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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
El aumento de la riqueza del accionista como propietario de una empresa exige que crezca
su patrimonio asociado a su participación en ella. Sea un inversor que:
– Adquiere al inicio de año 100 acciones de una entidad financiera por 1.000 €.
– Cobra al final de ese año un dividendo de 0,50 € por acción, por un total de 50 €.
– También, al final de año, vende las 100 acciones por 950 €.
Pero toda inversión tiene un coste de oportunidad, estimado por la rentabilidad que ofrezca
otra de riesgo similar. Supongamos que, con un riesgo similar al del ejemplo anterior,
existen otras inversiones alternativas con un rendimiento esperado, aunque incierto, del
10%.2 Para valorar positivamente la inversión, el patrimonio del accionista debería
incrementarse como mínimo en ese coste de oportunidad del 10%. Si supera esta tasa, la
inversión crea valor; por debajo de ella el inversor lamentará no haber elegido otra
alternativa de riesgo similar y que le podría haber dado ese rendimiento normal de mercado.
Si la tasa del 10% es la que razonablemente puede obtener el inversor porque la paga el
mercado, entonces sirve para capitalizar su patrimonio inicial (1.000 €) hasta el final de año
(1.100 €).3 Ambos importes son equivalentes, pues si al inicio del año dispone de 1.000 €, a
su término exigirá un valor esperado de 1.100 €. Como al capitalizar la inversión se obtiene
su equivalente al final del año, los tres importes del ejemplo se refieren ya al mismo
momento y pueden sumarse para echar las cuentas del valor creado al final de la inversión.
Valor creado (-100) = importe final (950) + dividendos (50) – inversión capitalizada (1.100)
El valor creado, que se mide al final del periodo, se compone de la plusvalía, calculada al
término de la inversión (para deducir el coste financiero), y de la renta cobrada (los
dividendos) y mide el rendimiento obtenido por encima de la rentabilidad exigida. En este
ejemplo, sin embargo, se ha destruido valor.
Si en el ejemplo anterior suponemos ahora que el importe de la venta fue de 1.080 € (en vez
de 950), manteniéndose el resto de los datos, la ganancia nominal, compuesta de la
plusvalía nominal (80) y el dividendo (50), asciende a 130 €, que equivale a una rentabilidad
del 13% sobre la inversión. Ahora el valor creado es positivo (30 €), según la figura 16.1.
1 El término nominal indica que el importe se expresa en euros de cada año, sin ajustar por la inflación.
2 Cuando el rendimiento de la inversión es cierto, el mercado solo paga el tipo de interés sin riesgo, que
corresponde a la rentabilidad de los denominados activos libres de riesgo (la Deuda del Estado, p. ej.).
3 La indiferencia entre importes es manifiesta si se trata de un activo libre de riesgo. Con un rendimiento anual
cierto del 2%, los 1.000 € de la inversión inicial equivaldrían a 1.020 seguros al cabo de un año y viceversa.
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El cálculo del valor creado por la inversión en acciones durante un periodo no es preciso que
se adquieran ex profeso; basta con tenerlas en propiedad al inicio, pues la decisión de
mantenerlas equivale a una reinversión. Tampoco es necesario desinvertir al término del
plazo, pues no hacerlo supone reinvertir durante otro periodo. Sí es necesario conocer sus
valores inicial y final. Cuando la empresa cotiza en bolsa, su precio ofrece una estimación de
su valor, aunque esté sesgada por las habituales fluctuaciones bursátiles. Si no cotiza, es
preciso estimar su valor mediante las técnicas que se describen posteriormente.
El Cuadro 16.1 ofrece un ejemplo de creación de valor para una empresa cotizada.4 La
rentabilidad media anual del accionista durante el periodo 2015-2020 fue del 9,4%.
4 En 2015 la compañía repartió un dividendo en acciones en la proporción de 4 acciones gratis por cada 100.
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Índice de creación valor (-0,6) = rentabilidad accionista (9,6) – tasa coste financiero (10)
(€ al final del año) 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
- Valor inicial -1.386
+ Dividendos 51 57 68 94 104 135
+ Valor final 1.765
= Movimiento de fondos -1.386 51 57 68 94 104 1.900
Rentabilidad media anual (TIR) 9,4%
Cuadro 16.2: la rentabilidad anual media (TIR)5
– Una propiedad es un activo del que su propietario espera obtener unas rentas. Las
acciones son un activo para del accionista con independencia de su reflejo contable.
– El inversor decide considerando el precio de mercado (o teórico), pues exige un
rendimiento al valor actual de su inversión, no al histórico.
– Crear valor para el accionista exige superar el coste financiero de su aportación.
5 Se supone que los dividendos se abonan al final de cada año. Si no, pueden capitalizarse a dicho momento.
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La valoración de una empresa consiste en estimar su valor razonable o teórico, que según el
Plan general de contabilidad español es … el importe por el que puede ser intercambiado un
activo o liquidado un pasivo, entre partes interesadas y debidamente informadas, que
realicen una transacción en condiciones de independencia mutua. El valor de la empresa
equivale al precio al que un comprador y un vendedor intercambiarían la propiedad si se
cumplen las condiciones del cuadro 16.3.
Requisitos
Existen otros compradores interesados en la empresa y otras empresas similares en venta
El único objetivo de las partes involucradas es obtener un beneficio
Ninguna de las partes está obligada a realizar la transacción
Ambas disponen de la información relevante sobre la operación y saben analizarla
No existen razones emocionales que influyan sobre las condiciones de la transacción
Cuadro 16.3: los supuestos para estimar el valor
El precio depende de quiénes sean el comprador y el vendedor, ya que ambos pueden influir
sobre las rentas futuras, el riesgo de dichas rentas y las posibles sinergias derivadas por
gestionar la empresa dentro de una cartera. También depende del poder de negociación
relativo de las partes. Por ello, el valor que estime el comprador fijará el precio máximo que
podrá pagar. En sentido contrario, el valor estimado por el vendedor impondrá un límite por
debajo del cual no debería vender. La operación será factible si el valor para el comprador
supera al del vendedor y se facilita si la diferencia entre ambos, que estima el valor que
puede crear la operación, ofrece un margen amplio para negociar el precio.
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– El descuento por iliquidez: como la liquidez tiene un valor, pues permite desinvertir
rápidamente y sin pérdidas significativas, el valor de la empresa que no cotiza se reduce
respecto a la que disfruta de liquidez. El coste de la falta de liquidez se manifiesta
cuando un socio minoritario desea vender su participación y se ve obligado a acudir a
un arbitraje o a los tribunales para fijar el precio. Esto se aprecia también en el precio de
los pisos: los de menor tamaño son los más caros por metro cuadrado porque tienen un
mercado más amplio que los de mayor superficie. El descuento habitual por falta de
liquidez fluctúa en torno a un 25% respecto al valor con liquidez.
– La prima de control: adquirir el control de la empresa, que confiere el derecho a
gestionar sus rentas, exige el pago de una prima, por encima de su precio de mercado.
