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ÍNDICE

1. CAS N.º 4526-2008-LIMA NORTE

2. CAS. N.º 2812-2007 LIMA

3. CAS. N.º 758-96 LIMA

4. CAS. N.º 2013-T-96 LIMA

5. CAS. N.º 3332-2006 LIMA

6. CAS. N.º 1132-2002-LIMA

7. CAS. N.º 1345‐98 LIMA

8. CAS. N.º 2102-2005 PIURA

9. CAS. N.º 4913-2007 SAN MARTIN

10. CAS. N.º 869-2001 LIMA

11.CAS. N.º 1896-03-LIMA

12. CAS. N.º 821-98 CAJAMARCA

13. CAS. N.º 4490-2007 LIMA

14. CAS. N.º 1280-2001 PUNO

15. CAS. N.º 3669-2002 LIMA

16. CAS. N.º 422-2007 AREQUIPA

17. CAS. N.º 1867-98 LAMBAYEQUE

18. CAS. N.º 5566-2007 LIMA

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19. CAS. N.º 143-05 ICA

20. CAS. N.º 2094-02 LIMA

21. CAS. N.º 3192-98, CALLAO

22. CAS. N.º 3179-2002, CALLAO

23. CAS. N.º 61-2003, LIMA

24. CAS. N.º 1022-98, LIMA

25. CAS. N.º 1409-2002, LIMA

26. CAS. N.º 646-98, LAMBAYEQUE

27. CAS. N.º 3278-2002, LORETO

28. CAS. N.º 464-2005, LIMA

29. CAS. N.º 1381-2013, LIMA NORTE

30. CAS. N.º 4526-2008, LIMA

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LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS N.º 4526-2008-LIMA NORTE

Lima, 19 de marzo de 2009

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA;

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas ciento setenta y cinco, por la
demandada INMOBILIARIA CONSTRUCTORA LOS EDIFICADORES
Sociedad Anónima-ICOESA contra la sentencia de Vista de fojas ciento sesenta y
tres, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Norte, de fecha veinticuatro de julio de dos mil ocho, que revoca la apelada de
fojas ciento veinticinco, fechada el veintiséis de noviembre de dos mil siete; y,
reformándola declara fundada la demanda de fojas cincuenta, en consecuencia
ordena que la entidad recurrente cumpla con otorgar la escritura pública del
contrato de compraventa celebrado con Juan Carlos Carrasco Salguero el nueve de
abril de mil novecientos noventa y cinco respecto del Lote Cuatro de la Manzana
“1” del Programa de Vivienda Urbanización Residencial “Manzanares” distrito de
San Martín de Porres.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Esta Sala Suprema mediante resolución de fecha diecinueve de diciembre del año
próximo pasado, ha declarado procedente el recurso por la causal contenida en el
inciso 1) del artículo 386 del Código Procesal Civil, por interpretación errónea del
artículo 1412 del Código Civil, señalando el casante, que el otorgamiento de la
escritura pública no es necesario para el perfeccionamiento de la transferencia
como en forma equívoca se sostiene en la resolución impugnada, agregando que
la misma constituye sólo una formalidad cuando es exigida por ley o se ha
convenido en el contrato. Asimismo, refiere, que en el contrato de compraventa
submateria no se pactó el otorgamiento de escritura pública y por lo tanto, no puede
compelerse a su celebración en los términos planteados en la demanda. Añade, que
la recurrida ha violentado el principio de primacía de voluntad de las partes,

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previsto en el artículo 62 de la Constitución Política del Estado, ya que no se ha
respetado la formalidad adoptada por las partes contratantes del acto jurídico.
Sostiene, que en la cláusula décimo octava del referido contrato se pactó que el
contrato se perfeccionaría luego de aprobarse la habilitación urbana, lo que no ha
ocurrido en la fecha, siendo improcedente el otorgamiento de la escritura pública.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Existe interpretación errónea de una norma de derecho material cuando


concurren los siguientes supuestos: a.- el Juez establece determinados hechos, a
través de una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al proceso;
b.- que estos hechos, así establecidos, guardan relación de identidad con los
supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; c.- que elegida esta norma
como pertinente (sólo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso
concreto, la interpreta (y aplica); d.- que en la actividad hermenéutica, el Juzgador,
utilizando los métodos de interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de
aquella norma, es decir, incurre en error al establecer la verdadera voluntad
objetiva de la norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de manera
contraria a los valores y fines del derecho y, particularmente, vulnerando el valor
superior del ordenamiento jurídico, como es el de la justicia.

2. El argumento denunciado en casación es que se ha interpretado en forma errónea


lo dispuesto en el artículo 1412 del Código Civil, para lo cual resulta necesario, en
primer lugar, examinar cómo es regulado dicho artículo es nuestro ordenamiento
jurídico. Así tenemos que dicho numeral dispone expresamente “Si por mandato
de la ley o por convenio debe otorgarse escritura pública o cumplirse otros
requisitos que no revista la forma solemne prescrita legalmente o la convenida por
las partes por escrito bajo sanción de nulidad, éstas pueden compelerse
recíprocamente a llenar la formalidad requerida”.

3. El artículo bajo análisis nos remite a la institución jurídica de la compraventa,


que es un contrato consensual, el cual se perfecciona por el sólo consentimiento de
las partes, debiendo existir acuerdo respecto de la cosa materia de transferencia y
el precio; así lo establecen los artículos 1352 y 1529 del Código Civil. Sobre el
particular, Ambroise Colin y Henry Capitant, en su “Curso Elemental de Derecho
Civil” sostienen que uno de los caracteres esenciales de las legislaciones modernas
está constituido por la regla de que el simple acuerdo de voluntades basta para

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perfeccionar el contrato. En efecto el principio “solus consensos obligat” es el
resultado de una evolución jurídica que ha terminado por imponerse en la mayoría
de las legislaciones contemporáneas.

4. Asimismo, el referido artículo 1352 citado, nos permite establecer con suma
claridad la diferencia que existe entre la formalidad ad probationem de la forma ad
solemnitatem, al disponer que ésta última debe estar prefijada por la ley bajo
sanción de nulidad. En los contratos de compraventa de un inmueble como el caso
presente, la ley no establece una forma prescrita bajo sanción de nulidad; esto es,
que deba otorgarse necesariamente la escritura pública correspondiente, toda vez,
que como se ha referido precedentemente este tipo de contratos es de carácter
consensual, sin embargo, resulta evidente, que tal formalidad resulta una garantía
de comprobación de la realidad del acto, pues a partir de ella, se permite la
inscripción en el registro correspondiente, permitiendo al adquiriente ejercer su
derecho de propietario plenamente y de esta forma hacer valer su derecho frente a
terceros.

5. En relación al derecho de propiedad, el Tribunal Constitucional ha establecido


en la sentencia expedida en el Expediente cero cero treinta guión dos mil cuatro
guión Al del dos de diciembre de dos mil cinco, que “...desde una perspectiva
iusprivatista, se concibe como el poder jurídico que permite a una persona usar,
disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Así, el propietario puede servirse
directamente del bien, percibir sus frutos y productos y darle destino o condición
conveniente a sus intereses patrimoniales..”; en tal virtud, resulta adecuado
sostener que el propietario de un bien, podrá hacer uso de las distintas formas que
nuestra legislación permite en relación a los bienes que adquiere; sin embargo, sólo
a partir de que se formalice su adquisición y posterior inscripción en registros
públicos, tendrá la posibilidad de que su derecho pueda ejercerse en forma plena,
toda vez que incluso puede ser opuesto frente a terceros, lo que no sucedería si
sólo cuenta con un documento privado.

6. En el caso de autos, la resolución recurrida ha establecido que la compraventa


efectivamente se ha efectuado, respecto del Lote Cuatro Manzana “1” del
Programa de Vivienda Residencial “Manzanares” del distrito de San Martín de
Porres, provincia y departamento de Lima, con el área y linderos que constan en el
contrato de compraventa de fecha nueve de abril de mil novecientos noventa y
cinco, acto de disposición que no ha sido cuestionado por la vendedora ni tampoco

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el pago del precio, habiéndose pactado en su cláusula décimo octava el
perfeccionamiento del contrato luego de cumplir con la habilitación urbana,
trámite administrativo que se ha verificado según las instrumentales exhibidas por
la entidad demandada en la audiencia cuya acta corre a fojas ciento cuatro.

7. De otro lado, el numeral 1549 del Código Civil, al regular el perfeccionamiento


de la transferencia, señala que “es obligación esencial del vendedor perfeccionar
la transferencia de la propiedad del bien”; en dicho sentido, como se ha anotado
precedentemente, la pretensión reclamada subyace al contrato de compraventa
celebrado entre ambas partes procesales con fecha nueve de abril de mil
novecientos noventa y cinco a que se refiere el documento de fojas cinco, en
consecuencia habiéndose determinado que fue la entidad demandada quién vendió
el predio sublitis al actor, resulta obligación de los mismos perfeccionar dicha
transferencia, es más, en la cláusula décimo octava de la minuta de compraventa,
se establece que podrá perfeccionarse el contrato después de haberse aprobado los
proyectos definitivos de habilitación urbana por las autoridades competentes, con
lo cual no queda duda, que las partes han convenido en la elevación a escritura
pública de la minuta que contiene el acto jurídico de compraventa.

8. En este orden de ideas, es claro que la interpretación que ha efectuado el


Colegiado sobre el artículo 1412 del Código Civil, no ha sido erróneo, sino que
responde a la clara voluntad de las partes expresada en el contrato, en conformidad
a lo expresamente normado en el artículo 62 de la Constitución Política del Estado,
habiendo efectuado una interpretación sistemática con las demás disposiciones
materiales, como es, del artículo 1549 del Código Civil, que determina la
obligación del vendedor de perfeccionar la transferencia, por ende, las partes
pueden compelerse a cumplir con la formalidad por ellas asumidas, a fin de hacer
uso de los derechos inherentes a la propiedad que la Constitución Política del
Estado garantiza en el inciso 16) del artículo 2, con las limitaciones a que se
contrae el numeral 70 de dicha Carta Fundamental, referida a que se ejerza en
armonía con el bien común y dentro de los límites que establece la ley, aspectos
éstos últimos que no han sido cuestionados en el proceso, razón por la que no se
configura la causal denunciada, siendo de aplicación lo dispuesto en el artículo 397
del Código Procesal Civil;

IV. DECISIÓN

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Por cuyas razones, Declararon: INFUNDADO el recurso de casación interpuesto
a fojas ciento setenta y cinco por INMOBILIARIA CONSTRUCTORA LOS
EDIFICADORES Sociedad Anónima-ICOESA, en consecuencia, NO CASARON
la sentencia de Vista de fojas ciento sesenta y tres, expedida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, de fecha veinticuatro de julio
de dos mil ocho, que revoca la apelada de fojas ciento veinticinco, fechada el
veintiséis de noviembre de dos mil siete; y, reformándola declara fundada la
demanda de fojas cincuenta; b) CONDENARON a la recurrente al pago de las
costas y costos originados en la tramitación del presente recurso, así como al pago
de la multa de una Unidad de Referencia Procesal; c) DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; bajo
responsabilidad; en los seguidos por Juan Carlos Carrasco Salguero con
Inmobiliaria Constructora Los Edificadores Sociedad Anónima-ICOESA sobre
otorgamiento de escritura pública; interviniendo como Vocal Ponente el señor
Castañeda Serrano; y los devolvieron.

S.S. TAVARA CORDOVA. SOLIS ESPINOZA. PALOMINO GARCÍA.


CASTANEDA SERRANO. IDROGO DELGADO.

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LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 2812-2007 LIMA

Lima, 7 de julio del 2008.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación, interpuesto por la Empresa Municipal Inmobiliaria


de Lima Sociedad Anónima - EMILIMA S.A., mediante escrito de fojas ciento
ochentiocho, contra la resolución emitida por la Quinta Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas ciento ochenta, su fecha veinticuatro de
enero del dos mil siete, que Revocando la apelada declara Infundada la demanda.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, concedido el recurso de casación, fue declarado Procedente por resolución de


fecha diecinueve de setiembre del dos mil siete, por la causal prevista en los incisos
segundo y tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil,
esto es, a) La inaplicación de los artículos ciento cuarentiuno, mil trescientos
cincuentiuno, mil seiscientos sesentiséis, mil seiscientos setentiocho, mil
seiscientos ochentiuno del Código Civil, puesto que en el caso concreto la parte
demandada aceptó las condiciones de la Subasta Pública número cero cero uno -
dos mil uno para adquirir la posesión del inmueble que pretenden que se les
restituya y del cual si ha entrado en posesión desde el veintiocho de octubre del
dos mil dos, tal como se desprende de la copia de la carta notarial ofrecida como
medio probatorio en la contestación de la demanda, con lo cual se perfeccionaría
la relación contractual según lo estipulado en el ítem nueve punto tres de las Bases
de la Subasta Pública número cero cero uno - dos mil uno, por lo que no se ha
aplicado lo dispuesto por el artículo ciento cuarentiuno del Código Civil;
asimismo, no se ha empleado el articulo mil trescientos cincuentiuno del Código
Sustantivo, por lo que ahora no puede pretender desconocerse la existencia del
contrato de arrendamiento del inmueble ubicado en el Jirón Sebastián Barranca
número mil setecientos cuarentiuno del Distrito de la Victoria, provincia y

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departamento de Lima, dado que este como ya se ha demostrado si existe la
relación contractual hecho que si fue valorado por el Juez de primera instancia;
también se inaplica el artículo mil seiscientos sesentiséis y mil seiscientos
setentiocho del Código Civil, dado que en las Bases de la Subasta Pública para el
Arrendamiento de inmuebles número cero uno - dos mil uno en el ítem cinco punto
cinco, se estipulaba claramente que “En el caso de los inmuebles que se subasten
en la condición de ocupados, con proceso judicial en estado de ejecución de
sentencia y con orden de lanzamiento, la desocupación será de cuenta y cargo del
postor adjudicado en la Buena Pro, EMILIMA Sociedad Anónima sólo reconocerá
hasta un monto máximo de quinientos nuevos soles por este concepto”, y se debe
tener en cuenta también el ítem nueve punto tres de las mencionadas Bases de la
Subasta Pública número cero cero uno - dos mil uno donde se señala que el contrato
de arrendamiento entra en vigencia a partir de la suscripción del mismo. En los
inmuebles del ítem cinco punto cinco el contrato de arrendamiento entra en
vigencia a partir de la posesión del inmueble por el postor ganador de la Buena
Pro, hecho que pretende desconocer tendenciosamente la parte demandada; al
haberse acreditado la existencia de la relación contractual con la parte demandada
respecto al arrendamiento del inmueble, también es de aplicación el artículo mil
seiscientos ochentiuno del Código Civil; y, b) La contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, describiendo que se han configurado
los siguientes vicios: b.i) se ha atentado contra el principio de motivación de las
resoluciones judiciales; b.ii) la afectación a su derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva debido a que no se ha realizado una valoración en conjunto (integral y
concordada) de los elementos probatorios obrantes en autos.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, el recurso de casación tiene como fines esenciales la correcta aplicación e


interpretación del derecho objetivo y la unificación de la jurisprudencia nacional
de la Corte Suprema de Justicia, conforme se señala en el artículo trescientos
ochenticuatro del Código Procesal Civil.

2. Que, la actora interpone demanda de desalojo por falta de pago, respeto de su


inmueble ubicado en el Jirón Sebastián Barranca número mil setecientos
cuarentiuno, en la Victoria, sosteniendo que la recurrente es una empresa de
Derecho Municipal creada al amparo de la Ley Orgánica de Municipalidades para
administrar el patrimonio de Consejo número inmobiliario doscientos sesentiocho,

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de fecha de la entidad edil, de acuerdo al Acuerdo veintidós octubre de mil
novecientos noventa; arrendaron el bien materia de litis al demandado, quien ganó
la buena pro de éste, fijándose el arriendo en quinientos veinte dólares americanos
(incluido Impuesto General a las Ventas); se extendió el acta de subasta pública de
alquileres de fecha veintinueve de marzo del dos mil uno; la recurrente emitió el
Certificado de Adjudicación el veintinueve de marzo del dos mil uno; por su parte,
el demandado pagó la garantía (dos meses de renta) y la primera renta
correspondiente a abril del dos mil uno, ocupando el bien, conforme se acredita
con la constatación policial. Si bien la recurrente no celebró contrato de
arrendamiento con el demandado, las partes tenían pleno conocimiento de sus
obligaciones; el demandado ha incumplido con el pago de los arriendos desde junio
del dos mil uno hasta la fecha, esto es más de dos meses y quince días conforme
el artículo mil seiscientos noventisiete del Código Civil; cabe indicar que el pago
de la garantía se ha imputado a los meses de mayo y junio del dos mil uno. La
recurrente ha iniciado un proceso ejecutivo de pago de arriendos, que está en
trámite, en donde el demandado no ha negado su condición de arrendatario ni el
uso que viene haciendo del bien. Por ende, las partes han celebrado un contrato de
arriendo dentro de los alcances del artículo mil trescientos cincuentidós del Código
Civil.

3. Que, la demanda es admitida por auto de fecha veintidós de setiembre del dos
mil cuatro (fojas cuarentitrés), en la vía sumarísima; disponiendo el Juez la
notificación al demandado quien absuelve la misma sosteniendo que le fue
arrendado un local comercial que tenía una deuda del tres mil ochocientos
setentiuno, obligación del anterior inquilino, el cual poseyó el bien hasta el
veintiocho de octubre del dos mil dos; es más las bases de la subasta contemplaban
el hecho de arrendar un inmueble que se encontraba ocupado; indica que pagó dos
meses de arriendo (ochocientos ochentiuno dólares americanos) (quinientos veinte
dólares americanos), cada mes, pago realizado sin el Impuesto General a las
Ventas, la primera cuota del fraccionamiento de la deuda del anterior inquilino,
cincuenta por ciento de esa deuda, que era parte de la subasta, ascendía a la suma
de mil novecientos treinticinco nuevos soles y un mes de arriendo por adelantado
(quinientos veinte dólares americanos) que era lo estipulado en las bases de la
subasta; la actora le dio un certificado de adjudicación, el veintinueve de marzo
del dos mil uno, pero no le entrega la posesión del local, dado que el mismo está
siendo ocupado por Nicéforo Carlos Duran; la actora le planteó a éste un proceso
de desalojo, obteniendo una sentencia el quince de mayo del dos mil dos; sin

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embargo la actora nunca ha realizado el lanzamiento de éste; por ello, el recurrente
no ha podido tomar posesión del bien sino hasta el veintiocho de octubre del dos
mil dos, fecha en la que el anterior inquilino abandona el local, al verse próximo a
su lanzamiento, luego de un proceso de negociación entre el anterior inquilino y el
recurrente, conforme consta en el acta de fecha treinta de octubre del dos mil dos
(Comisaría de Apolo), hecho que le fue comunicado al actor el veintiocho de
octubre del dos mil dos; es más, nunca firmaron un contrato de arriendo dada esta
circunstancia.

4. Que, luego de realizadas las audiencias el A quo declara Fundada en parte la


demanda; en consecuencia, Ordena que el demandado desocupe el bien; con costas
y costos, sosteniendo que, de acuerdo con la demanda y su contestación y de
conformidad con el artículo mil seiscientos ochentiuno inciso dos del Código Civil
una de las obligaciones del arrendatario es pagar el arriendo. Además, se ha
acreditado que el demandado no ha pagado los arriendos comprendidos entre junio
del dos mil uno y setiembre del dos mil cuatro.

5. Que, la parte emplazada interpone recurso de apelación contra esta resolución y


la Sala Superior, al absolver el grado, resuelve Revocar la resolución número seis
(sentencia), que declaró Fundada la demanda; Reformándola la declararon
Infundada en todos sus extremos, con costas y costos, sosteniendo que al amparo
del artículo mil seiscientos sesentiséis del Código Civil, en este caso, de acuerdo a
los términos de la apelación de la parte recurrente, debe determinarse en principio
si existió una relación contractual entre las partes a efecto de precisar si hubo
incumplimiento de parte de la demandada en cuanto al pago de la renta. Es así que,
de las instrumentales (fojas nueve), se puede verificar que al demandado se le
adjudicó en subasta pública de fecha veintinueve de marzo del dos mil uno el
alquiler del bien, por una renta de quinientos veinte dólares americanos al mes; sin
embargo de los autos también se colige, que el demandado no pudo tomar posesión
del inmueble sub-litis una vez ganada la subasta, por cuento el bien en cuestión se
encontraba en posesión de otra persona, habiéndose concretado la toma del local
recién el veintiocho de octubre del dos mil dos y en forma directa de parte del
demandado, sin mediar una entrega formal de parte de la empresa demandante. En
tal medida, en este caso, nunca se concretó entre las partes un contrato de
arrendamiento de acuerdo a lo estipulado en la subasta pública, de ahí que ante la
inexistencia del referido pacto, no puede compelerse a una de las partes el
cumplimiento de obligaciones no convenidas; por ello, siendo el presente, un

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proceso de desalojo por falta de pago, y no habiéndose acreditado que entre las
partes se hubiera celebrado un contrato de arrendamiento, no puede estimarse la
demanda, conforme a lo dispuesto por el artículo doscientos del Código Procesal
Civil.

6. Que, como la recurrente ha planteado dos causales casatorias, es preciso


comenzar el análisis por la causal adjetiva o procesal, puesto que, si esta es
amparada, carecerá de objeto emitir pronunciamiento sobre el extremo referido a
la causal casatoria sustantiva.

7. Que, la recurrente denuncia que la resolución de la Sala Superior, no está


debidamente motivada, por lo que contraviene el inciso cinco del artículo ciento
treintinueve de la Carta Magna señala que es principio y derecho de la función
jurisdiccional: La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley
aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan.

8. Que, debemos precisar que el principio de congruencia, en sentido procesal,


puede ser entendida como: “(...) un principio normativo que se dirige a delimitar
las facultades resolutorias del órgano jurisdiccional (...) (en donde) debe existir
identidad entre lo resuelto y lo controvertido, oportunamente por los litigantes, y
en relación con los poderes atribuidos en cada caso al órgano jurisdiccional por el
ordenamiento jurídico (...)” (Obando Blanco, Víctor; El principio de congruencia;
en: Estudios de Derecho Procesal Civil; Editorial San Marcos, Lima - Perú; mil
novecientos noventisiete; página ciento cuarentitrés); es así que, analizados los
argumentos esgrimidos por la Sala Revisora se encuentra una evidente violación
al principio de congruencia procesal, contenido en su sentencia, puesto que no
existe identidad entre lo argumentado por las partes, como lo resuelto por el
Colegiado Superior, ya que tanto la parte actora como la parte demandada
reconocen que no han redactado un contrato de arrendamiento de acuerdo a las
bases de la subasta pública, pero sí reconocen que existe una relación jurídica
contractual de arrendamiento entre ellas.

9. Que, la Sala Revisora no ha reparado lo que la doctrina nacional, a través de la


Comisión Revisora del Código Civil, ha señalado sobre el contrato de
arrendamiento, estableciéndose claramente que: “(...) es un contrato de carácter
consensual, por cuanto se perfecciona con el sólo acuerdo de voluntades y, en

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consecuencia, genera obligaciones a cargo de las partes; sin que se requiera, a
diferencia de los contratos de naturaleza real, de la entrega de la cosa como
requisito de formación del contrato. Por consiguiente, el contrato es perfecto
cuando se forma el consentimiento mediante la manifestación de voluntad, esto es,
cuando el arrendador acuerda con el arrendatario en cederle temporalmente el uso
de un determinado bien a cambio del pago de una renta que éste debe abonarle (...)
no es un contrato solemne, puesto que para su celebración no se establece una
forma determinada cuya inobservancia se sancione con nulidad. De modo, que las
partes tienen plena libertad para establecer la forma en la que desean hacer constar
el arrendamiento en toda clase de bienes (...)” (Jack Bigio Chrem; El contrato de
arrendamiento; Exposición de Motivos Oficial - Comisión Revisora del Código
Civil; Gaceta Jurídica Editores; Primera Edición; Lima - Perú; Página treinta y
treintiuno; por ende, no se requiere de la existencia física del contrato de
arrendamiento, para considerar que entre las partes haya habido un contrato de esta
naturaleza, puesto que lo importante del contrato de arrendamiento es que éste
genera obligaciones de ambas partes, las mismas que deben ser analizadas por el
Colegiado Superior.

10. Que, siendo esto así, debe concluirse que la violación al principio de
congruencia procesal afecta el derecho al debido proceso y a la motivación debida
de una decisión judicial, siendo deber de todo magistrado - independientemente
del sentido final que el Colegiado le brinde a su decisión - el no mantener vigente
un conflicto intersubjetivo de intereses, surgido entre las partes, sino emitir una
resolución clara y precisa que resuelva el conflicto.

IV. DECISIÓN

Por las razones descritas, de conformidad con el apartado dos punto uno del inciso
segundo, del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil, declararon:
FUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas ciento ochentiocho por la
Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima Sociedad Anónima (EMILIMA SA), en
consecuencia NULA la resolución de vista de fojas ciento ochenta, su fecha
veinticuatro de enero del dos mil siete; ORDENARON que la Quinta Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, vuelva expedir un nuevo fallo, en donde
se ajuste estrictamente a lo pedido por las partes y lo actuado como prueba;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por la Empresa Municipal

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Inmobiliaria de Lima Sociedad Anónima (EMILIMA S. A.) con José Víctor Liñán
Zárate sobre Desalojo por Falta de Pago; y, los devolvieron; interviniendo como
Vocal Ponente el señor Palomino García.

S.S. TICONA POSTIGO, SOLIS ESPINOZA, PALOMINO GARCIA,


CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

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LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
CAS. N.º 758-96 LIMA

Lima, 22 de octubre de 1997

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE JUSTICIA


DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Julio Alberto Ortiz Vergara
contra la sentencia de vista de fojas 136, su fecha 29 de diciembre de 1995, que
confirmando la sentencia apelada de fojas 115, su fecha 4 de setiembre del mismo
año, declara infundada la demanda, con lo demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La Corte mediante resolución de fecha 1 de octubre de 1996 ha declarado


procedente dicho recurso por la causal relativa a la inaplicación de la norma de
derecho material contenida en el artículo 1373 del Código Civil ya que los
supuestos del artículo 1412 aplicado, no se dan en el presente caso, puesto que no
existe contrato, y, por lo tanto, la emplazada no está obligada a llevar dicha
formalidad.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, en la sentencia del A quo cuyos fundamentos han sido reproducidos


íntegramente en la sentencia impugnada mediante el presente Recurso de
Casación, en el quinto considerando se da por establecido que el demandante no
aceptó la oferta cursada mediante carta notarial y por tanto, no puede hablarse de
perfeccionamiento del contrato.

2. Que, en el cuarto considerando de la misma sentencia, el Juez establece como


cuestión de hecho, que en la carta de fojas 5 cursada por el actor, o sea el recurrente,
a los demandados, manifiesta estar de acuerdo con la adquisición del inmueble que
se le oferta, empero condiciona en cuanto a la forma de pago requerida,

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manifestando en el punto tercero de la aludida carta de respuesta que le resulta
imposible aceptar los términos de la oferta por cuanto ella no contiene los
elementos necesarios para poder formalizar un contrato, requiriendo además la
entrega de documentos referentes al bien inmueble para tramitar la obtención de
un préstamo bancario.

3. Que, en el tercer considerando de la sentencia que se analiza se interpreta el


sentido del artículo 1376 del Código Civil expresando que, según dicho dispositivo
legal, la aceptación de la oferta debe ser completa, pura, simple y oportuna. Ello
significa que la aceptación no debe contener condiciones, ni debe introducir
modificaciones en la oferta, es decir, la aceptación debe consistir en el acuerdo
pleno con la oferta pues de lo contrario equivale a una contraoferta.

4. Que, en consecuencia, en la sentencia de vista si se aplicó el artículo 1373 del


Código Civil, pero en concordancia con el artículo 1376 del mismo Código y se
entendió que el contrato no quedó perfeccionado al no haber aceptación de la oferta
y para arribar a otra conclusión tendría que hacerse una revaloración de la prueba
lo que no es posible en casación por ser contraria a sus fines, por lo que es de
aplicación el artículo 1397 del Código Procesal Civil.

IV. DECISIÓN

Por las consideraciones que anteceden, la Sala Civil de la Corte Suprema, declara
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por don Julio Alberto Ortiz
Vergara en su escrito de fojas 147 y en consecuencia, NO CASAR la sentencia de
vista de fojas 136, su fecha 29 de diciembre de 1995; CONDENARON al
recurrente al pago de la multa de 2 URP y de las costas y costos del proceso,
originados por la tramitación del recurso; en los seguidos con la Sucesión Ricardo
Robles Rodríguez y otras, sobre otorgamiento de escritura pública, ORDENARON
la publicación de la presente sentencia en el Diario Oficial El Peruano; bajo
responsabilidad, y los devolvieron.

S.S. PANTOJA, RONCALLA, CASTILLO, MARULL, VILLACORTA

17
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 2013-T-96 LIMA

Lima, 23 de octubre de 1997

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por el Banco de Lima, mediante escrito
de fojas noventitrés, contra la resolución de vista de fojas ochentiuno, su fecha
dieciocho de octubre de mil novecientos noventiséis, expedida por la Séptima Sala
Civil Superior de Lima, que confirmando la resolución apelada de fojas sesentitrés,
declara Nula la resolución de fojas cuarenta, su fecha tres de noviembre de mil
novecientos noventicinco e insubsistente todo lo actuado e improcedente la
demanda sobre ejecución de garantía.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

El recurso de casación refiere que la resolución recurrida no ha interpretado


correctamente el contrato de Constitución de Hipoteca, en el que se establece que
es el Banco el que puede optar entre someter las divergencias a arbitraje o acudir
al Poder Judicial, según resulta de la voluntad expresa de las partes consignada en
el contrato, por lo que los fallos han modificado sustancialmente su real sentido

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, el artículo mil trescientos sesentidós del Código Civil preceptúa que los
contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe
y común intención de las partes.

2. Que la común intención de las partes a que se refiere el artículo acotado, no


puede ser interpretada en forma distinta a la efectiva declaración de voluntad
expresada por las partes en el contrato respectivo, toda vez que ello significaría

18
prescindir de la interpretación objetiva que todo magistrado debe observar de
conformidad a nuestro ordenamiento jurídico.

3. Que siendo esto así se ha interpretado erróneamente el artículo mil trescientos


sesentidós del Código Civil, toda vez que la cláusula décimo primera de la
Escritura Pública de Constitución de Hipoteca obrante a fojas ocho no puede
interpretarse con prescindencia de la frase “A sola elección del Banco de Lima”; a
que en tal virtud la citada Escritura Pública faculta al ejecutante, Banco de Lima,
a elegir entre la vía arbitral o la tutela judicial para resolver sus conflictos con la
demandada; vicio por el cual debe ampararse al presente recurso.

IV. DECISIÓN

Declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas noventitrés; en


consecuencia NULA la resolución de vista de fojas ochentiuno, su fecha dieciocho
de octubre de mil novecientos noventiséis; INSUBSISTENTE la apelada de fojas
sesentitrés dictada el quince de mayo de mil novecientos noventiséis;
DISPUSIERON que el Juez de la causa admita a trámite la demanda y continúe
el proceso según su estado; ORDENARON se publique la presente resolución en
el Diario Oficial “El Peruano”; en los seguidos por el Banco de Lima con la
Empresa Suhani Sociedad Anónima y otro, sobre Ejecución de Garantía; y los
devolvieron.

S.S. URRELLO A., BUENDIA G., ORTIZ B., SÁNCHEZ PALACIOS P.,
ECHEVARRIA A.

19
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 3332-2006 LIMA

Lima, 16 de mayo de 2007

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por Priscela Guzmán Quiroga,


representada por su apoderado Antonio Raúl Romero Pacheco, contra la resolución
de vista de fojas doscientos cuarentidós, su fecha ocho de junio de dos mil seis,
que ha confirmado la sentencia de fojas doscientos doce, su fecha ocho de febrero
de dos mil seis, que ha declarado infundada la demanda de desalojo.

II. FUNDAMENTO DEL RECURSO

Mediante resolución de fecha catorce de noviembre de dos mil seis, que corre a
fojas dieciocho del cuadernillo de casación, este Tribunal Supremo ha declarado
procedente el recurso de casación por la interpretación errónea del artículo
novecientos once del Código Civil, señalando que tal artículo es inequívoco al
precisar que, la posesión precaria es la que se ejerce sin título alguno o cuando el
que tenía ha fenecido; indicando que, la sala yerra al señalar que el contrato de
anticresis (afectado de nulidad absoluta y que se reputa inexistente) y la buena fe
(elemento de naturaleza subjetiva) constituyen “suficiente título”; es decir, la sala
no ha precisado en mérito de qué título viene poseyendo la demandada, pues es
contradictorio señalar que posee a mérito del contrato de mutuo anticrético
celebrado con los anteriores propietarios y la buena fe, concluyendo que “(...)
dicho contrato constituye suficiente título hasta que no sea, declarado
judicialmente ineficaz”. En este extremo, si concluye, que el contrato constituye
título suficiente está reconociendo la precariedad de la posesión en razón a dicho
documento, ya que dicho contrato no cumple con las formalidades que exige el
artículo mil noventidós del Código Civil, por lo que es nulo ipso jure; a ello agrega,
que cuando la norma hace referencia a título alguno se está refiriendo a un “justo
título a la posesión”, el que debe ser acorde con el derecho y no un concepto

20
“motivo o razón justificada” en el que podría entenderse que una situación de
hecho constituye una razón suficiente para acreditar título posesorio,
desconociendo o dejando de lado una norma de carácter sustantivo, como ha
sucedido en este caso.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, el supuesto de interpretación errónea de una norma sustantiva, se entiende


cuando el juez escoge la norma correcta para resolver el caso concreto; sin
embargo, al analizar los hechos acreditados en el proceso y al momento de
subsumirlos en la norma seleccionada, le da a esta un sentido (interpretación)
errado al que le corresponde.

2. Que, el artículo novecientos once del Código Civil, ha regulado lo relativo a la


posesión precaria, y conforme se desprende de tal norma, en buena cuenta, precario
es el que posee sin título (porque nunca lo tuvo o el que tenía ha fenecido).
Entonces, será precario el que no cuenta con justificación para poseer el bien, de
manera que quien justifica su posesión no podrá ser considerado precario.

3. De autos se advierte que, la demandante doña Priscela Guzmán Quiroga, ha


adquirido el inmueble sublitis de Luis Gabriel Manccini Pacheco y Cornelia
Grimanesa Guzmán Quiroga, mediante minuta del dieciséis de septiembre de mil
novecientos noventisiete, elevada a escritura pública el veintiocho de marzo de mil
novecientos noventiocho, título frente al cual la demandada doña Avelina Zulema
Vásquez de la Rosa, ha presentado el documento privado de fojas treinticuatro,
con el que respalda su posesión, siendo una minuta de un contrato de mutuo con
garantía anticrética, su fecha treinta de julio de mil novecientos noventidós (fojas
treinticuatro), título que el colegiado superior ha establecido que justifica la
posesión de la demandada, por lo que no se configura como una precaria, hasta
que no sea declarada judicialmente su ineficacia.

