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MODELO DE SOLICITUD DE SOBRESEIMIENTO

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio Público

Fiscalía 1° de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas

CIUDADANO

JUEZ 1° DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL

DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL PENAL DEL ÁREA METROPOLITANA


DE CARACAS

Su Despacho.-

Quien suscribe, PEDRO PÉREZ, en mi carácter de Fiscal 1° del Ministerio


Público de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, con
Competencia Plena, actuando de conformidad con lo establecido en los artículos
285 numeral 4 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 37
numeral 15 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, así como en el numeral 7
de artículo 108 y numeral 3 del artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal,
procedo en este acto a solicitar formalmente el SOBRESEIMIENTO DE LA
PRESENTE CAUSA, en los términos siguientes:

IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES

Víctima: MARÍA FÉLIX, titular de la cédula de identidad No. V- 8.623.564,


residenciada en la avenida Páez del Paraíso, casa sin N°, municipio Libertador,
Distrito capital.
Imputado: Por identificar.

FUNDAMENTOS DE HECHO

Se da inicio a la presente investigación en fecha 09/01/2002, en virtud de


denuncia presentada por la ciudadana María Félix, titular de la cédula de
identidad N° V- 8.623.564, en la cual manifiesta que el día 07 de enero de 2002
a las 12 del mediodía, un ciudadano desconocido pasó corriendo a su lado
arrebatándole su celular marca NOKIA, número 0414-3202232, al momento que
se encontraba hablando a través del mismo, en la calle Sombría con Oscuridad,
de la Avenida Sin Luz, Caracas, Distrito Capital.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

En fecha 09/01/2002 esta representación del Ministerio Público ordena la


práctica de inspección ocular en el lugar de los hechos, siendo practicada la
misma con resultados infructuosos, ya que no se encontraron elementos de
interés criminalístico para la investigación. Posteriormente, en fecha 03/03/2002
fue practicadoavalúo prudencial al celular que fue objeto del delito, resultando
que tiene un valor estimado de un millón de bolívares (1.000.000,oo).

En fecha 30/01/2002 se recibió comunicación S/N emanada de la compañía de


teléfonos celulares MOVISTAR, en la cual indican que el teléfono robado no se
encuentra registrado en su sistema.

Ahora bien, del análisis de los elementos de convicción recabados en la


presente investigación, es posible inferir que nos encontramos en presencia de
uno de los delitos Contra la Propiedad, específicamente del Delito de Robo
Impropio en la modalidad de Arrebatón, previsto y sancionado en el artículo 458
único aparte del Código Penal vigente para el momento de los hechos, en virtud
de que mediante un movimiento inesperado un sujeto ejerció violencia sobre el
teléfono celular de la víctima, logrando apoderarse de él sin el consentimiento de
su dueño.

En este orden de ideas, el delito de Robo Impropio en la modalidad de


Arrebatón, contempla una pena de prisión de 6 a 30 meses, siendo aplicable de
conformidad con el artículo 37 del Código Penal, su término medio, a saber:
dieciocho 18 meses; correspondiéndole en consecuencia un lapso de
prescripción de tres años, según las previsiones del artículo 108 ordinal
3° ejusdem.

En consecuencia, siendo que la última actuación practicada fue realizada en


fecha 30/01/2002, sin que hasta el día de hoy se haya verificado la presencia de
una circunstancia interruptiva de la prescripción ordinaria (Art. 110 Código
Penal), y habiendo transcurrido desde la fecha de comisión del hecho: 07 de
enero de 2002, hasta la presente fecha, un total de seis (06) años, cero (0)
meses y cero (0) días, tiempo éste que supera con creces el lapso de tiempo
aplicable para ejercer la acción penal, considera quien suscribe que en el
presente caso la acción penal se encuentra PRESCRITA.

PETITORIO

Por todo lo antes expuesto, este Representante del Ministerio Público solicita
sea decretado el sobreseimiento de la causa iniciada por la presunta comisión
del delito de Robo Impropio en la Modalidad de Arrebatón, previsto y sancionado
en el artículo 458 único aparte del Código Penal, todo ello de conformidad con lo
establecido en el artículo 318, numeral 3 del Código Orgánico Procesal Penal,
en concordancia con el numeral 8 del artículo 48 ejusdem, por haber operado la
prescripción ordinaria de la acción penal.

En Caracas, a los cero (0) días del mes de abril de 2012.

_________________________________________________

PEDRO PÉREZ

II

MODELO ESCRITO REVISIÓN DE MEDIDAS

CIUDADANA:

JUEZA EN FUNCIÓN DE CONTROL 11° DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL


DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS.

Su Despecho.-

Quien suscribe, JESÚS ALBERTO RODRÍGUEZ MERENTES, venezolano,


mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° V-11.199.023, abogado en el
libre ejercicio de la profesión, debidamente inscrito en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo el número de matrícula 191.033, con domicilio
procesal en la Ciudad de Caracas, Esquina de Cruz Verde a Zamuro, Edificio
Gran Vía, Planta Baja, Oficina  2B,  Teléfono 0424-194-04-41, actuando en este
acto en mi carácter de Defensor del ciudadano ALEJANDRO AGUSTO
MORILLO HIDALGO, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad número V- 7.113.337, a quien se le sigue proceso por ante este
Tribunal signado con el No. GP01-S-2012-00012890, con la venia de estilo y
como un acto propio de defensa de mi representado en esta fase del proceso,
de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 49 Numeral 1º de la
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, ocurro a
su competente autoridad a los fines de exponer y solicitar:

Estando dentro de la oportunidad legal de conformidad con lo previsto en


el Artículo 264 del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL a los fines
de  solicitar se sirva revisar la medida que le fuere impuesta por este Honorable
Tribunal a mi defendido fundamentada en el Artículo 256 Ordinal 9° del Código
Orgánico Procesal Penal, la cual consiste en la Prohibición de Conducir por sus
Propios Medios Cualquier Clase de Vehículo Automotor, medida ésta que en los
actuales momentos viene cumpliendo mi defendido, procedo a solicitar la
referida figura procesal con fundamento en las siguientes consideraciones:

Ciudadana Jueza, tal y como fuere alegado por esta defensa al momento de
celebrarse la Audiencia Especial de Presentación de Imputado, la cual tuvo lugar
el día DOCE (12) de Diciembre del año DOS MIL TRECE (2013), y en la cual
este Honorable Tribunal le impuso a mi defendido Medida Cautelar consistente
en la prohibición de conducir por sus propios medios cualquier clase vehículo lo
que a criterio de esta defensa la imposición de tal medida atenta contra un
Principio de Derecho Constitucional como lo es el Derecho al Trabajo,
consagrado en el Artículo 87 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el cual establece que “Toda persona tiene derecho al
trabajo.....”,derecho éste ciudadana Jueza del cual no se le puede restringir ni
mucho menos limitar a ningún ciudadano, máximo cuando el Artículo 27
Ejusdem, consagra “Toda persona tiene derecho a ser amparada en el goce y
ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos
inherentes a las persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en
los Instrumentos Internacionales sobre derechos humanos...”, y tal y como lo
señala nuestra Carta Magna el Derecho al Trabajo es un derecho que esta
amparado constitucionalmente y nuestros operadores de justicia están en la
obligación de garantizarle a todo ciudadano el ejercicio de tales derechos y
garantías por mandato del Artículo 27 Constitucional. Ahora bien hago la
presente consideración en virtud de que mi defendido actualmente presta sus
servicios (Trabaja) para la Empresa CADAFE, Empresa esta en la cual se
desempeña como TÉCNICO EN MEDICIÓN DE ENERGÍA “A” (PROD), todo lo
cual se evidencia de  Constancia de Trabajo, emitida por la prenombrada
Empresa el día CATORCE (14) de Enero del año DOS MIL DOCE (2012), y que
acompaño junto con el presente escrito de revisión a todo evento a los efectos
de ilustrar a este Honorable Tribunal marcado con la letra “A”.

Ciudadana Jueza, es importante hacer de su conocimiento a los efectos de que


este Honorable Tribunal pueda efectuar una justa revisión de la medida cautelar
que le fuere impuesta a mi defendido, que para el momento en que él impacta
con el vehículo de su propiedad identificado en las actuaciones administrativas
de transito, como Vehículo Nº 01, Marca: Jeep; Placas: GAY-53W;Modelo:
Cherokee, la parte trasera del vehículo identificado en las actuaciones
administrativas de transito, como Vehículo Nº 02, Marca: Dacia; Placas: GY-
952T; éste vehículo identificado con el Nº 02previamente había impactado con
otro vehículo cuyos demás datos de identificación se desconocen debido a que
el referido vehículo se dio a la fuga, y en virtud de tal circunstancia a criterio de
esta defensa claramente se puede concluir que tales hechos fueron
imprevisibles para mi defendido, al punto que el motivo por el cual mi defendido
impacta con el Vehículo Nº 01 la parte trasera del Vehículo Nº 02, estriba en que
para ese momento circulaba delante de él un vehículo pesado y se presume que
el conductor de dicho vehículo al ver el accidente freno bruscamente lo que hizo
que mi defendido esquivara tal acción, pero éste a su vez al virar el vehículo Nº
01 a la izquierda para de esa forma no impactar el vehículo pesado que
circulaba delante de él, lo primero que observo fue el accidente en el canal lento
de la autopista sin ningún tipo de señalización lo que hizo inevitable que mi
defendido impactara la parte trasera del  Vehículo Nº 02.

