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“2021: Año del Impenetrable Chaqueño, Departamento General Güemes”

Nº 113/ En la ciudad de Resistencia, capital de la Provincia del Chaco, a los veintiocho (28) días

del mes de junio del año dos mil veintiuno, reunidas las Sras. Juezas de la Sala Primera de la

Cámara en lo Contencioso Administrativo de Única Instancia, Natalia Prato y Silvia Geraldine

Varas, para dictar sentencia en la presente causa caratulada: "BOLATTI FABRICIO NELSON Y

OTROS S/ ACCIÓN DE AMPARO", Expte. Nº 11673/21, de la que;

RESULTA:

A fs. 01/44 se presentan Fabricio Nelson Bolatti, Alicia Griselda Frías, María Teresa

Celada, Carlos Salom y Carla Sabrina Cantero, por su condición de Concejales del Municipio de

Resistencia, con patrocinio letrado, y promueven Acción de Amparo contra el Concejo Municipal

y/o el Poder Ejecutivo comunal y/o la Municipalidad de Resistencia, en los términos del art. 43 de

la Constitución Nacional, el art. 19 de la Constitución Provincial y la Ley N° 877-B, solicitando: 1)

se declare la inconstitucionalidad y nulidad de la Ordenanza General Impositiva y Tributaria N°

13.477 sancionada el 30/12/20; y 2) se ordene la sanción de una nueva Ordenanza General

Impositiva y Tributaria para el año 2.021, cumpliéndose con el procedimiento legal

correspondiente. Con costas.

Relatan que en la Sesión Ordinaria N° 13 del 15/12/20 ingresó la AS N° 69361-I-20

referida al proyecto de Ordenanza General Impositiva y Tributaria -en adelante Ordenanza GIT-

para el ejercicio fiscal del año 2.021, oportunidad en la que se resolvió derivarla a la Comisión de

Hacienda y Presupuesto. Que, tratado el proyecto de Ordenanza en la reunión de Comisión, en

fecha 18/12/20 se remiten a la Secretaria del Concejo Municipal dos despachos, uno de ellos

firmado por la Presidenta de la Comisión, la Sra. Alicia Frías y en el cual propone prorrogar por

una semana la presentación del dictamen, y el otro suscripto por Blanc y Wozniczka, aconsejando

aprobar el proyecto con sus anexos.

Aluden que en la Sesión Ordinaria N° 14 del 22/12/20 ingresó la AS N° 69361-I-20

como orden del día N° 8, con un solo despacho firmado por Blanc y Wozniczka, omitiendo la

incorporación y sometimiento a votación del despacho firmado por la Concejala Alicia Frías. Que

en dicha sesión se resolvió alterar el orden del día, someter a votación el despacho referido,

mantener el orden del día N° 8 y pasar a un cuarto intermedio. Que, sin embargo, posteriormente

no se reanudó la sesión, dándose por caída la misma.

Advierten que en la Sesión Ordinaria N° 15 del 29/12/20 ingresó como

Comunicación Oficial N° 1 una nota del Intendente Municipal mediante AS N° 75116-I-20, por la

cual solicita la prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294. Que, cuando se procede al tratamiento
de la reserva N° 1, se resuelve que la AS N° 75116-I-20 pase a la Comisión de Hacienda y

Presupuesto. Que al día siguiente (30/12/20) se convocó a la Sesión Especial N° 10 cuyo segundo

punto a tratar fue la AS N° 75116-I-20, y puesto a disposición un despacho de la Comisión de

Hacienda y Presupuesto suscripto por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti, se resolvió aprobar con

seis votos a favor y en forma general tal despacho “fantasma”, sancionando la Ordenanza GIT N°

13.477.

Señalan que la Ordenanza impugnada fue aprobada en abierta y flagrante violación

de la legislación vigente. Que el procedimiento irregular, ilegal y arbitrario utilizado para la sanción,

por impedirles el desarrollo de su labor y votar libremente, afectó sus derechos esenciales e

inherentes a las funciones parlamentarias que cumplen.

Manifiestan que no se les permitió expresarse en la Sesión Especial N° 10, al no

cumplirse la discusión en general del proyecto de Ordenanza, ni la votación en particular,

conforme lo ordena el Reglamento Interno. Que, además, la AS N° 75116-I-20 se remitió a la

Presidencia del Concejo Municipal e ingresó a la Sesión Especial N° 10 del 30/12/20 con un

despacho que no pasó previamente por la Comisión de Hacienda y Presupuesto, acorde lo

resuelto en la Sesión Ordinara N° 15.

Describen que, una vez derivada una actuación a la Comisión de Hacienda y

Presupuesto, se debe convocar una reunión de la Comisión y luego los concejales integrantes

elaborar los despachos pertinentes, para luego volver a ingresar a una sesión del Concejo

Municipal. Que ello no ha ocurrido, debido a que la actuación de referencia nunca ingresó a la

Comisión, que no se realizó ni fue convocada reunión alguna, ni fue analizado y tratado el proyecto

de Ordenanza por parte de las y los Concejales que la integran, como ser la Sra. Carla Sabrina

Cantero y la Presidenta Alicia Griselda Frías.

Entienden que por ello, tampoco pudo haberse generado el dictamen o despacho

alguno, y que hace imposible enviar el proyecto de Ordenanza para su ingreso y posterior

tratamiento por el Concejo. Que, sin embargo, la Presidencia lo incorporó a la Sesión Especial N°

10 a través de un despacho “fantasma” suscripto por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti, donde

fue aprobada sin previo debate, por no dar la palabra a quienes lo solicitaron.

Reseñan que la Ordenanza GIT N° 13.477 resulta incompleta e insuficiente para

regular todo el marco tributario del año 2021, porque no prorrogó todos los anexos de la

Ordenanza GIT N° 13.294. Que ello afectó el principio de legalidad tributaria, el derecho de

propiedad de los contribuyentes y lesionó normas constitucionales.

Arguyen que del propio texto de la Ordenanza surge que se ha omitido la prórroga

del Anexo IV (Planos de Zonas de Servicios) y del Anexo VI (Calendario Impositivo), sin los cuales

resultaría antijurídico el cobro de tributos a los contribuyentes. Que en el caso, la no prórroga del

Anexo VI demuestra la falta del elemento temporal del hecho imponible, resultando ilegal e
inconstitucional dejar en manos del Intendente regular discrecionalmente el momento a partir del

cual nace la obligación tributaria. Que además, existe un aumento de los tributos municipales con

respecto al año 2.020, por lo que se tuvo que requerir audiencia pública y doble lectura.

Fundan la procedencia de la vía elegida e invocan el cumplimiento de sus recaudos

de admisibilidad. Conciben que la Ordenanza GIT N° 13.477 fue sancionada con ilegalidad

manifiesta y que el amparo es el medio judicial más idóneo para lograr una decisión pronta y

expedita, ante los irreparables daños al derecho constitucional que configuró el proceso ilegítimo

que le dio origen.

Hacen hincapié en el mecanismo irregular, ilegal y arbitrario utilizado para su

aprobación, impidiéndose la votación en particular de conformidad al Reglamento Interno y no

cumpliendo con el procedimiento legal de sanción de una ordenanza municipal. Que se vulneró

flagrantemente al principio de legalidad tributaria y los derechos esenciales de los Concejales y

las Concejalas inherentes a sus funciones, impidiendo de esta manera su labor y condicionando

el principal derecho que les asiste, el de votar libremente.

Ofrecen pruebas. Fundan en Derecho y formulan reserva del Caso Federal.

Culminan con petitorio de estilo.

A fs. 100/128 comparece la Municipalidad de Resistencia, por apoderadas, produce

informe circunstanciado y solicita el rechazo de la demanda. Niega en general y en particular los

hechos que no son objeto de su expreso reconocimiento.

Relata que, por AS N° 60003-I-20, el Sr. Intendente solicitó una prórroga de quince

días para cumplimentar con la remisión del proyecto de Presupuesto y de la Ordenanza GIT para

el ejercicio 2.021, la cual fue otorgada por Ordenanza N° 13.386 del 10/11/20. Que luego, por AS

N° 69361-I-20, el Sr. Intendente acompañó el Proyecto de Ordenanza GIT, Plano de los Valores

de la Tierra, Plano de Zonas de Servicios y Calendario Impositivo para el ejercicio 2.021.

Comenta que en la Sesión Ordinaria N° 13 del 15/12/20, el cuerpo resolvió pasar

el proyecto para su consideración a la Comisión de Hacienda y Presupuesto, y que el 18/12/20

los miembros de la Comisión elaboraron el despacho aconsejando aprobarlo. Que, al no existir

acuerdo para su aprobación en la Sesión Ordinaria N° 15 del fecha 29/12/20, pasó nuevamente

a la Comisión de Hacienda y Presupuesto.

Refiere que, en atención a la situación planteada en la sesión del Concejo y ante la

proximidad de la finalización del año, por AS N° 75116-I-20 del 23/12/20, el Sr. Intendente solicitó

la prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294 aprobada el 01/09/20, a fin de no afectar la gestión

recaudatoria, el funcionamiento de la administración y la prestación de los servicios municipales.

Que, respecto de ello, la Comisión de Hacienda y Presupuesto aconsejó aprobar el proyecto para

el ejercicio 2.021.
Señala que, consecuentemente, en la Sesión Especial N° 10 del 30/12/20 se

sancionó la Ordenanza N° 13.477, prorrogando la Ordenanza GIT N° 13.294, y sus Anexos I, II,

III y V, para el ejercicio 2.021, y toda normativa aprobada oportunamente que se relacione con la

liquidación de los tributos municipales.

Destaca que la ordenanza cuestionada es una mera prórroga, no una nueva

ordenanza, por lo que en el caso concreto no se violó ningún procedimiento formal por no contar

con una regulación específica en torno a las mayorías requeridas para su aprobación. Que es

erróneo el criterio sustentado por la parte actora en cuanto a la necesidad de su tratamiento con

quorum especial, y su votación en general y en particular.

Indica que la omisión en la prórroga de los Anexos IV (Planos de Zonas de

Servicios) y VI (Calendario Impositivo) no afecta el principio de legalidad tributaria y el derecho de

propiedad de los contribuyentes. Que por Ordenanza N° 13.377 sancionada el 03/11/20, se creó

el “Plan Director de Servicios de la Municipalidad de Resistencia” y dispuso una nueva

Zonificación de Servicios de la Ciudad, por lo que la prórroga de toda normativa aprobada

oportunamente que se relacione con la liquidación de los tributos incluyó la de esta nueva

zonificación.

En relación a la omisión de prórroga del Anexo VI (Calendario Impositivo), dice que

este no podría prorrogarse porque al tratarse del Calendario Impositivo para los tributos del año

2.020, debería emitirse un nuevo calendario para el año 2.021. Que tal calendario fue aprobado

mediante Resolución de Intendencia Nº 09/21, y que esto no implica un abuso legal por parte del

Sr. Intendente dado que tiene facultades suficientes.

Sostiene que la Ordenanza GIT Nº 13.477 es legítima y válida, por haber sido

dictada de acuerdo al procedimiento establecido para ello y dentro del marco legal conferido por

la Constitución Nacional, la Constitución Provincial, la Carta Orgánica Municipal y el derecho

positivo municipal.

Manifiesta que la acción de amparo deviene en formalmente improcedente, por no

surgir que la conducta del Municipio se encuentre en contradicción con la legislación de fondo y

de forma. Que no se acredita la arbitrariedad o ilegalidad manifiesta del órgano al prorrogar la

vigencia de la Ordenanza N° GIT 13.294 mediante la Ordenanza GIT N° 13.477, ni que se

amenace y restrinja una garantía o derecho constitucional. Que tampoco se demuestra la

existencia de algún daño patrimonial o afectación del derecho de propiedad de los contribuyentes.

Arguye que los amparistas fundan la vía intentada en forma general, pero omiten

exponer en forma clara y precisa las garantías conculcadas en forma actual o inminente, y en

donde radicaría la amenaza o lesión constitucional. Que el presente caso obliga a una mayor

amplitud de debate y prueba, atento la presunción de legalidad que caracteriza a todo acto o

decisión de la autoridad pública. Que hubiera resultado justo y razonable entablar la acción
contenciosa administrativa de plena jurisdicción, por resultar el remedio legal propicio y más

idóneo.

Argumenta también su improcedencia, aludiendo que nos encontramos en

presencia de una cuestión política no justiciable, debiéndose mantener el Poder Judicial dentro

de la órbita de su jurisdicción y no menoscabar las funciones que constitucionalmente incumben

a otros poderes o jurisdicciones. Que, conforme el principio republicano de gobierno y la

separación de los poderes, el caso traído a resolver escapa a la competencia judicial por implicar

el contralor del modo en que los restantes poderes políticos de gobierno ejercitan las facultades

conferidas por la Carta Orgánica Municipal.

Por último, expone que el planteo de nulidad e inconstitucionalidad resulta

extemporáneo, cuestionando que la presente acción fue articulada tres meses después de la

sanción de la norma impugnada.

Ofrece pruebas y funda en Derecho. Formula reserva de Recursos Extraordinarios

y del Caso Federal. Culmina con petitorio de estilo.

A fs. 133/134 se presenta el Sr. Miguel Agustín Romero, en su carácter de

Presidente del Concejo Municipal de la ciudad de Resistencia, y formula adhesión total al informe

circunstanciado y contestación de la acción de amparo obrante a fs. 100/128.

A fs. 148 se corrió vista de las actuaciones a la Sra. Fiscala de Cámara, quien se

excusa de intervenir a fs. 149. A fs. 155 y vta. se dictó Resolución N° 204 haciéndose lugar a la

excusación de la Dra. María Marta Verón y se corrió vista a la Sra. Fiscala Subrogante.

A fs. 156/158 la Dra. Mariella Casavecchia, Fiscala de Cámara Subrogante, emitió

su dictamen favorable a la procedencia de la acción intentada, en los términos allí expuestos.

A fs. 162 se dispone glosar por Secretaría a la presente causa, copia del informe

agregado a fs. 87 de los autos caratulados: "B. y Otros S/ Medida Cautelar", Expte. Nº 11674/21

(fs. 163). Asimismo, se puso a disposición de la parte demandada el Acta de Constatación

Escritura N° 86 y el Acta Notarial Nº 4 reservadas a fs. 50, como las copias de los Despachos de

la Comisión de Hacienda y Presupuesto, y del Libro de Ingresos de dicha Comisión reservadas

fs. 90, del Expte. N° 11674/21, caratulado: “B. y otros S/ Medida Cautelar”.

A fs. 175 se llamó autos para resolver.

CONSIDERANDO:

I. Los Sres. Fabricio Nelson Bolatti y Carlos Salom, y las Sra. Alicia Griselda Frías,

María Teresa Celada y Carla Sabrina Cantero, pretenden: 1) se declare la inconstitucionalidad y

nulidad de la Ordenanza GIT N° 13.477 sancionada el 30/12/20; y 2) se ordene la sanción de una

nueva Ordenanza GIT para el ejercicio 2.021, cumpliéndose con el procedimiento legal

correspondiente. Con costas.


Relatan que en la Sesión Ordinaria N° 15 del 29/12/20 ingresó la AS N° 75116-I-

20, por la cual el Sr. Intendente solicitó la prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294, resolviendo

su pase a la Comisión de Hacienda y Presupuesto. Que luego, se convocó a la Sesión Especial

N° 10 para el día 30/12/20 a fin de tratar la AS N° 75116-I-20, y puesto a disposición un despacho

de la Comisión suscripto por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti, fue aprobado con seis votos a

favor en forma general y se tuvo por sancionada la Ordenanza GIT N° 13.477.

Señalan que la Ordenanza impugnada fue aprobada en abierta y flagrante violación

de la legislación vigente, dado que el procedimiento utilizado para la sanción afectó derechos

esenciales e inherentes a las funciones parlamentarias, impidiendo el desarrollo de su labor y

votar libremente. Que no se les permitió deliberar en la Sesión Especial N° 10, ni se cumplió la

discusión en general del proyecto de Ordenanza, ni la votación en particular.

Señalan que la AS N° 75116-I-20 se remitió a la Presidencia del Concejo Municipal

e ingresó a la Sesión Especial N° 10 del 30/12/20 con un despacho firmado por Blanc, Wozniczka

y Ortiz Melgratti, sin pasar previamente por la Comisión de Hacienda y Presupuesto, a fin de ser

analizado y tratado por las y los ediles que la integran, como ser la Concejala Carla Sabrina

Cantero y la Presidenta de la Comisión Alicia Griselda Frías.

Sostienen que se utilizó un mecanismo irregular, ilegal y arbitrario para la

aprobación de la Ordenanza GIT N° 13.477, y hacen hincapié en que resulta incompleta e

insuficiente para regular todo el marco tributario del año 2.021, porque no prorrogó todos los

anexos de la Ordenanza Nº 13.294, y que sin los Anexos IV y VI resultaría antijurídico el cobro de

tributos a los contribuyentes por vulnerar flagrantemente al principio de legalidad tributaria.

A su turno, la demandada replicó que, por AS N° 75116-I-20 del 23/12/20, el Sr.

Intendente solicitó la prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294 aprobada el 01/09/20, a fin de no

afectar la gestión recaudatoria, el funcionamiento de la administración y la prestación de los

servicios municipales. Que, habiendo intervenido la Comisión de Hacienda y Presupuesto, esta

aconsejó la aprobación del proyecto de Ordenanza GIT para el ejercicio 2.021. Que,

consecuentemente, en la Sesión Especial N° 10 del 30/12/20 se sancionó la Ordenanza N° 13.477

que prorrogó la Ordenanza GIT N° 13.294 y toda normativa que se relacione con la liquidación de

los tributos municipales.

Destacó que la ordenanza cuestionada es una mera prórroga y no una nueva

ordenanza. Es decir, que en el caso concreto no se violó ningún procedimiento formal por no

contar con una regulación específica en torno a las mayorías requeridas para su aprobación. Por

lo que el criterio sustentado por la parte actora en cuanto a la necesidad de su tratamiento con

quorum especial, y su votación en general y en particular, es erróneo.

Que la Ordenanza GIT Nº 13.477 es legítima y válida, que fue dictada siguiendo el

procedimiento establecido y dentro del marco legal conferido por la Constitución Nacional, la
Constitución Provincial, la Carta Orgánica Municipal y el derecho positivo municipal. Por lo que la

acción de amparo es improcedente, dado que la conducta del Municipio no contradice la

legislación de fondo y de forma.

Indica que la omisión en la prórroga del Anexo IV (Planos de Zonas de Servicios)

no afecta el principio de legalidad tributaria y el derecho de propiedad de los contribuyentes,

porque la Ordenanza N° 13.377 sancionada el 03/11/20, dispuso una nueva Zonificación de

Servicios de la Ciudad. En relación a la omisión de prórroga del Anexo VI (Calendario Impositivo),

dice que este fue aprobado mediante Resolución de Intendencia Nº 09/21.

También refiere que el caso traído a resolver constituye una cuestión política no

justiciable y que el Poder Judicial debe mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción. Invocan

el principio republicano de gobierno y de la separación de los poderes. Por lo que escapa a la

competencia judicial el contralor del modo en que los restantes poderes políticos de gobierno

ejercitan las facultades conferidas por la Carta Orgánica Municipal.

II. Así trabado el litigio, no se encuentra controvertido que los Sres. Fabricio Nelson

Bolatti y Carlos Salom, y las Sra. Alicia Griselda Frías, María Teresa Celada y Carla Sabrina

Cantero sean Concejales y Concejalas de la ciudad de Resistencia, ni su legitimación para

promover la demanda en resguardo de las atribuciones y prerrogativas propias de sus funciones.

