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Aifred Edersheim

lJSUS Y COSTUlVíBRE~
DE LOS JUDÍOS
en los tiempos de Cristo

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"lllilliillilP
editorial clie
ÍNDICE

PREFACIO ••. . .• •.• . .. . . • ..• • . . . • • • . • • .• . .• 7

l. Palestina hace dieciocho siglos . .. . . . . . . . .. 23


II. Judíos y gentiles en «la tierra» .. . . . . . .. . .. 35
III. En Galilea en la época de nuestro Señor... 51
IV. Viajando por Palestina: Carreteras, meso-
nes, la hospitalidad, los funcionarios de
aduanas, los impuestos, los publicanos 63
V. En Judea ... ... ... .. . ... ... .. . . .. ... ... . .. 81
VI. Hogares judfos .. . . .. .. . ... .. . ... ... . .. . .. 107
VIl. La crianza de los niños judíos . . . .. . .. . . . . 123
vnr. Temas de esfudíó: Lif educación hogareña·
en Israel. La educación femenina. Escuel as
elementales. Maestros y disposiciúnes de __
las escuelas .. . ....... ..... .. ...... . . .... . 141
IX. Madres, hijas y esposas en Israel . .. ..... . 157
X. En la muerte y después de la muerte . . . . .. 177
XI. Perspectivas judías acerca de las profesio-
Libros CLIE nes, de los profesionales y de los gremios 197
Galvani. i 13
XII. El comercio ... .. .... ........ . ... ... ..... . 213
08224 TERRASSA (Barcelona)
XIII. Entre el pueblo, y con los fariseos... . .... .
USOS Y COSTUMBRES DE LOS JUDÍOS XIV. La «fraternidad» de los fariseos .. .... . ..
XV. Relación de los fariseos con los saduceos y
Depósito Legal: B-31 .748-2003 los esenios, y con ei Evangelio de Cristo 253
ISBN 84-7645-386-8 XVI. Las sinagogas: Su origen, estruccura y dis-
Impreso en Tesys S.A., Industria Gráfica
posición externa . .. . . . . .. . .. . .. . .. 263
XVII. El culto de la sinagoga .. . .. . . . . .. . .. . .. . 277

PrinJed in Spain 5
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1

1
X VIII. Breve Bosquejo de la antigua literatura
teológica judía ... . .. .. ..... .. . .. 291
1
1 APi~M)ICE I. Traducción del Tratado «Middüih;> de
la Misná ... .. . .................. .. . .. . 305
A.PÉNDfCE n. Traducción de selecciones de Talmud
Babilónico, Tratado «Bcrachoth» . ... . . 319
1 PREFACIO
1
El prepósito de ·este··volumen es el mism-o- que el d-e mi
i ai1terior libro acerca de El Templo, su ministerio y servicios
1 en los tiempos de Cristo. En ambos ha sido mi intento
transportar al lector a la tierra de Palestina en la época de
1 nuestro Sefior y sus apóstoles , y mostrarle, por así decirlo,
hasta allí donde era posible dentro del alcance de cada libro,
la escena y las personas en medio de las que habían tenido
lugar los acontecimientos registrados en la historia del Nuevo
Testamento. Porque creo yo que en aquella medida en que
nos familiaricemos con su entorno -por así decirlo ver y oír
por nosotros mismos lo que sucedía en aquel entonces, entrar
en sus id·~as, fai111i¡i~r1~~.mos. con su~. há~i~os~ m~ri~_ras de
pensar, sus enseñanzas y culto-- no sólo llegaremos a
comprender muchas de las expresiones y alusiones en el
Nuevo Testamento, sino que obtendremos también nuevas
evidencias de la veracidad de su relato, tanto por su fidelidad
a la imagen de la sociedad, como conocemos que era, y por
el contraste de sus enseñanzas y objetivos con los de los
contemporáneos del Señor.
Porque el cuidadoso estudio de este período deja esta
convicción en la mente: que --dicho sea con reverencia-
Jesucristo pertenecía estrictamente a su tiempo, y que el Nue-
vo Testamento es, en sus narraciones, lenguaje y alusiones,
estrictamente fiel al período y circunstancias en que los
acontecimientos tienen lugar. Pero en un aspecto, de mucha
mayor importancia, no hay similaridad entre Cristo y su
época. «Jamás hombre alguno» --ni de aquella época ni

6 7
r
posterior- «ha hablado como este hombre»; jamás hombre y con el más intenso estudio, me dedicaré de ahora en
alguno vivió ni murió como Él. Ciertamente, si Él era el Hijo adelante.
de David, también es el Hijo de Dios , el Salvador del mundo. Parecía necesario exponer esto, a fin de explicar tanto el
En
mi libro sobre El Templo, su ministerio y servicios, he pl<m de este libro como la forma de su desarrollo. Sólo aña~
tratado de llevar conrnigo al lector al Santuario, y hacerle ver diré que aquí se incorporan los resultados de muchos años
todo lo relacionado con sus instituciones, su sacerdocio y sus de estudio, en los que he aprovechado todas las ayudas a mi
solemnidades. En este libro he tratado de presentarle la socie- alcance. Podría parecer afectación dar una lista de los nom-
dad civil ordinaria, y hacer que se mezcle con los hombres bres de todas las autoridades· consultadas o libros lefdos en
y mujeres de aquel período, que los vea en sus hogares y el curso de estos estudios. Los mencionados en las notas de
ram1"lia<- nnl' <>nrr•nrici dP SU<' ha'bitos" n l ' l"" sig"
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.. -Lt pie de página constituye.11 sólo una pequcfia propo_rcióndeJqs
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en "su vida ordlnaría. tod"o elfo 1fosfraCión de la historia mismos~


del l'~ue\'O Testan1ento, y tratando al rnismo tiempo de pre- En todo ello, mi constante objeto ha sido ilustrar la h~stori a
sentar de manera llana las escenas observadas. y las enseñanzas del Nuevo Testamento. Incluso el «lndíce
Otra sección, y quizá la más importante en cuanto a su de Escrituras» al final mostrará en cuántos casos se ha
trascendencia para el cristianismo, queda por hacer: seguir el intentado. Así, espero anhelante que estas páginas arrojen
progreso del pensamiento religioso, en lo que respecta al alguna iuz adicional sobre el Nuevo Testamento, y que
canon de la Escritura, al Mesías , a la ley, al pecado y a la ofrezcan renovadas evidencias -para mí de lo más
salvación; describir el carácter de la literatura teológica, y ¡x>derosas-, y en una nueva dirección, de la verdad «de las
mostrar el estado de las creencias doctrinales en lbs tiempos cosas que entre nosotros han sido ciertísimas». Y ahora sólo
de nuestro Señor. Es aquí especialmente que deberíamos ver queda, al final de estas investigaciones, expresar una vez más
tanto la relaci6n en forma cómo d contraste casi absoluto en mi olena v gozosa creencia en aqueiia gran verdad a l a que
süstáncia entre lo que era el judaísmo eh los tiempos de todS cond~ce: que «CRISTO ES EL FIN-DE LA LEY, PAáA
Cristo, y las enseñanzas y el reino de nuestro bendito Señor. nJSTICIA A TODO AQUEL QUE CREE.»
Pero esto estaba fuera del objeto de este volumen, y pertenece
a una obra de mayor envergadura, de la que este libro y el ALFRED EDERSHEIM
anierior pueden ser considerados, en cierto sentido, como es-
tudios preliminares. Por ello, allí do11de la sociedad civil toca- T"HE VICARAGE, 1-.. 0DERS, BRIDPORT.
ba, corno sucede en tantas cuestiones, en lo teológico y lo Noviembre, 1876
doctrinal, sólo fue posible (<bosqucjarlo», dejando estos bos-
quejos para ser rellenados más tarde. La totaí exposición de
los tiempos de nuestro Señor, en todas sus facetas -mostran-
do no s6lo quiénes eran aquellos entre los que Jesucristo se
movía, sino también lo que conocían, pensaban y creían-,
y ello como el marco, por así decirlo, en el que situar como
una imagen la vida de nuestro mismo bentido Señor, ésta
debe ser ahora la obra a la que, con toda reverencia en oración

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rr

ANÁLISIS DEL CONTENIDO

I. Palestina hace dieciocho siglos


Palestina-Su condición actual-Su condición en
tiempos de Cristo-Sentimientos de ios rabinos Jon a-
tán y Meir acerca de ella-Clima-Productos vegeta-
les y animales-Paisaje-Entusiasmo religioso acerca
de Palestina-Amor de los rabinos hacia la tierra-
Trato de las escuelas de Babilonia por parte de los ra-
binos-Supersticiones acerca de Palestina-Presente
- ··-·-------- -- --------------· ·--·-· ·------·-- ------ ------------- --··-----·------- ---- --·--·· ----· - -----··----estaCfodeIOTsentiillíénros-acerca<leena·--Escasez-de ________ - --
reliquias-Extensión de Palestina en tiempos de
Cristo-Habitantes-Opiniones acerca de las diez tri-
bus---Gobiemo-Testamento de Herodes el G ran-
de-Disputas entre Arquelao . y Herodes Antipas-
Ingresos de Arquelao, de Herodes el Grande y de
Agripa JI-Monedas de Palestina-División de
Palestina-Opiniones de los judíos acerca de Samaria.
. . ........ Pág: :.:····.-~-.- ·:·::·:::·::: :·:. ·:: : : : :··~--~- :.: .:: ~:. · :·::··:.: :·: :·· · 23
II. Judíos y gentiles en «la tierra»
Límites de Palestina-Opiniones de los rabinos
acerca de la santidad de la tierra y de la impureza del
suelo pagano-Las tres tierras designadás como
Palestina-Ofrendas, de dónde eran lícitas-Países
incluidos en Siria-Su ·asimilación a/y distinción de
Palestina-Opiniones judías acerca de los países pa-
ganos-Clasificación de los países por Maimónides-
Lugares que según los rabinos podían aportar Biccu-

11
r
1
-'\IP'---

rim y Thcrumoth--Distinciones entre el país al este tasas-Ingresos reales-Exacciones romanas-


y al oeste del Jordán-Preeminencia de Ja Judea pro- Escrúpulos religiosos acerca de ellos--Publicanos-
. pi a~obre Qalil~a-__~rni9qufa-_. Las c_ostas de T!.rq y El llam~~ie9t9 4~ ~~Y(: _pag. . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. . <5~
de Sid6n-Mi1agros obrados allí-Partidos en Pales-
tina en Ja época de Cristo-Dialectos-Expansión del V. En Judea
helenismo- _ Divisiones del judaísmo-Separación Judea, cómo se distinguía por encima de Galilca-
entre los judíos fariseos y los paganos-Opiniones Paisaje-Lugares recorridos por los peregrinos-Si-
mutuas de judíos y de paganos. Pág. ... . . . . . . 35 16-Betel- Ramá- El pilar de Raquel- · La Sefela-
El desierto de Judea- --Masada- Jericó-El Arabá-
_I~~· E!! Qalilea_ en la época de ~ue_stro Se.i~()r__ Sentimientos j ud íos acerca ..de.. Judea~Expectativ:as
Distinción entre Galilea y Judea- Redacción de la del Mesías- --Falsos Mesías-Sentimientos de los ra-
Misná y del Talmud de Jerusalén desde Tibcrias- binos acerca de esta cuestión- Temas que ocupaban
Selitimientos de los fariseos acerca de Galilea'--Üra- la atención de los rabinos- Privilegios de vivir en Ju-
ción de un célebre rabí- - El rabí Jannai- · Peculiarida- dea- Sus límites-Cesarea-Divisiones de Judea-
des de Galilea- Territorio-Distinción entre la Aita · La llanura de Sarón-Antípatris-Lida- Chephar
y la Baja Galilea- · Safcd-Paisaje de la Alta Gali- Tabi-Jope o Jaffa-Emaús-Belén, cómo se la consi-
lea-La gran ruta caravanerá-La feracidad de Gali..: deraba en relación con el nacimiento del Mesías-
lea--- -Ciudades, pueblos y población - de Galilea- Migdal Edcr-Los pastores dando a conocer el naci-
Sus industrias-"-'-'-Nazaret =Ciudades célebres de-GaH"' - --
0
miento de Cris-t0-Jerusalén-Sentimientos rabínicos -
lea-Opiniones y dichos de los rabinos acerca de · con respecto a la ciudad- Nombres dados a ella-
~u~--·:. Qj~tjn<;:jqp~_s_ te_ológi_c?~ e11~~~..O~t~lq.~ . y. J~Qc~ Sinagogas en Jemsalén-_La hospitalidad de sus hnbi-
- Carácter de los galileos- El lago de Galilea: Pág. 51 tanfos-:-Betania y Betfagé- Carácter de ios habitantes
de Jerusalén-Sentimientos judfos acerca de la ciu-
IV. Viajando por Palestina: Carreteras, dad- Su población-El Templo. Pág. . . . . . . . . . . . . 81
mesones, la hospitalidad, los funcio- ·
narios de aduanas, los impuestos, los VI. Hogares judíos
publicanos Distinción entre judíos y gentiles-Ciudades y
Viajando por Palestina~randes vía~Carreteras pueblos de los judíos-Número de pueblos-Distin-
·-· Diferentes términos pa:ra designarlas- _
secundarias- ción entre aldeas, pueblos y ciudades- Aldeas-
Carreteras romanas-Reparación de los caminos-- _ Apariencia de las ciudades-El ponón- Lugares de
Vehículos-Caravanas-Hospitalidad-Dichos ra- · mercado-Gremios-Carácter de los judíos-Apa-
bínicos acerca de Ja hospitalidad-Reglas para los riencia de una ciudad de noche- Ventanas-. Senti-
anfitriones y los huéspedcs-Mesones- Polícia mientos judíos acerca de las representaciones de las
secreta- Recaudadores de impuestos-Peajes y cosas en el ciclo y en la tierra- Opiniones del rabí
Gamalicl-El gobierno de ciudades y aldeas- El Sa-

12 13
lenguas-Estudio de la Torá o ley- Leyendas acerca
ncdrín local- Policía y nonn as san itarias--Pav i- de la importancia de los rabinos- Influencia del estu-
mentación de las ciudades- Estructura de las casas- di o exclusivo de la le y sobre la educación-Enseñan-
Tcjados- E l camino de los tcjados- Estan_c ias para za en el hogar-Manera de enseñar a leer-La escritu-
visitantes- La galería alrededor del pallo-Apo- ra-Los escribas-Uso de las letras iniciales- Falsifi-
sentos al1os- El patio interior-Mobil iario- La vida cación de firmas y de documentos- Materiales para
familiar- R itos religiosos en la familia- Fiestas fa- la escritura-La educación de las niñas- Escuelas
miliares- El sábado-La posición de la mujer-Rela- elementales- Maestrescuelas- Instrucción moral e
ción entre los miembros de una familia- Estcri li- intelectual- · Reglas para los maestros-El estudio de
dad- Rclac iotics entre padres e hijos-Reverencia la Misná y de la Biblia-Escuelas en las sinagogas-
hacia la edad- El tradicionalismo, destructor del El cuidado de los hijos de los pobres y de los huérfa -
espíritu . de reverencia para con los padres. Pág. 107 nos. Pág. .. .... .. . . ... . . .. . .. . . ... .. ... . ..... . .. . 14 1
vn_ia crianza de los nüzos judíos . IX. Afadres, hijas y esposas en Israel
Términos para designar las etap~s de 1a, pri_m er~ La posición de la mujer en Israel-Las santas mu-
infancia- Diferentes períodos de la v1da segun el ra1?1 jeres de antaño--Ideas rabínicas acerca de la creación
Jehudah-Edad ~_!!_la g~~-~!_~pieJ]zaba ~ leer~ _B!=----·- - -- -- ---·- ---·-·--4e-Eva--bas-€uatre-madr-e~éoora-b-a-----·-- -···---
- - ·--··-búa Comienzo de la educaciór~-lnst~c~ión recibi- mujer de Manoa-La madre de Samuel- Abigaíl-
da por el niño en la vida y los n tos familiares-Se~- La mujer sabia de Tecoa- Hulda-La Sunamita-
timientos de un niño en el Templo- Parte que los.m- Rut- . Ester-La igualdad social de la mujer-El mi-
ños toni~ban en láCcn3Pascual- . Soliciruct·ctc l~ ins- nisterio de las mujeres-La poligamia- · Opiniones
truccióri partema ilustrada en el Libro de Proverbios- acerca del divorcio en tiempos de Malaquías-No-
Posición de las madres-La reina de Massa···-··:Agur-- vias- Cuatro razones para el matnmenio--¿Maza o
Lemucl-Madrcs del Nuevo Tcstamcnto--Cnanza de Moze?-Cualidades deseables en una mujer-
. ... .... ..... .... . . ... .Iimm~.Q_::::P.Grs~rnGi.QD.I~Ug!Q_~ª-·~DJª. ~P9.~ª-·º·~Ls.Y.rn! ~ .... ....... · ·· . -Razones··rabímeas·pa-rala ereaeión··de·Eva··delcostado · · · ·· · · ·· ····· ····
miento de los Macabeos-Influencia de las madres de Adán- El matrimonio, una obligación religiosa--
piadosas-La infa.ncia de nuestro Señor-Jesús scnta- Edad a la que el hombre debiera casarse--Problemas
do en el Templo entre los doctores. Pag. · · · · · · · · · 123 de dinero--Desposorios, cómo se consideraban- Es-
critos de desposorios, o Shitre Erusin-Contratos ma-
VIIJ. Temas de estudio. La educaci6n hogareíia en trimoniales, o Chethubah-Dotes-Formalidades
Israel. La educación femenina. Escuelas legal.es en los desposorios- La ceremonia matrirno- .
elementales. Maestros y disposiciones de nial- Días de bodas-La semana antes de las bodas
las escuelas de Caná-Aquel matrimonio como ilustrativo de las
Influencia de la Biblia en la elevación de la mora- prácticas judías-Fiestas de bodas-Los amigos del
lidad pública- Superioridad de la v.ida famili~r ju- novio-Los hijos de la cámara nupcial-El atavío de
día- Conocimiento de la Ley de D1os- Estud10 de la novia- El velo y la corona de la novia-Las lám-

15
14
paras de_ las bodas-Impedimentos al matrimonio- día a este respecto-La combinación del estudio con
Divorcio, por qué razones se permitía-Obligaciones el trabajo manual-El trabajo, cómo es considerado en
vinculantes a marido y mujer-Mujeres del Nuevo el Antiguo Testamento y en los Ap9crifos-Oficios
Testamento--Textos de cumpieaños. Pág, .. , . ,, . .. 157 de los rabinos-Sus principios acerca de los oficios--
La Misná acerca def trabá°jo-Semejanzas y diferen-
X. En la muerte y después de la muerte cias entre las enseñanzas de los· rabinos y la de Cris-
to-Enseñanza rabínica sobre la dignidad del traba-
La muerte del rabí Jochanan ben Saccai y la del
jo-Oficios prohibidos por la Misná-Tejedores-
rabí Jchudah el Santo-La enseñanza del Evangelio
acerca de la muertc-_-Influencia del estado espiritual Obreros en el Templo-Tradiciones acerca de los
d-e·· los.-pad-re-s--en ·-sus-·-hi~o-s-·-La--enfenn-ed--ad-;- ·Cóm-0-e-ra- art~S<!!1()S de_ ,~.~~jll,'l~lf~=I.,9~ g!~ffi_i()S 4~ _;\l_~j(li1-_ -
consi dcrada-Di sciplina-Le yes rabínicas y regla- dría-Los gremios de Palestina-.'...Lugares llamados
mentaciones para la salud·-···Médicos--Mcdicinas em- por sus oficios-Artesa11os empleados por Herodes el
pleadas-Duración de la vida-Muerte prematura- Grande para la reconstrucción del Templo-El velo
Muerte sin dejar un hijo-903 clases diferentes de del Lugar Santísimo--..:-Dificultades de los patronos
muerte-Muerte por boca de Jehová-·-Personas sobre judíos con sus trabajadores--Sindicatos. Pág. . , . . . . 197
las que no tenía poder el ángel de la muerte-Señales
XII. El comercio
en cuanto al momento y manera de la muerte-Ente-
rramiento--Funeral del joven en Naín-Ceremonias Cambio en las opiniones de los rabinos acerca del
funerarias-·-Sepulcros-La resurrección de Cristo-- trabajo manual-Dichos rabínicos ordenando sumi-
Tratamiento de lcis enlutados-Distinción entre el sión a las autoridades-Posturas judías acerca del co-
Onen y el Avel-_-El duel(}-Aniversarios de _falleci:- mercio--Israel no una nac:ión romnrü1l-·-P-:ilt><:>tin~-
mientos-Enseñarua de los rabinos acerca del estado no apropfadá paiá i~ p~o-~~~~-cf6rt-d~i-~~;er~io.=cc;~
futuro-Paraíso e infierno-Pecado-Parábolas mercio en tiempos de Salomón y de Josafat-Ingresos
rabínicas asemejándose a la de los invitados a la de Salomón-Ataques contra la antigüedad del Penta-
boda-Opiniones doctrinales de los rabinos acerca del teuco refutados-Opiniones rabínicas sobre el comer-
Purgatorio y del Paraíso. Pág. .. . . . . .. . . .. . . . . . . .. . 177 cio-Personas declaradas inaptas como testigos--
faspectores de pesos y medidas-Precios-Porcenta-
XI. Perspectivas judtG.s acerca de las profesian·es, jes-Falta. de ho11radez, cómo era considerada-CaiTi-
de los profesionales y de los gremios bio de opiniones rabínicas acerca del comercio-Los
. Dichos de la Misná acerca de los oficios-Las opi~ judfos de Alejandría-- · Artículos de comercio--
niones del rabí Nehorai-Influel1cia del trasfondo Importaciones y exportaciones-Leyes regulando las
judío en la historia evangélica-Nuestro Señor y sus profesiones y el comercio-Regateo-Los cambis-
discípulos-La dignidad del trabajo tal como ha sido tas-Leyes contra tratos deshonestos--Precio de los
cereales--La usura-Deudores y acreedores-Pren-
expuesta por san Pablo-El respeto de los rabinos por
das. Pág. . . . . . . . ......-. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . 213
el trabajo honrado----------La superioridad de la postura ju-

16 17
xm~ Entre el pueblo, y con los fariseos XV. Relación de los fariseos con los saduceos y los
Los fariseos-Las oraciones de los fariseos en las esenios, y con el Evangelio de Cristo
calles-La enseñanza rabínica sobre la eficacia de la Triunfo de l os fariseos sobre los saduceos-Un sa-
oración--Grados de los faiiscos-Los Chasidim- cerdote saduceo en l a Fiesta de los Tabernáculos-
Vestidos de moda de aquel tiempo-Atavío de las da- Posturas doctrinales de los saduceos-Origen del
mas-El cabello, su peinado y omamentación- nom?r~-Clases a las que pertenecían principalmente
Joyas-Los bordes de los vestidos- Los flecos- Las los 1anseos y los saduceos-Los esenios- Relación
filacterias o tephillin-Cuándo y dónde se llevaban- entre sus opiniones y la religión de Zoroastro--Núme-
Valor e importancia de las filacterias a los ojos de los ro de los esenios-Sectarios pertenecientes a la rama
rabinos-Leyendas rabínicas acerca de las filacte- 11_1fsli~a y ascética del fariseísmo-Vestimenta y apa-
rias-Acusación de Cristo contra los fariseos- nencrn de los esenios-Sus obseNancias religiosas-
Supersticiones acerca de las filacterias- Patriotismo y Votos y regulaciones impuestas sobre la secta-- -Su
religión de los fariseos-Historia de la «fratemi- manera de pasar el día- Diferencia y semejanza entre
dad>>--Sus votos y obligaciones- Los fariseos como el esenismo y el cristianismo-Contradicción esencial
representantes del fervor y del celo religioso-Su entre el Evangelio de Cristo, y los fariseos, saduceos
____________ jnfl!J~ncia.: Pág. __ _:_:~-
· ·-=---- ..:_:.~ ___:.:...:. .:._:_:__::__:__:.::.:__~_:__._ _ _'}2~- ___ _ y esenios. Pág. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
- -· ----- - - -- - - --- -- - -- - - - -- - -- -- -- --------- · -- ------- ---
XIV. La «fraternidad» de los fariseos _ XVI. Las sinagogas: Su origen, estructura y
El orden de los fa1iseos-La conspiración contra disposici6n externa
san Pablo, explicada-Absolución de votos-Pareci- La opinión del rabí Jochanan acerca de la ora-
do del fariseísmo con el ultramontanismo, los ultra- ción-La oración en la casa y en la sinagoga-El Tal-
montanos y los jesuitas-Los Nivdalim de los iiempos mud de Babilonia acerca de frecuentar la -sinagoga- - ---
de Esdras y Nehemías-Los Perushim, o fariseos- Derivación del término sinagoga- _ El Edah y el
·-- ·---·-·-·· ·-··"'· -··-·· ··-Apl-ic-ac-ión--d-e---Ios--.t-énn-i-n-os-..Chasidim.__y...JY.Lv.dn.li.m .a.Ja__ __·····-·--···----·----···--:··--·· --- --··---··-····________4g_ (J_q_(____Q_rjg_~_[!_~_JJj_$IQri.ª __d_e_l.ª _ s..inagog_a_____El__meno.r ... ..... --·---··-·-······-.._
vida cristiana-Política helenizanle de los sucesores número para constituir una congregación-Número
de Alejandro Magno-Insurrección de los Maca- de sinagogas en Jerusalén-Situación y arquitectura
beos- Amalgamación de los Chasidim con los fari - de estos edificios-La sinagoga en Capemaum-Juan
seos-Principios de los Chasidim-Origen de los fari- 6:25, etc., explicado por la entalladura en el dintel de
seos-Regulaciones para la Terumah y diezmos en el la sinagoga-Leyenda acerca de Elías---El rabí Seira
tiempo de Juan Hircano- Chabura de fariseos-Obli- acerca de correr a Ja sinagoga-La Iglesia en la casa-
gaciones de los Chaberim--Grados de fariseos- Yo- Colectas de dinero en la sinagoga-Santidad del edi-
tas vinculando a la «fratemidad»~Su sistema de fi cio--Casas de oración-La separación de sexos en
extemalismo--Menosprecio de los rabinos y de los la sinagoga- Arreglo del interior de la sinagoga-Los
saduceos por la secta-Antagonismo entre el rollos de Ja ley en la sinagoga-Los asientos en la
fariseísmo y el Evangelio. Pág... . .. . .. . ... ... ... 241 sinagoga. Pág... . .. . ... .. . · ·- ·· - ... ... ... ... ... ... 263

