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CRITON
CRITON
DIÁLOGOS
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EDITORIAL GREDOS
Asesor para La sección gri ega : CARLOS CARCIA CuAL.
INTRODUCCióN GENERAL
© EDITORIAL CREDOS, S. A.
Las traducciones, introducciones y notas han sido llevadas a cabo por. La obra de Platón ocupa en la historia de las ideas
J. Calonge (Apologla, Critón. Eutifrón, Hipws Met�or e Ripias Mayor). un lugar privilegiado y único. Las páginas que siguen
E. Uedó(lofl, ListS y Cdnnides)y C. Carda Cual (Laques y Protágoras). intentan señalar las características de ese privilegio y
el sentido de esa singularidad. El privilegio consiste,
fundamentalmente, en el hecho de que es él quien ha
PRIMERA EDICIÓN,
brá de marcar una buena parte de los derroteros por los
mayo de 1981.
que tendrá que desplazarse, después, la filosofía. La sin
¡a Reimpresión, diciembre de 1982.
2.• Reimpr�ión, septiembre de 1985.
gularidad se debe a que, antes de Platón, no poseemos
ninguna obra filosófica importante. Platón es, pues,
nuestro Adán filosófico o, al menos, ha tenido que asu
mir este papeL Lo cual no quiere decir que Platón sea,
en sentido estricto, el primer filósofo. Sabemos que
antes de él hubo una importante tradición que, de una
manera global e inexacta, se ha dado en llamar «preso
cráticos)). Tales, Anaximandro, Heráclito, Anaxágoras,
Jenófanes, Parménides, etc., s on personajes de esa tra
dición. Pero por una serie de circunstancias la obra
escrita, si es que puede hablarse así, de estos pioneros
ha llegado a nosotros de manera incompleta y fragmen
Depósito Legal: M. 26034-1985. taria. Es cierto que esos fragmentos recogJdos y edita
Impreso en Espaila. Printcd in Spain. 1 H. DIELS, Die Fragmente der Vorsokratiker, 3 vol� .. Bcr
Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1985.- 5904. Un, 19526.
186 DIÁLOGOS
o '
nos formalmente, encontró Platón que era muy bello Cru:T.- Comienza a amanecer.
encuadrar un diálogo sobre la inmortalidad del alma S6c. - Me extraña que el guardián de la prisión
entre las primeras luces del dfa de la muerte del maes
haya querido atenderte.
tro y las últimas palabras que éste pronunció cuando CIUT.- Es ya amigo mío, Sócrates, de tanto venir
ya el veneno ponía fin a su vida. aquí; además ha recibido de mí alguna gratificación.
Sóc. - ¿Has venido ahora o hace tiempo?
Cru:r. -Hace ya bastante tiempo.
Sóc. ¿Y cómo no me has despertado en seguida b
NOTA SOBRE EL TEXTO
-
e CRIT. - También otros de tus años, Sócrates, se en- Sóc. -Me pareció que una mujer bella, de buen
cuentran metidos en estas circunstancias, pero su edad aspecto, que llevaba blancos vestidos se acercó a mí,
no les ibra
l en nada de irritarse con su suerte presente. me llamó y me dijo: cSócrates, b
Sóc. - Así es. Pero, ¿por qué has venido tan tem al tercer día llegarás a la fértil Ptla» 3,
prano?
CRIT. - Para traerte, Sócrates, una noticia dolorosa CJuT. - Extraño es el sueño, Sócrates.
y agobiante, no para ti, según veo, pero ciertamente Sóc.- En todo caso, muy claro, según yo creo,
dolorosa y agobiante para mí y para todos tus amigos, Critón.
y que para mí, según veo, va a ser muy difícil de so Carr. - Demasiado claro, según parece. Pero, queri
portar. do Sócrates, todavía en este momento hazme caso y
Sóc. -¿Cuál es la noticia? ¿Acaso ha llegado ya sálvate. Para mí, si tú mueres, no será una sola des
d desde Delos 1 el barco a cuya llegada debo yo morir? gracia, sino que, aparte de verme privado de un amigo
CR.rr. - N o ha llegado aún, pero me parece que como jamás encontraré otro, muchos que no nos cono
estará aquJ hoy, por lo que anuncian personas venidas cen bien a ti y a mí creerán que habiendo podido yo
,
de Sunio 2 que bao dejado el barco alli Según estos salvarte, si hubiera querido gastar dinero, te be aban- e
mensajeros, es seguro que estará aquí hoy, y será nece donado. Y, en verdad, ¿bay reputación más vergonzosa
sario, Sócrates, que mañana acabes tu vida que la de parecer que se tiene en más al dinero que a
S6c. - Pues, ¡buena suerte ! , Critón. Sea así, si así los amigos? Porque la mayoría no llegará a convencer
es agradable a los dioses. Sin embargo, no creo que el se de que tú mismo no quisiste salir de aquí, aunque
barco esté aquí hoy. nosotros nos esfozábamos en ello.
