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Ministerio Público
CIUDADANO
Su Despacho.-
FUNDAMENTOS DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PETITORIO
Por todo lo antes expuesto, este Representante del Ministerio Público solicita
sea decretado el sobreseimiento de la causa iniciada por la presunta comisión
del delito de Robo Impropio en la Modalidad de Arrebatón, previsto y sancionado
en el artículo 458 único aparte del Código Penal, todo ello de conformidad con lo
establecido en el artículo 318, numeral 3 del Código Orgánico Procesal Penal,
en concordancia con el numeral 8 del artículo 48 ejusdem, por haber operado la
prescripción ordinaria de la acción penal.
_________________________________________________
PEDRO PÉREZ
II
CIUDADANA:
Su Despecho.-
Ciudadana Jueza, tal y como fuere alegado por esta defensa al momento de
celebrarse la Audiencia Especial de Presentación de Imputado, la cual tuvo lugar
el día DOCE (12) de Diciembre del año DOS MIL TRECE (2013), y en la cual
este Honorable Tribunal le impuso a mi defendido Medida Cautelar consistente
en la prohibición de conducir por sus propios medios cualquier clase vehículo lo
que a criterio de esta defensa la imposición de tal medida atenta contra un
Principio de Derecho Constitucional como lo es el Derecho al Trabajo,
consagrado en el Artículo 87 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el cual establece que “Toda persona tiene derecho al
trabajo.....”,derecho éste ciudadana Jueza del cual no se le puede restringir ni
mucho menos limitar a ningún ciudadano, máximo cuando el Artículo 27
Ejusdem, consagra “Toda persona tiene derecho a ser amparada en el goce y
ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos
inherentes a las persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en
los Instrumentos Internacionales sobre derechos humanos...”, y tal y como lo
señala nuestra Carta Magna el Derecho al Trabajo es un derecho que esta
amparado constitucionalmente y nuestros operadores de justicia están en la
obligación de garantizarle a todo ciudadano el ejercicio de tales derechos y
garantías por mandato del Artículo 27 Constitucional. Ahora bien hago la
presente consideración en virtud de que mi defendido actualmente presta sus
servicios (Trabaja) para la Empresa CADAFE, Empresa esta en la cual se
desempeña como TÉCNICO EN MEDICIÓN DE ENERGÍA “A” (PROD), todo lo
cual se evidencia de Constancia de Trabajo, emitida por la prenombrada
Empresa el día CATORCE (14) de Enero del año DOS MIL DOCE (2012), y que
acompaño junto con el presente escrito de revisión a todo evento a los efectos
de ilustrar a este Honorable Tribunal marcado con la letra “A”.
Abogado defensor.
III
SR. JUEZ
1.- OBJETO
Que venimos por este escrito a solicitar la libertad por Cese de Prisión
Preventiva de nuestros asistidos con base al art. 1 y concordantes de la Ley
24.390, con su modificatoria La Ley 25.430.
Todo con habilitación de días y horas inhábiles por la gravedad de los derechos
invocados y la cercanía de la Feria Judicial próxima.
Mas allá del monto de la pena en expectativa (dado que se encuentra en plena
etapa recursiva el Auto de Prisión Preventiva por no adecuarse la conducta de
nuestros asistidos al tipo de delito que se le endilga y plantear la nulidad del
mismo; no existiendo un elemento dogmático del tipo penal, ya que no existe
delito de acuerdo a la teoría jurídica del delito, que se refiere a la antijuricidad,
culpabilidad, sanción y fundamentalmente la autoría del hecho) resultante de las
inconstitucionales especulaciones que realizan para imponerles la prisión
preventiva que vienen padeciendo nuestros defendidos, la libertad de FELIX
CAYETANO LOPEZ Y WALTER ALEJANDRO ASTORGA deviene procedente
de conformidad con lo establecido en las normas constitucionales que imperan
en la materia.
