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UNIVERSIDAD SAN PEDRO

DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TITULO

“CONTRATO DE LEASING & FIDEICOMISO”

AUTORES: MORALES ROBLES MAIKA GEYSI

MOSTACERO SOTO INDIRA ODALI

LAOS RODRÍGUEZ GEORGETTE

GALIANO GUTIERREZ MIGUEL ANGEL

DOCENTE: DAVILA ROMAN, BORIS JACK

HUACHO-PERÚ

2020
DEDICATORIA
El presente trabajo se lo dedicamos a Dios
y a nuestros padres por el deseo de
superación y amor que nos brindan cada
día en que han sabido guiar nuestros
caminos e inculcarnos valores que nos
servirán en el ámbito profesional y para
nuestra vida diaria.
INTRODUCCION

Los cambios son propios de la evolución histórica de los pueblos pero los

apreciados últimamente se distinguen de los sucedidos en otros periodos de la

historia, la intensidad de ellos, advertidos fundamentalmente en el campo de la

tecnología y la informática produce un elevado envejecimiento de los bienes de

capital, convertidos en obsoletos no por el normal desgaste de su uso, sino porque

son desplazados por otros bienes más sofisticados. Por ello que hay máquinas que

quedan anticuadas antes de ser puestas en servicio.

En este ambiente social y económico surge el leasing y se inserta en el mercado

financiero como una técnica de financiamiento de la empresa complementaria a las

tradicionales.

Debemos subrayar que el leasing no nace con el objeto de reemplazar a las

clásicas fórmulas de financiamiento, no obstante en un valioso aporte a los prácticos

para hacer frente a problemas financieros muy difíciles de solucionar a través de los

acostumbrados negocios de créditos, ello aunado a la posibilidad de ir pagando la

inversión conforme vaya produciendo el activo. En poco tiempo el leasing se ha

convertido en uno de los mas importantes métodos de financiamiento en los países

industrializados; sin embargo en nuestro país llama a reflexionar el descuido que la

doctrina manifiesta respecto al estudio de este novel medio de financiamiento que

fue ideado para promover y no para poseer, para estimular y no para gestionar.

El llamado arriendo financiero nació en el derecho anglosajón y se dice que la

paternidad le corresponde a D.P. Boothe Jr. Que arrendo equipos para la fabricación

de productos para el ejército de los Estado Unidos en el año 1952, a cambio de un


pago mensual por el uso y con una opción de compra a la finalización del

arrendamiento para adquirirlo a un precio previamente establecido.

El artículo 1677del código civil peruano de 1984 dice: " El contrato de

arrendamiento financiero se rige por su legislación especial y supletoriamente, por el

presente título y los artículos 1419 a 1425". Es decir del D.L. 212 y su actual norma

que la regula D.L.299.


CAPITULO I

ANTECEDENTES HISTORICOS

ORIGENES PRIMITIVOS

El concepto del leasing no es nuevo; lo que sí es nuevo es el perfeccionamiento

y sofisticación que han acompañado al mismo. El leasing constituye una de las mas

elocuentes manifestaciones del cambio que se ha venido operando, en los últimos

años, en las costumbres del sector empresarial respecto a la manera de decidir sus

inversiones en bienes de capital; de allí que, con cierta frecuencia, se le presente, ante

y sobre todo, con una técnica o modalidad financiera nueva.

1.1. Cinco mil años de Leasing.

Cinco mil años a.C.. ( Medio Oriente, Mesopotamia), ceder el uso de sus

terrenos a cambio de un canon; luego el leasing desarrolló una forma de

arrendamiento.

1.2. Leasing en la Antigua Grecia.

Se desarrollaban Leasing (Contratos de Arrendamiento) de esclavos, minas,

barcos, etc. entre un banco y una fabrica de escudos.

1.3. El Leasing de esclavos

En Atenas se desarrollaron contratos de Arrendamiento de esclavos a las minas .

1.4. Otros Orígenes.

Leasing tiene sus cimientos en el pueblo egipcio cuya práctica data del año

3,000 a.C., desarrollando contratos de arrendamiento en donde participaban un

arrendador, un arrendatario y una opción de compra.


2. ORIGENES PROXIMOS

2.1. Los Promotores del Leasing. – Los departamentos financieros y

comerciales de las propias empresas industriales o filiales de estas quienes vieron en

el arrendamiento industrial una novedosa fórmula para dar salida a sus productos.

Empresas explotadoras de grandes ferrocarriles americanos.

Empresas de telecomunicaciones como Bell Telephon Syistem decidió sus

operaciones con éxito bajo este sistema, esto es, alquilando sus teléfonos en lugar de

venderlos.

Otras empresas como la International Business Machines, la International Cigar

Machinery y la United Schoe Machinery Corporation, con resultados positivos.

2.2. Las primeras empresas de Leasing.

El punto de partida del leasing con sus actuales características es el año 1952 en

que se funda en San Francisco de California la United States Leasing Corporation, a

fines del mismo año se funda también la Boothe Leasing Corporation.

La característica básica de estas empresas estriba en que su finalidad no es de

producción sino de servicios o de intermediación financiera, empleando una mejor

terminología. Atendiendo a su objeto social, entonces, proporcionan ayuda financiera

a las empresas que requieren la utilización de bienes de capital o de equipo, poniendo

en relación a estas con las empresas fabricantes o distribuidoras de tales bienes.

3. EVOLUCION Y DESARROLLO DEL LEASING


El Leasing es el negocio que ha obtenido el más espectacular crecimiento en el

mundo capitalista, iniciando a partir de la década del cincuenta y alcanza su mayor

esplendor en la década del 70 y 80. Los años siguientes le han servido para

expandirse, con singular éxito, por todo el mundo.

3.1. En los Estados Unidos.

El desarrollo alcanzado por el leasing en los Estados Unidos tuvo como cercanos

aliados a: 1) Normas fiscales de amortización poco liberales; 2) créditos bancarios a

mediano plazo poco desarrollados; 3) una etapa de economía próspera con márgenes

de beneficios apreciables pero con empresas comprometidas con una renovación

acelerada de bienes de capital. En suma, una época de fuerte demanda de capitales

frente a una rigidez de la oferta de los mismos.

3.2. En Europa.

Las empresas de leasing están agrupadas en la Federación Europea de compañías

de Equipamiento de Leasing (LEASEUROPE)

En Gran Bretaña fue el país europeo donde se practicó por primera vez el

leasing.

En Francia, país que tiene el mérito de haber sido el primero en dar un estatuto

legal ex professo para las operaciones y las empresas de leasing.

Bélgica es otro de los países que cuenta con un estatuto legal para el leasing.

En Italia, a pesar de no tener aún una legislación orgánica en materia de leasing,

su crecimiento es considerable, tal como lo demuestran los datos que siempre con

mayor frecuencia se brindan con relación a los contratos en general, y al leasing en

especial.
Este significativo crecimiento del leasing se presenta en otros países de este

continente y de otras partes del mundo: España, República Popular China, La India,

Indonesia, Corea. Sin embargo fue Japón el país pionero del Leasing que en poco

tiempo, se convirtió en uno de los países líderes en Leasing, al grado de adoptar un

subtipo: El samuray leasing.

3.3. En Latinoamérica

Siguiendo el ejemplo de Europa, Latinoamérica también tiene su Federación de

Empresas de Leasing (FELELEASE), que agrupa a diversas empresas del arrea con

el objeto de promover la actividad del leasing y dar a conocer la experiencia obtenida

en diversos países.

Debemos anotar que en esta parte de América, al igual que en Europa en sus

primeros años, las transacciones de leasing fueron escasas. Sin embargo, la situación

mejoró hacia la década del 80, siendo Brasil el país en el que alcanzó su mayor auge.

En los años siguientes, a consecuencia de la crisis internacional, se registró una

inesperada caída; empero, en estos últimos años se observa una notoria recuperación

que nos lleva a pensar y abrigar esperanzas en acercarnos al desarrollo alcanzado en

otras latitudes.

En Brasil el Contrato de Leasing tiene un ordenamiento jurídico en donde la ley

define al leasing o arrendamiento mercantil, para ellos como la operación realizada

entre personas jurídicas, que tengan por objeto el arrendamiento de bienes adquiridos

a terceros por la arrendadora, para fines de uso propio de la arrendadora y que

atiendan a las especificaciones de esta.

Ecuador es otro de los primeros países que se preocupó de darle una regulación
especial e leasing.

En Chile existe la asociación Chilena de Empresas de Leasing, la cual a tenido a

su cargo la difusión de la importancia económica del leasing y sus bondades en el

financiamiento de las empresas en estos últimos años.

En Colombia se aplican a las operaciones de leasing las disposiciones del

Código Civil y del Código de comercio relativas al mandato, arrendamiento,

compraventa etc.

En Uruguay, la carencia de regulación especial fue superada por la citada ley

conocida como "Crédito de uso", que se define como un contrato de crédito en virtud

de la cual la institución acreditante coloca un dinero para aplicar los fondos a la

adquisición de un bien por parte del tomador.

En Argentina el leasing ingresa a inicios de la década del 60, siendo adoptado no

solamente por empresas privadas sino también por empresas estatales.

3.4. En el Perú

La primera mención oficial del leasing, en nuestro país, se realizó a través del

Decreto Ley 22738 del 23 de octubre de 1979, bajo la denominación de

arrendamiento financiero, esta ley faculta a estas instituciones a adquirir inmuebles,

maquinarias, equipos y vehículos destinados a este tipo de operaciones.

El leasing en nuestro país fue normado y regulado por diferentes Decretos

Supremos, Decretos Legislativos, Resoluciones Ministeriales y resoluciones de las

diferentes instituciones reguladoras.

Las operaciones de leasing en el Perú inician su despegue en los primeros años

de la década del 80, como lo demuestra el hecho de Sogewiese Leasing que obtuvo
utilidades por el doble de su capital social y alcanza su mas alto índice de

crecimiento entre los años de 1984-1986, siendo el mayor beneficiado el sector

industrial con un 34% del total de sus transacciones efectuadas, seguido por el sector

comercio con un 28%, servicios con 20%. El crecimiento se detuvo en los años

siguientes.

Las empresas que hacen uso importante de leasing son el sector bancario,

financiero, la industria manufacturera, los negocios de maquinarias y equipos para el

movimiento de tierras.

Las empresas habilitadas por la S.B.S. a operar en leasing en el mercado son las

financieras, bancarias y algunas empresas especializadas entre ellas tenemos:

Bancarias: de Crédito, Wiese, Bandesco, Mercantil, Santander, Interandino,

Interamericano, Interbanc, Continental, Nuevo Mundo.

Financieras: Promotora Peruana, Interfip, Sanpedro, de Crédito, Nacional,

Sudamericana, del Sur.

Especializadas: Sogewiese Leasing, Lima Leasing, Latino Leasing, Citileasing,

DEFINICIONES DOCTRINARIAS

Descriptivas

El contrato de Arrendamiento Financiero o Leasing se estima que una

determinada entidad financiera (llamada Sociedad de Arrendamiento Financiero)

adquiere una cosa para ceder su uso a una persona durante un cierto tiempo la cual

habrá de pagar a esa entidad una cantidad periódica (constante o variable).

Transcurrida la duración del contrato, el concesionario tiene la facultad de adquirir la


cosa a un precio determinado, que se denomina residual, en cuanto a que su cálculo

viene dado por la diferencia entre el precio originario pagado por la sociedad de

Arrendamiento Financiero (mas los intereses y gastos) y las cantidades abonadas por

el cesionario a esa sociedad. Si el cesionario no ejercita la opción de adquirir la cosa,

ha de devolverla a la sociedad de Arrendamiento financiero, de no convenir con ella

una prórroga del contrato mediante el pago de cantidades periódicas más reducidas.

Jurídicas

Las definiciones que ingresan a esta sede destacan por su particularidad del

leasing, su naturaleza contractual.

Se define como un negocio jurídico, el leasing es un contrato complejo de

arrendamiento por el cual una parte, en lugar de adquirir un bien de capital que

necesita solicita de la otra parte que lo adquiera y le concede su uso y goce por un

periodo determinado, vencido el cual podrá el locatario dar por terminado el

contrato, restituir la maquinaria obsoleta y celebrar un nuevo contrato sobre un bien

de capital al DIA con el progreso tecnológico, o adquirir el bien objeto del contrato

por un precio equivalente a su valor residual. Como contraprestación el locatario se

obliga a pagar al locador una suma periódica de dinero que se fija de manera de

permitir la amortización del valor del bien durante el periodo de duración del

contrato.

Jurídico Financieras

El leasing es un contratode financiación por el cual un empresario toma en

locación de una entidad financiera un bien de capital, previamente adquirido por esta

a tal fin, a pedido del locatario, teniendo este arriendo una duración igual al plazo de
vida útil del bien y un precio que permite al locador amortizar el costo total de

adquisición del bien, durante el plazo d locación, con mas un interés por el capital

adelantado y un beneficio, facultando asimismo al locatario adquirir en propiedad el

bien al término de la locación mediante el pago de un precio denominado residual.

DEFINICIONES LEGALES

Operaciones de leasing legalmente son las operaciones de arrendamiento

financiero en donde la arrendadora financiera se obliga a adquirir determinados

bienes y a conceder su uso o goce temporal, a plazo forzoso a una persona física y

moral obligándose esta a pagar como contraprestación, que se liquidará en pagos

parciales, según convenga una cantidad de dinero determinada o determinable, que

cubra el valor de adquisición de los bienes, las cargas financieras y demás accesorios

y adoptar al vencimiento del contrato alguna de las opciones terminales legales.

NUESTRA DEFINICIÓN

El leasing es un contrato de financiamiento en virtud del cual una de las partes,

la empresa de leasing se obliga a adquirir y luego dar en uso un bien de capital

elegido, previamente por la otra parte, la empresa usuaria, a cambio del pago de un

canon como contraprestación por esta, durante un determinado plazo contractual que

generalmente coincide con la vida útil del bien financiado el cual puede ejercer la

opción de compra, pagando el valor residual pactado, prorrogar o firmar un nuevo

contrato o, en su defecto devolver el bien.


CAPITULO III

NATURALEZA JURÍDICA DEL LEASING

"Para encarar, sin excesiva, el problema de la naturaleza jurídica del Leasing no

debemos olvidar que estamos ante una figura que, aunque evolucionada y

modalizada, tiene su origen en el Derecho anglosajón. El trasplante a un sistema

como el nuestro ha de hacerse con el máximo cuidado para no desvirtuar

radicalmente la figura de su origen."