44a CJuT.- ¿De dónde conjeturas eso? Sóc.- Pero ¿por qué damos· tanta m i portancia, mi
Sóc.- Voy a decírtelo. Yo debo morir al día siguien buen Critón, a la opinión de la mayoría? Pues los más
te de que el barco llegue. capaces, de los que sí vale la pena preocuparse, consi
CR.rr. - Así dicen los encargados de estos asuntos. derarán que esto ha sucedido como en realidad suceda.
Sóc.- Entonces, no creo que llegue el día que está CJuT. - Pero ves, Sócrates, que es necesario también d
empezando sino el siguiente. Me fundo en cierto sueño tener en cuenta la opinión de la mayoría. Esto mismo
que he tenido hace poco, esta noche. Probablemente que ahora está sucediendo deja ver, claramente, que
ha sido muy oportuno que no me despertaras. la mayoría es capaz de producir no los males más
Carr. - ¿Cuál era el sueño? pequeños, sino precisamente los mayores, si alguien ha
incurrido en su odio.
1 Todos los afios se enviaba una procesión a Delos en recuer· Sóc.- ¡Ojalá, Critón, que los más fueran capaces
do de la victoria de Teseo sobre el Minotauro, victoria que de hacer los males mayores para que fueran también
liberó a Atenas del tributo humano que debía pagar a Minos. capaces de hacer los mayores bienes! Eso sería bueno.
Desde que la nave salfa hasta su regreso, no se podfa ejecutar
ninguna sentencia de muerte. 3 Es el verso 363 de Ilíada IX, en el que Platón ba cambiado
2 El cabo Sunio se halla en el vértice sur del Ática. A partir
la primera persona por la segunda. Para PUa, véase pág. 385,
de ahí los barcos navegaban sin perder de vista la costa. nota 9.
196 DI.ÍLOGOS CRITÓN 197
La realidad es que no son capaces ni de lo uno ni de lo . a esto no vaciles en salvarte; y que tampoco sea para
otro; pues, no siendo tampoco capaces de hacer a ti dificultad lo que dijiste en el tribunal 6, que si salías
alguien sensato ni insensato, hacen lo que la casualidad de Atenas, no sabrías cómo valerte. En muchas partes,
les ofrece. adonde quiera que tú llegues, te acogerán con carifio. e
e CluT. -Bien, aceptemos que es así. ¿Acaso no te Si quieres ir a Tesalia, tengo allí huéspedes que te ten
estás tú preocupando de que a mí y a los otros amigos, drán en gran estimación y que te ofrecerán seguridad,
si tt1 sales de aqui, no nos creen dificultades los sico de manera que nadie te moleste en Tesalia.
fantes 4 al decir que te hemos sacado de la cárcel, y nos Además, Sócrates, tampoco me parece justo que in
veamos obligados a perder toda nuestra fortuna o mu tentes traicionarte a ti mismo, cuando te es posible
cho dinero o, incluso, a sufrir algún otro daíío además salvarte. Te esfuerzas porque te suceda aquello por lo
45a de éstos? Si, en efecto, temes algo así, déjalo en paz. que trabajarían con afán y, de hecho, han trabajado
Pues es justo que nosotros corramos este riesgo para tus enemigos deseando destruirte. Además, me parece
salvarte y, si es preciso, otro aún mayor. Pero hazme a mí que traicionas también a tus hijos; cuando te es
caso y no obres de otro modo. posible criarlos y educarlos, los abandonas y te vas, y, d
Sóc.- Me preocupa eso, Critón, y otras muchas por tu parte, tendrán la suerte que el destino les depa
cosas. re, que será, como es probable, la habitual de los huér
CRIT. - Pues bien, no temas por ésta. Ciertamente, fanos durante la orfandad. Pues, o no se debe tener
tampoco es mucho el dinero que quieren recibir algu hijos, o hay que fatigarse para criarlos y educarlos.
