cara" (Vitale, 2001: 9 citado por Knight, 2005: 149). ¿Es
posible seguir sosteniendo estas afirmaciones? Para algunos partidarios de la presen-
cialidad, los programas mediados por tecnologías que pueden «prescindir» de la in-
teracción personal en una misma coordenada espacial y temporal, no reconocen la
relevancia del lenguaje corporal o son incapaces de «percibir» las expresiones huma-
nas (guiños, gestos, señas, etcétera), que son valiosos para la práctica docente. En el
otro extremo se encuentran profesionales que, apoyados en las tecnologías digitales
e informáticas, apuestan por la construcción de entornos y comunidades de apren-
dizaje con vínculos estrechos y duraderos sin necesidad del encuentro personal en
un aula. En ambas posturas encontramos argumentos interesantes, lo que no pueden
negar es que la mediación tecnológica interviene en los procesos formativos en las
instituciones de educación superior y modifican la dinámica de la práctica docente.
' Debo el nombre de este apartado a los abordajes ampliamente trabajados por Carbajal (2003).
10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES 183
sos forman parte de sistemas globales de comercio y consumo, los recursos electró-
nicos y digitales se han sumado a la sociedad y a la economía de los conocimientos.
En este escenario muchas de las instituciones terciarias están propendiendo a es-
pecializarse en la producción y transferencia de saberes en las áreas y campos disci-
plinarios en los cuales poseen ventajas competitivas, bien sean de conocimientos, de
localización, de calidad, de recursos, de marcos normativos, de espacios competiti-
vos, de alianzas internacionales (Rama, 2007: 53).
Aquellos recursos especialmente creados para generar contenidos educativos
cuentan con una circulación acotada y costos más elevados, porque forman parte
de una cadena de producción y consumo orientado a un nicho de clientes: universi-
dades, tecnológicos, institutos y centros de investigación y otros agentes, como los
profesionales dedicados a la docencia, que demandan materiales y contenidos espe-
cíficos. Lejos de traducirse en mayor acceso a menor costo, ha ocurrido lo contrario.
Bibligrafia
Cabrera, D. (2017). "El PROMEP y la formación continua de los profesores uni-
versitarios". En: Femández, J.; Barajas, G. y Flores, D. Educación continua y
formación permanente. Entre la docencia y el saber profesional (pp. 83-104 ).
México: FFyL/El Colegio de Puebla/Dirección General de Fomento Editorial/
BUAP/Newton.
Carbajal, J. (2003). "Internet, lo educativo y la educación: complejo discursivo".
En Granja, J. (Comp.) Miradas a lo educativo. Exploraciones en los límites (pp.
43-64). México: Sade-Plaza y Valdés.
- (2015). "Subjetivación y cambio tecnológico: entre techné y kybemetes". En
Treviño, E. y Carbajal, J. (Coords.). Políticas de la subjetividad e investigación
educativa (pp. 171-182). México: Papdi / Balam editorial..
Chib, A.; Bentley, C. y Wardoyo, R. (2019). "Entornos digitales distribuidos y
aprendizaje: Empoderamiento personal y transformación social en colectivos
discriminados", Comunicar, 58: 51-61. https://doi.org/10.3916/C58-2019-05
Eco, H. (1984). Apocalípticos e integrados. España: Lumen.
Fernández, J. (2012). Estructura y formación profesional. El caso de la profesión
médica. México: BUAP.
García-Aretio, L. (2018). "Blended leaming y la convergencia entre la educación
presencial y a distancia", RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Dis-
tancia, 21 ( l ): 9-22. DOI: https://doi.org/10.5944/ried.2 l. l.l 9683
García-Aretio, L. (2019). "Necesidad de una educación digital en un mundo di-
gital", RIED Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 22(2): 9-22.
DOI: https://doi.org/10.5944/ried.22.2.2391 l
Han, B. (2012). La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder.
10. PRÁCTICA DOCENTE Y EXPERIENCIA EN POSGRADOS MULTIMODALES 193
Knight, P. (2005). El profesor de Educación Superior. Formación para la excelen-
cia. Madrid: Narcea.
Rama, C. (2007). Los postgrados de América Latina en la sociedad del conoci-
miento. México: UDUAL.
Serres, M. (2013). Pulgarcita: el mundo cambió tanto que los jóvenes deben rein-
ventar todo: una manera de vivir juntos, instituciones, una manera de ser y de
conocer. Buenos Aires: FCE.
Schon, D. (1992). La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo di-
seño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Barcelona: Paidós.
Schon, D. (1998). El profesional reflexivo. Cómo piensan los profesionales cuan-
do actúan. Barcelona: Paidós.
Universidad Autónoma de Querétaro. (2019). Doctorado en Educación Multimo-
dal. México: UAQ.
Zabalza, M. (2002). La enseñanza universitaria. El escenario y sus protagonistas.
Madrid: Narcea.
Zabalza, M. (2009). "Ser profesor universitario hoy", La Cuestión Universitaria,
(5): 68-80.
Zabalza, M. (201 la). "Formación del profesorado universitario: mejorar a los do-
centes para mejorar la docencia", Educar;iio (UFSM), 36(3): 397-423. Doi: http://
dx.doi.org/10.5902/198464442969.
