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TEMA 3

DERECHO PROCESAL AMBIENTAL

1. GENERALIDADES
Edgardo Torrez López (2008), hace una definición sencilla para describir lo que es
el Derecho Procesal Ambiental, al indicar que: “Es una disciplina, que proporciona
los mecanismos legales para garantizar y hacer efectiva la protección del medio
ambiente y la naturaleza”.
Más allá de los conceptos que se puedan desarrollar, queremos analizar la realidad
jurídica – administrativa de la gestión ambiental en Bolivia, en el procedimiento para
aplicar el Derecho del Medio Ambiente, que permita efectivizar su tutela, que está
circunscrita en cinco jurisdicciones procesales, después de la Constitución Política
del Estado, cada una con sus particularidades, tanto regulatorias como
institucionales; así tenemos, a la Jurisdicción Administrativa, regulada, como norma
general, por la Ley 1333, del Medio ambiente, y sus reglamentos, y como normas
específicas sus normas regulatorias sectoriales; y como norma procedimental
general, a la Ley 2341 de procedimiento administrativo1, y su reglamento2, así como
los procedimientos sectoriales, tanto nacionales como subnacionales. La
jurisdicción ordinaria, regulada por la Ley N° 1970 Código de Procedimiento Penal
y sus modificaciones y la ley 439 Código Procesal Civil; la jurisdicción
agroambiental, regulada por la Ley 025 de Organización Judicial, la Ley 1715 del
SNRA, la ley 1700, entre otras; la jurisdicción Constitucional, regulada por la Ley
027 del Tribunal Constitucional Plurinacional y la Ley 254 Código Procesal
Constitucional y la Jurisdicción Originaria y Campesina, de acuerdo a sus
procedimientos propios, Ley 025 de Organización Judicial y ley 073 de deslinde
jurisdiccional.
En ese sentido, resulta difícil afirmar un concepto único y válido a la realidad jurídica
– ambiental boliviana, dado que tenemos una Justicia Ambiental Administrativa,
Justicia Ordinaria Ambiental, Justicia Agroambiental, Justicia Constitucional

1
23 de abril de 2002, encargada de regular la actividad administrativa y el procedimiento administrativo del
sector público, hacer efecto el derecho de petición ante la administración pública, regular la impugnación de
actuaciones administrativas y los procedimientos especiales (art. 1); el procedimiento administrativo y del
procedimiento sancionador, arts. 39 al 84.
2
Decreto Supremo 27113 del 23 de julio de 2003.
Ambiental y la Justicia Ambiental Indígena Originaria Campesina, cada una con sus
particularidades y diferencias procesales; sin embargo, debemos aclarar que estos
sistemas procesales tienen un común denominador, los bienes jurídicamente
protegidos o tutelados, es decir, el medio ambiente, frente a los daños producidos
por las actividades y decisiones humanas.

2. EVOLUCIÓN DEL PROCEDIMIENTO AMBIENTAL EN BOLIVIA


En 1953, se decretó la denominada “Reforma Agraria”, con la promulgación del
Decreto Ley 34643, mismo que perseguía, en lo fundamental, que se suprimiese la
servidumbre campesina y liquidase el régimen feudal imperante, en la explotación
de la tierra, que se estimule la mayor producción y la productividad agroalimentaria
y se promueva la modernización de la industria agropecuaria, con la tecnificación,
con los jueces agrarios en cargadas de la distribución de tierras.
En 1975 se promulgó el Decreto Ley 12301, ley de vida silvestre, parques
nacionales, caza y pesca, que regula, por primera vez en la historia jurídica del país,
el procedimiento penal administrativo; señalando prohibiciones, formas de
otorgación de licencias, permisos, declaraciones de vedas y determinación de
autoridades competentes, entre otros.
En 1992, se promulgó la Ley 1333 del medio ambiente, la que marca un hito
regulatorio ambiental en Bolivia, si bien esta Ley es una norma eminentemente
sustantiva, determina la naturaleza administrativa sancionadora, señalando en su
Capítulo III, artículos 99 y siguientes, el procedimiento para sancionar infracciones
administrativas ambientales y tipificando delitos ambientales.
En 1995, se promulgó el Decreto Supremo 241764 denominado “Reglamento
General de Gestión Ambiental”, como la norma regulatoria y procesal básica de la
gestión ambiental en Bolivia, modificada y complementada en la gestión 2018 por
el Decreto Supremo 35495 el Decreto Supremo 285926 para optimizar la gestión
ambiental ajustando los instrumentos de regulación de alcance particular y los

3
De 2 de agosto de 1953, elevado a rango de ley en 1956.
4
Del 8 de diciembre de 1995.
5
2 de mayo de 2016, que complementó e incorporó nuevas disposiciones.
6
Del 17 de enero de 2006.
instrumentos técnico administrativos, priorizando las funciones de fiscalización y
control ambiental.
En 1996, se promulgó la Ley 17157 del Servicio Nacional de Reforma Agraria,
significando un avance importante para la regulación y el control del uso de la tierra,
como parte del Servicio Nacional de Reforma Agraria, creó la Comisión Agraria
Nacional, integrada por representantes gubernamentales, empresariales,
sindicales y de los pueblos indígenas de Bolivia; el Instituto Nacional de Reforma
Agraria, como instancia técnica ejecutiva encargada de dirigir, coordinar y ejecutar
las políticas establecidas por el Servicio Nacional de Reforma Agraria; la
Superintendencia Agraria, entidad encargada del control del uso de la tierra y la
Judicatura Agraria, destinada a impartir justicia agraria, con su máxima instancia el
Tribunal Agrario Nacional y los jueces agrarios (Capítulo III, Título II, Ley 1715),
desde esa fecha, ya como parte del Órgano Judicial.
En 1999, se emitió la Ley 20258, que mandó que el Tribunal Agrario Nacional
organice la estructura y funcionamiento de los juzgados agrarios y el inicio de
labores, el 3 de enero del 2000; por lo que este es el año de inicio de actividades
jurisdiccionales agrarias en Bolivia; las autoridades del Tribunal Agrario Nacional
eran designadas por la Corte Suprema de Justicia. Los juzgados agrarios iniciaron
labores ese año.
El 2006, por la Ley 3545 de reconducción comunitaria de la reforma agraria, se
modificaron los contenidos de la Ley del SNRA, en los siguientes aspectos: función
económica social, reversión de tierras, expropiación de la propiedad agraria (para
el caso de familias cautivas), distribución de tierras fiscales, apoyo estatal a los
nuevos asentamientos, equidad de género en distribución de tierras,
reconocimiento de nuevas formas de saneamiento de tierras; y, en lo procedimental
amplío las competencias de la jurisdicción agraria a la atención de conflictos de la
actividad agraria, forestal, uso y aprovechamiento de aguas, y otros señalados por
ley, la posibilidad de itinerancia de los juzgados.
El 2009, se promulgó la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia9,
surgida de la Asamblea Constituyente, 2006 – 2007, los acuerdos del Congreso

7
18 de octubre de 1996.
8
De 22 de octubre de 1999.
9
Del 7 de febrero.
Nacional, 2008 y aprobada por referendo popular vinculante10, que modifica la
estructura del Poder Judicial, denominándolo Órgano Judicial y crea el Tribunal
Agroambiental, como el máximo Tribunal especializado de la Jurisdicción
Agroambiental; reconoce la Jurisdicción indígena Originario Campesina, como
parte del Órgano Judicial, en igualdad de jerarquía que el resto de las jurisdicciones
constitucionalmente reconocidas, con competencias en lo material, territorial y
personal, en asuntos indígena originario campesino; y competencias en materia
ambiental, con la acción popular, del Tribunal Constitucional Plurinacional.
El 2010, se promulgó la Ley 025 del Órgano Judicial, norma que define la estructura,
organización y funcionamiento de los juzgados y tribunales que componen el
Órgano Judicial, jurisdicciones ordinaria, agroambiental e indígena originario
campesina.