Esta prima suele superar el 25% cuando la OPA es hostil, aunque no alcanza el 10%
cuando es amistosa. Para justificar el pago de esta prima el comprador deberá
identificar los mecanismos capaces de crear valor sobre la situación de partida de la
empresa adquirida. En el caso de las empresas cotizadas, es habitual que el rumor de
una OPA provoque el aumento de la cotización de la empresa objetivo y reduzca el de
la compradora. Esto sugiere que el mercado desconfía de que se vayan a conseguir las
sinergias anticipadas y por las que se paga la mencionada prima de control. A este
respecto, la cotización de mercado representa el precio por acción cuando el paquete
adquirido no otorga el control de la empresa.
– La naturaleza del comprador: uno industrial paga más, en general, que uno financiero,
por su capacidad para obtener sinergias al integrar la compra en su cartera empresarial.
– Una empresa es un activo que promete generar rentas en el futuro y cuyo valor debe
incorporar la totalidad de esas rentas esperadas. Lo importante para estimar el valor es
el dinero que se estima que generará la empresa y no tanto sus datos contables.
Además, a pesar de la incertidumbre de las rentas futuras, el dinero es más tangible; los
parámetros contables hablan del pasado y dependen de los criterios para estimarlos.
– Bajo el criterio estrictamente financiero, no se debería pagar más por comprar un activo,
ni cobrar menos por venderlo, que el dinero que se espere obtener de él. Por ello, el
valor de la empresa se estima por la suma del valor actual de todas las rentas futuras
que se espere que proporcionará a su propietario.
– Puesto que el dinero tiene un valor temporal, las rentas previstas no pueden sumarse
directamente, pero sí sus respectivos equivalentes financieros en el momento en el que
se sitúa el valor (el momento cero).
– Para calcular el equivalente financiero actual de las rentas de una acción se utiliza la
tasa de coste medida por la rentabilidad exigida por el inversor. El valor actual de cada
6Un paradigma es el conjunto de conocimientos de una disciplina, aceptados por la comunidad científica porque
son capaces de explicar razonablemente la realidad y se carece de una alternativa mejor.
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Los valores relevantes de la empresa son los del activo operativo neto, el activo neto y el
patrimonio neto. Para estimarlos se diferencia según que haya o no activos no operativos.
En este caso el activo operativo neto es igual al patrimonio neto más la deuda financiera.
– Valor del activo operativo neto (VAON): se halla actualizando el flujo operativo de caja
o free cash flow, es decir, las rentas generadas por la actividad sin incluir los flujos
financieros. La tasa de actualización corresponde al coste de capital medio de la
empresa. El activo operativo neto es la suma del activo no corriente empleado en las
operaciones más el capital corriente operativo o NOF. Este último se obtiene por la
diferencia entre el activo corriente operativo (las existencias, los deudores y la tesorería
operativa) y la financiación espontánea. Las NOF excluyen, por lo tanto, los excedentes
de tesorería, la deuda financiera a corto plazo y los posibles adelantos del cobro o
aplazamientos del pago negociados a cambio de una contraprestación.
– Valor del patrimonio neto (VPN): se estima por el valor actual del movimiento de fondos
para el accionista actualizado a la tasa del coste del patrimonio neto.
– Valor de la deuda financiera (VD): es el valor actual del movimiento de fondos para la
deuda financiera, actualizado al coste efectivo de mercado en el momento del cálculo.
Para que ese valor actual sea igual al nominal de la deuda es preciso que coincidan el
tipo de interés del préstamo o título y el tipo vigente de mercado. Como es frecuente
que las empresas se financien a tipo de interés variable, que se actualiza
periódicamente con el tipo de interés de mercado fijado como referencia, el valor actual
del movimiento de fondos de la deuda se aproxima a su valor nominal. Por ello, es
habitual estimar el valor de la deuda financiera por su importe contable, aunque sin
olvidarse de que la discrepancia con el valor de mercado aumenta al hacerlo:
El cuadro 16.4 resume los criterios de cálculo de los tres valores anteriores cuando el activo
operativo neto coincide con la suma del patrimonio neto y la deuda.
VAON = VPN + VD
Patrimonio neto VPN Flujos de caja para el accionista Coste del patrimonio neto
Deuda financiera VD Flujos de caja para la Deuda Coste de la deuda
Cuadro 16.4: los valores relevantes cuando no hay activos no operativos
– Valor del activo neto o valor empresarial (VAN o VE): se obtiene como suma del valor
teórico del activo operativo neto (VAON) más el valor de los activos no operativos (VANO).
– Valor del patrimonio neto total (VPN): es la suma del movimiento de fondos para el
accionista y el valor de los activos no operativos (VANO).
El valor del activo neto coincide con el del capital empleado a valores de mercado, es decir,
la suma del patrimonio neto y la totalidad de la deuda financiera sea a corto o a largo plazo.
Ello se explica porque quien sea propietario del activo neto recibiría la misma renta y con el
mismo riesgo que el propietario del capital empleado. Por tanto, se cumple que:
En la figura 16.2 los bloques de las dos columnas intermedias representan el balance
contable, mientras que los externos muestran el balance del valor expresado con valores
teóricos. Se supone que el valor de mercado de la deuda coincide con su valor contable.
El valor de la deuda se aproxima por su importe contable: si se deben 100.000 €, este es, en
principio, el valor del crédito. Sin embargo, esto solo es correcto cuando el tipo de interés
nominal de la deuda coincide con el tipo de interés de mercado, es decir, con la rentabilidad
que exige actualmente el prestamista para la entidad del riesgo de la empresa.
Supongamos que se emiten bonos al 7% a tres años. La columna Emisión del cuadro 16.5
muestra el movimiento de fondos del inversor por cada 100 € de nominal. El tipo de interés
al que se emite la deuda debe ser el de mercado, pues en caso contrario, o no se suscribiría
por ser escaso el tipo o el emisor perdería dinero por pagar un tipo demasiado alto. En el
momento de la emisión el valor de la deuda coincide con su nominal, puesto que los flujos
para la deuda se actualizan al mismo tipo con el que se calculan los intereses. En el
momento de la emisión nadie debería comprar ni vender el bono por un importe diferente a
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su valor. Se trata de una operación de VAN cero, pues su TIR iguala al tipo nominal: el
emisor recibe unos fondos y contrae una deuda del mismo valor actual. Ninguna de las
partes obtiene un beneficio o una pérdida si la operación se realiza al tipo de mercado.
En conclusión, el valor de la deuda, cuando está contratada a tipo fijo, varía inversamente a
como lo haga el interés del mercado. Si la operación se realiza a interés variable este efecto
se reduce sensiblemente, puesto que el tipo nominal se actualiza periódicamente para
ajustarlo con el tipo de referencia vigente. Por ello, cuando la deuda es a tipo de interés
variable, su valor teórico se aproxima a su importe nominal pendiente de vencimiento.
El valor de un activo cuyas rentas periódicas se prevé que crecerán en perpetuidad a una
tasa anual constante c, se obtiene mediante el de una renta perpetua creciente:7
7 La fórmula es pospagable: el valor se sitúa al principio del periodo a cuyo término se recibe la primera renta.
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– La primera renta esperada (r1), que ofrece una estimación de la situación actual
alcanzada por la empresa y, por lo tanto, una referencia para estimar las rentas futuras.
– La rentabilidad que exige el inversor (k), pues es la tasa de actualización de todas las
rentas futuras. Esta suma el tipo de interés sin riesgo y la prima de riesgo.
