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EJECUCIÓN FORZADA

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN..............................................................................................3
JUSTIFICACIÓN...............................................................................................3
OBJETIVOS......................................................................................................4
I. EJECUCIÓN DE GARANTÍAS..................................................................5
1.1. Definición de garantía.........................................................................5
1.2. Definición de proceso ejecutivo..........................................................5
1.3. Definición de ejecución de garantía....................................................6
1.4. Finalidad..............................................................................................6
1.5. Procedencia........................................................................................7
1.6. Mandato ejecutivo...............................................................................8
1.7. Contradicción......................................................................................8
1.8. Orden de remate.................................................................................9
1.9. Saldo deudor.......................................................................................9
II. EJECUCIÓN FORZADA..........................................................................11
2.1. Definición de ejecución forzada........................................................11
2.2. Las formas de ejecución forzada......................................................12
2.3. Naturaleza de la ejecución forzosa...................................................12
2.4. Título de ejecución forzosa...............................................................13
2.5. Legitimación......................................................................................14
2.6. El despacho de ejecución.................................................................15
2.7. La contradicción de la ejecución.......................................................15
2.7.1. Procedimiento.............................................................................16
2.8. El remate...........................................................................................17
2.8.1. Tasación.....................................................................................17
2.8.2. Convocatoria...............................................................................18
2.8.3. Publicidad...................................................................................19
2.8.4. Acto y Acta del remate...............................................................20
2.8.5. Transferencia de inmueble y destino del dinero obtenido.........21
2.8.6. Transferencia de mueble y destino del dinero obtenido............22
2.8.7. Incumplimiento del adjudicatario................................................22
2.8.8. Disposiciones respecto al convocatoria.....................................23
2.8.9. Nulidad del remate.....................................................................23
CONCLUSIONES...........................................................................................26
RECOMENDACIONES..................................................................................27
PROYECTO LEY............................................................................................28
BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................29

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INTRODUCCIÓN
No solo basta de hablar de las garantías propiamente dicho, sino que
también de cómo hacer efectivo este tipo de derechos a favor del acreedor,
puesto que nace la siguiente interrogante ¿Qué pasa si no paga y tengo un
bien en garantía?, ¿me cobro con el bien?, ¿retengo el bien hasta que me
pague? Justamente el presente trabajo se avoca a ello, a desarrollar el
procedimiento que tiene el acreedor para hacer su derecho por la vía
correcta.

En ese sentido, nos encontramos con le procedo de ejecución de garantías,


que es parte de los procesos de ejecución que regula nuestra legislación
procesal, asimismo, la efectividad de como se hace el cobro, que es a través
del remate. Por ende, nos avocamos a estos dos puntos como temas
independientes, pero con el vínculo de hacer efectivo el derecho al cobro del
acreedor.

Para ello, hemos tomado la forma en como ha legislado nuestro legislador,


más aun si estamos ante una norma netamente procedimental, es decir, no
da las pauta a seguir, por ser una cuestión, tal como se ha indicado formal.

En consecuencia, cabe no cabe prescindir de la parte procesal, porque es la


efectivización del derecho sustantivo, que en nuestro curso, sería el derecho
de garantías reales.
JUSTIFICACIÓN
La importancia del presente trabajo radica en que no solo basta conocer la
parte sustantiva del derecho, que al caso concreto seria los derecho reales
de garantía, sino que es elemental lo procesal, en la medida que es el
manual o procedimientos de cómo actuar cuando el derecho se vulnera;
asimismo, si revisamos las opiniones sobre esta parte (proceso de
ejecución) vemos que resulta ser cuestionada por la lentitud de nuestro
poder judicial, en ese sentido, se busca dar alternativas para mejorar todo
ello.
OBJETIVOS

General

- Identificar cual es la relevancia que tiene el proceso de ejecución de


garantías para los acreedores y la del remate como consecuencia del
primero.

Específicos

- Identificar como se regula el proceso de ejecución de garantía en el


Perú, y cuál es la ventaja que tiene a nivel procesal.

- Identificar de qué forma el legislador ha regulado el remate en el Perú


y cuál es la importancia que tiene a nivel procesal.
CAPITULO I

1. EJECUCIÓN FORZADA

I.1. Definición de ejecución forzada

La ejecución forzada es la imposición forzosa a la parte ejecutada del


cumplimiento de las obligaciones a las que fue condenada o a las que tenga por
objeto de título no judicial, si no cumpliese voluntariamente. Además, que la
ejecución forzada se da en los bienes afectados que se realiza mediante de
las siguientes formas que son:

• Remate
• Adjudicación

Liebman (1980) quien indica esta es la que provoca consecuencias muy

graves sobre el patrimonio del deudor, por ello la ley debe preocuparse de

impedir toda forma de abuso, de modo que la ejecución pueda hacerse solo

en beneficio de derechos efectivamente existentes.

La ejecución forzada consiste en el ejercicio de los poderes del órgano

jurisdiccional para hacer cumplir coercitivamente al deudor la obligación

pendiente de dar, hacer o no hacer, a la que este ha sido condenado

mediante la sentencia correspondiente y cuando no hay cumplimiento

voluntario de su parte con lo dispuesto por la judicatura. Recae sobre el

patrimonio del deudor vencido en proceso [ CITATION Lóp091 \l 10250 ]. 


La definición común de ejecución forzada es que, cuando una parte en un

contrato incumple sus obligaciones, por ejemplo, tal como la entrega tardía o

defectuosa de productos, la otra parte puede reclamar o exigir su ejecución

por la parte que ha incumplido de conformidad con el contrato.

Nuestro Código Procesal Civil regula la ejecución forzada en el Capítulo V,

del Título V de los procesos de ejecución, en los artículos que van del 725 al

748. A su vez este capítulo se encuentra dividido en cuatro subcapítulos

referidos a las disposiciones generales, el remate, la adjudicación y el pago,

respectivamente.

Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes afectados

del deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento del crédito

que éste tiene a favor del acreedor ejecutante. Una vez afectados dichos

bienes se procede a la ejecución forzada de los mismos, para lo cual es

necesario que el acreedor ejecutante presente una solicitud ante el juez, a

fin de que éste inicie la ejecución forzada.

Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta

etapa se dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el

mismo bien materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán

de la naturaleza y estado de su crédito. En caso de que la intervención de

dicho tercero se produzca después de realizada la ejecución forzada, él solo

tendrá derecho al remanente que exista.


En cuanto al contenido de la ejecución forzosa “la actividad jurisdiccional no

se agota en el juicio, sino que se extiende a otros momentos para lograr la

efectividad de la tutela judicial, que conforman lo que se denomina proceso

de ejecución; es decir, actuaciones que contienen como finalidad realizar por

la fuerza lo ordenado en un título definitivo e irrevocable – sin perjuicio de los

supuestos de ejecución provisional - y que sólo puede proceder de una

autoridad judicial o, en los casos permitidos por la ley, de un árbitro.

[ CITATION MOR09 \l 10250 ]


I.2. Las formas de ejecución forzada

Se ha establecido expresamente en el artículo 725 del CPC que, a efectos

de que se lleve adelante la ejecución forzada de los bienes del deudor, el

ejecutante podrá hacer uso de cualquiera de las siguientes modalidades: el

remate o la adjudicación en pago.

Dichas modalidades tienen un objetivo en común: lograr que el acreedor

ejecutante vea satisfecho su derecho a cobrar el total del crédito que a su

favor tiene que pagar el deudor ejecutado, ya sea a través de la venta

judicial de los bienes afectados del deudor o, en su caso, con la adjudicación

en pago de los mismos por parte del ejecutante.