Ahora bien ciudadana Jueza, de lo anteriormente expuesto y de conformidad a


lo establecido en la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre, específicamente en
su Artículo 127, cuando establece: “El conductor, el propietario del vehículo y su
empresa aseguradora, están solidariamente obligados a reparar todo daño que
se cause, con motivo de la circulación del vehículo, a menos que se pruebe que
el daño proviene de un hecho de la victima, o de un tercero que haga inevitable
el daño; o que el accidente hubiese sido imprevisible para el conductor.......”, de
conformidad a lo establecido en la citada norma y ha la forma como ocurrieron
los hechos que hicieron que mi defendido impactara la parte trasera del vehículo
identificado en las actuaciones administrativas de tránsito con el Nº 02. 

             

Nuestro ordenamiento procesal al señalar nuestra norma adjetiva en su Artículo


247, la restrictividad en la aplicación de las medidas que restrinjan derechos
como es el caso de la libertad, es un desarrollo de los Acuerdo y Pactos
Internacionales  suscritos y ratificados por la República tienen jerarquía
constitucional y prevalecen en el Ordenamiento Jurídico Interno por mandato
del Artículo 23 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA, y  que deben ser de estricto cumplimiento por nuestros
operadores de justicia  en virtud del principio de progresividad previsto en
el Artículo 19 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA.

Otro de los principios que viene a ratificar la presunción de inocencia es el


previsto en el Artículo 09 del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL, el cual
es el de afirmación de la libertad, y por ende un desarrollo del Numeral Primero
del Artículo 44 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA, referido a que toda persona sometida a proceso penal será
juzgada en libertad salvo las excepciones  establecidas por la ley en este caso
de la norma adjetiva, las cuales son de orden procesal, y que en el caso de
marras, es decir en el presente caso como fue exnte los elementos de
convicción que le ofrezca el representante del Ministerio Público mediante actas,
para de esa manera acreditar de forma discriminada y puntual la existencia de
esos requisitos o circunstancias que hagan procedente la privación de libertad,
lo cual no ocurrió en el caso de mi defendido.
Ciudadano Juez, por el contrario en el caso donde se pretende involucrar a mi
defendido las circunstancias están rodeadas de irregularidades tanto en el
procedimiento que dio origen a la investigación como en la obtención de las
pruebas que ofrece el Ministerio Público, para que fuese considerada
procedente la detención judicial preventiva de libertad, razón por la cual, a
nuestro criterio y como lo tiene sentado el Tratadista ALBERTO BINDER los
riesgos por lo cuales el Juez decretó la detención y que sirvieron de fundamento
no tiene razón de ser por cuanto “…es difícil de creer que el imputado puede
producir por si mismo más daño a la investigación  que el que puede evitar el
estado con todo su aparato de investigación…Concederles a los órganos de
investigación del estado un poder tan grande, supondría desequilibrar las reglas
de igualdad en el proceso. Además , si el Estado es ineficaz para proteger su
propia investigación , esta ineficacia no se puede cargar en la cuesta del
imputado, mucho menos a costa de la privación de su libertad…”, lo cual es lo
que ha  venido ocurrido en el caso de mi defendido y por ello a criterio de esta
defensa es procedente la revisión de la medida y por ende su sustitución por una
medida cautelar menos gravosa a la de privación de libertad, ya que la
decisión  dictada por el Juez más que a criterio de orden procesal, como sería a
la averiguación de la investigación o a la actuación de la ley  responde a la sola
finalidad de tranquilizar a la  comunidad convirtiéndola  en desproporcional al
apartarse de las únicas razones que justificarían dicha medida.-

En ese sentido  ha sido reiterada y pacifica la Jurisprudencia de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia  or una medida cautelar menos
gravosa a la de privación de libertad, ya que la decisión  dictada por el Juez más
que a criterio de orden procesal, como sería a la averiguación de la investigación
o a la actuación de la ley  responde a la sola finalidad de tranquilizar a
la  comunidad convirtiéndola  en desproporcional al apartarse de las únicas
razones que justificarían dicha medida.

En ese sentido  ha sido reiterada y pacifica la Jurisprudencia de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia  al señalar “…privar de la
libertad a un imputado para someterlo a una investigación significaría vulnerar
todas las instituciones que establecen el debido proceso, retrocediendo a las
viejas practicas del Código de Enjuiciamiento Criminal…” ( Sentencia No., como
serian las de orden procesal, interpretando el Juez de la causa en ese momento
de manera extensiva y no restrictiva  tal como se lo ordena la norma adjetiva en
su Artículo 247  del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL. No obstante
ciudadano Juez, es menester destacar que cuando el Legislador en la norma
prevista en el Artículo 264 del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL
PENAL, establece que en contra de la negativa de revocar o sustituir la medida
en este caso de privación de libertad no procede recurso de apelación, además
de hacerlo con fines de garantizar o proteger el proceso lo hace para reafirmar la
independencia y autonomía que deben tener los Jueces a la hora de tomar sus
decisiones, claro está, siempre a solicitud de los interesados y nunca de oficio,
de allí como lo tiene sentado la sala Constitucional del Tribunal Supremo “…la
revisión de medida, procede en todo tiempo por parte del imputado o de su
defensor, solo cuando esta ha adquirido firmeza, es decir, una vez que ha sido
revisada por el Tribunal Ad quem de aquel que la dictó, lo contrario
implica  sustituir el recurso de apelación por la revisión de la medida privativa de
libertad.” (Sentencia No. 561, 22-03-02), lo cual ya ocurrió en el caso de marras
cuando fue ejercido en su contra recurso de apelación por ante el Superior
Jerárquico.

Por todo lo anteriormente expuesto, solicito de conformidad con el Artículo 264


del CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL la sustitución de la medida de
privación judicial preventiva de Libertad por una  de las menos
gravosas  previstas en el Artículo 256 Ejusdem.

En espera de un acto de Justicia por parte de este Honorable Tribunal, en la


ciudad de Caracas, en la fecha de su presentación.-

Abogado defensor.
III

SOLICITAMOS LIBERTAD POR CESE DE PRISION PREVENTIVA CON


HABILITACIÓN DE DIAS Y HORAS INHÁBILES.-

SR. JUEZ

MARCOS MAIDANA Y HECTOR TOMAS LEZCANO Abogados, representación


de FELIX CAYETANO LOPEZ Y WALTER ALEJANDRO ASTORGA, imputados
en autos caratulados "LOPEZ FELIX CAYETANO, ASTORGA WLATER, MELO
GRACIELA MABEL, RUDY GIL DE MURO Y JUAN ANGEL IRAZUSTA S/
DEFRAUDACION POR ADMINISTRACION FRAUDULENTA 673 HECHOS"
EXPTE. nº 153/03 del registro de ese tribunal a V.S. decimos:

1.- OBJETO

Que venimos por este escrito a solicitar la libertad por Cese de Prisión
Preventiva de nuestros asistidos con base al art. 1 y concordantes de la Ley
24.390, con su modificatoria La Ley 25.430. 

Todo con habilitación de días y horas inhábiles por la gravedad de los derechos
invocados y la cercanía de la Feria Judicial próxima.

Mas allá del monto de la pena en expectativa (dado que se encuentra en plena
etapa recursiva el Auto de Prisión Preventiva por no adecuarse la conducta de
nuestros asistidos al tipo de delito que se le endilga y plantear la nulidad del
mismo; no existiendo un elemento dogmático del tipo penal, ya que no existe
delito de acuerdo a la teoría jurídica del delito, que se refiere a la antijuricidad,
culpabilidad, sanción y fundamentalmente la autoría del hecho) resultante de las
inconstitucionales especulaciones que realizan para imponerles la prisión
preventiva que vienen padeciendo nuestros defendidos, la libertad de FELIX
CAYETANO LOPEZ Y WALTER ALEJANDRO ASTORGA deviene procedente
de conformidad con lo establecido en las normas constitucionales que imperan
en la materia.

Y son las siguientes: En este sentido invocamos especialmente los art. 14, 18,
28, 33, y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional; y los art. 11 nº 1 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos; art. 9 Nº 3 y 14 Nº 2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y art. 7 Nº 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos “Pacto San José de Costa Rica”.

A los contenidos y espíritu de ellos deben ajustarse la interpretación y aplicación


de los dispositivos locales reglamentarios del derecho a la libertad durante el
proceso. En la causa concreta que nos ocupa, la normativa reseñada, regula el
caso de CESE DE PRISIÓN PREVENTIVA POR DURACIÓN EXCESIVA DEL
PROCESO.

Así es que solicitamos se disponga la libertad de FELIX CAYETANO LOPEZ y


WALTER ALEJANDRO ASTORGA en base a las consideraciones de hecho y de
derecho que pasamos a exponer.-

2.-ADVERTENCIA PREVIA

El presente pedido se efectúa a la luz de la CONSTITUCION NACIONAL y de


los TRATADOS DE DERECHOS HUMANOS que, conforme al art. 75 inc. 22 de
la mencionada Norma Fundamental, guardan igual jerarquía suprema.-

Por tanto, toda norma de rango inferior referente a la libertad de las personas
sometidas a proceso penal de cualquier orden - ya sea referentes a los institutos
de cese de prisión, de excarcelación, de falta de mérito (solicitada en Recurso
de Apelación a la Prisión Preventiva ) ó de cualquier otra índole - que entre en
colisión con el llamado bloque de constitucionalidad federal, deberá declarase
inconstitucional, ya sea a pedido de parte, sino es de oficio, siempre que, claro
esta, no sea posible una interpretación armónica, conforme a los principios de
presunción de constitucionalidad de las normas y al principio de última ratio de
declaración de inconstitucionalidad.-
3.- DESARROLLO DE LOS HECHOS

3.1 - DETENCION

Según consta en estas actuaciones nuestros defendidos fueron privados de su


libertad el día 13 de julio de 2006.