18 19
,-------
XVII. El culío de la sinagoga Apéndice I.
La sinagoga en el Templo-El atrio de piedras Traducción del tratado mísnico Middoth de la
--· pavi!Tleritadas-- Er culto dcrTemplo desbancado pot Misná. Pág. . . . .. . .. . .. . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . .. . 305
el de la sinagoga-Oportunidades dadas por la sinago-
ga para la expansión del Evangelio- La liturgia de la Apéndice II.
sinagoga-El Shema-Las bendiciones-La oración Traducción de selecciones del Talmud Babilónico,
después del Shema--La oración vespertina- Las die- Tratado Berachorh. Pág. . .. .. . . . . . . . ... .. . .. . .. . 319
ciocho eulogías-Los líderes de las devociones en la
sinagoga-La bendición de los sacerdotes- La acti-
tud, arnvfb y ap:ntcrrcia en ia-oración::-::.:.EI-kcciuna=- -
rio--Númcro y tiempo de los servicios-Los sermo-
nes-Cristo en la sinagoga. Pág. ... .. . .. . ... . .. . . . 277

XVIII. Breve bosquejo de la antigua literatura


teológica judía
Designaciones de la sinagoga- El Sancdríri-La
ordenación de los miembros del Sanedrín-Cualifica-
ciones-__ Los C!zassanim o min.i~trQ~ <Jq la sinªgogª-- _
El Sheliach Zibbur-El Gabaei Zedakah-El Metur-
geman-Los Targumirn- Los Midrashim- EI Libro
·de los-Jubileos, o Génesis menor-Los escritos pseu-
doepigráficos-Sus clasificaciones-La Halachah-
La Hagga,dah-Los cuatro cánones y las treinta y dos
reglas relacionando la Haggadah con la Escritura- El
valor numérico de las palabras~La Mísná- La Ge-
mara-El Talmud de Jerusalén y el de Babilonia-
Disposición de la Misná--La Cábala-Relación
entre Cristo y los hombres de su tiempo. Pág. 291

20 21
I
PALESTINA HACE DIECIOCHO
SIGLOS

Hace dieciocho siglos y medio, la tierra que ahora yace


desolada,* con sus desnudas y grises colinas mirando a valles
mai o nada cuitivados, con sus bosques destruidos, sus terra-
zas de olivos y vides desvanecidas en polvo, con sus aldeas
---sumidas-.en-l.a-pol:m:;,a-y-en-la-suG1€4ad,-WS-Gam~nes---iH-w--- --- --
guros y desiertos, su población nativa casi desaparecida, y
con elios su industria, riqueza y poder, presentaba una escena
de belleza, riqueza y actividad casi sin par en el mundo enton-
ces conocido. Los rabinos nunca se cansan de cantar sus ala-
banzas, tanto si su tema es la preeminencia física como lamo-
ral de Palestina. Sucedió una vez, según se encuentra en uno
de los más antiguos comentarios hebreos, 1 que el rabí Jona-
t-án estaba sentado baj0 una higuera, -rodeado por sus estu- --
diantes. Repentinainente se dio cuenta de cómo el maduro

* Téngase en cuenta la fecha en que fueron escritas estas palabras, hace


ciento doce años (en 1876). Desde entonces ha habido la repoblación de
Palestina por los judíos, primero bajo el dominio turco, y a partir de 1917
bajo el Mandato Británico; la independencia del Estado de Israel (1947),
y la repoblación forestal y la reconversión agrícola de extensas zonas por
parte de los judíos. Israel es hoy una nación que exhibe el fruto de los
intensos trabajos de reacondicionarniento y del ingenio de los esforzados
colonos que durante décadas han hecho de Israel una potencia agrícola,
industrial y comercial. [N. del T. J
l. Véase Hamburguer, Real-Ene. d. ludenlh. I. pág. 816, nota 37.

23
fruto encima, abriéndose debido a su riqueza, dejaba caer su valles, las tierras altas de Judá, descendiendo a través de las
delicioso jugo al suelo, mientras que a poca distancia la dis- ticr:as de ~astos del Negev, o país del Sur, hacia el gran y
.tendida ubre de una _cabra se mostraba incapaz de retener la t~~nb~~. ci~?I~rtº·· Y sobre todo, en tanto que durara la bendi~
leche. -:<He aquí>), exclamó el rabí, al mezclarse a_rnbas co- c1on de Dios,_había paz y abundancia_ Hasta allí donde podía
rrientes, «el cumplimiento literal de Ja promesa: "una tierra alcanzar la vista pastaba «el ganado sobre las mil colinas»;
que fluye leche y miel.",> «La tierra de Israel no carece de los pastos estaban «vestidos con rebaños, los valles cubiertos
ningún tipo de producto», argüía el rabí Mcir: «como está t~mbién todos de grano»; y la tierra, «grandemente enrique-
escrito (Dt. 8:9): "ni te faltará nada en e11a"». 2 Y tales dec1a- cida con el río de Dios», parecía «gritar de gozo,>, y «también
racionesno carecían de justificación; porque Pa1cstina com- cantar»: Esta posesión, don del ciclo al principio, y guardada
hi_n_élba IOQaS l(lS yafied ªd~s_ C~im ~ticas, clé;SQC las_ nieves_ del por el cielo todo el tiempo, bien podía encenderkis más vivos
cntiisíasmos. - - --- - - ----- - --- -- --- --- - - - - --
Hermón y el frescor del Líbano hasta el calor moderado del
lago de Galilea y el tórrido calortropical del valle del Jordán. <~Encontramos», escribe uno de los más eruditos comen-
Por esto no sólo se encontraban árboles frutales, cereales y taristas rabínicos, apoyando cada aserto en una referencia de
4
hortalizas conocidos en nuestra latitudes más templadas, las Escrituras, «que hay trece cosas en posesión exclusiva
junto con los -de zonas más soleadas, sino también las raras del Santo, ¡bendito sea su Nombre ~ , y que éstas son: da plata,
especias y perfumes de las zonas más tórridas. De manera e~ oro, el sacerdocio, Israel, el primogéniw, el altar, las primi-
similar, se dice, había en sus aguas todo tipo de peces, cias, el aceite de la unción, el tabernáculo de reunión, la
mientras que el aire estaba lleno del canto de aves de los más monarquía de la casa de David, los sacrificios, la tierra de
vistosos plumajes. 3 Dentro de un área tan pequeña, el país Israel, y e~ oficio de los ancianos». En verdad, por bella que
debe haber sido singular por su encanto y variedad. En la fuera la tierra, su conjunción con bendiciones espirituales
ribera oriental del Jordán se extendían anchas planicies, va- más elevadas le daba su vaior real y más elevado. «Es sólo
lles eleva.dos; agradables bCiSqUes y territorios cerea.leras y de en Palestina que se manifiesta la Shekiná», enseñaban los
pastos casi ilimitados; en la ribera occidental se encontraban rabin?~· Fuera de sus sagradas fronteras no era posible tal re-
colinas llenas de terrazas, cubiertas de olivos y vides, delei- velac10n.5 Fue ahí que profetas arrebatados vieron sus visio-
tosas cañadas, por las que pasaban murmurantes arroyos, con nes, y que los salmistas oyeron melodías de himnos celestia-
una belleza como de un país de hadas y con plenitud de vida, les. Palestina era la tierra cuya capital era Jerusalén, y en su
corr\.o alrededor del lago de Galilea. En lonta11anza se exten- m~s alta colina habí~ como santuario aquel templo de níveo
día el gran mar, punteado por extendidas velas; aquí se encon- marmol y r~splandec1ente oro, alrededor del que se agolpaban
traban lujosas riquezas, como en las anti~ru.as posesiones de tantas preoosas memorias, sagrados pensamientos y giorio-
Isacar, Manasés y Efraín; y allí, más allá de estas ílanuras y sas esperanzas de gran alcance. No hay religión tan estricta-
mente local como la de Israel. El paganismo era ciertamente

2. Dilucidando la legitimidad de un grano de pimienta en el día de la


expiación, Yoma 91 b, hacia el final. 4. R. Bechai. Las referencias escriturísticas son: Hag. 2:8; Éx. 24; 25:2, 8;
3. Aquí, naturahnente, son imposibles las referencias detalladas; pero 29:1; 30:31; Nm. 3:13; 28:2; Lv. 25:23, 55; 1 S. 16:1. Cf. Relandi, Palaest.
compárense las obras de un naturalista tan cuidadoso y capn como el (ed_ 1716), pág. 14.
canónigo Tristram. 5. Véase, p.e., su discusión en Mechilta sobre Éx. 12:1.

24 25
la adoraCión de deidades ·nacionales, y el judaísmo la de quebranta?ª comunidad, fue desde luego sobre una nueva ba-
Jehová, el Dios de los cielos y de la tierra. Pero las deidades s~, p~ro aun ?~sde dentro de Palestina. Palestina fue el monte
nacionales de los paganos podían ser transportadas, y sus ri- Smai del r.a~m1smo. Aquí surgió el manantial de la Halachah,
tos adaptados a los modos extranjeros. Por otra parte, en tanto 0 ley tradicional ,. desde donde fluyó en corrientes cada vez
que el cristianismo fue desde su mismo principio universal más ca:i?alo~as; aquí, durante los primeros siglos, se centró
en su carácter y designio, las instituciones religiosas y el culto la emd 1 c~ón, influencia y gobierno del j udaísmo; y allí hubie-
en el Pentateuco, e incluso las perspectivas abiertas por los ran quendo perpetuarlo. Los primeros intentos de rivalidad
profetas, eran, por lo que a Israel concernía, estrictamente por parte de las escuelas de erudición judía en Babilonia
de Palestina y para Palestina. Son totalmente incompatibles fue;on ~gudamen~e resentidos y suprimidos. 7 Sólo la fuerza
con la pérdida pennamente de l a tierra. Un judaísmo extrapa- de ias ci_rcunstancias llevó finalmente a los rabinos a buscar
lestinense, sin sacerdocio, sin altar, sin templo, sin sacrificios, voluntan~e~te la seguridad y libertad en los antiguos lares
sin diezmos, sin primicias, sin años sabáticos y del jubileo, de su cautiven o, donde, sin trabas políticas, pudieron dar los
tiene que poner el Pentateuco a un lado, a no ser que, como t?ques finales ~ ~u sistema. Fue su deseo de preservar la na-
en el cristianismo, todo esto sea considerado como flores ci6n Y su erud1c16n en Palestina lo que inspiró sentimientos
designadas para madur ar a fruto, como tipos señ.alando a, y ~orno. los que citarnos a continuación: «El mismo aire de
cumplidos en, realidades más elevadas. 6 Fuera de la tierra ni Palestma hac~ sabio al que lo respira», dijeron los rabinos.
- - ------ siquiera el puebTcfl~synrrá-s!sraet-a-"hlvistadé-los--gentites,- --------------·-·~l r~lat? bíblica_de-1asH~onteras.. deLEaraísQ.,-I=~gado.-pgr-el---- ____
son judíos; desde su propia perspectiva, «los de la disper- no Havilá, del~·que se dice que «el oro de aquella tierra es
sión». buen?»•._füe ap11cado a su Edén terrenal, y parafraseado para
Los rabinos no podían dejar de ser conscientes de esto. que ~tgmficara: «no hay sabiduría como la de Palestina». Era
Por ello, cuando, inmeditamente después de la destrucción de un dicho que «vivir en Palestina era igual a la observancia
Jernsalén por Tito , emprendi eron la tarea de reconstruir su de todos los m~damientos» . «El que tiene su morada perma-
nente en Palestma», enseñaba el Talmud, «tiene la certidüm-
bre de la vida venidera». «Tres cosas», leemos en otra autori-
--- ---·· -· ---
-~: N~--~ éste eLJ;;;~ar¡·~;plica;~~é-;~;,~ía el~~hirii~~~-;;¡-~-g.;-d~-- ···--· - · - -· ··- - ·- ·- -~:~id~~~~~~~~por_~eclio-del-su!rimientt>;.-Pale~tina; --la ---
los sacrificios, etc. Soy bien consciente de que el judaísmo modemo intenta ne i _1 ~ ' y e . mundo vem_dero)). y no se desva-
demostrar, con el empleo de pasajes como 1 S. 15:22; Sal. 51: 16, 17; Is. . c.ó este sentimiento con la desolación de su país. En los
1:11-13; ~s. 6_:6, 9ue, al~ vista de los profetas, los sacrificios•. y con ell~s siglos tercero Y cuai:ro de nuestra era seguían enseñando: «El
todas las mst1tuc1ones :1rual~s . d_el Pentateuco; ~º, ~ran de 1mportanc1a que more en Palestma está exento de pecado.»
permanente. Al lector sm preJuicios le parecera d1f1c1l comprender cómo Los siglos de peregrinació d b· h
incluso el espíritu p artidario podría llegar a unas conclusiones tan enormes desa arecer el . n Y ~ Cam l?S no an hecho
.en base a tales premisas, o cómo podría siquiera imaginarse que los profetas P apasionado a~o.r hacia esta tierra del corazón
hubieran tenido la intención, m ediante sus enseñanzas, no de explicar o del pueblo. Incluso la superst1c1ón se vuelve aquí patética. Si
aplicar, sino de poner a un lado la ley tan solenmemente promu1gada en
el Sinaí. Sin embargo, este artificio no es nuevo. Una voz solitaria aventuró
ya en el siglo segundo la sugerencia de que ¡el culto sacrificial había sido
dado sólo a guisa de acomodo, para preservar a Israel de caer en ritos
paganos! 7. Véase mi obra History o/ the lewish NaJion, págs. 247, 248.

26 27
····- ··- ··- - - -·-·- -

el Talmud8 había ya enunciado el principio de que «Todo el Pero es de lo más cierto, como lo obseiva un reciente
que sea sepultado en la tierra de Israel, es .como si estuvi~ra escritor, que ningún lugar ha podido quedar más barrido de
sepultado bajo el altar», u~~ de}os ~~s ant1guo~__c?m~fl:tª_r:1?~ _ re~u_e~g_9~ gye Paj~stina. Allí donde han tenido lugar-las más
. hehreos9 ·va mucho más lejos. En base a la instrucción de solemnes transacciones; donde, si sólo pudiéramos conocer-
Jacob y José, y del deseo de los padres de ser sepultados lo, cada lugar pudiera estar consagrado, y rocas, y cuevas, y
dentro del sagrado país, se argumenta que aquellos que yacen cumbres estar dedicadas a las más sagradas memorias, nos
allí serían los primeros «en andar delante del Señ.or en la encontramos en una ignorancia casi absoluta de las localida-
tierra de los vivientes» (Sal. 116:9), los primeros en resucitar des exáctas. En la misma Jerusalén incluso las características
de los muertos y en gozar de los días del Mesías. Para no topográficas, los valles, las depresiones y las colinas, han
privar de su recompensaa los pia~?.~~~ q~~~ .!1~ ~u~~~rar1 .:1. .. .~attl.~i~~.?· o a1 11:1eIJ.Q$ y¡:¡_c;¡;p sepultadas bajo las ruinas acu-
pdvffegio de··residii.eri Palestína, ·se añadía que Dms hana muladas de los siglos. Casi parece como si el Señor hubiera
vías y pasajes subterráneos hacia la Tierra Santa, y que, qu~ri~o hacer ~on la tien-a lo que hizo Ezequías con aquella
cuando el polvo de ellos llegara a ella, el Espíritu del Señor rehqma de Moisés -la serpiente de bronce- cuando la rom-
los levantaría a nueva vida; como está escrito (Ez. 37:12-14): pió en pedazos, para que su memoria sagrada no la convirtiera
«He aquí que yo voy a abrir vu estros sepulcros, pueblo mfo, en oportunidad para la idolatría. La disposición de la tierra
y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra y de las aguas, de montes y valles, es la misma. Hebrón,
de Israel... Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os Belén, el monte de los Olivos, Nazaret, el lago de Genesaret,
instalaré en vuestra tierra.» Casi cada oración e himno exhala la tierra de Galilea, siguen ahí, pero todo ha cambiado de
el mismo amor de Pales_tirn1. pe~de 111.ego, sería ~po~i_l:>l~\ . forma. y apariencia, y sin-ningún lugar definido-al -que uno ·
por medfo de ningÜn extracto, 'c omunicar la profundidad de pueda asignarle con certidumbre absoluta los más sagrados
alguna de estas elegías en las que la sinagoga sigµe lamen- acontecimientos. Así, son acontecimi~ntos, no lugares; reali-
tando la péfdida de Sión, o expresar el reprimido anhelo por dades espirituales, ·no SUS alrededores ext¿~10S, . lo que ha
su restauración. 10 Desolados, se aferran a sus ruinas, y creen, recibido la humanidad en la tierra de Palestina.
esper;m y oran -¡con cuánto ardor! en casi cada oración- «Mientras Israel habitaba en Palestina», dice el Talmud
por el tiempo que vendrá, cuando la tierra, como la Sara de de Babilonia, «el país era ancho; pero ahora se ha estrecha-
tiempos pasados, tendrá restaurada, al mandato del Señor, su do». Hay mucha verdad histórica subyaciendo en esta curio-
juventud, belleza y feracidad, y en el Mesías Rey «será samente redactada declaración. Cada sucesivo cambio dejó
levantado cuerno de salvación»11 para la casa de David. más estrechos los límites de Tierra Sarita. Nunca h a llegado
a alcanzar de una manera real la extensión indicada en la pro-
8. Cheth. Ill a. La referencia es aquí, curiosamente, a Éx. 20:24: «Altar mesa originai a Abraham (Gn. 15:18), y después confirmada
de tierra harás para mf.» Desde luego, toda esta página del Talmud es muy a los hijos de Israel (Éx. 23:31). A lo que más se acercó fue
característica e interesante. durante el reinado del rey David, cuando el poder de Judá
9. Ber. Rabba. se extendió hasta el no Éufrates (2 S. 8:3-14). En la acmali-
10. Ver especialmente la más sublime de estas elegías, la de Juda ha-Leví.
11. Éstas son palabras de una oración sacada de uno de los más antiguos dad, el país que recibe el nombre de Palestina es más pequeño
fragmentos de la liturgia judía, y repetida, probablemente durante dos mil que en cualquier período precedente. Como en la antigüedad,
años, cada día por cada judío. sigue extendiéndose de norte a sur, «de Dan a Becrscba»; de

28 29
... -

este a oeste desde Salcah (la moderna Sulkhad) hasta «el gran en_t~: l_os g~egos??>._ preguntaron los judíos, empleando una
mar», el Me diten-áneo. Su área superfici al es de alrededor de mist-:nosa imprec1s1ón de lenguaje con la que generalmente
31.100 kilómetros cuadrados, con una longitud de entre 225 cubnmos aquellas cosas que pretendemos saber sin saberlas
y 290 kilómetros, y una anchura al sur de alrededor de 120 real~c~te, cuando no pudieron comprender el sentido de la
kilómetros, y de entre 160 y 190 kilómetros al norte. Para p~edicción hecha por Cristo acerca de su partida. «Las diez
decirlo de una manera más gráfica, la moderna Palestina es tnbu_s se encuentr~n hasta ahora m ás allá del .Éufratcs, y son
alrededor de dos veces la superficie de Gales; es más pequeña u~a mm ensa m:iiutud , que no puede ser estimada mediante
que Holanda, y alrededor del mismo tamaño que Bélgica. nume:os», es~nbe Josefo, con su usual y autocomplaciente
Además, desde las cimas más elevadas se puede contemplar wandilocuencia. Pero acerca de dónde se encuentran, nos
casi todo el país. ¡Así de pequeña era la tierra que el Señor mforma _tan poco _com? sus otros contemporáneos. Leemos
escogió como escenario de los más maravillosos acontecí- e~ la a~tigua autondad Judía , la Misná (Sanh. X. 3): «Las diez
mientos que jamás tuvieran lugar en la tierra, y de donde Él tnbus Jruuás volve~án, como . está escrito (Dt. 29:28): "Y 0

dispuso que la luz y la vida se derramaran por todo el mundo! Jehová"h... los
n ha arrojado a otro tnaís ' donde hoy ._,,stán" . C"' vill O
Cuando nuestro bendito Salvador pisó el suelo de Pales- este. oy, pasa Y no v_u~lve ?tra vez, así ellos se van y no
tina, el país había sufrido ya muchos cambios. La antigua v~eiv~n. Esta es }ª opm1ón Clel rabí Akíba. El rabí Elieser
··--·--···-··- -· __ ____ diYüión_triJJ-ª.l-11ª.1?.Lª..Yª--º-~~?J?ªrecido; los dos reinos de Judá dice: _ Co~o el dia se oscurece y vuelve av~lfttttatr,-pe-ro-:1-a-
tener luz, así con · -- ······ ··· -····
de Israel habían deJ; ado de- -e-xEifr~.---y· 'Tasdív"er-sas-··a-csm1na~ · - ··· · ··-· -- -··· -·- ·-·-··- _J.as..di.ez.
l ,
..tnbus,.-.a-1.as...que..ha. SQbre.vwiOO-·ºC'f~ ..: .,t A··- •

Y
ciones extranjeras, así como el breve período de absoluta _uz volvera a serles restaurada."»
independencia nacional, habían terminado. Pero, con la ca- E_n los tiempos dei-nacimiento de Cristo Palestina estaba
racterística tenacidad del Oriente por el pasado, los nombres domi?ad~ por Herodes el Grande; esto es, era nominalmente
de las antiguas tribus seguían identificando algunos de los un remo mdependiente, pero como protectorado de Roma. A ·
distritos anteriormente ocupados por ellas (cf. Mt. 4 :13, 15). la ~uert~ de Herodes --esto es, poco después de comenzar
Una cantidad relativamente pequeña de exiliados habían la nisto~~ ~vangélica- t~v? lugar una nueva, aunque tem -
···-···. __ .. . .. _..Yu.elJQ___ªJ?.ªlt;§YB~L~9!!. Esdras y Nehemías, y los habitantes poral, divisi~n d_e sus domm10s. Los acontecimientos relaci o-
judíos del país consístian..&Ten de aquéllós-qüe··n:aofaif.~fülo·--······ ·· ........ -·- ········.na.dos....coneJfo.-llustran .de -una-manem-·f)lena -la parábola··tfo-·······.
originalmente dejados en la tierra, bien de las tribus de Judá
y Benjamín. La controversia acerca de las diez tribus, que
llama tanto la atención en nuestros días, ya estaba candente Je~salén ~e }º1:1ª?ª
po_r Nabucodonosor» (doctor S. Davidson, en
en tiempos de nuestro Señor.12 «¿Acaso va a ir a los dispersos Cyclopaedza
d l OJ Btbl1cal
. .Literature de Kitto• III •oág· 1173\1 · p ara no 1·1cJas
·
acer~a e ~s per~gnnactones de las diez tribus, véase mi H istory of the
lew1sh N_ation, pags. 61-63; también las investigaciones del doctor Wolff
~n ~us .viaJ:S·. Lo propensos que son a l a credulidad incluso los eruditos

12. No es éste el lugar para discutir esta cuestión. No puede haber duda
JUd1os ta~ud1cos en cuanto a la cuestión de las diez tribus puede colegirse
del apéndice a la.º?~ª Holy land del rabí Schwartz (de Jerusalén) (págs.
razonable de que hubo una gran dispersión de algunas de estas tribus en
407 -4.22 de la edic1on alemana). Las más antiguas inscripciones hebreas
muchas direcciones. Así, se pueden seguir descendientes de las mismas en en C:nmea datan de los años 6, 30 y 89 de nuestra era (Chwolson, Memoires
Crimea, donde las fechas en sus sepulcros se cuentan desde «la era del
de l'Ac. de St. Petersburg, IX. 1866, nQ 7).
exilio, el 696 a.C.; esto es, el exilio de las diez tribus; n o el 586 a.C., cuando

31
30
, - ·-·
:.