3.1. PANORAMA DOCTRINARIO

Uno de los temas más apasionantes de los estudios del derecho es, el estudio de

la naturaleza jurídica de cada una de las instituciones, la cual viene motivada por :

Encontrar una respuesta ¿Qué es tan o cuál institución? a la pregunta : esto es, en el

"Conjunto determinaciones que hacen que una institución sea lo que es y, en efecto,

la distrigan de toda otra."

La naturaleza jurídica de una institución viene dada por la síntesis de los

caracteres jurídicos de la misma que, en su conjunto, la individualizan, y cuya

caracterización nos permitirán "naturalizarla" en el mundo del derecho.

Acá vamos a estudiar básicamente dos interrogantes : ¿cómo es? y, sobre todo ,

¿qué es el contrato de Leasing? , la doctrina, la legislación y la jurisprudencia


comparada denotan significativos puntos de divergencia, con respecto a Leasing lo

que hace una institución polémica la determinación de la naturaleza jurídica de

Leasing reviste gran interés e importancia, pues ella nos permitirá saber, en concreto,

que normas jurídicas habrán de aplicarse a ella.

A continuación expondremos las principales posiciones contenidas en doctrina y

apoyadas por algunas jurisprudencias extranjeras toda vez que en el Perú no

conocemos a alguna.

3.2. TEORÍA DEL ARRENDAMIENTO

Una de las primeras teorías, sino la primera, propuesta para explicar la esencia

con naturaleza del contrato de Leasing.

Esta tesis ha recibido singular respaldo tanto de la doctrina como de la

legislación comparadas. Las leyes francesas y la belga califican al leasing como

"alquiler con promesa lateral de venta" . En el Perú, la ley anterior (Dec. Leg. 212) y

la actual (Dec. Leg. 259). Igualmente, hablan de "arrendamiento con opción de

compra."

En opinión de los propulsores de la tesis del arrendamiento, se debe huir de las

ficciones y examinar el leasing tal como se desarrolla en la realidad; y, en ella ,

dicen, se observa que la esencia de la relación jurídica entre la empresa de leasing y

la usuaria está en el cambio entre la atribución temporaria del gece de un bien y el

pago de contraprestación, la cual constituye, pues la causa típica del contrato de

arrendamiento.

La unidad contractual del arrendamiento no queda desvirtuada por la inclusión

de cláusulas que lo conforman como un arrendamiento con finalidad financiera, ni


por el hecho de existir operaciones preparatorias, pues la compraventa entre el

arrendador y el suministrador del bien constituye una relación jurídica separada y

distinta del arrendamiento celebrado entre el primero y el usuario-arrendatario. No

obstante, la adquisición del bien por sociedad del leasing es determinada

directamente por el arrendamiento, ya que se trata de un contrato de ejecución

adquisición del bien) dentro del marco de otro distinto (arrendamiento financiero).

Esta posición, aún cuando en líneas generales sus propulsores

manifiestenconcordia, no sucede lo mismo en cuanto a su aplicación.

Atendiendo más a la función o finalidad perseguida por las partes, que a la

estructura o elementos concurrentes en el leasing. La mejor doctrina ha formulado

serias objeciones a la citada tesis y, con argumentos puntuales, ha diferenciado

ambas instituciones, las cuales podemos resumirlos en los siguientes:

En primer lugar debemos formular las siguiente pregunta ¿qué propósito

práctico anima a la empresa usuaria a adquirir bienes en leasing?. Como norma

general, podemos decir que la usuaria, al adquirir bienes en régimen de leasing,

pretende utilizarlos y extraer el máximo de utilidad económica posible, pero con la

posibilidad latente, de adquirirlos a su sola decisión y por un precio residual que es

menor al precio del mercado.

En segundo lugar podemos advertir otras diferencia en el significado que tienen

el canon en ambos negocios. Así, mientras en la relación arrendaticia el pago de las

rentas periódicas significa la contraprestación por la cesión del uso del bien, en el

leasing el uso es solo uno de los elementos componentes del canon, el cual supone el

pago de conjunto de prestaciones a las que se obliga la empresa del leasing,, entre las
que se incluyen además de la cesión del uso, la adquisición del bien y la eventual

transferencia de la propiedad por el valor residual pactado para la opción de compra.

En tercer lugar, que los derechos y obligaciones nacidos de la firma del contrato

del leasing se apartan sustancialmente del esquema típico del arrendamiento.

Rojo Ajuria dice que la dificultad para regular el leasing como arrendamiento radica

en la llamada función financiera del mismo, por cuanto el arrendamiento solo tiene

tal función cuando encubre una relación de crédito y de garantía.

Concluyendo, debemos convenir que el leasing y el arrendamiento tienen,

efectivamente, un punto de encuentro, un punto común: la puesta a disposición de

bienes en calidad de uso. Sin embargo, si nos atenemos a la finalidad, función y

efectos de cada una de estas instituciones contractuales, tal como hemos visto, los

puntos que lo distancian son muy evidentes.

3.3. TEORIA DE LA COMPRAVENTA

Los gestores de esta doctrina disconformes con los argumentos esgrimidos por la

teoría del arrendamiento, que en su opinión pretende deliberadamente sustraer el

contrato al régimen jurídico de la compraventa, decidieron dirigir sus investigaciones

hacía la función económica que desempeña este negocio jurídico. El leasing, escribe

CUESTA RUTE, es una operación de crédito y el ánimo del empresario es el mismo

que le lleva a convenir una compraventa; la diferencia está únicamente en el modo de

financiarlo. El jurista italiano DE NOVA, a su turno señala que el leasing operativo

se acerca más a la normatividad del arrendamiento; en tanto que, el leasing

financiero, tiende a acercarse más a la compraventa, sobre todo a la compraventa con


reserva de propiedad. Antes de referirnos a las observaciones formuladas a esta tesis

debemos de poner de manifiesto, como lo hacen FERRI, la proximidad de ambas

instituciones jurídicas. Un primer dato diferenciador es que la compraventa a plazos

el financiamiento se realiza a través de una prorrateización del precio del bien hecha

por el mismo vendedor; en cambio, en el leasing interviene como financiador un

sujeto diferente al vendedor del bien: la empresa de leasing. Además, la relación

jurídica nacida entra la empresa financiera y la financiada, no puede ser calificada, en

paridad, como la de un contrato de compraventa a plazos con reserva de propiedad:

ella es, y así debe entenderse, una relación de financiamiento especial.

La segunda observación, se centra en el diferente mecanismo de transferencia de

propiedad. En la compraventa con reserva de propiedad el comprador adquiere

automáticamente la propiedad del bien, con el pago de la última cuota del previo

pactado. En este caso, el comprador al que el vendedor ha trasmitido la propiedad

mediante entrega sometida a condición suspensiva, ha obtenido una posición jurídica

independiente de la voluntad del vendedor, una expectativa de propiedad, que es

considerada por la doctrina como un derecho patrimonial actual. Con el

cumplimiento de la condición suspensiva aquél derecho se transforma en pleno, es

decir, en propiedad absoluta. El leasing, por contrario, vencido el plazo contractual

en el cual la usuaria tiene el uso del bien, hace necesaria la emisión de una nueva

declaración de voluntad, de parte de la usuaria, para ejercer, pues, la opción de

compra que le confiere el contrato.

La tercera, ligada a la libertad de elección.

La cuarta, relacionada con el canon a pagar como contraprestación el monto del


canon no puede ser tomado como argumento decisivo en pro de la calificación del

contrato, ya que al coincidir la duración de la vida económica del bien y la duración

del contrato, el interés de la empresa usuaria de convertirse en propietaria se

desvanece; en cambio, cuando existe una diferencia entre ambos elementos resurge

el interés de ella por transformar el derecho personal en derecho real, el que se

verificará previo pago del valor residual establecido.

El intento, tanto de la doctrina como de la jurisprudencia de asimilar el leasing a

la compraventa con reserva de propiedad, especialmente en el plano funcional, no es

el más atinado, pues el leasing no es una operación de financiamiento cualquiera,

sino una de la realización de esta finalidad asume un calificación precisa y una

estructuración particular

Según lo analizado no es posible pensar en la identidad de naturaleza entre ambos

negocios jurídicos, aunque aparezcan sujetos a un mismo régimen toda vez que la

finalidad económica perseguida por una y otra institución contractual es distinta por

ende, se puede decir, que "la identidad funcional entre la compraventa con reserva de

propiedad y el leasing es más aparente que real ".

3.4. TEORIA DEL DEPOSITO

Olvidando, para algunos deliberadamente, la función estrictamente financiera

del contrato de leasing, un sector minoritario de la doctrina ha pretendido explicar su

naturaleza jurídica en base a las normas que disciplinan el contrato de depósito, pues

consideran que la empresa de leasing entrega los bienes a la usuaria en tal calidad.
A saber: "Por el depósito voluntario el depositario de obliga a recibir un bien

para custodiarlo y devolverlo cuando lo solicite el depositante.

El depósito es un contrato que reposa, esencialmente, en la fiducia, es decir, se

sustenta en la confianza que el depositario le inspira al depositante, toda vez que,

resulta evidente, nadie entregará un bien para ser custodiado si no es a una persona

en la que se pueda confiar.

La custodia del bien, considerada como elemento típico, mas no exclusivo, del

depósito, pues la encontramos, igualmente, presente en otros negocios aunque en

ellos, por lo general, como prestación accesoria, en cuanto presupuesto instrumental

para su restitución, tiene en el contrato de depósito la calidad de función específica,

de prestación principal el beneficio, en principio, es para una de las partes, la

depositante pues la depositaria le presta un servicio al custodiar y conservar el bien el

cual es de naturaleza gratuita, más no de esencia pero nada impide que el depósito

sea hecho también en beneficio o interés de la depositaria, o de un tercero, el mismo

Código permite que sea convenida una remuneración y prevé que ella pueda

deducirse de la calidad profesional, de la actividad del empresario u otras

circunstancias. Igualmente, por responder a la finalidad misma del contrato, se

excluye la posibilidad que la depositaria pueda hacer uso del bien y en efecto, hacer

suyos los frutos y rentas por lo expuesto, hasta ahora consideramos incorrecta la

calificación jurídica propuesta por este sector de minoría, pues es evidente que

estamos ante dos instituciones que ingresan al campo del Derecho con distinta

naturaleza y finalidad. Así, mientras el fin esencial, o característica principal, del

depósito es el deber de custodiar conservar y restituir el bien; en el leasing, en


cambio, junto a la finalidad financiera, se conjugan otras peculiaridades, como la

transferencia de la propiedad, la disponibilidad económica del bien y la atribución de

un derecho unilateral de opción de compra despúes de concluido el plazo contractual.

3.5. TEORIA DEL MANDATO

Según hemos anotado, quien selecciona el bien y realiza los tratos y acuerdo con

el fabricante o proveedor, incluida la determinación del precio, por lo general, es la

futura empresa usuaria; sin embargo, la que adquiere el bien, para luego ponerlo a

disposición de esta última, es la empresa de leasing. Esta sui generiss colaboración

empresarial ha motivado que algún sector de la doctrina considere la existencia de un

contrato de mandato previo a la relación arrendaticia contenida en el leasing, pues

sólo así, entienden ellos, se justificaría el hecho que el bien venga electo por una

persona y, posteriormente, adquirida por otra.

La teoría del mandato ha sido objeto de certeras observaciones, las que no han

podido ser rebatidas satisfactoriamente. En cuanto a la primera, creemos debe ser

abandonada, entre otras razones, porque no se puede considerar como mandataria a

la empresa de leasing, pues ella adquiere los bienes en su nombre y por su propia

cuenta, no operando, en efecto, a continuación trasmisión de los mismos ( como

prescribe el art. 1810 del Código civil de 1984) al no adquirir la usuaria la propiedad

de los bienes.

Además, la teoría del mandato es, inaplicable al leasing por las siguientes

razones:

a. Para aceptar la tesis del mandato es necesario aceptar que el usuario actúa en

interés o por cuenta de la sociedad de leasing; sin embargo, el usuario actúa en su


propio interés al elegir el proveedor y determinarlas condiciones de los bienes.

b. El usuario no concluye el contrato de compraventa con el proveedor. Ni el

proveedor se obliga a entregar el bien, ni la sociedad de leasing a pagar el precio,

mientras éste no le haga llegar su consentimiento expresado formalmente en un

pedido y orden de compra.

c. El mandato, se formaliza en la primera convención, sin embargo, vemos que

allí no se determina ni el bien ni el precio. Es dudoso, pues que exista un mandato en

el que el mandatario no reciba ninguna instrucción del mandante.

3.6. TEORIA DEL MUTUO

Los últimos estudios desarrollados en esta materia, corresponden a los autores

que destacan, en esencia, su naturaleza financiera; pero la mayoría de ellos,

estimando al dinero como objeto propio de este negocio, pretenden asimilar su

naturaleza jurídica a la del contrato de mutuo. En este sentido, TRIBES define al

leasing como técnica de crédito en la cual el prestamista ofrece al prestatario la

locación de un bien unida a una promesa unilateral de venta.

Según esta tesis, es la empresa usuaria la que adquiere la propiedad de los

bienes, pero simultáneamente los vende a la empresa de leasing, la que se convierte

en propietaria fiduciaria de los mismos hasta la devolución del dinero prestado,

incluidos, gastos, intereses y el margen de ganancia. Una vez pagados los cánones

establecidos, la empresa usuaria puede adquirir la propiedad de los bienes, mediante

el ejercicio de la opción de compra; si no hace uso o ejercicio de ella, pues, no

adquiere la propiedad del bien.


Esta doctrina nos sugiere algunas observaciones básicas; pero, antes debemos

anotar que el Código civil de 1984, siguiendo la actual tendencia de la espiritualista y

alejándose de la tradición jurídica romanista normado el mutuo como un contrato que

se perfecciona por el solo consentimiento de las partes (art. 1648), en el mutuo existe

una operación crediticia de carácter directo por la cual el mutuante transfiere al

mutuatario la propiedad de determinados bienes fungibles, obligándose éste a

devolver otros de la misma especie y cantidad. En el leasing, antes bien, el crédito se

otorga en forma indirecta a través de la adquisición de un bien de capital y la

concesión del mismo en luso a la empresa usuaria. En este caso, pues, no existe

transferencia de la propiedad, sino que ella también permanece en el patrimonio de la

empresa del leasing cumpliendo una finalidad de garantía.