3.2 - SOLICITUD DE EXCARCELACION BAJO CAUCION JURATORIA.

Los Dres. Redondo y Leguizamón – entonces defensores de los imputados –


solicitan excarcelación bajo CUACION JURATORIA, el mismo día de la
detención y ese mismo 13 de julio de 2006, es denegada por el a-quo. Apela la
defensa, es concedida por el Dr. Zanazzo. Se eleva a la Excma. Cámara Nº 1,
se inhiben jueces de la misma y se demora cuatro (4) meses en integrar nueva
Cámara y el 8 de noviembre de 2006, la misma, rechaza el Recurso de
Apelación. El 23 de noviembre de 2006, la defensa interpone Recurso de
Inconstitucionalidad, haciendo reserva del caso Federal. Va al Superior Tribunal
de Justicia y el día 10 de abril de 2007, el S. T. J. del Chaco, rechaza el Recurso
de Inconstitucionalidad, incluido el derecho de elevarlos a la CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA NACION.
Como vemos, y consta en las actuaciones, la justicia demoró nueve (9) meses
para tratar la excarcelación con caución juratoria, que al final fue denegada en
todas sus instancias, a pesar de que en derecho correspondía, por ser el delito
atribuible a mis defendidos, perfectamente excarcelable.

3.3 - SOLICITUD DE EXCARCELACION BAJO CAUCION REAL Y APELACION

El 4 de junio de 2007, esta defensa solicito un segundo pedido de excarcelación


esta vez bajo CAUCION REAL. Se ofrecieron en caución real bienes inmuebles
por valor aproximado de $ 4.200.000 en dos escrituras, con su correspondiente
certificado de LIBRE DE DEUDA del Registro de la Propiedad Inmueble de las
respectivas provincias (Mendoza y Corrientes ) y una evaluación de consultoras
habilitadas y tres (3) meses después, - a pesar de que el C. P. P. dispone en el
art 306 un plazo no mayor de 48 hs. - el 7 de septiembre de 2007 nos deniegan
por improcedente, sin siquiera haber comprobado la existencias de los mismos,
con diligencias judiciales, ante los registros respectivos, que dicho sea de paso,
son públicos. El 17 de septiembre de 2007 la defensa apela, y la Excma.
Cámara del Crimen también deniega la excarcelación con caución real,
confirmando la resolución del a-quo. Esta defensa interpone Recurso de
Inconstitucionalidad y en Queja y en la actualidad se encuentra en SUPERIOR
TRIBUNAL DE JUSTICIA, a la espera de una resolución. 

Vale la pena en este punto consignar que el Certificado de Dominio del Inmueble
de propiedad de Gerónimo Di Marco, suscripta por la Dra. Mabel Lorente de
Herrera, Directora del Registro Público y Archivo Judicial de la Pcia. de
Mendoza, como así también la tasación del mencionado Inmueble; y la
Certificación de Dominio del Inmueble de Samuel Blank, suscripta por la
Escribana Beatriz de Picasso Sub-Directora del Registro de la Propiedad
Inmueble de Corrientes y la Tasación del mismo. Se encuentra, como PRUEBA
RESERVADA en SECRETARIA del Juzgado de Instrucción Nº 5 del Dr.
Zanazzo, en SOBRE Nº 1872. Esta documentación obra consignada en el Auto
de Prisión Preventiva Resolución Nº 3426, en el Numeral 156.

3.4 – DICTADO DE PRISION PREVENTIVA Y APELACION

El día 19 de noviembre de 2007 el juez de Instrucción dicta Auto de Prisión


Preventiva a nuestros defendidos, extendiéndose ilegalmente el término de la
instrucción por un (1) año y cuatro (4) meses, ya que de acuerdo al art. 200 del
C. P. P, el mismo no debe de exceder de un (1) año, es decir se excedieron en 4
meses. Esta defensa apela la Prisión Preventiva el 26 de noviembre de 2007.
Recién el día 29 de mayo de 2008, o sea 6 meses después, la Cámara del
Crimen n°1 confirma la resolución del auto de prisión preventiva del Dr. Zanazzo
con los mismos argumentos de éste. Esta defensa apela el 20 de junio de 2008
la denegatoria de la Cámara, con un Recurso de Inconstitucionalidad con
apelación de la Prisión Preventiva. Dicho Recurso se encuentra en la Cámara
Criminal Nº 1 pues, según se nos informara por Secretaria, no se eleva hasta el
momento ante el Superior Tribunal de Justicia ya que en el alto órgano judicial
aún se encuentra bajo análisis la Solicitud de Excarcelación bajo Caución Real
que llegara a esos estrados como tribunal de alzada. Es decir, para precisar
mejor, se nos informa que el Recurso de Inconstitucionalidad con Apelación de
la Prisión Preventiva se encuentra en “espera” en la Cámara del Crimen Nº 1 por
razones de “economía procesal”, hasta que el STJ dicte sentencia sobre la
Excarcelación pendiente.

3.5 - CESE DE PRISION

Esta presentación se realiza para sostener los derechos del imputado Walter
Alejandro Astorga habida cuenta que fuera él quien promoviera dicho reclamo
respaldado por esta defensa para resolver su situación legal. El día 11 de
diciembre de 2007 en base al art. 295 del C. P. P. de la Prov. del Chaco en
concordancia con el art. 13, art. 24 y art.26 del CPA se presenta el cese de
prisión a favor de Walter Alejandro Astorga. El día 14 de diciembre de 2007 el a -
quo rechaza el planteamiento legal, la defensa apela dicha Resolución, va a la
Cámara del Crimen Nº 1 deniega también el pedido adhiriéndose a los
considerandos del Juez de Instrucción el día 23 de mayo de 2008 (cinco (5)
meses después).

3.6.- Conclusión: Que, por lo tanto, a la fecha, nuestros defendidos llevan


detenidos dos (2) años y tres (3) días sin sentencia condenatoria.

Que, igualmente, queda por decir antes de terminar este punto, que los tiempos
aplicados a la tramitación de la presente causa no son atribuibles a nuestros
defendidos ni a su defensa, pues el simple cotejo de las actuaciones muestra
claramente que no se han hecho de esta parte articulaciones dilatorias, sino por
el contrario, defensas básicas y esenciales que hacen a sus derechos, conforme
las oportunidades procesales que le están reconocidas y se le fueron dando. Es
decir, que el tiempo transcurrido de los dos (2) años sin sentencia condenatoria,
no es adjudicable a nuestros defendidos y por lo tanto no debe operar en su
contra. Conforme los razonamientos y argumentaciones que daremos más
adelante esta Prisión Preventiva debe cesar de inmediato por cuanto al día de la
fecha se ha convertido en ilegítimo cumplimiento de una pena anticipada,
situación condenada por nuestra Constitución Nacional.

4.- DERECHO:

4.1.-Que venimos por este escrito a solicitar la libertad por Cese de Prisión
Preventiva de nuestros asistidos en base al art. 1 y concordantes de la Ley
24.390 modificada por la Ley 25.340 que, básicamente, y en la causa concreta
que nos ocupa, regula el caso de CESE DE PRISIÓN PREVENTIVA POR
DURACIÓN EXCESIVA DEL PROCESO.

El art. 7 pto. 5 de la Convención Americana de los Derechos Humanos “Pacto de


San José de Costa Rica”, establece el derecho que tiene toda persona “…a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad…”.

Esta norma supranacional fue elevada a rango constitucional en nuestro país a


partir de la Convención Reformadora del año 1994 por el nuevo art.75 inc. 22
junto a otros tratados y Convenciones vinculadas a los Derechos Humanos.
Posteriormente, como procede, el Congreso de la Nación dicta la Ley 24.390
que es reglamentaria del art. 7.5. de la Convención Americana y del art. 75
inc.22, ya que es sancionada con el objeto de resguardar la operatividad de la
garantía.

La Ley 24.390 establecía cuales eran los tiempos máximos de duración de la


Prisión Preventiva; sentaba un plazo como regla general, que podía ser
prorrogado: 1º) por la complejidad de la causa y, a la vez, establecía otra
prórroga, 2º) cuando hubiere recaído sentencia condenatoria y esta no se
encontrare firme.

Esta Ley era una reglamentación tolerable a los artículos 14 y 28 de la


Constitución Nacional del derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable o
a ser puesto en libertad.

No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, la mencionada Ley 24.390 fue


modificada por la Ley 25.430 que, en lo que aquí nos interesa, estableció que los
plazos de la Prisión Preventiva no puede ser superior a dos años, sin que se
haya dictado sentencia (art. 1). Que es el caso de nuestros asistidos LOPEZ Y
ASTORGA

Literalmente, la nueva ley prescribe que el cese del encarcelamiento preventivo


por el transcurso de un plazo solo existe durante el procedimiento en primera
instancia.