Y son las siguientes: En este sentido invocamos especialmente los art. 14, 18,
28, 33, y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional; y los art. 11 nº 1 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos; art. 9 Nº 3 y 14 Nº 2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y art. 7 Nº 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos “Pacto San José de Costa Rica”.
2.-ADVERTENCIA PREVIA
Por tanto, toda norma de rango inferior referente a la libertad de las personas
sometidas a proceso penal de cualquier orden - ya sea referentes a los institutos
de cese de prisión, de excarcelación, de falta de mérito (solicitada en Recurso
de Apelación a la Prisión Preventiva ) ó de cualquier otra índole - que entre en
colisión con el llamado bloque de constitucionalidad federal, deberá declarase
inconstitucional, ya sea a pedido de parte, sino es de oficio, siempre que, claro
esta, no sea posible una interpretación armónica, conforme a los principios de
presunción de constitucionalidad de las normas y al principio de última ratio de
declaración de inconstitucionalidad.-
3.- DESARROLLO DE LOS HECHOS
3.1 - DETENCION
Vale la pena en este punto consignar que el Certificado de Dominio del Inmueble
de propiedad de Gerónimo Di Marco, suscripta por la Dra. Mabel Lorente de
Herrera, Directora del Registro Público y Archivo Judicial de la Pcia. de
Mendoza, como así también la tasación del mencionado Inmueble; y la
Certificación de Dominio del Inmueble de Samuel Blank, suscripta por la
Escribana Beatriz de Picasso Sub-Directora del Registro de la Propiedad
Inmueble de Corrientes y la Tasación del mismo. Se encuentra, como PRUEBA
RESERVADA en SECRETARIA del Juzgado de Instrucción Nº 5 del Dr.
Zanazzo, en SOBRE Nº 1872. Esta documentación obra consignada en el Auto
de Prisión Preventiva Resolución Nº 3426, en el Numeral 156.
Esta presentación se realiza para sostener los derechos del imputado Walter
Alejandro Astorga habida cuenta que fuera él quien promoviera dicho reclamo
respaldado por esta defensa para resolver su situación legal. El día 11 de
diciembre de 2007 en base al art. 295 del C. P. P. de la Prov. del Chaco en
concordancia con el art. 13, art. 24 y art.26 del CPA se presenta el cese de
prisión a favor de Walter Alejandro Astorga. El día 14 de diciembre de 2007 el a -
quo rechaza el planteamiento legal, la defensa apela dicha Resolución, va a la
Cámara del Crimen Nº 1 deniega también el pedido adhiriéndose a los
considerandos del Juez de Instrucción el día 23 de mayo de 2008 (cinco (5)
meses después).
Que, igualmente, queda por decir antes de terminar este punto, que los tiempos
aplicados a la tramitación de la presente causa no son atribuibles a nuestros
defendidos ni a su defensa, pues el simple cotejo de las actuaciones muestra
claramente que no se han hecho de esta parte articulaciones dilatorias, sino por
el contrario, defensas básicas y esenciales que hacen a sus derechos, conforme
las oportunidades procesales que le están reconocidas y se le fueron dando. Es
decir, que el tiempo transcurrido de los dos (2) años sin sentencia condenatoria,
no es adjudicable a nuestros defendidos y por lo tanto no debe operar en su
contra. Conforme los razonamientos y argumentaciones que daremos más
adelante esta Prisión Preventiva debe cesar de inmediato por cuanto al día de la
fecha se ha convertido en ilegítimo cumplimiento de una pena anticipada,
situación condenada por nuestra Constitución Nacional.
4.- DERECHO:
4.1.-Que venimos por este escrito a solicitar la libertad por Cese de Prisión
Preventiva de nuestros asistidos en base al art. 1 y concordantes de la Ley
24.390 modificada por la Ley 25.340 que, básicamente, y en la causa concreta
que nos ocupa, regula el caso de CESE DE PRISIÓN PREVENTIVA POR
DURACIÓN EXCESIVA DEL PROCESO.
Con respecto al problema del art. 319 del CPP de la Nación, invocado por el art.
