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Bell Ville, diez de marzo del año dos mil veinte.

Y VISTOS: Estos autos caratulados REQUENA, ARIEL RICARDO Y OTROS P.SS.AA. ROBO
CALIFICADO POR ESCALAMIENTO (SAC 9035299), a fin de resolver la situación procesal del
imputado y detenido: Ariel Ricardo REQUENA, DNI n° 37.733.749, argentino, de 28 años de edad,
soltero, comerciante, con instrucción, con domicilio en calle San Rafael N° 205 de barrio Cabildo de la
ciudad de Córdoba, nacido el día 13/12/1992 en la ciudad de Córdoba Capital, hijo de María del
Carmen Acosta (v) y de Juan Domingo (v) domiciliado en calle Norberto Javier Del Signo N° 5372 del
barrio San Ignacio de Córdoba Capital.

DE LA QUE RESULTA: I) Que al mencionado Ariel Ricardo REQUENA, se le atribuye la comisión


del siguiente HECHO: Que el día primero del mes de enero del año 2020, siendo aproximadamente
las 00:05 hora, los imputados Ariel Ricardo REQUENA, David Guillermo Fullana y dos sujetos aún no
individualizado por la instrucción, a bordo del automotor marca AUDI, modelo A4, dominio LTN-619,
con vidrios polarizados, propiedad de Marisa Elba Chinellato, se habrían hecho presentes, de común
acuerdo y con fines furtivos, en la ciudad de Bell Ville, Departamento Unión, Provincia de Córdoba.
Seguidamente los encartados REQUENA y Fullana y los sujetos aún no individualizado por la
instrucción, habrían detenido el rodado en el que se conducían en cercanías al domicilio de calle
Sarmiento N° 60 de dicha ciudad. Una vez allí, los imputados REQUENA y Fullana habrían
descendido del automóvil, mientras los sujetos aún no individualizado por la instrucción, conforme al
plan previamente acordado, habrían quedado a bordo del vehículo señalado, en actitud expectante y
vigilando los movimientos del lugar. Que luego de ello, REQUENA y Fullana, se dirigieron hasta una
vivienda en demolición colindante al cardinal sur con la vivienda sita en calle Sarmiento N° 60 de Bell
Ville, posteriormente habrían saltado una chapa de una altura de 1,50 ms. utilizada a modo de
cerramiento, luego habrían escalado la pared medianera de 2,80 m de altura para acceder al patio de
la vivienda sita en Sarmiento 60 de propiedad de Héctor Juan Savanco. Una vez allí, los imputados
REQUENA y Fullana, habría abierto la puerta de acceso al living, la que no tenía medidas de
seguridad colocadas, ingresando a dicha morada. Seguidamente los imputados REQUENA y Fullana,
se encaminaron hacia donde se encuentra el tablero de activación y la central de alarma, y tras
ejercer fuerza cortaron los cables de las mismas. Luego accedieron a las habitaciones de la vivienda,

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donde comenzaron a revisar y revolver, en búsqueda de objetos de valor de propiedad ajena,
logrando apoderarse ilegítimamente de la suma de nueve mil novecientos pesos ($ 9.900) que se
encontraban en sobre la mesa de luz de la habitación de huéspedes. Que en dicho momento, se
hicieron presentes Jorge Alejandro Savanco y Nicolás Savanco en el domicilio de Sarmiento N° 60,
quienes habían sido alertados por el sistema de seguridad SUMO, por lo que al percatarse los
imputados de la llegada de los mismos, salen por la puerta principal de la vivienda, a los gritos,
simulando apuntar con armas de fuego, corriendo, saltando las rejas ubicadas en las escalinatas, de
un metro aproximadamente de altura, comenzando la huida corriendo por calle Sarmiento con sentido
Sur-Norte, doblando por calle Tucumán con sentido Este-Oeste, siendo perseguidos por Nicolás
Savanco, de pedestre, logrando darle alcance a uno de los sujetos, en calle Tucumán esquina Pje.
Moreno de Bell Ville, momento en que es ayudado por Santiago López, logrando que el sujeto se
tirara al piso. En dichas circunstancias, los dos sujetos aún no identificados, uno conduciendo el
vehículo automotor marca AUDI, modelo A4, dominio LTN619, con vidrios polarizados, y el otro
sentado en la butaca trasera del lado derecho, arribaron en ayuda de los imputados antes
nombrados, abriendo la puerta trasera derecha, abordando presumiblemente Fullana a dicho
vehículo, para continuar la marcha hasta el semáforo sito en Tucumán y Sáenz Peña, lugar donde
abordó presumiblemente REQUENA al rodado. Emprendiendo la fuga REQUENA, FULLANA y los
dos sujetos no individualizados, en el vehículo señalado, a toda velocidad por calle Tucumán de la
ciudad de Bel Ville, con las res furtiva en su poder.

II) Que, convocado a ejercer su defensa material por el hecho atribuido, el imputado Ariel Ricardo
REQUENA, a fs. 142/143, en presencia de su abogado defensor, manifestó su voluntad de
declaración y dijo: “que niega el hecho. Que no va a contestar preguntas. Que se abstiene de seguir
declarando.

Y CONSIDERANDO: I) La Prueba: Que corre agregado a las presentes actuaciones el siguiente


cuadro probatorio:

Testimonios de: Matías Ezequiel MARTINEZ RAINERO (1/2 vta. y 215/216), Nereo Duilio AGRETTI
(fs. 9/10, 44, 47, 55/56 y 191/191 vta.), Nicolás SAVANCO (fs. 25/25 vta. y 198/199 vta.), Jorge
Alejandro SAVANCO fs. 26/26 vta. y 201/202), Santiago Esteban LÓPEZ (fs. 27/27 vta.), Javier
Alberto SOLARI (fs. 206/207), Carlos Alberto PERALTA (fs. 208/209), Matías Exequiel MARTÍNEZ
RAINERO (215/216).- Reconocimiento en rueda de personas: Santiago Esteban LÓPEZ (fs.
136/136 vta. y 139/139 vta.) y Nicolás SAVANCO (fs. 137/138 y 140/141).- Documental e
Informativa: actas de inspección ocular (fs. 3), croquis ilustrativo (fs. 4), fotografías (fs. 11/16 vta.,
18/18 vta., 36/40 vta., 45/46, 59/61, 64/64 vta., 67/67 vta., 72/73 vta. y 192/197), captura de pantalla
Google Maps (fs. 17, 19 y 48/50), consulta de dominio (fs. 20), consultas de registro de datos
privados e históricos (fs. 21 y 22), consulta D.G.R. (fs. 23/24), copia libro de guardia (fs. 28/30),
certificados (fs. 34, 51 y 52), actas de allanamientos (fs. 58/58 vta., 63/63 vta., 66/66 vta., 69/69 vta. y

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71/71 vta.), planillas prontuariales (fs. 81 y 83), copias de antecedentes médicos (fs. 104/125 vta.),
Informe del Registro Nacional de Reincidencia y Estadística Criminal (fs. 163 y 164), Informe Sudecor
Litoral Coop. Ltda. –Sumo- (fs. 204 y 205) y demás constancias de autos.

II) Prueba valorada. Fundamentos: Del cotejo en conjunto de los antecedentes probatorios
colectados en autos, éste Juez de Control entiende que existen elementos de convicción suficientes
que, a esta altura del proceso, permiten sostener como probable tanto la existencia material del
hecho, como la participación penalmente responsable que le cupo en el mismo al imputado Ariel
Ricardo REQUENA, tal como el Sr. Fiscal de Instrucción lo requiere.