nuestro Señor, registrada en Le. 19: 12-15, 27. Si no constitu- Arquclao (según la historia en la parábola) tomó sangrienta
yen su base histórica, sí que estaban al menos tan frescos en ven~anza sobre «sus conciudadanos [que] le aborrecían, y
la memoria de los. .oyentes de_Cristo. qu.e_sus mG.nte~ _de~n env_1_aron_tras él una embajada, diciendo: No queremos que .
haberse vuelto involuntariament.e a ellos. Herodes murió co- éste reine sobre nosotros». E! reinado de Arquelao no duró
mo había vivido, cruel y pérfido. Pocos días antes de su fin mucho tiempo. Llegaron de Judea quejas nuevas y más inten-
volvió a cambiar otra vez su testamento, y designó a Arquclao s~s. ~rquelao fue de~~esto, y Judea fue anexionada a la pro-
corno su sucesor en el reino; Herodes Antipas (el Herodes de vincia rom ana de Sma, pero con procurador propio. Los
los evangelios), tetrarca de Galilea y de Perca; y Felipe, ingresos de Aiquclao, en tanto que reinó, ascendían a consi-
tetrarca de Gaulonitis, Traconite, Batanea y Panias -distri- derablemente más de 7 millones de denarios anuales; los de
tos.a.los que puede.que.deb.arn.os b.ac~I. rnfercilcia pqst~ri.9r­ .. s.~~..J1grTI1anos . .respectivamente, a una . tercera y . una sexta
mente- . Tan pronto las circunstancias lo penniticron tras la parte de esta suma. Pero esto no era nada en comparación con
muerte de Herodes, y después de haber aplastado una rebe- los ingresos de Herodes ei Grande, que ascendían a la enorme
lión en Jerusalén, Arquelao se apresuró a acudir a Roma para cantidad de alrededor de 20 millones de denarios, y posterior-
obtener la confirmación del testamento de su padre. Fue de mente de Agripa JI, que se calcula como de hasta 15 m111ones.
inn1ediato seguido por su hermano Herodes Antipas, que en Al pensar en estas cifras, es necesario tener presente la gene-
un anterior testamento de Herodes había recibí do lo que ahora ral baratura de la vida en Palestina en aquellos tiempos, que
Arquelao reclamaba. Y los dos no se encontraron solos en puede deducirse de la pequeña de las monedas en circulación
Roma. Descubrieron alJí que ·ya habían llegado varios de la y a lo barato del mercado laboral. Un denario equivalía a
familia de Herodes, cada.uno de .ellos reclamando algo,. pero c.icnto vcintiocho _perutahsr la . moneda judía más -p equeña"
todos concordaban en que preferían no tener a nadie de su Los lectores del Nuevo Testamento recordarán que el obrero
familia como rev. v que el oaís quedara bajo el dominio de recibía un denario por su trabaio de un día en el ca.moa o la
Romá; eri todo éaso, -prefcrfan· á Herodes Ahtipas antes que viña (Mt. 22:2), en tantó que ~1 buen samaritano pagó sólo
a Arquelao. Cada uno de los hermanos tenía, naturalmente , dos denarios por la atención a1 herido que dejó en la posada
su propio partido, intrigando, maniobrando y tratando de in- (Le. 10:35).
fluenciar al emperador. Augusto se inclinó desde el principio Pero nos estamos anticipando. Nuestro principal objeto
en favor de Arquelao. Pero la decisión formal fue pospuesta era explicar la división de P alestina en los tiempos del Señor.
por un tiempo debido a una nueva insurrección en Judea, que Políticamente, consístfa de Judea y Sama1ia, bajo procurn-
fue aplastada con dificultad. Mientras tanto, apareció en dores romanos; de Galilea y Pcrea (ai otro lado del Jordán),
Roma una diputación judía, suplicando que ninguno de los sujetas a Herodes Antipas, e1 asesino .de Juan el Bautista
herodianos fuera designado rey, a causa de sus acciones - «aquella zorra» liena de astucia y crueldad , a quien el
infames, que denunciaron, pidiendo que se les permitiera a Señor, cuando fue enviado a él por parte de Pilato, no quido
ellos (a los judíos) vivir conforme -a sus propias leyes bajo dar respuesta alguna~; y Batanea, Traconite y Auranites, ba-
la protección de Roma. Augusto decidió finalmente cumplir jo el dominio del tetrarca Felipe. Se precisaría de demasiados
el testamento de Herodes, pero dando a Arquclao el título de detalles para describir adecuadamente estas últimas provin-
etnarca en lugar de rey, prometiéndole el mayor título si se cias. Será suficiente decir que se encontraban al noreste, y
mostraba merecedor óe él (Mt. 2:22). Al regresar a Judea, que una de sus principaies ciudades era Cesarea de Filipos

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(llamada así por el emperador de Roma y por el mismo
Felipe), donde Pedro hizo su noble confesión, que constituyó
Ja roca sobre la que la iglesia iba a ser levantada (Mt. 16: 16;
Mr. 8:29). Fue la mujer de este Felipe, el mejor de todos los
hijos de Herodes, la que fue inducida por su cuñado, Herodes
Antipas, a abandonar a su marido, y por cuya causa fue
Decapitado Juan (Mt. 14:3, etc.; Mr. 6: 17; Le. 3:19). Es cosa II
bien sabida que esta adúltera e incestuosa unión causó a
Herodes problemas y sufrimientos inmediatos, y que final- JUDÍOS Y GENTILES EN
mente le costó el reino y su destierro de por vida. «LA TIERRA»
Ésta era la división política de Palestina. Comúr.mente se
constituía de Galilea, Samaria, Judea y Pcrea. Apenas si será
necesario decir que los judíos no consideraban a Samaria co- Llegando de Siria, habría sido difícil fijar el lugar exacto
mo perteneciente a la Tierra Santa, sino como una franja de d~nde comenzaba, a decir de Jos rabinos, «la tierra». Los lf-
territorio extranjero -tal como la designa el Talmud (Chag_ mltes, aunque mencionados en cuatro diferentes documentos,
25 a), «una franja culita», «lengua» que se interponía entre no ~stán marcados en nada que se aproxime a un orden geo-
-----·-rra1i1elry-Tuaea=:-Porius evarrgclius-sabemose¡ne-kis-5füfl1l----- ____ gr.ái1rn,_0_m_a_segúnfuerrm_rnrgiendo_para_su_discusiólueoló---- ---
ritanos no eran sólo considerados como gentiles y extraf\os gica cu.estiones rituales relacionadas con ellos.' Porque para
(Mt. 10:5; Jn. 4:9, 20), sino que el mismo tém1ino samaritano los rabmos los límites precisos de Palestina eran principal-
era un insulto (Jn. 8:48). «Hay dos tipos de naciones>>, dice mente mteres~tes hasta donde afectaban a las obligaciones
el hijo de Sirach (Ecclo. 50:25, 26), «que mi corazón abo- o a los pnv1leg1os de un distrito. Y a este respecto et hecho
rrece, y la tercera no es nación; los que se sientan sobre el de,,que una ciudad estuv!era en manos de paganos tenía una
monte de Samaria y los que moran entre Jos filisteos, y aque- muuenc1a dec1s1va. Así, 10s alrededores de Ascaión, la mura-
lla gente insensata que mora en Siqucm». Y Josefo tiene una lla de Cesarea y la de Acco eran contados dentro de los lími-
hísrori-a para explicar la exclusión -de los samaritmms dd tes de Palestina, aunque las ciudades mismas nolo.estuvieran.
Ten1plo er1 el sentido de que en la noche de la Pascua. cuando
1 En realidad, considerando la cuestión desde esta nersneictiva.
era costumbre abrir las puertas del Templo a medianoche, un para los rabinos Palestina era simplemenf~--~,í~-ti;~~»:;,
samaritano había entrado y echado huesos en los portales y quedando todos los otros países reunidos bajo la designación
por todo el Templo para contaminar la Santa Casa. Por impro- de «fuera de la tierra». En el Talmud ni siquiera aparece una
bable que esto parezca, sí que revela los sentimientos del pue- sola vez la expresión «Tierra Santa», tan común entre Jos
blo. Por otra parte, se tiene que admitir que los samaritanos
correspondían con creces con un amargo aborrecimiento y
menosprecio. Porque en cada período de acerba prueba nacio-
nal, los judíos no tenían enemigos más decididos e impla-
cables que los que pretendían ser los únicos y verdaderos l. Ra¡;poport, Er. Mi/l. pág. 208, en Neubauer, Geogr. du Talmud, pág. 10.
representantes del culto y de las esperanzas de Israel. 2. As1 mayonnente; también aparece la expresión «la tierra de Israel».

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posteriores judíos y los cri sti anos. 3 No precisaba de esta adi- La Misná indica, con referencia a ciertas ordenanzas,
ción, que hubiera podido sugerir una comparación con otros «tres t_ierras», que pudieran ser igualmente designadas como
países; -porque para el rabinista Palestina no era sólo san~a, ~alestm~. pero a las que se aplicaban diferentes normas ritua-
sino la única tierra santa, con la absoluta exclusión de todos les. La primera comprendía ~;todo aqueiio de -que tomaron
los otros países, aunque señal aban dentro de sus límites una posesión los que volvieron de Babilonia en la tierra de Israel
escala ascendente de diez grados de santidad, subiendo desde - y hasta Chezib » (a unas tres horas al norte de Acre) ; la segun-
el suelo desnudo de Palestina hasta el más santo lugar del da, «todo aquello de que tomaron posesión los que subieron
T emplo (Chel . I. 6-9). Pero «fuera de la tierra» todo era tinie- de Egipto desde Chezib y hasta el río (Éufrates) hacia eleste ,
blas y muerte. El mi smo polvo de un país pagano era impuro, y hasta Amaná» (que se supone que es un monte cerca de
y -contaminaba con .su contacto. 4 Era cons.idcrndo _como _un Antioquía de Siria);
-· -- --- --- - ----- -- - -- -- --- --·----- - -- --
mientras
-- ' - - - - - - --
que
.
la tercera,
-- - - . -
indicando
- - ... - -
ana-
-- _t-'
sepulcro, o como la putrefacción de la muerte. Si un poco de rentemente una cierta deiimitadüii ideat, tenfa pro&abfoineúte
polvo p agano había tocado una ofrenda, tenía que ser quema- la inte11ción de marcar lo que «la tierra» hubiera sido, con-
da en e l acto. Más aún, si por cualquier razón algo de polvo forme ·a la promesa original de Dios, aunque nunca fue poseí-
p agano había entrado en Palestina, no se mezclaba ni podía da en _aquella extensión por Israel. 6 Para nuestro presente
hacerlo con el de «la tierra», sino que pennanecía hasta el propósito, naturalmente, sólo la primera de estas definiciones
fin lo que había sido --impuro, contaminado; y contaminan- debe ser aplicada a «la tierra». -Leemos en A.-fenachoth VII.
do todo aquello a Jo que se adhería-. Esto atroja luz al senti- 1: «Cada _ofrenda,1 sea de la congregación o de un individuo
do comunicado por las instrucciones simbólicas de nuestro (pública o privada), puede provenir de "la tierra", o desde
- - ---- Sefíor a sus-discípulos--(M-L·l 0:14)-cuand0 los envió- para que ·-· _ -"fl1_~r~. ~e l!i tiei:fa,_sea del Ill}~v_g _ pr.od11~tQ _(del año) o del
marcaran los límites dCl verdadero Israel -«el reino de los antiguo producto, excepto el omer (la gavilla m ed<la en ia -
_ cielo~»; que se hªbía acercado:-: «Y si aJguno no os recibe, Pa~c.ua~ ):'los dos panes (en Pentecostés), que puede ser sólo
ni oye vuestras palabras, al saifr de -aquella casa o ciudad, traído dei nuevo producto (el del año corriente); y- de aquel
sacudid el polvo de vuestros pies.» En otras palabras, no sólo (que crece) dentro de "la tierra" .» · -
debfan abandonar una t al ciudad o casa, sino que debía ser
considerada y tratada como pagana, justo como en el caso
similar mencionado en Mt. 18: 17. Todo contacto con los tales
debía ser evitado, y toda traza sacudida, y que, con todo, 5. Shev. VI. 1; Cha/1. IV. 8.
como algunas de l as ciudades de P alestina que eran conside- 6. Las expresiones en el original son tan oscurasque hacen difícil emitir
radas paganas, estaban rodeadas por todas partes por lo que un juicio muy definido. En el texto hemos seguido los pmllos de vista
expresados por M. Neubauer.
se consideraba como perteneciente a Israel. 7. Ninguna de las palabras castellanas «sacrificio», «ofrenda» o «don» se
corresponden plenamente con el término hebreo Korban, que se deriva de
un verbo que en un modo significa estar cerca, y en otro, traer cerca. En
el primer caso, se referiría a las ofrendas mismas, en el segWldo a los
3. El único pasaje de la Escritura en el que se emplea el término es Zac. oferentes, como traídos cerca, trayéndoles las ofrendas cerca de Dios. Esto
2:12; o más bien 2:1 6 del original hebreo. últi1:1º. me parece a mí la explicación correcta, tanto etimológica como
4. Las referencias son aquí demasiado numerosas para una mención teolog1camente. Abarbanel combina ambos sentidos en su definición de
especial. Korban.

36 37

A estas dos ofrendas, la Misná añade en otro pasaje (Chel. «la tierra, Soria, y fuera de Ja tierra»; y divide la tierra de
I. 6) también los Biccurim, o primicias en su estado fresco, Israel en territorio poseído antes y después del exilio, en tanto
aunque de manera inexacta, porque estas últimas e ran tam- que distingue entre Egipto, Babilonia, Moab y Amón, y otras
bién traídas de lo que l os rabinos Ilamaban Siria,8 que parece tierras. 9 En la estimación popular se hacían también ot ras
haber sido considerada, en cierto sentido , como intermedia distinci ones. Así, el rabí José de Galilea mantenía 1º que las
entre «la tierra» y «fuera de la tierra». E l término Soria o Siria Biccurim 11 no debían ser traídas del otro lado del Jordán,
no incluye sólo aquel país, sino todas las tierras que, según «porque no era una tierra que fluyera leche y miel». Pero
los rabinos, había sometido David, como Mesopotamia, Siria, como l a ley rabínica a este respecto difería de la postura
Soba, Achlab, etc. Sería demasiado prolijo explicar detalla- expresada por el rabíJosé, debe haberse tratado de una refle-
damente las varias orden anzas a las que se asimilaba Soria, xión retrospectiva, probablemente tratando de dar cuenta del
y aquellas en las que era distinguida de la Palestina propia. hecho de que del otro lado del Jordán no acudían primicias
La preponderancia de los deberes y de los plivilegios estaban para el Templo. Otra distinción reivindicada para el país al
ciertamente en favor de Siria, hasta el punto de que si uno oeste del Jordá.tl nos recuerda curiosamente de los temores
hubiera podido pasar de su suelo directamente al de Palestina, expresados por las dos tribus y media al volver a sus hogares,
o haber unido campos de los dos países, sin la interposición después de la primera conquista de Palestina bajo Josué (Jos.
de ninguna franja gentil, la tierra y el polvo de Siria habrían 22:24, 25), por cuanto declaraba que la tierra al este del Jor-
___ --- --·--- - ·-sioo--eornideftldm-linlf}tes,--~eme--les--d.e--la-mism.a-J!alestina--. --------- ----- ______dán_eramenos_sagrada,..debido._aJa..ausencia.delTumplo.,.deL... __ _. ___
(Ohol. XVIII. 7). Así, había alrededor de <da tierra» una que no había sido digna. Finalmente, la Judea propia preten-
especie de franja interior, consistiendo en aquellos países que día la preeminencia sobre Galilea, como cemro del rabinis-
se suponía habían sido anexionados por el rey David, y que mo. Quizá será bueno decir aquí que a pesar de la estricta
recibía el nombre de Soria. Pero había además 10 que pudiera uniformidad en todos los puntos principales, Galilea y Judea
llaniarse una fra..Tija exterior, hacia el mundo gentil, que tenían sus respectivas costumbres y derechos legales que
consistía de Egipto, Babilonia, Amón y Moab, los países e11 diferían entre sí en muchos particulares.
los que Israel tenía un interés especial, y que se distinguían Lo que ha sido hasta ahora explicado en base a los escri-
· · ·· ·· · · ·· · · ··· · · ···········del- reste;-.x-fuera-cie-la-tierr-a», -en que-era..ri fiusceptihle-s de ......... . . . . -.. -.. . . - ................ tos r abínicos .gana un may.or.interés cuando.lo. aplicarnos.aL
aportar diezmos y las Therumoth, o primicias en un estado estudio del Nuevo Testamento. Porque ahora podemos com-
preparado. Naturalmente, ninguna de estas contribuciones era prender cómo aquellos zelotes de Jerusalén, que hubieran
realmente llevada a Palestina, sino o bien empleadas por ellos querido imponer sobre el cuello de la Iglesia el yugo de la
para sus propósitos sagrados, o bien redimidas. ley de Moisés, hicieron preferentemente de las florecientes
Maimónides clasifica todos los países en tres clases, «en
lo que respecta a los preceptos relacionados con la tierra»:

9. Hilch. Ther. I. 6.
10. Bicc. l. 10.
11. Para una plena explicación de la distinción entre B iccurim y Therwnoth,
8. Siria enviaba Biccurim a Jerusalén, pero no estaba sujeta a segundos véase mi obra sobre El Templo: su ministerio y servicios como eran en
diezmos ni al producto del cuarto año de las plantas (Lv. 19:24). tiempos de Jesucristo.

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comunidades de Siria la base para sus operaciones (Hch. las circunstancias indicadas en el Nuevo Testamento, se
I 5 :1). Hay un especial significado en ello, por cuanto Siria precisa a este respecto de una correcta concepción del estado
constituía una especie de Palestina exterior, teniendo una po- de las partes. Y aquí tenemos que prevenimos frente a un
sieión intermedia: entre ella y las tierras paganas. Otra vez, error no poco Iiatüral. Si uno esperara encontrar dentro de los
de nuestras indagaciones resulta que lo que los rabinos consi- términos de <da tierra» misma una nacionalidad, una lengua,
deraban como propiamente la tierra de Israel comenzaba los mismos intereses, o incluso la profesión pública de una
inmediatamente al sur de Antioquía. Así, la ciudad donde se sola religión, se quedaría amargamente desengafiado. No se
formó la primera iglesia gentil (Hch. 11 :20, 21); donde los trataba meramente de la presencia de los romanos y de sus
discípulos fueron llamados primeramente cristianos (Hch. partidarios, y de una cantidad más o menos influyente de co-
11 :26); donde Pablo ejerció durante tanto tiempo su ministe- lonos extranjeros, sino que la misma Tierra Santa era un país
··n:a;· y de-donae·-comenzo·sus-viaJes-:misioneros, -estaba, ·cosa-·-- de razas· mezcladas y mutu-amente 110stües; de füteteses-divi~
significativa, justo afuera de la tierra de Israel. Inmediata- didos. donde se levantaban templos paganos al lado del fari-
mente al sur se encontraba el país sobre el que los rabinos saísmo más extremo y punti11oso, y donde prevalecían abier-
reclamaban todo el poder. Viajando hacia el sur, el primer tamente ritos y usos paganos. De una manera general esto es
distrito al que se llegaba era el conocido en los evangelios fácilmente comprensible. Pórque los que volvieron de Babi-
como das partes de Tiro y de Sidón» (Mt. 15:21). San Mar- lonia eran relativamente pocos, y es cosa abiertamente cono-
cos describe el distrito más particularmente (Mr. 7:24), RV) cida que no ocuparon la tierra en su anterior extensión.
como «los términos de Tiro y de Sidón». Ést.os se exéendían, Durante el turbulento período que siguió a este regreso, hubo
según Josefa (Guerras de los Judíos , III. 3, 1), en la época una constante entrada de paganos, y se hicieron incesantes
dé nuestro Señoi,-desde eIMediterfáneo liácfa é1Jofüáh.F1ie - irttehtos de introducCión y perpetuacióri de eieirieritOs extra-
a estos términos extremos de «la tierra» a los que se retiró ños. Incluso el lenguaje de Israel había sufrido un cambio.
jesús. de los fariseos, cuando. ellos se ofendieron ante su Con elpaso del tiernpo, el antiguo hebreo había cedido todo .
oposición al «:ciego» tradicionalismo de ellos; y aquí Él sanó; el territorio al dialecto arameo, excepto en el culto público
con la palabra de su poder, a la hija de «la mujer cananea», y en las eruditas academias de doctores teológicos. Palabras
cuya grandeza de fe sacó de sus labios unas palabras de y nombres que aparecen en los evangelios como Raka, Abba,
precioso encomio (Mt. 15:28; Mr. 7:29). Era un distrito Golgotha, Gabata, Akel-Dama, Bartholomaios, Barabbas,
mayormente pagano donde el Salvador pronunció la palabra Bar-Jesús, y las varias citas verbales, son todas arameas. Es
sanadora, y donde la mujer no estaba dispuesta a dejar que probablemente en esta lengüa que se dirigió Pablo a la enfure-
el Mesías de Israei se füera sin recibir respuesta de El. Ella cida muchedumbre, de pie en ía escalera que llevaba del Tem-
misma era gentil. En verdad, no sólo aquel distrito, sino todo plo a la torre Antonia (Hch. 21 :40~22). Pero junto con el ara-
alrededor del mismo, y más adelante, el territorio de Felipe, meo hebraico -porque así designaríamos el lenguaje- la
era casi totalmente pagano. Más que esto, y por extraño que lengua griega había ido abriéndose paso entre el pueblo. La
pueda parecer, alrededor de los distritos en que vivían los misma Misná contiene una muy grande cantidad de palabras
judíos el país estaba rodeado, por así decirlo, por nacio- griegas y latinas con sufijos hebreos, mostrando cuán profun-
nalidades extranjeras y por cultos, ritos y usos paganos. damente habían afectado la vida y las costumbres gentiles
Para comprender apropiadamente la historia del tiempo y incluso de aquellos que tanto las aborrecúm, y; por deduc-

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ción, cuán profündamcntc deben haber impregnado la socic- culto a la diosa fenici a Astarté, al antiguo dios siri o del sol,
dad judía en general. Pero, además, había sido durante mucho e incluso del egipcio Amón, junto con el de las bien cono-
tiempo la política de sus gobernantes impulsar sistemática- cidas deidades griegas. Lo mi smo puede decirse de Ja refi-
mente todo lo que fuera griego en ideología y sentimiento. nada Damasco, cuyo territorio constituía aquí el término ex-
Se precisó de la obstinada decisión del farisafsmo, si no de tremo de Palestina. Pasando del té1mino oriental al occidental
su fanatismo , para impedir su éxito, y esto puede quizá expli- de Palestina encontramos que en Tiro y Tolemaida los ritos
car en parte lo extremoso de su antagonismo contra todo lo frigios, egipcios, fenicios y griegos se hacían la competenda .
que fuera gentil. Un breve examen del estado religioso de los en pos de la preeminencia. En el centro de Palestina, a pesar
distritos más exteriores del país puede poner esto bajo una de l a pretensión de los samaritanos de ser los únicos verda-
luz m ás clara. deros representantes de la religión de Moisés, el mismo nom-
En el extremo nororiental de la tierra, ocupando en parte bre de la capital de ellos, Sebasté, por Samaria, mostraba cuán
la antigua posesión de Manasés, se encontraban las provin- totalmente helenizada estaba aquella provincia. Herodes tam-
cias pertenecientes al tetrarca Felipe (Le. 3:1). Hay muchos bién había construido en Samaria un magnífico templo a
puntos allí que son entrañables para la memoria cristiana. Augusto; Y no puede haber duda alguna de que prevalecían,
Después del exilio estos distritos habían sido ocupados por ~ igual que la lengua griega, también los ritos griegos y la
nómadas salvajes dedicados a la rapiña, como los beduinos . idolatría. Otro distrito extremo, Decápolis (Mt. 4:25; Mr.
· · --·--····-- ----- --·-- de-fttlestres-tiempes-: -Ésros--v+vta-n--J*in€.j.palmen.-te-eR~H0m1c.s- - - -.. ·--·· ·-- - -- -··· -··-·--~__:_:?_Q_;__J_;_'.U1 _~rn.. cJt~i.lQ1ª1m~.nt~_.grie.gQ_ .e.rt..s1t_cons..tituctó_n,_......... ·-- ......
cuevas, donde guardaban sus provisiones, y en caso de ataque lengua Yculto. Era, de hecho, una federación de diez ciudades
se defendían a sí mismos y a sus rebaños. Herodes el Grande pag~'1as dentro ~el territorio de Israel, poseyendo un gobierno
y sus sucesores los habían sometido, y establecido entre ellos propio. En realidad, las mismas ciudades no son siempre
a una gran cantidad de colonos judíos e idumeos -los prime- igualmente ·e~umeradas ·p or diferentes escritores. Sefíalare-
ros traídos de Babilonia, bajo el caudillaje de un tal Zamaris, mos las más importantes para los lectores del Nuevo Testa-
y atraídos, como los modernos colonos alCmanes en zonas de mento. Escitópolis, la antigua Bet-seán (Jos. 17:11, 16; Jue.
Rusia, por la exención de impuestos- . Pero la inmensa ma- 1:27; 1 S. 31:10, 12, etc.), era la única de estas ciudades que
· ············· · ···· ·····-yoría-det·pueblo-segu-ían-siendosirios··y-grieges;·mdos;-báfba--·-·· ······-·· -·· - · · - · · · ·····- ·----~~~ng.Qplrnl:lª _ª1.Qgst_~_d~Uw.dán. S.e.~ncontr.aba_aunas_cua.tro___ _
ros y paganos. En realidad, allí el culto a los antiguos dioses horas .al sur de Tiberias. Gadara, la capital de Perea, nos es
sirios apenas si había dejado paso a los más refinados ritos cono~tda por Mt 8:28; Mr. 5:1; Le. 8:26. Por último lugar,
de Greda. Fue en estos lugares donde Pedro hizo aquella no- menc10namos como especialmente interesante la ciudad de
ble confesión de fe sobre la que, como sobre una peña, sería Pella, el lugar al cual huyeron los cristianos de Jerusalén en
edificada la Iglesia. Pero Cesarea de Filipos era originalmente obediencia a la advertencia de nuestro Señor (Mt. 24: 15-20),
Banias o Panias, una ciudad dedicada al dios Pan; y su cambio P.ª:ª escapar a la suerte de ia ciudad cuando fue finalmente
de nombre no indicaba una dirección más hacia .el judaísmo sitiada por los romanos. La situación de Pella no ha sido
por parte de sus habitantes. En realidad allí había construido detenninada satisfactoriamente, pero probablemente no se
Herodes el Grande un templo dedicado a Augusto. Pero ape- encontraba a mucha distancia de la antigua Jabes de Galaad. 12
nas si son necesarios más particulares, por cuanto recientes
investigaciones han sacado a la luz por todas partes restos del 12. Comparar la plena discusión en Caspari, Chronol. Geogr. Einl. in. d.
Leben J. C., págs. 87-90.