3 de la Ley 25.340, en realidad y a ciencia cierta, no encuentra aplicabilidad en
este caso ya que no hay elementos probados en la causa, ni indicio alguno, que
objetivamente hicieran presumir a la Jurisdicción, de manera fundada y
despojada de todo simple acto de voluntad, que “el mismo intentará eludir la
acción de la justicia”, o sea, que nuestros defendidos intentarían fugarse. Y aquí
es justo recordar el criterio exhibido por el más alto tribunal de la Nación en el
fallo: T. 513. XXXIX. “Trusso, Francisco Javier s/ incidente de excarcelación
-causa n° 91.833/51 T-.” - 12/11/2003 – CSJN – “…de las circunstancias
causídicas y fácticas del caso, podemos inferir que Trusso, de ser excarcelado,
no eludirá la actuación de la justicia, pues, a esta altura, le favorece menos la
rebeldía que la sujeción...”. Como bien reflexiona la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en este ejemplar fallo, a nuestros defendidos, a estas alturas de
este proceso tan prolongado y sin que se avizore una fecha cierta de debate,
habida cuenta de que está recurrido el auto de Prisión Preventiva y la
denegatoria de la Excarcelación por ante el Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia, y ni que hablar del requerimiento de elevación de la causa a Juicio.
4.4.- Profundizando aún más, sin perjuicio de la superioridad del art 7 pto. 5 de
la CADH, en relación al Recurso de Apelación al Auto de Prisión Preventiva,
campea en materia de Derechos Humanos los principios de irreversibilidad y
progresividad, por lo que deberá prevalecer la norma que mejor tutele el derecho
humano afectado, en el caso, el derecho a la libertad de nuestros defendidos.
Así las cosas, no cabe duda alguna, que la prolongación del encierro precautorio
en tales condiciones ya implica de por si un incumplimiento a las normas
superiores que venimos invocando; pues como bien sabe, V. E., el plazo
máximo de Prisión Preventiva no puede exceder los dos (2) años sin que se
haya dictado sentencia. Cabe preguntarse entonces: ¿para qué, con qué fin
seguimos manteniendo detenida a una persona si no en el cumplimiento
anticipado de una sanción?
Ello es así, habida cuenta que la regla general es la libertad del acusado durante
el juicio y sólo excepcionalmente podrá ser privada de ella. Esto surge de la
lectura armónica de la Ley de Leyes en sus artículos 18, 33 y 75 inc. 22, y en
especial de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o “Pacto de
San José de Costa Rica” y el Pacto Internacional de Derechos de Derechos
Civiles, Sociales y Políticos.- El primero de los instrumentos de derecho público
internacional consagra que: “toda persona tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personales” y “nadie puede ser privado de su libertad fisica, salvo por
las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones
Políticas de los Estados Partes…”; pero “toda persona detenida o retenida… su
libertad podrá estar condicionada a garantías que asegures su comparecencia
en juicio “ (art. 7, aps. 1º, 2º y 5º, CADH).-
Al respecto MAIER refiere que “La Ley Fundamental impide que se trate como si
fuera culpable a la persona a quien se le atribuye un hecho punible, cualquiera
sea el grado de verosimilitud de la imputación, hasta tanto el Estado, por
intermedio de los órganos judiciales establecidos para exteriorizar la voluntad en
esta materia, no pronuncie la sentencia firme que declare su culpabilidad y lo
someta a una pena”.
Por lo tanto el derecho a ser juzgado implica el derecho a que recaiga una
sentencia firme y que esa sentencia firme – “juzgamiento” – lo sea dentro de un
plazo razonable.-
Y también que “el encarcelamiento preventivo solo puede tener fines procesales,
porque se trata de una medida cautelar, no punitiva, criterio que, como se dijo,
surge de lo expresamente previsto en el art. 280 del CPPN y que fuera
consagrado en distintos precedentes por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (ver, en este sentido, el comentario de Alberto Bovino al fallo “Suárez
Rosero”, en Nueva Doctrina Penal, 1998 B, pags. 631 y ss., en part. Pags. 672 y
ss)… la sola sospecha de que el imputado, por el monto de pena que se espera
en el caso de recaer condena intentará eludir la acción de la administración de
justicia penal, no puede justificar ningun encarcelamiento preventivo (del voto del
Dr. Gustavo Bruzzone).-
En idéntico sentido, dicho Tribunal se ha pronunciado en el fallo “Barrionuevo,
José Luis s/ exención de prisión” (C.C.C., Sala I, Donna, Elbert y Bruzzone; C.