– La tasa anual de crecimiento de las rentas (c o g de growth), que permite estimar la
de cada año a partir de la del anterior mediante la ley de crecimiento:
El modelo de la renta perpetua creciente supone que todas las magnitudes crecen a una
tasa constante c y que se mantiene constante la relación estructural entre ellas, como:
– Si la amortización anual crece más que la inversión anual, el activo no corriente llegaría
a ser negativo.
– Si el dividendo crece más que el beneficio neto, el primero llegaría a superar al segundo.
FOC1
VAON = (16.3)
CC m − c
Donde:
FCA 1
VPN = (16.4)
k PN − c
Donde:
Para pasar del valor del patrimonio neto al valor de la acción se divide el primero por el
número de acciones en manos de los accionistas, sin incluir las acciones propias en cartera.
En el extremo, si estuviesen en cartera todas las acciones menos una, la totalidad del
patrimonio neto pertenecería a esa acción. Además, hay que considerar qué parte del flujo
de caja (y del valor) pertenece a los accionistas minoritarios. Por ello, del valor del
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patrimonio neto hay que deducir la propiedad de los minoritarios calculada en proporción a
su participación en el valor contable del patrimonio neto.
Ejercicio 1
Una pequeña imprenta obtuvo en 20x8 un flujo de caja para su propietario (una vez deducido su
salario como gerente) de 14.227 euros que se pagó como dividendo a primeros de 20x9. Como la
imprenta opera a plena capacidad y no hay planes de expansión de la nave, se estima que el flujo
crecerá indefinidamente solo con la inflación prevista, estimada en un 2% al año. Si la rentabilidad
exigida por la propiedad a este negocio es del 12%, calcular su valor al 1 de enero de 20x9.
Solución:
Para aplicar las fórmulas anteriores hay que comprobar que la empresa cumple que:
– Las rentas crecen a una tasa constante: es un supuesto válido para empresas
maduras, con una posición competitiva consolidada en un mercado estable. Aunque,
ciertamente, sus rentas anuales fluctuarán por razones coyunturales originadas por el
ciclo económico y las fuerzas competitivas del mercado, sí debe comprobarse que es
razonable que sigan una tendencia de crecimiento regulada por la tasa constante c. Por
ello, la primera renta esperada no debe ser la que realmente se prevea para el próximo
periodo, sino la correspondiente a la línea de tendencia estimada de dichas rentas.
De este modo, se utilizará como primera renta esperada la representativa de las futuras,
evitando proyectar indefinidamente la situación de partida, asociada a un valle o a un
pico del movimiento de fondos y, por ello, poco representativa de las siguientes. La
omisión de este ajuste puede explicar que la cotización de las empresas cíclicas, muy
afectadas por el ciclo económico, se hunda en los periodos adversos y se dispare en los
favorables, como si la situación de cada momento fuese a durar eternamente.
El modelo de la renta perpetua creciente no requiere que las rentas tengan que crecer
exactamente a la tasa c, sino que lo haga su línea de tendencia, según la figura 16.3.
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Renta
Tendencia
Real
Previsión
Pico: Sobrevaloración
Valle: Infravaloración
Hoy Tiempo
En efecto, aunque los resultados de la empresa sean volátiles, los excesos de un año
se compensarán con los defectos de otros. Por ello, el primer flujo de caja que debe
considerarse en este modelo es el normalizado correspondiente al de la línea de
tendencia, y no el primero que se prevea, pues puede estar distorsionado por la
coyuntura. Si se toma como primer flujo esperado el de una situación favorable,
correspondiente a un pico, se sobreestimará el valor, pues se estará extrapolando hasta
el infinito la situación favorable. Lo contrario sucederá cuando se parte de una situación
desfavorable, que en la figura 16.3 corresponde a los valles. Ello justifica que la
volatilidad del resultado de la empresa supere a la de su cotización, aunque ello no
sucede si los inversores exageran los cambios coyunturales.
Margen 12,0
en %
10,0
8,0
6,0
4,0
2,0
0,0
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
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La aplicación de una renta perpetua para hallar el valor del patrimonio neto debe utilizar
como primera renta esperada el flujo de caja para el accionista y no el dividendo esperado,
porque el dividendo no tiene por qué coincidir con los fondos generados y disponibles para
pagar al accionista. El modelo no sería aplicable a aquellas empresas maduras que no
distribuyen dividendos o lo hacen de forma muy limitada, o a las emergentes que precisan
nuevas aportaciones de los socios (su flujo de caja es negativo) mientras que su dividendo
es nulo. La capitalización del dividendo, en estos casos, ofrecería una valoración muy
diferente a la razonable.
También puede suceder que el dividendo inicial sea excesivo, por no ser sostenible, lo que
sucede con empresas que se ven obligadas a recortarlo. La figura 16.5 muestra el dividendo
por acción de una empresa que después de un rápido crecimiento, se anuló durante dos
ejercicios seguidos debido a la crisis, para retornar a partir de 2012 a un nivel similar al de la
primera mitad de la década anterior. Para el ejercicio 2019 se aprobó un dividendo por
acción en línea con los de 2000 a 2005, aunque luego se canceló prudentemente para
capitalizar la empresa ante la amenaza del Covid-19.
euros
0,160
0,140
0,120
0,100
0,080
0,060
0,040
0,020
0,000
2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014
Figura 16.5: el dividendo por acción de una empresa del mercado continuo
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La reducción del dividendo se interpreta como signo de dificultades, lo que explica que las
empresas sean reacias a recortarlo y que solo lo incrementen cuando confían en poderlo
sostener. La razón que explica esta distribución de dividendos inferior a la factible obedece a
razones de prudencia, que recomienda disponer de una holgura que evite, si cae el
beneficio, recortar el dividendo. Esta medida es mal recibida por los accionistas y de
consecuencias negativas sobre la cotización. Igual sucede en la empresa no cotizada: debe
evitar el dividendo exagerado para no defraudar luego a la propiedad. Esto explica que el
dividendo siga una senda de crecimiento retrasada y menos volátil que el beneficio.
El modelo de la renta perpetua obliga a comprobar que el primer flujo esperado de caja para
el accionista es coherente con la hipótesis de crecimiento constante. Por ser la inversión y el
dividendo decisiones discrecionales pueden estimarse según los siguientes criterios.
– Como todas las magnitudes deben crecer a la tasa constante c, también el inmovilizado
neto debe hacerlo para evitar las comentadas deformidades de los EEFF. Luego:
Esta expresión reconoce los dos componentes de la inversión: uno destinado a reponer
el inmovilizado consumido durante el periodo, y otro a apoyar el crecimiento c de las
actividades. Luego la inversión para calcular el flujo anual de caja será la que se derive
de esta fórmula y no la obtenida al incrementar la inversión del año anterior con la tasa
c. Si la diferencia es importante podría significar que la empresa no se encuentra aún en
crecimiento constante y no podría aplicarse este modelo.
La tasa c rige el incremento de todas las magnitudes y, por tanto, también del
patrimonio neto, que, sin operaciones societarias, crece con el beneficio retenido.