I.3. Naturaleza de la ejecución forzosa

La ejecución procesal es un acto jurisdiccional por el cual el órgano

jurisdiccional se sustituye de la conducta que debiera haber realizado el

ejecutado, si voluntariamente hubiera procedido a cumplir la prestación

contenida en la sentencia; lo que se busca es obtener una efectiva y

concreta satisfacción de un interés a través de la actividad sustitutiva del

órgano jurisdiccional; “cualquiera que sea la perspectiva desde que se

aborde el concepto de jurisdicción o la amplitud con que se le conciba,

resulta hoy indiscutible que la ejecución forzosa es actividad jurisdiccional”.

En la ejecución forzosa el principio dispositivo tiene primacía, éste tiene

lugar a instancia de parte; “en la ejecución lo que se pretende del tribunal es

la realización frente al obligado de los actos que, de acuerdo a lo establecido

en el ordenamiento jurídico, permitan al acreedor obtener efectivamente el

derecho que la sentencia le reconoce”; la actividad procesal de ejecución “en

ningún caso puede comenzar de oficio”. [ CITATION MOR09 \l 10250 ]

En la ejecución forzosa “no puede exigirse la vigencia general y absoluta de

un principio de defensión, porque definitivamente está cerrada la discusión

sobre el derecho material, de modo que el ejecutado no podrá ya discutir si

el ejecutante tiene o no derecho, porque sobre eso se decidió con

anterioridad y respetando todas las garantías, de modo que el deudor resulta

vinculado por el título”. Podemos apreciar que durante la etapa de ejecución

la posición preponderante la tienen el ejecutante respecto a la del ejecutado,

éstas no son iguales, debido a que el segundo está sometido a la ejecución

dirigida en su contra. [ CITATION MOR09 \l 10250 ]


I.4. Título de ejecución forzosa

En cuanto al título de ejecución forzada, cabe precisar que, éste es el

“presupuesto básico para iniciar las actividades de ejecución forzosa es la

existencia de un documento donde resulte determinada una obligación o un

deber, cuyo cumplimiento puede exigirse de una persona (deudor o

ejecutado), a favor de otra (acreedor o ejecutante): en esto consiste el título

de ejecución” [ CITATION MOR09 \l 10250 ]; sin el título la ejecución no es

posible, de allí la máxima: “nulla executio sine título”.

El título es necesario porque sin él no hay ejecución posible y es suficiente

porque basta para que el órgano jurisdiccional adopte las medidas legales

necesarias para satisfacer al acreedor según el título.

El documento representa un acto que es la fuente generadora de la

obligación, así mismo se requiere que los elementos de la relación

obligatoria sean ciertos (no quede duda sobre su alcance), y su objeto (su

prestación) sea cierta, esto es, que se desprenda de forma textual del propio

documento y que sea exigible, vale decir, que para el ejercicio del crédito no

exista ningún obstáculo, en el caso de que la obligación este sometida a

modalidad (plazo o condición) que el plazo se ha vencido o se ha verificado

su condición.
I.5. Legitimación

La legitimación de las partes en el proceso de ejecución se produce cuando

éstas figuren en el título, a ésta se le denomina legitimación originaria; dado

que la “finalidad de la ejecución es la realización coactiva de una prestación

documentada en un título, puede decirse en principio que son partes

legítimas en estos procesos quienes como tales figuren en dicho título”.

[ CITATION MOR09 \l 10250 ]

Respecto a los sujetos legitimados, por un lado, tenemos al “acreedor, titular

del derecho que resulta indiscutible y que insta a la ejecución (denominado

ejecutante) y, por otro lado, el que resulta responsable según el título, quien

aparezca como deudor, obligado a satisfacer la prestación y frente a quien la

ejecución se despacha y se siguen las demás actividades ejecutivas

(denominado ejecutado)”. [ CITATION MOR09 \l 10250 ]

Sin embargo, no siempre resultan ser el ejecutante y ejecutado quienes

ostenten dicha posición en el título, sino que pueden entrar otros sujetos, en

cualquiera de las dos posiciones, este tipo de legitimación se denomina

legitimación originaria, existe también la legitimación sobrevenida por

eventos que determinan la sucesión de la posición de acreedor o deudor, por

ejemplo, cuando fallece el acreedor o al haberse fusionado una empresa, en

estos casos se tiene que acreditar el tracto para instar la ejecución. “Señala

Juan Montero Aroca que el título determina la legitimación activa y pasiva.


El aparecer en él es suficiente para que el juez despache ejecución”.

[ CITATION Mar081 \l 10250 ] indica que el artículo 690 del Código Procesal Civil

“permite que cuando la ejecución pueda afectar el derecho de tercero, se

debe notificar a este con el mandato ejecutivo o de ejecución. Tercero es

quien no es parte en la relación procesal pero tiene un interés jurídico

relevante en el objeto de discusión”.


I.6. El despacho de ejecución

Si en la demanda ejecutiva concurren los presupuestos y requisitos

exigidos, el título no adolece de irregularidad alguna y los actos que se

solicitan son acordes con la naturaleza y el contenido del título, el juez tiene

que despachar la ejecución por medio de auto en el que deberá especificar

la persona o personas frente a quienes se van a desarrollar las actividades

ejecutivas; debiendo precisar la cantidad por la que se despacha. Es

relevante destacar que la notificación del ejecutado con el auto que

despacha la ejecución no constituye un emplazamiento o una cita para que

éste ejerza la defensa de sus derechos, sino lo que se pretende es que tome

conocimiento de que se han iniciado actuaciones ejecutivas contra él y que

tiene la oportunidad de comparecer en cualquier momento. [ CITATION

MOR09 \l 10250 ]
COMENTARIO DE LA ALUMNA: DOMINGUEZ ORNETA, JANNELLY

La ejecución forzada puede hacerse bajo varios supuestos, se desprende

del artículo 727 del CPC que la ejecución forzada concluye en los siguientes

casos: Cuando se hace pago íntegro (capital, intereses, devengados, costas y

costos procesales) al ejecutante con el producto del remate. Cuando se

produce el pago íntegro (capital, intereses devengados, costas y costos del

proceso) al ejecutante con la adjudicación (declaración judicial por la cual se

transfiere o se entrega en propiedad un determinado bien al ejecutante).

Cuando la ejecutada paga íntegramente la obligación e intereses exigidos y

las costas y costas del proceso, antes de la realización de la ejecución

forzada. Puede ocurrir que un acreedor no ejecutante, que tiene afectado el

mismo bien, puede intervenir en el proceso antes de su ejecución forzada.

Sus derechos dependen de la naturaleza y del estado de su crédito.

La adjudicación consiste en un procedimiento para poder adquirir un bien

mueble o ya puede ser inmueble todo esto hay formas para que una persona

natural pueda adquirir una casa o un bien mueble esto ya sea en un remate

echo por la entidad pública acreditada o también una subasta, En la

ejecución forzada la adjudicación del bien rematado puede darse en dos formas:

en el remate o una vez frustrado éste. La adjudicación en remate se da

cuando una vez realizado dicho acto se procede a redactar el acta de

remate en la cual, entre otros datos, consta el nombre del adjudicatario

(postor a quien se le adjudicó el bien por realizar la postura más alta).