22.553, Rta.: 27/11/03 y en muchos otros posteriores.
Que, así es el caso del imputado Walter Alejandro Astorga, padre de tres chicos
menores, dos de ellos bebés y uno en edad escolar primaria, Nicolás Astorga (9
años), a quien sus compañeritos de clase le preguntan con esa crueldad propia
que suelen tener los chicos en esa etapa de su vida: ¿Tu papá está preso
porque robó? ¿Tu papá sigue preso por ladrón? Se encuentra afectado
psicológicamente con una tristeza extrema por el trastorno familiar de la
ausencia del padre, y el estigma que rodea esa ausencia. Félix Astorga (3 años)
casi no identifica el rol de paternidad del imputado porque más tiempo de su vida
lo conoció detenido. El último hijo, recién nacido, Juan Simon López, ni siquiera
pudo contar con la inscripción de su identidad a través del apellido del padre.
Todo esto con el agravante de que Walter A. Astorga no era miembro del
Directorio de Egiway Corporation, sino empleado de la misma que cumplía
órdenes del Presidente de la Empresa, esto en cuanto a las transferencias
bancarias, internas, de cuenta a cuenta de la misma empresa y que además no
posee ningún tipo de antecedentes penales. La detención de Astorga es
insostenible bajo cualquier arista jurídico procesal que se pretenda. ¿Qué interés
del proceso se está resguardando manteniendo el encierro de un padre
proveedor de sus tres hijos y su mujer? ¿Qué resguardo procesal de esta causa
puede justificar condenar de hecho a tres niños a la intemperie moral y
económica? Un padre proveedor y apegado a sus hijos, sin antecedentes
penales y acusado de un delito menor (máximo de pena 6 años), jamás debió
estar detenido cautelarmente, a la luz de nuestro ordenamiento jurídico que
incluye el rango constitucional de la Convención de los Derechos del Niño.
Mucho más modernamente, también con una prosa clara y concreta, el Maestro
de Frankfurt Winfried Hassemer se ha pronunciado respecto de las condiciones
de legitimidad del encierro preventivo con esta afirmación medular: “La prisión
preventiva es privación de libertad frente a un inocente. Entre juristas penales no
deberían existir dudas acerca de que ni siquiera la sospecha más vehemente
podría estar en condiciones de restringir el principio de inocencia. Esto lo exige
no solo la garantía de existencia de este principio, del cual nada quedaría si al
suficientemente sospechado se lo considera como “quizás inocente” y al
fuertemente sospechado como “más bien culpable”. Esto es exigido también por
el respeto frente al procedimiento principal y frente a su conclusión con fuerza de
cosa juzgada: quien no defiende la presunción de inocencia aún en caso de
sospecha vehemente del hecho en forma radical, le quita valor al procedimiento
principal, y eleva los resultados del procedimiento instructorio, provisionales y
adquiridos con instrumentos jurídicamente menos idóneos, a la categoría de
sentencia condenatoria. El jurista penal, en lo que se refiere a la culpabilidad del
imputado, solo confía en la sentencia con autoridad de cosa juzgada. Se permite
confiar en la fuerza de existencia de esta sentencia aun cuando sean
absolutamente posibles las dudas acerca de su corrección. De ello se sigue
necesariamente que la prisión preventiva no puede perseguir objetivos del
derecho penal material. La persecución de fines de prevención general o
especial presupone que se encuentre firme el presupuesto de ese derecho penal
material: la culpabilidad del afectado.” (Hassemer, Winfried “Crítica al Derecho
Penal de Hoy” Trad. Patricia Ziffer, Ed. Ad – Hoc, Bs. As. 1998 Pág. 117 y sig.)
