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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE FALCON
“ALONSO GAMERO”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN CONTADURIA PÚBLICA
UNIDAD CURRICULAR: SISTEMA ECONOMICO Y MODELO DE
DESARROLLO VENEZOLANO

LA DOLARIZACIÓN VENEZOLANA, ¿UNA SOLUCIÓN O MERA ILUSIÓN?

INTEGRANTES:
Garcés, Armelis C.I.: 18.606.105
PROFESOR: Jorge L. Naranjo
Graterol, Indira C.I.: 15.307.138
Pirona, Mariamnys C.I.: 16.943.288
SECCIÓN: 07

SANTA ANA DE CORO, ABRIL 2021.


Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

DOLARIZACIÓN EN VENEZUELA, ¿SOLUCIÓN O MERA ILUSIÓN?

La dolarización es una expresión utilizada cuando la moneda de curso legal


es reemplazada por el dólar, consistiendo en la renuncia a la moneda local como
unidad de valor, de cuenta y de intercambio, produciéndose la adopción de una
moneda extranjera para que cumpla las funciones del dinero.

En tal sentido, la dolarización puede llevarse a cabo en un país mediante tres


formas diferentes:

La primera forma es la dolarización oficial, a través de la cual se sustituye la


totalidad de la moneda local por la extranjera, por lo cual todas las transacciones
se llevarían a cabo en la nueva moneda. El dólar se convertiría en la moneda de
curso legal, eliminando el problema de la inflación y de inestabilidad, ya que la
moneda local sería totalmente reemplazada.

Sin embargo, este proceso requeriría de una reforma constitucional, ya que


el artículo 318 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
establece que la unidad monetaria legal en Venezuela es el bolívar.

Aun así, el artículo anterior, también deja margen para la adopción de otras
monedas, a través de una unión monetaria al expresar que “en caso de que se
instituya una moneda común en el marco de la integración Latinoamericana y
Caribeña, podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba
la República”.

La dolarización oficial podría llevarse a cabo por tres modalidades o vías:

 A través de la unificación monetaria mencionada anteriormente.


 Por vía unilateral, ó
 Bilateral.
La unificación monetaria se da cuando varios países llegan a un acuerdo
para adoptar una moneda a nivel regional, por tal motivo se hace necesaria la
Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