Claro está que también la adjudicación se pueda de manera hereditaria o por

herencia, este es un método que se tiene que dar o adquirir mediante un

mandato judicial, pero si carece de este no tendría valides alguno.

La ejecución forzada consiste en el ejercicio dentro del proceso, de los

poderes del órgano judicial, que comienza con la admisión de la demanda,

su tramitación, declaración del derecho, y termina con la fase ejecutiva cuya

meta es la materialización del derecho invocado.

De ello se desprende que la finalidad de la ejecución forzada radica en el

cumplimiento de la obligación de dar, hacer o no hacer, a que ha sido

condenado el vencido mediante el correspondiente fallo jurisdiccional. En

caso que el deudor no cumpla con la prestación debida o no ejecute la

obligación voluntariamente. El estado lo hará por medio de su poder

coercitivo.

En las sentencias declarativas y constitutivas no es posible la ejecución

forzada, en cambio, en las sentencias de condena como en el caso de

ejecución de obligación de dar suma de dinero, si es susceptible de

presentarse la ejecución forzada. En efecto, de no satisfacer voluntariamente

el vencido interés del acreedor, podrá solicitar la intervención estatal,

siempre dentro del proceso de que se trate para que le procure, a costa del

deudor, la entera y plena satisfacción de su pretensión. [ CITATION HIN11 \l

10250 ]
Es importante resaltar que un acreedor no ejecutante que tiene afectado el

mismo bien que será materia de ejecución forzada, puede intervenir en el

proceso antes de su ejecución forzada. Sus derechos dependen de la

naturaleza y estado de su crédito. Si su intervención es posterior, solo tiene

derecho al remanente, si lo hubiere. Así lo dispone el artículo 726 del Código

Procesal Civil.

Ejecución Forzada: Es la actuación del órgano jurisdiccional por mandato de

la ley, con el objeto de la actuación coactiva de la sentencia de condena,

cuando la parte vencida la ha incumplido con hacerlo voluntariamente.

[ CITATION MON87 \l 10250 ]

En cuanto al título de ejecución forzosa, como regla general, antes de

entablarse un proceso ejecutivo deberá haber existido previamente una

relación jurídica obligatoria compuesta por un lado activo (acreedor o

acreedores), un lado pasivo (deudor o deudores) y un objeto (cuya

prestación podrá consistir en un dar, hacer o no hacer). Pudiendo el

acreedor exigir al deudor el cumplimiento de la susodicha prestación. No

obstante, a pesar de estar obligado el deudor para con el acreedor, se

muestra reticente a satisfacer su interés. A partir de ese momento, el órgano

jurisdiccional podrá forzar al deudor cumplir con lo que se obligó

originalmente.

No debemos olvidar que en nuestro ordenamiento está proscrita la

autotutela, esto es, la justicia por mano propia. Así que el único que puede
forzar o conminar al deudor para que cumpla con su prestación es el Estado

y no los particulares al carecer estos de coertio y executio.

Antes de llegar al proceso de ejecución, no se requiere haber transitado

primigeniamente por un proceso de cognición (de conocimiento, abreviado y

sumarísimo) bastando ostentar un instrumento con efectos ejecutivos, es

decir un título ejecutivo.


CAPITULO II

2. La contradicción de la ejecución

2.1. La contradicción de la ejecución

En la etapa de ejecución el órgano jurisdiccional se sustituye de la conducta

que debiera haber realizado el ejecutado voluntariamente. “Los procesos de

ejecución, como pretenden la satisfacción del derecho ya declarado, se

inician invadiendo la esfera propia del demandado, creando por anticipado

un estado de sujeción a favor del titular del título. Frente a esas

circunstancias, el diseño del procedimiento ejecutivo permite al ejecutado

contrarrestar la intervención recurriendo a la contradicción, bajo los

supuestos regulados en el artículo 690-D del Código Procesal Civil. La

contradicción es la posibilidad que se le asigna al demandado para hacer

valer las defensas que tenga contra el título” [ CITATION Mar081 \l 10250 ].

Las causales de contradicción referidas en el artículos 690-D del Código

Procesal Civil son causales cerradas, no cabe interpretación extensiva a

otros supuestos que no estén expresamente regulados en la norma antes

mencionada.

La causal de “inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título”

se invoca para cuestionar el fondo del título. Aquí no hay cuestionamiento al


documento en sí, sino al acto que recoge dicho documento. Se cuestiona la

ejecutabilidad del título por carecer de una prestación cierta, expresa y

exigible, condiciones básicas para que un título resista ejecución. Respecto

a la prestación contenida en el título ésta debe ser cierta, el título delimitada

los sujetos y el objeto; “esto implica que necesariamente tiene que haber un

sujeto activo, llamado acreedor, que es la persona a cuyo favor se debe

satisfacer la prestación. El sujeto pasivo de la obligación es la persona que

tiene que satisfacer la prestación debida, es decir, debe conformar su

conducta al comportamiento que le exige la prestación” [ CITATION Mar081 \l

10250 ]. “El título debe contener además prestaciones exigibles, para lo cual

es indispensable que su objeto esté determinado o sea determinable, que

sea posible y que tenga un valor pecuniario la prestación”

La contradicción que cuestiona la iliquidez de la obligación contenida en el

título implica que ésta no tenga una inmediata ejecución. Si la obligación

comprende una parte líquida y otra parte ilíquida, se puede demandar la

primera. Cuando se invoca la falsedad del título ejecutivo se cuestiona la

autoría del acto cambiario; ello implica la existencia de un documento

cambiario que inicialmente era auténtico, el cual pudo ser alterado en alguno

de los elementos de su contenido. [ CITATION Alf10 \l 10250 ].


2.1.1. Procedimiento
a. Se ordena el remate del bien,

b. se notifica por edictos para que acudan los interesados al remate,

c. se levanta un acta de remate,

d. Se tasa el bien y se remata,

e. De encontrarse desierto, se vuelve a tasar, convocar y rematar.

La ejecución forzada tiene las siguientes formas:

a. Remate; y

b. Adjudicación.

La intervención de un acreedor no ejecutante en la ejecución está asociada

a. La afectación de un bien sobre el cual tiene o va a tener un derecho (de

crédito, patrimonial o de participación)

b. Su intervención debe ser antes de la ejecución forzada sino solo

tendría derecho al remanente, si lo hubiere.

La ejecución forzada concluye cuando se paga el íntegro al ejecutante con el

producto del remate o con la adjudicación, o si antes el ejecutado paga

íntegramente la obligación e intereses exigidos y las costas y costos del

proceso. (Transparencia Económica Perú, 2006).


2.2. El remate

2.2.1. Tasación

Con la tasación se da inicio al procedimiento del remate judicial. Así, una vez

que quede firme la resolución que ordena llevar adelante la ejecución, el juez

dispone la tasación de los bienes afectados; y como dicha tasación supone

un acto pericial, deberá ser realizada por peritos especialistas en la materia

quienes, sobre la base de sus conocimientos, van a determinar el valor

actual y real del bien en el mercado. Una vez obtenida la tasación, el juez

podrá convocar a remate[ CITATION Der13 \l 10250 ].

Por ende, el auto que ordena la tasación contiene:

a. El nombramiento de dos peritos; y

b. El plazo dentro del cual, luego de su aceptación, deben presentar su

dictamen, bajo apercibimiento de subrogación y multa, la que no será

mayor de cuatro Unidades de Referencia Procesal ( Articulo 728 del CPC ).

