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El campo de la ética centró la atención en la teoría sobre la esencia del hombre.

Los conceptos de Confucio sobre la ética

La ética confuciana se refleja principalmente en sus conceptos de ren y li. Ren y li son los
dos conceptos centrales de la doctrina de Confucio sobre los seres humanos. Ren significa
''Amar a los hombres''. Esta es la principal interpretación de Confucio con respecto a ren.
Amor por los hombres significa amor universal. Pero además el filósofo enfatiza en que
este tipo de amor ''comienza con el amor a los padres''. Para él nadie puede amar a los
demás si no ama a sus propios padres. Para Confucio la ''piedad filial y los deberes
fraternales'' son la esencia de ren.

La noción de li hace referencia a los ritos, las tradiciones y las normas de la vida social.
Confucio puso un gran énfasis en li con objeto de preservar el orden social, la estabilidad y
la armonía. Li posee, asimismo, implicaciones filosóficas. Los individuos gozamos de una
esperanza de vida limitada, más la vida de la naturaleza es eterna.

La ética planteada por Confucio es para todos los hombres. Las palabras de claves son: la
benevolencia, la justicia, la conducta ritual adecuada, la sabiduría y la confiabilidad. La
universidad constituye una parte de la sociedad, por eso todas las virtudes humanas tales
como la fraternidad, la igualdad y la libertad, son apropiadas también para los
universitarios, sean profesores o estudiantes.

La ética de Mencio

Mencio afirmaba que morir antes de lo programado por el cielo era ir contra la naturaleza,
por lo que debemos evitar cuanto agote nuestro Qi. Para él, nuestros sentimientos e
inclinaciones naturales (instintos) eran también manifestaciones del cielo, que maduraban
en nosotros con el paso del tiempo.

El conjunto de nuestras inclinaciones a obrar constituían para él el Xin, y habló de cuatro


semillas sembradas por el cielo en nuestro corazón (conciencia en Occidente): simpatía
hacia los demás, vergüenza de nuestros malos actos, respeto y deferencia hacia las personas
que lo merecieran y discernimiento entre el Shi (lo socialmente correcto) y el Fei (lo
socialmente incorrecto).

Las personas desesperadas por la adversidad o las privaciones económicas no desarrollan el


carácter moral normal, según él.

Que el cielo programe en cada uno de nosotros nuestra conducta moral al nacer es algo
fatalista, pero se refiere a nuestros talentos o capacidades naturales. De ahí que afirmara
que nuestra motivación para la conducta ética procede de la naturaleza, y no de la cultura.
La moralidad no es producto de la civilización, decía.
LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA

Escuelas políticas

Desde el 722 a. C. China quedó dividida de hecho en siete u ocho reinos que mantuvieron
una situación de guerra constante durante los periodos llamados Primavera y Otoño. Estas
dos épocas son la edad dorada para el pensamiento filosófico-político, ya que, pese a la
división del territorio chino en diversos estados, se conserva la lengua y cultura común
originada durante el dominio de las Tres Dinastías. Los pensadores políticos iban de estado
en estado ofreciendo sus teorías, experiencias y habilidades al servicio de los monarcas,
salvo los taoístas que predicaban una vida retirada del mundanal ruido, hasta que el en 222
a. C. el estado Qin conquista el resto de los estados, reunifica China y acaba con la libertad
de pensamiento y expresión.

Durante estos siglos calamitosos de guerra constante aparece un buen número de


pensadores especialmente preocupados por la anárquica situación política que vivió China,
como Confucio, Mo ti, Laozi, Chuangzi, Mencio, Han Fei, entre otros.

En este periodo, las escuelas discuten entre sí con gran vivacidad. Al tiempo que se remiten
a problemas y objetos comunes. El gran objeto de toda la filosofía política de esta época y
de toda la filosofía antigua china en general es el emperador, el Hijo del Cielo, o más bien
su comportamiento; él es la causa de la suerte del imperio, o del mundo, que era lo mismo
para los chinos; si actúa adecuadamente todo irá bien, si no, el imperio al completo sufrirá
las consecuencias.

Todas las filosofías políticas de la época coinciden en señalar que en el principio, todo era
desorden porque los hombres tenían opiniones diferentes sobre las cosas. Sin embargo, fue
el emperador el que impuso su voz y su opinión sobre el resto y así estableció el orden.
Para la filosofía política antigua china no hay lugar para el dialogo. Así lo hace explícito el
confucionismo, para el que cada uno debe acatar y someterse a su posición inamovible y
eterna en el cosmos, cuya manifestación expresa se manifiesta en el rito. Tampoco es
importante el diálogo para el taoísmo que indica una y otra vez que el Tao no se puede
expresar con palabras y, por tanto, estima, como los confucianos, por encima de todo, el
silencio.