Que, ingresando al análisis de las probanzas colectadas durante la investigación de la presente


causa, en principio corresponde se haga referencia a las circunstancias de tiempo y lugar del hecho
investigado. De esta manera encontramos debidamente probado que el hecho ocurrió el día 1/1/2020,
siendo alrededor de la hora 00:05 hora, en el domicilio sito en calle Sarmiento n° 60 de esta ciudad de
Bell Ville, propiedad de Héctor Juan Savanco. Que, dichas afirmaciones surgen de los testimonios del
empleado policial Matías Ezequiel Martínez Rainero y de Nicolás Savanco, Jorge Alejandro Savanco y
Santiago Esteban López, de los que se desprende lo antes afirmado. En este sentido, el comisionado
policial refiere que fue comisionado ese día siendo la hora 00:25 hora (fs. 1/2), los Savanco, padre e
hijo, indican que la alarma se habría activado a las 00:05 (fs. 25/25 vta. y 26/26 vta.), en tanto López,
afirma que pasó por el lugar, calle Tucumán 380 siendo alrededor de la 00:10 hora (fs. 27/27 vta.). En
lo referente al lugar, se encuentra determinado que ocurrió en el domicilio sito en calle Sarmiento n°
60 de esta ciudad de Bell Ville, vivienda propiedad de Héctor Juan Savanco. Dicha cuestión se halla
comprobada con los testimonios antes indicados de Jorge Alejandro Savanco, Nicolás Savanco y el
empleado policial Martínez Rainero. Domicilio el cual se encuentra ubicado y descripto mediante acta
de inspección ocular de fs. 3 y croquis demostrativo de fs. 4.

Comprobadas ya las circunstancias de tiempo y lugar, corresponde hacer referencia al modo


de comisión.

En primer término y en lo atinente al lugar de ingreso al inmueble atacado, el empleado policial Nereo
Duilio AGRETTI, al realizar una constatación en el domicilio y propiedades aledañas, señala que los
autores del suceso ingresaron al domicilio por una obra en construcción situada al sur de la vivienda
de calle Rivadavia 60. En esta dirección hace referencia cuando dice que existe “…una vivienda en
demolición, de la que queda en pie una pared cuya altura aproximada es de 2.80 mts que colinda con
la vivienda damnificada, además en esta pared se observa afirmada una escalera de material de
hierro, color oxido de la misma altura antes referida, por la que se presume que el o los posibles
autores, ingresaron a este predio desde la vía pública, ya que solo posee como medida de seguridad
una chapa, cuya altura de 1.50 metro de altura aproximadamente, que está colocada en forma
provisoria, se dirigieron a la escalera por intermedio de la que escalaron hacia el techo de la vivienda

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damnificada, a posterior se presume que para descender hacia el patio lo hicieron valiéndose de la
pared medianera, cuya altura aproximada es de 2.00 metros de altura, y luego se dirigieron al interior
de la vivienda, accediendo por intermedio de la puerta ventana del comedor, la que si bien tenia
colocado el pestillo, no se encontraba asegurada con ninguna medida de seguridad, ya que se
encontraba rota la cerradura, a posterior rompieron la alarma, sustrajeron el dinero y luego
egresaron…” (fs. 9/10).

Que, esta cuestión encuentra aval en distintos elementos de prueba (testimoniales, documentales e
informativos) incorporados a autos. Así, corresponde realizar un análisis de las circunstancias
previas, concomitantes y posteriores al suceso delictivo, las que valoradas en conjunto permitirán
aseverar que el modo de ingreso fue el indicado en su testimonio por el empleado policial AGRETTI e
intimado al prevenido REQUENA al momento de ejercer su defensa material. Que, en este sentido,
respecto al modo de ingreso indicado existen en autos diferentes circunstancias, que
analizadas en conjunto, llevan a confirmar dicha hipótesis. Así:

1) Retiro de moradores, activación del sistema de alarma y cierre de puerta de ingreso principal: se
encuentra comprobado que los propietarios y habitantes del inmueble se retiraron de su domicilio el
día 31/12/2019, siendo las 21:18:16 horas y que al hacerlo conectaron la alarma activando de esta
forma el sistema de alerta y monitoreo, que ello cuestión surge terminantemente probada en el
informe técnico de la Empresa SUMO, el que en concreto y en lo atiente a dicha afirmación
precedente señala que: “Mar 31/12/2019 - hora 21:18:16 – Cliente activando el panel”, “Mar
31/12/2019 - hora 21:18:24 – Reporte de Estado de Alarma Activada” (fs. 205). En igual sentido, el
testigo Jorge Alejandro SAVANCO, luego de relatar que el día indicado (31/12/2019), concurrió al
domicilio de sus padres (Rivadavia 60), asegura que al retirarse “…su madre cerró todo y conectó la
alarma…”(fs. 201/202). Además, Javier SOLARI, afirma que “…es encargado de Sumo Monitoreo.
Que habiendo presentado en el día de la fecha el informe solicitado quiere ampliar el mismo en
aclaración y ampliación que al respecto puedo asegurar que la puerta de ingreso al domicilio de la
familia Savanco fue cerrada siendo las 21:18:16 horas del día 31/12/2019, activándose la misma a las
21:18:24 de ese mismo día. Que, luego y hasta las 23:24:36 del 31 de diciembre de ese año, dicha
puerta no fue abierta, esto es permaneció cerrada” (fs. 206/207).

2) Puerta principal de ingreso cerrada, sin posibilidad de poder abrirse del lado externo: al respecto a
lo antes dicho en el punto anterior (1), con lo que como se anticipara ha quedo demostrado que dicha
abertura al momento del hecho se encontraba cerrada, se debe agregar que dicha puerta posee del
lado exterior –a la calle- un manijón o manija fija, lo que imposibilita que la misma pueda ser abierta
del lado de afuera, que ello surge de autos en primer término al observar las fotografías de fs. 192,
193 y 194, en la que puede observarse el sistema de cierre indicado del lado externo. Cuestión que
es confirmada en los testimonios de Nereo Duilio AGRETTI, cuando dice que “…y al proceder a
realizar constatación sobre la puerta de ingreso de la vivienda, que da a calle Sarmiento, se observa

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que la misma es de madera de doble hoja, que del lado externo posee manijón fijo, cerradura ciega,
no tiene picaporte, por lo que resulta imposible abrirla por fuera si no se tiente llave”, para luego
agregar que “…en caso de que dicha puerta haya sido dejada sin llave, pero cerrada, por lo antes
indicado sería igualmente imposible abrirla por fuera, pero si se puede abrir desde adentro con el
picaporte” (fs. 191/191 vta.). Que, Jorge Alejandro SAVANCO, dice “…Que, con respecto a la puerta
de ingreso, la misma es de doble hoja, que una de ellas siempre se encuentra cerrada, con las trabas,
un pestillo arriba y uno abajo, que dicha hoja nunca se abre, que la otra puerta, posee por fuera un
manijón fijo, o sea que si la puerta se encuentra cerrada de ningún modo se puede abrir desde
afuera” (fs. 201/202). Igualmente, Nicolás SAVANCO, indica que “…la puerta de ingreso, que es de
doble hoja de madera, que una de las hojas se encuentra siempre trabada, que tiene trabas de
seguridad en la parte superior e inferior, que la otra hoja del lado de adentro posee manija para abrir y
del lado de afuera que tiene picaporte o manija de agarre fijo. Preguntado para que diga si la puerta
se encuentra cerrada, desde afuera es posible abrirla, dijo: no” (fs. 198/199 vta.).

