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El proceso único de ejecución y

los títulos ejecutivos


POR
 SAUL JOSÉ COCA GUZMÁN
 -
5 FEBRERO, 2021
9002

Sumario.- 1. El proceso ejecutivo, 2. Títulos ejecutivos, 2.1. Las


resoluciones judiciales firmes, 2.2. Los laudos arbitrales firmes, 2.3. Las
actas de conciliación de acuerdo a ley, 2.4. Los títulos valores que
confieran acción cambiaria, 2.5. La constancia de inscripción y titularidad
expedida por la Institución de Compensación y Liquidación de Valores, en
el caso de valores representados por anotación en cuenta, por los
derechos que den lugar al ejercicio de la acción cambiaria, conforme a lo
previsto en la ley de la materia, 2.6. La prueba anticipada que contiene un
documento privado reconocido y la o copia certificada de la prueba
anticipada que contiene una absolución de posiciones, expresa o ficta,
2.7. El documento privado que contenga transacción extrajudicial, 2.8. El
documento impago de renta por arrendamiento, siempre que se acredite
instrumentalmente la relación contractual, 2.9. El testimonio de escritura
pública, 2.10. Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo, 3.
Requisitos comunes, 4. Legitimación y derecho de tercero, 5. Demanda, 6.
Competencia, 7. Mandato ejecutivo, 8. Contradicción, 9. Trámite, 10.
Denegación de la ejecución, 11. Auto y apelación, 12. Conclusiones, 12.
Bibliografía.

1. El proceso ejecutivo

El acreedor ante el incumplimiento de su deudor podrá ejercer la “acción


ejecutiva”, que no es otra cosa que el derecho que tiene el acreedor de
provocar el ejercicio de la jurisdicción en la forma de la ejecución forzada,
poniendo las manos (los órganos jurisdiccionales) sobre el patrimonio
del deudor para que con su realización se satisfaga el derecho del
acreedor. (Casassa Casanova, 2016, p. 232)

En otras palabras, como regla general, antes de entablarse un proceso


ejecutivo deberá haber existido previamente una relación jurídica
obligatoria compuesta por un lado activo (acreedor o acreedores), un
lado pasivo (deudor o deudores) y un objeto (cuya prestación podrá
consistir en un dar, hacer o no hacer). Pudiendo el acreedor exigir al
deudor el cumplimiento de dicha prestación. No obstante, a pesar de
estar obligado el deudor para con el acreedor, se muestra reticente a
satisfacer su interés. A partir de ese momento, el órgano jurisdiccional
podrá forzar al deudor a cumplir con lo que se obligó originalmente.

Se suele opinar comúnmente que “el desarrollo de la acción ejecutiva se


procede cuando ya se ha ejercitado la acción de declaración y la de
condena, y cuando, a pesar de que el derecho sea cierto y se haya
dictado la orden al obligado para que cumpla la prestación que le
corresponde, este no se someta al imperio del derecho de modo
espontáneo, por lo que el mismo derecho siga violado todavía”. (Casassa
Casanova, 2016, p. 232)

Sin embargo, hay que precisar que no siempre se pasa a la acción


ejecutiva y al proceso ejecutivo después de haber atravesado un proceso
de cognición previo, porque muchas veces la acción se ejercita
independientemente de una acción anterior de declaración y de
condena, sino que esta se podrá dar inicio con base en una declaración
de otra naturaleza, esto es, de una declaración contractual, o de cualquier
otro acto al que se le atribuya efectos ejecutivos y, por lo tanto, la
posibilidad de proceder en la vía ejecutiva. (Ídem)

Es por ello que el presupuesto para el ejercicio de la acción ejecutiva, lo


conocemos como el título ejecutivo, el cual da pie al conocido
aforismo: nulla executio sine titulo, el cual equivale a decir que no puede
procederse a la realización coactiva del derecho mediante la acción
ejecutiva, si no existe un título ejecutivo. (Ídem)

Advertimos entonces que antes de llegar al proceso de ejecución, no se


requiere haber transitado primigeniamente por un proceso de cognición
(de conocimiento, abreviado y sumarísimo) bastando ostentar un
instrumento con efectos ejecutivos, es decir un título ejecutivo.

