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MODERADORA DE TRADUCCIÓN
Jessibel
TRADUCTORAS
∞Jul∞ Lvic15
Cjuli2516zc Zara1789
MODERADORA DE CORRECCIÓN
Tamij18
CORRECTORAS
Caile Jessibel
LECTURA FINAL
Daliam
DISEÑO
Daniela Herondale
Índice
Sinopsis Capítulo 21
Capítulo 1 Capítulo 22
Capítulo 2 Capítulo 23
Capítulo 3 Capítulo 24
Capítulo 4 Capítulo 25
Capítulo 5 Capítulo 26
Capítulo 6 Capítulo 27
Capítulo 7 Capítulo 28
Capítulo 8 Capítulo 29
Capítulo 9 Capítulo 30
Capítulo 10 Capítulo 31
Capítulo 11 Capítulo 32
Capítulo 12 Capítulo 33
Capítulo 13 Capítulo 34
Capítulo 14 Capítulo 35
Capítulo15 Capítulo 36
Capítulo16 Capítulo 37
Capítulo 17 Epílogo
Capítulo 18 Chase
Sinopsis
Es un tabú. Incorrecto. Fuera de los límites.
Sé cómo funciona. Conozco las reglas.
Pero, maldita sea, si él no consigue meterse bajo mi piel.
Y en mi cama...
~Autor Desconocido
1
Traducido por Jessibel
en efectivo para la noche—. Hay una pequeña pieza que Mike modificaba
cada vez que se apagó. Siempre me pareció fácil, así que estoy segura que
puedo aprender a hacerlo yo misma. No necesito contratar a nadie.
—¿De qué demonios estás hablando? —Ella cogió una de mis revistas
de la cómoda y la convirtió en un abanico.
Me puse de rodillas y empecé a rebuscar en el armario, en busca de
zapatos. —El aire acondicionado, ¿recuerdas? ¿La cosa de la que te estabas
quejando hace un minuto? —Tiré a un lado mis lindas sandalias, que
habrían complementado mi atuendo perfectamente, a favor de un par de
sandalias muy gastadas. Sabía que no debía torturar mis pobres pies en el
nombre de la moda. Estaba tan cansada de eso.
—Olvídate de la sudadera, eso son viejas noticias. Lo que es tendencia
ahora eres tú con ese vestido. Te ves jodidamente caliente, Jills. Me gustaría
tener tus piernas. Estoy tan celosa.
Dijo la mujer que se veía impecable vistiendo nada más que
pantalones cortos y una diminuta camiseta. En todo el tiempo que la
conocía, no creo que jamás la haya visto nada menos que alegre.
Yo, por el contrario....
Me puse de pie y alisé el material endeble, ajustándomelo. —Sí, ¿estás
celosa de estos también? —Apreté mis manos sobre mis pechos, dando un
giro hacia el espejo. Juro que se habían caído desde la noche anterior.
Hmm... Tal vez Perry estaba en algo con esta cosa del derretimiento. Una
vez que tuviera el aire frío a todo volumen de nuevo, saldrían de nuevo y
podría congelarlos en su lugar. Era una fantasía agradable.
—Estás loca. No hay nada malo con tus pechos.
—Mi vecina me dijo que sucede durante la noche. Vas a la cama con
ellos apuntando hacia el norte, y por la mañana, te estás tropezando con
ellos. Lo mismo pasa con tu culo. Estoy esperando que sea el próximo. Dijo
que un día, de repente, se puso sus pantalones vaqueros, y parecía que tenía
barras metálicas planas en los bolsillos traseros. Su trasero se hundía hasta
sus muslos.
—Probablemente se lo hace en los pantalones. ¿No es ella como de
ochenta?
—¡Tiene cuarenta y nueve!
—Eh. Bueno, parece mucho mayor. —Perry me agarró del brazo—.
Vamos. No quiero llegar tarde al espectáculo. Te ves perfecta. No hay nada
más que hacer aquí.
Mi larga lista de tareas pendientes rodó por mi cabeza. —¿Tendré un
segundo para…?
2
Traducido por Jessibel
apenas podía oírme. Vaya, para una nueva banda, deben ser bastante
conocidos para atraer tanta atención.
En poco tiempo, estábamos de pie de todos modos, por lo que los
bancos estaban simplemente ocupando espacio. Su sonido me absorbió. Sin
duda era rock alternativo, pero difuso. Me gustó que no pudiera ser
identificado. La música siempre fluyó en mi sangre y me gustó lo que estaba
escuchando. Me atrapó. Fuerte y profundo.
Dejé que el pulso me llenara y me balanceaba con Perry mientras ella
cantaba canciones de las que no sabía las palabras. En medio de los
números, grité: —Son muy buenos.
Ella me dio una enorme sonrisa. —Lo sé.
Mis ojos se posaron en el vocalista principal. Su sonido era increíble,
y él era increíblemente guapo para empezar. ¿Seriamente? ¿Gay? Sus
pantalones de cuero pintados eran muy agradables a la vista. Si él no se
atiborró, me sentí muy mal por mi compañera.
—¿Es otro amigo tuyo? —Señalé el guitarrista, y ella negó con la
cabeza—. Bueno, él sigue mirándote por encima.
—Estamos en la audiencia. ¿Dónde más se supone que debe mirar?
¿Y cómo sabes que no te está mirando?
—Muy bueno.
Había más o menos aceptado que mis días de salidas a exceso de
velocidad habían terminado. Con diez años menos, Perry no había llegado a
ese punto todavía. Todavía podía caerse de la cama a primera hora de la
mañana y tener a los hombres rompiendo a través de la ventana para
atraparla.
Ella iba a responder, pero fue ahogada por su distanciamiento
acústico. Me concentré en las vibraciones, dejándolas atravesarme. Cerré
los ojos, y fue entonces cuando el mareo me tomó por sorpresa. Me atravesó
de la nada, sintiéndose como un pequeño tornado dentro de mi cabeza. De
repente estaba muy claustrofóbica.
—Agua —grité. Perry me dio una mirada divertida, y le hice un gesto
para decirle que estaba saliendo para conseguir un poco de agua. Por lo que
sabía, ella probablemente pensaba que tenía que ir al baño de nuevo.
La sensación de giro se intensificó a medida que mi cuerpo aplastaba
a otros, y esperaba que, si me desmayaba, alguien sería lo suficientemente
amable como para evitar que salpicara todo el cemento.
Lo hice en una sola pieza y conté mis bendiciones cuando vi un
mostrador de bebida sin cola. Ese tipo de cosas era inaudito aquí. Compré
y bebí una botella de agua, al instante me sentí más estable. Debería haber
tomó un sorbo—. Mmm... no me pude resistir, pero solo será uno. Promesa.
—Ella me lo entregó—. ¿Pruebas algunos?
Tomé una pequeña muestra y me estremecí. Tenía el sabor de una
buena magdalena de chocolate, sí, también se mezcló con una bebida de
cacao y una libra de azúcar adicional. —Enloquece. —Le di vuelta a la
bebida—. Seré conductora designada.
—¿Estás segura?
Asentí. —Estoy lista para la noche. Mientras no necesite llevarte al
coche, todo está bien. Tienes lo que quieras. —A Perry le encantaban las
bebidas decoradas, entre más dulce, mejor.
—Promesa. —Ella cruzó su corazón—. Me pregunto si me pueden
hacer una tarta de manzana.
—Tú sabes que estás bebiendo ochenta pruebas, no seleccionando las
cosas desde el carro de postres, ¿verdad?
Ella tragó saliva desde su vaso. —¿Quién dice que no pueden ser
ambos a la vez? Oye, vamos a tomar una mesa antes que sean tomadas. —
Perry dio un tirón al brazo de Stu, que acababa de terminar de ligar con un
chico gótico.
—Ustedes dos vayan adelante. Me reuniré en un momento. —El
sonido de voces femeninas agresivas me llamó la atención—. Quiero ver esto
por un momento.
Fui al borde del tejado y me incliné sobre la barandilla; tenía una vista
perfecta del escenario desde allí. Además, pude disfrutar del espectáculo y
todavía había espacio para moverse, a diferencia de las personas que a
continuación ya se aplastan en los bancos o se prensan juntos bailando
sobre las mesas. En un momento, fui parte del atractivo, pero ya no tanto.
Todavía apreciaba una gran banda, pero también me gusta la respiración.
Miré detrás de mí para ver a Perry y Stu reír histéricamente. Fue
bueno darles tiempo para ponerse al día. Volví mi atención hacia delante y
concentrándome en mi zona, dejando que el ritmo me bañara. Manejando el
rock con suficiente ansiedad para tirar de mí y sostenerme. Balanceaba mis
caderas y lo tomé.
—Ella es buena.
La voz me sobresaltó, señalando con la cabeza hacia los lados. Un
hombre de rostro fresco, que parecía vagamente familiar, se había
estacionado a mi lado y puso sus manos sobre la valla. Asentí. —Me
recuerda a Alanis Morissette. —Los recuerdos de ese programa me
inundaron de nuevo, y comencé a girar números en mi cabeza. Tenía
diecisiete años. ¿De Verdad? Dios, se sentía como una vida atrás.
—¿Las letras o la música?
—Ambas.
—Solo estaba debatiendo esto mismo con alguien el otro día. Así que,
te conecta a lo más profundo, ¿suscita más las emociones?
—¿Perdón? —Me quedé mirando al chico, no muy segura de que
estaba en fase creciente poético. Tal vez él no tiene ni idea tampoco—. ¿Has
tomado?
Eché un vistazo a sus ojos verdes salpicados de oro. Ellos eran
inusualmente bonitos, o podría haber sido debido a las luces parpadeantes.
De cualquier manera, no se veía como si estuviera en nada.
Él rio. —No, ni siquiera he bebido esta noche.
Agradable sonrisa. Le di otra buena mirada e hizo clic. —Espera, no
estás...
Me tendió la mano. —Chase. —Parecía educado para reconocer su
gesto, por lo que le dio la mano. Su agarre era seguro, lo que provocó una
pequeña sacudida que me tomó por sorpresa. Por supuesto; era la
naturaleza humana. Era joven y atractivo. Y viril. Y joven. Saqué mi mano.
—Jillian —dije, rompiendo mi mirada hacia Perry. Ella agitó su mano,
luego empujó su silla y se dirigió hacia acá, con una pequeña bebida azul
en la mano.
—¿Qué es eso? —Señalé a su vaso.
—Un muffin de arándanos.
Sacudí la cabeza. —Perry, este es...
—Chase, lo sé. El salvavidas.
Arrugué la cara. ¿Qué? Tal vez yo era la empedrada y ni siquiera lo
sabía. Olfateé alrededor. No hubo indicios que estaba recibiendo un
zumbido de contacto.
—Stu nos presentó ya. —Luego intentó confluir—. Es caliente. —Pero
lo dijo lo suficientemente alto para hacer a mis mejillas arder. Perry movió
las cejas mientras puso el aro al borde de los labios. Entrecerré los ojos en
ella, esperando que estuviera fuera, pero me ignoró y se volvió hacia Chase.
—¿Y estás seguro que no parezco familiar para ti? ¿Perry Sommers no
te suena de nada?
—Lo siento, no.
—Porque estoy segura que te he visto antes, y me está volviendo
alocada.
Tal vez era el momento de interrumpirla. Ella no estaba calumniando
y baboseando todavía, pero su mente parecía un poco inestable. —Tal vez
Hmm... Supongo que habría sido difícil pasar por alto, dado la
intimidad del ámbito. Negué con la cabeza. —No tenía nada que ver con la
música. Puedo ver a Reino Santificado haciéndolo, y no estoy diciendo eso.
¿Un sonido único que también hace un llamamiento a las masas? Esa
combinación rara te llevará a lugares.
Él inclinó la cabeza y sonrió, haciendo que me preguntara si me había
excedido de nuevo. No era una fan enloquecida con la esperanza de tener
mis cuerdas pulsadas por un lindo guitarrista virtuoso. Había muchas
mujeres animadas merodeando por estos terrenos para completar ese papel
en un latido del corazón. Ahora que lo pienso, ¿por qué está aquí de pie
conversando conmigo cuando no hay escasez de hermosas chicas que
comparten alrededor de su misma edad?
A menos que sea gay también... Él es sin duda lo suficientemente
caliente para ello. Espera, ¿acabo de pensar en él como caliente? Perry debe
haber poseído mi mente por un segundo.
—Se lo merecen —dijo—. Nunca encontrarás a un grupo de chicos
más decente. Por eso no dudé de ayudar al equipo.
Alcé la ceja. —¿Es por eso?
Se rio con fuerza, y no podía evitar participar. —Pues bien, la enorme
ilusión no duele tanto. ¿Dónde puede un desconocido relativamente obtener
una audiencia tan masiva? Es jodidamente increíble.
Es lo que era. Examiné el suelo debajo de mí, maravillada por la
enorme cantidad de oídos y ojos que compartían un amor por la música.
¿Cuántas bandas durante muchos años se habían iniciado aquí como un
parpadeo, pero habían volado como un dirigible? Era un lugar para que los
sueños se conviertan en realidad.
—Sabes —dije, encontrándolo divertido para hablar—, nunca compré
toda la teoría de que la “música moderna apesta”. Sin originalidad, algunos
pocos acordes repitiendo una y otra vez para mantener a las personas sin
pensar demasiado, bla, bla, bla. Siempre ha habido mala música;
simplemente no es recordada, así como la buena.
La forma en que sus labios se curvaron me hizo concentrarme en su
boca por un segundo, demasiado tiempo antes que mis ojos se apartaran.
Toda su atención parecía estar directa en mí. Tal vez estaba llegando como
una idiota balbuceante, pero tuve la excusa de no salir mucho.
—¿No crees que la creatividad ha muerto?
—Nunca. Solo tienes que saber dónde buscar. Tienes que estar
dispuesto a ir fuera de la corriente a veces. —Me reí—. Pero supongo que
estoy predicando para el coro aquí.
—¿Qué hay de continuar esto en alguna parte con menos gente?
la cara del otro, y no era una vía que quería explorar. No mientras mi cerebro
estaba en sobrecarga tratando de hacer frente a la forma en que mi piel
reaccionó contra la suya. El hecho que él era tremendamente atractivo no
significaba que era apropiado que mi cuerpo respondiera. A menos que a él
le gustaran los hombres. Entonces estaría bien.
La línea rápida para el planeador era corta, y tan pronto como
entramos en ella, separé mi mano de la suya. Deliberé: ¿debo o no debo
arremeter contra él por tomar mi mano sin permiso? Parecía insignificante
hacerlo; realmente fue un gesto práctico teniendo en cuenta la cantidad de
personas. Simplemente no me ha gustado la forma en que me hizo sentir
cuando lo hizo. Pero si estaba en el trabajo, sin duda pasó por alto la misma.
—¿Jillian?
—¿Eh? Oh, lo siento. —La mujer en el servicio estaba tratando de
mantener las cosas en movimiento a lo largo rápidamente, y yo no estaba
ayudando al tener mi dilema personal. Solo un corto paseo, Jillian. Puedes
manejar eso.
Ella nos hizo pasar a estar delante del carrito, ya que pasó detrás de
nosotros. Caímos de nuevo en el asiento, y el bar cerró sobre nuestro regazo.
Empezamos a movernos hacia arriba y, en el último momento, me quité las
sandalias. No las necesitaba aterrizando en alguna pobre persona a
continuación.
Crucé las piernas en los tobillos, mis mejillas ardían cuando miré y vi
sus ojos en mis muslos. Dejé de prestar atención al material de mi vestido
desafiado... hasta que lo sorprendí mirando. Desvergonzadamente. Santo
cielo, ni siquiera trató de ocultarlo; él sólo arrastró su mirada hacia arriba
hasta que sostuvo la mía.
La respuesta a la no pregunta si era gay o no solo me torpedeó. Se
sentía como si toda mi cabeza había sido despegada.
Aspiré una bocanada de aire y miré hacia otro lado, avistando el
restaurante famoso por su berenjena frita. Era mi favorita. Definitivamente
tenía que conseguir algo de eso antes de irme. No, no podía caminar antes
de engullir una orden completa.
—¿Qué bandas has visto aquí antes? —preguntó él.
—Una gran cantidad para enumerar.
—¿Qué hay de la última, entonces?
Hice una pausa. ¿Por qué de repente tengo un momento tan difícil
para hablar? Había sido un problema antes. ¿Cuál fue la última banda que
vi? Podría concentrarme en eso y dejar de ser tan ridícula. No iba a dejar
que este chico me hiciera tropezar.
pene me tomó con fuerza, una vez más me llevó a otro lugar completamente.
No había experimentado este tipo de pasión maníaca desde... nunca.
—Oh, Dios… —Se inclinó dentro de mí, frotándose contra mi clítoris—
. Muy duro. —No me importó cómo sonaba; el acero grueso me consumió
por completo.
Me encontré con sus embestidas mientras mi cuerpo se deslizó hacia
arriba y abajo. La dureza estaba en todo mí alrededor, la pared, los
músculos, la follada, su pene. Empecé a construir de nuevo lentas ondas
rodando, tomando fuerza, y empecé a temblar.
—¿Así? —preguntó, con voz ronca y encendiéndome. Todo en él
intensificó mi excitación. Su aliento en mi cuello. El pecho triturando en el
mío. La forma en que sus brazos me acorralaron y atraparon.
Asentí, y llevó su boca a la mía, bombeando profundamente con esos
músculos gloriosos mientras me besaba suavemente. Dios, es mágico.
¿Cómo he pasado tanto tiempo sin esto? Estaba destinada a tener este placer,
destinada a gritar cuando su duro pene me llevó una y otra y otra vez....
