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Resumen Abstract
El propósito de este artículo consiste The purpose of this article is to de-
en mostrar algunas reflexiones so- monstrate some reflections on the
bre la pregunta acerca del origen del question about the origins of evil and
mal y la referencia al gnosticismo the reference to gnosticism in the
en el seno de la historiografía cris- center of christian historiography,
tiana, a partir del pensamiento del taken from the thoughts of the
filósofo francés Paul Ricoeur. Se pre- French philosopher Paul Ricoeur.
tende exponer cómo esas significa- Its intent is to show how these mea-
ciones, a lo largo de la historia, re- nings, throughout history, have an
percuten en el modo en que nos impact on the way in which we take
responsabilizamos de nuestro actuar. responsibility for our actions.
Fuentes Humanísticas > Año 30 > Número 57 > II Semestre > julio-diciembre 2018 > pp. 9-25.
Fecha de recepción 21/05/18 > Fecha de aceptación 26/09/18
historia.enlace@hotmail.com
vesado. Especulación que sin importar su racionalizar los símbolos como tales, y de
aparente profundidad, fue rechazada por este modo fijarlos en el plano imaginati-
la interpretación cristiana sobre el mal vo en el cual nacen y se desarrollan. Esa
que llevó a cabo san Agustín de Hipona, tentación de una “mitología dogmática”
al formular su concepto doctrinal y dog- es la de la gnosis (Ricoeur, 1961, p. 272).
mático del llamado “pecado original”. Ri-
coeur (1960) cuestiona: Esta fantástica mitología dogmática es la
mundanización misma del símbolo y cons-
¿Bajo qué influencia la teología cristiana tituye el más completo falso saber, se lee
fue llevada hasta esta elaboración con- en Ricoeur (1960):
ceptual [del pecado original]? Pueden
darse dos respuestas a esta pregunta. En Podemos observar de qué modo el falso
primer lugar, una respuesta externa: dire- saber, la mímica de una racionalidad, se
mos que fue por influencia de la gnosis. vincula en la gnosis con la interpretación
En los Extractos de Teodoto, leemos una misma del mal. Porque el mal es cosa y
serie de preguntas que, según Clemente mundo [en una interpretación gnósti-
de Alejandría, definen la gnosis: “¿Quié- ca], el mito es “conocimiento”. La gnosis
nes éramos? ¿En qué nos hemos conver- del mal es un realismo de la imagen, una
tido? ¿Dónde estábamos antes? ¿De mundanización del símbolo. Nace así la
qué mundo hemos sido arrojados? ¿Ha- más fantástica mitología dogmática del
cia qué meta nos dirigimos? ¿De qué pensamiento occidental, la más fantás-
hemos sido liberados? ¿Qué es el naci- tica impostura de la razón, cuyo nombre
miento γέννησις? ¿Qué es el renacimien- es gnosis. (p. 248).