nos para salvarte y sacarte de aquí. Además, ¿no ves Me parece que tú eliges lo más cómodo. Se debe elegir
qué baratos están estos sicofantes y que no sería nece- lo que elegiría un hombre bueno y decidido, sobre todo
b sario gastar en ellos mucho dinero? Está a tu disposi cuando se ha dicho durante toda la vida que se ocupa
ción mi fortuna que será suficiente, según creo. Además, uno de la virtud. Así que yo siento vergüenza, por ti y e
si te preocupas por mí y crees que no debes gastar lo por nosotros tus amigos, de que parezca que todo este
mío, están aquí algunos extranjeros dispuestos a gastar asunto tuyo se ha producido por cierta cobardía nues
su dinero. Uno ha traído, incluso, el suficiente para tra: la instrucción del proceso para el tribunal, siendo
ello, Simias 5 de Tebas. Están dispuestos también Cebes posible evitar el proceso, el mismo 'desarrollo del juicio
y otros muchos. De manera que, como digo, por temor tal como sucedió, y :finalmente esto, como d.esenlace
ridfculo del asunto, y que parezca que nosotros nos
4 Los sicofantes eran denunciantes profesi onales. General hemos quedado al margen de la cuestión por incapaci-
dad y cobardía, así como que no te hemos salvado ni 46a
mente cobraban del interesado en denunciar, que no deseaba
hacerlo por si mismo. Eran conocidos y temidos por las perso
nas honradas que siempre podían verse envueltas en una denun tú te has salvado a ti mismo, cuando era realizable y
cia falsa. El primer elemento sico- es la palabra higo (gr. s:Ykon). posible, por pequeña que fuera nuestra ayuda. Pero
s Simias y Cebes eran tebanos. En su ciudad habían sido
toma una decisión; por más que ni siquiera es ésta la
discípulos del pitagórico Filolao. Después, en Atenas, fueron
hora de . decidir, sino la de tenerlo decidido. No hay
ambos discípulos de Sócrates. A los dos les hace Platón inter
locutores de Sócrates en el Fedón, si bien el primer dialogante
con Sócrates es Simias. 6 Véase la Introducción, pág. 190, nota 2.
198 DIÁLOGOS CRITÓN 199
más que una decisión; en efecto, la próxima noche se mucho algunas y otras no. Por los dioses, Critón, ¿no
tiene que estar todo realizado. Si esperamos más, ya te parece que esto está bien dicho? En efecto, tú, en la
no es posible ni realizable. En todo caso, déjate per medida de la previsión humana, estás libre de ir a
suadir y no obres de otro modo. morir mañana, y la presente desgracia no va a extraviar 47a
b Sóc. - Querido Critón, tu buena voluntad sería muy tu juicio. Examínalo. ¿No te parece que está bien decir
de estimar, si le acompañara algo de rectitud; si no, que no se deben estimar todas las opiniones de los
cuanto más intensa, tanto más penosa. Así pues, es ne hombres, sino unas sf y otras no, y las de unos hom
cesario que reflexionemos si esto debe hacerse o no. bres sí y las de otros no? ¿Qué dices tú? ¿No está bien
· Porque yo, no sólo ahora sino siempre, soy de condi decir esto?
ción de no prestar atención a ninguna otra cosa que al CRIT.- Está bien.
razonamiento que, al reflexionar, me parece el mejor. Sóc. - ¿Se deben estimar las valiosas y no estimar
Los argumentos que yo he dicho en tiempo anterior no las malas?
los· puedo desmentir ahora porque me ha tocado esta CRIT. --Sí.
suerte, más bien me parecen ahora, en conjunto, de igual Sóc. - ¿Son valiosas las opm10nes de los hombres
e valor y respeto, y doy mucha importancia a los mis• juiciosos, y malas las de los hombres de poco juicio?
mos argumentos de antes. Si no somQs capaces de CRIT.- ¿Cómo no?
decir nada mejor en el momento presente, sabe bien Sóc. -Veamos en qué sentido decíamos tales cosas.
que no voy a estar de acuerdo contigo, ni aunque la Un hombre que se dedica a la gimnasia, al ejercitarla
fuerza de la mayoría nos asuste como a niños con más ¿tiene en cuenta la alabanza, la censura y la opinión b
espantajos que los de ahora en que nos envía prisiones, de cualquier persona, o la de una sola persona, la del
muertes y privaciones de bienes. ¿Cómo podríamos exa médico o el entrenador?
minar eso más adecuadamente? Veamos, por lo pronto, CRIT. - La de una sola persona.
si recogemos la idea que tú expresabas acerca de las Sóc. - Luego debe temer las censuras y recibir con
opiniones de los hombres, a saber, si hemos tenido agrado los elogios de aquella sola persona, no los de la
d ·razón o no al decir si�mpre que deben tenerse en cuen mayoría.