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Resulta:
BR BN Di f
c= y c= −
PN PN PN
BN Di f BN
c= − y c = RF − trf RF
PN BN PN
Donde:
Por lo tanto, la tasa de reparto factible (trf), congruente con la tasa de crecimiento (c) y
la rentabilidad financiera (RF) esperada ha de ser:
c
trf = 1 - (16.6)
RF
Calculemos los flujos de caja con el ejemplo de Evelia, cuyos datos recoge el cuadro 16.6.
De estos EEFF, si se cumple el modelo de crecimiento constante a una tasa del 5,06%:9
8 El incremento, en tanto por uno del patrimonio neto y en ausencia de operaciones societarias, viene dado por el
cociente entre su beneficio retenido y el patrimonio neto inicial.
9 La tasa del 5,06% se ha estimado con un crecimiento real del 3,0% y una inflación esperada del 2,0%, es decir,
a partir de (1+0,03) x (1+0,02) -1, pues ambas variables no son aditivas, sino multiplicativas para reconocer que,
junto a la base inicial, el incremento real del año debe actualizarse, también, con la inflación.
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0,0506
trf = 1 - = 0,6570
0,14753
Por lo tanto, el primer dividendo factible esperado es de 3,877, el producto del beneficio
neto esperado para el próximo año (5,901) por la tasa de reparto factible (0,657). Este
dividendo, como veremos, debe coincidir con el flujo de caja para el accionista.
El flujo operativo de caja FOC mide los fondos generados por la actividad sin considerar
los asociados a la financiación de los inversores. Si el flujo es positivo la actividad genera
dinero; si es negativo se precisa nueva financiación que deberán aportar los inversores.
El flujo de caja para el accionista FCA mide los fondos generados para ser abonados al
accionista. Cuando el flujo es negativo deberá ser cubierto por los accionistas mediante una
ampliación de capital o con una reducción del excedente de tesorería.
– El FOC es igual a la suma de los flujos para los inversores (FCD más FCA).
– El FCA es igual al dividendo factible en crecimiento constante (3,877).
– El signo negativo del FCD indica que Evelia espera recibir más dinero del prestamista
que el que le pagará por intereses (netos de impuestos) y amortización del principal.
– El impuesto sobre beneficios de la cuenta de resultados es la diferencia entre el
impuesto operativo y el financiero (2,529 = 3,656 – 1,127).
El cálculo del valor actual del movimiento de fondos estima el valor del activo (ya sea el
activo operativo neto o el patrimonio neto) que lo genera, que se ajustará por:
un inmueble con un elevado precio de mercado, debido, por ejemplo, a una ubicación
urbana que no sea imprescindible para desarrollar las actividades.
– Los excedentes de tesorería: porque su rendimiento será, en general, inferior a la tasa
para actualizarlo y cada flujo ha de actualizarse a la tasa correspondiente a su riesgo.
Por ejemplo, el excedente de caja del cuadro 16.8, invertido a tres años, muestra este
efecto para un rendimiento del 5% y una tasa de descuento del 10%. Si se incluyen los
intereses generados en el movimiento de fondos, el valor actual del excedente sería un
87,6% de su valor nominal, lo cual sería poco razonable (¿100 € de tesorería valen solo
87,6?). Cuando se estime que dichos excedentes se consumirán más adelante por la
actividad, ello aparecerá en el movimiento de fondos futuro, que resultará negativo.
k = i sr + β a Prm (16.7)
Donde
El tipo de interés sin riesgo corresponde al rendimiento de la Deuda Pública sin riesgo con
vencimiento a largo plazo, pues se utiliza para incorporar a una tasa que descuenta flujos
lejanos. Por su parte, la prima de riesgo de mercado mide el rendimiento que, en promedio,
esperan obtener los inversores en activos con riesgo por encima de la rentabilidad sin riesgo
esperada. Esa inversión en activos con riesgo se concreta en una cartera de activos
diversificada eficientemente, representativa del conjunto de activos del mercado. La Beta
mide el riesgo sistemático del activo, es decir, la volatilidad esperada de su renta que nace
de causas derivadas del propio mercado.
– La Beta del patrimonio neto βPN: mide la variación de la rentabilidad exigida por el
mercado a la inversión en el patrimonio neto provocada por variaciones de la
rentabilidad del mercado. Si la empresa cotiza en bolsa, los servicios de información
financiera estiman la Beta de sus acciones. Si, como es habitual, la empresa no cotiza,
es posible estimar su Beta a partir de otras cotizadas (ver epígrafe 13.7).
11 CAPM es acrónimo de Capital asset pricing model, según se expuso en el epígrafe 13.6.
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– La Beta del activo operativo neto βAON: estima la variación de la rentabilidad exigida al
activo operativo neto provocada por una variación de la rentabilidad de mercado, es
decir, mide el riesgo sistemático de dicho activo. Se calcula a partir de βPN
– La Beta de la deuda βD: estima el riesgo sistemático de la deuda financiera. Conocida
la rentabilidad exigida por el prestamista y los dos parámetros del mercado (isr y prm) la
Beta de la deuda se halla a partir de la fórmula (16.8) obtenida de la (16.7).
k - i sr
βD = (16.8)
Prm
Para calcular la Beta de la deuda se utiliza la rentabilidad que exige el prestamista, que
es sin deducir el ahorro fiscal para la empresa. En cambio, para hallar el coste de la
deuda después de impuestos hay que deducir dicho ahorro.
k P N = i sr + β P N Prm (16.9)
Es la tasa de actualización del FCA. Para Evelia se supone de momento del 13,36%.
k P N VP N + i d D k P N + id em
CC m = o CC m = (16.10)
VP N + D 1 + em
Como en las fórmulas (16.10) los costes de ambas fuentes son después de impuestos,
el coste de capital medio resultante es después de impuestos. Obsérvese también que
dicho coste incluye la compensación que debe exigir el inversor por la inflación, puesto
que ésta se halla incluida en el tipo de interés sin riesgo y en el coste de la deuda. De
este modo, se usa una tasa de descuento después de impuestos y que incluye la
inflación prevista para actualizar el flujo de caja nominal y después de impuestos.
La tasa de crecimiento constante c estima el crecimiento perpetuo del flujo de caja; por
eso, no ha de verse afectada por la coyuntura del momento en que se efectúa la valoración.
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En ausencia de un mejor criterio, puede aceptarse que la tasa a la que es previsible que
crezca una empresa coincide con el crecimiento previsto de la economía en la que opera. Si
la empresa creciese sistemáticamente a una tasa mayor su peso en la economía
aumentaría hasta, en algún momento, llegar a superar a la propia economía, lo que
contradice el axioma de que la parte no puede ser mayor que la totalidad. En sentido
contrario, si creciese menos que la economía, con el tiempo su peso se iría reduciendo
hasta llegar a desaparecer en términos relativos. Si no hay evidencia de que se pueda
producir uno u otro escenario, se puede admitir que el crecimiento del flujo de caja será
análogo al de la economía.