to ἀναγέννησις?”. Otro autor cristiano
también afirma que fueron los gnósticos
quienes plantearon la pregunta πόθεν πόθεν τὰ κακά, la pregunta por el
τὰ κακά: ¿De dónde proviene el mal? origen del mal
Comprendámoslo bien: fueron los gnósti-
cos quienes intentaron convertir esta pre- La gnosis presenta el peligro permanente
gunta en una cuestión especulativa y de convertir el mhytos en lógos, en re-
darle una respuesta que fuera ciencia, a mitologizar los símbolos del mal. Si bien
saber, γνώσις, gnosis. (p. 246. Cursivas hay que evitar el obstáculo anterior, el fi-
añadidas). lósofo francés no deja de reconocer el
profundo vínculo que existió entre la gno-
Aquél peligro desafía constantemente a sis y el problema del mal, porque fueron
la “simbólica del mal” porque intenta los gnósticos quienes primero pregunta-
convertir al símbolo en un sucedáneo de ron con vehemencia sobre el origen del
racionalidad, es la apuesta que procura ra- mal, dice Ricoeur (1960):
cionalizar los símbolos:
No podría exagerarse la importancia his-
Por otra parte, otro de los peligros que nos tórica de este movimiento del pensa-
acecha es el de repetir el símbolo como miento que abarcó tres continentes, reinó
una imitación de la racionalidad, el de
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Gnosticismo: la pregunta por el origen del mal según Paul Ricoeur
durante varios siglos, animó la especu- ción) […]. En el pensamiento de las nu-
lación de tantos espíritus ávidos de sa- merosas sectas gnósticas que, de la ma-
ber, de conocer y de ser salvados por el no de la expansión cristiana, comenzaron
conocimiento. Entre la gnosis y el pro- a surgir por doquier, la crisis espiritual
blema del mal hay una alianza inquietan- de la época encontró su expresión más
te y especialmente desorientadora. Fue- atrevida y, por así decir, su expresión
ron los gnósticos quienes plantearon en más extrema. La oscuridad de sus especu-
toda su patética dureza la pregunta laciones, intencionadamente provocati-
πόθεν τὰ κακά; ¿de dónde proviene el vas en parte, realza más que disminuye
mal? (p. 248). su representatividad simbólica del pen-
samiento de un período agitado. (p. 65,
En efecto, el filósofo alemán Hans Jonas Cursivas añadidas).
–profundo conocedor del gnosticismo– al
que Paul Ricoeur lee y cita, presenta las Entonces, la pregunta sobre el origen del
generalidades de esa gnosis que convivió mal que surgió dentro del gnosticismo,
por al menos cuatro siglos, con el nacien- hizo que la gnosis oriental formulará las
te cristianismo, al respecto, señala que: más grandes especulaciones sobre aquél;
1) se trataba de un fenómeno de “natu- no obstante, frente a esa gnosis que pre-
raleza decididamente religiosa”; 2) la reli- tendía un tipo de conocimiento inexhauri-
gión que profesaban los gnósticos era ble, que partía de una arqueología forense
“salvífica”, o sea, orientada a la salvación y llegaba a una escatología estrictamen-
ultramundana (o, a veces, incluso ya en es- te soteriológica, Ricoeur (1961) propone
te mundo) de los fieles; 3) su concepción de un abordaje desde la filosofía kantiana de
Dios era “extremadamente trascenden- lo inextricable, vertida en La religión dentro
te”; 4) se basaban en un “dualismo radical” de los límites de la mera razón, planteando
con parejas absolutamente opuestas, una reflexión filosófica inagotable ver-
nunca complementarias: Dios-mundo, sus un saber gnóstico arquetípico:
cuerpo-alma, luz-oscuridad, bien-mal,
vida-muerte. En suma, “la religión del Pero, entonces, a diferencia de toda
período es una religión salvífica, dualista “gnosis” que pretende saber el origen, el
y trascendente” (Jonas, 2000, pp. 65-66). filósofo reconoce aquí que desemboca
Hans Jonas (2000), añade además que: en lo inescrutable y lo insondable: “El
origen racional de esa propensión al mal
Al comienzo de la era cristiana y, progre- es para nosotros impenetrable, porque
sivamente a lo largo de los dos siglos si- debe sernos imputado y porque ese
guientes, el mundo mediterráneo orien- fundamento supremo de todas las má-
tal se encontraba en un momento de ximas exigiría, a su vez, la admisión de
profunda agitación espiritual. La génesis una máxima mala” (Kant [1973] 1952:63).