El segundo orgasmo me hizo pedazos, con la boca absorbiendo mis
gemidos mientras que los espasmos me hacían temblar. Oí un gemido
lejano, así, demasiado lejos para centrarme totalmente. El efecto fue más
intenso que el primero, y mis piernas temblaban mientras poco a poco
comenzó a deslizarse. Una gota de sudor rodó por el lado de mi cara, y cerré
los ojos, disfrutando de la deliciosa calidez.
Chase, se aferró a mí, agarrándome firmemente cuando recobré mis
sentidos. Mis párpados se abrieron para ver el verde suave mirando hacia
mí. Si miraba el tiempo suficiente, sabía que me iba a encontrar nadando
en el oro de su interior, calentando aún más.
Lancé mi mirada lejos. No quería mirar, no quería ver su linda cara o
el cuerpo impecable que solo me había dado una cantidad indescriptible de
placer. No quería nada de eso. No me importaba que todavía estaba
hirviendo. No me importaba que era increíble, extraordinario y alucinante.
Pero me importaba que haya tenido el mejor sexo de mi vida en las
peores circunstancias.
Mierda.
4
Traducido por Jessibel
Corregido por Florpincha
Saqué una banda de goma de mi bolso y até mi pelo hacia atrás. —No
estoy corriendo para unirme al convento, Perry. Solo tengo que tener más
cuidado con la pertinencia de los chicos con los que duermo.
—¿Tuviste buen sexo?
Apoyé la cabeza sobre la almohada y dejé escapar un largo suspiro,
temblando como si me estuviera tocando de nuevo. El hormigueo pasó por
encima de mi piel, y los retiré como insectos imaginarios. No quería pensar
en ello, mucho menos sentirlo.
—Me lo tomaré como un sí.
—¿Y qué si fue fantástico? Fue un error, y después que me di cuenta,
tuve mi control de nuevo. No hay necesidad de convertirlo en un gran
problema. —Tuve que seguir gritándomelo a mí misma: No es gran cosa. No
es gran cosa. Porque la noche anterior, me estaba volviendo loca y fue un
problema muy grande.
Y para colmo de males, nunca llegué a mi berenjena frita.
—Nunca te pregunté si era fantástico; te pregunté si era bueno.
—Lo que sea, Perry.
—Uh-huh.
—¿Vas a dejar de decir eso?
Perry plantó la cara a pocas pulgadas de la mía. —¿Me estás diciendo
que no vas a verlo, ni siquiera para el sexo?
—Por supuesto que no. En caso que no te hayas dado cuenta, él no
está exactamente en mi grupo de edad. No sería responsable de volver a
verlo, por cualquier razón.
—Al diablo la responsabilidad. Ten un poco de diversión, sé salvaje
para un cambio. Mierda, en caso que no te hayas dado cuenta, él es
jodidamente precioso.
Barrí mis manos por mi cara. Argh. —Primero, incluso si fuera
conveniente para mí, no tendríamos ninguna forma de contactar entre sí.
Segundo, estoy segura que después de que el calor del momento terminó, se
dio cuenta de su error también. Probablemente no tenía ni idea de lo que se
estaba metiendo antes que el sujetador push-up se desprendió. Con suerte,
no lo asusté de por vida.
Está bien, esa última parte fue un poco exagerada. Tal vez. ¿Quién
sabía lo que pasaba por su mente impresionablemente joven cuando vio el
firme desafío de mis tetas? Es como comprar un melón de la tienda y luego
volver a casa y sacar una calabaza marchita fuera de la bolsa. Esas cosas
realmente pueden estropear tu realidad.
5
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Florpincha
¿Almuerzo?
Escribí una respuesta rápida a Perry: No puedo. Abrumada. Mi
estómago rugió tan fuerte que me preocupó que el Sr. Swanson hubiera
escuchado en el otro extremo. No sé si iba a firmar o no, pero estaba
tomando su dulce tiempo para dejarme saber la respuesta. Estaba
empezando a pensar que simplemente le gusta escuchar mi voz. O haciendo
que me retuerza.
¿Puedo llevarte de Angelina?
Oh, mi Dios, la amo. Estaría siempre en deuda contigo.
Estoy allí en 20. XO
Sentí como si sólo unos pocos minutos antes de ver a Perry, pisoteaba
las escaleras que la conducían a la puerta de mi oficina. Se asomó por la
ventana, y agité la mano a manera de saludo.
—Gracias, Sr. Swanson. Voy a tener toda la documentación requerida
para enviarla por fax en menos de una hora.
Perry dejó la bolsa en mi escritorio, el aroma flotó hacia arriba y me
distrajo. Articulé, gracias, tan pronto terminé la llamada. Reclinándose en
la silla, froté las manos sobre mi cara. —Eso fue brutal, pero vale la pena.
A menos que cambie de opinión en las próximas veinticuatro horas, estoy
de oro.
—¡Eso es increíble! —Acercó una silla, y sacó los sándwiches—. Ahora
puedes tomar más tiempo libre y empezar a disfrutar de toda la comisión
que te está trayendo.
Engullí una gran parte de mi bocadillo antes de que ella comenzara la
suya. —Oye, quité una gran parte de mi día para el juego. —En realidad,
era más como todo el día ya que no podía centrar mi mente el tiempo
suficiente para conseguir nada cuando volví a casa. Terminé sentada en el
porche trasero meciéndome y viendo la caminata de pavos salvajes, de ida y
vuelta a través de mi patio. Productivo.
Di vueltas en el lote diez minutos antes, al ver a las chicas que todavía
estaban reunidas en el campo. No sabía si debía esperar en el coche hasta
el final de la práctica, pero era un día demasiado agradable para estar
encerrada. La ola de calor predicha estuvo presente otro día, brindando más
tiempo para trabajar en el aire acondicionado. Cada día que había planeado
solucionarlo, otras razones aparecían para no hacerlo.
Puede que haya estado fuera del mundo de las citas por demasiado
tiempo. Puede que no sepa la etiqueta correcta para introducir mi vagina de
vuelta en la sociedad. Pero yo no era tan tonta para creer que el sexo
caliente, sin sentido con el hombre más duro que he sentido alguna vez
significa cualquier cosa.
Puede que no sepa todo, pero sabía que no era una maldita roba
cunas.
7
Traducido SOS por Jessibel y Cjuli2516zc
Corregido por Nuwa Loss
—Le gustas al entrenador. —Alcé los ojos para ver la reflexión de Emily
en el espejo retrovisor—. Nunca detiene la práctica para hablar con alguien.
Sonreí, sin saber qué decir, pero no queriendo dejarla plantada. —
¿Qué te parece el softball hasta ahora?
—Me encanta. Tengo muchos amigos, y el entrenador es muy
agradable. Y divertido. Él nos hace reír mucho.
Asentí. —Eso es bueno, cielo. —Tiré mi bolso en mi regazo—. ¿Me
puedes hacer un favor? Llama a tu madre y hazle saber que estaremos allí
en unos cinco minutos.
—Está bien, tía Jillian.
Cavé a mí alrededor por mi teléfono con una mano, sin encontrar
ningún objeto plano. Mis dedos se volvieron locos, sintiendo todo, mientras
mi corazón comenzó a martillar. Oh, es cierto. Metí la mano en el bolsillo,
recordando que había guardado allí mientras me balanceaba. Palmeé el otro
bolsillo. Mierda. El aleteo comenzó de nuevo, más fuerte que nunca.
Me puse a un lado. —Sólo en busca de mi teléfono —le dije mientras
comencé a revisar alrededor de los asientos, agachando la cabeza debajo. Mi
garganta estaba cerrada.
No, no, no.
Piensa, Jillian. ¿Cuándo fue la última vez que lo utilizaste? No desde
los columpios. Me había bombeado bastante alto, amando la prisa de volver
a bajar, maravillándome de lo bien que se sentía de nuevo.
Maldita sea, se debe haber escapado.
Perdí todo un minuto para decidir qué hacer. ¿Volver al parque, o
llevar a Emily a casa primero? Estábamos mucho más cerca, así que la llevé
a casa, cruzando los dedos para que su madre hubiera terminado con su
reunión.
una enorme cantidad de artículos para el juego, e iría mucho más rápido si
tiene un par extra de manos para pasar por todos ellos.
Él asintió con la cabeza. —Estaré allí tan pronto como pueda.
—¡Grandioso! —Ella movió su mirada de nuevo a mí—. Es bueno verte
de nuevo, Jillian. —Si veo tu cara de nuevo, la desgarraré.
Linda se acercó, y Cassie se escabulló. Me hice a un lado, agradecida
por el indulto. Este día fue un torbellino de peculiaridades.
Ella abrió su bolso y sacó su billetera. Chase, levantó la mano. —No
se preocupe por eso ahora. —Él se acercó más—. Ten un muy buen día —
dijo en voz baja.
Su cara se veía aliviada. —Gracias, Chase. —Ella le tocó el brazo y se
inclinó—. ¿Podemos hablar un momento?
Se volvió hacia mí, con los ojos verdes bosque profundo
arremolinándose con los rayos de luz. Contrólate, Jillian. Son jodidamente
verdes.
—No tardaré mucho. Quédate por favor.
Asentí. Como si tuviera una opción, pero al menos me preguntó
amablemente. Salieron por la puerta, cerrándola, y me acerqué a la niña. —
Hola, soy Jillian. Me gusta tu guitarra.
—A mí también. —Su rostro se iluminó—. Me llamo Hazel.
—Encantada de conocerte, Hazel. —Saqué una silla—. Suenas muy
bonita cuando tocas. ¿Has estado tomando lecciones durante mucho
tiempo?
—Hmm. —Ella se encogió de hombros—. A veces. Estoy mejorando en
la lectura de acordes. ¿El Sr. N es tu novio?
—¿El Sr. Nolan? —Hazel balanceó su cabeza de arriba a abajo
mientras punteaba las cuerdas de nylon—. No, no lo es. ¿Por qué?
Se encogió de hombros de nuevo. —Me gusta tu pelo.
—Bueno, gracias, Hazel. Me gusta el tuyo también. —Correspondió
perfectamente a su nombre.
Ella sonrió ampliamente, luego saltó de su silla cuando la puerta se
abrió. Su abuela le tendió los brazos y Hazel corrió hacia ellos.
La niña rebotó hacia Chase y lo abrazó fuertemente. —Adiós, Sr. N.
Nos vemos el lunes.
Él desordenó su cabello. —Buen trabajo hoy, Hazelnut. No te olvides
de practicar.
—No lo haré. Lo prometo.
Ella se fue con Linda, y me quedé allí de pie con un chico al que
apenas conocía, a pesar de que ya lo dejaba entrar en mi cuerpo. Nunca volví
a tener una aventura de una noche otra vez.
—Entonces, enseñas lecciones de guitarra. Aquí.
Chase asintió, llevándome más adentro, luego cerró la puerta. —
También enseño música. Aquí. —Él agitó su mano alrededor de la
habitación.
—Y entrenas softbol.
—Lo hago.
Se reclinó sobre su escritorio, luciendo completamente confiado en su
elemento. No podía decidir si eso me excitaba o me cabreaba. Espera...
probablemente no fue hace mucho tiempo cuando él mismo estaba sentado
en uno de estos escritorios. Sí, definitivamente cabreaba.
Pero realmente aclaró algunas cosas. Pensé en las divagaciones de
Perry, y me explicaba lo de la escuela. El alivio fluyó a través de mí. De
acuerdo, tal vez estar cabreada era una palabra demasiado fuerte. Y no
podía negar que los profesores de música llamaban mi atención—los
mayores, claro está.
—Y obviamente eres lo suficientemente bueno para estar en el
escenario.
—Era temporal, pero agradezco el cumplido. —Sonrió, y eso hizo que
su cara luciera tan malditamente... hermoso. Chase se enderezó y dio un
paso más cerca. Su pelo era un poco más largo y oscuro. Me gustaba el pelo
oscuro—. ¿Por qué no continuamos esta conversación durante la cena
mañana por la noche? Tú sabes cosas sobre mí, y yo no sé nada sobre ti.
—Mañana es la tercera. Ese es el centro de los fuegos artificiales.
—¿Vas a ir?
—Bueno, no, pero...
—Ni yo tampoco, así que ¿y la cena? —Fruncí el ceño. Estábamos
corriendo fuera de la pista—. ¿No quieres tu teléfono de vuelta? —preguntó.
¡Mi teléfono! —¡Sí! Gracias. —Debería haber sido mi primera pregunta
para él. Respiré profundamente; la búsqueda había terminado. Entonces
entrecerré los ajos hacia él—. Espera, ¿estás reteniendo a mi teléfono como
rehén?
Él rio. —Tu imaginación está al mismo nivel con mis estudiantes. —
Él abrió su cajón del escritorio y sacó mi celular.
—¿Cómo supiste que era mío? —Genial, probablemente lo dejé
desbloqueado. Escudriñé mi memoria, ¿había algún texto inapropiado de
Perry? Por supuesto que sí, pero ¿algo que ver con Chase? Me sentí
desmayar. ¿Algún comentario sobre "el mejor sexo de mi vida"? ¿Algo que
ver con abdominales duros y erecciones que rompen muros?
—No fue tan difícil teniendo en cuenta que eras la única en el patio
durante la práctica. Normalmente no soy tan distraído. —Lo sostuvo en su
mano abierta—. Aquí tienes. Sin condiciones.
Estaba tan feliz de tenerlo de vuelta que me acerqué y lo agarré,
deteniéndome antes de la etapa de abrazos. Casi ignoré el efecto que su
proximidad tenía sobre mí también. Dios, soy una mujer adulta. Es hora de
comenzar a actuar como una de nuevo.
—Sin embargo, creo que me debes una. Aceptaré la cena como
reembolso.
—¿Te debo?
—Por mantenerlo a salvo.
—Eso no suena como 'sin compromisos'. Mira, estoy muy agradecida,
pero yo....
Puedo también cortar esto de raíz ahora mismo. Me acerqué más, casi
ignorando las chispas de nuevo. Casi sin tener en cuenta la forma en que
mi piel hormigueó, prácticamente sintiendo su boca por todas partes. Carajo
¿Por qué tenía que estar completamente sobria esa noche? ¿Por qué tenía
que recordar cada último maldito orgasmo?
—¿Qué edad tienes, Chase?
—Veintitrés.
Inhalé bruscamente. Eso era malo. No, eso era bueno. Bueno porque
es mayor que Daniel. Malo porque todavía es más joven de lo que pensaba
cuando dormí con él. Podría tomar letras perturbadoras y cubrirlas con una
hermosa melodía durante todo el día, y no cambiaría el significado. Sea cual
fuere la manera en que lo descifrares, era demasiado joven. Demasiado
jodidamente joven.
Sus labios se curvaron mientras me miraba. No tenía ninguna duda
de que parecía neurótica mientras repasaba mis conclusiones dentro de mi
cabeza. —Y tengo treinta y ocho.
En menos de dos años, ni siquiera estaríamos en décadas
consecutivas. Miré su cara de cerca, y para su crédito, ni siquiera se
estremeció, y mucho menos retrocedió con disgusto.
—¿Así qué?
—¿Así qué? —¿Cuál es el asunto con él?—. Eso es
—Quince años.
8
Traducido SOS por Jessibel y Cjuli2516zc
Corregido por Nuwa Loss
Perry se paró frente a mí, poniendo los ojos en blanco y las manos en
las caderas. —Sólo tienes que ir a la maldita cita, Jills. Siempre puedes
decidir no ir a una segunda.
—No es una cita. Es una cena.
—Lo que sea.
Se sentó a mi lado y puso su cabeza en mi hombro, agarrando mi
teléfono a distancia. Vimos los patos por un tiempo mientras todo giraba en
mi mente. No podía creer lo mucho que luché con algo que debería haber
sido emocionante y divertido. Si yo fuera quince años más joven....
—¿Crees que me siento atraída a Chase porque extraño a Daniel? —
Perry levantó la cabeza y me miró—. ¿Porque sólo quiero a alguien a quien
criar otra vez?
—Hmm, eso depende... Cuando veas a Chase, ¿quieres darle de comer
leche y galletas, o quieres joder sus sesos?
Dejé caer la cabeza entre las manos. —Oh, Dios mío, Perry. Soy una
rompe cunas.
—¿Qué coños estás hablando?
—Lo busqué. Estoy en los treinta largos. Hay una diferencia de edad
de quince años...
—Creo que el hecho de que vas a entrar en esto pateando y gritando
un poco, anula todo el requisito de depredadora.
Levanté los ojos para ver las nubes que se arremolinaban por encima
de mí. El azul aún se asomaba, pero la lluvia caía. Podía oler. Había una
buena posibilidad de que los cielos estarían demasiado nebuloso para
disparar nada esta noche.
—No entiendo por qué estás actuando así. Nunca has tenido un
problema con tu edad antes. ¿Y qué si te sientes atraída por él? Mientras
que sea legal, está todo bien.
No, realmente ella no entendía, pero mi hermano lo haría. —No vas a
mencionar nada de esto a Stephen, ¿verdad?"
—No, si no quieres que lo haga. No necesito que me vuelva loca de
nuevo por estupideces. —No era estúpido para mí. Tomé mi teléfono de
nuevo y lo aseguré en la mano—. Y sé lo que estás pensando —dijo ella—,
pero lo que tu padre hizo no fue una cosa de la edad, fue una cosa idiota.
Sin ánimo de ofender
—Ninguna tomada.
Perry se levantó, agarró mis manos y me dio un tirón hacia arriba. —
Debemos empezar a caminar de nuevo. Es necesario llegar a casa y entre
algo caliente. ¿A dónde te llevará, de todos modos? Nunca lo mencionó.
—Te diré lo que vamos a hacer. Invítalo, por lo que serán ustedes dos.
Conócelo un poco mejor sin influencias externas. Déjalo ser. Hazle saber de
antemano que tienes planes esta noche, así que hay un límite de diversión.
Voy a mostrarte en la puerta tan pronto como regrese a casa. Si sabes que
estoy yendo allí, tendrás una mejor oportunidad de mantener controlado a
tu adolescente caliente.
