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Actores
Caperucita: Dafne
Lobo_ María José
Abuelita: Aylen
Mamá- Adasha
Cazador- Fernanda.
Escenografía: La historia se desarrolla en una aldea, en un bosque y en la casa de la
abuela de caperucita roja
Acto 1
(En el primer acto se encuentra caperucita roja y su madre, en la aldea)
Madre: (sacando unos pasteles del horno) ¡Caperucita roja! ¿Podrías venir?
Caperucita roja: (Entusiasmada) si mamá, ¿Qué quieres?
Madre: (dándole los pasteles) ve a ver como sigue tu abuelita, me han dicho que está
enferma, llévale un pastel y este tarro de mantequilla.
Caperucita roja: está bien
( salen caperucita roja caminando y el lobo escondido)
Papá: Antonio
Madrastra: Ingrid
Bruja: Gretchen
Hansel: Elias
Gretel: Izel Samara
Duende: Maximiliano
Narrador
Hansel y Gretel vivían en el bosque en una pequeña cabaña con su padre ,un pobre
leñador, y su perversa
madrastra.
EN LA CABAÑA
Padre- ¿Que te ocurre?
Madrastra- Ahora que los niños están durmiendo,tengo que hablar contigo.
No tenemos suficiente comida para alimentar a los niños .Mañana por la mañana los
llevaremos al interior del bosque y allí los dejaremos.
Padre-¡ No voy a hacer eso con mis propios hijos!. ¿Crees acaso que los voy a dejar allí
donde puedan
encontrarse en peligro?
Narrador
Ella insistió tanto con esa idea que finalmente el leñador terminó aceptándola.Pero
Hansel y
Gretel no dormían; Estaban escuchando toda la conversación.
Narrador
A la mañana siguiente ,cuando ingresaron en el bosque, su madrastra le dio a cada uno
un trozo de pan.
EN EL BOSQUE
Madrastra-No coman este pan antes del almuerzo porque esto es todo lo que comeran
en el dia de hoy.
Narrador
Mientras caminaban Hansel iba arrojando miguitas de pan para encontrar luego su
camino de regreso a la cabaña. Y cuando llegaron a la espesura del bosque su
madrastra les dijo:
Narrador
Hansel y Gretel cumplieron lo que se les había indicado, pero se hizo de noche.
Gretel- ¡Lo imaginaba! ¡ las comieron los animales! ¿que haremos ahora?.
Hansel-¡Vamos!
Narrador
Permanecieron sin comer unos días en la cueva hasta que al final decidieron salir a
buscar
algo para comer.Así fue que se internaron más en el bosque hasta que, de pronto
observaron algo a lo lejos.
Gretel-Acerquémonos a ver.
Narrador
Y así fue que se acercaron a la pequeña casa.
Hansel- Esta casa es extraña. ¡Mira Gretel ! ¡esta totalmente hecha de caramelo!
Gretel-¡ Y es deliciosa!
Hansel-¡Jamas probé algo tan exquisito como esto en toda mi vida!
Narrador
Los niños habían probado de todo lo que estaba en la casa y fue entonces que una
bruja abrió
la puerta.
Bruja-Incluso pueden quedarse aquí conmigo. Vivo sola aquí en el bosque. Les
prepararé comida,
se ven tan delgados y débiles.
Narrador
Los dos hermanos se quedaron con la bruja pero Hansel sospechaba que había algo
mas.
Gretel-¿Que ocurre?
Gretel-¡Para comernos!
Narrador
La bruja estaba escondida detrás de la puerta escuchando cada una de sus palabras.
Narrador
Entonces la bruja se metió en el horno y rápidamente ellos le cerraron la puerta,
dejándola
encerrada allí adentro.
Hansel-Vamos...¡Huyamos!
Narrador
Salieron corriendo de la casa con todas sus fuerzas. En contraron a un duendecillo al
que le preguntaron como llegar
Duende que hacen niño?
Hansel: Estamos perdidos, no sabemos como llegar a casa.
Duende: súbanse a mi ganso mágico, en el podrán llegar pronto, yo los acompaño!!!
Llegaron a su cabaña pronto.
Gretel: Gracias señor duende.
Duende hasta pronto niños!
Narrador
Golpearon la puerta y su padre abrió.
Hansel / Gretel-¡Papá!(abrazándose)
Hansel-¡Te extrañamos!
Juan- Nahui
Viejito- Kevin
El ogro- Yair
Mamá- Samantha
Había una vez una viuda y su hijo Juan, que vivían en su pequeña granja en el campo.
Cada día, Juan ayudaba a su madre con las tareas – cortaba leña, desherbaba la
huerta y ordeñaba la vaca. Pero a pesar de todo su arduo trabajo, Juan y su madre
eran muy pobres y apenas tenían el dinero suficiente para alimentarse.
Mamà: "¿Qué haremos, que haremos?" “¡No tenemos dinero suficiente para comprar
las semillas para la granja este año! Tenemos que vender nuestra vaca Bess y con el
dinero compraremos suficientes semillas para sembrar una buena cosecha.”
Juan: "Está bien, madre," dijo Jack, "hoy es día de mercado. Iré al pueblo a vender a
Bessy."
Así que Jack tomó el cabestro de la vaca en su mano, caminó atravesando la reja de la
huerta y se dirigió hacia el pueblo. No había ido muy lejos cuando se encontró con un
anciano .
Juan: "Buenos días a ti," dijo juan, (preguntándose como el anciano sabía su nombre).