- (2011 b). Nuevos enfoques para la didáctica universitaria actual, Revista Pers-
pectiva, 29(2): 387-416, Doi: http://dx.doi.org/l0.5007/2l 75-795X.20l lv29n
2p387
Cibergrafia
Cabrera, D. (2014). "El sujeto en la trama: biografia y poder en-clave posfun-
dacional", Revista mexicana de investigación educativa, 19(63): 1195-
1220. Recuperado de <<WWW.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pi-
d=Sl405-66662014000400009&lng=es&tlng=es». Consultado el 1 de marzo
de 2020,
De Leila, C. (1999). Modelos y tendencias de la formación docente. Recuperado
de «www.oei.es/cayetano.htm». Consultado el 29 de febrero de 2020.
Islas, O. (2019, 17 de mayo). "Falta acceso a Internet en México", en El
Universal. Recuperado de https://www.eluniversal.com.mx/columna/octavio-
-islas/techbit/hace-falta-mas-intemet-en-mexico
11. La práctica docente y la cooperación como
intervención ante problemas emocionales.
Un estudio comparativo entre Cuenca y Puebla
Mayra Elizabeth Guerrero Salinas'
Hadi Santillana Romero2
Sin lugar a duda, resulta imprescindible que dentro de los procesos educati-
vos el docente conciba al alumno a partir de una perspectiva integral, en la que se
articulen sus conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas con sus emo-
ciones; tomando conciencia de la importancia de incluir la educación emocional
dentro del proceso de formación del infante y, por ende, en estructurar una prácti-
ca docente que permita la inclusión de todos los niños, atendiendo a la diversidad.
Sin embargo, al interior de las aulas, se identifica un bajo dominio de estrategias
para promover la inteligencia emocional por parte de los docentes de preescolar;
de ahí que su intervención no genere un ambiente formativo idóneo para el trabajo
con el resto del grupo. De acuerdo con lo observado, la causa radica en el desco-
nocimiento y falta de preparación de las educadoras en el desarrollo socioemo-
cional del infante; mientras que, en otras ocasiones, un tanto escasas, se ponía en
evidencia el impacto de estrategias para favorecer el desarrollo socioemocional
del niño. En este último caso se encontró una reducción de los problemas emo-
cionales, que daba pauta al establecimiento de bases socio-afectivas sólidas, la
conformación de relaciones interpersonales positivas, favoreciendo un equilibrio
emocional que ayuda en el bienestar personal de los niños además que contribuye
al desempeño académico.
Por tal motivo, esta investigación se desarrolló con el objetivo de comprender
las condiciones y elementos que posibilitan que la práctica docente de los casos
elegidos de educadoras de Cuenca, España, y Puebla, México, fomentan la inteli-
gencia emocional mediante el uso de estrategias cooperativas para la atención de
niños con problemas emocionales transitorios en el nivel preescolar. 3
11.1 Problematización
La influencia ejercida por diversos organismos internacionales sobre la educa-
ción de las naciones a nivel mundial ha sido el motor para que en el nuevo Mode-
lo Educativo propuesto en 2017 se enfatice la importancia de formar en la escue-
la las habilidades socioemocionales con metodologías que se estructuren desde lo
cooperativo y colaborativo. Tal es el caso de, la Organización de las Naciones Uni-
das para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) y
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quienes
resaltan que, para afrontar con éxito el mercado laboral, es indispensable una for-
mación integral que abarque además de conocimientos académicos el desarrollo
de habilidades socioafectivas.
De manera particular, la OCDE (2011 ), en el Informe de Definición y Selección
de Competencias (DeSeCo )4, expresó que "los cambios ocurridos tanto en las em-
presas como en la economía están poniendo un creciente énfasis en los elementos
de la Inteligencia Emocional" (Rychen y Hersh Salganik, 2006: 111). Si bien tie-
ne una clara incidencia en los egresados universitarios el desarrollo de las habili-
dades sociales y emocionales, estas tienen su origen en la primera infancia, así el
nivel preescolar como primer nivel educativo ha de sentar las bases para que en
etapas posteriores los jóvenes demuestren esas competencias emocionales (Gole-
man, 2002; Caruso y Salovey, 2004).
Por su parte, la UNESCO, cuyo objetivo es consolidar la paz, erradicar la po-
breza, impulsar el desarrollo sostenible y transformar vidas por medio de la edu-
cación, considera que la educación constituye un derecho humano para todos, el
cual permanece durante toda la vida y cuyo acceso debe ser de calidad (UNESCO,
2017). Desde esta óptica, una educación de calidad debe considerar el desarrollo
de las habilidades socio-afectivas con la misma importancia que las cognitivas y
fisicas. Tal planteamiento también se hace presente en el informe Delors (1997), y
' El nivel preescolar es el primer ciclo de la educación básica que atiene a niños de 3 a 6 años en
el Sistema Educativo Mexicano.
• La OCDE (2003) configuró un Proyecto de Definición y Selección de Competencias que fue sus-
tento para la compilación que presentaran Rychen y Salganik en su libro: Las competencias clave
para el bienestar personal, económico y social (2006).
11. LA PRÁCTICA DOCENTE[ ... ] ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE CUENCA Y PUEBLA 197
te cuenta con aprendizajes para compartir y emplear, por lo que busca que se asu-
man como responsables de sus acciones y actitudes para continuar aprendiendo.