Por ello, la tasa c podría igualarse a la del crecimiento del PIB. Como en los países
desarrollados el crecimiento real (sin inflación) del PIB oscila en torno a un 3% de media
anual, esta podría usarse en el modelo de la renta perpetua. Ahora bien, como el
movimiento de fondos se estima en términos nominales, la tasa de crecimiento también
deberá hacerlo. Puesto que el objetivo actual de la Unión Europea es que la inflación no
rebase el 2%, una tasa de crecimiento nominal podría ser del orden del 5,06%:
Tampoco sería aplicable este modelo a las empresas maduras con una tasa prevista de
crecimiento superior a la mencionada tasa del 5,06%. Sin embargo, un crecimiento mayor
sería difícil de mantener a largo plazo y, además, se consigue, fundamentalmente, mediante
la compra de otras empresas. Si se supone que estas adquisiciones se realizan, en
promedio, a VAN nulo, lo cual es razonable en mercados muy competitivos, el desembolso
de la compra, incluido en el flujo de caja del año en que se produce, se compensará con el
incremento de los flujos de caja de los años futuros.12 Además, unas adquisiciones se harán
a precio ventajoso y en otras se pagará un sobreprecio y compensándose ambas.
El tipo de interés sin riesgo no tiene por qué ser el coyuntural porque éste depende de las
políticas monetarias aplicadas. En principio, se incrementa para contener la inflación y se
reduce con el fin de incentivar la actividad económica. Pero es razonable que el tipo de
interés sin riesgo tienda a fluctuar en torno a un valor promedio, que, según se demuestra
en el anexo 1, debería converger a largo plazo con la tasa de crecimiento nominal del PIB.
Por ello, el tipo de interés nominal sin riesgo, a efectos de realizar la valoración mediante
una renta perpetua creciente, podría estimarse en torno al 5,06%: un 3,0 % de crecimiento
real del PIB y un 2 % de inflación esperada, vinculados por una relación multiplicativa.
12 Un VAN positivo para el comprador puede implicar un VAN negativo para el vendedor o el efecto de las
sinergias previstas de la operación.
19
© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
Aunque las metodologías expuestas en los epígrafes anteriores para la estimación del
movimiento de fondos y de la tasa de descuento son de validez general, a continuación, se
aplican al cálculo del valor teórico en el modelo de una renta perpetua. Para ello, se
diferencia según la empresa cotice o no en bolsa.
El modelo de valoración por descuento de flujos más simple supone que el flujo de fondos
crece, para siempre, a una tasa constante c y que la tasa de descuento permanece también
constante. En consecuencia, el valor del activo que genera ese flujo, ya sea el activo
operativo neto o el patrimonio neto, se halla por la fórmula (16.1). El valor del patrimonio
neto de la empresa en valoración, –la empresa objetivo– se estima por el valor actual de la
corriente esperada de su flujo de caja para el accionista. Si se espera que este flujo se
comporte como una renta perpetua constante, el valor teórico del patrimonio neto (VPN) se
obtiene mediante la fórmula (16.4), es decir:
FCA 1
VP N =
k PN - c
FCA1 es el primer flujo esperado de caja para el accionista, kPN es el coste del patrimonio
neto y c es la tasa de crecimiento constante. A su vez, kPN se calcula por la fórmula (16.7)
del CAPM. Si se admite la igualdad entre el tipo de interés sin riesgo y la tasa de crecimiento
c, el valor del patrimonio neto estimado por una renta perpetua se halla por:
FCA 1
VP N =
β P N Prm
Ejercicio 2
Calcular el coste medio de capital y el valor del activo operativo neto a partir de los siguientes
parámetros y datos de una empresa:
Se estima que el flujo operativo de caja se comporta como una renta perpetua de crecimiento
constante del 5% y que el primer flujo esperado dentro de un año será de 255,8 miles de euros.
Solución:
A partir del valor del patrimonio neto y el endeudamiento de mercado, se calcula el coste de
capital medio (CCm) con la fórmula (16.10) y el valor del activo operativo neto (VAON), en la
hipótesis de la perpetua creciente. En consecuencia, se aplican las expresiones:
Las razones que recomiendan aplicar el detallado modelo descrito, en el supuesto de que se
cumple el criterio de una renta perpetua creciente, son las siguientes:
Ejercicio 3
Estimar el valor del patrimonio neto de una empresa al principio del año 20x5 a partir de la
información del siguiente cuadro y suponiendo que la empresa crecerá a una tasa anual constante del
5%. Considerar que en 20x5 la inversión en inmovilizado para apoyar ese crecimiento del 5% se
prevé de 128 mil euros y que la rentabilidad exigida por el accionista es del 15%.
Solución:
Algunas leyes que se deducen de la valoración mediante una renta perpetua son:
3,8768 ′
4,2645
𝑉PN = = 46,714 𝑉PN = = 66,116
0,1336 − 0,0506 0,1202 − 0,0557
La alta sensibilidad del valor a los parámetros obedece a que todo el efecto del cambio
de las expectativas, que se extienden indefinidamente, se acumula de una sola vez en
el momento del cálculo del valor. Esa sensibilidad explica que se pueda obtener casi
cualquier estimación si se escoge con intención el importe de los parámetros. Por ello,
el empresario que encargue la valoración de su empresa no debe desvelar al experto su
propia estimación, pues si lo hace recibirá, probablemente, una algo superior a la suya.
Esta sensibilidad también permite ajustar fácilmente el precio estimado de las empresas
cotizadas si se desea acercarlo a las cotizaciones del mercado: basta con modificar a
medida los parámetros de la valoración. De hecho, según la fórmula de la renta
perpetua, si la tasa de crecimiento se aproxima a la de descuento, el valor tiende a
infinito. Si el valor teórico de la empresa cotice o no es muy sensible a las hipótesis y
está sometido a una alta volatilidad, lo mismo sucede con las cotizaciones. Cualquier
variación de las expectativas de la empresa y del entorno ejerce una gran influencia
sobre el valor teórico, que se trasladará, razonablemente, a la cotización, amplificada
por la habitual sobre reacción del mercado. No es extraño que una cotización fluctúe
mucho en un solo día. Por ejemplo, la cotización de una empresa se dispara cuando
lanza un producto estrella: el mercado capitaliza toda la mejora de las rentas futuras. Le
sucedió a Pfizer con Viagra y a Apple cuando sorprende con un nuevo producto.
FCA 1
k PN = +c (16.13)
VPN
Esta fórmula muestra que la rentabilidad exigida por el accionista de Evelia del 13,36%
incluye dos componentes, uno referido a la situación actual y otro a la esperada:
– Cuanto más valor se crea más difícil es crearlo pues sube el nivel debe superarse.
Por último, no parece correcto fijar, como se hace con frecuencia, un precio de ejercicio
constante, equivalente a la cotización vigente, para las opciones de compra de acciones,
13 Los cálculos se han realizado con la precisión de Excel, por lo que hay diferencias por redondeo.
23
© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
destinadas a retribuir a los gestores por la creación de valor. El precio de ejercicio debe
incrementarse, periodo a periodo, con la tasa de coste de capital del patrimonio neto,
ajustada por la distribución de dividendos. Ese precio ajustado representa el listón que hay
que superar para que realmente se cree valor. Si se abona el dividendo factible, el precio de
ejercicio debe incrementarse a la tasa de crecimiento c (anexo 4). Si no se abona dicho
dividendo, la tasa de incremento debe ser la del coste de capital (anexo 5).