Esta normativa impone – y no lo faculta – al juez la liberación del procesado una


vez transcurrido el plazo legal. Es taxativa y de orden legal.

Que, vale destacar lo preceptuado al respecto por la Corte Suprema de Justicia


de la Nación: "Y también se ha sostenido que "la ley 24390... establece, bajo las
condiciones por ella previstas, plazos perentorios de detención que resultan de
imperativo cumplimiento para los jueces" (Fallos: 320:2105, voto del juez
Bossert, y Fallos: 322:2683, voto de los jueces Petracchi y Bossert)."

La nueva Ley 25.430 ha dejado de ser mixta al derogarse su componente con


incidencia en el derecho sustantivo. Por lo que si V. E. estima podrá resolver la
libertad de nuestros defendidos al amparo del art. 1 de la Ley 25.430 por
haberse violado los plazos máximos de Prisión Preventiva sin que haya recaído
sentencia.

4.2.- De todos modos y, a mayor abundamiento, sabido es que la Prisión


Preventiva solo puede tener por fin, como medida cautelar, la custodia de los
fines del proceso y de la aplicación de ley sustantiva. Con respecto del primero
de esos fines, no se halla en riesgo con la libertad de los encartados, pues la
investigación se halla absolutamente concluida y esclarecida, por lo tanto no hay
complejidad.

Con respecto al segundo, es decir, al peligro de la no aplicación de ley


sustantiva, se halla deslegitimado por las razones claramente expuestas por la
CADH (Convención Americana de Derechos Humanos) sobre los derechos en
juego. Al respecto ha dicho: “86.- Tanto el argumento de seriedad de la
infracción como el de severidad de la pena pueden, en principio, ser tomados en
consideración cuando se analiza el riesgo de evasión del detenido…Sin
embargo, debido a que ambos argumentos se inspiran en criterios de retribución
penal, su utilización para justificar una prolongada prisión previa a la condena
produce el efecto de desvirtuar la finalidad de la medida cautelar, convirtiéndola,
prácticamente, en un sustituto de la pena privativa de libertad. La
proporcionalidad que debe existir entre el interés general de la sociedad en
reprimir el delito y el interés del individuo en que se respeten sus derechos
fundamentales se rompe en perjuicio de este último, a quien se le impone un
mayor sacrificio. 87.- Además, la expectativa de una pena severa, transcurrido
un plazo prolongado de detención, es un criterio insuficiente para evaluar el
riesgo de evasión del detenido. El efecto de amenaza que para el detenido
representa la futura sentencia disminuye si la detención continúa,
acrecentándose la convicción de aquel de haber servido ya una parte de la
pena. 88.- En tal circunstancia, el Estado puede perfectamente adoptar otro tipo
de medidas cautelares para asegurar la comparecencia del inculpado, que no
signifiquen mayor restricción de su libertad personal. Más aún, la existencia de
un sentido de proporcionalidad entre la sentencia y el encarcelamiento previo es,
para todos los efectos, una justificación para la pena anticipada, lo cual es una
violación del principio de presunción de inocencia consagrado en la Convención.
89.- En vista de que la detención preventiva representa la privación de la libertad
de una persona que todavía goza de la presunción de inocencia, debe basarse
exclusivamente en la probabilidad de que el acusado abuse de la libertad
condicional y proceda a la fuga, y en el hecho de que la libertad condicional de
un acusado pueda llegar a convertirse en un riesgo significativo. Sin embargo, la
privación de libertad previa a la sentencia no debe basarse únicamente en el
hecho de que un presunto delito es especialmente objetable desde el punto de
vista social”.

4.3.- De esta proyección que realizamos en base al art. 1 de la Ley 25.430 y la


igualmente cierta circunstancia de que no concurre ningún factor habilitante para
disponer la prórroga de la Prisión Preventiva, es que esta defensa entiende que
es de pleno derecho disponer la libertad de los imputados. Al respecto, solo
podría ponerse en duda esta decisión jurisdiccional requerida si existiera en el
caso particular las causales previstas en el art. 3 de la propia Ley 25.340
invocada. Puestos a considerar dicha posibilidad es pertinente recalcar, como se
ha manifestado precedentemente, que no existieron articulaciones dilatorias por
parte de la defensa ni incidentalismo procesal malicioso. Todo planteo de
nuestra parte ha estado vinculado a la defensa básica en esta etapa instructoria.
Por el contrario, es la Jurisdicción la que ha estirado injustificadamente y de
manera ilegal todos los plazos para resolver cuestiones esenciales a los
derechos constitucionales. Así, como muestra podemos recordar (punto 3.4 de
este escrito) los seis (6) meses que se ha tomado la Cámara Criminal Nº 1 en
confirmar la Prisión Preventiva de nuestros defendidos repitiendo práctica y
textualmente los mismos argumentos del Juez de Instrucción.

Con respecto al problema del art. 319 del CPP de la Nación, invocado por el art.
3 de la Ley 25.340, en realidad y a ciencia cierta, no encuentra aplicabilidad en
este caso ya que no hay elementos probados en la causa, ni indicio alguno, que
objetivamente hicieran presumir a la Jurisdicción, de manera fundada y
despojada de todo simple acto de voluntad, que “el mismo intentará eludir la
acción de la justicia”, o sea, que nuestros defendidos intentarían fugarse. Y aquí
es justo recordar el criterio exhibido por el más alto tribunal de la Nación en el
fallo: T. 513. XXXIX. “Trusso, Francisco Javier s/ incidente de excarcelación
-causa n° 91.833/51 T-.” - 12/11/2003 – CSJN – “…de las circunstancias
causídicas y fácticas del caso, podemos inferir que Trusso, de ser excarcelado,
no eludirá la actuación de la justicia, pues, a esta altura, le favorece menos la
rebeldía que la sujeción...”. Como bien reflexiona la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en este ejemplar fallo, a nuestros defendidos, a estas alturas de
este proceso tan prolongado y sin que se avizore una fecha cierta de debate,
habida cuenta de que está recurrido el auto de Prisión Preventiva y la
denegatoria de la Excarcelación por ante el Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia, y ni que hablar del requerimiento de elevación de la causa a Juicio.

A NUESTROS DEFENDIDOS, AL IGUAL QUE AL IMPUTADO EN LA CAUSA


ARRIBA CITADA (Francisco Trusso) LE PERJUDICA MAS UNA REBELDIA
( FUGA ), QUE SUJETARSE A LA APLICACIÓN DE LA LEY SUSTANTIVA.

En el hipotético caso que a los encartados les opongan la sub-especie de la


“especial gravedad del delito” objetiva y puntualmente en el caso de marras
debemos decir: Que es un delito absolutamente excarcelable por su escala
punitiva; además, y como ejemplo comparativo, Rudy Gil de Muro co-procesado
en esta causa se encuentra gozando, y a derecho, de su libertad ambulatoria, al
serle concedida la excarcelación, y a nadie se le ocurrió que podría existir
“peligro de fuga”. Y, para mayor abundamiento, la conducta atribuida por el a-
quo y la Cámara a nuestros defendidos se encuentra seriamente cuestionada,
como una conducta penalmente tipificada, por esta defensa, no solo porque la
conducta no encuadra en el tipo penal imputado, (afirmación que se desprende
del propio Auto de Prisión Preventiva) sino porque además no está probado que
haya existido el delito mismo del tipo penal que se les atribuye, por lo que
actualmente se encuentra apelada por un Recurso de Inconstitucionalidad
presentado por ante la Excma. Cámara Criminal Nº 1.

Que, de todos modos, y a todo efecto, la sola referencia al art. 3 de la Ley


25.340, que presuntamente podría utilizar el Ministerio Público, para oponerse a
esta solicitud, en cuanto “a la gravedad del delito” o de que “intentará eludir la
acción de la justicia” (fuga), sin precisar cuales son las aristas de la gravedad o
las circunstancias concretas que permitan presumir fundadamente, que López o
Astorga intentarán burlar la acción de la justicia, no constituye fundamento válido
de una decisión judicial que sólo trasuntará la voluntad de denegar el beneficio
solicitado, como ya ocurrió en otras oportunidades cuando esta defensa acudió a
otros institutos procesales como la Excarcelación bajo Caución Real para ambos
imputados o el Cese de Prisión solicitado para Astorga.

Que, siguiendo con el art. 3 de la mencionada Ley, y en cuanto al otro elemento


eventualmente oponible a la libertad de nuestros asistidos, cual es de que
“existieren articulaciones manifiestamente dilatorias de parte de la defensa” ya
hemos esclarecido de manera específica en el punto 3.6. de la presente
articulación, en el cual queda palmariamente demostrado que se realizaron
exclusivamente las presentaciones indispensables al resguardo de los derechos
de nuestros defendidos y que están establecidos expresamente en el CPP de la
Provincia del Chaco.

4.4.- Profundizando aún más, sin perjuicio de la superioridad del art 7 pto. 5 de
la CADH, en relación al Recurso de Apelación al Auto de Prisión Preventiva,
campea en materia de Derechos Humanos los principios de irreversibilidad y
progresividad, por lo que deberá prevalecer la norma que mejor tutele el derecho
humano afectado, en el caso, el derecho a la libertad de nuestros defendidos.

Por lo tanto disponer una prórroga de la Prisión Preventiva no es otra cosa, en


este marco de ideas, más que desnaturalizar el sentido y límite de la Prisión
cautelar haciéndola en verdad cumplir, anticipada y caprichosamente, una pena
con grave vulneración del principio de inocencia que tiene basamento
constitucional.