creación de un Banco Central para que controle las operaciones y dicte las
políticas monetarias que serán aplicadas en la región.
En el caso de la dolarización por vía unilateral, el país adopta al dólar como
su moneda de curso legal sin necesidad de llegar a un acuerdo con la Reserva
Federal de los Estados Unidos en cuanto a la distribución de los ingresos por el
señoreaje, teniendo como ventaja que la dolarización puede ser adoptada de
forma inmediata al no haber necesidad de establecer acuerdos, por lo tanto la
dolarización se hace con la cantidad de moneda que se encuentre circulante.
Mientras que en la dolarización bilateral, se realiza un acuerdo con el país
emisor de la moneda para el establecimiento de las condiciones y la definición del
alcance de la dolarización, lo que implica que dicha gestión llevaría cierto tiempo
mientras se establecen las condiciones necesarias, pero a la vez permitiría dar
más credibilidad al proceso.
La segunda forma de dolarización es el sistema bimonetario, a través del
cual se produce la circulación de dos monedas de forma simultánea en la
economía de un país, en el cual cada moneda realiza una función, mas no todas.
En tal sentido, Cruz (2005) expresa que el sistema bimonetario “se presenta
cuando la moneda extranjera es de curso legal y puede dominar los depósitos
bancarios, pero juega un papel secundario con respecto a la moneda doméstica
cuando se trata de pagar salarios, impuestos, obligaciones domesticas del
gobierno y transacciones del día a día, como el pago de servicios.”
Mientras que Levy-Carciente (2003) define al sistema bimonetario como
aquel “que no exige la eliminación de la moneda nacional de curso legal, sino que
por el contrario permite su coexistencia con la divisa, siendo la divisa la que
asumirá la función de reserva de valor y la moneda nacional las funciones de
medio de cambio y unidad de cuenta”.
La tercera forma de dolarización que puede darse en un país, es la
dolarización no oficial, siendo este un proceso de dolarización espontanea
establecida por la misma sociedad, la cual va renunciando de forma progresiva al
uso de su moneda de curso legal por otra extranjera. Sin embargo, la moneda de
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curso legal continua vigente, solo que las personas preferirán al dólar para llevar a
cabo las operaciones financieras.
Sin embargo, este tipo de dolarización no garantiza que todas las personas
tengan acceso a la moneda extranjera. Tal es el caso de Venezuela, en donde el
20,8% de la población trabaja en el sector público, por lo que los salarios que
reciben están expresados en bolívares, al igual que los servicios básicos que se
encuentran controlados por el Estado, por lo que parte de la estructura de precios
y salarios se encuentran expresados en bolívares.
Este tipo de dolarización se produce en sistemas inflacionarios, donde la
devaluación y la pérdida del poder adquisitivo lleva a los agentes económicos a
intentar preservar sus ahorros en moneda extranjera, y a la vez a indexar los
precios de los productos en base al mercado no oficial de divisas, por lo que se
mantiene la moneda de curso legal como unidad de cuenta, mas no como unidad
de valor.
Por su parte, Sierra (2010) expresa al respecto que “bajo este tipo de
dolarización no oficial, típicamente la moneda doméstica domina pequeñas
transacciones; por el contrario las grandes transacciones se realizan en moneda
extranjera; adicionalmente el dólar es utilizado como medida de valor o
instrumento de ahorro. Sin embargo, este tipo de ahorro no aparece en las
estadísticas de los países, ya que recae fuera del sistema financiero y en algunos
casos viola leyes nacionales sobre la tenencia de cuentas extranjeras.”
En América Latina, son varios los países que en algún momento han sufrido
crisis inflacionarias como consecuencia de la emisión excesiva de moneda por
parte de sus respectivos bancos centrales, como por ejemplo Chile a principio de
los años 70, Bolivia en el año 1985, Nicaragua durante el Gobierno Sandinista,
Perú en el periodo comprendido entre 1985-1990 y Argentina entre los años 1988-
1989. La mayoría de estos países no consideraron a la dolarización como una
forma para solucionar sus problemas, sino que por el contrario, hicieron una serie
de restructuraciones a sus políticas económicas para lograr salir de la crisis, a
través de la implantación de una serie de medidas como la privatización de las
empresas públicas, un buen control del gasto público, apertura comercial y
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liberación económica, entre otras. Solo Argentina opto por un sistema de caja de
conversión en la que la emisión de moneda por parte del banco central estaba
respaldada en dólares.
Por otra parte, actualmente se pueden observar países con una gran
vinculación al dólar, como es el caso Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, El Salvador
y Cuba.
En Costa Rica la economía se encuentra dolarizada en un 50%, en donde el
dólar se utiliza como instrumento de valor para realizar grandes transacciones y
operaciones a largo plazo debido a la estabilidad de precios y pocas fluctuaciones
que este ofrece.
Por su parte, Nicaragua cuenta con un sistema de libre convertibilidad entre
el cordova y el dólar.
Perú tuvo una época de gran vinculación al dólar a finales de los 80, pero a
través de reformas económicas logro darle estabilidad y confianza al sol, debido
en gran parte a la libre convertibilidad.
Cuba cuenta con un sistema dual que ha generado distorsiones en su
economía, ya que por un lado, tiene al peso cubano, siendo esta la moneda con la
cual cancelan los sueldos de la mayoría de la población; y por otro, al peso
convertible equivalente al dólar, a través del cual se cotizan las mayoría de los
productos disponibles para los turistas y que no están incluidos en las cartillas de
racionamiento.
En el caso de Ecuador, se adoptó la dolarización de manera oficial en el año
2000, después de una gran crisis económica originada tanto por factores externos
como internos, entre los que se encuentran la devaluación del peso mexicano, las
devaluaciones de Indonesia y Tailandia, el fenómeno del niño del año 1998, la
guerra limítrofe con Perú, así como las malas prácticas bancarias y la sustitución
del régimen de bandas cambiarias por el de flotación libre, lo que produjo que el
tipo de cambio nominal se disparara, y la moneda se devaluara en tal magnitud
que causó que poco a poco se fuera produciendo una dolarización espontanea en
el país, de tal forma que a finales de la década de los noventa el 80% de las
transacciones realizadas eran en dólares.
Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

