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Regulación de las Organizaciones

Tema 5

Relación Leyes
Especiales

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Regulación de las Organizaciones

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Regulación de las Organizaciones

TEMA V

Índice: 1. El daño Moral. La responsabilidad civil en caso de lesión del honor, la intimidad
y la imagen. 1.1- Introducción. 1.2.- Ley de Protección civil de derechos al honor, intimidad
personal y propia imagen. (LO 1/1982, de 5 mayo).1. 2.1 Los límites de los derechos.1. 2.2.
Delimitación de la protección civil y del consentimiento.1. 2.3 La memoria del fallecido. 1.2.4.-
Intromisión ilegítima. 1.2.5.- Excepciones a la intromisión ilegítima.1. 2.6. Tutela Judicial. 2. La
responsabilidad civil ante los consumidores y usuarios. Los diferentes regímenes de
responsabilidad en el Real Decreto-Legislativo 1/2007 .2. 1. Introducción: Ley 1/2007 de 16-11
de Consumidores y usuarios (versión vigente de: 23/7/2015).2. 2. Los sujetos destinatarios de la
Ley. Conceptos.2. 3.- Responsabilidad civil por bienes o servicios defectuosos. 2.3.1.
Disposiciones comunes. 2.3.2.- Disposiciones específicas.2. 4.- Daños causados por otros bienes
y servicios. 2.4.1. Régimen general de responsabilidad.2. 4.2.- Régimen especial de
responsabilidad (art.148 LCU). 3. Responsabilidad civil por defectos de la construcción. 3.1.
Responsabilidad por ruina de edificios. Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999, de 5
de noviembre). Introducción. 3. 2.- La regulación de la responsabilidad por daños en la
construcción el Código Civil.- 3.3.- Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999, de 5 de
noviembre).3. 3.1.- Plazos. 3. 3.2.- Sujetos responsables. 3. 3.3.- Garantías y acciones. 3.4.-
Anexo. 4. La responsabilidad civil por el uso de vehículos a motor. 4.1. Responsabilidad por
uso de vehículos a motor. 4.1.1. Sujetos. 4. 1.2. Daños: Clases de daños.4. 1.3. Sistema de
valoración: Anexo. 4.2. Seguro obligatoria. 4.2.1. Obligaciones del asegurador.4.3. Consorcio de
Compensación de Seguros. 4.4. Cuestiones procesales.

1.- El daño Moral. La responsabilidad civil en caso de lesión del honor, la


intimidad y la imagen.

1.1.- Introducción.
La Constitución Española, en su Capítulo II titulado “Derechos y libertades” y en el art.
18.1, garantiza a los españoles su derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen dándoles rango constitucional, y añade en el art. 20.4 CE al tratar de la libertad
de expresión que ésta, “tiene su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título,
por los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la
intimidad, a la propia imagen,…” . Se trata en definitiva del reconocimiento y de la protección
que la CE ofrece a los derechos fundamentales de las personas.
En cumplimiento del mandato establecido en la Constitución, teniendo en cuenta el
relieve que la misma concede en los arts. 18.1 y 20.4 como derechos fundamentales al
derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, y de acuerdo con el
art. 81.1 CE, la LO 1/1982, de 5 de mayo desarrolla dichos derechos y su protección. De
acuerdo con el Preámbulo de la Ley los derechos regulados en la misma han sido encuadrados
entre los derechos de la personalidad, deforma que gozan de una doble calificación como
derechos fundamentales y derechos de la personalidad. Aquí se trataran cono derechos de la
personalidad ya que se estudian en una ley civil que así los califica..

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Su protección la hallamos en el art. 9 LO 1/1982 que parte de que la existencia


del perjuicio se presumirá siempre que se acredite la intromisión ilegítima, al honor, la
intimidad o a la imagen de una persona o familia, y la indemnización se extenderá al
daño moral, que se valorará atendiendo a las circunstancias del caso y a la gravedad de
la lesión efectivamente producida, para lo que se tendrá en cuenta, en su caso, la
difusión o audiencia del medio a través del que se haya producido.

1.2.- Ley de Protección civil de derechos al honor, intimidad personal y propia imagen. (LO
1/1982, de 5 mayo)

Conforme al artículo 18.1 de la Constitución , los derechos al honor, a la intimidad


personal y familiar y a la propia imagen tienen el rango de derechos fundamentales.

Como se ha dicho los derechos garantizados por la ley (Ley Orgánica 1/1982, de 5
mayo) han sido encuadrados entre los derechos de la personalidad.

Sus características son

Irrenunciabilidad. La irrenunciabilidad está referida con carácter genérico a la


protección civil que la ley establece. La renuncia a la protección prevista en esta ley será nula,
sin perjuicio de los supuestos de autorización o consentimiento

Inalienabilidad. Estos derechos no pueden ser objeto, en principio de tráfico mercatil.

Imprescriptibilidad. Los derechos protegidos por la Ley no prescriben, es decir el que


una persona no actúe defendiendo su intimidad en una ocasión, no supone que ya nunca
podrá defenderla.

1.2.1. Los límites de los derechos

Sin embargo los derechos protegidos en la ley no pueden considerarse absolutamente


ilimitados. Así lo indica el Art. 1 según el cual:

“El derecho fundamental al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia


imagen, garantizado en el artículo 18 de la Constitución , será protegido civilmente frente a
todo género de intromisiones ilegítimas, de acuerdo con lo establecido en la presente Ley
Orgánica.”

La mayoría de las veces los derechos al honor, a la imagen y a la intimidad personal y


familiar concurrirán con otros derechos protegidos, como la libertad de expresión y la libertad
de información. La cuestión es determinar donde terminan unos y donde empiezan los otros.
En realidad se limitan mutuamente.

1.2.2.- Delimitación de la protección civil y del consentimiento

De acuerdo con el Art.2

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“1. La protección civil del honor, de la intimidad y de la propia imagen quedará


delimitada por las leyes y por los usos sociales atendiendo al ámbito que, por sus propios
actos, mantenga cada persona reservado para sí misma o su familia.
2. No se apreciará la existencia de intromisión ilegítima en el ámbito protegido cuando
estuviere expresamente autorizada por ley o cuando el titular del derecho hubiese otorgado al
efecto su consentimiento expreso
3. El consentimiento a que se refiere el párrafo anterior será revocable en cualquier
momento, pero habrán de indemnizarse, en su caso, los daños y perjuicios causados,
incluyendo en ellos las expectativas justificadas.”

Los menores y los incapacitados no tienen plena capacidad de obrar, sin embargo las
leyes les reconocen capacidad para realizar determinados actos con plenos efectos civiles.
Entre ellos los autorizados en la LO 1/1982. Así el Art. 3 trata específicamente de esta cuestión
y establece:

“1. El consentimiento de los menores e incapaces deberá presentarse por ellos mismos
si sus condiciones de madurez lo permiten, de acuerdo con la legislación civil.
2. En los restantes casos, el consentimiento habrá de otorgarse mediante escrito por
su representante legal, quien estará obligado a poner en conocimiento previo del Ministerio
Fiscal el consentimiento proyectado. Si en el plazo de ocho días el Ministerio Fiscal se opusiere,
resolverá el Juez.”