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Pero volvamos a nuestro tema. Por lo que se ha dicho, se visible desde mar adentro. Pero, ¿qué podía esperarse cuando
verá que quedaban sólo la Galilea y Judea propia, en la que en la misma Jerusalén Herodes había edi fi cado un magnífico
deben buscarse posturas y maneras estrictamente judías. teatro y un anfiteatro, a donde se llevaban gladiadores de to-
Cada una de estas regiones será descrita detall ad amente. Por das partes del mundo, '/ donde se cel ebraban· juegos, con un
ahora será suficiente señalar que la Galilea nororiental o Alta carácter totalmente antijudío, paganos en su espíritu y tenden-
estaba en gran parte habitada por gentiles: fenicios, sirios, cia? (Josefo, Antigüedades, XV, 8, 1). Los favoritos y conse-
árabes y griegos, 13 de donde le viene el nombre de «Galilea jeros con los que el monarca se rodeaba eran paganos; allí
de los gentiles» (Mt. 4:15). Es extraño cómo prevalecía el donde pudieron él o sus sucesores, levantaron- templos paga-
PlPmPnto m1P-:mo en muchas de estas ciudades con las que nos, y en toda ocasión promovíai1 la expa11sión de las ideas
~;~~-~-~- fi~iii.;fi~~dp~ -grn~ia_s _a1_ N11eyo T~stm:ne11to~ Tibe- . griegas. Pero-siempre-profesaban ser judíos; no estaban dis-
rias. que dio su nombre al l ago, era de origen reciente en puestos a enfrentarse a los prejuicios judíos; en realidad,
tiempos de Cristo, habiendo sido construida por el tetrarca como lo muestran la construcción del Templo, la frecuente
Herodes Antipas (el Herodes de la historia evangélica), y apelación a Roma en favor de la causa de los judíos cuando
recibió su nombre en honor del emperador Tiberio. Aunque eran oprimidos, y muchos otros hechos, los herodianos hubie-
recibió de su fundador muchos privílegios, como casas y tie- rai1 deseado mantenerse en buenas relaciones con el partido
rras para sus habitantes y exención de impuestos, mante- nacionalista, o más bien emplearlo en beneficio propio. Y así
niéndose est o en vigor bajo Vespasiano después de la guerra fue expandiéndose el helenismo. El griego ya era hablado y
judía, Herodes tuvo que colonizarla a la fuerza, por lo _que comprendido por todas las clases educadas del país; era
respectaba a sus pocos moradores judíos. Por.que lalocahdad necesario para la relación con las autoridades romanas; con
donde la ciudad se levantaba había sido antiguamente un los muchos funcionarios civiles y militares, y con los extran-
cementerio, y por ello todo el terreno era levíticamente impu- jeros; la «inscripción» en las monedas es~aba en griego, aun-
ro (Josefo~ Antif!üedades, 2, 3). Así, por muy célebre que que, para aplacar a los judíos, ninguno de los primeros Hero-
hay~ llegado a ;er después como la gran y última sede del des puso en ellas su imagen. 14 Cosa significativa, fue Herodes
Sanedrín judío, fue en su origen principalmente ajena al Agripa J, el asesino de Santiago y f allido asesino de san Pe-
iudaísmo Gaza tenía su deidad local; en Ascalón se adoraba dro, quien introdujo la práctica antijudía de imágenes en las
~ Astarté~ Jope era la localidad en la que, para la época en monedas. Así iba avanzando por todos los frentes el elemento
que Pedro tuvo ;;illí s11 visión, seguían mostrando sobre las foráneo. Era inevitable o bien un cambio o bien un enfrenta-
rocas de la costa las marcas de las cadenas con que se decía miento en un futuro no lejano.
oue Andrómeda había sido encadenada cuando Perseo acudió ¿Y qué del mismo judaísmo en aquel período? Estaba mi-
; liberarla. Cesarea era utia ciudad esencialmente pagana, serablemente dividido, aunque no hubiera tenido lugar ningu-
aunque allí vivieran muchos judíos, y uno de sus adornos más na separación exterior. Los fariseos y los saduceos sostenían
conspicuos era otro templo dedicado a Augusto, levantado
sobre un monte enfrente de la boca del puerto, para que fuera
14. La moneda mencionada en Mt. 22:20, que presentaba una «imagen»,
así como una «inscripción», tiene por ello que haber sido, bien acuñada
en Roma, o bien del tetrarca Felipe, que fue el primero en introducir la
13. Josefo, Guerras de los Judíos, III. 9, 3. imagen de César en monedas estrictamente judías.

44 45
principios opuestos y se aborrecían mutuamente; íos esenios transacciones con los gentiles, a fin de no darles ninguna
menospreciaban a ambos. Dentro del fariseísmo las escuelas ayuda directa o ir1directa para sus ritos; y esta prohibición se
del Hillel y de Shammai se contradecían entre sí en casi cada extendía incluso a las fiestas privadas, como un cumpleaños,
punto. Pero ambas se unían en su ilimitado menosprecio de el día de regreso de un viaje, etc. En las ocasiones festivas
io que ellos designaban como «el común de la gente» -los paganas el judío piadoso debía evitar, si fuera posible, pasar
que no tenían una formación tradicional, y que por ello o bien a través de una ciudad pagana, y desde luego evitar todo tipo
eran incapaces o bien no estaban dispuestos a tomar parte en de tratos con tiendas que estuvieran adornadas festivamente.
las discusiones, o a llevar la carga de las ordenanzas legales, Era ilegítimo para los obreros judíos ayudar en cualquier cosa
que constituían la principal materia del tradicionalismo---. que pudiera tener que ver con el culto pagano o con el gobier-
Había sólo un sentimiento común a todos ---altos y bajos, no gentil, incluyéndose en esto último la edificación de juzga-
ricos y pobres, instruidos y sin instrucción-: el de un intenso dos Y edificios similares. No es necesario explicar en qué
odio a los extranjeros. Los rudos galileos eran tan «naciona- amplitud ni hasta qué detalles llevaba acabo la prolijidad fari-
les» como los más puntillosos fariseos; en realidad, en la gue- saica todas estas ordenanzas. Sabemos, por el Nuevo Testa-
rra contra Roma dieron el mayor número de soldados, y los mento, que entrar en casa de un pagano contaminaba hasta
más valientes. En todas partes estaban los extranjeros a la el atardecer (Jn. 18:28), y que estaba prohibida toda relación
vista; para ellos eran los impuestos que se exigían, los solda- · amistosa con los gentiles (Hch. 10:28). ¡Tan terrible era la
·------ -··0os,1osrribUlíalc"SlietntS<Itta-in-stancia;·eI-gobierno-:-Err-Jeru-- ----··--·----- ------intoler.ancia-que.J.as~jeres...judía~..tenían...hasta_prohibido..______
salén se encontraban por encima del Templo como guardia ayudar a su vecina pagana cuando estuviera para dar a luz!
en la torre Antonia, e incluso tenían la custodia de las vestidu- (Avod. S. .II. 1). No era cosa nueva para san Pablo cuando
ras del sumo sacerdote, 15 por lo que, antes de oficiar en el los corintios preguntaron acerca de la legitimidad de la carne
Templo, ¡tenía que solicitarlos siempre al procurador o a su vendida en las carnicerías o servida en un banquete (1 Co.
representante! Eran sólo más tolerables, al ser paganos abier- 10:25, 27, 28). Evidentemente, tenía en mente la ley rabínica
tos, que los herodianos, que mezclaban el judaísmo con el acerca · de ello, mientras que por una parte evitaba la
paganismo, y que, habiendo venido de esclavos extranjeros, servidumbre farisaica de la letra, y, por la otra, advertía en
······· ---·· ········ ····· ··· se·nabíaff-ifrfói;fado·· pata sf el rcin<"r·cte·-ius M·acatreos~-- --- -- · ······ ··· ······ ·.....contra-de ..vi olema.r. Ja..propia.conciencia.-.u-ofender-la. de un __
Los lectores del Nuevo Testamento saben qué separación observador. Porque, según el rabf Akiba, «la carne que está
habían establecido los judíos fariseos entre ellos mismos y para ser llevada al culto pagano es legitima, pero la que viene
los paganos. Se entenderá fácilmente que todo contacto con de él está prohibida, porque es como los sacrificios de los
el paganismo y toda ayuda a sus ritos debiera haber sido muertos» (Avod. S. II. 3). Pero la separación iba mucho más
prohibido, y que en la relación social se evitaba toda canta- allá de lo que las mentes ordinarias pudieran estar dispuestas
minación levítica surgiendo del uso de lo que era «común o a aceptar. La leche ordeñada de una vaca pór manos gentiles,
inmundo». Pero el fatisaísmo iba mucho más lejos que esto. Yel pan Y el aceite preparados por ellos, podían ser vendidos
Tres días antes de un festival pagano se prohibían todas las a los extranjeros, pero no usados por los israelitas. Desde
luego, ningún judío piadoso se hubiera sentado a la mesa de
15. La práctica comenzó de una manera bien inocente. El sumo sacerdote un gentil (Hch. 11 :3; Gá. 2: 12). Si un pagano era invitado
Hircano.• que edificó la torre de Baris, depositó allí su ropaje, y sus hijos a una casa judía, no podía ser dejado solo en la estancia, pues
continuaron esta práctica.

46 47
en caso contrario se consideraba que todos los artículos ali- cumplir sus demandas en favor de ambos! La revelación más
menticios o bebidas en la mesa eran impuros. Si se les com- i~es~ra~a y revelación más inopinada, desde el punto de
praban útiles de cocina, tenían que.ser purificados con fuego v1s~a JUd.JO: fue la .de la demolición de la pared intermedia
o agua; los cuchillos debían ser vueltos a afilar, los espetones de separación entre judíos y gentiles, quita.11do la enemistad
calentados al rojo vivo antes de emplearlos, etc. No era d~ la ley, clavándola en su cruz. No había nada análogo a esto;
legítimo arrendar la casa ni el campo, ni vender ganado, a ru se podía encontrar una sola insinuación ni en la enseñan-
un pagno; cualquier artículo que estuviera relacionado con el za ni en el espíritu de aquellos tiempos. Bien al revés. Desde
paganismo, aunque fuera de manera muy indirecta, tenía que luego, lo más contrapuesto a Cristo fueron sus tiempos; y la
ser destruido. ·ª~sí, si una lanzadera de telar había sido hecha mayor de todas las maravillas -«el misterio que había estado
_de .la. madera .de un_bosque dedicado . a.Jdolos, _cada.artfculo ..... -º~_llJ~9 qe~9~ lgs si_g_los _y_ generaciones. _pasadas»- la fun-
de vestido hecho con ella debía ser destruido; y si aquellas dación de una Iglesia universal.
piezas habían sido mezciadas con otras cuya fabricación no
pudiera tener ninguna objeción, todas ellas quedaban conta-
minadas y debían ser destruidas. 16
Éstas son sólo unas declaraciones generales para mostrar
los sentimientos dominantes. Sería fácil demostrar cómo
impregnaban todas las relaciones de la vida. Los paganos,
aunque eran frecuentemente tolerantes. naturalmente toma-
ban--represalias, La -circuncisión,- el rnposo--sabático, -el- GBlto - - · · - - · - ····
a un Dios invisible, y la abstinencia judía de comer cerdo,
constituían un tema inacabable de las burlas de los paganos. 1;
Los conquistadores no suelen cuidarse de.
ocultar su.menos-
precio por los vencidos, especialmente cuando éstos presu-
men de menospreciarlos y odiarlos. A la vista de esto, qué
increíble puede haber parecido la verdad que el Sefior Jesu-
cristo proclamó entre Israel como el objeto de su venida y
reino no el hacer judíos de los gentiles, sino de ambos hijos
de un Padre. Celestial; no imponer a los paganos el yugo de
la ley, sino librar de él a judíos y a gentiles, o más bien, ¡a

16. Estos particulares están recogidos del tratado Avodah Sarah (sobre
cultos idolátricos) de la Misná, aunque aquí se ha dado a propósito solo
un bosquejo general.
17. Para detalles, compárese la bien conocida y valiosa colección de Meier
(Judaica seu vet. ser. prof de reb. Juá. frag.).

48 49
..

111
EN GALILEA EN LA ÉPOCA DE
NUESTRO SEÑOR

«Si alguien quiere enriquecerse, que vaya al norte; si


desea adquirir sabiduria, que venga al sur.» Éste era el dicho
con el que el orgullo rabínico distinguía entre la riqueza
material de Galilea y la supremacía en erudición tradicional
· ----------·--------- -- - -- - -·--------------- ----- --f!OO--pr~oo.fan-.fos..::ac-a<iem-ias:-ee-la-.ftttlea-im>pta- Pero, ¡ay!-.- ---- -·-··-·
_ _:_ _.:_ ________: ___
no pasó mucho tiempo antes que Judea perdiera esta dudosa
distinción, y Ql1e sus escuelas peregrinaran hacia el norte, aca-
bando estableciéndose junto al lago de Genesaret, ¡y en aque-
lla misma ciUdad de Tiberias que antaño había sido conside-
rada como inmunda! Ciertamente, la historia de las naciones
registra el juicio de las mismas; 1 y es extrafiamente significa-
tivo que la colección autoritativa de la ley tradicional judía,
·€0n0cida c0m0-la-Misná;-y ·-el Hamado-Talmud-de·-Jemsalén~· ··
que forma su comentario palestinense, 2 salieran finalmente de
lo que fue originalmente una ciudad pagana, construida sobre

l. «La historia de las nacionaes es la Némesis de las naciones» («Die


Weltgeschichte ist das Weltgericht»), escribe Schiller.
2. Hay dos Talmuds del texto de la Misná: el de Jerusalén y el de Babilonia.
El Talmud de Babilonia es considerablemente más reciente que el de
Jerusalén, y sus tradiciones están más profundamente teñidas de supers-
tición y errores de todo tipo. También para propósitos históricos el Talmud
de Jerusalén es mucho más valioso y de mucha mayor autoridad que el de
las Escuelas Orientales.

51
el emplazamiento de unos viejos y olvidados sepulcros..P~ro Pero si esto se considera como un extremo, dos ejemplos,
en tanto que Jerusalén y Judea fueron el ce?tro del~ ez:uct1c1ón escogidos casi al azar, uno de Ja vida íeligiosa, y otro de la
. judfa, no .había términos. de ..menosprec10 sufic1eillemen~e vida ordinaria, servirán para ilustrar su rcaliqad. Apenas si
duros para expresar el arrogar1te des?~n co~ el que un rabi- un
se podría imaginar mejor paraiclo de la oración del fariseo
nista nonnal consideraba a sus con-ehg1onanos del norte. Las que lo que sigue. Leemos en el Talmud (fer . Ber. IV. 2) que
despreciativas palabras de Natanael (Jn. ~:46) : «¿~e Nazaret un célebre rabino, al salir cada día de la academia, oraba en
puede salir algo bueno?», suenan a ~n dicho C?rnun de este estos términos : «Te doy las gracias, oh Señor mi Dios y Dios
período; y la reprensión de los fanseos a N1code~o C!n. de mis padres, que tú hayas puesto mi parte entre los que fre-
7:52): «Escudriña y ve que de Galilea nunca ha surgido nm- cuentan las escuelas y las sinagogas, y no entre los que van
gún.profeta», fue salpicada con la burlona.pregunta: ..«¿Acaso al teatro y al circo. Porque tanto yo con.i:º .c~1gs_ ~ral?ajamQ;;;
eres tú también galileo?>> No se trataba meramente _de una '/estamos expectantes -yo pari}icredar vi da eterna, y ellos
superioridad consciente, como ~a que los «de la cmdad>> para su destmción-.» La otra ilustración, tomada tarn bién
como solfan ser llamados los habitantes de Jerusalén, se dec1a de una obra rabínica, es, si fuera posible, todavía más ofensi-
que exhibían comúnmente ante su.s «prim?s del ca~~o» ~ va. R_esulta que el rabí Jannai, mientras viajaba, conoció a un
todos los demás; sino un desprec10 ofensivo, expre~ado ~ hombre al que consideraba su igual. Llegó el momento en que
veces con una zafiedad casi increíble, con una ausenc1~ total su nuevo amjgo Jo invitó a comer, y puso dcJamc de él abun-
de delicadeza y de caridad; pero siempre cm~ mucha y piadosa dancia de comida y bebida. Pero se habían suscitado sospe-
autoafirmación. La frase «Dios, te doy gracias porque n? soy chas en el rabí. Comenzó a probar a su anfitrión sucesiva-
. -com0 -los - dem-ás hombres~> -(Le. -1-8:11)- parece el -aliento mente con preguntas sol_:>re ~!texto o.e las .Escri.turas. sobre
natural del rabinismo en compañía de los iletrados, y de t?~os 1a Misná; liiterpreiaciones alegóricas, y finalmente sobre
los que eran considerados inferior~s int.electu~le~ o rehg10- sabiduría talmúdica. ¡i\.y! En ninguno de estos puntos pudo
. -sos; y ia füsiona parabólica del fanse? y del pubhcano en el satisfacer al rabí. Terminó la comida, y el rabí Jannai, que
evangelio no es contada por la especial condena. de aque~a para aquel entonces indudablemente hat>ía expresado todo el
oración, sino como característica de todo el espíntu del fan- desdén y menosprecio de un rabinista normal hacia los
sefsmo, incluso al acercarse a Dios. «Esta gente qu~ no cono- iletrados, pidió a su anfitrión, como era usual , que tomara la
ce la ley (esto es, la ley tradicional), s?n ur~os mald1t?S;» Esta copa de bendición y que diera .las gracias. Pero este último
frase era el brusco sumario de la estimación que teman ~os estaba ya lo suficientemente humillado, y respondió, con una
rabinos de ia opinión popular. Liegaba a tal grado qu~ 10s mezcla de deferencia oriental y de modestia jud ía: «Que
fariseos hubieran deseado excluirlos no sólo de las rela~10nes Jannai mismo dé las gracias en su propia casa. » «En todo
normales, sino de la capacidad de dar testimonio~ y que mcl~­ caso», observó el rabí, «puedes unirte a mf»; y cuando el
so aplicaran al matrimonio con ellos un pasaje como DL anfitrión hubo expresado su acuerdo, Jannai dijo: «i Un perro
27:21. 3 ha comido del pan de Jannai !»
La historia imparcial, empero, debe registrar un juicio di-
ferente sobre los hombres de Galilea que el dictado por los
3. Todos los que sientan curiosidad por ver hasta c~án lejos podí~ llegar rabinos, y ello incluso en aquello por lo que eran menos-
la soberbia fa..'1.saica en su menosprecio de la población rural debenan leer
preciados por los líderes de Israel. Algunas de sus peculia-
Pes. 49, a y b.

52 53
ridades, desde luego , se debían a circunstancias territoriales. 5: 14). En el Talmud es mencionada con el nombre de Zefath,
La provincía de Galilea --cuyo nombre podría traducirse y mencionada como una de l as estaciones de señales desde
como «Circuito», derivándose de un verbo que sign1fica «dis- donde se transmitía la proclamación de la nueva luna, hecha
5
currir en un círculo»~ comprendía las antiguas posesiones por el Sanedrin en Jerusalén, y con ella el principio de cada
de cuatro tribus: Isacar, Zabulón, Neftalí y Aser. Este nombre mes, mediante fogatas de colina en colina por toda la tierra,
aparece ya en el Antiguo Testamento (cf. Jos. 20:7; 1 R. 9:1 l; y al este del Jordán, cubriendo la gran distancia hacia los de
2 R. 15:29; 1 Cr. 6:76; y especialmente Is. 9:1). En tiempos la dispersión.
de Cristo se extendía hacia el norte a las posesiones de Tiro La zona montañosa en el norte de la Alta Galilea exhibía
por un lado, y a Siria por el otro; al sur limitaba con Samaria, un maravilloso paisaje, con un aire fortificante. Es aquí que
el monte Carmelo al oeste, y el distrito de Escitópo1is (en se da una pane del argumento del Cantar de los Canrares (Cnt.
Decápolis) al este , mientras que el Jordán y el lago de Gene- 7:5). Pero sus cuevas y fortalezas, así como el territorio panta-
saret constituían e1 límite oriental general. Así considerado , noso, cubierto de cañas, a lo largo del lago Merom, daba,11
incluiría nombres a los que se unen reminiscencias como «los refugio a los bandidos, a los proscritos y a los caudillos rebel-
montes de Gilboa», donde «Israel y Saúl cayeron en mortan- des. Algunos de los personajes más peligrosos procedían de
dad»; el pequeño Hermón, el Tabor, el Carmelo, y aquel gran las tierras altas de Galilea. Algo más al sur cambiaba el paisa-
campo de batalla de Palestina, la llanura de Jezreel. Tanto el je. Al sur del lago Merom, donde el llamado puente de J acob
------ - -- ---·~T-almudcgmo-Jgsefu-la.dividen entr.e.laAltay-1aJlaj.aGalile_a_,__--·.. ....... ___ ___ _·- -- _EalY1LeUordán,Jle_gama8-ala_granJ1J.tade.cara11anas., que_unfa__ .__ ___ __
entre las cuales los rabinos interponen el distrito de Tiberias Damasco al este con el grar1 mercado de Tolemaida, en la
como la Media Galilea. 4 Nos viene a la memoria la historia costa del Mediterráneo. í Qué agitación presentaba continua-
de Zaqueo (Le. 19:4) por la señal que dan los rabinos para mente esta vía en los tiempos de nuestro Señor, y cuántos
distinguir entre la Alta y la Baja Galilea. La primera comien- oficios y ocupaciones suscitaba! Pasaban durante todo el día
za allí «donde los sicómoros dejan de crecer». El sicómoro, hileras de camellos, de mulas, de asnos, cargados de riquezas
que es una especie de higuera, ho debe ser, naturalmente, con- de Oriente destinadas al lejano Occidente, o llevando los
fundido con el nuestro, y era un árbol de hoja perenne, lujos de Occidente al lejano Oriente. Aquí se veía a viajeros
.... ... - -·- .... ··fácilmeBte-<lestruiG.o-pG-rel--fa:íg{Sal.-78:4.7),creciendosólo ... ... . . ······--· deJod0 _tipo:judfos_,griegos.• romanos,_moradore.sdelQrien::-.
en el valle del Jordán, o en la Baja Galilea hasta la costa. La te. La constante relación con los extranjeros, y el estableci-
mención de este árbol puede también servimos para deter- miento de tantos extranjeros a lo largo de una de las grandes
minar la localidad donde el Señor pronunció sus palabras en rutas del mundo, tiene que haber hecho que el mezquino fana-
Lc. 17:6. Los rabinos mencionan Kefar Hananyah, probable- tismo de Judea fuera casi imposible en Galilea.
mente la moderna Kefr Anan, al noroeste de Safed, como el Esta.'Tlos ahora en la Galilea propia, y apenas si se podría
primer lugar en la Alta Galilea. Safed era en verdad «una
ciudad asentada sobre un monte»; y puede que estuviera a la
vista del Señor cuando pronunció el Sermón del Monte (Mt.
5. Véase mi libro sobre El Templo: su ministerio y servicios en la época
de Jesucristo, capítulo X, apartado «La nueva luna», y capítulo XV,
apartado «La determinación de la nueva luna.»
4. Shev. IX. 2.

55
54
concebir una región más fértil o hennosa. 6 Era verdadera- el campo y las viñas y plantaciones frutales todo era activi-
mente la tierra donde Aser mojaba en aceite su pie (Dt. dad. La gran carretera atravesaba Galilea, entrando en ella por
33:24). ¡Los rabinos se rcfie~en étl aceite comp flus~rdo donde s~. salva el Jordán.. medümte el llamado .puente de
como un río. y dicen que era más fác il criar una plantación Jacob, tocaba luego C31pemaum, descendí.a a Nazaret y pro-
de olivos en Galilea que un niño en Judea! E! vino, aunque seguía hasta la costa. Esta era una ventaja que tenía Nazaret:
no tan abundante como el aceite, era generoso y rico. El trigo que estaba en la carretera del tráfico y relación del mundo.
crecía en abundancia, especialmente en las cercanías de Otra peculiaridad es extrañamente desconocida por los escri-
Capemaum; también se cultivaba el lino. El costo de la vida tores cristianos. Se sabe por los antiguos escritos rabfnicos 8
era mucho más barato que en Judea, donde se decía que una que N azaret era una de las estaciones de los sacerdotes . Todos
medida costaba tanto como cinco en Galilea. Los frutos cre- .. lc:>s . s_ac~~~()~~~ - es~(lbill! repa~¡j_dQ$. _ entg~_yejpJic;~atrnórc:le.nes,
dari üúúbici"i· ~1 ·1a ·pcrf'ccdóri; · y·· cran·proh~ibiCmei1ie · ¿foblct6.· uno de los cuales estaba siempre de servicio en el Templo.
a los celos por parte de los habitantes de Jerusalén que no Atiora bien, los sacerdotes del orden que iba a estar de guardia
permitieran que fuera vendido en la ciudad durante las festivi- siempre se reunían en ciertas ciudades, desde las que se
dades, para que los visitantes no llegaran a decir: «Hemos dirigían juntos al Templo; los que no podían ir pasaban la
venido sólo a probar los fmtos de Galilea.» 7 Josefo se refiere semana en ayuno y oración por sus hermanos. N azaret era
al país en términos totalmente arrebatados. Cuenta no menos uno de estos centros sacerdotales; así que por allí, cosa sim-
de 240 ciudades y pueblos, y dice que el más pequeño tenía bólicamente significativa, pasaban tanto los que efectuaban
¡no menos de 15.000 habitantes! Esto, naturalmente, debe ser el tráfico del mundo como los que servían en el Templo.
u_n a gr_a n e._J((lg~rªc;ióJ1, _ Yél ql}c l1éli:fa_q:L1e el_ Pélf S W.Yt~Iª .U.Dél. . ... IJ:e.1110.s l_l~_Q~adq_(le N:<ll;Met; y_puede_ser interesante .echar._ .
población dos veces más densa que los más densos distritos una Ojeada a otros lugares en Galilea que se mencionan en
de Inglaterra o Bélgica. ,AJguien ha comparado a Galilea con el Nuevo Testa.T.ento. Junto al lago se encontraba, al norte,
ios distrit0s manufactureros de Gran Bretaña: Esta compara- Capemaum, que era una ciudad grande; ·cerca de ·ella estaba
ción, naturalmente, es de aplicación sólo al hecho de su vida Corazín, tan célebre pór su trigo que, si hubiera estado más
activa, aunque también se llevaban a cabo varias actividades cerca de Jerusalén, habría sido empleado para el Templo; 9
industriales -grandes talleres de cerámica de diferentes ti- también Betsaida, 1º cuyo nombre, «casa de peces», indica su
pos, y tintorerías- . Desde las alturas de Galilea el ojo repo- principal actividad. Capemaum era la estación en la que Ma-
saba sobre puertos, llenos de naves mercantes, y sobre el mar, teo se sentaba en el banco de los tributos (Mt. 9:9). Al sur
punteado con blancas velas. Allí, junto a la costa, y también de Capemaum se encontraba Magdalá. la ciudad de los
tierra adentro, echaban su humo los hornos donde se hacía
vidrio; a lo largo de 1a gran ruta se movfan las caravanas; en

8. Véase la referencia en Neubauer, pág. 190.


9. Men. 85 a.
6. Véase también, generalmen te, un interesante artículo sobre «La fertilidad 10. Había dos lugares con este nombre, uno al este del Jordán, Betsaida
de la antigua Palestina)) en Ja revista Quarterly Statemenl of the Palestine Julias, a la que se hace referencia en Le. 9: 10; Mr. 8:22; la otra en la costa
Exploration Fund de julio de 1876, págs. 120-132. occidental del lago de Galilea, la ciudad natal de Andrés y de Felipe (Jn.
7. Pes. 8 b. 1:44). Ver también Mr. 6:45; Mt 11:2 1; Le. 10:13; Jn. 12:21.