La dolarización en Ecuador redujo la tasa de inflación después de un ajuste


de los precios, así como la tasa de los intereses interbancarios debido a la
eliminación del riesgo cambiario, y de igual manera eliminó la especulación
financiera, por lo que las empresas pudieron planificar a largo plazo sin
preocuparse por las tasas de cambio.
Sin embargo, muchos autores han expresado que la implantación de una
dolarización produce la pérdida de la política monetaria, lo que le impide a los
bancos centrales actuar ante las etapas de recesión económica, por lo que no
pueden devaluar la moneda. No obstante, muchos opinan que es un mito que
devaluando la moneda un país se pueda convertir en competitivo, ya que los
países con mayores exportaciones, son aquellos que cuentan con monedas
sólidas, y a largo plazo la competitividad depende de la calidad de los productos y
servicios ofertados, y no de la tasa de cambio nominal.
En el caso de El Salvador, la dolarización no se produjo por una mala
situación económica o por problemas de inflación, sino como una medida para
incentivar las inversiones extranjeras, reducir las tasas de interés e impulsar el
crecimiento económico y la productividad. Dicha reforma fue establecida en el año
2000 mediante la creación de la Ley de Integración Monetaria que establecía el
tipo de cambio vigente, y además, permitía el bimonetarismo mediante la
coexistencia del colon como moneda local y el dólar.
Sin embargo, al poco tiempo el colon desapareció de circulación y el dólar
terminó convirtiéndose en la moneda de referencia. Con la adopción del dólar se
logró disminuir las tasas de interés del 20% al 6%, se establecieron plazos más
largos para los préstamos bancarios debido a que con la dolarización no se corría
el riesgo de perdidas producto de la devaluación de la moneda.
La tasa de inflación también se aproximó a la de los Estados Unidos y
actualmente es uno de los países con mayor estabilidad de precios. Sin embargo,
este país tiene muy poca captación de inversiones extranjeras y ha perdido
competitividad en los últimos años.
Algunos autores atribuyen la situación a la dolarización, e incluso han
propuesto desdolarizar al país y establecer una moneda local para impulsar las
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exportaciones, mientras que otros expertos plantean que el problema no se debe a


la dolarización, sino a problemas de la economía, como el déficit fiscal, el
endeudamiento externo y la inseguridad, entre otros factores, ya que durante los
últimos años, el gasto público ha sido excesivo (mayor al 60% del PIB) y el
desajuste fiscal ha sido cubierto por la única vía disponible, que es el
endeudamiento externo, ya que la dolarización es considerada una medida
necesaria, mas no suficiente para corregir los problemas económicos de un país.
En el caso de Panamá, esta se independizó de Colombia en el año 1903 con
la ayuda de Estados Unidos a cambio del derecho para la construcción del Canal
de Panamá, el cual une el Mar Caribe con el Océano Pacifico, y representa una de
las principales fuentes de ingresos del país, aunque tiene una economía bastante
diversificada. Panamá sufrió en el periodo de 1899 al 1902 las consecuencias de
la inflación debido a la guerra de los mil días, en la que recurrió a la emisión de
pesos sin respaldo. Razón por la cual en 1904 estableció que no existían leyes de
curso legal que obligara a los ciudadanos a utilizar una determinada moneda, lo
que ha hecho que el país tenga una gran estabilidad monetaria al protegerla de los
procesos inflacionarios y de las crisis financieras.
La libertad monetaria de Panamá también se debe al hecho de que carece
de un banco central, por tanto no existe una institución pública que regule la
entrada y salida de capitales, lo que ha generado un gran flujo de recursos
financieros, donde las tasas de interés son establecidas por la libre oferta y
demanda de bienes.
El sistema bancario panameño está integrado por instituciones financieras
tanto nacionales como extranjeras, en la que el comportamiento de los bancos es
bastante prudente ya que no cuentan con prestamistas que los puedan subsidiar y
cuando hay una crisis de liquidez, son las casas matrices de los bancos
internacionales quienes suministran los recursos a sus sucursales haciendo las
funciones de una especie de banco central, razón por la cual Panamá ha sufrido
crisis económicas, pero nunca una crisis bancaria debido a que la dolarización
elimina el riesgo cambiario.
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Según palabras de Jaime Raúl Molina, la prohibición monetaria en cuanto a


la exigencia del uso de un cono monetario especifico “ha hecho que mientras
todos los demás países de América Latina han experimentado en algún momento
la desgracia de la hiperinflación y el colapso de su moneda, y por tanto de su
sistema financiero, en Panamá esto nunca ha ocurrido. En materia monetaria
hemos tenido un mercado bastante libre.”
Ahora, en base a las experiencias de otros países latinoamericanos, nos
preguntamos, ¿es la dolarización la solución para resolver la crisis económica en
Venezuela?
La dolarización como cualquier medida económica tiene sus pro y sus
contras.
Entre los pro de la dolarización se encuentran:
 Con la dolarización se elimina el riesgo de la devaluación producto de
las políticas internas, lo que hace que el sistema financiero sea más
seguro y estable.
 Una de las ventajas del uso del dólar es que se contaría con una
moneda en la que se encuentran cotizada la mayoría de las materias
primas y productos, lo que facilita el acceso a los mercados
financieros y a un menor costo, al reducir los costos de transacción y
al permitir estimar los costos de producción a largo plazo.
 Reducción de las fugas de capitales, ya que se elimina el riesgo
cambiario, por lo que no se producirán retiros de depósitos para
cambiarlos por dólares ante riesgo de devaluación de la moneda.
 Limitación del monopolio del banco central, al no poder gestionar de
forma independiente las tasas de interés aplicados ya que estos serán
aplicados utilizando como referencia las tasas de interés de la
Reserva Federal.
 Se eliminarían los mercados paralelos, por lo que habría estabilidad
en el flujo de capital.
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 La dolarización obligaría a los gobiernos a tener un mayor control


