TOMO XCIX ABRIL – JUNIO 2002
JURISPRUDENCIA
SECCION QUINTA
SENTENCIAS DE DERECHO PUBLICO
Corte Suprema, 4 de abril de 2002
Corte de Apelaciones de Concepción,
28 de noviembre de 2001
Juzgado de Letras de Coronel,
22 de septiembre de 1999
Troncoso Urrea, Pedro y otros con
Municipalidad de Coronel
(responsabilidad municipal/art. 141 Ley
Nº 18.695)
Ausencia de tablones en graderías en
estadio municipal – Caída al vacío de per-
sona con resultado de muerte – Omisión
de señalización advirtiendo peligro – Omi-
sión de medidas de seguridad (como clau-
surar sectores de graderías en mal esta-
do) – Responsabilidad constitucional de
organismo estatal (art. 38 inc. 2º de la
Constitución) – Responsabilidad de Mu-
nicipalidad (arts. 1º, 4º letra f), 137 (141)
de Ley Nº 18.695) – Responsabilidad ob-
jetiva (basta que el daño se haya produci-
do por acto, hecho u omisión de órgano
municipal para que se genere la obliga-
ción de repararlo, sin que la víctima deba
probar culpa o dolo del autor: art. 38 inc.
2º de la Constitución atiende a la lesión
77
Nº 2
de la víctima) – Bienes municipales (esta-
dio Federico Schwager, de Coronel) – Fal-
ta de servicio (omisión: cuando no funcio-
na, debiendo hacerlo, o no funciona de
manera eficiente u oportuna: DL Nº 1.289/
1976 anterior ley de municipalidades la
definía) – Deber de Municipalidades de
mantener sus bienes en buen estado de
utilización por parte del público usuario,
y en condiciones de completa seguridad
(art. 4º letra f) en concordancia con
art. 137/141, de Ley Nº 18.695) – Actuar
bajo influencia del alcohol (alcoholemia
0,84 gr. por mil/diferencia con ebriedad)
– Imprudencia de la víctima (no exonera
de responsabilidad a la demandada por
su omisión de necesarias medidas de se-
guridad que debió adoptar ante deficien-
cias de mantención de graderías de su
estadio) – Error de derecho (alegación de
recurrente de casación en el fondo recha-
zada por manifiesta falta de fundamento)
– Cuestionamiento de los hechos estable-
cidos en sentencia recurrida de casación
(improcedencia).
DOCTRINA: El artículo 137 de la Ley Or-
gánica Constitucional de Municipalidades
78 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
–ahora artículo 141– hace responsable al
municipio de los daños que causan a ter-
ceros, principalmente por falta de servi-
cios, entendiéndose por tal falta la ausen-
cia de actividad, esto es, cuando no fun-
ciona debiendo hacerlo, o no funciona de
manera eficiente u oportuna, concepto que
consagraba la anterior ley municipal (DL
Nº 1.289, de 1976, artículo 62).
Se trata de una responsabilidad objeti-
va, pues basta que el daño se haya produ-
cido por esa ausencia o inactividad u omi-
sión de actuar, debiéndose hacerlo, para
que se genere la obligación de repararlo,
sin que la víctima necesite probar dolo o
culpa del autor.
Esta responsabilidad tiene su razón de
ser en que se ha encargado a la demanda-
da el cumplimiento de un conjunto de fun-
ciones que constituyen un servicio públi-
co, y la ausencia de ese servicio debido, si
causa daño, la hace responsable.
Permitir el uso de un estadio munici-
pal con sus graderías en mal estado, sin
que se adopten medidas adecuadas de se-
guridad a fin de impedir accidentes, hace
responsable a la demandada, por la omi-
sión en que ha incurrido, de la muerte de
una persona –padre de los demandantes–
que cae al vacío dada la inexistencia de
tablones en un sector de las graderías, sin
que hubiera señalizaciones previéndose del
peligro al público ni se hubiera clausura-
do físicamente el lugar referido.
La imprudencia de la víctima si bien
no exonera la responsabilidad de la de-
mandada por la omisión en que ha incu-
rrido, debe tenerse en consideración al mo-
mento de regularse el monto de los perjui-
cios a que ella es condenada.(*)
(*) Sobre responsabilidad municipal –cuyo funda-
mento es constitucional (art. 38 inc. 2º)– vid. en este
mismo Nº 2, Palma González con Municipalidad de
Concepción.
En esta misma Revista y sección vid. sobre el
tema, en los últimos 20 años, entre otros, Tirado
con Municipalidad de la Reina, t. 78/1981, 2.5, 35-
44 (comentario del Prof. Soto Kloss en ídem. Prime-
ra Parte, Sección Derecho 39-48); Villegas Lorca con
Municipalidad de Providencia, t. 90/1993, 2.5, 226-
234; Pérez Llona con Municipalidad de Las Condes,
t. 96/1999, 2.5, 94-102; Aja García con Municipali-
dad de Talcahuano, ídem. 59-67 (comentario Soto
LA CORTE
Vistos y teniendo presente:
I. En cuanto al recurso de casación en
la forma:
Primero: Se recurre por el demandado
de casación en la forma en contra de la
sentencia de segunda instancia que con-
firma la de primera, dando lugar a la de-
manda de indemnización de perjuicios, or-
denando pagar a cada uno de los actores
las sumas que se indican. Lo funda en la
causal contemplada en el Nº 4 del artícu-
Kloss en Ius Publicum 4/2000, 159-167); contra Arre-
dondo González (acción civil con Municipalidad de
Viña del Mar) en Ius Publicum 6/2001, 187-210 (co-
mentario Soto Kloss); Crisóstomo Cáceres con Mu-
nicipalidad de Concepción, t. 97/2000, 2.5, 132-140;
Silva Barruetos con Municipalidad de Los Angeles,
ídem. 163-166; Rivera Araneda con Municipalidad
de La Unión, t. 98/2001, 2.5, 87-93.
Debe recalcarse que Troncoso Urrea, al igual que
Palma González cit., insiste muy bien en el exacto
concepto de falta de servicio, de que habla el art. 141
de la Ley Nº 18.695, que no es –como pudiera pen-
sarse si se traen doctrinas foráneas– culpa del ser-
vicio (de la traducción de faute du service/“culpa
del” servicio), sino ausencia de actividad, o sea una
omisión ilícita del servicio, que debiendo jurídica-
mente actuar no actúa, sea que no actúe, sea que lo
haga pero inoportunamente (o sea no actuó cuando
debía hacerlo), o de manera ineficiente (o sea no
actuó como jurídicamente debía hacerlo).
Lo dice muy bien el fallo de la Corte de Apelacio-
nes de Concepción cuando señala en su consideran-
do 9º que así debe entenderse atendido lo que preci-
saba el DL 1.289, de 1976, que al reconocer la res-
ponsabilidad municipal, su artículo 62 así definía
esa falta de servicio, o sea como ausencia, carencia,
omisión de actividad. De interés resulta, asimismo,
lo que recuerda este mismo considerando respecto
al fundamento de esta responsabilidad, que es obje-
tiva, ya que habiéndole encargado la Constitución y
la ley (18.695) a las Municipalidades el cumplimiento
de un conjunto de funciones (en aras del bien co-
mún) que constituyen un servicio público, la inacti-
vidad municipal si causa daño las hace responsable.