4. Que, la forma, de un acto jurídico constituye un elemento natural de este, pues


exterioriza la manifestación de voluntad, así, “la forma es equivalente al medio de
exteriorización de la voluntad (palabra, escritura, conducta) y representa ... el
tránsito de la intimidad subjetiva (querer interno) a la exteriorización objetiva”
(Luis Díez-Picazo y Antonio Gullón. “Sistema de Derecho Civil”. Volumen I.
Novena edición. Editorial Tecnos. Madrid, dos mil. Página quinientos once);

21
manifestación de voluntad que, cuando la ley establece una forma ad solemnitatem
adquiere una especial fisonomía, pues “si las declaraciones de voluntad no revisten
la forma exigida, no hay contrato, a pesar de que pueda conocerse la voluntad
negocial porque se haya manifestado de otro modo al prescrito legalmente”
(Manuel García Amigo. “Lecciones de Derecho Civil II. Teoría General de las
Obligaciones y Contratos”. Editorial McGraw-Hill. Madrid, 1995, p. 276).

5. Que, el artículo mil noventidós del Código Civil establece que, el contrato de
anticresis debe constar por escritura pública, bajo sanción de nulidad, expresando
la renta del inmueble y el interés que se pacte, elementos que no reúne el título de
la demandada, por ello, en el expediente acompañado de obligación de dar suma
de dinero, en donde doña Avelina Zulema Vásquez de la Rosa, solicitó la
devolución del préstamo de seis mil dólares americanos, la demanda fue declarada
improcedente en las dos instancias (fojas noventinueve y ciento cincuentiuno del
expediente acompañado), y en donde la Corte Suprema (Casación seiscientos
cincuenticuatro-noventinueve de fojas ciento setenta del expediente acompañado)
señaló que, “no se podría declarar la nulidad de oficio”, porque la demandante
pretendía con aquel expediente que los demandados Luis Gabriel Manccini
Pacheco y Cornelia Grimanesa Guzmán Quiroga le paguen el dinero mutuado y
aquella devuelva el inmueble recibido en garantía, lo que no se podía hacer al
desconocerse la renta del inmueble, lo que indicó la Corte Suprema, tendría que
ser materia de otro proceso.

6. Que, el documento privado de fecha treinta de julio de mil novecientos


noventidós, presentado a fojas treinticuatro, no puede ser considerado un contrato
de anticresis, en donde las declaraciones contenidas en él no se encuentran bajo el
tipo del contrato de anticresis, al faltarle la forma ad solemnitatem, por ello, en
sentido jurídico, lo en él previsto se ubicó dentro de la etapa de las tratativas o
etapa precontractual.

7. Siendo así, viene al caso analizar si, cuando en la etapa de las tratativas las partes
desarrollan conductas tales como desplazamientos de bienes, tales conductas
deben o no tener la calidad de título que justifique la posesión.

8. Que, conforme se desprende del artículo mil trescientos sesentidós del Código
Civil, la etapa precontractual o de las tratativas ha sido prevista en nuestro
ordenamiento, etapa en la cual las partes deben desplegar una serie de deberes

22
jurídicos, los que se convierten en latentes cuando se realizan en esta etapa
desplazamientos patrimoniales, siendo que en este caso, los anteriores propietarios
Luis Gabriel Manccini Pacheco y Cornelio Grimanesa Guzmán Quiroga,
entregaron la posesión del inmueble sublitis a doña Avelina Zulema Vásquez de la
Rosa, señalando que la entrega se produjo hasta que aquellos devuelvan el
préstamo que se le había dado.

9. Que, de la etapa de las tratativas derivan deberes que deben ser materia de
análisis, ya que su contravención puede originar daños y perjuicios, más aún si la
norma ha establecido que aquellas deben ser desarrolladas de acuerdo con las
reglas de la buena fe y común intención de las partes. Siendo así, el desplazamiento
patrimonial desarrollado a favor de la ahora demandada a través de acuerdos
celebrados previos al contrato, constituyen título que justifica la posesión, bajo los
términos del artículo novecientos once del Código Civil, el mismo que no puede
ser dejado sin efecto a través de un proceso sumarísimo, enfatizando que no se está
ante un contrato de anticresis, sino ante acuerdos celebrados en la etapa
precontractual, cuyo mejor análisis debe realizarse en una vía más lata; por ello, el
conflicto de intereses sobre la posesión del inmueble y su restitución, debe ser
analizado en la vía pertinente, dejando a salvo el derecho de la demandante para
que lo haga valer en la vía correspondiente.

IV. DECISIÓN

Por las consideraciones expuestas; estando a lo establecido en los artículos


trescientos noventisiete, trescientos noventiocho y trescientos noventinueve del
Código Civil Procesal Civil: declararon INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por Antonio Raúl Romero Pacheco a fojas doscientos sesentidós; en
consecuencia NO CASARON la resolución de vista de fojas doscientos
cuarentidós, su fecha ocho de julio de dos mil seis; CONDENARON a la parte
recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso,
así como al pago de una multa de dos unidades de referencia procesal; en los
seguidos con doña Avelina Zulema Vásquez de la Rosa, sobre desalojo por
ocupación precaria; DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el diario
oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieren; vocal ponente señor
Miranda Canales.

23
S.S. TICONA POSTIGO, PALOMINO GARCÍA, MIRANDA CANALES,
CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

24
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 1132-2002-LIMA

Lima, quince de octubre del dos mil dos

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del recurso de casación interpuesto por Distribuciones Generales El Sol


Sociedad Anónima, contra la sentencia de vista de fojas ciento noventidós, su fecha
quince de enero del dos mil dos, que revoca la apelada de fojas ciento sesentinueve,
dictada el cinco de octubre del dos mil uno y declara Fundada la demanda

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La Corte mediante resolución de fecha treintiuno de mayo del dos mil dos ha
estimado procedente el recurso por la causal de inaplicación del artículo mil
trescientos cincuenticuatro del Código Civil el cual establece que las partes pueden
determinar libremente el contenido del contrato, siempre que no sea contrario a la
norma legal de carácter imperativo; que en el presente caso, el artículo mil
cuatrocientos treinta del Código sustantivo contiene una norma de carácter
imperativo al establecer que la resolución de pleno derecho se produce cuando la
parte interesada comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria;
que en consecuencia, pretende admitir que la sola emisión de la carta notarial
remitida por el Banco, surta los efectos de la comunicación a que se refiere el
artículo mil cuatrocientos treinta del citado Código, es dejar de aplicar el referido
artículo que exige el conocimiento de la otra parte para que esta norma surta efecto;

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que si bien el artículo sesentidós de la Carta Fundamental establece que la


libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente según las
normas vigentes al tiempo del contrato y que los términos contractuales no pueden
ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase, también lo es

25
que la Ley Fundamental ha cuidado en establecer que esta libertad de contratar
debe darse de acuerdo a las normas vigentes a efectos de que resulten válidas.

2. Que en concordancia con este criterio el artículo mil trescientos cincuenticuatro


del Código Civil establece que las partes pueden determinar libremente el
contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carácter
imperativo; y asimismo, el artículo mil trescientos cincuentiséis del referido
Código señala que las disposiciones de la ley sobre contratos son supletorias de la
voluntad de las partes, salvo que sean imperativas; consecuentemente, toda
cláusula contractual debe estar en armonía y debe ser interpretada además de
acuerdo a las normas legales vigentes.

3. Que el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil prescribe que puede
convenirse expresamente que el contrato se resuelva cuando una de las partes no
cumple con determinada prestación a su cargo, establecida con toda precisión; y
que la resolución se produce de pleno derecho cuando la parte interesada comunica
a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria; que la citada norma establece
con carácter imperativo que la resolución convenida de pleno derecho opera solo
cuando a la parte deudora se le comunica de dicha decisión, esto es, cuando la
referida parte toma conocimiento de tal decisión mediante notificación válida;
dado que de no existir una comunicación que haya cumplido con su objetivo se
estará frente a una resolución unilateral del contrato contraria a la propia naturaleza
de los contratos; colocándose a la parte deudora en una situación de desigualdad
pues continuará actuando en la creencia que el contrato aún se encuentra vigente.

4. Que siendo ello así, cuando en la Cláusula Trigésimo Sexta, in fi ne, del Contrato
de Compraventa y Arrendamiento Financiero que celebraron las partes por
Escritura Pública del seis de febrero de mil novecientos noventiocho, se establece
“(...) que la resolución opera desde el momento de la emisión de la referida
comunicación, a partir del envío de la comunicación que resuelve el presente
contrato, podrá Santander exigir a Digesol la inmediata entrega del inmueble (...)”,
como queriendo dar a entender que la resolución opera con la sola emisión de la
comunicación, debe leerse, en una correcta interpretación, que dicha resolución
opera desde el momento en que la referida comunicación es alcanzada válidamente
a Digesol.

26
5. Que en tal sentido, del análisis de la sentencia de vista fluye que el Superior
Colegiado ha estimado que si bien la resolución de pleno derecho por dejarse de
cancelar tres cuotas, fue puesta en conocimiento de la empresa recurrente mediante
cartas fechadas el diez de abril del dos mil uno, obrantes a fojas ciento cincuentitrés
y cuarenticuatro, pero recibidas el diecisiete de abril del dos mil uno y quince de
mayo del dos mil uno, también lo es que la resolución de pleno derecho operó
desde el diez de abril del referido año que es la fecha en que fueron remitidas;
criterio este que incurre en la causal de inaplicación normativa denunciada pues
soslaya que por norma imperativa la resolución de pleno derecho debe operar a
partir del momento en que se comunica el deudor de ello; y, al respecto, tanto el a
quo como el ad quem han coincidido en concluir que la carta del Banco, a través
del cual pone definitivamente en conocimiento de la demandada que decide
resolver el contrato, fue recibida por esta el quince de mayo del dos mil uno;

6. Que configurándose la causal sustantiva alegada, corresponde a esta Sala de


Casación actuar en sede de instancia, de conformidad con el artículo trescientos
noventiséis inciso primero del Código Procesal Civil; y, en ese sentido, habiendo
el Banco procedido a resolver unilateralmente el contrato de Arrendamiento
Financiero sobre inmueble el quince de mayo del dos mil uno, por supuesta falta
de pago, cuando el demandado efectuó cuatro pagos el veintitrés de abril del
mismo año, esto es, casi un mes antes de dicha aparente resolución, no puede
configurarse una válida resolución de contrato y por ende sin asidero legal el
desalojo de la parte demandada por dicha causal; resultando un imposible jurídico
alegar que los referidos pagos efectuados por la demandada se aplican a la prenda
dineraria dejada en garantía por la demandada de acuerdo al documento de fojas
doce, toda vez que tal como el propio Banco declara, tal aplicación opera una vez
producida la resolución del contrato, hecho que no ocurrió en abril del dos mil y
tampoco hasta ahora válidamente.

7. Que, en tal virtud, la demanda carece de asidero legal, tal como el a quo ha
resuelto en su sentencia, la misma que debe ser confirmada, reproduciéndose
además los fundamentos de esta, de conformidad con el artículo doce de la Ley
Orgánica del Poder Judicial.

IV. DECISIÓN

27
Estando a las consideraciones que preceden, declararon FUNDADO el recurso de
casación interpuesto por Distribuciones General El Sol Sociedad Anónima; en
consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas ciento noventidós, su fecha
quince de enero del dos mil dos; y, actuando en sede de instancia:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento sesentinueve, fechada el
cinco de octubre del dos mil uno, que declara INFUNDADA la demanda;
DISPUSIERON que la presente resolución sea publicada en el diario oficial El
Peruano; en los seguidos por el Banco Santander Central Hispano-Perú con
Distribuidores Generales El Sol Sociedad Anónima; sobre Desalojo por Falta de
Pago; y los devolvieron.

SS. ECHEVARRÍA ADRIANZÉN; MENDOZA RAMÍREZ; LAZARTE


HUACO; INFANTES VARGAS; SANTOS PEÑA

28
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
CAS. N.º 1345‐98 LIMA

Lima, 16 de diciembre de 1998

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

I. MATERIA DEL RECURSO


Don Luis Fernando Valdizán, Jiménez interpone Recurso de Casación contra la
sentencia de vista de fojas 148, su fecha 22 de abril del presente año, que revoca
la apelada de fojas 109, de fecha 27 de octubre de 1997, que declara infundada la
demanda y, reformándola declara fundada la demanda y en consecuencia, ordena
que el demandado cumpla con otorgar la escritura pública de rectificación y
modificación de escritura pública de sustitución de régimen patrimonial, con lo
demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Por resolución de esta Sala Suprema del 3 de julio del año en curso, se ha declarado
procedente el recurso por las causales de: a) interpretación errónea del artículo 296
del Código Civil, el que se debe interpretar en el sentido de que el requisito de
validez que establece es una formalidad esencial, cuya inobservancia acarrea la
nulidad del acto jurídico, y b) consecuentemente, inaplicación del artículo 219
inciso 6 del mismo Código, que sanciona con nulidad el acto jurídico que no reviste
la forma prescrita por la ley, bajo sanción de nulidad.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, el artículo 1351 del Código Civil, define el contrato como el acuerdo de
dos o más partes para crear, modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial,
y se forma por la perfecta coincidencia entre la propuesta y la aceptación, que es
lo que se denomina el consentimiento, esto es compartir el sentimiento, de donde
surge una voluntad común.

2. Normalmente, la voluntad constitutiva del contrato puede manifestarse por los


medios que se quiera (contratos consensuales) pero hay ciertos casos en que la ley

29
prescribe un determinado medio de manifestación, una forma, la que persigue
poner en claro la voluntad, dar mayor margen a la reflexión, dificultar la
manifestación de la voluntad, o asegurar la prueba del contrato, según el caso.

3. Que, en las formas del contrato se distinguen las de solemnidad de las


probatorias, en que la ausencia de las primeras determina la existencia del contrato,
mientras que las segundas pueden ser llenadas con posterioridad.

4. Que, el Código Civil de 1936, en su artículo 1339, prohibía contratar a los


cónyuges entre sí, por las muchas razones que dio la doctrina y que León
Barandiarán no compartió (ver Comentarios al Código Civil Peruano, Tomo tres,
página 79, Librería e Imprenta Gil, 1944) y el Código vigente, en su artículo 312,
ubicando en el capítulo de la Sociedad de Gananciales, ha reducido esa prohibición
a los contratos entre sí respecto de los bienes de la sociedad.

5. Que, en cuanto al régimen patrimonial en el matrimonio, los futuros cónyuges,


antes de la celebración, pueden optar por el régimen de sociedad de gananciales o
el de separación de patrimonios, debiendo en el segundo caso otorgar escritura
pública bajo sanción de nulidad, como establece el artículo 295 del Código
Sustantivo, de tal manera que por su concordancia con el artículo 1352 del mismo
Código, sólo se forma el contrato al cumplirse la formalidad.

6. Que, cuando el matrimonio ya se ha celebrado y los cónyuges acuerdan la


sustitución de un régimen por otro, la regla del artículo 296 del acotado establece
que para la validez de ese convenio se debe otorgar escritura pública e inscribirse
en el Registro Personal, por lo que se debe establecer si se trata de una formalidad
ad solemnitatem o ad probationem.

7. En principio se advierte que los artículo 295 y 296, bajo examen regular el
régimen patrimonial en el matrimonio, en distintos momentos, en su constitución
inicial antes del matrimonio y en su sustitución voluntaria después de celebrado el
matrimonio, y para lo cual utilizan diferente redacción, pues en un caso claramente
se señala que la escritura pública debe otorgarse bajo sanción de nulidad, por lo
que en concordancia con lo dispuesto en el artículo 219 inciso 6º del mismo Código
si no consta en escritura pública no hay contrato y es nulo; mientras que en el otro
caso, después de facultar la sustitución del régimen, se dispone la escritura pública
para la validez, que es la cualidad o atributo necesario de un acto jurídico para que

30
surta efectos legales, y no sanciona con nulidad, por lo que siguiendo la regla del
artículo 145 del mismo Cuerpo de Leyes, debe concluirse que se trata de una forma
ad probationem y que las partes pueden compelerse recíprocamente a llenarla.

8. Que, este criterio de interpretación es conforme con el artículo IV del Título


Preliminar y se confirma con las reglas posteriores del mismo Código, pues el
régimen de separación de patrimonios también puede ser establecido por el Juez,
en los casos del artículo 329, y opera de oficio por la declaración de quiebra,
conforme al artículo 330, de tal manera que la solemnidad de ese contrato sólo es
requerida antes del matrimonio.

9. Que, a mayor abundamiento, en el presente caso, los cónyuges ya acordaron la


sustitución del régimen patrimonial por el de separación de bienes, en escritura
pública del 14 de noviembre de 1994 extendida ante el Notario de Lima doctor
Ramón Espinosa Garreta, según testimonio notarial de fojas 6, y de lo que se trata
es de un acuerdo de modificación de lo allí acordado, que debe regirse por las
reglas generales de contratación.

10. Que, en consecuencia, no hay interpretación errónea del artículo 296 del
Código Civil en la sentencia de vista y consecuentemente, tampoco hay inaplicado
del artículo 219 inciso sexto del acotado.

IV. DECISIÓN

Por las consideraciones anteriores; declararon INFUNDADO el Recurso de


Casación interpuesto por don Luis Fernando Valdizán Jiménez, y en consecuencia,
NO CASARON la sentencia de vista de fojas 148, su fecha 22 de abril de 1998;
CONDENARON al recurrente al pago de la multa de dos Unidades de Referencia
Procesal así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del
recurso; en los seguidos con doña Beatriz María Soledad Inés Pestana Mesarina,
sobre otorgamiento de escritura pública; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; bajo responsabilidad; y los
devolvieron.

S.S. PANTOJA, IBERICO, SÁNCHEZ PALACIOS, CASTILLO L.R.S.,


CELIS.

31
EL FUNDAMENTO DEL SEÑOR VOCAL CASTILLO LA ROSA
SÁNCHEZ es como sigue: CONSIDERANDO: 1º) Que el acto jurídico de
separación de bienes y consiguiente supresión de la sociedad de gananciales que
nace del matrimonio, es un acto ad solemnitatem y requiere escritura pública tanto
se acuerde antes de la celebración del matrimonio o después de él, éste es el sentido
de los artículos 295 y 296 del Código Civil desde que tanto en el primer o en el
segundo caso tiene efecto legal sólo cuando el acuerdo de las partes contrayentes
se haya elevado a escritura pública, no está demás indicar que esta solemnidad se
exige dada la trascendencia del convenio de separación para la relación interna
patrimonial entre los cónyuges y para los terceros que contraten con ellos, asegurar
el consentimiento de los contrayentes en ese sentido, con conocimiento de causa y
efecto, real y voluntariamente expresado; 2º) que en caso de autos no se trata de
un convenio para establecer la separación de bienes indicada, sino de una
modificación en cuanto a los bienes que quedan en dominio exclusivo de cada
parte, caso éste no previsto en la ley entre los que requieren la forma solemne de
la escritura pública, por consiguiente su validez y efectos jurídicos nacen y existe
con la minuta suscrita por las partes, 3º) Que siendo esto asó la sentencia
impugnada no existe interpretación errónea del artículo 296 del Código Civil, por
estos fundamentos MI VOTO es porque se declare infundado el Recurso de
Casación.

S.S. CASTILLO L.R.S.

32
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL
CAS. N.º 2102-2005 PIURA

Lima, 28 de marzo del 2007.

LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL TRANSITORIA


DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas ciento uno por el Proyecto
Especial Chira Piura contra la sentencia de vista de fojas noventa y cuatro, su fecha
nueve de setiembre del dos mil cinco, que confirmando la sentencia apelada de
fojas sesenta y nueve, su fecha veintidós de junio del dos mil cinco, declara
fundada la demanda, en consecuencia ordena que la demandada cumpla con pagar
la suma de treinta y siete mil doscientos nuevos soles con sesenta céntimos; con lo
demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Por resolución de fecha once de mayo del dos mil seis, que corre a fojas dieciséis
del cuadernillo formado en esta instancia, el recurso de casación ha sido declarado
PROCEDENTE por la causal de: Inaplicación del artículo setenta y cinco del
Decreto Supremo número cero cero uno - noventa y seis -TR.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

Que la emplazada postula que los Proyectos Especiales son de carácter temporal
y su existencia en el tiempo es limitada por la propia naturaleza de las obras que
realizan razón por la cual sus trabajadores son contratados a plazo fijo no dando
lugar a la estabilidad laboral conforme expresamente lo regulan las normas
aplicables al caso, en atención a lo dispuesto por el artículo setenta y cinco del
Decreto Supremo número cero cero uno - noventa y seis -TR contenido en el
último párrafo de la Sétima Disposición Complementaria del Decreto Legislativo
número quinientos noventa y nueve, Ley de Organización y Funciones del Instituto
Nacional de Desarrollo (INADE) que establece que el personal a cargo de los

33
proyectos especiales cualquiera que sea la naturaleza de sus actividades, solo podrá
ser contratado a plazo fijo bajo la modalidad de contrato de locación de obra, el
mismo que en ningún caso podrá exceder a la fecha de culminación y entrega de
la obra; y en el artículo treinta y dos del Reglamento de Organizaciones y
Funciones del INADE, aprobado por Decreto Supremo número cero diecisiete -
noventa y tres - PRES que en el mismo sentido señala, que los Trabajadores de los
Proyectos a cargo del INADE por la naturaleza de los mismos son contratados a
plazo fijo no dando lugar a la estabilidad laboral, constituyendo así un régimen de
excepción.

2. Que conforme al artículo ciento treinta y ocho de la Constitución Política del


Estado, los Jueces administran justicia con arreglo a la Constitución y las leyes
encontrándose facultados en caso de existir incompatibilidad entre una norma
constitucional y una norma legal a preferir la primera por lo que a partir de tal
prescripción debe asumirse que el primer nivel de protección de los derechos
fundamentales corresponden a los jueces del Poder Judicial a través de los procesos
judiciales ordinarios, que también garantizan una adecuada protección de los
derechos y libertades reconocidos por la Constitución.

3. Que si bien el artículo sesenta y dos de la Constitución Política del Estado


establece que la libertad de contratar garantiza que las partes puedan pactar según
las normas vigentes al momento del contrato y que los términos contractuales no
pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase, dicha
disposición necesariamente debe interpretarse en concordancia con su artículo
segundo inciso catorce que reconoce el derecho a la contratación con fines lícitos
siempre que no se contravengan leyes de orden público, por consiguiente, y en
desmedro de lo que pueda suponer una conclusión apresurada es necesaria una
lectura sistemática de la Constitución que, acorde con lo citado permita considerar
que el derecho a la contratación no es limitado, sino que se encuentra
evidentemente condicionado en sus alcances, incluso, no solo por límites
explícitos, sino también implícitos; límites explícitos a la contratación son la
licitud como objetivo de todo contrato y el respeto a las normas de orden público.
Límites implícitos, en cambio serían restricciones de derecho de contratación
frente a lo que pueda suponer el alcance de otros derechos fundamentales y la
correlativa exigencia de no poder pactarse contra ellos. Asumir que un acuerdo de
voluntades, por más respetable que parezca, puede operar sin ningún referente

34
valorativo, significaría no reconocer un derecho fundamental sino un mecanismo
de eventual desnaturalización de tales derechos.

4. Que, bajo este texto si el contrato de trabajo se transforma en un mecanismo que


distorsiona los derechos laborales o no permite garantizarlos del modo más
adecuado, no cabe la menor duda de que el objetivo de licitud predicado por la
norma fundamental se ha vulnerado. A lo que se suma el hecho de facilitar los
derechos que se consideraban constitucionalmente adquiridos e irrenunciables,
pueden verse viciados de contenido.

5. Que el régimen laboral peruano se sustenta, entre otros criterios, en el llamado


principio de causalidad, en virtud del cual la duración de vínculo laboral debe ser
garantizado mientras subsista la fuente que le dio origen, en tal sentido; hay una
preferencia por la contratación laboral por tiempo definido respecto de aquella que
pueda tener una duración determinada, que por su propia naturaleza proceden
únicamente cuando su objetivo lo constituye el desarrollo de labores con un
alcance limitado en el tiempo, sea por la concurrencia de determinadas
circunstancias o por la naturaleza temporal o accidental del servicio que se va a
prestar; como resultado de este carácter excepcional la ley establece formalidades,
requisitos, condiciones, plazos especiales e incluso, sanciones cuando a través de
ellos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación por
tiempo indeterminado.

6. Que dentro de estos contratos denominados contratos de trabajo sujetos a


modalidad por el Decreto Legislativo número setecientos veintiocho se encuentra
el contrato para obra o servicio específico, que comprende aquellos celebrados
entre un empleador y un trabajador con objeto previamente establecido y de
duración determinada, que será la que resulte necesaria como así lo conceptúan
sucesivamente los artículos ciento seis del Texto Original del Decreto Legislativo
número setecientos veintiocho, así como del Texto Ordenado por el Decreto
Supremo número cero cero tres - noventa y tres - TR, artículo noventa y siete de
su Texto Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo número cero cero cinco
noventa y cinco - TR y el artículo sesenta y tres de su Texto Único Ordenado
aprobado por Decreto Supremo número cero cero tres - noventa y siete - TR actual
y vigente.

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7. Que si bien esta forma de contratación laboral en virtud de su especial regulación
a diferencia de lo que sí ocurre generalmente con los demás contratos de trabajo
modales, no se encuentra sometida expresamente a un plazo máximo para su
duración, a ello en modo alguno puede distorsionar su especial naturaleza
accidental y temporal al punto de aperturar por este vacío un supuesto de ejercicio
abusivo del derecho que por tal razón su límite temporal debe ser definido en cada
caso concreto a la luz del principio de razonabilidad que en término de Américo
Plá Rodríguez consiste en la afirmación esencial de que el ser humano, en sus
relaciones laborales, procede y debe proceder conforme a la razón. Se trata como
se ve de una especie de límite o freno formal elástico al mismo tiempo aplicable
en áreas de comportamiento donde la norma no puede prescribir límites muy
rígidos ni en un sentido ni en el otro, y sobre todo donde la norma no puede prever
la infinidad de circunstancias posibles.

8. Que, así aun cuando la vocación de existencia de la entidad emplazada no se


encuentra sometida a un plazo indeterminado sin embargo, por la naturaleza de sus
objetivos como Proyecto Especial Estatal sí se encuentra a un plazo resolutorio
que no se encuentra expresado ciertamente en una medida de tiempo pre
establecida si no en el logro de sus metas, que por su envergadura son de largo
plazo, por lo que esta Sala Suprema a la luz del principio de la razonabilidad y en
cautela del derecho fundamental del trabajo asume en criterio jurisprudencial que
los servicios prestados bajo un contrato de obra o servicio específico celebrado al
amparo de la Sétima Disposición Complementaria del Decreto Legislativo número
quinientos noventa y nueve y artículo treinta y dos del Reglamento de
Organización y Funciones de INADE por un lapso igual al superior a ocho años
para un proyecto especial del Estado, acarrean sin duda alguna la desnaturalización
del contrato de trabajo, lo cual encuentra sólido respaldo además en el principio de
la primacía de la realidad o de veracidad que se constituye en un elemento implícito
en nuestro ordenamiento y que es correctamente impuesto por la propia naturaleza
tuitiva de la Constitución Política del Estado de mil novecientos noventa y tres,
que ha visto al trabajo como un deber y un derecho base del bienestar social y
medio de realización de la persona (artículo veintidós) y además como un objetivo
de atención prioritaria del Estado (artículo veintitrés).

9. Que entonces si las instancias de mérito han establecido que el accionante ha


laborado para la demandada en forma ininterrumpida desde el dos de noviembre
de mil novecientos noventa y cuatro hasta el treinta y uno de julio del dos mil

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cuatro, es decir nueve años, ocho meses y veintinueve días, vulnera su derecho a
la estabilidad laboral; por lo que la decisión de la demandada de resolver el
contrato de trabajo del demandante por vencimiento del plazo de su contratación
resulta incompatible con el contenido esencial del derecho al trabajo, por lo que le
corresponde el pago de la indemnización tarifada que le reconocen las instancias
de mérito.

IV. DECISIÓN

Por estas consideraciones; declararon INFUNDADO el recurso de casación


interpuesto a fojas ciento uno, por el Proyecto Especial Chira Piura; NO
CASARON la sentencia de vista de fojas noventa y cuatro su fecha nueve de
setiembre del dos mil cinco; CONDENARON al recurrente al pago de la multa
de dos Unidades de Referencia Procesal; ORDENARON la publicación de la
presente resolución en el diario oficial El Peruano por sentar precedente de
observancia obligatoria; en los seguidos por don Homero Antonio Callas Poma,
sobre Indemnización por Despido Arbitrario; y los devolvieron.

S.S. VILLA STEIN, VILLACORTA RAMÍREZ, ACEVEDO MENA,


ESTRELLA CAMA, ROJAS MARAVÍ.

37
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 4913-2007 SAN MARTIN
Lima, 29 de abril de 2008.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Es materia del presente recurso de casación la sentencia de vista de fojas ciento


noventa y nueve, su fecha diez de agosto de dos mil siete, expedida por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de San Martín que, confirma la sentencia
apelada de fojas ciento setenta y seis, su fecha veintiuno de mayo del mismo año,
en cuanto declara fundada en parte la demanda y, la revoca en cuanto ordena que
la demandada Empresa de Transportes Expreso Huamanga Sociedad Anónima
indemnice a la actora con la suma de once mil ochocientos veinte nuevos soles,
por concepto de daño emergente, así como con la suma de dos mil trescientos
sesenta y cuatro nuevos soles por concepto de lucro cesante; reformándola en dicho
extremo, fija por concepto de toda indemnización la suma de mil quinientos
nuevos soles; e infundados los otros conceptos que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Mediante resolución de fecha nueve de noviembre de dos mil siete, esta Sala
Suprema ha declarado procedente el recurso de casación propuesto por la
demandante Maruja Perales Vega, por las causales relativas a la aplicación
indebida e inaplicación de normas de derecho material.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Como se ha anotado precedentemente, se ha declarado procedente el recurso de


casación por la causal de aplicación indebida del artículo 1361 del Código Civil,
en base a la alegación hecha por la impugnante de que dicha norma no es aplicable
para resolver la presente litis en razón de que la pretensión versa sobre
responsabilidad civil fundamentada en lo dispuesto en el artículo 1321 del Código
Civil, mas no gira en torno a la fuerza vinculante de los contratos regulada en el

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mencionado artículo 1361 del Código Sustantivo. Sostiene que de los hechos de la
demanda y contestación no se hace referencia a un supuesto de incumplimiento de
contrato por una de las partes; asimismo, denuncia que de lo expuesto en el sexto
considerando de la resolución recurrida se aprecia que se hace referencia a
Cláusulas Generales de Contratación que forma parte de la teoría de los contratos
por adhesión o contratos masa previstos en el artículo 1390 y siguientes del Código
Civil, en consecuencia, afirma que es dentro de dicha normatividad que se tendría
que verificar la existencia de la norma aplicable al caso de autos, por lo tanto,
denuncia que no puede servir el citado artículo 1361 del Código Civil como norma
excluyente para solucionar el conflicto de intereses ya que dicha norma sería de
aplicación al tratarse de una pretensión sobre cumplimiento de contrato o afín, y
como consecuencia de ello, el reconocimiento de la contraprestación por parte de
la empresa emplazada.

2. La causal de aplicación indebida de una norma de derecho material, se presenta


generalmente cuando existe error en el diagnóstico de los hechos establecidos en
el proceso materia de juzgamiento, aplicándose por tanto una norma impertinente
y dejándose de aplicar la norma correspondiente. En ese sentido, habrá aplicación
indebida de una norma de derecho sustantivo cuando se presenten los supuestos
siguientes: a) Cuando se aplica al caso una norma que no lo regula, dejando de
observar la norma verdaderamente aplicable, la cuales violada lógicamente por
inaplicación. Es decir, se aplica una norma impertinente en vez de la que
jurídicamente corresponde; b) Cuando se aplica al caso materia del litigio una
norma derogada en sustitución de la vigente; c) Cuando no se aplica una norma
jurídica nacional por entender que la norma aplicable es la extranjera; y, d)
Igualmente, dentro de esta causal se inscribe la causal consistente en la aplicación
indebida del principio relativo a la jerarquía de las normas, contenido en el artículo
138 de la Constitución Política del Estado.

3. Examinado el presente proceso, es del caso efectuar las siguientes precisiones:


1) La accionante Maruja Perales Vega interpone demanda de indemnización de
daños y perjuicios, derivada de la inejecución de obligación, contra la empresa de
Transporte Expreso Huamanga Sociedad Anónima Cerrada a fin de que le pague
la suma de diecinueve mil ochocientos veinte nuevos soles; alegando que en
ejercicio de su actividad comercial adquirió con fecha veintisiete de setiembre de
dos mil cinco un lote de calculadoras de procedencia china por el valor de once
mil ochocientos veinte nuevos soles, siendo que dicha mercancía tenía como

39
destino las Provincias de Rioja y Moyobamba, y con tal objeto contrató los
servicios de carga de la empresa demandada a fin de que transporte la misma,
depositando el producto en dicha empresa, embalándose en trece cajas y
precisándose que su retiro lo efectuaría don Segundo Mariano Muñoz Guivar. II)
Arguye, asimismo que, posteriormente, al apersonarse a la referida empresa a
proceder al retiro de la referida mercadería se le informó que la misma había sido
retirada por don Manuel Guivar. III) La empresa demandada al contestar la
demanda, señala, que no existe documento alguno en el que se detalle el contenido
de las trece cajas de cartón que fueron embarcadas por la accionante, tal como se
corrobora -según alega- del recibo de pago contra entrega obrante en autos y en
todo caso, sostiene, que la demandante debió solicitar una guía de remisión en el
que se especifique el contenido de cada encomienda. IV) En la audiencia única
(fojas ciento cinco) se fijó como único punto controvertido el establecer si en el
caso de autos concurren los requisitos esenciales para que se configure la
responsabilidad civil por daños y perjuicios. V) La sentencia de primera instancia
declaró fundada la demanda incoada, concluyendo que estaba demostrado el
vínculo de causalidad entre el evento dañoso y la conducta de la empresa
demandada, dado que los daños patrimoniales inferidos a la demandante son causa
directa -según el a quo- del cumplimiento defectuoso en la prestación de la empresa
demandada; y ordena, asimismo, que la empresa emplazada indemnice a la
demandante con la suma de once mil ochocientos veinte nuevos soles por concepto
de daño emergente y dos mil trescientos sesenta y cuatro nuevos soles por concepto
de lucro cesante. VI) La resolución de vista ha confirmado la de primera instancia
en cuanto declara fundada la acción incoada; empero, ha revocado el monto
indemnizatorio señalado en autos, fijando por todo concepto la suma de un mil
quinientos nuevos soles, excluyendo de esta forma los daños que han sido
consecuencia mediata o en todo caso indirecta de la inejecución, precisándose en
el último considerando de la recurrida, que los daños a indemnizar serán sólo
aquellos directamente conectados al incumplimiento de la obligación.