Además, se considera imposible una operación de leasing de dinero, toda vez

que éste no es un bien identificable; en cuanto a los bienes consumibles, enunciado

en el artículo 1648 del Código civil.

En suma, concebir al leasing como un préstamo de dinero que hace la empresa

de leasing a la usuaria no se acomoda a la realidad, pues si el leasing implicase un

préstamo de dinero no se comprende porque motivo la empresa usuaria no compra

directamente el bien o bienes al suministrador, una vez que la empresa leasing le ha

prestado el dinero.

3.7. TEORIA DE LA GESTION DE NEGOCIOS

Dentro de esta figura jurídica, entre los autores alemanes que han dedicado

algunas páginas al estudio del leasing, hay algunos que se inclinan a encuadrarlos

dentro de la categoría de los "negocios de gestión" pues estiman que la empresa le


leasing opera como agente de la empresa arrendataria para obtener el bien que ella

desea, y una vez que lo consigue se lo financia, entregándole seguidamente para su

uso y explotación. La denominación genérica de gestión de negocios regula, la

gestión de negocios basada en un mandato y la gestión de negocios sin mandato.

A esta gestión de negocios sin mandato, producto de la humanitas romana, e

inspirada en la idea que un hombre debe ayudar a sus semejantes cuando éstos

necesitan de ella, el Código civil de 1984 dedica los artículos 1950 al 1953,

reconociéndole su carácter sui generis. El legislador no define la figura de la gestión

de negocios, solo la describe en el artículo 1950, a saber: "Quien careciendo de

facultades de representación y sin estar obligado, asume conscientemente la gestión

de los negocios o la administración de los bienes de otro que lo ignora, debe

desempeñarla en provecho de éste".

Algunos rasgos característicos que tipifican la gestión de negocios: falta de toda

obligación, legal o voluntaria, de asumir la gestión; ella se constituye por un acto

unilateral de voluntad realizado con el convencimiento de gestionar un negocio ajeno

y en interés ajeno. En efecto, no hay gestión de negocios si se tiene que realizar los

actos por imperativo legal, o si se ha recibido encargo del interesado, pues en tales

casos se tratará de una obligación legal o de un mandato, respectivamente.

En segundo lugar, la intervención del gestor responde a una razón de índole

altruista, esto es, velar por la defensa de un interés ajeno, en base al propósito de

favorecer representado sin beneficio correlativo para el gestor, la gestión dde

negocios ajenos en la creencia que son propios, no quedan comprendidos

Estos rasgos tipificantes nos permiten señalar que la gestión de negocios y el


leasing, son dos instituciones que nacen y se desarrollan con finalidades diferentes.

La primera es una institución extracontractual, pues nace de un acto unilateral de

voluntad y viene motivada por un espíritu de caridad o benevolencia. El segundo, en

cambio, es un típico contrato de financiación, pensado y estructurado para brindar a

las empresas un canal de financiamiento alternativo o complementario a los

tradicionales.

3.8. TEORIA DEL CONTRATO ATIPICO

Corresponde ahora detenerse en la sede de aquella doctrina que, no encontrando

solución a la naturaleza jurídica del leasing en ninguno de los contratos típicos

regulados en el ordenamiento jurídico, ni en una conjunción o combinación de los

mismos, recurren a la categoría de los contratos atípicos .

Cabe entonces una interrogante: ¿qué es un contrato atípico? Algunos

responderían, inmediatamente, aquel contrato que no es típico, es decir, que no es

reconocido legislativamente; pero, esto no dice mucho Atípico, pensamos, es aquel

contrato que, no obstante tener identificación propia, y reunir los requisitos

necesarios para ser típico, no ha merecido aun recepción legislativa a través de una

disciplina particular. Cuando hablamos de disciplina particular, nos estamos

refiriendo a que ella venga contenida en algún Código o en una Ley especial. La

atipicidad, vale recordar, no choca con ningún problema de validez, de licitud o de

admisibilidad, pues tales contratos pueden perfectamente celebrarse, amparándose en

el principio general de autonomía privada y de la libertad contractual (art.1354 del

C.c.). Tampoco son contrarios a la ley, a la moral o al orden público: en materia de

contratos atípicos, falta un régimen legal.


La doctrina, ha intentado superar este impasse elaborando algunos criterios para

la interpretación e integración de estos contratos, los cuales son esencialmente dos: el

de la absorción que pretende asimilar el contrato atípico al contrato típico más

próximo o semejante: y el de la combinación, propuesta por los alemanes que busca

coordinar los posible elementos típicos del contrato atípico.

La tesis de la atipicidad goza de aceptación, tanto de la doctrina como de la

jurisprudencia, en los países que no tienen legislación del leasing.

En opinión de RUEDA, la reglamentación de la Disposición Adicional Séptima

de la Ley de 29 de julio de 1988 ha determinado el desvanecimiento del carácter

atípico del leasing financiero. Si contamos con una regulación positiva contenida en

una disposición normativa con rango de Ley, no se puede seguir afirmando con tanta

claridad, como hasta ahora, que el leasing es un contrato atípico. Lo que ocurre es

que el tipo es incompleto, pues se limita a establecer los elementos necesarios o

requisitos imprescindibles que deben concurrir para admitir como arrendamiento

financiero a un contrato.

3.9. TEORIA DEL CONTRATO MIXTO

Sin alejarse del centro estructural del negocio, algunos autores han calificado al

leasing como un contrato mixto, resultante de la fusión de varios esquemas

negociales, a saber: compraventa, arrendamiento y opción de compra, dicen unos;

mandato, compraventa, arrendamiento y venta eventual, opinan otros.

¿Qué es un contrato mixto? La doctrina y la jurisprudencia no entregan una

definición clara de esta institución. Podemos decir que es aquel contrato que se

caracteriza por la fusión o mescolanza de elementos pertenecientes a tipos de


contratos diferentes, los cuales no es posible separarlos, ni siquiera conceptualmente,

por haber formado un totum. Si fuera posible la separación, se ha dicho, no habría

contrato mixto, pues faltaría su presupuesto natural, esto es, la fusión o la síntesis de

elementos que aplican esta categoría de contratos.

Respecto a los elementos que concurren para formar el contrato mixto, esto es, si de

contratos típicos o de si éstos con atípicos, o de si estos últimos solamente, la

doctrina dista de ser pacifica. Para un sector importante por cierto, sólo se puede

hablar de contratos mixtos en caso que se conjuguen en un mismo negocio,

prestaciones de dos o más negocios reconocidos por ley, según su función típica y en

relación de coordinación. Para otros también conforman esta categoría aquellos que

son el resultado de la fusión de elementos tanto de negocios típicos con atípicos,

como de negocios atípicos solamente.

A este tipo de contratos, igualmente, le corresponde una causa mixta, aunque

siempre unitaria, que ella resulta de la fusión de dos o más causas heterogéneas entre

sí.

3.10. TEORIA DEL CONTRATO COMPLEJO

Conduciéndose igualmente dentro de la óptica estructural, otros autores

consideran que el leasing, a pesar de habérsele querido ver como un mero

arrendamiento con opción de compra, la verdad es que se trata de un contrato

complejo, integrado por finalidades económicas y funciones jurídicas precisas, entre

las que destaca la de la financiación de la moderna empresa. El leasing es un negocio

unitario y complejo, entre cuyos elementos existe un nexo de tal naturaleza que sería

imposible que cada uno de ellos mantuviera su finalidad, su sentido jurídico,


abstrayéndolo de los demás.

DIEZ PICAZO señala que contratos mixtos son aquellos que los que, dentro de

un mismo son aquellos en los que, dentro de un mismo contrato, confluyen

elementos que pertenecen a distintos tipos de contratos. Reúnen elementos de

diversos tipos contractuales, aunque creando una unidad orgánica. Son complejos, en

cambio, aquellos en los cuales las prestaciones de cada una de las partes, las

obligaciones asumidas o los pactos establecidos, aisladamente considerados,

pertenecen a un tipo contractual preexistente del cual parcialmente se aíslan para

integrarse en el negocio.

3.11. TEORIA DEL CONTRATO INDIRECTO

Tomando como punto de referencia la finalidad económica perseguida por las

partes, algunos autores han creído ver en el leasing negocio indirecto. Luego de

explicar que el legislador del Brasil realizó una simbiosis de conceptos tradicionales

para mostrar la creación de una nueva figura contractual, pues tomo del Código civil

la palabra "arrendamiento" y del Código de comercio la de "mercantil" señala que el

leasing es un negocio jurídico indirecto, en el cual la financiación se hace bajo la

forma del contrato de arrendamiento.

En la actualidad es muy frecuente encontrar en los diversos sistemas jurídicos

negocios indirectos, es decir, negocios elegidos jurídicos negocios indirectos, es

decir, negocios elegidos y queridos por las partes.

En el negocio indirecto, para la consecución del fin querido, se hace no de una

vía oblicua, transversal, es decir, no se toma una vía normal, ordinaria,

produciéndose una disonancia entre el medio empleado, que es un negocio típico, y


el fin práctico perseguido.

En sentido amplio, estima la doctrina, los negocios indirectos engloban o

comprenden a los negocios simulados, fiduciarios y a los fraudulentos en sentido

estricto, sin embargo, el no debe confundirse ni mezclarse con éstos.

En los negocios indirectos, a diferencia de los simulados, explicaba

ASCARELLI, las partes quieren efectivamente el negocio que poner en movimiento;

ellas quieren efectivamente someterse a su disciplina jurídica, no a otra diversa;

quieren , además los efectos típicos del negocio adoptado, sin los cuales ellas no

alcanzarían su finalidad práctica.

Igualmente, el negocio indirecto es diferente al fiduciano ya que éste persigue

una finalidad única, y no doble, como el indirecto. Además, éste no tiene su eficacia

típica limitada por un convenio anterior, sino que con aquella eficacia consigue, a la

vez , la de otros tipos de negocios, merced a una especial disposición de sus

elementos.

El negocio indirecto no ha llegado a constituir una categoría jurídica, esto es, no

configura un tipo negocial reconocido legislativamente .

3.12. TEORIA DEL NEGOCIO FIDUCIARIO

Esta tesis viene íntimamente vinculada a la del préstamo o mutuo. Prescindiendo

de las formas jurídicas y de los conceptos o rótulos, ha dicho uno de sus teóricos, el

leasing es, en sustancia, un préstamo que recibe la usuaria de la financiera,

conservando ésta la propiedad fiduciaria de los bienes como garantía del crédito

otorgado. La financiera, explica el mismo autor, efectúa un préstamo a la usuaria,

pero en virtud de un mandato que ésta le ha conferido, entrega el dinero al


suministrador designado por la usuaria para adquirir los bienes elegidos por ella. La

propiedad de estos bienes es adquirida por la usuaria y transferida inmediatamente a

la empresa de leasing en garantía del crédito. En consecuencia, ésta es la propietaria

fiduciaria de los bienes durante todo el plazo del contrato; aquella es sólo la

detentadora del uso del bien durante ese lapso.

En la lógica del GIOVANOLI , el leasing produciría efectos personales

oponibles entre las partes, es decir, entre la usuaria y la empresa de leasing, la cual

no podrá enajenar los bienes en virtud del pacto de fiducia. Según lo anotado, pues,

en el leasing se vislumbraría un real negocio fiduciario, particularmente el negocio

conocido como fiducia cuya causa y consecuencias jurídicas ha promovido una

importante literatura.

Los antecedentes históricos de este tipo de negocios se suelen encontrar en la

fiducia que conoció el Derecho Romano. A pesar que las fuentes históricas que se

poseen sobre la fiducia no son lo suficientemente extensas y clases, parece haber

consenso que en el Derecho Romano se conoció la ficucia testamentaria. Esta le

permitía al testador ordenar que sus bienes y derechos fueran adquiridos, en su

sucesión por un fiduciario, con el fin que éste les diera el destino previsto según las

instrucciones del testador.

¿A qué se denomina negocio fiduciario?

En opinión de PUIG BRUTAU, es aquel negocio que consiste en la atribución

patrimonial que uno de los contratantes (el fiduciante) realiza a favor de otro (el

fiduciario), para que éste utilice el derecho adquirido para la finalidad que se haya

convenido (pacto de fiducia), con la obligación del adquirente de retransmitir el bien


o derecho adquirido al enajenante o un tercero, una vez cumplida dicha finalidad.

PUGLIESE, por su parte, indica que se denominan fiduciarios aquellos negocios

por medio de los cuales una parte transmite a la otra la plena titularidad de un

derecho, contra la promesa de quien adquiere, de retransmitir el derecho mismo al

enajenante o a un tercero, con la modalidad de que efectuén un cierto fin práctico.

El fin realmente querido por las partes con el negocio fiduciario no corresponde

a aquel típico del negocio mismo, el negocio es querido, y seriamente querido por las

partes, pero para un fin diverso de su fin típico. Así, en un caso típico de negocio

fiduciario, como es la transferencia de propiedad con el fin de garantía, la

transferencia es efectivamente querida por las partes, pero no con la intención de

cambio, sino con el fin de garantía.

La naturaleza y la estructura del negocio fiduciario ha sido explicada por la

doctrina tradicional articulando dos negocios diferentes, lo que ha llevado a llamarla

"teoría del doble efecto". Según esta teoría, de un lado hay un negocio jurídico real y

dispositivo, que comporta una verdadera transmisión de la propiedad o del derecho al

fiduciario. De otro, hay un negocio obligatorio a restituir, posteriormente, el bien o el

derecho al fiduciante o al tercero especialmente designado para ello. Este negocio se

caracteriza, porque las parte eligen para su fin práctico un negocio jurídico cuyos

efectos exceden de aquel fin: la transmisión de la propiedad para garantizar un

crédito la cesión de un crédito para que el cesionario cobre. El fiduciario, en efecto

recibe un poder jurídico del que no ha de abusar, esto es, no deberá darle un destino

distinto al propuesto. Quién trasmite lo hace confiando en que no lo hará. Después de

estas breves notas, vale formularse la siguiente pregunta: ¿se puede considerar al
leasing como un negocio fiduciario? Creemos, de la mano de la mejor doctrina que

no, toda vez que éste, ni se condice con la mecánica ni con la esencia misma del

leasing.

a) Contrasta con la visión fiduciaria de realidad de la mecánica del leasing: la

usuaria no es propietaria de los bienes al haberlos adquirido con dinero prestado por

la empresa de leasing, sino que dichos bienes son adquiridos por ésta, del proveedor

indicado por aquella, con recursos propios.

b) Según esto, resulta poco creíble la supuesta adquisición de la usuaria de los

bienes objeto del negocio y la transmisión en garantía de ellos que efectuaría en le

mismo instante a la financiera. Si se tratara de una transferencia con el fin de

garantía, rasgo típico de la fiducia no se justifica la existencia de la opción de compra

a favor de la usuaria, toda vez que la empresa de leasing, como fiduciaria, estaría

obligada a restituir la propiedad en el momento en que la usuaria, como deudora,

satisfaga el crédito, sin requerir, en consecuencia, manifestación de voluntad

adicional.

