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DESCARTES: EL MÉTODO CARTESIANO.

1. Introducción a la filosofía de Descartes.


1. La renovación de la filosofía y el problema del método.
La necesidad de un método para dirigir bien la razón y alcanzar un conocimiento, no
es una elaboración propia y única de Descartes, sino que debe compartir el merito con
Galileo y Newton. No obstante, el uso que hace del método es completamente
particular.

El contexto en general en él tuvo lugar esta teoría cartesiana fue muy particular. Fueron
numerosos los cambios sociales y políticos que se produjeron en Europa hacia el final
de la Edad Media: con la aparición de la burguesía, el abandono del progresivo modo
de producción feudal, la constitución de los Estados Nacionales… A estos cambios
sociales hay que sumarle los cambios de carácter cultural: el desarrollo del humanismo,
el neoplatonismo, la aparición de nueva ciencia…

Cabe destacar que el humanismo había conseguido imponer una nueva percepción del
hombre asociado a la necesidad de recuperar el saber clásico, resaltando al hombre y
considerándolo como el objeto central de la creación.

Por lo que a Descartes respecta resulta más interesante atender al desarrollo de una
nueva ciencia representada por los filósofos especulativos o experimentales que
partiendo de una nueva concepción de la naturaleza van a modificar sustancialmente
el panorama intelectual de la Europa del siglo XVII.

El desarrollo del escepticismo representado fundamentalmente por Montaigne


suscitará un debate crítico entorno a la capacidad de investigación y de conocimiento
de la escolástica. Es conocida la reacción de Descartes contra este escepticismo
generalizado y que estará en la base de la elaboración de su método.

Todos estos cambios son conocidos y asumidos por los filósofos de finales del siglo XVI
y principios del XVII, de tal modo que hay una clara conciencia de ruptura con
respecto a la tradición medieval. Por lo demás, ya desde S. Tomás de Aquino se había
considerado necesario distinguir la fe de la razón y atribuir a cada una de ellas un
campo específico y limitado. Esta distinción inicial que realiza S. Tomás de Aquino será
convertida por separación por Guillermo de Ockham y progresivamente aceptada
como un presupuesto indiscutible.

2. La ciencia renacentista y el problema del método.


La idea de que es necesario un nuevo método para abarcar el estudio aparece ya de
una manera clara y decidida en Bacon: en el Novum Organum luego en el Pars detruens
en el que Bacon analiza a los ídolos, es decir, a los elementos o aspectos del
conocimiento que interfieren en el conocimiento de la verdad y que recogen el conjunto
de errores más comunes en la investigación de la naturaleza. Lo mismo ocurre en el
caso de Galileo. Su búsqueda de la objetividad en el conocimiento de la naturaleza le
llevará a rechazar los procedimientos escolásticos inspirados fundamentalmente en
Aristóteles.

Descartes optará por una interpretación distinta del método. Comparte la idea de que
la naturaleza es una realidad dinámica con una estructura matemática. También
comparte la necesidad de un método debido al fracaso de los métodos anteriores. Si
que tiene una interpretación distinta del significado de las matemáticas, pues considera
que el éxito de las mismas radica en su método deductivo. Él mantendrá que
DESCARTES: EL MÉTODO CARTESIANO.

utilizando el método que utilizan los matemáticos quizás se pueda alcanzar la verdad y
la certeza en el conocimiento de otros aspectos de la realidad. Parece quedar claro que
el conocimiento de la verdad debe ir asociado a la utilización de un método.

3. Racionalismo.
Frente otras soluciones al problema del conocimiento y de la constitución de la
“ciencia”, Descartes optara por una solución racionalista. El racionalismo se caracteriza
por la afirmación de que la certeza del conocimiento procede de la razón. Ello
supondrá la desvaloración del conocimiento sensible, en el que no se podrá
fundamentar.

El racionalismo afirmará la intuición intelectual de las ideas y principios evidentes, a


partir de los cuales comenzará la deducción del saber, del mismo modo que todo el
cuerpo de las matemáticas se produce a partir de unos primeros principios evidentes e
indemostrables.

2. Razón y método en Descartes.


1. El modelo matemático en Descartes.
Tanto en su primera meditación como en la primera parte del Discurso del método
Descartes insiste reiteradamente en la necesidad de rechazar el error, lo que va
asociado inevitablemente a la búsqueda de verdad.