4. El artículo 1361 del Código Civil, recoge el principio de la fuerza vinculante de


los contratos o pacta sunt servanda, según el cual los contratos son la expresión del
acuerdo de voluntad común de las partes, mediante los cuales se crean obligaciones
de cumplimiento obligatorio, en cuanto se haya expresado en ellos.

5. En el caso de autos, la Sala de mérito ha constatado la existencia de la boleta de


envío de fojas cuatro, en la que se indica que la carga está compuesta de trece cajas

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de cartón sin especificar su contenido. Además, se ha verificado que en la parte
inferior de dicha boleta de envío aparecen cláusulas generales de contratación en
la que claramente se precisa que la empresa demandada no se responsabiliza por
pérdida de valores no declarados. Por consiguiente, en virtud del acotado principio
contractual la entidad demandada sólo está obligada a cumplir con lo pactado en
el citado documento, siendo que la alegada pérdida del contenido de la carga,
consistente en las mencionadas calculadoras de procedencia china, no está
vinculada directamente al cumplimiento de la obligación pactada puesto que no
fueron expresamente declaradas por la accionante ni tampoco existe guía de
remisión de la referida mercadería. Consecuentemente, la norma en comentario es
la pertinente para dirimir la controversia y la denuncia casatoria propuesta por la
referida causal debe desestimarse por infundada.

6. Respecto de la denuncia casatoria relativa a la inaplicación del artículo 1398 del


Código Civil, concordante con los artículos 1325 y 1328 del mismo Código
Sustantivo, la recurrente, sostiene, que luego de que el Colegiado ha reconocido
que existen Cláusulas Generales de Contratación, no se puede invocar la
exoneración o limitación de responsabilidad por parte de la demandada, ya que de
existir, son cláusulas vejatorias conforme al artículo 1398 del Código citado y, por
lo tanto, resultan ser cláusulas inválidas, en consecuencia el argumento de la Sala
Superior referido a que “viéndose afectada por sus condiciones debido a la fuerza
vinculatoria del contrato que establece el artículo 1361 del Código Civil”, no
resulta de aplicación al caso de autos; máxime si la propia demandada ha
reconocido que no entregó la mercadería a su destinatario por culpa.

7. No obstante lo cual, cabe señalar que el ámbito de aplicación del artículo 1398
del Código Civil es aplicable para dos tipos de contratos: a) los contratos
celebrados por adhesión y, b) los contratos celebrados con cláusulas generales de
contratación no aprobadas administrativamente. En el caso de autos, habiéndose
concluido en que la boleta de envío de fojas cuatro contiene cláusulas generales de
contratación a las que la demandante declaró su voluntad de aceptarlas al contratar
los servicios de la emplazada; es evidente que la norma en comentario no es
aplicable para decidir la controversia porque no se ha evidenciado de que tales
cláusulas generales de contratación no hayan sido aprobadas administrativamente,
puesto que se entiende que ha sido la autoridad administrativa correspondiente la
que ha eliminado todas las cláusulas abusivas o vejatorias que se encontraban en

41
el contrato. Por consiguiente, la denuncia casatoria propuesta por la citada causal
debe desestimarse por infundada.

8. De lo expuesto, se arriba a la conclusión de que al emitirse la resolución


impugnada no se ha incurrido en la aplicación indebida e inaplicación de las
normas de derecho material antes enunciadas; por lo tanto, el presente recurso de
casación debe desestimarse por infundado.

IV. DECISIÓN

Estando a las consideraciones precedentes, de conformidad con el artículo 397 del


Código Procesal Civil: a) Declararon INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por doña Maruja Perales Vega obrante a fojas doscientos cinco; y, en
consecuencia, NO CASAR la resolución de vista de fojas ciento noventa y nueve,
su fecha diez de agosto de dos mil siete, expedida por la Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de San Martín. b) CONDENARON a la recurrente a la multa
de una Unidad de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos con Empresa de Transportes Expreso Huamanga Sociedad Anónima
Cerrada, sobre indemnización; actuando como Vocal Ponente el señor Valeriano
Baquedano; y los devolvieron.

S.S. SÁNCHEZ-PALACIOS PAIVA, CAROAJULCA BUSTAMANTE,


MANSILLA NOVELLA, MIRANDA CANALES, VALERIANO
BAQUEDANO.

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LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 869-2001 LIMA

Lima, 19 de junio del 2002.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por la demandada Fabinco Sociedad


Anónima, mediante escrito de fojas ciento cuarenta y cuatro, contra la sentencia
de vista de fojas ciento treinta y siete, su fecha veintinueve de enero del dos mil
uno, emitida por la Primera Sala Civil de Procesos Sumarísimos y No contenciosos
de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando la apelada de fojas
ciento cuatro su fecha veintiuno de noviembre del dos mil, declara fundada la
demanda, ordenando el lanzamiento.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que concedido el recurso a fojas ciento cincuenta, fue declarado procedente por
resolución del doce de junio del dos mil uno, por la causal prevista en el inciso 1
del artículo 386 del Código Procesal Civil, denunciando la interpretación errónea
del artículo 1365 del Código Civil, pues en la recurrida no se ha tenido en cuenta
que en los contratos de ejecución continuada que no tengan plazo convencional o
legal determinado, cualquiera de las partes puede ponerle fin mediante preaviso
remitido por la vía notarial con una anticipación no menor de treinta días; que
transcurrido el plazo correspondiente el contrato queda resuelto de pleno derecho.
Sin embargo, la sentencia de vista amparando la alegación del actor, ha estimado
que el plazo en mención es de quince días.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, es necesario determinar si la recurrida ha interpretado erróneamente el


artículo 1365 del Código Civil, que regula el fin del contrato de ejecución
continuada a plazo indeterminado.

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2. Que, según Manuel de la Puente y Lavalle, en su obra “El Contrato en General”,
Tomo I, editorial Palestra, Lima, dos mil uno, página cuatrocientos trece a
cuatrocientos veinte, indica que el citado artículo debe ser entendido como una
forma de extinguir la relación jurídica, derivada de un contrato de ejecución
continuada, por decisión unilateral de cualquiera de las partes, teniendo las mismas
consecuencias de la resolución de un contrato, siendo conocido en el derecho
comparado como receso o desistimiento unilateral. Ahora bien, la norma objeto de
casación dispone que la parte que pone fin al contrato debe dar preaviso remitido
por la vía notarial con una anticipación no menor de treinta días. Resulta
importante resaltar que la ineficacia del contrato de ejecución continuada solo tiene
efecto después del preaviso.

3. Que, conforme a lo antes expuesto, se concluye que la recurrida ha interpretado


erróneamente el artículo 1365 del Código Civil, pues ha estimado que basta un
preaviso de quince días, cuando dicho precepto exige que sea no menor de treinta
días. En efecto, al no cumplirse con la formalidad del preaviso, no puede concluirse
que el contrato ha sido resuelto, por lo que continúa la ejecución del contrato que
alegan las partes. Siendo ello así, la demandada no tiene condición de ocupante
precaria porque tiene título para ocupar los inmuebles, mientras no se ponga fin a
la relación contractual. En tal sentido, se advierte que el accionante carece
manifiestamente de interés para obrar, estando su demanda incursa dentro del
supuesto de improcedencia previsto en el inciso 2 del artículo 427 del Código
Procesal Civil.

IV. DECISIÓN

A) Por estos fundamentos, de conformidad con el artículo 396, inciso 1, del Código
Procesal Civil: Declararon FUNDADO el recurso de casación de fojas ciento
cuarenta y cuatro, interpuesto por Fabinco Sociedad Anónima, en consecuencia,
CASAR la sentencia de vista de fojas ciento treinta y siete, su fecha veintinueve
de enero del dos mil uno. B) ACTUANDO LA SALA COMO SEDE DE
INSTANCIA: REVOCARON la sentencia apelada de fojas ciento cuatro, de
fecha veintiuno de noviembre del dos mil, que declaró fundada la demanda, y
reformándola declararon improcedente la demanda de fojas cuarenta y uno.
C) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial
El Peruano; en los seguidos por don Enrique Alonso Acuña Alfaro con Fabinco
Sociedad Anónima, sobre desalojo; y los devolvieron.

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S.S. VÁSQUEZ VEJARANO, CARRIÓN LUGO, TORRES CARRASCO,
CARRILLO HERNÁNDEZ, QUINTANILLA QUISPE.

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LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
LA SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 1896-03-LIMA

Lima, trece de abril del dos mil cuatro

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO Se trata del recurso de casación interpuesto por


Hernán Ayerbe Huamán mediante escrito de fojas cuatrocientos uno, contra la
sentencia de vista emitida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas trescientos noventicinco, su fecha catorce de abril del dos mil
tres, que Confirma la sentencia apelada de fojas doscientos treintisiete, su fecha
veintiocho de mayo del dos mil uno, que declara fundada en parte la demanda
interpuesta y, en consecuencia, resuelto el contrato celebrado por José Segundo
Rojas Burgos y Aurea Julia Martínez Ramírez con Hernán Ayerbe Huamán, de
fecha diez de octubre de mil novecientos noventisiete, y ordena que este último
cumpla con devolver la suma de seis mil dólares americanos o su equivalente en
moneda nacional, más los intereses legales, con lo demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, el recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución del


cinco de setiembre del dos mil tres, de fojas veintidós del cuadernillo formado en
este Supremo Tribunal, por las causales previstas en los incisos primero, segundo
y tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, en virtud
de lo cual la recurrente denuncia: I. La aplicación indebida de los artículos mil
trescientos setentidós, mil cuatrocientos veintiocho y mil cuatrocientos treinta del
Código Civil, toda vez que los hechos de la demanda no están referidos a la
resolución del contrato por incumplimiento de prestaciones por parte del
recurrente, sino a la resolución por venta de parte del recurrente de un inmueble
ajeno y al ingreso de un tercero, supuesto verdadero propietario, al inmueble
transferido a los actores, que los ha privado de su posesión; II. La inaplicación del
artículo mil cuatrocientos noventiuno del Código Civil, pues, estando a los hechos
expuestos, la demanda es en realidad una de saneamiento por evicción previsto en
el dispositivo denunciado, norma que debió ser aplicada en autos; III. La

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contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, toda
vez que: a. los Juzgadores, para amparar la demanda, se han basado en hechos
distintos a los alegados por los demandantes, violando el artículo Séptimo del
Título Preliminar del Código Procesal Civil; y, b. el Juez no ha valorado todos los
medios probatorios como ordena el artículo ciento noventisiete del referido
Código, dado que no se ha tenido en cuenta la sentencia del Juzgado Especializado
de delitos Tributarios y Aduaneros que declara el sobreseimiento de la instrucción
abierta contra el recurrente por el delito de Estafa en agravio de los actores; IV. La
infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos
procesales, pues la sentencia de vista carece de una debida motivación, toda vez
que no se pronuncia sobre los agravios debidamente expuestos en el recurso de
apelación del recurrente, violando así los artículos ciento veintiunos y ciento
veintidós inciso tercero del Código Procesal Civil; y,

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde


verificar primero si se configura o no esta última causal, pues en caso de ser
estimada, se dispondría el reenvío de la causa al estadio procesal correspondiente,
impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se
sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida.

2. Que, como fundamento de su demanda de resolución del contrato, José Segundo


Rojas Burgos y Aurea Julia Martínez Ramírez refieren que el bien que les vendió
el demandado (constituido por el Lote número trece de la Manzana A, Parcela I
del Parque Industrial de Villa El Salvador), del cual tomaron posesión inmediata,
fue invadido posteriormente por una tercera persona, quien aduce ser el verdadero
propietario, en vista de lo cual remitió una carta notarial al emplazado solicitando
la devolución del dinero y del monto invertido en materiales de construcción, pero
ante la falta de respuesta le envió una segunda carta notarial conminándolo a dar
cumplimiento a los términos del contrato de compraventa, y que en caso contrario
lo resolvería; sin embargo, el demandado hizo caso omiso a sus requerimientos.

3. Que, la sentencia de primera instancia, cuyos fundamentos reproduce la de vista,


ha procedido a analizar el Contrato Privado de Compraventa y Transferencia
Posesoria del diez de octubre de mil novecientos noventisiete, objeto de demanda,
así como las cartas notariales de fechas diecisiete de noviembre de mil novecientos

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noventisiete y diez de junio de mil novecientos noventiocho que se mencionan en
la misma, concluyendo de su valoración conjunta que en las cláusulas tercera y
quinta del referido contrato, la demandada se obligó a perfeccionar el citado acto
jurídico dentro del plazo máximo de seis meses de celebrado, teniendo en cuenta
que el bien materia de venta no era de propiedad del vendedor (quien solo era
posesionario), y no habiendo cumplido con perfeccionar dicha venta en el plazo
convenido, correspondía aplicar lo dispuesto en el artículo mil cuatrocientos treinta
del Código Civil, según el cual se produce la resolución de pleno derecho cuando
la parte interesada comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria,
supuesto que, señalan los Juzgadores, se cumplió con la remisión de las cartas
notariales acotadas precedentemente.

4. Que, como puede apreciarse, el desarrollo de los fundamentos que sustentan


tanto el pronunciamiento del Juez de la causa como del Colegiado Superior se
circunscribe al petitorio y a los hechos alegados por los actores en su escrito de
demanda, teniendo como sustento el análisis de las pruebas presentadas por las
partes, debidamente incorporadas al proceso; en consecuencia, se concluye que no
existe contravención del artículo Séptimo del Título Preliminar del Código
Procesal Civil.

5. Que, de otro lado, el recurrente denuncia la falta de valoración de pruebas, como


es la sentencia del Juzgado Especializado de Delitos Tributarios y Aduaneros que
declara el sobreseimiento de la instrucción seguida contra el recurrente por el delito
de Estafa en agravio de los actores; sin embargo, el demandado omite referir que
el documento que alude fue acompañado al informe escrito que presentó previo a
expedirse la primera sentencia de vista de fojas doscientos quince, mas no fue
ofrecido como medio probatorio al contestar la demanda ni al apelar; por tanto,
atendiendo a que la valoración conjunta de las pruebas que postula el artículo
ciento noventisiete del Código Procesal Civil, está referida a aquellas que hayan
sido debidamente incorporadas al proceso, la contravención que se postula no se
verifi ca en el presente caso.

6. Que, en cuanto a la causal de infracción de las formas procesales, se advierte


que al formular su recurso de apelación a fojas doscientos cincuentiuno, el
emplazado señaló: a) que existe incongruencia en la sentencia apelada, en razón a
que ninguno de los extremos signados como fundamentos de hecho de la demanda
se menciona como causal de resolución la cláusula quinta del contrato de

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compraventa mediante la cual este se obligaba a perfeccionar el referido contrato
en el plazo de 06 meses; b) que este hecho ha impedido articular correctamente su
defensa; c) que la invasión del bien vendido por un tercero daba lugar a la acción
de saneamiento por evicción y no a la resolución de contratos, por lo que la
demanda es manifi estamente improcedente; d) que la resolución de un contrato da
lugar a la restitución de las prestaciones por ambas partes, pero sin embargo solo
se ordena que el demandado devuelva el precio recibido, mas no se dispone la
restitución del inmueble; y, e) que no se ha valorado la sentencia del Juzgado
Especializado de Delitos Tributarios y Aduaneros que declara el sobreseimiento
de la instrucción abierta contra el recurrente por el delito de estafa en agravio de
los actores, pese a haberlo ofrecido como medio probatorio extemporáneo al apelar
de la primera sentencia expedida por el Juez de la causa.

7. Que, las infracciones que se describen en los puntos a) al c) del considerando


que antecede, han sido desvirtuadas como tales según los fundamentos que se
detallan en los considerandos tercero y cuarto de la presente resolución; lo mismo
ocurre con la infracción resumida en el punto e) cuya existencia desestima este
Supremo Tribunal conforme a los argumentos desarrollados en el considerando
quinto de este fallo; en consecuencia, si bien es cierto la sentencia de vista objeto
de casación no se pronuncia expresamente respecto a los citados puntos, sin
embargo, corresponde aplicar al caso lo dispuesto en el cuarto párrafo del artículo
ciento setentidós del Código Procesal Civil, que contiene una de las
manifestaciones del Principio de Convalidación, en virtud de lo cual no hay
nulidad si la subsanación del vicio no ha de infl uir en el sentido de la resolución
o en las consecuencias del acto procesal.

8. Que, sin embargo, la infracción que se desarrolla en el punto d) guarda relación


estrecha con los extremos del petitorio de la demanda y los argumentos vertidos
en el escrito de contestación, así como con los efectos de la resolución de los
contratos previsto en el tercer párrafo del artículo mil trescientos setentidós del
Código Civil. Respecto de esto último, Luis Díez-Picazo ha señalado: “En
principio, debe entenderse que la resolución determina la extinción de la relación
obligatoria. Sin embargo, los efectos de la resolución no solo se proyectan para el
tiempo venidero, sino que se producen con efecto retroactivo, por consiguiente,
cada una de las partes deberá reintegrar o restituir a la otra las cosas o las
prestaciones que hubiesen sido entregadas o ejecutadas. Surgen, como
consecuencia de la resolución, específicos deberes de liquidación y de restitución.

49
El contenido del deber de restitución se refiere, por regla general, a los mismos
bienes que fueron objeto de prestación. Se trata de una restitución específica in
natura. Sin embargo, en aquellos casos en que la restitución in natura no sea
posible, la restitución deberá producirse a través del equivalente pecuniario”
(Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, Volumen I, segunda edición;
Madrid, Editorial Tecnos Sociedad Anónima, mil novecientos ochentitrés, página
ochocientos setentiséis).

9. Que, según lo preceptúa el tercer párrafo del artículo mil trescientos setentidós
del Código Civil –norma jurídica que se aplica al presente caso en atención al
principio iura novit curia, reconocido por el artículo Séptimo del Título Preliminar
del Código Procesal Civil– es efecto de la resolución de los contratos que las partes
le restituyan las prestaciones al estado que se encontrabanal momento en que se
produce la causal que la motiva y, si ello no fuera posible, deben reembolsarse en
dinero el valor que tenían en dicho momento; en todo caso, el Juez de origen debe
pronunciarse sobre la restitución del inmueble submateria, y si ello es o no
procedente en el presente caso. La restitución de las prestaciones, conforme ha
quedado establecido, es un efecto natural de la resolución que no requiere se
invocado por ninguna de las partes y que opera por el solo hecho de la extinción
de la relación obligatoria.

10. Que, tanto la sentencia apelada como la de vista que la confirma, únicamente
contienen en su parte resolutiva el mandato para que Hernán Ayerbe Huamán
cumpla con devolver la suma de seis mil dólares americanos o su equivalente en
moneda nacional en el momento y lugar del pago, más los intereses legales –monto
que fuera entregado como cuota inicial del precio pactado por el inmueble a la
firma del contrato de compraventa–, pero no hace mención alguna a la restitución
del bien que fuera entregado al demandante.

11. Que, el inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código Adjetivo
establece que las resoluciones contienen la mención sucesiva de los puntos sobre
los que versa la resolución, con las consideraciones, en orden numérico correlativo,
de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los respectivos de
derecho, con la cita de la norma o normas aplicables en cada punto, según el mérito
de lo actuado, sancionando con nulidad la resolución que no cumpla, entre otros,
con este requisito. Siendo así, al advertirse que las sentencias de mérito no
contienen la fundamentación pertinente de hecho ni de derecho que permita

50
establecer por qué los Juzgadores omiten pronunciarse sobre la restitución de la
prestación a cargo de los compradores demandantes del bien inmueble materia de
compraventa, por consiguiente, se verifica la infracción de las formas para la
validez de los actos procesales, por lo que el recurso de casación debe tutelarse, y
procederse conforme a lo dispuesto en el numeral dos punto tres del inciso segundo
del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil.

12. Que, al estimarse la causal de casación por infracción de las formas procesales,
resulta que carece de objeto pronunciarse sobre las demás causales invocadas por
el recurrente sobre aplicación indebida e inaplicación de normas de derecho
material.

IV. DECISIÓN

Por cuyos fundamentos, Declararon: FUNDADO el recurso de casación


interpuesto a fojas cuatrocientos uno por Hernán Ayerbe Huamán; en
consecuencia, NULA la resolución de vista de fojas trescientos noventicinco, su
fecha catorce de abril del dos mil tres, e INSUBSISTENTE la resolución apelada
de fojas doscientos treintisiete; DECLARARÓN que carece de objeto
pronunciarse respecto de las causales invocadas sobre aplicación indebida e
inaplicación de normas de derecho material; MANDARON que el Juez de la causa
emita nueva resolución con arreglo a derecho y a lo actuado; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario ofi cial El Peruano; en los
seguidos por José Segundo Rojas Burgos y Aurea Julia Martínez Ramírez con
Hernán Ayerbe Huamán sobre Resolución de contrato; y los devolvieron.

SS. ROMÁN SANTISTEBAN; TICONA POSTIGO; LAZARTE HUACO;


RODRÍGUEZ ESQUECHE; EGUSQUIZA ROCA.

51
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
CAS. N.º 821-98 CAJAMARCA

Lima, 18 de mayo de 1999

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Emerson Carlomagno Sánchez


Chávez contra la sentencia de vista de fojas 289 su fecha 13 de mayo de 1998, que
confirmando la sentencia apelada de fojas 161, su fecha 17 de setiembre de 1997,
declara infundada la demanda en todos sus extremos; con lo demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La Sala mediante Ejecutoria de fecha 28 de mayo de 1998 ha estimado procedente


el recurso por la causal relativa a la aplicación indebida de los artículo 1361 y
artículo 1363 del Código Civil, basado en que, en lugar de ellas debieron aplicarse
los inciso 3, 7 y 8 del artículo 219 del Código Civil referida a las causales de
nulidad del acto jurídico, el inciso 2 del artículo 1260 y artículo 1262 del Código
acotado, que prescriben que la subrogación opera de pleno derecho en favor de
quién por tener legítimo interés cumple la obligación, sustituyendo al subrogado
en todos los derechos y acciones; el artículo 1371 de la precitada ley sustantiva
sobre la resolución; el artículo I de la Ley Nº 24709 así como el artículo I del
Decreto Supremo Nº 005-88- VC, basado en que ha quedado acreditado en autos
que el inmueble ha sido arrendado al recurrente sin que haya autorización para ello
por tanto, el contrato de compraventa y mutuo hipotecario ha quedado resuelto de
puro derecho por mandato imperativo de la Ley Nº 24709 y el Decreto Supremo
Nº 005-88- VC; que ha subrogado la obligación que tenían los codemandados
cancelando la totalidad del precio del inmueble, tal como está acreditado en autos;
que siendo así, los actos posteriores sobre inscripciones registrales no pueden tener
efectos y son nulos más aun cuándo ha acreditado que tiene interés legítimo, no
solo moral sino económico.

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III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, conforme a la definición legal prevista en el artículo 1371 del Código Civil
la resolución deja sin efecto un contrato válida por causal sobreviniente a su
celebración, noción en la que converge en forma unánime la doctrina, y que según
Miguel y Salvat, citado por el profesor Manuel de la Puente y Lavalle, implica la
extinción de un contrato por acaecimiento del hecho que la ley o los partes
previeron al celebrarlo (El contrato en general, para leer el Código Civil, primera
parte, Tomo II, 173).

2. Que, en efecto, el citado jurista nacional señala que la causal de resolución bien
puede tener origen legal, como ocurre en el caso de la resolución por
incumplimiento, contemplado por el artículo 1428 del Código Civil, o bien su
origen puede ser convencional, como es el caso de pacto comisorio o mutuo
disenso regulado por el artículo 1430 del mismo Código (De la Puente y Lavalle,
op. cit. página 189), en tal sentido, la resolución cuya declaración se solicita en la
presente causa se ubica en la anotada resolución por causal prevista en la ley, toda
vez que, la Ley Nº 24709, así como su Reglamento Decreto Supremo Nº 005-88-
VC, prevén la figura de la resolución de los contratos de compraventa y mutuo
hipotecario celebrados por el BANVIP con intervención de entidades financieras
en diversos conjuntos habitacionales que hayan sido arrendados por sus
adjudicatarios o que no estén ocupados.

3. Que, por consiguiente, debe distinguirse una subclasificación de las clases de


resolución por causal prevista en la ley, pues resulta siendo diferente aquel
supuesto en la cual la ley otorgue opción a solicitar el cumplimiento del contrato
o la resolución del contrato en caso de incumplimiento por una de las partes de una
de las prestaciones a la que estaba obligada, tal como prevé el artículo 1428 del
Código anotado, y citado como ejemplo por el prestigioso civilista nacional antes
citado con la causal de resolución impuesta por la ley a modo de sanción, como es
el caso de la referida Ley Nº 24709 y su respectivo reglamento, pues ocurre que
en el primer caso (resolución de origen legal en interés de la parte), no obstante
que la ley prevé la resolución de contrato, ocurre que siempre ha de tener una base
intersubjetiva, pues el interesado puede o no por optar por la resolución, en cambio
en la segunda (resolución de origen legal en interés de la propia ley), ocurre que la
resolución opera de modo objetivo, sin que haya opción que discutir más que el de

53
verificar si se ha producido el acontecimiento sobreviniente prevista en la ley para
extinguir el contrato.

4. Que, esta clase de resolución ha sido regulada en el artículo I de la Ley Nº 24709,


al señalar que se declaran resueltos los contratos de compraventa y mutuo
hipotecario celebrados por el Banco de la Vivienda del Perú, con intervención de
otras entidades financieras y/o del Sistema Mutual respectos de las viviendas
construidas con el recurso del FONAVI en los diversos conjuntos habitacionales
de la República, que hayan sido arrendados por sus adjudicatarios o que no estén
ocupados, norma legal que se sustenta básicamente en un interés público, dado que
el Estado, a través de sus instancias administrativas promueve el desarrollo de
vivienda en el país, por lo que, la base de legitimación que se extrae de la norma
Sub examine no se restringe sólo a quienes son parte de la relación contractual,
sino a quienes tengan interés material y directo en las relaciones jurídicas derivadas
del contrato, a los que la citada ley también hace referencia, como es el caso de su
artículo 3, que prevé que una vez resueltos los contratos respectivos, las viviendas
se adjudicarán a sus actuales ocupantes.

5. Que, cabe recordar que la pauta orientadora para determinar la existencia de la


legitimación procesal, es en principio “la afirmación de la titularidad, activa y
pasiva, de la relación jurídica sustancial controvertida es el proceso” (Juan
Montero Aroca, Ensayos de Derecho Procesal, Bosch, página 297), y a pesar de
que “legitimidad y relación sustantiva” no son lo mismo, es necesario acudir a la
relación jurídica sustancial, dejando claramente establecido, como lo hace
Rosemberg, que la legitimación no puede presuponer la titularidad de la relación,
sino únicamente la afirmación de ella, por lo que en este contexto, el demandante
está habilitado para solicitar la resolución del contrato de compraventa y mutuo
hipotecarios celebrado entre el Banco de Vivienda del Perú, representado por la
Mutual Chiclayo, y la sociedad conyugal Huamán-Ramos, pues basta la afirmación
del actor en el sentido de que los adjudicatarios han incurrido en causal de
resolución y tenga interés directo en la relación sustancial, para que pueda solicitar
que cede jurisdiccional dicha resolución sea declarada.
6. Que por otro lado, no solamente, el recurrente está legitimado para obrar en la
presente causa, sino además tiene interés para obrar, toda vez que se encuentra en
estado de necesidad de tutela jurídica, ya que el órgano administrativo no se ha
pronunciado sobre la resolución del contrato en cuestión, de conformidad con el
artículo 9 de la Ley Nº 24709, pese a que el demandante ha iniciado el trámite para

54
la adjudicación de la vivienda; tal como se acredita de las copias de fojas 230 y
siguientes, dando lugar a un expediente administrativo que no se encuentra en la
Dirección de Vivienda y Construcción de la Región Nororiental del Marañón, sede
en la cual deben obrar varios actuados, tal como da cuenta el oficio de fojas 130,
reiterado por el oficio de fojas 155, cursado al juzgado por el Director de dicha
Entidad, por lo que resulta evidente que el accionante se encuentra en “estado de
insatisfacción” (Lino Enrique Palacio, Manual de Derecho Procesal Civil, pág.
125).

7. Que, para determinar dicho estado de insatisfacción, Rocco recomienda


practicar el Juicio de utilidad, en este sentido la pretensión principal materia de
autos debe ser sometida a un doble criterio, a saber: “Uso positivo, consistente en
verificar si los efectos de la providencia requerida le producirían al peticionante
una utilidad actual respecto de una relación jurídica dada; y otro negativo que
radica en comprobar si la falta de providencia jurisdiccional solicitada le
ocasionaría un perjuicio al recurrente “(Hugo Rocco, Tratado de Derecho Procesal
Civil, Depalma Temis Buenos Aires, página 343), por consiguiente, resulta
evidente que el actor se encuentra en una situación de utilidad respecto a la
resolución que ampararía su demanda, toda vez que su derecho a ser considerado
adjudicatario está siendo postergada por la inacción administrativa, y el hecho de
no atender su pretensión le viene ocasionando incertidumbre jurídica, por tales
razones este Corte estima que las pretensiones contenidas en la demanda no deben
restringirse del acceso a la tutela jurisdiccional, ergo, las normas aplicadas por la
recurrida, que son materia de control casatorio, no se adecuan a la relación jurídica
de la cual deriva el derecho del actor.

8. Que, el demandante recurrente, entre otras pretensiones accesorias, solicita que


se declare judicialmente resuelto el contrato de compraventa y mutuo hipotecario
de fecha 25 de noviembre de 1986 de inmueble de sito en el Edificio IX
departamento Nº 304 del Conjunto Habitacional José Gálvez, FONAVI II, de
Cajamarca, celebrado entre el Banco de Vivienda del Perú representado por la
Mutual Chiclayo, y los demandados la sociedad conyugal Huamán-Ramos, basado
en que éstos han incurrido en la causal de resolución prevista en el artículo I de la
Ley Nº 24709 al haber arrendado el bien cuando no estaban autorizados para tal
efecto, causal que está acreditada en autos con el contrato de arrendamiento de
fecha 2 de enero de 1987, cuya copia certificada corre a fojas 229, mediante el cual
los demandados ceden en arrendamiento el bien sublitis en favor del demandante

55
por un plazo determinado de 3 años, y por una merced conductiva mensual de mil
intis, acto jurídico cuya existencia han confirmado los demandados en su escrito
de contestación, por lo que el contrato materia de litis se ha resuelto ipso iure por
causal sobreviniente a su celebración, es decir, por haberse dado en arrendamiento
el inmueble objeto de adjudicación, tal como sanciona el artículo I de la ley 24709.

9. Que las excepciones previstas en el artículo II de la misma ley, a la causal de


resolución antes acotada, no son aplicables al caso de autos por cuanto a la dación
de dicha ley en el contrato submateria aún no se encontraba pagado la totalidad del
precio del bien subjúdice, ni los demandados estaban autorizados para arrendarlo.

10. Que siendo así, las demás pretensiones accesorias que son materia del presente
proceso, siguen la suerte del principal “accesio cedit principale”, excepto la
pretensión de adjudicación del bien inmueble e inscripción registral que solicita el
demandante, toda vez que se trata de una pretensión constitutiva, y se requiere para
su amparo que se verifiquen distintos requisitos previstos en la Ley Nº 24709 y su
respectivo Reglamento, siendo la entidad administrativa pertinente la encargada
de hacerlo.

IV. DECISIÓN

Estando a las consideraciones que preceden, y con lo expuesto en el Dictamen


fiscal, declararon: FUNDADO el recurso interpuesto por Emerson Carlomagno
Sánchez Chávez; en consecuencia, NULA la sentencia de fojas 289, su fecha 13
de marzo de 1998; y actuado como órgano de instancia, REVOCARON la
sentencia apelada de fojas 161, su fecha 17 de setiembre de 1997, que declara
infundada la demanda en todos sus extremos; con lo demás que contiene; y
REFORMÁNDOLA la declararon FUNDADA en parte dicha demanda, en
consecuencia, se declara RESUELTO Y SIN EFECTO LEGAL el contrato de
compraventa y mutuo hipotecario de fecha 25 de noviembre de 1986, del inmueble
sito en el Edificio IX, Departamento Nº 304, del Conjunto Habitacional José
Gálvez, FONAVI II de Cajamarca celebrado entre el Banco de Vivienda del Perú,
representado por la Mutual Chiclayo y entre la demanda sociedad conyugal
Huamán Ramos; CANCELARON la anotación preventiva de este contrato en el
Registro de la Propiedad Inmueble de Cajamarca, el 12 de julio de 1988;
CANCELARON la hipoteca del referido inmueble a favor de la Mutual Chiclayo
que igualmente corre inscrita en los Registros Públicos; NULA la cancelación de

56
la hipoteca del mismo inmueble de fecha 5 de setiembre de 1991, hecha por los
demandados, con la consiguiente nulidad de su asiento de inscripción registral;
ORDENARON que la entidad administrativa pertinente adjudique el mencionado
bien a favor del recurrente, conforme a ley; en los seguidos con don Marco Antonio
Huamán Aguirre y otra, sobre resolución de contrato y otros conceptos;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial el
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

57
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 4490-2007 LIMA

Lima, 3 de noviembre del año 2008.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por Carmen Elizabeth Peña Crisóstomo
mediante escrito de fojas doscientos sesenta y ocho, contra la sentencia de vista
emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima de fojas
doscientos cuarenta y ocho, su fecha cinco de julio del año dos mil siete, que revoca
la sentencia apelada que declara infundada la demanda de interpuesta por la Fuerza
Aérea del Perú, con lo demás que contiene y, reformándola declara fundada la
citada demanda y, en consecuencia, ordena que los demandados Julio Enrique
Tello de Lama y Carmen Elizabeth Peña Crisóstomo cumplan con desocupar el
inmueble sub litis en el plazo de seis días, con costas y costos.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución del veinte de


diciembre del año dos mil siete, por las causales previstas en los incisos segundo
y tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil, en virtud
de lo cual la recurrente denuncia: a.‐ la inaplicación del artículo mil cuatrocientos
treinta del Código Civil, pues la resolución de un contrato se produce de pleno
derecho cuando la parte interesada comunica a la otra que se quiere valer de la
cláusula resolutoria, y en autos la entidad demandante no ha cumplido con ese
requisito sine qua non, y si bien el Colegiado Superior hace referencia a una
Resolución de Comandancia, ésta tiene carácter unilateral, y no se trata de una
comunicación que tenga por finalidad resolver el contrato; b.‐ la contravención de
las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, pues la Sala Superior
no precisa cuál es la norma aplicable al caso concreto, siendo de aplicación el
artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil.

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III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde


verificar primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser
estimada, se dispondría el reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente,
impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se
sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida.