El leasing, por ser una figura contractual proveniente del sistema jurídico

anglosajón, no es de fácil encaje en nuestro sistema continental.

CAPITULO IV

CARACTERES DEL LEASING


4.1. CARACTERES ESTRUCTURALES

En el contrato de leasing estos caracteres se advierten en la naturaleza de su

composición, del contenido de las prestaciones asumidas cada una de las partes y de

la forma como se obtiene el cumplimiento las mismas; las funcionales, a su vez, se

derivan del rol que a él le corresponde desempeñar dentro del mercado financiero

como complementaria a las tradicionales fórmulas de financiación de la empresa.

Empecemos, entonces, con las estructurales diciendo que el leasing es un contrato.

4.1.1. TIPICO

La clasificación de los contratos en típicos y atípicos es de muy antigua data y se

ha dado en todos los países con legislación positiva vigente; no obstante, ella no tiene

en el derecho moderno ni la misma importancia ni el mismo sentido que en el

derecho romano.

El leasing, esta institución financiera, tal como acontece hoy en los países donde

él tiene presencia significativa, en el Perú es un contrato típico, y ello, en efecto,

porque el Derecho positivo, luego de individualizar el leasing a través de una serie de

elementos y datos peculiares, lo ha valorado y le ha atribuido una concreta

regulación: primero, el Dec. Leg. 212, después del Dec. Leg. 299. Aunque, debemos

subrayar, el legislador, como ya es habitual ante la aparición de nuevas instituciones

contractuales, al redactar este dispositivo se ha preocupado más de los aspectos

tributarios y financieros que del aspecto sustancial.

4.1.2.- PRINCIPAL

Un contrato es principal cuando cumple, por sí mismo, un fin contractual propio


y subsistente, sin relación necesaria con ningún otro contrato; es decir, no depende ni

lógica ni jurídicamente de otro, pues él se presenta independiente de aquél

En vía de ejemplo, son contratos principales todos los que figuran en la Sección

Segunda del Libro VII del Código civil de 1984, con excepción de la fianza, que es

accesoria, los de los Libros Segundo y Tercero del Código de comercio, claro está,

los que aún permanecen en su seno, como los contratos de transporte, de fletamento.

Nuestro Ordenamiento Jurídico positivo y, en su momento, la doctrina

predominante, confieren al leasing el título de contrato principal, y ello, sin duda,

porque tiene vida propia, independiente lógica y jurídicamente de cualquier otro

contrato. Según esto, pues, el contrato de compraventa, seguros y otros, a pesar de

tener la claidad de principales, tienen en el leasisng la de accesorios.

4.1.3.- CONSENSUAL

El contrato de leasing, como eficaz y reconocido medio de financiamiento

puesto al servicio de la empresa actual para contribuir a su modernización y, en

efecto, a su eficiencia, no queda al margen de esta realidad: su consensualidad es

admitida por unanimidad, pues ella en si resulta evidente. Por ello, cuando el artículo

8 del Dec. Leg. 299 prescribe que "el contrato de arrendamiento financiero se

celebrará mediante escritura pública...", debemos, en puridad, interpretar tal

exigencia sólo como una formalidad ad probationem, en razón que ella no se requiere

para otorgar relevancia jurídica a la voluntad contractual, pues el negocio es eficaz

cualquiera sea la forma de exteriorización, sino el sólo efecto de hacer posible la

prueba de la existencia del contrato, o de su contenido sobre la forma en el leasing

nos referimos.
4.1.4.- ONEROSO

Son onerosos, aquellos contratos en los cuales cada una de las partes sufre un

sacrificio (empobrecimiento) patrimonial con la intención de procurarse una

correspondiente ventaja: percibir una atribución patrimonial, o un enriquecimiento

proporcional, como contraprestación. Son gratuitos (o lucrativos, o di lucro, o de

beneficencia), aquellos en los cuales una sola de las partes recibe una ventaja

patrimonial, o lucro (atribución patrimonial), y la otra sólo soporta el sacrificio.

En el contrato de leasing, el sacrificio patrimonial que experimenta la empresa

financiera, al adquirir el bien y conceder el uso del mismo durante un plazo inicial, se

ve compensado con el pago del canon periódico que recibe y, en su oportunidad, por

el pago del valor residual pactado para la ulterior transferencia de la propiedad del

bien. A su turno, la empresa usuaria surge un sacrificio patrimonial al tener que

pagar los respectivos cánones, pero se beneficia con el luso, disfrute y, a su sola

decisión, con la propiedad del bien que ha sido materia del contrato.

4.1.5.- CONMUTATIVO

Se impone la categorización del leasing como contrato conmutativo y ello, ante

todo, porque en el acto mismo de estipulación de este negocio, cada parte realiza la

valoración del sacrificio y la ventaja que le depara su celebración. Con razón, pues,

se dice que cada parte conoce con la debida anticipación, cual es la importancia

económica que el contrato reviste para ella.

4.1.6.- DE DURACION

Podemos decir, que el leasing es un contrato de duración porque las

prestaciones, tanto de la empresa de leasing como de la usuaria, se van ejecutando en


el tiempo, durante un lapso prolongado. El dilatar la ejecución de las prestaciones en

el tiempo es presupuesto fundamental para que el leasing produzca el efecto querido

por ambas partes y satisfaga, a su vez, las necesidades que los indujo a contratar. La

duración en él no es tolerada, sino, por el contrario, querida por ellas. En suma, más

esstrictamente, el leasing es un contrato de duración determinada, cuya prestación de

la empresa de leasing es continuada y la contraprestación de la usuaria es periódica.

4.1.7.- DE PRESTACIONES RECIPROCAS:

El leasing, acorde con la terminología del Código civil, es un contrato con

prestaciones recíprocas, donde la empresa de leasing es acreedora de los cánones e,

inversamente, deudora de los bienes, sean estos muebles o inmuebles; en tanto, la

usuaria es acreedora de los bienes y deudora de los cánones. Si esto es así, entonces,

al leasisng le son aplicables las disposiciones contenidas en el Titulo VI, de la

Sección Primera del Libro VII Del Código civil.

4.1.8.- DE EMPRESA:

Tanto la doctrina como el propio Dec. Leg. 299 reconocen que el leasing integra

la gran familia de los llamados "contratos empresa". Por ejemplo, el art. 2 de la

citada Ley prescribe: "Cuando la locadora esté domiciliada en el país deberá

necesariamente ser una empresa bancaria, financiera o cualquier otra empresa

autorizada por la S.B.S...". Como se observa, para la Ley, al menos expresamente,

una de las partes es una empresa: la empresa de leasing: pero, nosotros sabemos que

uno de los rasgos típicos, sino su finalidad primaria de éste es la de ser un contrato de

financiación de la empresa, es decir, de aquella que produce bienes o servicios para

el mercado.
Según esto, pues, debemos reconocer que habitualmente son dos empresas las

que intervienen en el leasing como partes contractuales: La empresa de leasisng, de

un lado, y la empresa usuaria, del otro.

La calificación de contrato de empresa es, como podemos advertir, "approprié"

al leasing.

4.2.- CARACTERES FUNCIONALES.-

Habiéndonos referido a los que consideramos caracteres estructurales del

leasing, nos interesa ahora hacer mención a los que la doctrina y jurisprudencia

destacan como funcionales, a saber:

4.2.1.- DE FINANCIACION:

Las doctrinas económica y jurídica están de acuerdo que las más marcada entre

las particularidades del leasing es la de ser un contrato de financiación. El

predominio de esta finalidad es patente, obvia, debido en lo fundamental a que el

leasing tiene como objetivo primario ofrecer a las empresas un canal de

financiamiento alternativo o complementario a las líneas de crédito tradicionales. Por

eso, con sumo acierto, se dice que ahora las empresas tienen a su disposición, además

de los tradicionales "capital de riesgo" y "capital de crédito", otra constituida por el

denominado "capital de uso", de forma tal que, a la pacifica distinción entre

titularidad del capital (del Estado o accionistas privados) y titularidad de dirección

(de los ejecutivos o de los técnicos), se puede agregar una ulterior subdistinción entre

la titularidad del capital de la empresa y la titularidad del capital de gestión.

4.2.2.- DE CAMBIO:

El contrato de leasing, permite la circulación de la riqueza, al conceder el uso y


goce económico de un bien, por un plazo determinado, y al otorgar la totalidad de los

poderes económicos que tiene sobre el bien materia del negocio, si se hace uso de la

opción de compra; de otro, posibilita una mayor eficiencia y expansión de la empresa

usuaria, incrementando su producción y sus resultados la vez que se incentiva la

sustitución y renovación de los bienes de capital, impulsando, en consecuencia, el

desarrollo del sector de la industria y el comercio.

4.2.3.- TRASLATIVO DE USO Y DISFRUTE:

Para alcanzar una mejor exposición didáctica de las instituciones contractuales,

la doctrina en estas últimas décadas clasifica los contratos vendiendo a sus objetivos

sustanciales. En tal sentido, se habla, de un lujo de contratos traslativos de la

propiedad, donde naturalmente están la compraventa, el mutuo, la permuta etc; y, de

otro, de contratos traslativos de uso y disfrute, en los que se alistan el arrendamiento,

el comodato, etc.

Siguiendo esta clasificación, que tiene directa conexión con la apuntada función de

cambio, se puede decir que el leasing es un contrato traslativo de uso y disfrute de

bienes de capital y, eventualmente, es titulo para la adquisición de la propiedad de

los mismo, si es que la empresa usuaria decide que esa es la opción más conveniente

a sus propios interés al final del plazo contractual.

CAPITULO V

MODALIDADES DEL DEL LEASING


5.1. POR SU FINALIDAD

Aquí nos interesa conocer cual es la finalidad de cada una de las partes

contractuales, o de ambas, para celebrar este tipo de contratos, es decir, que pretende

en sí, o mejor cual es la pretención que anima a las empresas intervinientes en esta

relación negocial.

5.1.1.- LEASING OPERATIVO O OPERATIONAL LEASE .-

Históricamente, el leasing operativo aparece como un negocio de

comercialización al que recurrían las empresas fabricantes de bienes con un alto

grado de sofisticación y con rápido proceso de obsolescencia. Estas empresas, por

aquellos tiempos, se enfrentaban a empresas renuentes a adquirir bienes que corrían

el riesgo de verse pronto superados por otros más modernos. Ante tal situación, no

les quedó otra alternativa que arrendarlos en vez de venderlos, otorgando, además, la

posibilidad de sustituir los bienes tecnológicamente obsoletos por otros más

sofisticados. Vale citar, en esta sede, la experiencia de la Bell Telphon System, que

en 1877 colocó en el mercado sus aparatos telefónicos mediante un servicio

combinado de alquiler y asistencia técnica.

a. Definición.-

El denominado leasing operativo, que para algún sector de la doctrina

constituye la forma primitiva del leasing, es una modalidad contractual de

comercialización por la cual una empresa, generalmente fabricante o proveedora,

se obliga a ceder temporalmente a una empresa arrendataria el uso de un

determinado bien, a cambio de una renta periódica, como contraprestación. Por

lo general, este tipo de contratos vienen acompañados de una serie de servicios,


tales como mantenimiento, reparación, asistencia técnica, etc.

b. Características.-

El leasing operativo presenta las siguientes características:

1) Los bienes que se arriendan son instrumentales de modelo standard. A

la empresa arrendadora le corresponde atender la instalación, garantizar su buen

funcionamiento, las cargas y gastos inherentes al derecho de propiedad y, en

ciertos contratos, también asume los gastos ocasionados por el normal uso.

2) Por sus características, los bienes pueden ser fácilmente objeto de

nuevos contratos.

3) La duración del contrato es usualmente breve, no más de un año por

ello, resulta inferior a la vida física y económica del bien otorgado en arriendo.

4) Concede a ambas partes la facultad de resolver el contrato en

cualquier momento, siempre que lo hagan con un preaviso.

5) La renta esta compuesta, por lo general, por una cuota fija y una

variable. La primera, viene establecida en función de la cuota de amortización

del bien, mientras que la segunda sirve pa4a proporcionar a la arrendadora la

recuperación del costo y el beneficio esperado.

6) El leasing operativo supone, para la potencial empresa arrendataria,

una alternativa a la inversión directa con recursos propios.

7) Este contrato no reconoce opción de compra a favor de la empresa

arrendataria, pues la transferencia de la propiedad no esta en la intención de las

partes.
5.1.2.- LEASING FINANCIERO.-

Este fenómeno negocial, en la actualidad, es el máximo exponente del clásico

contrato de leasing, pues él traduce con eufonía la filosofía que motivó su

nacimiento, desarrollo y consolidación en la praxis norteamericana. A éste, como

genuino y típico contrato de financiación, y no a otro, se le ha rebautizado en Francia

con el término "crédt-bail"; en Bélgica, con el de "locativon amortissement"; en

Italia, con el de "locazione fiananziaria"; en Portugal, con el "locacao financeira"; en

España, y en nuestra patria, con el de "arrendamiento financiero".

a. Definición.-

A esta técnica de financiamiento, con presencia indiscutible ahora en las

legislaciones y en la jurisprudencia comparadas, se le define generalmente como

"un contrato por el cual una de las partes – empresa de leasing- se obliga a

adquirir de un tercero determinado bienes que la otra parte ha elegido

previamente, contra el pago de un precio mutuamente convenido, para su uso y

disfrute durante cierto tiempo, que generalmente coincide con la vida económica

y fiscal del bien, y durante el cual el contrato es irrevocable, siendo todos los

gastos y riesgos por cuenta del usuario, quién, al finalizar dicho período, podrá

optar por la devolución del bien, concertar un nuevo contrato o adquirir los

bienes por un valor residual preestablecido".

b. Características.-

1) Los bienes materiales del leasing pueden ser standard o

especializados, según sean las necesidades de la empresa.