—Estarás con Stephen esta noche.
—Tan pronto como los fuegos artificiales finalicen, vendré sola. Solo
dile a tu hermano que tienes alguna emergencia hormonal. Por lo menos no
le vas a estar mintiendo.
El plan casi sonaba... razonable. —¿Lo juras?
Ella sonrió amplia. —Lo prometo.
Cinco horas más tarde, entrecerraba los ojos a través de mis persianas
mientras un Ford negro entraba en mi entrada. Mi corazón comenzó a
rebotar de las paredes, así que retrocedí y caminé alrededor de la habitación
en su lugar. Una puerta de coche se cerró de golpe. Sería sólo cuestión de
segundos ahora, un minuto antes que mi timbre sonara.
Me puse delante de uno de los muchos ventiladores que tenía
soplando alrededor de la habitación y tomé una dosis grande en la cara.
Lástima que no había una pequeña mano que salía en tiempos como estos.
Necesitaba una buena bofetada de sentido.
Sentí mis mejillas; estaban ardiendo caliente y palpitante. Tal vez
estaba enfermándome con algo o tal vez...
El timbre me envió al techo porque, por supuesto, no esperaba eso en
absoluto. ¿Por qué debo permitir que un chico me ponga tan nerviosa? Sólo
porque no estaba acostumbrado a tener huevos revueltos por cerebro, no
significaba que tenía que actuar como tal.
Abrí la puerta, la bolsa en sus brazos sirviendo como distracción
temporal. —Hola, Jillian. —Chase entró—. Bonito lugar. ¿Dónde está la
cocina?
—¿Por qué tienes una bolsa de supermercado? —Él sonrió, lanzando
una nueva distracción hacia mí. ¿Por qué la sombra de su iris cambia todo
el maldito tiempo? Tal vez debería preguntarle eso en su lugar.
—Estoy haciendo la cena.
No respondí, así que se dio la vuelta y dobló la esquina, tomando por
su cuenta encontrar la cocina. Asumí que era lo que estaba haciendo desde
que me quedé muda. Seguí rápidamente y... No mires, Jillian. Mantén tus
ojos hacia el frente. No mires hacia abajo.
9
Traducido por ∞Jul∞ y Zara1789
Corregido por Nuwa Loss
1
En inglés cougar hunter, término utilizado para referirse a un hombre joven que le
gusta ir detrás de mujeres mayores
conseguir acertar algunas, y Chase pareció acertar algunas mal, pero él aún
me superaba en número por lo menos dos a uno.
Una sonrisa grande estalló en su cara cuando cogió mi siguiente
tarjeta. Genial, probablemente algo sobre los hábitos de apareamiento de
los protozoos. Todavía recuerdo algunas cosas de la escuela, pero no todos
esos pequeños detalles. Desafortunadamente, este juego no tuvo en cuenta
la experiencia de la vida.
—El verdadero nombre de Stevie Nicks es Stella.
—¡Oh! Mentira. Su verdadero nombre es Stephanie Lynn Nicks.
—Excelente —Él entregó dos fichas—. Aquí se dice que puedes
conseguir puntos extra y ganar si cantas una de sus canciones.
—No dice eso.
Traté de agarrar la tarjeta, pero él la devolvió al montón.
—¿De verdad vas a dejar pasar la oportunidad de bajarme los humos?
Antes que me diera cuenta, estaba cantando "Leather and Lace". No
estoy segura de por qué escogí esa canción, sobre todo porque era un dúo,
pero siempre me encantó. Me divertí mucho con ello, haciéndolo parte del
juego, pero cuando terminé, el silencio era ensordecedor.
¿Me perdí algo aquí? ¿Por qué Chase me está mirando?
—Santa mierda, Jillian. Me dijiste que no tocabas ningún
instrumento.
—Eso es porque no lo hago.
—¿Cómo llamas a ese conjunto de agudos?
Me encogí de hombros. Sabía que podía cantar medio decente, pero
también podía hacerlo mucha gente.
—Sólo estaba jugando el juego —Sonreí ampliamente—. Yo gano.
—Diablos, sí, tú lo hiciste. Quiero saber más sobre tu arma secreta.
—Es una voz, Chase. Y no hay mucho que decir al respecto.
—Parecía que estabas adorando esa canción. Eso es lo que llamo
pasión. ¿Con qué frecuencia la usas? No puedo imaginarte cantando todos
los días a los trajes.
—Tienes razón sobre eso.
—Ya has admitido que no amas lo que estás haciendo. ¿Por qué no
persigues lo que amas?
Como si fuera tan fácil. Su idealismo juvenil estaba mostrándose,
golpeándome descaradamente en la cabeza.
10
para algo más que la cerveza, así que era perfecto. Corté una rodaja de lima,
apreté y solté en mi vaso.
—Ya era hora —dijo, terminando la galleta y un chip de tortilla
cargado—. Maldita sea, mujer. Eres difícil de complacer.
Sonreí de regreso a la barra para picar los tomates para la siguiente
ronda. Hice una pausa por un segundo. Cortar las verduras me llevó a un
ligero recuerdo, pero lo empujé a un lado con facilidad. Casi una semana y
lo estaba haciendo muy bien. Chase se estaba desvaneciendo bastante bien.
—¿Has oído de Chase todavía?
Suspiré.
—No, Perry. Te dije eso el otro día.
—Sólo pensé en preguntar de nuevo. —Saltó sobre el mostrador y
metió la mano en la lata de oliva negro—. No hemos tenido la oportunidad
de hablar mucho desde que me estrellé en tu fiesta de dos.
—Tú me enviabas un mensaje o me llamabas todos los días.
—Sí, pero no tenías nada bueno que decirme.
—Y todavía no lo hago.
Negué con los chips de tortilla en la sartén y los rocié con queso.
Planeaba hacer sólo un lote más ya que había sólo cinco de nosotros aquí y
no quería irme por la borda. Stephen ya tenía el maíz y las hamburguesas
en la parrilla.
—Por lo menos es un día soleado, y ellos no tienen que posponer el
festival de nuevo —le dije.
—Deja de cambiar el tema.
Perry empezó a balancear las piernas hacia atrás y adelante, y las
calmé con la mano. Me recordaba a Daniel cuando era pequeño y saltaba en
el cereal azucarado.
—¿Chicas, vienen o qué? —Stephen llamó desde la puerta de atrás.
—Tan pronto como termine aquí. Estoy haciendo un lote más. —Rocié
tomates y aceitunas en la parte superior, dejando las cebollas verdes fuera
por ese momento desde que Perry afirmó que vomitaría sobre ellas.
—Y estamos terminando nuestro tiempo de chicas —gritó Perry.
—Oye —dije, tirando a un lado el pelo de la frente—. ¿Qué piensas?
Ella agitó la mano.
—No hagas caso a ese niño malcriado. Tenía mocos corriendo de su
nariz. Tu frente no es tan grande.
ocurrir. Ya ha ido más allá de lo que debería. Y si sucede que jamás se pone
en contacto conmigo, lo diré también. Pero tal y como está en este momento,
las cosas están en un buen lugar. Con suerte, he visto lo último de Chase
Nolan.
—Eres una cabezota.
Encendí la luz del horno, escondidas en el interior. Suficientemente
bueno. Era un día demasiado agradable para permanecer encerrada en la
casa por más tiempo. Con las ventanas abiertas y los ventiladores en, era
bastante soportable, incluso Perry no estaba quejándose de ello, pero no
había nada como estar en el aire fresco en una tarde de ensueño. Y mañana,
estaría haciendo tiempo para trabajar en ese maldito aparato de aire
acondicionado. Estaba en la parte superior de mi lista.
Perry saltó de la encimera.
—Jills, tu estado de ánimo esa noche decía mucho. Aquí pensé que te
estaba haciendo un favor al venir temprano; sé lo golpeada que consigues
estar a veces, pero esa mirada en tus ojos... pensé que vendrías en pos de
mí con un cuchillo de carne. Definitivamente querías ser parte del desastre
por llegar a continuación.
La agarré por los hombros y la miré.
—¿Podemos dejar esto, por favor? Estaba atrapada en el momento,
pero realmente me siento aliviada que apareciste cuando lo hiciste. Así que
gracias. Tuve una gran semana, obtuve un montón de trabajo realizado, hice
una nueva comisión, y empujé a Chase de mi mente. Y en la remota
posibilidad de que él no ha decidido que tengo demasiado equipaje, voy a
dejarlo todo claro para él.
La solté y saqué una pila de platos de la alacena. Tenía la esperanza
que mis confesiones incoherentes de esa noche se habían hundido una vez
que se había ido. Chase estaba probablemente enloquecido, por ser el primer
pene en honrar un divorcio en años.
Bueno. Él debe estar asustado.
Equilibré los platos, los utensilios y la sandía en una mano y en la
otra, los nachos.
—¿Vienes? —le pregunté.
—Sólo voy a mezclar otra jarra primero.
Asentí y luego me dirigí a la puerta trasera, dándole un codazo para
abrirla. Puse todo sobre la mesa debajo de la sombrilla. El patio parecía aún
más grande sin toda la gente moliendo. Tenía un gran espacio para el
entretenimiento, pero era una multitud ligera este año. Probablemente
porque la celebración de las fiestas no era en realidad en un día festivo. Ni
siquiera valía la pena poner la red de voleibol.
11
Traducido por Jessibel
aflojar lo suficiente como para hacer algo que realmente quieres hacer. —
Ella agitó su dedo—. Recordé eso esta noche.
Puse mis manos sobre los ojos y froté con fuerza. Mi cabeza estaba
creciendo más turbia por un segundo. Sentí algo que cayó en mi regazo.
Moví las manos y vi a mi teléfono sentado allí.
—Echa un vistazo.
—Perry, ¿qué hiciste?
—Basta con mirar tus textos.
Mierda. La primera cosa que noté fue una llamada perdida a las 4:32.
Chase. Tabulé mis textos y vi uno de él poco después de eso:
¿Puedo verte esta noche?
Inmediatamente después: No es una cita.
Y entonces….
—Maldita sea, Perry. ¿Cómo diablos es que hay una respuesta de mí
cuando yo no contesté?
—Um....
Tomé una respiración profunda y leí: Vamos a Candle Park
alrededor de las 7. ¿Nos vemos?
Estaré allí, respondió.
Abrí la boca, pero no salió nada. ¿Dónde incluso he de empezar? Ella
señaló la pantalla.
—Mira, yo incluso dije “vamos” en lugar de “Voy” para que sea un poco
ambiguo. No mentiría y decir que fuiste tú.
—¿Por qué no iba a pensar que fui yo? ¡Fue enviado desde mi maldito
teléfono! —Caí en la manta y crucé los brazos sobre mi cara.
Yo la sentí a mi lado.
—Lo siento, Jills, pero me pareció que era uno de esos momentos en
los que era mejor actuar primero y explicar más adelante, así que déjame
explicar. —Ella hizo una pausa, y cuando no dije nada, continuó—. Chase,
llamó cuando estabas fuera, y yo estaba a punto de ignorarlo. Lo juro. Pero
luego envió un mensaje, y estaba justo allí para ver... iba a decirle, pero
luego supe lo terca... ehh, inflexible que estabas sobre no volverlo a ver. No
te quiero estropear las cosas. Sé que le gustas, y quiero que seas feliz, y
estoy segura de que si le das la oportunidad de conocerlo mejor, comenzarás
a ver más allá de la diferencia de edad.
Gemí. Me hubiera gustado no quererla tanto, así podía odiarla.
Ella hizo girar mi pelo alrededor de sus dedos.
—Una vez más, lo siento, Jills. Sólo lo estaba haciendo por ti, pero
eres muy confusa. No siempre sé exactamente qué hacer. Te molestas
cuando los uno y te molestas cuando los separo.
Bajé los brazos y me volví hacia ella, mi interior girando.
—Puedo decirte exactamente qué hacer: deja de inmiscuirte. Por favor.
Te lo estoy pidiendo aquí, Perry. No. Te. Entrometas. No más encuentros
casuales. No más haciéndote pasar por mí. No más cualquier cosa que tenga
que ver con Chase.
Ella cruzó su corazón.
—No lo haré. Juro por nuestra amistad. Ya he terminado ahora. El
resto depende de ti.
Yo le creí, pero todavía estaba jodida.
—¿El vestido rojo? ¿En serio? —Bueno, al menos todo tenía sentido
ahora.
Ella se rio.
—Sí, eso fue un poco más de la parte superior, ¿eh? Probablemente
fue bueno que no tomaras mi consejo y te cambiaras.
—Cierto. Porque estaba muy cerca de hacer eso. —Rodé los ojos, y ella
se rio de nuevo. Después de que el pico de adrenalina me abandonó, iba en
picada en un estado apacible—. Oh, Perry. ¿Qué se supone que debo hacer
ahora? —Dije en voz baja. Tendría que explicar a Chase que no era yo quien
quería verlo esta noche, y eso me hacía sentir como una idiota.
—No creo que fue una coincidencia que llamó hoy, cuando tú no
estabas disponible para dispararle. Creo que se supone que funciona de esta
manera.
Levanté las cejas.
—¿Estaba destinado que te hicieras pasar por mí? Vamos, Perry. Esto
no es un rollo del destino sobre amantes predestinados.
Ella se encogió de hombros cuando dos cuerpos altos se acercaron
por ambos lados. Chase a nuestra derecha y Stephen a nuestra izquierda.
Perfecto.
Estábamos atrincherados en una posición sentada, y Chase sonrió.
—Hola —dijo.
—Hola. —Miré a Stephen. Su mandíbula se estableció cuando él
disparó una mirada a Chase. No podría decir si él lo reconoció por el juego
o simplemente era sospechoso.
—Chase, éste es mi hermano, Stephen. Stephen, este es Chase... uh,
un amigo mío. Y, por supuesto, ya conoces a Perry.
—¿Estás bien? —Ese era un tema de debate, pero asentí—. Pensé que
terminaste yendo sin mí. No estabas en donde te dejé.
—Lo siento. Estas líneas eran más cortas. Pero sabes —hice otra
exploración en torno a mí—, me gustaría irme.
—¿Ahora?
—Sí, y realmente no necesito una escolta. Estoy bien. Puedes
quedarte. Soy una chica grande; soy perfectamente capaz de verme a casa.
—Como el infierno.
—Como el infierno soy un gran chica o como el demonio soy capaz.
Suspiró. No estaba tratando de ser difícil, si eso es lo que él pensaba.
Simplemente no quería que nadie nos viera. Hasta que me encontré con
Ben, la posibilidad que podrían estar al acecho ni siquiera se me había
ocurrido.
—Te llevo caminando a casa, y no quiero que te importe una mierda
sobre ello, Jillian. —Lo saludé, no estando de humor para bloquear cuernos.
Tan pronto como nos marcháramos, estaba bien. El cielo se oscurecía por
momentos. Tenía que ser casi las nueve—. Vamos a ir a tomar tus cosas y
nos vamos.
—¿No tienes que hablar con tus amigos en primer lugar?
—Ya lo hice.
Fuimos de nuevo a la zona del césped, navegando a través de las
nubes químicas y saltando sobre las personas. Les di golpes sin descanso a
los mosquitos y me pregunté si necesitaba rociarme sólo para salir con vida.
Envolví una de las mantas a mí alrededor como un manto y Chase
llevaba el resto. Él me condujo por el brazo, y una vez que lo hizo por la
acera, las pequeñas sanguijuelas nos dejaron solos.
El camino a casa me dejó, hasta cierto punto, en una zona, y para el
momento en que entramos en mi camino, era totalmente oscuro. Miré hacia
abajo para ver lo que me hizo sentir muy, muy bien.
—¿Hemos estado haciendo eso todo el tiempo? —le pregunté, al
comentar sobre la mano envuelta en la suya.
Él rio.
—Sí, bastante. No podría tenerte dando traspiés y cayendo en la acera,
¿podría?
—¿De qué hablamos?
Debo haber parecido una completa boba haciendo esas preguntas,
pero realmente no podía recordar mucho. Había sentido todo el camino a
casa una niebla adormeciendo mi mente.
Era la perfecta distracción del mundo exterior. Era alta, y aunque era
brillante, mis enormes árboles blindaban el patio lo suficiente como para
permitir la privacidad.
—Joder, Jillian. Tienes que parar.
—¿Por qué? —Él no quería tomar un respiro de esa primera vez. Él
estaba encima de mí, dándonos ninguna posibilidad de subir por aire.
Acaricié más duro, mientras tiraba de la cremallera. Necesitaba sentir
la piel caliente en mi mano. Esto era inusual para mí, conseguir estar tan
encendida tan solo por tocar a otra persona. Apenas había hecho contacto
con cualquier parte de mí desde el cuello hacia abajo, sin embargo, sabía
que estaba hinchada, que podía estallar con un pequeño pincel sobre mi
clítoris o unos pocos deslizamientos arriba y abajo de su pene. Era un
melocotón maduro que necesitaba ser arrancado ahora mismo jodidamente.
Agarró mis dos manos y las mantuvo a un lado. Su boca no se detuvo,
sin embargo. Mis labios se sentían magullados y utilizados. Chupó mi labio
inferior, pellizcando con los dientes antes de que lo soltó y se movió más
abajo. Desnudé mi cuello para él, y pasó la lengua hacia abajo. Me
estremecí, tratando de liberarse de mis limitaciones improvisadas.
—¿Son tus fuegos artificiales siempre así de largos?
Argh. Olvídate de los malditos fuegos artificiales ya.
—Deja que te toque. —Tiré mis manos, llegando a ninguna parte, pero
¿qué esperaba? ¿Pensé que lo había machacado?—. Por favor. Sé lo mucho
que deseas esto también. Puedo sentirlo. Deja que te toque.