El proceso de ejecución es definido entonces como aquel que, partiendo


de la pretensión del ejecutante, realiza el órgano jurisdiccional y que
conlleva un cambio real en el mundo exterior, para acomodarlo a lo
establecido en el título que sirve de fundamento a la pretensión de la
parte y a la actuación jurisdiccional. Liebman, califica al proceso de
ejecución como «aquella actividad con la cual los órganos judiciales
tratan de poner en existencia coactivamente un resultado práctico,
equivalente a aquel que habría debido producir otro sujeto, en
cumplimiento de una obligación jurídica». (Ledesma Narváez, 2008, p.
352)

Para Couture, el derecho entra aquí en contacto con la vida, de tal manera
que su reflejo exterior se percibe mediante las transformaciones de las
cosas y lo explica así: «si la sentencia condena a demoler el muro, se
demuele; si condena a entregar el inmueble se aleja de él a quienes lo
ocupen; si condena a pagar una suma de dinero y esta no existe en el
patrimonio del deudor, se embargan y se venden otros bienes para
entregar su precio al acreedor. Hasta el momento, el proceso se había
desarrollado como una disputa verbal, simple lucha de palabras; a partir
de este instante cesan las palabras y comienzan los hechos». (Ídem)
No debemos olvidar que en nuestro ordenamiento está proscrita la
autotutela, esto es, la justicia por mano propia. Así que el único que
puede forzar o conminar al deudor para que cumpla con su prestación es
el Estado y no los particulares al carecer estos de coertio y executio.

2. Títulos ejecutivos

Artículo 688.- Títulos ejecutivos

Sólo se puede promover ejecución en virtud de títulos ejecutivos de


naturaleza judicial o extrajudicial según sea el caso. Son títulos
ejecutivos los siguientes:

1.- Las resoluciones judiciales firmes;

2.- Los laudos arbitrales firmes;

3.- Las Actas de Conciliación de acuerdo a ley;

4.- Los Títulos Valores que confieran la acción cambiaría, debidamente


protestados o con la constancia de la formalidad sustitutoria del protesto
respectiva; o, en su caso, con prescindencia de dicho protesto o
constancia, conforme a lo previsto en la ley de la materia;

5.- La constancia de inscripción y titularidad expedida por la Institución


de Compensación y Liquidación de Valores, en el caso de valores
representados por anotación en cuenta, por los derechos que den lugar al
ejercicio de la acción cambiaria, conforme a lo previsto en la ley de la
materia;

6.- La prueba anticipada que contiene un documento privado reconocido;

7.- La copia certificada de la Prueba anticipada que contiene una


absolución de posiciones, expresa o ficta;
8.- El documento privado que contenga transacción extrajudicial;

9.- El documento impago de renta por arrendamiento, siempre que se


acredite instrumentalmente la relación contractual;

10.- El testimonio de escritura pública;

11.- Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo.

2.1. Las resoluciones judiciales firmes

Cuando la norma hace referencia a las resoluciones judiciales firmes, se


debe entender a aquellas decisiones que sean susceptibles de ejecución.
En sentido estricto, podemos calificar como tal a las sentencias de
condena, es decir, aquellas que imponen el cumplimiento de una
prestación de dar, de hacer o de no hacer. (Ledesma Narváez, 2008, p.
355)

Verbigracia, ordenar el pago de una suma de dinero, la construcción de


una piscina o la prohibición de la destrucción de una edificación.

Las sentencias declarativas no contienen dicha exigencia y si bien


disponen la inscripción registral del mandato, solo tienen por objeto
extender a los terceros la eficacia de lo declarado, por tales sentencias,
las que son ajenas al concepto de ejecución forzada. (Ledesma Narváez,
2008, p. 355)

La inscripción busca otorgar publicidad erga omnes  al acto inscrito mas


no condenar el cumplimiento de una obligación con prestación de dar de
hacer o de no hacer.

Se debe precisar que tanto la transacción judicial y la conciliación


judicial, una vez homologadas, son equiparables a la sentencia definitiva
y tienen eficacia de cosa juzgada. Véase al respecto lo normado en los
artículos 337 y 328 del CPC. Ello justifica que cuando se conviene que
una o ambas partes cumplan con una determinada prestación, se
apliquen, frente al eventual incumplimiento, las normas que gobiernan el
proceso de ejecución de sentencias. (Ledesma Narváez, 2008, p. 355)

2.2. Los laudos arbitrales firmes

El arbitraje -como todos sabemos- viene a constituir un modelo


heterocompositivo para la solución de uno o varios conflictos de
intereses, respecto de controversias sobre materias de libre disposición.
Es precisamente el laudo arbitral, el cual ha sido equiparado a una
sentencia firme, la pieza procesal que contiene la decisión definitiva y por
ello la que tendrá que hacerse cumplir -cuando nos referimos a un laudo
que contenga una pretensión de condena- tanto en el mismo proceso
arbitral o en su defecto en sede judicial, conforme lo establece el artículo
67 de la Ley de Arbitraje. (Casassa Casanova, 2016, p. 237)

Los laudos arbitrales tienen similitudes a las sentencias firmes mas no


en su totalidad ya que quienes las dictan, los árbitros, carecen de
executio  y coertio.  Debido a ello la ejecución de los laudos es derivada a
los jueces quienes ostentan facultades de coerción y ejecución.