En este sentido el art. 162 del CC exceptúa de la representación legal de los padres
aquellos actos relativos a derechos de la personalidad, en concordancia con lo establecido en
la LO 1/1982. La cuestión se centrará en la valoración de las “condiciones de madurez del
menor”, cuestión que no incide solamente en éste tema sino en todos aquellos supuestos en
los que la ley remite a este criterio para determinar la intervención de los menores. Lo anterior
es válido para los supuestos de menores sujetos a tutela, respecto a los tutores que ostentan
la representación legal de los tutelados.
Una segunda cuestión es la que hace referencia al término “incapaces” frente a
“incapacitados”. En efecto, hay que coordinar lo establecido en la LO 1/1982 con la posterior
reforma del CC por la Ley 24 de octubre de 1983, que reformó en profundidad la regulación de
la incapacitación, y en consecuencia debe entenderse que la referencia al “incapaz”, lo es al
“incapacitado”, que como tal está sujeto al régimen de protección que establezca la sentencia,
la que también delimitará el ámbito de actuación del tutor o curador y por tanto el de
actuación del incapacitado.
En cuanto al término incapaz, mientras el sujeto no esté incapacitado judicialmente
deberá presumirse su plena capacidad de obrar y por tanto será válido su consentimiento,
también en el ámbito de los derechos de la personalidad.

1.2.3.- La protección civil de la persona fallecida (Arts. 4.5.6.)

En el Preámbulo de la LO 1/1982 se explica que los derechos al honor, a la


intimidad personal y familiar y a la propia imagen tienen el rango de fundamentales, y
han sido encuadrados entre los derechos de la personalidad.

De los derechos de la personalidad se ha predicado que son derechos innatos,


absolutos, personalísimos y de contenido extrapatrimonial. Estos derechos se adquieren
junto con la personalidad por el nacimiento y mientras existe la persona no puede ser

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privada de los mismos. De acuerdo con lo anterior la protección de estos derechos


finalizaría con la extinción de los mismos a la muerte de la persona.

Sin embargo siguiendo con el Preámbulo, la LO 1/1982 trata del supuesto de


fallecimiento del titular del derecho lesionado y afirma que ,”aunque la muerte del
sujeto de derecho extingue los derechos de la personalidad, la memoria de aquél
constituye una prolongación de esta última que debe ser también tutelada por el
Derecho…”, introduciéndose de esta forma la protección civil a la memoria de la
persona fallecida como prolongación de su personalidad después de su muerte, si bien
por un tiempo determinado.

Esta afirmación que hace el Preámbulo puede parecer contradictoria, en especial


si partimos de que la personalidad es la cualidad jurídica de ser titular de derechos y
obligaciones y pertenecer a la comunidad jurídica, a ella se le atribuyen varios poderes,
y entre ellos los llamados derechos de la personalidad. La muerte extingue la
personalidad (art. 32 CC), luego también los derechos de la personalidad, pero hay que
matizar de acuerdo con el Preámbulo de la LO 1/1982 que la memoria del sujeto
fallecido constituye una prolongación de la personalidad.

Memoria significa recuerdo y éste no existe por sí mismo y cuando es evocado


nunca es fiel sino que constituye una interpretación esquematización de la realidad. Así
la memoria del causante es la representación que del mismo existía a su muerte, es decir
la imagen que daba. Pero la LO 1/1982 no utiliza memoria como recuerdo, sino que
equipara memoria a personalidad, o a su prolongación. Sin embargo ambas ideas,
recuerdo-continuación de la personalidad están interrelacionadas, por un lado prima el
criterio subjetivo (recuerdo) y por otro el objetivo (lesión a los derechos del fallecido).
La muerte del sujeto ha hecho variar el objeto de protección.

Así, no es lo mismo personalidad de un sujeto que prolongación de la misma


después de su muerte. En el primer caso la personalidad tiene su inicio en el nacimiento
mientras que en el segundo, su prolongación se produce a la muerte del sujeto.

Por otra parte los derechos de la personalidad tienen un titular, que es el propio
sujeto, en cambio los supuestos derechos de la personalidad del fallecido no tienen un
titular. Cuestión aparte es que la ley legitime a ciertas personas para actuar estos
derechos.

Los derechos protegidos son el honor, la intimidad personal y familiar y la


propia imagen, supuestos perfectamente válidos para personas vivas, pero que no se
ajustan del todo al caso de protección de la memoria del fallecido. Es imposible la
intrusión a la vida privada actual.

En definitiva, el objeto de protección es el honor la intimidad y la propia imagen


de la persona fallecida, pero con las matizaciones señaladas. Se trata de la protección
de la memoria del fallecido entendida como la prolongación de sus derechos de la
personalidad.

De la evolución de los criterios utilizados por el TC, cabe resaltar:

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Primero.- Que al fallecimiento de la persona no se extingue la personalidad en el sentido


constitucional del término.
Segundo.- Que a la muerte de la persona sus derechos de la personalidad no se
transmiten por lo que las personas legitimadas para actuarlos no son titulares de los
mismos.
Tercero.- Las personas legitimadas para actuar estos derechos son las relacionadas en la
LO 1/1982.

El ejercicio de las acciones de protección civil del honor, la intimidad o la imagen de


una persona fallecida corresponde a quien ésta haya designado a tal efecto en su testamento.
La designación puede recaer en una persona jurídica. (80 años).

1.2.4.- Intromisión ilegítima

LO 1/1982 en su art. 7 relaciona en su ocho apartados una serie de supuestos que


tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas, si bien no se trata de una enumeración
cerrada, ya que en algunos de sus apartados ya menciona “hechos de naturaleza análoga”, de
manera que no debemos considerar la lista de casos presentados como “numerus clausus”

Art. 7, “Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas en el ámbito de


protección delimitado por esta Ley:

“1. El emplazamiento en cualquier lugar de aparatos de escucha, de filmación, de


dispositivos ópticos o de cualquier otro medio apto para grabar o reproducir la vida íntima de
las personas.
2. La utilización de aparatos de escucha, dispositivos ópticos, o de cualquier otro
medio para el conocimiento de la vida íntima de las personas o de manifestaciones o cartas
privadas no destinadas a quien haga uso de tales medios, así como su grabación, registro o
reproducción.
3. La divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que
afecten a su reputación y buen nombre, así como la revelación o publicación del contenido de
cartas, memorias u otros escritos personales de carácter íntimo.
4. La revelación de datos privados de una persona o familia conocidos a través de la
actividad profesional u oficial de quien los revela.
5. La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme, o cualquier otro
procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o
fuera de ellos, salvo los casos previstos en el artículo 8.2.
6. La utilización del nombre, de la voz o de la imagen de una persona para fines
publicitarios, comerciales o de naturaleza análoga.
7. La imputación de hechos o la manifestación de juicios de valor a través de acciones
o expresiones que de cualquier modo lesionen la dignidad de otra persona, menoscabando su
fama o atentando contra su propia estimación.
8. La utilización del delito por el condenado en sentencia penal firme para conseguir
notoriedad pública u obtener provecho económico, o la divulgación de datos falsos sobre los
hechos delictivos, cuando ello suponga el menoscabo de la dignidad de las víctimas.”

1.2.5.- Excepciones de intromisiones ilegítimas (Art. 8)

Sigue la LO 1/1982 en su art.8, señalando que con carácter general no se


reputarán intromisiones ilegítimas “las actuaciones autorizadas o acordadas por la

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Autoridad competente de acuerdo con la Ley, ni cuando predomine un interés histórico,


científico o cultural relevante.”

Parece que en el supuesto de actuaciones autorizadas o acordadas es posible


acotar su ámbito, y en cambio es más difícil determinar los criterios para considerar
preeminente el interés histórico, científico o cultural frente a los derechos protegidos
por la Ley, si bien respecto al derecho a la propia imagen el art. 8.2 establece unos
parámetros.