Siseó entre dientes, y sabía que lo tenía. Tomé esa oportunidad para
poner mi boca en su cuello para ver qué le parecía. Desgaste mis labios
sobre su mandíbula y moví mis besos abajo, saboreándolo a lo largo del
camino, inhalando su aroma. Intoxicándome más; no podía explicar por qué
olía tan bien, pero era vertiginoso.
—¿Seguro que no llevas ninguna colonia? —La fragancia era una
reminiscencia de la última vez pura lluvia mezclada con tierra fresca y
especias. Era un ramo de todas mis canciones favoritas atadas con un
hermoso arco, y quería embotellarlo y ponerlo en mi caja de recuerdos.
—No.
—Bueno, funciona en ti. Mucho. —Molí mis caderas contra él, girando
con todo lo que tenía—. Por favor, Chase, simplemente deja que te folle. —
No estaba por encima rogando en ese mismo momento. Él lo ansiaba tanto
como yo, de eso estaba segura.
Un sonido profundo y gutural salió de él, y él soltó las manos y deslizó
las suyas por debajo de mi camisa. El broche delante de mi sujetador se
abrió, y entonces él estaba tocando mi espalda, empujándome hacia
era en este momento—. Y no estoy en nada, desde que tenía treinta años, y
conozco mi cuerpo muy bien y...
¿Qué carajos, Jillian? Deja de hablar. Estaba nerviosa, balbuceando,
y, sin duda, aniquilando el estado de ánimo. Matando mi oportunidad de
todas aquellas futuras conexiones con él.
—Eso es caliente.
O no...
—Quítatelo —dijo en una voz cruda. Me deslicé de encima y me
levanté, dejando caer mi ropa interior y pantalones cortos empapados—.
Todo, Jillian.
Él observó con los ojos entornados mientras sacaba mi camisa sobre
mi cabeza, el puño envuelto alrededor del músculo que me sorprendía tanto.
Me preguntaba si alguna vez me acostumbraría a ella. Si me sentiría
mareada cada vez que lo veía y sentía su fuerza. Esta fue la segunda vez,
pero maldición...
Saqué el sujetador de mis hombros y eché a un lado mis
inseguridades. No, no eran turgentes de veinte años de edad, las tetas, pero
a Chase no parecía importarle. Me concentré en la forma en que las miraba,
no en la forma en que yo lo hacía.
Sacó el condón y lo hizo rodar sobre su pene. Luego dobló el dedo.
—Ven aquí. —Me sentí un poco fuera de equilibrio porque él todavía
estaba completamente vestido, mientras que yo no lo estaba. Su pene era la
única cosa expuesta, e incluso estaba cubierto ahora. Puede haber sido una
necesidad, pero también era una vergüenza para enmascarar algo tan
magnífico.
Dios, Jillian, es sólo un pene. No hay necesidad de adorar como si fuera
la cura para el síndrome premenstrual y la menopausia todos envueltos en
uno.
Me senté a horcajadas sobre mis rodillas sobre su regazo, bajándome
hasta que la punta me penetró. Agarró el asimiento de mis caderas y me
trabajó más hacia abajo, avanzando poco a poco hacia él lentamente,
controlando el movimiento hasta que quería gritar.
Me sentía por dentro tan llena, pero no fue suficiente. Yo quería
tomarlo contra mi cuerpo con fuerza, experimentarlo por completo. Me dio
un poco de margen para ondular mi torso mientras él jugaba con mis
pechos, retorciendo mis pezones hasta que dolieron con el placer.
Chase, tomó el control de nuevo, ligeramente inclinado hacia atrás lo
suficiente como para sentir exactamente lo que necesitaba. Me golpeó en
todos los lugares correctos, haciendo replantearme todo sobre es solo-un-
12
Traducido por Jessibel
—Pero... ¡pero iba a hacer eso hoy! —Creo que mi voz rayaba los gritos,
pero no estaba segura de si así es como sonaba dentro de mi cabeza—. Soy
totalmente capaz de arreglarlo yo misma.
Chase, levantó las manos.
—Cálmate, Jillian. Sé que eres capaz. Solo pensé que podría ayudarte
un poco, eso es todo.
—Bueno, pensaste mal.
Irrumpí de nuevo en mi habitación y cerré la puerta. Me dejé caer en
la cama, y luego me hice un ovillo. ¿Qué estaba mal conmigo? A mi SPM le
faltaba una semana para llegar. ¿Fue mi reacción irracional? Posiblemente
la forma en que me expresé, pero maldita sea; se suponía que era mi
proyecto, y él me lo quitó.
Cerré los ojos, necesitaba desesperadamente agua, pero necesitaba
evitar a Chase aún más. Dijo que se iba a ir pronto de todos modos. La
beberé entonces. Apreté los puños. No tenía por qué quedarse otra vez sin
preguntarme primero. Maldita sea, puedo cuidar de mí misma.
Miré a través de mis párpados, creyendo oír la puerta de un coche.
Esperé unos minutos más y luego me dirigí a la ventana. No había nada en
el camino de entrada. Cuando miré el reloj, me di cuenta de que era... ¿la
una? Mierda, nunca he dormido hasta tan tarde. Debo haberme quedado
dormida de nuevo. Bueno, al menos sabía que Chase se había ido.
Mis tripas se retorcían. Me sentía físicamente como basura, y lo
merecía. Había actuado como una perra con él. Fui a la cocina y agarré mi
agua, bebiendo tres vasos rápidamente. Me di cuenta que la cafetera estaba
llena. Me acerqué y palmeé el cristal. Estaba frío. Era evidente que lo hizo
hace varias horas. Me deshice de ella e hice una nueva.
Domingo. Era domingo. A veces trabajaba si el estado de ánimo lo
permitía, lo que ocurría casi siempre. Hoy no sería uno de esos días. Iba a
plantar mi culo perezoso y no hacer nada. Excepto ducharme. Me sentía tan
sucia en el exterior como en el interior.
Lancé una pizza congelada en el horno antes de ir al baño para lavar
mi cuerpo. Tendría que faltar a la cena familiar de esta noche, y también me
hizo sentir horrible. Pero tenía que hacerlo; pensé que sería mejor para todos
si permanecía en cuarentena por el día de hoy.
Puse el agua tan hirviente como pude y me coloqué debajo. No sabía
si debía llorar o tirar cosas o pedir disculpas. Técnicamente, Chase no hizo
nada malo, pero ¿quién se creía que era reparando mis cosas por su cuenta?
Tal vez solo debería darle mi tostadora reventada para que la reparase o
entregarle mi cortadora de césped que necesita ser afinada. ¿Se creía que
era el señor Handyboy?
resolviese nada. La caja estaba puesta a mis pies, y de vez en cuando, quería
abrirla y echar un vistazo al vestido. Incluso lo tuve en mis manos una vez,
lista para sacarlo y probarlo, pero por suerte volví en mí. Si no lo hubiera
hecho, algo loco podría haber sucedido. Podría haber decidido mantenerlo.
Incliné mi cabeza hacia atrás en la silla. Mi habitual y productivo día
estaba siendo absorbido por un agujero negro. Mi mente no podía
concentrarse.
El vestido tenía que regresar a él, eso estaba claro. Era demasiado
personal. Su función consiste en quitar mi ropa, no agregarla. Golpeé mis
dedos contra mi barbilla. Sabía que él vivía en el lado este, y probablemente
podría encontrar su dirección, pero no quiero ir allí y enfrentarme a sus
compañeros. Podría llevarlo a la escuela. Él daba clases los viernes.
Me enderecé y agarré la caja. Eso es lo que haría. No podía mantenerlo
allí por más tiempo o de lo contrario me lo probaría. Estaba segura de ello.
Manejaría hasta allí y, o bien se lo daría a él personalmente o lo dejaría con
el personal de la oficina. Arreglé el vestido muy bien entre todo el papel,
dejándolo exactamente cómo lo había encontrado.
Era el momento de tomar un descanso de todos modos, sin tener en
cuenta el hecho de que todo el día había sido una larga sesión perdida. Fui
hasta el garaje, me convencí de que esto era absolutamente lo que tenía que
hacer. Que necesitaba devolverlo con gracia y luego poner algunas reglas
básicas.
Y realmente esperaba que las aceptara, porque si no, estaba segura
de que extrañaría ese cuerpo duro que tenía.
13
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Jessibel
Tocó sus labios, y lamí los míos sin querer. —Después del show te vi
sosteniéndolo, con una gran sonrisa en tu cara. Te reconocí, y… y no voy a
repetir los pensamientos que estaban en mi mente. —Se inclinó—. No aquí.
La quemadura de su contacto inicial se extendió como un incendio.
—Y después me recibiste en la azotea. —Con sus ojos verdes y manchas color
oro. Mi coño se apretó.
—Y después te conocí en la azotea.
La puerta se abrió, y retrocedí, mi corazón golpeó contra mis costillas.
—Eh, ¿señor Nolan? Creo que han pasado más de unos minutos.
—¿Los niños aún están en su merienda? —Ella asintió—. Entonces te
agradecería si pudieras sentarte con ellos unos minutos más. Estoy
ocupado.
Chase cerró la puerta cuando ella la dejó entreabierta. Tomé una
respiración profunda. Cassie era la distracción que necesité. —¿Entonces,
volviste allá y me compraste el vestido justo después de…?
Se apoyó contra la pared. —No, lo compré más tarde. Conozco la
tienda; esta cerca de mi casa. Iba a contarte sobre eso, pero los planes
cambiaron cuando necesitaste algo que vestir. Decidí comprar el vestido.
—De acuerdo, bueno, aprecio el gesto. —Traté de devolver la bolsa,
pero no prestó atención—, pero no tenemos ese tipo de… arreglos. No es
apropiado que me compres cosas como esta.
—¿Te haría sentir mejor si me pagas?
Oh. No había pensado en esa opción. —En realidad, sí. —Giré mi bolso
y lo desabroché. Podría quedarme el vestido y mis principios. Sería ganar y
ganar.
Apoyó su mano en la mía. —No con dinero, Jillian. Dejándome llevarte
algo para cenar. Sábado. A Las siete en punto.
Dios, ¿estábamos de vuelta en esto? —¿Qué pasa contigo y la cena?
—Me gusta comer.
Cerré los ojos y me acerqué. Maldición, Chase. ¿Qué estás haciendo
conmigo y mi cabeza y mi… todo?
—Mira —dijo—. Necesitabas algo que ponerte, y ahora lo tienes. Te
gusta el vestido, y a mi me va a gustar en el suelo. No olvides la promesa
que hice.
14
Traducido por Cjuli2516zc
Corregido por Jessibel
incluso mis párpados parecían más altos. Eso es todo, estaba declarando
que este vestido era mi atuendo oficial desde ahora hasta siempre.
—Me encanta verte así, Jills.
—¿Así cómo? —Recorté la parte delantera de mi cabello, solo para ver
cómo se vería.
—Toda mariposa, en el buen sentido. Emocionada de ir a su ci... uh,
cena.
Miré su reflejo. Estaba apoyada sobre los antebrazos, con las piernas
colgando por el costado. —Perry, si hay alguna excitación dentro de mí es
por lo que pasará más tarde de vuelta aquí. No podría importarme menos la
parte de la cena. De hecho, casi lo estoy temiendo.
Ella sostuvo su puño hasta su boca y tosió: —Mentira.
—Oye, ¿de qué lado estás?
—Del tuyo. Por eso me encanta verte así. —Ella saltó y fue a mi
armario—. Y sé que Stephen vendrá eventualmente.
—No hay razón para que él lo haga. Todos sus puntos son válidos, y
estoy de acuerdo con él.
—Sus puntos son estúpidos. Es cinco años mayor que yo, ¿pero tiene
un problema porque eres mayor que Chase? Suena un poco sexista, si me
lo preguntas.
—Cinco años es diferente de quince, y no es la diferencia de edad; es
la edad del chico con quien estoy durmiendo. Lo que Stephen ni siquiera
sabe que estoy haciendo, y si él supiera que iba a salir con él esta noche,
tendría todo el derecho a darme un tiempo difícil. —Perry tenía su espalda
hacia mí, barajando mis zapatos, pero pude sentir sus ojos ponerse en
blanco—. Deja de poner tus ojos en blanco. Ni siquiera debería estar
durmiendo con él en absoluto, incluso casualmente. No estoy usando mi
mejor juicio, y debería saberlo mejor.
Sin embargo, había decidido hacerlo de todos modos. En ese momento
estaba dejando que mi cuerpo tenga la última palabra, pero sólo en forma
temporal. Todo terminaría una vez que mis glándulas dejaran de funcionar
como las de un adolescente o Chase huyera en busca de pastizales más
jóvenes. Lo que ocurriera primero.
Hasta entonces, bien podría tener mi ración.
—El sexo es impresionante, ¿eh?
15
Traducido por Jessibel
Sonrió.
—¿No lo son todas las mujeres?
Momento para sacar las armas grandes.
—¿Recuerdas en Candle Park, el chico con el que estaba hablando
justo antes de irnos? —Él asintió con la cabeza—. ¿Quién te pareció que
era... un ex-romance?
Chase escupió en su bebida.
—No, eso ni siquiera había pasado por mi cabeza. —Levantó una
ceja—. ¿Un ex que te dice señora Hudson?
—Tal vez fue una situación de señora Robinson.
Él negó con la cabeza.
—¿Qué está pasando contigo, Jillian?
—Ese chico, Ben, es un buen amigo de mi hijo. —Espera, espera.
Hmm... Nada—. Técnicamente, es mi hijastro, pero he criado a Daniel desde
que tenía dos años y no podría amarlo más si fuera mi hijo biológico. Sin
entrar en demasiados detalles, soy más o menos la única madre que ha
conocido.
Chase estuvo en silencio durante unos minutos, y me quedé
esperando a que saltara y dijera a la Reina del Sur que había cometido un
error.
—¿Las fotos en tu biblioteca, son de Daniel?
—Sí. —Me di cuenta que las vio en algún momento. No las estaba
escondiendo, pero tampoco las empujé en su rostro. Por lo que Chase sabía,
podrían haber sido de un hermano pequeño o sobrino o—... ¿Por qué no me
preguntaste quién era? Pareces preguntarme todo lo demás.
—Me di cuenta que me dirías cuando quisieras.
Sonaba razonable. Ya había sido un poco idiota cuando arregló el aire
acondicionado; pude ver que es un poco receloso preguntándome cosas
personales.
—Y ahora te lo conté —le dije.
—¿Lo voy a conocer?
Mi boca se abrió y se congeló allí un rato. Su pregunta había venido
lanzada a mí cien millas por hora tomándome desprevenida.
—Eh, está en la escuela en este momento. En Italia. —Y es solo tres
años más joven que tú. Y no lo avergonzaré de esa manera. Y tú y yo
habremos terminado de tontear mucho antes de que esté en casa de todos
modos. Por lo tanto, en otras palabras, por supuesto que no.
—¿Qué estudia?
—Comercio Internacional.
Sabía que había mucho más que quería preguntar, su cara se retorcía
con pensamientos no expresados. Nos sentamos uno frente al otro en un
incómodo silencio; el ambiente agradable había desaparecido. Por lo menos
para mí. Delilah se había esfumado, y casi me hubiera gustado que viniese
a entrometerse. Estaba tan incómoda. Quería irme.
—¿Algo más que quieras decirme? —preguntó—. Para mostrar tu
complicación, quiero decir. Porque si estás tratando de asustarme, voy a
necesitar más que eso.
—¿Eso no fue suficiente? —Lo miré con los ojos abiertos. No tenía
nada más que tirarle en ese momento. ¿En qué universo no era un desastre
estar durmiendo con un chico solo tres años mayor que tu hijo?
—No, ¿y sabes por qué no es suficiente? —Negué con la cabeza.
Sinceramente, no lo sabía, pero me gustaría averiguar el secreto mágico. Tal
vez era un chiflado. Nada molesta a esas personas—. Porque no hay nada
que me hayas contado hasta ahora que cambie cómo me siento. Estás
siendo la mujer que me gusta. Bastante. Me sigues pareciendo interesante
y sexy. Me gusta mucho tu compañía, ya sea que estemos conversando en
una mesa o follando sobre ella.
Lancé mis ojos alrededor, pero nadie nos prestaba atención.
—Por lo tanto, ¿todavía quieres venir a casa conmigo? —El hecho de
que no quisiera seguir en el restaurante con él no significaba que había
renunciado a él por completo. Todavía estaba lo suficientemente loca para
querer el placer alucinante. Chase no estaba corriendo por las colinas, sin
embargo, y todavía tenía un puñado de meses antes de que Daniel regresara.
Lo que viniera primero...
Se inclinó hacia delante y tomó mi mano, acariciándola con el pulgar
mientras abría las compuertas.
—Solo si quieres mi boca en tu coño.
—Vamos.
16
Traducido por Zara1789 & Cjuli2516zc
2 Pumas: Es una expresión del argot para definir a las mujeres que buscan una pareja
más joven.
se fue seis meses más tarde con un nuevo músculo brillante con la forma
de la polla de Mike.
—¿Algo gracioso? —preguntó.
—No.
No había nada incluso remotamente humorístico sobre esto. Y tuve
que recordarme que no había pruebas de que me engañara, así que no podía
ser una perra al respecto. Pero tenía todo el derecho de ser una sobre otras
cosas. Me dejé caer en el sofá opuesto.
»Maldita sea, Mike. No puedes aparecer cuando quieras sin ser
invitado. ¿Cómo te sentirías si te hiciera eso?
Estaba dispuesta a meterme con él, pero todo su comportamiento
cambió, y se desplomó de nuevo.
—Lo sé. No lo haré de nuevo, lo prometo. Y te devolveré la llave.
—Mike, ¿por qué estás aquí? —pregunté con un tono más suave.
Se pasó las manos por la cara.
—Creo que Candace podría estar jodiéndome.