3.- FUNDAMENTOS Y NATURALEZA DEL PROCEDIMIENTO AMBIENTAL


BOLIVIANO
El fundamento básico de la jurisdicción ambiental, y el procedimiento que se deba
aplicar, está radicado en la Constitución Política del Estado, la ley del Órgano
Judicial, ley del Medio Ambiente, ley Forestal, ley del Servicio Nacional de Reforma
Agraria, modificada por la ley de reconducción comunitaria de la reforma agraria,
ley de Derechos de la Madre Tierra, ley Marco de la Madre Tierra, otras leyes y
reglamentos, unas preconstitucionales, y otras de desarrollo constitucional.
Fue la Asamblea Constituyente, la que proyectó los fundamentos jurídicos, políticos
y sociales básicos, de esta jurisdicción; y, uno de los aportes y nuevas
implementaciones que ha traído consigo la Constitución Política del Estado de
2009, es sin duda es la descolonización de los modelos tradicionales de justicia,
que se resumían en ordinaria y administrativa, dejando a la ambiental como una
realidad implícita y poco reconocida; manifestada en la leyes como “justicia
colectiva”11, si hablamos de las competencias de la JIOC, la justicia ambiental

10
Del 25 enero de 2009.
11
El artículo 28 del Código de Procedimiento Penal como un avance del Estado para ese entonces,
regula que “se extinguirá la acción penal cuando el delito o la falta se cometa dentro de una
comunidad indígena y campesina por uno de sus miembros en contra de otro y sus autoridades
naturales hayan resuelto el conflicto conforme derecho consuetudinario indígena, siempre que dicha
subsumida a la regulación agraria, como parte de la regulación de la propiedad de
la tierra y sus consecuencias, como las servidumbres ecológicas o el cumplimiento
de la FES; la justicia ambiental enmarcada en la jurisdicción ordinaria, como en la
responsabilidad civil o el procesamiento por delitos ambientales; y, la gestión
administrativa y los procesos administrativos sancionadores, ante incumplimientos
de reglas por autorizaciones de aprovechamiento y otros.
La proyección constitucional hacia los nuevos modelos de justicia, manifiesta un
quiebre epistemológico con el tradicional sistema de justicia; el aspecto más
descolonizante de la nueva administración de justicia y a su vez el reto más
importante para la justicia boliviana, es la caracterización de la Madre Tierra, como
sujeto de derechos, la creación de la nueva justicia agroambiental, unificando dos
ciencias procesales del Derecho, como son el Derecho procesal agrario y el
Derecho procesal ambiental, fusionados ahora en la justicia agroambiental.
Estamos frente a nuevos retos, uno de ellos quizá el más importante: la Madre
Tierra como sujeto de derechos, como resultado de la unión de dos culturas
jurídicas bolivianas, la positiva del derecho moderno como “Derechos” y “Madre
Tierra” o pachamama, contribución andina originaria, que resume la gestión pública
y ahora judicial de los derechos de la naturaleza.
Lo señalado en la Constitución Política del Estado y la Ley del Órgano Judicial,
sobre daños al medio ambiente, la biodiversidad, patrimonio cultural y los recursos
naturales; rompe la colonial forma de ver la justicia ambiental, solo como regulatoria
de derechos y de instancia casi únicamente administrativa, ya que también implica
la generación de obligaciones frente a la madre tierra, fuente de toda la riqueza
natural, ampliando el campo de acción del Tribunal Agroambiental. El texto
constitucional ordena una reingeniería judicial que evite lo que en la doctrina se
conoce como la ultractividad constitucional; es decir, que la proyección de las
normas de regulación de esta justicia, estén desarrolladas con base a la ingeniería
jurídica, preceptos, normas y escenarios técnico jurídicos generados antes de la
promulgación de la nueva Constitución Política del Estado.

resolución no sea contraria a los derechos fundamentales y garantías de las personas establecidos
en la Constitución Política del Estado” (de 1967).
Nuevas formas de estudiar la ciencia del Derecho procesal, es la que está
reconociendo y reconoce la nueva judicatura agroambiental, que la regulación
normativa no sólo debe servir para la humanidad y los bienes vistos para su
beneficio, ahora también se habla de los tesoros humanos y del “Patrimonio
ambiental” (Gobernación del Departamento de Oruro, 41: 2012).
Diversos investigadores mencionan la existencia de concepciones y valores
culturales sobre la justicia, el conflicto y el proceso, destacándose, por un lado, la
relación entre los miembros de la comunidad con la naturaleza y, por otro, ciertas
nociones, como la reparación del daño en la resolución del conflicto. Esas
concepciones pueden revestir de carácter sagrado el respeto a la naturaleza,
concebido como una amenaza no solo a la armonía con la sociedad sino a la
armonía con la naturaleza (Vincent, 2012: 29), y la supervivencia de esta como ser
vivo.
En materia de justicia agroambiental y sus procederes, se conjuncionan derechos
de primer orden, fundamentales para la vida del ser humano y de toda la naturaleza,
base para el desarrollo humano y colectivo de nuestros pueblos y de la naturaleza
en su conjunto, son derechos colectivos, de tercera generación, como colectivos y
de primera generación por los derechos que garantiza, como el derecho a la vida,
a la salud, etc. Los de tercera generación, invisibilizados, inferiorizados y negados
a lo largo de la historia colonial y republicana; estos derechos están fusionados a
mandatos de protección, prevención, control, procesamiento y sanción. Recursos
indispensables para la vida, como la tierra, agua, fauna, flora, la atmosfera, medio
ambiente, paisaje, patrimonio cultural, recursos arqueológicos, paleontológicos y
sobre todo las actividades humanas sobre estos recursos, son el espíritu donde
descansa la razón fundamental de la creación de la Jurisdicción Agroambiental.
Probablemente estamos hablando del principal y más fundamental instrumento de
justicia para la defensa de la vida, la justicia agroambiental es en realidad un sinónimo
político de “Descolonización Judicial Integral”, cuya naturaleza busca suprimir las causas
que originan los daños a la madre tierra, exclusión del goce y disfrute del derecho a la
tierra, el territorio y el medio ambiente. El reconocimiento de la naturaleza, de la madre
tierra como sujeto de derechos y del derecho colateral de los pueblos indígenas,
convivientes directos de los recursos naturales y el cuidado, prevención y protección del
medio ambiente, biodiversidad, bosques, patrimonio cultural y natural para el
aprovechamiento uso y goce de todos nosotros y de las generaciones futuras.
El derecho agroambiental, por su naturaleza, tiende a ser un derecho participativo,
comunitario, restaurativo e integral; que sirva de modelo e instrumento de creación del
sistema jurídico y normativo esencial de transformación de las instituciones jurídicas y
entidades de administración de los recursos naturales y su gestión de justicia, como una
de las formas propias de administración de justicia, con identidad y relación a los pueblos
y culturas del Estado Plurinacional de Bolivia (Molina, 2013).

