El Síndrome Convulsivo es considerado sinónimo de Epilepsia que es definida por la OMS como
la tendencia a crisis recurrentes que a su vez es entendida como un evento que interrumpe en
forma brusca la cotidianeidad, siendo producida por una descarga anormal de las neuronas
cerebrales y puede expresarse de múltiples formas, dependiendo del sitio de origen y formas de
propagación de la descarga eléctrica anómala.
El origen de las crisis epilépticas es a menudo desconocido llamada epilepsia idiopática. Pero
pueden ser consecuencia de diversos trastornos cerebrales, como anomalías
estructurales, accidentes cerebrovasculares o tumores. En estos casos se denomina epilepsia
sintomática. La epilepsia sintomática es más frecuente entre recién nacidos y personas de edad
avanzada.
Las convulsiones también se pueden describir como no epilépticas cuando son desencadenadas
o provocadas por un trastorno reversible o un trastorno pasajero que irrita el cerebro, como una
infección, un traumatismo craneoencefálico o una reacción ante un fármaco. En los niños, la
fiebre puede desencadenar una crisis no epiléptica que se denomina convulsión febril.
Este síndrome convulsivo puede producirse por diferentes causas que varían según la edad de
la persona, Antes de los 2 años puede ser originado por la fiebre alta o las anomalías
metabólicas temporales, como unos niveles elevados de glucosa, calcio, magnesio, vitamina B6
o sodio, que pueden ocasionar una o más crisis. Y una vez que se resuelve la fiebre o la
anomalía, cesan las convulsiones. Si las crisis se repiten sin factores desencadenantes, la causa
más probable es una lesión durante el parto, un defecto congénito, o bien una alteración
metabólica o un trastorno cerebral hereditarios.
En un rango de 2 a 14 años a menudo la causa es desconocida, aunque las convulsiones
febriles son bastante frecuentes en niños pequeños o suelen ser hereditarias.
En los Adultos un traumatismo craneal, un accidente cardiovascular o un tumor pueden dañar
el cerebro y desencadenar convulsiones. La abstinencia alcohólica (debida a la interrupción
repentina del consumo de alcohol es una causa frecuente de convulsiones. Sin embargo, en
aproximadamente la mitad de las personas de este grupo de edad se desconoce la causa.
Y por último en lo adultos mayores: la causa puede ser un tumor cerebral o un accidente
cerebrovascular.
Cuando no se identifica la causa, se dice que las convulsiones son idiopáticas.
Las situaciones que irritan el cerebro como lesiones, determinados fármacos o drogas, falta de
sueño, infecciones o fiebre o que le privan de oxígeno o energía como alteraciones del ritmo
cardíaco, niveles bajos de oxígeno en sangre o niveles muy bajos de azúcar en
sangre (hipoglucemia) pueden desencadenar una crisis única, tanto si se padece un trastorno
convulsivo como si no. Esta crisis, resultado de un estímulo de este tipo, se denomina crisis
provocada (y por tanto es una crisis no epiléptica).
Las personas con un trastorno convulsivo tienen más probabilidades de sufrir una convulsión
cuando están sometidas a un exceso de estrés físico o emocional, cuando se ven intoxicadas o
privadas de sueño, y cuando han dejado repentinamente de beber o de consumir sedantes. De
manera que evitando estos factores se ayuda a prevenir las convulsiones.
Rara vez las convulsiones se ven desencadenadas por sonidos repetitivos, luces centelleantes,
videojuegos o incluso al tocar ciertas partes del cuerpo. Trastorno denominado como epilepsia
refleja.
Los niños que presentan convulsiones son valorados de inmediato para comprobar si presentan
causas graves y causas que se puedan corregir, el médico realiza una exploración y También
pregunta a los padres si algún miembro de la familia ha tenido convulsiones.