del propio cristianismo y la respuesta a su De manera más contundente: “No hay
mensaje evidencia esta agitación, si bien para nosotros razón comprensible para
no de forma exclusiva. […] Palestina era saber de dónde, en un principio, pudo ha-
un hervidero de movimientos escatoló- bernos venido el mal moral” (Kant [1973]
gicos (es decir, orientados hacia la salva- 1952: 65). En nuestra opinión, lo ines-
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Fuentes Humanísticas 57 > Las Humanidades > Emmanuel Flores, Sandra Pichardo
crutable consiste precisamente en que ֽ ָהָא֗ ָדם: ha ‘adam.- “el ser humano”, “el
el mal que siempre comienza por la li- hombre”), es un nombre colectivo –en
bertad, esté desde siempre ahí para la el sentido de humanidad– y no un nom-
libertad, que sea acto y habitus, sur- bre propio o particular (Adán), ya que co-
gimiento y antecedencia. Por esta raz- mo el texto bíblico lo enuncia:
ón, Kant convierte expresamente este
enigma del mal para la filosofía en la Formó, pues, Jehová Dios al hombre
transposición de la figura mítica de ( ֽ ָהָא֗ ָדם: ha ‘adam) del polvo de la tierra
la serpiente. La serpiente, pienso yo, ( ֣ ָה ֲא ָד ֔ ָמה: ha ‘adamá), y alentó en su nariz
representa el “ya ahí desde siempre” soplo de vida; y fué el hombre ( ) ֽ ָהָא֗ ָדםen
del mal, de ese mal que, sin embargo, alma viviente. (Génesis 2:7, Reina-Valera
es comienzo, acto, determinación de la Antigua: RVA).
libertad por sí misma. (p. 280).
Además:
El mal comenzó por la libertad humana y
está ahí para la libertad,2 ha entrado en Este es el libro de las generaciones de
el mundo con “el hombre”, así que el mal Adán. El día en que creó Dios al hombre,
no comienza conmigo ni termina con no- a semejanza de Dios lo hizo. Varón y
sotros: el mal está ya ahí, esperando a la hembra los creó; y los bendijo, y llamó el
puerta, agazapado, tratando de encon- nombre de ellos Adán, el día en que fueron
trar la oportunidad, acechando para aba- creados. (Génesis 5:1-2, Reina-Valera
lanzarse sobre el siguiente ser humano 1960, RVR60. Cursivas añadidas).
lábil, de ahí la propuesta ricoeuriana del
“hombre falible”. El mito antropológico Nótese que en la traducción anterior se
y antropogónico por excelencia, esto es, denota claramente que el hombre y la
el mito adámico, así lo enuncia; recuerda mujer, son ambos Adán. Otra traducción
que por medio de un antepasado arque- podría ayudar aún más, a entender el
típico común, el mal fue inaugurado en la sentido colectivo de la nominación huma-
esfera humana por un hombre colectivo na Adán:
(ha ´adam). En este sentido, no se debe
pasar por alto aquí, que “el adam” (heb. Esta es la lista de los descendientes de
Adán. Cuando Dios creó al ser humano,
lo hizo a semejanza de Dios mismo. Los
En este aspecto, es importante acotar lo siguiente:
2 creó hombre y mujer, y los bendijo. El
“Más frecuente ha sido aquella otra clasificación día que fueron creados los llamó “seres
[del mal] que distingue entre males físicos, deri- humanos”. (Génesis 5:1-2, Nueva Versión
vados de la naturaleza, y morales, que proceden
de la libertad. En un sentido similar se habla de des- Internacional, NVI).
gracia y de culpa respectivamente. Aunque pa-
rezcan gravitar de manera igualmente dolorosa Al respecto, el fenomenólogo argentino,
sobre el que los padece, constituyen modalida-
des diferentes que, en el segundo caso, se podrían José Severino Croatto, comenta que:
evitar y, al menos, se pueden explicar señalando
con el dedo al culpable, con lo que queda atenua- El hombre (‘adam) es tomado del polvo
do aquel agravante de extrañeza” (Armendáriz,
1999, p. 12). del suelo (‘adamá). Lo que será su destino
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Gnosticismo: la pregunta por el origen del mal según Paul Ricoeur
en este mundo, el trabajo del suelo ([Gé- ha tenido lu-gar. No inauguro el mal; lo
nesis] 2:5b), es su propio origen. El hom- continúo; estoy implicado en el mal; el
bre es el “terroso”, no sólo el terrestre. mal tiene un pasado; es su pasado; es su
Podría ser que ambos vocablos provengan propia tradición. (p. 258).