El «Programa de Estudio 2011. Guía para la educadora. Educación Básica
Preescolar», desde un enfoque por competencias, explicita que el docente debe
desarrollar competencias en los alumnos, abarcando conocimientos, actitudes, ha-
bilidades y valores, para actuar con eficacia en las situaciones cotidianas. Desde
esta perspectiva, los alumnos ingresan a la escuela con capacidades, experiencias
y conocimientos adquiridos en su contexto familiar y social, con ellos se establece
la propuesta de trabajo de las docentes y con base en las necesidades detectadas en
el grupo (SEP, 2011). Dicho programa está integrado por seis campos formativos,
que son: lenguaje y comunicación, pensamiento matemático, exploración y cono-
cimiento del mundo, desarrollo fisico y salud, desarrollo personal y social, y ex-
presión y apreciación artísticas; divididos en dos aspectos, excepto este último que
se conforma por cuatro, todos en conjunto con un total de 271 aprendizajes espera-
dos a desarrollar en los niños, distribuidas en sus respectivas competencias.
Particularmente, el campo formativo de desarrollo personal y social está orien-
tado a poner en práctica la educación emocional, puesto que se enfoca en la cons-
trucción de la identidad personal, así como de las competencias emocionales y
sociales a través de la comprensión y regulación de las emociones, además del es-
tablecimiento de relaciones interpersonales, procesos que se adquieren de manera
gradual con base en los aprendizajes previos que cada uno tiene de su contexto fa-
miliar (SEP, 201 lb).
Cuadro 11.1
Resultado de las categorías por unidades y porcentaje de Cuenca, España
Cuadro 11.2
Resultado de las categorías por unidades y porcentaje de Puebla, México
11.10 Conclusiones
Después del análisis del comparativo entre Cuenca, España, y Puebla, México,
se corrobora lo expuesto en el supuesto que, definitivamente, la implementación de
la cooperación en el aula reduce los problemas emocionales transitorios de los ni-
ños, porque le otorga al alumno en cuestión, atención, ayuda y empatía por parte de
sus iguales durante las actividades planteadas y, por ende, en las interacciones que
establecen. Con esto se crea un clima de confianza y libertad plena para que alum-
no exteme lo que le sucede, además, asume responsabilidades, el liderazgo y ejer-
ce la toma de decisiones para dar solución a diversas problemáticas; lo que a futu-
ro le genera asumir y conceptualizar los obstáculos de mejor manera y promueve
su capacidad de afrontamiento positivo.
Se confirma que las educadoras que consideran el aspecto socioemocional del
infante sí pueden atender oportuna y adecuadamente a los alumnos con problemas
emocionales transitorios, puesto que gracias a sus conocimientos en el tema y a
sus características personales y profesionales, muestran sensibilidad para detectar
cuando alguno de los niños está pasando por un mal momento, proporcionándole
la importancia necesaria sin ignorarlo, y preocupándose por darle una solución in-
mediata de manera que no afecte más su estado de ánimo, la interacción que esta-
blece con el grupo y su desempeño académico.
214 11. LA PRÁCTICA DOCENTE[ ... ] ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE CUENCA Y PUEBLA
Bibliografia
BisquerraAlzina, R.; Pérez González, J. C. y García Navarro, E. (2015). Inteligen-
cia emocional en educación. Madrid: Síntesis.
216 11. LA PRÁCTICA DOCENTE[ ... ] ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE CUENCA Y PUEBLA
Bower, E. (1961). The education of emotionally handicapped children. Estados
Unidos: APA.
Calderón Rodríguez, M.; González Mora, G.; Salazar Segnini, P. y Washburn Mad-
rigal, S. (2014). "El papel docente ante las emociones de niñas y niños de tercer
grado", Actualidades Investigativas en Educación, 14(1): 1-23.
Cascante, C. (2009). "Aprendizaje Cooperativo". En: Jones, B. Estrategias para
Enseñar a aprender. Barcelona: LAB/JRO/Artica
De Nóbrega Dos Santos, N. y Franco, G. (2014). "Inteligencia emocional y activi-
dad lectora en una escuela de l er. ciclo", International Journal ofDevelopmen-
tal and Educational Psychology, 5(1): 159-165.
Goleman, D. (2002). La Inteligencia Emocional. México: Vergara.
Hargreaves, D. (1986). Las relaciones interpersonales en la educación. Madrid:
Narcea.
Iglesias Iglesias, R.M.; Corrales Peral, M.; Corrales Peral, R.M.; Justo de la Rosa,
M. y Sánchez Cordero, M. T. (2015). Sirabún 4 años. Madrid.
Jiménez Hemández, M. (2000). Las relaciones interpersonales en la irifancia. Sus
problemas y soluciones. Málaga: Ediciones Aljibe.
Johnson, D. W.; Johnson, R. T. y Holubec, E. J. (1999). El aprendizaje cooperati-
vo en el aula. Buenos Aires: Paidós.
Latorre, A. (2005). La investigación-acción. Conocer y cambiar la práctica edu-
cativa. Barcelona: Graó.
López Alacid, M. P. (2008). Efectos del aprendizaje cooperativo en las habili-
dades sociales, la educación intercultutal y la violencia escolar: un estudio bib-
liométrico de 1997 a 2007.
Okuda Benavides, M., y Gómez Restrepo, C. (2005). "Métodos en investigación
cualitativa: triangulación", Revista Colombiana de Psiquiatría, xxx1v(l): 118-
124.
Pujolás Maset, P. (2009). 9 ideas clave. El aprendizaje cooperativo. Barcelona:
Graó.
Repetto, E. (2009). Formación en competencias socioemocionales. Libro de/for-
mador. Madrid: La Muralla.
Rychen, D. y Salganik, H. L. (2004). Definir y seleccionar las competencias fun-
damentales para la vida. México: Fondo de Cultura Económica.
Rodríguez Gómez, D. y Valldeoriola Roquet, J. (2009). Metodología de la investi-
gación. Barcelona: Universitat Oberta de Cataluña (uoc).
