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Eugenio Báez

Mamá: Los pájaros amanecieron muy contentos, hoy cantan más bello
Que nunca...
Abuela: Estas muy alegre, y eso...
Mamá: Hay mamá, dime si el día no esta diferente hoy, el cielo con
un sol resplandeciente y los pájaros cantando, no crees que
és una Mañana hermosa.
Abuela: Tienes razón... sabes, me hace recordar viejos tiempos, cuando mis
padres me levantaban temprano para mandarme al conuco, yo agarraba un saco y
una peinilla y todavía a oscura garraba camino, el amanecer llegaba mientras yo
caminaba, el sol hacia reflejos en las gotas de agua que dejaba el roció de la
noche, los pájaros formaban un coral con sus cánticos, y aquel amanecer traía
Nuevas esperanzas para mi vida; como la esperanza que trae este amanecer...
Mamá: Sí, muchas esperanzas... mamá donde están mis hijos.
Abuela: Seguramente no se han levantado.
Mamá: Hay si es verdad, tendré que llamarlos ya han dormido
demasiado, Mery, Julio... donde están, ¿dónde estarán
mamá?.
Abuela: Deben estar por hay...
Mamá: Hay Dios mío, seguramente se fueron para el río, estos
muchachitos no quieren salir de hay, lo que hacen es
levantarse y luego ir a bañarse, pero los llamare..
Abuela: Déjalos quieto, son unos niños y necesitan divertirse...
Mamá: Lo sé mamá, pero los llamare para que vengan a desayunar...
Mery, julio...
Julia: Ya vamos mamá, en un momento subimos.
Mery: Tranquila mamá, que nosotros sabemos nadar...
Mamá: Lo sé, pero vengan a desayunar.
Mery: Si es para comer allá vamos.
Julia: La que corra más, llega primero (se oyen risas y aparecen) te gane
Aunque con mucho esfuerzo, pero gané.
Mery: La subida se me puso difícil… ¿y que nos tienes para desayunar mamá ?
Julia: Si que nos tienes para comer.
Mamá: Lo que a ustedes les gusta… pero se van a cambiar primero.
Abuela: Ellos si son la verdadera esperanza, que nos motiva a seguir
viviendo, a luchar para entregarle una mejor vida.
Mamá: Aunque a veces nos hacen pasar dolores de cabeza, momentos amargo,
pero, son nuestra fortaleza, nuestra vida.
Abuela: Así es hija, son todo para nosotras, nuestro aire, a quien queremos más
que a nadie en el mundo (suspiran las dos, se sienta la tía)… anda sirve el
desayuno.
Mamá: Hay si es verdad, con esta conversación se me había olvidado.
Mery: Y que estas leyendo abuela.
Abuela: Un documental de la vida de un prospero agricultor que vivió durante
finales del siglo XIX y principio del siglo XX. Que poseía grandes
extensiones de tierras.
Mery: ¿Y como se llamaba ese agricultor?
Abuela: Eugenio Báez.
Julia: Porque nos cuentas, lo que has leído de ese famoso agricultor.
Mery: A mí me parece muy interesante.
Julia: ¿Será el mismo señor que nos estuvieron hablando ayer los
Muchachos?
Mery: Bueno, lo sabremos después que nuestra abuela nos hable del famoso
agricultor.
Mamá: (desde adentro) Mery y Julia la comida ya esta servida, abuela venga
pues.
Abuela: Se los voy a contar, vayamos adentro y mientras desayunamos se los
diré.
Báez: (entra sonriendo) La gran selva de Turén, hermosa extensión de tierra,
en esta fiesta de Semana Santa, le haré una gran ternera a todos los habitantes
de mi pueblo (entra la mujer). Su preocupación arropa todo su cuerpo, revelando
cada detalle de sus problemas… cuénteme.
Mujer: Claramente, no lo puedo ocultar. Es sobre mi hijo…
Báez: Rigoberto... su hijo lleva un mal camino...
Mujer: Lo sé, se la pasa bebiendo, y no ayo como sacarlo de ese vicio.
Báez: Cuan dolos hijos empiezan a tomar sus propias decisiones, y hacen lo
indebido, es difícil de hacerlos cambiar, solo tenemos que dejarlos en las manos
de Dios y que él se encargue de hacerlo recapacitar.
Mujer: Mi esperanza esta en él, que lo haga cambiar.
Báez: Eso es bueno, pero no debe dejar de hablar con su hijo, dele mucho amor,
cariño, pero, también mano dura, cuando lo necesite y veras que con el paso del
tiempo él va a entender.
Mujer: Eso espero... Gracias, muchas gracias por sus palabras de aliento, me
tengo que ir. Chao.