de ‘adom “rojo”, como el color del suelo
en muchos lugares, pero el texto no se En efecto, puede interpretarse que el mal
preocupa de ello sino de crear asonancia se asienta en el mundo por la interven-
entre ‘adam y ‘adamá (masculino y fe- ción única de lo humano, que ha intro-
menino, respectivamente). Esa relación ducido el mal en el mundo, esta catás-
auditiva es también semántica y crea trofe sobreviene porque el ser humano es
uno de los ejes de sentido de Génesis 2-3 capaz de elegir in illo tempore. Ésa deci-
[…] (Croatto, 1986, p. 42). sión hecha en la más absoluta libertad so-
mete a la humanidad a unas pasiones que
Entonces, el mal se instauró en el mundo, la subyugan. Mucho antes de que la gno-
sin que el ser humano pudiera esquivar- sis se preguntara por el origen ejemplar
lo, sin haber podido evitarlo a causa de la del mal, la tradición bíblica veterotesta-
posibilidad del descarrío, por la condición mentaria que arrancó con los sabios de la
ineluctable de errar; porque el hombre tradición Yahvista (J o Y)3 propuso que
podía haberse extraviado en la maldad, el mal surgió en el seno de lo humano, y
se perdió para encontrar la libertad. El no en el ámbito divino, como proponían
relato bíblico del Génesis enuncia la pri-
mera negación que proviene de la divi-
nidad cuando ésta prohíbe a los seres 3
¿Qué es el Yahvismo? El término proviene del nom-
humanos comer cierto fruto. Entonces, bre personal del Dios ( ) ֱא ֹ ֖ל ִהיםde Israel: Yahvé,
el hombre y la mujer le dicen no a esa ne- que traduce el tetragramatón: ְיה ֥ ָוה. “Desde el
punto de vista histórico-crítico, Gn 2-3 pertenece
gación –a Dios mismo–, y así con su afir- a la tradición “yavista” (Y) del Pentateuco. […]
mación construyen su propia libertad Después de leer 1:1-2:3 (el relato “sacerdotal”
como seres humanos autónomos, y, por de la creación) el lector se encuentra con una
nueva referencia a la creación del hombre, de
ende, responsables. Al respecto señala las plantas, de los animales, de la mujer, en un
Ricoeur (1960): orden completamente diverso y que obedece a
una estructuración literaria independiente. […]
Estas y muchas otras diferencias conceptuales y
[…] el mito adánico revela al mismo tiem-
de lenguaje hacen de Gn 2-3 una narración sutu-
po ese aspecto misterioso del mal, a sa- rada en este lugar, pero de origen distinto a la de
ber, que si bien cada uno de nosotros Gn 1. A este texto y otros del Pentateuco que
tienen las mismas características los exégetas
lo inicia, lo inaugura –algo que Pelagio vio
acostumbran llamar “yavistas” por el uso cons-
muy bien–, también cada uno de noso- tante de “Yavé” como nombre divino” (Croatto,
tros lo encuentra, lo encuentra ya ahí, 1986, pp. 19-20).
dentro de sí, fuera de sí, previo a sí mis- Por otra parte: “El yahvismo comienza con Moisés,
como asegura explícitamente la Biblia y como lo
mo. Para toda conciencia que se despier- indican todos los argumentos. Cualquiera que sea
ta a la toma de responsabilidad, el mal el origen del culto a Yahvé, no se han encontrado
ya está allí. Al localizar el origen del todavía indicios de él antes de Moisés. No pode-
mal en un ante-pasado lejano, el mito re- mos, por consiguiente, hablar de un yahvismo
establecido, y ni siquiera primitivo, en la época de
vela la situación de todo hombre: eso ya los patriarcas” (Bright, 2003, p. 145).