2. Que, la Fuerza Aérea del Perú ha interpuesto demanda para que el Capitán FAP
Julio Enrique Tello de Lama y su esposa, Carmen Elizabeth Peña Crisóstomo,
desocupen y devuelvan al Estado la vivienda de servicio ubicada en el FLAT A ‐
Veintiséis, Departamento trescientos uno, del Conjunto Habitacional FAP “Las
Alamedas”, distrito de Santiago de Surco. Sostiene que la Dirección de Bienestar
de la Fuerza Aérea del Perú suscribió con los demandados un contrato de comodato
con fecha veinticinco de enero del año mil novecientos noventa y nueve, mediante
el cual se le hizo entrega de una vivienda en el citado Conjunto Habitacional bajo
el compromiso de devolverla si se incurría -entre otros- en cualquiera de las
causales previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres, siendo una de ellas
que el contrato de comodato concluiría si el Oficial era cambiado de una
colocación de Lima a Provincia o viceversa. Es el caso que en el año dos mil dos
se dispuso el cambio de colocación del citado Oficial de la Base Aérea Las Palmas,
en Lima, al Grupo Aéreo número Cuatro, con sede en la ciudad de Arequipa,
concediéndole un plazo especial para que desocupe el inmueble hasta el quince de
diciembre del año dos mil dos, sin embargo, no obstante los plazos concedidos al
demandado, éste no cumplió con desocupar el inmueble, razón por la cual fue
requerido una vez más mediante Memorando del once de setiembre del año dos
mil tres, lo cual dio lugar inclusive a que el Oficial suscribiera un compromiso de
honor en el que se comprometía a devolver el inmueble a más tardar el veinte de
diciembre de ese año, lo que sin embargo tampoco cumplió, razón por la cual
interponen la presente demanda de desalojo.

3. Que, la sentencia de primera instancia declaró infundada la demanda, pues


estima que si bien en la cláusula sétima del contrato de comodato suscrito entre las
partes se estableció que el mismo quedaba resuelto automáticamente si el
comodatario pasaba a la situación militar de disponibilidad o retiro, o si incurría
en las demás causales previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres en
vigencia (como es el cambio de colocación de una Unidad de Lima a una Unidad

59
de Provincia), sin embargo, conforme aparece del Oficio del veintiocho de marzo
del año dos mil cinco, corriente a fojas ciento cuarenta, el Capitán FAP Julio
Enrique Tello de Lama se encuentra laborando en la Base Aérea Las Palmas,
distrito de Santiago de Surco, por lo que no se acredita su cambio de colocación a
una Unidad de Provincia. No obstante, la Sala Superior ha revocado esta decisión,
pues estima que los contratos son obligatorios en cuanto se ha pactado en ellos,
conforme al artículo mil trescientos sesenta y uno del Código Civil, y en la cláusula
sétima del contrato de comodato se pactó que el contrato se resolvería
automáticamente si el comodatario incurriera en las causales previstas en la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres (como es el cambio de colocación de una
Unidad de Lima a una Unidad de Provincia), siendo que la resolución automática
del contrato de comodato por causal de cambio de colocación se produjo con fecha
nueve de enero del año dos mil uno, conforme a la Resolución de la Comandancia
General de la Fuerza Aérea número cero cero treinta y nueve ‐ CGFA obrante a
fojas ciento sesenta, por la cual se nombra al Capitán FAP Julio Enrique Tello de
Lama, a partir del primero de enero del citado año, para que preste servicios en el
Grupo Aéreo número Cuatro - Arequipa, y desde entonces la parte demandada
contaba con treinta días para desocupar el inmueble sub litis, siendo obligación de
todo comodatario, conforme al artículo mil setecientos veintiocho del Código
Civil, la restitución del bien al comodante, sea al vencimiento del respectivo
contrato, o a la fecha de resolución del mismo.

4. Que, al fundamentar la causal procesal, la recurrente sostiene que no se ha


precisado cuál es la norma aplicable al caso concreto, y que tal norma sería la
regulada en el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil. Al respecto, es
claro advertir que la Sala Superior sí ha indicado cuál es la norma pertinente para
dilucidar el presente caso, y ésta estima que son los artículos mil trescientos sesenta
y uno y mil setecientos veintiocho del Código Civil, en concordancia con la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres. Distinto es que la recurrente considere que
estas normas son impertinentes para resolver la controversia y que, por el contrario
lo sería el citado artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, circunstancia
que no corresponde ser analizada a través de esta causal procesal, sino mediante la
interposición de la causal material respectiva, advirtiéndose de autos que la
impugnante ha propuesto la causal material de inaplicación de una norma de
derecho material, precisamente del artículo mil cuatrocientos treinta del Código
Civil, por lo que corresponde determinar la pertinencia de esta norma en el presente

60
caso y si, por su mérito, aquélla es capaz de modificar los alcances y el sentido de
lo resuelto por la Sala Superior.

5. Que, la causal de inaplicación de una norma material se configura cuando


concurren los siguientes supuestos: I.‐ el Juez, por medio de una valoración
conjunta y razonada de las pruebas, establece como probados ciertos hechos; II.‐
que estos hechos guardan relación de identidad con determinados supuestos
fácticos de una norma jurídica material; III.‐ que no obstante esta relación de
identidad (pertinencia de la norma) el Juez no aplica esta norma sino otra,
resolviendo el conflicto de intereses de manera contraria a los valores y fines del
derecho y, particularmente, lesionando el valor de justicia.

6. Que, en los contratos con prestaciones recíprocas, las partes pueden acordar las
circunstancias que permitirán resolver, antes del término pactado, la relación
obligacional que han creado. Este acuerdo debe constar en cláusula expresa, de tal
forma que la parte que pretenda hacerla valer a su favor pueda invocar la causa o
circunstancia pactada y dar por finiquitada la relación obligacional. Nuestra
legislación ha recogido y regulado esta potestad en el artículo mil cuatrocientos
treinta del Código Civil, señalando lo siguiente: “Puede convenirse expresamente
que el contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple determinada
prestación a su cargo, establecida con toda precisión. La resolución se produce de
pleno derecho cuando la parte interesada comunica a la otra que quiere valerse de
la cláusula resolutoria.”.

7. Que, como se puede advertir, para que la cláusula resolutoria - que en la doctrina
se ha dado a llamar también pacto comisorio- produzca sus efectos, se requiere de
la concurrencia copulativa de dos presupuestos: i.‐ que una de las partes no haya
cumplido la prestación a su cargo, y ii.‐ que la otra parte comunique su intención
de querer valerse de la cláusula resolutoria. Es necesario recalcar que la sola
existencia de la cláusula resolutoria, y el subsecuente incumplimiento de la
prestación a cargo de una de las partes (parte infiel), produce como consecuencia
inmediata la resolución del contrato, pero esta resolución es ineficaz, es decir, no
producirá sus efectos hasta que la otra parte (parte fiel) comunique que quiere hacer
valer la cláusula resolutoria, lo cual da lugar a que la resolución sea de pleno
derecho, es decir, que se dé sin necesidad de declaración judicial; así lo entiende
Manuel de la Puente y Lavalle cuando al comentar este artículo, nos indica: “…la
resolución se produce como consecuencia del incumplimiento previsto en el pacto

61
comisorio, pero es ineficaz, o sea nadie puede valerse de ella, hasta que la parte
fiel, mediante su declaración en ese sentido, le concede su efecto resolutorio, el
cual actúa de pleno derecho. La declaración de la parte fiel no es, pues, constitutiva
de la resolución, sino un requisito (conditio juris) para su eficacia.” (El Contrato
en general; Tomo Segundo. Segunda edición actualizada, Lima, Palestra Editores,
Dos mil uno; página cuatrocientos cuarenta y tres). De otro lado, sobre la
formalidad que debe revestir la declaración de la parte fiel de querer hacer valer a
su favor la cláusula resolutoria, el citado jurista sostiene que la norma material
comentada, al no establecer ningún tipo de formalidad, da lugar a que se entienda
que la comunicación a la parte infiel pueda hacerse valer por cualesquiera de las
maneras previstas en el artículo ciento cuarenta y uno del Código Civil, esto es, en
forma expresa o tácita, “…siempre que de la comunicación se infiera
indubitablemente la voluntad de la parte fiel. (…) Este debe ser, en consecuencia,
el contenido mínimo de la declaración: poner en conocimiento de la parte infiel
que la parte fiel pretende que el contrato quede resuelto por haberse producido el
incumplimiento previsto en el pacto comisorio.” (Ob. Cit. Página cuatrocientos
cincuenta y dos).

8. Que, en el caso de autos, las instancias de mérito coinciden en establecer con


meridiana claridad que la presente demanda es una de desalojo por resolución del
contrato de comodato por causal de cambio de colocación del comodatario.
Coinciden también en indicar que en el contrato de comodato, suscrito por la
Fuerza Aérea del Perú con los esposos Tello‐Peña el veinticinco de enero del año
mil novecientos noventa y nueve, contiene una cláusula resolutoria expresa,
específicamente la cláusula sétima que, entre otros, estipula que el contrato de
comodato quedará automáticamente resuelto si el comodatario incurre en las
causales previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres en vigencia, y que
tal causal no sería otra que la prevista en el inciso sexto numeral h) del punto seis
“Normas y Procedimientos” de la indicada Ordenanza, que obra a fojas siete y
siguientes, razón por la cual se concluye que para establecer si se ha dado o no la
resolución de pleno derecho que autorice el desalojo (sin necesidad previa de la
declaración judicial de resolución del contrato), resulta de aplicación al presente
caso lo dispuesto en el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, por ser
la norma pertinente para dilucidar la litis, sobre las base de las conclusiones
fácticas arribadas por las instancias de mérito. En tal sentido, cabe establecer si se
ha dado lugar a la resolución de pleno derecho que autorice el desalojo de los
comodatarios.

62
9. Que, en primer lugar, como se tiene dicho, son dos los requisitos que deben
concurrir para que se configure la resolución de pleno derecho del contrato
celebrado: que una de las partes haya incurrido en la causa o circunstancia de
incumplimiento previsto en la cláusula resolutoria, y que la otra parte le haya
comunicado su intención de acogerse al pacto comisorio celebrado. Respecto del
primer requisito, la entidad demandante sostiene que la resolución se ha dado en
mérito al cambio de colocación del Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama de
una Unidad de Lima a una Unidad de Provincia, y ello se corrobora con el mérito
de la Resolución de la Comandancia General de la Fuerza Aérea número cero cero
treinta y nueve ‐ CGFA de fecha nueve de enero del año dos mil uno, mediante la
cual se nombra al Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama, a partir del primero
de enero del citado año, para que sirva en el Grupo Aéreo número Cuatro -
Arequipa, por lo que es a partir de ese momento que se ha configurado la causal
de resolución de contrato, pero dicha causal es ineficaz, mientras la otra parte no
manifieste su intención de hacerla valer. Por ello, entrando al análisis del segundo
requisito, se advierte que la entidad demandante ha acompañado a su demanda: a.‐
A fojas cuatro, el Memorándum del trece de agosto del año dos mil dos dirigido al
Capitán FAP demandado en el que, atendiendo a su pedido expreso, la Institución
le otorga como “caso especial” la ampliación de permanencia en la vivienda de
servicio que ocupa hasta el quince de diciembre del año dos mil dos, en razón a
que el citado Oficial se encontraba siguiendo un curso de Defensa Aérea en la
ciudad de Lima, luego de lo cual debía entregarla bajo responsabilidad, por
habérsele ya requerido dicha entrega mediante Memorándum de fecha veintiuno
de marzo del año dos mil dos. Este documento, por sí sólo acredita tres cosas:
primero, que el comodatario fue requerido en el mes de marzo del años dos mil
dos con la finalidad de que desocupara el inmueble sub litis; segundo, que no
obstante tener conocimiento de ello, el comodatario solicitó una prórroga para la
ocupación del inmueble (que se traduciría en una prórroga de los efectos de la
resolución) hasta que finalice el curso que llevaba en la ciudad de Lima, lo que no
variaba su estatus de ser un Oficial ya destacado en provincia; y tercero, la
aceptación formal de desocupar el inmueble sub litis en el plazo concedido; b.‐ A
fojas cinco, el Memorándum del once de setiembre del año dos mil tres,
nuevamente dirigido al Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama, en el que la
entidad demandante transcribe expresamente la causal prevista en la Ordenanza
FAP ciento cincuenta ‐ tres, en el sentido de que el personal superior y subalterno,
al ser cambiado de colocación de Lima a Provincia o viceversa, deberá devolver el
inmueble que le fue asignado, y dado que el Oficial fue nombrado para el Grupo

63
Aéreo número Cuatro “…se encuentra incurso en lo dispuesto en el párrafo
anterior, por lo que se dispone que en el plazo de siete días contados a partir de la
recepción del presente documento, devuelva el inmueble que tiene asignado… “.
Este documento es significativo, pues pone de manifiesto de manera certera e
indubitable el deseo y la voluntad de la entidad demandante, de hacer valer la
cláusula resolutoria pactada por haber incurrido en una de las causales previstas en
la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres, que consiste en el cambio de colocación
de una Unidad de Lima a una Unidad de Provincia, por lo que es a partir de esta
comunicación que el contrato se ha resuelto de pleno derecho, dando lugar a que
la entidad actora pueda solicitar el desalojo sin necesidad de declaración judicial
previa sobre dicha resolución.

10. Que, en tal sentido, si bien es cierto que como refiere la parte recurrente en su
recurso de casación, la Resolución de la Comandancia General de la Fuerza Aérea
número cero cero treinta y nueve ‐ CGFA de fecha nueve de enero del año dos mil
uno, no es una comunicación que tenga por finalidad resolver el contrato de
comodato, existen otros documentos que acreditan que la entidad comodante
expresó su voluntad indubitable de querer valerse de la cláusula resolutoria, como
son los Memorándums de fojas cuatro y cinco, razón por la cual los comodatarios
se encuentran en la obligación de desalojar el inmueble.

11. Que, el argumento del Juez de la causa en el sentido de que, por el sólo hecho
de que el Capitán FAP demandado se encuentre laborando actualmente en la
ciudad de Lima, no daría lugar a que se configure la causal de cambio de
colocación invocada para la resolución del contrato, no resulta atendible, pues
existiendo la cláusula resolutoria expresa que establecía que la configuración de
dicha causal establecida en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres daba lugar a
la resolución automática del contrato, tal resolución en efecto se dio al producirse
el cambio de colocación del citado Oficial en el año dos mil uno, pero no surtió
sus efectos hasta que no se comunicó al comodatario el deseo de la entidad
comodante de hacer valer dicha cláusula resolutoria a su favor, lo que ocurrió en
el mes de setiembre del año dos mil tres, produciéndose la resolución del contrato
a partir de ese momento. El documento signado como “Confidencial número
cuatro - treinta y cinco - JPPS - número mil quinientos sesenta y nueve” del
veintiocho de marzo del año dos mil cinco, obrante a fojas ciento cuarenta, que
cita el A quo para desestimar la demanda, carece de idoneidad para establecer si
antes de producirse la resolución de pleno derecho del contrato el Capitán FAP

64
demandado se encontraba laborando en la ciudad de Lima, pues en dicha
comunicación la Comandancia de Personal se limita a referir en dos líneas “…se
hace de conocimiento que el mencionado Oficial labora en el Grupo de Defensa
Aérea situado en la Base Aérea Las Palmas, Santiago de Surco.”, pero no precisa
hasta qué fecha prestó servicios en la ciudad de Arequipa ni desde qué fecha fue
destacado nuevamente a Lima, más aún si como se tiene del documento titulado
“Compromiso de Honor” de fojas seis, suscrito por el citado Oficial con fecha trece
de noviembre del año dos mil tres (cuando ya se había configurado la resolución
de pleno derecho del contrato de comodato), éste se comprometía (una vez más) a
devolver el inmueble a más tardar el veinte de diciembre del año dos mil tres, lo
que nunca hizo y cuya conducta motiva en la entidad actora la interposición de la
presente demanda.

12. Que, por lo demás, lo alegado por la codemandada Carmen Elizabeth Peña
Crisóstomo, en el sentido de que existiría una medida cautelar dictada dentro del
proceso de alimentos que sigue contra su cónyuge en la que se habría dispuesto
que la Fuerza Aérea del Perú se abstenga de realizar actos que afecten la ocupación
del inmueble, se advierte que en realidad dicha orden judicial -que obra copiada a
fojas cuarenta- contiene un mandato para que el Oficial demandado se abstenga de
realizar actos ante la Fuerza Aérea del Perú tendientes a entregar o restituir la
posesión del inmueble, a lo que debe agregarse que dicha Institución no ha sido
parte del citado proceso de alimentos, y en el mismo tampoco se encontraba en
discusión el derecho de posesión sobre el inmueble sub litis, por lo que de modo
alguno dicha medida cautelar impide o limita a la Fuerza Aérea del Perú a
demandar el desalojo por la causal de resolución del contrato de comodato, más
aún si no se acredita con documento alguno haberse suscrito un nuevo contrato
respecto del mismo inmueble.

13. Que, siendo así, y en aplicación de los dispuesto en el segundo párrafo del
artículo trescientos noventa y siete del Código Procesal Civil, esta Sala no casará
la sentencia por el sólo hecho de estar erróneamente motivada, si su parte
resolutiva se ajusta a derecho, sin embargo, debe hacer la correspondiente
rectificación; y en tal sentido, aun cuando este Supremo Tribunal estima que la
sentencia de vista se encuentra erróneamente motivada, por no haber aplicado la
norma de derecho material contenida en el artículo mil cuatrocientos treinta del
Código Civil, para efectos de establecer cuáles son los actos que deben
considerarse para configurar válidamente la resolución de un contrato con pacto

65
comisorio, sin embargo, teniendo en cuenta que la corrección en la motivación no
va a influir en el sentido de lo resuelto, pues aunque la Resolución de la
Comandancia General de la Fuerza Aérea número cero cero treinta y nueve ‐CGFA
de fecha nueve de enero del año dos mil uno no resolvió formalmente el contrato
de comodato, sino que lo hizo el Memorándum del once de setiembre del año dos
mil tres, igualmente la demanda deviene en fundada, tal como se consigna en la
parte resolutiva de la sentencia de vista, por lo que la rectificación de su motivación
se debe tener por cumplida,

IV. DECISIÓN

Conforme a los fundamentos expuestos en los considerandos sexto a décimo


segundo de la presente resolución; RESOLUCION: declararon INFUNDADO el
recurso de casación interpuesto por Carmen Elizabeth Peña Crisóstomo mediante
escrito de fojas doscientos sesenta y ocho; en consecuencia, NO CASARON la
sentencia de vista de fojas doscientos cuarenta y ocho, su fecha cinco de julio del
año dos mil siete; EXONERARON a la parte recurrente del pago de la multa, así
como de las costas y costos derivados de la tramitación del presente recurso, por
habérsele otorgado el beneficio de auxilio judicial; DISPUSIERON se publique la
presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”; en los seguidos por la Fuerza
Aérea del Perú contra Julio Enrique Tello de Lama y Otra; sobre Desalojo; y los
devolvieron; interviniendo como Vocal Ponente el señor Ticona Postigo.

S.S. TICONA POSTIGO, SOLÍS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA,


CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

66
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
LA SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 1280-2001 PUNO

Lima, 14 de setiembre de 2001

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Ricardo Ramos Lucano,
mediante escrito de fojas 100, contra la sentencia de vista emitida por la Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Puno, de fojas 88, de fecha 23 de marzo de
2001, que confirmó la apelada que declaró fundada la demanda de desalojo por
ocupación precaria.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que concedido el Recurso de Casación a fojas 108, fue declarado procedente por
resolución del 28 de junio de 2001, por la causal contemplada en el inciso 1 del
artículo 386 del Código Procesal Civil, sustentada en la interpretación errónea del
artículo 1429 del Código Civil y que la interpretación correcta de dicho dispositivo
es que la demandante para cursar la carta notarial debió tener derecho para resolver
el contrato de arrendamiento, es decir haber sido perjudicado y no el que ha venido
perjudicando en forma permanente al recurrente y la carta notarial ha incurrido en
ciertos vicios y que atendiendo a la naturaleza de la demanda de desalojo por
ocupante precario, es decir que el título haya fenecido, se debió tener presente la
real y verdadera pérdida de este título.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, las sentencias de mérito han establecido que la demandante le cursó carta
notarial el 2 de agosto de 1999, requiriéndole para que cumpla con algunas
estipulaciones del contrato de arrendamiento y que vencido 15 días del
emplazamiento no cumplió con dichos requerimientos, por lo que operó de pleno

67
derecho la resolución del contrato de arrendamiento, en aplicación del artículo
1429 del Código Civil.

2. Que, más aún, también dichas sentencias han determinado que la restitución de
diversos montos como de relación y mejoras no pueden ser ventilados en este
proceso.

3. Que, todo esto determina que con la prueba actuada las sentencias de mérito han
considerado que la demandante tenía derecho para resolver el contrato.

4. Que, ante la certificación del notario de la entrega de la carta, el recurrente no


puede sostener no haber recibido dicha comunicación.

5. Que, por ello, la interpretación que se ha dado en la sentencia de mérito al


artículo 1429 del Código Civil es la correcta, por el incumplimiento del
demandado en las estipulaciones del contrato de arrendamiento.

6. Que, habiendo fenecido el contrato de locación el recurrente tiene la condición


de ocupante precario de acuerdo con el artículo 911 del Código Civil.

IV. DECISIÓN

Que, por las razones expuestas y no presentándose la causal contemplada en el


inciso 1 del artículo 386 del Código Procesal Civil, y aplicando el artículo 398 del
Código Adjetivo, declararon INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto
por don Ricardo Ramos Lucano a fojas 10, NO CASAR la sentencia de vista de
fojas 88 del 23 de marzo de 2001; CONDENARON al recurrente al pago de la
multa de 02 URP, encontrándose exonerado del pago de las costas y costos del
recurso, por gozar de auxilio judicial; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por Maritza Agripina
Cuevas Pérez con Ricardo Ramos Lucano, sobre desalojo por ocupante precario y
otro; y los devolvieron.

S.S. ECHEVARRÍA, LAZARTE, ZUBIATE, QUINTANILLA, VÁSQUEZ.

68
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 3669-2002 LIMA

Lima, 9 de julio del 2004.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Es materia del presente recurso la sentencia de vista de fojas cuatrocientos


cuarentitrés, su fecha veinte de agosto del dos mil dos, expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que revocando la sentencia
apelada de fojas cuatrocientos trece, su fecha once de abril del mismo año, la
reforma y declara improcedente la demanda interpuesta por Inmobiliaria e
Inversiones San Agustín Sociedad Anónima sobre desalojo por ocupación
precaria.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Mediante resolución del treinta de junio del dos mil tres, obrante en el cuaderno
de casación, se ha declarado procedente el recurso interpuesto por Inmobiliaria e
Inversiones San Agustín Sociedad Anónima por las causales previstas en los
incisos 1 y 2 del artículo 386 del Código Procesal Civil relativas a la interpretación
errónea e inaplicación de normas de derecho material, precisando: a) Que la Sala
de mérito ha interpretado de manera errada el artículo 1372 del Código Civil,
sosteniendo que no se ha reconocido que se ha pactado libremente la resolución
del contrato exigiéndose un pronunciamiento judicial para la resolución del
mismo, negándose lo acordado en la cláusula octava del contrato celebrado entre
las partes con fecha doce de noviembre de mil novecientos noventitrés; b) Que se
ha inaplicado el artículo 1430 del Código Civil, norma que establece que puede
convenirse expresamente que el contrato se resuelva cuando una de las partes no
cumple determinada prestación a su cargo, establecida con toda precisión,
produciéndose la resolución de pleno derecho cuando la parte interesada comunica
a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria.

69
III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que como se desprende de autos, la entidad recurrente interpuso demanda de


desalojo por ocupación precaria dirigiendo su pretensión contra José Juan Salas
Barros y Yasmina Beatriz Riega Viru precisando que al haberse resuelto el
contrato denominado “alquiler-venta”, corriente a fojas nueve, por haberse
ejercitado la facultad contenida en la cláusula octava del mencionado acuerdo
mediante la carta de fojas siete, los emplazados ocupan el inmueble materia de litis
precariamente razón por la cual solicita la restitución.

2. Que los emplazados al absolver el traslado de la demanda, negaron los extremos


de la acción incoada argumentando que el contrato indicado no puede ser resuelto
por cuanto no existe causal de resolución al haber pagado más del cincuenta por
ciento del precio pactado y en todo caso, el saldo correspondía efectuarlo a los
liltisconsortes extrometidos, toda vez que éstos se sustituyen en la posición que
ocupaban en el acuerdo contractual, habiendo cedido sus derechos con
conocimiento del vendedor y su tácito asentimiento conforme se aprecia del
documento de fojas doscientos veinticuatro.

3. Que, habiéndose llevado a cabo la audiencia única conforme al acta de fojas


trescientos ochentiséis, el A quo mediante resolución de folios cuatrocientos trece
amparó la pretensión demandada esgrimiendo como fundamentos de su decisión,
entre otros, que la actora se encontraba facultada para resolver el contrato de
alquiler-venta por la falta de pago de la merced conductiva tanto en aplicación de
la cláusula octava como del artículo 1697 inciso 1 del Código Civil, pues al
momento de interponerse la presente demanda los emplazados habían dejado de
pagar dieciocho cuotas y al tiempo de la resolución contractual adeudaban catorce
cuotas, en tal sentido, desde la fecha en que los demandados recibieron la carta de
fojas siete con que se les informó que el acuerdo contractual estaba resuelto,
ocuparon en forma precaria el inmueble sub-litis.

4. Que, la Sala de vista al absolver el grado revocó la apelada y reformándola


declaró improcedente la demanda arribando a la conclusión que existiendo
discrepancia entre las partes respecto a la resolución del aludido contrato, tal
situación importa un debate sobre la resolución contractual lo que no puede hacerse
en un proceso de esta naturaleza sino, en vía y acción de declaración judicial de

70
resolución contractual conforme a lo previsto en el artículo 1372 del Código Civil
en el cual ambas partes puedan ejercer su derecho de defensa.

5. Que a tenor de lo dispuesto en el artículo 911 del Código Civil, ocupante


precario es aquel que posee un bien sin tener título que justifique su posesión o
cuando el que tenía ha fenecido, correspondiendo a la demandante acreditar en el
proceso su titularidad sobre el bien, así como la ocupación del demandado, quien
por su parte deberá acreditar la existencia de un título que justifique su posesión,
como resulta de la concordancia con el artículo 196 del Código Procesal Civil,
acotándose que el concepto de precariedad no se determina únicamente por la falta
o fenecimiento de un título sino que para ser considerado como tal debe darse la
ausencia absoluta de cualquier circunstancia que justifique el uso y disfrute del
bien.

6. Que en ese orden, analizando el agravio identificado como cargo a) debe


precisarse que el artículo 1372 del Código Civil prescribe, entre otros, que la
resolución puede ser invocada judicial o extrajudicialmente retrotrayéndose en
ambos casos los efectos de la sentencia al momento en que se produce la causal
que la motiva estando en obligación las partes de restituirse las prestaciones en el
estado en que se encontraban al producirse la resolución, en tal sentido, la facultad
de solicitar la resolución del contrato por incumplimiento de las obligaciones
mutuas, asiste por igual a cualquiera de las partes que suscribe el acuerdo,
consecuentemente, corresponde a cada una de ellas acreditar dentro del proceso
judicial el cumplimiento o incumplimiento de sus obligaciones.

7. Que en el caso de autos, conforme han dejado expresa constancia los


magistrados de mérito el debate respecto a la resolución contractual no puede
ventilarse en la presente vía puesto que si bien es cierto la actora hizo uso de la
cláusula resolutoria conforme a lo acordado en el mencionado contrato,
resolviéndolo de pleno derecho, también lo es, que los demandados a lo largo del
proceso han discutido el ejercicio del derecho de la demandante para resolver el
contrato de alquiler-venta argumentando haber pagado más del cincuenta por
ciento del precio de venta, razón por la cual no puede considerárseles precarios
toda vez que la discusión sobre los requerimientos para que opere la cláusula
resolutoria, esto es, el cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones nacidas
del contrato no debe ser dilucidada en vía sumarísima, por exceder los límites de

71
la pretensión de desalojo por ocupación precaria, por lo que este extremo de la
casación deviene en infundado.

8. Que de otro lado, correspondiendo el análisis del agravio que se refiere a la


inaplicación del artículo 1430 del Código Civil referido a la condición expresa para
la resolución contractual es del caso indicar que la denuncia de inaplicación de una
norma de derecho material debe referirse a los hechos como han sido fijados en la
sentencia de vista y no conforme a los que la recurrente estime acreditados, por no
actuar esta Corte como una instancia de mérito, pretendiéndose la modificación de
la conclusiones fácticas del fallo impugnado las que no corresponden ser
modificadas por este Tribunal que sólo conoce cuestiones de iure, más aún si la
Sala Superior emitió un pronunciamiento inhibitorio sin entrar al análisis del fondo
de la pretensión, por consiguiente deviene también en infundado este extremo del
recurso.

IV. DECISIÓN

Estando a las consideraciones expuestas, resulta de aplicación la disposición


prevista en el artículo 397 del Código Procesal Civil: a) Declararon INFUNDADO
el recurso de casación de fojas cuatrocientos cincuenticuatro, interpuesto por
Inmobiliaria e Inversiones San Agustín Sociedad Anónima; en consecuencia, NO
CASAR la sentencia de vista de fojas cuatrocientos cuarentitrés, su fecha veinte
de agosto del dos mil dos. b) CONDENARON a la entidad recurrente a la multa
de una Unidad de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso. C) DISPUSIERON la publicación de
esta resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos con don José Juan Salas Barros y otros, sobre desalojo por ocupación
precaria; y los devolvieron.

S.S. ALFARO ÁLVAREZ, CARRIÓN LUGO, AGUAYO DEL ROSARIO,


PACHAS ÁVALOS, BALCÁZAR ZELADA.

72
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 422-2007 AREQUIPA

Lima, 21 de agosto del 2007.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO


Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas doscientos veintiuno por Felipe
Paja Tintaya contra la sentencia de vista de fojas doscientos catorce, del diez de
noviembre del año dos mil seis, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Arequipa, que, confirmando la sentencia apelada de fojas
setentiuno, del primero de junio del año dos mil cuatro, declara fundada la
demanda interpuesta por Emilio Portugal Calderón contra Felipe Paja Tintaya,
sobre resolución de contrato.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha cinco de junio del año dos mil
siete, obrante a fojas veinticinco del cuadernillo formado por esta Suprema Sala,
ha declarado procedente el recurso de casación por la causal contenida en el inciso
tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, relativa a la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, bajo
la alegación que la sentencia de primera instancia, confirmada por la de vista,
contiene un fallo extra petita en infracción al principio de congruencia procesal,
desde que en el petitorio de la demanda de fojas cuarentidós ni en los hechos que
lo fundamentan, se ha solicitado ni ha sido materia de los puntos controvertidos
que el demandado restituya al actor el valor del inmueble litigioso ascendente a la
suma de cuatro mil setecientos cincuenta dólares americanos; por lo que dicha
violación del principio de congruencia se manifiesta también cuando la Sala
Superior integra la apelada disponiendo una compensación nunca reclamada por
el actor y en claro desmedro del patrimonio del demandado.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

73
1. La doctrina ha conceptuado el debido proceso como un derecho humano o
fundamental que asiste a toda persona por el solo hecho de serlo, y que le faculta
a exigir al Estado un juzgamiento imparcial y justo ante un Juez responsable,
competente e independiente, toda vez que el Estado no solamente está en el deber
de proveer la prestación jurisdiccional a las partes o terceros legitimados, sino a
proveerla con determinadas garantías mínimas que le aseguren tal juzgamiento
imparcial y justo, en tanto que el debido proceso sustantivo no solo exige que la
resolución sea razonable, sino esencialmente justa.

2. Examinados los argumentos expuestos por el recurrente en su recurso de


casación se desprende que la causal denunciada se fundamenta en la supuesta
transgresión del principio de congruencia procesal, recogido en los artículos VII
del Título Preliminar y ciento veintidós, inciso cuarto del Código Procesal Civil,
según el cual el Juez no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en
hechos diversos de los que han sido alegados por las partes.

3. Cuando exista discordancia entre el pronunciamiento judicial y el contenido de


las peticiones de las partes efectuadas oportunamente en el pleito se produce el
vacío de incongruencia. Ello puede ocurrir por exceso (ultra petita), por defecto
(cifra o infra petita) o por exceso y por defecto (extra patita) en la respuesta de la
jurisdicción. Por exceso, concediendo más de lo pedido. Por defecto, omitiendo
injustificadamente pronunciarse sobre alguna de las cuestiones decisivas del
debate. Por exceso y por defecto, saliendo del tema litigioso para, de ese modo,
otorgar o denegar lo que nadie le ha pedido y, al propio tiempo, no responder a lo
que se le ha pedido.

4. Respecto al tema, esta Sala Suprema ha señalado –en reiterada jurisprudencia–


que, en virtud del principio de congruencia procesal, el Juez debe dictar sus
resoluciones de acuerdo con el sentido y alcances de las peticiones formuladas por
las partes.

5. En tal sentido, se desprende del petitorio (petitum) de la demanda de fojas


cuarentidós que el accionante, Emilio Portugal Calderón, pretende la resolución
del contrato de compraventa celebrado el catorce de octubre de mil novecientos
noventidós, en virtud del cual transfiere a favor del demandado, Felipe Paja
Tintaya, el inmueble sito en el lote número tres, manzana N, la Punta, Bombón
(hoy identificado como avenida Arequipa s/n, Urbanización Villa Esperanza), y

74
además, se le restituya la posesión y propiedad del referido inmueble; sin embargo,
el Juez, mediante sentencia de fojas setentiuno, declara fundada la demanda, en
consecuencia, resuelve el contrato sub materia y ordena que el demandado
restituya el valor del inmueble ascendente a cuatro mil setecientos cincuenta
dólares americanos en ejecución de sentencia, al existir la imposibilidad jurídica
para la entrega del mismo, por haberse otorgado mediante prescripción adquisitiva
administrativa la propiedad del inmueble a favor del demandado, aplicando el
numeral mil trescientos setentidós del Código Civil; igualmente, la Sala Superior,
expide la resolución objeto del presente recurso, confirmando la apelada, e
integrándola señala que el monto de los mil dólares declarados recibidos por el
actor corresponde a la compensación por el uso del bien objeto del contrato a la
que el demandante tiene derecho.

6. En tal orden de ideas, es del caso señalar que tal como se desprende del petitorio
de la demanda, el actor solo solicitó dos pretensiones: a) la resolución del contrato;
y, b) la restitución del inmueble objeto de dicho contrato; sin embargo, la Sala
Superior en forma indebida ha contravenido las reglas que garantizan el debido
proceso al pronunciarse más allá de lo pedido por las partes, esto es, ha expedido
un fallo ultra petita, toda vez que además de ordenar a la parte demandada la
restitución del valor del inmueble en la suma de cuatro mil setecientos cincuenta
dólares americanos, integra la apelada señalando que el monto de mil dólares
americanos, declarados recibidos por el actor corresponde a la compensación por
el uso del bien objeto del contrato a la que, según afirma, el demandante tendría
derecho; no obstante, conforme se ha anotado, no existe, concordancia entre tal
pronunciamiento y lo pretendido por las partes; por lo que la sentencia de vista
incurre en infracción del principio procesal anotado.

7. Consecuentemente, el presente medio impugnatorio merece ser amparado por


haberse infringido por parte de la Sala Superior lo dispuesto en los numerales VII
del Título Preliminar y ciento veintidós, inciso cuarto, del Código Procesal Civil.

IV. DECISIÓN

Por las razones anotadas y en aplicación de lo dispuesto en el acápite dos punto


uno del inciso segundo del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal
Civil; declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas
doscientos veintiuno por Felipe Paja Tintaya; en consecuencia, NULA la sentencia

75
de vista de fojas doscientos catorce, su fecha diez de noviembre del año dos mil
seis; ORDENARON que la Sala Superior expida nueva resolución con arreglo a
lo expuesto en la presente resolución; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Emilio Portugal Calderón contra Felipe Paja Tintaya, sobre
resolución de contrato; y se devuelvan; Vocal Ponente señor Castañeda Serrano.

S.S. TICONA POSTIGO, SOLÍS ESPINOZA, CASTAÑEDA SERRANO,


VALERIANO BAQUEDANO.

76
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL CASACIÓN
CAS. N.º 1867-98 LAMBAYEQUE

Lima, 7 de mayo de 1999.

LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se Trata del Recurso de Casación interpuesto por don Luis Felipe Gómez Paredes
en representación de Eugenia Vallejo Carrillo Vda. de Silva Salgado, contra la
sentencia de vista de fojas 150, su fecha 19 de junio de 1998, que revocando la
sentencia apelada de fojas 116, fechada el 26 de enero de 1998, declara infundada
la demanda con lo demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La Sala mediante ejecutoria de fecha 4 de setiembre de 1998 ha estimado


procedente el recurso por las causales relativas a la interpretación errónea del
artículos 1371 y 1372 del Código Civil, basado en que el colegiado estima que la
resolución de un contrato de compraventa sólo puede efectuarse por la vía judicial,
interpretación que no se sustenta en la ley así como por la inaplicación de los
artículo 1356, 1361 y 1362 del mismo Código.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, atendiendo a la orden de admisión de las causales que son materia de


análisis corresponde examinar el cargo referido a la interpretación errónea del
artículo 1371 y 1372 del Código Civil, para seguir con las causales sobre
inaplicación de las normas invocadas.

2. Que, la denuncia se circunscribe en precisar que la recurrida interpreta


erróneamente los alcances de los artículo 1371 y 1372 del citado Código que regula
la figura de la resolución como una de las formas de dejar sin efecto los actos
jurídicos imperfectos, al señalar que la resolución de un contrato sólo puede ser

77
declarada judicialmente, mientras tanto conserva su eficacia y valor vinculante lo
cual es un error de apreciación por cuanto la citada figura también puede operar
por voluntad de las partes, mediante cláusulas resolutorias ante el incumplimiento
de una de las partes de la prestación debida.

3. Que, conforme a la definición legal del artículo 1371 del Código material, la
resolución deja sin efecto un contrato valido por causal sobreviniente a su
celebración; es este sentido señala Max Arias Schreiber Pezet, que la resolución
presupone un acto por el cual el contrato queda sin efecto debido a la concurrencia
de circunstancias sobrevinientes; la relación contractual nace químicamente pura
y sólo después que se presentan acontecimientos que determinan la pérdida de su
eficacia (Exégesis, tomo 1, página 120).

4. Qué asimismo, de acuerdo al artículo 1372 del código acotado, modificado por
la primera disposición modificatoria del decreto legislativo Nº 768, la resolución
puede ser invocada judicial o extrajudicialmente, en ambos casos los efectos de la
sentencia se retrotraen en el momento que se produce la causal que lo motiva, salvo
pacto en contrario; pues bien, de la citada norma, se extrae la idea inequívoca y
expresa que la resolución no requiere indispensablemente de una resolución
judicial, pues cabe el caso de que las partes puedan pactar cláusulas resolutorias
que dejen sin efecto un contrato ante un eventual incumplimiento de la resolución
o cuando se trata de prestaciones recíprocas y una parte sea perjudicada con el
incumplimiento de la otra puede requerirla mediante carta notarial para que
satisfaga la prestación bajo apercibimiento de resolverse el contrato, tal como lo
prevé el artículo 1429 de Código Sustantivo.

5. Que por consiguiente, la recurrida interpreta erróneamente las normas sub


examine al restringir los alcances de la resolución; no obstante ello debe anotarse
que la pretensión materia de autos es sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
cuyo objeto es dejar sin efecto una resolución que revestida de cosa juzgada se
estima que ha sido expedida con fraude procesal, entendida ésta “como toda
conducta, activa o omisiva, unilateral o (Juez) concentrada (colegiado),
proveniente de las partes de terceros, del Juez o de sus auxiliares, que produce el
apartamiento dañoso de una etapa del proceso o del proceso todo de los fines
asignados por el ordenamiento jurídico; desviación que, por cualquier
circunstancia y sin que medie culpa del afectado, no puede ser subsanada mediante

78
los remedios legales que establece la ley para preservar la validez del proceso”
(Jorge Peyrano - El Proceso Civil, página 181).

6. Que asimismo, conforme a lo previsto en el artículo 178 del Código Procesal


Civil, así como del aporte de la doctrina procesal, la nulidad de la cosa juzgada
fraudulenta tiene como característica principal la de ser residual, lo que implica
que no puede ser usada si existen mecanismos internos y ordinarios en el proceso
que puedan subsanar el vicio incurrido a raíz de la comisión del fraude procesal;
así como la de ser extraordinario, por cuanto su finalidad es cuestionar la autoridad
de cosa juzgada de la resolución que ha sido obtenida en base al fraude procesal
(ya sea con dolo o colusión) afectando el derecho del justiciable o a un debido
proceso, pero en ningún modo significa el reexamen de la prueba como si se tratara
de una instancia más para discutir el fondo de la litis.

7. Que por consiguiente, concluir si el contrato de compraventa celebrado entre las


partes ha quedado resuelto y el demandado mantiene su condición de arrendatario,
no es un juicio que corresponda hacerse en esta sede, pues ello involucraría hacer
un reexamen de los alcances del citado contrato; del mismo modo, si el contrato
de arrendamiento es preeminente al de compraventa, por haber quedado este
resuelto, tampoco es materia de examen de la presente litis, sino la de verificar si
en proceso de desalojo, la sentencia que se reputa fraudulenta, ha sido expedida
con fraude procesal (dolo o colusión) o infringiendo el debido proceso.

8. Que, si bien la sentencia apelada, expedida en el presente proceso, concluye que


la incorrecta valoración de la prueba infringe el debido proceso, resulta que la
pretensión de autos no se sustenta en la valoración arbitraria de la prueba sino en
el dolo y en la colusión de la Juez del proceso de desalojo con el demandado, a que
se expida una sentencia que consideraba como copropietario a este último, sin
embargo, dichas alegaciones contenidas en la pretensión no han sido examinadas
por la sentencia apelada, de ahí que dicha sentencia propiamente se dedica a
examinar la prueba como si la pretensión multificante de la cosa juzgada se tratara
de una instancia más.

9. Que por tales consideraciones las normas contenidas en los artículos 1356, 1361
y 1362 del Código Civil no son aplicables al caso de autos.

IV. DECISIÓN

79
Que estando a las conclusiones que preceden declararon: INFUNDADO el recurso
de casación por don Luis Felipe Gómez Paredes en representación de Doña
Eugenia Vallejo Carrillo Vda. de Silva Salgado; en consecuencia, NO CASAR la
resolución de fojas 150 su fecha 19 de junio de 1998, expedida por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Chiclayo; en los seguidos con Angel
Marino Cruzado Díaz sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta
CONDENARON a la recurrente al pago de la multa de 2 URP, asi como al pago
de las costas y costos originados en la tramitación del recurso; DISPUSIERON se
publique la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; y los devolvieron.

80
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 5566-2007 LIMA

Lima, 26 de noviembre del año 2008.

SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


DE LA REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO


Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandado Enrique Manuel
Rodríguez Salazar, mediante escrito de fojas ochocientos cincuenta y dos, contra
la sentencia de vista emitida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima de fojas ochocientos treinta y dos, su fecha veintiséis de enero del año dos
mil siete, que confirmó la sentencia apelada de fojas setecientos siete, en el
extremo que resuelve declarar fundada en parte la demanda; y asimismo, confirmó
la resolución número treinta y seis obrante a fojas cuatrocientos cuarenta y ocho,
que resuelve tener por cedidos los derechos y acciones que le corresponden a la
Mutual de Vivienda Santa Rosa en Liquidación en este proceso, a favor del Banco
Hipotecario en Liquidación.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, el recurso de casación fue declarado procedente por resolución del veintiocho
de marzo del año dos mil ocho, por las causales previstas en los incisos segundo y
tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil, en virtud
de lo cual, la parte recurrente denuncia: a.- La inaplicación de los artículos mil
cuatrocientos veintiséis y mil cuatrocientos treinta y tres del Código Civil,
refiriendo que el incumplimiento parcial de la entidad demandante no consiste en
la falta de entrega de la posesión del inmueble transferido, ni en la falta de
perfeccionamiento de la venta materia de autos, como ha señalado la Sala Superior,
sino en que dicha entidad demandante se encuentra en la imposibilidad parcial de
cumplir con la prestación a que está obligada, ya que no tiene el poder jurídico
para disponer del bien que está obligada a transferir, correspondiendo aplicarse los
artículos mil cuatrocientos veintiséis y mil cuatrocientos treinta y tres del Código
Civil y no el artículo novecientos cuarenta y nueve del acotado Código; y, b.- La
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, por

81
cuanto la Sala Superior al emitir la resolución de fojas doscientos noventa y nueve,
confirmando la Resolución número dieciséis de fojas doscientos treinta y dos, que
declara improcedente la reconvención, ha vulnerado el numeral cinco del artículo
ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado, concordante con el
artículo cincuenta del Código Procesal Civil, que establece como garantía del
debido proceso la motivación de las resoluciones judiciales; avalando la
inconsistencia de criterio del a quo, ya que con la citada Resolución número
dieciséis ha declarado nula la admisión de la reconvención planteada por los
demandados Pablo Herodem Sotelo Vega y Juan Rodolfo Orozco Portilla, después
de haber concedido a dichos reconvinientes el plazo de tres días para que precisen
la propuesta acumulación objetiva de pretensiones, más aún cuando la mencionada
resolución dieciséis declara nula la resolución número cuatro que disponía el
traslado de la reconvención, y asimismo nulos todos los actos procesales
dependientes de la misma, sin precisar el extremo pertinente; y ello en rigor
significa también la anulación de tener por contestada la demanda, por apersonados
los recurrentes y por ofrecidos los medios probatorios; y, además existe
incongruencia en la resolución dieciséis, debido a que la motivación contenida en
ella, conlleva a la inadmisibilidad de la reconvención, sin embargo se declara su
improcedencia.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, en el caso de autos, por escrito de demanda que obra a fojas veintisiete, la
Mutual de Vivienda Santa Rosa en Liquidación representada por su presidente
Mario Valcárcel Aragón y su liquidador José Salta Gaviño, interpone demanda
contra Pablo Herodem Sotelo Vega, Juan Rodolfo Orozco Portilla y Enrique
Manuel Rodríguez Salazar para que estos le paguen la suma de quince mil
seiscientos cinco dólares americanos con veinte centavos por la venta de bienes
inmuebles a su favor, más los intereses generados; asimismo para que le paguen el
monto ascendente a quince mil dólares americanos por concepto de indemnización
por daños y perjuicios; precisando la entidad demandante que mediante Minuta de
Dación en Pago de fecha veintiséis de diciembre del año mil novecientos noventa
y cinco, transfirió bienes inmuebles, a favor de los demandados, asimismo les
transfirió una línea telefónica instalada, por el precio total de cincuenta y un mil
quinientos dólares americanos, habiendo cancelado estos la suma de treinta y cinco
mil novecientos ochenta y cuatro dólares americanos con ochenta centavos,
quedando un saldo pendiente de quince mil seiscientos cinco dólares americanos

82
con veinte centavos, que debían cancelar en un plazo no mayor de noventa días,
contado desde la fecha en que se suscribió el Contrato de Dación en Pago, esto es
el veintiséis de marzo del año mil novecientos noventa y seis; hecho que fue
incumplido por los referidos demandados, así como tampoco cumplieron con
inscribir en Registros Públicos la hipoteca por el saldo del bien inmueble vendido;
agregando la entidad demandante que la transferencia de propiedades realizada
mediante el Contrato de Dación en Pago, se realizó previo acuerdo y
consentimiento de las partes, toda vez que la parte demandante no contaba con
dinero en efectivo para el pago de beneficios sociales, remuneraciones devengadas,
compensación por tiempo de servicios y otros, a favor de sus ex trabajadores;
procediendo a transferirles bienes inmuebles para dar solución al pago de adeudos
laborales que le ordenaban diferentes Juzgados Laborales.

2. Que, los demandados Pablo Herodem Sotelo Vega y Juan Rodolfo Orozco
Portilla contestan la demanda negándola en todos sus extremos, señalando que se
vieron obligados a aceptar la dación en pago, para que sus beneficios sociales no
quedaran impagos; refiriendo asimismo que la entidad demandante ha incumplido
con el pago de los intereses legales de sus beneficios sociales, y que dicha parte
procesal no respetó la prelación para los pagos, pues primero les devolvió a los
ahorristas su dinero; tampoco efectuó la transferencia formal y definitiva de la
línea telefónica respectiva, previa regularización y/o pago de adeudos, y no les
entregó la azotea como se habla pactado en la dación en pago. Asimismo,
reconvienen solicitando el pago respectivo de los intereses legales
correspondientes a los beneficios sociales, la recomposición del porcentaje de
participación de acciones y derechos sobre los inmuebles materia de dación en
pago, la entrega por parte de la entidad demandante del quinto piso constituido por
la azotea, la transferencia formal y definitiva de la línea telefónica número cuatro
dos cinco ocho ocho dos uno e indemnización por daños y perjuicios por el monto
de quince mil dólares americanos.

3. Que, por Resolución número tres, se declaró inadmisible el escrito de


contestación de la demanda y reconvención de los demandados antes
mencionados, siendo subsanado a fojas ciento treinta y seis, por lo que mediante
la Resolución número cuatro de fojas ciento cuarenta y nueve, se tuvo por
contestada la demanda, disponiéndose el traslado de la reconvención; sin embargo,
por medio de la Resolución número dieciséis de fojas doscientos treinta y dos, se
declaró nula la citada resolución cuatro, así como todos los actos procesales

83
dependientes de la misma y reponiendo la causa conforme a su estado, se declaró
improcedente la reconvención; siendo los fundamentos de la Resolución número
dieciséis, que la Resolución número cuatro, que dispuso tener por contestada la
demanda, admitiendo la citada reconvención formulada por los demandados Pablo
Herodem Sotelo Vega y Juan Rodolfo Orozco Portilla, se emitió sin observarse
que del petitorio de la referida reconvención fluía una pretensión sobre el pago de
intereses legales correspondientes a los beneficios sociales, pago que debe
tramitarse ante una instancia laboral, y que de tramitarse dicha pretensión, estaría
contraviniendo lo dispuesto en la segunda parte del artículo cuatrocientos cuarenta
y cinco del Código Procesal Civil.

4. Que, los demandados reconvinientes formularon apelación contra la citada


Resolución número dieciséis, concediéndose la misma sin efecto suspensivo y sin
la calidad de diferida; obrando a fojas doscientos noventa y nueve la Resolución
de la Sala Superior de fecha once de mayo del año mil novecientos noventa y ocho,
que resuelve confirmar la mencionada resolución que declara improcedente la
reconvención, con lo demás que contiene, precisándose que las pretensiones
procesales propuestas en vía de reconvención no tienen en rigor conexión con la
relación jurídica procesal surgida como consecuencia de la demanda planteada.
5. Que, asimismo a fojas trescientos cincuenta y cinco se tiene por contestada la
demanda de parte del demandado Enrique Manuel Rodríguez Salazar, quien señala
que no se encuentra obligado a paliar a la entidad demandante el saldo reclamado,
si previamente dicha parte procesal no cumple las obligaciones a las que se ha
comprometido, que le permita el libre uso y disposición de los inmuebles
otorgados mediante dación en pago, con posesión total y absoluta de los mismos,
invocando el artículo mil cuatrocientos veintiséis del Código Civil; siendo que por
medio de la Resolución número treinta y seis obrante a fojas cuatrocientos cuarenta
y ocho, se tienen por cedidos los derechos y acciones que le corresponden a la
demandante Mutual de Vivienda Santa Rosa en Liquidación en este proceso, a
favor del Banco Hipotecario en Liquidación, contra la que el demandado Enrique
Manuel Rodríguez Salazar interpuso apelación conforme se verifica a fojas
cuatrocientos cincuenta y cuatro, la misma que fue concedida sin efecto suspensivo
y con la calidad de diferida; obrando a fojas setecientos siete, la sentencia apelada
que declara fundada en parte la demanda y en consecuencia ordena que los
demandados Pablo Herodem Sotelo Vega, Juan Rodolfo Orozco Portilla y Enrique
Manuel Rodríguez Salazar cumplan con pagar al Banco Hipotecario en
Liquidación la suma de quince mil seiscientos cinco dólares americanos con veinte

84
centavos o su equivalente en moneda nacional, e infundada la demanda en cuanto
a la indemnización por daños y perjuicios, con costas y costos; señalándose que
los demandados no han demostrado haber cumplido con cancelar el saldo de
quince mil seiscientos cinco dólares americanos con veinte centavos, pese al
tiempo transcurrido y al requerimiento efectuado, encontrándose en la obligación
de honrar la deuda contraída.

6. Que, los demandados interpusieron recurso de apelación contra la sentencia,


emitiéndose la sentencia de vista de fojas setecientos setenta y cuatro, que
confirmó la sentencia apelada, sin embargo, dicha resolución fue declarada nula
mediante la resolución obrante a fojas ochocientos dieciocho, emitida por este
Supremo Tribunal, toda vez que la Sala Superior habla omitido pronunciarse sobre
la apelación concedida con la calidad de diferida; por lo que emitió nueva sentencia
de vista, en la que confirmó la sentencia apelada en el extremo que declara fundada
en parte la demanda y ordena que los demandados cumplan con pagar a la parte
demandante la suma de quince mil seiscientos cinco dólares americanos con veinte
centavos o su equivalente en moneda nacional, más los intereses legales; asimismo
confirmó la Resolución número treinta y seis.

7. Que, existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde


verificar primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser
estimada, se dispondría el reenvío de la causa al estadio procesal correspondiente,
impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se
sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida.

8. Que, el recurrente, al sustentar su causal procesal (acápite b.-), sobre la


contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, señala
que la Sala Superior al emitir la resolución de fojas doscientos noventa y nueve,
confirmando la Resolución número dieciséis de fojas doscientos treinta y dos, que
declara improcedente la reconvención, ha vulnerado el numeral cinco del artículo
ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado, concordante con el
artículo cincuenta del Código Procesal Civil, que establece como garantía del
debido proceso la motivación de las resoluciones judiciales; avalando la
inconsistencia de criterio del A quo, ya que con la citada Resolución número
dieciséis ha declarado nula la admisión de la reconvención planteada por los
demandados Pablo Herodem Sotelo Vega y Juan Rodolfo Orozco Portilla, después
de haber concedido a dichos reconvinientes el plazo de tres días para que precisen

85
la acumulación objetiva de pretensiones propuesta, más aún cuando la mencionada
Resolución número dieciséis declara nula la Resolución número cuatro que
disponía el traslado de la reconvención y asimismo nulos todos los actos procesales
dependientes de la misma, sin precisar el extremo pertinente; y, ello en rigor
significa también la anulación de tener por contestada la demanda, por apersonados
los mencionados demandados y por ofrecidos los medios probatorios; y, además
existe incongruencia en la Resolución número dieciséis, debido a que la
motivación contenida en ella, conlleva a la inadmisibilidad de la reconvención, sin
embargo se declara su improcedencia; al respecto, cabe precisar que la acotada
Resolución número dieciséis, confirmada por medio de la resolución de vista de
fecha once de mayo del año mil novecientos noventa y ocho obrante a fojas
doscientos noventa y nueve, tiene la calidad de firme, por tanto es irrevisable, y
además el recurrente invoca supuestas transgresiones de normas que vulnerarían
el debido proceso, sin tener interés para ello, ya que la Resolución número dieciséis
que declaró Improcedente la reconvención planteada por sus codemandados Pablo
Herodem Sotelo Vega y Juan Rodolfo Orozco Portilla, no le causa perjuicio
alguno; y, en todo caso es a dichos demandados a quienes competía cuestionar la
citada resolución, como lo hicieron oportunamente, por lo que la Sala Superior
decidió confirmarla; en consecuencia, debe desestimarse la causal procesal
invocada por el recurrente.

9. Que, con relación a la causal material invocada (acápite a.-) sobre inaplicación
de los artículos mil cuatrocientos veintiséis y mil cuatrocientos treinta y tres del
Código Civil, el recurrente señala que la Sala Superior debió aplicar los citados
artículos, ya que el incumplimiento parcial de la entidad demandante no consiste
en la falta de entrega de la posesión del inmueble transferido, ni en la falta de
perfeccionamiento de la venta materia de autos, como ha señalado la Sala Superior;
sino en que la parte demandante se encuentra en la imposibilidad parcial de cumplir
con la prestación a que está obligada, ya que no tiene el poder jurídico para
disponer del bien que está obligada a transferir; al respecto, cabe mencionar que el
artículo mil cuatrocientos veintiséis del Código Civil, señala que en los contratos
con prestaciones recíprocas en que estas deben cumplirse simultáneamente, cada
parte tiene derecho de suspender el cumplimiento de la prestación a su cargo, hasta
que se satisfaga la contraprestación o se garantice su cumplimiento; y, el artículo
mil cuatrocientos treinta y tres, refiere que las reglas de los artículos mil
cuatrocientos treinta y uno y mil cuatrocientos treinta y dos son aplicables cuando
el cumplimiento de la prestación se hace parcialmente imposible, a menos que el

86
acreedor manifieste al deudor su conformidad para el cumplimiento parcial, en
cuyo caso debe efectuarse una reducción proporcional en la contraprestación
debida. El contrato se resuelve cuando no sea posible la reducción.

10. Que, con relación a la causal de inaplicación del artículo mil cuatrocientos
treinta y tres del Código Civil, es preciso señalar que lo que pretende el recurrente
a través de esta causal es que se aplique a la presente causa el artículo mil
cuatrocientos treinta y dos del acotado Código Civil, referido a la resolución del
contrato por imposibilidad de la prestación por causa imputable a una de las partes,
en este caso la parte demandante, que según refiere el recurrente, se encuentra en
la imposibilidad parcial de cumplir con la prestación a la que está obligada, ya que
no tiene el poder jurídico para disponer del bien que está obligada a transferir;
siendo impertinente al presente proceso la norma invocada, por cuanto esta versa
sobre el incumplimiento de contrato y no sobre la resolución del mismo; por lo que
debe desestimarse la causal de inaplicación del artículo mil cuatrocientos treinta y
tres del Código Civil.

11. Que, respecto a la inaplicación del artículo mil cuatrocientos veintiséis del
Código Civil, se advierte del escrito de contestación de la demanda del recurrente,
que este señaló en el punto cuarto de dicho escrito, que no está obligado a cancelar
el saldo reclamado por la entidad demandante, si antes dicha parte procesal no
cumple con las obligaciones a las que se ha comprometido, que le permita el libre
uso y disposición de los inmuebles otorgados mediante dación en pago, con
posesión total y absoluta de los mismos, invocando precisamente el artículo mil
cuatrocientos veintiséis del acotado Código Civil, referido a la excepción de
incumplimiento.

12. Que, el artículo mil cuatrocientos veintiséis del Código Civil regula la llamada
excepción de incumplimiento, sustentada en la siguiente premisa: en los contratos
con prestaciones recíprocas en que estas deben cumplirse simultáneamente, cada
parte tiene derecho de suspender el cumplimiento de la prestación a su cargo, hasta
que la otra satisfaga la contraprestación o garantice su cumplimiento. Se tiene
entonces que para que se verifique dicha excepción se requiere la concurrencia
copulativa de los siguientes requisitos: I.- que se trate de un contrato con
prestaciones recíprocas, II.- que haya pactado la simultaneidad en el cumplimiento
de las prestaciones, III.- que uno de los obligados incumpla la ejecución de la
prestación debida, y IV.- que el otro obligado recíprocamente suspenda la

87
prestación a su cargo. La ausencia de alguno de estos requisitos conlleva a que la
excepción invocada no resulte amparable.

13. Que, analizado el primer requisito, se advierte de la Dación en Pago de fojas


cuatro, que es un contrato con prestaciones recíprocas, ya que por un lado la
entidad demandante transfirió a los demandados el dominio de los inmuebles ahí
señalados, así como una línea telefónica instalada, en pago de los beneficios
sociales adeudados; y, por otro lado, los demandados se comprometieron a
entregar el saldo de su valor ascendente a quince mil seiscientos cinco dólares
americanos con veinte centavos en el plazo de noventa días contados a partir de la
suscripción del referido documento; por lo tanto, nos encontramos ante un contrato
con prestaciones recíprocas, por lo que se cumple el primer requisito.

14. Que, en cuanto al segundo requisito, se entiende que existe simultaneidad de


las prestaciones cuando estas deben cumplirse en un solo acto, es decir, que deben
ejecutarse en un mismo momento, y para el caso de la compraventa sería: pago del
precio, contra la entrega del bien. Al respecto, Manuel de la Puente y Lavalle,
citando al jurista Hugo Taranto, quien desarrolla este aspecto de la simultaneidad
de las prestaciones, señala que: “El presupuesto de la excepción de incumplimiento
es que las obligaciones de las partes deban cumplirse simultáneamente, en un
mismo momento, a la par, mano a mano, como consecuencia de su nacimiento en
relación recíproca (sinalagma genético) que se debe mantener al momento de la
ejecución (sinalagma funcional) ínsita en los contratos bilaterales” (El Contrato en
general. Comentarios a la Sección Primera del Libro Sétimo del Código Civil,
Tomo Segundo. Palestra Editores, Lima, dos mil uno, página trescientos
veinticinco). Sin embargo, en el presente caso, las prestaciones pactadas adolecen
de tal característica, pues la prestación a cargo de los demandados no es simultánea
a la de la parte demandante, sino que se encuentra diferida en el tiempo. Así, se
tiene que la entidad demandante transfirió los inmuebles respectivos a los
demandados, conforme consta en el contrato respectivo; sin embargo, el pago de
quince mil seiscientos cinco dólares americanos con veinte centavos no se efectuó
contra la entrega de los bienes, sino que se ha diferido en el tiempo, pactándose
que dicho monto tendría que ser pagado por los demandados en un plazo no mayor
de noventa días, contados a partir de la suscripción del referido contrato,
específicamente el veintiséis de marzo del año mil novecientos noventa y seis. Por
lo tanto, al no presentarse el segundo requisito copulativo para la configuración de

88
la excepción de incumplimiento, esta no puede prosperar, por lo que carece de
objeto pronunciarse sobre la concurrencia de los otros dos requisitos restantes.

15. Que, el artículo trescientos noventa y siete, segundo párrafo del Código
Procesal Civil, dispone que la Sala no casará la sentencia por el solo hecho de estar
erróneamente motivada si su parte resolutiva se ajusta a derecho, debiendo hacer
la correspondiente rectificación; siendo que en el presente caso, si bien es cierto,
la Sala Superior consideró que ninguno de los demandados había formulado la
excepción de incumplimiento, cuando el recurrente sí lo había hecho, habiendo
incurrido de esta manera en una errónea motivación; también es cierto que la parte
resolutiva de la sentencia impugnada se ajusta a derecho, al haber estimado este
Supremo Tribunal que la excepción de incumplimiento formulada por el recurrente
no podía prosperar.

IV. DECISIÓN

Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandado


Enrique Manuel Rodríguez Salazar mediante escrito de fojas ochocientos
cincuenta y dos; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas
ochocientos treinta y dos, su fecha veintiséis de enero del año dos mil siete;
CONDENARON a la parte recurrente al pago de una multa ascendente a dos
Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos
originados por la tramitación del presente recurso; DISPUSIERON que se
publique la presente resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por
el Banco Hipotecario en Liquidación contra Enrique Manuel Rodríguez Salazar y
otros; sobre Cumplimiento de Contrato; y los devolvieron; interviniendo como
Vocal Ponente el señor Ticona Postigo.

S.S. TICONA POSTIGO, SOLÍS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA,


CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

89
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
CAS. N.º 143-05 ICA

Lima, 7 de febrero de 2005.

I. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, el recurso de casación interpuesto a fojas doscientos diecisiete por el


ejecutado don Juan de Dios Romero Ochante, reúne los requisitos de forma que
establece el artículo trescientos ochentisiete del Código Procesal Civil, para su
admisibilidad.

2. Que, asimismo, sin invocar expresamente ninguno de los incisos a que se refiere
el artículo trescientos ochentiséis del citado Código adjetivo, denuncia; a) la
aplicación indebida del artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil y b) la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso.

3. Que, fundamentando la primera causal, señala que la Sala yerra al considerar


que de conformidad con el citado numeral la ejecutante le comunicó la resolución
del contrato, por cuanto la actora nunca satisfizo dicho requisito legal y
contractual, esto es, comunicarle previamente la resolución del contrato antes de
interponer la presente demanda, sino simplemente le requirió el pago de la primera
cuota de la deuda, sin que se advierta su intención de resolver el contrato de
reestructuración como meridianamente puede apreciarse del tenor de la misiva que
corre a fojas cuarenticuatro.

4. Que, respecto a dicha causal debe precisarse que en el sétimo considerando de


la impugnada, cuestionado por el recurrente, expresamente se hace mención que
las partes acordaron en la cláusula novena del título de ejecución que la resolución
del contrato operaría sin necesidad de formalidad distinta a la sola comunicación
de la decisión de conformidad con el artículo 1430 del Código sustantivo, requisito
que se cumplió con la remisión de la carta notarial de fojas cuarenticuatro, en
consecuencia, la aplicación de la citada disposición material resulta pertinente en
tanto regula un supuesto de hecho previamente acordado por las partes
contratantes, debiendo agregarse además, que la valoración de los citados
documentos importaría un reexamen de los medios probatorios, actividad que se

90
encuentra proscrita en sede casatoria por ser labor exclusiva de los órganos
judiciales de instancia.

5. Que, fundamentando el segundo agravio respecto a la causal de contravención


de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, refiere que se ha
vulnerado el artículo cuatrocientos cincuentiuno, inciso tercero del Código
Procesal Civil, al no haberse observado sus presupuestos, por cuando se ha
permitido la prosecución de un proceso que contiene una demanda con
pretensiones ambiguas; asimismo, se ha contravenido el artículo setecientos
veintidós de la citada ley adjetiva al desestimarse la causal de nulidad formal del
título de ejecución e inexigibilidad del mismo formulado por su parte, basado en
los errados criterios glosados en el punto octavo de la parte considerativa de la
recurrida, amparándose la presente acción ejecutiva sustentada en un título de
ejecución nulo e inexigible para el recurrente.

6. Que, respecto a la causal in procedendo, en el petitorio de la demanda de fojas


cuarentisiete expresamente se consigna que se acciona sobre ejecución de
garantías, solicitando la entidad ejecutante que los ejecutados cumplan con pagarle
la suma puesta a cobro bajo apercibimiento de sacarse a remate los bienes
inmuebles que garantizan la obligación impaga, no presentándose ninguna
ambigüedad en las pretensiones tal como han sido propuestas; del mismo modo, la
contradicción al mandato de ejecución sustentada en la nulidad formal del título y
la inexigibilidad de la obligación ha sido desestimada por improbada, por lo que,
al no verificarse los agravios denunciados, debe procederse con arreglo a lo
dispuesto por el articulo trescientos noventidós del Código Procesal Civil.

IV. DECISIÓN

Declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto a fojas


doscientos diecisiete por don Juan de Dios Romero Ochante, contra la sentencia
de vista de fojas doscientos nueve, su fecha siete de julio de dos mil cuatro;
CONDENARON al recurrente a la multa de tres Unidades de Referencia Procesal,
así como al pago de las costas y costos del recurso; ORDENARON la publicación
de la presente resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por la Caja
Rural de Ahorro y Crédito Señor de Luren contra Juan de Dios Romero Echegaray
y otros, sobre ejecución de garantías; y los devolvieron.

91
S.S. VÁSQUEZ CORTEZ, CARRIÓN LUGO, ZUBIATE REINA,
GAZZOLO VILLALTA, FERREIRA VILDOZOLA.

92
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 2094-02 LIMA

Lima, 21 de febrero del 2003.-

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE LA


REPÚBLICA

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas doscientos cincuentitrés, contra


la resolución de vista de fojas doscientos treinta su fecha cuatro de diciembre del
dos mil uno que confirma la sentencia apelada que declara fundada la demanda y
ordena que los demandados cumplan con desocupar el inmueble.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, el recurso de casación fue declarado procedente por resolución del ocho de
agosto del dos mil dos; por las causales contempladas en los incisos primero y
segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, en virtud
de lo cual se denuncia: I) La interpretación errónea de una norma de derecho
material, específicamente del artículo novecientos once del Código Civil, pues la
Sala de mérito considera que su título ha fenecido al haber operado la resolución
automáticamente o de pleno derecho en virtud de la cláusula cuarta del contrato,
pero no considera que para que esta resolución sea válida tenía que cumplirse con
lo dispuesto por el artículo mil cuatrocientos treinta del Código sustantivo, es decir,
comunicar a la otra parte que quiere valerse de la cláusula resolutoria y en este
caso la carta notarial que se acompaña no cumple con tal requisito por lo que, no
puede tener la calidad de ocupante precario; II) la inaplicación de normas de
derecho material, pues se ha inaplicado: a) los artículo mil cuatrocientos treinta,
mil trescientos cincuenticuatro y mil trescientos setentidós del Código Civil, ya
que no se ha dado el plazo para requerir el cumplimiento de la obligación, siendo
que la cláusula cuarta del con-trato es nula porque no exige comunicación previa,
y todo ello ocasiona un verdadero agravio al recurrente al incurrirse en abuso del
derecho; y b) el artículo quinto del Título Preliminar del Código material, que

93
establece que es nulo todo acto jurídico contrario a las leyes que interesan el orden
público o a las buenas costumbres.

III. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que, las sentencias de mérito han establecido que, en la cláusula cuarta del
contrato de compraventa, se pactó en el caso de que la compradora dejara de pagar
una de las ciento ochenta armadas mensuales que constituían el saldo restante de
la venta celebrada, la Caja podía a su elección optar entre ejecutar la hipoteca legal
constituida o resolver dicho contrato de pleno derecho.

2. Que, si bien, en dicha cláusula también se pactó que no era necesaria


comunicación alguna a la compradora para resolver el contrato, la sentencia
apelada cuyos fundamentos han sido reproducidos por la de vista, se ha sustentado
en que se cursó la carta notarial comunicando la resolución del contrato.

3. Que, resulta así, que el artículo novecientos once del Código Civil es aplicable
al presente caso, porque al haber sido resuelto el contrato de compraventa y no
habiendo objetado la recurrente la comunicación que se le cursó en tal sentido,
tiene la condición de precaria, porque el título que tenía ha fenecido.

4. Que, al cursarse la carta notarial se ha cumplido con lo dispuesto por el artículo


mil cuatrocientos treinta del Código Civil.

IV. DECISIÓN

Que, por las razones expuestas y no presentándose las causales contempladas en


los incisos primero y segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil, declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por
Clint Jony Ramírez Julián a fojas doscientos cincuentitrés, NO CASAR la
sentencia de vista de fojas doscientos treinta, su fecha cuatro de diciembre del dos
mil uno; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos del recurso
así como la multa de tres Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON que
la presente resolución sea publicada en el Diario Oficial El Peruano; asimismo no
es necesaria la firma del voto en discordia de los señores Infantes Vargas y Santos
Peña, quienes ya no conforman Sala, conforme a lo dispuesto en el artículo ciento
cuarentinueve de la Ley Orgánica del Poder Judicial; además su voto ya ha sido

94
notificado a las partes; cuya copie certificada se anexa; en los seguidos por la Caja
de Pensiones Militar Policial con Clint Jony Ramírez Julián y otro, sobre Desalojo
por Ocupación Precaria; y los devolvieron.

S.S. ECHEVARRÍA ADRIANZÉN, MENDOZA RAMÍREZ, LAZARTE


HUACO, PACHAS ÁVALOS

95
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 3192-98, CALLAO

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTIC


IA DE LA REPÚBLICA: Vista la causa número tres mil ciento noventidós -
noventiocho; en Audiencia Pública de la fecha; y, producida la votación con
arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación de fojas noventidós, interpuesto por la Empresa


Cilloniz Olazábal Urquiaga Sociedad Anóni- ma, contra la sentencia de vista de
fojas ochenticuatro, su fecha nueve de octubre de mil novecientos noventiocho,
expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, que
confirmando la sentencia de primera instancia de fojas sesenticuatro, de fecha
veintitrés de enero del mismo año, declara fundada en parte la demanda de fojas
once, ordenando el pago de la suma de cincuenta y un mil quinientos nuevos soles,
más una penalidad de una unidad impositiva tributaria por cada semana de atraso
computados desde el veintiséis de agosto de mil novecientos noventiséis -
entendiéndose, según agrega - que este último pago no es una penalidad sino
intereses moratorios e infundada la misma demanda respecto del pago por lucro
cesante.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La Empresa recurrente sustenta dicho recurso en las causales de interpretación


errónea y aplicación indebida de normas de derecho material, así como en la
inaplicación de normas sustantivas previstas en los incisos primero y se- gundo del
artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil; que por resolución del
ocho de enero del presente ano fue declarado proceden- te únicamente por las
causales de aplicación indebida e inaplicación de normas materiales; que
fundamentando estas causales manifiesta el repre- sentante legal de la demandada,
lo siguiente: a) que la cláusula novena de la penalidad es una obligación sujeta a
limitaciones que puede ser objeto de reducción judicial, lo cual resulta incom-
patible con la naturaleza expeditiva del proceso ejecutivo. la transacción
extrajudicial de fojas ocho, es una cláusula penal y no de pago de intereses, por lo

96
que la Sala Civil al expedir su fallo incurre en la aplicación indebida del artículo
mil doscientos cuarentidós del Código Civil que define lo que se entiende por
intereses compensatorios y moratorios; cuando lo que correspondía aplicar son los
artículos mil trescientos cuarentiuno y mil trescientos cuarentidós del mismo
Código, que señalan que una cláusula penal también se puede establecer para el
caso de mora en el cumplimiento de la obligación; b) que la Sala interpretando la
cláusu- la novena de la transacción como una de pago de intereses moratorios,
ordena abonar por dicho concepto una Unidad Impositiva Tributaría por cada
semana vencida sin el cumplimiento de la obligación, inaplicando el artículo mil
doscientos cuarentitrés del citado Código Civil, que señala como tasa máxima de
interés convencional compensatorio o moratoria, el fijado por el Banco Cen- tral
de Reserva del Perú;

III. CONSIDERANDO

1. Que, la Compa- ñía demandante solicita en vía de proceso ejecutivo el pago de


la suma de cien mil nuevos soles por los conceptos siguientes: cuarentiséis mil qui-
nientos nuevos soles, saldo de la deuda principal; treinta y un mil quinien- tos
nuevos soles, por lucro cesante según cláusula octava de la transacción
extrajudicial de fojas ocho; y, veintidós mil nuevos soles, por concepto de la
penalidad pactada en la cláusula novena de la mencionada transacción.

2. Que, tanto la sentencia de primera instancia de fojas sesenticuatro, como la de


vista de fojas ochenticuatro, revelan error mate- rial al disponer el pago como saldo
deudor de la obligación principal la suma de cincuenta y un mil quinientos nuevos
soles, cuando en la demanda de fojas once por este concepto solo se exige el pago
de la suma de cuarentiséis mil quinientos nuevos soles, debido indudablemente al
abono a cuenta que representa el comprobante de pago de fojas setentitrés.

3. Que, el pacto por el cual ambas partes acordaron en la cláusula nove- na de la


transacción de fojas ocho, que en caso de incumplimiento de la obligación en los
plazos convenidos, la Empresa demandada quedaba obligada al pago
compensatorio equivalente a una Unidad Impositiva Tributaría por cada semana
de retraso en el pago de la suma adeudada, importa una penalidad, que tiene el
efecto de limitar el resarcimiento por los daños y perjuicios ocasionados; que es
en este sentido como debe interpretarse la citada cláusula, siguiendo el criterio
rector contenido en el artículo ciento sesentinueve del Código Civil.

97
4. Que, el daño que produce la falta de pago de una suma de dinero en el plazo
concertado, se indemniza con un interés moratorio, a tenor de lo prescrito en la
segunda parte del artículo mil doscientos cuarentidós del Código Civil; pero
asimismo, esta indemni- zación integra la penalidad conforme a lo previsto en el
artículo mil tres- cientos cuarentiuno, in fine, del mismo Código.

5. Que, interpreta- da la cláusula novena del contrato de fojas ocho, como una
penalidad, no resulta procedente en esta vía disponer su pago, puesto que se trata
de una obligación sujeta a limitaciones, que pueden ser objeto de reducción judi-
cial, según lo que dispone el artículo mil trescientos cuarentiséis del aludido
Código Civil, lo que a su vez impone la necesidad del debate y la prueba para su
cabal esclarecimiento, lo que resulta incompatible con la naturale- za expeditiva
del proceso ejecutivo.

6. Que, por lo expuesto, la inter- pretación de la cláusula novena en el sentido que


no contiene una penali- dad ha dado lugar a la errónea interpretación e inaplicación
de normas materiales que configuran las causales de casación invocadas, por lo
que, de conformidad con la facultad contenida en el inciso primero del artículo
trescientos noventiséis del Código Procesal Civil, en armonía con los dis- positivos
legales citados.

IV. DECISIÓN

declararon FUNDADO el recurso de casación de fojas noventidós, interpuesto por


la Empresa demandada Cilloniz Olazábal Urquiaga Sociedad Anónima; en
consecuencia, NULA la senten- cia de vista de fojas ochenticuatro su fecha nueve
de octubre de mil nove- cientos noventiocho; y, actuando en sede de instancia,
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas sesenticuatro, de fecha veintitrés
de enero del mismo año, en cuanto declara fundada en parte de la demanda; la
REVO- CARON en el extremo que ordena el pago de la suma de cincuenta y un
mil quinientos nuevos soles, más una penalidad de una Unidad Impositiva
Tributaria por cada semana de atraso en el cumplimiento de la obligación;
reformándola en dicho extremo, dispusieron que la demandada pague a la
demandante la suma de cuarentiséis mil quinientos nuevos soles saldo de la deuda
principal; e improcedente la demanda en cuanto al pago de la penalidad, dejando
a salvo el derecho de la actora para que lo haga valer en el modo y forma que

98
corresponde; CONFIRMARON la misma sentencia en lo demás que contiene;
ORDENARON se publique la presente resolu- ción en el Diario Oficial «El
Peruano»; en los seguidos por la Empresa Arquitectos Constructores Sociedad
Anónima con la Empresa Cilloniz

S.S. URRELLO A. ORTIZ B. SÁNCHEZ PALACIOS P. ECHEVARRÍA A.


CASTILLO LA ROSA S.

99
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 3179-2002, CALLAO

Lima, 16 de setiembre de 2002.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA, vista la causa el día de la fecha, y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la presente sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Es materia del presente recurso de casación la sentencia de vista de fojas ciento


treinticinco, su fecha treintiuno de julio de dos mil uno, expedida por la Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia del Callao que, confirmando la sentencia de
primera instancia de fojas noventicuatro, su fecha doce de diciembre del dos mil,
declara fundada en parte la demanda incoada por Juan Herminio Rosario Loconi y
ordena el pago de dos mil soles por concepto de cláusula penal del contrato de
mutuo con garantía hipotecaria, en los seguidos contra Óscar Salvador Núñez
Campos y otra, sobre obligación de dar suma de dinero.

II. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO


PROCEDENTE EL RECURSO

Mediante resolución de fojas trece del cuadernillo de casación, su fecha treinta de


enero de dos mil dos, se ha declarado procedente el recurso interpuesto por Juan
Herminio Rosario Loconi por las siguientes causales: a) La prevista por el inciso
1 del artículo 386 del Código Procesal Civil relativa a la interpretación errónea del
artículo 1346 del Código Civil; b) La prevista por el inciso 2 del artículo 386 del
citado Código Procesal relativa a la inaplicación del numeral 1342 del Código
sustantivo; y c) La prevista por el inciso 3 del artículo 386 del Código Procesal
Civil, relativa a la contravención de normas que garantizan el derecho al debido
proceso.

III. CONSIDERANDOS

100
1. De primera intención, es necesario examinar la causal referida al inciso 3 del
artículo 386 del Código Procesal Civil, ya que de declararse fundado el recurso
por contravención de reglas que garantizan el derecho al debido proceso no cabría
pronunciamiento por las otras causales.

2. En efecto, el recurrente sostiene que en la sentencia impugnada no se consignó


ningún fundamento para reducir la pena, pues no se señaló si ésta era
manifiestamente excesiva o si la obligación principal hubiese sido cumplida en
parte o en forma irregular.

3. Revisada la sentencia de primera instancia, cuyos fundamentos han sido


recogidos por la sentencia impugnada, se advierte que en el considerando octavo
el juez consideró que la cláusula penal era excesiva, pues la penalidad que se
pretende cobrar, vía la presente demanda, equivale a casi el doble de la suma
mutuada.

4. Por los fundamentos anotados se llega a la conclusión que la Sala Superior al


expedir la sentencia de vista materia de impugnación no ha contravenido normas
que garantizan el derecho al debido proceso, resultando infundada la denuncia por
la citada causal.

5. Respecto a la causal de interpretación errónea de la norma contenida en el


artículo 1346 del Código Civil el impugnante señala que su correcta interpretación
es que el juez, a petición del deudor, puede reducir equitativamente la penalidad,
siempre y cuando ésta sea manifiestamente excesiva o que la obligación principal
hubiese sido en parte o irregularmente cumplida.

6. A efectos de determinar si en el presente caso la Sala Superior interpretó


erróneamente el artículo 1346 del Código Civil no solo debe examinarse el texto
de la norma y la resolución impugnada, sino también los propios actuados en el
presente proceso.

7. puede reducir equitativamente la pena cuando sea manifiestamente excesiva o


cuando la obligación principal hubiese sido en parte o irregularmente cumplida”.

8. Revisados los autos se advierte que, mediante contrato de mutuo con garantía
hipotecaria, elevado a escritura pública el quince de setiembre de mil novecientos

101
noventicinco (cuya testimonio (sic) en copia certificada corre a fojas sesentitrés),
el demandante (mutuante) entregó a los demandados (mutuatarios), en calidad de
mutuo la suma de doce mil novecientos cincuenta. Por su parte, los demandados
se obligaron a devolver la suma de trece mil seiscientos dólares (suma mutuada
más el dieciséis por ciento de interés compensatorio anual). En la cláusula
decimoprimera las partes acordaron que en caso que los demandados no
cumplieran con el pago puntual de sus obligaciones (contenidas en cinco letras de
cambio por seiscientos dólares cada una y una letra de cambio por diez mil
seiscientos dólares) debían pagar al demandante dos dólares y diez dólares por día
de atraso, respectivamente.

9. No habiendo cumplido los demandados con el pago oportuno de la deuda es que


el demandante les inicia un proceso sobre ejecución de garantías, logrando
mediante resolución de fecha dieciséis de octubre de mil novecientos noventiocho
(fojas trece) adjudicarse el inmueble dado en garantía. En dicho proceso se
incluyeron los intereses compensatorios. Por tanto, el demandante logró hacerse
pago de la obligación que los demandados tenían a su cargo.

10. Habiendo solicitado los demandados mediante escrito de contestación la


reducción de la pena por ser excesiva, dicha solicitud resulta amparable, pues la
penalidad solicitada (veintiuno mil novecientos veinte dólares) equivale a casi el
doble de la suma mutuada.

11. De lo antes expuesto se concluye que la Sala Superior ha interpretado


correctamente la norma materia de análisis, si se tiene en cuenta que reproduce los
fundamentos expresados en la sentencia de primera instancia. Por tanto el recurso
por la citada causal resulta, igualmente, infundado.

12. Finalmente, respecto de la causal de inaplicación del numeral 1342 del Código
Civil, el recurrente sostiene que de haberse aplicado la citada norma se habría
amparado todos los extremos de su demanda y no se hubiese reducido
arbitrariamente la penalidad reclamada a la irrisoria suma de dos mil soles.

13. El artículo 1342 del Código Civil establece que “cuando la cláusula penal se
estipula para el caso de mora o en seguridad de un pacto determinado, el acreedor
tiene derecho para exigir, además de la penalidad, el cumplimiento de la
obligación”.

102
14. Pues bien, analizado el texto de la citada norma se llega a la conclusión que su
aplicación en nada cambiaría el sentido de la decisión, pues el artículo 1346 del
Código sustantivo faculta al juez a reducir la pena excesiva. Dichas normas, por lo
demás, resultan concordantes, por lo que el recurso resulta, igualmente, infundado.

IV. DECISIÓN

Estando a las consideraciones expuestas Declararon INFUNDADO el recurso de


casación interpuesto por Juan Herminio Rosario Loconi, en los seguidos con Óscar
Salvador Núñez Campos, sobre obligación de dar suma de dinero. Dispusieron NO
CASAR la sentencia de vista de fojas noventicuatro, su fecha doce de diciembre
del dos mil dos. ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron. CONDENARON al
recurrente al pago de una multa de dos Unidades de Referencia Procesal, así como
a las costas, originadas en la tramitación del recurso.

S.S. VÁSQUEZ VEJARANO, CARRIÓN LUGO, TORRES CARRASCO,


CARRILLO HERNÁNDEZ, QUINTANILLA QUISPE.

103
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 61-2003, LIMA

Lima, 26 de agosto del 2004.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número setecientos sesentiuno
- año dos mil tres; en audiencia pública de la fecha, y producida la votación con
arreglo a ley, con el acompañado emite la siguiente sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por doña Rosa Goshi Goshi Tsuchida
Ura de Nakagawa contra la resolución de vista de fojas cuatrocientos veinte, su
fecha cuatro de noviembre del dos mil dos que revocó la sentencia de primera
instancia de fojas trescientos cuarenta su fecha siete de setiembre del dos mil uno
que declara fundada en parte la demanda en consecuencia ordena que cumplan los
demandados sucesión de don Guillermo Máximo Refulio García y Julia Estela
Suárez Montalvo con pagar cada uno quince mil dólares americanos o su
equivalente en moneda nacional; y reformándola declaró improcedente la demanda
en todos sus extremos; en los seguidos por doña Rosa Goshi Goshi Tsuchida Ura
de Nakawaga con Guillermo Máximo Refulio García, sobre obligación de dar
suma de dinero.

II. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO


PROCEDENTE EL RECURSO

Esta sala suprema por resolución de fecha veintitrés de setiembre del dos mil tres
estimó procedente el recurso por la causal prevista en el inciso 2 del artículo 386
del Código Procesal Civil relativa a la inaplicación de normas de derecho material.

III. CONSIDERANDO

1. Que, como argumentos in iudicando sostiene que la sala superior al no tomar en


cuenta los artículos 1341 y 1342 del Código Civil -que regulan las obligaciones
con cláusula penal- ha dejado sin efecto un contrato donde se pactó por seguridad

104
y cumplimiento del plazo contractual una cláusula penal, agraviando así sus
derechos.

2. que como se desprende de las resolución es de mérito, la actora solicita la


ejecución de la cláusula penal pactada en la cláusula trece del contrato de
arrendamiento de fojas tres, según la cual en el supuesto que los arrendatarios no
desocupen el inmueble al finalizar el plazo del contrato, están obligados al pago
de cincuenta dólares americanos por cada día adicional.

3. Que, al respecto cabe señalar que las partes estando a su facultad de determinar
libremente el contenido del contrato a tenor del artículo 1354 del Código Civil
pactaron la cláusula penal en referencia, debiéndose tener presente que de acuerdo
al artículo 1361 del acotado los contratos son expresión del acuerdo de voluntad
común de las partes mediante los cuales se crean obligaciones de cumplimiento
obligatorio en cuanto se haya expresado en ellos, en aplicación del principio “pacta
sunt servanda”.

4. que la cláusula penal es una estipulación accesoria añadida a un contrato, por la


cual y para asegurar la ejecución de la prestación, se somete el deudor a pagar una
multa o a realizar otra prestación en caso de retardo o incumplimiento. Se la
denomina también pena convencional que viene a ser una prestación determinada,
prometida por el deudor al acreedor para el caso de incumplimiento o retardo de
su obligación. Es un pacto accesorio en el que se estipula multas o penas a cargo
del deudor que dejare de cumplir o retarde el cumplimiento de su prestación (“Las
obligaciones en el derecho civil peruano”, H. Gustavo Palacio Pimentel, Editorial
Huallaga, cuarta edición, Lima - Perú, año dos mil dos, página quinientos
cincuentitrés.

5. Que, la cláusula penal puede ser estipulada para uno de los siguientes fines: a)
para el caso del incumplimiento total de la obligación (pena compensatoria); b)
para el caso de mora (pena moratoria) y c) para seguridad de alguna cláusula o
estipulación concretamente señalada; de allí que la cláusula penal sea distinguible
en: compensatoria y moratoria dependiendo si tiene por objeto compensar los
daños y perjuicios derivados por el incumplimiento o compensar tan sólo los
originados por la mora.

105
6. Que, como puede advertirse del considerando segundo, estamos frente a una
cláusula penal de tipo moratoria, desde que se ha estipulado para el supuesto de
mora, que en el caso consiste en el retardo en la devolución del bien por parte del
arrendatario una vez concluido el contrato, por lo que resulta pertinente en la
solución del litigio el artículo 1342 del Código Civil el cual no fue tomado en
cuenta en la resolución de vista recurrida.

7. que en cuanto al artículo 1341 también denunciado como inaplicado, éste en


cambio no resulta idóneo ya que en el caso sub materia el pago de la penalidad no
cumple la función de compensar el incumplimiento total de la obligación, toda vez
que no se invocó además la falta de pago de los alquileres, sino únicamente la
demora en la devolución del bien por el arrendatario una vez concluido el contrato,
por lo que la norma en comento no es pertinente en la solución del presente litigio.

8. que en tal sentido, procede concluir que se ha configurado en este proceso la


causal de inaplicación de norma de derecho material, esto es del artículo 1342 del
Código Civil, debiéndose acotar adicionalmente que conforme al artículo 1704 del
Código Civil vencido el plazo del contrato o cursado el aviso de conclusión si el
arrendatario no restituye el bien, el arrendador tiene derecho a exigir su devolución
y a cobrar la penalidad convenida o, en su defecto, una prestación igual a la renta
del periodo precedente, hasta su devolución efectiva.

9. Que no obstante lo expuesto, no cabe en sede de instancia, confirmar la sentencia


apelada en su integridad, desde que en ella se ha ordenado a favor de la actora el
pago de quince mil dólares americanos por cada uno de los demandados
(entiéndase treinta mil dólares americanos) monto que este supremo tribunal -
estando a las pruebas actuadas en el proceso y valoradas en la resolución es de
mérito- considera excesivo por lo que corresponde reducirlo a tenor del artículo
1346 del Código Civil que faculta al juzgador en forma expresa, a reducir
equitativamente la pena cuando ésta sea manifiestamente excesiva, conclusión a la
que obviamente se arriba luego del análisis de determinadas circunstancias como
son el interés del acreedor, el daño real, el mayor o menor grado de culpabilidad
del deudor, la situación económica de ambos sujetos de la relación obligacional
etc.

10. que en efecto, la penalidad no constituye una suma líquida y exigible por la
cual se puede despachar ejecución, debido a la facultad que la ley confiere al juez

106
para reducirla equitativamente si el debate y la prueba demuestran en los
procedimientos ordinarios, que es excesiva; para ello en cada caso deberá
evaluarse la mayor o menor gravedad del incumplimiento o la mora y sobre esa
base, determinarse la reducción de la penalidad. Decisión a. Portales
consideraciones y en aplicación del inciso 1 del artículo 396 del Código Procesal
Civil.

IV. DECISIÓN

declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por doña Rosa Goshi


Goshi Tsuchida Ura de Nakagawa; en consecuencia CASARON la resolución de
vista de fojas cuatrocientos veinte, su fecha cuatro de noviembre del dos mil dos
expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Lima. Actuando en sede
de instancia, CONFIRMARON en parte la sentencia de primera instancia de fojas
trescientos cuarenta su fecha siete de setiembre del dos mil uno que declaró
FUNDADA EN PARTE la demanda; y la revocaron en cuanto al extremo que fija
el monto de quince mil dólares americanos que debe pagar cada uno de los
demandados sucesión de Guillermo Máximo Refulio García y Julia Estela Suárez
Montalbo; el que reformándolo es fijado en seis mil dólares americanos que deben
pagar los demandados en forma conjunta por concepto de cobro de penalidad, más
intereses, costas y costos. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución
en el diario oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad y los devolvieron.

107
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 1022-98, LIMA

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la Causa No 1022-98; en Audiencia
Pública de la fecha y, producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por IBM del Perú S.A. (demandante),
contra la sentencia de vista de fojas 367 de fecha 3 de abril de 1998 expedida por
la Sala Civil de Procesos Ejecutivos y Medidas Cautelares de la Corte Superior de
Justicia de Lima, que confirma la apelada de fojas 344, su fecha 5 de noviembre
de 1997, con lo demás que contiene.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

La casación interpuesta por IBM del Perú S.A se sustenta en el inciso 1 del artículo
386 del Código Procesal Civil referido a la interpretación errónea de las normas de
derecho material, invocando como fundamento de esta causal que se ha
interpretado erróneamente el artículo 1302 del Código Civil, indicando que al no
utilizarse una interpretación global de dicho artículo se ha concluido con una
apreciación errónea del documento de fecha 29 de setiembre de 1994 celebrado
entre las partes en litigio, ya que si las partes consideran que el asunto sobre el cual
va a versar la transacción es litigioso, dicho documento es una transacción, por
mucho que no se indique expresamente que el asunto es dudoso o litigioso.

III. CONSIDERANDO

1. Que, el Recurso de Casación fue declarado procedente por Resolución Suprema


de fojas 381 fechada el 24 de noviembre de 1998, por la causal indicada, por lo
que se pasa a examinar los fundamentos del Recurso de Casación.

2. Que, el objeto de la demanda es que, la demandada cumpla con pagar la suma


de 657,233.65 dólares americanos, más los intereses compensatorios y moratorios,

108
de la deuda reconocida que figura, según dice, en documento privado de
transacción extrajudicial entre IBM del Perú y Apoyo Total S.A fechada el 29 de
setiembre de 1994.

3. Que, a fojas 48 obra el documento denominado contrato de reconocimiento de


deuda y compromiso de pago diferido que celebraron IBM del Perú con Apoyo
Total S.A con la cual esta última -como lo estiman las sentencias de mérito-
reconoce adeudar a la primera, la suma de 657,233.65 dólares americanos,
comprometiéndose a cancelarla en 24 armadas; al incumplirse el pago de las
mismas, IBM del Perú demanda en la vía ejecutiva el cumplimiento de ese
convenio, dictado el mandato ejecutivo la demandada formula contradicción, la
que se declara en la sentencia fundada por carecer de documento recaudado de los
requisitos de una transacción extrajudicial, esta demanda es declarada infundada
porque dicho documento no se ajusta a los requisitos que establece el artículo 1302
del Código Civil.

4. El artículo 1302 del Código Civil dispone que “por la transacción las partes
haciéndose concesiones recíprocas deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso,
evitando el pleito que podía promover o finalizando el que está iniciado”, lo que
significa que el legislador ha previsto como elemento esencial de la transacción
que ésta se efectúe mediante concesiones recíprocas.

5. Que, en principio las concesiones recíprocas o sacrificios económicos de las


partes deben referirse a los derechos cuestionados, es decir supone el
reconocimiento parcial de la pretensión del derecho ajeno y la renuncia parcial de
la pretensión o el derecho propio; la transacción persigue, pues, transformar una
situación jurídica insegura, discutible y litigiosa, por otra segura; si las partes
evitaran o concluyeran un pleito sin que medie concesiones recíprocas, el acto
jurídico respectivo no podrá estimarse transacción, sino, renuncia de deuda,
compensación, allanamiento a la demanda o novación, dándose los efectos
inherentes a cada una de las citadas figuras, pero no los de la transacción.

6. Que, es un principio de larga data que las cosas son lo que son y no lo que
denomina las partes.

7. Que, teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, y que el documento firmado


con fecha 29 de setiembre de 1994, no contiene los requisitos establecidos en el

109
artículo 1302 del Código Civil, debe concluirse que no se le puede atribuir mérito
ejecutivo, razones por las cuales.

IV. DECISIÓN

declararon INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por IBM del Perú


S.A a fojas 375 contra la resolución de vista de fojas 367, su fecha 3 de abril de
1998; CONDENARON a la recurrente al pago de las costas y costos del recurso;
así como también a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
ORDENARON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; bajo responsabilidad; en los seguidos por IBM del Perú S.A con Apoyo
Total S.A, sobre obligación de dar suma de dinero; y los devolvieron.

S.S. URRELLO A., ORTIZ B., SÁNCHEZ PALACIOS P., ECHEVARRÍA


A., CASTILLO LA ROSA S.

110
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 1409-2002, LIMA

Lima, diecisiete de Noviembre del dos mil tres.-

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA, vista la causa el día de la fecha, producida la votación correspondiente
de acuerdo a ley, emite la presente sentencia; con los acompañados:

I. MATERIA DEL RECURSO

Es materia del presente recurso de casación la sentencia de vista de fojas quinientos


cuarenta, su fecha veintisiete de marzo de dos mil dos, expedida por la Quinta Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que, confirmando la sentencia de
primera instancia de fojas cuatrocientos dieciocho, sú fecha quince de octubre de
dos mil uno, declara fundada la demanda incoada por E.J.S.G. y otra, contra
Rosales Diesel Sociedad Anónima y otro, sobre levantamiento de hipoteca.

II. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO


Mediante resolución obrante a fojas treintiuno del cuadernillo de casación, de
fecha veintinueve de agosto de dos mil dos se ha declarado procedente el recurso
de casación interpuestó por Rosales Diesel Sociedad Anónima por las siguientes
causales a) La prevista por el inciso 1 del artículo 386 del Código Procesal Civil,
relativa la interpretación errónea de los numerales 1302 y 1303 del Código Civil;
y b) la causal prevista en el inciso 2 del artículo 386 del Código Procesal Civil
relativa a la inaplicación de los artículos 1099, inciso 2, 1186, 1361 y 1362 del
Código Civil.

III. CONSIDERANDO

1. Respecto de la causal de interpretación errónea de los artículos 1302 y 1303 del


Código Civil, la empresa recurrente manifiesta que la Sala erróneamente, ha
considerado que con la transacción judicial celebrada por ésta y la Empresa Minera
Los Ases Sociedad Anónima, sin la intervención de la sociedad conyugal
demandante, se ha extinguido la garantía otorgada por estos últimos a favor de la
recurrente. Sostiene, además, que constituye requisito indispensable de la

111
transacción que todas las partes involucradas intervengan, lo que no ha ocurrido
en el presente caso. Agrega que al no haber existido concesiones recíprocas entre
la recurrente y la citada sociedad conyugal, la transacción no afecta, de modo
alguno, la calidad de garantes de la sociedad conyugal Sifuentes-Alvarado.

2. El artículo 1302. del, Código Civil establece que "Por la transacción las partes,
haciéndose concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso,
evitando el pleito que podría promoverse o finalizando el que está iniciado. Con
las concesiones recíprocas, también se puede crear, regular, modificar o extinguir
relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las
partes. La transacción tiene valor de cosa juzgada". De otra lado, el artículo 1303
del Código Civil dispone que "La transacción debe contener la renuncia de las
partes a cualquier acción que tenga contra otra sobre el objeto de dicha
transacción".

3. Pues bien Revisado el expediente acompañado número mil novecientos


noventiocho guión cero veintiocho mil seiscieentos noventa se advierte lo
siguiente: 3.1. Con fecha dieciocho de mayo de mil novecientos noventidós la
empresa Rosales Diesel Sociedad Anonima y ahora co-demandada interpuso
demanda ejecutiva contra Compañia Minera Los Ases, en calidad de deudora
principal, y contra la sor edad conyugal constituida por Elmio Sifuentes y G.A. de
Sifuentes (ahora demandantes), en calidad de avalistas, a fin de que le paguen
solidariamente la suma de cinco mil sesentitrés dólares, obligación derivada del :
pagaré de fojas tres del citado acompañado. 3.2. Por escrito de fojas sesenticuatro
la empresa Rosales Diesel Sociedad Anónima y la Compañía Minera Los Ases
Sociedad Anónima solicitaron al Juzgado que apruebe la transacción judicial
arribada por ambas. En dicha transacción se establecieron los siguientes puntos:
La Compañía Minera Los Ases reconoció adeudar a favor de Rosales Diesel
Sociedad Anónima la suma de ciento diez mil dólares, estableciéndose como forma
de pago la siguiente: setenta mil dólares como abono inicial y el saldo de cuarenta
mil dólares estaría representado por dieciocho pagarés de dos mil ochocientos
veintidós dólares cada uno, debidamente avalados por A.P.B.En caso que la
Compañía Los Ases Sociedad Anónima incumpliera o incurriese en mora en el
pago de dos o más cuotas sucesivas o alternadas, la empresa Rosales Diesel
Sociedad Anónima daría por vencidos todos los plazos y procedería al cobro de la
deuda en ejecución de la transacción suscrita. Por su parte, la empresa Rosales
Diesel Sociedad Anónima procedió a desistirse de la medida cautelar de embargo

112
preventivo trabado sobre el vehículo -de propiedád de la Compañía Minera Los
Ases de placa de rodaje XG-1207. 3.3. Por resolución de fecha veinte de octubre
de mil novecientos noventitrés, obrante a fojas sesentiséis del acompañado se tuvo
por transigida la acción en los términos antes indicados.

4. Para que exista transacción valida dentro del proceso se requiere de la


concurrencia de lo siguientes requisitos: a) Una relación jurídica litigiosa
preexistente; b) La intención de las partes de componer el conflicto; y c) Las
reciprocas concesiones de las partes.

5. En el presente caso no se ha cumplido con el requisito previsto en el literal b)


del considerando precedente, en la medida que la sociedad conyugal demandante
no ha participado de la transacción, por tanto, los acuerdos contenidos en dicho
documento no pueden alcanzarle. Es más, la obligación que garantiza la hipoteca
no se ha extinguido en su totalidad, como se explica más adelante. Igualmente en
el presente caso, no se ha producido novación alguna, pues, no se ha producido
sustitución de una obligación por otro lo que sé ha producido es amortización de
la obligación originaria.

6. Consecuente con lo anterior el recurso de casación es fundado por haberse


subsumido erradamente los hechos aportados al proceso dentro de los supuestos
fácticos de los arjlós 4302 y 1303 del Código Civil y dándoles incluso a estos
alcánces que no tienen.

7. Cabe agregar que el artículo 337, tercer párrafo, del Código Procesal Civil prevé
la posibilidad de que la transacción recaiga sobre alguna de las personas (y no
todas), estableciendo que el proceso debe continuarse respecto de las personas no
comprendidas a transacción. En tal sentido, resulta ilógico pensar que dicha
trarsacción alcanza a la sociedad conyugal demandante.

8. Respecto a la denuncia por inaplicación de los artículos 1099, inciso 2, 1186,


1361 y 1362 del Código Civil la empresa Rosales Diesel Sociedad Anónima.
Sostiene que la sociedad conyugal demandante constituyó garantía hipotecaria a
favor de la recurrente con la finalidad de garantizar el cumplimiento del pago total
del saldo del precio de la compra venta de un camión volquete marca V. por parte
de la Compañía Minera Los Ases Sociedad Anónima Agrega que la obligación
garantizada no ha quedado extinguida totalmente.

113
9. El artículo 1099, inciso 2, del Código Civil establece que "Son requisitos para
la validez de la hipoteca: (..) 2. Que asegure el cumplimiento de una obligación
determinada y determinable (_..)° Por otro lado, el artículo 1186 del Código Civil
prevé que El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios
o contra todos ellos simultáneamente. Lás récfámááónes entabladas contra uno, no
serán obstáculo para las que posteriormente se dirijan contra los demás, mientras
1 no resulte pagada la deuda por completo. Por último, los artículos 1361 y 1362
disponen que Los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos.
Se presume que la declaración expresada en el contrato responde a la voluntad
común de las partes y quien niega esa coincidencia debe probarla y los contratos
deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según la reglas de la buena fe y común
intención de las partes respectivamente.

10. De autos se advierte que por Escritura Pública de fecha quince de julio de mil
novecientos noventiuno la sociedad con gal demandante constituyó a favor de la
empresa Rosales Diesel Sociedad Anónima una hipoteca sobre el inmueble de su
propiedad (...) en garantía del saldo que los deudores tienen a favor de dicha
empresa, proveniente de la compra de un camión volquete Volvo NL 1042 (seis
por cuatro), realizado últimamente a través de la Compañía Minera Los Ases
Sociedad Anónima donde los deudores son avalistas de esta empresa minera (...)
Ello conformeaparece de la clausula tercera del testimonio de Escritura Pública de
fojas ocho.

11. Asimismo, se advierte que en la cláusula cuarta de la citada escritura pública,


las partes acordaron que la garantía respaldaría la deuda mencionada, los intereses
y demás gastos, hasta su total cancelación.

12. De lo antes expuesto y, teniendo en cuenta las normas antes glosadas, se llegaa
la. conclusión que la hipoteca constituida por la sociedad conyugal demandante a
favor de la empresa Rosales Diesel Sociedad Anónima tuvo por finalidad
garantizar el pago total del saldo del precio del camión volquete, lo que no ha
ocurrido a la fecha, por tanto, la garantía hipotecaria se mantiene en tanto no se
cancele totalmente la obligación.

