Está en la página 1de 4

Friedrich

Holderlin

Ensayos
El traductor: Felipe Martínez Marzoa, nacido en 1943
en Vigo, ciudad en la que reside, es autor de una Historia
de la filosofía (Madrid, Istmo, 1973) y una Iniciación a la
filosofía (Madrid, Istmo, 1974), asi como de varios ensayos
de filosofía, filología y otras materias aparecidos en re'
vistas; traductor — hasta ahora— de Kant al castellano y
de Sófocles al gallego; autor asimismo del libro De la re-
volución (Madrid, Comunicación 1976), y trabajador de la
enseñanza en paro intermitente.
[JUICIO Y SER]

Juicio es en el más alto y más estricto sentido la ori­


ginaria separación del objeto y el sujeto unidos del modo
más íntimo en la intuición intelectual, es aquella separa­
ción mediante la cual —y sólo mediante ella— se hacen
posibles objeto y sujeto, es la partición originaria2. En
el concepto de la partición se encuentra ya el concepto
de la recíproca relación del objeto y el sujeto, y la nece­
saria presuposición de un todo del cual objeto y sujeto
son las partes. «Y o soy yo» es el ejemplo más adecuado
de este concepto de la partición originaria en cuanto ori­
ginaría partición teorética, porque en la partición origi­
naria práctica hay contraposición al no-yo, no a si mismo.
Realidad efectiva y posibilidad se distinguen como
conciencia inmediata y mediata. Cuando pienso un objeto
como posible, entonces no hago otra cosa que repetir la
precedente conciencia en virtud de la cual ese objeto es
efectivamente real. No hay para nosotros posibilidad pen-
sable que no haya sido realidad efectiva. Por eso, de los
objetos de la Razón, tampoco es válido el concepto de la
posibilidad, porque ellos nunca se hacen presentes en
la conciencia como aquello que deben ser; de esos obje­
tos sólo es válido el concepto de la necesidad. El concepto
de la posibilidad vale de los objetos del entendimiento;*

* Ur-Teilung (a sí separado en e l origin a l en este p rim er lugar


en que aparece) es lo que traducim os p o r •pa rtición origin a ria ».
T a len es •p a rtir», •d iv id ir», y e l p re fijo ur- significa origen y orí-
ginariedad; p o r otra parte, U rteil es • ju ic io », y urteilen, •ju zga r»
(•d icta r sentencia»).

[25]
26 F. HÜLDERLIN

el de la realidad efectiva, de los objetos de la percepción


y la intuición.
S e r— expresa la ligazón del sujeto y el objeto.
Allí donde sujeto y objeto están unidos pura y sim­
plemente, no sólo en parte, allí donde, por lo tanto, están
unidos de modo que absolutamente ninguna partición
puede ser efectuada sin preterir la esencia de aquello que
debe ser separado, allí y en ninguna otra parte puede
hablarse de un ser pura y simplemente, como ocurre en
el caso de la intuición intelectual.
Pero este ser no debe ser confundido con la identidad.
Cuando digo «Y o soy yo», entonces el sujeto (Y o ) y el
objeto (Y o ) no están unidos de tal manera que ninguna
separación pueda ser efectuada sin preterir la esencia de
aquello que debe ser separado; por el contrario, el yo
sólo es posible mediante esta separación del yo frente
al yo. ¿Cómo puedo decir « ¡Y o !» sin conciencia de mí
mismo?, pero ¿cómo es posible la conciencia de mí mis­
mo?; es posible porque yo me pongo enfrente, frente a
mí mismo, me separo de mí mismo y, pese a esta separa­
ción, en lo puesto enfrente me reconozco como lo mismo.
Pero ¿en qué medida como lo mismo? Puedo, tengo que
preguntar así; porque, en otro respecto, se ha puesto
enfrente de sí. Por lo tanto, la identidad no es una unión
del objeto y el sujeto que tuviera lugar pura y simple­
mente; por lo tanto, la identidad no es m el ser absoluto.

También podría gustarte