fiscal y monetario, debido a que no se puede imprimir más dinero
inorgánico para sufragar los gastos.
 Se elimina la posibilidad de devaluar a la moneda, ya que muchos
piensan que al devaluar la moneda se puede obtener más
competitividad económica, pero en países que no cuentan con una
economía activa y dinámica, en donde exista suficiente producción y
exportación, lo que se consigue es mayor inflación.
 Debido a que el dólar es una moneda sólida, se ofrecería mayor
seguridad para las inversiones financieras, productivas y al ahorro
nacional, lo que a su vez redundaría en la estabilización del flujo de
capitales.
Aun así, con todas las ventajas enumeradas anteriormente, un proceso de
dolarización también tiene sus contras, entre las que se encuentran:
 Si se presenta alguna dificultad después de la aplicación de la
dolarización, la reversión de la política monetaria sería difícil y
complicada.
 Los Bancos Centrales ya no podrán aplicar la política monetaria, por lo
que cualquier desajuste financiero o bancario no podrá ser manejado
por la política económica interna.
 A pesar de que la dolarización podría contribuir con una mayor
disciplina fiscal, dado que el banco central ya no podrá imprimir
moneda para subsidiar el gasto público, también es cierto que esta no
es la única forma de crear dinero sin respaldo, ya que esto también se
puede obtener a través del endeudamiento público, lo que puede
causar desestabilización en los precios y en las tasas de interés en la
economía, causando desajustes que podrían llevar nuevamente a
problemas inflacionarios.
 Los precios de los productos no solo varían según el comportamiento
del dólar paralelo, ya que existen diferentes factores que pueden
incidir sobre el precio de un bien, como la escasez relativa del mismo,
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la estacionalidad de la demanda, una política monetaria y fiscal