2) La duración del contrato, generalmente, coincide con la vida


económica o útil del bien.

3) Usualmente se pacta que durante un determinado plazo contractual,

llamado período irrevocable, ninguna de las partes puede resolver el contrato; a

lo más puede hacerlo la empresa de leasing por incumplimiento de la usuaria.

4) A la expiración del citado plazo, la empresa usuaria tiene el derecho

potestativo de optar por: devolver el bien, aunque ésta es más su obligación que

derecho; continuar con la explotación del bien, pero a un precio reducido;

adquirir el bien, pagando el valor residual preestablecido; o, por excepción,

sustituit el bien por otro más moderno tecnológicamente, antes del cumplimiento

del plazo contractual.

Historia del Contrato de Fideicomiso

Todos los estudios que se han efectuado encuentran al fideicomiso a fines de la

República y comienzos del Imperio Romano. En sus inicios estuvo circunscrito a los

actos sucesorios y tuvo un carácter personal, adquiriendo la naturaleza de derecho

real a partir de Justiniano. Posteriormente se extiende a los actos bilaterales y

concretamente, a la contratación.
Debido a la influencia que tuvo la invasión de las islas inglesas por los romanos, no

fue extraño que el fideicomiso se aplicara casi de inmediato, pero con matices muy

propios de la mentalidad e independencia de los anglosajones. Es así como crearon

sus propios mecanismos, a través de tribunales especiales denominados "equity" Se

formó algo así como un derecho de propiedad descoblado: de un lado el propietario

del bien. y del otro lado el beneficiario del mismo. Con el correr de los años y con el

peso de nuevas Ideas fue concebido el "trust", el cual paso a las colonias inglesas en

America y que más tarde cobró un gran desarrollo en los Estados

Unidos de América y en Canadá.

Importancia

El fideicomiso de nuestros días es una figura muy flexible, pues tiene una amplia

variedad de objetivos, tales como permitir la conservación del patrimonio en las

familias, propiciar la circulación de la riqueza a través de diferentes medios, como

son el dinero, diversos títulos-valores, bienes muebles e inmuebles, así como

derechos y la constitución de garantías cubiertas por hipoteca.

Por estas razones y otras afines, el fideicomiso que ya cuenta con un marco legal

en función de la Ley N° 26702, está destinado a convertirse en un valioso

instrumento dentro del sistema financiero.

Definición

Conforme al articulo 241 de la Ley Nº 26702, el fideicomiso es una relación jurídica

por la cual una persona, llamada fideicomitente, transfiere uno o más bienes a otra
persona, llamada fiduciario, la que se obliga a utilizarlos a favor de aquél, o de un

tercero, denominado fideicomisario, constituyéndose en patrimonio fideicometido.

De la definición extraemos los siguientes elementos:

 1. Comporta una relación jurídica y se expresa unilateralmente, a través

del testamento, o bilateralmente, en función de un contrato.

 2. Se conoce como fideicomitente al propietario de un bien o bienes que

transfiere su propiedad a favor de otro sujeto, llamado fiduciario.

 3. Esta transferencia no tiene todos los atributos de la propiedad, (no

funciona el ius abutendi y no es perpetua sino temporal) y surge

condicionada a que el fiduciario utilice dichos bienes en el destino

previsto en el instrumento constitutivo.

 4. La utilización puede ser a favor de! fideicomitente o de un tercero, que

es el fideicomisario.

 5. El patrimonio fideicometido es distinto al de fideicomitante, del

fideicomisario y en su caso del destinatario de los bienes remanentes.

Según Carlos Dávalos Mejia. "en virtud del fideicomiso el fideicomitente designa

ciertos bienes a un fin licito determinado, encomendando la realización de ese fin a

una institución fiduciaria. El fideicomiso será válido aunque se constituya sin señalar

fideicomisario. Del anterior esbozo se desprenden las características esenciales del

fideicomiso:

 Afectación de parte de un patrimonio a la realización de un fin.


 Fin que deberá ser lícito y en todo caso determinado.

 Realización del fin no queda a cargo de aquél que se desprendió de ciertos

bienes, sino a cargo de una institución fiduciaria, exclusivamente.

 Realización de tal fin podrá o no tener un destinatario especifico, el cual

en la materia se le denomina fideicomisario.

Naturaleza jurídica

Al examinar las características del fideicomiso encontramos que es una figura sui

Generis y compleja. Desde luego tiene afinidad y también diferenciación con otras

figuras jurídicas.

Así con la compraventa se vincula por la transferencia de dominio a que ambas

conducen, si bien su diferencia está en que en el fideicomiso el "ius abutendi" no

alcanza los bienes fideicometidos y se reduce a sus frutos y productos, con los cuales

el fiducidiario opera haciendo circular la riqueza en beneficio del fideicomisario o

del fideicomitente. Además, la transferencia no es perpetua sino temporal, pues

al vencimiento del plazo se produce la reversión.

Con el depósito se identifica en el deber de custodia que también es propio del

fideicomiso, pero se distingue, entre otros aspectos, en el hecho de que el depositario

no puede administrar los bienes, lo cual es característica propia del fideicomiso.

En el mutuo existe la obligación del deudor de pagarle al acreedor la suma recibida,

en tanto que en el fideicomiso la devolución del bien fideicometido se hace al

fideicomitente o a la persona designada en el instrumento constituido.


También tiene afinidad con el mandato, dado que el fiduciario se obliga a realizar

actos jurídicos siguiendo las instrucciones del fideicomitente, pero en el mandato no

existe transferencia de dominio sujeta al cumplimiento de las indicaciones que

figuran en el instrumento constitutivo, como sucede en el fideicomiso.

Con el contrato a favor de tercero, en el fideicomiso no cabe que el fiduciario

transfiera a terceros los bienes que administra en fideicomiso y las transferencias que

hace de los frutos y productos son para administrar adecuadamente el patrimonio

fiduciario, todo ello en beneficio del fideicomitente o del fideicomisario.

En la cesión de crédito el cedente sólo está obligado a facilitar y no entorpecer el

disfrute de los derechos cedidos. En el fideicomiso, el banco fiduciario esta en el

hecho de exigirle al fideicomitente la integración de los bienes que ofrece en

fideicomiso.

Aunque figura en el mismo Titulo, el fideicomiso se distingue de la comisión de

confianza, pues esta es una operación intuitu personae en la que existe un

compromiso que cumplir un encargo y no hay transferencia de dominio de bienes.

Por consiguiente, el fideicomiso es un contrato autónomo que plantea una propiedad

sujeta a encargo, denominada "dominio fiduciario".

Sujetos y capacidad

De acuerdo con la definición del contrato, los sujetos en el fideicomiso son el

fideicomitente, esto es, el constituyente del testamento o contrato, y el banco

fiduciario, o sea quien recibe bienes en propiedad, pero condicionado a cumplir

determinadas finalidades.
Cuando el beneficiario es un tercero, se le denomina fideicomisario, quien no

interviene en el testamento ni lo hace obligatoriamente en el contrato (puede hacerla,

si es la voluntad de las partes) y jurídicamente podemos calificarlo como el que se

beneficia en su favor (articula 1457 del Código Civil), pero advirtiendo que la Ley

General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros le da siempre alguna

intervención, aun cuando sea colateral, tal como queda señalado con posterioridad.

La Ley ha establecido que pueden ser fiduciarios. COFIDE, las empresas de

operaciones múltiples y los de servicios fiduciarios, las empresas de seguros y

reaseguros y los bancos (ver inciso 39 del arto 221 de la Ley) y ésta es una de las

diferencias que existen con relación al "trust". La razón de ser de esta restricción se

debe a que un factor fundamental en el fideicomiso descansa en la confianza que

merece el fiduciario: y esas empresas están estructuradas de un modo tal que otorgan

esa confianza, a más de ser fiscalizadas por la Superintendencia de Banca y Seguros.

Para la validez del contrato no se requiere la aceptación del fiduciario ni de los

fideicomisarios. Puede suceder que la empresa fiduciaria, designada decline esa

designación, en cuyo caso debe proponer a quien lo reemplace y de no hacerlo, el

fideicomiso se extingue.

En caso de tutela, el tutor podrá constituir fideicomiso por necesidad o

utilidad y previa autorización del juez (art. 531 del Cód. Civil).

Si se trata de mayores incapacitados, el curador no puede ejecutar otros actos

administrativos que los de custodia y conservación, salvo que por razones de

necesidad o utilidades juez autorice la constitución de un fideicomiso, previa


audiencia del consejo de familia, siendo en nuestra opinión de aplicación lo dispuesto

por el art. 602 del Cód. Civil.

La Ley permite que se establezca fideicomiso en favor de .personas indeterminadas

que reúnan ciertas condiciones o requisitos o del público en general, siempre que en

el instrumento constitutivo consten las calidades exigibles para disfrutar de los

beneficios del fideicomiso o las reglas para otorgarlos (art. 249 de la Ley).

Es válido el fideicomiso en beneficio del propio fideicomitente.

Caracteres jurídicos

El fideicomiso tiene los siguientes caracteres jurídicos:

 1. Es típico ya que esta enmarcado dentro de la Ley Nº 26072, aunque es

nominado, no le damos esta característica debido a que la moderna

doctrina tiende a eliminarla.

 2. Es autónomo, pues tiene vida propia y no depende de otros contratos.

En ciertos casos, esta vinculado a otras figuras contractuales y cuando es

testamentaria se relaciona directamente con el Derecho Sucesorio.

Debemos aclarar que en el Derecho Sucesorio peruano no existe el

fideicomiso residual ni la sustitución fideicomisaria condicional, como si

sucede en España.

 3. Es complejo, pues por su flexibilidad puede dar origen a diferentes

formas de carácter obligacional.
 4. Es constitutivo, pues da lugar a la creación de figuras jurídicas

diferentes, dentro del mecanismo de administración que está a cargo del

fiduciario.

 5. Es conmutativo, pues se puede prever con anticipación sus beneficios y

sacrificios, a diferencia de lo que sucede con los actos aleatorios.

 6. Es oneroso, pues el fiduciario recibe una retribución en tanto que el

fiduciante se desprende del bien o bienes que entrega en fideicomiso.

 7. Es de tracto sucesivo, ya que su ejecución, a través de actos

de administración, esta diferida en el tiempo

 8. Es de prestaciones recíprocas, cuando surge de un acto bilateral, pues

cada una de las partes está sujeta al Juego de la prestación y contra

prestación.

 9. Es formal, pues así lo establece el art. 246 de la Ley, que exige se

formalice por instrumento privado o protocolizado notarialmente. Aun

cuando el numeral se refiere al contrato, pensamos que si se trata de

disposición testamentaria también deberá ser formalizado del mismo

modo. Desde luego en ambos casos cabe que se constituya

por escritura pública.

Carlos Dávalos Mejia señala que el fideicomiso es tan versátil que se adapta a

necesidades civiles, mercantiles y hasta administrativas, y agrega que en México la

Comisión Bancaria y de Seguros estableció con fines estrictamente utilitarios .y por


Circular del 24 de abril de 1970, una clasificación de fideicomisos en la forma que

sigue a continuación:

Fideicomisos en garantía.

Créditos:

Valores de renta fija o variables.

Inmuebles.

Efectivos

Otros.

Fideicomisos en administración.

Créditos:

Valores de renta fija o variables.

Inmuebles

Efectivo

Otros.

Fideicomisos de inversión.

De créditos:

A instituciones de créditos.

A empresas particulares.

En Valores:
En cuenta corriente.

De renta fija.

De renta variable.

En efectivo.

Objeto

El objeto de la prestación se contrae a toda clase de recursos líquidos y bienes y

derechos enajenables o transmisibles de acuerdo a ley.

No pueden entregarse en fideicomiso los bienes de uso publico, o por ejemplo, los

derechos de uso y habitación, que no admiten otro acto jurídico que no sea la

consolidación (art. 1029 el Cód. Civil).

La emisión de valores mobiliarios respecto de un patrimonio fideicometido se sujeta

a lo establecido en la Ley del Mercado de Valores 

Plazo

El fideicomiso usualmente se establece a lo que podríamos considerar mediano

plazo, pues el articulo 251 de la Ley dispone un plazo máximo de 30 años con las

excepciones indicadas en el mismo articulo incisos 1, 2 Y 3. Cualquier exceso de

plazo máximo se tiene por no puesto, salvo las excepciones referidos (art. 268 de la

Ley).

Esas excepciones son:

 a) Cuando fue constituido a titulo vitalicio en beneficio de fidelcomisarios

determinados que hubieran nacido o estuviesen concebidos al momento de


su constitución, el plazo se extenderá hasta la muerte del último de los

fideicomisarios.

 b) En el llamado fideicomiso cultural, cuyo objeto sea el establecimiento

de museos, bibliotecas, institutos de Investigación arqueológicos,

históricos o artísticos, el plazo puede ser Indefinido y el fideicomiso

subsiste en tanto sea factible cumplir el propósito para el que se le hubiere

constituido.

 c) En el fideicomiso filantrópico, cuyo objeto sea aliviar la situación de los

privados de razón, los huérfanos, los ancianos abandonados y personas

menesterosas, el plazo puede ser indefinido y el fideicomiso subsiste en

tanto sea factible cumplir el propósito para el que se le hubiere

constituido.

En los casos en que el plazo deba ser necesariamente extendido más allá del máximo,

la Superintendencia lo autorizará a fin de que se logren los fines previstos.

Propiedad

Como lo hemos adelantado, el fideicomiso tiene como presupuesto la transferencia

de dominio del bien o derecho del fideiconstituyente. Por lo tanto hay en el

fideicomiso un derecho real de propiedad de los bienes a favor del banco fiduciario

(dominio fiduciario), pero sujeto al cargo de atender con ellos el cumplimiento de las

finalidades señaladas en el instrumento constitutivo, lo que supone que para el

fiduciario (el banco) tenga un efecto obligacional.