2.3. Las actas de conciliación de acuerdo a ley

Para que el acuerdo conciliatorio extrajudicial tenga tal condición, de


título de ejecución, debe ser sometido a un previo control de legalidad,
por el abogado del centro de conciliación, en el que se verifiquen los
supuestos de validez y eficacia (ver el artículo 16.K de la Ley de
Conciliación). (Ledesma Narváez, 2008, p. 362)

Como supuestos de validez, se debe verificar en el control que el acuerdo


no
vulnere la ley, el orden público y las buenas costumbres; supuestos que
impiden
que las partes puedan transitar por los derechos indisponibles, como
hace también referencia el artículo V del TP del Código Civil. (Ibídem, p.
363)
Validez alude a un acto debidamente constituido. En el caso de las actas
de conciliación, su contenido no debe vulnerar la ley, el orden público o
las buenas costumbres.

Para la eficacia del acuerdo, el abogado debe apreciar si este contiene


prestaciones, ciertas, expresas y exigibles. Se califica como
prestaciones ciertas cuando están perfectamente descritas en el acta de
conciliación; son expresas, cuando constan por escrito en dicha acta; y,
son exigibles, cuando las partes señalan el momento a partir del cual
cada una de ellas puede solicitarle a la otra el cumplimiento de lo
acordado. En tal sentido adolecerá de exigibilidad un acuerdo que no
precise la fecha exacta para el cumplimiento de la prestación; o
precisándolo, se exige su ejecución antes de vencido el plazo. (Ledesma
Narváez, 2008, p. 363)

En otras palabras, el abogado debe supervisar que las prestaciones de


dar, de hacer o de no hacer estén correctamente delimitadas (ciertas),
plasmadas por escrito (expresas) y no sujetas a modalidades del acto
jurídico como la condición o plazo (exigibles).

2.4. Los títulos valores que confieran acción cambiaria

El artículo 18 de la Ley de Títulos Valores (Ley N. 27287) señala:

Mérito ejecutivo y ejercicio de las acciones cambiarías:

18.1) Los títulos valores tienen mérito ejecutivo, si reúnen los requisitos
formales exigidos por la presente ley, según su clase.

18.2) El tenedor podrá ejercitar las acciones derivadas del título valor en
proceso
distinto al ejecutivo, observando la ley procesal.

18.3) El mérito ejecutivo respecto a los valores con representación por


anotación en cuenta, recae en la constancia de inscripción y titularidad
que expida la respectiva institución de compensación y liquidación de
valores, conforme a la ley de la materia.

2.5. La constancia de inscripción y titularidad expedida por la Institución de


compensación y liquidación de valores, en el caso de valores representados
por anotación en cuenta, por los derechos que den lugar al ejercicio de la
acción cambiaria, conforme a lo previsto en la ley de la materia

El artículo 18 de la Ley de Títulos Valores (Ley 27287) señala:

Mérito ejecutivo y ejercicio de las acciones cambiarías:

18.3) El mérito ejecutivo respecto a los valores con representación por


anotación en cuenta, recae en la constancia de inscripción y titularidad
que expida la respectiva institución de compensación y liquidación de
valores, conforme a la ley de la materia.

Estas anotaciones en cuenta son una vieja práctica bancaria que


consiste en inmovilizar los títulos con soporte de papel, físicamente. Las
transferencias se hacen con la simple anotación en un libro de Registro
de Depósitos del Banco. No hay manipulación material de los títulos.
Para prever la transferencia entre banco y banco, se reguló la
centralización de los depósitos en bancos colectores (deposito en
segundo grado). (Ledesma Narváez, 2008, p. 364)

Aquí los bancos perdían la posesión mediata de la cartera de depósitos y


pasaban a los bancos colectores. Hoy esa función -en nuestro país- es
realizada por la institución de Compensación y Liquidación en Valores,
CAVALI, que es una sociedad anónima que tiene por objeto exclusivo el
registro, custodia, compensación, liquidación y transferencia de valores.
(Ídem)

Las anotaciones en cuenta, son un sistema de compensación y


liquidación que opera contablemente, abonando o cargando en los datos
resultantes de los participantes en el sistema. Mendoza Luna señala
«esta anotación en cuenta es previa a la desmaterialización, la cual
involucra la supresión total de todo certificado (título físico) y no
involucra su inmovilización sino su reemplazo por un documento
electrónico«. (Ibídem, pp. 364-365)

En ese orden de ideas, se tendrá que materializar lo desmaterializado


para poder ejercer la acción ejecutiva a través de un título, el cual no será
otro -en este caso- que la constancia de inscripción y titularidad, la cual
será expedida por la institución de Compensación y Liquidación de
Valores, para estos casos. (Casassa Casanova, 2016, p. 241)

