¿Cuál es la participación del docente en la Evaluación Psicopedagógica?

La evaluación psicopedagógica no solo es un proceso para categorizar competencias y

cualidades de los alumnos, sino que se ha vuelto también un proceso dirigido a apoyar el
proceso de toma de decisiones sobre la situación escolar del alumno y lo relacionado a ello. Al
ser una búsqueda sistemática de información con la finalidad de analizar la conducta del
alumno así como establecer las medidas y recursos para propiciar un avance en su desarrollo
educativo, el docente es quien cumple un rol fundamental dentro de este proceso, debido a
que es quien, en primera instancia, profundizaría en los procesos de evaluación denominados
conductas de entrada (Henao-López, Martínez-Zamora y Tilano-Vega, 2007), para hacer
valoraciones que le permitirían adaptar ciertos componentes metodológicos a temas
específicos, por ende, el docente debe de conocer las teorías psicológicas para utilizarlas y
aplicarlas en el terreno pedagógico; con el propósito de poder encauzar correctamente las
aptitudes, habilidades, destrezas, deseos e intereses, del educando; esto se logrará mediante
la graduación y dirección del aprendizaje.

Por otra parte, la evaluación psicopedagógica se vincula estrechamente con el

diagnóstico psicopedagógico, y este último se caracteriza por ser continuo, sistemático,
participativo, y que está dirigido a identificar el problema psicopedagógico de escolares en
los diferentes niveles de enseñanza; se manifiesta en un momento dado, y constituye un
arma valiosa en manos del docente, pues contribuye a una formal identificación de
conductas del estudiante dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje, para llegar a un
pronóstico certero de los cambios que se puedan lograr; por lo tanto el docente se sitúa
como un profesional que ha de pertenecer y actuar en diferentes subsistemas al mismo
tiempo; tiene la responsabilidad de enseñar a los estudiantes a partir del cumplimiento de
las tareas y funciones que se les han encomendado en su rol profesional, además de la
posibilidad del conocimiento previo del entorno familiar y comunitario, aspectos
biológicos, psicológicos y pedagógicos (Matos-Romero, 2019), y de la información que
tiene el estudiante de cada materia que cursa, todo con la finalidad de guiar al estudiante
no solo para su desarrollo cognitivo y de aprendizaje lectivo, sino en su desarrollo
emocional, conativo y volitivo para un mejor desempeño en la vida diaria.

Henao-López, G., Martínez-Zamora, M., y Tilano-Vega, L. (2007). La evaluación

psicopedagógica: revisión de sus componentes. EL ÁGORA USB, 7(1),77-84

Matos-Romero, T. (2019). Actividades docentes para potenciar el diagnóstico

psicopedagógico. EduSol, 19(66), 86-97