56 57
tintoreros, elhogardeMaríaMagdalena(Mr. 15:40; 16:1;Lc. con creyentes hebreos. Algunos han ido más allá, 11 y han
8:2; Jn. 20:1). El Talmud menciona sus tiendas y sus teje- encontrado trazas de la general extensión de tales posturas
durías de lana, habla de su gran riqueza, pero se refiere tam- en el hecho de que sea introducido un maestro galileo en
bién a la gran corrupción de sus habitantes. Tiberias, que Babilonia como proponiendo la ciencia del M erkabah, o las
había sido construida poco antes del tiempo de Cristo, es sólo doctrinas místicas relacionadas con la visión de Ezequiel del
incidentalmente mencionada en el Nuevo Testamento (Jn. carro divino, que ciertamente contenía elementos estrecha-
6:1, 23; 21:1). En aquel tiempo era una espléndida ciudad, mente aproximados a las doctrinas cristianas del Logos, de
aunque principalmente de carácter pagano, cuyos magníficos la Trinidad, etc. También se han sospechado posiciones trini-
edificios contrastaban con las casas más humildes comunes tarias en la significación dada al número «tres» por un maes-
en Ja región. En el extremo meridional del lago se encontraba tro galileo del siglo tercero, de esta manera: «Bendito sea
Tariquea, la gran pesquería, desde donde se exportaba pesca- Dios, que ha dado las tres leyes (el Pentateuco, los Profetas
do conservado en toneles (estrabón, XVI. 2). Fue allí que, Y los Hagiógrafos) a un pueblo constituido por tres clases
durante la gran guerra romana, se libró una especie de batalla (sacerdotes, levitas y laicos), por medio de aquel que era el
naval, que acabó en una terrible degollina, en la que los rom~- más joven de tres (Mi~am, Aarón y Moisés), en el día tercero
nos no dieron cuartel, con lo que el lago quedó teñido de ro10 (de su separación -Ex. 19: 16), y en el mes tercero. » Hay
con la sangre de las víctimas, y la ribera quedó pestilente a además otro dicho de un rabino galileo, referido a la resurrec-
---·------··--carrsade-sus-cad-ávereS;·Biflá~lea-era-la--ciml.ad.~ataL________ ________ _ción,_q~ai:nqu~i~muc~-Gl-a-m.pu~~.u~-twg-a---- · ·· -- - --
de Natanael (Jn. 21 :2), donde Cnsto llevó a cabo su pn~er una aphcac1ón cnsuana. Finalmente, el Midrás aplica la
milagro (Jn. 2:1-11)~ también fue significativa en relación expresión «el pecador. quedará en ella preso» (Ec. 7:26) al
con el segundo milagro que se vio allí, en el que el vino nuevo anteriormente mencionado rabí Jacob, cristiano, 0 a los
del reino fue por vez primera probado por labios gentiles (Jn. crisúanos en general, o incluso a Capemaum, con evidente
4:46, 47). Caná estaba a unas tres horas al nomoreste de referencia a la extensión del cristianismo allí. No podemos
Nazaret. Finalmente, Naín era una de las poblaciones más proseguir aquí este asunto tan interesante más allá de decir
meridionales de Galilea, no lejos de la antigua Endor. que encontramos indicaciones de que los judíos cristianos
···· · ·- ······ ··· · · ·· -· ·No · cterena-sorprendemos~ asf, -porinteres-ante--quepueda... . .. -· ... habían.intentado introducir.sus.postur.as. .míentras.dicigíanla.s .... -·· ... .... ....
resultar, que las reminiscencias judías que hayan sido preser- devociones públicas en la sinagoga, e jncluso de contactos
vadas por los rabinos acerca de los primitivos cristianos estén con la secta irunoral y herética de los nicolaítas (Ap. 2: 15).
principalmente localizadas alrededor de Galilea. Así, !ene- En verdad, lo que sabemos de los galileos nos prepararía
mos, en plena edad apostólica, una men_ción de cu~ac10nes para ~sperar que el evangelio fuera al menos escuchado con
milagrosas efectuadas, en nombre de Jesus, por un cierto Ja- ~tenc1ón entre muchos de ellos. No se trata sólo de que Ga-
cob de Chefar Sechanja (en Galilea), oponiéndose en una oca- hlea fuera la gran escena de la obra y enseñanza de nuestro
sión uno de los rabinos a un intento de esta clase, muriendo
el paciente durante la disputa; registros repetidos de discusio-
nes con eruditos cristianos, y otras indicaciones de contactos 11 . Véase generalmente el erudito volumen de M. Neubaucr La Géographie
du Talmud, pág. 186, cte. Comparar, asimismo, Derenbourg, L'Histoire et
la Géographie de la Palestine, págs. 347-365.

58 59
---
Señor, y el hogar de sus p1imeros discípulos y apóstoles, ni Pero el distrito de Galilea al que la mente siempre vuelve
tampoco que la frecuente relación con los extraños debe es el de alrededor de la ribera de su lago. 12 Su belleza, su ma-
haber tendido a eliminar los estrechos prejuicios, mientras . ravi~o~a vegetacióf!., _s_us productos c;asi tropicales, su rique4a
que el me~osprecio de los rabinistas contribuiría "a la pérdida o abm1dancia de población, han sido frecueniemente descri-
de ligazón con el más estricto fariseísmo, sino que, tal como tas. Los rabinos derivan el nombre de Gcnesaret 13 bien de un
nos es descrito su carácter por Josefo, e incluso por los rabi- arpa -debido a que los frutos de sus costas eran tan dulces
nos, parecen haber sido una raza generosa, impulsiva y de como el son del arpa- o bien lo explican como significando
gran corazón -intensamente nacionalista e~ el m~jor ~e~ti­ «los jardines de los príncipes», por las hermosas v illas y
d~, activos, no dados a ociosas especulaciones m a d1stm- jardines a su alrededor. Pero pensamos principalmente no en
aquellos féi;tiles ca.'Ilpos y arboledas, ni en el intenso azul del
. i!.;k~~ª~~g¿¿~-~~~i~~~dci~ij1~-~~i~~is J&6fet~1~~~~~~~·g·~~ls ·
1
· rago, "encerrado enfre" colhias, ni eri" las·"acúvas ciu"Ci ~icies,
en las blm1cas velas extendidas ·sobre sus aguas, sino en Aquel
ni
entre G alilea y Judea. Sin mencionarlas aquí, no abrigamos
duda alguna al decir que muestran una piedad práctica más cuyos pies caminaron por sus costas; Aquel que enseñó, y
seria, y una vida más estricta, y menos adhesión a aquellas trabajó, y allí oró por nosotros pecadores; que anduvo sobre
distinciones farisaicas aue tan frecuentemente vaciaban la ley sus aguas y apaciguó sus tempestades, y que incluso tras su
de su sentido. Por otra.parte, el Talmud acusa a los galileos resurrección luvo allí una entrañable conversación con sus
de descuidar el tradicionali smo; de aprender de un maestro, discípulos; sí, en Aquel cuyas últimas palabras sobre la tierra,
y después de otro (quizá porque sólo tenían rabinos ambu- dichas allí, nos llegan con una peculiar significación y apli-
Jantes ... y no.acadcm.üts. pcrm_an~ptes);~Y. 9~ . s~r inc;ipa~_~s __d_e__. - _<;:a~ión .. aJ obseaar en nuestros días .los. perturbadores. ele,,
llegar a las alturas de las distinciones y explicaciones memos en el mundo que nos rodea: «¿Qué te va a ti? Tú ,
rabínicas. Que su sangre ardiente los hada más bien penden,.. síg1,1cme» (Jn. 21 :22).
cieros v aue vivían en un estado crónico de rebelión contra
Roma'. son cosas que sabemos nosólo gracias a Josefa, sino
también por el Nuevo Testamento (Le. 13:2; Hch. 5:37). Su
hebreo mal pronunciado, o más bien la incapacidad que
tenían para pronunciar de manera apropiada las guturales,
eran un constante tema de ingenio y burla, y era tan común
que hasta los siervos en el palacio del sumo sacerdote pudie- 12. El Nuevo Testamento habla tan frecuentemen_te de la ocupación de los
ron dirigirse a Pedro y decirle: «De seguro que tú también pescadores en el lago de Galilea que es foteresante saber que la pesca en
el lago era libre para todos. El Talmud menciona ésta como una de las
eres uno de ellos, porque hasta tu manera de hablar te des ~ diez ordenanzas establecidas por Josué en l a antigüedad (Baba Kama, 80
cubre» (Mt. 26:73), comentario que, de pasada, ilustra el b).
hecho de que el lenguaje comúnmente empleado en tiempos 13. El nombre bíblico Chinnereth o Chinneroth (Quinéret, Nm. 34: 11, y
de Cristo en Palestina era el arameo, no el griego. Joscfo des- en otros lugares) es derivado por los rabinos de «harpa» (chinnor); y su
cribe a los galileos como trabajadores, varoniles y valientes; forma postbíblica, genessar, es presentada como extraída de gener sarim,
jardines de los príncipes. El nombre bíblico es realmente «una cuenca», «un
e incluso el Talmud admite (Jer. Cheth. IV. 14) que se preo- cuenco», por lo que difícilmente puede derivarse de la ciudad de Genussar,
cupaban más por el honor que por el dinero. como sugiere M. Neubauer (ver ref. 11, pág. 25, y en otros lugares).

60 61
11~ b--

IV
VIAJANDO POR PALESTINA:
CARRETERAS, MESONES,
LA HOSPITALIDAD, LOS
-FUNCIONARIOS DE ADUANAS,
LOS IMPUESTOS, LOS PUBLICANOS

- ---- - --- ---- - - - __ ·___ __ __


- _ ___ _:______:_ _ _____ _________ --- -- ----- - --- - - - --Ei:a-la-Ga~~:a-m-á-s--tFafl-SitaEl-a-tl-e-.P-alesti-Ha-junte-a-la--t]:tte-- --- ------

el publicano Levf Mateo estaba sentado en el banco de los


tributos públicos cuando nuestro Señor lo llamó a la comu-
nión del Evangelio, y luego él hizo aquel gran banquete al
que invitó a sus compañeros publicanos, para que también
ellos pudieran ver y oír a Aquel en quien él había encontrado
fa vida y la paz (Le. 5:29):Poiqúe aquélla era fa única verda-
dera carretera internacional que atravesaba Palestina; y era
__-····-·-··-·----- ---- -- ---..·- -··-·---- ----- ------- ------- -- ----------·-·---···-·-·-··· ------ - - -- -- --- -- - --- -atlemás unade-las--g-ran.Eles---rut-as ·del·-eomer-c-io--mundiat- En - -··· ---- - ----
el tiempo acerca del que escribimos se puede decir, de manera
general, que había seis arterias principales de comercio y
comunicación que atravesaban el país, siendo sus principales
puntos Cesarea, que era la capital militar, y Jerusalén, la
religiosa. Había, en primer lugar, la carretera del sur, que
llevaba de Jerusalén, a través de Belén, a Hebrón, y de allí
hacia el oeste a Gaza, y hacia el este a Arabia, desde don-
de también una carretera se dirigía al norte a Damasco. Es
por esta carretera que imaginamos que san Pablo debió viajar
cuando se retiró a las soledades de }\rabia después de su
conversión (Gá. 1:17, 18). La carretera a Hebrón debe haber

63
-~~- · ·---- -·--- "-·· ··--- -

sido muy frecuentada por sacerdotes y otros peregrinos que dose en Siquem hacia el este en dirección a Damasco, y al
se dirigían a la ciudad, y por ella pasarían el padre del Bautis- oeste hacia Cesarea, porque, además de ser mucho más corta,
ta y los deJesús. En segundo lugar, había la antigua carretera era evitaba en lo posible por los viajeros judíos; aunque el
a lo largo de Ja costa marítima desde Egipto hasta Tiro, desde 'Pñor TP~lÍ" !"'
n~sn..... .....,,.
.._.._... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . OJ'
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donde una carretera directa, pero no tan frecuentada, iba, por 9:53; 17: 11) como volviendo de Jerusalén (Jn. 4:4, 43). La
Cesarea de Filipos, a Damasco. Pero la carretera costera mis- carretera que salía de Jerusalén directamente al norte se
ma, que tocaba sucesivamente las carreteras de Gaza, Asca- dividía también en Gofna, desde donde se dirigía a Diospolis,
lón, J amnia, Lid a, Diospolis y, finalmente, Cesarea y Tole- y luego a Cesarea.1 Pero ordinariamente los viajeros judíos,
maida, era probablemente la carretera militar más importante ~T'ltP" t111P. T\!lC~r nnr ~".lm".lñ'l -n.-ra..forf.--¡.,.,
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'fly-uv.1. y v i UU.J..J..lU..i.J.U.y }-'1\..-.1~A.1Gl1
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de la tierra,. c.onectando. la c_apitaLconJa_sede. _deLpmcuraóor Jos banamos.queJos acechaban. {Le .. J0:-30)--a !o largo de-la
romaI10 en ce·sarea, y mantePJe·ndo la· plataforma mas.rítima gra..r1 quinta carretera (cf. Le. 9:1, 28; .Mt. 20:17, 29), que iba
y sus puertos iibres para la comunicación. Esta carretera se de Jerusaién a Jericó, por Betania. En Jericó se vadeaba el
bifurcaba en Lida, dirigiéndose a Jerusalén por dos rutas Jordán, y la carretera se dirigía a Galaad, y de allí, bien hacia
distintas, una de ellas por Bet-horón, y la otra por Emaús, que el sur, o bien hacia el norte de Perea, desde donde el viajero
era la más larga. Fue probablemente por esta carretera que podía dirigirse a Galilea. Se observará que todas estas carre-
la escolta romana condujo a toda velocidad a san Pablo (Hch. teras, comerci~es o militares, eran, por así decirlo, judías, y
23:31), dejándole los soldados montados en Antípatris, a unas salían de o se dirigían a Jerusalén. Pero la sexta y gran carre-
veinte millas romanas de Lida y a unas cincuenta y dos millas tera, que pasaba por Galilea, no era en absoluto principal-
romanas de Jerusalén (una -milla romana tenía 1479,5 me- mente judía, sino que conectaba el Oriente con el Occidente:
tros). Así, la distancia a Cesarea que le quedaba por cubrir Damasco con Roma. De Damasco se dirigía a través del
ala 'caballería al día siguiente era.de alrededor de veintiséis Jord_á n a Capem~um, Tiberias y Nafn (donde s~ encontraba
millas romanas, el
y todo camino desde Jerusalén de setenta .. con una carretera que. venía directamente de Saiuaria)~ a
y ocho millas romanas. Esta velocidad de viaje, aunque rápi- Nazaret, y de allí a Tolemaida. Así, desde su emplazamiento,
da, no puede ser considerada como excesiva, porque una jor- Nazaret estaba en la gran carretera del mundo. Lo que se
nada normal es contada por el Talmud (Pes. 93 b) como de dijera allí podía iguahnente encontrar eco en toda Palestina
cuarenta millas romanas. Una tercera carretera llevaba desde y ser llevado a las tierras más remotas de Oriente o de
Jerusalén, por Bet-horón y Lida, a Jope, desde donde prose- Occidente.
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"1~- Apenas si es necesario decir que las carreteras que hemos
Pedro y sus compañeros tomarían cuando fue llanrndo a ir a mencionado son sólo las que constituían las principales vías
predicar el evangelio a Comelio (Hch. 10:23, 24). Fue en de comunicación. Había además una gran cantidad de carre-
Lida, a treinta y dos millas romanas de Jerusalén, que Eneas teras secundarias que atravesaban el país en todas direccio-
fue sanado milagrosamente, y «Cerca» de allí, a pocas millas, nes. Lo cierto es que desde los tiempos más tempranos parece
estaba Jope, donde tuvo lugar lá resurrección .de Tabitá,
Dorcás, «la gacela» (Hch. 9:32-43). Es innecesario decir
mucho acerca de la cuarta gran carretera, que llevaba de Ga- l. En la obra de Conybeare y HowsonLife and Epistles of St. Paul (II, pág.
331) se indica esta carretera como la tomada por los soldados romanos
lilea a Jerusalén, directamente a través de Samaria, bifurcán- cuando llevaron a san Pablo a Cesarea.

64 65
haberse prestado mucha atención a la facilidad de comuni- las vías públicas. Las ramas colgantes de los árboles tenían
cación a través de la tierra. Incluso en tiempos de Moisés que ser cortadas, de manera que pudiera pasar un hombre
l eemos acerca de «el camino real» (Nm. 20:i7, 19; 21:22). montado en un camello. Una norma similar se aplicaba a los
En hebreo tenemos , además de dos témünos generales balcones y voladizos; tampoco se permitía que oscurecieran
(derech y orach), tres expresiones que indican, respectiva- una calle. Todos los que permitieran que se acumularan cosas
mente, una senda pisada o batida (nathiv, de nathav, hollar), en la carretera, o que cayeran de un carro, tenían que compen-
una carretera hecha o trazada (messillah, de sala!, trazar, sar el daño que pudieran sufrir los viajeros por ello. Y en las
ajustar), y el «camino real», siendo este último evidentemente ciudades y en sus alrededores las normas policiales eran aún
para fines nacionales, y mantenido a cargo de los fondos pú- más estrictas; y aparecen ordenanzas como la obligación de
blicos. En tiempos de los reyes (por ejemplo, 1 R. 12:18), e la ehminación, en el plazo de treinta días, de árboles podridos
incluso antes, había carreteras dispuestas para carruajes, o de muros peligrosos; no se podía derramar agua sobre la
aunque sea difícil creer la afirmación de Josefo (Antigüe- carretera; no se podía echar nada sobre Ja calle, ni dejar alre-
dades, VUI. 7, 4) de que Salomón hubiera hecho pavimentar dedor materiales de construcción, ni vidrios rotos, ni espinos,
las carreteras principales con piedra negra, probablemente junto con otras reglamentaciones para la seguridad y salud
2
basalto. Aparer1temente se cobraba peaje en los tiempos de públicas.
Esdras (Esd. 4:12, 20), pero el clero estaba exento de esto Era por estas carreteras que pasaban los viajeros; pocos
--- --- - .---- c-omoae-l'.oobs-t<J~deID<f~dmpuestos -fr:24Y.--l;{)s ·eamioos--a----· - ------ ----· · - --·-- ----M-prHlt~J}i-0,-y-mayennente--peregFines, petB~--r-ee-iefüle-gro--- -- ·
las ciudades de refugio debían ser siempre mantenidos en dualmente en número, al ir aumentando el comercio y las
buen estado (Dt. 19:3). Según el Talmud tenían que tener una relaciones sociales o políticas. Los viajes se hacían a pie, en
anchura de cuarenta y ocho pies (casi quince metros), y pro- asnos o en carruajes (Hch. 8:28), de los que se mencionan
vistas de puentes. y con señalizaciones allí donde las carre- tres clases ~1 carruaje redondo, quizá como nuestro calesín;
teras se bifurcaran. el elongado, con una forma como de cama con baldaquín; y
Pasando a tiempos posteriores, los romanos, como sería el carro, principalmente para el transporte de mercancías-.
de esperar, prestaron gran atención a los modos de comuni- Se entenderá que en aquellos días los viajes no eran ni cómo-
· · · · · · ·· ·· caCióh-:fttaVes aelpaís:-Las caneternsmilitares füe·mnpavi~ · · · ·- ···· ··· · · - - · dos ni· fáeiles;-Generalmente la·,gente-viajaba en·compafí:í-a~
mentadas y provistas de piedras wiliares. Pero los can1inos de lo que es un bien conocido ejemplo los grupos festivos
rurales eran principalmente sendas de pezuña. El Talmud que se dirigían a Jerusalén. En caso contra1io, uno se prepara-
distingue entre los caminos públicos y los privados. Los ba para un viaje casi como si fuera un cambio de residencia,
primeros debían tener una anchura de veinticuatro pies (algo proveyéndose de una tienda, de víveres y de todo lo necesario
más de siete metros), y los segundos de seis pies (un metro para el camino. Era diferente en el caso del buhonero am bu-
ochenta centímetros). Se añade que para el camino real Ypara lante, que era bien recibido como amigo en todos los distritos
los caminos tomados por funerales no hay medida estable-
cida (Baba B. VI. 7). Las carreteras eran reparadas anual-
mente en la primavera, como preparación del inicio de las
grandes festividades. Para impedir riesgos, no se permitían 2. Principalmente recopiladas de los tratados jurídicos Baba Kama y Baba
las estructuras subterráneas, por protegidas que fueran, bajo Bathra.

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por los que pasaba, llevando las noticias del día, íntercam- de la hospitalidad, o al amante cuidado de los pobres y enfer-
biando los productos de un distrito por los de otro, y suminis- mo~, .sería imp,osible adoptar un tono más elevado que el del
trando las últimnas novedades del comercio o de artículos de rabm1smo. Asi, se declaraba que «la acogida a los viajeros
J
luio. Las cartas·erai1 sÓio enviadas· oor medio de mensajeros
• -
era ün asunto taii importante como la recepciori de fa She-
especiales o por medio de viajeros. kiná». Esto da un renovado sentido a la amonestación de la
. En tales circunstancias, el mandamiento «No os olvidéis epístola dirigida especialmente a los hebreos (13:2): «No os
de la hospitalidad» tenía un especial significado. Israel se olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algilhos, sin saber-
distinguió siempre por su hospitalidad; y no sólo la Biblia, lo, hospedaron ángeles.» T ratando de este tema uno de los
sino los rabinos también. la prescriben en los términos más más antiguos comentarios rabínicos tiene una gl~sa muy her-
. ~n.~rgi.c.o.~_...I;:11 !cru.s<l_
lén nadie debía considerar su casa como mosa sobre el Sal. 109:31 : «Porque él se pondrá a la diestra
sólo suya propia; y se decía qúe dürañie.Tas-·testivldaóes-d.e . del ·pobre.» · t;eemos ast -<<Siempte que úh"'Pcibre acude áTü
los peregrinos, nadie carecía de una cordial bienvenida. El puerta, el Santo, bendito sea su Nombre, está a su diestra. Si
tratado Aboth (L 5) menciona éstos como dos de los tres tú le das limosna, sabe que tú recibirás recompensa de parte
dichos de José, el hijo de Joachanan, de Jerusalén: «Que tu de Aquel que está a su diestra. » En otro comentario se dice
casa esté bien abierta; y que los pobres sean hijos de tu casa.» que el mismo Dios y sus ángeles visitan a los enfermos. El
Los íectores del Nuevo Testamento estarán especialmente mismo Talmud c~enta la hospitalidad entre las cosas cuya
interesados en saber que, según el Talmud (Pes. 53), Betfagé recompensa se recibe tanto en esta vida como en la venidera
y Betania, lugares que a este respecto evocan tan amantes ~Sh~b. 127 a), mientras que en otro pasaje (Sot. 14 a) somos
..... ... . ...... reminiscencias, eran.especialmente célebres por la hospita-
lidad que daban a los peregrinos que acudían a los festejos. -~~~~~~~~ ·~~~~~f2%i;°~[-~¡if:6sa~1~tr~n~::e¿i<>tó; n~i\~-1

En Jerusalén parece que existía la costumbre de colgar una El consoló a loo;:.... enlnt:ldn.;:
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cortina ante la 1mena para inditar que había aún lugar para muertos (Dr. 34:6).
huéspedes. Algunos iban tan lejos como para sugerir que Al tratar acerca de la hospitalidad, los rabinos exhiben,
debiera haber cuatro puertas en cada casa, para dar la bien- como en tantas relaciones de la vida, la mayor ternura y deli-
venida a los viajeros que vinieran de cualquier dirección. El cadeza, mezclada con una deliciosa cantidad de astuto cono-
anfitrión. iba a recibir a un huésped que fuera espeFado, y cimi~nto del mundo y un fino sentido del humor. Como regla,
luego lo acompa.iiaba parte del camino (Hch. 21:5). Los rabís tamb1én tratan de esto con riqueza de detalles. Así. se ores-
declaraban aue la hosoitalidad era un mérito tanto v más
i ~ . ~
cribe la mis~a n:ianera enque un anfitrión debe co~portarse
grande que la asistencia temprano por la maf'íana a una acade- para con sus invitados. Debe mostrarse comolacido mientras
mia de enseñanza. Difícilmente podrían haber ido más lejos agasaja a sus invitados, debe seuirlos él mismo, debe prome-
en su encomio, considerando el valor que daban al estudio. ter poco y dar mucho, etc. Al mismo tiempo se añadía cáusti-
Naturalmente, también aquí el orden rabínico tenía la prefe- camente: «Considera a todos los hombres como si fueran
rencia; y agasajar hospitalariamente a un sabio, y despedirlo unos bandidos, pero ¡trátalos como si cada uno de ellos fuera
con regalos, era declarado tan meritorio como haber ofrecido e~ mismo rabí Gamaliel! » Por otra parte, se establecen tam-
los sacrificios diarios (Ber. 10, b). bién reglas de cortesía y gratitud para los huéspedes. «No
Pero que no haya equívocos. Por lo que respecta al deber eches una piedra», se decía, <'a la fuente de la que has bebido»