Los médicos solicitan otras pruebas para buscar una causa basada en los síntomas y los
resultados de la exploración clínica. Estas pruebas pueden incluir medición de los niveles de
oxígeno en sangre utilizando un pulsioximetro para determinar si el nivel de oxígeno es bajo,
adicionalmente análisis de sangre para medir el nivel de glucosa, calcio, magnesio, sodio y otras
sustancias para detectar trastornos metabólicos.
Una punción lumbar también suele utilizarse para obtener una muestra del líquido que rodea el
cerebro y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo), muestra que se analiza con el fin de
detectar infecciones cerebrales y otros trastornos. Además de cultivos de sangre y orina para
detectar infecciones.
También se puede incluir una dieta alta en grasas y muy baja en carbohidratos, conocida como
dieta cetogénica, que puede llegar a ser muy estricta y difícil de seguir, ya que hay una variedad
limitada de alimentos permitidos, pero puede mejorar el control de las convulsiones.
Cuando los demás tratamientos no funcionan, la cirugía puede ser una opción. Aunque suelen
funcionar mejor en las personas con convulsiones que siempre se originan en el mismo lugar del
cerebro. Se conocen diferentes tipos de cirugías, con las que se busca evitar que se produzcan
convulsiones, entre ellas se encuentran:
Transección subpial múltiple, este tipo de cirugía consiste en realizar varios cortes en
áreas del cerebro para evitar las convulsiones. Suele realizarse cuando el área del cerebro
en la que comienzan las convulsiones no puede extraerse de forma segura.
Callosotomía, en esta cirugía, se corta la red de conexiones entre las neuronas de la mitad
izquierda y la mitad derecha del cerebro. Se utiliza para tratar las convulsiones que
comienzan en una mitad del cerebro y se desplazan hacia la otra. Sin embargo, aún después
de la cirugía, las convulsiones pueden seguir produciéndose en el lado del cerebro donde
comenzaron.
Ablación térmica (terapia térmica intersticial inducida por láser), este procedimiento
quirúrgico menos invasivo dirige la energía altamente concentrada a un objetivo específico
del cerebro, donde comienzan las convulsiones, y destruye las neuronas cerebrales que las
provocan.
Si un paciente llega a urgencias refiriendo una crisis convulsiva en profesional debe atenderlo de
forma preferente, pero si este se encuentra consciente y asintomático puede esperar a ser
atendido, pero es conveniente situarlo en sitio visible y de acceso rápido desde el puesto de
enfermería para tenerlo vigilado por si vuelve a presentar una convulsión, teniendo en cuenta:
Durante una crisis no se suele alterar la conciencia y no suelen requerir más cuidados que la
vigilancia y la administración de oxígeno al paciente. Así que durante esta el personal de
enfermería en urgencias debe tranquilizar al paciente y acompañantes respecto a esas
“contracciones, sensaciones o conductas extrañas”, además de:
https://www.esecarmenemiliaospina.gov.co/2015/images/calidad/mapa3/5%20Intervenci
on%20Comunitaria/2%20Subprocesos/1%20Deteccion%20Temprana%20y
%20Proteccion%20Especifica/3%20Guias/EIC-S1G22-
V1Atencion_Sindrome_Convulsivo.pdf
https://www.msdmanuals.com/es-co/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviosas/trastornos-convulsivos/trastornos-convulsivos
https://www.msdmanuals.com/es-co/hogar/salud-infantil/trastornos-neurol
%C3%B3gicos-en-ni%C3%B1os/convulsiones-en-ni%C3%B1os
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/seizure/diagnosis-treatment/drc-
20365730#:~:text=menores%20efectos%20secundarios.-,Medicamentos,opciones
%20diferentes%20de%20estos%20medicamentos.
http://www.enfermeriadeurgencias.com/ciber/septiembre2011/pagina4.html#:~:text=Faci
litar%20la%20accesibilidad%20al%20timbre,la%20camilla%20para%20evitar%20ca
%C3%ADdas.