Ciertamente merece destacarse, también, el he-
cho, ya pacíficamente admitido por la jurispruden-
cia, de insistirse en que la responsabilidad munici-
pal –como responsabilidad del Estado, ya que la
Municipalidad es obviamente un organismo del Es-
tado– es una responsabilidad objetiva, es decir, como
responsabilidad de una persona jurídica que es, no
atiende al dolo o culpa del autor (desde que la per-
sona jurídica carece de un sustrato, supuesto o hi-
póstasis subjetivo, síquico o espiritual) sino al he-
cho (acción u omisión) productor del daño y el daño
 JURISPRUDENCIA
lo 768 del Código de Procedimiento Civil
y la hace consistir en el hecho de que la
sentencia impugnada se extiende a pun-
tos no sometidos a la decisión del tribu-
nal. En concreto, sostiene que en la de-
manda se señaló como hecho causante del
daño reclamado el levantamiento de un
tablón de las graderías del estadio de que
se trata y no obstante ello, en la senten-
cia de primer grado no se estableció como
hecho tal circunstancia y, es más, se se-
ñaló que ello no se había probado, no obs-
tante lo cual los sentenciadores acogieron
la demanda sosteniendo que el daño de la
víctima se produjo cuando ésta intentó
bajarse desde la galería superior que se
encontraba, precipitándose al vacío;
Segundo: Que para resolver la admisibi-
lidad del presente recurso, cabe señalar, des-
de ya, que el fundamento de fondo de la
demanda es la falta de mantención y la
mismo sufrido por una víctima que es lesionada en
su ser y/o su tener (su integridad física y/o síquica,
y/o patrimonial). Esto ya viene del conocido caso
Tirado con Municipalidad de La Reina cit., cuyo
fallo de casación describe esta responsabilidad como
objetiva, esto es, dice, se atiende sólo a “la causali-
dad material” (vid. su consid. 4º). Ello ha sido reite-
rado ya varias veces, como puede advertirse v. gr.,
en Villegas, Pérez Llona, y Aja, citados.
Para terminar esta breve nota, dos consideracio-
nes: 1) no es baladí observar el consid. 12 del agudo
fallo de la Corte de Concepción, en cuanto dejar
establecido que “es claro que la víctima se expuso
imprudentemente al daño” al intentar bajar de las
graderías del Estadio Municipal de Coronel prescin-
diendo del peligro que significaba el vacío formado
por la ausencia de tablones por un espacio de más
de dos metros de altura, pero asienta ello el tribu-
nal para concluir sabiamente que ello no exonera de
modo alguno de responsabilidad a la Municipalidad
demandada atendida su omisión, obviamente, ilíci-
ta de adoptar medidas de seguridad, suficientes e
idóneas, para evitar accidentes como el que produjo
la muerte del padre de los seis hijos demandantes
de estos autos. Y 2) aunque no aparece suficiente-
mente destacado en la sentencia de la referida Cor-
te, que confirma la de la primera instancia pero
teniendo, además, presente doce considerandos que
completan ésta, debe hacerse mención –y es primor-
dial– la referencia que hace a la Constitución como
fuente primigenia de la responsabilidad del Estado
y sus organismos, ya que de allí emana su origen
normativo: es la Constitución la que reconoce la res-
ponsabilidad de todos y cada uno de los “órganos
del Estado” como lo establecen clarísimamente los
artículos 6º inc. 3º, 7º inc. 3º, y 38 inc. 2º específica-
79
negligencia de quienes tenían a su cargo el
cuidado del recinto deportivo, concretamente
el mal estado de las galerías o aposentadu-
rías para el público, y basta examinar el
fallo de los jueces de la instancia para com-
probar que en definitiva fue precisamente
esa circunstancia la que se tuvo por acredi-
tada y que motivó el acogimiento de la de-
manda, razón por la cual aparece que el
recurso se sustenta en vicios en que los
hechos no constituyen la causal invocada y
por ello no puede ser acogido a tramitación;
II. En cuanto al recurso de casación en
el fondo:
Tercero: Que el recurrente señala, en
síntesis, que la sentencia recurrida incu-
rrió en error de derecho al aplicar los ar-
tículos 38 de la Constitución Política de
la República, 137 de la ley 18.695, corres-
pondiente al actual artículo 141, ya que
mente para los organismos que conforman la Admi-
nistración del Estado, y entre ellos las Municipali-
dades, como lo dispone expresamente. Consecuen-
cia de ello es que la ley de bases de la Organización
de la Administración del Estado (Ley Nº 18.575) la
reitera en sus arts. 4º y 44º, y la Ley de Municipali-
dades (18.695) la reconoce en su art. 141. Se trata
de una responsabilidad “constitucional” (no civil,
como a veces por ignorancia o contumacia se repite
erróneamente), y de una “persona jurídica” (como
son el fisco, las municipalidades, las empresas del
Estado, los gobiernos regionales, las instituciones o
servicios públicos personificados, etc.); de allí que
sea “objetiva”, como decíamos líneas antes, y lo ab-
surdo de plantear dolo, culpa, torpeza, descuido o
negligencia como si se tratara de una persona natu-
ral, dotada de subjetividad.
No está de más señalar, una vez más, que los
organismos públicos, estatales, tienen como única
misión o finalidad el bien común de la comunidad
política en el orden temporal y, por tanto, están al
servicio de todos y cada uno de las personas que la
constituyen (art. 1º inc. 4º de la Constitución), para
el bien de ellas y no para su daño o perjuicio. Esto
que aparece tan obvio es, sin embargo muy frecuen-
temente olvidado tanto por las autoridades como
por los funcionarios públicos; de allí que su activi-
dad resulte tan poco apreciada y respetada. La pro-
bidad –tan aporreada y olvidada en estos últimos
años– no es sólo evitar “coimas” y aprovechamiento
ilícito de la función o cargo público que se ejerce
sino también una leal entrega al servicio público
con eficiencia, esmero e idoneidad, única manera de
hacer posible aquello de “gobernar es servir”, que es
lo que establece tan claramente el inc. 4º del art. 1º
de la Constitución.
80 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
si bien dichas disposiciones hacen respon-
sable a la demandada por los daños cau-
sados por la falta de servicio, debe acredi-
tarse y darse por establecido como hecho
la relación causal alegada en la demanda
y la falta de servicio, ambas circunstan-
cias, en forma copulativa; en cambio, sos-
tiene que en la especie, los falladores ha-
brían dado por establecido que no resulta
probado que la víctima cayó al pisar un
tablón como se diría en demanda, lo que,
en su concepto, traería como consecuen-
cia que se estaría condenando a la de-
mandada sin que se haya probado la re-
lación causal alegada en la demanda, esto
es, en la falta de servicio y el daño;
Cuarto: Que como se aprecia del conte-
nido del recurso, éste, por un lado, ataca
los hechos establecidos en la sentencia
cuestionada –que la responsabilidad del
municipio se genera por su conducta de
permitir el uso de un estadio con sus gra-
derías en mal estado– y, por otro, las con-
clusiones de derecho a que acertadamen-
te llegaron los jueces del fondo, previa
apreciación de las pruebas conforme a las
reglas correspondientes, para de esa ma-
nera obtener una sentencia distinta a la
recurrida. Sin embargo, el libelo, en cuan-
to se dirige contra los hechos acreditados
en el proceso debe ser desestimado, por-
que dicha materia es ajena al control de
legalidad que ejerce este Tribunal. En
cuanto a las normas que el reclamante
denunció como infringidas, cabe mencio-
nar que ellas tampoco pueden resultar
vulneradas porque la correcta aplicación
que pretende el interesado sólo podría te-
ner lugar a la luz de hechos diversos a los
fijados en la sentencia impugnada, los que
por haber sido soberanamente estableci-
dos por los jueces de alzada resultan ina-
movibles para esta Corte Suprema y son
los únicos a que ha de sujetarse este Tri-
bunal, ya que no se ha denunciado ni ha
existido infracción a las normas regula-
doras de la prueba;
Quinto: Que de lo anterior se deduce
que los jueces de segunda instancia die-
ron adecuada aplicación a las normas per-
tinentes y no se ha producido violación a
las disposiciones legales que se denuncia-
ron como infringidas por el recurrente,
razón por la cual el recurso de casación
en el fondo no puede prosperar.
Por estas consideraciones, y de confor-
midad, además, con lo dispuesto en los
artículos 764, 765, 767, 768, 769, 781 y
782 del Código de Procedimiento Civil, se
declara inadmisible el recurso de casa-
ción en la forma y se rechaza, por mani-
fiesta falta de fundamentos, el de casa-
ción en el fondo interpuestos en lo princi-
pal y primer otrosí de la presentación de
fojas 136, en contra de la sentencia de
veintiocho de noviembre último, escrita a
fojas 132.
Regístrese y devuélvase.
Nº 319-02
Hernán Alvarez G., Marcos Libedinsky
T., José Benquis C., Urbano Marín V.,
Jorge Medina C.