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,.---

(Baba K. 92); o ésta: «Un huésped justo lo r~conoce todo, ~<caravanera de Quimam» ). En el Talmud sus designaciones
y dice: "¡Cuánto quehacer ha tenido mi anfitrión, y todo por son o bien griegas o latinas, en forma aramea, siendo una de
mi causa!" --en tanto que un visitante malvado señala: "¡B ah, ellas la misma que se emplea en Le. 10:34, demostrando que
qué poca solici tud se ha tomado!"-. Luego, tras enumerar tales lugares eran generaJmente provistos por y para cxtran-
lo poco que ha recibido en la cas a, concluye así: "Y después jeros.4 En tiempos posteriores leemos también acerca de los
de todo, no fuc _hccho para mí, sino sólo por su mujer e hijos"» oshpisa -evidentemente proveniente de hospitium, y evi -
(Ber. 58 a). 3 La verdad es que muchos de los dichos en rcJa- denciando su origen romano-- como hostelería pública, don-
ción con este tema guardan un paralelismo notable con las de se vendían langostas del desierto, encurtidas en vinagre
instrucciones dadas por nuestro Señor a sus discfpulos al o fritas en harina o preservadas en miel, y cerveza de Media
enviarios a su misión (Le. íü:S-11 y paraíelos). Así, primero o de Babilonia, bebidas egipcias, y sidra o vino caseros; y
se debía desear el bien sobre la familia; no se debía ir de casa entre los compañeros festivos circulaban proverbios como
en casa; se debfa comer lo que se pusiera a la mesa; y, «comer sin beber es como devorar la propia sangre» (Shab.
finalmente, se debía partir con una bendición. 41 a), y don.de se dedicaban a la juerga y los juegos de azar
Todo esto, naturalmente, se aplicaba a la hospitalidad en los que gastaban sus bienes viviendo perdidamente. En estos
el seno de las familias particulares. En carreteras solitarias, lugares se dedicaba la policía secreta a sonsacar las opiniones
donde había mucha distancia entre las poblaciones, o incluso del populacho aprovechando que estaban bebidos. 5 Esta
_________________ ------ª--lª_s__afuern_s__deJas_ciu.dad_es___(Lc,__2:.1)_,_habfa_kanes_.oJugar_e.s_ ___ .______________________ ___ policía_debe... haher _.sido---abund:antemem-e---emp-l~aQ:a.--Se-gún- ----- -------
para la acogida de extraños. Lo mismo que los kanes actuales, Josefo (Ant. XV . 10, 4) los espías acosaban a la gente, tanto
estos lugares estaban ~bicrtos, y generalmente edificados en en la ciudad como en el campo, vigilando sus conversaciones
forma de cuadro, con un gran patio central para los animales en la libre confianza de la relación de amistad. Se dice que
de carga y tiro, o para los carruajes, mientras que las estan- el mismo Herodes actuaba de esta guisa, y que se emboscaba
cias daban a galerías construidas alrededor. Naturalmente, en las calles por la noche cubierto de un disfraz para poder
·estas estancias no estaban amuebladas, ni se esperaba pago oír o atrapar a los confiados ciudadanos. La ·verdad es que
alguno de parte del viajero. Al mismo tiempo, había general- hubo un tiempo en que la ciudad parece haber estado bajo
__________mente_alguno_al cuidado deLkan~...generalmenteun . extranjero, .. . -·····---- - - . -· .. JaJey-marcial,.-habicncio -qm~dadG pmhibid0-a-lE>s-c-i udad-anos- -· --· · -
que, pagándole, proveía lo que fuera necesario , de lo que «reunirse, o caminar o comer juntos», es de suponer que
tenemos un ejemplo en la parábola del Buen Samaritano (Le. haciendo referencia a celebrar reuniones públicas, mani-
10:35). Estos hospedajes son mencionados ya en época tan festaciones o banquetes. La historia registra abundantemente
temprana como la de Moisés (Gn. 42:27; 43:21). Je remías los qué terribles venganzas seguían a la menor sospecha. El
llama «caravanera» (41:17, V.M.), erróneamente traducido relato del Nuevo Testamento del asesinato de todos Jos
como Gerut-quimam en la Reina-Valera (se debería traducir

4. En los antiguos Itinerarios Latinos de Palestina, los viajes son contados


por mansiones (hospederías para pasar la noche) y mutaliones (estaciones
3. Abreviado del Talmud de Jerusalén y del de Babilonia. Véase también de relevos de caballo), contándose entre cinco y ocho relevos por jornada.
Ber. 63 b; 64 a, donde se dan ejemplos escriturales de la bendición que 5. Véase una escena muy gráfica expuesta en Delitzsch, J-landwerker-Leben
la hospitalidad conlleva. zur Z. Jesu.

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pequeños de Belén (Mt. 2: 16), con la esperanza de destruir y halach- o más bien «impuesto de tierra» (¿impuesto sobre
entre ellos al real vástago de David, está en perfecta annonía la renta y el patrimonio?), «aduana» (impuesto sobre todo lo
.COf,1 lo que. se conoqe de Hernoe~ y d~ su reinado. Hay una que eran.artículos de consumo, o de importación), y «peaje»,
confim1ación al menos indirecta de esta narración en los o impuesto de carretera. Bajo el reinado de los Ptolomeos la
escritos del Talmud, como hay evidencia de que todos los concesión de los impuestos parece haber sido otorgada al
registros genealógicos del Templo fueron destruidos por mejor postor, variando el precio entre ocho y dieciséis talen-
orden de Herodes. 6 Es éste un hecho sumamente notable. Los tos, una suma realmente pequeña, lo que permitía a los conce-
judíos reaccionaron con un aborrecimiento tan intenso que sionarios de los impuestos de Palestina enriquecerse enor-
fue hasta el extremo de establecer el día de la muerte de memente, y ello a pesar de que tenían que comprar de conti-
. l:J:~ rS'~es . (2_(je . Sh-eJ?en . el! .'-!na fü~~tª . anua1 . ~~ )(l qµ~ SE'._ .... __ . mm .protección...armada ..Y- el. favor de la corte.-" Durante el .
prohibía todo duelo.7 dominio sirio, los impuestos parecen haber consistido en
Pero tanto si se pasaba por la ciudad o por el carnpo, por tributos, derechos sobre la sal, una tercera parte del producto
plácidos caminos vecinales o por la gran can-etera, aparecía de todo lo que se sembraba, y la mitad del fruto recogido de
constantemente un espectáculo y una escena que tienen que los frutales, además de la capitación, de los derechos de adua-
haber estado persistiendo ante l a atención del viajero, y que, na y de un tipo incierto de impuesto, llamado «dinero de la
si era de linaje judío, suscitalian siempre su indignación y . corona» (el aurum coronarium de los romanos), que era
resentimiento. Allí donde fuera, se encontraba, tanto en la originalmente un don anual de una corona de oro, pero que
ciudad como en el campo, al bien conocido recaudador ex- después fue sustituido por dinero. 9 Bajo los herodianos los
tranjero de imp.ues.tos,.y ..se encontraba con su insolencia,.su. ingresos de-la corona parecen haberse derivado de-las tierras-
vejatoria intrusión y sus exacciones. El hecho de que fuera pertenecientes a la corona, de un impuesto sobre la renta y
el símbolo del dominio extranjero, por amargo que ello fuera, sobre el patrimonio, de los derecho$ de aduana por impor-
· probablemente no tenía tanto que hacer con el acerbo odio tación y exportadón de bienes, y por Una tasa sobre todo lo
de los rabinistas contra la clase de concesionarios (Moches) que se compraba y vendía públicamente, a lo que se debe
y la de recaudadores de impuestos (Gabbai), ambas totalmen- añadir una contribución sobre las casas de Jerusalén.
te fuera de la sociedad judía, como por el hecho de que fueran Por pesadas que tengan que haber sido estas exacciones
tan totalinente desvergonzados y carentes de escrúpulos en sobre una población relativamente pobre y principalmente
sus tratos. Porque desde su retorno de Babilonia los judíos rural, se refieren sólo a los impuestos civiles, no a las contri-
deben haber estado acostumbrados a los impuestos extran- buciones religiosas .10 Pero, aun así, no hemos agotado la lista
jeros. En tiempos de Esdras (Esd. 4 :13, 20; 7:24) pagaban al . de contribuciones exigidas a un judío. Porque cada ciudad y
monarca persa: «tributo, impuesto y rentas» -middah, belo

6. Hamburguer, Real Ene. P . II, pág. 293; Jost, Gesch. d. Jud. I, pág. 324. 8. Josefo, Antigüedades, XII. 4:1, 3, 4, 5.
7 . Véase el Meg. Taan. o rollo de los ayunos, XI, l. Cf., acerca de esta 9. !bid. XII. 3:3.
fecha, Derenbourg, Hist. de Pal., págs. 164, 165; y Gratz, Gesch. d. l. m, 10. Cf. mi obra El Templo: su ministerio y servicios en tiempos de
págs. 426, 427. · Jesucristo, capítulo XIX, apartado «Ofrenda de las primicias».

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comunidad establecía sus propios impuestos para el mame- parte en producto, y en parte en dinero. 12 Adem ás , había tasas
nimiento de la sinagoga, de las escuelas element ales , de los y derechos sobre todas las importaciones y exportaciones,
bat'í.os públicos, para el sostén de los pobres, para el cuidado que se aplicaban en las grandes carreteras piJblicas y en los
de las carreteras públicas, las murallas de la ciudad y sus puertos de mar. Había también pontazgos y peaje, y tasas
puertas, y otras necesidades generales. 11 Sin embargo, se debe sobre todo lo que se compraba y vendía en las ciudades. 13
admitir que las autoridades judías repartían esta carga de Éstas, que podemos llamar los tributos regulares, eran inde-
imposición cívica cómoda y gentilmente, y que aplicaban al pendientes de cualquier contribución forzosa, y del sustento
bien público los ingresos derivados de la misma de un modo que debiera proveerse al procurador romano y a su familia
escasamente conseguido todavía en los países más civiliza- y corte en Cesarea. Para evitar toda posible pérdida para la
dos. Las disposiciones rabínicas para la educación pública, tesorería, Quirino (Cirenio) había llevado a cabo un censo
la sanidad y la caridad estaban, en todos los respectos, mucho regular para constatar el número de la población y sus medios
más adelantadas que la legislación moderna, aunque tan1bién de vida. Esto fue un terrible crimen a los ojos de los rabinos,
aquí se cuidaban ellos de no tomar las gravosas cargas que que recordaron que si el censo del pueblo había sido un peca-
ponfan sobre otros, al dejar expresamente exentos de impues- do tan enorme en ci pasado, el pecado debía ser centupl icado
tos cívicos a todos los que se dedicaban al estudio de la ley. si era hecho por los paganos y para sus propios propósitos.
Pero la imposición romana, que gravitaba sobre Israel con Otro agravio se encontraba en el hecho de que el tributo, hasta
----. - --· . _. --·---·· __ _]ln__pesuJan__graruk, __era_de___una_c.alidad__pmpia.:_._sis.te.rruítica~ · -..·-··- ---·-·-·-·-·--· ____fu1Jm:.ª dfil!Q..~QJQ_ ªJ~hQy_á._-9_l?12f.~LS_~.r _ª11ora_p_<!gfü}.Q-ª._!!!l~filQ~--=--- ·- ___ _
cruel, implacable y absolutamente indiferente. En general, las rador pagano .. «¿Es lícito pagar tributo a César?» era una
provinciás del Imperio Romano, y lo que de Palestina les per- doiida pregunta que muchos israelitas se hacían a sf mismos
tenecía, estaban sometidas a dos grandes impuestos: la capita- al poner lado por lado la capitación del emperador junto al
ción (o más bien elimpuesto sobre la renta) y el impuesto · medio siclo del s.a ntuario, y el diezmo de su campo, viña y
sobre la tierra. Toda la .propiedad y· todos los ingresos que plantación frutal, demandada por el recaudador de impuestos,
no cayeran bajo el impuesto de la tierra quedaban sometidos junto con-el que hasta entonces sólo había entregado al Señor;
a la capitación, lo que ascendía, para Siria y Cilicia, al uno Incluso el propósito con el que esta pregunta le fue hecha a
... ......... .- ... -·-.. . --- - por ciento~ ..La ..«capitación» era.en realidad doble, ..consistien~ . . .. _ . _. . . .Cristo ~atraparlo enunadenuncia.política:-:::: muestra.cuánta __
do de impuesto sobre los ingresos y una capitación propia, agitación provocaba entre los judíos patriotas; y costó ríos de
siendo es to último, naturalmente, la misma en todos los casos sangre antes que fuera no con testada, sino silenciada.
y aplicada a todas las personas (siervos o libres) hasta la edad Los romanos tenían una manera peculiar de recoger estos
de sesenta y cinco, estando las mujeres sujetas a ellas desde impuestos, indirecta, no directa, lo que mantenía segura la
los doce, y los hombres desde los catorce. La propiedad de tesorería, fuera cual fuera el daño que le hiciera al contribu-
fincas estaba sujeta a un impuesto de un diezmo de todo el yente, mientras que al mismo tiempo le imponía a él todo el
grano, y un quinto del vino y fruto cosechado, pagado en
12. Sólo África del Norte (aparte de Egipto) suministraba a Roma, por vía
de impuestos, el suficiente grano para ocho meses, y la ciudad de Alejandría
11. Para una breve exposición de estos impuestos, véase Hamburguer, ref. para los cuatro restantes (Josefo, Guerras, II. 16:4).
6, pág. 431. 13. Cf., entre otros, Hausrath, Neutest. Zeitg. I. pág. 167, etc.

74 75
costo de la recaudación. A los senadores y magistrados les de caballeros, las mism1s1mas personas implicadas en las
estaba prohibido dedicarse a negocios o comercio; pero el concesiones de los impuestos. Naturalmente, la compañía
orden más alto, los equestrian, estaba compuesto principal- asociada de los Publicani en Roma esperaba rcci bir sus
mente por grandes capitalistas. Estós caballeros romanos suculentos beneficios; y lo mismo sucedía con los
constituían compañías de capital común, que compraban en recaudadores de impuestos en las provincias, y aquellos a los
pública subasta las aportaciones de una provincia a un precio que en ocasiones estos últimos subarrendaban Jos impuestos.
fijo, generalmente por cinco años. La junJa tenía su presi- Todos querían ganar dinero con el pobre pueblo; y el costo
dente, o magister, y sus oficinas en Roma. Estos eran los ver- de la recaudación, naturalmente, tenía que añadirse a la
daderos Publicani, o publicanos, que frecuentemente suba- imposición. Podemos bien comprender cómo Zaqueo, uno de
rrendaban ciertas de las exacciones. Los Publicani, o sus los supervisores de estos recaudadores de impuestos en el
arreridatanüs~ empleaban l)icn Cs-clavos o·füen á-alguüos-de - distrito de Tehtó,--que, con su cultivo ·y c·xportaóótf de
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~ -'"'"' de imnues.-
- r "--' bálsamo, tiene que haber dado grandes ingresos al fisco,
tos -los publicanos del Nuevo Testamento--. Y el resto de dijera en el acto, al recordar su vida pasada: «Si en algo he
los impuestos se daban en concesión y se recaudaban de ma- defraudado a alguno.» Porque nada era más común que el
nera similar; algunos de ellos eran muy onerosos y ascendían publicano asignara un valor ficticio a la propiedad o a los
a una tasa ad valorem de dos veces y media y de cinco por ingresos. Otro tmco favorito de ellos era adelantar el
ciento, y en artículos de lujo incluso del doce y medio por impuesto a los que no podían pagar, y luego aplicar un interés
ciento. Los derechos de puerto eran más altos que los de ca- usurero sobre lo que había venido así a transformarse en una
rretera, y el contrnba11c_lo () lªs falsas _declaracioi:ies se _c,as~ga­ deuda privada. La manera sumaria y dura en que estas deudas
ban con la confiscación de la mercancía. Así, los publicanos eran ejecutadás se ve-en el mismo Nuevo Testairicntó". -En Mt.
recaudaban también derechos de importación y exportación, 18 :28 leemos de un acreedor que por la pequeña deuda de
uontazgos, peaje, impuestos urbanos, etc.; y si el pacífico cien denarios íüma al deudor por el cuelio en plena calle y
~esidente, ei labrador, el comerciante o el fabricante se veía lo arrastra a la cárcel, en vano postrándose a sus pies el pobre
constantemente expuesto a sus exacciones, el viajero, el hombre, temiendo las consecuencias, rogándole que tenga
caravanero o el buhonero se encontraba con su vejatoria pre- paciencia y que no le exija de inmediato el pleno pago. Cuáles
sencia en cada puente, por l a carretera y a la entrada de las eran estas consecuencias las leemos en la misma parábola,
cjudades. Se tenía que descargar cada bulto, y todo su conte- donde el rey amenaza no sólo con vender todas las
nido abierto y registrado; hasta las cartas eran abiertas; y debe propiedades de su deudor, sino también al deudor mismo, y
haberse precisado de algo más que de la paciencia oriental a su mujer e hijos, a esclavitud (v. 25). Y la poca misericordia
para soportar la insolencia de los recaudadores y para some- se
que el hombre podía esperar de «el juez» ve en lo sumario
terse a sus «falsas acusaciones» al fijar arbitrariamente la del proceso, terminando en encarcelamiento hasta ·que se
cuota por la tierra o los ingresos, o el valor de las mercancías, pagara «el último céntimo», lo que se describe en Le. 12:58.
etc. Porque de nada scrvfa apelar en contra de ellos, por cuan- Así, por mucho que en la lejana Roma Cicerón pudiera
to los mismos jueces eran beneficiarios directos de los ingre- describir a los Publicani como «la flor de los gentilhombres,
sos; porque aquellos ante los que hubiera debido presentarse el adorno del estado y la fuerza de la república», o como «los
la acusación acerca de esta cuestión pertenecían a la orden más rectos y respetados de los hombres», los rabinos en la

76 77
distante Palestina pueden ser excusados por su intenso odio Un funcionario de los tributos públicos así era M ateo Lcví
contra «los publicanos», aunque llegara al exceso de decla- cuando la voz del Señor, tocándole en lo más profundo del
rarlos incapacitados para dar testimonio ante un tribunal corazón , lo llamó a una obra bien distinta. Era tina maravilla
judío, o de prohibir recibir sus dones caritativos, o incluso q~e el Santo se dirigiera a uno como él; y, ¡oh! , en qué
cambiar dinero procedente de la tesoreria de ellos (Baba K. diferente tono de los que habían hasta entonces caído en sus
X. 1), de ponerlos a una par no sólo con las prostitutas y los oídos. Pero no se trataba meramente de condescendencia, de
gentiles, sino con los bandidos y los asesinos (Ned. III. 4), amabilidad o de simpatía, ni siquiera de una relación de fami-
e incluso de declararlos excomulgados. Incluso se conside- lia~dad con uno generalmente considerado como un paria
raba legítimo hacer falsas declaraciones, mentir, e incluso s~cia!; ~ra l_a m ás entrañable relación; era la recepción al
emplear cualquier tipo de medios para evitar pagar impuestos c1rcw o mtenor; era un llamamiento a la más elevada y santa
(N ed. 27 b.; 28 a) , y alrededor de los tiempos de Cristo la obra lo que el Señor le ofreció a Leví. Y la activa carretera
carga de tales exacciones debe haberse sentido tanto más en l a que él se sentaba para recoger los derechos y tributos
pesada debido a una gran crisis financiera en el Imperio Ro- ya no volverí~ a conocer más la familiar cara de Leví, excepto
mano (en el año 33 de nuestra era), que envolvió a muchos como mensajero de paz, t rayendo buenas nuevas de gra.'1
en bancarrota, y que no pudo dejar de tener una intluencia gozo.
indirecta incluso en la lej ana Palestina.
-- --··· ---- - - -·-¡Ftie-de tales hffil!bres--menesprec-iatles--galilees.,pesc...a-- -- --·---- -- ·· ---- - -- --- - ·----·- ·-- ·--·· _ --- -·- · - ---·--···---·-- ·-··---·-- _--·---·--·-
dores sin letras, publicanos excomulgados-- que escogió el
bendito Señor, en su Humillación, a sus más cercanos segui-
dores, sus especiales apóstoles! ¡Qué contraste con los con-
ceptos farisakos del Mesías y de su reino! ¡Qué lección para
mostrar que «no era con fuerza ni con poder» sino por su
Espíritu, y que Dios había escogido lo bajo y 10 menos- .
preciado de este mundo para confundir lo poderoso! En
·-·· · ·· ··· ·..... ····· ·-··--· · ver6-aEl·· -qu·e·;··esto--e.fr~-ce--- un-nue:v-o --probl€m.a-;· ···Y----de -má-s-di.fícil---- ---···- .........--··
· solución que m uchos otros, para los que quieren explicarlo
todo mediante causas naturales. Sea lo que sea de la su_i}erio-
ridad de la enseñanza de Cristo para dar cuenta de su éxito,
ninguna religión pudiera haber estado jamás tan lastrada
como ésta; ninguna causa popular pudiera haberse presentado
bajo circunstancias más desventajosas que el Evangelio de
Cristo a los judfos de Palestina. Incluso desde este punto de
vista, para el estudioso de la historia familiarizado con la vida
exterior e interior de este período no hay otra explicación po-
sible del establecimiento del reino de Cristo que el poder del
Espíritu Santo.

78 79
.qua

V
EN JUDEA

Si G:-ililca podía jactarse de la belleza de sus paisajes y


de la feracidad de su tierra, y de ser un centro de vida activa
y la vía de comunicación con el gran mundo fuera de Pales-
tina, Judea ni codiciaba ni envidiaba tales ventajas; Tenía otra
y peculiar reivindicación. Galilea podía ser el atrio exterior,
pero Judea era como el santuario interior de Israel. Cierto,
su paisaje era relativamente inhóspito, sus colinas desnudas
y roco.s~-~. y tG_l)fa_ u_n, SQlitario__ páramo. Pero por aquellos
· - - -montes de gris limolita se cernía la sagrada historia -casi
se podría decir que el romance y la religión de Israel---. Al
-- dar la-espalda a las lujuriantes riquezas de Galilea, d percgri_.
no, incluso en el sentido más literal, ascendía constantemente
hacia Jerusalén. Más y más subía los montes eternos, hasta
que arriba del todo contemplaba el santuario de su Dios,
destacándose de todo alrededor, majestuoso en la nívea pure-
za de su mármol y resplandeciente oro. Al ir desvaneciéndose
gradualmente el rumor de la agitada vida, y avanzar hacia la
solemne quierud y solilud, los bien conocidos lugares por los
que iba· sucesivamente pasando deben haberle parecido que
resonaban con los ecos de la historia de su pueblo. Primero
se acercaba a Silo, el primer santuario de Israel, donde, según
la tradición, el arca de la alianza había reposado durante 370
años menos uno. A continuación venía Betel, con su sagrado
memorial de la historia patriarcal. Allí, a decir de los rabinos,
incluso el ángel de la muerte quedaba privado de su poder.

81
'.p - -

el paraíso terrenal. Flanqueada y defendida por cuatro fuertes , Puede ser cierto, como lo dice el historiador pagano con
uno a cada lado, se encontraba la importante ciudad de Jericó. respecto a Judea, que nadie hubiera podido querer hacer una
Herodes había construido sus murallas, su teatro y su gueg~ seri~ por c9nseguirla por sf misma.7 El judío aceptaría
anfiteatro; Arquelao su nuevo palacio, rodeado de esplén- esto bien dispuesto. No era la riqueza material lo que le atraía
didos jardines. A través de Jericó pasaba el camino de los allí, aunque las riquezas traídas al Templo desde todos los
peregrinos desde . Galilea, por el que .pasó nuestro mismo lugares del mundo siempre atrajeron la codicia de los genti-
Señor (Le. 19: l); y por allí pasaba también la gran ruta de les. Para el judío éste era el verdadero hogar de su alma, el
caravanas que comunicaba Arabia con Damasco. La ferti- centro de su vida más íntima, el anhelo de su corazón. «Si
lidad de su tierra era casi proverbial, y célebres sus productos me olvido de ti, oh Jerosalén, que mi diestra sea dada al olvi-
..tropicales...Sus pai.merales y .jardines. de rosas, pero . espe.cial~ (ÍO» , c.ai:?tª!?~)()s qu~ se;: s~ntªl>ª1JiU.nto.a los ríos de Babilo -
mente sus balsameras, cuya mayor plantación se encontraba nia, llorar:do ~1 recordar Si6n. «Mi lengu~ se .pew.ie a mi
detrás del palacio real, eran la tierra de hadas del mundo paladar, s1 de t1 no me acordare; si no enaltezco a Jerusaién
antiguo. Pero esto era también sólo una fuente de beneficios como preferente asunto de mi alegría» (Sal. 137:5, 6). Es de
para los odiados extranjeros. Roma había puesto allí una estos salmos de peregrinos de cainino como el Sal. 134, o ·de
oficina central de · recaudación .de impuestos y derechos los cá..11~ic~s de ascenso a la santa ciudad,8 que aprendemos
aduaneros, conocida en el Evangelio como el lugar en el que los sentimientos de Israel, culminando en aquel rebosamiento
el principal de los publicanos, Zaqueo , se había enriquecido. mezclado de oración y alabanza con el quesaludaban a la ciu-
Jericó, con su comercio general y su tráfico de bálsamo, que dad cuando aparecía por priin,,e fa vez ante su vista:
no--era sólo ·considerado el más-dulce perfume-sino-también ........ ······-· ·········· ···· . . ........../ . .. -· .. ......... ..... .. .. . ·-·
una medicina importante en la antigüedad, era una posesión Porque Jehová ha el~gido a Sión; ·
corficiada por todos. Extra..i'íos eran los alrededores para tal 1:-a quiso .como habitación para sí.
perla. IÍabía la profunda depresión del Arabá, a través de la Este es pata siempre eriugar de mi" repeso;
que serpenteaba el Jordán en cerrados meandros, primero con Aquí habitaré, porque la ·he preferido.
· tortuosa impetuosidad, y luego, al · irse acercando al mar Bendeciré abundantemente su provisión;
Muerto, como casi indispuesto a dar sus aguas a aquella masa A· sus pobres saciaré de pan.
Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes
limosa. 5 Los personajes que se podían encontrar en aquella Y sus santos darán voces de júbilo. '
extraña escena eran peregrinos, sacerdotes, comerciantes. Allf haré retoñar el poder de David;
bandidos, anacoretas, fanáticos desenfrenados; y casi se po- He dispuesto lámpara a mi ungido.
dían oír los sagrados sones del monte del Templo en la A sus e nemigos vestiré de confusión,
distancia. 6 Mas sobre él florecerá su cotona.
(Sal. í32:13-i8)
5. Plinio, Historia Natural, VI, 5, 2.
6. ·según el Talmud de Jerusalén (Succ. V. 3) se oían tres diferentes actos
del ministerio en el Templo hasta en la núsma Jericó, y el olor del incienso
7. Estrabón, Geografía, XVI, 2.
quemado se podía oler también allí. Apenas será necesario decir que esto
era una gran exageración. 8. Comúnmente conocidos como los Cánticos Graduales.