Que, al respecto de la causa que nos ocupa, cabe preguntarse ¿Por qué el
juzgador instructorio (en opción peligrosista) prefiere no llegar a Juicio?, ¿o
dilatar lo más posible la elevación a Juicio Oral y Público? Si está confiado
(ilegítimamente) en la culpabilidad del encerrado ¿por qué no confiar en el
Tribunal del Juicio Oral y Público y de paso cumplir con la ley ritual y la
Constitución Nacional? Seguramente que las condiciones de Inmediatez,
Oralidad y Publicidad del Juicio Oral y Público no permitirían exponer a la luz
pública las aristas de un delito que en verdad objetiva y probada nunca existió
en realidad social. No se podría afirmar “tal hecho ha ocurrido” cuando ese
hecho nunca hubiere ocurrido. Tampoco podrá fabricarse dogmáticamente un
evento que no haya sido verificable como existente. Tampoco podría ajustarse
los detalles de la realidad al tipo penal, no cabría más que hacer lo contrario, lo
que se ajusta a derecho, que es verificar si el tipo penal se ha verificado
presente en la realidad social. No podrá tampoco afirmarse sin fundamentos ni
pruebas que existió conducta típica, cuando no ocurrió un tipo penal. Si no hay
delito no hay delincuente. Un hecho, por más antipático o doloroso que pueda
significar por su impacto en el cuerpo social, si no encuadra en un tipo penal, no
es delito penal ni plausible de pena el hecho. Podrá tratarse de un hecho
reprochable moral o éticamente, pero no penalmente, si así no se hiciere, el art.
18 de la Constitución Nacional estaría dibujado y cualquier ciudadano podría ser
acusado de cualquier cosa y detenido y castigado. El principio de legalidad es
taxativo y de absoluta respetabilidad jurisdiccional. En el Juicio Oral encuentra
su espacio de realización plena: allí se debe invocar con claridad qué tipo penal
se ha investigado y qué conducta con respecto al tipo se ha probado y verificado
de los imputados, ley anterior al proceso, lo mínimo de un Estado de Derecho.
Todo esto se torna absolutamente sencillo en un Juicio Oral y Público. Allí el
Ministerio Publico debe explicar su caso y los defensores el suyo, y se debate y
se contrapregunta y los testigos deben estarse a derecho cumpliendo con la
exposición que implica la carga pública. Nuestros defendidos sufren encierro
indefinido sin perspectivas actuales de elevación de Juicio porque en el Juicio
quedaría inmediatamente probado y clarificado, lo que 35 cuerpos de instructorio
pretenden oscurecer, no hay delito, no hay tipo penal, por lo tanto la conducta
descripta por el a-quo es atípica.
4.11.- Esta defensa quiere destacar que en la causa de alto impacto social
conocida como “Causa Cromañon” en la que murieron más de 194 personas en
la cual el acusado Omar Emir Chabán y procesado por el delito de estrago
doloso y cohecho activo que tiene una pena mínima de ocho años de cárcel y
una máxima de 26 se encuentra en libertad al haber hecho lugar la Cámara de
Casación de la Capital Federal una solicitud de cese de prisión preventiva
interpuesta por sus abogados defensores en términos similares en que la
defensa de López y Astorga realizamos en el presente escrito. Entre los
fundamentos por los cuales se le otorgó el cese de prisión rescatamos lo
siguiente: “… más allá de la complejidad del caso en cuestión, en miras al
carácter provisional de la prisión preventiva, la procedencia de su prórroga no
está vinculada únicamente a las tareas realizadas o por realizar" por parte del
tribunal oral. Esto, según Casación, "depende de la existencia concreta de riesgo
de frustración de los fines del proceso por parte del imputado Omar Chabán",
quien es el único imputado en la causa que está preso porque siempre se
consideró que existe peligro de que se fugue dada la gravedad del delito que se
le imputa. También se afirmó que: “el estado natural del hombre es la libertad y
la cárcel durante el proceso debe ser excepción. Negar la excarcelación
mecánicamente porque el delito tiene previstas penas altas es inconstitucional
porque va contra la garantía de la presunción de inocencia. Lo que se debe
hacer para decidir o no la excarcelación, por más grave que sea el delito que se
imputa, es examinar si hay o no posibilidad de que el acusado libre se fugue,
altere pruebas o frustre el juicio”.