SEP. (2011). Plan de Estudios 2011. Educación Básica. México: SEP.
- (2011 b). Programa de Estudio 2011. Guía para la educadora. Educación Bási-
ca Preescolar. México: SEP.
Taylor, S. J. y Bogdan, R. (1987). Introducción a los métodos cualitativos de inve-
tigación. España: Paidós.
Vaello Orts, J. (2005). Las habilidades sociales en el aula. Madrid: Santillana.
11. LA PRÁCTICA DOCENTE [ .. ] ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE CUENCA Y PUEBLA 217
Cibergrafia
Acevedo, M. H. (Mayo de 2011 ). El proceso de codificación en investigación cua-
litativa. Disponible en Contribuciones a las Ciencias Sociales: http://www.eu-
med.net/rev/cccss/l2/mha2.htm
MECD (2017). Educación infantil. Recuperado en el Ministerio de Educación, Cul-
tura y Deporte, «www.mecd.gob.es/educacion-mecd/areas-educacion/estudi-
antes/educacion-infantil.html».
UNESCO (2017). Educación para el siglo XXI. Recuperado en Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura de «http://es.unes-
co.org/themes/education-21 st-century».
UNICEF (2017b). El desarrollo del niño en la primera infancia y la discapacidad:
un documento de debate. Malta:UNICEF. Recuperado de <<WWW.unicef.org/ear-
lychildhood/files/Ecoo_sPANISH-FINAL_(low_res).pdfü. Consultado el 10 de
noviembre de 2016.
12. Formación de docentes asesores de servicio
social. Sistematización de una experiencia
Lilia Rosa Ávila Meléndez'
Jorge Abe/ardo Cortés Montalvo 2
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus si-
glas en inglés), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), la Comisión Europea (CE), entre otras. Desde los acuerdos de Bolonia se
marcó la pauta para desarrollar planes y programas de estudio de las instituciones
educativas, sustentados en un modelo por competencias con la finalidad de homo-
logar su acreditación, así como flexibilizar la movilidad entre regiones y países.
El enfoque por competencias en la educación superior es importante para au-
mentar la pertinencia de los programas educativos, dado que orienta el aprendizaje
de los estudiantes en concordancia a los desafios y problemas del contexto social,
profesional, disciplinar y organizacional, además de favorecer la gestión de la cali-
dad de los procesos de aprendizaje, tanto para la evaluación en el desempeño como
para la calidad de la formación brindada por cada institución educativa. Al ofrecer
formación de calidad, las instituciones educativas de nivel superior facilitan la mo-
vilidad académica de estudiantes, profesores, investigadores y profesionales, tanto
al interior de su propio país como hacia el exterior. Los argumentos que sostienen
la formación por competencias se derivan de políticas educativas internacionales.
El modelo educativo universitario por competencias y centrado en el aprendi-
zaje plantea la formación de individuos bajo una dimensión holística que parta de
problemas de la realidad, a fin de comprenderla contextualmente y ser sensibles
ante ella para pasar de un rol pasivo a uno activo y comprometido con el cambio
social. Resulta fundamental que la preparación académico-profesional se asuma
desde una formación con soporte científico y humanístico, porque con esto se da
sentido y significado a las relaciones de solidaridad entre los seres humanos y los
impulsan hacia el espíritu de servicio, colaboración y convivencia pacífica. Con
esta premisa, los estudiantes tendrán que encontrar durante su formación, valores,
principios, actitudes y desarrollar destrezas, habilidades y competencias para en-
frentar con éxito los retos que la sociedad globalizada les plantee.
La formación por competencias, desde el enfoque complejo, busca el desarro-
llo de personas integrales con compromiso ético, emprendedoras, que contribuyan
a la construcción del tejido social y aspiren a la autoafirmación para la realización
profesional. De acuerdo con Tobón (2008), las competencias se abordan desde el
proyecto ético de vida fortaleciendo la identidad individual de cada uno, primero
como personas, es decir, otorgándole sentido de vida, expresión artística, espiritua-
lidad, consciencia de sí, y después para el desarrollo laboral-empresarial para me-
jorar y transformar la realidad. El autor propone concebir las competencias como:
Procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, in-
tegrando diferentes saberes (saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir),
para realizar actividades y/o resolver problemas con sentido de reto, motivación, fle-
xibilidad, creatividad, comprensión y emprendimiento, dentro de una perspectiva de
procesamiento metacognitivo, mejoramiento continuo y compromiso ético, con la
meta de contribuir al desarrollo personal, la construcción y afianzamiento del tejí-
12. FORMACIÓN DE DOCENTES ASESORES DE SERVICIO SOCIAL.. 221
do social, la búsqueda continua del desarrollo económico-empresarial sostenible y el
cuidado y protección del ambiente y de las especies vivas (Tobón, 2008: 5).
Esta propuesta resulta pertienente en tanto sostiene que las competencias son
dinámicas, que implican la articulación y aplicación de diversos saberes y dimen-
siones humanas para afrontar la incertidumbre. El desarrollo de competencias re-
quiere de un proceso metacognitivo que, de acuerdo con el resultado de ese pro-
cesamiento, se proponga mejorar continuamente, pues sin aplicación no se puede
hablar de competencias. En la praxis se busca la actuación idónea, sin afectar la
creatividad, la innovación y la flexibilidad; que se asuma con compromiso ético,
o sea, que parta desde la responsabilidad consigo mismo, con la sociedad y con el
medio ambiente, considerando como base el conjunto de valores tenidos por uni-
versales.
