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La mayoría de las personas desconocen las grandes ventajas que aportan


estas mascotas a su vida. Desde el punto de vista social, facilitan las
relaciones humanas. Desde el punto de vista físico, promueven el estar en
forma.

Psicológicamente, son geniales para niños y ancianos. Y con su ronroneo


producen al ser humano un efecto relajante y tranquilizador, que en el
campo de la medicina ha dado excelentes resultados, en el tratamiento de
enfermedades cardiacas, psicológicas o la hipertensión.

La mayoría de las personas desconocen los extraordinarios beneficios que


producen los animales domésticos en su vida. Está perfectamente demostrado
que aquellos que conviven con mascotas viven más tiempo y con mejor calidad de
vida que quienes no lo hacen.

Diversos estudios nos demuestran que la presencia de un gato o un perro en el


hogar es buena para la salud. Entre el humano y su animal se desarrolla una
relación afectiva generalmente muy armónica, que convierte a su mascota en un
amigo y un confidente.

Otras investigaciones han demostrado que los animales devuelven la sonrisa a


una persona deprimida, estimulan el carácter social de alguien que es tímido,
ayudan a controlarse al que sufre impulsos violentos, ayudan a bajar la presión
arterial a los hipertensos y a relajar a las personas nerviosas.

Por increíble que parezca, otra de las ventajas que nos aportan estos animales es
la capacidad de aceptarse a uno mismo. Su amor siempre es incondicional y no
distinguen entre los bajos y los altos, los feos y guapos o entre ricos y pobres.

Un reciente estudio publicado en el American Journal of Cardiology descubrió que


los dueños de gatos tenían significativamente menor probabilidad de morir dentro
del período de un año después de un ataque cardíaco que aquellos que no tenían.
La investigación explicaba que acariciar a un gato o escuchar su ronroneo, supone
tener una vasodilatación de las arterias y vasos periféricos que favorece la
relajación.

Sobre este mismo tema un equipo de investigadores de la Universidad de


California en Los Ángeles, comprobó que la visita de apenas doce minutos hecha
por un perro o un gato a un paciente hospitalizado por un problema de corazón,
consigue mejorar su función pulmonar y cardiaca.

Otra investigación publicada en Journal of the American Geriatric Society observó


a casi 1.000 hombres y mujeres con una edad promedio de 70-75 años y
descubrió que aquellos que tenían un gato o un perro tenían mejor bienestar
psicológico y eran capaces de realizar mejor las actividades diarias como: meterse
y levantarse de la cama, prepararse comidas, bañarse, vestirse o caminar, que
aquellos que no tenían mascota.

Los científicos llaman «efectos positivos» a todas estas ventajas que estos
animales aportan a los humanos y las clasifican en tres tipos: psicológicos, físicos
y sociales.

En este artículo vamos a estudiar los beneficios relativos a los gatos aunque
parecen ser similares pero no idénticos en los perros.

BENEFICIOS PSICOLÓGICOS
Los animales nos hacen compañía pero también reclaman nuestra atención. Tener
un animal es una responsabilidad muy grande. Son seres vivos y hay que cuidar
de ellos, exigen una dedicación constante y hay que atender a sus necesidades.

En este punto se ha demostrado que tener un gato es de gran utilidad tanto para
niños como para ancianos. En los niños estimulan el sentido de la responsabilidad.

Cuidar de uno de estos animalitos puede ayudarles a madurar, a crecer, a darse


cuenta de los valores que son realmente importantes en la vida y a adquirir un
sentido del deber.

Se ha constatado además que alimentar a un gatito, prepararle la comida, respetar


sus horarios, estimula el interés por la propia alimentación combatiendo de esta
manera la desgana y la inapetencia que se encuentran el origen de diversos
trastornos alimenticios. Además, tener presentes los horarios y las necesidades
del animal también constituye un buen ejercicio para la memoria y la
concentración de los más pequeños.

Para los ancianos tener un gato es considerado un antidepresivo natural. En


muchas ocasiones la jubilación puede provocar en algunas personas un vacío al
que se suma un sentimiento de dejar de ser útil para los demás. Las mascotas
neutralizan esta sensación, ese vacío en las personas mayores lo llenan a la hora
de cuidar a estos animalitos. De esta manera comienzan a sentirse útiles y
seguros de sí mismos. La mayoría de los ancianos recuperan la autoestima
cuando tienen una mascota que cuidar.

También un gato les mitiga el sentimiento de soledad y les llena los espacios
vacíos de la vida. Un cachorro al que atender supone un estímulo para salir del
aislamiento y ofrece la posibilidad de abrirse al mundo exterior y restablecer las
relaciones o para dar vida a nuevas amistades e intereses.

BENEFICIOS SOCIALES
Los gatos actúan como catalizadores sociales que facilitan las relaciones
humanas.