inadecuada, existencia de monopolios en el mercados, entre muchos
otros.
Es común escuchar a los venezolanos clamar por la dolarización como una
solución a los problemas económicos, siguiendo el ejemplo de países como
Ecuador cuando renuncio al sucre y adopto al dólar como su moneda en el año
2000, como si este fuera una especie de varita mágica que pudiera acabar con la
hiperinflación, la constante devaluación del bolívar y un cumulo de gestiones
públicas cargadas de opacidad, sumado a una contracción del 32% de la
economía durante el último año producto de la pandemia del covid-19.
Hay que considerar que Venezuela es un país que viene arrastrando
problemas económicos e inflacionarios desde hace muchos años, producto de
malas políticas económicas que han incluido persecución a productores y la
expropiación de sus medios de producción, la paralización del aparato productivo
representado principalmente por la extracción y exportación de crudo y derivados
del petróleo, así como la constante emisión de dinero inorgánico por parte del
Banco Central para financiar el gasto públicos y las actividades del gobierno.
Desde el año 2003, la producción petrolera, principal fuente de ingresos de
Venezuela ha venido en decadencia y con ello la entrada de divisas, ya que el
98% de los ingresos que recibía Venezuela correspondían a las exportaciones de
crudo y productos refinados, trayendo como consecuencia que el entonces
Presidente de la República, Hugo Chávez, estableciera un rígido control de
cambios, en el que se produjo un monopolio de las divisas que ingresaban al país,
entregando dólares de forma restringida a las empresas que importaban alimentos
básicos, medicamentos y productos de primera necesidad.
Por otra parte, el descenso de los precios del petróleo a partir del año 2014 y
las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump, lograron agudizar la
carencia de divisas.
Todo ello ha llevado a una grave crisis económica, en la que se produjo el
desabastecimiento generalizado y la falta de insumos para la producción, por lo
que el gobierno tuvo que dar vía libre a las empresas para que importen tanto
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productos como materias primas con sus propios dólares, ofreciendo además
incentivos como la exoneración de impuestos y aranceles para las compras
realizadas en el exterior, trayendo como resultado que el 80% de las
importaciones que anteriormente realizaba el Estado, ahora estén en manos del
sector privado.
Ante esta realidad, el economista Asdrúbal Oliveros, director de la Consultora
Ecoanalitica ha expresado que “ante una caída brutal de sus ingresos y, por lo
tanto, de sus gastos, el Estado tiene una incapacidad manifiesta de proveer bienes
y servicios públicos, y ese vacío lo termina entregando al sector privado en un
proceso muy caótico y desordenado”.
Con la apertura de las compras en el exterior por parte del sector privado, así
como los continuos apagones ocurridos durante el año 2019 que afectaron a la
banca digital y obligaron a las personas a recurrir a los dólares para el pago de los
bienes de consumo, y con la aprobación del gobierno del uso del dólar como una
especie de válvula de escape que brinde un respiro a la economía, aunado a la
constante pérdida de valor del bolívar, la cual fue mayor del 95% de su valor en el
2020 y en lo que va del 2021 se ha depreciado en un 38%, ha hecho que el mismo
deje de tener uso como medio de intercambio, unidad de cuenta y reserva de
valor, por lo que los venezolanos se han visto en la necesidad de refugiarse en el
dólar para llevar a cabo las distintas transacciones y así proteger su inversión,
generando una dolarización de facto o meramente transaccional, ya que el
gobierno solo ha dado el visto bueno a la circulación del dólar, mas no lo ha
establecido legalmente, además, el Presidente ha expresado su interés por
incentivar el uso del bolívar digital, incluso para el pago del transporte público.
Tal parece ser que el gobierno no ha considerado que para poder implantar
los medios digitales de pago, como lo han hecho otros países, es necesario contar
con sistemas y plataformas tecnológicas optimas, garantizar el flujo eléctrico y los
servicios de conexión de datos, cuyos servicios son de pésima calidad en el país,
además, la población debe de contar con recursos tecnológicos, como son los
celulares inteligentes para llevar a cabo dichas operaciones. Además, la realidad
económica hace inviable esas propuestas, por lo que la prevalencia del dólar
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sobre el bolívar continuara mientras siga existiendo una debilidad financiera por
parte del gobierno, la inactividad de la producción petrolera, y mientras el país siga
excluido de la actividad internacional, sumado a la constante pérdida de confianza
en el bolívar.
Según un estudio realizado por Ecoanalitica en noviembre del 2020, el 65,9%
de las transacciones realizadas en Venezuela durante ese año se hicieron en una
moneda distinta al bolívar, prevaleciendo el dólar como forma de pago en casi
toda Venezuela y el peso en la región andina. Por lo que es común observar que
las tiendas, incluso en las zonas más populares exhiban los precios de las
mercancías en dólares, ya que el bolívar es una moneda prácticamente residual,
cuyo predominio se observa más que todo en las unidades de transporte, debido a
que los bancos permiten retiros por montos muy bajos a sus clientes y a que el
cono monetario actual es bastante escaso a pesar de que el BCV recientemente lo
amplio, sin embargo, las tres nuevas denominaciones juntas no suman ni siquiera
el valor de un dólar, ya que la emisión y actualización de nuevos conos monetarios
por parte del Banco Central es bastante rezagada en relación a la devaluación,
aparte de que el precio de dichas emisiones es elevado para la nación, razón por
la cual no resulta un proceso rentable.
En tal sentido, el economista Henkel Garcia, director de la Consultora
Econométrica en Caracas señala que “ la dolarización es un mecanismo de
defensa que estableció la sociedad de manera espontanea”.
A tal efecto, es un hecho que la dolarización de facto ha ofrecido cierta
sensación de dinamismo y recuperación en la economía; en donde anteriormente
imperaba la escasez, hoy en día se consigue una gran variedad de productos
importados en los diferentes bodegones establecidos a lo largo y ancho del país,
por lo que es bastante probable que el gobierno, lejos de rechazar el dólar como lo
hacía anteriormente, continúe alentando su uso, pero no porque pretenda dolarizar
al país y adoptar a la divisa como la moneda de curso legal, o reconozca que las
medidas económicas adoptadas hasta el momento han sido erráticas, sino porque
esta sensación de mejoría le ha permitido ganar tiempo en el poder, a pesar de la
crisis existente.
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En consonancia con ello, el presidente Nicolás Maduro anuncio a comienzos