Por su parte, Dridiksson (2013) propone las bases pedagógicas de un perfil uni-
versitario para la construcción de nuevas universidades en un contexto de socie-
dad del conocimiento. El perfil está orientado hacia una formación que favorece la
transversalidad, el pensamiento crítico y la responsabilidad social. Para el autor, en
el siglo XXI México contará con una universidad pública que mantendrá sus fines
orientados a la formación científico-profesional, humanística y artística de alta ca-
lidad, considerando a la calidad no desde los productos y los fines, sino desde las
condiciones reales del desarrollo general común, y desde el valor social de los co-
nocimientos producidos y distribuidos principalmente entre los actores sociales y
económicos más desprotegidos. La nueva universidad se sustentará con compro-
miso y responsabilidad hacia el cambio social, la democracia, la paz y el desarro-
llo sustentable.
Ante este desafio, se vuelve necesario considerar que los profesores de las IES:
médicos, ingenieros, abogados, filósofos, educadores físicos, contadores públicos,
administradores, entre otras muchas profesiones, reciben una formación discipli-
nar para su ejercicio profesional; sin embargo, al ingresar en la docencia universi-
taria la mayoría de ellos no cuentan con una formación pedagógica-didáctica para
desempeñar esta función como parte de su ejercicio profesional y que, a su vez,
impacta directamente en la formación y desarrollo de sus estudiantes.
En definitiva, la universidad cuenta con una planta de profesores con una prepa-
ración técnica en las distintas áreas disciplinares, pero cuestionable en muchos de
ellos en relación con su formación pedagógica y en habilidades docentes. Domi-
nan con rigurosidad los aspectos relacionados con la asignatura que imparten, sin
embargo, en la planificación, la utilización de diferentes metodologías didácticas,
uso de tecnologías de información y comunicación, así como un adecuado sistema
de evaluación, aún adolecen de esta preparación.
Al profesor universitario se le encomienda la tarea de docencia, y la educación
representa un acto social construido mediante la acción comunicativa, entendida
222 12. FORMACIÓN DE DOCENTES ASESORES DE SERVICIO SOCIAL ..
4. Comunicación
de los res uhados
3. Análisis o inl La
del proceso reflexión
~
Fuente: Reestrucluración a partir de Jara (2004) y Bamechea y Morgan (2007).
Cuadro 12.1
Diseño de la sistematización de la experiencia
Figura 12.2
Componentes del curso formativo
Servicio Social
Componente Tematico
Formación
docente
Componenle Teórico
Figura 12.3
Punto de partida
Cuadro 12.3
Sentido y significado del servicio social de los docentes asesores
Cuadro 12.4
Evaluación del curso por parte de los docentes participantes
Bibliografía
Barbosa-Chacón, J. W.; Barbosa, J. C. y Rodríguez, M. (2015). "Concepto, enfo-
que y justificación de la sistematización de experiencias educativas. Una mira-
da «desde» y «para» el contexto de la formación universitaria", Perfiles educa-
tivos, 37(47): 130-149.
Bamechea, y Morgan. (2007). "El conocimiento desde la práctica y una propuesta
de método de sistematización de experiencias". En Sistematización de experien-
cias educativas. Lima: Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana.
Bauman, Z. (2006). Modernidad Líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Eco-
nómica.
Covarrubias, P., y Martínez, C. (2007). "Representaciones de estudiantes univer-
sitarios sobre el aprendizaje significativo y las condiciones que lo favorecen",
Perfiles educativos, XXIX(ll5): 49-71.
236 12. FORMACIÓN DE DOCENTES ASESORES DE SERVICIO SOCIAL ...
Cibergrafia
Ávila-Meléndez, L. R. y Cortés-Montalvo, J. A. (2016), Comunic@ tu servicio
social comunitario: una experiencia en la implementación de una propues-
ta educativa, Revista Iberoamericana de Educación Superior (RIES), México,
UNAM-IISUE/Universia, VII(20): 60-77, Recuperado de «https://ries.universia.
net/article/view/1138/comunic-tu-servicio-social-comunitario-experiencia-im-
plementacion-propuesta-educativa».
Cortés, J. (2003). "La educación para los medios en la oferta educativa profesio-
nal en el norte de México", Ámbitos, Revista Andaluza de Comunicación. Re-
cuperado de «www.grupo.us.es/grehcco/ambitos09-l 0/montalv». Consultado el
el 29 de Abril de 2012.
13. Práctica docente con la estrategia de
aprendizaje transversal:
Mapa cognitivo con desarrollo sostenible
Alberto Francisco Muñoz Rosales'
José Fermín Enrique Rueda Hernández2
Jorge Alejandro Fernández Pérez3
13.1 Introducción
La transversalidad en la educación fortalece al estudiante que se encuentra en
formación porque en el futuro se enfrentará a situaciones profesionales complejas
que deberá solucionar, para ello, la toma de decisiones deberá ir acompañada de
una consciencia sobre el desarrollo sostenible. Para alcanzar lo anterior, se requie-
re generar estrategias de aprendizaje innovadoras con un perfil de acción, movili-
zando las competencias necesarias para alcanzar la sensibilización y el respeto de
las diferentes dimensiones del desarrollo sostenible, de ahí que la práctica docente
se vuelva vital para alcanzar lo antes mencionado. El objetivo de la presente inves-
tigación consiste en interpretar la estrategia de aprendizaje transversal «Mapa cog-
nitivo con desarrollo sostenible», que se implementó con los estudiantes de la ge-
neración 2015-2017 de la carrera de Ingeniería en Gestión de Proyectos.