Sin embargo, también podemos encontrarnos frente a un caso de tasacon

convencional, donde el valor puede ser pactado con antelación, caso en el

que nos encontramos en la valoración convencional extrajudicial. En este

Supuesto, señala la norma que no requiere tasación, sin embargo, ello no es

categórico porque deja a la discrecionalidad del juez, para que de oficio o a


petición de parte, se practique la tasación siempre y cuando el valor

convenido esté desactualizado[ CITATION Mar081 \l 10250 ].

La jurisprudencia agrega que el cuestionamiento la valorización

convencional del inmueble materia de ejecución, no determina la nulidad por

causa de forma del título de ejecución. La tasación del bien a ejecutarse, sea

convencional o judicial, es solo un anexo especial de la demanda de

ejecución de garantías (Exp. N° 98-38602-1307. Sala de Procesos

Ejecutivos y Cautelaras)

Por otro lado, la tasación será puesta en conocimiento de los interesados por

tres días, plazo en el que pueden formular observaciones. Vencido el plazo,

el Juez aprueba o desaprueba la tasación. Si la desaprueba, ordenará se

realice nuevamente, optando entre los mismos peritos u otros.

Por su parte, se debe tener presente que el auto que desaprueba la tasación

es inimpugnable (Artículo  730 del CPC ).


2.2.2. Convocatoria

Según el artículo 731 del CPC, señala que aprobada la tasación o siendo

innecesaria esta, el Juez convocará a remate.

El remate o la subasta de bienes muebles e inmuebles se efectúan por

medio del Remate Judicial Electrónico (REM@JU) si no existe oposición de

ninguna de las partes o de terceros legitimados de ser el caso, conforme con

la ley especial sobre la materia. En los demás casos, el remate público es

realizado por martillero público hábil.

Cabe agregar, que hoy el martillero se encarga del remate tanto de bienes

muebles e inmuebles. Según el artículo 2 de la Ley N.º 27728, el Martillero

Público es la persona natural debidamente inscrita y con registro vigente,

autorizada para llevar a cabo ventas en remate o subasta pública, en la

forma y condiciones que establece su Ley o las específicas del Sector

Público.

La designación del nombre del Martillero Público encargado de llevar a cabo

la diligencia del remate, en el auto que convoca a remate, “pretende dar la

mayor difusión posible a la realización de este, de ahí que se regule

minuciosamente la forma de anunciar la convocatoria [ CITATION Alf10 \l 10250 ].


2.2.3. Publicidad

Tal como se ha indicado en la parte introductoria del presente trabajo,

cuando aludimos a la norma procesal, hablamos de aspectos procesales, es

decir, de pautas, en ese sentido, sobre la publicidad el art. 733 del CPC

indica que la convocatoria se anuncia en el diario encargado de la

publicación de los avisos judiciales del lugar del remate, por tres días

tratándose de muebles y seis si son inmuebles. Esto se efectuará a través

de un mandato del Juez que comunicará mediante notificación electrónica a

dicho diario para la publicación respectiva o excepcionalmente por cualquier

otro medio fehaciente que deje constancia de su decisión.

Si los bienes se encuentran fuera de la competencia territorial del Juez de la

ejecución, la publicación se hará, además, en el diario encargado de la

publicación de los avisos judiciales de la localidad donde estos se

encuentren. A falta de diario, la convocatoria se publicará a través de

cualquier otro medio de notificación edictal, por igual tiempo.

Además de la publicación del anuncio, deben colocarse avisos del remate,

tratándose de inmueble, en parte visible del mismo, así como en el local del

Juzgado, bajo responsabilidad del Secretario de Juzgado.


La publicidad del remate no puede omitirse, aunque medie renuncia del

ejecutado, bajo sanción de nulidad.

En los avisos de remate se expresa:

a. Los nombres de las partes y terceros legitimados;

b. El bien a rematar y, de ser posible, su descripción y características;

c. Las afectaciones del bien;

d. El valor de tasación y el precio base;

e. El lugar, día y hora del remate;

f. El nombre del funcionario que efectuará el remate;

g. El porcentaje que debe depositarse para participar en el remate; y

h. El nombre del Juez y del Secretario de Juzgado, y la firma de éste.


2.2.4. Acto y Acta del remate

El acto de remate se realiza en el lugar, el día y la hora señalada; éste

comienza con los pregones que formula el Martillero Público señalando los

bienes que serán rematados, invitando a las personas interesadas a

participar en el mismo; luego de ello determinará quienes serán los postores,

cumpliendo las exigencias reguladas para dicho fin en el artículo 735 del

Código Adjetivo, así como las condiciones del remate.

Una vez que se ha establecido quiénes son los postores en el remate, el

Martillero Público debe anunciar las pujas o posturas, a medida que se

efectúen. En este caso es de oferta limitada, al alza y pública. Con respecto

a las ofertas formuladas, cabe precisar que, “el remate es de oferta limitada

porque no se admitirán posturas que no cubran el precio base; también es

un acto al alza porque solo se pueden admitir posturas que superen la

anterior, de modo que los postores tendrán que ir ofreciendo cantidades

superiores cada vez que intervengan. Es un acto público porque el Martillero

debe vocear las posturas y las mejoras que se vayan haciendo, de modo

que los postores vayan teniendo conocimiento de toda la postura o puja que
se haga y se admita. La regla es que cada postor puede hacer todas las que

estime oportunas siempre que supere la anterior [ CITATION Mar081 \l 10250 ].

El funcionario adjudicará el bien al que haya hecho la postura más alta,

después de un doble anuncio del precio alcanzado sin que sea hecha una

mejor, con lo que el remate del bien queda concluido.

Al finalizar el remate éste puede terminar de dos maneras: adjudicando el

bien al mejor postor o declarando desierto el remate por falta de postores; de

producirse el segundo caso, se le ofrece al ejecutante la posibilidad de que

se adjudique el bien por el precio de la última convocatoria; caso contrario,

se convocará nueva fecha para remate. El acta es firmada por el Martillero

Público, el adjudicatario y por las partes si estuvieren presentes; la

importancia de este documento es que permite materializar la inscripción del

bien inmueble, tal como lo señala el inciso 4) del artículo 739 del Código

Procesal Civil.

En caso de adjudicarse el bien, el Secretario de Juzgado o el martillero,

según corresponda, extenderá acta del mismo, la que contendrá:

a. Lugar, fecha y hora del acto;

b. Nombre del ejecutante, del tercero legitimado y del ejecutado;

c. Nombre del postor y las posturas efectuadas;

d. Nombre del adjudicatario; y

e. La cantidad obtenida.
2.2.5. Transferencia de inmueble y destino del dinero obtenido

En el remate de inmueble el Juez ordenará, antes de cerrar el acta, que el

adjudicatario deposite el saldo del precio dentro de tercer día.

Depositado el precio, el Juez transfiere la propiedad del inmueble mediante

auto que contendrá: 

a. La descripción del bien; 

b. La orden que deja sin efecto todo gravamen que pese sobre éste, salvo

la medida cautelar de anotación de demanda; se cancelará además las

cargas o derechos de uso y/o disfrute, que se hayan inscrito con

posterioridad al embargo o hipoteca materia de ejecución.

c. La orden al ejecutado o administrador judicial para que entregue el

inmueble al adjudicatario dentro de diez días, bajo apercibimiento de

lanzamiento. Esta orden también es aplicable al tercero que fue

notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución; y 

d. Que se expidan partes judiciales para su inscripción en el registro

respectivo, los que contendrán la transcripción del acta de remate y del

auto de adjudicación.
Asimismo, es de señalar que si el saldo de precio del remate del inmueble

no es depositado dentro del plazo legal, el Juez declarará la nulidad del

remate y convocará a uno nuevo (Artículo 739 del CPC).