Tampoco que Sra. Carla Sabrina Cantero integre la Comisión de Hacienda y Presupuesto, y que

la Sra. Alicia Griselda Frías sea su Presidenta, ni que en la Sesión Especial N° 10 del Concejo

Municipal, celebrada el 30/12/20, se sancionó la Ordenanza N° 13.477 que prorrogó la Ordenanza

GIT N° 13.294.

La cuestión se circunscribe a dirimir si en el procedimiento adoptado durante la

formación y sanción de la Ordenanza Nº 13.477, se cumplieron los requisitos mínimos e

indispensables que condicionan su creación, conforme normas y principios constitucionales, la

Carta Orgánica Municipal y el Reglamento Interno del Concejo Municipal, y en su caso, si la parte

actora fue privada de sus atribuciones y competencias en el ejercicio de la función de concejales

y concejalas.

Para la resolución de la presente causa, conforme se ha sostenido reiteradamente,

el Tribunal no se encuentra obligado a analizar todas y cada una de las argumentaciones de las

partes, sino tan sólo aquéllas que sean conducentes y posean relevancia para decidir el caso

(Fallos: 300:552; 301:602; 302:1191). En sentido análogo, tampoco es obligación ponderar todas

las pruebas agregadas a la causa, sino aquellas que estime apropiadas para resolverla (Fallos:

274:113; 280:320; 144:611).

III. Sentado lo expuesto, para que proceda la acción de amparo tienen que reunirse

los siguientes presupuestos: a) una lesión sobre la sustancia constitucional de los derechos, que

debe ser cierta -frustración concreta de la relación de disponibilidad básica-, actual -presente o
inminente-, directa -productora por sí misma de un menoscabo- y manifiesta; b) una actuación o

inactividad inequívoca u ostensiblemente antijurídica; c) un hecho, acto u omisión de autoridad

pública o particular; d) la imposibilidad de tutela por otros cauces formales (arts. 43 C.N., 19 C.P.,

art. 1 Ley N° 4297).

De manera que siempre el concepto de acto lesivo debe ser interpretado en el

sentido más amplio posible, involucrando todo hecho positivo o negativo. Por lo que, cualquier

conducta estatal o de un particular, sean actos, hechos, acciones, decisiones, órdenes, negocios

jurídicos u omisiones, con capacidad de afectar los derechos de los particulares, quedan

comprendidas en el art. 43 de la Constitución Nacional y el art. 19 de la Constitución Provincial.

La acción de amparo no está destinada a reemplazar los medios ordinarios para la

solución de controversias, y su exclusión no puede fundarse en una apreciación meramente ritual

e insuficiente de las alegaciones de las partes, toda vez que tiene por objeto una efectiva

protección de derecho más que una ordenación o resguardo de competencias, por lo que los

jueces deben buscar soluciones procesales que utilicen las vías más expeditivas a fin de evitar la

frustración de derechos fundamentales (C.S.J.N., Fallos: 339:201, entre muchos otros).

La doctrina ha señalado que actualmente el amparo es tanto una acción o garantía,

como un derecho constitucional en sí mismo, dado que excedería lo meramente instrumental, y

que, como secuela del derecho a una tutela jurídica efectiva, conferiría a la persona la facultad de

reclamar al Estado la posibilidad de plantear su pretensión de amparo, que se lo diligencie

idóneamente la justicia, y que se dicte una sentencia útil para protegerlo. Es el derecho a utilizar

la garantía del amparo judicial programada por el art. 43 de la Constitución Nacional, cual consiste

en el planteo de una acción, vehiculizada por un proceso expedito y rápido (conf. Néstor Pedro

Sagües, “Compendio de Derecho Procesal Constitucional”, Ed. Astrea, Bs. As., año 2009, pág.

427 y sig.; Alberto Antonio Spota, “Ensayo sobre la doble naturaleza jurídica del amparo

constitucional”, LL, 2002, 1995-E-1114 y sig.).

Entonces, reseñada la plataforma fáctica, siendo que se invocó el menoscabo de

facultades y competencias en el ejercicio de la función pública de legislador y legisladora, la vía

procesal utilizada resulta admisible ante la inexistencia de otra más idónea. Entendiendo que la

ilegalidad o arbitrariedad debe surgir de forma manifiesta, clara, patente e inequívoca de los

elementos de juicio, hechos y pruebas aportadas al formular el planteo, dado el acotado marco

probatorio que autoriza el proceso urgente. La cuestión a resolver tampoco requiere de mayor

debate y prueba, porque la demandada ofreció prueba instrumental e informativa, la que fue

producida y agregada a la presente causa y a la obrante por cuerda.

En consecuencia, se rechazan los argumentos formulados en cuanto a la

improcedencia del remedio procesal elegido.

IV. Zanjada esta cuestión formal, corresponde avocarse a lo esgrimido por la


Municipalidad que puntualiza que la causa traída a resolver constituye una cuestión política no

justiciable. En efecto, es de la esencia del sistema constitucional que nos rige, la limitación de los

poderes públicos a sus atribuciones y facultades demarcadas como derivadas de la soberanía del

pueblo, por su expreso consenso (Fallos: 32:120; 137:47).

El control de constitucionalidad que se asigna al Poder Judicial (arts. 43 y 116

Constitución Nacional, y arts. 9, 19, 161 y concordantes Constitución local), impone a los jueces

velar por la supremacía del orden jurídico constitucional (art. 31 Constitución Nacional), examinar

las leyes o actos que se traen a su decisión, comparándolas con el texto de la Constitución para

averiguar si guardan o no conformidad con esta, y abstenerse de aplicarlas si las encuentra en

oposición a ella.

En defensa de esa supremacía, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha

declarado la inconstitucionalidad de normas, aun cuando provengan del órgano legislativo, por

resultar contrario a la Constitución Nacional. A modo ilustrativo, puede recordarse el precedente

“Soria de Guerrero” que permite el control jurisdiccional sobre el procedimiento de formación y

sanción de las leyes cuando se acreditase “la falta de concurrencia de los requisitos mínimos e

indispensables que condicionan la creación de la ley” (Fallos: 256:556). Este criterio

posteriormente fue ratificado en “Colella” (Fallos: 268:352), "Nobleza Piccardo" (Fallos: 321:3487),

"Famyl" (Fallos: 323:2256) y “Binotti” (Fallos: 330:2222).

De tal modo, los procedimientos llevados a cabo en el seno de los organismos

legislativos también deben pasar el tamiz constitucional, porque el “derecho de votar de sus

integrantes es demasiado importante en una sociedad libre, como para ser sustraído de la

protección judicial” por medio de la inadecuada interpretación de una norma supralegal,

“desprotección que no se justificaría ni siquiera bajo la argución de tratarse de una cuestión no

justiciable” (voto del Dr. Eduardo Moliné O'Connor, considerando 3°, “Electores de Corrientes”,

Fallos: 314:1925).

Desde otro ángulo, la transgresión del procedimiento parlamentario es un agravio

que reconoce legitimación a los legisladores afectados, a fin de reivindicar sus facultades y

prerrogativas representativas (conf. voto de los Dres. Carlos Santiago Fayt, Julio Cesar Bellucio

y Enrique Santiago Petracchi, “Rossi Cibils” Fallos: 315:2074), por lo que resulta indispensable

para mantener la supremacía de la Constitución Nacional, que todas las autoridades nacionales

y provinciales están obligadas a entender y declarar la invalidez de aquellas normas que se sitúen

a extramuros de sus principios, derechos, garantías y organización de los poderes (voto del Dr.

Carlos Santiago Fayt, considerando 18°, “Gascon Cotti”, Fallos: 313:594).

Expuesto ello, el trámite parlamentario previsto y regulado en la Carta Orgánica y

en el Reglamento Interno del órgano legislativo para la sanción de las ordenanzas municipales,

no puede en modo alguno eximirse del contralor jurisdiccional, porque ningún órgano de gobierno
puede ejercer lícitamente otras facultades que las que le fueron acordadas expresamente, y en

las formas regladas.

En tal sentido, dice Germán Bidart Campos que: “(…) si una ley puede y debe ser

declarada inconstitucional en cuanto a su contenido, también puede y debe serlo cuando se ha

sancionado transgrediendo las normas que la constitución prescribe para su trámite, porque

cualquiera comprende que una ley “sancionada” defectuosamente no es una ley “sancionada” en

la forma que la constitución exige” (conf. aut. cit., “Tratado Elemental de Derecho Constitucional

Argentino”, T. II, Ed. Ediar, Bs. As., año 2001, pág. 154 y sig.).

En esta dirección se expresó la Dra. Isabel María Grillo, al decir que: “(…) si bien

la revisión del procedimiento legislativo remite al examen de funciones propias de otro órgano del

Estado, nada obsta la intervención del Poder Judicial, en casos como el presente donde se

denuncia la violación del mecanismo regulado en la Carta Orgánica Municipal para la aprobación

de ordenanzas. Postura que encuentra sustento en la doctrina de nuestro Tribunal Federal que

reza: '...Esto es así, pues la esencia de nuestro sistema de gobierno radica en la limitación de los

poderes de los distintos órganos y en la supremacía de la Constitución. Ningún departamento del

gobierno puede ejercer lícitamente otras facultades que las que le han sido acordadas (Fallos:

137:47, entre otros), y es del resorte de esta Corte juzgar 'la existencia y límites de las facultades

privativas de los otros poderes' (Fallos: 210:1095) y 'la excedencia de las atribuciones' en la que

éstos puedan incurrir (Fallos: 254:43)... Esa facultad del Tribunal se ejerce no sólo cuando la

norma a interpretar es de aquéllas contenidas en la Ley Fundamental, sino cuando como en el

sub lite se trata de preceptos reglamentarios federales dictados por una cámara en ejercicio de

las facultades que aquélla le otorga en su art. 66. Si el Senado ha autoregulado su funcionamiento

a través del dictado de un reglamento, una hipotética violación del mismo que lesionara derechos

individuales no podría quedar exenta del control de los magistrados de la República...' (Fallos:

330:2222 "Binotti")” (Sentencia Nº 199 del Superior Tribunal de Justicia, dictada en el Expte.