La misma Ley dispone que el patrimonio en fideicomiso garantiza las obligaciones y

responsabilidades que el fiduciario contraiga en el ejercicio del encargo para cumplir

las finalidades que le fueron encomendadas y en general, de acuerdo con las

estipulaciones del instrumento constitutivo (art. 254 de la Ley). Contrario sensu no

existirá ni funcionará esta garantía en cuanto haya exceso en las facultades que la ley

establece para el banco fiduciario.

El fiduciario está obligado a llevar el Inventario y una contabilidad separada por cada

fideicomiso en libros legalizados y cumplir las obligaciones tributarios del

patrimonio fideicometido (art. 256. inciso 5).

Derechos y obligaciones

1. DERECHOS DEL FIDEICOMITENTE.

 a) Designar a la empresa fiduciaria y señalar cuales son los objetivos y

destinos del fideicomiso

 b) Exigir al fiduciario el cumplimiento de los encargos asumidos en el

instrumento de constitución.

 c) Ser titular de un derecho de crédito personal contra el fiduciario.

 d) Convenir con el fiduciario la modificación o modificaciones que estime

adecuadas al instrumento de constitución y aun la resolución del

fideicomiso, salvo que con ello lesione derechos adquiridos. Estas

facultades no podrán ejercitarse si en la constitución interviene el

fideicomisario a titulo propio, salvo que preste su consentimiento.


Las modificaciones deberán ser hechas en la misma forma que el instrumento

constitutivo, de acuerdo con el principio de unidad establecido por el art. 1413 del

Cód. Civil.

 e) Señalar los bienes, derechos y recursos identificables, así como integrar

en el patrimonio del fideicomiso los bienes y derechos (art. 262 de la Ley).

 f) Exigir los remanentes del patrimonio fideicometido al término del

fideicomiso, salvo que de acuerdo con la finalidad de la transmisión

fideicomisaria corresponda la entrega a los fideicomisarios o a otras

personas.

El mismo derecho tendrán los causahabientes del fideicomitente.

 g) Exigir el derecho de identificar y rescatar los bienes y derechos

existentes que pertenezcan al patrimonio fideicometido, en caso de

liquidación del fiduciario. Este derecho, por lo demás asiste a todos

quienes tengan legítimo interés y puede ser ejercitado en

cualquier estado del proceso. Asimismo, por el valor de los bienes,

recursos líquidos y derechos perdidos o no identificabas del fideicomiso.

El fideicomitente tiene sobre la masa, hasta por el importe de

la responsabilidad del fiduciario, un crédito amparado con privilegio

general de primer orden.

 h) Puede revocar el fideicomiso, conforme a lo señalado en el inciso 9 del

art. 269 de la Ley.


 i) Reservarse derechos específicos, los que necesariamente deberán fijarse

en el instrumento constitutivo.

 j) Los demás derechos que consten en el instrumento constitutivo.

2. OBLIGACIONES DEL FIDEICOMITENTE.

 a) Integrar en el patrimonio del fideicomiso los bienes y derechos

señalados en el instrumento constitutivo, en el tiempo y lugar estipulados

(art. 262 de la Ley).

 b) Pagar al fiduciario la retribución convenida.

 c) Rembolsar al fiduciario los gastos incurridos en la administración del

fideicomiso.

 d) Las demás que consten en el instrumento constitutivo.

3. DERECHOS DE LA EMPRESA FIDUCIARIA

 a) Cobrar la retribución de sus servicios, de conformidad con lo estipulado

en el instrumento constitutivo o en su defecto, una no mayor al uno por

ciento del valor de mercado de los bienes fideicometidos. Por cierto que

esto último nunca llega a producirse, dada la forma como están

organizadas las empresas fiduciarias.

 b) Resarcirse con recursos del fideicomiso de los gastos en que incurriese

en la administración del patrimonio fideicometido y en la ejecución de su

finalidad.
 c) Designar por cada fideicomiso que reciba un factor fiduciario, quien

asume personalmente su conducción, así como la responsabilidad por los

actos, contratos y operaciones que se relacionen con dicho fideicomiso.

Una misma persona puede ser factor de varios fideicomisos. Desde luego

el factor seguramente será un funcionario del fiduciario y en todo caso el

fiduciario será solidariamente responsable de los actos que respecto al

fideicomiso, practiquen el factor y sus demás trabajadores.

 d) Es un derecho y también una obligación del banco, designar una

comisión administradora del fideicomiso, si la índole o el número de las

operaciones, actos y contratos relativos a los bienes de un fideicomiso o

que sean requeridos para el cumplimiento de su finalidad así lo justifican.

 e) En caso de ser necesario y por las mismas razones expuestas en el

inciso anterior el banco fiduciario podrá contratar personal ad-hoc para

cada fideicomiso. Este personal sólo puede ejercer sus derechos contra los

bienes del respectivo fideicomiso y la vigencia de su relación laboral está

subordinada a la subsistencia del fideicomiso que determinó su empleo.

 f) Efectuar las operaciones, actos, transacciones y contratos destinados a

cumplir la finalidad del fideicomiso, para lo cual si tendrá facultades de

disposición (ius abutendi).

 g) Los demás que señale el instrumento constitutivo del fideicomiso.

4. OBLIGACIONES DE LA EMPRESA FIDUCIARIA.


 a. Cuidar y administrar los bienes y derechos que constituyen el

patrimonio fideicometido con la diligencia y dedicación de un ordenado

comerciante y leal administrador. La Ley no precisa que se entiende por

esta diligencia y a nuestro entender es la que tradicionalmente se conoce

como la del buen padre de familia y se extendería al dolo, la culpa grave y

la culpa leve. (art. 1318,1319, 1320.1321 Y 322 del Cód. Civil).

 b. Defender el patrimonio del fideicomiso, preservándolo tanto de daños

físicos cuanto de acciones judiciales o acciones extrajudiciales que

pudieran afectar o mermar su integridad.

 c. Proteger con pólizas de seguro los riesgos que corran los bienes

fideicometidos, de acuerdo a lo pactado en el instrumento constitutivo.

 d. Cumplir los encargos que constituyen la finalidad del fideicomiso,

realizando para ello los actos, contratos, operaciones, inversiones

o negocios que se requiera, con la misma diligencia que la propia empresa

fiduciaria pone en sus asuntos.

 e. Llevar el inventario y la contabilidad de cada fideicomiso, con arreglo a

ley y cumplir sus obligaciones tributarias, sustantivas y formales.

 f. Preparar balances y estados financieros de cada fideicomiso, cuando

menos una vez al semestre, así como un informe o memoria anual. y poner

tales documentos a disposición de los fideicomitentes y fideicomisarios,

sin perjuicio de .su presentación a la Superintendencia de Banca y

Seguros.
 g. Guardar reserva respecto de las operaciones, actos, contratos,

documentos e información que se relacionen con los fideicomisos, con los

mismos alcances que la Ley establece para el secreto bancario.

 h. Notificar a los fideicomisarios de la existencia de bienes y servicios

disponibles a su favor, dentro del término de diez días de que el beneficio

está expedito.

 i. Devolver al fideicomitente o a sus causahabientes, al término del

fideicomiso, los remanentes del patrimonio fideicometido, salvo que,

atendida la finalidad de la transmisión fideicomisaria, corresponda la

entrega a los fideicomisarios, o a otras personas.

 j. Transmitir al nuevo fiduciario, en los casos de subrogación, los recursos,

bienes y derechos del fideicomiso.

 k. Rendir cuenta a los fideicomitentes y a la Superintendencia al término

del fideicomiso o de su intervención en él.

Las obligaciones mencionadas están comprendidas en el art. 256 de la Ley.

Además conforme al art. 244 de la Ley, los herederos forzosos del fideicomitente

pueden exigir la devolución de los bienes fideicometidos por su causante a titulo

gratuito, en la parte que hubiera perjudicado la legitima.

5. DERECHOS DEL FIDEICOMISARIO.

 a. Recibir todas las prestaciones que le correspondan conforme al

instrumento constitutivo.
 b. Exigir al fideicomitente que integre en el patrimonio del fideicomiso los

bienes que ofreció.

6. DERECHOS DE TERCEROS.

La Ley contempla también determinados derechos en favor de terceros. Vemos así

que la acción de los acreedores para anular la transmisión fideicomisaria realizada

con fraude caduca a los seis meses de publicado en el Diario Oficial, por tres días

consecutivos un aviso que dé cuenta de la enajenación. En todo caso esa caducidad

opera a los dos meses de la fecha en que el acreedor haya sido notificado

personalmente de la constitución del fideicomiso (art. 245 de la Ley).

El fiduciario en todo caso debe atender al mantenimiento del menor o de! incapaz.

con cargo a las rentas o frutos del fideicomiso.

Todo lo dispuesto anteriormente está relacionado con las normas sucesorias y de

familia que sean pertinentes.

CAPITULO XI

Fideicomiso Universal

Conforme al art. 330 del Decreto Legislativo Nº 770, el fiduciario podía aceptar un

fideicomiso a titulo universal, mortis causa. Esto conllevaba la asunción de las cargas

obligaciones y deudas de la sucesión con beneficio de inventario esto es hasta donde

alcance el valor de la masa hereditaria (art. 661 del Cód. Civil). La Ley N° 26702 no

ha conservado el fideicomiso universal.

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 3. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 222

 4. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 223

 5. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 224

CAPITULO XII

Prohibiciones

La Ley establece determinadas prohibiciones al fiduciario. Ellas son:

1. El fiduciario no puede afianzar, avalar o garantizar en forma alguna ante eI

fideicomitente o los fideicomisarios los resultados del fidecomiso o de las

operaciones, actos y contratos que realice con los bienes fideicometidos (art. 257 .de

la ley).

2. Tampoco puede realizar operaciones, actos y contratos con los fondos y bienes de

los fideicomisos en beneficio de:

a. El propio fiduciario.

b. Sus directores y trabajadores y los miembros del comité a cargo del fideicomiso.

c. El factor o factores fiduciarios.

d. Los trabajadores de su departamento fiduciario y los contratados para el

fideicomiso de que se trate. La alusión a los trabajadores es una repetición del inciso

b).

e. Sus auditores externos, incluidos los profesionales socios que integran la firma y

los profesionales que participen en las labores de auditoria del propio banco.
Los impedimentos a que se refiere el art. 258 de la Ley alcanzan al cónyuge y a los

parientes de las personas indicadas, así como a las personas jurídicas en que el

conyugue y sus parientes en conjunto tengan personalmente una participación

superior al 50 por ciento.

La ley es deficiente al no señalar el grado de parentesco de los Impedidos.

Agrega la Ley que son nulas las operaciones que se realicen en contravención de

estas prohibiciones.

CAPITULO XIII

Junta de fideicomisarios

El art. 267 de la Ley dispone que cuando los fideicomisarios sean más de Cinco

deben celebrar juntas con sujeción a las reglas que para las asambleas de

Obligacionistas establecen los artículos 236. 237 Y 238 de la Ley General

de Sociedades (en la actualidad son los artículos 321, 323 Y 324 de la nueva Ley

General de Sociedades aprobada por Ley N° 26887), salvo que sobre el particular

hubiese estipulación diversa en el instrumento del fideicomiso.

Estas juntas tienen por objeto:

a. Designar representantes y procuradores que accionen en resguardo del interés

común de los fideicomisarios.


b. Aprobar modificaciones en Ias cláusulas del fideicomiso cuando fuere necesario el

consentimiento de los fideicomisarios, siempre que estos no sean menores o

incapaces y en razón de ello se encuentren impedidos de intervenir personalmente en

las juntas.

c. Adoptar otras medidas y decisiones en pro del interés común de sus miembros.

En los casos de fideicomiso con beneficiarios indeterminados la representación la

asume la Superintendencia.

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 6. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 226

CAPITULO XIV

Cesión

Los fideicomisarios determinados los fideicomitentes y sus respectivos sucesores

pueden ceder sus derechos a personas que no se encuentren impedidas por la ley o

por el instrumento constitutivo del fideicomiso. Así lo determina el art. 264 de la

Ley.

Se advierte que el criterio es restrictivo y que sólo los fideicomisarios determinados,

los fideicomitentes y sus respectivos sucesores son los únicos que pueden ceder sus

derechos por lo que no cabe la cesión por parte del fiduciario, el cual sólo puede ser

subrogado en e! caso expuesto con anterioridad.

También estimamos que en el contrato de fideicomiso no es posible la cesión de la

posición contractual establecida en los artículos 1435 y siguientes del Código Civil.
ya que las prestaciones se cumplen en forma continuada lo que significa que se van

ejecutando en cada momento. Evidentemente el fiduciario tampoco puede ceder su

posición contractual, por la misma razón.

Reconocemos que dada la oscuridad de la Ley podría sostenerse la tesis contraria

respecto de la cesión de la posición contractual por !o que este tema deberá ser

legislado en el futuro y en el mismo sentido negativo que hemos señalado con

anterioridad.

Responsabilidad de la empresa fiduciaria

La responsabilidad del fiduciario esta contemplada en el art. 259 de la Ley cuando

señala que al incumplir sus obligaciones por dolo o culpa grave debe reintegrar al

patrimonio del fideicomiso el valor de lo perdido más una indemnización por los

daños y perjuicios irrogados, sin desconocer la responsabilidad a que hubiere lugar,

tanto civil como penal, como es obvio. Aquí encontramos una contradicción con lo

que la ley establece al señalar que el fiduciario debe cuidar y administrar los bienes y

derechos con la diligencia y dedicación de un ordenado comerciante y leal

administrador.

La norma en primer término nos remite a las reglas que sobre responsabilidad existen

en el Titulo IX, Inejecución de obligaciones, Capítulo Primero, Disposiciones

Generales del Código Civil. Art. 1314 a 1332.


Es interesante recalcar de medo especial el art. 1318, sobre dolo; y el art. 1319, sobre

culpa grave o inexcusable. La Ley ha excluido de responsabilidad al banco por culpa

leve, incurriendo en la contradicción señalada con anterioridad.

Terminación del fideicomiso

Conforme al artículo 269 de la Ley el fideicomiso termina por:

1. Renuncia de la empresa fiduciaria con causa justificada, aceptada por la

Superintendencia de Banca y Seguros.

2. Liquidación del fiduciario

3. Remoción del fiduciario.

4. Renuncia expresa de todos los fideicomisarios a los beneficies que les concede el

fideicomiso.