Tanto el sistema confuciano como el mohista pretenden hacer frente a la época de desorden
en la que viven creando un sistema político basado en la moral. A la base de la idea moral
confuciana, tanto en el mismo Confucio como en Mencio, está la idea de la compasión.
Para Mencio, además, el hombre es de natural bueno, es decir, que nace con la virtud innata
de la compasión. Y no solo la compasión, también son innatas para el confucionismo las
relaciones de las que nos servimos para establecer el orden, sostenidas en su significado
contenido en el nombre, así las relaciones entre padres e hijos, entre marido y esposa, etc.
que son el modelo y molde de la sociedad.

Mo Ti está en desacuerdo con el sistema confuciano, derivada del sistema de relaciones del
parentesco. En tanto que estima que el amor - la doctrina de Mo Ti es el amor universal -,
argumenta qué; si la benevolencia confuciana se dirige primero a los más cercanos y, por
último, a los más lejanos, no resuelve sino que acrecienta la causa de la guerra. Ya que
persiste en que respetamos al vecino, y está mal considerado socialmente que le robemos o
matemos mientras que está bien considerado hacérselo al lejano, por lo que la solución está
en el amor universal que trata a todos por igual, algo que, según Mo Ti, es lo que nos
enseña el Cielo que da luz y agua a todos sin distinción.

Radicalmente opuesta a la doctrina confucionista aparece la escuela realista, legista o


legalista. Esta, tiene bastante que ver con el mohismo, la doctrina de la política del amor
universal. Coincide con su idea de que es el emperador el único que puede, desde su cargo,
poner fin a la anarquía de la diversidad de opiniones, pero a diferencia de Mo Ti lleva este
principio hasta sus últimas consecuencias afirmando que, de este modo, lo que quiere el
emperador es lo correcto y lo que no quiere es lo incorrecto. De este modo, el ejercicio del
gobierno es la producción de leyes que, ante todo, tienen que dejar bien claro cuál es la
voluntad del monarca.

El taoísmo

El taoísmo no es una doctrina política, sino que, más bien al contrario, es considerado
frecuentemente como una propuesta anarquista. Se estima que el fundador del taoísmo fue
Laozi - el viejo o venerable maestro- que vivió en la misma época que Confucio. El
movimiento hacia el Tao es la reversión completa; cada cosa deriva de su contrario –la
calamidad de la felicidad, la felicidad de la calamidad, el bien del mal, el mal del bien, etc.

Para los taoístas las discusiones entre los confucionistas y mohistas de su época eran
diferentes maneras de contemplar el todo, no eran ni verdaderas ni falsas, ni hay posibilidad
de hallar una conclusión sintética de sus propuestas y los taoístas mismos se sentían
incapaces de ofrecer una teoría sobre la política. Sin embargo, existe un punto de vista
superior; “ver las cosas a la luz del cielo”, el punto de vista del Tao. La actitud que propone
el Camino del Tao es el wu-wei, la no acción, que incluye el no deseo, el no conocimiento.
Lo que los taoístas pretenden es “independizarse del mundo” para vivir el “gozo de la
libertad”.

De estas filosofías políticas descritas, por mucho que se predicasen y se proclamasen, tuvo
la oportunidad de ponerse en práctica antes de la reunificación con excepción de la doctrina
realista o legista. La escuela realista se interesa por los nombres pero, especialmente, en
relación a la formulación de la ley. Para ellos, la moral del hombre no es innata sino dada
por el entorno.
LA VERDAD

Los filósofos chinos buscan la verdad con el fin de utilizarla en la práctica. En primer lugar,
observar la práctica de la vida, luego experimentar en la mente y el cuerpo para obtener una
conciencia y al final probarla en la práctica. En resumen, la teoría se basa en el conducto de
la vida y sirve para guiar la vida.

Lao Zi creía que los nombres son creados para describir el mundo experimental, ya que no
se puede describir la verdad suprema: el Tao. El Tao está más allá del nombre. Por eso, Lao
Zi dijo: «El Tao que puede expresarse no es el Tao permanente. El hombre que puede
nombrarse no es el hombre permanente».

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