Art.8.2 : “. En particular, el derecho a la propia imagen no impedirá:

a) Su captación, reproducción o publicación por cualquier medio, cuando se trate de


personas que ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la
imagen se capte durante un acto público o en lugares abiertos al público.
b) La utilización de la caricatura de dichas personas, de acuerdo con el uso social.
c) La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen de
una persona determinada aparezca como meramente accesoria.

Las excepciones contempladas en los párrafos a) y b) no serán de aplicación respecto


de las autoridades o personas que desempeñen funciones que por su naturaleza necesiten el
anonimato de la persona que las ejerza”.

1.2.6.- Tutela judicial (Art.9)

El art. 9 de LO 1/1982 en su art. 9 trata de la tutela judicial frente a las


intromisiones ilegitimas en los derechos al honor, la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen regulados esta ley. Establece que dicha tutela podrá recabarse por las
vías procesales ordinarias o por el procedimiento previsto en el art. 53.2 de la
Constitución. También podrá acudirse, cuando proceda, al recurso de amparo ante el
Tribunal Constitucional.

La tutela judicial comprenderá la adopción de todas las medidas necesarias para poner
fin a la intromisión ilegítima de que se trate y, en particular, las necesarias para:

a) El restablecimiento del perjudicado en el pleno disfrute de sus derechos, con la


declaración de la intromisión sufrida, el cese inmediato de la misma y la reposición del estado
anterior. En caso de intromisión en el derecho al honor, el restablecimiento del derecho
violado incluirá, sin perjuicio del derecho de réplica por el procedimiento legalmente previsto,
la publicación total o parcial de la sentencia condenatoria a costa del condenado con al menos
la misma difusión pública que tuvo la intromisión sufrida.
b) Prevenir intromisiones inminentes o ulteriores.
c) La indemnización de los daños y perjuicios causados.
d) La apropiación por el perjudicado del lucro obtenido con la intromisión ilegítima en
sus derechos.

La existencia de perjuicio se presumirá siempre que se acredite la intromisión


ilegítima. La indemnización se extenderá al daño moral, que se valorará atendiendo a las
circunstancias del caso y a la gravedad de la lesión efectivamente producida, para lo que se
tendrá en cuenta, en su caso, la difusión o audiencia del medio a través del que se haya
producido.

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Estas medidas se entenderán sin perjuicio de la tutela cautelar necesaria para


asegurar su efectividad.”
Además, tratándose de intromisiones en derechos fundamentales de las personas, la DT
2ª de la LO 1/1982 establece que: “Agotado el procedimiento seguido, quedará expedito
el recurso de amparo constitucional en los supuestos a que se refiere el Capítulo I, del
Título III de la LO 2/1979 de 3 de Octubre del Tribunal Constitucional.

2. La responsabilidad civil ante los consumidores y usuarios. Los


diferentes regímenes de responsabilidad en el Real Decreto-Legislativo
1/2007
2.1. Introducción.

El Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y


otras leyes complementarias, pretende aproximar la legislación nacional en materia de
protección de los consumidores y usuarios a la legislación comunitaria, también en la
terminología utilizada. Se opta por ello por la utilización de los términos consumidor y usuario
y empresario (Exposición de Motivos).
La Ley de 2007 ha ha sido modificada en diversas ocasiones a los efectos, como explica
la Exposición de Motivos, de adecuarla no sólo a la normativa europea sino también a las
nuevas circunstancias y necesidades que han ido surgiendo.
No es el objeto de este Tema el análisis de toda la normativa de Consumidores,
especialmente teniendo en cuenta que las Comunidades Autónomas Españolas también han
legislado sobre esta materia, sino que centraremos el estudio en la responsabilidad civil por
daños a los consumidores y usuarios y a su indemnización.

2.2.- Los sujetos destinatarios de la Ley. Conceptos

La ley da los conceptos de consumidor y usuario, empresario, productor y proveedor, a


los efectos de determinar el ámbito subjetivo de aplicación de la norma. Así:

Artículo 3. Concepto general de consumidor y de usuario

“A efectos de esta norma y sin perjuicio de lo dispuesto expresamente en sus libros


tercero y cuarto, son consumidores o usuarios las personas físicas que actúen con un propósito
ajeno a su actividad comercial,
empresarial, oficio o profesión.
Son también consumidores a efectos de esta norma las personas jurídicas y las
entidades sin personalidad jurídica que actúen sin ánimo de lucro en un ámbito ajeno a una
actividad comercial o empresarial”.

Artículo 4. Concepto de empresario

“A efectos de lo dispuesto en esta norma, se considera empresario a toda persona


física o jurídica, ya sea privada o pública, que actúe directamente o a través de otra persona en
su nombre o siguiendo sus instrucciones, con un propósito relacionado con su actividad
comercial, empresarial, oficio o profesión.

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Artículo 5. Concepto de productor

“Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 138 , a efectos de lo dispuesto en esta


Norma se considera productor al fabricante del bien o al prestador del servicio o su
intermediario, o al importador del bien o servicio en el territorio de la Unión Europea, así como
a cualquier persona que se presente como tal al indicar en el bien, ya sea en el envase, el
envoltorio o cualquier otro elemento de protección o presentación, o servicio su nombre
marca u otro signo distintivo.”

Artículo 6. Concepto de producto

“Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 136, a los efectos de esta Norma, es


producto todo bien mueble conforme a lo previsto en el artículo 335 del Código Civil.”

Artículo 7. Concepto de proveedor

“A efectos de esta Norma es proveedor el empresario que suministra o distribuye


productos en el mercado, cualquiera que sea el título o contrato en virtud del cual realice
dicha distribución.”

2.3.- Responsabilidad civil por bienes o servicios defectuosos

La responsabilidad civil sólo aparece a partir del momento en que ha se ha producido


un daño. La responsabilidad implica la obligación de indemnizar al perjudicado por el daño
producido.

En esta línea el Art. 128 de la Ley contempla la indemnización de daños, estableciendo lo


siguiente:

“Todo perjudicado tiene derecho a ser indemnizado en los términos establecidos en


este Libro por los daños o perjuicios causados por los bienes o servicios.
Las acciones reconocidas en este libro no afectan a otros derechos que el perjudicado
pueda tener a ser indemnizado por daños y perjuicios, incluidos los morales, como
consecuencia de la responsabilidad contractual, fundada en la falta de conformidad de los
bienes o servicios o en cualquier otra causa de incumplimiento o cumplimiento defectuoso del
contrato, o de la responsabilidad extracontractual a que hubiere lugar.”

2.3.1. Disposiciones comunes

La Ley establece una serie de disposiciones comunes referidas al ámbito de protección


y al régimen de responsabilidad, que contempla: los daños personales, incluida la muerte y los
daños materiales, siempre que estos afecten a bienes o servicios objetivamente destinados al
uso o consumo privados y en tal concepto hayan sido utilizados principalmente por el
perjudicado.

Son ineficaces frente al perjudicado las cláusulas de exoneración o limitación de la


responsabilidad. El Gobierno podrá establecer un seguro obligatorio de responsabilidad civil,
un fondo de garantía que cubra total o parcialmente los daños de muerte, intoxicación y/o
lesiones personales

Las personas responsables lo serán solidariamente ante los perjudicados.

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Quien haya respondido tendrá derecho a repetir frente a los demás responsables. La
responsabilidad no se reducirá cuando el daño sea causado conjuntamente por un defecto del
bien o servicio y por la intervención de un tercero.

Los daños materiales en el propio producto serán indemnizables por la vía civil
ordinaria.

2.3.2. Disposiciones específicas

La ley también contempla unas disposiciones específicas referidas principalmente a los


productores, y a los productos.

Productores

Los productores serán responsables por los daños causados por los defectos de los
productos que fabriquen o importen. Como se ha mencionado más arriba es productor

- el fabricante del bien o el prestador del servicio o su intermediario


- el importador en el territorio de la Unión Europea
- cualquier persona que se presente como importador al indicar en el bien o servicio,
su nombre, marca u otro signo distintivo.
-el fabricante o importador en la Unión Europea de un producto terminado, cualquier
elemento integrado en un producto terminado incluida una materia prima

Si el productor no puede ser identificado será considerado como tal el proveedor del
producto (tres meses…)

El proveedor del producto defectuoso responderá como si fuera el productor, cuando


haya suministrado el producto a sabiendas de la existencia del defecto (derecho a repetición
contra el productor)

Producto

Siempre a efectos de esta Ley se considera producto cualquier bien mueble, aun
cuando esté unido o incorporado a otro bien mueble o inmueble, así como el gas y la
electricidad.

Producto defectuoso es aquel que no ofrezca la seguridad que cabría legítimamente


esperar, teniendo en cuenta especialmente: su presentación, el uso razonable previsible, el
momento de puesta en circulación.

En todo caso un producto es defectuoso si no ofrece la seguridad normalmente


ofrecida por los demás ejemplares de la misma serie.

Prueba (art.139 LCU)

El perjudicado que pretenda obtener la reparación de los daños causados tendrá que
probar:
• el defecto,
• el daño y

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• la relación de causalidad entre ambos.


Los productores serán responsables de los daños causados por los defectos de los
productos que fabriquen o importen (art.135).

Exoneración de responsabilidad

El productor puede exonerarse de responsabilidad si prueba alguna de las causas del


art. 140.

La responsabilidad podrá reducirse o suprimirse, si el daño causado fuera debido


conjuntamente a un defecto del producto y a la culpa del perjudicado o de una persona de la
que éste deba responder civilmente. (Esto técnicamente es una interferencia en el nexo
causal)

El productor no será responsable si prueba (art.140):

A) Que no había puesto en circulación el producto

En realidad no se trata de una causa exoneración en sentido estricto sino de una falta
de legitimación pasiva

B) Que dadas las circunstancias del caso, es posible presumir que el defecto no existía
en el momento en que se puso en circulación el producto.

A pesar del daño sufrido por el producto, el perjudicado tiene la presunción en contra
de que el defecto no existía, porque “dadas las circunstancias del caso” es un concepto
indeterminado, y no será el perjudicado el que pueda valorar las circunstancias, luego el
perjudicado debe probar el defecto, y podrá hacerlo respecto al momento que llega el
producto a su poder, no al inicio, y teniendo en cuenta que el productor goza de una
presunción, según las circunstancias del caso, de que el defecto no existía ¿que ha de hacer el
perjudicado?

C) Que el producto no había sido fabricado para la venta o cualquier otra forma de
distribución con finalidad económica.

En este caso posiblemente el perjudicado no será consumidor o usuario, según esta


ley, y deba dirigirse contra el responsable del daño por la vía civil o penal ordinarias.

D) Que el defecto se debió a que el producto fue elaborado conforme a normas


imperativas existentes.

Habrá que determinar a que se refiere la Ley cuando trata de normas imperativas. Son
reglamentos Administrativos?. Si es así, dichos reglamentos son de mínimos y sólo sirven para
evitar la sanción administrativa pero no para eludir la responsabilidad por daños.
Si las normas imperativas están perfectamente acotadas y existe un defecto en el
producto que ha causado un daño, ¿qué pasa?,¿ el perjudicado consumidor no va a ser
indemnizado a través de ésta Ley?

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Regulación de las Organizaciones

Evidentemente esto supone un retroceso frente a la normativa anterior en cuanto a la


protección de los consumidores. La única salida es acudir a la vía ordinaria de responsabilidad
civil o penal, porque no es aplicable esta ley, aunque se titule de defensa de los consumidores.

¿Donde queda la declaración del art. 8 según la cual “es derecho básico de los
consumidores y usuarios a la indemnización de los daños y reparación de los perjuicios
sufridos”?

“Artículo 8. Derechos básicos de los consumidores y usuarios


Son derechos básicos de los consumidores y usuarios:
c) La indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos.”

E) Que el estado de los conocimientos científicos y técnicos existentes en el momento


de la puesta en circulación no permitía apreciar la existencia del defecto.

Menos mal que esto no se aplica a los supuestos de medicamentos, alimentos o


productos alimentarios destinados al consumo humano.

“Art. 140.3
“3. En el caso de medicamentos, alimentos o productos alimentarios destinados al
consumo humano, los sujetos responsables, de acuerdo con este capítulo, no podrán invocar
la causa de exoneración del apartado 1, letra e). “

No están protegidos por esta Ley los productores que adquieran medicamentos o
alimentos para animales porque no son consumidores. Solamente lo estarían los consumidores
de los productos animales defectuosos o contaminados como resultado de los medicamentos
o alimentos contaminantes. Eso si, siempre que acrediten el daño, el defecto y la relación de
causalidad.

El productor de una parte integrante de un producto terminado no será responsable si


prueba que el defecto es imputable a la concepción del producto al que ha sido incorporado o
a las instrucciones dadas por el fabricante del producto.
En el caso de medicamentos, alimentos o productos alimentarios destinados al
consumo humano, los sujetos responsables, de acuerdo con este capítulo, no podrán invocar
la causa de exoneración del apart.1 e).
Es decir: que el estado de los conocimientos científicos y técnicos existentes en el
momento de la puesta en circulación no permitía apreciar la existencia del defecto

Límite de responsabilidad del productor

La ley establece unos límites a la responsabilidad del productor (art. 141). Así:

De la cuantía de la indemnización de los daños materiales se deducirá una franquicia


de 500 euros.

La responsabilidad civil global del productor por muerte y lesiones personales causadas
por productos idénticos que presenten el mismo defecto tendrá como límite la cuantía de
63.106.270,96 euros.

Prescripción de la acción de reparación de daños y perjuicios

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La acción para reclamar la indemnización prescribe a los 3 años, a contar desde la


fecha en que el perjudicado sufrió el perjuicio.

La acción de repetición prescribirá al año desde el día del pago de la indemnización.

Extinción de la responsabilidad del productor

Los derechos del perjudicado se extinguirán transcurridos 10 años desde la fecha en


que se hubiera puesto en circulación el producto causante del daño, a menos de que se
hubiera iniciado la correspondiente reclamación judicial.

Lo anterior supone que la fecha en que llegue el producto a manos del perjudicado no
tiene ninguna relevancia, de forma que el daño causado por cualquier producto que el
productor pueda justificar haya salido de su ámbito no será indemnizable por dicho productor.

2.4. Daños causados por otros bienes y servicios

2.4.1. Régimen general de responsabilidad

Los prestadores de servicios serán responsables de los daños y perjuicios causados a


los consumidores y usuarios, salvo que prueben que han cumplido las exigencias y requisitos
reglamentariamente establecidos, y los demás cuidados y diligencias que exige la naturaleza
del servicio.

2.4.2.- Régimen especial de responsabilidad (art.148 LCU)

Los prestadores de servicios responderán de los daños originados en el correcto uso de


los servicios, cuando por su propia naturaleza, o por estar así reglamentariamente establecido,
incluyan necesariamente la garantía de niveles determinados de eficacia o seguridad, en
condiciones objetivas de determinación, y supongan controles técnicos, profesionales o
sistemáticos de calidad, hasta llegar en debidas condiciones al consumidor y usuario.