2.2.6. Transferencia de mueble y destino del dinero obtenido

En el remate de mueble el pago se efectúa en dicho acto, debiendo

entregarse de inmediato el bien al adjudicatario. 

El importe del remate se depositará en el Banco de la Nación, a la orden del

Juzgado, a más tardar el día siguiente de realizado, bajo responsabilidad

(Artículo  740 del CPC).


2.2.7. Incumplimiento del adjudicatario

La falta de pago del saldo de precio no solo afecta la celeridad en la

ejecución sino que implica gastos procesales que deben ser asumidos por el

furtivo adjudicatario, de ahí que la norma establezca que parte del oblaje

sirva para cubrir dichos gastos y la diferencia, si la hubiere, será ingreso del

Poder Judicial por concepto de multa.

Asimismo, queda a salvo el derecho del acreedor para reclamarle el pago de

los daños y perjuicios que se le hayan causado.

Y, por último, el legislador ha determinado que el adjudiatario frustrado

queda impedido de participar en el nuevo remate que se convoque [ CITATION

Mar081 \l 10250 ].
2.2.8. Disposiciones respecto al convocatoria

Dentro de las reglas aplicaciones a la convocatoria tenemos:

a. Si en la primera convocatoria no se presentan postores, se convoca a

una segunda en la que la base de la postura se reduce en un quince

por ciento.

b. Si en la segunda convocatoria tampoco se presentan postores, se

convoca a una tercera, reduciendo la base en un quince por ciento

adicional.

c. Si en la tercera convocatoria no hay postores, a solicitud del ejecutante

podrá adjudicársele directamente el bien, por el precio base de la

postura que sirvió para la última convocatoria, pagando el exceso sobre

el valor de su crédito, si hubiere.

d. Si el ejecutante no solicita su adjudicación en el plazo de diez días, el

Juez sin levantar el embargo, dispondrá nueva tasación y remate bajo

las mismas normas.


e. La segunda y tercera convocatoria se anunciará únicamente por tres

días, si se trata de bien inmueble y por un día si el bien es mueble.

2.2.9. Nulidad del remate

Como se sabe, la nulidad de los actos procesales se fundamenta en un

conjunto de principios, tales como el de legalidad y de finalidad. Así, el

artículo 171 del Código Procesal Civil, invocado en la resolución materia de

comentario, señala que la nulidad se sanciona solo por causa prevista en la

ley y también cuando el acto procesal carece de los requisitos

indispensables para la obtención de su finalidad. De acuerdo a ello, si la ley

no sanciona con nulidad el incumplimiento de una formalidad determinada

para la realización de un acto procesal, este será válido si ha cumplido su

propósito (López-Elías, 1999). 

Como el remate judicial es un acto procesal realizado por el órgano

jurisdiccional, la nulidad del mismo solo puede sustentarse en el

incumplimiento de alguno de los requisitos formales del propio acto procesal

y no en las normas relativas a la nulidad de los actos jurídicos. Al respecto,

el artículo 743 del CPC establece que la solicitud de nulidad deberá ser
interpuesto dentro de los tres días siguientes de realizado el acto de

remate[ CITATION Der13 \l 10250 ].

Por ende, tenemos el artículo  743 que señala que sin perjuicio de lo

dispuesto en el Artículo 741, la nulidad del remate sólo procede por los

aspectos formales de éste y se interpone dentro del tercer día de realizado el

acto. No se puede sustentar la nulidad del remate en las disposiciones del

Código Civil relativas a la invalidez e ineficacia del acto jurídico.

Asimismo, cabe señalar que el Código Procesal Civil establece tres

supuestos puntuales que acarrean la nulidad del remate judicial, y son los

siguientes:

a. Nulidad por omisión de la publicidad del remate, aunque medie

renuncia del ejecutado: La convocatoria y, por ende, la publicidad del

remate, lo cual incluye el contenido del aviso pertinente, no puede

obviarse, dejarse de lado o ser cumplida defectuosamente, ya que esto

implica contradecir lo indicado por la ley al respecto, con lo que se

provoca la nulidad del remate. La renuncia que el ejecutado pudiera hacer

con relación a la publicidad no surte ningún efecto, ya que aun en este

caso, la omisión o la irregularidad cometida produce la nulidad del remate.

Pese a revestir una formalidad, por su relevancia para el buen desarrollo

del remate, ya que el mismo es un acto de naturaleza pública, no creemos

que la publicidad sea un aspecto meramente formal del referido acto

procesal, razón por la cual la consignamos en un acápite aparte.

b. Nulidad por incumplimiento de la obligación de depositar el precio

de remate del bien adjudicado: Se refiere al acto inmediatamente


posterior a la adjudicación del bien dado en remate y que corre a cargo

del adjudicatario, es decir, el depósito efectivo del monto del precio

establecido al culminar el remate. Este supuesto consiste en que si el

precio del remate del inmueble no es depositado oportunamente dentro

del plazo legal, (hasta el tercer día de efectuado el remate, al tratarse de

bienes inmuebles y hasta el día siguiente de haberse realizado este, en

los casos que involucran bienes muebles), el juez, de oficio o pedido de

parte, declarará la nulidad del remate y convocará a uno nuevo.

c. Nulidad por aspectos formales: Sin perjuicio de los supuestos

señalados, el Código Procesal Civil establece, de modo específico, que la

nulidad del remate solo procede por incumplimiento o deficiencia de los

aspectos formales de este, que se relacionan con la publicidad del mismo

y el desarrollo efectivo de la diligencia correspondiente. La solicitud

respectiva se interpone dentro del tercer día de llevado a cabo el acto

mismo del remate. Asimismo, no se puede sustentar la nulidad del remate

en las disposiciones del Código Civil relativas a la invalidez e ineficacia

del acto jurídico sustantivo. El vicio en la formalidad debe ser de tal

magnitud que sea de imposible convalidación y afecte la finalidad del

remate como acto jurídico procesal [ CITATION LÓP99 \l 10250 ]. 


COMENTARIO DE LA ALUMNA: DOMINGUEZ ORNETA, JANNELLY

El remate es un procedimiento que se inicia con la tasación de los bienes

embargados y termina con la subasta pública, en donde se vende al mejor

postor los bienes muebles e inmuebles en ejecución de sentencia con

intervención del funcionario judicial competente.

El acto se inicia a la hora señalada con la lectura de la relación de bienes y

condiciones del remate, prosiguiéndose con el anuncio del funcionario de las

posturas a medida que se efectúen. El funcionario adjudicará el bien al que

haya hecho la postura más alta, después de un doble anuncio del precio

alcanzado sin que sea hecha una mejor, con lo que el remate del bien queda

concluido. Terminado el acto del remate, el Secretario de Juzgado o el

martillero, según corresponda. El acta será firmada por el Juez, o, en su caso,

por el martillero, por el Secretario de Juzgado, por el adjudicatario y por las

partes, si están presentes. El acta de remate se agregará al expediente. La

suspensión del remate se da cuando el martillero público solo podrá sus

pender y diferir el remate si al haberse fijado un precio mínimo para las

posturas no se hubiesen presentado licitadores o postores por ese precio.