ta unas opiniones y otras no. ¿O es que antes de que yo CRIT. - Es evidente.
debiera morir estaba bien dicho, y en cambio ahora es Sóc.- Así pues, ha de obrar, ejercitarse, comer y
evidente que lo decíamos sin fundamento, por necesi beber según la opinión de ése solo, del que está a su
dad de la expresión, pero sólo era un juego infantil y cargo y entiende, y no según la de todas los otros
pura charlatanería? Yo deseo, Critón, examinar conti juntos.
go si esta idea me parece diferente en algo, cuando me CRIT. - Así es.
encuentro en esta situación, o me parece la misma, y, Sóc. - Bien. Pero si no hace caso a ese solo hombre e
según el caso, si la vamos a abandonar o la vamos a y desprecia su opinión y sus elogios, y, en cambio,
seguir. Según creo, los hombres cuyo juicio tiene inte estima las palabras de la mayoría, que nada entiende,
rés dicen siempre, como yo decía ahora, que entre las ¿es que no sufrirá algún daño?
e opiniones que los hombres manifiestan deben estimar- CRIT. - ¿Cómo no?
200 DIÁLOGOS CRITÓN 201
Sóc. - ¿Qué daño es este, hacia dónde tiende y a qué verdad misma diga. Así que, en primer término, no fue
parte del que no hace caso? acertada tu propuesta de que debemos preocuparnos
Ciur.- Es evidente que al cuerpo; en efecto, lo de la opinión de la mayoría acerca de lo justo, lo bello
arruina. y lo bueno y sus contrarios. Pero podría decir alguien
Sóc. - Está bien. Lo mismo pasa con las otras cosas, que los más son capaces de condenarnos a muerte.
Critón, a fin de no repasarlas todas. También respecto CRIT. - Es evidente que podría decirlo, Sócrates. b
a lo justo y lo injusto, lo feo y lo bello, lo bueno y lo Sóc. - Tienes razón. Pero, mi 'buen amigo, este razo
malo, sobre lo que ahora trata nuestra deliberación, namiento que hemos recorrido de cabo a cabo me pa
¿acaso debemos nosotros seguir la· opinión de la mayo- rece a mí que es aún el mismo de siempre. Examina,
d ría y temerla, o la de uno solo que entienda, si lo hay, además, si también permanece firme aún, para nosotros,
al cual hay que respetar y temer más que a todos los o no permanece el razonamiento de que no hay que
otros juntos? Si no seguimos a éste, dañaremos y mal considerar lo más importante el vivir, sino el vivir bien.
trataremos aquello que se mejora con lo justo y se des CRIT. - Sí pennanece.
truye con lo i;tjusto. ¿No es así esto? Sóc. - ¿La idea de que vivir bien, vivir honrada·
.
CRIT. - Así lo pienso, Sócrates. mente y vivir justamente son el mismo concepto, per
Sóc. - Bien, si lo que se hace mejor por medio de manece, o no permanece?
lo sano y se daña por medio de lo enfermo, lo arrui CRIT. - Permanece.
namos por hacer caso a la opinión de los que no entien Sóc. -- Entonces, a partir de lo acordado hay que
den, ¿acaso podríamos vivir al estar eso arruinado? examinar si es justo, o no lo es, el que yo intente
e Se trata del cuerpo, ¿no es así? salir de aquí sin soltarme los atenienses. Y si nos pa- e
CRir. - Sí. rece justo, intentémoslo, pero si no, dejémoslo. En
Sóc. - ¿Acaso podemos vivir con un cuerpo mise cuanto a las consideraciones de que hablas sobre el
rable y arruinado? gasto de dinero, la reputación y la crianza de los hijos,
CRIT. - De ningún modo. es de temer, Critón, que éstas, en realidad, sean reflexio
S-óc. - Pero ¿podemos vivir, acaso, estando dañado nes adecuadas a éstos que condenan a muerte y harían
aquello con lo que se arruina lo injusto y se ayuda a lo resucitar, si pudieran, sin el menor sentido, es decir,
justo? ¿Consideramos que es de menos valor que el a la mayoría. Puesto que el razonamiento lo exige
48a cuerpo la parte de nosotros, sea la que fuere, en cuyo así, nosotros no tenemos otra cosa que hacer, sino
entorno están la injusticia y la justicia? examinar, como antes decía, si nosotros, unos sacando
CRIT. - De ningún modo. de la cárcel y otro saliendo, vamos a actuar justamente
Sóc. - ¿Ciertamente es más estimable? pagando dinero y favores a los que me saquen, o bien d
CRIT. - Mucho más.