LA CORTE
Visto:
Se eliminan los motivos 25, 27 y pá-
rrafo 2 de la reflexión 28 de la sentencia
en alzada, teniéndose además presente:
1. Que los dos contendientes solicita-
ron tener a la vista en parte de prueba la
causa criminal rol Nº 75.050 del Juzgado
del Crimen de Coronel y así se dispuso
mediante resolución de fojas 130.
De dicho proceso cabe destacar los si-
guientes antecedentes:
a) Parte de Carabineros de fojas 5, don-
de se dio cuenta que el 20 de octubre de
1996, a las 16,30 horas, aproximadamen-
te, Pedro Pablo Troncoso Beltrán transita-
ba por el cuarto peldaño de las graderías
del Estadio Municipal Federico Schwager
cuando perdió el equilibrio y cayó al vacío
desde una altura de más o menos 2,30 me-
tros, golpeándose la cabeza, a consecuen-
cia de lo cual falleció.
Se acompañó al Parte un acta descrip-
tiva del sitio del suceso (fs. 3) en el Esta-
dio Municipal, aseverando que la galería
del costado sur y donde ocurrió la caída
mencionada, carecía de los tres primeros
 JURISPRUDENCIA
peldaños y del cuarto hacia arriba esta-
ban en buen estado, pero el resto de las
galerías también no tenían algunos ta-
blones, dando una completa inseguridad
a las personas que concurrían a presen-
ciar actividades deportivas.
b) Acta de inspección personal del tri-
bunal (fs. 9) y que verificó en la gradería
del costado sur, donde se produjo el acci-
dente, según dice, la falta de tablones en
los tres primeros peldaños habiendo des-
de el tercero una altura de más o menos
2,20 metros hasta el suelo. Agrega que
en otros sectores del costado sur hay au-
sencia total de tablones.
Se agregaron de fojas 23 a 27 fotogra-
fías de las graderías del estadio.
c) Certificado de defunción correspon-
diente a Pedro Troncoso Beltrán (fs. 6), au-
topsia médico-legal de fojas 48 que concre-
tó la causa de muerte de Pedro Troncoso
en un traumatismo encefalocraneano ce-
rrado e informe de alcoholemia del falleci-
do, que verificó una existencia alcohólica
de 0,84 gramos por mil en su sangre.
d) Testimonio de Raimundo Blas
Saavedra Maurelia (fs. 12), manifestando
ser el Administrador del estadio y que
llegó al lugar como a las 18.30 horas de-
bido al accidente acontecido en que una
persona había caído desde las graderías a
una altura de más o menos 2,10 metros,
hecho que le fue comunicado por el auxi-
liar Manuel Parra. Agrega que en el sec-
tor del hecho, faltaban los tres primeros
tablones o peldaños, para evitar el acceso
de personas y que ahí habría subido el
occiso para tomar sol, trepando por los
fierritos de la estructura.
e) Declaraciones de Alberto Saavedra
Cartes (fs. 32), Marianela Villarroel Na-
varrete (fs. 33), José Higueras Bello
(fs. 35), Bernardo Cárcamo Ruiz (fs. 37),
que aparte de corroborar el mal estado de
las graderías, reconocen las fotografías
antes referidas, como correspondientes al
estadio donde ocurrió el suceso.
f) Testimonio de Regina González Mo-
rales (fs. 41) de haber asistido al Estadio
Federico Schwager en la oportunidad de
los hechos y haber visto a un hombre bo-
tado en el suelo el que había caído cuan-
do bajaba de las graderías según comen-
81
tarios; después supo que había muerto.
Expresa que las graderías estaban en muy
mal estado y que hubo un letrero que se-
ñalizaba ese hecho, pero alguien lo sacó
días antes y no estaba cuando ocurrió el
accidente; dice que la gente tenía conoci-
miento de la deficiencia, pero igual subía.
2. Que es un hecho no cuestionado en
la causa, que el 20 de octubre de 1996,
alrededor de las 16,30 horas, Pedro Tron-
coso Beltrán, nacido el 30 de junio de
1928, asistió a un encuentro de foot-ball
que se realizaba en el Estadio Federico
Schwager de Coronel, ubicándose en un
sector de la galería del costado sur, cuyas
fotografías obran a fojas 24, 25 y 26 de la
causa penal tenida a la vista y donde fal-
taban los tablones de los tres primeros
peldaños, instalándose en una aposenta-
duría superior y desde donde cayó al sue-
lo, golpeándose la cabeza, sufriendo un
TEC cerrado que le causó la muerte.
Así fluye, por lo demás, de los elemen-
tos que obran en esta causa y en el proce-
so penal aludido.
3. Que la parte demandada atribuye la
caída al estado de ebriedad de la víctima
y a su propia culpa, pues no respetó un
letrero colocado en ese sector de la grade-
ría del estadio, que prohibía el uso públi-
co, dado su deterioro y al hecho de estar
en reparación, aparte de que la carencia
de los tablones en los tres primeros pel-
daños formaba un vacío que impedía por
sí solo el ingreso.
4. Que no estaba acreditada la ebrie-
dad atribuida a la víctima, existiendo
como elemento de real convicción, sólo el
informe de alcoholemia que rola a fojas
47 del proceso penal, que da cuenta de un
contenido alcohólico de 0,84 gramos por
mil en su sangre y que permite sostener
un estado de influencia alcohólica pero
no ebriedad.
Este antecedente desvirtúa el aserto de
ebriedad emanada del testigo Eladio Hor-
mazábal Sánchez, presentado a fojas 39
por la demandada, ya que su conocimiento
proviene de los dichos de un tercero y lo
mismo acontece con el testigo Manuel Pa-
82 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
rra Molina de fojas 44, quien dice haber
sabido por un funcionario de Carabineros
que el occiso presentaba hálito alcohólico
aparte de que este único síntoma viene de
ser compatible con la influencia alcohólica
antes aludida y no con un estado de in-
temperancia alcohólica.
5. Que en lo concerniente a la inexis-
tencia de un letrero señalizador del mal
estado de la galería, los testigos Eladio
Hormazábal Sánchez y Manuel Parra Mo-
lina, aportados por la demandada (fs. 39,
44) expresan que efectivamente había uno
en el sector de la caída, pero no se les
cree, ya que el testimonio dado en senti-
do contrario por Marianela Villarroel Na-
varrete a fojas 34 vta., presentada por los
actores, se encuentra corroborado con el
mérito de la causa penal rol Nº 75.050,
otra vez mencionada, en la que no existe
ningún elemento probatorio que abone la
versión de los mismos testigos, ya que ni
el parte de Carabineros con el acta de
descripción del suceso, ni la inspección del
tribunal se refieren a la presentación de
un letrero de advertencia, como debió ha-
ber sido en el evento de que hubiera ha-
bido alguno, ni siquiera el administrador
del recinto deportivo, que depuso a fojas
12 de ese otro expediente, afirma tal cir-
cunstancia y lo que es más revelador, la
testigo Regina González Morales, cuyo tes-
timonio rola a fojas 41 del expediente cri-
minal, sostuvo enfáticamente que hubo un
letrero señalizador, pero que había sido
sacado días antes del partido en que ocu-
rrieron los sucesos de la caída y muerte
de la víctima.
Es indudable que los elementos de la
causa tenida a la vista, valorados como
base de presunción corroboraron a la tes-
tigo Villarroel, conformándose al menos,
una presunción judicial con el mérito pro-
batorio dispuesto en el artículo 426 inciso
2º del Código de Procedimiento Civil y que
permite establecer la inexistencia de al-
gún letrero que prohibiera el ingreso del
público al sector de galería donde se ori-
ginó la caída de la víctima.
6. Que de todo lo dicho fluye entonces
que Pedro Troncoso Beltrán presenció un
partido de foot-ball desde un sector de la
galería del estadio municipal, cuyos tres
primeros peldaños carecían de tablones,
existiendo sólo la estructura de fierro que
los sustentaba y que al bajarse o intentar
bajarse desde la gradería superior en que
se encontraba, se precipitó al vacío.
Dicho individuo se encontraba bajo la
influencia del alcohol y no existían letre-
ros que prohibieran el uso de esa parte
del estadio según ya se concretó, no es-
tando de más agregar que también había
otros sectores de galerías carentes de ta-
blones, como se evidencia en la fotografía
que obra a fojas 23 del expediente penal.
7. Que en relación a la responsabilidad
que a la demandada corresponde en el
suceso acontecido como dueña del estadio
en comento, tenemos que de conformidad
al artículo 1º inciso 2º de la Ley Nº 18.695,
Orgánica Constitucional de Municipalida-
des, cuyo texto refundido y fijado por el
Decreto Supremo 662, de 16 de junio de
1992, regía a la época de los hechos, dis-
ponía que las municipalidades son corpo-
raciones autónomas de derecho público
encargadas de satisfacer las necesidades
de la comunidad local y asegurar su par-
ticipación en el progreso económico, so-
cial y cultural de las respectivas comu-
nas.
Para el cumplimiento de sus funcio-
nes, entre las cuales están las relaciona-
das con el deporte y recreación –artículo
4º letra f), el artículo 5º letra c)–, le entre-
gó la atribución de administrar los bienes
municipales y nacionales de uso público
existentes en la comuna.
Dicho articulado se mantuvo en conte-
nido y numeración en el nuevo texto de la
Ley Nº 18.695 fijado por el D.F.L. 2/
19.602, publicado en el Diario Oficial de
11 de enero de 2000.
8. Que por otro lado tenemos el inciso
2º del artículo 38 de la Constitución Polí-
tica de la República en cuanto prescribe
que “cualquier persona que sea lesionada
en sus derechos por la Administración del
Estado, de sus organismos o de las muni-
cipalidades, podrá reclamar ante los tri-
bunales que determine la ley, sin perjui-
 JURISPRUDENCIA
cio de la responsabilidad que pudiera afec-
tar al funcionario que hubiere causado el
daño”.
A su vez, el artículo 137 de la Ley
Nº 18.695, correspondiente al actual artícu-
lo 141, en concordancia con aquella nor-
ma disponía que las “municipalidades in-
currirán en responsabilidad por los da-
ños que causen, la que procederá princi-
palmente por falta de servicios”.
La ley no ha definido lo que debe en-
tenderse por falta de servicios, pero exis-
te consenso para estimar que ello ocurre
cuando un servicio no funciona debiendo
hacerlo, o cuando lo hace en forma defi-
ciente o tardía, que era por lo demás, el
concepto que consagraba el artículo 62 del
Decreto Ley 1.289 de 1976, Ley Orgánica
de Municipios, ahora derogada.
9. Que el referido artículo 137, ahora
141, hace responsable al municipio de los
daños que causa a terceros por falta de
servicios, tratándose sin duda de una res-
ponsabilidad objetiva, pues basta que el
daño se haya producido por esa razón para
que se genere la obligación de repararlo,
sin que la víctima necesite probar culpa o
dolo del autor. Es una responsabilidad sin
relación con acto culposo, bastando un he-
cho que haya originado daño y que pro-
venga de la falta de servicio municipal.
Esta responsabilidad tiene su razón de
ser en que a las municipalidades se les
ha encargado el cumplimiento de un con-
junto de funciones que constituyen un ser-
vicio público y la falta de ese servicio, si
causa daño, las hace responsables; de ella
sólo podrían desprenderse si acreditan un
hecho que dirima el nexo causal, es decir,
culpa exclusiva de la víctima o caso for-
tuito.
10. Que en la especie no se ha discuti-
do la obligación que pesa sobre la munici-
palidad demandada de administrar los
bienes municipales, vale decir, del esta-
dio municipal Federico Schwager, y tam-
poco se discute el deber que sobre ella
recaía de tener sus instalaciones en con-
diciones de completa seguridad para que
pudieran ser usadas por el público sin pe-
ligro de su integridad física, y dentro de
83
las medidas de seguridad, no bastaba con
sacar los tablones de los primeros pelda-
ños, como lo hizo, a fin de que los asisten-
tes al recinto no pudieren acceder a la
gradería superior, pues existía la posibi-
lidad de que alguien con más osadía lo
hiciera, como efectivamente aconteció con
Pedro Troncoso Beltrán, situación que de-
bió preverse por la Municipalidad y sobre
esta base, no podía autorizar el uso del
estadio y, en el evento de hacerlo, como
efectivamente aconteció, debió clausurar
físicamente los sectores de gradería en
mal estado, cerrándolos, pero nada de esto
se hizo, conformándose de este modo una
falta de servicio que la hace incurrir en
la responsabilidad contemplada en el ar-
tículo 137 de la Ley Nº 19.695 –141 de
ahora– y la obliga a indemnizar el perjui-
cio causado con su conducta, pues como
se dijo, no están acreditadas las circuns-
tancias excluyentes de caso fortuito o cul-
pa de la víctima.
11. Esta conclusión no se ve alterada
por el hecho de no resultar probado que
la víctima cayó al pisar un tablón que se
levantó, como se dice en la demanda, ya
que la responsabilidad de la Municipali-
dad se genera por su conducta de permi-
tir el uso de un estadio con sus graderías
en mal estado, limitándose a sacar los ta-
blones de tres peldaños para impedir el
acceso a las graderías superiores, al ser
obvio que tal medida no era suficiente,
pues se formó un espacio vacío con una
altura de aproximadamente dos metros,
al que podía caer cualquier persona, como
realmente sucedió, siendo irrelevante si
la caída fue por levantamiento de tablón,
tropezón o pérdida de equilibrio, pues de
no haber existido el vacío, la caída no ha-
bría tenido el efecto que produjo.
12. Que sin perjuicio de lo consignado,
es claro que la víctima se expuso impru-
dentemente al daño con el hecho de in-
tentar bajar de las graderías superiores
estando bajo la influencia del alcohol,
prescindiendo del peligro que significaba
el vacío formado con los tablones faltan-
tes en las gradas inferiores, y que debe
considerarse en la regulación del monto
84 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
del perjuicio, pero, aun considerando esta
circunstancia, se estima adecuado el va-
lor fijado por la juez de primer grado, como
cuantía a la indemnización para cada uno
de los demandantes.
Por estas consideraciones, disposicio-
nes legales citadas y de conformidad a lo
prevenido en el artículo 145 del Código
de Procedimiento Civil, se confirma la sen-
tencia de 22 de septiembre de 1999, es-
crita de fojas 88 a fojas 96 vta., comple-
mentada con la resolución de 29 de junio
de 2000, escrita a fojas 110.
No se condena en costas a los apelan-
tes, por estimarse que tuvieron motivo
plausible para alzarse.
Redacción del Ministro Titular, señor
Freddy Vásquez Z.
Rol Nº 1548-2000
Guillermo Silva G., Freddy Vásquez Z.,
Eliseo Araya A.
EL JUZGADO DE LETRAS
Visto:
Que en fs. 3 comparece Pedro Iván
Troncoso Urrea, pensionado, María Ester
Troncoso Urrea, Mirta Leonor Troncoso
Urrea, domiciliados en calle Santa Rosa
Nº 425, Cerro Obligado, y Mario Sandaña
Bustos, Abogado domiciliado en Calle Aní-
bal Pinto Nº 509, oficina 302, en repre-
sentación de Claudio Patricio Troncoso
Urrea, mecánico, Eduardo Alejandro Tron-
coso Urrea y Roberto Andrés Troncoso
Urrea, todos domiciliados en Coronel, ca-
lle Uribe Nº 173, los cuales interponen de-
manda de indemnización de perjuicios en
contra de la Ilustre Municipalidad de Co-
ronel, Corporación de derecho público, re-
presentada por su Alcalde, René Carvajal
Zúñiga, Abogado, ambos domiciliados en
calle Bannen Nº 70, Coronel, quienes fun-
dan su demanda, como hijos legítimos de
Pedro Pablo Troncoso Beltrán en el hecho
de que el día 20 de octubre de 1996 a las
15.45 horas aproximadamente, en circuns-
tancias que éste se encontraba en el Es-
tadio Federico Schwager de Coronel, pre-
senciando un partido de fútbol amateur
entre los equipos Unión La Colonia y Vi-
lla Louta, al momento de retirarse del lu-
gar, al bajar de la tribuna ubicada en el
sector oriente del Estadio, frente al arco
oriente, un tablón de la maltrecha gale-
ría se levantó, lo que le provocó precipi-
tarse pesadamente al vacío, ya que falta-
ban tres tablones inferiores, causándole
la caída tan graves lesiones en su cabeza
que provocaron su fallecimiento por trau-
matismo encefalocraneano. Tanto la caí-
da, lesiones y posterior muerte de su pa-
dre, se produjo exclusivamente por la fal-
ta de mantención y la negligencia de quie-
nes tienen a su cargo el cuidado y man-
tención del recinto, dado que las galerías
a esa fecha, y aún hoy, se encuentran en
pésimo estado, sin sus tablones y en al-
gunos sectores, sin ningún tablón, consti-
tuyendo un peligro inminente y real para
quienes concurren a ese recinto deporti-
vo, sin que se adoptaran a esa fecha res-
guardos o medidas de prevención alguna
para impedir la ocupación de tales gale-
rías o la ocurrencia de algún accidente.
Agregan que la mantención del recinto es
de cargo de la Municipalidad demandada
por ser ella la propietaria del inmueble y
de conformidad al artículo 137 de la Ley
Orgánica de Municipalidades Nº 18.695 en
consonancia con los artículos 6 y 7 de la
Constitución Política de la República y
los artículos 4º y 44 de la Ley 18.575 so-
bre Bases Generales de Administración
del Estado, se establece una responsabili-
dad objetiva de las Corporaciones Muni-
cipales, por los daños que causen, entre
ellos, los que se originen en la falta de
servicio de la entidad municipal, no sien-
do necesario probar el daño o culpa del
autor del daño o la omisión o negligencia
respectiva, sino la falta, deficiente o tar-
día prestación del servicio y los daños con-
secuentes, según sea el caso, relaciona-
das causalmente. Resulta evidente la fal-
ta de servicio de la demandada, la que
aparece acreditada en la causa criminal
rol Nº 75.050-4 de este Tribunal, pedida
traer a la vista, iniciada con ocasión de la
muerte del padre de los demandantes, en
la que consta las pésimas condiciones del
recinto deportivo, la falta de toda medida
de seguridad, falta de aviso, imprudencia
de la autoridad al no impedir el uso de
 JURISPRUDENCIA
tal recinto en tan precarias condiciones.
En cuanto al daño, no pudo ser más gra-
ve, pues se trata de la muerte de una
persona, su padre; que el dolor, aflicción
y sufrimiento de los demandantes es evi-
dente, ya que de no haber ocurrido el ac-
cidente seguramente estaría con vida, al
igual que su madre, Zaida del Carmen
Urrea Hernández, quien tuvo depresión y
falleció poco después, sin soportar la pena
y dolor tan injustamente sufrido. Solicita
tener por interpuesta demanda en contra
de la I. Municipalidad de Coronel al pago
de la suma de $ 5.000.000, a cada autor o
la suma que el Tribunal estime conforme
al mérito de autos y a derecho, con inte-
reses, reajustes y costas.
En fs. 11 contesta la demanda, la de-
mandada.
En fs. 14 rola réplica de la demandante.
En fs. 19 rola audiencia de conciliación.
En fs. 21 se recibe la causa a prueba.
En fs. 27 rola testimonial.
En fs. 87 vta. se cita a las partes para
oír sentencia.
Se tuvo a la vista causa rol Nº 75.050-
4 del Ingreso Criminal de este Tribunal.
Con lo relacionado y considerando:
En cuanto a las tachas:
Primero: En cuanto a la tacha deduci-
da por el apoderado de la demandada a
fs. 27 al testigo José Miguel Higueras Be-
llo, por las causales del artículo 358 Nos 6
y 7 del Código de Procedimiento Civil, ar-
gumentando que dicho testigo es inhábil,
fundada en carecer de imparcialidad y te-
ner interés directo en el resultado del jui-
cio. El apoderado de la parte demandante
solicita el rechazo de la tacha, con costas,
porque no se encuentran configuradas, ni
aún cercanamente las circunstancias de
hecho señaladas en las disposiciones le-
gales invocadas, lo que fluye claramente
de su declaración transcrita.
Segundo: Que, en relación a la inhabili-
dad del testigo José Miguel Higueras Be-
llo, se rechazará la tacha interpuesta, por
cuanto no aparecen acreditadas las causa-
les con las declaraciones del testigo, así
85
como tampoco se rindió prueba alguna para
probar su fundamento. Al respecto cabe
señalar que las causales del artículo 358
Nos 6 y 7 del Código de Procedimiento Ci-
vil, dicen relación con hechos graves, con-
tundentes y concretos; en el primer caso
que importen falta de imparcialidad por
tener en el pleito un interés directo o indi-
recto, debiendo revestir este interés, ade-
más un contenido de carácter patrimonial.
En el segundo caso, la amistad debe ser
“íntima”, la que por propia exigencia le-
gal, debe ser manifestada por hechos gra-
ves, lo que no ocurre en la especie.
Tercero. Que, se deduce tacha por el
apoderado de la demandada en fs. 31 en
contra del testigo Alberto Samuel Saave-
dra Cartes, por la causal del artículo 358
Nº 7 del Código de Procedimiento Civil,
argumentando que dicho testigo es inhá-
bil por tener amistad íntima con el de-
mandante Iván Troncoso, fundada en el
hecho que el testigo señala conocer al ac-
tor por veinte años y haberse criado junto
a él en el barrio. El apoderado de la parte
demandante solicita su rechazo, con cos-
tas, porque no se encuentra configurado
el concepto “amistad íntima” que exige la
ley, ya que no visita su casa e igualmente
ha declarado no tener interés particular
en los resultados del proceso, lo que ase-
gura su imparcialidad.
Cuarto: Que se rechazará la tacha de-
ducida en contra del testigo Alberto Samuel
Saavedra Cartes, ya que no basta la califi-
cación de simple amistad para inhabilitar
la declaración de un testigo, ya que el con-
cepto de “amistad íntima” que se exige para
legitimar la tacha es más amplio que la
simple amistad y debe justificarse por he-
chos externos concretos, los que en la es-
pecie no se dan. Así lo exige la ley en el
artículo 358 Nº 7 del Código de Procedi-
miento Civil y la circunstancia de vivir por
largo tiempo en un mismo barrio, sin visi-
tarse en sus casas frecuentemente, no cons-
tituye ni reviste el carácter exigido por la
norma legal. Por último, la demandada no
rindió pruebas para acreditar el carácter
íntimo de la amistad ni de los hechos gra-
ves que la manifiesten.
86 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
Quinto: Que, en fs. 37 el apoderado de
la demandante tacha al testigo Armando
Alfredo Gilli Sasso, por la causal del ar-
tículo 358 Nº 5 de Código de Procedimien-
to Civil, fundada en los dichos del propio
testigo quien reconoce ser trabajador de-
pendiente de la parte que los presenta.
El apoderado de la demandada solicita el
rechazo de la tacha invocada, por el he-
cho que los funcionarios municipales go-
zan de la suficiente independencia y de
un estatuto legal especial que garantiza
su inamovilidad, lo que les permite decla-
rar objetivamente.
Sexto: Que, el Tribunal acogerá la ta-
cha formulada en contra del testigo Ar-
mando Gilli, por cuanto el testigo indica-
do es dependiente de la Ilustre Municipa-
lidad de Coronel, siendo este hecho reco-
nocido por el propio testigo. Si bien esta
sola circunstancia no es constitutiva de
inhabilidad por contar los trabajadores
municipales con un estatuto jurídico es-
pecial, no es menos cierto que según los
dichos del testigo, las funciones que él
cumple están directamente relacionadas
con los hechos materia de este juicio. Dice
prestar servicios retribuidos administran-
do el Gimnasio Municipal y ocasionalmen-
te en el Estadio.
Séptimo: Que, en fs. 39 la demandante
deduce tacha contra el testigo Eladio Hor-
mazábal Sánchez por la causal del artícu-
lo 358 Nº 6 del Código de Procedimiento
Civil, fundada en su calidad de Presidente
de la Asociación de Fútbol de Villa Mora y
en el hecho de que se le facilitan las insta-
laciones del Estadio, se le regalen trofeos
y se le hacen aportes económicos por parte
del Municipio. Por último alega una posi-
ble responsabilidad pecuniaria por los re-
sultados del juicio. La demandada, contes-
tando el traslado señala que se debe re-
chazar la tacha interpuesta, ya que los mo-
tivos esgrimidos no son suficientes para
configurar la causal, que el testigo posee
la independencia para declarar por sí y no
por la persona jurídica que representa.
Octavo: Que el tribunal procederá a re-
chazar la tacha interpuesta contra Eladio
Hormazábal, por no encontrarse acredi-
tada la falta de imparcialidad necesaria
para declarar en juicio, ya que el testigo
es una persona natural y los aportes que
refiere lo son a la Asociación de Fútbol.
Noveno: Que, en fs. 41 vta. la deman-
dante deduce tacha contra el testigo Rai-
mundo Blas Saavedra Maurelia, por la cau-
sal del artículo 358 Nº 5 del citado Código,
fundándola en que es empleado de la Di-
rección de Administración Municipal. El
apoderado de la demandada solicita su re-
chazo, ya que los servidores públicos acce-
den a sus cargos por concurso, tienen ina-
movilidad y plena libertad para declarar a
favor o en contra del Municipio.
Décimo: Que, el Tribunal acogerá la ta-
cha antes mencionada, toda vez que tal
como antes se razonó, el solo hecho de
pertenecer a una repartición municipal y
ser remunerado por la demandada no in-
habilita al testigo, sin embargo, se des-
prende de sus mismas declaraciones que
éste es la persona “encargado de la pro-
gramación deportiva que se le solicita a
la Municipalidad, específicamente del Es-
tadio”, lo que lo coloca en situación de
directa vinculación con los hechos mate-
ria del pleito.
Decimoprimero: Que, en fs. 43 vta., la
demandante plantea tacha en contra del
testigo Tulio Ramón Bizama Sánchez, por
las causales de los Nos 5 y 6 del artículo
358 del Código citado, fundada en ser tra-
bajador de la parte que lo presenta y por
tener interés directo o indirecto en los re-
sultados del juicio, por cuanto podría te-
ner directa incidencia en su responsabili-
dad funcionaria. El apoderado de la parte
demandada solicita el rechazo de la ta-
cha fundado en que los funcionarios mu-
nicipales acceden a sus cargos por con-
curso, tienen inamovilidad y plena liber-
tad para declarar a favor o en contra del
Municipio.
Decimosegundo. Que, en cuanto a la
tacha interpuesta al testigo Tulio Bizama
Sánchez, ésta se acogerá, por cuanto, rei-
terando lo razonado, su calidad de funcio-
 JURISPRUDENCIA
nario municipal no lo inhabilita, pero sus
declaraciones para tacha contienen ele-
mentos suficientes a juicio de este Tribu-
nal para declarar su inhabilidad. En efec-
to, ya al proceder a ser interrogado el tes-
tigo en fs. 37, señala como su domicilio la
calle Bannen 70 de Coronel, esto es, el
mismo domicilio de la demandada. Con
todo, manifiesta el testigo ser remunera-
do por la demandada en su calidad de
“Director y extensión del Municipio” y en
tal condición estar a cargo de la Adminis-
tración del Estadio Federico Schwager de
Coronel.
En cuanto al fondo:
Decimotercero: Que la parte demandan-
te Pedro Iván Troncoso Urrea, María Es-
ter Troncoso Urrea, Mirta Leonor Tron-
coso Urrea, Claudio Patricio Troncoso
Urrea, Eduardo Alejandro Troncoso Urrea
y Roberto Andrés Troncoso Urrea, accio-
nan en contra de la demandada, la Ilus-
tre Municipalidad de Coronel, ambas par-
tes individualizadas, pidiendo sea conde-
nada a pagar la indemnización de perjui-
cios por las sumas que indica, con costas,
por las razones de hecho y de derecho ya
referidas en lo expositivo de este fallo.
Decimocuarto: Que, contestando en
fs. 11 la demanda, la demandada pide el
rechazo de ésta por carecer de fundamen-
to en los hechos como en el derecho, por
cuanto no es efectivo que el Estadio
Schwager hubiese estado a cargo del mu-
nicipio de Coronel, el día 20 de octubre de
1996, fecha del accidente, ya que como el
propio actor lo reconoce en esa ocasión se
disputó un partido de fútbol entre “Unión
La Colonia” y “Villa Louta”, equipos de
barrio que pertenecen a la Asociación de
Fútbol de Coronel, a quienes se les había
facilitado el Recinto bajo su exclusiva res-
ponsabilidad. Agrega que es falso que la
víctima al retirarse del Estadio y al bajar
de las galerías “un tablón de la maltre-
cha galería se levantó intempestivamen-
te haciendo que nuestro padre perdiera
el equilibrio”, por cuanto todos ellos son
de excelente calidad y más aún son los
mismos que existen a la fecha. Agrega
87
que los hechos afirmados en la demanda
son distintos a la verdad, ya que el día
del accidente de los cuatro sectores de gra-
derías existentes en el Estadio, uno de
ellos se encontraba inhabilitado para ser
usado, ya que las tres primeras graderías
o tablones habían sido sacados del lugar
por la Municipalidad de Coronel, dadas
las malas condiciones de uso, poniéndose
en lo alto de esa gradería un letrero en
que se avisaba la prohibición de ser usa-
do ese sector por el público. Dice que los
tres primeros tablones no existían, había
sólo un gran vacío y estaban ubicados los
tablones correspondientes a la gradería
cuarta hacia arriba, con una altura de
2.10 metros de altura hasta el suelo, por
lo que ninguna persona, en su sano juicio
podría trepar esa altura para arriesgarse
a ver un partido en un lugar prohibido y
a todas luces de alto riesgo. Acota que el
resto del estadio estaba casi vacío y per-
fectamente usable, por lo que resulta inex-
plicable que la víctima haya insistido en
ir a sentarse precisamente a ese lugar.
Indica que no fue culpa del Municipio lo
ocurrido pues el padre de los actores se
encontraba en estado de ebriedad con 0.84
grs/lt de alcohol en la sangre y que este
estado etílico de la víctima es la única
causa real de su propio accidente. Por úl-
timo agrega que la causa rol Nº 75.050-4
sobre cuasidelito de homicidio deducido
por los actores en contra de quienes re-
sulten responsables de los hechos que allí
se expusieron fue sobreseída de conformi-
dad al artículo 409 Nº 1 del Código de
Procedimiento Penal, ratificada por la
Iltma. Corte de Apelaciones de Concep-
ción, por no resultar justificado en autos
que la muerte de don Pedro Pablo Tron-
coso Beltrán sea consecuencia de un deli-
to. Concluye solicitando el rechazo de la
demanda, con costas.
Decimoquinto: Que, en orden a acredi-
tar los hechos que fundan su pretensión
la demandante acompañó en fs. 1 y 2 li-
bretas de familia en que se acredita el
vínculo de los demandantes con la vícti-
ma, en fs. 3 copia simple de la Inscripción
de dominio del Estadio Federico Schwa-
ger a nombre de la demandada, no obje-
88 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
tada, en el que consta el dominio de la
demandada del inmueble que allí se se-
ñala, conocido como estadio Federico
Schwager de Coronel.
Decimosexto: Pidió, además, se trajera a
la vista expediente rol Nº 75.050-4, del in-
greso criminal de este Juzgado, habiéndose
constatado en dicho proceso por el Tribunal
en la inspección de fs. 9 que se trata del
Estadio Federico Schwager, ubicado en Ave-
nida los Héroes de la Concepción s/n, del
sector de Villa Mora, el cual se encuentra
cercado en su totalidad por muros de con-
creto y ladrillos, la cancha principal es de
césped y está cercada en sus contornos por
malla de alambre. La gradería ubicada en
el costado sur, donde se produjo el acciden-
te presenta los tres primeros peldaños con
la ausencia de tablones, siendo sus bases
de fierro. Se aprecia que existe una altura
aproximada desde el tercer peldaño en la
gradería sur, de aproximadamente unos
2,20 metros. En algunos lados del costado
sur del estadio existe la total ausencia de
peldaños para el público.
Decimoséptimo: Que también llamó a
estrados a los testigos José Miguel Hi-
gueras bello, quien legalmente examina-
do dijo que en el mes de octubre de 1996
fueron a ver un partido de fútbol, el que
lo programó el estadio de Schwager, que
se encontraron con el padre de Pedro Iván
Troncoso, vieron el partido y una vez ter-
minado bajaron con cuidado, pues desde
el primer peldaño hasta el cuarto falta-
ban tablones, agregando que aquél se que-
dó y ellos se retiraron, habiéndose ente-
rado después de su muerte. El testigo Al-
berto Samuel Saavedra Cartes también
legalmente examinado expresa que cono-
ce a Iván Troncoso, que hace aproxima-
damente tres años se encontraba en el
estadio Federico Schwager arbitrando un
partido de fútbol entre los equipos que él
dirigía, que le avisaron que había caído
una persona de la galería, que se acercó y
le prestó ayuda, que sabe que la víctima
se encontraba viendo un partido de fútbol
arriba de la galería, que no vio ningún
letrero que dijera gradería clausurada, ya
que no se percató de eso. La testigo Euge-
nia Margarita Luna Sanhueza legalmen-
te examinada señala que conoce a las par-
tes, que en octubre de 1996 estaba dentro
del estadio Federico Schwager viendo un
partido de fútbol, en la misma gradería
en que se encontraba la víctima, que se
paró a mirar a sus hijos porque la grade-
ría estaba en mal estado y en ese instan-
te vio a un caballero que estaba tirado en
el suelo, agregando que cayó como de dos
metros de altura y que se encontraba en
el quinto peldaño más o menos, que des-
de donde cayó no habían peldaños, sólo
unos fierros. La testigo Marianela del Car-
men Villarroel Navarrete, quien legalmen-
te examinada dice que conoce a las par-
tes, que se encontraba en el estadio Fede-
rico Schwager viendo un partido de fút-
bol, que conocía y vio a Pedro Troncoso
Beltrán sentado en las graderías el cual
quiso bajar, tuvo que saltar dos peldaños
que no tenían la madera y cayó, acotando
que aquél estaba como en el cuarto pel-
daño, que entre el segundo y el tercero
existía estructura de metal pero no el ta-
blón y que no vio en el lugar ningún le-
trero que dijera tribuna clausurada.
Decimoctavo: Que, por su parte, la de-
mandada pidió también que se trajera a
la vista el expediente rol Nº 75.050-4 de
este juzgado, del ingreso criminal, por
muerte de Pedro Pablo Troncoso Beltrán.
Decimonoveno: Que, además, llamó a es-
trados a los testigos Eladio Hormazábal
Sánchez, quien legalmente examinado dijo
que es presidente de la Asociación de Fút-
bol de Villa Mora, que supo de un inciden-
te que hubo en el estadio el 20 de octubre
de 1996 en que falleció el Sr. Troncoso, que
él estaba organizando los partidos en ese
estadio, sabe que la víctima estaba en es-
tado de ebriedad porque el Director de tur-
no se lo manifestó, que vio que a un lado
había un letrero que decía graderías clau-
suradas, por cuanto no tenían tablones para
ocuparlas, y ahí fue el accidente, que reco-
noce las fotografías que se le exhiben de
fs. 23 a 27 del expediente criminal tenido a
la vista y del estado en que se encontraban
las galerías. El testigo Manuel Segundo Pa-
rra Molina, legalmente examinado, señala
que está a cargo de las llaves de los cama-
 JURISPRUDENCIA
rines del estadio, que en el momento que
terminó el partido él fue a cerrar los porto-
nes, el día 20 de octubre de 1995 y se per-
cató de una persona fallecida, la cual esta-
ba al lado sur del estadio, que las galerías
se encontraban en mal estado existiendo
un letrero que decía galerías clausuradas,
las tres primeras gradas de abajo hacia
arriba, que sabe que la víctima andaba en
estado de ebriedad, lo que supo por dichos
de carabinero, el cual dijo que dicha perso-
na tenía olor a alcohol. Que reconoce las
fotografías de fs. 24 del expediente tenido
a la vista como correspondiente al estado
de la galería al momento del accidente, en
fs. 24 y la de fs. 25 y 26.
Vigésimo: Que, el asunto a dilucidar,
en consecuencia, es determinar si las ac-
tuaciones de la Ilustre Municipalidad de
Coronel, y sus funcionarios, son constitu-
tivos de falta de servicio y si ésta es la
que ha causado el perjuicio que se alega
por los actores, y si entre la causa del
daño y éste ha mediado un vínculo o rela-
ción de causalidad directa. Esto es, si el
daño producido, la muerte del padre de
los actores, fue inmediata y directa con-
secuencia de una falta o tardía presta-
ción del servicio requerido.
Vigesimoprimero: Que es un hecho acre-
ditado en el proceso por la inscripción de
dominio rolante en fs. 3, no objetada y por
la propia contestación de la demanda, que
la I. Municipalidad de Coronel, era la due-
ña del estadio Federico Schwager, al 20 de
octubre de 1996, fecha en la que ocurrió el
accidente en la que perdió la vida el padre
de los demandantes.
Vigesimosegundo: Que, la demandada
discurre en primer lugar sobre el hecho de
que ella no puede ser demandada por el
accidente, pues había facilitado el Recinto
Deportivo a la Asociación de Fútbol de Co-
ronel, bajo su exclusiva responsabilidad. Al
respecto, debe señalare que la especie de
préstamo de uso o situación jurídica simi-
lar que alega la demandada en su contesta-
ción, no la exime de la responsabilidad de
otorgar un adecuado servicio en los bienes
que son de uso público y en particular, si se
89
trata de un estadio o recinto deportivo al
cual concurren personas a presenciar las
actividades que allí se desarrollan.
Vigesimotercero: Que, con relación a los
antecedentes de la causa criminal, rol
Nº 75.050-4, ordenada traer a la vista, se
puede desprender que dichas tribunas se
encontraban en mal estado, así se confir-
ma en la descripción del sitio del suceso
por Carabineros de Chile en fs. 3, inspec-
ción personal del Tribunal en fs. 9, foto-
grafías rolantes en fs. 23 a 27, dichos de
los testigos Alberto Saavedra Cartes, en
fs. 32, Marianela Villarroel Navarrete en
fs. 33, Eugenia Luna Sanhueza en fs. 34,
José Miguel Higueras Bello en fs. 35,
Rubén Vega Pedreros en fs. 36, Bernardo
Cárcamo Ruiz en fs. 37, Oscar Pardo Val-
derrama en fs. 40, Regina González Mo-
rales en fs. 41, todos los cuales así lo de-
clararon en dicho proceso.
Vigesimocuarto: Que, en cuanto a la me-
dida de seguridad de retirar tres corridas
de tablones al interior del estadio y que por
tal hecho se pueda desestimar la responsa-
bilidad de la demandada, ya que las perso-
nas que allí se ubiquen lo hacen bajo su
exclusiva responsabilidad, debe tenerse pre-
sente que la obligación de cuidar y mante-
ner los bienes de uso público implicaba para
la demandada, en este caso, tomar todas
las medidas necesarias para eximir de ries-
go a las personas que a dicho recinto con-
curriesen, lo que importa que si dichas gra-
derías no estaban aptas para su uso, debió
cerrarse su acceso mediante rejas y otro
mecanismo que impidiese al público asis-
tente llegar a ellas. Así las cosas, la ausen-
cia de tres corridas de tablones como medi-
da de seguridad y precaución para el no
uso de la misma, no es suficiente para con-
siderar que la demandada prestó el ade-
cuado servicio al que por ley está obligada
y es lógico concluir que al no existir ningún
tipo de limitación en el acceso de público al
partido de fútbol no era suficiente ni aun
un mero letrero de prohibición –no acredi-
tado en autos– como medida de precaución.
Vigesimoquinto: Eliminado. (Que, en re-
lación al supuesto estado de ebriedad ale-
90 SEGUNDA PARTE - SECCION QUINTA
gado por la demandada, ninguna relevan-
cia tiene, por cuanto este concepto es una
cuestión de hecho, objetivizada en nuestra
legislación penal, para los efectos de deter-
minar la competencia y tipificación del deli-
to de conducir vehículo motorizado en esta-
do de ebriedad, en relación al artículo 121
de la Ley 17.105. Al respecto, el informe
rolante en fs. 47 de la causa criminal teni-
da a la vista, indica un resultado de 0.85
gramos por litro de alcohol en la sangre, lo
que significa que la persona se encontraba
bajo la influencia del alcohol de acuerdo a
dicha normativa infraccional, ajena a la
cuestión civil debatida y no aparece en au-
tos acreditado que la presencia de alcohol
en la sangre de la víctima altere lo antes
señalado en cuanto a la falta de medidas de
seguridad, de las que dicho recinto carecía.)
Vigesimosexto. Que, así las cosas, se en-
cuentra probado en autos que el día 20 de
octubre de 1996 ocurrió la muerte de una
persona en el interior del Estadio Federico
Schwager de Coronel, de propiedad de la
I. Municipalidad de esta ciudad, es decir
de una Corporación de Derecho público
creada para el cumplimiento de una de las
funciones de los órganos administrativos
del Estado y regida por la Ley Orgánica
de Municipalidades Nº 18.695, y por la Ley
sobre Bases Generales de Administración
del Estado Nº 18.575.
Vigesimoséptimo: Eliminado. (Que, de
conformidad con lo dispuesto en el artícu-
lo 83 inciso uno de la Ley 18.695, las Mu-
nicipalidades incurrirán en responsabili-
dad por los daños que causen, la que pro-
cederá principalmente por falta de servi-
cio. A su vez, el artículo 4º de la Ley
Nº 18.575, señala que el Estado será res-
ponsable por los daños que causen los ór-
ganos de la administración en el ejercicio
de sus funciones.
Por su parte, el artículo 44 de ese mis-
mo cuerpo expresa que los Organos de la
Administración serán responsables del
daño que causen por falta de servicio.)
Vigesimoctavo: Que, también resulta
acreditado que el día de los hechos dicho
recinto municipal y sus instalaciones fue-
ron entregados por la demandada a la
Asociación de Fútbol de Coronel para la
realización de un partido de fútbol, con
las graderías en deficiente estado, con evi-
dente peligro para la integridad física de
los concurrentes.
Eliminado. (Que la víctima y padre de
los actores Pedro Pablo Troncoso Beltrán,
al retirarse del referido lugar pisó un ta-
blón suelto y cayó desde una altura aproxi-
mada a los 2,10 metros, provocándole un
traumatismo encefalocraneano, que cau-
só posteriormente su muerte.)
Vigesimonoveno: Que la demandada ha
incurrido entonces en falta de servicio, en-
tendiéndose por tal toda deficiencia, ne-
gligencia, omisión o retardo o mal funcio-
namiento de un servicio o bien de uso
público, que ocasionó en la especie el daño
consistente en la caída y muerte de la
víctima, a raíz de la ausencia de control
en las medidas de seguridad para impe-
dir o restringir el uso de galerías no habi-
litadas por su deficiente estado.
Trigésimo. Que, en consecuencia, esta
ausencia de cuidado debido y negligencia
en las medidas de seguridad que debió
adoptar la demandada, tienen una directa
relación de causalidad con el resultado pro-
ducido –la muerte del padre de los deman-
dantes por la caída de éste– desde una de
las galerías del recinto, la que no contaba
con las protecciones adecuadas, por lo que
en base a lo concluido se resolverá.
Trigesimoprimero: Que es indudable que
la muerte en tales condiciones del padre
de los actores ha provocado el sufrimiento
y aflicción de los hijos, constitutivo de daño
moral que debe ser indemnizado patrimo-
nialmente, teniendo esta sentenciadora fa-
cultades para regular prudencialmente el
monto de dichos perjuicios, estimándose
que los demandantes deben ser indemni-
zados en la suma de $ 3.000.000, cada uno,
sumas que deberán reajustarse en la for-
ma que se establecerá en la parte resoluti-
va de este fallo.
Y de conformidad a lo previsto en los
artículos 1698 del Código Civil, artículos
4º y 44 de la Ley Nº 18.575 sobre Bases
Generales de Administración del Estado;
artículo 83 inciso 1º de la Ley Nº 18.695,
 JURISPRUDENCIA
Orgánica de Municipalidades, artículos
170 y 254 y siguientes del Código de Pro-
cedimiento Civil, se declara:
I. Que ha lugar a la demanda deduci-
da en fs. 6, sólo en cuanto se condena a la
demandada a pagar a cada uno de los
actores la suma de $ 3.000.000, por con-
cepto de indemnización de perjuicios por
daño moral.
II. Que dichas sumas deberán pagarse
reajustadas de acuerdo a la variación del
Indice de Precios al Consumidor desde la
fecha de esta sentencia hasta la de su
pago efectivo.
III. Que no ha lugar a la petición de
aplicar intereses a las cantidades referi-
das, por improcedente.
IV. Que no se condena en costas a la
demandada.
Graciela Ramos P., Juez Titular.
Corte Suprema, 15 de abril de 2002
Corte de Apelaciones de Santiago,
25 de enero de 2002
Hoyl Sotomayor, Patricia con Isapre Vida
Tres S.A.
(recurso de protección)
Aumento de valor de cotización men-
sual – Contrato de salud – Acto ilegal y
arbitrario – Carencia de razonabilidad
(aumento exento de justificación) – Suge-
rencia de recurrida de aceptar recurrente
otro plan (rebaja de porcentajes de bonifi-
cación) – Vulneración de derecho a esco-
ger libremente sistema de salud (art. 19
Nº 9 inc. final de la Constitución) – Afec-
tación de derecho a la integridad física y
síquica (art. 19 Nº 1 de la Constitución) –
Precio de cotizaciones de salud – Ley
Nº 18.933 (art. 38) – Compatibilidad de
acción de protección con otros medios pro-
cesales de defensa (primacía de acción
constitucional) – “Sin perjuicio de…”
(art. 20 inc. 1º de la Constitución) – Con-
tratos: ley para las partes – Excepción
planteada por art. 38 Ley Nº 18.933 (mo-
91
dificación unilateral de contrato) – Razo-
nabilidad del ius variandi (atribución de
discrecionalidad que otorga la ley debe
ser debidamente justificada) – Contrapar-
te de contrato de salud (afiliada adulto
mayor, afiliada “cautiva”) – Violación de
derecho a la igualdad en sistema privado
de salud, dada su edad – Vulneración del
derecho de propiedad (exacción ilegal:
art. 19 Nº 24 de la Constitución).
MEDIDA DE PROTECCIÓN: Recurrida debe-
rá mantener a la recurrente en el plan de
salud contratado en su valor.
DOCTRINA: Si bien la recurrida tiene de-
recho a revisar los contratos de salud de
sus suscriptores, conforme a la atribución
que le confiere la ley, como facultad ex-
cepcional que ella es en nuestro Derecho,
debe interpretarse restrictivamente para
evitar abusos de parte de quien la ejerce,
por lo que su ejercicio debe fundarse en la
existencia de motivos razonables.
Un alza no razonable dispuesta por la
recurrida del valor de la cotización men-
sual que debe pagar una afiliada, concul-
ca el derecho de ésta a elegir el sistema de
salud al que desee acogerse, puesto que en
razón de ser adulto mayor, el ingreso a
otra institución del rubro queda limitada
únicamente a optar por el sistema públi-
co, dado el régimen de restricciones por
enfermedades preexistentes que establece
la ley 18.933, eliminándose así toda posi-
bilidad de elección.
También queda vulnerado en tal situa-
ción el derecho de propiedad de la recu-
rrente desde que se le ha impuesto un gra-
vamen, carente de justificación, por la vía
de aumentar la cotización, alterando su
patrimonio al hacerle incurrir en un ma-
yor gasto, sin que ello implique como con-
trapartida el aumento de prestaciones o
una mejoría en la calidad de las que ya
mantenía (Corte Suprema).
Aun cuando las partes han incluido en
el contrato de salud una cláusula com-
promisoria, la Constitución establece en
su artículo 20 que la acción de protección
es procedente sin perjuicio de los demás
derechos que pueda hacer valer el afecta-
do ante la autoridad o tribunales compe-