En todas estas situaciones se estimarán los EEFF de cada año del horizonte de
planificación y, a partir de ellos, se calculará el movimiento de fondos anual según la
metodología del cuadro 16.9. Una vez finalizado el horizonte de planificación, que estima el
plazo necesario para que se ajusten los flujos al patrón de una renta perpetua creciente, se
añadirá un valor terminal que recoja el valor de los flujos posteriores al horizonte de
planificación. En consecuencia, el valor de la empresa es la suma del valor actual de los
flujos de caja anuales más el valor actual del valor terminal, según la figura 16.8.
Eje temporal
Flujos de caja individualizados Valor terminal Movimiento de fondos incluido en el valor terminal
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
Un método habitual para estimar el valor terminal al final del horizonte de planificación
supone que la empresa se comporta, a partir de ese momento, como una renta perpetua
creciente. En este método (se expone posteriormente) el valor terminal (VTn) al final del
periodo n se obtiene por:
rn (1 + c)
VTn = (16.14)
k -c
Donde:
Como el valor terminal se halla al final del periodo n, se precisa actualizar al momento cero:
VTn rn × (1 + c)
VT = o lo que es igual VT =
(1 + k)n (k-c) × (1 + k)n
Las fórmulas anteriores se aplican tanto para hallar el valor del activo operativo neto como
del patrimonio neto: en cada caso se usará el flujo de caja y la tasa de descuento
respectivos, de acuerdo con las siguientes fórmulas generales:
n FOC j VTAON
Valor del activo operativo neto: VAON = + (16.15)
j=1 (1 + CCm ) j
(1 + CCm )n
n FCA j VTPN
Valor del patrimonio neto: VPN = + (16.16)
j=1 (1 + k PN ) j
(1 + k PN )n
14Solo surgirá un bucle de cálculo si los gastos financieros se estiman a partir del saldo medio o final de la
deuda. En este caso, habrá de utilizarse el cálculo iterativo de Excel.
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De este modo se garantiza que las previsiones del horizonte de planificación convergen
hacia las del régimen de crecimiento constante y que se alcanza la estabilidad en los
índices estructurales tales como los vinculados con la rentabilidad o el endeudamiento.
El modelo de valoración expuesto tiene sus limitaciones, como todos los modelos que
simplifican una realidad. La de mayor entidad corresponde a la incertidumbre de los datos
que precisa y mediante los cuales se pretende anticipar un escenario futuro siempre
desconocido. Por ello, lo más relevante para valorar un activo es realizar unas previsiones
razonables de sus rentas futuras, que se basen en el comportamiento esperado de la
empresa en su mercado. Esto explica que la estimación del valor no sea un ejercicio
estrictamente financiero. Es más un ejercicio de formulación estratégica del que se derivarán
las previsiones financieras. Como se trata de proyectar el comportamiento futuro de la
empresa, su valoración exige conocerla en profundidad, así como su entorno y la naturaleza
26
© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
de sus actividades, y ser capaz de formular estrategias factibles de éxito. El resto lo aporta
la técnica financiera y el cálculo.
Un modelo más completo que el anterior considera que los costes de capital del patrimonio
neto y de la deuda cambian a lo largo del horizonte de planificación y también la estructura
de financiación. Luego el coste de capital medio fluctuará. Pero finalizado el horizonte de
planificación se supone que la empresa alcanza una evolución más estable de modo que su
endeudamiento y el coste de sus fuentes converjan a unos valores medios constantes.
El flujo de cada año del horizonte de planificación puede actualizarse a una tasa que
acumule las tasas anuales hasta ese momento. Esa tasa acumulada se obtiene por:
(1 + k )− 1
t
Kt = j
j=1
Donde:
j=1
= producto de las tasas comprendidas entre 1 y t
Por ejemplo, si la tasa de descuento del año 1 es del 15% y la del año 2 es del 10%, la tasa
acumulada de descuento hasta el año 2 será del 26,5%, calculada por:
2
K2 = (1 + k ) −1
j=1
j o K 2 = (1 + 0,15 ) (1 + 0,10 ) − 1 = 0,265
El valor actual de 100 euros de dentro de dos años coincide al actualizarlo con esas tasas.
Una vez alcanzado el periodo estable se supone que el índice de endeudamiento y los
costes de capital de las fuentes permanecen constantes (en promedio) y, por lo tanto,
también el coste de capital medio. En consecuencia, el valor del activo que corresponda se
obtendrá mediante la suma del valor actual de los flujos anuales, pero descontados a la tasa
acumulada de cada año (Kj). El valor terminal ha de actualizarse a la tasa acumulada del
último año del horizonte de planificación, por lo que el valor del activo es:
n rj VTn
V= +
j =1 1 + K j 1 + Kn
27
© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
270.000 euros. Igualmente, si el valor de una farmacia se estima en dos veces y media sus
ventas anuales, el valor de una que venda un millón de euros al año será de 2,5 millones.
Según el múltiplo se obtendrá el valor del activo operativo neto o del patrimonio neto. El
cuadro 16.10 valora el patrimonio neto de una empresa si el parámetro es el beneficio neto.
El cuadro 16.11 recoge algunos de los múltiplos más utilizados, clasificados según ofrezcan
el valor del activo operativo neto o del patrimonio neto y conforme a los siguientes criterios:
15 El Ebitda es la suma del beneficio de explotación y los costes que no representan una salida de fondos.
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
se valoran, por ejemplo, por el producto de sus reservas en barriles (el parámetro) por el
precio neto de mercado del barril (el múltiplo).
La aplicación del método de los múltiplos también exige hacer ajustes por las diferencias
entre los criterios contables aplicados por las empresas, la liquidez y la existencia de activos
no operativos o de resultados no recurrentes. Por ejemplo, el PER de las empresas que no
cotizan puede oscilar entre la mitad y los dos tercios de las que sí lo hacen.16
Una limitación adicional de este método es que su resultado es muy sensible a la coyuntura.
Según la situación del ciclo económico, las estimaciones pueden variar significativamente:
de usar un PER de 20, por ejemplo, asociado a un precio alto, a uno de 10, que reflejaría un
precio bajo, el valor se reduce a la mitad. En consecuencia, la valoración por múltiplos es
relativa, depende de la circunstancia del mercado. Por ello es mejor utilizar el múltiplo
normalizado, representativo de varios periodos, en lugar del de un momento determinado.
Cuando Acciona valoró las acciones de Endesa a fin de lanzar su OPA en 2007, además de
la valoración por flujos de caja utilizó los múltiplos. El cuadro 16.12 incluye algunos de los
datos utilizados en esa valoración, según la presentación pública que hizo Acciona, basada
en estimaciones de la consultora Lazard. Se incluyeron varios múltiplos, referidos a tres
años, y varias empresas del sector eléctrico, españolas y del resto de Europa.
Empresa (año 2006) Valor activo / ventas Valor activo / Ebitda PER
Media 3,0 10,9 17,8
Mediana 2,9 11,1 17,8
Cuadro 16.12: los múltiplos del sector eléctrico
La valoración por descuento de los flujos de caja es también relativa si se limita a proyectar
la situación actual, sea buena o mala, hacia el futuro, sin solución de continuidad. Pero la
extrapolación no es aconsejable en lo que se refiere tanto a la previsión de los flujos como a
la de los parámetros de la valoración. De todas formas, la valoración por descuento de flujos
supera a la valoración por múltiplos por la mayor información que utiliza, aunque también
exige un esfuerzo superior. En cualquier caso, los múltiplos ofrecen siempre un contraste
valioso para evaluar la razonabilidad de los resultados obtenidos por el descuento de flujos.