Sóc. - Luego, querido amigo, no debemos preocu sas. Y si resulta que vamos a realiza -a��A..._1
vamos a obrar injustamente haciendo todas estas co
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��·ustos,
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parnos mucho de lo que nos vaya a decir la mayoría,
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no es necesano cons1'derar s1, al qued
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sino de lo que diga el que entiende sobre las cosas jus prender acc1 a1-
tas e injustas, aunque sea uno sólo, y de lo que la quier otro daño, antes que obrar i.'jl¡lst�mente.
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202 DIÁLOGOS CRITÓN 203
CRIT. -Me parece acertado lo que dices, Sócrates, ría, puesto que de ningún modo se debe cometer in
mira qué debemos hacer. justicia.
Sóc. - E:xaminémoslo en común, amigo, y si tienes CRIT. - Es evidente. e
algo que objetar mientras yo hablo, objétalo y yo te Sóc. - ¿Se debe hacer mal, Critón, o no?
e haré caso. Pero si no, mi buen Critón, deja ya de decir· CRIT. -De ningún modo se debe, Sócrates.
me una y otra vez la misma frase, que tengo que s.alir Sóc. - ¿Y responder con el mal cuando se recibe
de aquí contra la voluntad de los atenienses, porque mal es justo, como afirma la mayoría, o es injusto?
yo doy mucha importancia a tomar esta decisión tras CRIT. -De ningún modo es justo.
haberte persuadido y no contra tu voluntad; mira si te Sóc.- Luego no se debe responder con la injusticia
parece que está bien planteada la base del razonamien- ni hacer mal a ning1ín hombre, cualquiera que sea el
49a to e intenta responder, a lo que yo pregunte, lo que daño que se reciba de él. Procura, Critón, no aceptar
tú creas más exactamente. esto contra tu opinión, si lo aceptas; yo sé, ciertamen- d
CRIT. - Lo intentaré.
te, que esto lo admiten y lo admitirán unas pocas per
sonas. No es posible una determinación común para los
Sóc. - ¿Afinnamos que en ningún caso hay que
que han formado su opinión de esta manera y para los
hacer el mal voluntariamente, o que en unos casos sí y
que mantienen lo contrario, sino que es necesario que
en otros no, o bien que de ningún modo es bueno y
se desprecien unos a otros, cuando ven la determina
honrado hacer el mal, tal como hemos convenido mu
ción de la otra parte. Examina muy bien, pues, tam
chas veces anteriormente? Eso es también lo que aca
bién tú si estás de acuerdo y te parece bien, y si
bamos de decir. ¿Acaso todas nuestras ideas comunes
l¡ de antes se han desvanecido en estos pocos días y,
desde hace tiempo, Critón, hombres ya viejos, dialoga
debemos iniciar nuestra deliberación a partir de este
principio, de que jamás es bueno ni cometer injusti
1 b
mos uno con otro, seriamente sin darnos cuenta de que
en nada nos distinguimos de los niños? O, más bien,
cia, ni responder a la injusticia con la injusticia,
responder haciendo mal cuando se recibe el mal. ¿ O
ni
SOa ¿hacemos daño a alguien y, precisamente, a quien m� referentes al matrimonio les censuras algo que no esté
nos se debe, o no? ¿Nos mantenemos en lo que hemos bien?• cNo las censuro•, diría yo. cEntonces, ¿a las
acordado que es justo, o no? que se refieren a la crianza del nacido y a la educación
CR.rr. - No puedo responder a lo que preguntas, en la que te has educado? ¿Acaso las que de nosotras
Sócrates; no lo entiendo: estaban establecidas para ello no disponían bien orde
Sóc. - Considéralo de este modo. Si cuando nos nando a tu padre que te educara en la música y en la
otros estemos a punto de escapar de aquí, o como haya gimnasia?» cSf disponían bien», diría yo. «Después que e
que llamar a esto, vinieran las leyes y el común de la hubiste nacido y hubiste sido criado y educado, ¿po
ciudad y, colocándose delante, nos dijeran: «Dime, drfas decir, en principio, que no eras resultado de
