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PROGRESIÓN DEL ENTRENAMIENTO DURA LA ACLIMATACIÓN A LA ALTURA EN DEPORTE

La clave del éxito en el entrenamiento durante el período de aclimatación, depende en forma casi
absoluta de la planificación de este para la primera semana de estancia, pues esta es
determinante para lo que ocurrirá posteriormente.

En la primera semana se produce la mayor parte de las respuestas adaptativas, al reaccionar el


organismo a los estímulos que representan la disminución en la presión parcial del oxígeno
atmosférico y el cambio de la temperatura y la humedad relativa en la atmósfera. Son afectados
de forma marcada los sistemas cardiovascular, respiratorio y las funciones neuroendocrinas; las
dos primeras estarán sobrecargadas tratando de compensar la situación ambiental impuesta y el
tercero manifestara un estado de elevada excitabilidad.

En un estudio (40) realizado en atletas cubanos de gimnástica, esgrima y voleibol en ambos sexos,
y además judo, lucha libre y greco, boxeo y atletismo fondo en el sexo masculino, durante una
preparación de más de 21 días en Tzahkadsor (1970 m sobre el nivel del mar), se señala una
disminución inicial de la capacidad física de trabajo, evaluada a través del PWC 170, al inicio de la
estancia (fig. 19). Esta capacidad comenzó a recuperarse a partir del séptimo día y ya en el día
número 15 había alcanzado los valores registrados en el llano para algunos deportes y el resto
estaba en ascenso. El análisis de los días posteriores de estancia, demostró alguna mejoría en los
atletas, tanto desde el punto de vista electrocardiográfico, como en relación con las respuestas
ortostáticas, de la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y la capacidad física de trabajo, la cual al
final de la estancia llegó en todos los casos a valores similares que los medidos en el llano antes de
la preparación. Obsérvese en la propia figura, que el comportamiento de la capacidad de trabajo
fue generalmente oscilatorio y varió de un deporte a otro, lo que sin dudas estuvo relacionado con
las diferencias del nivel de rendimiento aeróbica inicial y el programa de entrenamiento aplicado
en cada grupo.

Por otra parte, analizando los resultados de esta misma preparación, los encontrados en la
realizada en México en 1979, así como los reportados en la literatura, se reflejan los siguientes
aspectos:

1.- Ocurre una fase (durante los dos o tres primeros días de estancia) en la que además de los
cambios funcionales, se presentó en casos individuales irritación ocular, nauseas, sangramiento
nasal, opresión torácica, mareo y pérdida del sueño, principalmente en los atletas sin experiencia
anterior.

Para estos dos días se recomienda:

a.- No estar deambulando por la ciudad.


b.- Entrenamiento ligero con ejercicios de flexibilidad y carreras aeróbicas, si el deportista se
encuentra en el período preparatorio.

c.- Evitar el entrenamiento de gran intensidad.

d.- Tratar de que el atleta no coma opíparamente.

2.- Entre el tercer y quinto días aparecen las alteraciones más significativas en el funcionamiento
del sistema cardiorespiratorio como respuesta a la insuficiencia de oxígeno, que son menos
significativas en los atletas con mas experiencias en la realización de entrenamientos de este tipo y
se manifiesta en una disminución de su capacidad física de trabajo, una peor recuperación
después de la sesión de entrenamiento, y bajos resultados en las pruebas de evaluación
pedagógicas. Se expresan síntomas tales como:

a.- Respiración dificultosa.

b.- Sensación de fatiga.

c.- Aumento de la frecuencia cardiaca. Los estudios del comportamiento de la frecuencia cardiaca
de trabajo por telemetría, demuestran un aumento de ésta en la altitud con relación al llano, que
puede llegar a ser hasta de 15 pulsos por minuto (ppm) para trabajos similares.

d.- Dificultades en el sueño, dolores de cabeza y problemas digestivos.

e.- Incoordinación, alteración del sentido del tiempo, etc.

Se ha visto que en esta situación se presentan alteraciones importantes en el sistema nervioso


central, que se traducen en una coordinación motora deficiente e inexactitud y un
empeoramiento en la percepción del tiempo de desarrollo de las acciones motoras complejas.
Esta situación impide valorar objetivamente al deportista sus posibilidades de rendimiento, así
como la aparición de los síntomas de agotamiento, todo lo cual puede conducirlo a un estado de
sobrefatiga y posteriormente al sobrentrenamiento, con las consecuencias que ello implica.

Por estas razones, en este período la intensidad de trabajo debe ser baja y el volumen puede
mantenerse o disminuirse en alrededor de un 15 porciento, es decir trabajo aeróbico por
excelencia en el rango de los 140-150 p.p.m.

No incluir actividades que pretendan perfeccionar la técnica, ni ejercicios complejos que


requieran mucha coordinación, sentido del tiempo, distancia, etc. Así en las especialidades que
exigen la destreza como la gimnasia artística, el clavado y la esgrima, deben realizarse elementos
aislados y no selecciones o combinaciones complejas.

Debe velarse por una adecuada relación trabajo-descanso y aumentarse los períodos de
recuperación cuando se realiza el entrenamiento a intervalos, con varias repeticiones. Se pueden
incluir además ejercicios de fuerza general y velocidad breves, que exigen de un tiempo mayor de
descanso que el normalmente utilizado.

Se ha señalado (9), que en los eventos cíclicos un indicador pedagógico que informa si ya los
atletas se han aclimatado o no, es cuando ellos recuperan su velocidad de desplazamiento anterior
(por ejemplo en remos, ciclismo, natación, etc.). En las disciplinas que requieren gran coordinación
y destreza para la precisión de las acciones se plantea que el indicador consiste en que el atleta
comienza a realizar las acciones en el momento preciso, no antes ni después, ya que sin
aclimatarse las comienzan a realizar adelantados, con mayor rapidez y no son capaces de
determinar los intervalos de tiempo que debe haber entre una y otra acción.

Generalmente este período se considera que dura una semana, aunque en deportistas muy
experimentados, puede durar a veces solo tres días, y en atletas jóvenes con poca experiencia
migratoria en la altura puede prolongarse hasta diez días. A este se le ha llamado "período de
aclimatación aguda" (fig. 18 y 19), y en el se requiere de un estrecho control médico individual,
pues cargas elevadas pueden conducir a una sobrefatiga y las extremadamente bajas, alargar
innecesariamente el proceso de aclimatación. Se debe además, controlar estrechamente en este
período si el sueño, la alimentación y la recuperación funcional, son normales en los atletas.

3.- A partir de la segunda semana de estancia comienzan a aparecer los síntomas de adaptación,
que pueden comprobarse entre otras cosas por:

a.- Aumento de la concentración de hemoglobina de los atletas.

b.- Aumento de la capacidad de trabajo después de su disminución.

c.- Mejoría de la recuperación funcional.

d.- Aumento de los resultados de las pruebas deportivo-motoras, principalmente en velocidad y


fuerza.

e.- Mejoría de la disposición al rendimiento.

La segunda semana de entrenamiento constituye la tradicionalmente conocida como de


"entrada" a las cargas habituales, se eleva la intensidad y volumen de las cargas, se disminuye la
duración de los intervalos de descanso, se eleva la velocidad de realización de los movimientos, se
comienza la ejecución de combinaciones complejas, etc. Después de transcurrida pueden
realizarse de nuevo pruebas médico pedagógicas y psicofisiológicas.

Si se logran los objetivos trazados para la segunda semana, en la tercera se entrena con cargas
elevadas similares a las alcanzadas a nivel del mar y se puede planificar inclusive un microciclo de
preparación directa a la competencia. O sea ya en ésta fase, el entrenamiento se subordinará a las
condiciones normales que habitualmente se realizan en la etapa precompetitiva de acuerdo a la
especialidad deportiva de que se trate.

2. El entrenamiento en la altitud con el objetivo de competir o aumentar las cargas de


entrenamiento en la reaclimatación a nivel del mar.

Este es un proceso muy utilizado actualmente como parte de la metodología del entrenamiento
deportivo para tratar de mejorar la capacidad de rendimiento a nivel del mar. Así países como
Alemania, Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Italia, Rusia y Suiza tienen centros de
entrenamiento en la media altitud (cuadro I).

Aunque han existido grandes controversias acerca de la efectividad de este proceso, muchas de las
investigaciones realizadas indican que cuando éste proceso es realizado de forma correcta, se
produce una respuesta adaptativa que puede influir para obtener un mejor rendimiento físico en
determinados momentos a nivel del mar (110, 11, 112).

Quizás las causas de las discrepancias se relacionan con problemas de tipo metodológico (42),
tales como:

1.- No se utilizan grupos controles a nivel del mar.

2.- El tipo, la intensidad y la forma de ejecución del entrenamiento han sido diferentes.

3.- La forma de valorar los resultados del entrenamiento no ha sido la misma.

4.- Las altitudes utilizadas han sido diferentes.

5.- En algunos casos los resultados publicados han sido obtenidos en animales y en otros en
humanos.

Esta mejoría adaptativa de las respuestas del organismo del deportista, así como sus cambios en
el período de reaclimatación durante cierto tiempo a nivel del mar y posteriormente a la
realización del entrenamiento, señalan según muchas de las informaciones (8, 9, 10, 11, 12, 13, 17,
19), que con este fin y de forma bien planificada el entrenamiento en la altitud resulta beneficioso
para los atletas, teniendo en cuenta la especialidad deportiva y las características individuales
(114, 115, 116, 117). Ello resulta fundamental para los deportes de potencia aeróbica, potencia
aeróbica-anaeróbica máxima y alternada.

Se plantea, que los efectos acumulativos a largo plazo de las cargas de entrenamiento, con
incidencia decisiva en el rendimiento deportivo en los deportes mencionados, sólo se ha podido
lograr con entrenamientos en la altura media teniendo en cuenta los criterios anteriormente
señalados para su ejecución. Esto es de gran interés práctico en deportes con períodos
competitivos muy largos, donde las competencias y los viajes continuos hacen muy difícil entrenar
y mantener el rendimiento físico.

El grado de respuesta al entrenamiento de altura depende de:

a) Experiencia anterior.

b) Nivel de entrenamiento alcanzado anteriormente.

c) Altura "efectiva" (diferencia entre la altura en que se va a entrenar y de donde se viene).

d) Estado de salud.

e) Años en el deporte.

f) Características individuales.

g) Tiempo de permanencia en la altura.

No se ha podido determinar aún, de acuerdo a la información a nuestro alcance, si existen


diferencias intersexuales en el efecto del entrenamiento en la altitud, para competir después en el
llano.

2.1 Cuál es la altitud donde se debe entrenar?

Las investigaciones de los especialistas ex-sovieticos indican, que los mejores resultados se
obtienen cuando el entrenamiento se realiza entre los 1400 y los 2500 metros sobre el nivel del
mar (8, 9, 10, 11, 12, 13). Otros autores han señalado diferentes rangos como buenos: 1800-2800,
2000-2300, 1800-2000 y también entre los 1800 y los 2500 metros de altitud (114, 115, 116, 117).
En resumen, la altitud idónea parece estar entre los 1800 y los 2500 metros, donde se han
obtenido los mejores efectos posteriormente durante la reaclimatación a nivel del mar.

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