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las teogonías y cosmogonías babilónicas. tando una palabra, a la vez divina y hu-
Ricoeur (1960) apunta: mana. Como bien comenta Quesnel:
Con ello, la patrística sostenía la tradi- Todo se decide en el diálogo que se es-
ción ininterrumpida de Israel y de la Igle- tablece entre la serpiente y la mujer, a
sia, que denominó tradición penitencial y propósito de la orden que Dios ha dado
que halló en el relato de la caída su for- anteriormente. Sabemos que la serpien-
ma plástica, su expresión simbólica ejem- te es “el más astuto” de todos los anima-
plar. Aquello que el símbolo de Adán les creados (el texto juega con el doble
transmite es ante todo y esencialmente sentido de la palabra hebrea que signifi-
la afirmación de que el hombre es, si no ca a la vez astuto y desnudo). Hay, por
el origen absoluto, al menos el punto de tanto, una astucia que es preciso identi-
emergencia del mal en el mundo. Por un ficar detrás de la tentación. De hecho,
hombre, el pecado entró en el mundo la serpiente finge que cita las palabras
[Romanos 5:12]. El pecado no es mun- divinas. Pero lo hace manipulándolas de
do, entra en el mundo; mucho antes de una manera muy hábil que va a llevar a
la gnosis, el Yahvista –o su escuela– la desobediencia: toda la astucia está
había tenido que luchar contra las repre- en esta sutileza. […] Con sutileza, tam-
sentaciones babilónicas del mal, que lo bién la mujer transforma la palabra divi-
representaban como un poder contem- na. Retira del mandato positivo la men-
poráneo del origen de las cosas, que el ción de la totalidad (pasó de “todos los
dios había combatido y vencido antes árboles” a “los árboles”) introduciendo
de la fundación del mundo y para fundar un elemento ausente en Gn 2, ya que
el mundo. La idea de una catástrofe de lo habla de no tocar. Reconocemos en ello la
creado que sobreviene en una creación fórmula del tabú, que es una prohibición
inocente, por medio de un hombre ejem- sagrada, sin justificación racional. Así el
plar, ya animaba el importante mito del diálogo se desliza hacia el mundo del pa-
Hombre primordial. Lo esencial del sím- ganismo contra el que combate Israel.
bolo estaba resumido en el nombre mis- Otro detalle, imperceptible en nuestras
mo del artesano histórico del mal: Adán, traducciones, es que la serpiente desig-
es decir, el Terroso, el Hombre sacado na a Dios, desde el principio, no por su
de la tierra y destinado al polvo. (p. 249). nombre de SEÑOR Dios [Yahvé ’Elohim],
sino únicamente como Dios (’Elohim: la
Por eso, el simbolismo de la serpiente es divinidad). (2002, pp. 52-53).
instructivo también como han señala-
do tanto Kant, Safranski y el propio Ri- Nótese que no sólo la serpiente trans-
coeur, porque el mal comienza cuando se muta la palabra divina, ahora también
pervierte la palabra, cuando se intenta la mujer la tergiversa. Entonces, el mal
conversar con un otro que no es lo huma- que llega con la astuta serpiente4 viene
no, que no es otro hombre; la serpiente
aparece en el lugar menos indicado, se
interpone entre la palabra de la pareja pri-
“La presentación de la serpiente se refiere sola-
4
migenia, interrumpe el diálogo, transmu- mente a una de sus cualidades, la astucia. Es lo
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Gnosticismo: la pregunta por el origen del mal según Paul Ricoeur
así decir, un espejo para que cada cual etcétera) o yuxtapuesto a otras voces
se mire en él y lo que antes era apertura igual de turbulentas, se convierte no sólo
hacia el otro se convierte ahora en en un término polisémico, sino que seña-
retirada hacia uno mismo. (LaCocque, la una realidad profundamente pertur-
2001, p. 37). badora que designa al no-ser, a la desin-
tegración y a la negación total. Y aquí, es
La serpiente, como testimonian muchas donde el saber histórico-filosófico pue-
otras tradiciones religiosas, orientales y de escuchar una vez más la vetusta voz de
occidentales, incluso precortesianas, es un mito hebreo, porque ahí hay todavía
omnipresente. “De hecho, esta figura sim- algo que quiere manifestarse, como saber
bólica concentra el misterio del mal: no se reflexivo sobre la densidad del mal:
sabe de dónde viene ni cómo pudo entrar
en el jardín. Por lo demás se encuentra en En ese antiguo relato sobre los comien-
otras muchas tradiciones” (Quesnel, 2002, zos encontramos una antropología del
p. 52). La insolente serpiente articula una mal: el hombre ha sido el causante del
“hermenéutica de la sospecha” –Paul propio mal, con el que se encuentra a
Ricoeur, dixit– que termina haciendo una través de una larga y confusa historia.