Sócrates, ¿qué tienes intención de hacer? ¿No es cierto nosotras y nuestro esclavo, tú y tus ascendientes? Si
b que, por medio de esta acción que intentas, tienes el esto es así, ¿acaso crees que los derechos son los mis·
propósito, en lo que de ti depende, de destruirnos a nos mos para ti y para nosotras, y es justo para ti respon
otras y a toda la ciudad? ¿Te parece a ti que puede aún der haciéndonos, a tu vez, lo que nosotras intentemos
existir sin arruinarse la ciudad en la que los juicios hacerte? Ciertamente no serían iguales tus derechos
que se producen no tienen efecto alguno, sino que son respecto a tu padre y respecto a tu dueño, si lo tuvie
invalidados por particulares y quedan anulados?• ras, como para que respondieras haciéndoles lo que
¿Qué vamos a responder, Crltón, a estas preguntas y ellos te hicieran, insultando a tu vez al ser insultado,
a otras semejantes? Cualquiera, especialmente un ora o golpeando al ser golpeado, y asf sucesivamente. ¿Te Sla
dor, podría dar muchas razones en defensa de la ley, sería posible, en cambio, hacerlo con la patria y las
que intentamos destruir, que ordena que los juicios leyes, de modo que si nos proponemos matarte, por-
que han sido sentenciados sean firmes. ¿Acaso les di- que lo consideramos justo, por tu parte intentes, en la
e remos: «La ciudad ha obrado injustamente con nos medida de tus fuerzas, destruimos a nosotras, las leyes,
otros y no ha llevado el juicio rectamente»? ¿Les vamos y a la patria, y afirmes que al hacerlo obras justamente,
a decir eso? tú, el que en verdad se preocupa de la virtud? ¿Acaso
CRIT. - Sí, por Zeus, Sócrates. eres tan sabio que te pasa inadvertido que la patria
Sóc. - Quizá dijeran las leyes: c¿Es esto, Sócrates, merece más honor que la madre, que el padre y que
lo que hemos convenido tú y nosotras, o bien que hay todos los antepasados, que es más venerable y más
que permanecer fiel a las sentencias que dicte la ciu santa y que es digna de la mayor estimación entre los b
dad?» Si nos extrañáramos de sus palabras, quizá dije dioses y entre Jos hombres de juicio? ¿Te pasa inad
ran: cSócrates no te extrañes de lo que decimos, sino vertido que hay que respetarla y ceder ante la patria
respóndenos, puesto que tienes la costumbre de servirte y halagarla, si está irritada, más aún que al padre;
de preguntas y respuestas. Veamos, ¿qué acusación que hay que convencerla u obedecerla haciendo lo que
tienes contra nosotras y contra la ciudad para intentar ella disponga; que hay que padecer sin oponerse a
d destruimos? En primer lugar, ¿no te hemos dado nos ello, si ordena padecer algo; que si ordena recibir
otras la vida y, por medio de nosotras, desposó tu padre golpes, sufrir prisión, o llevarte a la guerra para ser
a tu madre y te engendró? Dinos, entonces, ¿a las leyes herido o para morir, hay que hacer esto porque es lo
206 DIÁLOGOS CRITÓN 207
justo, y no hay que ser débil ni retroceder ni abandonar una opción entre dos, persuadirnos u obedecernos; y
el puesto, sino que en la guerra, en el tribunal y en el que no obedece no cumple ninguna de las dos. De
todas partes hay que hacer lo que la ciudad y la patria cimos, Sócrates, que tú vas a quedar sujeto a estas
e ordene, o persuadida de lo que es justo; y que es im inculpaciones y no entre los que menos de los ate
pfo hacer violencia a la madre y al padre, pero lo es nienses, sino entre los que más, si haces lo que pla
mucho más aún a la patria?» ¿Qué vamos a decir a neas.»
esto, Critón? ¿Dicen la verdad las leyes o no? Si entonces yo dijera; e ¿Por qué, exactamente?»,
CRrr. -Me parece que sí. quizá me respondieran con justicia diciendo que preci
Sóc. - Tal vez dirfan aún las leyes: «Examina, ade samente yo be aceptado este compromiso como muy
más, Sócrates, si es verdad lo que nosotras decimos, pocos atenienses. Dirían: «Tenemos grandes pruebas, b
que no es justo que trates de hacernos lo que ahora Sócrates, de que nosotras y la ciudad te parecemos bien.
