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Documentos de Cultura
Tiene una gran responsabilidad social porque difunde la cultura en la sociedad, es decir, por
más básica que llegue a ser esa información es siempre relevante. Es un campo bastante
amplio que depende no solo de la cotidianidad, sino de los lectores como consumidores de
información y su demanda en el medio, como una característica primordial.
Jorge Rivera, periodista e investigador argentino, dice del periodismo cultural que ‘es una
zona compleja y heterogénea de medios, géneros y productos que abordan con propósitos
creativos, críticos, reproductivos o divulgatorios los terrenos de las "bellas artes", "las
bellas letras", las corrientes del pensamiento, las ciencias sociales y humanas, la llamada
cultura popular y muchos otros aspectos que tienen que ver con la producción, circulación y
consumo de bienes simbólicos, sin importar su origen o destinación estamental’. (J. Rivera,
1995).
La información cultural está firmemente asentada como una especialización más del
Periodismo, siendo de alta preocupación para los medios, pues su presencia otorga de
prestigio y seriedad al medio.
Algunos diarios, como por el ejemplo El País, son preferidos sobre otros por su contenido
cultural. Sin embargo, la mayoría de los lectores suelen acudir a suplementos semanales o
revistas especializadas para buscar información cultural. Los mass media (medios de masa)
solo cubren la llamada cultura de masas, dejando poco o ningún espacio a las minorías, los
noveles y la originalidad. Las teorías de la comunicación, las teorías literarias y la
semiótica, hacen aportes importantes para abordar los textos y los discursos que nos hacen
reflexionar sobre nuestro objeto de estudio desde un aspecto más amplio.
Por lo general un periodista cultural cubre eventos artísticos y actos culturales en su día a
día, asiste al lugar del evento, toma fotografías o vídeo (a veces ambos), aborda un par de
fuentes para responder a las interrogantes: qué, cómo, por qué, dónde y quién; a posteriori
redacta su nota y finalmente es publicada.
Un periodista cultural puede realizar reseñas de una película, una exhibición de pintura, una
obra de teatro, por lo que este debe tener cierto dominio del área que va a tratar, por
ejemplo, en letras, artes plásticas, danza o teatro. En ese sentido, la reseña es uno de los
formatos periodísticos más utilizados por los medios especializados en periodismo cultural.
Uno de los deberes del periodista es "hacer participar al mayor número de personas en la
dignidad soberana del conocimiento" (Jean Rostand). El interés por el fomento y
promoción de la cultura, como patrimonio y como bien colectivo de los ciudadanos, no
puede limitarse ni a los docentes, ni a los artistas, ni a los funcionarios culturales.
Según los estudiosos, hay más de 200 definiciones de "cultura". En cualquier caso, el
periodismo debe promocionarla, al tenor de sus diversas definiciones, manifestaciones, y
considerarse a sí mismo como una forma de la cultura. El periodismo del área es tarea de
especialistas que no solo debe difundirla, sino producir un discurso de la cultura.
Los estudios culturales son objetos de investigación y enseñanza que crecen continuamente,
en cantidad y calidad. No puede decirse lo mismo de la información cultural como género
periodístico, que no parece alcanzar todavía un equilibrio entre lo cultural y lo popular;
quizás por falta de definición, y sobre todo, de acuerdo generalizado acerca de lo que es la
cultura de cada día en la práctica.
El primer problema es la propia palabra cultura a, que no forma parte solamente del
pensamiento, sino de otros varios aspectos de la vida cotidiana, como la política, la
economía, la educación, la comunicación, el ocio, etc. En cualquier caso, las realidades
básicas para desarrollar un concepto de cultura parecen ser la naturaleza y la sociedad.
Una nueva forma del periodismo cultural está surgiendo en los últimos tiempos, no ya
como preocupación individual y social, cosa que ya existía, sino como una especialidad
dentro del periodismo científico y cultural, al haber tomado dicha preocupación caracteres
informativos y de opinión, con el fin de ir creando una conciencia pública de la gravedad y
la urgencia de dar a conocer la existencia del patrimonio cultural y plantear los problemas
que presenta su conservación y su difusión popular.
Todas las sociedades necesitan del debate, pero este no se da, salvo honrosas excepciones.
Lo que permanece en la prensa es un discurso de elogios mutuos y cuando hay una crítica
suele pasarse hacia el terreno de la destrucción. Nadie apunta al debate porque los medios,
en lugar de asumir esa realidad que vive la cultura y procesarla, la trasladan hacia sus
páginas, transformada en amiguismo cultural. El periodista cultural tendría que sacar a la
luz ese ambiente, romperlo mediante el debate y aportar a la construcción de un medio
cultural y de una sociedad más transparente.
Los periodistas culturales están obligados a descubrir en la cotidianidad las preguntas, las
contradicciones y ser un transmisor de la diversidad, de la necesidad del respeto al otro, con
todas sus diferencias. Solo de esa forma estamos creando cultura y formando un espíritu
crítico en la gente. Es necesario debatir sobre la literatura, el papel en la cultura, la
discriminación; pero también, sobre el mundo de la violencia que se engendra en las ciu-
dades, sobre la diversidad de nuestros países y el derecho a expresar esa diversidad.
Conclusión
Con la llegada de Internet, el periodismo está viviendo una gran transformación a la que
poco a poco se va adaptando. El periodismo cultural está viviendo esta revolución y ya
ocupa su sitio también en los diarios digitales, las webs y los blogs culturales.