Tuve que morder el interior de mis mejillas para no reírme. Eso era
gracioso. Tomé un largo trago. Maldición, sin embargo, su larga cara
absorbió toda la diversión de esto. Quería regodearme, arrojarle “lo que se
va, vuelve”, aunque no tenía pruebas, pero no era cruel.
—¿Por qué piensas eso?
—Bueno, lo que debería haber dicho es que me preocupa que lo haga.
Volví la cabeza hacia atrás, golpeándola contra la pared.
—Eso no es lo mismo.
¿Arruinó mi festival de orgasmos por eso? ¿Porque es inseguro y
paranoico?
—Es solo que... No sé qué hacer, Jillian. —Se pasó las manos por el
pelo—. Me está presionando duro para casarme, quiere formar una familia
antes de que sea demasiado tarde. ¿Y qué sucede si no le doy lo que quiere,
y se va a otra parte a buscarlo?
—La cosa de la familia es comprensible, Mike. —La estimé de mi edad,
tal vez un poco mayor. Era difícil distinguirlo por su cara porque sus labios
se interponían. Sé agradable, Perry. Pero a pesar de todo, su reloj biológico
estaba marcando—. Y en cuanto al matrimonio, ha sido... uh, más de un
año.
O más.
—Sé todo eso, pero no estoy listo para nada de ello. Creo que ni
siquiera quiero empezar de nuevo.
—Entonces, dile eso a ella.
Sacudió su cabeza.
—Y tengo la sensación de que a Daniel no le gusta demasiado, pero
probablemente no le gustaría nadie que no seas tú.
Sabía que no lo hacía, pero no lo mencioné. No era mi estilo patear a
un hombre cuando estaba tirado.
—Tienes que decirle cómo te sientes, Mike. No la encadenes solo
porque te preocupa que encuentre a alguien más. Eso no está bien.
—No sé por qué las cosas no pueden simplemente permanecer igual.
Dejé que se mudara conmigo. ¿Eso no es suficiente?
—Aparentemente no. Y es a ella a quien deberías hacerle estas
preguntas. —Las luces de los faros cruzaron a través de la habitación
cuando un auto pasó por el frente de la casa, haciéndome pensar en el auto
rojo cereza en mi entrada—. ¿Es su auto el que estás usando esta noche?
Asintió.
—El mía está en el taller.
—¿Dónde cree que estas?
—En casa de un amigo.
—Probablemente no fue lo mejor mentir, ¿no crees? —Por el bien de
ambos. No conocía a Candace demasiado bien. ¿Y si ella era un psicópata
delirante? Combina eso con una mujer despechada y podrías tener que
empezar a buscar un guardaespaldas de inmediato, mucho antes de que los
conejitos muertos comenzaran a aparecer en el porche delantero.
—Eso no es una mentira. ¿No somos amigos, Jillian? Bueno, tal vez
no tu definición de un amigo...
Y aquí vamos de nuevo.
—No estamos hablando de esto, Mike. Chase no es de tu incumbencia.
—Estoy en desacuerdo. Es de mi incumbencia, por Daniel. —Abrí mi
boca, pero Mike me cortó antes de que pudiera hablar—. Son de la misma
edad, Jillian. La misma edad. ¿Cómo vería eso Daniel? Tienes que pensar
en él.
Empujé mi cuerpo hacia adelante y agitó mi botella alrededor. Quería
golpearlo en la cabeza.
—No te atrevas, Mike. No tienes derecho a decir que no estoy
pensando en nuestro hijo. Eso es todo lo que he hecho. Crie a ese chico
mientras estabas fuera todo el tiempo. Yo era más parte de su vida que tú.
Así que no te atrevas.
—Estaba pasando por la residencia, construyendo mi práctica. Estaba
trabajando, Jillian. No es como si estuviera jugueteando por la ciudad.
—¿Crees que no lo sé? ¿Pero tener el descaro de decir que necesito
pensar en él? —Dios, iba a reventar pronto. Estaba tan enojada que mis ojos
estaban cruzándose.
Mike levantó y bajó sus manos como para decirme que me
tranquilizara. Le disparé una mirada de muerte.
—Lo siento, realmente. Todo salió mal —dijo en voz baja—. No podría
haber hecho nada sin ti, Jillian. No podría haber pedido una mejor madre
para Daniel. No importa qué, siempre te amaré por eso.
Sentí que me desinflaba un poco, luego drené el resto de mi botella.
Todo estaba tan jodido. ¿Cómo podría estar tan atraída por Chase? ¿Qué
estaba mal conmigo?
—Lo entiendo. Realmente lo hago. Es bueno tener una distracción, y
sé lo mucho que extrañas a Daniel.
—Eso no es…
—Por favor. No te estoy atacando. Lo prometo.
Crucé mis brazos. ¿Por qué molestarse en defenderme cuando
probablemente solo me cortaría de nuevo? Daniel no era la razón por la que
me gustaba Chase. Perry y yo ya pasamos eso con la prueba de la leche y
las galletas. No quería ser su madre. No quería arroparlo por la noche y
cantarle canciones de cuna. No quería cambiar sus pañales. Me gustaba
Chase por una razón y una sola razón: Sexo. Montones y montones de
“duro-bombeo, quita-aliento, curvador-dedo-del-pie, estrellarte-en-tu-
espalda-y-hacerte-gritar” sexo.
—Es solo que me importa —continuó—. No quiero que te metas
demasiado. Sabes que lo que haces no puede durar. No es a largo plazo, y
si te olvidas de eso, podrías resultar herida.
—Me voy a la cama. —Me levanté y alisé mi pelo—. Puedes dormir en
el sofá. Después de eso, me gustaría que te fueras. —Me dirigí por el pasillo
hacia mi habitación.
—Jillian…
—Buenas noches, Mike.
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
—Escucha, no quiero cortarte, pero tengo que irme por un rato a la tienda.
Puedes esperarte aquí si quieres.
Ella entrecerró sus ojos hacia mí. —¿Por qué no puedo ir contigo?
Suspiré, dejando caer mis hombros. —Está bien, pero tienes que
prometerme que no me vas a hacer pasar un mal rato por lo que quiera
comprar.
Sí, como que eso no iba a suceder nunca.
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
—Lo sé, Jillian. —Su voz era apenas audible mientras se deslizaba
dentro de mí. Su cuerpo se sacudió mientras me llenó, mientras presionaba
más y más profundamente. Por un momento, me preocupó que su decisión
le asustase, que estuviese arrepintiéndose de su impulsividad. Hasta que vi
su cara. Se metió dentro de mí suavemente, luego con más urgencia. Nunca
había experimentado algo tan delicioso, y sabía que él sentía lo mismo.
—Lo sé, Jillian —repitió—. Pero a veces me gustaría que lo hicieras.
20
Traducido por Jessibel
cosa que compré después del divorcio. Necesitaba un nuevo comienzo, algo
que fuera mío ya que había decidido mantener la casa. Cuando todo esto
con Chase estuviera dicho y hecho, ¿tendría que salir y comprar otra nueva?
Estaba siendo tonta y melodramática. Una aventura de siete semanas
difícilmente podía compararse con un matrimonio de diecisiete años. No era
el sexo increíble lo que contaba; era la intensidad de los sentimientos
cuando no estaban teniendo relaciones sexuales.
Mierda, estaba en problemas.
Cuando estaba debatiendo qué hacer, me envió un mensaje: Buenos
días. Bueno, eso simplifica las cosas. Enviar mensajes de texto era más fácil
que llamar. Era tan infantil.
Buenos días. No te escuché salir.
Dios, ¿por qué incluso menciono eso?
Estabas fuera de combate. Espero que hayas dormido bien.
Toqué entre mis piernas. Se había venido dentro de mí anoche y cada
parte de mí todavía lo sentía. Maldita sea, lo echaba de menos.
Lo hice, respondí.
¿Hasta qué hora estás trabajando esta noche? ¿Puedo verte?
Sentí una oleada en hacer esto de nuevo. Estaba segura por otra
semana, pero sólo porque no podía quedar embarazada, ¿eso significaba
realmente que estaba a salvo? Podría haber cometido un estúpido, un
estúpido error. Le había permitido entrar en mi cuerpo de una manera tan
personal, y obviamente estaba atormentando mi cordura. Deberíamos
habernos quedado en follar duro. La próxima vez será al estilo perrito. Sin
besos, sin contacto visual, toques mínimos.
Debería haber terminado para las 6. ¿Qué hay de ti?
Me quedaré en casa todo el día trabajando en el itinerario de
otoño, envió.
Tal vez debería hacer una parada y ayudarte con eso, así no
conseguirás equivocarte.
Mierda. ¿Fue eso demasiado coqueto? Pero estaba interesada en la
programación que estaba planeando para el próximo año escolar.
¿Seguiríamos durmiendo juntos entonces, a todo un mes de distancia?
Deberías. Estas son mentes jóvenes impresionables y no quiero
echar a perder algo. Necesito tu ayuda.
Sonreí. Bueno, es hora de volver a la pista.
¿En mi lugar de 8 a 10?
Miré la hora: 6:17. Chase, nunca llegaba tarde. Nunca. Algo estaba
pasando. —Realmente tengo que irme y cambiarme de ropa ahora. Gracias
de nuevo por dejar la llave.
Estaba a mitad de camino antes de darme cuenta de que me seguía
como un perrito. —Oye, ¿necesitas alguna ayuda para limpiar el desorden
o algo así? —Preguntó.
¿Me está tomando el pelo? ¿Qué pasaba con los hombres hoy?
¿Estaba emitiendo un ambiente de "Tengo sexo sin sentido"?
Me gire para mirarlo. —¿Qué está pasando, Mike? ¿Se trata de
Candace de nuevo?
—Bueno, ahora que lo preguntas...
Me enderecé y entré en la casa. Apenas habíamos hablado desde antes
del divorcio, y ahora, ¿era mi amigo? Me quité los zapatos de tacón, y me
dirigí directamente a la habitación para quitarme el traje. Para mi sorpresa,
Mike me estaba esperando en la sala de estar cuando salí.
Me senté allí escuchándolo físicamente divagar sobre su angustioso
compromiso, pero el resto de mí estaba en otra parte. Cerca de las siete,
recibí un mensaje de texto.
Lo siento te he echado de menos, Jillian. Estaré allí más tarde
para explicarte todo.
Me quedé mirando la pantalla. No lo creo. Claro, éramos casuales, pero
eso no quería decir que podía volar fuera con otra persona y esperar que yo
lo esperara pacientemente mientras lo hacía. Sería una puta mucho antes
de ser el felpudo de algún tipo.
—¿Pasa algo? —Preguntó Mike.
—No, está bien. —Dejé el teléfono y apoyé la cabeza hacia atrás.
Odiaba que esto me afectara, pero ¿qué esperaba?
—Y todavía no entiendo por qué me estás diciendo estas cosas y no a
la persona que debe ser.
—Es más fácil hablar contigo.
De esa manera, hizo una pizca de sentido. Me froté los ojos. Entre
anoche y el día de hoy, estaba agotada. No fue mucho más tarde antes de
recibir una llamada entrante, que rechacé, y luego otro mensaje.
¿Jillian?
Mike me dio una mirada. —Hay algo mal. ¿Esto tiene que ver con tu,
eh, amigo? —No respondí; era la última persona con la que hablaría sobre
Chase—. ¿He mencionado que lo vi hoy en Santa María?
Mi cabeza se giró hacia los lados. —¿Qué? No. ¿Cuándo?
—Al menos creo que era él. Estaba corriendo cuando me iba.
—Demonios, Mike. ¿Cuándo? —Esos niveles de frustración estaban
llegando a su punto máximo. ¿Había esperado hasta ahora para decir algo?
—Cálmate. No lo sé. Antes de venir. ¿Alrededor de las cinco tal vez?
Salté y metí mi teléfono en mi bolso, sacando las llaves del coche. —
Arriba, Mike. Ahora. Tengo que irme.
21
Traducido por Jessibel
Fui al lado de Hazel y le di un vistazo una vez más. Parecía estar bien.
—Hola, cariño. —Empujé el flequillo de su frente—. ¿Cómo te sientes? —
Tenía tantas preguntas.
—Bien.
De repente recordé el llavero descansando en mi bolso. Perfecto.
Busqué la guitarra rosa y pulsé el botón, activando la música. Su rostro se
iluminó cuando se lo di. —Esto es para ti, Hazel.
—Oh, gracias. ¡Me encanta!
Una cosa tan simple, pero parecía hacerla feliz, e hizo que mi corazón
se hinchara. Su abuela, Linda, entró entonces, toda nerviosa y agobiada. No
oí lo que le dijo Chase, pero después de un saludo y una docena de
agradecimientos, salí de la habitación con Chase saludando.
—Adiós, Hazel —dijo Chase, y nos saludó a los dos. Tan pronto como
estábamos en el pasillo, dejó la caja de la guitarra y me atrajo hacia él—.
Eso fue impresionante por tu parte, Jillian.
—¿Qué, el pequeño llavero? Fue sólo... —Me besó entonces, y dejé que
todo el peso se disolviera. Todo lo que había acumulado en mí desde el día.
Lo que quedaba era puro sentimiento de culpa y retrocedí—. Chase, siento
no haber respondido antes, yo...
Puso su dedo sobre mis labios, silenciándome de nuevo. —Está bien.
Me encanta que estés aquí ahora.
—¿Qué pasa con Hazel?
—Ven, caminemos. —Tomó su maletín y tomó mi mano—. No es nada
que no se espera de vez en cuando. Ella tiene una enfermedad renal y sufre
recaídas. El marido de Linda murió hace un par de años, por lo que es el
único sostén de Hazel. No puede permitirse el lujo de dejar su trabajo todo
el tiempo o lo perdería. Es entonces cuando intervengo. Me quedo con Hazel
hasta que Linda pueda llegar allí. Nunca voy a permitir que esté en este
lugar sola si puedo evitarlo.
—¿Va a estar bien?
—Soy optimista. —Apretó mi mano—. Quería hacerte saber antes por
qué tuve que posponer, pero yo...
—Detente, Chase. —Esta vez, lo interrumpí. Sé que nunca trataría de
hacerme sentir como un pedazo de mierda, pero así es exactamente como
me sentía—. Lo que estás haciendo es maravilloso. Fui yo quien saltó a
conclusiones después de pasar por tu casa.
—Así que, ¿realmente te detuviste de nuevo? —Parecía muy feliz por
eso. Se me ocurrió entonces que corrió a ver a una chica joven. Una muy
joven. No sabía si reír o llorar.
—Sí. La madre de Hazel murió cuando ella era apenas un bebé. Una
sobredosis de heroína.
Mierda. Mi corazón se encogió. Quería hacer algo más por esa
muchacha que solo darle un pequeño llavero.
—La madre de Daniel también se fue. Él tenía sobre un año y medio.
—Chase cambió su cuerpo hacia un lado y me miró. Me miró con el iris del
color de la hierba más suave del verano. Siempre me hizo sentir como si
estuviera tan interesado en lo que tenía que decir, y eso me hizo sentir lo
suficientemente cómoda como para decirlo—. Aunque, en su caso, no
sabemos si está viva o muerta. Ella estaba en mal estado. Solo decidió que
no quería ser madre, empacó y se trasladó a Florida con un tipo. Mike nunca
supo de ella y nunca la siguió. No estaban casados, y pensó que Daniel
tendría una vida mejor sin ella.
Me quedé sin aliento, estudiando su expresión. Estaba revelando más
de lo que haría normalmente, y no sabía cómo interpretar eso. Él sonrió y
me dio un beso ligero, y me animó a continuar.
—Entré en la vida de ese niño cuando tenía apenas dos años y yo
veinte. Mike y yo nos casamos poco después. Daniel ni siquiera la recuerda.
Soy la única madre que ha conocido.
Chase acarició mi pelo. —Eso fue mucho para asumir en esa edad.
—Él significa el mundo para mí, Chase. Tengo que creer que he
cambiado su vida. Sé que él cambió la mía.
—¿Y tú ex? ¿Qué ocurrió allí?
Una parte de mí quería encintar mi boca; demasiado estaba siendo
derramado. Pero la parte que me instaba a hablar es la parte que ganó.
—Solía reírme y decir que era un paquete. Si quería estar con Daniel,
entonces tenía que aceptar a Mike. Fuimos buenos padres, pero no los
mejores compañeros de matrimonio. Una vez que Daniel fue un adulto, no
parecía haber ninguna razón para permanecer juntos.
Entre otras razones. No iba a entrar en la supuesta aventura porque
honestamente, no podía echar toda la culpa a mi ex. Nuestra relación había
terminado mucho antes que Candace entrara en su oficina. Si alguna vez
comenzó en primer lugar. Incluso desde el principio, de mi corazón nunca
brotaron piernas y estalló en un baile feliz cuando Mike puso sus labios o
los ojos en mí.
Esperé para ver si Chase preguntaba más al respecto, pero no lo hizo.
Creo que fue bastante auto explicativo. Quería a Daniel en mi vida más de
lo que hubiera querido a su padre.
Las estrellas estaban afilando, pintando un retrato a través del cielo
manchado de tinta. Era un espectáculo impresionante, y teníamos los
22
mis cosas favoritas, me llevó hasta la orilla del lago, y caminamos por la
playa. Nos sentamos y vimos las olas durante un rato y luego uno de esos
aviones volando. Ya sabes, ¿del tipo que siempre pensé que era tan cursi?
Escribió un mensaje, ¿Quieres casarte conmigo? Al principio, pensé que no
era para mí, porque no tenía nombre. Miré alrededor de la playa, en busca
de otra pareja, pero todo lo que vi fue a tu hermano arrodillado. Juro que
casi pierdo la cabeza, Jills. Casi comienzo a lloriquear sobre la maldita
arena. Él me dijo que era el aniversario de la primera vez que me dijo, “Te
amo”. Estábamos en la misma playa cuando sucedió también. No puedo
creer que recordara algo así.
