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ISBN 978-987-25008-6-3
Ilustración: Xul Solar, “Drago.” Gentileza de Fundación Pan Klub-Museo Xul Solar. Derechos reservados
Fundación Pan Klub-Museo Xul Solar.
Contenido
Presentación 9
6 | Contenido
Explicación y comprensión en las representaciones filogenéticas
Lucio Florio 271
1
El autor agradece a la profesora Doctora Rosemary Rizo-Patrón de Lerner de la
Pontificia Universidad Católica del Perú por apoyo en la revisión del presente
trabajo y por sus valiosas contribuciones que enriquecieron esta versión defini-
tiva.
intermedio entre Husserl y los miembros del Círculo de Go-
tinga.
El objetivo de nuestro trabajo es mostrar que la feno-
menología de Edith Stein es fiel al planteamiento original de
Husserl en las Investigaciones y continúa siéndolo en la fe-
nomenología trascendental expuesta en las Ideas. No obstan-
te, debido a sus convicciones sobre la prioridad ontológica
del Ser Eterno por sobre el valor gnoseológico de la concien-
cia, emprende la misión de superar la argumentación tras-
cendental, colocando, en lugar del sujeto un principio abso-
luto, original e incondicionado como fundamento tanto de la
realidad como del sujeto trascendental y las reglas de su ac-
ción constitutiva.
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Recurrimos a Herbert Spiegelberg para conseguir un dato preciso acerca de la
razón que definió el ethos del movimiento fenomenológico, inspirado funda-
mentalmente por la labor académica incansable que Husserl desempeñó du-
rante su permanencia en Gotinga entre 1901 y 1916, vista con muy buenos ojos
por quienes yacían decepcionados de la temática superflua de la filosofía y las
ciencias europeas del finales del siglo XIX. Para ellos, las Investigaciones Lógicas
debieron significar una posibilidad auténtica de reanudar la filosofía sobre la
base de la objetividad de las cosas mismas que prometía en su planteamiento
inaugural: “La mayoría de estos estudiantes habían sido preparados leyendo las
Investigaciones Lógicas. Lo que les fascinó de Husserl, el filósofo, fue encontrar
dentro de un clima de relativa esterilidad académica, a un pensador origi-
nal, que llevaba a la práctica en sus enseñanzas la visión original de las ‘esen-
cias’ de las ‘cosas,’ tal como lo había descrito en sus textos.” Herbert
Spiegelberg, The Phenomenological Movement: a historical introduction (Dor-
drecht/Boston/ London: Kluwer Academic Publishers, 1994), 167–8.
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La “visión de las esencias” llegó a ser aludida en una medida que excedía el uso
que Husserl hiciera de ella sin buscar la comprensión total de su carácter
metódico. Esa circunstancia fue la que produjo hasta hoy la imagen negativa de
la fenomenología como un intuicionismo carente de método. Concordamos, en
este caso, con la opinión de Mariano Crespo cuando afirma que “algunos
autores de raigambre realista han considerado que el descubrimiento de la
problemática de la constitución ponía a Husserl irremediablemente en el
sendero de un idealismo trascendental. Hablar de ‘constitución’ de los objetos
por parte de la conciencia incluiría determinados matices ‘creativos,’ los cuales
entrarían en conflicto con el objetivismo de la primera edición de Investiga-
ciones Lógicas. Sin embargo, nada parece estar más lejos de las intenciones del
fundador del método fenomenológico.” Mariano Crespo, “¿Hay una teoría no
idealista de la constitución?,” Revista de Filosofía 65 (2009): 106.
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La exposición de este “principio” la encontramos en el siguiente fragmento: “No
hay teoría concebible capaz de hacernos errar en cuanto al PRINCIPIO DE TODOS
LOS PRINCIPIOS: que TODA INTUICIÓN ORIGINARIAMENTE DADORA ES UNA FUENTE
LEGÍTIMA DE CONOCIMIENTO; que TODO lo que se nos OFRECE EN LA ‘INTUICIÓN’
ORIGINARIAMENTE (por decirlo así, en su realidad en persona) HAY QUE ACEPTARLO
SIMPLEMENTE COMO LO QUE SE DA, pero también SÓLO EN LOS LÍMITES EN QUE ELLA
SE DA.” Edmund Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica. Libro primero: Introducción general a la fenomenología pura,
ed. y trad. Antonio Zirión Quijano (México D.F.: FCE, 2013), 129, § 24.
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Husserl, Ideas I, 479, Epílogo, §5. J. Villanueva nos ofrece una síntesis acerca de
este “tema central” de la fenomenología trascendental en el siguiente frag-
mento: “Este sacar a luz las operaciones anónimas de la subjetividad trascen-
dental que anida en cada uno de nosotros es el tema central de la fenome-
nología. Por ello, no se puede realizar desde una filosofía cualquiera, sino desde
aquella que se ha cuidado de contar con un método riguroso. […] El idealismo
trascendental de la fenomenología tiene por misión entonces no decirnos qué
es el mundo sino cómo constituimos eso que nosotros llamamos mundo. Es
decir, cómo establecemos sentido y validez de ser al mundo, o en otras
palabras, mediante qué tipo de efectuaciones llegamos a establecer lo que es el
mundo.” Jaime Javier Villanueva Barreto, “El motivo trascendental en Kant y
Husserl,” Estudios filosóficos 39 (Junio de 2009): 72–3.