Así las cosas, no cabe duda alguna, que la prolongación del encierro precautorio
en tales condiciones ya implica de por si un incumplimiento a las normas
superiores que venimos invocando; pues como bien sabe, V. E., el plazo
máximo de Prisión Preventiva no puede exceder los dos (2) años sin que se
haya dictado sentencia. Cabe preguntarse entonces: ¿para qué, con qué fin
seguimos manteniendo detenida a una persona si no en el cumplimiento
anticipado de una sanción?

4.5.- La situación de que la persecución penal, por diversas causas no


imputables al justiciable, se prolongue durante mucho tiempo, ha desembocado
en la necesidad de establecer límites temporales al encarcelamiento preventivo,
los que una vez sobrepasados convierten la detención en ilegítima o dicho en el
lenguaje del Pacto Interamericano: “porque la detención ha dejado de ser
razonable”.

En esto se puede convertir la situación de nuestros defendidos, en el hipotético e


improbable caso de no ser favorable la resolución, y la verdad es que los
tribunales no pueden ni deben seguir resolviendo la cuestión como si no
existieran las disposiciones de protección constitucional del principio de
inocencia y de los plazos razonables para la Prisión Preventiva. Es decir, que lo
que realmente está en juego, es la legitimidad constitucional de este
encarcelamiento preventivo. Así ha dicho la Sala I de la Cámara Nacional de
Casación Penal que lo relativo a la interpretación de estas normas debe
canalizarse por la vía del art. 456 inc.1 CPPN por cuanto se trata del “…planteo
relativo a la interpretación de una ley reglamentaria (…Ley 24.390) de la
garantía constitucional a un juicio penal oportuno, en el que, superado el plazo
de sustanciación razonable, el imputado preventivamente encarcelado debe ser
puesto en libertad sin perjuicio de la continuación del proceso (art. 7.5. de la
Convención y art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional) – CNCP, sala I,
“Oviedo, Mario Marcelo” del 16/10/98.-

Ello es así, habida cuenta que la regla general es la libertad del acusado durante
el juicio y sólo excepcionalmente podrá ser privada de ella. Esto surge de la
lectura armónica de la Ley de Leyes en sus artículos 18, 33 y 75 inc. 22, y en
especial de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o “Pacto de
San José de Costa Rica” y el Pacto Internacional de Derechos de Derechos
Civiles, Sociales y Políticos.- El primero de los instrumentos de derecho público
internacional consagra que: “toda persona tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personales” y “nadie puede ser privado de su libertad fisica, salvo por
las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones
Políticas de los Estados Partes…”; pero “toda persona detenida o retenida… su
libertad podrá estar condicionada a garantías que asegures su comparecencia
en juicio “ (art. 7, aps. 1º, 2º y 5º, CADH).-

En similar sentido se manifiesta el segundo de los documentos mencionados, al


dejar expresamente sentado que: “todo individuo tiene derecho a la libertad y a
la seguridad personales…” y “…La prisión Preventiva de las personas que hayan
de ser juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad podrá estar
subordinadas a garantías que aseguren la comparecencia del acusado al acto
del juicio, o en cualquier otro momento de las diligencias procesales y, en su
caso, para la ejecución del fallo” (art. 9, aps. 1º y 3º PIDCS y P)

Por ello, toda interpretación normativa que tienda a restringir la libertad


ambulatoria de nuestros defendidos son razones meramente subjetivas
derivadas de meras especulaciones del juzgador sobre la posibilidad de que la
persona se sustraiga a la jurisdicción deviene inconstitucional.

4.6.- La interpretación restrictiva de la libertad física es violatoria de la


Constitución Nacional desde el Preámbulo mismo que visionariamente proclama
el objetivo de “…asegurar los beneficios de la libertad…”, estando especialmente
comprometidos los artículos 14, 18, 28, 33, 75 inc. 22 y concordantes de la Carta
Magna.
En este sentido, insistimos, la libertad es un objetivo privilegiado por el
constituyente y una interpretación forzada de los textos procesales solo pueden
conducir a la vulneración constitucional. Más aún cuando se trata del caso de
personas cuya conducta precisamente se destacó por estar siempre a derecho y
respetar las decisiones judiciales. No debemos olvidar, como lo sostuvimos y lo
probamos en los recursos de Inconstitucionalidad con Apelación, ante la
denegatoria de excarcelación bajo caución juratoria y caución real, de que tanto
López como Astorga se presentaron espontáneamente ante el Juez de
Instrucción al enterarse por los medios de prensa de que existían orden de
captura, a pesar de haber presentado con anterioridad certificados médicos, de
los cuales el a-quo nunca se preocupó en verificarlos como exige la Ley ritual.
Como siempre sostuvimos, López y Astorga nunca llegaron al Juzgado de
Instrucción Nº 5 ni esposados ni en patrulleros, llegaron por sus propios medios,
y más aún sabiendo que el otro co-imputado en la causa Rudy Gil de Muro ya
estaba detenido y que a ellos le esperaba el mismo destino. Es decir, mis
asistidos se presentaron voluntaria y espontáneamente para quedar detenidos.
No les fueron a buscar a sus casas, ni le sorprendieron huyendo en una
carretera, ni lo tomaron en ningun aeropuerto. ¿ entonces donde está el peligro
de fuga ?
Si hubieran querido fugarse lo hubieran hecho, porque pasaron 8 dias, desde la
citación a indagatoria, en que presentaron certificados médicos, hasta el 13 de
julio de 2006 en que se presentaron solos.

Párrafo especial merece el hecho de que uno de los co-imputados en esta


causa, el Dr. Gil de Muro, se halla gozando de su derecho a la libertad
ambulatoria, habida cuenta que le fue concedida la excarcelación, que en
derecho le correspondía, lejos está del ánimo de esta defensa, cuestionar esta
libertad. Pero la comparación con mis defendidos se vuelve inevitable. La sola
comparación de ambas posiciones no resiste el menor análisis; y recurro a ella
porque la justicia requiere de la más absoluta transparencia, y esto significa
sinceridad. Por eso estamos siendo muy sinceros cuando ponemos este ejemplo
comparativo que, a nuestro entender, destila injusticia y discriminación ilegal; y a
lo que podría sumarse otro caso, como el del Sr. SUAREZ, imputado del mismo
delito y en libertad, si bien en otro expediente, pero relacionado a esta causa,
que bien conoce V.E.-

Peor aún, la apuntada circunstancia se hace aún mas inexplicable y contrastante


que en procesos, como el que aquí nos ocupa, en los que ni siquiera se ha
realizado el requerimiento de elevación de la causa a juicio, y sin embargo se los
mantenga detenidos, bajo un régimen de prisión preventiva basado en la
“PELIGROSIDAD” de fuga, que solo puede recordar a los regimenes totalitarios
al estilo del nacionalsocialismo y equivalentes.

Dadas estas explicaciones desaparecen todas las barreras que impiden la


concesión del beneficio que aquí solicitamos; no existiendo más garantías que la
promesa de los encartados de concurrir ante los estrados judiciales cuantas
veces se considere necesario, siendo avalista de ello la propia actitud de mi
defendido Félix Cayetano López que en numerosas oportunidades se constituyó
en la sede de los tribunales cuando fue requerido incluso telefónicamente. Por
ejemplo: cuando fue requerido por el Juez de Sáenz Peña en el año 2004 a
prestar Declaración Explicativa no jurada; o cuando el propio Juez de la causa,
Dr. Inocencio Zanazzo en septiembre de 2005 citó telefónicamente a “conversar”
sobre la causa a lo cual López acudiera inmediatamente. En otra oportunidad
este mismo Juez llama telefónicamente a López en noviembre de 2005 para
prestar también una Declaración Explicativa no jurada, cita a la cual acudió,
donde estuvo presente “informalmente” la Fiscal Ad Hoc Dra. Pachecoy, en esa
oportunidad sin ninguna obligación López se ofrece para colaborar con la
investigación con la documentación y el testimonio que necesiten. Todo lo cual
consta en las presentes actuaciones.

Que, así las cosas, esta situación restrictiva de su libertad se ha tornado


irrazonable tanto por su innecesariedad como por su exceso, debiendo
recordarse que lo irrazonable es en definitiva arbitrario y que así debe
considerarse al mantenimiento de su prisión sin pena fijada legalmente en juicio
previo (art. 18 CN)

Al respecto MAIER refiere que “La Ley Fundamental impide que se trate como si
fuera culpable a la persona a quien se le atribuye un hecho punible, cualquiera
sea el grado de verosimilitud de la imputación, hasta tanto el Estado, por
intermedio de los órganos judiciales establecidos para exteriorizar la voluntad en
esta materia, no pronuncie la sentencia firme que declare su culpabilidad y lo
someta a una pena”.

Por lo tanto el derecho a ser juzgado implica el derecho a que recaiga una
sentencia firme y que esa sentencia firme – “juzgamiento” – lo sea dentro de un
plazo razonable.-

4.7.- Para concluir, y en referencia al antecedente del imputado Félix Cayetano


López, a título ilustrativo vale recordar, el transcendental fallo de la Sala I de la
Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la
Capital Federal, en los autos “Ruy Barbará, Rodrigo s/ excarcelación” en el que
se le concedió este beneficio al inculpado pese a los antecedentes
condenatorios y causas en trámite que poseía al momento de evaluar su
liberación anticipada (C.C.C., Sala I, Dres. Donna, Elbert y Bruzzone; Rta.:
10/11/03).