11165/20, caratulado: "Bolatti, Fabricio Nelson s/ Amparo").

De lo hasta aquí expuesto se desprende que el control de constitucionalidad surge

de la supremacía de la Constitución, y no del Poder Judicial (Fallos: 316:2940).

El cumplimiento de esta función no supone en modo alguno la admisión de la

declaración en abstracto, es decir, fuera de un caso o contienda entre partes; tampoco permite

que el poder judicial ingrese en el control de las razones de oportunidad, mérito o conveniencia

tenidas en cuentas por los otros poderes del Estado al adoptar las decisiones que le son propias.

Por lo demás, también razonamos, por aplicación del principio de división de

poderes, que la interpretación de las leyes debe efectuarse sobre la base de que la declaración

de inconstitucionalidad configura un acto de suma gravedad que debe ser considerado como

ultima ratio del orden jurídico; solo cabe acudir a ella cuando no existe otro modo de salvaguardar
algún derecho o garantía amparado por la Constitución Nacional (Fallos: 249:51; 306:1597;

331:2068, 333:447, entre otros).

V. Delineada la base que faculta al Poder Judicial a declarar la inconstitucionalidad

de una norma, corresponde ingresar en el examen de la cuestión de fondo. En tal cometido es

conveniente rememorar que la Constitución Nacional adopta en el art. 1 la forma representativa y

republicana de gobierno, y la estructura federal de Estado, quedando establecidas las esferas

gubernamentales: nacional, provincial, municipal y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Específicamente, los arts. 5 y 123 imponen a las provincias el aseguramiento de la autonomía

municipal en sus respectivas constituciones. Lo que trae consigo, necesariamente, la existencia

de cuatro órdenes jurídicos diferenciados, dotados todos de poder tributario y subordinados a los

principios, declaraciones y garantías de la Ley Suprema.

Las Provincias han conservado todo el poder no delegado a la Nación (art. 121

CN), y las facultades tributarias entre ambos órdenes se encuentran claramente distribuidas en

los arts. 4, 9, 11, 12, 75, 121 y 126 de la Constitución Nacional. En cuanto los municipios, el art.

123 expresamente prescribe que cada Provincia dictará su propia Constitución, conforme a lo

dispuesto por el art. 5, asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en

el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero. Aparece entonces el

municipio como una persona jurídica declarada e indiscutiblemente autónoma con poder

tributario, pero supeditado al régimen nacional y provincial que lo preceden.

Enseña Héctor Belisario Villegas que: “la referencia constitucional a la autonomía

financiera es demostrativa de que los entes municipales deben contar con poder tributario (…).

Los municipios son también autónomos [como las provincias] pero en forma restringida, porque

deben sujetarse a las prescripciones de las normas provinciales, y su poder tributario es derivado

porque no surge de la Constitución, sino de lo que le reconozcan los Estados provinciales” (conf.

aut. cit., “Curso de finanzas, derecho financiero y tributario”, Ed. Astrea, Bs. As., año 2007, pág.

232; en igual sentido Germán Luis Gianotti, “Tributos Municipales”, Ed. La Ley, Bs. As., año 2002,

pág. 35).

En efecto, nuestra Constitución Provincial determina las pautas bajo las cuales los

municipios ejercerán la facultad impositiva respecto de personas, bienes o actividades sometidas

a su jurisdicción, estableciendo expresamente el acatamiento a la reglamentación que establezca

la Ley Orgánica o la Carta Orgánica, en cuanto a bases impositivas e incompatibilidad de

gravámenes municipales, con los provinciales o nacionales (art. 196). En consonancia, el art. 197

enumera los recursos municipales y por derivación, también el art. 194 de la Carta Orgánica de

la Municipalidad de Resistencia.

Así las cosas, las limitaciones al poder tributario municipal y su proceso de

imposición, por imperio de los arts. 16, 17, 18, 19, 28, 52, 75 y 123 de la Constitución Nacional, y
de los arts. 14, 59, 60, 61, 62, 196 y 197 de la Constitución Provincial, pueden resumirse en dos

grupos: a) los principios generales de la tributación, derivados directamente de las disposiciones

constitucionales (legalidad y debido proceso adjetivo, no superposición de gravámenes, equidad,

igualdad, capacidad contributiva, uniformidad, proporcionalidad, simplicidad, certeza, no

confiscatoriedad); y b) las emanadas de la delegación o concertación de competencias entre

Provincias y Nación, que surgen de las normas constitucionales y de la legislación referida al

tema, como ser la Ley N° 23.548 -Régimen de Coparticipación Federal de Recursos Fiscales-, el

Convenio Multilateral al cual adhirió la Provincia del Chaco, etc..

El art. 123 de la Constitución Nacional reconoce autonomía Municipal en los

órdenes 'institucional, político, administrativo, económico y financiero' e impone a las provincias

la obligación de asegurarla, pero deja librado a la reglamentación que éstas realicen la

determinación de su alcance y contenido. La Constitución Provincial en su art. 185 faculta al

ejercicio de un poder constituyente de tercer grado, habilitando a los municipios de primera

categoría, como el de la ciudad de Resistencia, a darse su propia Carta Orgánica.

En conclusión, como todos sabemos, el gobierno de la Municipalidad de

Resistencia es autónomo e independiente de otro poder, pero el ejercicio de sus facultades de

administración y disposición de las rentas y bienes propios, así como las de imposición respecto

de personas, bienes o actividades sometidas a su jurisdicción, deben ser ejercidas de

conformidad a las prescripciones de la Constitución Nacional, la Constitución Provincial y su Carta

Orgánica Municipal (arts. 5, 75, inc. 30, y 123 de la Constitución Nacional, arts. 182, 185 y 196 de

la Constitución Provincial, y art. 3 de la Carta Orgánica).

VI. Ahora bien, el ejercicio de ese poder tributario debe ajustarse al principio

constitucional de legalidad -entre otros enunciados normativos generales-.

Este principio fue definido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como

aquel en el cual la creación de las normas jurídicas de carácter general han de efectuarse de

acuerdo con los procedimientos y por los órganos establecidos en la Constitución para ello, y a él

deben ajustar su conducta de manera estricta todas las autoridades públicas. Asimismo, dijo que

en una sociedad democrática, el principio de legalidad está vinculado inseparablemente al de

legitimidad, en virtud del sistema internacional que se encuentra en la base de la propia

Convención Americana de Derechos Humanos, relativo al ejercicio efectivo de la democracia

representativa, cual se traduce en la elección popular de los órganos de creación jurídica, el

respeto a la participación de las minorías y la ordenación al bien común (conf. Opinión Consultiva

N° 6/86; Enrique Alonso Regueira, “Convención Americana de Derechos Humanos y su

proyección en el Derecho Argentino”, Ed. La Ley, Bs. As., año 2012, pág. 541).

El principio en cuestión proporciona elementos de juicio para analizar aquellas

normativas que contienen disposiciones que deben ser ineludiblemente dispuestas por una
ordenanza emanada del cuerpo legislativo local, como así también resguardar la distribución

constitucional de las competencias estatales en el dictado de la legislación o en el cumplimiento

de los actos públicos (Fallos: 330:2222).

Este esquema, resulta idóneo para habilitar el control constitucional del proceso de

formación, sanción, promulgación y modificación de las leyes. Es decir, examinándose las reglas

de técnica legislativa o de procedimiento, éste debe quedar invalidado de verificarse el efectivo

incumplimiento de las formas previamente establecidas para la producción del derecho.

Ello “comprende el análisis y determinación de la competencia del órgano

legisferante que emite la norma, como asimismo del método y procedimiento observado para la

creación de la ley, decreto, resolución, ordenanza, etc.. Permite el contralor jurisdiccional del

mecanismo de creación de disposiciones normativas o actos de los poderes públicos, a fin de

comprobar que su dictado o puesta en vigencia se ajuste al debido proceso establecido en la

Constitución, en las leyes, reglamentos o demás disposiciones que lo regulen” (conf. Silvia B.

Palacio de Cainero, “Constitución Nacional en la Doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la

Nación”, Ed. La Ley, Bs. As., año 2011, pág. 573 y sig.).

El principio en cuestión cuenta con una particularidad más intensa en materia

tributaria -también denominado principio de reserva de ley-, condicionando la creación,

modificación y regulación de los tributos al cumplimiento de procedimientos específicos para el

ejercicio de esta competencia indelegable (Fallos: 231:1888; 318:1154; 316: 2329; arts. 4, 17, 75,

inc. 2., y 99, inc. 3, de la Constitución Nacional, arts. 59, 119, inc. 2, 205, incs. 3 y 5, y concordantes

de la Constitución Provincial, y arts. 196 y 137, inc. 13, de la Carta Orgánica). Esto es, exige una

ley formal que tipifique el hecho que se considere imponible e instituya la posterior causa de la

obligación tributaria (Fallos: 294:152; 303:245 y 326:3415).

“El principio constitucional de legalidad o de reserva de ley en materia tributaria no

es sólo una expresión jurídico-formal de la tributación, sino que constituye una garantía sustancial

en este campo, en la medida en que su esencia viene dada por la representatividad de los

contribuyentes y, en este sentido, este principio abarca tanto la creación de impuestos, tasas o

contribuciones como las modificaciones de los elementos esenciales que componen el tributo, es

decir el hecho imponible, la alícuota, los sujetos alcanzados y las exenciones ” (CSJN, Sentencia

del 29/12/09 dictada en autos: “Consolidar S.A. - ART c/ Superintendencia Riesgos Trabajo - rsls.

39/98 y 25.806 s/ proceso de conocimiento”, conforme Dictamen de la Procuradora Fiscal que la

Corte hace suyo).