8
Edith Stein, “La significación de la fenomenología para la visión del mundo,” en
Edith Stein – Obras completas 3, Etapa de pensamiento cristiano: 1921–1936, eds.
J. Urkiza y Fco. Javier Sancho (Vitoria: El Carmen; Madrid: Editorial de Espiritu-
alidad; Burgos: Monte Carmelo, 2002), 537–56, 549.
9
Stein, “La significación de la fenomenología,” 550.
10
Hedwig Conrad Martius, “Die transzendentale und die ontologische Phänome-
nologie,” en Edmund Husserl 1859–1959. Recueil commémoratif publié á
l’occasion du centenaire de la naissance du philosophe, Phaenomenologica 4 (La
Haye: 1959), 175–84. Cit. en: Hans Rainer Sepp, “La postura de Edith Stein de-
ntro del Movimiento fenomenológico,” Anuario Filosófico 31 (1998): 717.
11
Husserl, Ideas I, 409, §135.
12
Ibid., 189–90, §49.
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Habría que aclarar que Husserl se refería a que no hay “sentido” de la realidad
sino para y por un sujeto. Si no hubiera seres humanos, y su capacidad trascen-
dental, no podría hablarse de “sentido” o de validez, que es algo que los sujetos
“producen.” Hablar de un “sentido” de la realidad independiente del sujeto es
caer en el absurdo de un “realismo trascendental.” Las expresiones equívocas de
Husserl al hablar de “ser” o “no ser” del mundo deben corregirse por “sentido de
ser” o de “no ser.” El propio Husserl lamenta las imperfecciones de su termi-
nología en el Epílogo.
14
Conrad-Martius, “Die transzendentale und die ontologische Phänomenologie,”
183.
16
Pedro Jesús Terruel Ruiz, “Edith Stein y el problema de la Konstitution,”
Diálogo Filosófico 58 (2004): 82.
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La acción constitutiva del sujeto es distinta según sea distinto el “tipo” de ob-
jeto en cuestión. Una entidad “formal” no se capta de igual manera que una en-
tidad física material, la diferencia no depende íntegramente de la “acción con-
stitutiva” de la conciencia, ésta co-responde precisamente al tipo de objeto.
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Para Husserl la evidencia formal de la lógica o de la matemática no son el para-
digma de la ciencia radical, sino que la evidencia que le corresponde está con-
stituida en y por la subjetividad trascendental. Según el tipo de objeto. La evi-
dencia en cada caso emana de la donación intuitiva, ése es el principio de los
principios, y el modo cómo se dan las objetividades es distinto según el tipo.
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La referencia más precisa al elemento hylético (hyletisches Moment) en Husserl
aparece en el siguiente fragmento de las Ideas: “Al ejecutar la reducción
fenomenológica obtenemos incluso la intelección esencial general de que el ob-
jeto árbol puede aparecer en una percepción como determinado OBJETIVAMENTE
tal como aparece en ella, SÓLO CUANDO los momentos hyléticos (o en el caso de
que se trate de una serie continua de percepciones —cuando las continuas vari-
aciones hyléticas) sean justo lo que son y no otros. En ello radica, pues, que
toda alteración del contenido hylético de la percepción, si no llega a suprimir de
plano la conciencia perceptiva, tiene por lo menos que tener el resultado de que
lo que aparece se vuelva algo objetivamente ‘distinto,’ sea en sí mismo, sea en la
manera de la orientación que pertenece a su aparición, etc.” Husserl, Ideas I,
321, §97.
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Con estas palabras Husserl explica el sentido de la expresión “cambio de signo”
(Vorzeichenänderung): “Está claro que todos ESTOS enunciados descriptivos, a
pesar de que pueden sonar igual que los enunciados de realidad han experimen-
tado una RADICAL modificación de sentido; igual que lo descrito mismo, aunque
se da como ‘exactamente lo mismo,’ es sin embargo algo radicalmente distinto,
en virtud, por así decirlo, de un inversor cambio de signo. ‘En’ la percepción re-
ducida (en la vivencia fenomenológicamente pura) encontramos, como insu-
primiblemente inherente a su esencia, lo percibido como tal, expresable como
‘cosa material,’ ‘planta,’ ‘árbol,’ ‘en flor,’ etc. Las COMILLAS son patentemente
significativas: expresan aquél cambio de signo, la correpondiente modificación
radical del significado de las palabras. EL ÁRBOL PURA Y SIMPLEMENTE, la cosa en
la naturaleza, es todo menos este PERCEPTO DE ÁRBOL EN CUENTO TAL, que como
sentido perceptivo pertenece, e inseparablemente, a la percepción. El árbol pura
y simplemente puede arder, descomponerse en sus elementos químicos, etc.
Pero el sentido —sentido DE ÉSTA percepción, algo que pertenece necesaria-
mente a su esencia— no puede arder, no tiene elementos químicos, ni fuerzas,
ni propiedades reales.” Ibid., 296–7, §89.