5. Pérdida de los bienes que lo integran o de parte sustancial de ellos a juicio del

fiduciario.

6. Haberse cumplido la finalidad para la cual fue constituido.

7. Haber devenido imposible la realización de su objeto.

8. Resolución convenida entre el fideicomitente y el fiduciario, con aprobación de los

fideicomisarios en el caso del primer párrafo del art. 250 de la Ley.


9. Revocación efectuada por el fideicomitente, antes de la entrega de los bienes al

fiduciario, o previo cumplimiento de los requisitos legales, salvo lo previsto en el

primer párrafo del art. 250 de la Ley.

10. Vencimiento del plazo.

En los casos de los numerales 1, 2 y 3 del art. 269 de la Ley las causales operan si en

el término de seis meses no se encuentra otra empresa que asuma el cargo.

Si la revocación a que se refiere el numeral 9 fuese parcial, subsiste el fideicomiso

con los bienes que se integren en el patrimonio.

Dispone el art. 270 de la Ley, que si el convenio constitutivo no contiene indicación

de la persona a la que al término del fideicomiso debe entregarse los bienes se

devuelve éstos al fideicomitente o a sus causahabientes y en su defecto se hace

entrega de ellos al Fondo.

Se exceptúa de lo dispuesto en este artículo a los fideicomisos de que trata el art. 244

de la Ley en los cuales los bienes en la parte que afectó la legítima de algún

heredero, se entregan a éste o a sus sucesores.

En caso de liquidación de la empresa fiduciaria en cualquier estado del proceso,

quienes tengan legítimo interés, gozan del derecho de identificar y rescatar los bienes

y derechos que pertenezcan al patrimonio fideicometido, por no formar parte de la

masa (art. 255 de la Ley).

Aun cuando no lo diga la Ley, es obvio que el contrato de fideicomiso se extinguirá

en los demás casos de resolución o rescisión que señala el Código Civil y que

también le serán aplicables las normas sobre ineficacia y nulidad.


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 1. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 228

CAPITULO XVII

Nulidad del fideicomiso

De acuerdo con lo que dispone el artículo 265 de la Ley el fideicomiso es nulo:

1. Si contraviene el requisito establecido en el art. 243.

2. Si su objeto fuese ilícito o imposible.

3. Si se designa como fideicomisario al propio fiduciario, salvo en los casos del

fideicomiso de titulización. El fideicomiso de titulización ha sido incorporado en esta

obra en el Capitulo XXI.

4. Si todos los fideicomisarios son personas legítimamente impedidas de recibir los

beneficios del fideicomiso.

5. Si todos los bienes que lo deben integrar están fuera del comercio.

Si el impedimento a que se refiere el numeral 4 sólo recae sobre parte de los

fideicomisarios, el fideicomiso es válido respecto de las restantes.

En el caso de que uno o más de los bienes que deben integrar el fideicomiso se

encuentren fuera del comercio, el fideicomiso es válido y subsiste con los bienes

remanentes.
Desde luego son también nulos los casos previstos en el artículo 219 del Código

Civil, habida cuenta que se trata de un acto jurídico unilateral (testamento) o bilateral

(contrato).

Igualmente son aplicables las normas sobre anulabilidad del acto jurídico o sea las

causases previstas por el artículo 221 del Código Civil.

Por ultimo, serán también susceptibles de aplicación las demás reglas que sobre el

acto jurídico están contempladas en el referido Código Civil.

CAPITULO XVIII

Vigilancia

La Superintendencia de Banca y Seguros debe establecer un sistema especial de

vigilancia de !as operaciones de fideicomiso y del manejo, administración y

conservación de los patrimonios fideicometidos. Le corresponde dictar las pautas

para la contabilización y control de los fideicomisos, así como para la seguridad de

los patrimonios confiados al banco fiduciario.

En caso de dolo o culpa grave, la Superintendencia puede disponer la remoción del

banco fiduciario y designar a quien ha de sustituirlo, si el fideicomitente no lo hiciere

dentro del plazo que se le señale.

CAPITULO XIX

Fideicomiso en garantía

Una de las diversas maneras como se aplica el fideicomiso es la de funcionar como

garantía hipotecaria. En virtud de la misma el banco fiduciario asume la función de


garantía de un inmueble con la finalidad de cubrir una obligación pendiente de pago

a un tercero acreedor.

Desde luego son aplicables a este convenio las disposiciones relativas a la capacidad

de las partes, así como el derecho de dominio que tiene el constituyente.

Si se tiene en cuenta lo que señala la ley para la hipoteca común y corriente, se

advierte que en el fideicomiso en garantía no se castiga el bien al momento de

sacarlo en venta, ya que se remata por el valor de tasación, siempre y cuando ello

fluya del instrumento constitutivo. Además, en el fideicomiso existe desposesión del

bien y "pari pasu" la obligación que asume el banco fiduciario como depositario.

Dicho valor se consignará en el titulo y cuando el tomador del mismo considere que

ha existido sobrevaloración lo comunicará a la entidad respectiva (REPET) para su

estudio y la aplicación de sanciones, de ser el caso. Otro artículo de importancia es el

5, que exige que la hipoteca sea de primer rango y señala otras condiciones sobre la

preferencia que otorga este sistema.

El fideicomiso, alcances, alternativas y perspectivas

El fideicomiso es una institución jurídica muy antigua que tiene sus orígenes en el

"trust anglosajón". No obstante la antigüedad del fideicomiso, así como el hecho de

que ha tenido una difusión y utilización importante en otros países de Latinoamérica

como es el caso de México, Colombia y Argentina, esta institución recién ha sido

objeto de regulación específica dentro de nuestro ordenamiento jurídico a partir de la

promulgación del Decreto Legislativo 770. Ley General de Instituciones Bancarias.

Financieras y de Seguros.
Posteriormente, el fideicomiso ha s. La primera de ellas es la Ley 26702. Ley del

Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de

Banca y Seguros (en adelante "La Ley General") que se refiere al fideicomiso como

una de las operaciones que pueden ser desarrolladas por las empresas del Sistema

Financiero y, en determinados supuestos, del Sistema de Seguros. La segunda se

encuentra constituida por el Decreto Legislativo 861, Ley del Mercado de valores (en

adelante "la Ley del Mercado de Valores"), que contiene disposiciones referidas al

fideicomiso de titulización.

La finalidad del presente artículo es la de exponer, en forma general, los

conceptos y elementos básicos relacionados con el fideicomiso, establecer sus

alcances, así como efectuar una breve descripción de las principales modalidades de

fideicomiso que vienen siendo utilizadas en la actualidad en nuestro país y en otros

países del mundo.

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 2. Max arias schreiber – Operaciones neutras , op, cit.. paginas 230

1. DEFINICION Y ELEMENTOS DEL FIDEICOMISO.

De acuerdo a lo establecido por el artículo 241 de la Ley General, el fideicomiso es

una relación jurídica por la cual el fideicomitente transfiere bienes en fideicomiso a

otra persona, denominada fiduciario, para la constitución de un patrimonio

fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y afecto al cumplimiento

de un fin especifico a favor del fideicomitente o un tercero denominado

fideicomisario.
Para analizar esta definición, en primer lugar, debemos indicar que en el fideicomiso

pueden intervenir las siguientes partes:

a) El Fideicomitente: Que es el propietario de los bienes o el titular de los derechos

que serán transferidos en fideicomiso, quien para efectos de poder celebrar esta

operación requiere contar necesariamente con la facultad de disposición de los bienes

o derechos que transmita en fideicomiso 2.

b) El Fiduciario: que es la sociedad especializada que cuenta con autorización de la

autoridad competente para desempeñarse como titular de los bienes que se

transfieren, así como la responsable de llevar a cabo todos los actos y operaciones

necesarios para cumplir la finalidad del fideicomiso.

Conforme a lo señalado por la Ley GeneraI, pueden desempeñarse como fiduciarios

(i) la Corporación Financiera de Desarrollo S.A. (COFIDE), (ii) las empresas de

operaciones múltiples, (iii) las empresas de servicios fiduciarios, y (iv) las empresas

de seguros y reaseguros que hubiesen obtenido la autorización de funcionamiento

para llevar a cabo este tipo de operaciones.

Adicionalmente, también pueden ser fiduciarios las sociedades agentes de bolsa en

los casos de fideicomisos de titulización.

Una característica importante respecto a las fiduciarias se encuentra referida al hecho

de que el desarrollo de sus operaciones y actividades se encuentra supervisado y

controlado, según sea el caso, por la Comisión Nacional Supervisora de Empresas y

Valores (CONASEV) o por la Superintendencia de Banca y Seguros. Esta situación,

creemos, incorpora un elemento de seguridad y solvencia en el desarrollo de las


operaciones y actividades a cargo de estas sociedades, circunstancia que debe

contribuir en una buena medida a lograr su desarrollo futuro.

c) Beneficiario del Fideicomiso: que es la persona o personas a quienes va a

beneficiar el cumplimiento de la finalidad establecida en el fideicomiso. De acuerdo

a la definición contenida en la Ley General, el mismo fideicomitente puede ser

beneficiario del fideicomiso, o una tercera persona, en cuyo caso, esta última será

denominada "fideicomisario".

Asimismo, se dispone que el fideicomiso puede ser establecido a favor de personas

indeterminadas que reúnan ciertas condiciones o requisitos, o del público en general.

Para ello, se exige que en el documento de constitución del fideicomiso se indiquen

los medios adecuados, así como las demás disposiciones que resulten necesarias para

poder establecer con certeza, llegado el caso, a los beneficiarios del fideicomiso.

Finalmente, debe tenerse en consideración que cuando el fideicomisario interviene en

el documento constitutivo del fideicomiso que se celebre, adquiere a titulo propio los

derechos que en el mismo se establezcan a su favor, por lo que en estos casos.

El contenido y alcances de los documentos de constitución del mismo no pueden ser

modificados o dejados sin efecto sin contar con su consentimiento.

Por otro lado, en la definición de fideicomiso se establece que el fideicomitente

transfiere al fiduciario los bienes fideicometidos en fideicomiso (en fiducia), los que

quedan sometidos a su dominio fiduciario. En tal sentido, debemos tener en

consideración este elemento típico del fideicomiso, referido al hecho de que la

transferencia de los bienes se efectúa como uno de los medios requeridos por la
sociedad fiduciaria para poder cumplir con la finalidad establecida en el documento

constitutivo del fideicomiso, y no como un fin mismo de la operación.

Ahora bien, en lo que respecta a la finalidad del fideicomiso, debemos indicar que la

misma puede encontrarse referida a cualquier supuesto que podamos imaginar o

requerir, con la única limitación de que dicha finalidad debe ser lícita". Esta

característica del fideicomiso, consideramos, ofrece un elemento que puede

determinar el interés de los agentes económicos y de las personas en general para

efectos de decidir su utilización, ya que el fideicomiso puede establecerse con la

finalidad "de satisfacer cualquier necesidad que pudiesen tener los agentes

económicos y las personas en general.

Finalmente, queremos referimos a un elemento contenido en la definición del

fideicomiso referido al hecho de que sólo pueden intervenir en ellos como

fiduciarios, las sociedades autorizadas por !a autoridad competente para ello.

2. RÉGIMEN DE PROTECCIÓN DE LOS BIENES QUE CONFORMAN EL

PATRIMONIO FIDEICOMETIDO.

La Ley General efectúa una precisión importante respecto a la titularidad de los

bienes que son objeto de un fideicomiso. Señala que los bienes que son transmitidos

en fideicomiso constituyen un patrimonio autónomo, el cual es distinto del

patrimonio del fideicomitente, del fiduciario, del fideicomisarlo y en su caso, del

destinatario de los bienes remanentes.


De acuerdo a ello, debemos tener en cuenta que el bien o los derechos que se

transfieren en fideicomiso constituyen un patrimonio autónomo y diferente del

patrimonio general del fiduciario.

En este contexto, el patrimonio fideicometido no responde ni podrá encontrarse

afectado por las obligaciones del fiduciario, del fideicomitente o, de ser el caso, de

sus herederos. Respecto a los fideicomisarios, tal responsabilidad tampoco se podrá

extender sobre los bienes del fideicomiso, sino sólo respecto de los frutos o las

prestaciones que se encuentren a su disposición derivadas del fideicomiso, pero en

ningún caso, al patrimonio fideicometido mismo.

En consecuencia, resulta claro que los bienes o derechos o que forman parte de!

patrimonio fideicometido no pueden ser objeto de ninguna medida judicial o

extrajudicial en relación a las obligaciones y responsabilidades de ninguna de las

partes intervinientes en el contrato, salvo en los siguientes casos:

Cuando las obligaciones o las responsabilidades de las que se trate se refieran a

aquellas asumidas por el fiduciario en el ejercicio del dominio fiduciario y se deriven

de los actos que efectúe para el cumplimiento de la finalidad para la cual se ha

constituido el fideicomiso.

Cuando se trate de obligaciones y responsabilidades que hubiesen sido previstas en el

documento constitutivo del mismo: y Cuando se trate del fideicomisario, respecto a

los frutos o las prestaciones que se encuentran a su disposición derivados del

fideicomiso.

3. FORMAS DE CONSTITUCIÓN DEL FIDEICOMISO.


El fideicomiso puede ser constituido a través de dos formas:

a) FIDEICOMISO CONTRACTUAL - CONVENCIONAL:

En este caso, el fideicomiso proviene de un acuerdo de voluntades entre las partes

que intervienen en la celebración del mismo.

En el fideicomiso podrá intervenir solamente el fideicomitente y la sociedad

fiduciaria, en cuyo caso será bilateral. Si es que también interviene el fideicomisario

cuya intervención no constituye un elemento indispensable para su validez, el

fideicomiso contará con la intervención de tres partes.

En cuanto a la forma del contrato, el fideicomiso podrá formalizarse mediante (i)

documento privado, o (ii) documento protocolizado ante notario público.

Dentro de ello, consideramos que para determinar la formalidad que las partes

pueden usar para celebrar un fideicomiso contractual o convencional, se debe tener

en consideración, principalmente, la naturaleza de los bienes a transferirse, la

necesidad de proceder a la inscripción registral o no del fideicomiso, la modalidad de

fideicomiso de la que se trate, entre otros elementos. Por ejemplo, tratándose de un

fideicomiso en garantía referido a un inmueble, resulta necesario contar con un

documento público para proceder a la inscripción registral de este contrato en el

Registro Público correspondiente.

b) FIDEICOMISO TESTAMENTARIO.