intentas. En efecto, nosotras te hemos engendrado, En efecto, de ningún modo hubieras permanecido en la
criado, educado y te hemos hecho partícipe, como a ciudad más destacadamente que todos los otros ciuda
todos los demás ciudadanos, de todos los bienes de danos 7, si ésta no te hubiera agradado especialmente,
d que éramos capaces; a pesar de esto proclamamos la sin que hayas salido nunca de ella para una fiesta,
libertad, para el ateniense que lo quiera, una vez que excepto una vez al Istmo, ni a ningún otro territorio a
haya hecho la prueba legal para adquirir los derechos no ser como soldado; tampoco hiciste nunca, como ha
ciudadanos y, haya conocido los asuntos públicos y a cen los demás, ningún viaje al extranjero, ni tuviste
nosotras, las leyes, de que, si no le parecemos bien, deseo de conocer otra ciudad y otras leyes, sino que nos
tome lo suyo y se vaya adonde quiera. Ninguna de otras y la ciudad éramos satisfactorias para ti. Tan e
nosotras, las leyes, lo impide, ni prohibe que, si alguno plenamente nos elegiste y acordaste vivir como ciuda
de vosotros quiere trasladarse a una colonia, si no le dano según nuestras normas, que incluso tuviste hijos
agradamos nosotras y la ciudad, o si quiere ir a otra en esta ciudad, sin duda porque te encontrabas bien
parte y vivir en el extranjero, que se marche adonde en ella Aún más, te hubiera sido posible, durante el
quiera llevándose lo suyo. proceso mismo, proponer para ti el destierro, si lo hu
e •El que de vosotros se quede aquí viendo de qué bieras querido, y hacer entonces, con el consentimiento
modo celebramos los juicios y administramos la ciu de la ciudad, lo que ahora intentas hacer contra su
dad en los demás aspectos, afirmamos que éste, de voluntad. Entonces tú te jactabas de que no te irrita
hecho, ya está de acuerdo con nosotras en que va a rías, si tenias que morir, y elegías, segón decfas, la
hacer lo que nosotras ordenamos, y decimos que el que muerte antes que el destierro. En cambio, ahora, ni
no obedezca es tres veces culpable, porque le hemos respetas aquellas palabras ni te cuidas de nosotras, las
dado la vida, y no nos obedece, porque lo hemos criado leyes, intentando destruirnos; obras como obraria el
y se ha comprometido a obedecernos, y no nos obedece
7 Sócrates no había salido de Atenas, más que en cumpli
ni procura persuadirnos si no hacemos bien alguna
miento de sus deberes militares. La fiesta en el Istmo no supo
cosa. Nosotras proponemos hacer lo que ordenamos ne contradicción. El mismo cita, en Apologfa 28c, los lugares
52a y no lo imponemos violentamente, sino que permitimos de las campafias.
208 DIÁLOGOS CRITÓN 209
d más vil esclavo intentando escaparte en contra de los Tebas o Mégara 9, pues ambas tienen buenas leyes,
pactos y acuerdos con arreglo a los cuales conviniste llegarás como enemigo de su sistema político y todos
con nosotras que vivirías como ciudadano. En primer los que se preocupan de sus ciudades te mirarán con
lugar, respóndenos si decimos verdad al insistir en que suspicacia considerándote destructor de las leyes; con·
tú has convenido vivir como ciudadano según nuestras firmarás para tus jueces la opinión de que se ha sen
nonnas con actos y no con palabras, o bien si no es tenciado rectamente el proceso. En efecto, el que es des- e
verdad.» ¿Qué vamos a decir a esto, Critón? ¿No es tructor de las leyes, parecería fácilmente que es tam
cierto que estamos de acuerdo? bién corruptor de jóvenes y de gentes de poco espíritu.
CluT. - Necesariamente, Sócrates. ¿Acaso vas a evitar las ciudades con buenas leyes y los
Sóc.- cNo es cierto -dirían ellas- que violas los hombres más honrados? ¿Y si haces eso, te valdrá la
e pactos y los acuerdos con nosotras, sin que los hayas pena vivir? O bien si te diriges a ellos y tienes la des
convenido bajo coacción o engafio y sin estar obligado vergüenza. de conversar, ¿con qué pensamientos lo ha
a tomar una decisión en poco tiempo, sino durante rás, Sócrates? ¿Acaso con los mismos que aquí, a
setenta afios 1, en los que te fue posible ir a otra parte, saber, que lo más importante para los hombres es la
si no te agradábamos o te parecía que los acuerdos no virtud y la justicia, y también la legalidad y las leyes?