de este año 2021 a través de Telesur, que los bancos podrán ofrecer a sus
clientes cuentas de ahorro y cuentas corrientes en dólares para el pago de bienes
y servicios, al expresar “vamos a crear algunos formatos de pago en moneda
digital con cuentas de ahorros en divisas de la banca venezolana, se están
autorizando las cuentas de ahorro, cuentas corrientes en divisas y la gente podrá
pagar al precio de la moneda en bolívares”.
Por lo que no es de extrañar, que ante el déficit fiscal que posee el gobierno,
aproveche esta flexibilización, para que los dólares puedan manejarse a través del
sistema financiero, con la finalidad de tener control sobre las transacciones y así
poder aplicar políticas impositivas, mas considerando que durante los últimos seis
años Venezuela perdió el 99% de sus ingresos en moneda extranjera, por lo que
el pasado mes de noviembre el gobierno había expresado que aplicaría impuestos
a las transacciones en divisas que se hagan entre clientes de un mismo banco,
además de ofrecer facilidades de pago del IVA y de ciertos servicios en moneda
extranjera y en criptoactivos.
Al respecto, Oscar Torrealba, economista y miembro del Centro de
Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) manifestó
que “ el gobierno va a buscar de una u otra manera dolarizar sus ingresos porque
lo necesita al tener una caída de la actividad económica. Esto también significa
una disminución de los ingresos fiscales; entonces, si la economía se maneja en
dólares, se habla de un flujo de divisas que está circulando al margen de los
impuestos y ciertas regulaciones”.
Sin embargo, es importante considerar que la apertura de las cuentas en
dólares viene a solucionar muchos problemas transaccionales que se han
presentado con la dolarización de facto, debido a que los comercios carecen de
monedas de baja denominación para dar vueltos, lo que se evidencia en el hecho
de que muchos venezolanos se han visto en la obligación de realizar compras
mayores a las que tenían programadas, realizar pagos mixtos en dólares y en
bolívares, y los comerciantes han improvisado vales que podrán ser utilizados en
futuras compras, hecho que fue recientemente prohibido por la Superintendencia
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Nacional para la Defensa para los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE). Por


otra parte, la apertura de estas cuentas ofrece cierta seguridad a los venezolanos,
en el sentido de que al no cargar con efectivo se reduce el riesgo ser víctimas de
robos y de estafas con billetes falsos.
Por otra parte, si el sistema bancario se va adaptando a la nueva realidad, es
posible que no solo se limite a depósitos en efectivo, retiros y transferencias entre
cuentas de una misma entidad, sino que con el tiempo se desarrolle todo un
sistema de compensación y liquidación, que permita ofrecer créditos en dólares y
realizar transacciones instantáneas en dólares entre los bancos y las empresas,
facilitando el desarrollo económico del país.
Aun así, y como dice el dicho, no todo lo que brilla es oro. La apertura de las
cuentas en dólares, puede llevar cierto tiempo debido a la incertidumbre de los
clientes ante esta medida, ya que quien la emite no es confiable, existiendo el
riesgo de que el gobierno como de costumbre termine imponiendo medidas
arbitrarias que violente la propiedad privada y termine apropiándose de los dólares
depositados o aplique restricciones para su uso, siendo probable que muchos
venezolanos esperen a ver cómo se van dando las condiciones, o solo depositen
estrictamente lo necesario para cumplir con ciertos compromisos de pago.
También puede presentarse ciertas dificultades con el uso de las cuentas en
dólares, debido a que los pagos que se reciban serán en bolívares a la tasa de
cambio del Banco Central de Venezuela al momento de la transacción, y no en
dólares, por lo que los comerciantes serian los mayores perjudicados con esta
medida, al tener que asumir el riesgo de la devaluación de los bolívares recibidos,
además del hecho de que al ser una moneda que carece de valor, ya no es
aceptada internacionalmente, por lo que obliga a quienes hagan operaciones de
compra de mercancías y materias primas en el exterior, a tener que realizar otras
operaciones cambiarias para acceder a las divisas, lo que finalmente se traduce
en mayores costos transaccionales, mucho más tomando en cuenta que la
economía venezolana presenta un importante índice de importaciones de bienes y
servicios.
Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