2.6. La prueba anticipada que contiene un documento privado reconocido y


la o copia certificada de la prueba anticipada que contiene una absolución
de posiciones, expresa o ficta

Los incisos 6 y 7 atribuyen la condición de títulos ejecutivos


al reconocimiento y absolución de posiciones provenientes de la prueba
anticipada. Sobre el particular es necesario desarrollar algunas ideas
preliminares, en relación a la prueba anticipada. Es un procedimiento
orientado a facilitar la vida del proceso principal que se agrupa en dos
categorías, diligencias preparatorias y diligencias conservatorias de
prueba, en atención a la finalidad que se persigue. (Ledesma Narváez,
2008, p. 366)

Según Palacio las diligencias preparatorias tienen por objeto asegurar a


las partes la idoneidad y precisión de sus alegaciones, permitiéndoles el
acceso a elementos de juicio susceptibles de delimitar con la mayor
exactitud posible los elementos de su futura pretensión u oposición, o la
obtención de medidas que faciliten los procedimientos ulteriores. En
cambio, la diligencia conservatoria de prueba o prueba anticipada, tiene
por objeto la producción anticipada de ciertas medidas probatorias frente
al riesgo que resulte imposible o sumamente dificultoso hacerlo durante
el periodo procesal correspondiente. (Ídem)

Nuestro Código las acoge a ambas (diligencia preparatoria y prueba


anticipada) bajo la nomenclatura de esta última, sin embargo, la
inspección judicial, los testigos y la pericia pueden ser considerados
como pruebas anticipadas, situación que no puede ser extensiva para el
reconocimiento ni para la absolución de posiciones, por estar diseñadas
como diligencias preparatorias. (Ídem)

2.7. El documento privado que contenga transacción extrajudicial

A decir del artículo 1302 del CC, por la transacción las partes, haciéndose


concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso,
evitando el pleito que podría promoverse o finalizando el que está
iniciado. Por ello el propio CC, en su artículo 1312, le confiere mérito
ejecutivo a la transacción extrajudicial, y en virtud de ello el CPC recoge
que el documento privado que contenga dicha transacción, entiéndase
extrajudicial, se le confiere mérito ejecutivo. (Casassa Casanova, 2016, p.
242)

No se trata que dicha transacción requiera intervención notarial, ya que la


norma requiere que dicho acto se encuentre contenido solo en un
documento privado, con lo cual queda claro que tendrá mérito ejecutivo
aquel documento privado que contenga una transacción extrajudicial.
(Ibídem, pp. 242-243)

Es la voluntad del legislador que la transacción extrajudicial como


mecanismo de extinción de las obligaciones, distinto al pago, tenga
mérito ejecutivo bastando que se encuentre en un documento privado,
entiéndase contrato.

 2.8. El documento impago de renta por arrendamiento, siempre que se


acredite instrumentalmente la relación contractual

Antes de la modificación de este inciso, se exigía que el arrendatario se


encuentre en uso del bien, como condición para ser calificado de título
ejecutivo el documento impago de la renta, situación que felizmente hoy
se ha corregido, para considerar como tal, a todos los documentos que
evidencien el no cumplimiento de la prestación pactada, siempre y
cuando se demuestre documentalmente la existencia de la relación
contractual. (Ledesma Narváez, 2008, p. 368)

No es condición para exigir esta pretensión, que el arrendador demuestre


haber cumplido con el pago del impuesto correspondiente a la Sunat,
pues como refiere la octava disposición complementaria del Código
Procesal: «para iniciar o continuar los procesos no es exigible acreditar el
cumplimiento de obligaciones tributarias. Sin embargo, el juez puede
oficiar a la autoridad tributaria, a efecto de salvaguardar el interés fiscal».
(Ídem)

 2.9. El testimonio de escritura pública

En atención a la persona que suscribe el testimonio, como es el notario


público, conlleva a que sea calificado como documento público,
generando la presunción de certeza sobre su contenido, salvo prueba en
contrario. Téngase en cuenta que el notario es un profesional del derecho
autorizado por ley para dar fe de los actos y contratos que ante él se
celebran, para lo cual, formaliza la voluntad de los otorgantes, redactando
los instrumentos, a los que confiere autenticidad. Ello no exime que el
acto jurídico, a pesar de estar contenido en escritura pública, si carece de
los presupuestos que describe el artículo 689 del CPC, no sea
considerado título de ejecución. (Ledesma Narváez, 2008, pp. 368-369)

Necesariamente el acto jurídico contenido en el testimonio de escritura


pública tiene que tener las cualidades de la ejecución: contener
derechos ciertos, expresos y exigibles. La escritura pública
protocolizada, por sí, carece de ejecución, en tanto que el acto jurídico
que acoja no tenga los supuestos que refiere el artículo 689 del CPC
citado. (Ibídem, p. 369)

 2.10. Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo


En estos casos, siguiendo a Casassa Casanova, tenemos un sin número
de títulos ejecutivos dispersos en nuestro ordenamiento jurídico,
enumeraremos algunos:

– El extremo de la resolución final que ordena el cumplimiento de una


medida correctiva reparadora a favor del consumidor, una vez que
quedan consentidas o causan estado en la vía administrativa. La
legitimidad
para obrar en estos casos corresponderá a los consumidores
beneficiados
con la medida correctiva reparadora (art. 115.6 del Código de Protección
y Defensa al Consumidor).

– Las liquidaciones de saldos deudores de las entidades del sistema


financiero (art. 132 inc. 7 de la Ley 26702).

– Letra de cambio a la vista (art. 228 de la Ley 26702).

– Las liquidaciones para cobranza (art. 37 de la Ley del Sistema Privado


de Pensiones, TUO de la Ley, D.S. 094-97-EF, modificado por Ley
N° 28470).

– Obligaciones adeudadas a la Caja de Beneficios y Seguridad Social del


Pescador (Ley 27301).

– Instrumentos impagos por la cobranza de las cuotas ordinarias y/o


extraordinarias de unidades inmobiliarias de propiedad exclusiva y de
propiedad
común (Ley 27157 del art. 50).

– Los recibos por servicios de agua potable y saneamiento (D. Leg. 908,
art. 23 Ley General de Servicios de Saneamiento).

– La escritura pública del contrato de arrendamiento financiero {leasing)


(D. Leg. 219, art. 10).
– Actas de juntas de acreedores, debidamente certificadas, “respecto de
la
ejecución de acuerdos relacionados al nombramiento y asunción de
funciones de administradores y/o liquidadores (Ley General del Sistema
Concursal, art. 55.3). (2016, p. 243-244)

3. Requisitos comunes

Artículo 689.- Requisitos comunes

Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es cierta,


expresa y exigible. Cuando la obligación es de dar suma de dinero, debe
ser, además, líquida o liquidable mediante operación aritmética.

Las prestaciones son ciertas, cuando están perfectamente descritas en


el título la existencia de un sujeto activo (acreedor) y un sujeto pasivo
(deudor) pero nada impide que uno y otro sujeto sea múltiple, esto es,
que vinculan a varios acreedores con un deudor o varios deudores con un
acreedor, o varios acreedores con varios deudores. (Ledesma Narváez,
2008, p. 373)

Son prestaciones expresas, cuando constan por escrito aquello que el


deudor debe satisfacer a favor del acreedor. Consiste en una cosa, o en
un hecho que habrá de ejecutar el deudor, o en un abstención de algo que
el deudor habría podido efectuar libremente de no mediar la existencia de
la obligación que le exige un comportamiento negativo. En ese sentido,
apréciese lo regulado en el artículo 694 del CPC que establece que se
puede demandar ejecutivamente las siguientes obligaciones: de dar, de
hacer o de no hacer. (Ídem)

En suma, la certidumbre de una prestación hace alusión a los sujetos


activo y pasivo de la relación obligatoria mientras que la certeza se
refiere al objeto del contrato, es decir una prestación de dar, hacer o no
hacer.
La exigibilidad de la obligación importa que la misma no esté sujeta a
condición o plazo. En otras palabras, nos encontraremos frente a
obligaciones “exigibles” cuando estas sean puras, simples y su plazo
haya vencido, sin que esté sujeta a condición alguna. (Casassa
Casanova, 2016, p. 247)

En otros términos, la exigibilidad importa que el deudor no tenga


impedimento alguno para cumplir su prestación (de dar, hacer o de no
hacer) como ocurriría en caso la obligación se haya asumido sujeta a
modalidades del acto jurídico como la condición y el plazo.

Por último, la liquidez de la obligación, tratándose de obligaciones


dinerarias, se referirá en los términos de Redenti para expresar que el
quantum ha sido determinado en una cifra numérica de moneda de curso
legal. Una suma es líquida cuando está especificada en el título y es
fácilmente liquidable cuando para determinar la suma alcanzaría una
simple operación aritmética cuya base conste del propio título. (Ídem)

Dicho de otra modo, la liquidez, en el caso de las obligaciones dinerarias,


significa que se sepa el monto exacto que se va a pagar.

4. Legitimación y derecho de tercero

Artículo 690.- Legitimación y derecho de tercero

Están legitimados para promover ejecución quien en el título ejecutivo


tiene reconocido un derecho en su favor; contra aquél que en el mismo
tiene la calidad de obligado y, en su caso el constituyente de la garantía
del bien afectado, en calidad de litis consorte necesario.

Cuando la ejecución pueda afectar derecho de tercero, se debe notificar a


éste con el mandato de ejecución. La intervención del tercero se sujetará
a lo dispuesto en el Artículo 101. Si se desconociera el domicilio del
tercero se procederá conforme a lo prescrito el artículo 435.
La intervención del tercero se sujetará:

Artículo 101.- Requisitos y trámite común de las intervenciones

Los terceros deben invocar interés legítimo. La solicitud tendrá la


formalidad prevista para la demanda, en lo que fuera aplicable, debiendo
acompañarse los medios probatorios correspondientes.

El Juez declarará la procedencia o denegará de plano el pedido de


intervención. En el primer caso, dará curso a las peticiones del tercero
legitimado. Sólo es apelable la resolución que deniega la intervención.
Los intervinientes se incorporan al proceso en el estado en que este se
halle al momento de su intervención.

Si se desconociera el domicilio del tercero se procederá:

Artículo 435.- Emplazamiento a demandado indeterminado o incierto o


con domicilio o residencia ignorados

Cuando la demanda se dirige contra personas indeterminadas o inciertas,


el emplazamiento deberá alcanzar a todos los habilitados para
contradecir y se hará mediante edicto, conforme a lo dispuesto en los
Artículos 165, 166, 167 y 168, bajo apercibimiento de nombrárseles
curador procesal.

Cuando el demandante ignore el domicilio del demandado, el


emplazamiento también se hará mediante edicto, bajo apercibimiento de
nombrársele curador procesal.

El plazo del emplazamiento será fijado por cada procedimiento, pero en


ningún caso será mayor de sesenta días si el demandado se halla en el
país, ni de noventa si estuviese fuera de él o se trata de persona
indeterminada o incierta.

Las normas sobre edicto aplicable serán:


Artículo 165.- Notificación por edictos

La notificación por edictos procederá cuando se trate de personas


inciertas o cuyo domicilio se ignore. En este último caso, la parte debe
manifestar bajo juramento o promesa que ha agotado las gestiones
destinadas a conocer el domicilio de la persona a quien se deba notificar.

Si la afirmación se prueba falsa o se acredita que pudo conocerla


empleando la diligencia normal, se anulará todo lo actuado, y el Juez
condenará a la parte al pago de una multa no menor de cinco ni mayor de
cincuenta Unidades de Referencia Procesal, que impondrá atendiendo a
la naturaleza de la pretensión y a la cuantía del proceso.

Artículo 166.- Notificación especial por edictos

Si debe notificarse a más de diez personas que tienen un derecho común,


el Juez, a pedido de parte, ordenará se las notifique por edictos.
Adicionalmente se hará la notificación regular que corresponda a un
número de litigantes que estén en proporción de uno por cada diez o
fracción de diez, prefiriéndose a los que han comparecido.

Artículo 167.- Notificación por edictos

La publicación de los edictos se hace en el portal web oficial del Poder


Judicial. Si ello no fuera posible por las condiciones tecnológicas o
lejanía del órgano jurisdiccional, el edicto se publica en el diario de mayor
circulación de la circunscripción. A falta de diarios, la publicación se hace
en la localidad más próxima que los tuviera, debiéndose además fijar el
edicto en la tablilla del Juzgado y en los sitios que aseguren su mayor
difusión.

En todos los casos, la publicación debe efectuarse por un periodo de tres


días hábiles acreditándose su realización, agregando al expediente la
constancia de su publicación web emitida por el especialista o secretario
judicial respectivo y la impresión de la publicación realizada en el portal
institucional o, de ser el caso, el primer y el último ejemplar de las
publicaciones realizadas en los diarios.
Artículo 168.- Forma de los edictos

Los edictos contendrán, en síntesis, las mismas prescripciones de la


cédula, con transcripción sumaria de la resolución.

La publicación se hará por tres días hábiles, salvo que este Código
establezca número distinto.

La resolución se tendrá por notificada el tercer día contado desde la


última publicación, salvo disposición legal en contrario.

El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial podrá disponer la adopción de un


texto uniforme para la redacción de edictos.

5. Demanda

Artículo 690-A.- Demanda

A la demanda se acompaña el título ejecutivo, además de los requisitos y


anexos previstos en los Artículos 424 y 425, y los que se especifiquen en
las disposiciones especiales.

En cuanto a los requisitos resulta aplicable:

Artículo 424.- Requisitos de la demanda

La demanda se presenta por escrito y contendrá:

1.- La designación del Juez ante quien se interpone.

2.- El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria, domicilio


procesal del demandante y el domicilio procesal electrónico, constituido
por la casilla electrónica asignada por el Poder Judicial de acuerdo a la
Ley 30229.
3.- El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del
demandante, si no puede comparecer o no comparece por sí mismo.

4.- El nombre y dirección domiciliaria del demandado. Si se ignora esta


última, se expresará esta circunstancia bajo juramento que se entenderá
prestado con la presentación de la demanda.

5.- El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo


que se pide.

6.- Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente


en forma precisa, con orden y claridad.

7.- La fundamentación jurídica del petitorio.

8.- El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse.

9.- El ofrecimiento de todos los medios probatorios.

10.- La firma del demandante o de su representante o de su apoderado y


la del abogado, la cual no será exigible en los procesos de alimentos y de
declaración judicial de paternidad. El secretario respectivo certificará la
huella digital del demandante analfabeto.

En lo atinente a los anexos:

Artículo 425.- Anexos de la demanda

A la demanda debe acompañarse:

1.- Copia legible del documento de identidad del demandante y, en su


caso, del representante.

2.- El documento que contiene el poder de iniciar el proceso, cuando se


actúe por apoderado.
3.- Los medios probatorios que acrediten la representación legal del
demandante, si se trata de personas jurídicas o naturales que no pueden
comparecer por sí mismas.

4.- Los medios probatorios de la calidad de heredero, cónyuge, curador


de bienes, administrador de bienes comunes, albacea o del título con que
actúe el demandante, salvo que tal calidad sea materia de un conflicto de
interés y en el caso del procurador oficioso.

5.- Los documentos probatorios. Si el demandante no dispusiera de algún


medio probatorio, describe su contenido, indicando con precisión el lugar
donde se encuentran y solicitando las medidas pertinentes para su
incorporación al proceso.

6.- Copia certificada del acta de conciliación extrajudicial, en los procesos


judiciales cuya materia se encuentre sujeta a dicho procedimiento previo.

6. Competencia

Artículo 690-B.- Competencia

Es competente para conocer los procesos con título ejecutivo de


naturaleza extrajudicial el Juez Civil y el de Paz Letrado. El Juez de Paz
Letrado es competente cuando la cuantía de la pretensión no sea mayor
de cien Unidades de Referencia Procesal. Las pretensiones que superen
dicho monto son de competencia del Juez Civil.

Es competente para conocer los procesos con título ejecutivo de


naturaleza judicial el Juez de la demanda.

Es competente para conocer los procesos de ejecución con garantía


constituida, el Juez Civil.

7. Mandato ejecutivo
Artículo 690-C.- Mandato Ejecutivo

El mandato ejecutivo, dispondrá el cumplimiento de la obligación


contenida en el título; bajo apercibimiento de iniciarse la ejecución
forzada, con las particularidades señaladas en las disposiciones
especiales. En caso de exigencias no patrimoniales, el Juez debe adecuar
el apercibimiento.

8. Contradicción

Artículo 690-D.- Contradicción

Dentro de cinco días de notificado el mandato ejecutivo, el ejecutado


puede contradecir la ejecución y proponer excepciones procesales o
defensas previas.
En el mismo escrito se presentarán los medios probatorios pertinentes;
de lo contrario, el pedido será declarado inadmisible. Sólo son admisibles
la declaración de parte, los documentos y la pericia.

La contradicción sólo podrá fundarse según la naturaleza del título en:

1.- Inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título;

2.- Nulidad formal o falsedad del título; o, cuando siendo éste un título
valor emitido en forma incompleta, hubiere sido completado en forma
contraria a los acuerdos adoptados, debiendo en este caso observarse la
ley de la materia;

3.- La extinción de la obligación exigida;

Cuando el mandato se sustente en título ejecutivo de naturaleza judicial,


sólo podrá formularse contradicción, dentro del tercer día, si se alega el
cumplimiento de lo ordenado o la extinción de la obligación, que se
acredite con prueba instrumental.
La contradicción que se sustente en otras causales será rechazada
liminarmente por el Juez, siendo esta decisión apelable sin efecto
suspensivo.

9. Trámite

Artículo 690-E.- Trámite

Si hay contradicción y/o excepciones procesales o defensas previas, se


concede traslado al ejecutante, quien deberá absolverla dentro de tres
días proponiendo los medios probatorios pertinentes. Con la absolución
o sin ella, el Juez resolverá mediante un auto, observando las reglas para
el saneamiento procesal, y pronunciándose sobre la contradicción
propuesta.

Cuando la actuación de los medios probatorios lo requiera o el Juez lo


estime necesario, señalará día y hora para la realización de una
audiencia, la que se realizará con las reglas establecidas para la
audiencia única.

Si no se formula contradicción, el Juez expedirá un auto sin más trámite,


ordenando llevar adelante la ejecución.

En cuanto a los tipos de trámite del proceso de ejecución se pueden


presentar los tres casos siguientes: sin contradicción y sin
audiencia; con contradicción, sin audiencia; con contradicción, y con
audiencia.

