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Asignatura: Gnoseología.
Institución: Universidad Nacional del Sur (Departamento de Humanidades)
Docente: Lic. Juan Luis Speroni

Guía de lectura, tema: el conocimiento en HUME

1.- Explicá por qué y en qué sentido se podría calificar al pensamiento de Hume como EMPIRISMO,
FENOMENISMO, PSICOLOGISMO, ESCEPTICISMO o AGNOSTICISMO.

2.- Explicá la crítica de Hume a las ideas de causalidad, sustancia y alma. Puntualmente en relación con
el tema de la sustancia, ¿cuál es la diferencia entre el planteo de Hume y la posición de Aristóteles y
Descartes?

3.- Explica cuáles son los dos principios fundamentales, uno descriptivo y otro prescriptivo, del nuevo
modelo de conocimiento propuesto por Hume y cuáles son las principales consecuencias epistemológicas y
filosóficas de ceñirse estrictamente a dichos principios.

4.- ¿Es coherente y consistente el planteo de Hume o no?, ¿le encontrás alguna inconsistencia o no?
¡Cómo describirías el “laberinto” en el que el mismo Hume dice encontrarse sin poder encontrar la
salida? Con las premisas planteadas, analizá críticamente los pasajes dados a continuación y fundamentá
tu posición al respecto.

Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, Madrid, Alianza, 1988, pp. 66-67 y 69-70.
“(66)…[43]Este principio (principle) es la Costumbre o el Hábito (Custom or Habit). Pues siempre que la
repetición de un acto u operación particular produce una propensión a renovar el mismo acto u operación, sin
estar impelido por ningún razonamiento o proceso del entendimiento, decimos siempre que esta propensión es el
efecto (effect) de la Costumbre. Al emplear esta palabra, no pretendemos haber dado la razón última (the
ultimate reason) de tal propensión. Sólo indicamos un principio de la naturaleza humana (a principle of
human nature) que es universalmente admitido (universally acknowledged) y bien conocido por sus efectos
(well known by its effects). Quizá no podamos empujar nuestras investigaciones más allá, ni pretender dar la
causa de esta causa (or pretend to give the cause of this cause), sino que tendremos que contentarnos con él
como el principio último (the ultimate principle) que podemos asignar a todas nuestras conclusiones que
parten de la experiencia. Es suficiente satisfacción que podamos llegar tan lejos, sin quejarnos de la estrechez
de nuestras facultades (the narrowness of our faculties) porque no nos llevan más allá. Y es indiscutible que
adelantamos una proposición al menos muy verosímil, si no verdadera (a very intelligible proposition at
least, if not a true one), cuando aseguramos que, después de la conjunción constante de dos objetos -por ejemplo,
calor y llama, peso y solidez-, tan sólo estamos determinados por la costumbre a esperar el uno por la aparición
del otro… Todas las inferencias realizadas a partir (67) de la experiencia (All inferences from experience),
por tanto, son efectos de la costumbre no del razonamiento (are effects of custom, not of reasoning) [44]…”.
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“(69) [46]… ¿Cuál es, pues, la conclusión de rodo el asunto? Una sencilla aunque, ha de reconocerse, bastante
alejada de todas las teorías filosóficas comunes. Toda creencia en una cuestión de hecho o existencia reales
(All belief of matter of fact or real existence) deriva meramente de algún objeto presente a la memoria o a los
sentidos y de una conjunción habitual (a customary conjunction) entre éste y algún objeto. O, en otras palabras:
habiéndose encontrado, en muchos casos, que dos clases cualesquiera de objetos, llama y calor, nieve y frío han
estado siempre unidos; si llama o nieve se presentaran nuevamente a los sentidos, la mente sería llevada por
costumbre (the mind is carried by custom) a esperar calor y frío, y a creer que tal cualidad realmente existe y
que (70) se manifestará tras un mayor acercamiento nuestro. Esta creencia es el resultado forzoso de colocar la
mente en tal situación. Se trata de una operación del alma (It is an operation of the soul) tan inevitable cuando
estamos así situados como sentir la pasión de amor cuando sentimos beneficio, o la de odio cuando se nos
perjudica. Todas estas operaciones son una clase de instinto natural (a species of natural instincts) [47] que
ningún razonamiento (reasoning) o proceso de pensamiento y comprensión (process of the thought and
understanding) puede producir o evitar (to produce or to prevent)”.

Hume, Tratado de la naturaleza humana, Madrid, Tecnos, 1988, Apéndice del Volumen 3º, pp. 628-
629.
“(828)…[633] Había abrigado algunas esperanzas de que, por deficiente que pudiera resultar nuestra
teoría referente al mundo de la mente, quedaría libre de las contradicciones y absurdos que parecen
acompañar a todas las explicaciones que del mundo material puede dar la razón humana. Sin
embargo, al revisar con mayor rigor la sección dedicada a la identidad personal, me he visto envuelto
en tal laberinto que debo confesar no sé cómo corregir mis anteriores opiniones, ni cómo hacerlas
consistentes. Si ésta no es una buena razón (829) general en favor del escepticismo, al menos para mí
representa una suficiente razón (por si no tuviera ya bastantes) para aventurar todas mis conclusiones
con desconfianza y modestia.”

Rábade Romeo, Hume y el fenomenismo moderno, Madrid, Gredos, 1975.


“Las impresiones surgen de causas inexplicables, no sabemos si provienen del objeto, del poder de la mente, o del
autor de nuestro ser. Un conocimiento con esta apoyatura inicial sólo puede desembocar en un fenomenismo
psicológico. Las impresiones son fenómenos cognoscitivos que carecen de referente. El proceso de conocimiento
empieza, pues, en esencial desconexión del mundo de los objetos. La incapsulación en la conciencia es, en
principio radical…todo intento de salida se va a hacer difícil, ya que se ha cortado el puente de la causalidad y el
recurso de Dios”.

Costa, Margarita, El empirismo coherente de Hume, Buenos Aires, Trama Editorial, 2002, pp. 11-
12.
“¿por qué, entonces, hablar del empirismo coherente de David Hume? En primer lugar, porque de todos los
grandes empiristas que surgieron principalmente en la Gran Bretaña de los siglos XVII y XVIII, nos parece sin
duda el más fiel a los principios que guían a esa corriente filosófica?... Hume es esencialmente consistente…
sigue fiel a los principios empirista hasta el final, a pesar de algunos problemas que no logra solucionar
(¿insolubles quizá?)… La coherencia le exige a Hume apartarse de toda metafísica… Para ser coherente, Hume
debe sostenerse sobre la tensa cuerda del empirismo, no abandonarlo sino llevarlo hasta sus últimas
consecuencias, luchando contra los dos fantasmas que lo acosan: la metafísica en sentido tradicional y el
escepticismo”.

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