4.- DERECHO PROCESAL CLÁSICO Y EL PARADIGMA DEL MEDIO


AMBIENTE
Hemos iniciado el presente trabajo, manifestando que el derecho procesal
ambiental “Es una disciplina que proporciona los mecanismos procesales para
hacer posible la efectiva protección del medio ambiente y la naturaleza”. El
Derecho procesal del medio ambiente, en términos formales, es parte de la teoría
general del Derecho, ya que este realiza estudios técnicos jurídicos que tienen una
estrecha relación con el Derecho procesal. La necesidad del ser humano,
la sociedad, y de las entidades públicas que generan acciones ambientales, son las
que demandan que se teorice acerca del proceso ambiental, con instrumentos
jurídicos, instrumentos procesales para poder llevar a cabo una
buena administración e impartición de justicia ambiental.
El Derecho procesal regula la forma general y el orden exterior de las actividades
que deben cumplirse dentro de los órganos judiciales. El Derecho del medio
ambiente se debe afiliar a la teoría general del proceso, el cual no deja de ser el
que se va ocupar del estudio de los conceptos, principios e instituciones que son
comunes a las diversas disciplinas procésales especiales. Estos preceptos tienen
vital importancia, ya que estos principios, conceptos e instituciones se manifiestan
en acciones procesales, que son el poder jurídico o facultad que las personas tienen
para promover las actividades de las distintas jurisdicciones que hacen a la gestión
ambiental. Se dice que “La teoría general del proceso se ocupa del estudio de los
principios que guían al desarrollo de los diversos procesos. Algunos de estos
principios rigen o deben regir todos los procesos” (Escalona López, 2006), esta
realidad académica – jurídica no es ajena del estudio y tratado del Derecho del
medio ambiente, los principios fundamentales que rige y debe regir todo tipo de
proceso, son también de tratamiento ambiental. El concepto básico de Derecho
procesal, es que está desarrollando el concepto y las definiciones del derecho
procesal ambiental, como conjunto de normas y principios jurídicos que regulan
tanto al proceso jurisdiccional como a la integración y competencia de las entidades
judiciales y administrativas del Estado. Esta ciencia jurídica que en forma
sistemática estudia los principios y normas referidos a la actividad judicial, cumplida
mediante el proceso por los órganos del Estado, para la efectiva realización del
derecho sustantivo ambiental.
Las características del Derecho procesal, como la autonomía, no puede negar
el carácter instrumental del Derecho procesal, en sentido objetivo, ni las
características que las normas sustantivas ambientales propias y que hacen
particulares y especializadas las normas ambientales y su forma de procesarlas.
Es decir, que el Derecho procesal del Medio Ambiente, se desprende de la
naturaleza global del Derecho procesal, empero tiene sus particularidades.
Ahora, surge una interrogante, ¿cuál es el bien u objeto sobre el cual recaen estos
instrumentos procesales?, el ideal sujeto a protección es el medio ambiente,
materializado en los recursos naturales. En este caso se trata de un “Paradigma
Ambiental”, un sinfín de consideraciones epistemológicas, doctrinales y
académicas a nivel mundial sobre la noción de “medio ambiente”, lleva hacia una
perspectiva holística e integradora para captar las complejas relaciones entre el ser
humano y la naturaleza. “El hombre, en tanto ser biológico, social y cultural se
adapta al ambiente, pero también lo domina; dominio que es relativo, en virtud de
las nuevas condiciones ambientales que él mismo genera, dando lugar así a la
necesidad de una nueva adaptación” (Ferro, 2016). En estos términos, el análisis
de las relaciones entre ser humano y naturaleza reviste la necesidad de plantear
instrumentos con características interdisciplinarias, metodológicas,
epistemológicas y dinámicas que operativicen y coadyuven al procesamiento de
preceptos de protección, prevención, gestión y sanción de los daños al medio
ambiente. No es desconocido que en estos tiempos es normal y coherente hablar
de Sociología ambiental, Psicología ambiental, Ingeniería ambiental, Política
ambiental, Derecho ambiental y por ende el Derecho procesal ambiental.
5.- DERECHOS COLECTIVOS Y DIFUSOS DEL PROCEDIMIENTO AMBIENTAL
Una de las particularidades que tiene el Derecho del medio ambiente es lo difuso y
su gran extensión, en este caso el procedimiento para poner en acción el desarrollo
sustantivo ambiental, debe ser mucho más amplio, ya que debe asegurar que lo
global y general del precepto ambiental tenga efectos y pueda llegar a toda la
colectividad para lo que fue creado. La garantía del derecho a un medio ambiente
sano, en cuanto a su procedimiento, ha evolucionado desde el derecho
internacional de los derechos humanos hasta las Constituciones nacionales; sin
embargo, ante la insuficiencia de esta protección se han desarrollado acciones
colectivas orientadas a proteger intereses colectivos y difusos y lograr prevención
de efectos nocivos y la reparación del daño ambiental. Aspectos relacionados a
cuestiones procesales básicas, como la legitimación de asociaciones, en
representación de intereses colectivos y difusos, la prescripción, medidas
preventivas, cautelares, prelación, alcance de la prueba y otros, que los distintos
cuerpos procesales no son de complejo desarrollo en el Derecho ambiental, si
tienen otro tratamiento más amplio y por ende de mayores dimensiones.
El procedimiento debe tratar que sus objetivos sean fundamentalmente
preventivos, ya que la coacción en muchos casos resulta ineficaz, pues en su
mayoría los daños ambientales son irreparables y las acciones procesales deben
estar predispuestas ante esta situación. El procedimiento ambiental se da también
con relación de preceptos regionales pactados por nuestros Estados, los cuales
deben aplicarse internamente; ejemplo, el principio precautorio, implica adelantarse
con suficiente justificación respecto de posibles daños que de materializarse
supondrían afectaciones a bienes e intereses superiores, como la vida, la salud y
la integridad del ecosistema y los recursos naturales en general, que deben estar
regulados para su operativización o el principio de progresividad reconocido en el
Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, o
el principio de no regresión, señalado en el Protocolo de San Salvador, estos
principios son de necesario cumplimiento para la regulación procesal ambiental, en
consideración de la naturaleza difusa y colectiva del Derecho ambiental.
6.- JURISDICCIONES
Bolivia; en el marco del pluralismo jurisdiccional, ha reconocido cinco jurisdicciones,
encargadas de la tutela de derechos, las que también en cierta manera, tienen
alguna competencia en materia ambiental, estos son:
a) Jurisdicción Agroambiental, regulada por la CPE, Ley 1715 modificada por
la Ley N° 3545, Ley N° 025, ley Forestal y otras.
b) Jurisdicción Ordinaria, regulada por la Ley 1970 y sus modificaciones, ley 339
y otras.
c) Jurisdicción Constitucional, regulada por la Ley 027 y la Ley 254.
d) Jurisdicción Administrativa, regulada por Ley 1333, Reglamento de gestión
Ambiental. Decreto Supremo N° 24176, ampliado por Decreto Supremo 3549,
ley 2341, Decreto Supremo 27113.
e) Jurisdicción Indígena Originaria Campesina, regulada por sus
procedimientos propios, la Ley 025 del Órgano Judicial y la Ley 073 de deslinde
jurisdiccional.
7.- LA JURISDICCIÓN AGROAMBIENTAL
Es la jurisdicción especializada para atender demandas, acciones y recursos en
materia ambiental; compuesta por el Tribunal Agroambiental, máximo Tribunal
especializado de la materia, y los juzgados agroambientales.
Las competencias del Tribunal Agroambiental están señaladas por la Constitución
Política del Estado (art. 189) y desarrolladas en la Ley 025 del Órgano Judicial,
estas son:
a) resolver los recursos de casación y nulidad en las acciones reales agrarias,
forestales, ambientales, de aguas, derechos de uso y aprovechamiento de los
recursos naturales renovables, hídricos, forestales y de la biodiversidad.
b) Demandas sobre actos que atenten contra la fauna, la flora, el agua y el medio
ambiente.
c) Demandas sobre prácticas que pongan en peligro el sistema ecológico y la
conservación de especies o animales.
e) Conocer y resolver en única instancia los procesos contencioso administrativos
que resulten de los contratos, negociaciones, autorizaciones, otorgación,
distribución y redistribución de derechos de aprovechamiento de los recursos
naturales renovables, y de los demás actos y resoluciones administrativas.
Los Juzgado Agroambientales están regidos por los mandatos de la Constitución
Política del Estado y por las funciones señaladas en la Ley 025, del Órgano Judicial,
entre estas tenemos:
2. Conocer las acciones que deriven de controversias entre particulares sobre el
ejercicio de derechos de uso y aprovechamiento de los recursos naturales
renovables, hídricos, forestales y de la biodiversidad;
3. Conocer acciones para precautelar y prevenir la contaminación de aguas, del
aire, del suelo o daños causados al medio ambiente, la biodiversidad, la salud
pública o al patrimonio cultural respecto de cualquier actividad productiva,
extractiva, o cualquier otra de origen humano;
4. Conocer acciones dirigidas a establecer responsabilidad ambiental por la
contaminación de aguas, del aire, del suelo o daños causados al medio
ambiente, la biodiversidad, la salud pública o al patrimonio natural, para el
resarcimiento y para la reparación, rehabilitación, o restauración por el daño
surgido o causado;
5. Conocer demandas relativas a la nulidad o ejecución de contratos relacionados
con el aprovechamiento de recursos naturales renovables y en general
contratos sobre actividad productiva agraria o forestal, suscritos entre
organizaciones que ejercen derechos de propiedad comunitaria de la tierra, con
particulares o empresas privadas;
6. Conocer las acciones para el establecimiento y extinción de servidumbres que
puedan surgir de la actividad agropecuaria, forestal, ambiental y ecológica;
7. Conocer acciones sobre uso y aprovechamiento de aguas;
8. Conocer las acciones que denuncien la sobreposición entre derechos agrarios,
forestales, y derechos sobre otros recursos naturales renovables;
11. Conocer otras acciones personales y mixtas derivadas de la propiedad,
posesión y actividades agrarias o de naturaleza agroambiental;
12. Conocer procesos ejecutivos, cuya obligación tenga como garantía la propiedad
agraria o derechos de aprovechamiento o uso de recursos naturales.
No se ha puesto en vigencia un Código procesal agroambiental , como establece la
Disposición Transitoria Tercera de la Ley 025, que estableció “un proceso de
transición máximo de dos (2) años para que los distintos códigos que rigen la
administración de justicia sean modificados para adecuarse a esta Ley y sean
aprobados por la Asamblea Legislativa Plurinacional”, entre los códigos indicados
se encuentra el procesal agroambiental, disposición que venció el 24 de junio de
2012; sin embargo, este vacío legal no podría ser impedimento para que los jueces
agroambientales asuman conocimiento de las demandas referidas al medio
ambiente, puesto que el artículo 115-I y II de la Constitución Política del Estado y
artículo 15 – III de la Ley N° 025, obligan a las autoridades judiciales dar respuesta
a las pretensiones de las partes; por otro lado, el incumplimiento de la Disposición
Transitoria Tercera de la L. N° 025, permitiría la aplicación directa de la Constitución
Política del Estado, conforme lo establece el artículo 109 de la Norma Suprema.