3) Imposibilidad de que la puerta de ingreso haya quedado abierta: que habiendo quedado
comprobado que dicha puerta al momento de ausentarse los moradores quedó cerrada (punto 1) y de
la imposibilidad de que se pudiera abrir desde afuera (punto 2), en consonancia con ello se encuentra
acreditado, también, que la abertura referida no había quedado abierta luego de que se retiraran los
Savanco, que ello se puede afirmar teniendo en cuenta que la mencionada abertura, posee colocado
“un sensor magnético en puerta de ingreso” (fs. 204). Que, partiendo de la comprobación que el
sistema de alarma del domicilio fue activado al ausentarse los propietarios el día 31/12/2019 a las
21:18 horas (ver punto 1), por lo que, según se verá ha quedado acreditado en autos “la
imposibilidad que dicha abertura al momento del hecho se haya encontrado abierta”. En
efecto, el Oficial Ayudante Matías MARTÍNEZ RAINERO, dice que “…antes de la medianoche del día
treinta y uno, fue comisionado por la radio operadora del Comando para que se constituyera en calle
Sarmiento al 70 de esta ciudad, domicilio donde se había activado una alarma… Que, una vez que
llegó al lugar, procedió a constatar el domicilio desde el exterior, que al hacerlo no note nada
fuera de lo común, que las puertas estaban cerradas, que incluso de haber estado abiertas me
hubiera llamado ello la atención, que al estar en el lugar se veía por la ventana del frente, que está
al sur de la puerta principal de Sarmiento 60, se veía luz interior, pero como estaba todo cerrado y
no había señal de alerta alguna en el lugar, luego de constatar ello me retire”(fs. 215/216). Que,
ello queda definitivamente comprobado cuando Javier SOLARI cuando afirma, en ampliación del
informe de SUMO, “…Que esta circunstancia de que dicha abertura durante ese lapso se encontraba
cerrada, lo puede aseverar ya que de lo contrario y concretamente si la puerta de acceso hubiera
quedado abierta, la alarma se hubiera activado, es por ello que puedo asegurar que la puerta estaba
cerrada, teniendo en cuenta el horario de activación del panel (21:18:16) y el horario del reporte de
activación de la alarma (21:18:24), por lo que de haber quedado la puerta abierta a los 10 o 15
segundos la alarma hubiera sonado” (fs. 206/207); circunstancia que queda definitivamente probada

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con el testimonio de Carlos PERALTA, cuando también asevera “…la puerta de ingreso a la casa,
tiene, sensor de contacto, por lo que dicha puerta desde que se fue la familia Savanco hasta que se
activó la alarma, estaba con seguridad cerrada, que dado el sistema es imposible que dicha puerta
haya quedado abierta, porque en ese caso la alerta o alarma hubiera sonado a los pocos segundos
de retirarse los Savanco” (fs. 210/211). Entonces, en definitiva debe concluirse que la puerta principal
de ingreso se encontraba evidentemente cerrada, siendo imposible, por lo antes valorado, que
hubiere quedado abierta.

4) Modo de ingreso de los coautores comprobado en autos: que teniendo en consideraciones las
cuestiones previamente analizadas, todas ellas aunadas con otras comprobaciones conducen a
poder afirmar que Ariel Ricardo REQUENA y el otro sujeto de sexo masculino no identificado, tal y
como se intimara al imputado y luce transcripto en la plataforma fáctica del presente proveído, a
saber: “…REQUENA …., se dirigieron hasta una vivienda en demolición colindante al cardinal sur con
la vivienda sita en calle Sarmiento N° 60 de Bell Ville, posteriormente habrían saltado una chapa de
una altura de 1,50 ms. utilizada a modo de cerramiento, luego habrían escalado la pared medianera
de 2,80 ms. de altura para acceder al patio de la vivienda sita en Sarmiento 60 de propiedad de
Héctor Juan Savanco. Una vez allí, los imputados REQUENA y Fullana, habría abierto la puerta de
acceso al living, la que no tenía medidas de seguridad colocadas, ingresando a dicha morada”. Que,
habiendo quedado establecido la imposibilidad del ingreso por la puerta principal que da a calle
Sarmiento, se puede ahora aseverar que el ingreso al inmueble atacado se produjo a través de la
playa de estacionamiento existente colindante a la vivienda asaltada, lado norte, desde allí habrían
escalado la pared o tapia medianera de 2.80 metros de altura, para descender al patio. Que ello,
brota del testimonio del comisionado AGRETTI (fs. 9/10), cuando al constituirse en el domicilio de
Savanco y sus inmediaciones determina que “se dirigieron hasta una vivienda en demolición
colindante al cardinal sur con la vivienda sita en calle Sarmiento N° 60 de Bell Ville, posteriormente
habrían saltado una chapa de una altura de 1,50 ms. utilizada a modo de cerramiento, luego habrían
escalado la pared medianera de 2,80 ms. de altura para acceder al patio de la vivienda sita en
Sarmiento 60 de propiedad de Héctor Juan Savanco”. Que, ello ha quedado plasmado en acta de
inspección ocular de fs. 3, croquis ilustrativo de fs. 4, y puede observarse en fotografía de fs. 11. Que,
siguiendo con el derrotero, podemos también asegurar que una vez en el patio de la casa, ingresaron
al interior de la morada por una puerta ventana emplazada al norte de la construcción y desde allí al
comedor y distintas dependencias. Efectivamente, en lo relativo a la puerta ventana aludida (Ref. 4 de
croquis de fs. 4), cabe indicar que tanto el comisionado Martínez Rainero, cuanto el policía Agretti
como Jorge Savanco, no dudan en afirmar que dicha puerta ventana tenía desperfectos en su
cerramiento e incluso estaba abierta inmediatamente de cometido el hecho, así “se advierte … una
puerta ventana ubicada en la parte posterior, que comunica al patio de la vivienda con un hall
comedor, que se hallaba abierta y no poseía medidas de seguridad…” (fs. 2), “…ingresando aún más
en el lugar se denota una puerta y abertura de madera abiertas que comunica al patio de la vivienda”

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(fs. 3), “postigones y puerta/ventana abiertas sin signos de violencia” (ref. 4 de croquis de fs. 4), “…se
dirigieron al interior de la vivienda, accediendo por intermedio de la puerta ventana del comedor, la
que si bien tenía colocado el pestillo no se encontraba asegurada con ninguna medida de seguridad,
ya que se encontraba rota la cerradura” (fs. 9), “…luego ingresaron por una puerta que da al patio, la
que se encontraba sin llave por encontrarse con una falla en la cerradura” (fs. 26). Finalmente, la
hipótesis expuesta anteriormente, encuentra apoyatura en la circunstancia que realizada constatación
en el domicilio luego del hecho se determinó fehacientemente que ninguna de las aberturas de la
vivienda, incluidas las dos mencionadas, tenían señales de haber sido forzadas ya que no
presentaban daño alguno que así lo hiciera presumir.

