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Su pensamiento no es una doctrina sino una actitud, utiliza el término estadios en el desarrollo
infantil aclarando su complejidad.
La función tónica mantiene una tensión permanente en el músculo y condiciona las relaciones
postulares y prepara las representaciones mentales.
Estadios conjunto original de conductas, caracterizado por un tipo particular de jerarquía entre
dos funciones, la afectividad y la inteligencia, predominando siempre una sobre otra. El
tránsito de un estadio a otro presenta un aspecto discontinuo, lo que no excluye la continuidad
global del desarrollo. . Los estadios varían por predominancia en la afectividad o en la
inteligencia. Los estadios se rotulan cuando una conducta se hace predominante, no tienen
límites precisos. La respuesta motora a los diferentes estadios interoceptivos, propioceptivos,
y exteroceptivos, es una respuesta refleja con máxima expresión en el curso del primer mes de
vida y que lentamente va autenticándose hacia finales del primer trimestre para su posterior
inhibición.
Entre estas alternancias ana-catabólicas y las etapas o estadios del desarrollo las coincidencias
existen, pero a menudo de manera aproximativa y variable.
La primera fase de vida intrauterina: una fase de anabolismo casi total. No deja de presentar,
sin embargo, a partir del cuarto mes de embarazo, reacciones motrices que pueden responder
a excitaciones internas o aun externas por intermedio de la madre. Es ya un gasto funcional,
por mínimo que sea. Sin embargo, el organismo materno provee, salvo deficiencia patológica,
a todas las necesidades del feto. Se está frente a un caso de parasitismo radical, o más bien de
dependencia biológica total. Las reacciones motrices del feto son reflejos de postura como los
que se podrán observar aun en el recién nacido y, sobre todo, en el prematuro. Se trata de
reacciones globales en las que actitudes determinadas del tronco y de los miembros
responden a las diferentes orientaciones de la cabeza y sus movimientos en el espacio, o aun a
las variadas flexiones del cuello.
Primacía de las sensibilidades internas y del factor afectivo. Un primer período, llamado
impulsivo, hasta los 3 meses, se distingue por el desorden gestual. E un segundo periodo, la
respuesta del entorno humano al niño organiza progresivamente este desorden en emociones
diferenciadas. La emoción constituye el origen común de la conciencia, del carácter y del
lenguaje.
El nacimiento señala el comienzo de una nueva etapa. La principal característica del recién
nacido es la actividad motora refleja. A veces él bebe actúa en forma de grandes descargas
impulsivas sin ejercer el menor control en las respuestas. Para las necesidades de oxigeno él
bebe depende de sí mismo. Para todo lo demás necesita la ayuda de su ambiente y,
particularmente, de su madre, pero de modo opuesto a su periodo fetal, la satisfacción de sus
necesidades ya no es automática, inmediata, sino que puede demorarse. Él bebe conocerá los
sufrimientos de la espera y la privación. Las manifestaciones afectivas del niño se limitaran en
principio, al vagido del hambre y del cólico y el relajamiento de la digestión o el sueño. Estas
emociones primarias que oscilan entre el displacer y el placer serán exteriorizadas por
respuestas tónico postulares. Dichas respuestas serán observadas como,(Características de la
impulsividad motríz): -Espasmos -Crisis motrices globales –Crispaciones -Gritos o estados
ideales de eutonía. -Descargas motrices en los brazos -Pedaleo de las piernas y agitación y
vaivén de los pies. -Movimientos bruscos del tronco.
Primacía de la función afectiva. Se inicia con la crisis de personalidad (3 años) durante la cual
el niño se opone a todo, en una especie de esgrima con el adulto, edad del yo, del no y de lo
mío. Luego aparece la edad de la gracia (4 años) perseverando en el gesto por el gesto, el niño
se las ingenia para seducir, en una especie de “narcisismo motor”. Finalmente Imitación del
adulto (5 años) prestigioso en sus actividades sociales, de un modo ambivalente entre la
admiración y la rivalidad.