La investigación se realizó con la participación de veinticuatro alumnos que
desarrollaron la estrategia, se justifica su puesta en marcha ante la proximidad de
su egreso de la institución de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo (UTH) al
mismo tiempo que permite evaluar sus competencias en relación con la adminis-
tración estratégica y al desarrollo sostenible. Entre los resultados de la presente in-
vestigación destaca que el alumno se integró en un contexto real, haciendo uso del
mapa cognitivo con desarrollo sostenible, es decir, construyó una estrategia em-
presarial para un empresario, acompañada de recomendaciones sobre la gobeman-
za, clientes, participación, medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales
y producción. Otro efecto del tema de desarrollo sostenible y de la materia de ad-
ministración estratégica se reconoció en una estrategia transversal de aprendizaje,
el alumno no separó ambos saberes, al contrario, el saber se encontró al activar la
materia de administración estratégica y de desarrollo sostenible, su conocimiento
de saber hacer se aplicó al proponer sugerencias sobre estrategias empresariales,
además de la participación con un empresario de la región de Huejotzingo, Pue-
bla, al dialogar sobre un tema relevante para sus actividades con implicaciones de
carácter industrial. Un tercer resultado fue que los alumnos en todo momento pro-
pusieron soluciones, es decir, hicieron uso de un pensamiento crítico, creativo y
sistémico.
La viabilidad de la investigación resultó alta, a los alumnos les interesó la tarea
y vieron en ella la posibilidad de realizar actividades dentro y fuera del aula; por
otra parte, la carrera se encuentra interesada en promover el desarrollo sostenible
como parte de su misión, visión y plan rector, de ahí que promueva prácticas edu-
cativas relacionadas en fortalecer el perfil de egreso del estudiante. El rol del do-
cente, en la transferencia realizada con el empresario, fue secundario, los alumnos
tomaron el rol principal, mientras que el profesor participó solo resolviendo dudas
específicas tanto del dueño de la empresa como con los alumnos.
2014); es aquí donde nuevamente se le requiere a los actores del proceso educativo
a ser sensibles de los contextos considerando las tres dimensiones presentes en el
perfil de egreso de los alumnos. Continuando con la UNESCO (2015) en su reunión
de expertos sobre educación, se propuso que el desarrollo sostenible se encontra-
ba muy reducido y no estaba siendo el tema transversal en la educación. Dentro de
las recomendaciones realizadas para América se encontraba establecer una refor-
ma curricular, en mayor o en menor medida, con la finalidad de realizar los cam-
bios necesarios dentro de los sistemas educativos a nivel continental y mundial.
Con los estudios de Castañeda, Lugo y Saenger (2015) se reconoce que la edu-
cación superior debe contribuir a educar con valores y competencias útiles a lo
largo de la vida, con el objetivo de que los profesionales puedan generar solucio-
nes a los grandes problemas coyunturales presentados por el entorno. Se conside-
ra ineludible prestar atención a los puntos presentados por la directora general de
la UNESCO, Bokova (2016), en particular sobre los conceptos de la Agenda 2030,
cuando afirmó que ninguna sociedad está aislada, se comparte el planeta y el des-
tino, siendo necesaria una agenda para la sostenibilidad, un cambio de paradigma
con una visión integral del desarrollo, la cual se inicia con los derechos humanos,
de ahí que los autores del presente capítulo consideren relevante iniciar con prácti-
cas educativas transversales. El mapa cognitivo permite pensar, imaginar y decidir,
de acuerdo con Contreras (2014); por ello, la estrategia educativa permite integrar
varios elementos y desarrollar una construcción personal, siendo de gran relevan-
cia su aplicación y utilización como elemento de aprendizaje.
13.3 Metodología
Se realizó una investigación utilizando el paradigma cualitativo, por la subje-
tividad de los alumnos participantes en el presente estudio, se tomó en conside-
ración la realidad dinámica del contexto empresarial y de los estudiantes. La pre-
sente investigación tuvo como finalidad interpretar los resultados de una práctica
educativa haciendo uso del mapa cognitivo con desarrollo sostenible. El enfoque
utilizado es el interpretativo, dado que se buscó la construcción de un significado
de una materia en particular en alumnos de la asignatura de administración estra-
tégica con el enfoque transversal de desarrollo sostenible. El tipo de investigación
fue la investigación-acción, haciendo uso del método inductivo; se utilizó la técni-
ca de análisis de contenido con el instrumento de guion de entrevista y la observa-
ción participante, se definieron como categorías el saber y saber hacer. Los alum-
nos participantes en esta estrategia de aprendizaje transversal fueron veinticuatro
alumnos, correspondientes a la carrera de Ingeniería en Gestión de Proyectos de la
Universidad Tecnológica de Huejotzingo (UTH), generación 2015-2017, a ellos se
les agradece por su dedicación para construir un excelente ambiente educativo con
la finalidad llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje.
13 . PRÁCTICA DOCENTE CON ESTRATEGIA DE A PREN DIZAJE TRANSVERSAL.. 243
13.4 Resultados
Ante la pregunta ¿Qué piensas de su estructura? Con relación al mapa cogni-
tivo con desarrollo sostenible, los datos obtenidos se organizaron en dos catego-
rías. En el cuadro 13 .1 se encuentran los resultados de la «entrevista organizados
para el saber», en el cuadro 13 .2 corresponden los datos obtenidos para la catego-
ría del «saber hacer».