Guau, no podría tampoco. Stephen me dijo que estaba tratando de
hacer la propuesta increíble para ella, pero no tenía ni idea de que lo hubiera
hecho tan bien. Estaba tan feliz por los dos que quería explotar todo el lugar.
—Y el anillo... Oh, Dios mío, es precioso. Honestamente, no me habría
importado si se trataba de una caja de Cracker Jack, pero después de verlo,
me alegro de que no haya sido así. Es tan... mío. Él me entiende, Jills. Nunca
he tenido un hombre tan dentro de mí, y nunca lo dejaré ir.
Mi sonrisa era enorme. —Sabía que sería perfecto para ti —dije sin
pensar. Mierda.
—Espera un momento... ¿Sabías de esto?
—Um...
—¿Me dejaste sufrir todo este tiempo y no dijiste nada? ¿Pensé que
eras mi mejor amiga? ¿Pensé que me amabas? Yo creía...
—Basta, Perry. Te amo; es por eso por lo que no te lo dije. No sabía
ningún detalle, solo vi el anillo y sabía que estaba planeando algo. No quería
quitarte la magia dejándote saber de antemano. ¿Crees que te habrías
emocionado así, si cada segundo que estabas con él, te preguntabas
constantemente si ese era el momento?
—Bueno, cuando lo pones de esa manera... supongo que puedo
perdonarte ya que serás mi hermana oficialmente. Y estoy demasiado
contenta para estar molesta en este momento. Pero lo traeré de regreso
algún día, de alguna manera.
Ella sonrió, y sabía que todo estaba bien. —No puedo esperar a ver el
anillo.
—Acabas de decir que ya lo hiciste.
—No mientras estaba en tu dedo. —Entré en mi oficina y apoyé la
cabeza contra uno de los grandes ventanales. El sol saldría pronto.
—Es verdad. ¿Cuáles son tus planes hoy? Además del sexo por la
mañana.
23
Traducido por Jessibel
es mejor que sigas viendo a Chase, porque él te hace feliz, y lo último que
voy a querer es una perra dama de honor.
Una lágrima rodó por su rostro, y le di un abrazo. —Oh, Perry. Suena
perfecto. Sería un honor. —Sabía que mi hermano la amaba tanto como ella
lo amaba, pero que él la hiciera tan dichosamente feliz me hizo querer llorar
junto con ella.
—Bueno, entonces. —Se secó los ojos—. Está decidido. Soy la ley
ahora, y estoy haciendo que tú y Chase celebren conmigo y con mi prometido
el viernes.
Negué con la cabeza. —Perry, eso no es una buena idea.
—No te preocupes por Stephen, ¿de acuerdo? Por favor haz esto. ¿Por
mí?
Me puse de pie y aplaudí cuando Chase enganchó con un batazo una
línea en el jardín central. —Lo pensaré. —No podía imaginar que esto
sucediera. Claro, teníamos sentimientos el uno por el otro, pero no éramos
técnicamente una pareja. ¿Por qué ponernos a todos en una noche
incómoda, a menos que fuéramos en serio? Y si fuéramos en serio,
enloquecería aún más a mi hermano. Parecía que cualquier escenario no
sería un buen augurio.
—¿Ustedes lo hacen anal?
Me estrellé de nuevo en el banco tan rápido que me mareé. —Mierda,
Perry —susurré—. ¿Qué te pasa? Cálmate.
Ella agitó la mano. —Tsss. Nadie escucha. Así que, ¿lo hacéis?
—No, no lo hemos hecho.
—Deberías. Déjale tomar tu virginidad parcial y compensa el
espectáculo de fenómenos que Mike te hizo pasar.
—No me gusta. Eso no va a cambiar sólo porque es un pene diferente.
—No podía creer que estuviéramos hablando de esto aquí. Era tan mala
como ella, pero al menos no dije nada al respecto.
—Mierda. Por supuesto que será diferente. Todo con Chase es
diferente, ¿no?
Asentí. Ella tenía razón en eso, pero aun así... me estremecí, pensando
en la primera y única vez que Mike y yo probamos el sexo anal. Había llegado
a la mitad antes de que quisiera cortarle su pene y empujarlo por su
garganta. Así que, no es una experiencia tan placentera.
—Apuesto a que lo haría atractivo. Ya dijiste lo fantástico que es el
sexo. Nunca dijiste eso de tu ex.
Me volví hacia ella. —¿No crees que es extraño lo bueno que es? Es
decir, no es que haya tenido toda una vida para perfeccionar su técnica.
Trabaja mi cuerpo como si estuviera poseyéndolo siempre.
Ella se encogió de hombros. —Él está en el lado más joven, pero no es
como si tuviera dieciséis. Podría haber tenido decenas de mujeres. Tal vez
era un total mujeriego antes de conocerte.
—Gracias.
—¡Ja! Sé que te pone celosa.
—No, no lo creo. No me importa con cuántas se haya acostado. Es
sólo que es un pensamiento extraño, eso es todo.
—Uh-huh. —Me moví en mi asiento, esquivando un pequeño
calambre. Por suerte, fueron leves y sólo se prolongó durante la primera
mitad del día—. O tal vez la razón por la que es tan bueno es porque está
loco por ti. —Moví mis caderas en la otra dirección—. ¿Qué es lo que te
pasa?
—Sólo unas pocas punzadas.
—Oh, está bien. Tienes tu periodo. Al medio día.
—En realidad, a las doce y cuarto.
—Eso es una mierda extraña, Jills. No sé cómo sabes estas cosas. —
No sabía tampoco. Lo acabo de saber. Mi superpotencia, supongo—. Está
bien, tengo que irme. ¿Confío en que vas a estar bien si te dejo con Chase?
—Le di una mirada, y se rio—. Los veo a ambos el viernes. Te quiero.
Ella se fue, y volví a mirar el partido, preguntándome cómo iba a salir
de allí. Aún iría, pero llevar a Chase conmigo sonaba tan armonioso como
una flauta sin agujeros.
Sentí a una persona muy cerca de mí, y me di la vuelta. —Perry,
¿qué...?
—Oye, petardo.
Mi estómago se revolvió, y me moví un poco, sacudiendo todo el
fastidio que acababa de aterrizar en mí. Hice todo lo posible para ignorarlo
y centrarme en el campo, pero su energía se estaba desbordando.
Probablemente haría demasiado el asunto de levantarme e irme a otro lugar,
por lo que sólo me quedé donde estaba. Estábamos en un área pública de
todos modos.
Trevor se deslizó hacia mí. —Ahora, ¿por qué te tienes que ir y ser así?
Sólo quería disculparme por mi comportamiento del otro día. No fue bueno
ser alfa contigo. Obviamente, no te gusta esa mierda.
quedarme todas las noches en vela sin problemas y parecía que acababa de
regresar de un día en el spa. ¿Crees que realmente me has visto antes? No
lo has hecho. Siempre me quedo dormida con mi maquillaje. Esta soy yo,
con bolsas y todo.
Tal vez emocional no era la palabra adecuada. Malditamente
desquiciada era lo más apropiado. Acabo de señalar los defectos que pasé
una hora completa encubrimiento.
—Todavía preciosa.
Negué con la cabeza. Estaba loco también, pero al menos teníamos
eso en común. A diferencia de nuestro mutuo grupo.
Se echó a reír. —¿Es esta otra manera de tratar de asustarme?
Tendrás que hacer algo mejor que eso.
Aplasté mis labios, y parecía encontrar eso también humorístico. Este
tipo era un enigma, pero, realmente me gustaba. Y si realmente no le
preocupa mi edad, iba a tratar de ignorarlo también. No es como que íbamos
a estar juntos a largo plazo de todos modos. Daniel, con suerte, volvería a
casa en cuatro meses, y no iba progresar visiblemente mucho más en ese
período de tiempo.
Así que, mientras tanto... lo jalé detrás del mostrador. Había unas
cuantas bolsas de tazas de papel y servilletas apiladas en los estantes, pero
en su mayor parte, estaba despejado hasta que se utilice de nuevo. Me
arrodillé delante de él.
—¿Qué estás haciendo?
—¿Qué te parece? —Todavía no lo había mamado en seco. La noche
anterior, se había volcado en mí de nuevo, y aunque estaba muy, muy feliz,
quería hacer algo exclusivamente para él.
Tiré de la cremallera, pero detuvo mi mano. —No voy a dejar que hagas
esto aquí.
—Tu pene no está de acuerdo contigo. —Podría argumentar todo lo
que quiera, pero la erección justo en frente de mí no miente—. Y estás en
un lugar perfecto para vigilar.
Él gimió cuando lo liberé, y, de repente, sus intentos poco entusiastas
de pararme ya no funcionaban. Nadie podía verme; estaba protegida por
todos lados. Si alguien entraba, sólo verían a Chase, de cintura para arriba.
Lo deslicé por mis labios y en mi boca, y me agarró el pelo. Por un
momento, pensé que me iba a dar un tirón, pero me empujó más profundo.
Lo llevé tan lejos como pude en mi garganta, girando mi lengua alrededor de
su piel pulsante. Él sabía divino.
—Joder, Jillian. —Bombeó en mi boca—. Es tan bueno.
24
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Jessibel
Caminé.
La llamada llegó casi de inmediato, pero no la acepté. La banda estaba
tocando, y si no salía, no podría escucharlo bien.
Demasiado ruidoso para responder. ¿Qué pasa?
Voy por ti.
¡No! Mierda. Por favor, no es necesario. Me voy ahora. Llamaré
cuando llegué a casa.
Permanece allí. Lo digo en serio. Voy en camino.
Consideré mis opciones. Podría irme en este segundo, y él podría
recogerme en el camino. Podría pedirle a Stephen un paseo, pero sería
grosero que me fuera cuando él llegara, y ellos no estaban listo para irse de
todas maneras. Sólo esperaría afuera hasta que Chase llegará, y después
me escaparía sin que nadie me viera. Perfecto.
Me acerqué al lado de Perry y traté de trasmitir el mensaje en su oído
sin hablar demasiado alto.
—Eso es estúpido —dijo.
—No, no lo es. Es mi mejor opción. Y no veo cuál es el problema. Él
actuó demasiado cavernícola cuando le dije que estaría caminando a casa.
—Dios, Jills. Eso no es un hombre de las cavernas; eso es ser
considerado y protector. No deberías estar caminando sola a casa a esta
hora, no importa lo mucho que te guste. Estoy de acuerdo con él.
—Soy una chica grande, Perry. —La abracé para despedirme, y
después a Stephen.
—¿Ya te vas? —Dijo—. Te llevo a casa.
—No, gracias. Estoy bien.
—Fue una buena cosa que caminaras aquí antes que el sol cayera,
pero no ahora. Te estoy llevando.
¿En serio? Quise gritar. Esto no iba bien. Miré a Perry, pero ella se
encogió de hombros. Apuesto que estaba disfrutando de esto.
En medio de nuestro desacuerdo, la rubia mesera curvilínea nos
entregó otra jarra, después dijo en voz alta—: ¡Chase!
Los tres nos congelamos y la miramos fijamente, después a la persona
que se había unido a nuestra pequeña fiesta. Mi pecho se volvió loco por
una multitud de razones.
—Hola, Amanda.
25
—¿Lista? —Preguntó.
—No.
Se rio. —Estará bien. Honesto. Son grandes personas y no hacer nada
para hacer sentir incómodo.
—Demasiado tarde.
Chase, se bajó del coche y dio la vuelta a mi lado, tratando de
ayudarme a levantar. Como si no supiera cómo salir de un coche. Lo había
estado haciendo por más tiempo que él. Simplemente no quiero.
—Jillian, por favor. No es gran cosa. Confía en mí.
—Está bien. —Me puse de pie y alisé el vestido de cóctel sin mangas.
Me había aventurado en el lado elegante de mi armario hoy. Me obligué a
tumbarse. Para una mujer madura, estaba segura que actuaba como una
niña malcriada—. Lo siento, Chase. Estoy muy, muy nerviosa.
—Lo bueno es que lo ocultas bien. —Entrecerré los ojos, y él se rio de
nuevo—. Vamos. —Él pasó un brazo por mi cintura y se acercó a mi lado
mientras hice clic en mi camino a la puerta principal. ¿Por qué había traído
dichos tacones altos? ¿Me veía demasiado como una excursionista?—. Te
ves hermosa —dijo como si leyera mi mente, rozando sus labios sobre los
míos.
Su madre tenía cuarenta y tres. Cuarenta y tres. ¿Por qué no pudo
haberlo tenido más adelante en la vida, por ejemplo, a los cuarenta? Hubiera
sido mucho mejor a los sesenta y seis. O incluso en los años cincuenta para
variar, al igual que el padre de Chase. Podría haber trabajado con eso. ¿Pero
sólo cinco años mayor que yo? Hablo de un ataque de pánico. Estaba bien
encaminada a tener uno.
La puerta se abrió y me encontré mirando a dos personas muy
atractivas. Por supuesto, ¿qué otra cosa iba a esperar? Mi estómago
comenzó a torcerse en nudos dolorosos ante la idea de estar dentro. Puse
una sonrisa feliz, sin embargo. Vamos, yo.
—Mamá, papá, esta es Jillian. Jillian, mis padres, Colleen y Ray.
—Mucho gusto.
Después que las sutilezas sociales acabaron, Chase fue a ayudar a su
padre a mover algunos muebles en el sótano para prepararse para su nueva
entrega, que era toda la razón por la que pidió detenernos allí en primer
lugar. Ya había planeado ayudar ese fin de semana, y viven cerca de la sala
donde se realizaba la fiesta. Así que nos fuimos un poco temprano. Boom.
Perfecto.
Si perfecto. Estaba sentada allí con su madre en el sofá de la sala, solo
nosotras dos, y yo estaba perdida completamente. Esta mujer podría haber
sido mi mejor amiga, pero en cambio, había dado a luz a un chico que quería
desnudo todo el tiempo. Eso no fue un buen comienzo para una
conversación.
—Así que, Jillian. Chase me dice que se dirigen a la fiesta de
compromiso de tu hermano. Felicidades.
—Gracias. —Chase tenía sus ojos; eso era obvio, a pesar que tenía
manchas de color azul en lugar de oro. En cualquier caso, fueron amables.
No se veía como si quisiera agarrar una horca y perseguirme por el bosque
pensando que era la depredadora de su hijo—. Nos encanta la mujer con la
que se va a casar, así que estamos todos muy feliz por eso.
Ella habló de la familia y un poco acerca de los negocios, sin pedir
nunca nada demasiado personal y evitar incluir preguntas acerca de Chase
y yo como pareja. Me preguntaba si eso fue premeditado. Chase,
probablemente, le había informado sobre los temas de seguridad.
Cualquiera que sea la razón, me sentí aliviada y agradecida. Sobre todo
porque mi edad nunca salió a la luz, y no era como si estábamos sentadas
en la oscuridad con gafas de sol. Ella sabía muy bien que era mucho mayor
que su hijo, pero nunca me trató de esa manera.
Mi nivel de estrés se redujo a dígitos negativos. Ya no me importaba
el tiempo que estaba tomando Chase. Todavía teníamos mucho tiempo antes
de que empezara la fiesta, y tenía razón. Estuvo bien.
Ella debe haber notado que miraba un álbum de fotos muy sentado
en la mesa de café, porque dijo: —¿Quieres echar un vistazo?
—Oh, no quiero ser entrometida. —Estaba mirando las gardenias y
rosas amarillas en la cubierta, sin sugerir que me muestra fotos privadas.
Pero entonces, si fueran privada, probablemente no las tendría ahí para
empezar.
—No, en absoluto —dijo, y me entregó el álbum—. Puedes ver lo
adorable de Chase era cuando él era pequeño. —Sonreí. No había duda de
que era un niño hermoso.
Las hojeé, esas cosquillas inundándome de nuevo. Chase con un
guante de béisbol, montado en su bicicleta, sosteniendo un cordero en el
zoológico. —¿Su primera guitarra? —Mi corazón se apretó. Tenía en la mano
una Les Paul Junior.
Ella asintió. —Él tenía unos diez años, creo. Nuestro vecino en el
momento tenía una que apenas utilizaba, y Chase trabajó durante meses
para comprar esa cosa. Lavó coches, hizo trabajos en el jardín, todo lo que
pudiera.
Había más y más fotos tomadas en y alrededor del hospital que más
hojeé. —Chase, me dijo que eras un paciente a veces, y se sentaba con usted
en la habitación. Espero que estés bien ahora.
26
Traducido por ∞Jul∞
Corregido por Jessibel
¿Dije que estaba lista? Qué broma. Había estado tan relajada y
cómoda en la casa de sus padres, para mi completa sorpresa, que me habían
convencido de una sensación de invencibilidad otra vez. Pero después de
que aparcamos en la estructura y salimos del coche, mi pecho reanudó su
comportamiento maníaco.
Caminar con él de la mano empujó mis límites hasta el extremo, pero
hice mi mejor esfuerzo para mantener mi ansiedad bajo envolturas. Chase
se lo merecía. Dios, ¿por qué no podía tomar lo que sea que estaba? Estaba
demasiado tranquilo, como si hacer una entrada con una mujer de quince
años mayor era lo más normal del mundo.
Fuimos a través de las puertas de cristal y dentro del vestíbulo
principal del edificio histórico. El vestíbulo estaba situado en un hotel, y ni
siquiera podía reunir los pensamientos de escabullirme con él más tarde.
Mi lujuria estaba pospuesta; Eso es lo que disparó mis nervios.
—Lo hiciste a través de la visita con mis padres. Esto debería ser fácil,
¿verdad? —Apretó mi mano unas cuantas veces.
Exhalé largo y fuerte. Él estaba en lo correcto. Había estado mucho
más preocupada por eso, y resultó genial. Podría hacer esto.
No pasó mucho tiempo antes de que pudiéramos ver el letrero de
Bienvenidos a la Fiesta de Compromiso de Perry y Stephen. —Bueno, esto
es—dije. Otro apretón de mano de él y estábamos empujando a través de la
puerta.
