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Carlos Manuel Domínguez Pérez

Diplomado en Teología

Introducción al Antiguo Testamento


Resumen

Facilitador: Theogene Nyirimanzi


Introducción General al Antiguo Testamento

Como se conceptualizo el primer día de clase El Antiguo Testamento es una muestra del amor de
Dios para con su pueblo que se manifiesta a través de la alianza. Dios no abandona a su pueblo ni
se arrepiente de sus promesas. Camina con el pueblo a lo largo de unos 1,800 años de historia,
desde el tiempo de los patriarcas hasta el nacimiento de Jesús.

El Antiguo Testamento contiene los escritos de profetas antiguos y otras personas que
escribieron bajo la inspiración del Espíritu Santo. Es un registro de los tratos de Dios con Sus
hijos, desde la Creación.

El Antiguo Testamento tiene su origen en los cinco libros del Pentateuco, que fueron redactados
por Moisés. Recogen la historia, las creencias y las tradiciones judías antes de la llegada de
Jesucristo.

Estuvimos tratando una primera unidad que lleva por nombre: Ambientando el estudio del
Antiguo Testamento, aquí tratamos los siguientes temas: La relación entre Antiguo y Nuevo
Testamento, Algunas dificultades más comunes donde se resaltaron la más relevante como: El
conflicto entre la Biblia y ciencias naturales, Problemas históricos, Problemas morales y
Problemas teológicos.

La Biblia enseña la verdad sin error “Dios no se equivoca”. Dios no puede ser engañado ni
puede engañar, por lo tanto es evidente que la Palabra de Dios no se equivoca, o sea que enseña
la verdad.

La inspiración bíblica se refiere a la revelación de Dios. En las preguntas que no son datos de la
revelación y que no tienen que ver con nuestra salvación la Escritura se suele acomodar a la
comprensión de su tiempo.

Sentido “literal” y “géneros literarios”

La Sagrada Escritura es divinamente inspirada como dice 2 Timoteo 3,16, por el Espíritu Santo,
pero de ninguna manera se puede hablar de una inspiración verbal, o sea, que Dios hubiese
dictado palabra por palabra la Sagrada Escritura. Según el Concilio Vaticano II, Dios eligió a
hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios... que escribieron como
verdaderos autores (DV 11).

Un punto muy importante que se trato fue sobre los Tres criterios de oro para la interpretación
bíblica, estos son: Prestar una gran atención al contenido y a la unidad de toda la Escritura, Leer
la Escritura en la Tradición viva de toda la Iglesia e Interpretar la Biblia según la analogía de la
fe.

Analizamos la riqueza del Antiguo Testamento donde se nos explicó que El Antiguo Testamento
nos sorprende como un documento que entra profundamente en la realidad humana, en el
sufrimiento, la alegría, necesidades, carencias y el dolor humanos.

De igual forma estuvimos hablando sobre La Historia de Israel de la conquista de la tierra hasta
el comienzo de la monarquía. Aquí discutimos sobre Una historia de amor de Dios por su Pueblo
El Antiguo Testamento nos relata la historia de Israel. Podemos entenderla como una historia de
amor porque el Señor camina siempre con su pueblo.

Hay muchos textos bíblicos que nos hablan de este amor: Cuando Israel era niño, yo le amé, y de
Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los baales sacrificaban
y a los ídolos ofrecían incienso.

Estuvimos viendo el Orden de los libros del Antiguo Testamento El Antiguo Testamento en la
Biblia cristiana se divide en tres partes: libros históricos, sapienciales y proféticos. De forma
resumida podemos decir que los libros históricos siguen generalmente el orden cronológico de
las historias que relatan; los sapienciales enseñan experiencias de vida a través de la sabiduría y
los proféticos anuncian la palabra de Dios y denuncian situaciones en un tiempo concreto.

Sobre la La Historia de Israel La Monarquía Unida: Saúl-David-Salomón, estudiamos La


historia del Antiguo Testamento es la historia de una promesa, de una alianza de amor. Y el amor
de Dios es fiel. Dios no falla ni se arrepiente de sus promesas: Los dones y la llamada de Dios
son irrevocables (Rom 11,29). Lo que Dios dice y promete, lo cumple, más allá de nuestras
infidelidades.
Sobre la introducción: La monarquía unida Al concluir el tiempo de los Jueces, Dios acompaña a
su pueblo de una forma nueva. Se instaura la figura del rey “ungido por Dios” que agrupa a las
tribus de Israel.