13. Cabe agregar que no fue intención de la empresa Rosales Diesel y la Compañia
Minera Los Ases Sociedad Anónima extinguir la hipoteca constituida por la

114
sociedad conyugal demandante, pues de haber sido así, lo hubiesen señalado
expresamente en la transacción materia de la lítis.

14. Consecuente con lo anterior el recurso de casación es fundado por haberse


inaplicado las normas materiales contenidas en los artículos 1099, inciso 2 1186,
1361 y 1362 del Código Civil.

IV. DECISIÓN

Declararon FUNDADO el recurso de casación de fojas quinientos cincuenticuatro,


interpuesto por Rosales Diesel Sociedad Anónima y, en consecuencia,
CASARON la sentencia de vista de fojas quinientos cuarenta su fecha veintisiete
de marzo del dos mil dos; en los seguidos por E.J.S.G. y otra sobre levantamiento
de hipoteca. Actuando en sede de instancia: REVOCARON la sentencia apelada
de fojas quinientos cuarenta su fecha veintisiete de marzo del dos mil dos, y,
REFORMÁNDOLA, declararon INFUNDADA la demanda DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario oficial El Peruano bajo
responsabilidad; y los devolvieron.

115
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 646-98, LAMBAYEQUE

Lima, 23 de junio del 2000.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; Vista la causa No 646-98; en Audiencia
Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el demandado Carlos Estuardo


Quevedo Ubillús contra la sentencia de vista de fojas 337 del 22 de diciembre de
1997, que revoca la sentencia apelada que declara infundada la demanda, y
reformándola declara Fundada las acciones acumuladas de certeza de validez y
eficacia de la transacción, el cumplimiento de la misma y el pago de daños y
perjuicios, y en razón de la imposibilidad jurídica de la segunda, ordenaron el pago
de S/. 15.000,00 por los demandados a los demandantes en concepto de
indemnización de daños y perjuicios, con costas y costos.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Por resolución de ésta Sala Suprema del 15 de abril de 1998 se ha declarado


procedente el recurso en los extremos en que se denuncia: a) La interpretación
errónea de los artículos 1302, 1303 y 1304 del Código Civil, que califican una
transacción, las mismas que exigen concesiones recíprocas entre las partes, las que
no se estarían cumpliendo en caso de autos, pues se trata del compromiso de una
sola de las partes, y b) La contravención de las normas contenidas en los artículos
305 inciso 5, 306, 311, 312 y 313 del Código Procesal Civil que garantizan el
debido proceso, pues al expedirse la resolución recurrida ha intervenido como
vocal dirimente el Dr. Carlos Caballero Burgos quien habría emitido opinión en el
proceso de retracto seguido entre las mismas partes, como es de verse de la
Resolución No 57 del 29 de diciembre de 1994, el mismo que resulta conexo al
presente, por lo que dicho juzgador tenía impedimento insalvable.
III. CONSIDERANDO

116
1. Que, siguiendo la línea jurisprudencial que tiene establecida ésta Sala Suprema,
antes de entrar a conocer una denuncia por error in iudicando, corresponde
determinar primero si realmente se ha configurado la infracción procesal
denunciada, y de ser el caso, si es de tal naturaleza que puede viciar con nulidad la
sentencia recurrida.

2. Que, en primer lugar hay que establecer que la resolución No 57 del 29 de


diciembre de 1994, corriente a fojas 221 del expediente de retracto fue expedida
por el Juez doctor Wilder González Delgado y que el doctor Caballero solo emitió
algunos decretos, como los de fojas 149, 167, 170 y 175.

3. Que, el impedimento es el instituto procesal por el cual la ley, de modo expreso


y terminante, aparta al juez del conocimiento de determinado proceso, por estar
vinculado a hechos tan fuertes que se duda que pueda proceder con imparcialidad.
Así, el artículo 305 inciso 5 del Código Procesal Civil establece que “El Juez se
encuentra impedido de dirigir un proceso cuando: (...) Ha conocido el proceso en
otra instancia”. Como se puede ver al exigir que el Juzgador haya conocido el
mismo proceso “en otra instancia” éste artículo está dirigido sólo a Jueces de
Revisión y a los de la Corte Suprema, cuando actúan conociendo, respectivamente,
del recurso de apelación y del de casación, pues lo que se quiere evitar es que un
mismo juzgador participe reiteradamente en el conocimiento del proceso, pues con
ello se vulneraría la garantía constitucional de “Pluralidad de instancias”. La
denuncia del recurrente no encuadra en la norma citada, pues se refiere a la
participación del vocal dirimente en un proceso diferente (retracto) al de autos
(declaración de certeza), por lo que ésta norma no ha sido infringida.

4. Que, el artículo 306 del Código Procesal Civil regula el trámite cuando el Juez
se reconoce impedido de conocer un caso. En el artículo bajo estudio se concede
al juzgador la facultad de analizar las diversas causales de impedimento, y si en
ellas encuentra algún motivo que lo alcanza, surge en él el deber de excusarse de
seguir conociendo el caso; pero si el juzgador no encuentra motivo de
impedimento, las partes ni ningún otro juez puede instarlo a que se declare
impedido, pudiendo en todo caso hacer uso de los recursos que la ley procesal les
concede. Siendo que en el artículo 306 del Código Procesal Civil la determinación
de existencia de causal de impedimento está encargada al juzgador, si dicha
determinación se da en sentido discrepante a los intereses de las partes, no puede

117
considerarse por ello, que dicha norma procesal ha sido infringida vulnerando el
derecho al debido proceso que tienen las partes. Razonamiento similar a lo
procedente se aplica con respecto al artículo 311 del Código Adjetivo denunciado.

5. Que, el artículo 312 del Código Procesal Civil a diferencia del artículo 306
regula el trámite del impedimento cuando el juzgador no cumple con su deber de
abstención, quedando en la parte interesada la carga de hacer uso del instituto que
tratamos (recusación por impedimento) “y si no recurre a él, y con la oportunidad
debida, el Juez queda habilitado para conocer el proceso”, así lo tiene establecido
desde hace largo tiempo nuestra jurisprudencia y doctrina nacional (ver, Pino
Carpio, Remigio. Nociones de Derecho Procesal, Tipografía Peruana, Tomo I,
página 199). Como se aprecia de acta de audiencia del 5 de diciembre de 1997 de
fojas 336, el vocal dirimente cuestionado, doctor Carlos Caballero Burgos, vio la
causa en discordia y escuchó los informes orales de las partes, incluidos los del
abogado patrocinante de la recurrente, y dicho magistrado no fue recusado
oportunamente (en la primera oportunidad que se tuvo), por lo que la presente
denuncia deviene en extemporánea según los términos del artículo 176 segundo
párrafo Código Procesal Civil y carente de legítimo interés para sentar dicha
denuncia, no infringiéndose así el citado artículo.

6. Que, el artículo 313 del Código Procesal Civil regula la abstención por decoro
o delicadeza, que es aquel supuesto donde el magistrado hace conocer que pesan
en su ánimo, consideraciones que pueden perturbar su imparcialidad. Este artículo
supone que el juzgador tiene la facultad de analizar si concurren en él causales que
americen su abstención, y si ese es el caso, seguir con el trámite que establece el
artículo bajo comento, pero si el juzgador considera que éste no es el caso, mal
puede considerase que se ha infringido dicha norma, como pretende el recurrente.

7. Que, habiéndose desestimado la posibilidad de la infracción de normas


procesales, vicio sancionado con nulidad, corresponde conocer ahora los errores
in iudicando denunciado.

8. Que, el artículo 1302 del Código Sustantivo realiza una descripción de lo que se
entiende por “transacción”, en su primera parte se refiere a concesiones recíprocas
y la decisión de algún asunto dudoso o litigioso, y en su segundo párrafo aclara los
alcances que pueden tener esas concesiones. Este dispositivo tiene implicaciones
procesales, como que es una forma de terminación del proceso, y que tiene valor

118
de cosa juzgada, por lo que, del análisis de dicho artículos se tiene que, aun cuando
está contenido en el Código Sustantivo, es de carácter mixto. Que concesión, desde
un punto de vista jurídico, es el punto de la reclamación contraria que se acepta en
una transacción (ver la voz correspondiente en el Diccionario de Cabanellas) y en
el análisis jurídico del documento de fojas 102 se aprecia que por un lado se
conviene en desocupar la casa de la calle Francisco Cabrera y por otro se fija un
plazo para ello que es en beneficio del deudor y así mismo hay un desistimiento
del retracto por lo que satisface el requisito; de las concesiones recíprocas, como
se ha considerado en la instancia.

9. Que, del análisis del artículo 1303 del Código Civil se tiene que dicha norma
exige la renuncia de las partes a cualquier posibilidad de iniciar alguna acción a su
contraparte con respecto al objeto sobre el que transa, condición que tiene
repercusiones procesales y el requisito que establece no es de carácter ad
solemnitatem, por lo que esta causal no puede ser acogida.

10. Que, el artículo 1304 del Código Civil regula la forma en que debe hacerse la
transacción (forma escrita o petición al juez), estableciéndose así un requisito
general para la validez de éste acto, lo que demuestra el carácter instrumental de
dicha norma, que en este caso se ha cumplido.

11. Que, la sentencia de vista tiene establecido que: “tal convención (transacción)
contenía concesiones recíprocas entre las partes, de tal manera que se daban los
requisitos del artículo 1302 del Código Civil, e implícitamente se cumplían las
prescripciones del artículo 1303 del Código Civil, y al hacerse por escrito se
cumplan las formalidades del artículo 1304 del Código mencionado, obligando por
tanto a quienes lo celebran”.

12. Así, la propuesta del recurrente en el sentido de que el documento que obra en
autos no contiene una “transacción” en los términos de los artículos 1302 al 1304
del Código Civil, sino que sólo es un documento con compromiso de una sola de
las partes, no viene a ser una propuesta de derecho sobre la interpretación correcta
de dichas normas, estando a las conclusiones que preceden DECLARARON
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas 357 contra la sentencia
de vista de fojas 337, su fecha 22 de diciembre de 1997; CONDENARON al
recurrente al pago de las costas y costos del recurso así como a la multa de una
Unidad de Referencia Procesal; MANDARON se publique la presente resolución

119
en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Edmundo González Vértiz y
otra con don Carlos Estuardo Quevedo Ubillús y otra, sobre declaración de certeza
y otros; y los devolvieron.

S.S. URRELLO, SÁNCHEZ PALACIOS, ROMAN, ECHEVARRÍA, DEZA.

120
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 3278-2002, LORETO

Lima, 2 de julio del 2003.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número treintidós setentiocho-
dos mil dos; en audiencia pública de la fecha y producida la votación con arreglo
a ley emite la siguiente sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas doscientos cuarenticinco a


doscientos cuarentiocho por María Olinda Jiménez Sousa contra la resolución de
vista de fojas doscientos treinticuatro a doscientos treintisiete expedida por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Loreto el veintisiete de agosto del dos mil
dos, que confirma el auto apelado de fojas ciento doce a ciento quince que declara
fundada la excepción de transacción, nulo todo, lo actuado ordenándose el archivo
definitivo de la presente causa en los seguidos por la recurrente con Occidental
Peruana Inc. sucursal Perú (OXY) y otros sobre indemnización por daños y
perjuicios;

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Por resolución en mayoría expedida por esta Sala el once de diciembre del dos mil
dos se declaró procedente el recurso por las causales previstas en los incisos
segundo y tercero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil,
acusando: i) inaplicación de una norma de derecho material, afirmando que sala de
vista ha inaplicado el inciso segundo del artículo ciento sesentisiete, inciso tercero
del artículo cuatrocientos cuarentiocho del Código Civil y el artículo mil
trescientos siete del mismo cuerpo legal, por cuanto es evidente el fin ilícito de la
transacción efectuada con la Occidental Peruana Inc. sucursal Perú - OXY; y ii)
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
afirmando que la sala de mérito ha incurrido en dicho agravio al emitir una
resolución que contraviene lo dispuesto en el inciso quinto del artículo ciento
treintinueve de la Constitución Política del Estado, artículo doce de la Ley

121
Orgánica del Poder Judicial, inciso tercero del artículo ciento veintidós e inciso
sexto del artículo cincuenta del Código Procesal Civil y doscientos veinte del
Código Civil, toda vez que el documento de transacción contraviene lo referente a
las concesiones recíprocas, que señala el artículo mil trescientos dos del Código
Civil; agregando además que no hay una debida motivación y fundamentación el
mismo.

III. CONSIDERANDO

1. Que, al haberse declarado procedente el recurso de casación por vicios in


iudicando como in procedendo corresponde en primer lugar emitir
pronunciamiento respecto a la causal contemplada en el inciso tercero del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil porque de existir tal situación ya
no cabe pronunciarse respecto a los errores sustantivos.

2. Que de acuerdo a los términos de la demanda cuya copia corre a fojas uno, María
Olinda Jiménez Sousa interpuso acción indemnizatoria por daños y perjuicios
dirigiéndola contra la Fuerza Aérea del Perú, Compañia de Seguros Popular y
Porvenir y la Occidental Peruana Inc. sucursal Perú (OXY), a fin de que
solidariamente cumplan con indemnizada con la suma de ciento sesenticinco mil
setecientos catorce dólares americanos con veintiocho centavos de dólar por la
muerte de su cónyuge Juan Córdova Huamán.

3. Que como se aprecia de fojas ochentiuno, la Occidental Peruana Inc. sucursal


Perú (OXY) dedujo la excepción de transacción esgrimiendo como argumento
haber arribado a un acuerdo transaccional extrajudicial indemnizatorio con la
demandante el siete de abril de mil novecientos noventinueve, en relación con el
accidente en que falleciera su esposo Juan Córdova Huamán, poniendo así fin a
cualquier controversia y a la posibilidad de iniciar procesos judiciales [...].

4. Que, las instancias de mérito han resuelto uniformemente declarar fundada la


excepción amparadas en el documento transaccional de fojas cincuentinueve a
sesentiséis y en consecuencia nulo todo lo actuado careciendo de objeto
pronunciarse sobre la excepción de prescripción propuesta por la entidad
codemandada.

122
5. Que, en cuanto a los errores in procedendo denunciados por la recurrente resulta
preciso referirse a los alcances del artículo mil trescientos dos del Código Civil en
tanto a la definición de la transacción, en cuyo primer párrafo se hace referencia a
las concesiones recíprocas de las partes respecto a algún aspecto litigioso o dudoso
evitando el pleito que podría promoverse o finalizando el que está iniciado y que,
en tal sentido, la transacción tiene valor de cosa juzgada como lo establece la parte
in fine de dicha norma, la que en consecuencia tiene implicancias de orden
procesal.

6. Que en tal virtud estando a la naturaleza jurídica del acuerdo transaccional,


bilateral y consensual con concesiones recíprocas que contiene el documento de
fojas cincuentinueve a sesentiséis según el cual la recurrente renuncia a la
posibilidad de iniciar cualquier acción contra la empresa emplazada Occidental
Peruana Inc. Recibiendo como contraprestación la suma de diez mil dólares
americanos, acuerdo, que figura aprobado por el Juzgado de Familia de Maynas,
se determina que dicha transacción ha adquirido la condición de cosa juzgada, pero
únicamente entre las partes que la han suscrito, por lo que en este extremo la causal
denunciada no puede ser acogida pues las instancias de mérito han resuelto la
excepción en lo que a estas partes concierne con arreglo a ley y aplicando las
normas pertinentes a la materia.

7. Que, sin embargo, tratándose de la denuncia por las causales in iudicando, los
alcances de la excepción deducida no puede comprender a los seguros pues como
se tiene por establecido de la demanda y la resolución apelada de fojas ciento trece,
segundo considerando, y se aprecia del documento de fojas cincuentinueve a
sesentiséis, la transacción en referencia fue únicamente otorgada y suscrita por la
demandante y el representante de Occidental Peruana Inc. y si bien en dicho
documento la demandante figura haciendo renuncia a toda acción contra la Fuerza
Aérea del Perú y Popular y Porvenir Compañía de Seguros, tal compromiso no
puede surtir efectos a su favor puesto que al no haber intervenido en dicho acto
jurídico no existe su manifestación de voluntad de efectuar con la accionante las
concesiones recíprocas o la renuncia de acción a que se refieren los artículos mil
trescientos dos y mil trescientos tres del Código Civil concluyéndose de todo ello
que, en efecto, se ha inaplicado al caso submateria el artículo mil trescientos siete
del acotado código que establece que la transacción de incapaces; como son los
menores hijos de la demandante; debe contar con la aprobación del juez, lo que no
ha ocurrido en el caso de autos en que tal aprobación judicial sólo está referida a

123
la celebrada con Occidental Peruana Inc., mas no con las otras codemandadas que
no han intervenido en dicha transacción, por lo cual la excepción sub materia no
puede hacerse extensiva en su beneficio.

8. Que, en consecuencia, configurándose la causal contemplada en el inciso


segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil y de
conformidad con el inciso primero del artículo trescientos noventiséis del acotado
y con lo expuesto por la señora Fiscal Suprema declararon fundado en parte el
recurso de casación interpuesto por María Olinda Jiménez Souza de fojas
doscientos cuarenticinco a doscientos cuarentiocho, en consecuencia, nula la
resolución de vista de fojas doscientos treinticuatro a doscientos treintisiete, su
fecha veintisiete de agosto del dos mil dos; y actuando en sede de instancia.

IV. DECISIÓN

REVOCARON la resolución apelada de fojas ciento trece a ciento quince, en el


extremo que declara NULO lo actuado y por concluido el proceso;
REFORMÁNDOLA, DISPUSIERON que continúe el proceso contra las
demandadas Fuerza Aérea del Perú y Popular y Porvenir Compañía de Seguros,
debiendo pronunciarse sobre las excepciones y defensas previas que éstas hubieran
planteado; CONFIRMARON la misma resolución en la parte que declara fundada
la excepción de transacción deducida por Occidental Peruana Inc. Sucursal del
Perú, archivándose la causa en este extremo; DISPUSIERON la publicación de la
presente RESOLUCIÓN en el diario oficial “El Peruano”; en los seguidos por
María Olinda Jiménez Souza contra Occidental Peruana Inc. y otros, sobre
indemnización por daños y perjuicios; y los devolvieron.

S.S. AGUAYO DEL ROSARIO, ECHEVARRÍA ANDRIANZEN,


LAZARTE HUACO, MOLINA ORDÓÑEZ, PACHAS ÁVALOS.

124
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS. N.º 464-2005, LIMA

Lima, 24 de enero del 2006.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPUBLICA; vista la causa numero cuatrocientos
sesenticuatro - dos mil cinco, con el acompañado en Audiencia Pública de la fecha
y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por la Asociación Civil la Alameda &
Hacienda Club, mediante escrito de fojas cuatrocientos cuatro, contra la resolución
de vista emitida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
de fojas trescientos ochentinueve, su fecha diez de agosto del dos mil cuatro, que
Confirmando la sentencia apelada que declara Fundada la demanda; en
consecuencia Nulo el documento denominado “Convenio de Transacción Judicial”
celebrado por las partes, el cuatro de mayo de mil novecientos noventicuatro;

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, el recurso casación fue declarado Procedente por resolución de fecha


veintiuno de abril del dos mil cinco, por la causal contemplada en el inciso tercero
del articulo trescientos ochentiseis del Código Procesal Civil, sosteniendo que la
Sala de mérito ha vuelto a desconocer el hecho que la transacción celebrada entre
el demandante Gastón Roger Morales Ramos y la Asociación Civil de Alameda &
Hacienda Club, en el juicio ejecutivo sobre pago de dólares que el primero le siguió
ante el Vigésimo Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Lima - expediente
Número veintiuno noventisiete, hoy expediente cincuenta mil doscientos uno - dos
mil dos, fue homologada por el Juez de la causa mediante resolución de fecha
veintiuno de setiembre de mil novecientos noventicuatro confirmada mediante
Resolución Superior de fecha nueve de febrero de mil novecientos noventicinco
teniendo dicha transacción la calidad de acto jurídico procesal que no, podía ser
cuestionado en vía de junio sobre nulidad de acto jurídico de convenio de
transacción, sino en la vía procesal correspondiente conforme así lo estableció la

125
jurisprudencia correspondiente, como es el caso de la Ejecutoria Suprema emitida
en el expediente trescientos cuarentidós - setenta, en donde la Corte Suprema
considero que la nulidad de los actos jurídicos procesales como la transacción
deben ser alegados como incidente dentro del mismo proceso, y de la casación
numero mil seiscientos noventinueve - dos mil Santa, emitida bajó los alcances del
Código Procesal Civil, en donde la Sala Civil de la Corte Suprema consideró que
la transacción llevada a cabo en un proceso judicial tiene el carácter de cosa
juzgada y sólo puede ser cuestionada en vía de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta; en ese sentido refiere el recurrente que no se ha seguido el proceso de
manera regular y que se ha afectado su derecho a un debido proceso, así como la
garantía de la cosa juzgada al haberse dejado sin efecto un auto de homologación
de una transacción judicial celebrada en un proceso iniciado bajo las normas del
Código de Procedimientos Civiles; asimismo denuncia que este agravio lo ha
desarrollado en su recurso de apelación, sin embargo, a pesar de su evidente
trascendencia, la Sala Revisora lo ha obviado al expedir su sentencia.

III. CONSIDERANDO

1. Que, en el caso de autos, Gastón Roger Morales Ramos, interpone demanda de


nulidad de acto jurídico, específicamente, nulidad de transacción judicial,
celebrada por la Asociación Civil la Alameda Hacienda Club, el recurrente y otros,
el cuatro de mayo de mil novecientos noventicuatro, dirige su demanda contra la
aludida Asociación, Enrique Villasana Zevallos, V & V Promotores Ejecutores
Sociedad Anónima y Turismo y Recreaciones Sociedad Anónima indica,
sintéticamente, que el dieciocho de noviembre de mil novecientos noventiuno, la
Asociación demandada aceptó una letra de cambio por trescientos treintisiete mil
quinientos dólares americanos, documento cartular que fue endosado en su
propiedad; a su vencimiento, ante la falta de pago, se protestó el documento y se
inició una acción judicial, bajo el amparo de las normas del Código de
Procedimiento Civiles, para su cobro; el veintiocho de junio de mil novecientos
noventitrés, obtiene una sentencia a su favor la misma que sería confirmada por la
Sala el ocho de octubre de mil novecientos noventitrés, no precediendo recurso de
nulidad; ante ello, el proceso regresó al Juzgado de Origen, quien empezó la parte
ejecutiva del proceso, requiriendo al deudor, el veinticuatro de noviembre de mil
novecientos noventitrés, que cumpla con pagar la suma puesta a cobro; el cuatro
de mayo de mil novecientos noventicuatro, el recurrente junto a la Asociación
demandada y a Enrique Villasana Zevallos, suscribieron un convenio de

126
transacción judicial, que involucraba, entre otros procesos, el proceso seguido por
el recurrente sobre pago de dólares; desde esa fecha, el recurrente no ha podido
cobrar su acreencia, puesto que el Juzgado encargado de la ejecución considera
que se ha sustituido la sentencia que tiene la autoridad de cosa juzgada en la que
los Jueces le reconocen su deuda, por el aludido acuerdo transaccional; señala que
ha procurado ejecutar el acuerdo transaccional durante ocho años sin existir; por
lo demás, dentro del mismo proceso de pago de dólares ha pretendido cuestionar
el aludido acuerdo, señalándose que cualquier cuestionamiento debería de hacerlo
vía acción independiente, que es lo que está haciendo; además, manifiesta que la
aludida transacción judicial no es tal, puesto que no cumple con lo dispuesto por
el artículo mil trescientos dos del Código Civil, al contener una pretensión
imposible; además, los representantes de la aludida Asociación, no contaban con
facultades de representación para celebrar un acuerdo transaccional, por lo que no
ha habido manifestación de voluntad del agente; por otro lado, en dicho acuerdo
transaccional no han participado las empresas co-demandadas, a pesar de que
podrían verse afectadas en sus derechos; asimismo, el oferente del acuerdo
transaccional no era abogado, por lo que se habría incumplido la formalidad del
acto asimismo, el acuerdo transaccional ha desnaturalizado el proceso de pago de
dólares, toda vez que ha vulnerado la cosa juzgada.

2. Que, admitida a trámite la demanda, por auto de fojas sesenticinco, se corre


traslado a los demandados, contestando la demanda la Asociación Civil Alameda
& Hacienda Club, quien reconoce que suscribió el aludido acuerdo, el mismo que
por error se denominó acuerdo transaccional, pero que no es sino una dación en
pago, con el que se resolvió un proceso judicial que estaba en pleno tramite; indica
que conforme el documento que las partes suscribieron, y cuya nulidad pretende
el actor, se ha declarado que se da por cancelada, la letra suscrita por la recurrente
por trescientos treintisiete mil quinientos dólares americanos y en contraprestación
se le otorga a Enrique Villasana Zevallos doscientos setentiuno certificaciones de
participación de la comunidad de bienes de la recurrente y al actor se le otorga
ciento veinticinco participaciones, describiéndose, debidamente éstas;
adicionalmente, se le da al actor veinticinco mil dólares americanos, lo cual se
pagó al momento de suscribir el aludido acuerdo; por ende, lo que pretende el
actor, es volver a cobrar una deuda debidamente cancelada; por otro lado, la
recurrente reconviene a fin que el actor cumpla con pagarle la suma de un millón
setecientos veinticinco mil nuevos soles, por concepto de indemnización por daños

127
y perjuicios causados a la recurrente, al pretender mediante esta acción, desconocer
la dación en pago; en ejecución de sentencia, otorgada por ambas partes.

3. Que por otro lado, las empresas co-demandadas son declaradas rebeldes por
resolución de fojas ciento tres; mientras que Enrique Villasana Zevallos pretendió
el reconocimiento de la demanda, el mismo que fue declarado en improcedente,
por resolución de fojas cien, quien, finalmente, sería declarado rebelde, por
resolución de fojas ciento setenta.

4. Que, llevadas a cabo las audiencias, el A Quo dicta sentencia declarando


improcedente la reconvención y fundada la demanda; asimismo el A Quo indica,
efectivamente, entre las partes hubo un proceso de pago de dólares, en donde
obtuvo sentencia favorable el actor; mandándosele a la demandada Asociación
Civil la Alameda & Hacienda Club el pago de la obligación descrita, mandato que
las partes acordaron modificar celebrando el cuatro de mayo de mil novecientos
noventicuatro el denominado convenio de transacción judicial; aún con su
denominación, ese acuerdo es un acto jurídico posterior a la sentencia, el mismo
que, conforme al artículo trescientos treintinueve del Código Procesal Civil, no
tiene la naturaleza de acuerdo transaccional, ni produce sus efectos, pues se trata
de un acuerdo por el que las partes pueden condonar y novar la obligación que
contiene la sentencia, prorrogar el plazo de su cumplimiento, convenir la dación
en pago y, en general, celebrar cualquier acto destinado a regular o modificar su
cumplimiento; en dicho acuerdo, el actor y el codemandado Villasana Zevallos
declararon que no tenían nada que reclamar; el aludido acuerdo no adolece del
vicio previsto en el inciso segundo del artículo doscientos diecinueve del Código
Civil, puesto que su pretensión no es imposible; la no intervención de la empresa
co-demandada tampoco vicia el acuerdo, puesto que éste se orientó a terminar las
diferencias existentes entre los firmantes del aludido acuerdo; por otro lado,
conforme a las resoluciones dictadas en el proceso ejecutivo, intervinieron en
dicho acto, el actor, el co-demandado Villasana Zevallos y como representantes de
la Asociación la Alameda & Hacienda Club su Presidente, Vicepresidente y
Director Tesorero, quienes no tenían la representación legal de la Asociación,
puesto que seis de los diez miembros de la Junta Directiva que la Asamblea
General había elegido, habían renunciado; por ende, estatutariamente, debieron de
convocar a Asamblea General para obtener un voto de confianza y reemplazar a
los renunciantes o cesar en sus funciones, nombrándose un comisión
administradora provisional; como no se ha cumplido con esto, los representantes

128
de la aludida Asociación no contaban con facultades de representación legal, por
lo que el convenio es nulo, al amparo del inciso primero del artículo doscientos
diecinueve del Código Sustantivo, puesto que la mencionada Asociación no habría
manifestado su voluntad.

5. Que, por escrito de fojas trescientos treinticuatro, la Asociación Civil la


Alameda & Hacienda Club apela la resolución del A Quo, reiterando su posición
sobre la validez del acuerdo transaccional homologado ante el Juez del proceso de
pago de dólares, el mismo que es un acuerdo que tiene la autoridad de cosa
juzgada; por otro lado, se ha desconocido el valor de las resoluciones dictadas en
doble instancia, derivadas de las nulidades planteadas por el actor, y desestimadas
dentro del mismo proceso de pago de dólares; además, se ha violado su derecho al
debido proceso, puesto que le relación de las partes está claramente determinada
por el acuerdo suscrito por ellas; incluso, le recurrente ofreció un medio probatorio
que el A Quo no actúo el mismo que consiste en el mérito del expediente número
veintinueve noventisiete (hoy Expediente número cinco cero dos cero uno-dos mil
dos); por otro lado, el A Quo no se ha pronunciado sobre todos y cada uno de los
puntos descritos en la demanda, indicando que el actor no pretende la nulidad de
acuerdo suscrito por las partes sino la ejecución de lo decidido en el proceso de
pago de dólares.

6. Que, la Sala Revisora, al absolver el grado confirma la decisión del A Quo,


señalando que el aludido cerdo, cuya. nulidad se demanda, está surtiendo efectos
en el expediente número cincuenta mil doscientos uno- dos mil dos (antes
expediente veintinueve-noventisiete), dentro del cual, el actor ha solicitado,
infructuosamente, su nulidad, haciéndole saber que su pedido es vía acción; por
otro lado, la decisión de la Sala de mérito sólo alcanza al acuerdo de transacción
judicial, entendido como acto jurídico en sí mismo, no pudiendo entenderse que
los efectos directos de la sentencia se extenderán respecto de actos procesales que
hayan tenido lugar como consecuencia de su celebración, en todo caso, quedara,
salvo el derecho del actor; citando el artículo mil trescientos dos del Código Civil;
refiere que la transacción sólo puede darse antes de finalizado el proceso esto es,
antes que se expida sentencia firme, en concordancia con el artículo trescientos
treinticuatro y trescientos treintinueve del Código Procesal Civil; en este caso, se
pretende la nulidad de un acuerdo transaccional cuyo propósito fue dar por
concluido un proceso que ya poseía sentencia, con autoridad de cosa juzgada; este
hecho es imposible, jurídicamente, por lo que se configura la causal prevista en el

129
inciso tercero del artículo doscientos diecinueve del Código Civil; además, refiere
que el A Quo ha aplicado correctamente el inciso primero del artículo doscientos
diecinueve del Código acotado, puesto que la Asociación no ha manifestado su
voluntad.

7. Que, conforme el inciso tercero y quinto del artículo ciento treintinueve de la


Constitución vigente es principio y derecho de la función jurisdiccional la
observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional y la motivación escrita de
las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero
trámite con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en
que se sustentan.

8. Que, por otro lado, el artículo trescientos sesenticuatro del Código Adjetivo
prescribe el objeto del recurso de apelación e indica que el recurso de apelación
tiene por objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a solicitud de parte
o de tercero legitimado, la resolución que les produzca agravio, con el propósito
de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.

9. Que, analizando el vicio denunciado, tendremos que en el recurso de casación,


expresamente, se describe como vicio procesal en que la Sala Superior no ha
reparado el aludido acuerdo transaccional que ha sido homologado por los Jueces,
por lo que, independientemente de su denominación, es un acto procesal;
asimismo, denuncia en el apartado uno punto dos de su recurso de casación, que
ha descrito este vicio en su recurso de apelación, por lo que el Ad Quem ha obviado
resolver sus agravios.

10. Que, objetivamente, se puede concluir que la Sala de Vista omite emitir un
pronunciamiento sobre cada uno de los agravios descritos por el apelante, a pesar
de ser su obligación legal, conforme al artículo trescientos sesenticuatro del
Código Procesal Civil.

11. Que, por otro lado, e independientemente de lo que el Colegiado Superior


resuelva, analizando la resolución de vista, se puede concluir que la misma es una
sentencia obscura e incongruente, puesto que, en principio, el Ad Quem le
reconoce eficacia al documento de transacción judicial, al señalar que está
produciendo efectos dentro del proceso de pago de dólares, que siguen las partes;
asimismo reconoce que, en dicho proceso, se ha pretendido la nulidad del acuerdo

130
denominado transacción judicial; sin embargo, luego procura deslindar los efectos
de su sentencia respecto del proceso de pago de dólares, seguidos entre las mismas
partes, sin reparar en la estrecha relación que existe entre ambos y que ella misma
reconoce.

12. Que, por otro lado, analizado el denominado acuerdo de transacción judicial,
aplicándole las normas referidas a este instituto jurídico, pero no repara en que una
de las partes ha declarado que dicho documento lleva un nomen juris errado, lo
cual debe ser analizado por la Sala de mérito para determinar cuál es la real
voluntad de las partes; asimismo, la Sala Revisora está amparando la demanda por
una causal adicional a la del A Quo, sin sustentar fáctica y jurídicamente la razón
por la que adopta esta decisión.

13. Que, por otro lado del análisis de los autos, también se puede concluir,
objetivamente, que el proceso ejecutivo seguido entre las partes no corre en autos,
de manera integral no obstante, ambas instancias se han referido a él.

14. Que, efectivamente, tanto el A Quo como el Ad Quem han expedido sus
sentencias sin reparar en el proceso ejecutivo que han seguido las partes, el mismo
que, es un elemento probatorio sustancialmente importante en la resolución del
conflicto y que debe correr en autos, aplicándosele lo dispuesto por e! artículo
ciento noventicuatro del Código Adjetivo, ya que es ineludible que los efectos de
este proceso, repercutirán positiva o negativamente, en el proceso ejecutivo.

15. Que debe tenerse presente que todos los registrados tienen el derecho,
constitucionalmente reconocido, en el inciso primero del artículo ciento
treintinueve de la Carta Magna vigente, de resolver sus causas con absoluta
independencia; por ello, ningún magistrado puede verse compelido a resolver una
controversia en determinado sentido, sea directa o indirectamente; sin embargo, es
también pertinente resaltar que toda decisión del magistrado debe responder a la
ley y a la justicia, como único parámetro de actuación.

16. Que, en este caso, es evidente la configuración de los vicios denunciados, por
lo que el A Quo deberá de renovar el acto procesal y, luego de analizada la posición
de las partes, deberá emitir una resolución, conforme a ley siéndole aplicable lo
dispuesto por el apartado dos punto tres del inciso segundo del artículo trescientos
noventiséis del Código Procesal Civil.

131
IV. DECISIÓN

declararon: FUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas cuatrocientos


cuatro por la Asociación Civil la Alameda & Hacienda Club; en consecuencia,
NULA la sentencia de vista de fojas trescientos ochentinueve, su fecha diez de
agosto del dos mil cuatro; INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fojas
doscientos noventisiete, su fecha diez de febrero del dos mil cuatro;
ORDENARON que el A Quo vuelva a emitir un nuevo fallo, con arreglo a esta
resolución, en una sentencia motivada y arreglada a ley, teniendo a la vista el
expediente ejecutivo; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en
el Diario Oficial “El Peruano”; en los seguidos por Gastón Roger Morales Ramos
con la Alameda Hacienda Club y otros sobre Nulidad de Acto Jurídico y los
devolvieron.

