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La Biblia:

La Ley divina, las verdades eternas, la revelación de los designios del Señor, la gloria de Dios y de
su Reino, la venida del Mesías, la misión del pueblo de Dios entre las naciones, he aquí los temas
principales de los profetas de Israel.

El Antiguo Testamento tiene muchos profetas, mayores y menores donde abunda la profecía
mesiánica, expresiones del amor de Dios por todas las personas y su llamamiento a vidas de amor
y fidelidad. También tratan de promover el arrepentimiento entre el pueblo de Dios y otros, por
las ofensas contra el Señor, además de revelar las consecuencias de no arrepentirse. 
Estos pequeños profetas son excelentes ejemplos para todos nosotros de que no necesitan decir
mucho, pero hace falta decir algo en el caso de los profetas menores. Debemos llevar a cabo la
misión profética de comunicar la Palabra de Dios de maneras nuevas e innovadoras, incluso si no
decimos mucho 

No faltaba en Israel la peste de los falsos profetas. El profeta de Dios se distingue del falso por la
veracidad y por la fidelidad con que transmite la Palabra del Señor. Aunque tiene que anunciar a
veces cosas duras; está lleno del espíritu del Señor, de justicia. El falso, al revés, se acomoda al
gusto de su auditorio, habla de "paz", es decir, anuncia cosas agradables, y adula a la mayoría,
porque esto se paga bien. El profeta auténtico predica a todos, hasta a los sacerdotes; el falso, en
cambio, no se atreve a decir la verdad a los poderosos, es muy nacionalista, por lo cual no
profetiza contra su propio pueblo ni lo exhorta al arrepentimiento.

Sería erróneo considerar a los profetas sólo como portadores de predicciones referentes a lo por
venir; fueron en primer lugar misioneros de su propio pueblo. Si Israel guardó su religión y fe y se
mantuvo firme en medio de un mundo idólatra, no fue el mérito de la sinagoga oficial, sino de los
profetas, que a pesar de las persecuciones que padecieron no desistieron de ser predicadores del
Altísimo.

Los denominados libros sapienciales, libros poéticos o libros de la sabiduría que aunque ninguno


está escrito en versos, no tienen rima, ni ritmo cuantitativo, ni metro en el sentido de la lenguas
clásicas y modernas como solemos conocerlos, es menester tener conocimiento de los muchos
estilos y como estos están relacionados con el tiempo, el espacio y las culturas.
Además se puede decir que en la poesía hebrea no era la rima sino el paralelismo lo que se
buscaba. En la división de los versos, el segundo presentaba o señalaba un contraste con el
primero. Ahora bien, cada uno de estos libros ostenta estilos distintos, aunque todos concuerdan
en expresar la manera en que los antiguos hombres desnudaban su alma delante de la presencia
de Dios y su argumento principal es el encuentro con el Dios viviente.

En cuanto a la aplicación de los mismos, se puede decir que nuestra contemporaneidad no ha


estado ajena a lo que fue y ha sido la vida del pueblo de Israel, sus reyes, sus profetas, sacerdotes
y hombres de renombre y que al tener tan preciosa herramienta en las manos como lo son estas
sub divisiones del canon bíblico, se puede entender el privilegio de la manifestación del Señor
nuestras vidas en estos tiempos.

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