Este principio es una garantía al derecho de propiedad de los individuos frente a la

administración, esencial en una forma republicana y democrática de gobierno, en tanto sólo a

través de la voluntad popular expresada por sus representantes -los legisladores-, al sancionar

una ley, se admite que el Estado detraiga una porción del patrimonio de los particulares para cubrir
los gastos que le demanda el cumplimiento de sus fines. Por ello, rigiendo toda imposición fiscal,

se vuelve exigible la preexistencia de una norma dictada por el Poder Legislativo conforme a los

preceptos y recaudos constitucionales, comprendiendo la determinación del hecho imponible, de

la base de imposición y de los sujetos obligados al pago (C.S.J.N., Sentencia del 06/06/95, dictada

en autos: “Video Club Dreams c/ Instituto Nacional de Cinematografía s/ Amparo”).

En definitiva este es el filtro que determinará la compatibilidad o no de la normativa

municipal, y de los actos administrativos que dicte en su consecuencia, con el ordenamiento

constitucional. Vale decir, según el principio de supremacía constitucional (art. 31, Constitución

Nacional), el poder tributario municipal se encuentra limitado por la Constitución Nacional, la

Constitución Provincial y la Carta Orgánica Municipal.

En tal orden, la atribución deliberativa indelegable del Concejo Municipal

comprende: sancionar anualmente la Ordenanza General Impositiva y Tributaria, y las demás que

establezcan y determinen tributos; dictar ordenanzas y reglamentaciones sobre urbanismo, que

aseguren planes de urbanización, desarrollo y ordenamiento; los servicios públicos, catastro,

seguridad, salubridad e higiene; la protección del ambiente y de los intereses colectivos;

moralidad, recreos y espectáculos públicos; las obras públicas, la vialidad vecinal, los parques,

las plazas, los jardines y los paseos públicos; el tránsito, el transporte y la comunicación urbana;

la educación, cultura, deportes y turismo; los servicios y asistencia sociales; el abasto, cementerio

y los servicios fúnebres; el uso y explotación del espacio aéreo y subsuelo municipal; los Códigos

propios de su competencia -como por ej. el Código Tributario Municipal-, y cualquier otra regla

general que regule derechos y obligaciones de las personas, o atribuciones y deberes del

Municipio, no prohibida por la ley o la Carta Orgánica, y compatible con las disposiciones

constitucionales del orden provincial y nacional (arts. 59, 184 y 205, incs. 3, 5 y 12, de la

Constitución Provincial, y arts. 14, inc. 12, 136, inc. 1, 137, incs. 3, 5, y 12, 159, inc. 11, 119, 122,

137, inc. 13, y 196 de la Carta Orgánica).

A su vez, la Carta Orgánica dispone que: “Constituyen recursos propios, derivados

del poder tributario municipal, los siguientes: 1. Impuestos: a) inmobiliarios; b) al mayor valor del

bien libre de mejoras; c) a los espectáculos públicos; d) a las rifas, tómbolas, bonos y todo otro

medio de naturaleza afín que utilicen las instituciones para allegar fondos, de acuerdo con las

leyes provinciales vigentes; e) a la colocación de avisos en el interior o exterior de vehículos de

transporte público, y en general en estaciones de ferrocarril, teatro, cafés, cinematógrafos y

demás establecimientos de acceso público; la colocación y circulación de avisos, letreros,

banderas de remate, escudos; volantes y toda otra publicidad por medios audiovisuales, estática

o dinámica, escrita u oral, en la vía pública, con fines lucrativos o comerciales; f) a las apuestas

en hipódromos, pistas de carreras, cuadreras y de todo otro tipo en sitios donde se juegue por

dinero, de acuerdo con las disposiciones legales vigentes. 2. Derechos: a) de abasto; b) de piso;
c) de extracción de suelos, arena, resaca y cascajo; d) de oficina y sellado a las actuaciones

municipales; e) a la inspección bromatológica y veterinaria que se aplicará a los alimentos

destinados al consumo de la población del municipio, cualquiera sea su naturaleza. Cuando se

trate de establecimientos que cuenten con habilitación sanitaria nacional, no corresponderá el

pago de derechos municipales por los mismos servicios prestados por la nación, aunque dichos

establecimientos funcionen dentro del municipio. Procederá, sin embargo, el pago de derechos

municipales por reinspección bromatológica y veterinaria de los productos y subproductos que se

introduzcan en el municipio, destinados al consumo de la población; f) de inspección y contraste

periódico de pesas y medidas; g) de reparación y conservación de pavimentos, calles y caminos;

h) de edificación, refacciones, delineación, nivelación y de construcción de cercos y veredas; i) de

mercados y puestos de ventas; j) de fraccionamientos de tierras, mensuras, catastro y subdivisión;

k) de inspección de instalaciones eléctricas, telefónicas, de agua, de gas, de obras sanitarias, de

estacionamiento de vehículos y toda otra ocupación de la vía pública, del espacio aéreo y del

subsuelo en general; l) de inscripción e inspección de inquilinatos, hoteles, moteles, hospedajes,

alojamientos, casas de departamentos, teatros, cinematógrafos, salas de espectáculos en

general, circos y parques de diversiones, cabarets, clubes nocturnos, garajes de alquiler, establos,

playas de estacionamiento, pistas de bailes y demás lugares públicos o de acceso de público; ll)

de registro de conductores y de carnet de sanidad; m) de cementerios y servicios fúnebres; n) de

inspecciones y contrastes de medidores, de motores, calderas, generadores o similares, y demás

instalaciones que por razones de seguridad pública se declaren sujetas al contralor municipal; ñ)

de arrendamiento y uso de playas y riberas en jurisdicción municipal; o) de inspección de

ascensores, montacargas, sistemas de seguridad en general en edificios de propiedad horizontal;

3. Patentes: a) de espectáculos públicos; b) de vehículos automotores y para el transporte de

pasajeros y cargas, de carruajes, carros y en general todo vehículo de tracción mecánica o a

sangre; c) de animales domésticos; d) de sisas de vendedores ambulantes en general; e) de

cabarets, boites, albergues transitorios y clubes nocturnos; f) de establecimientos donde se

fraccionen o expendan y distribuyan bebidas alcohólicas; 4. Tasas: a) por alumbrado, limpieza y

barrido, y disposición final de residuos; b) por inspección bromatológica y desinfecciones; c) por

otros servicios que efectivamente preste el Municipio, y que la ordenanza respectiva sujete al

pago de tasas; 5. Contribuciones de mejoras; 6. Multas, intereses y recargos por contravenciones

o por incumplimiento o violación de las obligaciones fiscales; 7. La ecotasa para preservación y

mejora del medio ambiente; 8. Cualquier otra contribución, tasa, derecho o gravamen que

imponga el Municipio con arreglo a las disposiciones de la Constitución Provincial y de esta Carta

Orgánica”(art. 194 de la Carta Orgánica, con sujeción al art. 197 Constitución Provincial).

Los convencionales municipales instituyeron que éstos recursos derivan del poder

tributario comunal, no obstante lo cual corresponde aclarar que los derechos establecidos por el

gobierno local no tienen la misma naturaleza tributaria de los impuestos, las tasas y las
contribuciones, sino que conforman un canon que se percibe por el ejercicio del poder de policía,

y como tal son de carácter administrativo (conf. Fernando Alcón y Laura Marcos, "Tributos por

publicidad y propaganda", Ed. Ad Hoc, Bs. As., año 2007, pág. 84; Dictamen Nº 27/07 de la

Asesoría Jurídica la Comisión Federal de Impuestos, en autos: “Ondabel S.A. c/ Municipalidad de

Nogoyá - Pcia. de Entre Ríos s/ Derecho de publicidad y propaganda”, Expte. Nº 711/09;

Sentencia N° 234 del Superior Tribunal de Justicia, en autos: "TUBITO S.R.L. s/ Acción de

Inconstitucionalidad (Ord. Mcpal. Nº 4025/11- Municipalidad de Villa Ángela", Expte. N° 73593/12,

criterio reiterado en la Sentencia N° 496 dictada en autos: "TUBITO S.R.L. s/ Acción de

Inconstitucionalidad (Ord. Mcpales. Nº 2370-2371/11 - Municipalidad Las Breñas)", Expte. N°

73.595/12).

VII. El procedimiento de formación y sanción de las Ordenanzas de la Municipalidad

de Resistencia está previsto en la Constitución Provincial -instituyendo específicamente la

mayoría agravada de los dos tercios de la totalidad de los miembros para determinadas materias,

como por ejemplo contraer empréstitos, enajenar bienes privados, la municipalización de servicios

públicos, la remoción del Intendente y de Concejales- (art. 205, incs. 4, 6, 7 y 11) y en la Carta

Orgánica Municipal.

Este procedimiento también se encuentra regulado en el Reglamento Interno del

órgano legislativo municipal, pero su interpretación y aplicación debe ser encuadrada dentro de

las normas y principios constitucionales y de la propia Carta Orgánica (art. 205, inc. 2, Constitución

Provincial, y art. 137, inc. 4, Carta Orgánica), puesto que no solo organiza el trabajo parlamentario,

las relaciones entre los legisladores, sus facultades y el orden de las sesiones, para hacer más

eficientes las deliberaciones y votaciones, sino también porque afectan derechos y garantías

personales.

El mencionado Reglamento necesariamente ordena el proceso, el detalle y los

pormenores a los que se debe sujetar la discusión y el voto de las decisiones, propio de nuestro

sistema democrático de gobierno, como también tiende a garantizar que el desempeño de las

funciones representativas y mandatos de los legisladores no resulte turbada (conf. Silvia B.