La situación mencionada anteriormente, a la final traerá como consecuencia


una mayor informalización de la economía venezolana, con sus respectivas
repercusiones tanto en el ámbito fiscal en lo que se refiere a la recaudación, como
en la transparencia, al favorecer que se desarrollen actividades ilícitas como el
narcotráfico y el lavado de dinero, sin riesgo alguno de ser detectadas ante el gran
flujo de divisas en efectivo que se producen a diario sin ningún tipo de control,
sumado a la falta de incentivos para cumplir con las regulaciones existentes.
Por otra parte, la dolarización de facto que se ha producido en Venezuela ha
generado mucha desigualdad dentro de la sociedad, ya que no todos los
venezolanos tienen acceso a los dólares, los cuales son la gran mayoría,
estimándose que solo un 35% o 40% de la población puede acceder a dicha
moneda. Siendo los más afectados los empleados públicos cuyos salarios son
recibidos en bolívares y en montos muy inferiores al costo de la canasta básica,
estimándose que el salario mínimo mensual es aproximadamente equivalente a
1,94$, mientras que la canasta alimentaria es casi de 200$. Tal situación es
comparable a la de Cuba, en donde la introducción del peso cubano convertible,
produjo una gran división social, ya que su uso solo se generalizo entre los turistas
y beneficio a las personas relacionadas con dicho sector, permitiéndole tener un
nivel de vida más cómoda que el de la mayoría de los cubanos que ganan el
sueldo en peso cubano tradicional, produciéndose una gran segregación según la
moneda de la que disponen.
La vida en Venezuela se puede tornar muy dura para quienes ganan en
bolívares y no cuentan con envíos de remesas, a pesar de los subsidios que
entrega el gobierno, los cuales no llegan a toda la población y cuyos montos son
bajos en comparación con los precios de los productos de primera necesidad. Sin
embargo, es una realidad que por el momento, los sueldos de los venezolanos no
podrán ser indexados al dólar debido a que el gobierno no cuenta con la
capacidad productiva para costear los gastos que ello implica.
Aun así, con todo lo anteriormente expuesto, se puede observar que no se
produce una formalización de la dolarización en Venezuela, y lo que es aun más
sorprende, es el hecho de que el bolívar, a pesar de ser una moneda comatosa,
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todavía continúe circulando en el país sin dar paso completamente a la


dolarización tal como paso en el Salvador. Pues, las razones son simples,
mientras el bolívar continúe marcando el precio de algunos productos y servicios,
y tenga cierto grado de aceptación dentro de la población, seguirá sobreviviendo.
Por otra parte, el gobierno es el principal interesado en que el bolívar siga
circulando, debido a que su flujo de dólares ha venido mermando de forma
significativa en los últimos años a consecuencia de la caída de la producción
petrolera y de los ingresos fiscales de origen petrolero, lo que ha reducido sus
recursos disponibles a los bolívares obtenidos de la recaudación tributaria y de la
emisión de dinero inorgánico por parte del Banco Central, por lo que todos los
pagos este realiza lo hace en bolívares o en Petros.
Por otro lado, la dolarización no ha avanzado más, por su falta de
implementación en el sistema financiero, producto en parte de la desconfianza de
los clientes, y de la falta de una cámara de compensación que realmente permita
realizar pagos en dólares entre las diversas entidades bancarias y las empresas,
así como la movilidad de los dólares a nivel internacional, para favorecer el
comercio exterior y la inversión.
Aunado a ello, al gobierno tampoco le convendría dolarizar, ya que tendría
que someterse a un régimen estricto de control fiscal para limitar los gastos y
amoldarse a la disponibilidad de divisas con la que cuenta, ya que el Banco
Central de Venezuela ya no podría ejercer como ente emisor de moneda, sino que
simplemente se dedicaría a recaudar los billetes deteriorados para su reemplazo
en los Estados Unidos por billetes en buenas condiciones. Por lo que el gobierno
perdería la capacidad de imprimir su propia moneda, un mecanismo que le permite
solventar el gasto público a costa del aumento de la inflación.
Aun así, economistas y especialistas opinan que tarde o temprano se
terminara produciendo una dolarización en Venezuela, ya que una vez que este
proceso comienza, difícilmente puede ser revertido. A tal efecto, Henkel García,
analista del Portal Econométrica cree que la dolarización formal va a ocurrir, ya
sea con este gobierno o con cualquier otro, al ser una realidad que la misma gente
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ha impuesto como medida para sortear la inflación, sin embargo, primero deben
cesar las sanciones establecidas sobre el Banco Central de Venezuela.
Sin embargo, Pablo Lucio Paredes, director del Instituto de Economía de la
universidad de San Francisco de Quito (USFQ) expresa que la dolarización “no
puede resolver todos los problemas, sino que da una base de estabilidad para
poder enfrentarlos”. Es un proceso que “necesitan países que manejan de
manera indisciplinada el campo monetario y fiscal…donde se ha perdido la
confianza en la moneda local”.
Mientras que Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins e
involucrado en los procesos de transformación monetaria de Ecuador y
Montenegro, explica que si es posible una dolarización en Venezuela a pesar de
las sanciones impuestas por los Estados Unidos, mediante el establecimiento de
una dolarización unilateral, por lo que no es necesario solicitar autorización a los
Estados Unidos para su implantación, pudiéndose obtener los dólares necesarios
del amplio cumulo que circula fuera de los Estados Unidos, los cuales ascienden
aproximadamente a 1,4 billones de dólares, además el especialista considera que
debido a la alta cantidad de dólares que circulan actualmente en Venezuela, la
tarea sería mucho más fácil. De hecho el mismo Hanke había propuesto la
dolarización en nuestro país en el año 1995 cuando fue asesor del expresidente
Rafael Caldera.
Aun así, como se ha observado en otros países latinoamericanos, la
dolarización no es la única salida, ya que con ella, no necesariamente se van a
corregir todas las distorsiones económicas y financieras existentes en Venezuela.
Para que una economía pueda funcionar, en primera instancia se debe reactivar el
aparato productivo incentivando a la inversión, respetando la propiedad privada y
ofreciendo garantías a los inversionistas, se debe reactivar el aparato crediticio
para favorecer la producción, y establecer políticas tanto macro como
microeconómicas que favorezcan el desarrollo y permita aprovechar todos los
recursos y riquezas con los que cuenta el país.
Por otra parte, también de debe implantar un sistema de control estricto
sobre el gasto público, que favorezca la rendición de cuentas, a fin de limitar los
Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