La competencia de los juzgados agroambientales se activaría basados en la


Constitución Política del Estado y el bloque de constitucionalidad, así como en lo
establecido en el artículo 152 numerales 2, 3, 4 y 11 de la Ley N° 025 y el artículo
29 de la L. N° 1715 modificada por L. N° 3545. En la admisión de la demanda, se
debe incorporar como tercero interesado, a la autoridad administrativa que regula
la actividad que produce el daño a los recursos naturales y/o la encargada de la
gestión de ese recurso natural; debiendo también disponerse las medidas
precautorias necesarias (Tribunal Agroambiental, 2018).

PROCESO ORAL AGROAMBIENTAL


PROCESO ORAL AGROAMBIENTAL

Presentación de
demanda art. 79 Ley N°
1715, Art. 110, 111 Ley
N° 439.

Rechazo de la
Demanda defectuosa
demanda por
art. 79.I Ley 1715 y 113
improponible art.
Ley 439.
113.II Ley N° 439.

Admisión art. 79.II de la Ley N° 1715

Retiro o desistimiento Modificación y


de demanda art. 239 y Ampliación de
241 Ley N° 439. demanda art. 115 Ley
N° 439.

Declaratoria de -Contestación art. 79.II


rebeldía art. 364 Ley N° Ley N° 1715 Excepciones art. 81 Ley
439. (Cuando no 1715.
-Demanda
contesta la demanda).
reconvencional art. 81
Ley N° 1715.

Audiencia central art.


82 y 83 Ley 1715.

Audiencia
complementaria art. 84
Ley 1715.

Sentencia art. 86 Ley


N° 1715.

En materia ambiental se pueden ampliar plazos, en caso de necesidad, para la


audiencia, realizar inspecciones, requerir informes y solicitar auxilio de la fuerza
pública.

Carga dinámica de la prueba, considerando las connotaciones económicas,


sociales, culturales y ambientales del caso y prueba de oficio se podrá disponer
cualquier prueba que considere necesaria.

La calificación de la responsabilidad ambiental. Sanciones pecuniarias,


progresivas y compulsivas. Remisión al Ministerio Público, si el hecho juzgado se
presumiere delictivo o se hubiere identificado algún delito.

Acciones:

• Preventivas: Prevenir y precautelar el daño ambiental como apercibimientos,


multas, clausura y otros, establecidos en la presente ley y otras normas
ambientales.

• Reparadoras: Las medidas de mitigación y/o reparación, rehabilitación o


restauración de los daños ambientales, incluyendo las obligaciones de hacer o
no hacer.

• Resarcitorias. Las medidas de resarcimiento de daños y perjuicios


ocasionados.
Se interpondrán para prevenir, reparar o resarcir la contaminación; contra
cualquier acto, omisión o práctica que atentatoria (Tribunal Agroambiental, 2018).