Palacio de Cainero, ob. cit., pág. 451; en igual sentido María Angélica Gelli, “Constitución de la

Nación Argentina”, T. II, Ed. La Ley, Bs. As., año 2018, pág. 117). El dictado de esta norma, es

una competencia privativa del Poder Legislativo y completa el contenido del Derecho

Parlamentario que en sus bases contempla la Constitución, estableciendo “reglas relativas a la

constitución, los privilegios y el funcionamiento” del cuerpo legislativo (conf. Daniel Sabsay,

“Derecho Constitucional”, Ed. Universidad, Bs. As., año 2004, pág. 559).

Es decir, como emanación de la autoridad política y de los privilegios colectivos, el

Concejo Municipal autoregula el alcance de los derechos, inmunidades, prerrogativas y

atribuciones de los integrantes de éste cuerpo colegiado para el cumplimiento de su función


deliberante, como órgano colegiado y en forma individual, tanto en el desempeño dentro de las

Comisiones que integran cada miembro, como en las deliberaciones y votaciones, generales y

particulares, que intervenga.

Las ordenanzas de la ciudad de Resistencia tienen origen en el Concejo Municipal,

en virtud de proyectos presentados por los Concejales, por los Jueces Municipales, etc., pero

compete al Intendente, en forma exclusiva, la iniciativa sobre la Ordenanza General Impositiva y

Tributaria (art. 148, Carta Orgánica). Desde luego, ello no implica la aprobación a libro cerrado

del proyecto, porque en definitiva a quien corresponde dictarla, previo debate y votación, es al

cuerpo colegiado representante de la voluntad popular (conf. Diego Frossasco, Pablo Luis Manili

-Director-, “Tratado de Derecho Procesal Constitucional”, T. II, Ed. La Ley, Bs. As., año 2010, pág.

580).

Respecto del proyecto, sanción y prórroga de las Ordenanzas Generales Impositiva

y Tributaria, el art. 19 de la Resolución N° 14/96 del Tribunal de Cuentas de la Provincia del Chaco

-Reglamento para Municipios de Contabilidad y Administración Financiera-, dice que:

“Corresponde al Intendente proyectar la Ordenanza General Tributaria y la Ordenanza General

Impositiva para su aprobación y sanción antes del treinta y uno de octubre de cada año”. El art.

20 reza que: “Antes de la iniciación de cada ejercicio el Concejo sancionará la Ordenanza General

Tributaria y la Ordenanza General Impositiva”, y el art. 21 dice: “En caso de imposibilidad de

aprobar la Ordenanza General Tributaria y la Ordenanza General Impositiva, el Concejo deberá

prorrogar las últimas vigentes”.

Como principio general, las ordenanzas del Concejo Municipal son sancionadas

cuando fueren aprobadas por el voto afirmativo de más de la mitad de los miembros presentes en

la sesión respectiva, salvo los casos expresamente determinados en la Carta Orgánica o la

Constitución Provincial (arts. 135 y 149, Carta Orgánica).

Entre las atribuciones y deberes del Concejo, se encuentra el de nombrar de su

seno los integrantes de las comisiones permanentes (art. 137, inc. 7, Carta Orgánica). Estas

estarán integradas por tres ediles como mínimo y siempre en número impar, y sus miembros serán

elegidos -preferentemente- de forma tal que los diferentes sectores políticos estén representados

y en proporción similar que en el seno del cuerpo (art. 41, R.I.).

Son funciones generales de las Comisiones Ordinarias Permanentes, entre otras,

las de: “(…) 2) Analizar los asuntos entrados que hubieran sido sometidos a su despacho por

decisión del Cuerpo; (…) 5) Emitir despacho asesorando al Cuerpo sobre la aprobación, con o sin

modificaciones, o rechazo de los asuntos sometidos a su consideración, dejando constancia de

los despachos en minoría si los hubiera; 6) Proponer las observaciones, redacciones y

modificaciones de los artículos, incisos o puntos, o la reelaboración de los proyectos

considerados; 7) Fundamentar por escrito sus propuestas al Concejo; (…)” (art. 40, R.I.).
Sobre el quorum y votación en las Comisiones Ordinarias Permanentes, el art. 43

del Reglamento Interno dispone: “(…) Todos los asuntos ingresados a la Comisión deberán ser

sometidos a consideración de la misma en los horarios y días fijados al efecto, previa notificación

de la Planilla Resumen de Asuntos a Tratar a todos sus integrantes. En casos excepcionales y

con causa fundada o debidamente justificada podrán ser elevados directamente al Concejo

Municipal despachos que no se hayan ajustado al mecanismo dispuesto precedentemente, previo

conocimiento del hecho por parte de todos los integrantes de la Comisión de que se trate”.

La Presidencia de la Comisión será elegida en la primera reunión posterior a su

creación o renovación o modificación de su integración, por simple mayoría de votos de sus

miembros (art. 45, R.I.), y sus funciones son: “(…) b) Representar a la Comisión y firmar las

tramitaciones de la misma; c) Llevar registro de los asuntos ingresados, en estudio, en tramitación

y de los despachos de la Comisión; (…) e) Hacer llegar los despachos de Comisión a la Secretaría

del Concejo Municipal con la antelación dispuesta por el Cuerpo, en particular cuando dichos

asuntos tengan plazo fijado para que se expida el mismo; f) Asegurar el cumplimiento de los

plazos previstos según el asunto de que se trate; en caso de los ingresos fuera de hora serán

remitidas copias a cada miembro del cuerpo con una antelación de 02 (dos) horas de iniciada la

Sesión, caso contrario no será ingresada al cuerpo; g) Dirigir las deliberaciones durante el

transcurso de la reunión; (…) k) Proponer las votaciones y expresar sus resultados; (…) l) Elevar

los despachos con el refrende de los integrantes que avalen cada uno de ellos; ll) Refrendar los

proyectos reelaborados en el seno de la Comisión; (…)” (art. 46, R.I.). De ellas, solo podrá delegar

en su nivel directivo las atribuciones previstas en los incisos c), m), w), x) e y), del artículo

precedente (art. 47, R.I.).

Ahora bien, en ejercicio de su cometido y ajustado al propio Reglamento Interno, el

Concejo Municipal distribuye los asuntos entrados a las Comisiones respectivas para su estudio

y asesoramiento, previo a la toma de decisiones. Corresponde a la Comisión de Hacienda y

Presupuesto -de carácter ordinaria permanente- los referentes a la economía y finanzas del

Municipio, presupuesto de gastos y recursos, adquisición y enajenación de bienes,

endeudamientos, uso del crédito, expropiaciones y Ordenanzas Generales Impositiva y Tributaria,

relación con el Tribunal de Cuentas y, en general todo lo referente a recursos, erogaciones y

patrimonio municipal (art. 37, inc. a, y 39, inc. b, R. I.).

Seguidamente, emitido el Despacho de Comisión, recomendando al cuerpo sobre

la aprobación del proyecto -con o sin modificaciones- (art. 40, inc. 5, R. I.), se le dará entrada en

la sesión sin ser leído y pasarán automáticamente para su inclusión en el Orden del Día de la

siguiente sesión. Salvo, que el Concejo resuelva su tratamiento sobre tablas (art. 81, inc. b, R. I.),

por lo que el proyecto pasará a ser tratado inmediatamente (art. 89, R. I.).

El Reglamento expresamente dispone que: “Resuelto el tratamiento sobre tablas,


el asunto pasará por dos discusiones, la primera en lo general y la segunda en lo particular. En lo

general se debatirá la idea fundamental del asunto considerado en su conjunto y en lo particular,

los distintos artículos, incisos, periodos o puntos que componen el proyecto” (art. 93, R. I.); y que:

“No corresponderá la discusión en general cuando el proyecto o asunto haya sido considerado

previamente en Comisión, debiendo en este último caso pasarse directamente a la votación para

definir la aprobación o no del proyecto en lo general” (art. 96, R. I.).

Luego estatuye que: “Cerrado el debate y producida la votación, si el proyecto es

aprobado en lo general se pasará a la discusión en particular, en caso contrario se remitirá a

archivo, o al autor, a petición de éste” (art. 98, R. I.). Para la discusión en particular, dice: “El

Secretario del Concejo Municipal producirá la lectura del proyecto, artículo por artículo, inciso por

inciso, periodo por periodo o punto por punto, según sea conveniente por la extensión o

complejidad de los mismos. De no producirse objeción de ningún Concejal la parte tratada se

considerará aprobada, en caso contrario, se votará su aprobación o rechazo” (art. 99, R. I.).

Asimismo, dice que: “En la discusión en particular los Concejales podrán solicitar

tantas veces como deseen la palabra, debiendo sus opiniones guardar exclusiva y directa relación

con el asunto de que se trate” (art. 100, R. I.), y que: “Durante la discusión del artículo, inciso,

periodo o punto podrán proponerse textos sustitutivos a consideración del Concejo. Si este los

aprueba formarán parte del mismo” (art. 101, R. I.).

El tratamiento de un proyecto finaliza con la decisión recaída sobre el último

artículo, inciso, periodo o punto sujeto a debate y votación, y su aprobación implicará la sanción

del instrumento legal por parte del Concejo Municipal (art. 103, R. I.). Finalmente, el Reglamento

dispone que las decisiones asumidas por el Cuerpo, en el marco normativo y de las mayorías

legalmente exigidas, quedan firmes respecto a sus miembros y no podrán ser recurridas por estos

(art. 115, R. I.).

VIII. Efectuada la precedente reseña normativa y conceptual, de las constancias de

la AS N° 75116-I-20 (reservada a fs. 142), verificamos que el Sr. Intendente de la ciudad de

Resistencia solicitó el 23/12/20 al Presidente del Concejo Municipal, y por su intermedio al cuerpo

de ediles locales, la prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294 sancionada el 01/09/20 para el

ejercicio 2.021, con fundamento en el art. 21 de la Resolución N° 14/96 del Tribunal de Cuentas

(fs. 01). Recibida por Presidencia, este la remitió a la Secretaría del Concejo a las 11:50 hs. del

23/12/20, para ser incluida en el Orden del Día de la próxima sesión (fs. 02).

En ocasión de la Sesión Ordinaria N° 15 del 29/12/20 (versión taquigráfica

reservada a fs. 48 vta.), en el punto 5.1 “Comunicaciones oficiales”, la Secretaría del Concejo dio

cuenta del ingreso de la AS N° 75116-I-20 por la cual el Sr. Intendente solicitó la prórroga de la

Ordenanza GIT N° 13.294, registrándose como Reserva 1° (fs. 12/13). Al momento de tratarse

dicha reserva -punto 7.1-, la Concejala Blanc solicitó que la AS N° 75116-I-20 sea girada a la
Comisión de Hacienda y Presupuesto, y puesta a consideración del Cuerpo la propuesta, la misma

es aprobada por seis votos, disponiéndose su pase a dicha Comisión (fs. 58/59).

De las constancias de la AS Nº 75116-I-20, se comprueba que obra proyecto de

Ordenanza rubricado solo por la Concejala Blanc (fs. 03), y un Despacho de la Comisión de

Hacienda y Presupuesto sin fecha de emisión, suscripto por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti,

aconsejando aprobar el proyecto de Ordenanza que prorroga la Ordenanza GIT Nº 13.294, y sus

Anexos I, II, III y V (fs. 04). Este Despacho habría sido recibido luego por la Secretaría del Concejo

a las 19:30 hs. del 29/12/20.

Sin embargo, se verificó que la AS N° 75116-I-20 no fue enviada ni recibida por la

Comisión de Hacienda y Presupuesto, porque de la copia del folio N° 152 correspondiente a su

Libro de Ingreso (reservada a fs. 91 del Expte. N° 11674/21, caratulado: “B. y otros S/ Medida

Cautelar” que tenemos a la vista), surge que las últimas actuaciones “letra I” fueron ingresadas a

dicha Comisión en el mes de diciembre del 2.020 el 18/12/20, correspondientes a las AS Nº

69361-I-20 y AS Nº 69360-I-20 (fs. 71). A lo que se suma que el Acta de Constatación Escritura

Nº 86, labrada por la Escribana María Alejandra Velozo, da cuenta que el día 30/12/20, entre las

08:00 hs. y las 09:00 hs. no ingresó documentación alguna en la Comisión de Hacienda y

Presupuesto (reservada a fs. 50).

Lo que además se evidencia con la copia de la planilla de “Datos del Expediente”

(reservada a fs. 48 vta.) que brinda los movimientos de la AS N° 75116-I-20, de donde se extrae

que a las 10:30 hs. del 23/12/20 ingresó a la Secretaría del Concejo Municipal, que a las 17:20

hs. de ese mismo día pasó a la Presidencia del Concejo y que, sin previa remisión o ingreso a la

Comisión de Hacienda y Presupuesto -u otra repartición municipal-, a las 10:00 hs. del 30/12/20

volvió a dársele entrada en la Presidencia del Concejo. Los movimientos señalados son

corroborados en la dirección de internet

http://190.183.255.149:8089/IFMDocument/servlet/com.m7documentos.agdetalleexp?A,2020,75

116http://190.183.255.149:8089/IFMDocument/servlet/com.m7documentos.agdetalleexp?A,2020

,75116, correspondiente a la página web oficial de la Municipalidad de Resistencia.

Tampoco se observó entre las copias de los Despachos emitidos por la Comisión

de Hacienda y Presupuesto en el mes de diciembre del 2.020, que se halle el Despa cho -sin

fecha- suscripto por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti agregado a fs. 04 de la AS Nº 75116-I-20

(ver fs. 03/66, reservadas a fs. 91 del Expte. N° 11674/21).

No obstante lo expuesto hasta aquí, en la Sesión Especial Nº 10 del 30/12/20,

iniciada a las 12:30 hs., en el punto 3.2 se trató la nota del Sr. Intendente municipal solicitando la

prórroga de la Ordenanza GIT N° 13.294 tramitada por AS N° 75116-I-20. Seguidamente, puesto

a consideración del cuerpo el Despacho de Comisión obrante a fs. 04 de tales actuaciones

administrativas, firmado solo por Blanc, Wozniczka y Ortiz Melgratti, la votación en general resultó
afirmativa y el Presidente del Concejo -el Sr. Miguel Agustín Romero- consideró aprobado el texto

enviado, sin aclarar cuantos votos afirmativos hubo, y pese a que no se realizó su debate y

votación en particular, como lo señaló el Concejal Fabricio Nelson Bolatti al tener la palabra luego

de concluir el trámite (fs. 11/17 de la versión taquigráfica reservada a fs. 142).

Finalmente, el Presidente del Concejo Municipal de la ciudad de Resistencia dio

por sancionada la Ordenanza Nº 13.477 del 30/12/20, prorrogando la vigencia de la Ordenanza

GIT Nº 13.294, sus Anexos I, II, III y V, y toda otra normativa “que se relacione con la liquidación

de los tributos municipales” -art. 1- (fs. 27 de la versión taquigráfica reservada a fs. 142).

De la secuencia detallada fácilmente se advierte la violación manifiesta e ilegítima

de los procedimientos formales previstos para la sanción de la ordenanza en trato.

En efecto, pese a que se había ordenado la intervención de la Comisión de

Hacienda y Presupuesto en la Sesión Ordinaria Nº 15 del 29/12/20, la AS Nº 75116-I-20 no ingresó

a la misma a fin de ser también analizada y sometida a consideración de las Concejalas Carla

Sabrina Cantero y Alicia Griselda Frías, para emitir su Despacho asesorando al Concejo y dejar

constancia de los despachos en minoría -si los hubiera-, o proponer las observaciones,

redacciones y modificaciones de los artículos, o la reelaboración de los proyectos considerados y

fundamentar por escrito sus propuestas (arts. 40 y 43, R.I.). Ello restringió las competencias

deliberativas y facultades representativas de las minorías parlamentarias (art. 41, R.I.).

Particularmente también coartó las funciones de la Sra. Alicia Griselda Frías, quien

por su condición de Presidenta de la Comisión, debió representarla y firmar las tramitaciones de

la misma, hacer llegar los despachos de Comisión a la Secretaría del Concejo Municipal, dirigir

las deliberaciones durante el transcurso de las reuniones, proponer las votaciones y expresar sus

resultados, elevar los despachos con el refrende de los integrantes que avalen cada uno de ellos,

y refrendar los proyectos reelaborados en su seno, atribuciones que resultan indelegables (arts.

46 y 47, R.I.).

Asimismo, cumplida la votación en general en la Sesión Especial Nº 10 para definir

la aprobación del proyecto, se tuvo por sancionada la Ordenanza Nº 13.477 sin pasar previamente

a la discusión en particular. Es decir, se omitió su lectura artículo por artículo, inciso por inciso,

periodo por periodo o punto por punto, impidiendo a todos los amparistas discutir u opinar sobre

su contenido, y vedándoles también la posibilidad de proponer textos sustitutivos a consideración

del Concejo (arts. 99, 100 y 101, R. I.). Y, como derivación de ello, no se votó por su aprobación

o rechazo en particular para concluir definitivamente el tratamiento de la ordenanza (arts. 93 y

103, R. I.).

Todo lo cual demuestra que la actividad desplegada por la accionada resultó

manifiestamente ilegítima, y transgredió sustancialmente el procedimiento de formación y sanción

de las ordenanzas, mecanismo necesario para instituír normativamente la voluntad general propia
de nuestro sistema representativo y republicano de gobierno, ante la falta de concurrencia de los

requisitos mínimos e indispensables que condicionan su creación: la intervención de las

Comisiones Permanentes, y la deliberación y voto en particular (arts. 40, 43, 46, 47, 93, 98, 99,

100, 101 y 103 del R. I.). Por lo que constituyen instancias determinantes que debieron observarse

y cumplirse exactamente para que sea válido el proceso de aprobación de la Ordenanza Nº

13.477.

En definitiva, compartiendo lo dicho por la Sra. Fiscala Subrogante, “(...) la

ostensibilidad de la violación radica en que, pese a que era imperativo contar con un despacho

fundado de la Comisión de Hacienda y Presupuesto (art. 40, inc. 7, del Reglamento) para proceder

a la consideración plenaria del proyecto de Ordenanza; este necesario paso, impuesto por el

propio Concejo Municipal en su Sesión Ordinaria Nº 15, fue dejado de lado de manera

injustificada; violando así la participación de la minoría de ediles en la elaboración democrática

de esta Ley formal. Respecto del segundo andarivel demostrativo de la inconstitucionalidad de

esta Ordenanza, por violación de su procedimiento de formación y sanción, traigo a colación que

el Reglamento Interno, en sus arts. 95 a 103, establece que la discusión y sanción de una

Ordenanza Municipal debe pasar por dos períodos: las aprobaciones en general y en particular.

Ello surge ostensiblemente del texto del art. 103, conforme al cual "La discusión de un proyecto

quedará terminada con la decisión recaída sobre el último artículo, inciso, periodo o punto sujeto

a debate y votación. La aprobación implicará la sanción del instrumento legal por parte del

Concejo Municipal". Y como he tenido ocasión de mostrar, en la Sesión Especial Nº 10 se omitió

deliberadamente la votación en particular" (fs. 158).

La secuencia pormenorizada de lo actuado, conduce a concluir que se afectaron

de manera manifiesta las facultades legislativas, competencias y prerrogativas constitucionales

de Fabricio Nelson Bolatti, Alicia Griselda Frías, María Teresa Celada, Carlos Salom y Carla

Sabrina Cantero, quienes estaban investidos de representatividad para participar en el debate y

en la votación en particular, por aplicación de los principios constitucionales de legalidad y de

reserva de ley tributaria.

La voz y el voto de los legisladores en las sesiones parlamentarias es un

mecanismo al servicio del ciudadano, y su reconocimiento como derecho o prerrogativa de la

función estatal, es instrumental a la participación política del cuerpo electoral a través de sus

representantes.