Que, entonces, dado todo lo indicado cabe se concluya que el ingreso a la morada se produjo tal y
como fuera relatado en la plataforma fáctica del presente e intimado al imputado de autos al momento
de ejercer su defensa, accionar desplegado configurativo del delito de Robo calificado por
escalamiento.

Se impone a partir de aquí se proceda a analizar lo correspondiente a la participación en el


hecho por parte de Requena.

Que, en esta dirección del análisis conjunto de los testimonios recabados en autos surge que en el
hecho intervinieron cuatro sujetos de sexo masculino, los que teniendo en cuenta lo acreditado,
desempeñaron las siguientes actividades: dos de ello habrían ingresado al domicilio sito en calle
Rivadavia 60, uno de los cuales fue el imputado en autos REQUENA, en tanto que, los dos
restantes partícipes permanecieron en el automotor en el que habían arribado a esta ciudad y
con el que se habrían dado a la fuga inmediatamente de cometido el hecho contra la propiedad
de Savanco. Dicha afirmación se encuentra avalada con el examen conjunto de los testimonios
colectados en autos, principalmente a los Savanco, padre e hijo, y a Santiago López. En respaldo de
ello Nicolás Savanco y Jorge Savanco, declaran que al arribar a la vivienda luego de haber sido
alertados de la activación de la alarma, observan que desde el interior y por la puerta del frente de la
casa salen dos sujetos de sexo masculino, los que salen corriendo por calle Sarmiento en dirección a
calle Tucumán. Que, a estas dos personas, debe agregarse un tercer partícipe conductor del
automóvil, el que fue visto por Nicolás Savanco cuando dice que “logro visualizar a un tercer
masculino, el cual conducía dicho rorado…” (fs. 25 vta.) y Santiago López, “…pudo visualizar a un
sujeto conducía el vehículo, el cual tenía su mano izquierda en el volante, en actitud tranquila…” (fs.
27 vta.). Para finalmente, estos dos últimos testigos confirmar la presencia de un cuarto masculino, el
que se encontraba en el asiento trasero del automotor, lo que se infiere de los dichos de Nicolás
Savanco, quien menciona que “además en la butaca trasera derecha lo hacía un cuarto sujeto” (fs.
25/25 vta.) y Santiago López cuando afirma que “observa que se abre la puerta trasera derecha con
otro sujeto el que no logra ver” (fs. 27/27 vta.).

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Cabe ahora mencionar que los intervinientes en el hecho delictivo contra la propiedad
investigado arribaron a esta ciudad y luego de perpetrado el delito huyeron a bordo de un
automotor color blanco marca Audi, modelo A 4, dominio LTN 619, cuestión que luce
debidamente comprobada en autos. En efecto, en apoyo de esta afirmación corren agregadas a autos
las siguientes comprobaciones, tanto Nicolás Savanco como Santiago López, son coincidentes en
señalar que efectivamente los autores del hecho se conducían en “un vehículo color blanco, que era
de marca Audi A 4, dominio LTN 619” (Nicolás Savanco fs. 25/25 vta.), en tanto López reafirma que
los autores ascendieron a un automotor blanco, al que logró ver tenía “patente LTN 619” (fs. 27/27
vta.).

Que, conforme dicha descripción del vehículo automotor, el lugar del hecho –Rivadavia 60- y la
huida –por calle Tucumán hacia el norte-, el empleado policial comisionado procede a recabar
información en lo referente a la existencia de cámaras de seguridad, logrando determinar la
existencia de cámaras, en calle Tucumán, más precisamente emplazada en la estación de servicios
“Axion”, esquina de Tucumán e intendente Viqueira, en las cuales se logra apreciar al automóvil en
cuestión pasar el día del hecho 01/01/2020 siendo la hora 00:15:57, 00:15:58 horas, lo que puede
observarse en fotografías obrantes a fs. 12/13 de autos. Que, dado dicha comprobación en relación a
la marca, color, modelo y dominio del rodado, se procede a solicitar el secuestro del automotor
(sistema ELIOT), conforme lo cual el día 2/1/2020, durante un control vehicular en Ruta 20, kilómetro
15, personal policial de la Comisaría de Malagueño, procede al secuestro del automotor marca Audi,
modelo A 4, color blanco, dominio LTN 619, vehículo que era conducido por el imputado Ariel
Ricardo Requena, quedando detenido el imputado en autos, junto a los demás ocupantes.

Que fundamentadas y comprobadas las circunstancias de tiempo, lugar y modo, participación de


cuatro sujetos de sexo masculino en el hecho que se trasladaban en el automotor marca Audi color
blanco dominio LTN 619 y, anticipando opinión, que Ariel Ricardo Requena participó en carácter
de coautor del hecho de robo por escalamiento objeto del presente y que fue uno de los dos
sujetos de sexo masculino que ingresó a la vivienda de calle Sarmiento n° 60 de esta ciudad
de Bell Ville, propiedad de Héctor Juan Savanco, que luego de apoderarse ilegítimamente de la
suma de $ 9.900, huyó de la vivienda por la puerta de entrada al domicilio. De esta manera
Nicolás Savanco refiere luego de indicar que el día 1/1/2020, siendo aproximadamente las 00:05
horas, se activa la alamar de la casa de su abuelo Héctor Juan Savanco, sita en calle Tucumán n° 60
de esta ciudad, con su progenitor se dirigen al lugar, continúan y dice que “al arribar al lugar, en
momento que se dirigía hacia la puerta de ingreso es que es sorprendido por dos masculino (uno de
50 años y el otro 25 años, aprox.) que salían desde el interior de la misma, por la puerta de ingreso
principal de la vivienda, el mayor le hace señas como que le apunta con algo (no alcanzando a
visualizar en primer momento si tenía un arma o no), ambos salen corriendo, cruzando el cantero del
frente del domicilio, emprendiendo huida por calle Sarmiento con sentido Sur-Norte doblando por calle

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Tucumán con sentido Este-Oeste, el dicente los sigue en forma pedestre y logra darle alcance al
individuo mayor en calle Tucumán esquina Pje. Moreno, momento donde pasa en motocicleta un
conocido del declarante, el ciudadano Santiago López, domiciliado en Los fresnos 927, el dicente le
grita “alcánzalo que me robo”, López frena y simula ser policía, manifestándole textual: “policía, tírate
al piso”, el masculino mayor se arrodilla y levanta las manos, justo en dicho momento se cruza un
vehículo de color blanco, observando que el mismo era marca Audi, A 4, Dominio LTN619,
inmediatamente el masculino se tira hacia el rodado ingresando por la puerta trasera del lado
derecho; dándose a la fuga por calle Tucumán con el normal sentido de circulación y a posterior giran
en Bv. Colon con sentido Sur-Norte, perdiéndolo de vista” (fs. 25/26 vta.). Que, en su declaración
Savanco describe a los dos sujetos masculinos que vio salir huyendo de la vivienda de su abuelo, en
ese sentido indica que “…en cuanto al masculino mayor de 50 años aproximadamente, era de tés
trigueña, de contextura física delgado, de 1.80 metro de altura, cabello corto, canoso y presentando
entrada sin cabello, no pudo observar si el mismo tenía colocado algún pearcing o si tenía algún
tatuaje, como así también otro tipo de características físicas o rasgos faciales, …mientras que el
masculino de 25 años aproximadamente era de tés trigueña, de contextura física robusto (gordo con
panza), de 1.65 metro de altura, no logrando ver más detalles debido a la oscuridad y que éste huye a
gran velocidad, alcanzando solo a visualizar que llevaba una mochila de color negro sin poder
observar otros detalles. Agregando el declarante que al momento que paso el vehículo logro
visualizar un tercer masculino, el cual conducía dicho rodado, del que solo pudo ver que era de
contextura fisca normal, sin cabello (pelado), el mismo vestía remera de color Azul y que además en
la butaca trasera del lado derecho lo hacía un cuarto sujeto del que no logro visualizar características
tanto física, como de vestimenta ya que los vidrios del rodado eran polarizado...” (fs. 25/25 vta.).