S.S. TICONA POSTIGO, CARRION LUGO, FERREIRA VILDOZOLA,


PALOMINO GARCIA, HENANDEZ PEREZ.

132
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
CAS. N.º 1381-2013 LIMA NORTE

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número mil trescientos ochenta
y uno - dos mil trece, en audiencia pública realizada en la fecha y producida la
votación correspondiente, emite la siguiente sentencia

I. MATERIA DEL RECURSO

En el presente proceso de nulidad de acto jurídico, se ha interpuesto recurso de


casación mediante escrito de folios mil treinta y ocho, por el demandante Abel
Martínez Aldazabal, contra la sentencia de vista a folios mil uno, del seis de
noviembre de dos mil doce, que declara en el segundo extremo confirmar la
sentencia contenida en la Resolución número cuarenta y seis que declara infundada
la demanda interpuesta contra Pablo Florentino Villavicencio Quispe y Francisca
Barboza Pizarro.

II. ANTECEDENTES: DEMANDA

Abel Martínez Aldazabal interpone demanda a folios sesenta, contra Pablo


Florentino Villavicencio Quispe y Francisca Barboza Pizarro, solicitando como a)
pretensión principal: se declare nulo y sin efecto legal la escritura pública de fecha
tres de agosto de dos mil siete otorgada unilateralmente por los demandados ante
Notario Público, donde consta la resolución de contrato de compraventa de fecha
veinte de marzo de dos mil y levantamiento de hipoteca que se suscribió; por ser
ilícita y jurídicamente imposible; y como b) pretensión accesoria: la nulidad del
asiento número ocho de la Partida Registral número P01008513 que contiene la
resolución unilateral extrajudicial del mencionado contrato de compra venta; más
el pago de las costas y costos en caso de contradicción. Sostiene que: i) con fecha
veinte de marzo de dos mil mediante escritura pública celebró con los demandados
un contrato de compraventa de acciones y derechos, del sesenta y ocho punto
doscientos cincuenta y cuatro por ciento del total de los derechos y acciones que
le corresponde en la parcela número sesenta y uno, ubicado en el distrito de
Carabayllo, provincia y departamento de Lima, cuya área total es de tres hectáreas
y mil quinientos metros cuadrados, cuyos linderos, medidas perimétricas y demás

133
características se encuentran registradas bajo el Código de Predio número.
P01008513 del Registro de Predios de Lima de la SUNARP, por el precio de
doscientos cincuenta y ocho mil dólares americanos que serían cancelados con una
cuota inicial de veintiséis mil dólares americanos y el restante en treinta y nueve
armadas; ii) el actor hasta la fecha ha cancelado el monto de ciento setenta mil
dólares americanos, faltando cancelar parcialmente la armada treinta y siete, así
como las armadas treinta y ocho y treinta y nueve, tal como está establecido en el
mismo contrato, habiendo pagado más del sesenta y siete por ciento del precio de
la compra venta. Asimismo, han venido pagando a los demandados las cuotas
pendientes mediante procesos de ofrecimiento de pago y consignación reflejados
en los expedientes números 2006-0301-0-2702-LM-CI-01 y 2007-0195-0-2702-
JM-CI-01. Además los demandados con motivo de haber resuelto el contrato de
manera unilateral, y luego de elevarlo a escritura pública e inscribirlo en la
SUNARP, no tienen potestades jurisdiccionales para ejecutar, o calificar la
resolución del contrato. Finalmente, se debe tomar en cuenta que los emplazados,
a la fecha en que decidieron resolver el contrato ya habían cobrado la letra número
treinta y seis mediante proceso de ofrecimiento de pago y consignación,
iniciándoles incluso un proceso judicial de ejecución de garantía hipotecaria.

III. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

Pablo Florentino Villavicencio Quispe y Francisca Barboza Pizarro mediante


escrito a folios ochenta y ocho, contestan la demanda. Argumentan que: i) las
causales en que se ampara la demanda no resultan de aplicación al presente caso,
porque la resolución de contrato se ha producido de acuerdo a lo establecido en el
artículo 1430 del Código Civil; ii) el contrato de compraventa celebrado entre las
partes ha quedado resuelto definitivamente y fue inscrito en los Registros Públicos
de Lima, por lo que no adolece de causal de nulidad, toda vez que ha sido
formalizado de acuerdo a las disposiciones legales vigentes; iii) está probado por
la propia versión del actor que sí hubo incumplimiento de pago con relación a las
letras de cambio treinta y seis, treinta y siete y treinta y ocho, lo que motivó la
resolución del contrato; iv) el ofrecimiento de pago que hace el actor se ha
producido después de haberse declarado la resolución de contrato; v) el contrato
materia de acción no adolece de las causales previstas en el artículo 219, incisos 3
y 4 del Código Sustantivo, por lo que no resulta de aplicación al caso concreto; vi)
la demanda no ha debido ser admitida a trámite por cuanto el demandante no ha
sustentado los fundamentos de hecho de la pretensión accesoria, establecido en el

134
artículo 426 del Código Procedimientos Civiles. fijación de puntos controvertidos:
Mediante acta de audiencia de conciliación de fecha siete de agosto de dos mil
ocho, de folios ciento quince, se fijó como puntos controvertidos: i) Determinar si
resulta procedente declarar la nulidad de acto jurídico contenido en la escritura
pública de resolución de compraventa y levantamiento de hipoteca de fecha tres
de agosto de dos mil siete, por las causales previstas en los incisos 3 y 4 del artículo
219 del Código Civil, referidas a cuando su objeto es física o jurídicamente
imposible o cuando su fin sea ilícito, estando a la normatividad vigente; y ii)
Establecer si resulta procedente disponer como pretensión accesoria, la nulidad del
asiento número ocho de la Partida Registral número P01008513, del Registro
Predial Urbano - Zona Registral número IX, sede Lima.

IV. PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Mixto Transitorio del Módulo Básico de Justicia de Carabayllo,


comprensión de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, emitió sentencia a
folios ochocientos veinticuatro, del veinticuatro de mayo de dos mil doce, que
declara infundada la demanda interpuesta por Abel Martínez Aldazabal, sobre
nulidad de acto jurídico, al considerar que: i) Que, es claro que el proceder de los
demandados se ajusta a lo previsto en el artículo 1429 del Código Civil, lo que
asegurará al acreedor la utilización del mecanismo de resolución, sin que se vea
forzado a recurrir a la instancia judicial, pero si ello fuere así, la sentencia tendrá
solo la naturaleza de decisión declarativa; ii) Que, los demandados no han obrado
ilícitamente al declarar resuelto el contrato celebrado con el comprador respecto a
la propiedad del sesenta y ocho punto doscientos cincuenta y cuatro por ciento del
total de derechos y acciones; si bien el actor alega haber cancelado más del
cincuenta por ciento del total del precio pactado y por tanto resultaría imposible
dar por resuelto el contrato; sin embargo, este argumento debe ser desestimado,
porque de acuerdo con el artículo 1562 del Código Civil, modificado por el artículo
único de la Ley número 27420 de fecha siete de febrero de dos mil uno, aplicable
al caso en virtud del artículo III del Título Preliminar, solo se imposibilita al
vendedor optar por la resolución del contrato cuando las partes así lo han
convenido y el comprador hubiese pagado determinada parte del precio; no
obstante aquello no ha ocurrido en el presente caso; iii) Que, en base a la valoración
conjunta de los medios probatorios aportados al proceso, el actor no ha acreditado
de modo alguno y en observancia de la carga de la prueba que le impone el artículo
196 del Código Procesal Civil, la concurrencia de los presupuestos para que se

135
configure las causales de nulidad, a tenor de lo establecido por el artículo 200 del
referido Código, sin imponer condena de costas ni costos del proceso al ser
evidente que el actor ha tenido motivos atendibles para litigar conforme a lo
establecido en el artículo 412 del Código Adjetivo.

V. APELACIÓN DE SENTENCIA

Mediante escrito de folios ochocientos cincuenta y uno, el demandante Abel


Martínez Aldazabal, interpone recurso de apelación contra la sentencia de fecha
veinticuatro de mayo de dos mil doce, señalando que el A-quo no ha compulsado
todos los medios probatorios ofrecidos en la demanda y que fueron admitidos en
audiencia complementaria, así como la prueba de oficio. Agrega, que no se analizó
ni valoró los expedientes números 301-2006 y 343-2007, ambos referidos al
ofrecimiento de pago y consignación, 292-2006 sobre ejecución de garantía
hipotecaria, y el número 431-2007, que trata sobre acción pauliana, que
demostraría que los demandados resolvieron de manera unilateral el contrato que
origina la presente litis.

VI. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte a folios mil
uno, emitió sentencia de vista, confirmando la sentencia de primera instancia que
declara infundada la demanda interpuesta por Abel Martínez Aldazabal, sobre
nulidad de acto jurídico. Fundamenta su decisión en lo siguiente: i) Que, el A quo
declara infundada la demanda bajo el sustento que no se ha acreditado que el acto
jurídico tenga un fin ilícito, desde que el accionar de los demandados se produce
debido a que el actor incurrió en causal de resolución de contrato, al haber
incumplido con el pago de tres letras de cambios de las treinta y nueve letras
pactadas, en aplicación a los acuerdos convenidos en la cláusula quinta del contrato
de compra venta; tampoco se ha acreditado la causal de objeto física y
jurídicamente imposible o cuando es objeto indeterminable; ni se ha sustentado la
imposibilidad jurídica por cuanto el acto consistente en la resolución de contrato
de compraventa y levantamiento de hipoteca, importa un merecimiento de tutela
jurídica, y en cuanto al supuesto indeterminado, el objeto materia de nulidad de la
citada resolución de contrato, resulta posible identificar bienes, utilidades,
intereses y relaciones que lo constituyen; con lo que se demuestra que las causales

136
invocadas por el actor no han sido debidamente acreditadas, por lo que sus
argumentos devienen en inconsistentes no resultando amparable.

VII. RECURSO DE CASACIÓN

Contra la decisión adoptada por la Sala Superior, el demandante Abel Martínez


Aldazabal, interpone recurso de casación mediante escrito a folios mil treinta y
ocho. Este Tribunal de Casación mediante resolución de fecha veintiocho de
octubre de dos mil trece, obrante a folios ochenta y nueve del cuadernillo formado
en esta Suprema Sala, declaró procedente el citado recurso impugnatorio, por lo
siguiente: a) Infracción normativa material del artículo 90 “in fine” del Código
Procesal Civil; por no haber el Juez, de oficio, acumulado procesos judiciales,
tramitados y sentenciados ambos ante el mismo Juzgado Mixto de Carabayllo,
pues debió disponer su acumulación con el objeto de evitar la expedición de
sentencias contradictorias, ya que los expedientes números 394-2007 y 365- 2008
son procesos judiciales seguidos entre las mismas partes, ambos sobre nulidad de
acto jurídico, cuyos objetos guardan vinculación, por cuanto en el expediente 394-
2007 el recurrente solicitó la nulidad del acto jurídico contenido en la escritura
pública de resolución de contrato de compraventa celebrado con fecha tres de
agosto de dos mil siete, pese a que había cancelado más del cincuenta por ciento
del precio pactado, posteriormente con el expediente número 365-2008 solicitó la
nulidad de la escritura pública de fecha dieciocho de setiembre de dos mil siete,
donde consta el anticipo de legítima efectuado por los vendedores (ahora
demandados) a favor de sus hijas Victoria y María Angélica Villavicencio
Barboza, invocando las causales de nulidad contempladas en los incisos 4 y 5 del
artículo 219 del Código Civil. b) Infracción normativa de los artículos 139 inciso
3, de la Constitución Política del Perú, I del Título Preliminar, 197 y 198 del
Código Procesal Civil; ya que no se ha valorado todos los medios probatorios
actuados en el proceso y que no se ha tenido en cuenta las pruebas obtenidas en
otro proceso, lo que vulnera el derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
efectiva, pues las partes del presente proceso también han seguido otros procesos
judiciales que guardan relación directa con el contrato de compraventa de fecha
veinte de marzo del año dos mil, que posteriormente fue resuelto por los
vendedores (ahora demandados), siendo necesario que dichos expedientes
judiciales sean incorporados al proceso como medios probatorios, a fin de evitar
sentencias contradictorias. c) Infracción normativa de los artículos 139 inciso 5, de
la Constitución Política del Perú, y 122 inciso 3, del Código Procesal Civil; pues

137
la sentencia materia de impugnación no ha motivado la decisión tomada, pese a
que es un principio y garantía de la administración de justicia la motivación escrita
de las resoluciones judiciales en todas las instancias, con mención expresa de la
ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan. d) Infracción
normativa de los artículos 1361 y 1561 del Código Civil; pues conforme a la
cláusula quinta del contrato de compraventa de fecha veinte de marzo del año dos
mil, una vez ejercido el derecho de los vendedores (ahora demandados) a cobrar el
saldo del precio de la compraventa, no puede hacerse uso de la opción de
resolución de contrato, puesto que dicha elección es definitiva y no puede ser
revocada. En ese sentido, al haberse optado por el cobro del saldo del precio de
compraventa, de acuerdo a lo dispuesto por la cláusula quinta del contrato de
compraventa aludido, significaba que el contrato estaba vigente, por lo que los
vendedores (ahora demandados) ya no tenían derecho a resolver el contrato por
haber hecho uso de la opción de cobrar el saldo del precio, por lo que al haberse
hecho resolución unilateral ante Notario Público, por carta notarial de fecha
diecisiete de julio de dos mil seis, ya no tiene efecto legal alguno. Señala que
solicitó ofrecimiento de pago y consignación de la letra de cambio número treinta
y seis, resolución judicial que quedó consentida, es más los vendedores (ahora
demandados) cobraron dicho depósito judicial en el Banco de la Nación. Refiere
que los vendedores ingresaron una demanda de ejecución de garantía hipotecaria
con fecha veintidós de agosto de dos mil seis en la que solicitan se les pague el
saldo deudor del precio de la compraventa, liquidado al catorce de agosto de dos
mil seis, conforme aparece del estado de saldo deudor presentado; sin embargo,
cuando en el proceso se produjo la duda si el contrato estaba vigente o resuelto, el
Juez del proceso declaró fundada la contradicción e improcedente la demanda.
Precisa que lo que pretenden los vendedores (ahora demandados) con dicha
resolución contractual es recuperar la propiedad sin tener derecho a atribuirse
dicho patrimonio, por lo que deviene en una finalidad ilícita, por lo que dicho acto
jurídico de resolución de contrato es nulo conforme lo disponen los incisos 3 y 4
del artículo 219 del Código Civil, incumpliendo con sus deberes de buena fe
contractual, previsto en el artículo 1362 del Código Civil. e) Infracción normativa
de los artículos III del Título Preliminar, 1562 del Código Civil (versión original),
103 tercer párrafo y 109 de la Constitución Política del Perú; por haberse aplicado
retroactivamente el artículo 1562 del Código Civil (versión modificada con la Ley
número 27420) e inaplicable lo dispuesto por el artículo 1562 del Código Civil
(versión originaria), pese a que la versión originaria de dicha norma es la que
resulta ser aplicable por la teoría de los hechos cumplidos, esto es, por estar vigente

138
dicha norma al momento de la celebración del contrato de compraventa, por lo que
la resolución del contrato es nulo de pleno derecho. Pues, el recurrente celebró el
contrato de compraventa respecto del sesenta y ocho punto doscientos cincuenta y
cuatro por ciento de acciones y derechos de la parcela número sesenta y uno,
unidad catastral número 10504, inscrita en la partida registral número PO1008513
del Registro de Predios de Lima, habiendo pagado la suma de ciento treinta y ocho
mil quinientos dólares americanos, por lo que, al haber pagado más del cincuenta
por ciento del valor del precio pactado hasta antes de haberse resuelto
fraudulentamente el contrato por los demandados.matería jurídica en debate: En
este caso, la cuestión jurídica objeto de control en sede casatoria, es verificar si la
resolución recurrida ha infringido las normas contenidas en el numeral tres de la
presente resolución; y en tal sentido, se deberá determinar si los demandados han
obrado ilícitamente al declarar resuelto el contrato de fecha veinte de marzo de dos
mil.

VIII. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA

Que, habiéndose declarado procedente el recurso por las causales de orden


procesal y material, corresponde primero verificar si se ha configurado o no la
afectación del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva o al debido proceso. 5.2.
Antes de ingresar a analizar las infracciones normativas denunciadas se debe
proceder a agruparlas y a precisar las que mayor relevancia tienen con la
problemática jurídica suscitada en el presente caso; por lo que, en orden a las
disposiciones de naturaleza procesal se tienen las siguientes artículos 139 incisos
3 y 5 de la Constitución Política del Estado; y artículos I del Título Preliminar, 90,
122 inciso 3, 197, y 198 del Código Procesal Civil; y las de orden material que
trata sobre los artículos III del Título Preliminar, 1362, 1561 y 1562 del Código
Civil, y artículos 103 y 109 de la Constitución Política del Estado. 5.3. Así, en
cuanto a las denuncias de orden procesal, referidas al debido proceso, tutela
jurisdiccional efectiva, motivación de las resoluciones judiciales, de defensa,
acumulación de procesos y valor de la prueba, confrontado con lo actuado en el
proceso, estas deben ser desestimadas, al no evidenciarse afectación alguna de los
valores normativos referidos, toda vez que han sido respetados de manera amplia,
pues el demandante, ha estado en condiciones de articular los medios de defensa y
ofrecer las pruebas necesarias para defender su intereses, y contradecir las
afirmaciones de los demandados, así como ha estado habilitado para interponer los
recursos impugnatorios que autoriza el Código Procesal Civil, frente a las

139
decisiones que las consideró adversas. Además, la acumulación de procesos no
procedía en esta causa, al ser el objeto de las pretensiones de aquellos, distinta al
tema que se debate en el presente caso. Asimismo, no resulta estimable en lo que
se refiere a la valoración de la prueba, por cuanto se verifica que el órgano
jurisdiccional si realizó la valoración conjunta de los medios probatorios. 5.4. Al
haberse descartado las denuncias de orden procesal corresponde analizar las de
naturaleza sustantiva; con relación a la nulidad de la resolución del contrato
materia del proceso, es del caso anotar que, en el presente caso, el actor en calidad
de comprador celebró el veinte de marzo de dos mil un contrato de compraventa
de acciones y derechos1 con los demandados, en condición de vendedores,
respecto del sesenta y ocho punto doscientos cincuenta y cuatro por ciento del total
de los derechos y acciones en la parcela número sesenta y uno, ubicado en el
distrito de Carabayllo, provincia y departamento de Lima, cuya área total es de tres
hectáreas y mil quinientos metros cuadrados, por el valor de doscientos cincuenta
y ocho mil dólares americanos; sin embargo, precisa que los emplazados de forma
ilegal resolvieron el referido contrato de manera unilateral al argumentar que
incumplió con el pago de tres armadas2; por tal motivo, ahora solicita la nulidad
de la resolución del contrato antes indicado. 5.5. Al respecto, se aprecia que la Sala
Superior desestimó la demanda interpuesta de folios sesenta y siguientes, al
sostener que el acto jurídico contenido en la escritura pública de resolución de
compraventa y levantamiento de hipoteca de fecha tres de agosto de dos mil siete,
no se encontraba incurso en las causales de nulidad previstas en los incisos 3 y 4
del artículo 219 del Código Civil, referidas a cuando su objeto es física o
jurídicamente imposible o cuando su fin sea ilícito. 5.6. Además de lo resuelto por
la instancia superior, se debe tener en cuenta que, si confrontamos la actual
pretensión de nulidad de la resolución del contrato de compraventa, objeto de litis,
con lo planteado por el mismo demandante en el Expediente 292-2006, seguido
por los ahora demandados, sobre Ejecución de Garantía, en donde al ejercer su
derecho de defensa para evitar la ejecución de la garantía hipotecaria, mediante
escrito de folios ochenta y cinco, y como argumento de la contradicción sostuvo
lo siguiente: “Que, por otro lado como se puede ver de las cartas notariales
cursadas por los demandantes (anexo 1-H de la demanda) en ellas se ha expresado
con claridad meridiana el plazo de quince días que me dieron para pagar lo
adeudado y luego me comunicaron también por conducto notarial la producción y
efectivización de la resolución del contrato, al amparo de lo dispuesto por el
artículo 1429 del Código Civil, habiendo invocado los demandantes la resolución
extrajudicial del contrato, debió declararse improcedente la demanda; ya que no se

140
puede revivir un contrato ya resuelto (...).”.3; se advierten posiciones
contradictorias entre sí, invocadas a la vez por el mismo recurrente. 5.7. Por ello,
lo antes anotado, demuestra que la interposición de la presente demanda, resulta
ser un esfuerzo infructuoso por revertir una situación jurídica en el que se colocó
el demandante por su propia voluntad a través de una conducta previa, esto es,
cuando fundamentó la contradicción en el juicio de Ejecución de Garantía,
conforme se ha descrito precedentemente, sosteniendo que el contrato estaba
resuelto, lo cual motivó que sea este el núcleo de la decisión del Juez para declarar
fundada la citada contradicción e improcedente dicha demanda, dando por sentado
que el contrato en controversia estaba resuelto y por tanto no existía título para
ejecutar. 5.8. Así las cosas, se observa que dicha decisión jurisdiccional vincula a
las partes procesales, y por tanto las declaraciones o afirmaciones que se hubiera
vertido en el citado proceso, pueden ser tomadas como declaraciones asimiladas,
conforme a la facultad conferida por el artículo 221 del Código Procesal Civil; y
en función a la obligación que impone el artículo 197 del citado Código Procesal
respecto a la valoración conjunta e integral de todo el acervo probatorio ofrecido
por las partes. 5.9. Por tal motivo, la afirmación realizada por el actor en el
mencionado proceso ejecutivo, constituye una conducta vinculante, eficaz y
válido, que condiciona su pretensión de nulidad de resolución del contrato sub litis,
y por tanto, deviene infundada, en atención al adagio latino “venire contra factum
propium non valet”, que significa la aplicación del principio general de los actos
propios, que regula la prohibición de actuar contra los propios actos, constituyendo
un límite en el ejercicio de un derecho subjetivo, como consecuencia del principio
de la Buena Fe. 5.10. Que, el citado principio, cuya finalidad es la protección de la
equidad y seguridad jurídica, requiere como presupuesto para su aplicación: a) La
existencia de dos conductas con trascendencia jurídica, esto es que sean relevantes
para el Derecho. No es menester que se trate de actos jurídicos en el sentido técnico
de la expresión; b) La contradicción o incompatibilidad entre las dos conductas; c)
La identidad de los sujetos jurídicos vinculados en uno y otro caso; identidad de
sujetos que no importa necesariamente la identidad de las personas físicas o
jurídicas; d) La identidad de la situación jurídica en que se producen ambas
conductas; e) La identidad de las circunstancias que rodean significativamente a la
situación jurídica en cuestión.4 5.11. De todo lo anterior se concluye, que en el
presente caso, se ha violado el principio lógico de la contradicción, ya que “nadie
puede oponerse en contradicción con sus propios actos, ejercitando una conducta
incompatible con la anterior, deliberada, jurídicamente relevante y plenamente
eficaz.”5; por ende, nadie puede ir válidamente contra sus propios actos, ya que no

141
puede ser y no ser algo a la misma vez; es decir, no puede el demandante aceptar
que el contrato de compraventa sub litis está resuelto (proceso de ejecución de
garantías), y ahora pretender que no está resuelto (proceso de nulidad de acto
jurídico); pues va contra su anterior conducta asumida que incluso podría derivar
en un ejercicio abusivo del derecho. 5.12. Por tanto, cabe desestimar la infracción
normativa de orden material referida a la no configuración de la nulidad de la
resolución del contrato, por lo que, resulta infructuoso hacer un análisis sobre el
resto de las causales referidas a los artículos III del Título Preliminar, 1362, 1561
y 1562 del Código Civil, y artículos 103 y 109 de la Constitución Política del
Estado, tanto más si estas normas no tienen relación directa con lo que es materia
de proceso y discusión. En tal virtud, corresponde desestimar el recurso de
casación de conformidad con el artículo 397 del Código Procesal Civil.

IX. DECISIÓN

Por estos fundamentos: 1. Declararon INFUNDADO el recurso de casación


interpuesto por el demandante Abel Martínez Aldazabal, contra la sentencia de
vista a folios mil uno, del seis de noviembre de dos mil doce, emitida por la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, que confirma
la sentencia apelada del veinticuatro de mayo de dos mil doce, que declara
infundada la demanda. 2. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución
en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Abel
Martínez Aldazabal contra Pablo Florentino Villavicencio Quispe y Francisca
Barboza Pizarro, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron. Interviene como
ponente la Jueza Suprema señora Tello Gilardi.

SS. ALMENARA BRYSON, TELLO GILARDI, ESTRELLA CAMA,


RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS

142
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS N.º 4526-2008, LIMA

Lima, veintiocho de mayo del año dos mil doce.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil seiscientos
treinta y cuatro guión dos mil once, en audiencia pública de la fecha y producida
la votación correspondiente, emite la presente sentencia.

I. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto, a fojas doscientos siete, por


Administradora del Comercio Sociedad Anónima, contra la sentencia de vista de
fojas ciento ochenta y cuatro, su fecha ocho de marzo del año dos mil once,
expedida por la Tercera Sala Civil de Lima, que revoca la sentencia apelada de
fojas ciento veintiséis, su fecha quince de julio del año dos mil diez, que declaró
fundada la demanda; reformándola, la declara infundada.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Esta Sala Suprema mediante resolución de fojas veintidós del presente cuadernillo,
su fecha veintiséis de julio del año dos mil once, ha estimado procedente el recurso
por la causal de infracción normativa de derecho material. La recurrente denuncia
la inaplicación del artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, alegando
que conforme consta de las pruebas que obran en autos, la Caja de Pensiones
Militar Policial y los demandados suscribieron un contrato de compraventa de
fecha veintiuno de marzo del año mil novecientos noventa y seis, en cuya cláusula
cuarta se pactó una condición resolutoria expresa, estableciéndose como causal de
resolución de pleno derecho el incumplimiento de pago por parte de aquéllos, de
una o más cuotas, que el vendedor quedaba facultado para resolver el citado
contrato, para lo cual bastaba una simple comunicación mediante carta notarial; en
este caso, se cumplió con hacer entrega del bien, pero dado que se acumularon
ciento treinta y dos cuotas impagas, mediante carta notarial del seis de marzo del
año dos mil nueve y en uso de la cláusula cuarta le comunicaron su decisión de
resolver el contrato conforme a la norma aludida, lo que no ha sido apreciado por

143
el Ad quem, siendo la Corte de Casación, por el principio de libertad contractual,
prime la voluntad de las partes. Asimismo, denuncia la inaplicación del artículo
novecientos once del Código Civil, alegando que al haber operado la cláusula
resolutoria que la hicieron valer ante el incumplimiento en el pago, quedaba sin
efecto el contrato, por lo que los demandados pasaban a tener la calidad de
ocupantes precarios, pues el título que tenían había fenecido.

III. CONSIDERANDO

1. Previamente a la absolución del recurso de casación sub examine, es necesario


hacer un breve recuento de lo acontecido en el proceso. En tal sentido, se advierte
que a fojas sesenta y cinco Administradora de Comercio Sociedad Anónima
interpone demanda de desalojo por ocupación precaria contra Hugo Jaime
Rodríguez Villarreal y Roxana Tribeño Villegas, a fin de que le restituyan el
departamento “D”, primer piso módulo ocho de la Manzana “L” (hoy calle once),
Lote ocho, departamento ocho – D, ubicado en el programa constructivo Pedro
Cueva Vásquez, distrito de Ventanilla. Como fundamentos de su demanda
sostienen que mediante contrato de compraventa de fecha veintiuno de marzo del
año mil novecientos noventa y seis la Caja de Pensiones Militar Policial transfirió
en propiedad el inmueble antes señalado a los demandados. Que, en el referido
contrato se pactó como precio la suma de veinte mil quinientos dólares americanos
(US$.20,500.00) con una inicial de dos mil cincuenta dólares americanos
(US$.2,050.00) y el saldo sería cancelado en ciento ochenta armadas mensuales de
doscientos cuarenta y dos dólares americanos (US$.242.00) cada una, venciendo
la primera el cuatro de mayo del año mil novecientos noventa y seis. Que, en la
cuarta cláusula de dicho contrato se estableció una condición resolutoria expresa
por la cual si los compradores – ahora demandados - dejaban de pagar una de las
armadas pactadas, el vendedor quedaba facultado a resolver el contrato de pleno
derecho, en el presente caso, los demandados han incumplido con el pago de más
de una armada.

2. Tramitada la demanda según su naturaleza el Juez de la causa, mediante


sentencia de fojas ciento veintiséis, su fecha quince de julio del año dos mil diez,
declaró fundada la demanda. Como fundamentos de su decisión sostiene que la
parte demandante ha cumplido con cursar las respectivas cartas notariales a los
demandados las mismas que corren de fojas veintiuno a veinticuatro en las cuales
hace de conocimiento de éstos que ante el incumplimiento con el pago de ciento

144
siete armadas mensuales pactadas en el contrato de compra venta e hipoteca se da
por resuelto el contrato. Que, al hacerse valer la cláusula resolutoria ante el
incumplimiento de los compradores el título que tenían ha fenecido y por lo mismo
es indiscutible que los demandados no ostentan título que ampare su posesión en
el inmueble en cuestión.

3. Apelada la mencionada sentencia, la Sala Revisora, mediante sentencia de fojas


ciento ochenta y cuatro, su fecha ocho de marzo del año dos mil once, la revoca y
reformándola, la declara infundada. Como sustento de su decisión manifiesta que
no se ha acreditado la precariedad de la parte demandada respecto del bien en tanto
se encuentra acreditada la relación contractual que aquél tuvo con la Caja de
Pensiones Militar Policial y que fuera transferida en esas circunstancias a la
empresa demandante con pleno conocimiento de la situación legal de cada uno de
los contratos; debiéndose tener presente además que la vía sumarísima en el
presente proceso de desalojo no resulta la vía procedimental apropiada para
conocer y dilucidar los derechos invocados por las partes pues aquéllos importan
en todo caso una vía más lata para su conocimiento.

4. Que, asimismo, debe tenerse en cuenta además que la resolución de contrato


efectuada por la Caja de Pensiones Militar Policial y la empresa demandante,
mediante cartas notariales, que invoca para los efectos de estimar que el título con
el que el demandado venía poseyendo el inmueble feneció, no es mérito para los
efectos de estimar la precariedad de la posesión, en todo caso es menester que la
demandante peticione la devolución del inmueble en la forma legal
correspondiente, mas no la precariedad del poseedor.

5. Como sustento de su fallo, el Ad quem, en la sentencia de vista ahora


impugnada, ha establecido que la resolución efectuada por la demandante Caja de
Pensiones Militar Policial Sociedad Anónima, mediante cartas obrantes a fojas
veintiuno, veintidós, veintitrés y veinticuatro no es mérito para los efectos de
estimar la precariedad de la posesión (de la parte demandada).

6. Por otro lado, la empresa recurrente argumenta en su recurso de casación sub


examine que se ha inaplicado la norma del artículo mil cuatrocientos treinta del
Código Civil, la cual prescribe: “Puede convenirse expresamente que el contrato
se resuelva cuando una de las partes no cumple determinada prestación a su cargo,

145
establecida con toda precisión. La resolución se produce de pleno derecho cuando
la parte interesada comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria”.

7. De conformidad con el artículo mil trescientos setenta y uno del Código Civil la
resolución deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su
celebración. En el caso del artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, son
las propias partes, en uso de su libertad contractual, las que establecen la cláusula
resolutoria, verificada la cual el contrato se resuelve de “pleno derecho”. El
maestro Vicenzo Roppo denomina a este tipo de resolución como “resolución
negocial” y la define como la que “opera por negocio; cuando el contrato se
disuelve – presentes los eventuales presupuestos de ley- por una manifestación de
voluntad de la parte legitimada para la disolución, sin necesidad de
pronunciamiento judicial (la cual si interviene, tendría el solo valor de determinar
y declarar la resolución ya producida). Es el caso de las resoluciones por
incumplimiento determinadas por intimación a cumplir y de la declaración de
valerse de la cláusula resolutoria expresa...”1.

8. Es necesario, pues, distinguir la resolución de “pleno derecho” (o resolución


negocial) de la resolución judicial, siendo esta última la que se produce sólo en
virtud de un pronunciamiento del Juez. En tal sentido, resulta claro que la figura
jurídica contenida en el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil es la de
una resolución de “pleno derecho”, que se produce automáticamente después de
que una de las partes (la parte legitimada) comunica a la otra que quiere valerse de
la cláusula resolutoria establecida en el propio contrato a resolver, sin que sea
necesaria una declaración del órgano jurisdiccional.

9. En el caso de autos, conforme a lo establecido por el Juez de la causa, la parte


demandante ha cumplido con cursar cartas notariales a los demandados, según lo
previsto en la cláusula cuarta (cláusula resolutoria de “pleno derecho”) del contrato
de compraventa de fecha veintiuno de marzo del año mil novecientos noventa y
seis, las mismas que corren de fojas veintiuno a veinticuatro, en las cuales les pone
en conocimiento que ante el incumplimiento de pago de ciento siete armadas
mensuales pactadas en dicho contrato (referido al bien sub litis) da por resuelto el
mismo. Entiéndase que la resolución se ha producido de “pleno derecho”, estos es,
sin necesidad de declaración judicial, tal como se ha explicado anteriormente. Por
tanto, queda claro que al no tener vigor alguno el contrato en mención el título de
posesión que tenían los demandados ha fenecido, por lo que su posesión ha

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devenido precaria, de conformidad con lo dispuesto en la parte final del artículo
novecientos once del Código Civil.

10. En consecuencia, se verifica la denuncia material formulada en el recurso sub


examine, debiendo emitirse fallo de conformidad con lo previsto por el artículo
trescientos noventa y seis, ab initio, del Código Civil. Por las consideraciones
expuestas, declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
Administradora de Comercio Sociedad Anónima; por consiguiente, CASARON
la sentencia de vista de fojas ciento ochenta y cuatro, su fecha ocho de marzo del
año dos mil once, expedida por la Tercera Sala Civil de Lima, que reformando la
apelada declaró infundada la demanda y, actuando en sede de instancia,
CONFIRMARON la sentencia apelada de foja ciento veintiséis, su fecha quince
de julio del año dos mil diez, que declara fundada la demanda y ordena que los
demandados cumplan con restituir a la demandante el bien inmueble sub litis;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Administradora del Comercio
Sociedad Anónima contra Roxana Tribeño Villegas y otro, sobre Desalojo por
Ocupación Precaria; y los devolvieron. Ponente Señor Miranda Molina, Juez
Supremo.-

SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRÍGUEZ, PONCE DE MIER,


VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA

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