gastos y de determinar los recursos con los que cuenta la nación, en que serán
utilizados y de qué forma serán comprometidos, ya que la pobreza existe con dólar
o sin él.
A tal efecto, el economista Ronald Balza, profesor de la universidad Central
de Venezuela (UCV) expresa que “se le está atribuyendo al dólar la propiedad de
corregir problemas institucionales que son los que causan la inestabilidad
cambiaria y monetaria que vivimos. ... poner a discusión en que dolarizar nos
ayudaría a resolver los problemas es dejar todos los problemas vivos, es atribuir al
dólar un poder mágico que no tiene, mientras que el gobierno sigue haciendo lo
que quiere con los recursos públicos”.
Por tal motivo, antes de pensar en una dolarización, primero se deben
abordar los problemas estructurales de la economía, ya que dolarizar no los
solventaría, solo los taparía, debido a que es la destrucción del sistema de
precios, del sistema productivo y la ausencia de competencia, lo que ha provocado
que los costos aumenten incluso estando expresados en dólares, razón por la cual
Asdrúbal oliveros ha expresado que las monedas “funcionan atadas a una
institucionalidad y no tienen poder sobre sí mismas”.
Por lo que utilizar la dolarización como una forma para controlar el gasto
público, no es la solución, ya que los gobiernos pueden financiar sus gastos en
cualquier moneda a través del endeudamiento, siendo mejor establecer un
sistema de fiscalización eficiente mas allá de la moneda empleada.
Por otra parte la dolarización tampoco sería una garantía para el sueldo de
los trabajadores, ya que si una empresa no tiene producción, ni genera ganancias,
sencillamente no va a poder costear la nómina, sin importar en que moneda la
pague.
El uso del dólar tampoco ofrece una solución para la hiperinflación que existe
en Venezuela, a pesar de que es cierto que con la dolarización se eliminarían los
tipos de cambios y los precios de los bienes se cotizarían en una moneda más
sólida y de amplio uso a nivel internacional, contribuyendo con la estabilización de
los precios. Sin embargo, también es cierto que la reactivación tanto de la
Dolarizació n en Venezuela ¿solució n o mera ilusió n?

producción petrolera, como de la de bienes y servicios podría contribuir a reducir


los niveles inflacionarios.
Además, con la dolarización también se pueden presentar otros problemas,
como en el caso de las exportaciones, en el sentido de que si otro país devalúa su
moneda con respecto al dólar y sus productos se abaratan, Venezuela no podría
competir, ya que los compradores preferirán comprar a menor precio, por lo que
Venezuela ya no podría exportar ni siquiera petróleo ante la imposibilidad de
devaluar la moneda, produciéndose un problema de crecimiento.
Por tal motivo y ante lo anteriormente expuesto, se concluye que la solución
para la crisis existente en Venezuela no es la dolarización, sino la corrección de
todas las distorsiones estructurales e institucionales existente en el país producto
de la corrupción y de las malas políticas implementadas durante más de veinte
años, lo que ha generado desequilibrios económicos, financieros y sociales, que
han llevado a una paralización de todo sistema productivo, a la falta de
competencia, a la fuga del talento humano e incluso a la perdida de nuestra
moneda.

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