apertura, le abre un lugar a lo que hasta Sea lo que fuere el mal en particular, ha
ese momento era extraño, el mal en el entrado en el mundo por mediación del
mundo, dice Ricoeur (2001): hombre (Safranski, 2014, p. 29. Cursivas
añadidas).
En cuanto único otro a quien dirige la
palabra la mujer, la serpiente represen- El mal se encuentra en nosotros, por lo que
ta la inescrutable dramatización de un requiere una confesión y un ejercicio de
mal que está ya ahí. Sea quién –o lo autoatestación, pero esta manifestación
que– fuere la serpiente, lo importante del mal solicita acciones concretas y no
en el desarrollo del relato global es el solamente buenas palabras. Aunque el
repentino cambio del deseo humano: “Vio mal está también fuera de nosotros, y si
la mujer que el árbol tenía frutos sabro- este es el caso ¿cómo justificarlo? ¿Cómo
sos y que era seductor a la vista [nada re/conocerlo? ¿Cómo lo re/conocen los
condenable hay en ese “sabor” y en ese creyentes sin caer en una teodicea que
deleite “seductor”] y codiciable para con- proteja a Dios como el autor del mal?5
seguir sabiduría…” ([Génesis] 3:6). He
aquí el momento exacto de la tentación:
el deseo de infinito, que implica la trans-
gresión de todos los límites. (p. 62). Una pregunta para la teodicea (recuérdese que
5
Sin embargo, las normas morales de las Cuando más pobre parece la reflexión
que se habla líneas arriba no terminan directa sobre la confesión de la mala in-
de justificar lo injustificable que acaece tención, más ricas en historias sobre el
con el mal, porque este deriva de actos origen del mal son las grandes culturas
eminentemente libres de un ser humano que han construido la conciencia occi-
y, según Nabert (1997): dental, por no hablar de las culturas orien-
tales y extremo-orientales (que no ex-
Por otra parte, no es solamente en las ploré con el pretexto de que no forman
fronteras del imperio de las normas don- parte de mi memoria finita). Bajo la pre-
de se descubre una fuente de lo injus- sión de mi doble cultura bíblica y griega,
tificable que ellas intentan canalizar, me sentí presionado a incorporar a la filo-
pero que no logran captar. ¿Cuáles son sofía reflexiva, surgida de Descartes y de
las normas respecto de las cuales decidi- Kant y transmitida por Lachelier, Lagneau
ríamos que ciertas situaciones trágicas y Nabert, la interpretación de los símbo-
o ciertas torturas morales no deberían los de la deshonra, del pecado y la culpa,
ser? No querríamos decir que todos los donde veía la primera capa de expresiones
males –los que se sitúan comúnmente indirectas de la conciencia del mal; sobre
bajo la idea de mal físico– puedan ser este primer piso simbólico dispuse la ti-
llamados injustificables: muchos de ellos pología de los grandes mitos de la caída
es difícil no considerarlos como aconte- transmitidos por la doble cultura cuyos lí-
cimientos que afectan al hombre de un mites acabo de recordar: mitos cosmo-
modo contingente. De ellos bastantes lógico, órfico, trágico, adámico. (pp. 32-
confirman, no una transgresión de las 33. Cursivas añadidas).