En tal oportunidad se dijo que: “…no hay posibilidad de aceptar límites a la


libertad del imputado que tengan que ver sólo con las escalas penales, tal como
el codificador lo ha expresado de manera terminante en el art. 316 CPPN… Si
se quiere entender este código de manera armónica con las Convenciones de
Derechos Humanos, debe aceptarse que este artículo es inconstitucional cuando
sea interpretado iuris et de iure…” (del voto del Dr. Edgardo A. Donna).

Y también que “el encarcelamiento preventivo solo puede tener fines procesales,
porque se trata de una medida cautelar, no punitiva, criterio que, como se dijo,
surge de lo expresamente previsto en el art. 280 del CPPN y que fuera
consagrado en distintos precedentes por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (ver, en este sentido, el comentario de Alberto Bovino al fallo “Suárez
Rosero”, en Nueva Doctrina Penal, 1998 B, pags. 631 y ss., en part. Pags. 672 y
ss)… la sola sospecha de que el imputado, por el monto de pena que se espera
en el caso de recaer condena intentará eludir la acción de la administración de
justicia penal, no puede justificar ningun encarcelamiento preventivo (del voto del
Dr. Gustavo Bruzzone).-
En idéntico sentido, dicho Tribunal se ha pronunciado en el fallo “Barrionuevo,
José Luis s/ exención de prisión” (C.C.C., Sala I, Donna, Elbert y Bruzzone; C.
22.553, Rta.: 27/11/03 y en muchos otros posteriores.

Recientemente la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal se


pronunció en el mismo sentido y con cita expresa del precedente “Rodrigo Ruy
Barbará”, al resolver el 22/12/04 en autos “Macchieraldo Aquiles Alberto
s/recurso de casación e inconstitucionalidad” (causa nº 5473, reg. Nº 843/04), de
acuerdo con lo dictaminado por el Sr. Fiscal General de esa instancia. Entre
otras cuestiones allí se dijo que: “…no hay posibilidad de aceptar límites a la
libertad del imputado que tengan que ver sólo con las escalas penales, tal como
el codificador lo ha expresado de manera terminante en el art. 316 CPPN…” ,
observándose luego, con invocación del informe nº 2/97 de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, parrafo 30, que “… si los magistrados
que entienden en la causa no tienen la posibilidad de demostrar que existe
suficiente evidencia de una eventual intención de fuga u ocultamiento, la prisión
preventiva se vuelve injustificada”.-

4.8.- Respecto de la presente solicitud de libertad por cese de la prisión


preventiva y teniendo en cuenta que el presente proceso se sustancia en orden
al delito de defraudación por administración fraudulenta (arts. 173 inc. 3º y 7º del
CPA ), y teniendo en cuenta que el monto máximo de la pena prevista no supera
los seis (6) años, es que nos encontraríamos "prima facie" ante la hipótesis
contemplada por el art. 296 inc.1º del C.P.P. para la Pcia. Del Chaco, y que con
ello sería viable la presente petición.

En efecto y más allá de la medida de cautela personal que dispusiera el Juez


instructor al resolverse la situación procesal de nuestros asistidos y que hoy en
día los mantiene detenidos, no podemos ignorar que la presunción de inocencia
de que goza LOPEZ Y ASTORGA hasta el dictado de una sentencia
condenatoria firme que ponga fin a este proceso, está contendida en el art.18 de
la ley Fundamental y tiene como una de sus consecuencias fundamentales la
exigencia del reconocimiento al derecho de permanecer en libertad durante todo
el trámite de esta causa, criterio este que fue además recogido en las normas
internacionales que integran a partir de la reforma constitucional de1994, nuestro
ordenamiento máximo (vg. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
art. 9 apartado 3; Convención Americana sobre Derechos Humanos, art.7,
apartado 5).

Por lo demás, no debemos olvidar siguiendo, entre otros, a Bovino, A


("Problemas del Derecho Procesal contemporáneo", Ed. Puerto, Bs, As, pág. Nº
136 y ss.) y Maier, J. ("Derecho Procesal Penal Argentino", T. I, pág. 282/3) que
"la detención preventiva como medida cautelar, sólo puede tener fines
procesales. Y el carácter procesal de la detención significa que la coerción (la
privación de libertad) se utiliza para garantizar "la concreta averiguación de la
vedad y actuación de la ley penal".

En el mismo sentido opina Cafferata Nores ("Medidas de coerción en el nuevo


Código Procesal Penal de la Nación", Desalma, Buenos Aires, 1994 pág. 122 y
ss) cuando sostiene que las medidas de coerción procesal "sólo se conciben en
cuanto sean necesarias para neutralizar los peligros que puedan cernirse sobre
el descubrimiento de la verdad o de la actuación de la ley sustantiva".

4.9.-De igual manera ha receptado la jurisprudencia de nuestro más Alto


Tribunal, a partir de los precedentes más remotos este favor libertáis de que
goza la persona sometida a proceso, hasta tanto recaiga una sentencia final
dictada con autoridad de cosa juzgada y que se engarza con el in dubio pro reo
contenido en el art. 4 del C.P.P. para la Pcia. Del Chaco con su correlato a ser
puesto en libertad sin perjuicio que continúe el proceso, que deriva de la
garantía de ser juzgado en un plazo razonable receptada por el art. 7, inc. 5 de
la Convención Americana de Derechos Humanos (cfr. entre otros fallos 54:264;
280; 297; 290:393; 300:642; 304:184; 305:1022; 307:1615; 324:3788).

De allí que consideremos que la limitación de la libertad personal durante el


proceso desvirtúa la naturaleza cautelar de la prisión preventiva, al convertirla en
una verdadera pena anticipada, pues la aspiración social de que todos los
culpables reciban pena presupone que se haya establecido previamente esa
calidad.
La detención o la prisión provisional, dice Bovino (op. Cit. pág.138) "no son
penas ni deberán emplearse nunca para lograr fines que legítimamente
corresponden al ámbito de las sanciones penales".

En consecuencia es unánime el criterio de que la coerción procesal que


representan este tipo de medidas sólo tiende a proteger la realización de fines
procesales que pueden ser puestos en peligro. 1) cuando el imputado
obstaculiza la averiguación de la verdad -entorpecimiento de la investigación- y
2) cuando se fuga o existe peligro de ello e impide la aplicación del derecho
penal material.

Ninguno de estos extremos se han dado en el presente legajo pues los


imputados siempre colaboraron con la investigación, aportando información y
documentación, no objetando, ni impugnando, ninguna de las pruebas
documentales arrimados a la causa, como ser la Auditoria practicada por Peritos
del STJ del Chaco, ni los distintos informes de los Bancos, ni los informes de los
Agentes de Bolsa, ni el Informe de Caja de Valores, Felix Lopez reconoció los
Contratos de Compra Venta Comercial que firmó con Gil de Muro, como único
titular y legitimo tenedor de los bonos, nunca se solicitaron careos, ni se
impugnaron testimoniales por parte de mis asistidos .

4.10.- Que, pasando a analizar los antecedentes doctrinarios de la problemática


del encarcelamiento preventivo, esta cuestión no es una preocupación de los
juristas de este tiempo únicamente, como en equivoco se piensa. El Maestro
Jofré, anotando el original artículo 56 de su Código decía de la morosidad
judicial: “Todo el mundo la reconoce, perjudica las garantías individuales, la
moral pública y el crédito del país. Seis meses para que un proceso recorra
todas sus fases no es un tiempo breve; pero es peor el sistema actual, en que
no se sabe cuando terminan las causas y los hombres se pudren en las cárceles
esperando la tardía sentencia. Las reformas introducidas (se refería a su
anteproyecto de 1908) no significan en manera alguna que los funcionarios no
deban expedirse dentro de los plazos del Código. Su alcance es otro: tiende a
evitar las eternas demoras que tanto mal hace a nuestra justicia, marcando un
límite para la duración de los procesos, del cual no se podrá pasar
impunemente. No hay causa, por complicada que sea, que no pueda fallarse en
los términos que consigna el artículo”. (Código de Procedimiento Penal
Comentado Ed. Depalma Bs. As. 1965 pag. 43.-

Que, estudiando al Maestro Jofré, no podemos substraernos de reflexionar


sobre la suerte de nuestros defendidos que, cien años después de que estas
líneas doctrinarias fueran publicadas, cumplen calladamente un encierro sin ley
ni razón jurídica que pueda sostenerse con seriedad institucional, más que con
subjetivadas argumentaciones del juzgador como “la complejidad de la causa”,
etc. Más si se piensa que se trata de una causa que si bien cuenta con
aproximadamente 35 cuerpos del Expediente, no posee una sola línea
documentada y fundada en derecho que explique con claridad meridiana y
circunstanciada la relación de los hechos de la causa y en ella la ubicación
concreta de la conducta supuestamente típica de los imputados. No hay nada,
sin embargo, allí están detenidos indefinidamente. Están detenidos por las
dudas de que en algún año futuro, luego de llenar edificios enteros de cuerpos
nuevos, se logre explicar a la sociedad qué delito se ha cometido y que conducta
típica realizaron nuestros defendidos por lo cual estuvieron tanto tiempo
encerrados. Para entonces, ¿Quién responderá por los derechos violados, por
los daños producidos y los años perdidos de estas familias con menores a
cargo? ¿Quien responderá por años de violación sistemática a los derechos de
estos niños a quienes se les ha privado ilegítimamente de la protección, el
cuidado y la manutención de su padre detenido y estigmatizado? ¿Acaso toda la
sociedad deberá soportar esta reparación y esta vergüenza social e
institucional?