Es que, emanadas las ordenanzas de un órgano de gobierno elegido por el sufragio

de los ciudadanos que forman el electorado, ellas deben ser una expresión gsoberana h de la

voluntad popular y de la comunidad organizada (Fallos: Fallos: 312:1394), y es un deber de los

Magistrados y una garantía para los derechos reconocidos por la Constitución Nacional contra los

abusos de los poderes públicos, declarar la inconstitucionalidad de los normas dictadas en


contravención al debido proceso legal adjetivo.

La protección de los derechos humanos requiere que los actos estatales que los

afecten de manera fundamental no queden al arbitrio del poder público, sino que las limitaciones

se establezcan por una ley adoptada por el Poder Legislativo a través de un procedimiento que

invista a tal acto del asentimiento de la representación popular, y que permita a las minorías

expresar su inconformidad, proponer iniciativas distintas, participar en la formación de la voluntad

política o influír sobre la opinión pública para evitar que la mayoría actúe arbitrariamente. Los

principios de legalidad y reserva de ley, constituyen una garantía efectiva de los derechos y

libertades de la persona humana, se requiere no sólo su proclamación formal, sino la existencia

de un régimen que garantice eficazmente su aplicación y un control adecuado del ejercicio de las

competencias de los órganos (Opinión Consultiva Nº 6/86, Corte Interamericana de Derechos

Humanos).

Todo proyecto divisible en artículos, períodos o partes, recibe una discusión en

general y otra en particular, versando la primera sobre la idea fundamental de aquél, mientras que

la segunda es en detalle, y recayendo sucesivas eventuales votaciones sobre cada uno de ellos.

La votación es la manifestación del principio mayoritario en una asamblea legislativa, etapa del

procedimiento dirigido a transformar la suma de las voluntades individuales en la voluntad única

del cuerpo. Es una etapa del proceso legislativo que no puede obviarse, por la necesaria

manifestación expresa del Poder Legislativo que excluye toda sanción tácita o ficta.

El voto es la expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción, pero

que siendo un mismo acto, adquiere diferente naturaleza según el sujeto que lo ejerza y el

contexto. Dice que, en el ámbito de la participación política, el voto es un derecho fundamental de

los ciudadanos, a los cuales se les reconoce la capacidad de constituirse en cuerpo electoral y

elegir a sus representantes, pero cuando va referido a los representantes, el voto es uno de los

derechos que integra su estatuto con carácter esencial, pero no es un derecho autónomo, sino

que debe conectarse a la función que desempeña el Parlamento. Es decir, el voto es un

mecanismo al servicio de la representación, y su reconocimiento como derecho es instrumental

al ejercicio de la participación política de los ciudadanos a través de sus representantes (conf.

Enriqueta Expósito, "Decidir por Mayoría", Ed. Marcial Pons, Madrid, año 2016, pág. 79).

Debatir y votar son operaciones bien distintas, y que no ha de comenzar la última

sino después de finalizada la primera, porque la ventaja fundamental de la discusión radica en

impedir las decisiones erróneas por falta de conocimiento y aún a las contrarias a la voluntad real

de la asamblea. La voluntad de una asamblea reside en la expresión de su voluntad, y en

consecuencia es necesario proceder de manera que cada uno de los legisladores pueda dar su

voto con arreglo a su verdadero deseo y que haya seguridad en el resultado de haber conseguido

la voluntad general (conf. Jeremy Bentham, "Tácticas Parlamentarias", Publicaciones del


Congreso de los Diputados, Madrid, año 1991, pág. 187 y 231; citado por Diego Frossasco, ob.

cit., pág. 594).

El valor institucional del debate previo a la aprobación de una ley es tan

trascendental, que su ausencia la vuelve ilegítima a la luz del sistema representativo y

republicano. Pues, aun siendo la deliberación y la aprobación etapas identificables del proceso

parlamentario, la votación de un texto por parte de un órgano legislativo debe ser la conclusión

del debate en el cual han participado las mayorías y minorías del cuerpo, como también las

personas y organizaciones involucradas directamente en la discusión.

Si partimos de una concepción deliberativa de la democracia, no se puede

considerar que el mero hecho de que muchas manos se levanten unánimemente sea sinónimo

de decisión democrática. Tal requisito no basta para otorgar legitimidad constitucional a una ley u

ordenanza, porque en democracia es necesario conocer las razones que justifican las decisiones

que se quieren tomar. Concretamente, puede decirse que hay un problema constitucional cuando

las y los legisladoras y legisladores votan sin saber el contenido de lo que votan, o si un

representante cambia de opinión sin decirle a la ciudadanía por qué lo hizo.

Al respecto, se ha dicho que: "La discusión es una forma de coordinación de

acciones y actitudes a través del consenso para lograr la cooperación y solucionar pacíficamente

los conflictos. La deficiencia en la discusión pública conduce a una ausencia de consenso

profundo, y esa falta de consenso lleva a actitudes de deslegitimación subjetiva que, a su vez,

producen anomia. De este modo, el fortalecimiento del proceso de discusión en el ámbito del

ejercicio del gobierno, de la actuación de la justicia, en el conjunto social, no solo permite

reorientar nuestro sistema político hacia el ideal de una democracia deliberativa que expanda su

valor epistémico en beneficio del reconocimiento de derechos individuales, sino que también

asegurará el Estado de Derecho implícito en el constitucionalismo mismo y la consiguiente

estabilidad del sistema político. En el aforismo "la ley se acata pero no se cumple" no solo llama

la atención el reconocimiento de la inobservancia de la ley, sino también el hecho de que ella sea

acatada, o sea que no sea discutida; de este modo, el aforismo es exactamente opuesto al que

debe servir de slogan en una democracia liberal: la ley se discute, pero se cumple" (conf. Carlos

Santiago Nino, "Fundamentos del Derecho Constitucional", Ed. Astrea, Bs. As., año 2000, pág.

712 y sig.).

Recordando el voto de la Dra. Isabel María Grillo dado en la Sentencia Nº 199 del

Superior Tribunal de Justicia, la garantía del debido proceso “resulta exigible en la toma de

decisiones públicas que afecten derechos individuales o colectivos, por lo que, refiriéndonos al

caso que nos ocupa, irradia su ámbito de aplicación, al procedimiento de formación de leyes y

ordenanzas, el cual debe cumplir estrictamente con las exigencias constitucionales, legales y

reglamentarias establecidas a tal fin, de modo de asegurar la legitimidad de la norma producto de


dicho proceso. Es allí, donde recae el escrutinio a cargo del poder judicial como intérprete final de

la Constitución, demarcando el cumplimiento de los límites legales y de razonabilidad a los que

debe circunscribirse el procedimiento del Consejo Municipal al legislar. 4) En efecto, del análisis

de las constancias de la causa, advierto que el trámite de sanción de la ordenanza 13.528,

incumple el principio del debido proceso en dos aspectos: a) No respeta el procedimiento

establecido por el Reglamento Interno, que ordena la lectura en particular del proyecto aprobado

en general, paso omitido por el ente colegiado (arts. 98, 99, 100, 101, 103 del Reglamento

Interno), b) Incumple el procedimiento de doble lectura consagrado en el art. 153 de la Carta

Orgánica Municipal”.

IX. Por las razones expuestas, corresponde hacer lugar a la Acción de Amparo

promovida por Fabricio Nelson Bolatti, Alicia Griselda Frías, María Teresa Celada, Carlos Salom

y Carla Sabrina Cantero, declarar la inconstitucionalidad de la Ordenanza Nº 13.477 sancionada

el 30/12/20, y reenviar al Concejo Deliberante de la ciudad de Resistencia a sus efectos.

Las costas se imponen a la demandada vencida.

Se regulan los honorarios de los abogados de la parte actora teniendo en cuenta la

naturaleza del asunto, y el mérito de la labor profesional, su calidad y extensión temporánea,

conforme las pautas de los arts. 3, 4, 10 y 25 de la Ley Nº 288-C. No se regulan los honorarios

de las profesionales intervinientes por la demandada, atento la forma en que se imponen las

costas y su relación de dependencia con la misma (art. 42, Ley 288-C).

Por ello, la Sala Primera de la CÁMARA EN LO CONTENCIOSO

ADMINISTRATIVO, en concordancia con lo dictaminado por la Sra. Fiscala de Cámara

Subrogante;

RESUELVE:

I.- HACER LUGAR a la Acción de Amparo promovida por Fabricio Nelson Bolatti,

Alicia Griselda Frías, María Teresa Celada, Carlos Salom y Carla Sabrina Cantero contra la

Municipalidad de Resistencia, DECLARAR la inconstitucionalidad de la Ordenanza N° 13.477

sancionada el 30/12/20, y REENVIAR al Concejo Deliberante de la ciudad de Resistencia a sus

efectos.

II.- IMPONER las costas a la demandada.

III.- REGULARlos honorarios del juicio a los Dres. Marcelo Castelán y Javier

Osvaldo Alós la suma de pesos cincuenta y un mil ciento cuarenta y cuatro ($ 51.144,00) a

cada uno como patrocinantes. Todo más IVA si correspondiere. Notifíquese a Caja Forense.

Cúmplase con los aportes de ley. No regular honorarios a las abogadas de la demandada atento

lo expuesto en los considerandos.

IV.- REGÍSTRESE, PROTOCOLÍCESE y NOTIFÍQUESE conforme Anexo a la


Resolución Nº 162/19 del Superior Tribunal de Justicia -Reglamentación de las notificaciones

electrónicas-.

SILVIA GERALDINE VARAS NATALIA PRATO


- Jueza Sala Primera - -Presidenta Sala Primera-
Cámara en lo Contencioso Administrativo Cámara en lo Contencioso Administrativo

LUIS EMILIO RUIZ DIAZ


-Secretario Sala Primera-
Cámara en lo Contencioso Administrativo

DÍA DE NOTIFICACIONES: 02/07/2021

LUIS EMILIO RUIZ DIAZ


-Secretario Sala Primera-
Cámara en lo Contencioso Administrativo

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