Exteriorizar el afecto que se siente por un animal mejora la propia capacidad de


interactuar y despierta el deseo de recuperar el contacto con los demás y de
dialogar con otras personas. Las mascotas constituyen un factor de acercamiento
con vecinos y personas desconocidas en la calle. Es mucho más fácil entablar una
conversación con un extraño cuando hay un animal de por medio.

También suponen un estímulo lúdico. Un pequeño gatito es un compañero de


juegos que contribuye a ahuyentar el aburrimiento. Los cachorros, con sus juegos,
y a veces con su extravagante comportamiento, son como pequeños payasos,
capaces de provocar carcajadas y por lo tanto acentuar nuestro buen humor.
Además la risa relaja y aumenta las defensas naturales del organismo.

BENEFICIOS FÍSICOS
Está demostrado que las mascotas promueven la actividad física en sus dueños.
Los animales son acérrimos enemigos de la pereza, y suponen un excelente
estímulo para el ejercicio y el movimiento.

Los gatos, como la mayoría de las mascotas, requieren de una cierta rutina activa
diaria. Ir detrás de ellos, jugar con ellos, cogerlos o incluso cepillarlos, son
actividades físicas saludables y posiblemente mucho más divertidas que el
rutinario ejercicio físico impuesto por un instructor. No obstante, si la persona tiene
alguna complicación con su movilidad, los veterinarios aseguran que la mascota
ideal es el gato, ya que no requiere paseos al ser más independientes que los
perros y en cambio brinda todos los «efectos positivos » de los que hablan los
científicos.

Por otro lado, acariciar a un gato satisface la necesidad humana de contacto y


desvía la atención que en un momento dado se le esté prestando a una situación
de dolor o aflicción física o espiritual.

LOS GATOS EN EL CAMPO DE LA MEDICINA Y LA


IMPORTANCIA DEL RONRONEO
Hasta ahora hemos hablado de los efectos positivos que una mascota puede
aportar a su dueño en la vida cotidiana.

Pero estas ventajas van más allá y han llegado al ámbito de la medicina. Los
estudios también han demostrado que tener una mascota puede aportar
beneficios físicos y psicológicos en el tratamiento de numerosas enfermedades.

La idea de utilizar animales para hacer más llevadera la convalecencia de un


enfermo o para aliviar un trastorno nace de observar los médicos la perfecta
interacción y el extraordinario entendimiento que se establece entre el hombre y el
animal.anera la desgana y la inapetencia que se encuentran 
La Zooterapia o Terapia Asistida por Animales (TACA), es una actividad donde se
utilizan animales para curar a los enfermos. El animal en ocasiones actúa de 
coterapeuta entre el médico y el paciente. Esta disciplina tuvo sus inicios en el año
1953 cuando el psiquiatra Boris M. Levinson se dio cuenta de la influencia positiva
que su perro Jingles ejercía en los pacientes. Desde entonces ha tenido mucho
éxito en diferentes ámbitos de la medicina.

Si bien al principio la TACA se empleaba básicamente como soporte para las


personas, en especial niños con problemas de tipo psicológico o con minusvalías,
en la actualidad los inesperados y espectaculares resultados obtenidos han
permitido ampliar su radio de acción a personas de todas las edades y al
tratamiento de muchas patologías.

Los investigadores aseguran que los gatos pueden ser de gran utilidad durante los
períodos de convalecencia de algunas enfermedades. Este animal con su
ronroneo produce al ser humano un efecto relajante y tranquilizador, que en el
campo de la medicina ha llegado a dar excelentes resultados, en el tratamiento de
enfermedades cardiacas, psicológicas o la hipertensión.

La presencia de esta mascota es de gran ayuda en personas que sufren


problemas de corazón, los expertos han observado que con su contacto se
acelera la recuperación de un paciente tras una intervención quirúrgica.

También aseguran que su compañía es tremendamente beneficiosa en los


períodos de convalecencia de las personas que han sufrido un infarto.

En el tratamiento de la hipertensión los médicos recomiendan a sus enfermos


rodearse del afecto de un gatito ya que ese efecto relajante que produce, ayuda a
mantener en su cauce la presión sanguínea.

Parece ser que el uso terapéutico de estas mascotas también funciona en el


tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos como la depresión, la
esquizofrenia y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la ansiedad
o algunas formas de neurosis. Esto se debe al hecho de que el buen humor y la
relajación que transmite su compañía estimula la producción de endorfinas,
sustancias segregadas por el cerebro bajo la influencia de las emociones, que
refuerzan las defensas naturales del organismo protegiéndolo de enfermedades y
creando bienestar.

Como hemos visto en este artículo, son numerosos los efectos positivos que
ofrecen los gatos y en general los animales a los seres humanos. Aunque
nosotros no lo sepamos, parece que tener una mascota es el remedio ideal a
determinados tipos de enfermedades. No hay que olvidar, por lo tanto, lo que
dicen los estudiosos en el tema: con un animal a nuestro lado viviremos mejor y
durante más años.

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