84 85
Palabras ·éstas que son verdaderas tanto en sus aplica- diendo al cielo. No causa ninguna sorpresa que la población
ciones literales como espirituales; elevadas esperanzas que, de Jerusalén y sus cercanías hasta allí donde se contaba dentro
por cerca de dos mil años, han fonnado y siguen fonnando de su sagrado perimetro, creciera en las grandes fiestas hasta
parte de la oración diaria de Israel, cuando oran: «Haz pronto millones, entre los cuales se encontraban «varones piadosos,
Tú que "el Renuevo de David", tu siervo, surja, y exalta Tú procedentes de todas las naciones bajo el cielo» (Hch. 2 :5),
su cuerno por medio de tu salvación.» 9 ¡Ay, que Israel no o que llegaran allí tesoros traídos de todas partes del mundo
conozca el cumplimiento de estas esperanzas ya concedido habitado. 11 Y ello más y más, mientras que sefíal tras señal
y expresado en la acción de gracias del padre del Bautista: parecía indicar que «el Fin» se avecinaba. En verdad , el
«Bendito el Señ.or Dios de Israel, porque ha visitado y ha tiempo de los gentiles parecía haber llegado casi a su fin. El
efectuado redención para su pueblo, y ha susciiado una fuerza Mesías prometido podría aparecer en cualquier momento, y
[lit., un cuerno] de salvación en favor nuestro; en casa de «restaurar el reino a Israel». Por las afirmaciones de Josefo 12
David su siervo, tal como habló desde a...11tiguo por boca de sabemos que se recunia a las profecías de Daniel, y una masa
sus saritos profetas» (Le. 1:68-70). 1º de la más interesante, aunque enrevesada, literatura apocalíp-
Estas bendiciones, y muchas más, eran no sólo objetos de ti.ca, que data de este período, muestra la que había sido la
esperlii1 za, sino realidades tanto para el rabinista como para interpretación popular de la profecía aún no cumplida. 13 Las
el judío sin letras. Ellas lo decidieron a doblegar bien dispues- más antiguas paráfrasis de las Escrituras, o Targumim, exha-
-___-·· __ . ---·- .JQJ~t G~IYiJ.__b-ªjº_:u._n_J'._u_gQ_de..Q.r.de.n.am;as__ct_e.__otr.a.man.era.1.1..s0=..-,------- -----· .-·-···-- -·------.lill.Lelmismu-.espíritu.--lnclusQ_-IGs-más-g-ranae-s-:.J:li-steriatleres --
portable; a someterse a unas demandas y a un trato en contra paganos notan esta gran expectación de un inminente imperio
de lo cual su naturaleza se habría en otro caso rebelado, y judío a escala mundial, y atribuyen a ella el origen de las
a soportar un escarnio y unas persecuciones que habrian que- rebeliones contra Roma.14 Ni siquiera los alegorizantes
brantado a cualquier otra nacionalidad y aplastado a cualqilier filósofos judfos_de Alejandrfa quedaron exentos de esta espe-
otra religión. Para los alejados exiliados de la Dispersión, éste ranza universal. Fuera de Palestina todas las miradas se
era el redil; con su prornesa de un buen pastoreo; de verdes dirigían hacia Judea, y cada grupo de peregrinos al volver,
pastos y de aguas de reposo. Judea era, por así decirlo, su o cada hennano viajero en su jornada, podía traer nuevas de
.............. .Campo Santo..con.eLTemplo enmedio.de_él, _como.eLsímholo . _.__ ...... ..--· ....... ___.... _.asombro.sos.acontecimientos ..-Dentro de. la-t-ierra, la--ansie<l-ad
y profecía de la resurrección de Israel. El más delicioso sueñ.o febril de los que vigilaban los acontecimientos se intensi-
de la vida un verdadero cielo sobre la tierra, la prenda de la ficaba no pocas veces hasta el delirio y el frenesf. Sólo por
profecía en vías de cumplimiento, era estar, aunque fuera sólo
una vez, dentro de sus sagrados patios; estar allí, mezclán- 11. Sabemos que en el año 62 la contribución procedente de estas cuatro
dose entre sus adoradores, trayendo ofrendas, y ver a la comunidades extrapalestinenses, - Apamea, Laodicea, Adramicio y
multitud de sacerdotes ministrando, vestidos de blanco; oír Pérgamo-- superaban los 240.000 denarios.
el cántico de los levitas, ver el humo de los sacrificios aseen- 12. Por ejemplo, Antigüedades, X. 11:7.
13. Nada puede ser más interesante e importante, pero también más difícil,
que el estudio de esta literatura, conocida como los escritos
9. Ésta es la decimoquinta de las dieciocho «bendicioneS» en las oraciones pseudoepigráficos. Ahora, sin embargo, no es momento para estas
diarias. indagaciones, que deben ser reservadas para tma discusión más plena.
10. Cf. Delitzsch, Comm. ü. d. Sal. Il., pág. 269. 14. Suetonio, Vespasiano, 4; Tácito, Historia, V. 13.

86 87
ljliZ

esta razón podemos explicar la aparición de tantos falsos lo que provocó el entusiasmo estremecido de esperanza en
Mesías, y de las multitudes que, a pesar de repetidos desenga- toda la nación, y que llevó las multitudes al Jordán cuando
.ño~. estabM Qispue~tas a seguir las. más imprQb<ibles procla- . tm oscuro anacoreta, que ni siquiera intentó confinnar su
maciones. Así fue que un tal Teudas15 pudo persuadir a «una m!sión con u? solo mil~gro, co~enzó a predicar el arrepenti-
gran multitud del pueblo» a que le siguiera h~sta la ribera del miento a la vista del remo de Dios que se acercaba. File esto
Jordán, con la esperanza de ver otra vez cómo sus aguas se lo que llevó a qJJe los ojos de todos se posaran en Jesús de
partían milagrosamente, como delante de Josué, y que un Naz~ret, a pesar de lo humilde de su origen, de sus cricuns-
impostor egipcio pudo .inducirlos a ir al monte de los Olivos tancias y de sus seguidores, y que apartó la atención de la
con la expectación de ver caer las murallas de Jerusalén a su gente incluso del Templo, .centrándola en el lejano lago de
........ 111ª11.9.<:lfü, 16 . Y t_al . ernl.aimagin~.c..i6n .del fanatismo, quemien~ i~ -~~nqspr~ciªºª· Oalilea....Y .e so .fue. Jo ..que ..abz:ió todos -l os
tras los soldados roma.11os estaban disponiéndose a incendiar hogares a los mensajeros que Cristo envió, de dos en dos, e
el Templo, un falso profeta pudo reunir a 6.000 hombres, iI1cluso de_spués de la crucifixión, cada sinagoga, a los apósto-
mujeres y niños en sus atrios y pórticos para esperar entonces les y predicadores de Judea. El título «Hijo del Hombre» era
y aUf una milagrosa liberación procedente del cíelo. n Tampo- familiar para los que habían sacado sus ideas acerca del
co la caída de Jerusalén apagó estas expectativas, hasta que ~esías de las bien conocidas páginas de Daniel. La popular
una matanza, más terrible aún en algunos aspectos que en la literatura_apocalíptica de aquel período, especialmente el lla-
misma caída de Jerusalén, ahogó en sangre el último levanta- mado «Ltbro de Enoc», no sólo mantuvo esta designación en
miento mesiánico público contra Roma bajo Bar Coqueba. 18 la m~~oria P?pular, sino que se extendía acerca del juicio
. Por.que, por.muy.desviados que estuvieran, -por lo que .se _qµ_y_J;l.1ba a ejecutar sobre los reyesylas naeionesgentiles_19 . .
refería a la persona del Cristo y al carácter de su reino, no ~<Sefior, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?» era una
en cuanto al he.cho o a la época de su venida; ni al carácter pregunta que salía del mismo corazón de lsraeL Incluso Jua..n.
de Roma, tales pensa.miehtcis no pódíah quedar desarraigados el Bautista,
. .
en las tinieblas de su solitario coi1fi.I1amiento ' no
más que junto con la historia y la religión de Israel. El Nuevo
Testamento los sigue, como también el Antiguo; tanto cristia-
nos como judíos los abrigaban. En el lenguaje de san Pablo, l~: Lo siguiente puede ser suficiente por ahora a guisa de muestra: ((y este
ésta era «la esperanza de la promesa... cuyo cumplimiento H110 del hombre, a quien tú has visto, agitará a los reyes y a los poderosos
esperan alcanzar nuestras doce tribus, rindiendo culto cons- de. sus lugares, Y a los poderosos de sus tronos, y desiigará las riendas de
tantemente a Dios de día y de noche>> (Hch. 26:6, 7). Fue esto los pode: osos y romperá en trozos los dientes de los pecadores. Y Él
expulsara a }os reyes de sus tronos y de sus imperios, si ellos no le exaltan
y al~ban a El, ni reconocen con gratitud de dónde procede el reino que les
ha ~~do c~r:fiado, ~ Él echará _d~ delante de sí la faz de los poderosos, y
. . les uenara la ver~uenza; las tuueblas serán su morada y los gusanos su
15. Josefo, Antigüedades, XX. 5:1. Naturalmente, éste no habría sido el lecho, Y no tendran esperanzas de levantarse de sus lechos, debido a que
Teudas de Hechos 5:36, 37, pero tanto el nombre como el movimiento no no exaltan el nombre del Señor de los espíritus ... Y ellos serán echados
eran una rareza en Israel en aquel tiempo. de los hogares de su congregación y de los fieles» (Libro de Enoc, XLVI.
16'. Josefo, Antigüedades, XX. 8:6. 4, 5, 6, 8). Una plena discusión d e es te importantísimo tema y, ciertamente,
17. Josefo, Guerras, VI. 5:2. de muchos temas relacionados, tiene que reservarse para una obra sobre
í8. Véase mi Hystory oj the Jewish Nation, págs. 215-227 . la vida y los tiempos de nuestro Señor.

88 89
vaciló ante la persona del Mesías, sino a.rite la forma en que te lógico. Donde no es un registro de hechos y tradiciones,
parecía fundar su reino.20 Él había esperado oír los golpes de la 1"1isná es meramente un manual de deci siones legales en
aquella hacha que él había levantado, cayendo sobre el esté1i l sus más estrictas secuencias lógicas, sólo avivadas en
árbol, y tuvo que aprender que el secreto más interior de aquel discusiones o el relato de ejemplos oportunos. Toda la ten-
reino, no introducido en un terremoto de ira, ni en un torbe- dencia de este sistem a era antimcsiánica. No que en almas
llino de juicio, sino exhalado en la voz plácida y gentil del tan devotas y naturalezas tan ardientes no se pudiera encender
amor y de la misericordia, era la aceptación, no la exclusión; el entusiasmo, sino que todos sus estudios e intereses iban
la sanidad, no la destrucción. en la dirección opuesta. Además, sabían muy bien cuán poco
En cuanto a los rabinos, los líderes de la opinión pública, poder les había quedado, y temían perder incluso este poco.
su posición en cuanto al reino era bien diferente. Aunque en El temor de Roma los acosaba de continuo. Incluso cuando
el levanta.tniento de Bar Coqueba el gran rabí Akíba actuó la destrucción de Jerusalén los rabinos intentaron lo2:rar su
como el portaestandarte religioso, puede ser considerado casi propia seguridad, y su histori a posterior muestra, c~n una
como una excepción. Su carácter era el de un entusiasta, y curiosa recurrencia, chocantes ejemplos de intimidad rabínica
su historia casi un romance. Pero, en general, los rabinos no con sus opresores romanos. El Sanedrín expresó sus más
se identificaban con las expectativas mesiánicas populares. íntimos temores cuando durante aquella sesión secreta deci-
Tanto en la historia evangélica como en sus propios escritos dieron dar muerte a Jesús por el miedo que tenían a que, si
--·--·-·-------·---- - ----·apareee-ne-mer-amertte-af]tlell.a-epesiC-iGn-antIBspü:itu.aLcontra. ----·--------- -----.. . se.Je-pennitía...continuai:,..los--ro1nanos-ve-ndrfan- -y--quitarfan-- . -- --·-- -- ------
la iglesia que hubiera sido de esperar, sino una frialdad Y dis_- tanto su lugar como la nación (Jn. 11:48)_ Pero ni una mente
tancia con respecto a todos estos movimientos. El rigorismo cándida entre ellos puso en tela de juicio la gcnuinídad de
legal y la implacable mojigatería no son fanatismo. Esto últi- sus milagros; ¡ninguna voz generosa se levantó para afirmar
mo es principalmente el impulso de los malinfonnados. el p~ncipio de las demandas y del reino del Mesías, aunque _
Incluso su despectivo alejamiento de «esta gente que no hubieran rechazado las de Jesús de Nazaret! La cuestión del
conoce la iey», tratándolos de «malditos», fos demuestra - Mesías pódfa ser suscitada como un punfo e·specúlativo;
incapaces de un fanatismo que reconoce como hermano a pudiera ser impuesto a la atención del Sanedrín; pero no se
- -- - ---· - - ·rodo-aquel·en-cuyo-corazónarde--el-mism0-fue-g-0,s-in-imp01tar--- --- ----· - --- ---trataba-para- ~lfo-s-de un-intc-réspe-rsonai, práct:ieo;·vital~ Puede- -···--··-
cuáles seai1 sus otras condiciones. El gran libro de texto del que señale sólo un aspecto de la cuestión, y éste de tipo
rabinismo la Misn.á es casi totalmente amesiánico, y se podría extremo, pero incluso así era característico que un rabí pu-
decir que adogrnático. El método de los rabinos era puramen- diera decir que «entre ios días actuales y los días del Mesías
sólo había esta diferencia: la servidumbre de Israel».
Otros asuntos bien distintos solicitaban la atención de los
20. El pasaje a que se hace referencia anteriormente tiene un interés rabinos. Lo que los ocupaba eran el presente y el pasado, no
apologético de la mayor importancia. Ninguna historia que no fuera genuina el futuro --el presente como fijando todas las determina-
habría registrado las dudas de Juan el· Bautista; especiabnente cuando ciones legales, y el pasado como sancionándolo- . La Judea
presentaban las verdaderas dificultades que la misión de Cristo suscitaba propia era el único lugar donde había morado la Shekiná, la
en la mente popular; y menos aún habría seguido la declaración de estas
dificultades mediante un encomio como el que el Salvador pronunció acerca tierra donde Jehová había hecho erigir su Templo, la sede del
de Juan. Sanedrín, el único lugar en el que se cultivaban la erudición

90 91
-~---

y la verdadera piedad. Todo se juzgaba desde este punto de nos las ciudades septentrionales. En el Nuevo Testamento se
vista. Judea era «grano, Galilea, paja, y más allá del Jordán, hace una distinción entre Cesarea y la provincia de Judea
tamo». Ser de Judea era ser «hebreo de hebreos". Ya se ha (Hch. 12: 19; 2 1: 10). Esto da una de las evidencias indirectas
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........ ~ ... ...._-- i'-J ""'"'"' no sólo de la fntima fam iliaridad del escritor .con las posturas
respecta a su lenguaje, modos y descuido del estudio regular. estrictamente rabínicas, sino también de la temprana fecha de
En algunos respectos, las mismas observancias legales, y redacción del libro de los Hechos. Porque en un período
desde luego las costumbres sociales, eran diferentes en Judea posterior se declaró la pertenencia de Cesarea a Judea, aunque
de Galilea. Sólo en Judea podían ser ordenados los rabinos su puerto quedó excluido de tal privilegio, y todo a este y
media.rne la imposición de manos; sólo allí podía el Sa.riedrín ()PSfP
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en sesión sole1nne declarar y pro.clamar.el c_omienw de cada qµ~ füt::rn. añ.adi.da_a las_ ciudades de Judea simplemente -por
mes, del que dependía la disposición del calendario de los el hecho de que residieran allí tantos rabinos afamados. La
festejos. Incluso después que la tensión de ia necesidad importancia de Ccsarea en rciación con la predicación del
política hubiera expulsado a los rabinos a Galilea, volvieron Evangelio y con la historia de san Pablo y las primitivas y
expresamente a Lida, y se precisó de un fuerte debate antes florecientes iglesias cristianas que allí se establecieron da un
que transfirieran el privilegio de Judea a otras regiones en el renovado interés a todas las menciones de este lugar. Sólo
siglo tercero de nuestra era (J er. Sanh. I. 1, 18). El vino para las procedentes de fuentes judías pueden solicitar aquí nues-
uso del Templo era traído exclusivamente de Judea, no sólo tra atención. Estaría aquí fuera de lugar describir la impor-
porque era mejor, sino porque su transporte a través de Sama- tancia de Cesarea como sede del poder de Roma, o su magní-
ria lo habría contaminado. Yla.Misnámenciona los nombres fico puerto y edificios, o su riqueza e influencia. En10sescri~
de las cinco ciudades de donde se obtenía. 21 Similannente, tos judíos recibe el mismo nombre por el que la conocemos,
el aceite empieado provenía de Judea, o bien si provenía de aunque en. ocasiones se la dcsi gna con el nombre de sus
Petea, se traían a Judea las aceitunas pata extraerse su aceite --
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~"' 7.,,.r 11..1 -...r~s~;\ ~ p--
, ... vi. ~ , !VL l"; a ~1;, u vt -·· -··-n-
~u puc1 u

en Jerusalén. 22 (Migdal Shina), y también una vez por su antiguo nombre,


La pregunta de qué ciudades eran realmente judías era de la Torre de Estratón. La población estaba fonnada por una
considerable importancia, por lo que concernía a ías cuestio- mezcla de judíos, griegos, sirios y samaritanos, y los tumultos
nes rituales, y ocupaba la intensa atención de los rabinos. No entre ellos fueron la primern señal de la gran guerra judía.
es fácil fijar los exactos límites de la Judea propia hacia el El Talmud la llama «la capital de los reyes». Como sede del
noroeste. La inclusión de la costa marítima en la provincia norlPr
.1."""" _ _...
rnrnann era "'cnl'>ri<>lmnnta
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'-'&. .&. .a ..... ..... .l.
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de Samaria es un común error . Lo cierto es que nunca le era Por ello, es designada como la (<hija de Edom -la ciudad
asignada. Según Josefo (Guerras de los Judíos, III. 3, 5) la de abominación y blasfemia-», aunque su distrito fuera lla-
Judea propia se extendía a lo largo de la costa marítima hasta mado, por su riqueza, «la tierra de vida». Como podría espe-
llegar a Tolemaida o Acco. El Talmud parece excluir al me- rarse, surgieron dificultades constantes entre las autoridades
judías y romanas en Cesarea, y son acerbas las quejas contra
21. Compárese la discusión en la obra de M. Neubauer Géogr. du Talmud, la injusticia de los jueces paganos. Podemos comprender con
pág. 84, etc., y los pasajes talmúdicos allí citados. facilidad que para un judío Ccsarea era el símbolo de Roma,
22. Ver ref. anterior. Roma de Edom -¡y Edom debía ser destruida!-. De hecho,

92 93
-
en su postura Jerusalén y Cesarea no podían realmente c.:o- y norte de Jemsalén, conocido también como «el monte real».
existir. Es en este sentido que damos cuenta de este siguiente La Sefelá, naturalmente, es la región a lo largo de la costa.
curioso pasaje: «Si te dicen que Jerusalén y Cesarea están Todo el resto queda incluido en el término «valle». Apen as
ambas en pie, o que ambas están destruidas, no lo creas; pero si será necesa1io explicar que, como nos lo expone el Talmud
si te dicen que una de ellas está destruida y 1a otra en pie, de Jerusalén, ésta es meramente una clasificación general,
créelo» (Gitt. 16 a; Meg. 6 a). Es interesante saber que por que no debe ser apremiada con demasiada insistencia. De las
causa de los judíos extranjeros que residían en Cesarea, los once toparquías en que, según Josefo,25 se dividía Judea, los
rabinos permitían que las principales oraciones fueran pro- rabinos no toman nota, aunque algunos de sus nombres han
nunciadas en griego como lengua vernácula; y que, para la podido ser seguidos en escritos talmúdicos. Estas provincias
época del evangelista Felipe, se llevó a cabo una buena obra estaban indudablemente subdivididas en distritos o hipar-
por Cristo entre los judíos allá residentes. Lo cierto es que quías, lo mismo que las ciudades lo estabari en barrios o hege-
los escritos judíos contienen una especial mención de contro- monías, apareciendo ambos ténninos en el Talmud.26 Los
versias allí entre judíos y cristianos. rabinos prohibían la exportación de provisiones provenientes
Una breve recapitulación de las menciones judías de cier- de Palestina, incluso a Siria.
tas otras ciudades de Judea también mencionadas en el Nuevo Viajando desde Cesarea hacia el sur nos vernos en la
Testamento puede ser de utilidad para tener más luz sobre las Uanura de Sarón, cuya belleza y riqueza son tan encomiadas
------·· -···-······-- --- --narr-aci-0oos.-sa.grad-as,-- -P-0-r- ..i-e---g.ensral,---la-· Mi-s-ná-..dWidía--la----- -·-··--·· ..·-··-····· --en---l-a--S-ag-r--ada-Esefimr-a-{€flt:·-2~-l~ ·-Is-.-- 3-S-:2:)-;--Estcr ·Hanura---se----- ---·-·-···-··········
Judea propia en tres partes: la montaña, la Sefelá, y el valle extiende hasta Lida, donde se une a la de Darom, que se ex-
(Shev. IX. 2), a lo que tenemos que añadir la ciudad de tiende hacia más al sur. Según las declaraciones de la Sagra-
Jerusalén como distrito. aparte.23 Y aquí tenemos otra notable da E scritura (Is. 65:10) la llanura de Sarón fue siempre
evidencia de la autenticidad del Nuevo Testamento, y espe- famosa por sus pastos. Según el Talmud la mayor parte de
cialmente de los escritos de san Lucas. Sólo uno que estuviera los becerros para los sacrificios procedían de este dist1ito. El
íI1tiriiamente familiarizado con el estado de cosas de aquel vino de Sarón era célebre, y para beber se consideraba que
tiempo habría distinguido, al igual que los rabinos, a Jerusa- debía ser mezclado con un tercio de agua. La llanura era
--- -l én--como-ua·distrit-o separado de-losdelresto-de-Judea-;·como· · ·también bien-cenoeida por-la-f-abricación -de -cerámiea;-·pero · ·· · -- ···· ····
lo hace san Lucas de manera expresa en varias ocasiones ('......c. debe haber sido de calidad mediocre, por cuanto l a Misná
5:17; Hch. 1:8; 10:39). 24 Cuando los rabinos hacen mención (Baba K. VI. 2), al enumerarla proporción de bienes dafiados
de «la montafia», se están refiriendo a un distrito al noreste por los que un comprador no podía demandar compensación,
asigna no menos de un diez por ciento de rotura para la cerá-
mica de Sarón. En J er. Sotah VIII. 3 leemos que el permiso
para volver de la guerra no se aplicaba a los que hubieran
23. Así en muchos pasajes. Cf., p.e., Cheth. IV. 12. construido casas de ladrillo en Sarón, explicándose que allí
24. Éstas, como las menciones del Nuevo Testamento acerca de Cesarea,
han sido señaladas también por M. Neubauer en su Géogr. du Tal. Es de
desear que las ocasionales inexactitudes, o más bien, como sabemos, erratas
de impresión en las referencias talmúdicas, fueran corregidas por el erudito 25. Plinio sólo enumera diez. Cf. Relandus (Ed. Nuremb.) págs. 130, 131.
autor. 26. Véase acerca de esto y en general Neubauer, pág. 67 y ss.