Viejito: “¡Qué hijo tan colaborador eres!” exclamó el hombre, “tengo una oferta especial
para un chico tan bueno como tú.”
El pequeño anciano miró alrededor para asegurarse de que nadie estuviera mirando y
luego abrió su mano para mostrarle a Juan lo que tenía.
Juan: "¿En serio?" dijo Jack, "y ¿estás bien seguro de que son mágicos?"
Viejito: "¡Claro que lo estoy! Y si no resulta ser verdad puedes volver a llevarte tu vaca."
Juan: "Suena justo," dijo Jack. Mientras le entregaba el cabestro de Bessy, puso los
fríjoles en su bolsillo y se dirigió a su casa para mostrarle a su madre.
Mama: "¿Regresaste tan pronto, Jack?" preguntó su madre; "veo que no tienes a la
vieja Bess – la vendiste tan rápido. ¿Cuánto te dieron por ella?"
Juan: "solo mira estos fríjoles, madre; son mágicos, siémbralos por la noche y----"
mam.a: "¡Qué!" gritó la madre de Juan. "¡Oh, chico tonto! Cómo pudiste regalar nuestra
vaca lechera por tres míseros fríjoles.” Y luego hizo la peor cosa que juan la había visto
hacer – estalló en llanto.
Juan subió corriendo las escaleras hacia su pequeña habitación en el ático, estaba tan
triste, y lanzó los fríjoles con furia a través de la ventana pensando, Juan: “Cómo pude
haber sido tan tonto – he roto el corazón de mi madre.” Después de dar muchas vueltas
en la cama, Juan finalmente se quedó dormido.
Cuando Juan se despertó la mañana siguiente, Los fríjoles que había lanzado por la
ventana hacia la huerta habían brotado y se habían convertido en una gran planta de
fríjoles que subía y subía hasta alcanzar el cielo.
Usando las hojas y las enredaderas retorcidas como si fueran peldaños de una
escalera, Juan trepó y trepó hasta que finalmente alcanzó el cielo. Y cuando llegó allí
encontró un ondulado camino largo y ancho entre las nubes que llevaba a un alto
castillo en la distancia.
Juan corrió por el camino hacia el castillo y tan pronto llegó a él, la puerta se abrió para
revelar un horrible ogro, con un inmenso ojo en medio de su frente.
El ogro estaba contando sus monedas pero como no sabía contar se quedó dormido.
Juan tomo rápidamente el tesoro y bajo hacia la casa de su mama por la enredadera.
Pero por gastarse todo el dinero pasó el tiempo y ya no tenían que comer.
Cuando llego al castillo el ogro estaba con su gallina mágica de los huevos de oro que
le había robado a un hada madrina.
Ogro: voy a contar cuantos huevos mágicos tengo: 5, 7, 9, 3, 2, 4, 0… aaay no, no no,
no se contar, mejor voy a dormir.
Sin embargo el ogro se hizo el dormido y cuando Juan iba a tomar la gallina mágica se
despertó.
Cuando se aproximaba al suelo, Jack gritó, Juan: "¡Madre! ¡Por favor! Apresúrate,
tráeme un hacha, tráeme un hacha."
Y colorin colorado…
EL SOLDADITO DE PLOMO
Actores
Soldadito-Yoseph
Bailarina-Aislinn
Payaso-Pablo
Niño: Francisco
Abuelita-Andrea
Había una vez veinticinco soldados de plomo con un bonito uniforme azul y rojo y un
fusil al hombro. Vivían metidos en una caja de madera y se aburrían un poco. Un día
oyeron una voz de niño que decía:
Niño: - ¡que bonito! ¡Soldados de plomo!
Era la voz de Carlos, quien había recibido los soldados como regalo de Navidad.
Enseguida los sacó de la caja. Todos eran exactamente iguales menos uno, que,
aunque sólo tenía una pierna, se mantenía firme como los demás.
A su lado también había más regalos, pero muy pronto el soldado de plomo se fijó en
una bailarina que levantaba con gracia un pie para dar a entender que estaba bailando.
Soldadito: "También le falta una pierna, como a mi. Es la mujer que me conviene. La
quiero conocer, ¡es tan guapa!"
El soldadito estaba detrás de una caja sorpresa desde donde podía contemplar a la
bailarina. Al llegar la noche, Carlos guardó todos los soldaditos excepto a él, porque no
lo vio. Y, aprovechando que toda la familia dormía, los juguetes empezaron a divertirse.
De la caja sorpresa salió un muñeco verde que, al ver al soldado mirar a la bailarina,
le dijo:
Payaso: - Soldadito de plomo, ¿por qué en vez de mirar a la bailarina no miras el tipo
que tienes?
Pero el soldadito no hizo caso y siguió mirando a la bailarina.
Soldadito: no te voy a hacer caso, que no tenga una pierna no me hace menos valioso.
Al caer el soldadito unos niños lo echaron en un barco de papel y fue a dar hasta el
interior de un pez que lo tragó.
Soldadito: "¡Dios mío! ¿Adónde iré a parar? - pensaba el soldadito -. La culpa de todo
la tiene el muñeco verde de la caja sorpresa. Estoy seguro de que si estuviera a mi lado
la hermosa bailarina no me importaría estar aquí."
Soldadito: yo también!!
Su fortuna no duró mucho tiempo, ya que el payaso hizo caer de nuevo al soldadito y a
la bailarina, esta vez a la chimenea, mientras se derretía, vio a su lado a su querida
bailarina, que debió caer con él.