En igual sentido, al prestar testimonio Jorge Alejandro Savanco, luego de confirmar las circunstancias
anteriores en relación a la activación de la alarma del domicilio de calle Sarmiento n° 60, señala que
“Una vez en Sarmiento 60 estaciona frente a la morada de su padre Héctor, descendiendo primero
Nicolás y por detrás el declarante. Que al momento de subir las escalinatas de ingreso a la puerta
principal de la morada -alero-, se abre la puerta bruscamente, saliendo del interior dos (2) sujetos
masculinos, los que a gritos y con el gesto corporal de sus manos juntas simulando tener una arma
de fuego -ya que no puede dar fe si tenían o no por la oscuridad de la noche- expresaban "te tiro.. te
tiro", saltando las rejas (situadas sobre las escalinatas y de altura de un metro aproximadamente),
rápidamente del frente de la vivienda, emprendiendo huida corriendo hacia calle Tucumán, girando
hacia la izquierda con sentido al cardinal Oeste y tras estos su hijo Nicolás”. Que, luego, respecto a
los dos sujetos que vio salir del hogar de su progenitor, manifiesta “…que no recuerda vestimenta,
puede aportar que uno era más joven que otro y uno de ellos llevaba colocada una mochila (la que no
puede describir). Que, sin embargo éste testigo indica que de volverlos a ver no podría reconocerlos
(fs. 26/26 vta.).

Finalmente, en su testimonio Santiago Esteban López, indica que ese día y a la hora del hecho

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(01/01/2020, 00:10 hora), transitaba por calle Tucumán, para señalar concretamente que “…observa
que su compañero de trabajo Nicolás Savanco se encontraba corriendo a dos sujetos, gritándoles
entre insultos "vengan para acá, ya los voy a agarrar, llama a la policía". En cuanto a los sujetos, uno
de ellos era de unos 50 años aproximadamente, de tez trigueña, de 1,75 o 1,80 metros de altura, con
lentes (no recuerda si eran redondos o cuadrados, pero sí sabe que eran gafas con vidrio
transparente), con pelo corto medio canoso, de contextura delgada, quien vestía un pantalón de jean
largo, no pudo divisar color porque era de noche, una remera o camisa -no pudo divisar bien- mangas
cortas, cree que de color oscuro y zapatos tipo de vestir color negro, no pudo divisar si tenía tatuajes
o pearcings, pero cree que no. Este sujeto corría a toda velocidad por calle Sarmiento en sentido Sur-
Norte (en contramano a la dirección de la calle), y gira hacia calle Tucumán en sentido Este-Oeste,
junto con otro muchacho, el cual era más joven, de unos 25 o 30 años aproximadamente, quien tenía
una mochila color negro con peso (se dio cuenta que le pesaba al correr), y físicamente era de
contextura robusto -más gordito que el primero-, de 1,70 metro de altura, de tez blanca, con cabello
color negro corto, quien vestía una remera mangas cortas color negro, un pantalón de jean largo color
azul, y zapatillas que cree que tenían algo blanco con negro, no pudo divisar bien, ya que este
segundo sujeto sigue corriendo por calle Tucumán en sentido Este-Oeste, sobre la vereda izquierda.
Al ver esta situación, el declarante desciende de su motocicleta, dejándola estacionada, en marcha,
sobre calle Tucumán, a media cuadra de la intersección con calle Sarmiento, y le grita a primer
sujeto, de 50 años, manifestándole "tírate al piso", y el masculino levanta sus brazos en el aire,
creyendo que el declarante era policía, mirando hacia el suelo, manifestando "pará, pará, yo no hice
nada",sin frenar su paso, y en ese momento aparece un vehículo color blanco -no recuerda marca-
con vidrios polarizados, el cual circulaba por calle Tucumán en sentido Este-Oeste, y éste frena a
unos 15 metros de la intersección de calles Tucumán y Sarmiento, y el declarante observa que se
abre la puerta trasera derecha, y ve que el primer sujeto de 50 años, grita "metete, metete",
intentando empujar a un tercer sujeto que se encontraba dentro del vehículo -al cual el dicente no
logra ver-. Sí pudo divisar que un cuarto sujeto conducía el vehículo, y éste tenía 40 años
aproximadamente, de contextura robusto, cree que era pelado -no pudo ver bien-, de tez blanca,
quien vestía una remera mangas cortas color azul claro, el cual tenía su mano izquierda en el volante,
con actitud tranquila, quedándose cuatro o cinco segundos estacionado, hasta que subió el primer
sujeto, quien se lanza de cabeza al interior del vehículo de forma desesperada, empujando al tercer
sujeto que el declarante no logró ver. En ese momento, logra divisar que la patente del vehículo era
LTN619. A los pocos segundos, este rodado avanza una cuadra, y frena nuevamente en el semáforo
de la intersección de calle Tucumán y Sáenz Peña -el cual estaba en rojo- donde el segundo sujeto -
de 30 años aprox.- abre la puerta trasera izquierda y se sube al vehículo, el cual se da a la fuga a
toda velocidad por calle Tucumán, girando a la derecha hacia el puente Sarmiento, donde el
declarante lo pierde de vista…”. Luego, este testigo afirma que a los sujetos que vio huir “…podría
reconocerlos, al hombre de 50 años sí podría reconocerlo, y al segundo sujeto más joven cree que
también, no así a los restantes individuos” (fs. 27/27 vta.).

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Que, teniendo en cuenta el contenido de dichos testimonios de Nicolás Savanco y Santiago Esteban
López, luego de ser detenido como ya se indicó el imputado Ariel Ricardo Requena por personal
policial de la localidad de Malagueño, se procede a ordenar la realización de un reconocimiento en
rueda de personas. Que llevado a cabo dicho acto con observancia de las garantías legales
correspondientes, al comparecer ambos testigos, reconocen a Ariel Ricardo Requena, como uno de
los dos sujetos que salieron del domicilio (Savanco) y uno de los dos sujetos que perseguía Nicolás
Savanco y luego huyo (López). Así, concretamente refieren: Santiago Esteban López, “Parecido en
estatura el dos. Los otros no, ninguno. Nada más que eso puedo decir. El dos era el que corría
por la vereda izquierda” (fs. 136/136 vta.); en tanto, Nicolás Savanco, señaló que; “El más
parecido es el dos por la contextura física, la altura y el pelito corto. La cara no, porque sale
corriendo de adentro del domicilio, es el que llevaba la mochilita” (137/138). Entonces,
analizando los testimonios de los antes nombrados y sumados al de Jorge Alejandro Savanco, se
puede concluir que del domicilio huyeron dos masculinos, para posteriormente, dados los
reconocimientos positivos indicados (Nicolás Savanco y López), determinar a esta altura de la
investigación y con el grado de probabilidad requerido para esta etapa procesal, que uno de los dos
masculinos que salieron del domicilio tras perpetrar el hecho contra la propiedad de Héctor Savanco,
es el imputado en autos Ariel Ricardo Requena.