En todo caso, se consideran sometidos a este régimen de responsabilidad


•los servicios sanitarios,
•los de reparación y mantenimiento de electrodomésticos, ascensores y vehículos de motor,
•servicios de rehabilitación y reparación de viviendas,
•servicios de revisión, instalación o similares de gas y electricidad y
•los servicios relativos a medios de transporte.

Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, las responsabilidades


derivadas de este artículo tendrán como límite la cuantía de 3.005.060,52 euros.

Será aplicable el régimen de responsabilidad establecido en el artículo 148 a quienes


construyan o comercialicen viviendas, en el marco de una actividad empresarial, por los daños
ocasionados por defectos de la vivienda que no estén cubiertos por un régimen legal específico
(art. 149).

3.- Responsabilidad civil por defectos de la construcción.

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Regulación de las Organizaciones

3.1.- Responsabilidad por ruina de edificios. Ley de Ordenación de la Edificación


(Ley 38/1999, de 5 de noviembre). Introducción.
La responsabilidad por ruina de edificaciones ha sido regulada en el Código
Civil desde su publicación, si bien es cierto que con el transcurso del tiempo esta
regulación ha resultado insuficiente.
Por este motivo fué promulgada la Ley de Ordenación de la Edificación (Ley
38/1999, de 5 de noviembre), que en su Exposición de Motivos explica que
“El sector de la edificación es uno de los principales sectores económicos con
evidentes repercusiones en el conjunto de la sociedad y en los valores culturales que
entraña el patrimonio arquitectónico y, sin embargo, carece de una regulación acorde
con esta importancia.
Así, la tradicional regulación del suelo contrasta con la falta de una
configuración legal de la construcción de los edificios, básicamente establecida a través
del Código Civil y de una variedad de normas cuyo conjunto adolece de serias lagunas
en la ordenación del complejo proceso de la edificación, tanto respecto a la
identificación, obligaciones y responsabilidades de los agentes que intervienen en el
mismo, como en lo que se refiere a las garantías para proteger al usuario.
Por otra parte, la sociedad demanda cada vez más la calidad de los edificios y
ello incide tanto en la seguridad estructural y la protección contra incendios como en
otros aspectos vinculados al bienestar de las personas, como la protección contra el
ruido, el aislamiento térmico o la accesibilidad para personas con movilidad reducida.
En todo caso, el proceso de la edificación, por su directa incidencia en la configuración
de los espacios implica siempre un compromiso de funcionalidad, economía, armonía y
equilibrio medioambiental de evidente relevancia desde el punto de vista del interés
general; así se contempla en la Directiva 85/384/CEE de la Unión Europea (LCEur
1985, 734) , cuando declara que «la creación arquitectónica, la calidad de las
construcciones, su inserción armoniosa en el entorno, el respeto de los paisajes naturales
y urbanos, así como del patrimonio colectivo y privado, revisten un interés público».
Respondiendo a este orden de principios, la necesidad, por una parte, de dar
continuidad a la Ley 6/1998, de 13 de abril (RCL 1998, 959) , sobre régimen del suelo y
valoraciones, ordenando la construcción de los edificios, y de superar, por otra, la
discrepancia existente entre la legislación vigente y la realidad por la insuficiente
regulación actual del proceso de la edificación, así como de establecer el marco general
en el que pueda fomentarse la calidad de los edificios y, por último, el compromiso de
fijar las garantías suficientes a los usuarios frente a los posibles daños, como una
aportación más a la Ley 26/1984, de 19 de julio (RCL 1984, 1906) , General para la
Defensa de los Consumidores y Usuarios, son los motivos que justifican sobradamente
esta Ley de Ordenación de la Edificación, cuyo contenido primordial es el siguiente:
1. El objetivo prioritario es regular el proceso de la edificación actualizando y
completando la configuración legal de los agentes que intervienen en el mismo, fijando
sus obligaciones para así establecer las responsabilidades y cubrir las garantías a los
usuarios, en base a una definición de los requisitos básicos que deben satisfacer los
edificios.
2. Para ello, se define técnicamente el concepto jurídico de la edificación y los
principios esenciales que han de presidir esta actividad y se delimita el ámbito de
la Ley, precisando aquellas obras, tanto de nueva construcción como en edificios
existentes, a las que debe aplicarse.
3.2.- La regulación de la responsabilidad por daños en la construcción el Código
Civil

15
Regulación de las Organizaciones

La responsabilidad por daños derivados de construcciones se trata en el Código


Civil en el ámbito de la responsabilidad extracontractual, de forma que las cuestiones
derivadas del contrato de obra, o de compra venta de inmuebles deberian solucionarse
de acuerdo con la normativa contractual aplicable. Sin embargo la Ley de la Edificación
ha introducido rrglas prácticas llamadas a solucionar los nuevos problemas surgidos en
el tiempo, y que al Código Civil le era difícil de resolver.
El CC establece en su art. 1907 lo siguiente:
“El propietario de un edificio es responsable de los daños que resulten de la
ruina de todo o parte de él, si ésta sobreviniere por falta de las reparaciones necesarias.”
Se trata de una responsabilidad por culpa con inversión de la carga de la prueba,
es decir que será el propietario del edificio quien deberá probar que realizó todas las
obras necesarias para evitar los daños producidos. Sin embargo sólo contempla el
supuesto de daños por ruina de la edificación deja al margen otros daños no ruinógenos.
Por su parte el art. 1909 CC, contempla otro supuesto:
“Si el daño ... resultare por defectos de construcción el tercero que lo sufra sólo
podrá repetir contra el arquitecto o, en su caso, contra el constructor dentro del el
tiempo legal”.
Aquí habria que añadir que la garantía era de 10 años, lo que vino en llamarse
responsabilidad decenal.
La responsabilidad en el ámbito de la edificación está actualmente regulado por
la Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999, de 5 de noviembre) , a la que hau
que añadir las diversas normativas promulgadas en las Comunidades Autónomas
relativas a la Edificación.
El CC también regula los daños causados por cosas inanimadas (art. 1908 CC)
estableciendo que,” el propietario responde: por la explosión de máquinas que no
hubieran sido atendidas con la debida diligencia, por humos nocivos para las personas y
para las propiedades, por caída de árboles y por emanaciones de cloacas y depósitos
infectados
Y por último el art. 1910 CC trata de la responsabilidad del “cabeza de familia”.:
“El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los
daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeren de la misma”.
Se trata de supuestos de responsabilidad extracontractual.

3.3.- Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999, de 5 de noviembre)


El art. 17 de la LE regula diferentes cuestiones de responsabilidad por daños en la
edificación. Trata de la:
Responsabilidadat contractual ordinaria
Responsabilidad extracontractual:
Responsabilidad de las personas físicas o jurídicas que intervienen en el proceso
de la edificación, frente a los propietarios y terceros adquirentes de los edificios o parte
de los mismos
Responsabilidad individualizada o en su defecto solidaria
Responsabilidad cuasi – objetiva. Sólo se exceptúa: caso fortuito, fuerza mayor,
acto de tercero o culpa del perjudicado.
3.3.1.- Plazos
Responsabilidad por daños debe hacerse efectiva teniendo en cuenta el vicio de
la construcción o causa del daño y el plazo en el que debe producirse.
El plazo de10 años corresponden a aquellos supuestos de daños materiales causados por
vicios o defectos de cimentación, soportes, vigas, forjados, muros de carga u otros

16
Regulación de las Organizaciones

elementos estructurales que comprometan directamente la resistencia mecánica y la


estabilidad del edificio, (antigua ruina).
El plazo de 3 años, es para aquellos daños materiales causados por vicios o defectos de
los elementos constructivos o de las instalaciones que ocasionen el incumplimiento de
los requisitos de habitabilidad (art.3.1 c))
El plazo de 1 año, sólo afecta al constructor que deberá responder por “Daños
materiales por vicios o defectos de ejecución que afecten a elementos de terminación o
acabado de las obras”.
3.3.2. Sujetos responsables
a) Son responsables por daños en edificios, las personas físicas o jurídicas que
intervienen en el proceso de edificación, como:
Promotor

Constructor

Proyectistas

Director de la obra

Director de ejecución

Responden por sí y directamente si han contratado a terceros (subcontractación o


encargos específicos, si bien una vez satisfecha la indemnización al perjudicado pueden
resarcirse a través de la acción de repetición)
b) Los intervinientes responden por sí y directamente si han contratado a
terceros (subcontratación o encargos específicos: acción de repetición).
c) Si no puede individualizarse la causa de los daños, probada la concurrencia de
culpas sin precisar el grado de intervención, la responsabilidad será solidaria.
d) El promotor responde solidariamente con los demás agentes frente tercero
adquirentes de los daños materiales ocasionados por vicios o defectos de construcción
e) El constructor responderá directamente de los daños materiales causados en el
edificio por vicios o defectos derivados de la impericia, falta de capacidad profesional o
técnica, negligencia o incumplimiento de obligaciones del Jefe de obra y de las personas
que de él dependen.
f) Quien acepte la dirección de una obra de la que no haya elaborado el proyecto,
asume las responsabilidades derivadas de sus deficiencias.

3.3.3. Garantías y acciones


El art. 19 de la LE establece la cobertura de los daños mediante los
correspondientes seguros.
Acciones
El plazo para el ejercicio de las acciones debe contarse a partir del momento en
que se ha producido o se ha apreciado el daño. Así deberán encontrarse dentro de 10, 3
o 1 año (según el problema)
El ejercicio de la acción de daños deberá actuarse en el periodo máximo de dos
años desde la producción del daño o su conocimiento. Además la acción de repetición,
si pudiera actuarse deberá ejercitarse en el plazo máximo de dos años desde la sentencia
firme de condena.

3.4.- ANEXO
Arts. 17,18 y 19 Ley de Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999, de 5 de
noviembre)
Artículo 17. Responsabilidad civil de los agentes que intervienen en el proceso de la
edificación

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Regulación de las Organizaciones

1. Sin perjuicio de sus responsabilidades contractuales, las personas físicas o jurídicas


que intervienen en el proceso de la edificación responderán frente a los propietarios y
los terceros adquirentes de los edificios o parte de los mismos, en el caso de que sean
objeto de división, de los siguientes daños materiales ocasionados en el edificio dentro
de los plazos indicados, contados desde la fecha de recepción de la obra, sin reservas o
desde la subsanación de éstas:
a) Durante diez años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o
defectos que afecten a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los muros de
carga u otros elementos estructurales, y que comprometan directamente la resistencia
mecánica y la estabilidad del edificio.
b) Durante tres años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o
defectos de los elementos constructivos o de las instalaciones que ocasionen el
incumplimiento de los requisitos de habitabilidad del apartado 1, letra c), del artículo
3 .
El constructor también responderá de los daños materiales por vicios o defectos de
ejecución que afecten a elementos de terminación o acabado de las obras dentro del
plazo de un año.
2. La responsabilidad civil será exigible en forma personal e individualizada, tanto por
actos u omisiones propios, como por actos u omisiones de personas por las que, con
arreglo a esta Ley, se deba responder.
3. No obstante, cuando no pudiera individualizarse la causa de los daños materiales o
quedase debidamente probada la concurrencia de culpas sin que pudiera precisarse el
grado de intervención de cada agente en el daño producido, la responsabilidad se exigirá
solidariamente. En todo caso, el promotor responderá solidariamente con los demás
agentes intervinientes ante los posibles adquirentes de los daños materiales en el
edificio ocasionados por vicios o defectos de construcción.
4. Sin perjuicio de las medidas de intervención administrativas que en cada caso
procedan, la responsabilidad del promotor que se establece en esta Ley se extenderá a
las personas físicas o jurídicas que, a tenor del contrato o de su intervención decisoria en
la promoción, actúen como tales promotores bajo la forma de promotor o gestor de
cooperativas o de comunidades de propietarios u otras figuras análogas.
5. Cuando el proyecto haya sido contratado conjuntamente con más de un proyectista,
los mismos responderán solidariamente.
Los proyectistas que contraten los cálculos, estudios, dictámenes o informes de otros
profesionales, serán directamente responsables de los daños que puedan derivarse de su
insuficiencia, incorrección o inexactitud, sin perjuicio de la repetición que pudieran
ejercer contra sus autores.
6. El constructor responderá directamente de los daños materiales causados en el
edificio por vicios o defectos derivados de la impericia, falta de capacidad profesional o
técnica, negligencia o incumplimiento de las obligaciones atribuidas al jefe de obra y
demás personas físicas o jurídicas que de él dependan.
Cuando el constructor subcontrate con otras personas físicas o jurídicas la ejecución de
determinadas partes o instalaciones de la obra, será directamente responsable de los
daños materiales por vicios o defectos de su ejecución, sin perjuicio de la repetición a
que hubiere lugar.
Asimismo, el constructor responderá directamente de los daños materiales causados en
el edificio por las deficiencias de los productos de construcción adquiridos o aceptados
por él, sin perjuicio de la repetición a que hubiere lugar.
7. El director de obra y el director de la ejecución de la obra que suscriban el certificado
final de obra serán responsables de la veracidad y exactitud de dicho documento.

18
Regulación de las Organizaciones

6. El constructor responderá directamente de los daños materiales causados en el


edificio por vicios o defectos derivados de la impericia, falta de capacidad profesional o
técnica, negligencia o incumplimiento de las obligaciones atribuidas al jefe de obra y
demás personas físicas o jurídicas que de él dependan.
Cuando el constructor subcontrate con otras personas físicas o jurídicas la ejecución de
determinadas partes o instalaciones de la obra, será directamente responsable de los
daños materiales por vicios o defectos de su ejecución, sin perjuicio de la repetición a
que hubiere lugar.
Asimismo, el constructor responderá directamente de los daños materiales causados en
el edificio por las deficiencias de los productos de construcción adquiridos o aceptados
por él, sin perjuicio de la repetición a que hubiere lugar.
7. El director de obra y el director de la ejecución de la obra que suscriban el certificado
final de obra serán responsables de la veracidad y exactitud de dicho documento.
Quien acepte la dirección de una obra cuyo proyecto no haya elaborado él mismo,
asumirá las responsabilidades derivadas de las omisiones, deficiencias o imperfecciones
del proyecto, sin perjuicio de la repetición que pudiere corresponderle frente al
proyectista.
Cuando la dirección de obra se contrate de manera conjunta a más de un técnico, los
mismos responderán solidariamente sin perjuicio de la distribución que entre ellos
corresponda.
8. Las responsabilidades por daños no serán exigibles a los agentes que intervengan en
el proceso de la edificación, si se prueba que aquéllos fueron ocasionados por caso
fortuito, fuerza mayor, acto de tercero o por el propio perjudicado por el daño.
9. Las responsabilidades a que se refiere este artículo se entienden sin perjuicio de las
que alcanzan al vendedor de los edificios o partes edificadas frente al comprador
conforme al contrato de compraventa suscrito entre ellos, a los artículos 1484 y
siguientes del Código Civil y demás legislación aplicable a la compraventa.

Artículo 18. Plazos de prescripción de las acciones


1. Las acciones para exigir la responsabilidad prevista en el artículo anterior por daños
materiales dimanantes de los vicios o defectos, prescribirán en el plazo de dos años a
contar desde que se produzcan dichos daños, sin perjuicio de las acciones que puedan
subsistir para exigir responsabilidades por incumplimiento contractual.
2. La acción de repetición que pudiese corresponder a cualquiera de los agentes que
intervienen en el proceso de edificación contra los demás, o a los aseguradores contra
ellos, prescribirá en el plazo de dos años desde la firmeza de la resolución judicial que
condene al responsable a indemnizar los daños, o a partir de la fecha en la que se
hubiera procedido a la indemnización de forma extrajudicial.
Artículo 19. Garantías por daños materiales ocasionados por vicios y defectos de la
construcción

1. r
El régimen de garantías exigibles para las obras de edificación comprendidas en el
artículo 2 de esta Ley se hará efectivo de acuerdo con la obligatoriedad que se
establezca en aplicación de la disposición adicional segunda, teniendo como referente a
las siguientes garantías:
a) Seguro de daños materiales o seguro de caución, para garantizar, durante un año, el
resarcimiento de los daños materiales por vicios o defectos de ejecución que afecten a
elementos de terminación o acabado de las obras, que podrá ser sustituido por la

19
Regulación de las Organizaciones

retención por el promotor de un 5 por 100 del importe de la ejecución material de la


obra.
b) Seguro de daños materiales o seguro de caución, para garantizar, durante tres años, el
resarcimiento de los daños causados por vicios o defectos de los elementos
constructivos o de las instalaciones que ocasionen el incumplimiento de los requisitos
de habitabilidad del apartado 1, letra c), del artículo 3 .
c) Seguro de daños materiales o seguro de caución, para garantizar, durante diez años, el
resarcimiento de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos que
tengan su origen o afecten a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los
muros de carga u otros elementos estructurales, y que comprometan directamente la
resistencia mecánica y estabilidad del edificio.
2. Los seguros de daños materiales reunirán las condiciones siguientes:
a) Tendrá la consideración de tomador del seguro el constructor en el supuesto a) del
apartado 1 y el promotor, en los supuestos b) y c) del mismo apartado, y de asegurados
el propio promotor y los sucesivos adquirentes del edificio o de parte del mismo. El
promotor podrá pactar expresamente con el constructor que éste sea tomador del seguro
por cuenta de aquél.
b) La prima deberá estar pagada en el momento de la recepción de la obra. No obstante,
en caso de que se hubiera pactado el fraccionamiento en períodos siguientes a la fecha
de recepción, la falta de pago de las siguientes fracciones de prima no dará derecho al
asegurador a resolver el contrato, ni éste quedará extinguido, ni la cobertura del
asegurador suspendida, ni éste liberado de su obligación, caso de que el asegurado deba
hacer efectiva la garantía.
c) No será de aplicación la normativa reguladora de la cobertura de riesgos
extraordinarios sobre las personas y los bienes contenida en el artículo 4 de la Ley 21/
1990, de 19 de diciembre ( RCL 1990, 2627) .
3. Los seguros de caución reunirán las siguientes condiciones:
a) Las señaladas en los apartados 2 a) y 2 b) de este artículo. En relación con el apartado
2 a), los asegurados serán siempre los sucesivos adquirentes del edificio o de parte del
mismo.
b) El asegurador asume el compromiso de indemnizar al asegurado al primer
requerimiento.
c) El asegurador no podrá oponer al asegurado las excepciones que puedan
corresponderle contra el tomador del seguro.
4. Una vez tomen efecto las coberturas del seguro, no podrá rescindirse ni resolverse el
contrato de mutuo acuerdo antes del transcurso del plazo de duración previsto en el
apartado 1 de este artículo.
5. El importe mínimo del capital asegurado será el siguiente:
a) El 5 por 100 del coste final de la ejecución material de la obra, incluidos los
honorarios profesionales, para las garantías del apartado 1 a) de este artículo.
b) El 30 por 100 del coste final de la ejecución material de la obra, incluidos los
honorarios profesionales, para las garantías del apartado 1 b) de este artículo.
c) El 100 por 100 del coste final de la ejecución material de la obra, incluidos los
honorarios profesionales, para las garantías del apartado 1 c) de este artículo.
6. El asegurador podrá optar por el pago de la indemnización en metálico que
corresponda a la valoración de los daños o por la reparación de los mismos.
7. El incumplimiento de las anteriores normas sobre garantías de suscripción obligatoria
implicará, en todo caso, la obligación de responder personalmente al obligado a
suscribir las garantías.

20
Regulación de las Organizaciones

8. Para las garantías a que se refiere el apartado 1 a) de este artículo no serán admisibles
cláusulas por las cuales se introduzcan franquicias o limitación alguna en la
responsabilidad del asegurador frente al asegurado.
En el caso de que en el contrato de seguro a que se refieren los apartados 1 b) y 1 c) de
este artículo se establezca una franquicia, ésta no podrá exceder del 1 por 100 del capital
asegurado de cada unidad registral.
9. Salvo pacto en contrario, las garantías a que se refiere esta Ley no cubrirán:
a) Los daños corporales u otros perjuicios económicos distintos de los daños materiales
que garantiza la ley.
b) Los daños ocasionados a inmuebles contiguos o adyacentes al edificio.
c) Los daños causados a bienes muebles situados en el edificio.
d) Los daños ocasionados por modificaciones u obras realizadas en el edificio después
de la recepción, salvo las de subsanación de los defectos observados en la misma.
e) Los daños ocasionados por mal uso o falta de mantenimiento adecuado del edificio.
f) Los gastos necesarios para el mantenimiento del edificio del que ya se ha hecho la
recepción.
g) Los daños que tengan su origen en un incendio o explosión, salvo por vicios o
defectos de las instalaciones propias del edificio.
h) Los daños que fueran ocasionados por caso fortuito, fuerza mayor, acto de tercero o
por el propio perjudicado por el daño.
i) Los siniestros que tengan su origen en partes de la obra sobre las que haya reservas
recogidas en el acta de recepción, mientras que tales reservas no hayan sido subsanadas
y las subsanaciones queden reflejadas en una nueva acta suscrita por los firmantes del
acta de recepción.

4. La responsabilidad civil por el uso de vehículos a motor.


4.1.- Responsabilidad por uso de vehículos a motor

La Responsabilidad por uso de vehículos a motor está regulada por el RDL 8/2004 de
29 octubre Esta regulación somete a la responsabilidad del sujeto a un doble régimen de
responsabilidad,. Así tenemos:

Responsabilidad civil por ilícito civil


Responsabilidad civil por ilícito penal

La responsabilidad civil en el Art. 1.2º, viene establecida de la siguiente forma:

“En el caso de daños en los bienes, el conductor responderá frente a terceros cuando
resulte civilmente responsable según lo establecido en
los artículos 1902 y siguientes del Código Civil,
artículos 109 y siguientes del Código Penal,

según lo dispuesto en esta Ley.

La responsabilidad por uso de vehículos a motor se halla incardinada en el sector de la


llamada responsabilidad por riesgo. Cada conductor implica un riesgo de ahí que se justifique
que la carga de la prueba corresponda al agente, porque es quien ha introducido el riesgo.

4.1.1. Sujetos.-
Son responsables:
El conductor

21
Regulación de las Organizaciones

El propietario no conductor

El conductor de vehículos a motor es responsable, en virtud del riesgo creado por la


conducción de éstos, de los daños causados a las personas o en los bienes con motivo de la
circulación, (responsabilidad objetiva).

El propietario no conductor responderá de los daños a las personas y en los bienes


ocasionados por el conductor cuando esté vinculado con éste por alguna de las relaciones que
regulan los artículos 1903 del Código Civil y 120.5 del Código Penal.

