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Más tarde se produce un aumento de la eritropoyesis por neoformación medular (fig. 6), (54,57).
Se presentan primeramente hematíes relativamente pequeños, ricos en Hb, para dar lugar
después a otros más jóvenes de mayores dimensiones y con menor Hb, ya que la médula ósea
produce hematíes más rápidamente que Hb. Esta eritropoyesis se acompaña de reticulosis (fig.
6) que parece ser máxima tanto en atletas como aquellos que no lo son al cabo de los 8 a los 10
días de estar a altura moderada, pero que ya es significativa al cabo de los tres días en la altitud
(58).
Tal y como encontró Klausen (59) la concentración de eritropoyetina sérica en los 2, 3 y 6 días de
entrenamiento a 2700m fue significativamente mayor que antes de subir a la altura, pero parece
disminuir después de una semana (54). Se refiere también que en la respuesta aguda se produce
un aumento del 2-3 difosfoglicerato (2-3 DFG) (56, 59), el cual correlacionó bien con el de
eritroproyetina. Al parecer durante el entrenamiento en la altura media el 2-3 DFG ejerce una
cierta regulación de tipo feedback sobre la producción de eritroproyetina.
Lajtha (55), planteó que no debe excluirse que la hipoxia actúe sobre la medula ósea, mediante un
estímulo directo en el diencéfalo primero y sobre el sistema neurovegetativo después, en la
formación de la eritropoyetina, que funge como mediador para satisfacer las necesidades de Hb
en el organismo. La eritropoyesis acelerada precisa una sobreproducción de Hb, que incluso
puede dar lugar a una deficiencia relativa de hierro y exceso de porfirina. .
Por ello se requieren reservas adecuadas de hierro para la adaptación hematológica y aún siendo
así puede ocurrir, que en la altura moderada, la movilización de estas reservas no sea lo
suficientemente rápida para una síntesis óptima de Hb. Así se ha podido comprobar, que con la
suplementación de hierro durante la adaptación a la altura, se produce un aumento más
significativo de la concentración de la Hb y el hematocrito (fig. 7).
Los datos provenientes de atletas que entrenaban en altitudes moderadas, sugieren un aumento
verdadero de la concentración de Hb de un 1% por semana encontrando cambios de 1-4%
después de entrenamientos de tres semanas de duración a estas alturas (54). Otros autores
(60,61, 62, 63) han reportado cambios de hasta un 13% en experiencias producidas a diferentes
alturas o en casos de atletas con anemia deportiva que se han sometido al entrenamiento de
altura (fig. 8).