Que, así es el caso del imputado Walter Alejandro Astorga, padre de tres chicos
menores, dos de ellos bebés y uno en edad escolar primaria, Nicolás Astorga (9
años), a quien sus compañeritos de clase le preguntan con esa crueldad propia
que suelen tener los chicos en esa etapa de su vida: ¿Tu papá está preso
porque robó? ¿Tu papá sigue preso por ladrón? Se encuentra afectado
psicológicamente con una tristeza extrema por el trastorno familiar de la
ausencia del padre, y el estigma que rodea esa ausencia. Félix Astorga (3 años)
casi no identifica el rol de paternidad del imputado porque más tiempo de su vida
lo conoció detenido. El último hijo, recién nacido, Juan Simon López, ni siquiera
pudo contar con la inscripción de su identidad a través del apellido del padre.
Todo esto con el agravante de que Walter A. Astorga no era miembro del
Directorio de Egiway Corporation, sino empleado de la misma que cumplía
órdenes del Presidente de la Empresa, esto en cuanto a las transferencias
bancarias, internas, de cuenta a cuenta de la misma empresa y que además no
posee ningún tipo de antecedentes penales. La detención de Astorga es
insostenible bajo cualquier arista jurídico procesal que se pretenda. ¿Qué interés
del proceso se está resguardando manteniendo el encierro de un padre
proveedor de sus tres hijos y su mujer? ¿Qué resguardo procesal de esta causa
puede justificar condenar de hecho a tres niños a la intemperie moral y
económica? Un padre proveedor y apegado a sus hijos, sin antecedentes
penales y acusado de un delito menor (máximo de pena 6 años), jamás debió
estar detenido cautelarmente, a la luz de nuestro ordenamiento jurídico que
incluye el rango constitucional de la Convención de los Derechos del Niño.

Mucho más modernamente, también con una prosa clara y concreta, el Maestro
de Frankfurt Winfried Hassemer se ha pronunciado respecto de las condiciones
de legitimidad del encierro preventivo con esta afirmación medular: “La prisión
preventiva es privación de libertad frente a un inocente. Entre juristas penales no
deberían existir dudas acerca de que ni siquiera la sospecha más vehemente
podría estar en condiciones de restringir el principio de inocencia. Esto lo exige
no solo la garantía de existencia de este principio, del cual nada quedaría si al
suficientemente sospechado se lo considera como “quizás inocente” y al
fuertemente sospechado como “más bien culpable”. Esto es exigido también por
el respeto frente al procedimiento principal y frente a su conclusión con fuerza de
cosa juzgada: quien no defiende la presunción de inocencia aún en caso de
sospecha vehemente del hecho en forma radical, le quita valor al procedimiento
principal, y eleva los resultados del procedimiento instructorio, provisionales y
adquiridos con instrumentos jurídicamente menos idóneos, a la categoría de
sentencia condenatoria. El jurista penal, en lo que se refiere a la culpabilidad del
imputado, solo confía en la sentencia con autoridad de cosa juzgada. Se permite
confiar en la fuerza de existencia de esta sentencia aun cuando sean
absolutamente posibles las dudas acerca de su corrección. De ello se sigue
necesariamente que la prisión preventiva no puede perseguir objetivos del
derecho penal material. La persecución de fines de prevención general o
especial presupone que se encuentre firme el presupuesto de ese derecho penal
material: la culpabilidad del afectado.” (Hassemer, Winfried “Crítica al Derecho
Penal de Hoy” Trad. Patricia Ziffer, Ed. Ad – Hoc, Bs. As. 1998 Pág. 117 y sig.)

Que, entendiendo la vocación por elevar las medidas procesales precautorias


del instructorio por encima del proceso principal de los juzgadores del
“peligrosismo” contemporáneo, uno puede explicarse las razones que motivan a
los instructores de la causa que nos ocupa. Como bien nos señala el Maestro de
Frankfurt, quien considera culpable de antemano al detenido preventivamente,
violando así el principio constitucional de presunción de inocencia, quiere que se
prolongue lo más posible la etapa instructora, porque el encierro cautelar del
cual dispone este juzgador “peligrosista” es la pena que ha decidido para el
precoz condenado. Es la pena que puede imponer por decisión unilateral, sin
hacer ruido en la tranquilidad de escritorios oscuros se resuelve sin publicidad ni
testimonios inesperados la suerte del reo. Quien desprecia el verdadero proceso
penal, que es oral, que es público y participativo, prefiere extender la prisión
preventiva y demorar lo más posible el instructorio para evitar la elevación de la
causa a Juicio. Para ello siempre se encuentra a la mano excusas superficiales:
que la complejidad de la causa, complejidad buscada obviamente por la misma
jurisdicción; que la peligrosidad de los imputados; que si igual se lo va condenar
porque es culpable para qué soltarlo; que la peligrosidad; que pueden
entorpecer el proceso; que porque tiene dos domicilios entonces eso prueba que
no se sabe donde vive que por lo tanto de pronto podría dejar de vivir en el país,
que por las dudas lo dejamos que viva en la Comisaría; que no ha intentado
reparar nada que no quiere pagar el monto que le debe a los “perjudicados” por
la estafa por lo cual ya se los considera estafadores y además le piden plata
para soltarlos; Todo argumento: desde el más insignificante al más aberrante es
bueno para encerrar ilegítima, ilegal e inconstitucionalmente a una persona. El
juzgador instructorio que ofende la autoridad que solo encuentra la sentencia de
cosa juzgada es la fiel prueba de la frustración del Derecho y de la Justicia frente
a la ignominia de la arbitrariedad autoritaria.

Que, al respecto de la causa que nos ocupa, cabe preguntarse ¿Por qué el
juzgador instructorio (en opción peligrosista) prefiere no llegar a Juicio?, ¿o
dilatar lo más posible la elevación a Juicio Oral y Público? Si está confiado
(ilegítimamente) en la culpabilidad del encerrado ¿por qué no confiar en el
Tribunal del Juicio Oral y Público y de paso cumplir con la ley ritual y la
Constitución Nacional? Seguramente que las condiciones de Inmediatez,
Oralidad y Publicidad del Juicio Oral y Público no permitirían exponer a la luz
pública las aristas de un delito que en verdad objetiva y probada nunca existió
en realidad social. No se podría afirmar “tal hecho ha ocurrido” cuando ese
hecho nunca hubiere ocurrido. Tampoco podrá fabricarse dogmáticamente un
evento que no haya sido verificable como existente. Tampoco podría ajustarse
los detalles de la realidad al tipo penal, no cabría más que hacer lo contrario, lo
que se ajusta a derecho, que es verificar si el tipo penal se ha verificado
presente en la realidad social. No podrá tampoco afirmarse sin fundamentos ni
pruebas que existió conducta típica, cuando no ocurrió un tipo penal. Si no hay
delito no hay delincuente. Un hecho, por más antipático o doloroso que pueda
significar por su impacto en el cuerpo social, si no encuadra en un tipo penal, no
es delito penal ni plausible de pena el hecho. Podrá tratarse de un hecho
reprochable moral o éticamente, pero no penalmente, si así no se hiciere, el art.
18 de la Constitución Nacional estaría dibujado y cualquier ciudadano podría ser
acusado de cualquier cosa y detenido y castigado. El principio de legalidad es
taxativo y de absoluta respetabilidad jurisdiccional. En el Juicio Oral encuentra
su espacio de realización plena: allí se debe invocar con claridad qué tipo penal
se ha investigado y qué conducta con respecto al tipo se ha probado y verificado
de los imputados, ley anterior al proceso, lo mínimo de un Estado de Derecho.
Todo esto se torna absolutamente sencillo en un Juicio Oral y Público. Allí el
Ministerio Publico debe explicar su caso y los defensores el suyo, y se debate y
se contrapregunta y los testigos deben estarse a derecho cumpliendo con la
exposición que implica la carga pública. Nuestros defendidos sufren encierro
indefinido sin perspectivas actuales de elevación de Juicio porque en el Juicio
quedaría inmediatamente probado y clarificado, lo que 35 cuerpos de instructorio
pretenden oscurecer, no hay delito, no hay tipo penal, por lo tanto la conducta
descripta por el a-quo es atípica.

4.11.- Esta defensa quiere destacar que en la causa de alto impacto social
conocida como “Causa Cromañon” en la que murieron más de 194 personas en
la cual el acusado Omar Emir Chabán y procesado por el delito de estrago
doloso y cohecho activo que tiene una pena mínima de ocho años de cárcel y
una máxima de 26 se encuentra en libertad al haber hecho lugar la Cámara de
Casación de la Capital Federal una solicitud de cese de prisión preventiva
interpuesta por sus abogados defensores en términos similares en que la
defensa de López y Astorga realizamos en el presente escrito. Entre los
fundamentos por los cuales se le otorgó el cese de prisión rescatamos lo
siguiente: “… más allá de la complejidad del caso en cuestión, en miras al
carácter provisional de la prisión preventiva, la procedencia de su prórroga no
está vinculada únicamente a las tareas realizadas o por realizar" por parte del
tribunal oral. Esto, según Casación, "depende de la existencia concreta de riesgo
de frustración de los fines del proceso por parte del imputado Omar Chabán",
quien es el único imputado en la causa que está preso porque siempre se
consideró que existe peligro de que se fugue dada la gravedad del delito que se
le imputa. También se afirmó que: “el estado natural del hombre es la libertad y
la cárcel durante el proceso debe ser excepción. Negar la excarcelación
mecánicamente porque el delito tiene previstas penas altas es inconstitucional
porque va contra la garantía de la presunción de inocencia. Lo que se debe
hacer para decidir o no la excarcelación, por más grave que sea el delito que se
imputa, es examinar si hay o no posibilidad de que el acusado libre se fugue,
altere pruebas o frustre el juicio”.