Esta responsabilidad cesará cuando el mencionado propietario pruebe que empleó


toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño.

El propietario no conductor de un vehículo sin el seguro de suscripción


obligatoria, responderá civilmente con el conductor del mismo de los daños
a las personas y en los bienes ocasionados por éste, salvo que pruebe que el vehículo le
hubiera sido sustraído.

El propietario no conductor responderá de los daños a las personas y en los bienes


ocasionados por el conductor cuando esté vinculado con éste por alguna de las relaciones que
regulan los artículos 1903 del Código Civil y 120.5 del Código Penal.

Esta responsabilidad cesará cuando el mencionado propietario pruebe que empleó


toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño, (responsabilidad por
culpa).

4.1.2.- Clases de daños:

Los daños pueden clasificarse de la siguiente manera:

Daño a las personas


Daño a los bienes
Daño moral

Daño a las personas

Los daños y perjuicios causados a las personas, comprenden:


el valor de la pérdida sufrida y de la ganancia que hayan dejado de obtener, previstas,
previsibles o que conocidamente se deriven del hecho generador, incluyendo los daños
morales.

Se cuantificarán en todo caso con arreglo a los criterios y dentro de los límites
indemnizatorios fijados en el anexo de la Ley (RDL 8/2004 de 29 octubre).

Daño en los bienes

En el caso de daños en los bienes, el conductor responderá frente a terceros cuando


resulte civilmente responsable de acuerdo con los Artículos 1902 y siguientes del Código Civil,
los Artículos 109 y siguientes del Código Penal, y según lo dispuesto en esta Ley.

4.1.3.- Sistema de valoración: Anexo.

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Regulación de las Organizaciones

Anexo a la Ley se establece el sistema para la valoración de los daños y perjuicios


causados a las personas en accidentes de circulación

Este sistema se aplicará a la valoración de todos los daños y perjuicios a las personas
ocasionados en accidente de circulación, salvo que sean consecuencia de delito doloso.

El sistema tiene en cuenta las interferencias en la relación de causalidad.

Concurrencia de culpas

Si concurrieran la negligencia del conductor y la del perjudicado, se procederá a la


equitativa moderación de la responsabilidad y al reparto en la cuantía de la indemnización,
atendida la respectiva entidad de las culpas concurrentes.

Prueba de la diligencia del propietario no conductor

La responsabilidad del propietario no deudor cesará cuando pruebe que empleó toda
la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño.

Culpa exclusiva de la víctima

En el caso de daños a las personas, de esta responsabilidad sólo quedará exonerado el


agente cuando pruebe que los daños fueron debidos únicamente a la conducta o la negligencia
del perjudicado o a

Fuerza mayor

La fuerza mayor como interferencia en el nexo causal deberá ser extraña a la


conducción o al funcionamiento del vehículo. No se considerarán casos de fuerza mayor los
defectos del vehículo ni la rotura o fallo de alguna de sus piezas o mecanismos.

4.2.- Seguro obligatorio

Todo propietario de vehículos a motor que tenga su estacionamiento habitual en


España estará obligado a suscribir y mantener en vigor un contrato de seguro por cada
vehículo de que sea titular, que cubra la responsabilidad civil.

El propietario quedará relevado de tal obligación cuando el seguro sea concertado por
cualquier persona que tenga interés en el aseguramiento, quien deberá expresar el concepto
en que contrata.

4.2.1.- Obligaciones del asegurador

El asegurador, con cargo al seguro de suscripción obligatoria, habrá de satisfacer al


perjudicado el importe de los daños sufridos en su persona y en sus bienes.

El perjudicado o sus herederos tendrán acción directa para exigirlo.

Únicamente quedará exonerado de esta obligación si prueba que el hecho no da lugar


a la exigencia de responsabilidad civil conforme al artículo 1 de la presente Ley.

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Regulación de las Organizaciones

En el plazo de tres meses desde la recepción de la reclamación del perjudicado, el


asegurador deberá presentar una oferta motivada de indemnización, si entendiera
acreditada la responsabilidad, y cuantificado el daño

Trascurrido el plazo de tres meses sin que se haya presentado una oferta motivada de
indemnización por una causa no justificada o que le fuera imputable al asegurador, se
devengarán intereses de demora.

Si el asegurador incurriese en mora, la indemnización de daños y perjuicios debidos


por el asegurador se regirá por lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley 50/1980, de 8 de
octubre, de Contrato de Seguro,

De acuerdo con el art Art. 20 LCS en asegurador deberá tener en cuenta:

“4º) La indemnización por mora se impondrá de oficio por el órgano judicial y consistirá en el
pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el momento en que se
devengue, incrementado en el 50 por 100; estos intereses se considerarán producidos por
días, sin necesidad de reclamación judicial.

No obstante, transcurridos dos años desde la producción del siniestro, el interés anual
no podrá ser inferior al 20 por 100.

El asegurador, una vez efectuado el pago de la indemnización, podrá repetir:


contra el conductor, el propietario del vehículo causante y el asegurado, si el daño causado
fuera debido:
a) la conducta dolosa de cualquiera de ellos o a la conducción bajo la influencia de bebidas
alcohólicas o de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas.
b) Contra el tercero responsable de los daños.
c) Contra el tomador del seguro o asegurado, conforme a lo previsto en el contrato, en el caso
de conducción del vehículo por quien carezca del permiso de conducir.

La acción de repetición del asegurador prescribe por el transcurso del plazo de un año,
contado a partir de la fecha en que hizo el pago al perjudicado”.

4.3.- Consorcio de Compensación de Seguros

Corresponde al Consorcio de Compensación de Seguros, dentro del ámbito territorial y


hasta el límite cuantitativo del aseguramiento obligatorio

Indemnizar a quienes hubieran sufrido daños en sus personas, en aquellos casos en


que el vehículo causante sea desconocido
Indemnizar los daños en las personas y en los bienes, ocasionados con un vehículo
cuando dicho vehículo no esté asegurado.

Corresponde al Consorcio de Compensación de Seguros, indemnizar los daños a las


personas y en los bienes cuando la entidad española aseguradora del vehículo hubiera sido
declarada judicialmente en concurso o, en situación de insolvencia, estuviera sujeta a un
procedimiento de liquidación intervenida o hubiera sido asumida por el propio Consorcio de
Compensación de Seguro así como indemnizar los daños a las personas y en los bienes
ocasionados por un vehículo que esté asegurado y haya sido objeto de robo o robo de uso.

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Regulación de las Organizaciones

El perjudicado tendrá acción directa ( art. 11.3) contra el Consorcio de Compensación


de Seguros

El Consorcio podrá repetir en los supuestos definidos en esta ley (art. 10) contra:
el propietario y el responsable del accidente cuando se trate de vehículo no asegurado, o
los autores, cómplices o encubridores del robo o robo de uso del vehículo causante del
siniestro, y del responsable del accidente que conoció de la sustracción de aquél.

4.4.- Cuestiones procesales

Para que la reclamación al asegurador pueda hacerse en juicio ejecutivo habrán de cumplirse
los requisitos de título y cuantía establecidos en el artículo 520 LEC
Si la cantidad líquida señalada en el título fuese inferior a la exigida en el artículo 520
LEC, la reclamación habrá de formularse en juicio verbal ante el órgano jurisdiccional
competente.

Art. 520 LEC: “Cuando se trate de los títulos ejecutivos previstos en los números 4º, 5º,
6º y 7º del apartado 2 del ARTÍCULO 517 , sólo podrá despacharse ejecución por cantidad
determinada que exceda de 300 euros”

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