Santa mierda. Me sentí como si me hubiera dado una patada un canguro.
Ella se me acercó a toda velocidad y me empujó hacia atrás. —¡Jills! —Gritó
Perry, aplastándome en un abrazo gigante—. ¡Estás temprano!
—Por sólo unos minutos. —Miré alrededor; No había muchos todavía,
y eso hizo que Chase y yo nos destacáramos más. Me apartó, dejándome
verla bien. —¿Haciendo una prueba? Guao... Luces más allá de lo increíble.
—Perry llevaba un corto vestido de tul blanco, un contraste chocante contra
¿Espera, qué? ¿Acabo de decir eso en voz alta? Mierda. Espero que no
piense que yo estaba insinuando que él era el tipo correcto. No lo dije de esa
manera; Sólo se suponía que era una declaración general. ¿Estaba leyendo
demasiado en esto?
Golpeé la tarjeta contra mi labio y luego la puse antes de cortar el
papel. Afortunadamente, el servidor llegó poco después, colocando un par
de cestas de pan en el centro de nuestra mesa. Treinta segundos después,
los asientos estaban llenos, y Chase y yo ya no estábamos solos.
La cena fue sin problemas. Chase estaba feliz. Tenía un plato lleno de
comida delante de él. Yo estaba cómoda con la compañía a mi alrededor.
Stephen estaba reservado alrededor de Chase, pero eso era mejor que la
alternativa. En general, todo estaba bien.
El único momento incómodo fue cuando Perry me pidió que cantara
en la boda. Entonces ella casualmente comentó que Chase debería tocar
conmigo. Tan pronto como salió de su boca, pude ver que ella se dio cuenta
de su error. Ella me dio una mirada que decía; "mierda, lo siento",
cambiando rápidamente el tema. Afortunadamente, las cosas volvieron a la
normalidad después de eso, y nada salió de él.
Chase y yo reclamamos la mesa para nosotros una vez más cuando
los otros salieron disparados después de la cena para llenarse de pastel. —
¿No quieres nada? —Pregunté.
—No, a menos que pueda lamerlo de ti. —Mi cuerpo entró en calor y
miré a mi alrededor. Sólo tomaba algo como eso para empezar a palpitar. Yo
era tan fácil—. Nadie me oyó, Jillian.
—Lo sé, pero estoy segura de que mi excitación es obvia para
cualquiera que preste atención.
—¿Estás, Potra Salvaje? ¿Excitada?
Su voz era el sexo crudo, y eso me provocaba una docena más. —
Maldita sea, Chase. Sabes quién soy. Ahora para.
Él se echó a reír, apoyándose en su silla mientras tomaba unos tragos
de agua helada. Planeé quedarme hasta el final de la fiesta, pero tener un
afrodisíaco de respiración tan cerca desafió mi resolución.
—¿Jillian? —Levanté la vista para ver a Jeff de pie al otro lado de la
mesa—. Guao, ¿cuánto tiempo ha pasado? Te ves increíble.
—Gracias, Jeff. ¿Cómo estás?
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
—¿Qué? No. ¿No estás con Stephen? Acabas de celebrar un gran hito
juntos.
—Tengo el resto de mi vida para estar con él. Me necesitas más en
este momento.
—Perry…
Escuché los sonidos de que había colgado, y lancé mi cabeza atrás. Si
quería venir, no podía pararla. Pasé las yemas de mis dedos arriba y abajo
por mi cara lo suficientemente duro como para hacer que un dermatólogo
se encogiera, pero se sentía tan bien.
Pensé en levantarme y encender la luz. Pensé en hacer muchas cosas,
pero en el momento en que pude decidir sobre algo, ella ya había llegado.
Perry entró por la puerta y encendió una lámpara, inundando la
habitación con luz. Entrecerré los ojos hacia ella. —Hola —le dije.
—Hola. —Dejó caer su rostro a pocos centímetros del mío—. Oh,
gracias a Dios. Y yo que pensaba que tuvisteis una pelea horrible y
rompisteis o algo.
—Lo hicimos.
—No. —Negó—. Eso no es posible. Tus ojos no están rojos e
hinchados.
—Eso es porque no estoy llorando.
Se sentó a mi lado y puso su cabeza sobre mi hombro. —Oh, cariño.
¿Qué pasó?
—Siempre estuvimos destinados a decirnos adiós, Perry. Sólo que lo
dijimos antes. Así es como se suponía que tenía que ser, y estoy bien con
eso.
Ella levantó su cabeza y me miró a los ojos. —No estás mintiendo.
Sonreí suavemente. —No, no lo estoy.
—Pero ustedes dos... La fiesta... no entiendo. Puede que no estés
mintiendo, pero de alguna manera te has convencido de que lo que estás
diciendo es la verdad. No se puede negar que todo era perfecto, Jills.
Sólo sobre una roca. —Entonces, ¿por qué llamaste antes? No lo has
mencionado.
—Yo... —Se detuvo y me comprobó de nuevo. Le di una sonrisa más
grande en esta ocasión, uno que le dijo que confiase en mí. Yo. Estaba.
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Traducido por Lvic15
Corregido por Jessibel
—No.
—Estaré en la habitación de invitados y no te molestaré y…
—No.
Sonrió con timidez. —En cierto modo, esto es un poco culpa tuya.
—¿Qué?
—Vamos, Jillian. Escúchame, ¿si?
Perdí la cuenta de cuántas veces parpadeé. —¿Cómo es que algo de
esto es tan siquiera remotamente mi culpa?
—Bueno. —Apagó el televisor—. Me animaste a hablar con ella.
—Porque era lo más decente que podías hacer, Mike.
Dios, sólo quería irme a la cama. Me acurruqué en el sofá, cruzando
los brazos alrededor de mí. ¿Qué clase de mierda era esto?
—Tienes razón, lo sé. No debería haber dicho que fue tu culpa. Sólo
necesita un descanso, eso es todo. Ella pronto entrará en razón, lo prometo.
Todo se arreglará otra vez, y volveré allí en poco tiempo. Como he dicho, un
par de días, una semana máximo. Por favor, Jillian.
—¿Cómo puedes pensar que esto es una buena idea? Si se entera de
que te quedas aquí, ella ni siquiera querrá que vuelvas.
—Deja que yo me preocupe por eso. —Estaba tan sorprendida por su
extraña petición que abrí la boca, pero no salió nada—. ¿Estás indecisa por
ese chicoo con el que estás jugando?
—No, ¡estoy indecisa porque es jodidamente loco!
Realmente necesitaba un poco de descanso, pronto. Me tapé los ojos
con las palmas de las manos y negué, empezando a tener dolor de cabeza.
—Jillian, por favor. Te estoy rogando prácticamente. En realidad no
es algo tan malo. No es como si no hubiéramos vivido juntos la mayor parte
de nuestras vidas. No estaré en medio de tu camino, estaré en la oficina la
mayor parte del tiempo, limpiaré —resoplé ante esa— y estaré muy
agradecido. Hemos pasado por muchas cosas juntos, y sólo te pido este
pequeño favor. Y además, cuando Daniel llamé, será capaz de hablar con
los dos a la vez.
Me puse de pie. —La habitación de huéspedes. Una semana como
mucho. —Ni siquiera podía creer que estuviese de acuerdo con esto, pero
tenía algunos puntos válidos. No me iba a matar el ayudar al padre de mi
hijo durante una semana.
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31
Traducido por Jessibel
Corregido por Daliam
—Sí.
—¿Tu esposa no dirá, “¿qué?” porque no te escuchó —leyó Esteban—
. Ella sólo está diciendo para darte la oportunidad de cambiar tu respuesta.
—Lo bueno es que somos tan perfectos juntos, cariño. —Perry le dio
un fuerte golpe en la mejilla—. Me gustan el consejo de “siempre luchen
desnudos". —Ella movió las cejas—. Pero supongo que nunca dejaríamos la
casa entonces, y siempre estaría luchando.
Perry se acurrucó en su regazo. —¿Cualquier cosas de la boda en la
que te puedo ayudar aún? —Pregunté.
Ella sacudió su cabeza. —Créame, serás el primero en saberlo. No vas
a salir de la nada. —Ella agarró otra tarjeta—. Aquí está uno para ti, Jills.
Nunca confíes en un consejo matrimonial de alguien que lo ha hecho más de
tres veces. Hmm... Creo que recuerdo haber dicho algo similar acerca de
Mabel.
—Michelle.
—Cierto.
Cogí uno que mencionó algo acerca de un alma gemela, pero puse de
regreso sin tener que leer todo el asunto. Decidí sólo seguir solo con los
divertidos y renunciar cualquier cosa seria o profunda. Fue un buen plan.
Llegué a tener un gran momento, y era exactamente lo que necesitaba. Un
montón de risas, y una salsa Alfredo que le dio a mi estómago un orgasmo,
fue una combinación ganadora. No estoy segura de lo que haría sin mi
familia.
Perry me llevó aparte después. —¿Está Mike haciendo las maletas ya?
Han pasado seis días.
—No, todavía está trabajando en ello con Candace.
—¿En serio? —Ella puso los ojos en blanco—. Arranca su culo fuera
mañana.
La traje al cuarto de sol, y nos sentamos en el sofá. Los otros estaban
lo suficientemente lejos, pero quería más privacidad. —En realidad no es
tan malo. Ha ido a la oficina mucho, y cuando él está allí, ha sido agradable
recordar a Daniel. —No mencioné mí dos días rabieta.
—¿Y si la Chase viene y lo ve viviendo allí? —No. No quiero hablar de
esto. Eso no ocurriría porque no estábamos juntos más—. Ayer lo vi.
Sentí como una onda de choque se estrelló sobre mí. —¿Qué? Oh, no,
Perry. Dime que no lo hiciste.
—Tranquila. —Ella puso su mano sobre la mía—. No estaba allí para
entrometerme. El premio, ¿recuerdas? —Como si ella no podría haber hecho
caso omiso de que él ganó. Él podría no saber—. Fui a la escuela y le di una
jarra de cerveza. Pero no fue nada. Aunque tengo que decir, que se veía como
la mierda sobrecalentada.
—Mierda ya caliente. Mala metáfora. —Mi corazón no se calmaba,
corriendo tan rápido como si pudiera llegar a la línea de la meta. Quería
oírlo todo. Cada pequeño detalle. Pero, ¿qué lograré con eso?
Perry negó con la cabeza y puso los ojos en blanco de nuevo. —Creo
que sabes lo que estoy tratando de decir. Lucía como tú en este momento,
como si estuviera medio muerto. Al menos él está haciendo las cosas bien y
en duelo en lugar de saltar a través de los tulipanes.
—Dios, Perry. Nadie murió. Ninguno de los dos debería estar de luto—
. Pensé en Hazel y me pregunté cómo se encontraba—. ¿Fuiste a la clase?
—No, me enteré de cuando terminaban, luego, esperé fuera. Había
una maldita rubia puta no me retiraba el ojo cuando me vio hablando con
él. Quería correr sobre ella.
Me reí. —Eso es Cassie. Ella tiene una cosa para él. —Tal vez ella
tendría la oportunidad de hacer algo al respecto ahora. ¿Sería Chase
receptivo? Dijo que no estaba interesado antes, pero eso podría cambiar
ahora. Pequeñas dagas dispararon en el pecho. Tenía la esperanza de que
los consejos fueron envenenados, por lo que me gustaría estar
confortablemente adormecida.
—No lo estás ocultando muy bien, Jills. No puedes soportar la idea de
que alguien más esté con él. No cuando él estaba destinado para ti.
—Sólo detente, Perry, ¿de acuerdo? ¿Por favor?
—Estoy tratando de ser paciente contigo, pero creo que todo esto es
un gran error. Este no es el momento para que seas terca y dejes que se
escape.
—El único error fue dejarlo entrar en mi corazón, para empezar.
Y la única cosa correcta que hice fue dejarlo ir.
32
Traducido por Jessibel
darme otra oportunidad. Basta con pensar lo feliz que sería Daniel al volver
a casa y encontrarnos juntos de nuevo.
—Él es un adulto ahora con su propia vida. No es lo mismo que
cuando era pequeño.
—Pero él siempre se preocupará por sus padres, y sé que siempre te
importará lo que piense, lo que lo hace feliz.
Enrosqué mis piernas debajo de mí y envolví los brazos alrededor de
las rodillas. Por supuesto, quería a Daniel feliz, ¿pero hacer lo que Mike
estaba proponiendo? No era como si tuviera otro chico en el panorama, pero
aun así hacía mi cabeza nadar. ¿Las cosas podrían realmente ser diferentes
por segunda vez? ¿Podríamos volver a unir a nuestra familia para el
beneficio de todos?
—Y sólo piensa en los nietos, Jillian. Sé que todavía podría haber un
trecho muy lejos, pero imagina lo divertido que sería pasar tiempo con ellos
juntos. Podríamos darles a todos los mismos recuerdos que le dimos a
Daniel. Todos en esta misma casa sin que ninguno de nosotros se pierda ni
un momento.
Él se acercó más a mí. —Sólo prométeme que lo pensarás, ¿de
acuerdo? —Su rostro se estaba moviendo hacia el mío, y giré la cabeza, por
lo que sus labios se apoderaron de mi mejilla.
—Lo pensare.
del exterior. No necesitaba estar diciéndole que cuide su lenguaje cada cinco
segundos.
—Esa fue mi primera reacción también, pero no es realmente tan loco
si lo piensas.
Perry apoyó su mano en mi frente. —Está bien, sabía que no estabas
tan bien como pretendiste estar después de que Chase y tú se separaran,
pero esto es más serio de lo que pensaba. He sido paciente contigo hasta
ahora, pero creo que es hora de un poco de amor duro.
Le aparté, riendo. —Estoy bien, Perry. ¿Cuántas veces tengo que decir
eso? Mejor que nunca y avanzando. Tal vez el reencuentro con Mike es la
pieza que falta y que necesito para recuperar mi vida. Algo no está del todo
bien, y si las cosas entre nosotros son diferentes esta vez... Bueno, sería una
gran sorpresa para cuando Daniel llegue a casa.
—Jills, me estás preocupando seriamente aquí. ¿Sabes lo que no está
del todo bien en tu vida? Chase no está en ella. Él es la pieza que falta. —
Negué con la cabeza. ¿Alguna vez iba a descansar y dejar de llevarlo a casi
todas las conversaciones—? Mike es como un buitre, atacando cuando estás
débil. No estás pensando con claridad, y necesitas echarlo, como ayer.
Terminé mi sándwich. —Dios, Perry, me haces sonar como una
inválida que no puede cuidar de sí misma. No estoy fuera de la tierra, y Mike
no es mi despiadado cuidador. Mi mente es perfectamente capaz de tomar
decisiones racionales.
—Entonces, ¿ya has tenido relaciones sexuales con él?
—¿Qué? Por supuesto que no. Ni siquiera estamos oficialmente de
nuevo juntos todavía.
—Ajá. ¿Qué pasa con los besos? ¿Al menos ustedes dos hicieron eso?
—En la mejilla.
—Oh, dulce. Al igual que hace mi abuela.
Limpié mi desorden, luego me recliné en la silla, sintiendo el sol en la
cara. —Entonces, ¿qué, Perry? ¿Solo porque no quiero arrancar su ropa?
Eso no es todo.
—No, tienes razón. No lo es. Dime qué más tienen tú y Mike en común
entonces. —Abrí la boca—.Y no puedes decir que Daniel o la edad. —La cerré
de nuevo.
—Oh, está bien, lo sé —dije—. Ambos tenemos una carrera exitosa, y
los dos podemos entender lo que es trabajar largas horas.
—Claro, no. Estoy vetando esa. A menos que tengas negocios con él,
trabajar todo el tiempo es algo que pasarías haciendo aparte. No es
exactamente íntima. ¿Qué más tienes?
Golpeó sus dedos sobre la mesa. Esto era estúpido. —Muy bien,
entonces, ¿por qué no me dices lo que Chase y yo tenemos en común,
además de la atracción?
—Música.
—A todo el mundo le gusta la música. A Mike le gusta la música.
Ella suspiró con fuerza. —No estoy hablando sólo de escucharla, sino
de vivirla. Estoy hablando de sentirla. Sabes exactamente a lo que me
refiero. Tú y Chase la tienen corriendo por su sangre. De hecho, puedo
garantizar que si fueras con Chase a la universidad, nunca habrías
abandonado y...
Levanté mi mano. —No quiero ir allí, Perry.
—Está bien, entonces, ¿qué hay de tener valores similares? ¿Sabes lo
que se siente al crecer demasiado rápido? ¿En realidad, hablar y escucharse
uno al otro como si significara algo? Hmm... ¿Comer alimentos que
quemarían un agujero a través de un ser humano normal?
—Eso es como decir que Mike y yo estamos destinados a estar juntos
porque ambos tomamos café. La comida picante es un rasgo superficial para
tener en común.
—Tal vez sea así, pero todo suma.
—Te estás olvidando la única cosa que no tenemos en común, Perry.
Lo que prevalece sobre todo lo demás que tenemos. Nuestra diferencia de
edad. Es demasiado grande, y él es demasiado joven.
—No, Jills. Estás olvidando la única cosa que puede anular tu
diferencia de edad.
—¿Y eso es? —¿Tener sexo toda la noche, apenas tomando aire?
¿Perdernos en el cuerpo del otro durante días? ¿Tener tantos orgasmos que
me sintiera como que iba a quedarme ciega?
—Amor.
33
Traducido por Lvic15
—¿Pensaste más en lo que discutimos?
Estaba en el fregadero lavando los platos cuando Mike se puso detrás
de mí. Sólo me había preguntado eso una docena de veces desde nuestra
primera conversación, y cada vez le decía lo mismo. —Sí, pero todavía estoy
indecisa —dije, cambiando de lado.