Que, esta defensa alude en particular a este resonante caso porque Chaván,
como nuestros defendidos, se encontraba con prisión preventiva durante más de
dos años sin tener sentencia. Nuestros defendidos ya cumplieron dos años de
detención preventiva sin sentencia y aún no son excarcelados a pesar de que el
delito del cual se los acusa es de una escala penal mucho más baja que el de
Chaban, y a pesar de que los daños de aquel caso no se pueden comparar con
la causa de nuestros defendidos ya que estamos ante 194 personas fallecidas.
Sin embargo la Justicia por los argumentos técnicos, legales y constitucionales
vigentes resolvió el cese de prisión preventiva para Chabán, lo cual obviamente
con más razón aún corresponde a nuestros defendidos.
4.12.- Para terminar, V. E., vamos a transcribir un extracto del plenario del
Tribunal de Casación Penal de la Ciudad de la Plata, Provincia de Buenos Aires
del 30/11/06, en cuyo seno se debía establecer cual es el plazo máximo de
duración del encarcelamiento preventivo, el voto corresponde al Sr. Juez de
dicho cuerpo Dr, Fernando Luis Maria Mansini, la parte pertinente dice: “hija
bastarda de la modalidad a la que llamamos pena, existe la prisión preventiva
sin que ahora sea del caso abundar sobre las obviedades tantas veces dichas
sobre su naturaleza o sobre su presunta necesidad.
Digo gravísimo sin demagogia. Digo gravísimo sin hipocresía. Digo gravísimo sin
olfateo academisista distante. Digo gravísimo sin expropiar el dolor ajeno. Digo
Gravísimo a partir de una apreciación propia y sincera.
Importa decirlo para que a modo de tormenta ello se cierna como un techo de
advertencia bajo el cual despleguemos luego, con el temor reverencial que el
asunto merece, nuestro pretencioso palabrerío.
Aún sobre los escombros de nuestras miserias nos corresponde, con toda
humildad tomar los rezagos útiles e intentar construir justicia con sentido
reparador, en la medida en que nuestra tarea lo permita.
Así lo digo por qué, igualmente, más alla del reparo relativo a la implausibilidad
de la presentación, el esfuerzo defensista tienen la gran virtud de sacudir el
polvo y mostrar en blanco sobre negro una situación que, por la gravedad a la
que antes hice referencia, merece ser atendida con premura y dedicación por
todas las vías pertinentes.
A modo de mera exhortación (no creo en otras directivas que las que emanan de
convencer) señalo como impostergable que sin grandilocuencias discursivas, sin
declamación sobre objetivos monumentales, sin proponerse lo imposible, ya,
aquí y ahora, caso por caso, a pedido o de oficio, se comience con persistencia
la tarea de revisión de perdurabilidad de los encierros preventivos en orden a un
baremo razonable.
6.- PETITORIO:
SERA JUSTICIA
SOLICITUD DE REVISIÓN DE MEDIDA
CIUDADANO:
SU DESPACHO.-
CAPÍTULO I
CAPITULO II
DE LA NECESIDAD DE LA REVISIÓN
CAPITULO III
“Artículo 236. El Juez o Jueza de Control, a solicitud del Ministerio Público, podrá
decretar la privación preventiva de libertad del imputado o imputada siempre que se
acredite la existencia de:
1. Un hecho punible que merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se
encuentre evidentemente prescrita.
“Art. 237. Peligro de Fuga. Para decidir acerca del Peligro de fuga se tendrán en
cuentan especialmente, las siguientes circunstancias: