Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. Introducción
II. Similitudes y diferencias
III. El Atentado a la Autoridad. Elementos objetivos del tipo y fines de la
acción
IV. Figuras Agravadas de atentado a la autoridad
V. Resistencia a la Autoridad. Elementos objetivos del tipo y fines de la
acción
Notas
I. Introducción [arriba] -
En ambos delitos, el sujeto activo puede ser puede ser cualquier persona.
No se requiere una cualidad especial. El atentado a la autoridad no requiere
que el autor sea el destinatario del acto, cuya ejecución u omisión se
pretende imponer. Por su parte, puede ser autor de resistencia a la
autoridad, tanto el destinatario de la orden como un tercero que quiera
impedir o trabar el acto funcional aunque no esté afectado por dicha orden.
En lo que respecta a las diferencias, se puede señalar que entre las dos más
importantes se encuentran: el sujeto pasivo de la conducta y el verbo y
fines de la acción.
Acción típica:
a) Fuerza-Intimidación:
La fuerza o intimidación, a las que se refiere el art. 237, deben ser, además,
ordinarias, pues las extraordinarias constituyen agravantes (mano armada,
reunión de más de tres personas, por funcionario público o poniendo manos
sobre la autoridad; cfr. art. 238 del Código Penal).
Los medios a los que hace referencia el precepto legal son taxativos, de
modo tal que, si para conseguir el objetivo determinado por la disposición
se utilizaran otros medios de acción, no se tipificaría el delito en cuestión.
Así por ejemplo, no sería típico del art. 237 usar la astucia, engaño o
seducción o si hay dinero de por medio, aunque puede tratarse de otros
delitos contra la administración pública.
Se exige algo a alguien que aún no ha hecho; en ello, radica una de las
diferencias entre el atentado y la resistencia a la autoridad. En el atentado,
se impone la ejecución de un acto no decidido todavía por el funcionario
público; en cambio, en la resistencia, se trabará la ejecución de un acto ya
decidido y puesto en marcha, en virtud de la libre voluntad del funcionario.
c) Tipo subjetivo:
Se trata de un delito doloso, compatible solo con dolo directo, que requiere
por parte del autor el conocimiento de la calidad de funcionario público del
sujeto pasivo o que está actuando a requerimiento de aquel o en virtud de
una obligación legal y la voluntad de realizar las conductas típicas.
Desde que debe existir una congruencia entre lo que el sujeto conoce y lo
que quiere llevar a cabo, la falla de la conciencia de alguno de los
elementos del tipo penal, ya sea por error o ignorancia, constituye un error
de tipo que excluye la tipicidad subjetiva de este injusto.[11] La distinción
entre error vencible o invencible carece de relevancia, ya que la forma
culposa no está contemplada como ilícito.
d) Sujetos:
1. Sujeto Activo:
2. Sujeto pasivo:
Cuando los medios enunciados por el tipo se ejercen sobre un sujeto pasivo
no calificado -a quien por error el autor considera funcionario público-, se
estará ante una hipótesis de delito putativo y, por lo tanto, impune, siempre
que la conducta del agente no integre la acción de un tipo distinto (por ej.:
lesiones, daños, amenazas).
Argibay Molina critica este concepto, entendiendo que el sujeto pasivo del
delito es la administración pública, en cuanto resulta la única titular del
bien jurídico que se vulnera y que el funcionario público solo resulta ser el
objeto material del delito -objeto o persona sobre la que recae la acción del
sujeto activo-.[13]
e) Tentativa y consumación:
Se trata de un delito instantáneo, ya que el hecho se consuma por la sola
acción de emplear intimidación o fuerza sobre el sujeto pasivo, con la
finalidad prevista por la ley, sin necesidad de que el funcionario realice lo
exigido, aunque el agente no consiga su propósito.
Por ello, no basta para los fines del tipo agravado el uso de arma simulada
o no apta para el disparo, donde si bien el poder intimidante puede ser tanto
o más intenso que si usara un arma con posibilidades de vulnerar la
integridad física, el sujeto pasivo no corre el peligro que esta entraña. En
tales casos, queda excluida la agravante y la conducta es atrapada por el
tipo básico.
Como la ley solo contiene la expresión “a mano armada”, la opinión
dominante en nuestra doctrina está de acuerdo en que comprende tanto las
armas propias como las impropias. El arma propia, que carece de poder
vulnerante por defectos en su mecanismo, puede aparecer como arma
impropia, si se la utiliza como tal; Creus utiliza el ejemplo de una escopeta
descargada que se esgrime como maza.[14]
b) Sujetos:
Puede ser autor tanto el destinatario de la orden como un tercero que quiera
impedir o trabar el acto funcional, aunque no esté afectado por dicha orden.
2- Sujeto pasivo:
e) Consumación y tentativa:
El delito se consuma con el primer acto de oposición. El injusto se
consuma cuando el autor, en conocimiento de que la persona es un
funcionario público, dirige contra él una acción de contenido amenazante o
emplea fuerza para imposibilitar o para entorpecer la ejecución del acto.
Dos son los criterios utilizados para fundar la no punibilidad del sujeto que
resiste el accionar ilegítimo del funcionario. Esto es sostener, tal como lo
hace Carrara, que actuó en legítima defensa, ya que se trata de un caso de
agresión ilegítima.[26] En esta posición, también se enrola Donna, quien
sostiene que se podrá ejercer legítima defensa cuando el acto del
funcionario no sea legítimo y en consecuencia obligatorio.[27]
Notas [arriba] -