La nulidad del remate se da cuando El postor cuando participa del remate

solo hace entrega del 10% del valor de tasación del bien que se pretende

adjudicar en calidad de doblaje. El saldo del precio del remate deberá ser

depositado por el adjudicatario, dentro del plazo legal que asigna el artículo

739 del CPC, esto es, dentro del tercer día de celebrado el acto; caso

contrario se declarará la nulidad del remate y convocará a uno nuevo.


La falta de pago del saldo de precio no solo afecta la celeridad en la

ejecución, sino que implica gastos procesales que deben ser asumidos por

el furtivo adjudicatario, de ahí que la norma establezca que parte del doblaje

sirva para cubrir dichos gastos y la diferencia, si la hubiere, será ingreso del

Poder Judicial por concepto de multa.

Como señala literalmente el artículo, si el saldo de precio del remate del

inmueble no es depositado dentro del plazo legal, el adjudicatario pierde la

suma depositada. Una de las condiciones para ser postor es depositar una

cantidad no menor al diez por ciento del valor de la tasación del bien a

rematar; esto es, si se depositan sumas mayores a ese valor exigido y

posteriormente no se abona el saldo del precio del remate, el monto

depositado como oblaje se pierde. La norma hace referencia a la pérdida de

la suma depositada para participar en el remate, no precisa que se pierda el

monto mínimo requerido para participar.

La norma establece como sanción que el adjudicatario quede impedido de

participar en el nuevo remate que se convoque. Frente a esta limitación

algunos litigantes estilan recurrir a la cesión de derechos para forzar la

sucesión procesal (ver el inciso 3 del artículo 108 del CPC), cuando el

adjudicatario furtivo ha sido un tercero legitimado que se ha adjudicado en

pago un bien de mayor valor a su crédito y no ha cumplido con depositar el

saldo por el predio adjudicado. Con el fin de materializar el fraude a la Iey y

volver a participar en el acto de remate, bajo otra personería se recurre a

esta cesión. En igual forma, si el tercero legitimado se adjudica en pago el


bien y luego deduce la nulidad, la que es amparada bajo el argumento de

que se ha tomado como precio base el valor de realización del bien y no el

comercial, este tercero legitimado cede sus derechos para que el adquiriente

pueda volver a participar en el remate. No podría dicha participación

prosperar porque la cesión no solo permite derechos sino acoge también las

cargas que su posición de cedente haya generado.

Se debe tener en cuenta que aquí el adjudicatario, ejecutante o tercero

legitimado interviene sin el pago del oblaje, esto implica que en el supuesto

de que no cumpla con depositar el saldo y se declare la nulidad no habrá

ningún oblaje a que acudir para lograr el desembolso de los gastos

realizados para el remate por el propio ejecutante. Apreciamos aquí una

desprotección del ejecutante ante este tipo de intervenciones, en cuanto al

tercero legitimado se refiere.

Cuando la norma hace referencia "que el saldo se deposite dentro del plazo

legal, caso contrario se declara la nulidad del remate", debe preverse que el

martillero comunique al juez en el día, el remate, a fin de que el juzgado

tenga en cuenta el depósito del dinero dentro del plazo legal. Debe

precisarse, de la simple lectura de la norma, que el deber que se exige al

adjudicatario es el depósito del saldo dentro del plazo legal, sin embargo, la

comunicación de dicho pago al juzgado no está sujeta a los mismos plazos

del depósito ni tampoco a los efectos de la nulidad que expresamente está

sancionada para la omisión del saldo. Véase el caso del adjudicatario que

deposita el saldo del precio, mediante consignación al Banco de la Nación,

dentro del tercer día de la adjudicación (ver el artículo 739 del CPC); sin
embargo, comunica al juzgado dicho pago al quinto día de realizado el pago.

El plazo que rige para el depósito del saldo del precio no puede ser extensivo a

la comunicación que haga al juzgado de haber cumplido con dicha

exigencia, tampoco es extensiva la nulidad del remate, pues ella aparece

expresamente establecida cuando el saldo del predio del remate no es

depositado dentro del plazo legal. La nulidad se sanciona solo por causa

establecida en la Iey, no comprendiendo bajo ella la comunicación oportuna

al juzgado de dicho pago.

La convocatoria se anuncia en el diario encargado de la publicación de los

avisos judiciales del lugar del remate, por tres días tratándose de muebles y

seis si son inmuebles. Esto se efectuará a través de un mandato del Juez

que comunicará mediante notificación electrónica a dicho diario para la

publicación respectiva o excepcionalmente por cualquier otro medio

fehaciente que deje constancia de su decisión.

Si los bienes se encuentran fuera de la competencia territorial del Juez de la

ejecución, la publicación se hará, además, en el diario encargado de la

publicación de los avisos judiciales de la localidad donde estos se

encuentren.

En relación a la adjudicación forzosa debe distinguirse entre la adjudicación para

pago y la adjudicación en pago. La primera ópera cuando lo que se embargó

fueron sueldos, pensiones y créditos realizables en el acto. En tales casos

no puede hacerse pago inmediatamente al ejecutante, pues se está ante

una adjudicación para pago. Cuando se trata de créditos realizables en el


acto, el juez requerirá al deudor del ejecutado, en resolución expresa,

entregue la cantidad adeudada en el juzgado, el cual procederá a pagar al

ejecutante. Cuando se trata de sueldos y pensiones, la adjudicación

precisará a partir de la cual el sueldo o pensión queda vinculado a un

concreto ejecutante. A partir de la adjudicación, el pagador del sueldo o

pensión deberá periódicamente hacer el ingreso en el juzgado y este pagará

al ejecutante. Lo que no impide que en ocasiones se haga el pago

directamente entre pagador y ejecutante. El juez debe precisar la cantidad

exacta y durante qué tiempo se recurrirá a este para el pago.

El mecanismo de la adjudicación en pago, al que solo se refiere este

artículo. Esta adjudicación aparece de modo subsidiario y es consecuencia

del fracaso de la enajenación forzosa ante la ausencia de postores.

Un remate se frustra no por falta de postores sino porque no se cumple con

notificar debidamente a las partes del auto de remate, por no realizar

oportunamente las publicaciones o el pegado de cartel, entre otros

supuestos. La ausencia de postores lleva a ubicarnos en el remate desierto,

de ahí que la redacción de este artículo debería consignar "declarado

desierto el remate por falta de postores, el ejecutante o tercero legitimado

pueden solicitar la adjudicación en pago (...)".

Las personas legitimadas activas para solicitar la adjudicación en pago son

el ejecutante o el tercero legitimado. En cuanto a este último, debemos

entender que el tercero legitimado es el acreedor no ejecutante, en atención

a lo que dispone el artículo726 del CPC que permite que pueda intervenir en

el proceso, antes de su ejecución forzada, el acreedor no ejecutante que


tiene afectado el mismo bien. Los derechos de este tercero dependen de la

naturaleza y estado de su crédito. Véase el caso de un bien valorizado en

US$ 100,000, que registra una hipoteca a favor del Banco A por US$ 90,000

y luego un embargo por US$ 10,000 a favor del Banco B por una obligación

de dar suma de dinero. En este último proceso, el acreedor no ejecutante,

Banco A, interviene en aplicación del artículo 726 del CPC demostrando la

preferencia y la vigencia de su crédito, el que a la fecha es materia de

ejecución en otro juzgado civil. El Banco A, luego de haberse declarado

desierto el primer remate, perfectamente podría pedir se le adjudique en

pago el bien, obviando el exceso sobre el valor de su crédito. Véase que el

ejecutante no se adjudicó el bien sino el tercero legitimado quien contaba

con una hipoteca de primer rango, la cual era materia de ejecución en otro

juzgado, lo que no impide que el ejecutante vea realizado su pago bajo las

reglas que señala el artículo 747 del CPC. En ese mismo supuesto, la

defensa del Banco B que ejecuta la obligación de dar suma de dinero y que ha

promovido el remate planteó la oposición a la adjudicación en pago al Banco

A hasta que se resuelva la ejecución de la hipoteca que viene ventilando en

otro juzgado, pues una cosa es la garantía de la hipoteca y otra la

adjudicación en pago, esta última operaría siempre y cuando el título de

ejecución quede firme y a favor del acreedor no ejecutante en el otro

proceso que viene ejecutando.