10. Denegación de la ejecución

Artículo 690 -F.- Denegación de la ejecución


Si el título ejecutivo no reúne los requisitos formales, el Juez de plano
denegará la ejecución. El auto denegatorio sólo se notificará al ejecutado
si queda consentido o ejecutoriado.

11. Auto y apelación

Artículo 691.- Auto y apelación

El plazo para interponer apelación contra el auto, que resuelve la


contradicción es de tres días contados, desde el día siguiente a su
notificación. El auto que resuelve la contradicción, poniendo fin al
proceso único de ejecución es apelable con efecto suspensivo.

En todos los casos que en este Título se conceda apelación con efecto
suspensivo, es de aplicación el trámite previsto en el Artículo 376. Si la
apelación es concedida sin efecto suspensivo, tendrá la calidad de
diferida, siendo de aplicación el artículo 369 en lo referente a su trámite.

En caso se conceda apelación con efecto suspensivo, es de aplicación:

Artículo 376.- Plazo y trámite de la apelación de autos con efecto


suspensivo

La apelación contra los autos a ser concedida con efecto suspensivo, se


interpone dentro de los siguientes plazos:

1.- Tres días si el auto es pronunciado fuera de audiencia. Este es


también el plazo para adherirse y para su contestación, si la hubiera; o

2.- En la misma audiencia, si el auto fuera expedido en ella, pero su


fundamentación y demás requisitos serán cumplidos en el mismo plazo
que el inciso anterior.
El Secretario de Juzgado enviará el expediente al superior dentro de cinco
días de concedida la apelación o la adhesión, en su caso, bajo
responsabilidad.

Dentro de cinco días de recibido, el superior comunicará a las partes que


los autos están expeditos para ser resueltos y señalará día y hora para la
vista de la causa.

Es inadmisible la alegación de hechos nuevos.

La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes a


la vista de la causa.

Si la apelación es concedida sin efecto suspensivo, tendrá la calidad de


diferida, siendo de aplicación:

Artículo 369.- Apelación diferida

Además de los casos en que este Código lo disponga, de oficio o a


pedido de parte, el Juez puede ordenar que se reserve el trámite de una
apelación sin efecto suspensivo, a fin de que sea resuelta por el superior
conjuntamente con la sentencia u otra resolución que el Juez señale. La
decisión motivada del Juez es inimpugnable.

La falta de apelación de la sentencia o de la resolución señalada por el


Juez determina la ineficacia de la apelación diferida.

12.Conclusiones

Como regla general, antes de entablarse un proceso ejecutivo deberá


haber existido previamente una relación jurídica obligatoria compuesta
por un lado activo (acreedor o acreedores), un lado pasivo (deudor o
deudores) y un objeto (cuya prestación podrá consistir en un dar, hacer o
no hacer). Pudiendo el acreedor exigir al deudor el cumplimiento de la
susodicha prestación. No obstante, a pesar de estar obligado el deudor
para con el acreedor, se muestra reticente a satisfacer su interés. A partir
de ese momento, el órgano jurisdiccional podrá forzar al deudor cumplir
con lo que se obligó originalmente.

No debemos olvidar que en nuestro ordenamiento está proscrita la


autotutela, esto es, la justicia por mano propia. Así que el único que
puede forzar o conminar al deudor para que cumpla con su prestación es
el Estado y no los particulares al carecer estos de coertio y executio.

Antes de llegar al proceso de ejecución, no se requiere haber transitado


primigeniamente por un proceso de cognición (de conocimiento,
abreviado y sumarísimo) bastando ostentar un instrumento con efectos
ejecutivos, es decir un título ejecutivo.

Entre las diferentes normas que regulan al proceso ejecutivo tenemos a


las relacionadas con los tipos de títulos ejecutivos (art. 688 CPC);
requisitos comunes a los títulos ejecutivos (art. 689 CPC); legitimación y
derecho de tercero (art. 690 CPC); demanda (art. 690-A CPC);
competencia (art. 690-B CPC); mandato (art. 690-C CPC) contradicción
(art. 690-D CPC); trámite (art. 690-E CPC); denegación de la ejecución
(art. 690-F CPC) y Auto y apelación (art. 691 CPC).

13. Bibliografía

CASASSA CASANOVA, Sergio Natalino (2016). “Comentario al artículo


688 del Código Procesal Civil”. En: Código Procesal Civil comentado por
los mejores especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo,
Tomo V, pp. 231-245.

CASASSA CASANOVA, Sergio Natalino (2016). “Comentario al artículo


689 del Código Procesal Civil”. En: Código Procesal Civil comentado por
los mejores especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo,
Tomo V, pp. 246-247.

LEDESMA NARVÁEZ, Marianella (2008). Comentarios al Código Procesal


Civil. Análisis artículo por artículo. Tomo III. Lima: Gaceta Jurídica.

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