Reacio a aceptar los argumentos de los escépticos que afirman la imposibilidad de que
haya algún conocimiento verdadero, Descartes se dispone a investigar con el fin de
determinar algo con certeza. La razón se ha equivocado en numerosas ocasiones hasta
el punto en que Descartes considera necesario reconstruir el edifico del saber sobre
bases firmes y seguras. Descartes considera que lo que hace verdaderos a los
conocimientos matemáticos es el método empleado para conseguirlos.

Si razón es la única, el saber es único y debe haber un único método para alcanzar la
sabiduría. Es en esta época cuando Descartes concibe la idea de un saber o de una
ciencia universal “Mathesis universalis”. Es también la época de los sueños en lo que
un espíritu le indica el camino a seguir para alcanzar la verdad. Descartes nunca
abandonó ese ideal de un saber universal, que se debe considerar al menos de dos
maneras:

a. Como fundamento único de todos los saber


b. Como la adquisición plena de la sabiduría. Pero para ello necesita un método.

2. El método cartesiano.
El método lo encontramos en el Discurso del método y en las Reglas para la dirección del
espíritu.

Llega el momento de preguntarnos ¿qué es el método? Descartes dirá que por método
entiende una serie de reglas ciertas y fáciles, tales que aquel que las absorbe no tome
nunca a algo falso por verdadero. El modo de conocer de la razón será a través de la
intuición y de la deducción como los dos únicos modos de conocimiento. Descartes
entiende por deducción: “todo aquello que se sigue necesariamente de todas cosas
conocidas por certeza”; y por intuición “la concepción de un espíritu puro y atento, tan
distinta y tan fácil que ninguna duda queda sobre lo conocido”.
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La intuición es pues el elemento básico del conocimiento; unas líneas más adelante nos
dicen que no puede ser mal hecha por el hombre. Efectivamente se reclama como
característica de la intuición la sencillez, que va asociada en Descartes con la calidad y
la distinción de lo conocido. Efectivamente, la intuición remite a un contenido simple,
pero no exento de relaciones. La intuición nos lleva de una manera inevitable a la
deducción que consiste en una serie de sucesivas intuiciones, apoyadas en la memoria.

El objeto del conocimiento son unos datos elementales captados mediante la intuición.
El único criterio de verdad es la evidencia. La evidencia se define mediante las
características de claridad y distinción. Descartes entiende por claro: “aquello presente
y manifiesto al espíritu atento” y por distinto “aquello que es preciso y diferente a todo
los demás”.

El conocimiento utiliza las dos vías para conocer: la intuición y la deducción. El objeto
de la intuición son las naturalezas simples, punto de partida de toda síntesis y punto
de llegada de todo análisis. Serán simples las ideas cuya noción es tan clara y distinta
que el espíritu no puede dividirlas en otras nociones más simples.

Intuición y deducción son caminos utilizados para llegar al conocimiento, pero no son
el método a seguir, ya que no son reglas y el método consiste en estas. La finalidad de
método está en posibilitar el ejercicio de la intuición y en señalar la manera adecuada
de utilizar las deducciones, así como en seguir el orden.

Así Descartes se dedicará al cultivo de la Aritmética y de la Geometría por ser las más
simples y porque en las demas solo existen conocimientos probables y en todo aquello
en lo que solo hay conocimiento probable no se puede derivar ciencia alguna. Ambas
disciplinar desempeñarán un papel propedéutico, son el punto de partida apra lograr
la verdad.

De esta manera nos encontramos en el Discurso del método las cuatro reglas o precepto
del mismo:

a. Regla de la evidencia. No dar nunca por verdadera cosa alguna que no la


reconociese evidentemente como tal. Abarcar en mis juicios solo aquello que se
presenta de manera clara y distinta.
b. Regla del análisis. Dividir cada una de las dificultades a examinar en tantas
partes como fuere posible y requerido para resolverlos mejor.
c. Regla de la síntesis. Conducir por orden mis pensamientos, comenzando por
los objetos más simples y más fáciles de conocer para subir poco a poco a
conocimientos más complejos.
d. Regla de la enumeración. Hacer de todas revisiones tan generales que quedase
seguro de no emitir nada.

Las dos primeras reglas conformarían lo que se conoce como parte analítica del
método; y las dos segundas la parte sintética.

En definitiva, la intuición nos ofrece el conocimiento de los principios y la deducción


de las consecuencias lejanas a las que no se puede llegar de otro modo. El método
cartesiano intentó facilitar el desarrollo espontaneo y natural de la razón pues
Descartes cree que, cuando la mente humana está libre de desorden y estados
tradicionales, puede proceder espontáneamente, tal cosa ocurre con la aritmética y la
geometría.
DESCARTES: EL MÉTODO CARTESIANO.

La filosofía, como ya hemos visto, consiste en el estudio de la sabiduría: el


conocimiento perfecto de lo que el hombre puede saber, par alelo el saber debe partir
de unos principios.

3. La primera verdad: “pienso luego existo”


1. Las meditaciones metafísicas.
Comienza Descartes las Meditaciones Metafísicas planteando la situación en la que él se
encuentra con respecto al conocimiento. Se propone investigar si hay algo verdadero
en el mundo, y en el caso contrario al menos tendrá la certeza de que no hay algo
verdadero den el mundo, y en el caso contrario al menos tendrá la certeza de que no
hay en absoluto ninguna verdad.

El método que propone aplicar es la duda de modo que considerará como falso todo
aquello que en lo que se encuentre el menos motivo de duda. No se trata pues de que
Descartes se convierta en un escéptico, se trata de la llamada duda metódica.

Correlativamente a la aplicación de la duda como método de investigación subraya


Descartes la búsqueda de la certeza como objetivo. Habrá que examinar si lo que
hemos tomado hasta ahora por conocimientos verdaderos poseen o no esa
característica y pueden o no ser sometidos a duda.

Duda.
Descartes dedicará la primera meditación a examinar los principales motivos de duda
que pueden afectar a todos sus conocimientos.

A. Los sentidos se muestran como la principal fuente de nuestros conocimientos.


Ahora bien, muchas veces nos engañan.
B. Tampoco podemos distinguir con claridad la vigilia del sueño. Esto hace
extender la duda al ámbito de mis pensamientos.
C. Descartes, además, introduce la posibilidad de que exista un genio malvado
que este interviniendo en mis operaciones mentales de tal forma que haga que
tome constantemente lo falso por verdadero.

La duda progresa de los sensible a lo inteligible, abarcando la totalidad de mis


conocimientos.

Primera verdad: “Pienso luego existo”.


Descartes se da cuenta, sin embargo, de que para ser engañado ha de existir, por lo que
percibe que la siguiente proposición ha de ser cierta: “pienso, luego existo” “cogito
ergo sum”. Al menos mientras está pensando. Esta proposición se presenta con total
claridad y distinción de modo que resiste todos los motivos de duda y goza de
absoluta certeza. Es la primera verdad de la que peudo decir que es evidente.

Una vez descubierta esta primera verdad, Descartes se pondrá a reconstruir sobre ella
el edificio del saber y, como los matemáticos, a través de la deducción tratará de
extraer todas las consecuencias que se siguen de ella.

El análisis del yo y sus consecuencias.


¿Qué soy yo? Una cosa que piensa dirá Descartes ¿Y qué es una cosa que pinesa? Una
cosa que siente, que quiera, que imagina. ... Descartes atribuye al pensamiento los
caracteres de sustancia, haciendo del yo pienso una “cosa” a la que han de pertenecer
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ciertos atributos. La duda sigue presente pero el único camino que se puede seguir es
ese “yo pienso” de manera deductiva.

Lo que hay en nuestro pensamiento será lo que Descartes llamará o catalogará como
“ideas. La única forma de avanzar deductivamente es, pues, analizando dichos
contenidos mentales, analizando las ideas. Descartes distingue tres tipos de ideas:

1. Ideas adventicias. Parecen proceder del exterior a mí.


2. Ideas facticias. Parecen haber sido producidas por mí.
3. Ideas innatas. No proceden del exterior ni han sido producidas por mí.

Descartes analiza dos ideas innatas, la idea de perfección y la de infinitud. Argumenta


pues que no han podido ser causadas por mi dado que soy finito e imperfecto y solo
pueden haber sido causadas por un ser proporcional a ellas. A partir de ellas de
muestra la existencia de Dios.

Dado que Dios existe se elimina la posibilidad de la existencia de un genio maligno que
siempre me engañe. Puedo creer, por tanto, en la existencia del mundo, es decir, en la
existencia de una realidad externa a mi con la misma certeza que el “pienso, luego
existo”.

Con el resultado de la deducción puedo estar seguro de la existencia de tres sustancias:

a) Dios es una sustancia infinita, Dios es la causa ultima de otras dos sustancias
finitas.
b) La res extensa, es decir el mundo. Se trata de las realidades corpóreas cita
característica sería la extensión.
c) Las res cogitans, es decir la sustancia pensante de carácter no corpóreo, no

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