Cuadro 13.1
Categoría: Saber
Cuadro 13.2
Categoría: Saber hacer
Con los datos obtenidos se puede decir que los alumnos participantes conside-
raron que la intervención realizada les ayudó a fortalecer su saber, en menor me-
dida el saber hacer. Es decir, catorce alumnos consideraron al mapa cognitivo con
desarrollo sostenible como la activación del saber, uno de ellos piensa que no, y
sólo nueve creen que se puso en marcha el saber hacer. En general, la estructura se
observó como interesante para el alumno y le fue fácil su integración, a la vez le
permitió movilizar el saber hacer, siendo una herramienta para incorporar las apor-
taciones a una estrategia empresarial. La estrategia transversal se diseñó para con-
tribuir a la transformación de los propios alumnos y de la sociedad, al encontrar
en las interpretaciones de los alumnos elementos positivos de la práctica docente,
permite inferir en la activación y movilización de una de competencia profesional
y genérica. Ante la pregunta ¿Qué fue lo más relevante? Con relación al mapa cog-
nitivo con desarrollo sostenible, se clasificaron las interpretaciones de los alum-
nos en el cuadro 13.3 se encuentra el saber y en el 13.4 se encuentra el saber hacer.
Existe una marcada relación con el medio ambiente, seis alumnos así lo
expresan, también las aportaciones y soluciones. Lo cual es positivo, dado
que la estrategia se configuró para lograr una práctica educativa que contri-
buyera a la formación del alumno. Para el saber, catorce alumnos percibie-
ron que la estrategia les ayudó a movilizar este pilar de la educación, diez
alumnos respondieron con datos que fortalecen el saber hacer. Además, el
desarrollo sostenible de acuerdo con las interpretaciones de los alumnos, se
manifestó en sus diferentes dimensiones sociales, ambientales y económi-
cas. Las soluciones como aportaciones de los alumnos resultaron de gran
relevancia dado que la sostenibilidad y la transversalidad tienen un enfoque
de mejorar el entorno, esto quedó en una estrategia de aprendizaje, lo re-
levante para la educación superior se encuentra en poner en acción el pen
13 . PRÁCTICA DOCENTE CON ESTRATEGIA DE A PRE N DIZAJE TRA NSVERSAL.. 245
Cuadro 13.3
Categoría: Saber
Cuadro 13.4
Categoría: Saber hacer
Existe una marcada relación con el medio ambiente, seis alumnos así lo expre-
san, también las aportaciones y soluciones. Lo cual es positivo, dado que la estrate-
gia se configuró para lograr una práctica educativa que contribuyera a la formación
del alumno. Para el saber, catorce alumnos percibieron que la estrategia les ayudó
a movilizar este pilar de la educación, diez alumnos respondieron con datos que
fortalecen el saber hacer. Además, el desarrollo sostenible de acuerdo con las in-
terpretaciones de los alumnos, se manifestó en sus diferentes dimensiones socia-
les, ambientales y económicas. Las soluciones como aportaciones de los alumnos
resultaron de gran relevancia dado que la sostenibilidad y la transversalidad tie-
nen un enfoque de mejorar el entorno, esto quedó en una estrategia de aprendizaje,
lo relevante para la educación superior se encuentra en poner en acción el pensa-
miento sistémico, crítico y creativo, con lo cual la práctica docente se fortalece y
246 ] 3. PRÁ CTICA DOCE NTE CON ESTRATEGIA DE APRE NDIZAJE TRANSVERSAL..
Cuadro 13.S
Categoría: Saber
Cuadro 13.6
Categoría: Saber Hacer
Figura 13.1
Empresario de la región en diálogo con alumnos de la UTH
Figura 13.2
Empresario de la región reflexionando sobre el desarrollo sostenible
con alumnos de la UTH
Figura 13.3
Empresaria de la región de Huejotzingo
La figura 13.4 refleja el mapa cognitivo, el cual fue uno de elementos centrales
de la estrategia, el grupo de alumnos lo construyó con la ayuda del docente, pero
ellos plasmaron sus ideas para revertir los problemas del entorno; obsérvese que
toda la información se concentró en el mapa cognitivo con desarrollo sostenible,
se reiteró el satisfacer las necesidades actuales sin dañar a las generaciones futuras.
Figura 13.4
El mapa cognitivo con desarrollo sostenible como eje transversal
13.S Conclusiones
El objetivo de la investigación se cumplió al interpretar los datos obtenidos por
los alumnos sobre la estrategia, de forma general el saber, saber hacer y saber ser
se activaron. Cabe destacar que la primera pregunta permitió interpretar el benefi-
cio real para el alumno, dado que la mayoría tomó a bien la estructura y les fue «fá-
cil y entendible» unir dos materias en una situación específica como lo es el caso
de una empresa en particular, por lo que se considera viable su incorporación a la
práctica educativa en educación superior en grados superiores. En la segunda pre-
gunta se rescató que a la mayoría de los alumnos les ayudó a organizar las temáti-
cas en el mapa cognitivo y construir el saber hacer sobre la estrategia. En la tercera
pregunta, persistieron problemáticas en su aplicación, al buscar soluciones adecua-
das para el contexto, lo cual se considera como válido al movilizar muchos temas
y conceptos, sin embargo, se plantea como un área de oportunidad. Los alumnos
consideraron al medio ambiente como lo más relevante, por lo que la estrategia
debe ser mejorada, dado que se busca un equilibrio entre la dimensión social, eco-
nómica y ambiental.