94 95
el barro era tan malo que las casas tenían que ser recons- pío, por cuanto estaba (Maas. Sh. V. 2) a un fácil día de cami-
truidas al cabo de siete afios. De ahí también la oración anual no al oeste de Jerusalén. Ciertamente, como lo explica el
del sumo sa~~rqoi~ en el Pía de la Expiación, pidiendo que Talmud, los segundos diezmos (Di. 14:22; 26:12)de Lidano
las casas de los habitantes de Sarón no se convLrtieran en sus podían ser convertidos en dinero, sino que debfan ser traídos
tumbas.27 Antipatris, el lugar en el que los soldados de a pie a la ciudad misma, a fin de que «las calles de Jerusalén fueran
dejaron a san Pablo al cuidado de los jinetes (Hch. 23:31), engalanadas con guirnaldas de frutos». El mismo pasaj e ilus-
había sido una vez escenario de un acontecimiento muy dife- tra la proximidad de Lida a la ciudad , y la frecuente relación
rente. Porque allí fue que, según la tradición (Yoma, 69 a), entre ambas, 28 al decir que las mujeres de Lida mezclaban su
el sacerdocio, bajo Simón el Justo, se había encontrado con masa, subían a Jerusalén, oraban en el Templo y volvían a.'1tes
. _.~ejap~to .~~fill:O. . e~_ (lqµ~µa ~º~~mn.~ __p_roce.si6n, _que _consi,, 9.U.~Ja. . üla..s_ª .htJ.bleta.fer.mefitado. De. manera similar, ínieri., . ..
guió la seguridad del Templo. En los escritos tahnúdicos se mos por los documentos talmúdicos que Lida había sido resi-
le da el mfamo nombre, que le fue dado por Herodes en me- dencia de muchos rabinos antes de la destrucción de Jerusa-
moriá de su padre Ailtipater (Aniigüedades, XVI. 5:2). Pero lén. Después de este acontecimiento, vino a ser la sede de una
también aparece el nombre de Chefar Zaba, que posiblemente escuela muy célebre, presidida por algunas de las eminencias
fuera el de una localidad vecina. En Sanh. 94 b leemos que del pensamiento judío. Fue esta escuela la que atrevidamente
Ezequías había colgado un tablón a la entrada del Beth estableció la norma de que para 'e vitar la muerte se podía que-
Midtash (o colegio) con el aviso de que todo el que no estu- brantar cualquier ordenanza de la ley, con excepción: de la
diara l.a ley debía ser dest:rllido. Por ello, indagaron desde Dan idolatría, del incesto y dd asesinato. Fue en Lida, también,
h.ª~Ji! ;13~ern~tm. _
y no _hallaron.a .ninguna -persona iletrada, ni .que .dos hermanos se ofreci€-ron voluntariamente eomo, v-fcti- ···
de Gebath hasta Ahtipatris, muchacho o muchacha, hombre mas para salvar de la muerte a sus correligionarios, amena-
o mujer, que no estuviera totalmente versada en todas las zados debido a que se habúi descubierto un cadáver cuya
ordenanzas legales acerca de lo limpio e ·iillTlurido. a
muerte se imputaba los judíos. Suena como un triste eco
Otia notable ilustración del Nuevo Testamento la aporta de los escarnios dirigidos por los «principales sacerdotes»,
Lida, la Lod o Lud del Talmud. Leemos que como conse- «escribas y ancianos» a Jesús en la cruz (Mt. 27:41-43), cuan-
cuencia de las labores de san Pedro y del milagro obrado do, en la ocasión aquí mencionada, el romano se dirigió así
sobre Eneas, «todos los que habitaban en Lida y en Sarón ... a los mártires: «¡Si sois del pueblo de Ananías, Misael y Aza-
se convirtieron al Señor» (Hch. 9 :35). La breve mención de rfas, que vuestro Dios venga, y os salve de mi mano!» ( Taan.
Lida dada en esta narración de las labores dei apóstol queda 18, ó).
abundantemente confinnada en las menciones talmúdicas, Pero una cadena de evidencias más interesantes relaciona
aunque, naturalmente, no debemos esperar que describan la a Lida con la historia de la fundación de la iglesia. Es en
expansión del ·cristianismo. Podemos creer fácilmente que relación con Lida y su tribunal, del que se dice que tenía
Lida tenía su congregación de «Santos» casi desde el princi-
28. El erudíto Lightfoot (Cent. Chorogr. Mtth. praemissa, CXVI) argu-
menta que con esto los rabinistas tenían la intención de mostrar que no se
27. Véase mi volumen sobre El Templo: su mínisterio y servícíos, cap. XVI. permitía que ningún daño material desalentara la piedad de las mujeres de
Cf. también Neubauer, Géogr. du Tal. in locum. Lid a.

96 97
4#

competencia para dictar sentencia de muerte, que nuestro de Jerusalén, muchos rabinos, y de los más célebres, escogie-
bendilo Señor y !a Madre Virgen son introducidos en ciertos ron Lida como residencia. Pero el segundo siglo fue testigo
pasajes del Talmud, aunque con unos nombres alterados ex de un gran cambio. Los habit<ultes de Lida son ahora acusa-
profeso y blasfemamentc. 29 Las declaraciones están, en su dos de soberbia, ignorancia y descuido de su religión. El
forma presente, sea por ignorancia, designio o como conse- Midrash (Ester I. 3) afirma que había «diez medidas de
cuencia de alteraciones sucesivas, confundidas, y mezclan di- miseria en el mundo. Nueve de ellas pertenecen a Lod, y la
ferentes acontecimientos y personas en la historia evangélica; décima al resto del mundo». Lida era el último Jugar de Judea
entre otras cosas presentan a nuestro Señor como condenado al que, después de emigrar a Galilea, los rabinos recurrían
en Lida. 30 Pero no puede darse ninguna duda razonable de que para fijar el comienzo del mes. Dice la leyenda judía que allí
hacen referencia a nuestro bendito Señor y a su co11dc11a por se encontraban con el «mal de ojo», que causaba su muerte.
supuesta blasfemia y seducción del pueblo, y que indican al Es posible que haya aquf una alusión alegórica. Lo cierto es
menos una estrecha relación entre Lida y la fundación de! que en aquel entonces Lida era la sede de m1a Iglesia cristiana
cristianismo. 31 Constituye una curiosa confirmación de la sumamente floreciente, y que había allí un obispo. En verdad,
historia evangélica que se describa aquí la muerte de Cristo un erudito escritor judío ha relacionado el cambio de senti-
como habiendo tenido Jugar «en la víspera de la Pascua>>, mientos judíos para con Lod con la expansión del cristia-
apoyando no sólo la fecha del acontecimiento tal y como se nismo." Lida debe haber sido un lugar muy hennoso y activo.
da en los evangelios sim5pticg~_sLno_D1QC>trar¡clg g\l~_ªLm_enQS .... _.ELTalmud habla ..e¡¡_~x.a.gefaikJs.ténnrnos-de la·miel.ae·.siis--
- ---lós-raElnos-nada-sabian- de aquellos escrúpulos y dificultades dátiles, 34 y la Misná (Baba M. IV. 3) se refiere a sus mer-
mediante los que modernos autores gentiles han tratado de caderes como una clase numerosa, aunque no se alaba la
demostrar la imposibilidad de la condena de Cristo en la no- honradez de los mísmos.35
che pascual. 32 Ya se ha dicho que, después de la destrucción Cerca de Lida, hacia el este, se encontraba la aldea de
Chefar Tabi. Podríamos ser tentados a derivar de él el nombre
de Tabita (Hch. 9:36), si no fuera por el hecho de que los
nombres de Tabi y Tabita eran tan comunes en aquellos
29. El profesor Cassel ha hecho un intento rnuy ingenioso de explicar estos
nombr_es y_ designaciones en.su reciente bruchuré, Carfr:aiurnamen Christi-~ 1iempos en Palestina. N.o pi.<ede haber duda alguna acerca de·
30. ¿No podría ser que hubiera algún fundamento histórico incluso para la situación de Jope, la moderna Jaffa, donde Pedro vio la
esta afirmación? ¿No p:ldría ser que la reunión secreta de «los principales visión que abrió la puerta de la Iglesia a los gentiles. Son
sacerdotes y de los fariseos» que se menci·ona en Jn. 11:47 hubiera tenido muchos Jos rabinos mencionados en relación con Jope. La
lugar en Lida? ( cf. vv. 54, 55). ¿Sería allí que Judas <<fue y habl6 con los
principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entre-
garía>>? En todo caso, había buenas razones para evitar Jerusalén en todas
las medidas preliminares en contra de Jesús; y sabemos que en tanto que
el Templo seguía en pie, Lida era el único lugar fuera de Jerusalén que 33. Neubauer, pág. 80.
pudiera ser considerado una sede del partido rabinista. 34. Cheth. III. a.
31. Todos los pasajes acerca de este tema han sido compulsados y muy 35. LaMisná discurre acerca de cuánto beneficio puede tomar un mercader
capazmente argumentados por Buxtorf, Lex. Talm. sobre un artículo. y dentro de qué período un comprador. que se considere
32. Véase la discusión acerca de la fecha de la crucifixión de nuestro Señor engañado, puede devolver su compra. Los mercaderes de Lida desde luego
en el Apéndice en mi volumen sobre El Templo: su ministerio y servicios. no quedan en esta discusión bajo una luz demasiado favorable.

98 99
ciudad fue destruida por Vcspasiano. Hay en el Midrash una muchos pasajes del Tamud,38 y con la m isma referencia a Mi-
c~rio~a lcyend~ acerca de que Jope no fue destruida por el queas 5 :2. Puede, por tanto, con.si d~rarse com~ un tem~ _esta-
diluvio. _¿Podna esto haber sido un intento de insinuar la blecido que, según los padres JUd1os,el Mesias, el HlJ_? de
pre~ervación y migraci?n de hombres a distantes lugares de David, debía nacer en Belén de Judá. Pero hay un pasaJc_cn
la tierra? El emplazamiento exacto de Emaús, para siempre la Misná que arroja una luz tan peculiar sobre la narración
sagrada para nosotros por la manifestación allí del Salvador evangélica que será mejor reproducirlo íntegramente. ?abe-
a los dos discípulos (Le. 24:13), es asunto de controversia. mos que en la noche en la que nuestro Salvador nació, el
Globalmente, el peso de la evidencia sigue inclinándose en mensaje de los ángeles vino a aquellos qu~ probablemente
favor del emplazamiento tradicional. 36 Si es así. tuvo una con- Pn torlo Belén o en sus cercanías eran los umcos en «guardar
siderable población judía, aunque había allí tamb-ié~ -;~~
-- ·guamicionronüiiia.Su cUn1a.Y-sús aguas-eran célcb-~cs:Com~­ ~~~~;~~~:r¿~~~¿fJ~ªc~~~~l}~J~~Jea,;{f~1b~~n~~~~~~i1~~~{~
tambiéD: ~u merc.a~o. ~s ?e csi:ecial interés hallar que entre ct~l~~-;ebaftos:». Era el luga; desde ei que los pastores vigi-
las ~ai:i-11Ias ~atncias Jud1as laicas que tomaban parte en el l aban los rebaños destinados a los sacrificios en el Templo.
s~rv1c1? musical del Templo había dos -las de Pegarim y y esto era tan bien sabido que si se encontraban animales tan
Z1ppanah- que eran de Emaús, y t ambién que los miembros distantes de Jerusalén como Migdal Eder, y dentro de aquella
del sacerdocio tendían a los enlaces matrimoniales con las área a ambos lados, los machos eran ofrecidos como holo:
familias de l~s ricos hebreos de aquel lugar (Er. II. 4). Gaza, causto, y las hembras como sacrificios d~ ~az. El rabi
39

en cuyo «desierto» camii10 37 Felipe predicó y bautizó al eunu- Jehudah añ.ade: «Si son apropiados para sacnfic10s pascuales,
co ~1.íope, contaba con no._ 111~nps Qe QCflOJemplos paganos, entonces son sacrific.ios _pas_cuales, sien.ipre y_ ~l]and_o ~o sea
además de _un santuario idolátrico fuera de la ciudad. Sin más de treinta días antes de la fiesta» (Shekal. VII. 4; compa-
embargo, se perm!tfa a los judíos residir allí, probablemente . b"é-
rar (afll v~d· TT 9\ Pa'""'""'
- } 'll Jef. lU
T -
H. )• •vv'-' prri.-fund':lm0ntP
V.L ~ "~ •~ c;:ignifir:a-
~· ----- v.
a causa de ia importancía de su mercado. tivo, casi el cumplimiento de un tipo, que aquellos pastores
Sólo quedan dos nombres que mencionar, pero los de más que primeramente oyeron las nuevas del nacimiento del
profundo y solemne interés. Belén, el lugar donde nuestro Salvador, que primero oyeron las alabanzas de lo_s ángeles,
Señor nació, y Jerusalén, donde fue crucificado. Es de notar estuvieran vigilando rebaños destinados a ser ofrecidos como
que la respuesta que los miembros del Sanedrín dieron a la sacrificios en el Templo. Allí estaba el tipo, y aquí la realidad .
pregunta de Herodes (Mt. 2:5) es la misma que aparece en En todo tiempo Belén estuvo entre «las más pequeñas de
Judá» -tan pequeña que los rabinos ni se refieren a ella deta-
lladamente--. El pequeño mesón del pueblo estaba l.leno a
rebosar, y íos huéspedes de Nazarct encontrarnn rcfug10 sólo
36. Los escritores modernos la identifican mayormente con la actual
Kulo~ieh, colonia, derivando su nombre de la circunstancia de que fue
colomzada por soldados romanos. El teniente Conder sugiere la actual 38. fer. Ber. JI. 3 da una historia sumamente curiosa rclacio~ada con est~.
Khamasa, a unos trece kilómetros de Jerusalén, como el emplazamiento 39. Anteriormente, los que encontraban estos animales teman qu~ supl;r
de Emaús.
de sus propios medios las necesarias libaciones. Pe:o com~ esto mducia
37 · El profesor Robinson ha publicado una descripción sumamente gráfica a algunos a no traer los animales al Templo, se dec:cto despues que el costo
de este camino del desierto. de las libaciones se debía suplir de la tesorería del Templo (Shek. VII. 5).

100 101
en el establo,4 0 cuyo pesebre vino a ser la cuna del Rey de ría una más plena explicación en el hecho de que estos pasto-
Israel. Fue aquí que los que cuidaban de los rebaños sacri- res cuidaban de los rebaños del Templo. Cuando leemos en
ficiales, dirigidos desde el cielo, hallaron al divino Bebé, y Le. 2 :20 que «los pastores regresaron glo1i ficando y alaban-
significativamente fueron ellos los primeros en verlo, en creer do a Dios», el sentido en relación con esto 41 parece algo difícil
en Él y en adorarle. Pero no es esto todo. Es cuando recor- hasta que nos damos cuenta de que tras haber llevado su s
damos que estos pastores entrarían en el Templo, y allí se rebaños al Tempio regresarían a sus propios- hogares, llevan-
encontrarían con los que acudieran para adorar y ofrecer do con ellos, gozosos y llenos de gratitud , las nuevas de la
sacrificios, que percibimos el pleno sentido de lo que de otra gran salvación. Finalmente, y sin entrar en co~troversias: el
manera habria parecido apenas digno de mención en relación pasaje de la Misná acabado de citar elimina en gran m~d1da
con humildes pastores: «Y después de verlo, dieron aconocer la objeción en contra de la fecha tradicional del nacim1cnto
lo que se les había dicho acerca de este nifío. Y todos los que de nuestro Señor, derivada del supuesto hecho de que las
lo oyeron, quedaron maravillados de lo que se les había dicho lluvias de diciembre im pedirían que los rebaftos fueran guar-
acerca del nifio » (Le. 2:17, 18). Además, podemos compren- dados toda la noche «en el campo». Porque, en primer lugar,
der l a maravillosa impresión en aquellos que se encontraran se trataba de rebaños de camino a Jerusalén, y no pastando
en los patios del Templo, que, mientras escogían sus sacri- regularm ente en campo abierto en aquel tiempo. Y, en segun-
ficios, oirían de los pastores acerca del pronto cumplimiento do lugar, la Misná evidentemente contempla el que estaban
de aquellos tipos en lo que ellos_!_labíar!_ visto y oído en aquella - --- ----. -- 45J--a-G-arnpG-ab~iG--tfCi-Ht<l--O-ías:-aR-t€S---OO-l~-asGU-a~t~-----------­
----------nocne marav11losa; -¡c-ómo-multitudes curiosas y anhelantes en el mes de febrero, durante el que la media de precipitación
se reunirian alrededor para discutir, asombrarse, y quizá bur- lluviosa es la más grande del año.42
larse! ¡Cómo el corazón del «justo y piadoso» viejo Simeón «Diez medidas de hermosura», _dicen los_ rabinos, «h a
se alegraría en la expectación del casi cumplimiento de las otorgado Dios al mundo, y nueve de ellas caen en la su~rte
esperanzas y oraciones.de toda una vida! ¡Y cómo la anciana de Jerusalén» -y otra vez-: «Una ciudad cuya fama ha 1~0
Ana, .y los que juntamente con ella «esperaban la r edención de uh extremo del mündo al otro. »43 «Túya, óh Señor, es 1a
de Israel», levantarían sus cabezas, por cuanto su redención grandeza, tuyo el poder, la gloria y la eternidad.» Esto, expli-
se estaba aproximando! Así, los pastores serían los más efica- -- ___----Ca--el.'.falmud, «csJcmsalén». Enoposición-a-su-rivaLAlejan- - -
---·ces-lieraidos-defMesfas --eii ef'femi)iO~ - y -·ian:iü -si-ffieón _c_ü~ü-
Ana estarían preparados para el momento en que el recién
naciáo Salvador fuera presentado en el santuario. Pero hay
todavía otro versículo que, como podemos sugerir, encontra- 41. Comparar aqu í los vv_ 17, 18, que en tiempo preceden al v. 20 . El
término diagnorizo, traducido «dieron a conocer», y por Whal «ul:~o
citroque narro», no parece quedar agotado con la idea de una c~nv ersac1on
con el" grupo en el «establo» o con cualquiera con el que pudieran llegar
40. En Echa R. 72 a aparece lUla tradición de que el Mesías debía nacer a encontrarse «en el campo».
«en el Castillo Arba de Belén de Judá»_ Caspari (Chron. Geogr. Ant. ü. 42. La precipitación lluviosa medía en Jerusalén durante o~ho. ~eses
d. Leben Jesu, pág. 54) cita esto en confi rmación de que el actual asciende a catorce pulgadas en diciembre, trece en enero y d1ec1se1s en
monasterio fortificado, cuya cueva es el lugar tradicional del nacimiento febrero (Barclay, City of the Great King, pág. 428). Cf. Hamburguer, Real
de nuestro Señor, marca el verdadero lugar. En Oriente estas cuevas se Ene.
empleaban frecuentemente como establos. 43. Ber. 38.

102 103
dría, que era designada «la pequeña», Jerusalén era llamada ciudad, es indudable que para propósitos sagrados Betania Y
«la grande». A uno casi le recuerda el título de «ciudad eter- Betfa gé eran consideradas como pertenecientes al círculo de
na» dado a Roma, cuando encontramos a los rabinos refirién- Jerusalén. Se suscitan peculjares . sensaciones cuandq S(; lee _
dose a Jemsalén como-la «casa eterna». De mánera- similar, · en estos registi·os judíOs acerca de Betania y Betfagé como
si un proverbio común dice que «todos los caminos conducen especialmente célebres por la hospitalidad que daban a los
a Roma», había un dicho judío que sentenciaba: «todas las peregrinos, porque se evocan las sagradas ~~morias de l_as
monedas vienen de Jerusalén». No es éste el luga:t donde estancias de nuestro Señor con la santa fam1ha de Betama,
describir la ciudad en su apariencia y gloria. 44 Pero uno casi y especialmente la de su última visita allí y su regia entrada
siente como si, en tal cuestión, pudiera comprender, si no dar en Jerusalén.
la plena aprobación, a ias manifiestas exageraciones de los En verdad que se hacían to4_()s)qs e?.f!l~rzos__ pªra.lia.~r .
rabinos; ·En verd-ad; ·hay ·· indicaciones· de- qüc · diffcTimentc ··· verdadera
de Jeru-~úiién . una - ciudad de deleites. Su policía y
esperaban que sus afirmaciones fueran tomadas al pie de la nomias s<ulitarias era11 más perfectas que en cualquier ciudad
letra. Así, cuando se menciona el número de sus sinagogas moderna; las disposiciones eran tales que dejaban al pere-
como 460 6 480, se explica ·que este último número es el grino libre para dar su corazón y mente a los temas sagrados.
equivalente numérico de la palabra «llena» en Is. 1:21 («Lle- Si, después de todo, «los ciudadanos», como eran llam~dos ,
na estaba de justici a»). Es de mayor interés saber que en el resultaban algo orgullosos y desdeñosos, era algo ser cmda-
Talmud encontramos una mención expresa de «la Sinagoga dano de Jerushalaimah, como _los jerusalemitas preferían
de los Alejandrinos» a que se hace referencia en Hch. 6:9 esc1ibir el nombre de la ciudad. Su constante relación con
--otra importante confirmación; si hubiera necesidad de ella, extranjeros_les_daba .un cono_cimiento d e los_ hombres y. _del
-de-I-a-precisión de los -relatos dc-san-Luc-as-.-se dan ·ú~latos· - mundo. La inteligencia y agudeza de los jóvenes era tema de
de la hospitalidad de los moradores de Jerusalén aue , difícil- . admiración para sus más tímidos y toscos padentes rurales,
mente podemos considerar exagerados; porque l a ciudad no Había también una grandeza en su porte, casi un lujo; y una
era contada como perteneciente a ninguna tribu en particular; cierta delicadeza, tacto y ternura, que se mostraban en todos
debía ser considerada igualmente el hogar de todas. Sus casas sus tratos pt).blicos. Entre un pueblo cuyo ingenio e inteligen-
no debían ser ni alquiladas ni arrendadas, sirio libremente cia eran oroverbiales, no era poco encomio ser renombrado
abiertas a cada hermano. Y no carecían de sitio ninguno de por estas~ cualidades. En resumen, era Jerusalén el id~al- del
los incontables miles que la saturaban en las ocasiones festi- iudío, cualquiera que fuera la tierra de exilio en que res1d1era.
vas. Una cortina colgando delante de la entrada de una casa Sus ricos donaban fortunas para costear la emdición judía,
indicaba que había aún sitio para huéspedes. Una mes~ puesta nara la nromocíón de la oiedad o nara el apoyo de la causa
delante de ella, que su despensa estaba a di sposición de ellos. ilacionai. Así, uno de elÍOs, al en¿ontrnr los precios de los
Y si era imposible acomodar dentro de las murallas de la sacrificios sumamente altos, introduciría en el atrio del
Jerusalén propia a las inmensas multitudes que acudían a la Templo los animales necesarios, a su cargo, para posibilitar
el sacrificio para los pobres. O en otra ocasión ofrecería
suministrar a la ciudad durante veintiún meses con ciertas
44. Para esto, comparar los dos primeros capítulos de mi volumen sobre provisiones en su lucha contra Roma. En _las calles, de
El Templo: su ministerio y servicios. Jerusalén se encontraban hombres de los más distantes paises,

104 105
!#

hablando todas las lenguas y dialectos conocidos. Judíos y


griegos, soldados rom anos y pueblerinos galileos, fariseos,
saduceos, y esenios con blancos ropajes, ocupados merca-
deres y estudiantes de abstrusa teología, se entremezclaban
formando una abigarrada multitud en las estrechas callejas de
la ciudad de palacios. Pero sobre todo aquello el Templo, que
se levantaba por encima de la ciudad, parecía arrojar su VI
sombra y su gloria. Cada mañana el triple toque de las trom-
petas de los sacerdotes despertaba a la ciudad con el llama- HOGARES JUDÍOS
miento a la oración; cada ai1ochecer el mismo toque cerraba
el día de trabajo, como con sones del cielo. No importaba
adónde uno se volviese, en todas partes había edificios sa.ritos se puede decir con seguridad que la gran distinción que
a la vista, ahora con el humo de los sacrificios levantándose dividía a toda la humanidad entre judíos y gentiles no era s~lo
sobre los patios, o de nuevo con una solemne quietud r_;po- religiosa, sino también social. Por muy cercanas que estuv1e-
sando sobre las sagradas cámaras. Era el Templo lo que uaba ran las ciudades de los paganos a las de Israel, por frecuentes
su carácter ~Jerusalén, y 1~ que decidió su suerte .. H.ªY un y estrechas que fueran las_c.?.~1:1ni~a~i-~~_f_~--~~!!.~: fü'?:b_a_~J~.~= --·- ·· --··· __ _
notable p~_~Je -~--~~r!-~.~~-<:! g~~-~.!t:.C.QEº-~!!Q~ __g!-:!~.~-U.~~ffiP.Q......... -- ·--··------ ·· ·-res;··rra1ftepodfaeiitfar··eñ una crnaaa o en un pu~bl? JUdfo
-- ···-····-·- -·-·-·--a.rqffeñace reTerenc1aes p robablemente el m1sm~ ano en q~e sin sentirse, por decirlo así, como en un mundo d1stmto . El
murió nuestro. Señor en la. cruz, paree~ como una mv~luntana . aspecto de las calles, la edificación y disposición de las casas,
confirmación de la narración evangél~ca: Cuarenta anos ante~ las nonnativas municipales y religiosas, los mod?s y usos de
de la destrucci611 del Templo se ab~eron sus p~erta? por s1 la gente, sus hábitos y manera de hacer, y, por encima de todo,
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mismas. Jochanan, el hijo de Sacca1, las reprendió, diciendo: la vida familiar estab(lll, en acusado contraste con lo que se
<~¡Oh Templo! ¿Por qué te abres por ti m.ismo? ¡Ah! iPe::ibo Podí~ ver en ot;os lugares. Por todas partes ha~ía evide~cias
que tu fin está cercano, porque está escnto! (Zac. 11 :1). <?,h de que la religión no era aquí un mero cr~?~ ~ __\l_n ~?~J_:I~t?__ ···- ···. _
Líbano; abre tus puertas'!._X_ ~~~~~-~- ~~ -~eg_9__~§- ~ed_!_Q.§. ..~- ····--···--· ... - ···· deubservam:tas;··stnO"que-hnpregnáoá"looas las relaciones Y
· - ··· ··· ·- ··· · ""('Yomá 390y.--«Yneaquí, el velo del templo se rasgó en dos, dominaba sobre cada fase de ia vida.
de arriba abajo» (Mt. 2~:5 1). Ben? í_to_ sea ~ios, ell? no fue · Iinagi.t.iemos una ciudad o pueblo j':dío real. Había ~u-
meramente como anuncio de un 3mc10 vernder?, smo para chos de éstos, porque Palestina tuvo siempre una can~1dad
desde entonces abrir de par en par a todos el cammo al Lugar mucho mayor de ciudades y pueblos que los que J:?U~1eran
Santísimo. haber sido de esperar por su tamaño, o por las actividades
generalmente agrícolas de sus ciudadanos. Incluso en los
tiempos de su primera ocupación _bajo Josué. encontramos
alrededor de seiscientas ciudades, s1 podemos Juzgar por las
45. Caspari sugiere que era el mismo que el sumo sacerdote Anás, ciudades levíticas, con una circunferencia media de dos mil
añadiéndose al nombre sólo la sílaba indicando el nombre de Jehová como codos a cada lado, y con una población media de entre dos
prefijo.

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