Que, dado todo lo supra analizado, podemos resumir como prueba relevante, que: 1) participación de
4 sujetos de sexo masculino. 2) Que estos cuatro partícipes del hecho contra la propiedad se
conducían en el automotor marca Audi, modelo A 4, Dominio LTN 619. 3) Que dos de los sujetos
ingresaron al domicilio de calle Sarmiento N° 60 de esta ciudad escalando un tapia aledaña a la
vivienda, para ingresar al patio y allí por una puerta ventana trasera –sin medidas de seguridad-
adentrarse al domicilio. 4) Que estos dos masculinos ya en el interior, arrancaron el sistema de
alarmas. 5) Que se apoderaron ilegítimamente de la suma de $ 9.900. 6) Que luego de activarse la
alarma y al arribar al lugar Jorge y Nicolás Savanco, ambos masculinos, salieron del domicilio por la
puerta del frente y huyeron por Sarmiento hasta Tucumán siendo perseguidos por Nicolás Savanco,
para luego ascender al automotor y huir del lugar. 7) Finalmente, ha quedado suficientemente
acreditado, repito, con el grado de probabilidad que se exige para esta etapa del proceso, que uno de
los dos sujetos que ingresó a la vivienda, huyó por la puerta del frente y luego de ser perseguido
ascendió al rodado Audi, fue el imputado en autos Ariel Ricardo Requena. Que, entonces y en
definitiva a través de la prueba precedentemente valorada en forma conjunta cabe concluir que han
quedado totalmente confirmadas y acreditadas no solo las circunstancias de tiempo, lugar, modo del
hecho investigado, sino además la participación, concretamente la autoría del imputado y detenido en
autos Ariel Ricardo Requena, tal y como se hiciera constar en la plataforma fáctica del presente.

III) Calificación Legal: Todo lo expresado en el punto precedente me conduce a concluir que Ariel
Ricardo REQUENA, debe responde como supuesto coautor (art. 45 del CP) del delito de Robo

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Calificado por Escalamiento (arts. 167 inc. 4° en función del 163 inc. 4° del CP), toda vez que se
constituyó en una obra en construcción colindante al domicilio sito en calle Sarmiento n° 60 de esta
ciudad de Bell Ville, y tras escalar, por una tapia de 1.80 m de altura, habría accedido al patio del
domicilio donde tras ingresar por un puerta ventana, que se encontraba con medidas de seguridad
pero abierta –por fallas en la cerradura- se introdujo a la vivienda y ya dentro se encaminó hacia
donde se encuentra el tablero de activación y la central de alarma, y tras ejercer fuerza cortó los
cables de dicho sistema, para luego apoderarse ilegítimamente de la suma de $ 9.900, propiedad de
Héctor Juan Savanco.

Cabe señalar, al respecto al escalamiento, que “(…) Lo que importa entonces, para que concurra esta
calificante, no es ingresar a un lugar por una vía no permitida o no destinada a ese fin sino en
“vencer” una defensa, un obstáculo que ha sido predispuesto como resguardo de la cosa y para lo
cual el ladrón de realizar un considerable esfuerzo, habilidad o maniobra. La exigencia del
escalamiento queda satisfecha cuando se superan defensas por ascenso… La defensa de la cosa
debe ser real, efectiva,… son aquellas que tienen una considerable altura y que son difíciles de
escalar o por lo menos que exigen del autor un esfuerzo superior al normal” (J.E. Buompadre
“Derecho Penal Parte Especial”, edit. Con Texto, ed. abril 2018, págs. 314/315). En el presente caso,
los muros perimetrales que rodean la vivienda exigen un esfuerzo que supera lo ordinario y que
permite tener por configurada la agravante seleccionada. Además, el tramo ejecutivo se ejerció con la
fuerza exigida para la configuración de la figura base –robo-, con la rotura del sistema de alarma que
funcionaba como medida de seguridad de la vivienda. Que por todo lo dicho, entiendo que resulta
adecuado subsumir la conducta del nombrado en el delito de robo calificado por escalamiento (art.
167 inc.4° en función del 163 inc.4° del CP). En este sentido, y siguiendo a nuestro máximo tribunal
provincial, en autos: “CANO, TSJ Sala Penal, S. n° 288, del 27/10/2008”, sostuvo que, aunque
nuestra ley no define el escalamiento, se puede conceptualizar desde dos aspectos: uno referido a la
defensa privada y otro a la actitud del reo. El primero de ellos requiere que las cosas estén protegidas
por un cerramiento que se levanta con fines de exclusión y resguardo, como obstáculo verdadero a la
codicia invasora y el segundo exige del malhechor que ante la imposibilidad de usar las aberturas
específicamente destinadas para entrar, arrime y utilice medios o bien despliegue un esfuerzo
corporal superior al que necesita la generalidad de las personas para superar esa valla opuesta al
apoderamiento de las cosas colocadas en el interior de la esfera protegida (T.S.J. de Córdoba, Sala
Penal, “Heredia”, S. n° 37, 25/11/1969; “Oliva”, S. n° 20, 13/11/1989 y “Chara”, S. n° 39, 17/06/1998).

Consecuentemente, el escalamiento como modo de comisión del delito es demostrativo de una


obstinación, por parte del autor, de superar los obstáculos puestos como defensa, para impedir el
ingreso. Ahora bien, en el caso, y conforme a la doctrina enunciada, estimo que es aplicable la figura
penal del escalamiento. En efecto, del hecho que entiendo acreditado resulta que el ingreso del
imputado y su compañero, a la vivienda de Savanco -con finalidad furtiva-, lo fue previo subir uno de
los muros perimetrales. En consecuencia, se advierte, un claro obstáculo que los agentes debieron

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vencer para ingresar al lugar y comenzar a ejecutar el desapoderamiento, puesto que lo hicieron por
una vía no destinada a servir de entrada y cumpliendo un cierto esfuerzo para pasar por encima de un
muro de una altura considerable. En síntesis, la modalidad utilizada para el ingreso, conforme la
interpretación señalada, permite la aplicación de la agravante prevista en el art. 167 inc. 4º en función
del 163 inc. 4º CP, puesto que el imputado Requena y su cómplice debieron sortear obstáculos reales
para entrar a su objetivo. Asimismo, se impone indicar también que, en relación a la consumación del
ilícito calificado, en cuanto requiere se desapodere ilegítimamente al tenedor de una cosa mueble, en
el caso bajo estudio, el imputado REQUENA y sus cómplices se apoderaron ilegítimamente de la
suma de $ 9.900. El hecho debe considerarse consumado en tanto, la modalidad comisiva importó el
ejercicio de una real disposición material por parte del imputado que, huyendo del lugar del hecho,
contó con tiempo suficiente para salir e intentar buscar un escondite en el cual refugiarse en posesión
de su botín.

