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Capitulo V Adm 520
Capitulo V Adm 520
Si uno (tiene una cultura que es clara en cuanto a los principios del sistema de valores —
integridad, equidad, honradez, etcétera — entonces la forma en que un indivi duo
administre es cuestión suya, mientras no viole la cultura,
WALTER WRISTON, ex presidente de la junta directiva de Cilieorp
Los principios son una cosa sobre la cual no cabe ser flexible. En cuestiones de moralidad
no podemos contemporizar con nuestros empleados.
JAMES E. BURKE, presidente de la junta directiva de Johnson &
Johnson
L a ética de trabajo
Antes de la Reforma, algunos filósofos sostenían que el hombre era
prisionero de la necesidad de trabajar. Platón y Aristóteles pensaban
que la única vida digna era la vida de ocio y reflexión, ideal
encarnado en el concepto del rey filósofo. Trabajo y esclavi tud eran
una misma cosa. En la Edad-Media, según el antiguo criterio
judeocristiano, el trabajo se consideraba una tarea fatigante y
penosa impuesta al ser humano para expiación del pecado.
En los Estados Unidos, la creencia de que existía una voca ción se fue
secularizando gradualmente a partir de unes del siglo XVIII. Con el
progreso de la Revolución Industrial, el concepto de utilidad suplantó
al concepto de vocación. Producir, y construir era un deber social —
convicción que ayudó a muchos a superar los retos de la expansión
territorial de los Estados Unidos.
IA FILOSOFÍA EN ACCIÓN
La tercera cosa que dice es que si uno hace caso omiso de las
comunidades con las cuales trata — bien sean las comunidades
locales donde uno tiene sus fábricas, o las federales o las estatales, o
simplemente la comunidad del hombre — sus empleados y sus
clientes tomarán parte en ese proceso, lo cual redundará en
detrimento para uno.
Solución de conflictos
El conflicto es una realidad inevitable. Por los diversos intereses de
las personas y las entidades a quienes sirve una compañía, y por la
competición y el desacuerdo entre las personas y las unidades dentro
de la compañía misma, el conflicto es inevitable. Los líderes tienen
que hacerse estas preguntas: ¿Cuáles indivi duos y subgrupos están
más fuertemente comprometidos con los valores claves de la
compañía? ¿Cuán intenso y amplio es el conflicto entre estos grupos y
otros?. Al contestarlas, la preocupación dominante del líder tiene que
ser que la solución del conflicto refuerce los valores críticos de la
compañía. Esto significa habitualmente que los "ganadores" deben ser
las personas y las unidades que comparten estos valores. Si los
miembros políticamente poderosos de una compañía no los
comparten, estos valores se erosionan. Por fortuna los valores
compartidos ayudan a reducir las maniobras políticas, y así se reduce
y a menudo se resuelve el conflicto.