250 13. PRÁCTICA DOCENTE CON ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE TRANSVERSAL...
La interpretación de los alumnos refleja que se está atendiendo a una sola di-
mensión, aunque se elaboró la estrategia con un enfoque en la gobemanza, clientes,
participación, medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales y produc-
ción, aquí es necesario reforzar la práctica educativa y la estrategia desarrollada.
La participación de un empresario generó un gran impacto para los alumnos, por-
que al existir un diálogo abierto se activó un pensamiento crítico, creativo y sisté-
mico, gracias a que el empresario se encontraba dentro de las instalaciones de la
universidad, además que se realizaron visitas a empresas de la región; esta meto-
dología de la estrategia proporcionó un avance significativo en sus competencias.
Por otro lado, la transversalidad contribuirá a desaparecer la fragmentación de los
planes de estudios con la problemática de los contextos. Un factor de éxito de la
estrategia se logró al hecho de contar con empresarios de la región y a libre opi-
nión en la colaboración al movilizar las competencias de los alumnos, existien-
do una retroalimentación que en ocasiones planteaba posibles soluciones de otras
áreas del conocimiento.
Se concluye que la estrategia de aprendizaje transversal, «Mapa cogniti-
vo con desarrollo sostenible» se vuelve útil para la educación superior, los
datos obtenidos de los alumnos en su mayoría fueron positivos y el tema de
desarrollo sostenible se consideró transferido. Indiscutiblemente, los alum-
nos manifestaron dudas cuando planteaban soluciones para las diferentes
dimensiones, la estrategia debe reforzar este aspecto y claramente obliga a
implementar dentro y fuera del aula acciones que ayuden al estudiante y fu-
turo profesionista a alcanzar más claridad sobre la problemática transversal.
Como una segunda conclusión, la transversalidad se logró con la materia de
administración estratégica, la cual busca el liderazgo de una organización,
pero la práctica educativa permitió redimensionar la asignatura y darle un
enfoque integral, lo cual ayuda a mejorar el perfil de egreso de nuestros pro-
fesionistas.
Bibliografía
Bokova, l. (2016) La contribución de la UNESCO a la Agenda 2030 para el Desa-
rrollo Sostenible, Congreso Nacional, DG/2016/105, 23 de junio de 2016. Pa-
raguay: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura.
Contreras, J. (2014) Manual para la elaboración e implementación de un modelo
de evaluación por competencias. Bloomington, IN, EEUU: Palibrio.
Femández, J. y Velasco, N. (2003) "La transversalidad curricular en el contexto de
la enseñanza superior", Agenda Académica, 10(2):61-69.
UNESCO ( 1996) Boletín del Proyecto Principal de Educación en América Latina y
el Caribe 40, Santiago de Chile: UNESCO/SANTIAGO.
13. PRÁCTICA DOCENTE CON ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE TRANSVERSAL.. 251
- (20 l O) La Educación para el Desarrollo Sostenible en acción, Instrumentos de
aprendizaje y formación Nº 2. París:Sección de la Educación para el Desarrollo
Sostenible (ED/UNP/DESD).
-(2013) Herramientas de Formación para el Desarrollo Curricular: una caja de
recursos, Ginebra: Oficina Internacional de Educación (UNESCO-OIE).
- (2014) Declaración de Aichi-Nagoya sobre la Educación para el Desarrollo
Sostenible. Aichi-Nagoya, Japón: UNESCO.
- (2015) Reunión de expertos en educación sobre el cambio climático y el desa-
rrollo sostenible en América Latina y el Caribe - Reporte y recomendaciones.
París:Sección de Educación para el Desarrollo Sostenible, División de Enseñan-
za, Aprendizaje y Contenido, Sector Educación, UNESCO.
Yus, R. (1998) Temas Transversales: Hacia una nueva escuela. Barcelona: Graó.
Cibergrafia
Castañeda, A.; Lugo, E. y Saenger C. (2015) Transversalidad como alternativa de
innovación curricular en universidades públicas estatales. XI Congreso Nacio-
nal de Investigación Educativa/ 2. Currículum/ ponencia, México. Recuperado
de <<WWW.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v 11/docs/area_02/1867.
pdf».
Índice de cuadros y figuras
Cuadros
2.1 Planeación. 39
2.2 Estrategias de enseñanza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.3 Manejo de grupo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.4 Autogestión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.5 Competencia en el idioma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
11.1 Resultado de las categorías por unidades y porcentaje de Cuenca,
España. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
11.2 Resultado de las categorías por unidades y porcentaje de Puebla,
México. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
12.1 Diseño de la sistematización de la experiencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
12.2 Guía esquemática del andamio formativo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
12.3 Sentido y significado del servicio social de los docentes asesores. . . 231
12.4 Evaluación del curso por parte de los docentes participantes. . . . . . . 234
13.1 Categoría: Saber. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
13.2 Categoría: Saber hacer. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
13.3 Categoría: Saber. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
13.4 Categoría: Saber hacer. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
13.S Categoría: Saber. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
13.6 Categoría: Saber Hacer. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
Figuras
3.1 Fases de la Sistematización de Experiencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
3.2 Modelo Educativo de la BUAP y diseño de la Estrategia Metodológica
Basada en la Sistematización de Experiencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
7.1 Actividades complementarias realizadas en la práctica docente
(Contexto ambiental). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
7 2 Actividades complementarias realizadas en la práctica docente
• (Contexto social). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
[253]
254 ÍNDICE DE CUADROS Y FIGURAS
ISBN 978-607-8518-65-4