Para efecto de establecer la forma de otorgamiento de esta forma de fideicomiso

deben tenerse en cuenta las formalidades y exigencias para otorgar testamentos

contenidas en el Libro de Sucesiones del Código Civil.


Esta modalidad de fideicomiso es muy utilizada en otros países y se da con la

finalidad de que la administración y disposición de los bienes del causante sea

realizada por entidades que manejen dichos procesos sucesorios con cierta autonomía

e independencia respecto a los herederos o legatarios designados, así como de

acuerdo a las instrucciones que hubiese otorgado el fideicomitente en el testamento.

 4. PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS ACREEDORES

DEL FIDEICOMITENTE.

Teniendo en consideración los efectos traslativos que tiene el fideicomiso, que

determinan que los bienes que son objeto del mismo no puedan verse afectados por

las acciones de los acreedores del fideicomitente, la Ley General ha establecido un

mecanismo mediante el cual tiende a eliminar, como sucede en la mayor parte de las

legislaciones de otros países, la celebración de fideicomisos secretos.

El fundamento de ello radica en el hecho de que se pretende otorgar las garantías y

seguridades necesarias a los acreedores para evitar que a través de la celebración de

fideicomisos, los fideicomitentes puedan realizar actos de disposición de la totalidad

o una parte de su patrimonio en fraude de sus acreedores.

La Ley General ha establecido la obligación de los fideicomitentes de efectuar una

Publicación en el Diario Oficial El Peruano por tres días consecutivos con el objeto

de hacer de conocimiento del público en general, la celebración del fideicomiso.

Asimismo, también establece que los fideicomitentes podrán notificar personalmente

a sus acreedores entendemos por escrito sobre la celebración del fideicomiso.


El plazo para interponer la acción judicial mencionada caduca en los siguientes

términos:

A los seis meses de la última fecha en que se publicó el aviso en el Diario Oficial El

Peruano mediante el cual se dio cuenta de la enajenación.

A los dos meses siguientes computados desde que se hubiese notificado

personalmente al acreedor sobre la celebración del fideicomiso.

En consecuencia y dependiendo de las circunstancias en las que se celebre el

fideicomiso, podemos afirmar que la ley establece diversos mecanismos de

protección para los acreedores del fideicomitente, con el objeto de evitar que a través

de la utilización del fideicomiso se pudiesen encubrir actos de disposición de bienes

de los deudores que, en cualquier forma, fuesen en contra del derecho y las

posibilidades de cobro de sus acreencias.

5. PLAZO MÁXIMO DE DURACIÓN DEL FIDEICOMISO.

Otra de las características de los fideicomisos radican en e! hecho de que tienen un

plazo máximo de duración, el cual, en principio, es de treinta años. Por excepción,

podrán convenirse fideicomisos por plazas mayores al indicado, en las siguientes

modalidades:

 a) El fideicomiso vitalicio: que se hubiese establecido en beneficio de

fideicomisarios determinados que hubieren nacido o estuviesen

concebidos al momento de constituirse el mismo. En este caso, el plazo

máximo se extiende hasta la muerte del último de los fideicomisarios.


 b) El fideicomiso cultural: que tiene por objeto el establecimiento de

museos. Bibliotecas, institutos de investigación arqueológicos, históricos o

artísticos. En esta modalidad, el fideicomiso puede ser indefinido y

subsiste en tanto sea factible cumplir can la finalidad para el que se

hubiese constituido.

 c) El fideicomiso filantrópico: que tiene por finalidad aliviar la situación

de los privados de razón, los huérfanos, los ancianos, abandonados y

personas menesterosas. En este supuesto, al igual que en la modalidad

anterior, el fideicomiso será indefinido y subsistirá en tanto sea posible

cumplir con la finalidad para el que se hubiese constituido.

Como podemos advertir, las modalidades de fideicomiso cultural y de fideicomiso

Filantrópico contienen elementos y notas características similares a las de las

fundaciones reguladas por el Código Civil, diferenciándose, principalmente, en la

forma de administración del patrimonio fideicometido, así como por la

responsabilidad que asume el fiduciario en el cumplimiento de la finalidad para la

cual se constituyó éste.

RÉGIMEN TRIBUTARIO APLICABLE AL FIDEICOMISO.

Uno de les elementos fundamentales respecto a la posibilidad de que los agentes

económicos y las personas en general hagan uso del fideicomiso, como una

alternativa que sirve a sus intereses y a las operaciones que desean desarrollar, se

encuentra vinculado con el hecho de que el régimen tributario que resulte aplicable al
mismo sea, por un lado, suficientemente claro, y por otro, interesante y atractivo

respecto a otras alternativas que vienen siendo Utilizadas en la actualidad.

Para estos efectos, en este punto analizaremos el tratamiento tributario que en la

actualidad se da al fideicomiso:

 a) RÉGIMEN DEL IMPUESTO A LA RENTA.

En este caso, el artículo 6 de la Ley 25731 del 30 de diciembre de 1996, regula el

tratamiento que debe darse a los resultados y al patrimonio fideicometido mismo, en

el caso de !os fideicomisos que se celebren conforme a la Ley General. Al respecto,

señala lo siguiente:

 El impuesto a la Renta que grave las rentas o ganancias de capital que

obtengan los bienes yio derechos que se transfieran en fideicomiso será de

cargo del fideicomitente. En este caso, el fiduciario será responsable del

pago del impuesto correspondiente, el que, de ser el caso, tendrá carácter

de pago a cuenta.

 Por lo demás, los beneficiarios de los bienes y/o derechos transferidos en

fideicomiso (fideicomisarios), o en su caso, los destinatarios del

remanente de los mismos. Serán responsables solidarios del pago del

Impuesto a la Renta que debiese pagarse en relación a dichos bienes y/o

derechos.

Por otro lado, los artículos 2. 5 y 7 de la mencionada Ley 26731 establecen el

tratamiento tributario para efectos del Impuesto a la Renta referido a la titularidad y

los resultados que obtengan los fideicomisos de titulización, así como las sociedades
de propósito especial reguladas por la Ley del Mercado de Valores. Al respecto,

disponen lo siguiente:

 Las ganancias de capital provenientes de la redención o rescate de valores

mobiliarios emitidos por patrimonios fideicometidos establecidos en el

país, así como de valores representativos de participación de patrimonios

fideicometidos de sociedades titulizadoras emitidos

mediante oferta pública de conformidad con la Ley del Mercado de

Valores se encuentran exoneradas del Impuesto a !a Renta hasta el 31 de

diciembre del año 2000.

 No constituye renta gravable la distribución de beneficios o ganancias

provenientes de valores representativos de participación emitidos por

patrimonios fideicometidos de sociedades titulizadoras.

 El fideicomitente u originador, en su caso, mantendrá dentro de su balance

el valor de los activos transferidos al patrimonio de propósito exclusivo.

 El fideicomitente u originador no considerará dentro de su balance el valor

de los bienes y/o derechos que la sociedad titulizadora o la de propósito

especial, según corresponda, le entregue a cambio de los activos que le

transfiera.

 b) RÉGIMEN DEL IMPUESTO DE ALCABALA.

En los casos en que los bienes fideicometidos se encuentren constituidos por

inmuebles, resulta necesario que se determine si es que la transferencia en

fideicomiso a favor del fiduciario está gravada o no con el Impuesto de Alcabala.


En principio, debemos tener en consideración que el Impuesto de Alcabala, en

general, grava las operaciones de transferencia de bienes inmuebles.

El fideicomiso, como se ha indicado anteriormente, constituye una transferencia de

bienes sui generis, que no importa la transmisión a favor del patrimonio autónomo de

la propiedad sobre los bienes fideicometidos, sino solamente de un "dominio

fiduciario" sobre dichos bienes.

Por otro lado, debemos tener en consideración que el fiduciario mantiene plenas

potestades sobre el patrimonio fideicometido, incluyendo las de administración, uso,

disposición y reivindicación, las cuales deben ser ejercidas con arreglo a la finalidad

del fideicomiso y teniendo en cuenta las limitaciones establecidas en el acto

constitutivo, del mismo.

El Código Civil define al derecho de propiedad como "el poder jurídico que

permite Usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien".

Dentro de ello, conforme a lo establecido por la Ley General, el fideicomiso, por un

lado, no confiere al fiduciario ninguna facultad de "disfrute" respecto a los bienes

fidecometidos. Y por otro, determina que se otorguen ciertas facultades a favor del

fiduciario, las cuales deberán ser ejercidas, necesariamente, conforme a la finalidad

del fideicomiso y teniendo en consideración las limitaciones establecidas para ello.

Asimismo, dichas facultades son otorgadas al fiduciario por un plazo máximo legal o

convencional o, en determinados casos, su vigencia podría encontrarse sujeta a una

condición resolutoria establecida en el acto constitutivo del fideicomiso.


En consecuencia, teniendo en consideración la naturaleza jurídica del fideicomiso,

consideramos que la transferencia de un inmueble derivado de !a celebración de este

tipo operaciones, no determina la transmisión del derecho de propiedad a favor del

fiduciario, por lo que la misma no se encontrará grabada con el impuesto de

Alcabala.

RÉGIMEN DEL IMPUESTO GENERAL A LAS VENTAS.

El impuesto General a las Ventas (en adelante "IGV") grava las operaciones de venta

en el país de bienes muebles.

En esta parte debemos analizar los casos en que los bienes objeto del fideicomiso

sean muebles para efectos de determinar si es que la transferencia de los mismos se

encuentra dentro del ámbito de aplicación (hecho imponible) de este tributo.

Al respecto, conviene citar lo establecido por el Reglamento de la Ley del IGV y del

impuesto Selectivo al Consumo al establecer aquellas operaciones que se deben

considerar como operaciones de "Venta", Al respecto, indica que se considera

"Venta" para efecto de lo establecido en la Ley, a "todo acto a titulo oneroso que

conlleve la transmisión de propiedad de bienes", independientemente de la

denominación que le den las partes (el resaltado del texto es nuestro).

En consecuencia, teniendo en cuenta el análisis efectuado en el punto anterior, somos

de la opinión que la transferencia de bienes muebles en fideicomiso no se encuentra

gravada con IGV debido al hecho de que dichas operaciones, en rigor y conforme a

lo establecido por la Ley General, no determinan la transferencia en propiedad de los

bienes fideicometidos a favor del fiduciario.


RÉGIMEN DE IMPUESTO PREDIAL

Finalmente, debemos referirnos al tratamiento que debe darse al pago del Impuesto

Predial que corresponde a los inmuebles que pudiesen ser transferidos en fideicomiso

a favor de un fiduciario.

En principio, debemos tener en cuenta que el artículo 9 de la Ley de Tributación

Municipal señala que "son sujetos pasivos, en calidad de contribuyentes, las personas

naturales o jurídicas propietarias de los predios, cualquiera sea su naturaleza".

Ahora bien, en los casos en los que celebren operaciones de fideicomiso, entendemos

que se presenta la duda respecto de quién se encuentra obligado al pago de este

tributo, ya que ni el fideicomitente, ni el fiduciario, así como tampoco el

fideicomisario tienen la calidad de propietarios -en todo el sentido del término- de

los bienes fideicometidos.

Otras características y elementos del fideicomiso

Además de lo indicado en los puntos precedentes, existen otras características y

elementos del fideicomiso que requieren ser mencionadas para efectos de tener una

idea integral de esta figura. Entre estas características y elementos podemos citar los

siguientes:

 a) El fiduciario ejerce dominio fiduciario sobre el patrimonio

fideicometido, dominio que le confiere plenas facultades que incluyen las

de administración, uso, disposición y reivindicación sobre dichos bienes,

las cuales deberán ser ejercidas con arreglo a la finalidad para el que fue
constituido el fideicomiso, y con observancia de las limitaciones que se

hubieren establecido en el acto constitutivo del mismo.

Asimismo, la Ley General establece que la sociedad fiduciaria sólo podrá disponer

de los bienes fideicometidos con arreglo a las disposiciones contenidas en el

documento constitutivo del fideicomiso.

 b) En el caso de la liquidación de una sociedad fiduciaria, la Ley General

deja claramente establecido que el patrimonio fideicometido no forma

parte de la masa de bienes. De acuerdo a ello, se reconoce a las personas

que tuviesen legítimo interés, el derecho de identificar y rescatar, en

cualquier estado del proceso de liquidación, los bienes existentes que

pertenezcan al patrimonio fideicometido.

Tratándose de los bienes que no pueden ser identificados o de bienes

o derechos perdidos, los fideicomisarios tienen derecho sobre la masa al pago de un

credito amparado con un privilegio general de primer orden hasta por el importe de

la responsabilidad de la sociedad fiduciaria.

 c) La actuación de la sociedad fiduciaria se encuentra sujeta al

cumpimiento de una serie de obligaciones y le resultan aplicables

determinadas prohibiciones. Asi mismo, también la sociedad fiduciaria

goza de ciertos derechos al intervenir en un fideicomiso.

Entre las principales obligaciones que corresponden a la sociedad fiduciaria

relacionadas con el desarrollo y la ejecución del fideicomiso, tenemos las

siguientes:
 Cuidar y administrar los bienes y los derechos que constituyen al

patrimonio fideicometido, con la diligencia y dedicación de un ordenado

comerciante y de un leal administrador.

 Cumplir con los encargos que constituyen la finalidad del fideicomiso,

realizando para ello los actos, contratos,

operaciones, inversiones o negocios que se requieran.

 Llevar el inventario y la contabilidad de cada fideicomiso con arreglo a la

ley, y cumplir conforme a la legislación de la materia las obligaciones

tributarias de carácter sustancial y formal que se refieran al patrimonio

fideicometido.

 Guardar reserva respecto de las operaciones, actos,

contratos, documentos e información que obtenga o se encuentre

relacionada con los fideicomisos que administren

 Devolver al fideicomitente o a sus causahabientes, al termino del

fideicomiso, los remanentes del patrimonio fideicometido, salvo que

corresponda entregarlos a los fideicomisarios o a otras personas.

 Rendir cuenta a los fideicomitantes y a la Superintendencia al termino del

fideicomiso o de su intervención en el, sobre los resultados de su gestión.

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