Entre estas Monarquía estuvieron: La monarquía unificada bajo Saúl, David – Rey de Judá y de
Israel, La elección de David, David como músico, El coraje de David, La relación entre David y
Saúl, La amistad de David.

La Historia de Israel del Reino Dividido hasta la Dominación Romana, La historia de Israel
es la historia del amor de Dios por su pueblo, así lo relatan los profetas una y otra vez. El
esquema de la historiografía bíblica es muchas veces: el pueblo se porta mal, recibe su castigo,
pero Dios lo sigue amando y, por eso, renueva su alianza.

Después de la muerte de Salomón (930 AEC), una insurrección abierta condujo a la separación
de las diez tribus del norte y a la división del país en un reino norte: Israel, y un reino sur: Judá,
en el territorio de las tribus de Judá y Benjamín.

Los Libros de los Profetas, Dios no deja solo a su pueblo. Les habla continuamente a través de
los profetas. Un profeta es el que habla en nombre del Señor en un momento concreto para
anunciar y denunciar, llamar a la conversión y avivar la fe del pueblo, recordándole su amor y
dándole esperanzas de una nueva vida, de un nuevo futuro en Dios.

Los Libros Sapienciales y “Otros Escritos, Los libros sapienciales en el Antiguo Testamento
se distinguen claramente de los libros históricos y proféticos. Aun así, encontramos muchos
textos de índole sapiencial no sólo en los llamados libros sapienciales, sino también en todos los
otros libros.
CONCLUSIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO

Los libros del Antiguo Testamento pretenden mostrarnos lo mucho que Dios nos ama, cómo
quiso hacer una Alianza con nosotros para llevarnos a una vida de comunión con Él. Este
proyecto divino convierte la historia de Israel, y nuestra historia, en “Historia de Salvación”.
Todos los libros del Antiguo Testamento, desde diferentes puntos, remiten al Mesías, Jesucristo,
que aparece en la “plenitud de los tiempos”. Cristo es el eje de toda la Biblia, el que da sentido a
todos los hechos de la historia de salvación.

Todo comienza con el pueblo de Israel. ¿Por qué él, si es un pequeño pueblo, de poco interés
para la historia de las grandes civilizaciones, como fueron Egipto, Siria, Persia y Roma? Porque
Dios así lo quiso. La pequeñez de la historia de este insignificante pueblo fue objeto de la
maravillosa acción salvífica del Señor. Dios lo escogió para hacerle “Su Pueblo”, del que vendría
para todos los hombres su mismo Hijo, el Salvador. Dios guio con su mano providencial la
historia de Israel, infundió su Espíritu en sus escritos y literatura, que se convirtieron así en
Palabra de Dios.

Los escritos del Antiguo Testamento tienen su origen en la tradición oral del pueblo. Es
importante este hecho, pues la historia antigua de Israel fue transmitida oralmente de padres a
hijos. Y se empezó a escribir la historia del pueblo de Dios hacia el año 1000 a.C., es decir, en el
tiempo del rey David. Todas las épocas anteriores, la de los patriarcas, la de Moisés, la de los
jueces, la del rey Saúl, se transmitían oralmente.

Esto no quiere decir que no hubiera entonces documentos escritos. Se conservan trozos de
historia muy antigua (p.e. el código de la Alianza: Éxodo 20 y Deuteronomio 5) y poemas...y
alrededor de estas piezas antiguas se transmitían oralmente la historia, los ritos, las costumbres y
la fe de ese pueblo.
Una vez que David y sobre todo Salomón, dieron importancia a los escribas en el Reino de
Israel, llegó la hora que todos esos materiales de tradición oral pudieron cristalizarse en escritos
y libros.

Los 50 años de destierro de Babilonia fueron decisivos para este pueblo de Israel. Era el año 587.
Israel había perdido todo: su tierra, su templo, su rey. ¿Perdería también su fe en Dios? Ciro, rey
de los persas, en el 538, da libertad a los judíos, y vuelven a Palestina. La Comunidad, purificada
por el sufrimiento del destierro, vive pobremente. Y durante los 500 años que siguen, hasta llegar
a Jesús, el pueblo repasa varias veces su historia: se lee y se recopilan los escritos y los libros de
la ley. Los mismos sabios, bajo la inspiración de Dios, nos ofrecen obras doctrinales
maravillosas: Proverbios, Job, Tobías, etc.

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