El pedido de adjudicación debe ser por la base de la postura que surgió para

la última convocatoria, la que puede operar a partir del primer hasta el tercer

remate.
En la adjudicación forzosa se atiende a su valor en sí y puede definirse como

el acto procesal por el que el órgano jurisdiccional trasmite al ejecutante o al

tercero legitimado un bien previamente embargado al deudor ejecutado, en

virtud de su potestad jurisdiccional, como medio para lograr la satisfacción

de aquel.

La diferencia fundamental con la enajenación forzosa reside en que en la

adjudicación se entrega el bien al ejecutante, mientras que en la enajenación

la transmisión se produce a favor del rematante, sea este quien fuere,

normalmente un tercero, pero también puede serlo el ejecutante y el tercero

legitimado, aunque no en cuanto tal, sino en cuanto haber hecho las mayores

posturas, pues ambos pueden intervenir en el acto de remate como postores,

pero sin oblaje.

Conviene precisar que la adjudicación en pago supone la transmisión de la

propiedad, bastando para inscribirla en el registro de la propiedad la

resolución firme que ordena la adjudicación en pago. El auto de adjudicación

debe pronunciarse sobre los requisitos que señala el artículo 739 del CPC.

Si el bien que asegura la ejecución se trata de dinero, este debe ser

entregado al ejecutante en la oportunidad prevista en el primer párrafo del

artículo 747º del CPC, es decir, después que el juez aprobó (con

modificaciones o sin ellas) la liquidación de los intereses devengados

(derivados del capital adeudado al ejecutante), costas y costos procesales

practicada por el Secretario del Juzgado. De haber más de un ejecutante con

derechos distintos, se distribuirá entre ellos el producto que se haya obtenido

del remate, teniéndose en cuenta, para tal efecto, la naturaleza preferencial


o no de los créditos en cuestión. El orden con que deberán ser satisfechas

las acreencias de los ejecutantes lo determinará el Juez mediante un auto

susceptible de ser observado por los interesados (ejecutantes). Si luego de

la distribución del producto del remate entre los ejecutantes quedase un

remanente, se hará entrega de éste al ejecutado. Lo propio ocurrirá,

obviamente, en caso de haber un solo ejecutante y, una vez pagada su

acreencia (capital, intereses, costas y costos), quedar un remanente.

Una vez realizado el remate judicial y obtenido el dinero, el juez procederá a

disponer el pago del crédito al acreedor. Para ello es necesario que

previamente el juez ordene la liquidación de los intereses, costas y costos del

proceso, lo cual debe ser realizado por el secretario del juzgado dentro del

plazo que fije el juez.

Efectuada la mencionada liquidación, la misma se pondrá en conocimiento de

las partes para que dentro de los tres dias siguientes realicen sus

observaciones en forma detallada. Absuelto el trámite de la observación o en

caso de rebeldía, el juez resolverá aprobando o modificando la liquidación y

a la vez requerirá el pago.

Una vez aprobada la liquidación de los intereses, costas y costos del

proceso se procederá a pagar al ejecutante con el producto del remate. En

caso de que el bien que asegura la ejecución esté constituido por dinero,

éste será entregado al ejecutante una vez aprobada la liquidación.


CONCLUSIONES

- El proceso de ejecución se encuentra regulado en el Código Procesal

Civil, y es uno de los tipos del proceso de ejecución. Para ello se

determinado exponer la estructura del mismo que radica en una

demanda ejecutiva con carácter sumarísimo, es decir, rápido porque

admita la demanda se tiene ya la orden de pago del deudor

(demandado). En ese sentido, vemos que la ventaja es la rapidez con

que se ejecuta la garantía, en la medida que no existe una contestación

a la demanda, sino solo un mandato ejecutivo, con lo que se le da mayor

seguridad al acreedor; aunque, se debe precisar, que esto, en la realidad

nacional, no es del todo cierto, porque existen factores como la carga

procesal que dilatan los procesos.

- En la conclusión anterior se da desarrollado lo que es el proceso de

ejecución, sin embargo, es de precisar que este encuentra un

complemento en lo que es el Remate, el mismo que es parte de la

ejecución forzada, es decir, que una vez tenido el auto ejecutivo calidad

de firme, se procede a la venta del venta del bien, con lo cual lo que se

busca es materializar el pago (dinero) al acreedor. Por ende, esta figura,

es elemental para hacer efectivo el derecho, puesto que no solo basta

tener un pronunciamiento, sino satisfacción del mismo.


RECOMENDACIONES

- El inciso 3 del art. 720 del Código Procesal Civil, precisa que “Si el bien

fuere inmueble, debe presentarse documento que contenga tasación

comercial actualizada realizada por dos ingenieros y/o arquitectos

colegiados, según corresponda, con sus firmas legalizadas. Si el bien

fuere mueble, debe presentarse similar documentos de tasación, la

que, atendiendo a la naturaleza del bien, debe ser efectuada por dos

peritos especializados, con sus firmas legalizadas”. De lo precisado, se

tiene que la parte demandante debe adjuntar tasación de dos

ingenieros a los arquitectos, con lo que vemos que esto resulta ser

muy oneroso, en la medida que bastaría con uno. En ese sentido, se

alude a un criterio de economía, más aún si al deudor se le puede la

opción de objetar la tasación, para lo cual también se requería la

opinión de un experto. Por otro lado, indica una tasación actualizada,

pero no precisa cual es el criterio para determinar que este actualizada,

por ende, se debería precisar un plazo exacto para evitar

cuestionamientos, como seria por ejemplo, con un plano no mayor a

tres meses de interposición de la demanda

- El art. 730 del CPC, precisa que la tasación será puesta en

conocimiento de los interesados por tres días, plazo en el que pueden

formular observaciones; asimismo, que venido este el Juez aprueba o

desaprueba la tasación. Al respecto, es de precisar, que una de las


formas de observar la tasación, es con otra pericia, que sería realizada

por un especialista de parte, en caso no se tenga un documento que

contradiga el valor del bien; por lo que otorgar este plazo, resultaría

irrisorio, si se considera que la realización de una pericia de parte,

puede demorar más de tres días; o en todo caso, que se la opción, que

en caso se ofrezca perito de parte, se puede conceder una aplicación

única por cinco días, o en su defecto, un plazo más razonable.