El cuadro 16.13 resume las limitaciones de los múltiplos y cómo evitar sus sesgos.
Limitación Recomendación
Se representa la empresa por un solo parámetro Usar varios parámetros y sus múltiplos
Influye mucho la empresa de referencia elegida Calcular los múltiplos de varias empresas
Dependen de la coyuntura del mercado Usar el múltiplo normalizado de varios años
No identificar el múltiplo adecuado Usar los más adecuados al tipo de empresa
Miran el pasado Ajustar el múltiplo con las previsiones
Cuadro 16.13: la corrección de las limitaciones de los múltiplos
Ejercicio 4
Se desea valorar una empresa que tiene un beneficio por acción de 3,9 € y un valor contable de 5,4 €
por acción. El siguiente cuadro muestra el PER (cotización sobre beneficio por acción) y el precio
relativo (cotización sobre valor contable de la acción) de cuatro empresas cotizadas del mismo sector.
Se aplicará un descuento del 30% del valor teórico en concepto de prima de iliquidez. Se trata de
estimar el valor teórico de la acción de la empresa objetivo.
Empresas de referencia PER Precio relativo
BDT 12,70 13,21
GDD 11,45 17,45
PIM 12,32 10,41
TBDZS 16,21 8,99
Media 13,17 12,52
Mediana 12,51 11,81
Solución:
El siguiente cuadro muestra que el valor estimado de la acción está entre 39,4 € y 41,6 €, según que
se utilice la mediana o la media de los dos múltiplos y con un descuento por iliquidez del 30%. El
precio medio obtenido de la acción es de 40,5 € La media de 39,4 y 41,6).
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
Como el movimiento de fondos se obtiene de los EEFF previstos y estos deben cuantificar el
plan estratégico de la empresa, el análisis financiero ofrece un contraste valioso para
evaluar la razonabilidad de dichas previsiones. Ello exige contrastar los índices previstos
más relevantes para comprobar que sus importes son coherentes con:
– La naturaleza de las actividades: por ejemplo, una relación entre las ventas y el activo
operativo neto superior a la unidad es poco razonable para una empresa de generación
y distribución eléctrica debido a su elevado inmovilizado; de hecho, la rotación en este
sector se sitúa por debajo de 0,5 veces. Pero esta baja rotación se compensa con un
margen sobre ventas elevado, lo que permite alcanzar una rentabilidad de mercado. Por
su parte, el margen y la rotación de las empresas de distribución de bienes de consumo
perecedero presentan un comportamiento inverso: el margen es menor por la fuerte
competencia, pero la rotación es mayor por la menor inversión relativa.
En este análisis conviene comparar los índices calculados a partir de los EEFF previstos
de la empresa objetivo con los de otras del sector. Para ello se puede recurrir a la
información periódica que proporciona la Central de Balances del Banco de España,
que desglosa los indicadores por actividades y por tamaños.18 También existen
empresas especializadas que comercializan este tipo de información.19
– Los objetivos estratégicos: los objetivos del plan deben reflejarse en los valores de
los índices financieros. Por ejemplo, si el plan busca una mejora de la rotación de las
existencias o de la rentabilidad, ello debe manifestarse en los índices correspondientes.
– Las directrices de la estrategia: los EEFF deben ser coherentes con la estrategia y,
por ello, los indicadores variarán según lo haga ésta. Por ejemplo, si se anticipa una
integración vertical, la previsible reducción de la rotación por el incremento de la
inversión, debe acompañarse de un aumento del margen sobre ventas por la captura
del margen generado en las fases integradas.
– Las expectativas sobre el entorno: si se prevé un incremento del precio del petróleo,
la relación entre el consumo de combustible y las ventas de una compañía de transporte
aéreo debería aumentar. Sin embargo, esta variación se puede atenuar si se traslada a
las tarifas o mediante la cobertura de los precios de compra del carburante que aplique
la compañía para limitar el riesgo de los costes de abastecimiento.
– La estructura de las operaciones: los índices de cada empresa, sobre todo los
operativos, siguen un comportamiento histórico que refleja aspectos muy diversos de su
funcionamiento, tales como su tecnología, la estructura de costes, los plazos de cobro y
pago o los procesos de producción, distribución y administración. Por ello, cualquier
discrepancia entre la evolución pasada, que recoja un comportamiento estructural, y la
implícita en las proyecciones de los flujos de caja, debe ser explicada, para diferenciar
los posibles errores de la previsión de las causas justificadas.
El valor terminal
El valor terminal al final del horizonte de planificación se calcula por los siguientes métodos:
– Una renta perpetua creciente: el valor terminal se obtiene a partir del valor actual de
una renta perpetua que crece a una tasa constante c. Este método parece que tiende a
exagerar el valor de la empresa por considerarla sin término, pero se justifica porque:
– Una renta perpetua creciente con la inflación: supone que la empresa no crece en
términos reales y que se limita al crecimiento inflacionario. La hipótesis es que la
empresa, que opera en un contexto con crecimiento real, irá perdiendo progresivamente
20 Para mantener el valor actual, la tasa de crecimiento debe ser igual a la de actualización.
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
importancia relativa. Por ello, salvo que exista una razón que justifique esta pérdida,
quizá debería desecharse esta alternativa de estimación del valor terminal.
– Una renta perpetua constante: a veces se propone utilizar como valor terminal el valor
actual de una renta perpetua constante. Esta hipótesis es aún más conservadora que la
anterior. En realidad, supone, si se mantiene constante la renta, que ésta va
reduciéndose en términos reales, lo que significa que la actividad de la empresa tiende
a extinguirse en relación con su entorno. (La tasa de crecimiento puede incluso ser
negativa si se prevé la extinción de la empresa).
– Una anualidad creciente: se limita la generación de rentas posteriores al horizonte de
planificación a un plazo de n años (40, p. ej.), con lo que se cancela la hipótesis de
perpetuidad. La fórmula que estima el valor terminal es (ver epígrafe 6.7):
rn (1 + c) (1 + c) n
VR = 1 − n
(16.17)
k−c (1 + k)
Cuando una empresa se compone de varias actividades, puede ser necesario valorarla por
la suma del valor de dichas actividades, a partir de sus flujos individuales o de sus múltiplos,
y no como una entidad única, a partir de su movimiento de fondos consolidado o de un
múltiplo único. Ello es obligado cuando las actividades tienen diferentes:
– Tasas de crecimiento: como los pesos de las actividades cambian en el tiempo, la tasa
de crecimiento inicial, calculada por el promedio de los crecimientos de las actividades
que componen la cartera actual, no es representativa de las tasas futuras. Las de mayor
crecimiento verán aumentar progresivamente su ponderación en el tamaño de la
empresa a costa de las de menor crecimiento, lo que hace cambiar el crecimiento
medio. Esto es especialmente significativo cuando la cartera incluye actividades
emergentes, aún de tamaño reducido, pero con un crecimiento esperado elevado.