IV) Privación de la Libertad: Así las cosas, y en virtud del requerimiento de prisión preventiva
formulado por el Sr. Fiscal de Instrucción corresponde ingresar entonces al examen de la existencia
del peligro procesal. En tal sentido, cabe mencionar que la doctrina ha señalado que la peligrosidad
procesal “…es el riesgo que la libertad del imputado puede entrañar para los fines del proceso
seguido en su contra, esto es, su posible afectación de los objetivos de descubrimiento de la verdad
real –interponiendo obstáculos para su logro- y de actuación de la ley penal sustantiva –impidiendo el
normal desarrollo del Juicio o el cumplimiento de la pena eventualmente impuesta, al sustraerse de la
autoridad” (Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Aída, “Código Procesal Penal de la Provincia de
Córdoba Comentado”, Tomo I, Pág. 649). Constituye la razón fundamental por la que puede privarse
de la libertad al sometido a proceso por un delito respecto del cual, por expreso mandato
constitucional, debe ser tenido por inocente hasta que se demuestre lo contrario (T.S.J., Sala Penal,
“Navarrete”, S 14, 18/10/05; “Spizzo”, S. 66, 07/07/06). La ley procesal, entonces, impone efectuar un
pronóstico, que ha de versar sobre el comportamiento futuro del imputado, en lo que concierne al
cumplimiento de sus obligaciones procesales, ello, por cierto, con el grado probabilístico que conlleva
todo pronóstico acerca de conductas humanas futuras; en otras palabras, sobre la base de los
elementos probatorios colectados hasta el momento en este proceso, es que debo determinar si se
verifica o no, el citado peligro procesal. En efecto, “…el eje central de la prisión cautelar, desde la
óptica procesalista –única jurídicamente aceptable-, se relaciona estrechamente con el futuro del
proceso, con una evaluación predictiva o presunta, sobre una posible conducta humana futura…”
(Vegezzi, Santiago, “El proceso y su mirada hacia el futuro. El peligro en la prisión cautelar”, publicado
en “Problemas Actuales del Derecho Procesal Penal”, Daniel R. Pastor (Director) – Nicolás Guzmán
(Coordinador), Editorial Ad-Hoc, Buenos Aires, 2012, pág.318/319).

En primer término, se debe indicar que al imputado Ariel Ricardo REQUENA se le atribuye la
coautoría (art. 45 del CP) del delito de Robo Calificado por Escalamiento (art. 167 inc. 4° en
función del art. 163 inc. 4°, del CP), injusto que se encuentra reprimido con pena que parte de

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un mínimo de 3 años de prisión a un máximo de 10 años de prisión. Se trata de un pronóstico de
pena elevado, aunque dadas la carencia de antecedentes penales computables del imputado
permitiría –prima facie- la aplicación de una condena de ejecución condicional (art. 26 del CP). No
obstante, en el caso que nos ocupa, dicho pronostico seguramente va de ceder, ya que dicha
condicionalidad de la condena debe, en todo caso, ser fundada en la personalidad del imputado,
características del hecho, etc. (arts. 40 y 41 del CP), por lo que en este último sentido, teniendo en
cuenta que en el ilícito investigado en la presente causa tomaron parte cuatro personas (con
distribución de roles bien definidos cada uno), que para cometer el hecho tuvieron que recorrer -en un
rodado de alta gama unos 200 km, entre el lugar de residencia de los intervinientes (Córdoba) y el
domicilio de la víctima (Bell Ville). Que a dicha empresa delictiva, previamente acordada, la
desarrollaron aprovechando la nocturnidad y el pleno festejo de año nuevo, el despliegue,
coordinación y ayuda llevado a cabo cuando huyeron del lugar -luego de cometido el hecho-, todo ello
denota una llamativa actuación planificada y capacidad operativa organizada de los mismos para
cometer este tipo de hechos delictivos. A ello se le debe agregar la destreza y fuerza que utilizaron
para desactivar la alarma, provocándole un gran daño a todo el sistema de seguridad que poseía la
vivienda, cuestiones que aunadas permiten inferir que en caso de condena, la pena que se le
impondrá a Requena -en caso de ser condenado- evidentemente se alejará del mínimo de 3
años de prisión previsto para el delito que se le atribuye, por lo que, la posibilidad de
condenación condicional cedería ante el cumplimiento efectivo de la pena a imponer. De todos
modos, el estándar judicial fijado por la CSJN (Loyo Fraire), seguido por el TSJ de Córdoba (Sala
Penal, S. 34 año 2014), indica en términos prácticos, que la gravedad de la amenaza penal contenida
en la escala de los delitos que se le atribuyen a un imputado no puede justificar por sí sola la prisión
preventiva. Resulta necesario realizar, además, una evaluación conjunta de dicho dato con otros
indicadores que me permitan inferir la existencia de un peligro concreto de fuga o de entorpecimiento
en la averiguación de la verdad, como así también de contraindicios –de peso- que puedan desvirtuar
la aludida inferencia.

Con arreglo a dichos parámetros es que, entonces, corresponde ahora examinar las constancias de
la causa, en lo atinente a la peligrosidad procesal y teniendo en cuenta en este sentido, un primer
examen de las constancias de la causa, me permite advertir la existencia de algunos indicios que
resultarían favorables para el imputado Requena: así tiene un domicilio fijo y al momento de ser
aprehendido no ofreció resistencia alguna proporcionando a la autoridad policial su verdadera
identidad.

Ahora bien, no obstante lo expuesto, surgen también de la presente causa, indicios de peligro
procesal de peso, que, a mi juicio, prevalecen sobre los ya expuestos, y tornan, por ende, conveniente
disponer en esta instancia esta medida coercitiva, pues puede inferirse que los mismos revisten
peligrosidad para los fines del proceso, por lo que se puede presumir con alto grado de certeza que
tratará de eludir el accionar de la justicia y entorpecer la investigación. Que ello, entonces nos lleva a

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encuadrar su situación dentro de las previsiones del art. 281 del CPP. Que, esta amenaza de
probable pena efectiva atento lo expresado por el TSJ “Se trata, como se dijo en el precedente citado,
del “primer eslabón” de análisis de indicios concretos de peligrosidad procesal. De manera tal que
ante un delito de suma gravedad, bastara un respaldo indiciario mínimo para acreditar el riesgo
procesal, mientras que uno de escasa gravedad exigirá un respaldo indiciario fuerte” (Conf. TSJ Fallo
“Lascano”, Sent. N° 132, 10/10/2014).

Que para el caso bajo examen, existen en la causa al menos tres sujetos de sexo masculino, aún no
individualizados por la instrucción, es decir, prófugos; cuestión que debe ser valorada como un fuerte
indicio de entorpecimiento. Al respecto, conforme lo dicho por el T.S.J. “(…) la circunstancia que a la
fecha existe un coautor prófugo, abona seriamente la posibilidad de que puedan ponerse de acuerdo
para llevar a cabo actos de entorpecimiento o de fuga” y agrega el T.S.J., que se arriba a tal
conclusión ya que la existencia de un sujeto que se ha evadido con éxito del accionar de la justicia,
puede abonar la sospecha de que, puesto en libertad el otro coimputado, entre ambos podrían llevar
adelante estrategias comunes tendientes a una fuga conjunta, o a entorpecer la investigación …”
(T.S.J. In re “Montenegro”, S. nº 324, 5/9/2014). Es menester aclarar, conforme ya ha señalado el
T.S.J, que la mera calidad de prófugo de uno o varios de los partícipes de un hecho delictivo no
necesariamente constituye, por sí solo, un indicio de riesgo procesal, ya que esta situación deberá
presentarse en un contexto, o deberá revestir ciertas características, que permitan inferir que el
imputado asumirá, junto al prófugo desconocido, una determinada conducta entorpecedora (cf.
“Lescano”, S. n°392, 10/10/2014) o – en lo que aquí interesa elusiva de la acción de la justicia. En
este sentido, y en el caso particular, se ha arribado a la conclusión de la existencia de otros sujetos
que participaron del suceso investigado que se han evadido con éxito del accionar de la
justicia, lo que puede abonar la sospecha de que, Requena puesto en libertad, entre ellos
podrían llevar adelante conductas o estrategias a los fines de emprender una fuga conjunta o
entorpecer la investigación.