normas, sino un irremediable divorcio
entre el espíritu en su incondicionalidad
y la estructura del mundo en el que está Conclusiones
implicado y en el que nosotros estamos
comprometidos. Les llamamos injustifi- Como puede leerse en esta última cita y
cables incluso antes de preguntarnos si a lo largo de todo el contenido, Ricoeur
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Gnosticismo: la pregunta por el origen del mal según Paul Ricoeur
explica que la pregunta acerca del origen (1997). Biblia Hebraica Stuttgartensia, 5ª
del mal ha sido una constante en la histo- ed. Enmendada. Stuttgart: Deutsche
ria y ha derivado en construcciones sim- Bibelgesellschaft.
bólicas que conforman el imaginario de las (2001). Biblia Reina-Valera 1909 (rva).
sociedades; su propuesta considera ne- Corea: Sociedades Bíblicas Unidas.
cesario evitar una idea del mal como una (2001). Biblia Reina-Valera 1960 (RVR60).
sustancia externa al actuar humano y, Corea: Sociedades Bíblicas Unidas.
en su lugar, propone considerarse como el Armendáriz, L. M. (1999). ¿Pueden coexistir
resultado de la libertad humana –que es Dios y el mal? Una respuesta cristiana
inherente al hombre–. (Cuadernos de Teología Deusto, núm.
La redacción de este artículo es una 19). Bilbao: Universidad de Deusto.
invitación a tematizar los problemas emi- Bright, J. (2003). La historia de Israel (Mar-
nentemente humanos de la mano de uno ciano Villanueva-Víctor Morla, trads.).
de los filósofos franceses más importan- Bilbao: Desclée de Brouwer.
tes del último siglo. En este caso, la lectu- Croatto, J. S. (1986). Crear y amar en li-
ra del pensamiento ricoeuriano permitió bertad. Estudio de Génesis 2:4-3:24 (El
concluir que la comprensión de nuestro hombre en el mundo, vol. II). Buenos
ser (ontología) hace visible una concepción Aires: La Aurora.
del ser humano (antropología) a partir de García Romero, F. (2002). Introducción ge-
la reflexión del problema del mal. El mal neral. En Los Gnósticos. Texto I (José
no puede ignorarse, negarse ni esconder- Montserrat Torrents trad.), (Biblio-
se; el ser humano debe visibilizarlo para teca Básica Gredos núm. 120). Bar-
comprenderlo y para interpretarse a sí celona: Gredos.
mismo. Además, la pregunta por el origen Jonas, H. (2000). La religión gnóstica. El
del mal también interpela al hombre, pa- mensaje del Dios Extraño y los co-
ra que éste se asuma como agente de mienzos del cristianismo (M. Gutiérrez,
aquel, y por lo tanto, se haga responsa- trad.). Madrid: Siruela.
ble del mal que hay en él y del que ejerce LaCocque, A. y Ricoeur, P. (2001). Pensar
contra sí mismo y contra otros. la Biblia. Estudios exegéticos y her-
Una vez que se ha preguntado por el menéuticos (Antoni Martínez Riu,
origen del mal, el ser humano puede asu- trad.). Barcelona: Herder.
mirse así como un ente lábil, por lo cual Nabert, J. (1997). Ensayo sobre el mal (José
se constituye en un ser falible, que no obs- Demetrio Jiménez, trad.). Madrid:
tante, niega cualquier posibilidad de impu- Caparrós.
tarle a otro ese mal. Quesnel, M., Gruson, P. (dirs.) (2002). La
Biblia y su cultura (Antiguo Testamen-
to) (Ramón Alfonso Díez Aragón,
Bibliografía trad.). Santander: Sal Terrae.
Ricoeur, P. (2003 [1969]). Culpabilidad, éti-
(2002). Biblia de Estudio NVI (Nueva Versión ca y religión. En El conflicto de las
Internacional). Miami: Editorial Vida. interpretaciones. Ensayos de herme-
néutica (1ª ed.), (Alejandrina Falcón,
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Fuentes Humanísticas 57 > Las Humanidades > Emmanuel Flores, Sandra Pichardo