RESPONSABILIDAD CIVIL
Bajo este sub-título, debemos abordar, la instancia judicial que debe ser
responsable de procesar la restitución del daño ambiental, la jurisdicción
agroambiental. La acción civil ambiental, está señalada en la Ley 1333 de medio
ambiente, la que determina que “La acción civil derivada de los daños cometidos
contra el medio ambiente podrá ser ejercida por cualquier persona legalmente
calificada como un representante apropiado de los intereses de la colectividad
afectada. Los informes elaborados por los organismos del Estado sobre los daños
causados, serán considerados como prueba pericial preconstituida. En los autos y
sentencias se determinará la parte que corresponde de la indemnización y
resarcimiento en beneficio de las personas afectadas y de la nación. El
resarcimiento al Estado ingresará al Fondo Nacional para el Medio Ambiente y se
destinará preferentemente a la restauración del medio ambiente dañado por los
hechos que dieron lugar a la acción” (art. 102). Es la actuación procesal derivada
de los daños cometidos contra el medio ambiente que puede ser ejercida por
cualquier persona legalmente calificada como un representante apropiado de los
intereses de la colectividad afectada. La responsabilidad civil debe cumplir el
principio de legalidad y taxatividad legal, es decir, debe estar resuelta en Sentencias
o resoluciones firmes que determinen cosa juzgada; se determinará la
indemnización y resarcimiento en beneficio de las personas afectadas y de la
nación. Cabe señalar que la acción civil, esta también regulada en la jurisdicción
ordinaria penal, lo cual debe ser superada y mejorada mediante la jurisdicción
especializada agroambiental.
Para finalizar esta parte, se debe recordar que en la gestión 1995, es el Reglamento
de Gestión Ambiental, mediante Decreto Supremo 24176, determina que para el
procesamiento de la acción civil “La persona o colectividad legalmente
representada, interpondrá la acción civil con la finalidad de reparar y restaurar el
daño causado al medio ambiente, los recursos naturales, la salud u otros bienes
relacionados con la calidad de vida de la población, de acuerdo con lo dispuesto
por la Ley 1333, Código Civil y su Procedimiento. Los responsables de actividades
económicas que causaren daños ambientales serán responsables de la reparación
y compensación de los mismos. Esta responsabilidad persiste aún después de
terminada la actividad de la que resultaren los daños” (arts. 107 y 108).
9. JURISDICCIÓN ORDINARIA
Para fines de este documento, nos referimos a esta parte del Derecho como
Derecho procesal ambiental – penal, cuyo estudio es de vital importancia toda vez
que permite la aplicación del Derecho Penal – Ambiental; en síntesis, permite
gestionar, procesar y sancionar en la vía ordinaria los delitos ambientales. Bolivia
hasta la fecha no ha logrado dividir correctamente ni menos independizar el
Derecho ambiental penal, incluso tomando su alta especialidad. Históricamente,
Bolivia determinó mediante Decreto de 21 de diciembre de 1825, la aplicación de
las leyes de las Cortes Españolas de 9 de octubre de 1812 y demás decretos
expedidos por las mismas, sobre la administración de justicia, mientras se
arreglaban los códigos Civil y Penal, lo que fue ratificado mediante la “Ley
Procedimental” de 8 de enero de 1827, no disponiéndose absolutamente nada en
cuento al cuidado del medio ambiente. En 1832 el Mariscal Andrés de Santa Cruz
puso en vigencia un cuerpo de reglas procesales en materia civil y penal conocidas
como el “Código de Procederes Santa Cruz”, no contenía en su regulación, delitos
ambientales, empero los bienes ambientales estaban descritos con distintos
objetivos como “de los incendios i otros daños”12, cabe notar que este Código
trataba el manejo de fauna silvestre, en la parte de los delitos contra la salud,
referido a la tenencia con fines médicos autorizados y regulados a las boticas; años
después se promulgó un nuevo Código Procesal de 2 de junio de 1843, que
abarcaba tanto materia civil como criminal, denominado “Leyes de Enjuiciamiento
Ballivián”, y va ser el año de 1858 que se introdujo una reforma más profunda,
mediante la “Ley Procesal Penal”, separándose definitivamente la legislación civil
de la penal. En materia de derecho penal ambiental, no hubo modificaciones, el
manejo de fauna silvestre con fines médicos estaba regulado y sancionado
penalmente y los delitos de incendió más que precautelar el medio ambiente, tenía
como finalidad el resguardo a la vida y la propiedad privada.

12
Véase el Código de procederes penal Santa Cruz de 1832, artículos 161 al 180.
Fue el 6 de agosto de 1973 cuando se dictó el Código de Procedimiento Penal,
regulador del Código Penal de 1973, el cual tipificaba este tipo de delitos con la
finalidad de proteger la vida y la salud pública 13. Estos delitos siguen vigentes y
fueron los precedentes para la elaboración de la Ley 1333 y la tipificación de los
delitos ambientales.
El procedimiento penal – ambiental, no varía en contenidos, forma y requisitos del
procedimiento penal ordinario, regulado por el Código de Procedimiento Penal, Ley
1970 de 31 de mayo de 1999 y sus modificaciones, que diseñó un sistema
acusatorio y oral en el cual los delitos ambientales ingresan como delitos
especiales, Se debe observar a que diferencia de los delitos ordinarios. Los delitos
ambientales no tienen denominativo, ya que sus nombres jurídicos vienen de la
doctrina ambiental, algo que debe ser superado en las próximas legislaciones. Es
el Reglamento de Gestión Ambiental, el cual mediante Decreto Supremo 24176, en
la gestión 1995, determinó que los delitos ambientales contemplados en el Título
XI, Capítulo V de la Ley 1333, serán sancionados de acuerdo con lo dispuesto por
la ley, el Código Penal y su Procedimiento. A este efecto, la Autoridad Ambiental
Competente denunciará los hechos ante la Fiscalía del Distrito y se constituirá en
parte civil, coadyuvante o querellante (art. 106).
Decreto Supremo 24176, en su Art 11 determina que “la Autoridad Ambiental
correspondiente solicitará al Ministerio Público que intervenga en la gestión
ambiental, y éste actuará obligatoriamente en casos de denuncia y, de oficio, en los
señalados por la Ley del Medio Ambiente, en defensa del interés colectivo, de la
conservación del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales
renovables”, como se puede ver, el ministerio público tiene la responsabilidad de
investigar de oficio o ante denuncia, como autoridad responsable de intervenir en

13
Véase el Código Penal de 1973: Artículo 206°. (Incendio) El que mediante incendio creare un peligro común
para los bienes o las personas, será sancionado con privación de libertad de dos a seis años.
Incurrirá en privación de libertad de dos a cuatro años el que con objeto de quemar sus campos de labranza o
pastaderos, ocasionare un incendio que se propague y produzca perjuicios en ajena propiedad.
Artículo 216°. (Delitos contra la salud pública) Incurrirá en privación de libertad de uno a diez años el que:
1. Propagare enfermedades graves o contagiosas u ocasionare epidemias.
2. Envenenare, contaminare o adulterare aguas destinadas al consumo público o al uso industrial,
agropecuario y piscícola.
Artículo 223°. (Destruccion o deterioro de bienes del estado y la riqueza nacional) El que destruyere,
deteriorare, substrajere o exportare un bien perteneciente al dominio público, una fuente de riqueza,
monumentos u objetos del patrimonio arqueológico, histórico o artístico nacional, incurrirá en privación de
libertad de uno a seis años.
la gestión ambiental, defendiendo el interés colectivo, la conservación del medio
ambiente y el uso racional delos recursos naturales renovables.
Los delitos ambientales están descritos en los artículos 103 al 115 de la ley 1333,
que son por destrucción, degradación del medio ambiente, quemar campos de
labranza o pastoreo, envenenar o contaminar o adulterar aguas, destruir, deteriorar,
sustraer o explotar bienes pertinentes al dominio público, fuentes de riqueza,
monumentos u objetos del patrimonio arqueológico, histórico o artístico, verter,
arrojar aguas residuales, líquidos o bioquímicos a los cursos de aguas, lagunas y
otros, suspender aprovisionamiento de agua, talar bosque sin autorización, cazar,
capturar con explosivos, sustancias venenosas u otras prohibidas; depositar, vertir
o comercializar desechos industriales. Los delitos son de orden público con
sanciones como multas y privación de libertad de hasta 10 años.