Hombre 1: Buenas tarde Don Eugenio...
Báez: Buenas tardes, que se te ofrece...
Hombre 1: Don Eugenio, quisiera pedirle un favor.
Báez: Pues habla hombre, no te pongas así... estamos en confianza.
Hombre 1: Es que... es que tengo problema de plata y vengo para ver si usted me
puede prestar.
Báez: No faltaba más hombre, toma...
Hombre 1: Gracias Don Eugenio, me ha sacado de un aprieto, en cuanto lo tenga
se lo devuelvo.
Báez: No te preocupes... anda a solventar tu sunto.
Hombre 1: Gracias, hasta luego.
Báez: Adiós, iré a mi altar. (sale)
Mery: ¿Y eso es cierto?
Abuela: Por supuesto hija...
Julia: ¿Como era lo de las terneras para el pueblo de Turén?
Abuela: El realizaba durante la semana Santa, San Juan, la Virgen del Rosario,
donde havia competencia de lanzar botellas con aguardiente y bolsas de dinero en
el caño amarillo, en el paso denominado los Chorros.
Julia: Y donde queda eso?
Abuela: En donde esta la Casa del Comercial Landini... nunca encontraban el
dinero los participantes y él se lanzaba y encontraba las botellas y el dinero y les
decía, ustedes no hayan ná.
Mery: Que más nos puedes hablar de él?
Abuela: Sigan oyendo el relato...
Báez: Para donde va usted con esa escopeta?
Hombre 2: A cazar por esas montañas.
Báez: Sabe, no acepto que nadie cace animales en mi territorio.
Hombre 2: Solamente un animal es que quiero cazar.
Báez: No, en mis dominios no permito la caza de ningún animal, soy amante de la
naturaleza de esta gran selva de Turén... así que se me va por donde vino.
Hombre 2: Esta bien, me iré...
Báez: Dominare siempre sobre mi gran selva, hasta después de mi muerte,
amare este lugar y lo cuidare para que nadie lo dañe (ríe y se va)
Julia: Muy interesante todo.
Mery: Y relacionado a su muerte, ¿como fue?
Abuela: Cuentan que murió un jueves santo y cuando fueron a enterrarlo al día
siguiente, el cuerpo había desaparecido y en su lugar estaban 7 auyamas, otras
personas señalan que un día se interno en la selva y fue envuelto por una fuerza
de otra dimensión desconocida.
Julia: Y por qué pagan promesas?
Abuela: Cuando él presto atención a las suplica, hechas por fieles seguidores y él
pagó por esta al cumplírsele el favor, y de allí los devotos le construyeron una
capilla en el cementerio que esta en la avenida 6, en donde veneran y pagan
promesas.
Julia: Y cuando no le pagan promesas se enfurece?
Abuela: Sí, una de las formas en que se ha manifestado su furia, fue en la
décadas 1970, cuando un grupo de agricultores le ofreció una corona de oro, a
cambio de una buena cosecha de ajonjolí y no se la llevaron. Desato toda su furia
e hizo crecer el río Acarigua el cual provoco una gran inundación que arrastro
aproximadamente 20 casas en paso las Tejas... ( la tía interrumpe).
Mamá: Mery y Julia, vayan al poso y me traen agua para hacer el almuerzo...
Mery: Hay mamá, mi abuela nos esta contando una historia.
Mamá: Vayan rápido pues... y se apuran.
Abuela: No seas tan dura con ellos.
Mamá: No soy dura, a esa edad, yo ya cargaba leña, buscaba agua y ayudaba
en todo, y tu lo sabes más que nadie.
Abuela: Lo sé, siempre has sido trabajadora.
Mamá: Porque tú me ensañaste, ahora en ves de enseñarles a trabajar, les
ensañas cuentos de fantasma.
Abuela: No son cuentos de fantasma, son historias, cultura de Turén...
Mamá: Yo no voy a pelear con usted, tengo muchas cosas que hacer.
(los niños llegan con el agua y la llevan para adentro y regresan)
Mery: Abuela y después que provocó esa inundación ¿que paso?
Abuela: Les fijó una cuota del pago incumplido, de sacrificio de personas,
siempre se lleva a una persona a principio o finales de año.
Julia: ¿Y no hay alguna foto de él?
Abuela: Según algunos espiritistas dicen.
Báez: No permito mi foto en ningún altar, por que pueden proferir palabras de
irrespeto hacia mi condición de guía espiritual... soy patrón y guerrero de la luz y
que aquí todos vivan en armonía y con la naturaleza y sus semejantes. (se va)
Julia: Bueno abuela, por que no vamos hasta allá para conocer su capilla.
Mery: Anda abuela vamos.
Abuela: Esta bien vamos.

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