eran justos. Pero tú no has preferido a Lacedemonia ¿No crees que parecerá vergonzoso el comportamiento
ni a Creta, cuyas leyes afirmas continuamente que son de Sócrates? Hay que creer que sí. Pero tal vez vas a d
buenas, ni a ninguna otra ciudad griega ni bárbara; apartarte de estos lugares; te irás a Tesalia con los
53a al contrario, te has ausentado de Atenas menos que los huéspedes de Critón. En efecto, allí hay la mayor in�
cojos, los ciegos y otros lisiados. Hasta tal punto a ti ciplina y libertinaje, y quizá les guste oírte de qué
más especialmente que a los demás atenienses, te manera tan graciosa te escapastes de la cárcel ponién
agradaba la ciudad y evidentemente nosotras, las leyes. dote un disfraz o echándote encima una piel o usando
¿Pues a quién le agradaría una ciudad sin leyes? cualquier otro medio habitual para los fugitivos, des
¿Ahora no vas a permanecer fiel a los acuerdos? Sí figurando tu propio aspecto. ¿No habrá nadie que diga
pennanecerás, si nos haces caso, Sócrates, y no caerás que, siendo un hombre al que presumiblemente le
en ridículo saliendo de la ciudad. queda poco tiempo de vida, tienes el descaro de desear e
»Si tú violas estos acuerdos y faltas en algo, exami vivir tan afanosamente, violando las leyes más impor
na qué beneficio te harás a ti mismo y a tus amigos. tantes? Quizá no lo haya, si no molestas a nadie; en
b Que también tus amigos corren peligro de ser deste caso contrario, tendrás que oír muchas cosas indignas.
rrados, de ser privados de los derechos ciudadanos o de ¿Vas a vivir adulando y sirviendo a todos? ¿Qué vas
perder sus bienes es casi evidente. Tú mismo, en pri a hacer en Tesalia sino darte buena vida como si hu
mer lugar, si vas a una de las ciudades próximas, bieras hecho el viaje allí para ir a un banquete? ¿Dón
de se nos habrán ido aquellos discursos sobre la justi-
s Es la edad de Sócrates, y las leyes suponen que durante
toda su vida ha podido reflexionar si le gustaban o no las leyes 9 Estas ciudades están citadas también, en este mismo seo·
que regían la ciudad. tido, en Fedón 99a.
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210 DIÁLOGOS CRITÓN 211
54a cía y las otras formas de virtud? ¿Sin duda quieres creen oír las flautas, y el eco mismo de estas palabras
vivir por tus hijos, para criarlos y educarlos? ¿Pero, retumba en mí y hace que no pueda oír otras. Sabe que
cómo? ¿Llevándolos contigo a Tesalia los vas a criar esto es lo que yo pienso ahora y que, si hablas en con·
y educar haciéndolos extranjeros para que reciban tra de esto, hablarás en vano. Sin embargo, si crees que
también de ti ese beneficio? ¿O bien no es esto, sino puedes conseguir algo, habla.
que educándose aquí se criarán y educarán mejor, si CRIT. - No tengo nada que decir, Sócrates.
tú estás vivo, aunque tú no estés a su lado? Ciertamente Sóc. - Ea pues, Critón, obremos en ese sentido,
tus amigos se ocuparán de ellos. ¿Es que se cuidarán puesto que por ahí nos gufa el dios.
de ellos, si te vas a Tesalia, y no lo harán, si vas al
Hades, si en efecto hay una ayuda de los que afirman
b ser tus amigos? Hay que pensar que sí se ocuparán.
»Más bien, Sócrates, danos crédito a nosotras,
que te hemos formado, y no tengas en más ni a tus
hijos ni a tu vida ni a ninguna otra cosa que a lo
justo, para que, cuando llegues al Hades, expongas en
tu favor todas estas razones ante los que gobiernan
allí. En efecto, ni aquí te parece a ti, ni a ninguno de
los tuyos, que el hacer esto sea mejor ni más justo ni
más pío, ni tampoco será mejor cuando llegues allí.
e Pues bien, si te vas ahora, te vas condenado injusta·
mente no por nosotras, las leyes, sino por los hom
bres. Pero si te marchas tan torpemente, devolviendo
injusticia por injusticia y daño por daño, violando
los acuerdos y los pactos con nosotras y haciendo
daño a los que menos conviene, a ti mismo, a tus ·ami
gos, a la patria y a nosotras, nos irritaremos contigo
mientras vivas, y allí, en el Hades, nuestras hermanas
las leyes no te recibirán de buen ánimo, sabiendo que,
en la medida de tus fuerzas has intentado destruirnos.
d Procura que Critón no te persuada más. que nosotras
a hacer lo que dice.»
Sabe bien, mi querido amigo Critón, que es esto lo
que yo creo oír, del mismo modo que los coribantes to
to Los coribantes eran los seguidores de la diosa Cíbele, pro
cedente de Asia Menor. Con sus danzas rituales y el sonido de
sus flautas producían el éxtasis en los iniciados.