Como el crecimiento actual de las actividades emergentes pondera poco, el crecimiento
medio no es representativo del futuro y el valor de las emergentes se subvalora.
El cuadro 16.16 compara el valor de una empresa consolidada con el que se obtiene
mediante la valoración separada de sus divisiones, aplicando el método de la renta
perpetua. Obsérvese que la tasa de crecimiento de cada división ha de ser su tasa
implícita de crecimiento respectiva. Además, se ha supuesto igual la tasa de descuento
para ambas divisiones. Si se calcula correctamente la tasa de crecimiento promedio, se
obtienen valores idénticos por la valoración conjunta y por partes.
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
Crecimiento Tasa de
Primer flujo implícito descuento Valor teórico
División madura (a) 90 3,00% 10,00% 1.286
División emergente (b) 10 7,00% 10,00% 333
Empresa consolidada (c) 100 3,40% 10,00% 1.515
Valor por suma de las partes (a+b) 1.619
Diferencia de valor (a+b-c) 104
Diferencia de valor en % 6,9%
Empresa con crecimiento real 100 3,82% 10,00% 1.619
Cuadro 16.16: la valoración por partes en renta perpetua y tasa de descuento constante
Cuando se calcula el valor aislado de cada división, su suma asciende a 1.619, que
supera, en casi un 7%, al valor de la empresa (1.515) hallado a partir del flujo total (100)
y con una tasa de crecimiento del 3,4%, obtenida al ponderar las tasas individuales con
los pesos actuales.21 Teniendo en cuenta que el peso de la división emergente va a ir en
aumento en detrimento del peso de la madura, la tasa media de crecimiento perpetuo
se eleva al 3,82%.
– Prever su movimiento de fondos: este flujo incluirá las partidas directas de la unidad
más una distribución equitativa de los flujos de la central. Este reparto se hará en base
a los servicios prestados por la central a las divisiones y que, de no recibirlos, tendría
que pagarlos a terceros. Alternativamente, podría evitarse el reparto y considerar la
central como una unidad más, con un valor probablemente negativo por superar sus
pagos a sus ingresos. Pero es preferible, aunque más laborioso, el primer
procedimiento porque estima el valor de cada negocio como si fuese una empresa
independiente para comparar su valor con el de otras empresas de referencia.
– Estimar su coste de capital: la tasa de descuento para actualizar los flujos y estimar el
valor terminal se obtiene directamente por la aplicación del modelo del CAPM y el
WACC (el coste de capital medio). Cada negocio tendrá su prima de riesgo propia.
– Calcular su valor: como el valor actual del movimiento de fondos y contrastarlo con
múltiplos del mercado.
21 Esta tasa de crecimiento del 3,4% se obtiene a partir de: (90 x 0,03 + 10 x 0,07) / 100.
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
– La reducción del riesgo sistemático de las rentas, medido por su prima de riesgo.
Con ello se reduce el coste de capital y, por lo tanto, la tasa de descuento. Esto se
logra, fundamentalmente, mediante la construcción de una cartera diversificada de
actividades, que sin deteriorar la rentabilidad compense entre sí el riesgo individual de
las actividades aisladas. No se trata solo de reducir el riesgo de las actividades
individuales, sino el del conjunto de la cartera por medio de una diversificación
relacionada que permita compartir recursos y capacidades.
Este modelo explica cómo gestionar el valor del patrimonio neto y cómo crear valor. En las
directrices anteriores participan todos los miembros de la organización, sin que pueda
considerarse responsable solo al departamento financiero. La contribución de las áreas
comercial y de operaciones es más directa que la de la financiera, con independencia de
que el valor y el valor creado se calculen en términos financieros. El cuadro 16.18 recoge
cómo implantar las directrices anteriores y aplica los siguientes términos:
Pero el valor de la empresa no solo depende de su gestión interna, sino también de las
variaciones de parámetros externos no controlables por sus gestores, aunque sí lo puedan
ser sus efectos. El aumento del valor por la gestión interna es más sostenible que el
derivado de los parámetros del entorno, pues estos actúan en un sentido o en otro a tenor
de la evolución del ciclo económico. El valor creado durante la fase expansiva es volátil,
pues desaparece, al menos en parte, en la siguiente recesión, en una alternancia sin
solución de continuidad.
Sin embargo, el aumento del valor derivado de la gestión interna es más duradero, pues se
apoya en la mejora de las fortalezas y capacidades de la empresa. Por esta razón, es
preciso analizar la influencia de los parámetros externos sobre el valor de la empresa para
diferenciar la creación interna de valor de la originada por el entorno.
Ejercicio 5
- El coste TAE de la nueva deuda será similar al actual del 4% (antes del escudo fiscal).
- El tipo impositivo se mantendrá en el 30%.
- Los accionistas exigen una rentabilidad del 14,00%.
- A partir del año 20x3 el flujo operativo de caja crecerá a una tasa anual constante del 5%.
Se pide calcular:
a. El coste de capital medio (WACC) usando los valores de mercado de los componentes del capital
empleado y suponiendo que el valor de la deuda coincide con su valor contable.
b. El flujo operativo de caja al final de cada año del trienio 20x2 a 20x4.
c. El valor teórico del activo operativo neto de la empresa el 31.12.20x1, suponiendo que el valor
terminal al 31.12.20x3 se calcula por el valor actual de una renta perpetua creciente y que los flujos
de caja se sitúan al final del año.
Dotación a amortizaciones 4 5 6
Beneficio de explotación 12 14 15
Solución
Anexos
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© Juan Pérez-Carballo. Mayo 2021.
1. En equilibrio, el tipo de interés real converge a largo plazo con la tasa de aumento del PIB
El equilibrio del Sector Público exige una relación estable entre la Deuda Pública (DP) y el PIB. Para
que se mantenga constante, ambas magnitudes deben crecer a la misma tasa, por lo que se cumplirá
en periodos amplios, aunque con las inevitables oscilaciones, que:
El equilibrio del Presupuesto del Estado exige que los cobros igualen a los pagos (sin incluir los
intereses de la Deuda Pública). Así, el Déficit Público será nulo y la Deuda se incrementará solo por
los intereses que devengue. En consecuencia:
𝑟 × (1 + 𝑐)
𝑉𝑓 − 𝑉𝑖 + 𝑟 𝑉𝑓 + 𝑟 +𝑟
𝑅= = −1= 𝑘−𝑐 − 1 = (1 + 𝑘) − 1 = 𝑘
𝑉𝑖 𝑉𝑖 𝑟
𝑘−𝑐
𝑟1 × (1 + 𝑐) 𝑟1 𝑟1
VC = 𝑉𝑓 − 𝑉𝑖 + 𝑟1 − 𝑘 × 𝑉𝑖 = − + 𝑟1 − 𝑘 × =0
𝑘−𝑐 𝑘−𝑐 𝑘−𝑐
Puesto que Vi = r1 / (k -c), si la renta crece a la tasa c, se cumple que el valor crece a dicha tasa:
r1 × (1 + c)
Vf = = Vi × (1 + c)
k-c
La renta del periodo se añade al valor final, luego el valor de la empresa crece a la tasa k:
r (1 + c) r +kr r
Vf = +r = = (1 + k) = (1 + k) Vi
k -c k−c k−c
37