Todo parecía tan clínico, como si estuviéramos negociando un
contrato. En cierto modo, supongo que no difería demasiado. Estaba
tratando de averiguar cuál era la mejor manera de actuar, dejando mis
emociones fuera. Por un lado, me cerraría a cualquier relación futura, pero
eso no estaba en mi mente. Por otro lado, reuniría a nuestra familia y
conseguiría una vida simple y libre de drama.
Le había preguntado por Candace, pero todo lo que decía era que
estaba más convencido que nunca de que ella no era con la que quería estar,
sino conmigo. Y aunque nada funcionase entre nosotros, no iba a volver con
ella. Sentí que eso debería significar algo para mí, pero no fue así.
—Oye, deberíamos planear algo especial para la Navidad de este año.
—Quedan tres meses, Mike. —Y eso suponiendo que aún estemos
juntos.
—Sí, pero nuestro hijo estará en casa. Eso es motivo de celebración,
¿verdad? Sé que es un adulto ahora, pero tal vez podríamos ir al centro y
echar un vistazo a la plaza por los viejos tiempos.
Sonreí. —Bueno.
No importa lo lejos que me fuera; siempre me podía traer de vuelta
con Daniel.
Necesito hacer esto más a menudo. Fue agradable pasar algún tiempo
a solas con mi madre. Frank fue a jugar al golf durante todo el día, y yo
tenía una reunión con un cliente en la zona. Todo fue rodado.
Estábamos sentados en la mesa de la cocina, charlando y bebiendo
café, cuando habló sobre Mike. En las comidas familiares recientes,
mencioné con indiferencia que él se estaba quedando por un tiempo, y
además de Perry, nadie había tenido ningún problema con ello.
—¿Cuánto tiempo se quedará, querida?
—No estoy segura... Estamos hablando de algunas cosas más. —
Jugueteé con mi taza, preguntándome cuánto contarle. Mi madre no solía
decir sus opiniones a la ligera, pero sabía que no sentía como si Mike y yo
fuéramos una buena pareja como matrimonio.
—¿Y qué pasa con ese chico agradable que te acompañó a la fiesta de
compromiso?
—¿Qué pasa con él, mamá?
Ella puso su mano sobre la mía. —No quiero entrometerme, pero
asumí que teníais algo. Parecíais muy felices juntos.
Me sorprendí un poco. Nunca había hablado sobre Chase antes.
Nunca. Una extraña, paranoica sensación me atravesó. ¿Estaban mi madre
y Perry confabuladas?
—Como ya he dicho antes, era más como un amigo. Nada serio. —
Sentí una punzada de culpabilidad por mentirle. Él no era sólo un amigo
para mí, pero para todos los intentos y propósitos, esa noche lo era. Eso fue
lo que le mostramos a todo el mundo.
—Ya veo. Entonces me equivoqué. —Asentí con la cabeza y tomé un
sorbo de café—. ¿Y Mike? ¿Esto podría convertirse en algo serio de nuevo?
Podría decírselo ya que muy pronto podría dejarle un sitio en la mesa
de la familia. —Estoy pensando en ello, mamá. —Sonrió, pero no
respondió—. ¿Crees que es un error considerarlo? —pregunté.
—Oh, Jillian. No puedo responderte a eso, pero el hecho de que te lo
estés planteando es... ¿Puedo preguntar por qué el cambio repentino? Todo
esto parece suceder de la nada.
Me encogí de hombros. —Todo comenzó porque necesitaba un lugar
temporal para quedarse. Después comenzamos a hablar de Daniel y
progresó rápidamente desde allí. Mike sugirió que probásemos de nuevo.
Ella bebió su café y miró por la ventana. Había varios comederos de
aves cerca de las puertas del patio, y veíamos algunas oropéndolas
rezagadas comiendo en los naranjos que mi padrastro había plantado para
ellas. Pronto todos ellos se habrían ido, se trasladarían a su casa de invierno.
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Traducido por Lvic15
Corregido por Nuwa Loss
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Traducido por Lvic15
Corregido por Nuwa Loss
toda nuestra relación. Sabes que haría cualquier cosa por nuestro hijo, y te
aprovechas de eso.
Se pasó su mano por su pelo—. No puedo creer que digas estas cosas,
Jillian. Dar a entender que le uso es simplemente incorrecto.
—No estoy diciendo que tus acciones fueron puramente con mala
intención, pero creo que tengo un rol para ti, y estás tratando de aferrarte a
eso. Nunca fue nuestro matrimonio en primer lugar porque no había un
gran amor entre nosotros. Pero a pesar de todo, dejé que sucediera, así que
soy igual de culpable. No puedo dejar que suceda más. Siempre estaré ahí
para Daniel, pero tú y yo no estamos destinados a estar juntos.
—Oh ya entiendo. Esto tiene que ver con otra persona.
Dejé caer la cabeza entre mis manos. Sí, había alguien más, pero no
sabía ni la mitad. Sea o no que Chase me perdonase, eso no tenía nada que
ver conmigo y Mike.
—Se trata de ese niño, ¿verdad? Dijiste que ya no estabas con él.
—No lo estoy. —Tomé una respiración profunda y me forcé a decir el
resto de las palabras. Mis días de no permitir que mis sentimientos brillasen
tenían que acabarse o sino no tendría ninguna posibilidad—. Pero yo quiero
estarlo. Yo... estoy enamorada de él.
Mike me miró, con los ojos desorbitados. Luego echó la cabeza hacia
atrás y se echó a reír. Tamborileé mis dedos en el sofá esperando a que
terminase.
—Sí, claro, Jillian. No estás enamorada de él.
Entrecerré los ojos—. Me alegro de que encuentres esto tan gracioso
porque lo digo completamente en serio.
—Ya le dije que estaba perdiendo el tiempo cuando se presentó ese
día. ¿Por qué ir hacia atrás y remover las cosas de nuevo? Déjalo como está.
Si quieres a alguien que te cuide, puedes hacer eso conmigo.
Jadeé bruscamente, mi estómago apretándose—. ¿Qué mierda, Mike?
¿Chase vino y le impediste que me viera? —El resto de mi cuerpo se tensó
cuando se encogió de hombros como si no fuera nada. Respiré. Nada podía
cambiar el pasado; tenía que concentrarme en el futuro—. Y no estoy
buscando a alguien a quien cuidar. Y si lo estuviera haciendo, Chase no
sería la persona correcta. Ha sido más maduro que yo a lo largo de estos
últimos meses. No, esto tiene que ver con el amor. Es por eso que quiero
estar con él.
Mike se despejó, perdiendo su jovialidad. Parecía muerto y dijo—. No
irás con tu chico juguete alrededor de nuestro hijo. Piensa en lo que eso le
haría a él.
36
Traducido por Mich Fraser
Corregido por Nuwa Loss
—¿Crees que te vio y por eso estaba teniendo cuidado? —Pero eso no
tenía sentido. Ya habíamos terminado, y no era como si estuviera tratando
de volver conmigo.
—No lo sé, Jillian, pero lo dudo mucho. Mira, no estoy seguro de lo
que pasa entre ustedes, y no estoy pidiendo detalles. Sólo quiero saber que
lo que sea que hagas, lo hagas con los ojos bien abiertos.
Él no estaba de acuerdo, pero tampoco condenando. No necesitaba el
consentimiento de Stephen para amar a Chase, pero su postura suavizada
sobre el asunto significó mucho.
—Gracias, hermanito. —Le di un abrazo—. Por primera vez en mi vida,
eso es lo que estoy haciendo.
37
Traducido por ∞Jul∞
Corregido por Nuwa Loss
Volví a escanear el folleto: Las puertas abren a las siete. Los actos
comienzan a las siete y media. Lo había leído en innumerables ocasiones.
Fue un beneficio apoyar al departamento de música. No había más
información que anotar al seguir mirándola fijamente, pero yo era una bola
de nervios ardientes y perdiendo el tiempo. Utilicé el papel como un
ventilador improvisado en lugar de otro y miré la gente entrar en el gimnasio.
Estaba aparcada en el abarrotado lote de atrás no demasiado lejos de
un Ford negro. Había sabido que las posibilidades estaban muy por encima
de la media que Chase sería parte del evento, pero notar su coche todavía
me tiró en mi espalda. Estaba emocionada y asustada de verlo. Me había
comprometido a no renunciar a nosotros, pero yo estaba allí para Hazel, en
primer lugar. Si me reconocía o no, no me iba hasta que la viera tocar. Y
Dios no lo quiera, él esté allí con una cita-por favor, por favor, por favor, no-
todavía no me iría.
Tenía que meter mi culo dentro y conseguir un asiento; No tenía
sentido aparecer sólo para pasar la noche escondiéndome en el coche.
Además, no debería estar tan nerviosa... estaba usando el vestido mágico.
No lo había usado para Chase, sino para mí. Necesitaba el impulso adicional
de confianza.
Tomé una respiración energizante y abrí la puerta. Aquí vamos. Seguí
el camino de los demás y entré en un pequeño vestíbulo lateral, y de allí, en
el gimnasio. La entrada era gratis, pero había un frasco de donación cerca
de la entrada. Saqué un poco de dinero de mi bolso y lo dejé caer dentro.
Entonces inspeccioné el área. Era más pequeño que la mayoría de las
escuelas, pero también lo era todo el edificio. No había gradas como
esperaba encontrar, pero varias mesas de todos los tamaños diferentes
estaban en frente del escenario. Era más personal de lo que me hubiera
gustado.
Una vez más, Chase me había notado primero. Estaba sentado en una
de las mesas, pero todavía estaba lo bastante cerca como para ver su
confusa expresión mientras me admiraba. Su camisa de cuello estaba
—Yo también. —Me aseguré de que Hazel estuviera ocupada con sus
amigos—. ¿Cómo está ella? —pregunté en voz baja.
—Oh muy bien. No hay más reveses desde el día que estuviste allí. —
Un leve sentimiento descendió sobre mí. Estaba muy contenta al oír eso.
Linda tocó mi mano—. Gracias de nuevo por estar allí, por cierto. Significa
tanto tener un apoyo extra.
—De nada. Es una niña especial.
No sabía si era intencional o simplemente una coincidencia, pero ella
no hizo comentarios ni preguntas sobre Chase. Yo estaba muy agradecida.
Habría sido un poco más complicado explicar las cosas a una mujer adulta.
Hazel pasó por encima de nosotros y dijo: —La abuela podría hacer
un acto conmigo también.
—¿De verdad? —Miré a Linda, y ella se encogió de hombros.
—Baile irlandés. Pero sólo si sus rodillas no duelen demasiado.
—Solía tomar lecciones —le dije—, pero hace mucho tiempo. —Dios,
¿cuándo fue eso? ¿Primer grado?
Las luces se apagaron y todos se pusieron de pie para sentarse. Chase
no había venido a hablar conmigo, y no podía negar cómo eso me hizo sentir.
Pero suponía que ya había descubierto que yo estaba allí porque Hazel me
invitó. Realmente no había razón para que él viniera y lo averiguara por sí
mismo. Eso estaba bien; Había un tiempo y un lugar para todo.
Oh, mierda. Estaba subiendo al escenario, y ese escenario no estaba
demasiado lejos de mi mesa. Me froté las sudorosas palmas en mis muslos
y tragué unas cincuenta veces antes de que empezara a hablar. Gracias a
Dios las luces estaban bajas porque no podía imaginarme cómo me veía.
Pero Chase... estaba bajo el centro de atención y el centro, la pantalla llena,
y mi memoria me estaba sirviendo bien. Si hubiera sido un idiota completo,
tal vez no hubiera tenido esos deseos de correr hasta allí y arrancarme la
ropa con los dientes.
Le seguí la boca mientras él agradecía a todos por asistir y mientras
discutía el papel de las artes en la educación. Lo que él hablaba era
importante, y yo ya sabía que estaba de acuerdo con él basándome en
conversaciones anteriores que habíamos compartido. No podía
concentrarme en cada una de sus palabras en este momento, no mientras
él estuviera tan cerca de mí. Si mi proximidad le estaba afectando
igualmente, no lo mostró. No es que yo quisiera que él se molestara y
estropeara; Sólo quería detectar algo.
Después de haber terminado, una señora tomó su lugar, y me enteré
de que habría veinte actos, separados por un breve intermedio y refrescos.
Cada acto trajo una nueva donación, así que por lo que pude decir, cuanto
más, mejor.
Cuando Hazel me había pedido que viera el espectáculo, no sabía qué
esperar, pero pasó la primera hora. Fue encantador. Todo el talento
aficionado, pero algo de él bastante bueno. Niños de todas las edades
cantando, haciendo magia, representando sketches. Había un acto de baile
tap de madre-hija y una actuación de guitarra eléctrica de padre-hijo de
"Smoke on the Water". Tuve la sensación de que no era necesario hacer
ninguna audición; Quien quiera ser una estrella por la noche podría tener
su oportunidad.
Cuando las luces encendieron de nuevo, había otra prisa loca para
llegar a la mesa de aperitivos. Hazel se levantó con su abuela, pero me quedé
quieta. Mi estómago estaba demasiado retorcido para poner cualquier cosa
en él de todos modos. Me alegré de haber venido, pero vamos... ¿Chase
estaba en la misma habitación que yo, y yo no estaba en sus brazos? Duele.
No la noté hasta que estuvo a mi lado. Perra disimulada. —Cassie.
—Hola —dijo ella, su sonrisa tan falsa como sus uñas. Su silla estaba
tirada cerca de la mía, y algo me estaba haciendo náuseas. ¿Perfume, laca
para el cabello? No, probablemente sólo ella—. No estoy segura de lo que
esperas lograr, pero es obvio que Chase ya no está interesado. Así que ¿un
pequeño consejo amable? Ve a buscar a alguien de tu propio... tamaño para
jugar.
En el momento siguiente, se había ido. Estaba desgarrada entre
perseguirla y desmenuzarse en pedazos diminutos. No, tal vez no estuviera
interesado por más tiempo, pero no necesitaba ser una jodida puta al
respecto. Yo estaba temblando por dentro, la ira y la angustia
arremolinándose juntos y creando un desorden caótico.
Hazel regresó a la mesa y lo solté lo mejor que pude. Tiempo y lugar,
me recordé. Podría ser maduro y gentil. Dejó un brownie del tamaño de un
pequeño libro de bolsillo. —Eso se ve bien —dije.
—¿Quieres algo
—No, gracias. —Señalé el escenario—. ¿Cuándo vas allá arriba?
—Creo que pronto.
Linda había regresado con una taza de café justo antes de que la
habitación volviera a oscurecer. Yo estaba deseando salir. Ya había tenido
suficiente por la noche. Le daría a Chase un poco más de tiempo después
de esta noche, entonces tal vez trataría de llamar e invitarlo como yo había
planeado originalmente. No quería colgar mi cabeza y salir corriendo como
un conejo asustado, pero honestamente, ¿cuánto quería tomar?
Epílogo
Traducido por Jessibel
Corregido por Jessibel
—Ah... sí. —Perry tomó las cartas de Stephen—. Deja de mirar las
respuestas.
—Realmente la quería —le dije.
—¿Está bien?
Di un salto, agitando la tarjeta. —Tengo que ir a poner esto en un
lugar seguro.
Tomé una vela y fui a la cocina, Perry justo detrás de mí. —Entonces,
¿qué pasa? —Dijo.
—¿No te acabo de decir hace más de medio segundo?
Ella me sacó al pasillo que conecta la cocina y mi oficina. —Vi tu cara,
Jills. Sólo duró un segundo, pero sé lo que vi.
—¿De qué estás hablando?
—Ese momento, entre pensando que podría ser un anillo y aceptando
que no era.
—Viste la caja. No era la forma correcta. —Fui a mi oficina y puse la
receta en el cajón del escritorio.
—Ese no es el punto aquí.
Suspiré, inclinándome hacia atrás en mi escritorio. No estaba segura
de lo que quería que yo dijera. Lo amaba, pero era demasiado pronto para
hacer promesas eternas. Al menos eso es lo que mi cabeza me decía. Mi
corazón quería todo. Y mi pasión lo quería para siempre.
—Está bien que te sientas confundida, Jills. A veces uno no sabe lo
que quiere hasta que no lo tiene. —Me tomó de la mano—. Vámonos. Es casi
la medianoche.
Volvimos con Chase y Stephen. Perry se unió a mi hermano en el sofá,
y yo me acurruqué en Chase, cerca de la chimenea.
—Ahora todo el mundo tiene que pedir un deseo exactamente cuando
el reloj marca las doce —dijo Perry. —Pero tiene que ser exacto. Esa es la
única forma en que se hará realidad.
—No eres supersticiosa —dije.
—No es superstición. Es un hecho.
—¿Cuál es tu deseo? —Chase, me preguntó al oído.
—Me gustaría… —No sabía. ¿Me gustaría que no me hubieras dado la
receta porque eso puede significar que no siempre vas a estar ahí para
hacerla para mí? Eso sonaba tonto.
Él agarró la mano y me detuvo. —Ven conmigo.
Chase
Traducido por Jessibel
Fin
Sobre el autor
Bree Dahlia es una adicta al romance no convencional. Ama leerlos
pero adora escribirlos mucho más. Sus historias oscilan desde lo jovial hasta
lo ardiente con ese satisfactorio final de felices por siempre y un toque de lo
inesperado. Ella favorece temas de amistad, perdón y amor incondicional
con personajes alfa y de gustos excéntricos.
Ella retiene títulos con los cuales no hace nada y tiene experiencia de
un largo camino en trabajos que la han dejado insatisfecha. Solo como
autora ha encontrado su verdadera pasión. Cuando no está armando
historias en su pequeño pueblo en Wisconsin, hace senderismo en caminos
imbatibles, ver juegos de hockey y desea no detestar cocinar tanto.
Dahlia es su segundo nombre. Su primer nombre es más apropiado
para una escritora de horror.