En otro aspecto, pero en igual sentido encontramos en autos, que el imputado Requena junto con los
demás intervinientes -aún no individualizados por la instrucción-, para cometer el hecho investigado,
en procura de una mayor impunidad y dificultad en torno a su identificación (tal como ocurrió con los
demás partícipes), recorrieron una distancia de casi 200 km de sus domicilios (ciudad de Córdoba)
hasta el sitio donde consumaron el ataque a la propiedad (Bell Ville), que al mismo lo habrían
emprendido en un automóvil y lo fue al solo fin de cometer el delito que se investiga, todo lo que
indica, dado la lejanía de sus lugares de residencia con la del lugar del hecho, no solo evitar o
dificultar su individualización, sino que además demuestra la gran capacidad operativa y de
movimiento para delinquir con la que cuenta Requena y sus cómplices, lo que proyecta
desconfianza acerca de su sometimiento al presente proceso.

A todo ello debe agregar y ponderar que una vez sorprendidos por los Savanco, padre e hijo, los dos

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sujetos que se encontraban dentro de la morada (entre ellos Requena) huyeron de la misma siendo
perseguidos por Nicolás Savanco, persecución a la que luego se unió Santiago López, resistiéndose a
la aprehensión (privada) que uno de ellos había logrado, forcejeando concretamente con Savanco,
para luego huir, abordando el automotor marca Audi color blanco en el que se conducían. Así las
constancias de la causa arrojan que al producirse el llamado al n° 101 (emergencia policial), persona
llamante informo que en la calle Tucumán al 380 aproximadamente habría un “riña” entre dos
personas, donde una de las partes aborda lo que creería es un Peugeot blanco y se escapa del lugar
(fs. 29). Que, este llamado da cuenta claramente de una actitud de “pelea” entre las dos personas
aludidas y confirma también que una de ellas huye en el automóvil. Que, dicha circunstancia “riña”,
luego se determinó que fue el forcejeo entre uno de los dos sujetos que huyo del domicilio asaltado y
Nicolás Savanco quien salió en su persecución. Que ello encuentra plena confirmación con los
testimonios de MARTÍNEZ RAINERO, quien refiere “… que Nicolás SAVANCO…los corre y dándole
alcance a la altura de calle Tucumán 380, lugar donde comienza un enfrentamiento con uno de ellos
… En esa circunstancias se presenta un automóvil color blanco por calle Tucumán , circulando de
Este a Oeste, que se estaciona a unos metros delante del primer individuo, quien luego de un breve
forcejeo con Nicolás sale corriendo y aborda dicho rodado” (fs. 1/2 vta.). Que, tanto la constancia del
Libro de Guardia como el testimonio del policía, se ven definitivamente reafirmados con los
testimonios del ya mencionado Nicolás Savanco (fs. 25/25 vta.) y de Santiago Esteban López (fs.
27/27 vta.), quienes son contestes en referir que el primero persiguió a uno de los asaltantes, que le
dio alcance en calle Tucumán, produciéndose un forcejeo entre ambos –perseguido y persecutor-,
que en ese accionar concurrió en colaboración López, logrando de todas formas resistirse a la
aprehensión privada (art. 279 del CPP), que intentaban Savanco y López, logrando el malviviente
darse a la fuga del lugar tras ascender al automotor que se hizo presente al lugar para colaborar en la
huída. Como se puede ver, el imputado Requena y el otro sujeto aún no individualizado
mantuvieron actitudes que reflejan la voluntad de emprender no sólo una simple elusión, sino
que la misma fue planificada con apoyo de terceros y así lograron escapar a bordo de un
rodado a alta velocidad. Esa conducta desempeñada por Requena su exitoso y acorado plan de
fuga-, es -sin dudas circunstancia demostrativas de una capacidad concreta de asumir riesgos
con el fin de no lograr el sometimiento a la autoridad y evitar la actuación de la justicia (en este
sentido, T.S.J. “Altamirano”, S. nº 405, 20/10/2014 y “Benedetti”, S. nº 410, 27/10/2014). En otro
orden, cabe destacar que, si bien la investigación de la presentes se encuentra avanzada, la
peligrosidad procesal detectada para el imputado antes nombrado puede subsistir aun cuando
la investigación penal preparatoria se encuentre completa, ya que –dicho peligro procesal- se
proyecta para todo el proceso, incluyendo también la eventual etapa del juicio (Cámara de
Acusación de Cba., “Burgos”, A.N. 467, 27/10/10). En virtud de todo ello, y de los indicios de
peligrosidad procesal considerados e indicados previamente es que no resulta aplicable ninguna otra
medida de coerción menos gravosa que la prisión preventiva, la que aparece como absolutamente
indispensable, necesaria e insustituible por cualquier otra disposición para garantizar la actuación de

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la ley sustantiva y el descubrimiento de la verdad. En síntesis, en el presente caso, a mi juicio, más
allá de las circunstancias favorables precedentemente destacadas para el imputado Requena,
entiendo que la característica y las acciones desplegadas en el hecho que se le atribuye, el contexto
en que sucedió, su planificación y previa concertación, cantidad de intervinientes, el pronóstico de
pena efectiva, la facilidad de desplazamiento por el territorio provincial con el que cuentan, sumado a
que la investigación no se encuentra cumplida, todo ello, valorado de manera conjunta, me permite
afirmar que el imputado Requena, en libertad, no cumplirá adecuadamente con las obligaciones que
emergen de su sometimiento al presente proceso, y, en el caso concreto, podría entorpecer el normal
desarrollo o frustrar los fines del mismos, ausentándose.

Finalmente, debo señalar, que las circunstancias recién ponderadas como indicadores de peligro de
fuga y de entorpecimiento, han sido evaluados y merituados de manera conjunta y no de forma
aislada, indicios concretos que en definitiva en el marco de análisis antes descrito permiten arribar a
la razonabilidad de la medida de coerción con respecto al riesgo cierto que la libertad del imputado
puede tener para los fines de este proceso. Por tales motivos la medida de coerción ordenada, luce,
en este momento, como absolutamente indispensable para asegurar y alcanzar los fines del proceso
(arts. 269, 281 y cc. del CPP). En virtud de todo ello, considero que no resulta aplicable ninguna otra
medida de coerción menos gravosa que la prisión preventiva, la que aparece como absolutamente
indispensable, necesaria e insustituible por cualquier otra disposición para garantizar la actuación de
la ley sustantiva y el descubrimiento de la verdad. Por lo expuesto y teniendo en cuenta el contenido
de los arts. 336 y 281, 281 bis, 281 ter, cc y del CPP; RESUELVO: I) Ordenar la Prisión Preventiva
de Ariel Ricardo REQUENA, ya filiado, por considerarlo supuesto coautor del delito Robo
Calificado por Escalamiento (arts. 45 y 167 inc. 4° en función del 163 inc. 4° del CP), atento lo
establecido por los arts. 336, 281, 281 bis, 281 ter y cc. del CPP. III) Notifíquese.

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