PROYECTO LEY

LEY QUE MODIFICA EL NUMERAL 3 DEL ARTÍCULO 720 DE LA


RESOLUCIÓN MINISTERIAL N° 010-93-JUS, QUE APRUEBA EL TEXTO
ÚNICO ORDENADO DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL

ARTÍCULO 1°: modificar el numeral 3 del artículo 720 de la Resolución


Ministerial N° 010-93-JUS, que aprueba el Texto Único Ordenado del
Código Procesal Civil

“Artículo 720.- Procedencia (…)


3. Si el bien fuere inmueble, debe presentarse documento que
contenga tasación comercial no mayor de tres meses a la
fecha de presentación de la demanda, realizada por un
ingeniero y/o arquitecto colegiado, según corresponda, con
sus firmas legalizadas. Si el bien fuere mueble, debe
presentarse similar documentos de tasación, la que,
atendiendo a la naturaleza del bien, debe ser efectuada por
dos peritos especializados, con sus firmas legalizadas. (…)"
ARTICULO 2°: La presente Ley entrará en vigencia a partir del día siguiente
de su publicación en el Diario Oficial El Peruano.

ARTICULO 3°: Déjese sin efecto cualquier dispositivo legal que


contraviniera la presente Ley.
BIBLIOGRAFÍA

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proceso de ejecución de garantías en busca del equilibrio de la
relación sustancial y procesal. Derecho y Cambio Social.
ANEXO
Secretario:
Expediente:
Cuaderno: PRINCIPAL.
Escrito: Nro. 01.
INTERPONE
DEMANDA
EJECUTIVA

SEÑOR JUEZ ESPECIALIZADO CIVIL DE PIURA

OSCAR FIGUEROA RUIZ, identificada con DNI N°


727876544, con dirección domiciliaria en Urb. San
Eduardo Mz. P Lt. 23, del distrito, provincia del
departamento de Piura; atentamente, decimos:

I. VÍA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:

Que, en VIA DE PROCESO EJECUTIVO, interponemos demanda de


ejecución de obligación de hacer contra la “Constructora los Ángeles SAC”, a
fin de que cumpla con la siguiente obligación de hacer: Prestación de
servicios de construcción respecto del inmueble ubicado en Urb. Los Pinos
Mz D lote 05 del distrito, provincia del departamento de Piura.

II. COMPETENCIA:

Es competente el Juzgado Civil de Piura por superar la cuantía las cien


Unidades de Referencia Procesal (pues el valor aproximado del
cumplimiento de la obligación de hacer demandada es de Sesenta Mil
Nuevos Soles Nuevos Soles); de conformidad con lo establecido en el
artículo 690 B del Código Procesal Civil.

Por domiciliar el demandado dentro de la competencia territorial del


Juzgado; conforme a lo previsto en el artículo 14 -primer párrafo- del Código
Procesal Civil.

III. DEL DEMANDO


La presente demanda la interpongo contra la “Constructora los Ángeles SAC” ,
identificada con RUC N° 20176785632, con comercio en Urb. Santa María del Pinar
MZ D Lt. 3, de distrito, provincia del departamento de Piura, representada por el Sr.
Juan Espinoza Zapata..

IV. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1. Que, conforme consta en el testimonio de la escritura pública de Prestación
de Servicios de Construcción, de fecha 20 de abril del 2018, otorgada por
las partes ante la Notaría Lizana Puelles, el demandado se obligó a realizar
el día 01 de mayo del 2015 a la siguiente prestación: Construir una vivienda
en el inmueble ubicado en Urb. Los Pinos Mz D lote 05 del distrito, provincia
del departamento de Piura

2. Que, en mérito a la inejecución, el día 3 de mayo de 2015, mi persona


procedió a enviarle una carta notarial al demandado, a efectos de que inicie
los servicios para lo cual fue contratado, sin embargo, este nuevamente hizo
caso omiso, lo que desde ya genera un grado de perjuicio económico.

3. Que, por otro lado, no bastando con la presentación de la carta notarial, el


día 15 de mayo de 2018, se procedió a realizar una inspección ocular, la
misma que fuere realizada por juez de paz no letrado de donde se deja
constancia que no se ejecuta trabajo alguno por parte del demandado.

4. Que, la presente acción tiene como finalidad, pues, demandar la ejecución


de obligación de hacer, la misma que es cierta, expresa y exigible, como
puede apreciarse del título ejecutivo (testimonio de escritura pública) que
acredita nuestra pretensión.

V. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA:

Fundamentamos nuestro petitorio en lo dispuesto en las siguientes normas


legales:

- Artículo 1219 del Código Civil, cuyo inciso 1) señala que es efecto de las
obligaciones autorizar al acreedor para emplear las medidas legales a fin de
que el deudor le procure aquello a que está obligado.
- Artículo 688 del Código Procesal Civil, que establece en su inciso 1) que se
puede promover ejecución en virtud de título ejecutivo.
- Artículo 693 del Código Procesal Civil, que prescribe en su inciso 7) que se
puede promover proceso ejecutivo en mérito de testimonio de escritura
pública.
- Artículo 694 del Código Procesal Civil, que dispone en su inciso 2) que se
puede demandar ejecutivamente la obligación de hacer.
- Artículo 706 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo se desprende
que si el título ejecutivo contiene una obligación de hacer, el proceso se
tramita conforme a lo dispuesto en las disposiciones generales, con las
modificaciones del presente Subcapítulo.

VI. MEDIOS PROBATORIOS:

Ofrecemos el mérito del siguiente medio probatorio:

1.- Testimonio de la escritura pública de Prestación de Servicios de


Construcción, de fecha 20 de abril del 2015, otorgada por las partes ante
la Notaría Lizana Puelles; con el que se acredita que el demandado se
obligó a realizar el día 01 de julio del 2015 siguiente prestación:
Construir una vivienda en el inmueble ubicado en Urb. Los Pinos Mz D
lote 05 del distrito, provincia del departamento de Piura; lo cual evidencia
la existencia de una obligación de hacer cierta, expresa y exigible.

2.- Carta notarial de 3 de mayo de 2015.

3.- Fotografías donde se evidencia que a la fecha no se procede a realizar


trabajo alguno.

4.- Acta de inspección realizada por el juez de paz no letrado de 15 de mayo


de 2018, donde se deja constancia que no se ejecuta trabajo alguno por
parte del demandado.
VII. ANEXOS

TERCER OTROSÍ DECIMOS: Que, acompañamos los siguientes anexos:

1.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas y dos por


concepto de notificación.

1.B Fotocopia del D.N.I. del representante judicial de la demandante.

1.C Copia legalizada de la escritura pública, de fecha 20 de abril del 2018,


en la que constan las facultades especiales del representante judicial
de la demandante.

1.D Testimonio de la escritura pública de Prestación de Servicios de


Construcción, otorgada por las partes ante la Notaría Lizana Puelles

1.E Carta notarial de 3 de mayo de 2018

1.F Acta de inspección realizada por el juez de paz no letrado de 15 de


mayo de 2018

1.G.- Fotografías

PRIMER OTROSÍ DECIMOS: Que, delegamos las facultades generales de


representación, a que se refiere el artículo 80 del Código Procesal Civil, a la
Dr. Jesús Paredes Serna, con Reg. ICAP N° 2345, y declaramos estar
instruidos acerca de sus alcances.

SEGUNDO OTROSÍ DECIMOS: Designo Domicilio Procesal. Para los


efectos del presente proceso judicial señalo domicilio procesal en CASILLA
JUDICIAL N° 1037 perteneciente a la Corte Judicial de Piura. Asimismo,
señalo como CASILLA ELECTRÓNICA LA N° 50539, para efectos de
notificación.

POR TANTO:

Al Juzgado, solicitamos se sirva tener por interpuesta la presente demanda y


darle el trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a nuestro
derecho y de acuerdo a ley.

Piura, 5 de junio de 2018

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