a) Requisitos y Garantías Constitucionales


Conforme corresponde a cualquier procedimiento, la investigación de los delitos
ambientales y la imposición de la sanción debe estar prevista, para que se cumpla
dentro del estricto marco de los derechos y garantías previstos por la Constitución
Política del Estado.
b) Unificación del sistema
El Derecho del medio ambiente y el Derecho penal, se fusionan en mérito al
principio procesal de la unificación del sistema penal, el cual busca el
establecimiento de un único y verdadero sistema procesal penal que elimine la
vigencia de otros subsistemas penales, es así que la Ley 1970, establece su
aplicación tanto a los delitos comunes previstos por el Código Penal como a los
delitos ambientales previstos en la Ley 1333.
c) Etapa preparatoria
Busca el equilibrio entre el interés social de la persecución del delito ambiental y el
debido respeto a la dignidad de la persona implica que se cuente con un sistema
penal que garantice, por un lado, investigación eficiente y, por el otro, tenga
adecuado control de garantías.
El Código de procedimiento penal, delimita las funciones, estableciendo que el juez
de instrucción, a fin de no comprometer su imparcialidad, no podrá realizar
funciones de investigación y el fiscal, como responsable de la promoción de la
acción penal, no realizará funciones jurisdiccionales, controlando que en la
investigación del delito los órganos de investigación, el Ministerio Público y la
Policía Nacional (POFOMA), en funciones de policía judicial, no vulneren los
derechos fundamentales de las partes.
d) Juicio oral y público
Es el momento procesal esencial del proceso, que se realiza sobre la base de la
acusación, en forma oral, contradictoria, pública y continua, para la comprobación
del delito ambiental y la responsabilidad ambiental del encausado con plenitud de
jurisdicción, cumpliendo los principios que estructuran esta etapa del
procedimiento, es decir, inmediación, publicidad, continuidad y concentración.
e) Tribunales de sentencia
El sistema acusatorio, con el juicio oral y público, requiere un órgano de
administración de justicia colegiado, dado que la decisión sobre sí un hombre debe
o no ser sometido al poder penal estatal no puede recaer en manos de una sola
persona, regla que también se aplica para algunos delitos ambientales.
f) Recursos
Al igual que en todos los procesos penales, en cuanto a delitos ambientales se
refiere, se tienen los siguientes medios de impugnación:
 La apelación incidental, respecto de los autos interlocutorios que son dictados
en la etapa preparatoria.
 Recurso de apelación restringida como medio de impugnación de las
sentencias.
 Recurso de casación, como recurso extraordinario tendiente a unificar la
jurisprudencia ante fallos contradictorios, reservándose su conocimiento al
máximo tribunal de justicia del país, la Tribunal Supremo de Justicia.
 Recurso extraordinario de revisión de sentencia14.
10.- Jurisdicción constitucional
El Tribunal Constitucional Plurinacional, como guardián de la supremacía de la
Constitución, es competente para el control de constitucionalidad y precautelar por
el respeto y la vigencia de los derechos y garantías constitucionales, como el medio

14
Extractado en parte del folleto publicado por el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional 2018.
ambiente. Entre las distintas acciones de defensa constitucional que tiene esta
entidad y que bien pueden ser ejercidas en materia ambiental, una de las más
importantes dentro del área ambiental, es la Acción popular, acción que se da
respecto a la situación de una pluralidad de personas, una misma relación jurídica
necesaria o eventual, como ser:
 Derechos o intereses colectivos, correspondientes a un colectivo identificado o
identificable como las naciones y pueblos indígena originario campesinos.
 Derechos o intereses difusos que corresponden a una pluralidad de personas
que no pueden determinarse.
 Medio ambiente, que preserva la calidad de vida (Arias López, 2017).
11.- Jurisdicción administrativa
Esta jurisdicción, por sus características y naturaleza, es la más amplia; sin
embrago, se debe diferenciar lo que es gestión ambiental y lo que es procesamiento
ambiental. La gestión ambiental es el conjunto de mecanismos e instrumentos que
sirven para ejecutar las políticas públicas ambientales, que pueden ser nacionales
y subnacionales. Asimismo, esta instancia es la reguladora y supervisora del
cumplimiento de los objetivos de la gestión ambiental, que pueden ser entre otros:
prevención, protección, regulación, control, supervisión, monitoreo y otros, que
sirven precisamente para evitar, con un carácter preventivo, posibles daños al
medio ambiente y los recursos naturales. Por otro lado, cuando estos mecanismos
previos de gestión ambiental no logran evitar daños al medio ambiente y se
cometen ilícitos contra el medio ambiente, en sus dos formas de aparición, como
delitos o infracciones y/o contravenciones ambientales, es cuando se deben activar
los mecanismos administrativos sancionadores, e implementar lo que se conoce en
la doctrina ambiental como Derecho administrativo sancionador ambiental.
La gestión ambiental o su administración a nivel nacional está constituida por la
Autoridad Nacional Competente ANC y a nivel subnacional están los Gobiernos
Autónomos Departamentales, que también regulan contravenciones o faltas
administrativas, imponiendo las sanciones respectivas, que tienen instituidas las
Secretarias de Medio Ambiente y Madre Tierra; los Gobiernos Autónomos
Municipales, establecen regulaciones e imponen sanciones administrativas y
contravenciones en sus municipios respectivos, tienen instituidas a las Direcciones
de Medio Ambiente; lo que también podrán hacer, en el marco de las competencias
delegadas las regiones autónomas y ahora tienen la facultad al interior de sus
territorios, las autoridades indígena originario campesinas.
Los procedimientos administrativos, por contravenciones ambientales, tiene su
principal fuente de regulación en la misma Ley 1333 de Medio Ambiente, la que
señala:
a) Denuncia. Presentada la denuncia escrita, la autoridad receptora en el
término perentorio de 24 horas señalará día y hora para la inspección, la
misma que se efectuará dentro de las 72 horas siguientes, debiendo en su
caso, aplicarse el término de la distancia. La Inspección se efectuará en el
lugar donde se hubiere cometido la supuesta infracción, debiendo levantarse
acta circunstanciada de la misma e inmediatamente iniciarse el término de
prueba de 6 días a partir del día y hora establecido en el cargo. Vencido el
término de prueba, en las 48 horas siguientes impostergablemente se dictará
la correspondiente Resolución, bajo responsabilidad.
b) Resolución. La Resolución a dictarse será fundamentada y determinará la
sanción correspondiente, más el resarcimiento del daño causado. La
mencionada Resolución, será fundamentada técnicamente y en caso de
verificarse contravenciones o existencia de daños, la Secretaría del Medio
Ambiente solicitará ante el Juez competente la imposición de las sanciones
respectivas y resarcimiento de daños.
c) Recursos. La persona que se creyere afectada con esa Resolución podrá
hacer uso el recurso de apelación, en el término fatal de tres días
computables desde su notificación. Recurso que será debidamente
fundamentado para ser resuelto por la autoridad jerárquicamente superior.
Para efectos de este procedimiento, se señala como domicilio legal
obligatorio de las partes, la Secretaría de la autoridad que conoce la
infracción.
d) Remisión de Obrados. Si del trámite se infiriese la existencia de delito, los
obrados serán remitidos al Ministerio Público para el procesamiento penal
correspondiente.
Se debe aclarar que en cuanto al procedimiento administrativo regulador sectorial,
en materia de medio ambiente, se aplica la Ley 2341 de Procedimiento
Administrativo y del Decreto Supremo 27113 de 27 de abril de 2002, reglamentario
a la Ley de Procedimientos Administrativos, esto siempre y cuando, los reglamentos
sectoriales no tengan regulaciones procesales específicas. En materia de gestión
ambiental el instrumento procesal más importante es el Reglamento general de
gestión ambiental15, que fue complementado mediante Decreto Supremo 3549 de
2 de mayo de 2018; este reglamento regula la gestión ambiental en el marco de lo
establecido por la Ley 1333, exceptuándose los sectores ambientales que tienen y
requieren de legislación o reglamentación expresa. Define a la gestión ambiental,
como el conjunto de decisiones y actividades concomitantes, orientadas a los fines
del desarrollo sostenible.
La gestión ambiental comprende los siguientes aspectos principales:
a. la formulación y establecimiento de políticas ambientales;
b. los procesos e instrumentos de planificación ambiental;
c. el establecimiento de normas y regulaciones jurídico-administrativas;
d. la definición de competencias de la autoridad ambiental y la participación
de las autoridades sectoriales en la gestión ambiental;
e. las instancias de participación ciudadana;
f. la administración de recursos económicos y financieros;
g. el fomento a la investigación científica y tecnológica;
h. el establecimiento de instrumentos e incentivos.
Es este el Reglamento que determina a la Autoridad Ambiental Competente a nivel
nacional, departamental y local, indicando sus competencias y funciones;
asimismo, determina que en tema de procedimientos administrativos de deben
aplicar los instrumentos normativos de la gestión ambiental, como instrumentos de
regulación directa de alcance general, así se tienen:
a. Reglamento para la prevención y control ambiental;
b. Reglamento de actividades con sustancias peligrosas;
c. Reglamento de gestión de residuos sólidos;
d. Reglamento en materia de contaminación atmosférica;

15
Decreto Supremo 24176 de 8 de diciembre de 1995.
e. Reglamento en materia de contaminación hídrica;
f. otros que puedan ser aprobados en el contexto ambiental.
En materia de procedimiento administrativo sancionador dispone que:
A efectos del cumplimiento del Art. 100 de la ley del Medio Ambiente, las denuncias
podrán ser presentadas mediante oficio o memorial por cualquier ciudadano,
Organización Territorial de Base u otra entidad legalmente constituida, ante la
Autoridad Competente. Para dar curso a la misma, el denunciante deberá indicar:
a. sus generales de ley;
b. los datos que permitan identificar la fuente objeto de la denuncia;
c. las normas ambientales vigentes incumplidas, si puede hacerlo.
Cumplidos los requisitos previstos en el artículo anterior, la autoridad receptora
procederá de acuerdo con lo establecido en el artículo 101 inciso a) de la Ley 1333.
Señala también que toda persona u organización denunciante es responsable civil
y penalmente, en el marco de la ley, por los daños y perjuicios que pueda causar
con su denuncia.
A efectos de calificar y procesar una sanción administrativa ambiental, la Autoridad
Ambiental Competente aplicará conjunta o separadamente los siguientes criterios:
a. daños causados a la salud pública;
b. valor de los bienes dañados;
c. costo económico y social del proyecto o actividad causante del daño;
d. beneficio económico y social obtenido como producto de la actividad
infractora;
e. reincidencia;
f. naturaleza de la infracción.
Contravenciones ambientales
a. iniciar una actividad o implementar una obra o proyecto sin contar con el
certificado de dispensación o la DIA, según corresponda;
b. presentar la FA, el EEIA, el MA o el reporte de Autoridad Ambiental con
información alterada;
c. presentar el MA fuera del plazo establecido para el efecto;
d. no cumplir las resoluciones administrativas que emita la Autoridad
Ambiental Competente;
e. alterar, ampliar o modificar un proyecto, obra o actividad sin cumplir el
procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA);
f. no dar aviso a la Autoridad Ambiental Competente de la suspensión de un
proyecto, obra o actividad;
g. el incumplimiento a la aplicación de las medidas correctivas o de mitigación
posteriores a las inspecciones y plazo concedidos para su regulación,
conforme lo establece el art. 97 de la ley del Medio Ambiente;
h. no implementar las medidas de mitigación aprobadas en el Programa de
Prevención y Mitigación y en el Plan de Adecuación, de acuerdo con el
respectivo Plan de Aplicación y Seguimiento Ambiental.
Las sanciones administrativas a las contravenciones, siempre que éstas no
configuren un delito, serán impuestas por la Autoridad Ambiental Competente,
según su calificación y comprenderán las siguientes medidas:
a. amonestación escrita cuando la infracción es por primera vez, otorgándole
al amonestado un plazo perentorio conforme a la envergadura del proyecto
u obra, para enmendar su infracción;
b. de persistir la infracción, se impondrá una multa correspondiente a una
cifra del 3 por 1000 sobre el monto total del patrimonio o activo declarado
de la empresa, proyecto u obra;
c. revocación de la autorización, en caso de reincidencia.
Conocida la infracción o contravención, la Autoridad Ambiental Competente citará
al responsable o contraventor y le concederá el plazo de diez (10) días, computable
a partir del día siguiente hábil de la fecha de su legal notificación, para que presente
por escrito los justificativos de su acción y asuma defensa.
Vencido el plazo, con o sin respuesta del contraventor, la Autoridad Ambiental
Competente pronunciará Resolución Administrativa, con fundamentación técnica y
jurídica, en un plazo perentorio de quince (15) días calendario. Esta Resolución
determinará las acciones correctivas, la multa y el plazo de cumplimiento de estas
sanciones.
El infractor podrá apelar de la Resolución Administrativa ante el Ministro con la
debida fundamentación en el término perentorio de cinco (5) días calendario hábil
computable a partir del día siguiente hábil de su notificación desde la fecha de su
notificación. La apelación deberá ser formulada por oficio o memorial. Para los
apelantes de otros distritos se tendrá en cuenta el término de la distancia.
La Autoridad Ambiental Nacional Competente pronunciará Resolución Ministerial
en el plazo de 20 días desde la fecha en que el asunto sea elevado a su
conocimiento, previo informe legal. Esta Resolución no admite ulterior recurso y
causa estado.
12.- JURISDICCIÓN INDÍGENA ORIGINARIA CAMPESINA

La Constitución Política del Estado, reconoce a las naciones y pueblos indígena


originario campesinos el ejercicio de funciones jurisdiccionales y de competencia a
través de sus Autoridades, que deben aplicar principios, valores culturales, normas
y procedimientos propios (art. 190.I). También determina los ámbitos de vigencia
de la jurisdicción en lo personal, territorial y material (art. 191.II), mismas que fueron
desarrolladas en el Anexo del Protocolo de actuación intercultural de las juezas y
jueces, en el marco del pluralismo jurídico igualitario (2017: 2 y 3):

- Ámbito de Vigencia Personal:


A los miembros de la Nación o Pueblo Indígena Originario Campesino.
A las personas que se auto-identifican con dicha nación o pueblo.
A las personas que viven en la comunidad (SCP 1225/2013, DCP N° 003/2013 y
SCP N° 0874/2014).
A miembros de “Comunidades interculturales”.
A personas indígenas que mantiene vínculos con la comunidad u origen, ya sea
vínculos territoriales, costumbres, etc. (art. 1.1.a Convenio 169 OIT, SCP N°
422/2012).
No se aplica a personas indígenas urbanas que cometen hechos fuera del
territorio.
- Ámbito de vigencia territorial
Conflictos ocurridos dentro del territorio indígena
Conflictos ocurridos fuera del territorio indígena, es decir cuando el hecho se
produce fuera del espacio físico de un territorio indígena originario campesino,
pero afecta a la cohesión social de la NPIOC (art. 191.II.3 de la CPE) (SCP N°
026/2013).
- Ámbito de vigencia material
Analizar en cada caso concreto si se trata de asuntos que histórica y
tradicionalmente han sido conocidos por sus normas y procedimientos propios.
Interpretar de manera restrictiva y excepcional las exclusiones competenciales del
art. 10.II de la Ley del Deslinde Jurisdiccional, en tanto que el art. 10.I de esa misma
Ley debe ser interpretado a partir de los principios de progresividad y favorabilidad
(SCP N° 26/2013, 37/2013 y 764/2014)
La Ley del Deslinde Jurisdiccional, A diferencia de las demás normas orgánicas
judiciales, donde se manifiestan funciones y competencias en positivo para las
jurisdicciones, para la Justicia Indígena Originaria Campesina, se ha realizado una
enumeración de qué materias no deben tratar, entre las principales prohibiciones
podemos mencionar: Procesos en materia penal por delitos de orden público, en
materia civil cuando sea parte el Estado, laboral, seguridad social, tributario,
administrativo, minero, hidrocarburos, forestal, informático, internacional público y
privado, agrario, excepto en la distribución interna de tierras en las comunidades
que tengan posesión legal o derecho propietario colectivo sobre las mismas y otras
que estén reservadas por la Constitución y leyes a las jurisdicciones ordinaria,
agroambiental y otras reconocidas legalmente (art. 10.II, ley 073).
Existe la posibilidad de conflicto de competencias entre dos autoridades judiciales
o administrativas de igual jerarquía, cuando ambas pretenden encargarse o no de
un tema concreto. En el caso de posibles conflictos de competencia, es el Tribunal
Constitucional Plurinacional quien debe resolverlos. La autoridad Indígena
Originaria tiene que plantear el conflicto de competencias, de manera oral o escrita,
ante el juez de la jurisdicción ordinaria o agroambiental que pretenda solucionar
contenidos de la jurisdicción Indígena.
Los jueces ordinarios o agroambientales deben aceptar el requerimiento de las
autoridades Indígenas, e inmediatamente deberán remitir los antecedentes al
Tribunal Constitucional Plurinacional para que resuelva el conflicto de
competencias.
Si el juez ordinario o agroambiental rechazara la solicitud de conflicto de
competencias o no se manifestará en el plazo de los siete días subsiguientes, a
partir de la petición de la autoridad demandante, la autoridad o dirigente Indígena,
se encontrará facultada para plantear el conflicto ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional.
Admitida la demanda, la Comisión de Admisión del Tribunal Constitucional
Plurinacional remitirá para su conocimiento al juez ordinario o agroambiental
demandado, para que en el plazo de quince días éste realice las aclaraciones
requeridas.
Cumplido el plazo, con o sin respuesta, la Comisión de Admisión, por orden,
procederá al sorteo del asunto en trámite para asignar la Magistrada o Magistrado
Relator.
Una vez recibido los antecedentes, el Tribunal Constitucional Plurinacional, tiene
un plazo de cuarenta y cinco días para dictar resolución y remitir el proceso a la
jurisdicción que declare competente. Durante ese tiempo, el proceso judicial queda
suspendido, no siendo posible acto alguno, bajo sanción de nulidad.
Si la jurisdicción indígena originaria fuera considerada competente, la resolución
del Tribunal Constitucional Plurinacional deberá estar redactada en castellano y en
el idioma que corresponda a la nación y pueblo indígena.
Esa resolución habilitará a la justicia indígena, para que sancione el caso según
sus normas y procedimientos propios.
En la proyección constitucional, la justicia que mayor relación tiene con los pueblos
indígenas es sin duda la justicia agroambiental. Así que cuando se habla de la
relación inter-judicial agroambiental e indígena originaria, se está hablando de la
forma más natural e imperativa de descolonización de la Justicia. El
reconocimiento, recuperación, visibilización, uso y sobre todo aprovechamiento de
los conocimientos y las formas propias de administración o del ejercicio del valor
justicia en nuestros pueblos indígenas originarios, está relacionado de forma directa
con la administración, cuidado, prevención y protección de la madre tierra la cual
es la competencia máxima del Tribunal Agroambiental. La aplicación del principio
de “preexistencia de las naciones y pueblos indígena originario campesinos”
desarrollado en la Constitución Política del Estado, es la muestra más latente de
este reconocimiento que manifiesta el espíritu descolonizador del Estado, ya que,
sólo reconociendo expresamente la preexistencia de nuestros pueblos y naciones
indígena originarias, reconocemos también la existencia real de mecanismos,
formas e instrumentos propios de administración y organización de justicia.
Es evidente lo manifestado por Boaventura de Sousa, cuando señala que “la justicia
indígena al contrario de la plurinacionalidad, ¡no es un proyecto! o algo por
construir, o una novedad. Es una realidad que reconocida o no por el Estado ha
formado parte de la vida de las comunidades (…)” (Boaventura de Sousa, 19:
2012). En el caso de Bolivia cuando se habla de justicia indígena originaria, no
estamos frente a un tipo de justicia estamos frente a varios tipos de justicias,
equiparable a tantas y cuantas comunidades existen. Ya que cada comunidad,
pueblo o cultura tiene su propia forma de administrar justicia, es decir que hablamos
de justicias indígenas originarias.

13.- TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA


Órgano jurisdiccional de la Comunidad Andina de Naciones 16, de carácter
permanente, supranacional y comunitario, instituido para declarar la legalidad del
derecho comunitario y asegurar su aplicación e interpretación uniforme en todos los
Países Miembros. Tiene entre sus principales funciones son:
Interpretar las normas que conforman el Ordenamiento Jurídico de la CAN,
controlar la legalidad de los actos y omisiones de los órganos comunitarios, y dirimir
las controversias sobre cumplimiento de obligaciones de los países andinos. Este
tribunal tiene la capacidad de pronunciar autos y sentencias vinculantes.

14.- CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH)


La CIDH tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los
derechos humanos en las Américas (art. 106, Carta de la OEA). La Corte
Interamericana de Derechos Humanos fue creada por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, que también definió sus atribuciones y procedimientos.
La CIDH mantiene además facultades adicionales que antedatan a la Convención
y no derivan directamente de ella, entre ellos, el de procesar peticiones individuales
relativas a Estados que aún no son parte de la Convención.

16
Creado el 28 de mayo de 1979, inició funciones en 1984, su sede permanente se encuentra en
Quito, Ecuador. Está compuesto por un magistrado de cada país miembro.
BIBLIOGRAFÍA
Arias López, Boris Wilson. Revista académica de economía. Issn: 2017.
Boaventura de Sousa, Santos. Cuando los excluidos tienen Derecho: 2012.
Escalona López, Dulce Sinaí. Monografía sobre derecho procesal. Febrero 2006:
https://www.monografias.com/.../derecho-procesal/derecho-procesal.shtml
(01/08/2019).
Ferro, Mariano Damián. Paradigma ambiental e institucionalización jurídica:
participación ciudadana y judicialización del conflicto por el saneamiento y
recomposición ambiental de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Tesis doctoral.
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Derecho: 2016.
Gobernación del Departamento de Oruro. Oruro Cultural y Turístico: 2012.
Molina Casanova, Marvin. Descolonización de la Justicia, OXFAM gb.: 2013.
Protocolo de actuación intercultural de las juezas y jueces, en el marco del
pluralismo jurídico igualitario. 2017.
Torrez López, E. El Derecho Procesal del Medio Ambiente. Abril: 2008.
Vincent, Arturo. Pluralismo Jurídico y Derechos de la Infancia, Niñez y
Adolescencia. UNICEF: 2012.
Tribunal Agroambiental. Proyecto de Ley corta del procedimiento Agroambiental:
2018.
Tribunal Agroambiental. Conclusiones de la Mesa Recursos Naturales. Jornada
internacional de prácticas procesales agroambientales. Warnes: 2018.

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