Que, esta defensa alude en particular a este resonante caso porque Chaván,
como nuestros defendidos, se encontraba con prisión preventiva durante más de
dos años sin tener sentencia. Nuestros defendidos ya cumplieron dos años de
detención preventiva sin sentencia y aún no son excarcelados a pesar de que el
delito del cual se los acusa es de una escala penal mucho más baja que el de
Chaban, y a pesar de que los daños de aquel caso no se pueden comparar con
la causa de nuestros defendidos ya que estamos ante 194 personas fallecidas.
Sin embargo la Justicia por los argumentos técnicos, legales y constitucionales
vigentes resolvió el cese de prisión preventiva para Chabán, lo cual obviamente
con más razón aún corresponde a nuestros defendidos.

4.11.- JURISPRUDENCIA ESPECÍFICA: Que, vale también destacar a los


efectos de esta causa, el fallo reciente de b. G. 206. XLII, “Guerrieri, Pascual
Oscar s/ legajo de prórroga de prisión preventiva (art. 1º -ley 25.430)” del 11 de
diciembre de 2007. La mayoría del Tribunal remitió al dictamen del señor
Procurador Fiscal – jueces Petracchi, Highton, Zaffaroni, Maqueda-. En
disidencia votó la jueza Argibay. En sus presentaciones, el apelante controvirtió
la interpretación que, en autos, se había formulado de la ley 24.390 “…al
considerar que el límite de la prisión preventiva ha sido fijado legalmente y que,
en consecuencia, cualquier prórroga que exceda la autorizada, resulta ilegítima”
(pto. II).
Por otro lado, también tacho de arbitrario el fallo apelado en la medida en que el
rechazo de la excarcelación había reposado en pautas genéricas y de excesiva
latitud que no bastaban para fundar en forma adecuada el peligro procesal como
base de sustentación de la prisión preventiva. Dado que el recurso extraordinario
se concedió en forma parcial y que el apelante no dedujo queja en punto al
planteo de arbitrariedad, el pronunciamiento de la Corte sólo podía resolver el
primer agravio. Dentro de dichos límites, se entendió que las argumentaciones
del recurrente no bastaban para torcer la doctrina de Fallos, 310:1476; 319:1840
y 326:4604. Según se informa en la disidencia de la jueza Argibay, el apelante
había invocado en su apoyo la disidencia del juez Bossert en Fallos, 320:2105, a
los efectos de sustentar la idea conforme a la cual los plazos establecidos en la
ley resultaban de aplicación automática. Para esa disidencia, el recurrente había
rebatido con éxito la doctrina de los precedentes invocados por el a quo y el
propio Procurador Fiscal, de tal forma que por ello, propugnó la declaración de
admisibilidad formal del recurso. Sin embargo y al igual que en otras decisiones
suscriptas por la misma jueza, la inexistencia de mayoría tornaba estéril –a su
juicio- pronunciarse aisladamente sobre la cuestión de fondo introducida por la
parte recurrente.

4.12.- Para terminar, V. E., vamos a transcribir un extracto del plenario del
Tribunal de Casación Penal de la Ciudad de la Plata, Provincia de Buenos Aires
del 30/11/06, en cuyo seno se debía establecer cual es el plazo máximo de
duración del encarcelamiento preventivo, el voto corresponde al Sr. Juez de
dicho cuerpo Dr, Fernando Luis Maria Mansini, la parte pertinente dice: “hija
bastarda de la modalidad a la que llamamos pena, existe la prisión preventiva
sin que ahora sea del caso abundar sobre las obviedades tantas veces dichas
sobre su naturaleza o sobre su presunta necesidad.

Es gravísimo el padecimiento de los imputados cuya privación cautelar de la


libertad se prolonga, puesto a que la incertidumbre que los angustia se añaden,
en su perjuicio, las condiciones de un encierro que, sobra decirlo, están lejos de
ser adecuadas.

Digo gravísimo sin demagogia. Digo gravísimo sin hipocresía. Digo gravísimo sin
olfateo academisista distante. Digo gravísimo sin expropiar el dolor ajeno. Digo
Gravísimo a partir de una apreciación propia y sincera.

Importa decirlo para que a modo de tormenta ello se cierna como un techo de
advertencia bajo el cual despleguemos luego, con el temor reverencial que el
asunto merece, nuestro pretencioso palabrerío.

El motivo del indisimulado disgusto que trasunto en los renglones precedentes


es la insatisfacción que imagino sentirán los presos que alentaron una falsa
expectativa.

La petición para que, en un plenario, se dimensione temporalmente, en general y


en abstracto, el plazo razonable de prisión preventiva es, por todo lo explicado
antes, estrambótica y por supuesto inaceptable.

Aún expresándolo con toda modestia, lo cierto es que lo dicho en el apartado


precedente era, acaso, de inexorable advertencia. Por supuesto que de ninguna
manera resulta exigible que las peticiones, para ser hechas, deban tener
pronóstico de prosperidad (de otro modo determinadas situaciones nunca
cambiarían), pero también es cierto que no puede alabarse calurosamente un
intento con umbral de admisibilidad tan escaso, especialmente cuando no
emergía como indescifrable su potencialidad generadora de esperanzas más
vanas que cumplibles.

No importa. Me llamo al silencio inmediato. No estoy- nunca lo hago- para juzgar


la tarea de las partes excediendo las necesidades de motivación del
pronunciamiento.

Aún sobre los escombros de nuestras miserias nos corresponde, con toda
humildad tomar los rezagos útiles e intentar construir justicia con sentido
reparador, en la medida en que nuestra tarea lo permita.

Así lo digo por qué, igualmente, más alla del reparo relativo a la implausibilidad
de la presentación, el esfuerzo defensista tienen la gran virtud de sacudir el
polvo y mostrar en blanco sobre negro una situación que, por la gravedad a la
que antes hice referencia, merece ser atendida con premura y dedicación por
todas las vías pertinentes.

En ese transe es cuando, el preocupado pedido de plenario empieza a adquirir


nobleza pues, cuanto menos, opera como una mano que toma la cabeza de
quienes debieran atender el tema y la gira con pulso firme hacia el centro
neurálgico de la cuestión. Nos obliga a recordarle a todos que no se puede mirar
para otro lado.

Como derivación lógica de la proposición con lo que sostengo que el plazo


razonable de la prisión preventiva no puede firjarse judicialmente y en abstracto,
sino en un proceso en concreto, deviene necesariamente la recomendación para
que quienes estén a cargo de cada uno de esos procesos revisen la racionalidad
del encierro, sobre todo porque tal verificación debe ser considerada de
naturaleza dinámica, es decir, potencialmente mutable conforme al tiempo y a
otras contingencias. Si bien se mira, el espíritu que anima esta recomendación
anida en el art. 168 bis incorporado a nuestra normativa ritual por la ley 13.480.-

Es tarea para ahora.

A modo de mera exhortación (no creo en otras directivas que las que emanan de
convencer) señalo como impostergable que sin grandilocuencias discursivas, sin
declamación sobre objetivos monumentales, sin proponerse lo imposible, ya,
aquí y ahora, caso por caso, a pedido o de oficio, se comience con persistencia
la tarea de revisión de perdurabilidad de los encierros preventivos en orden a un
baremo razonable.

Para no dejar hueca la sugerencia precedente, adhiero en lo que respecta a las


pautas que deben tenerse en cuenta para el análisis citado, a lo sostenido en el
voto del Sr. Juez Dr. Jorge Celesia.
Así lo voto”.-

5.-RESERVA DEL CASO FEDERAL

Que, a partir de los planteos introducidos, he de tomar como recaudo legal el


dejar asentada la voluntad de acudir eventualmente a la instancia superior
mediante los recursos de Casación e Inconstitucionalidad; así como la expresa y
formal Reserva del Caso Federal en los términos del art. 14 de la Ley 48. Ello es
así en virtud de los derechos y garantías constitucionales invocados, tanto como
por las vulneraciones constitucionales verificadas, entre las que se incluyen la
Arbitrariedad, irrazonabilidad y gravedad institucional.

6.- PETITORIO:

Por todo lo expuesto SOLICITAMOS:

1.- Se disponga la libertad bajo caución juratoria de nuestros defendidos Félix


Cayetano López y Walter Alejandro Astorga, en virtud del art. 1º y concordantes
de la Ley 24.930 y su modificatoria la Ley 25.340.

2.- Se tenga por reservado el Remedio Federal de la Ley 48.

3.- Y en virtud de la cercanía de la Feria Judicial se habiliten días y horas


inhábiles por la gravedad de los derechos invocados.

Proveer de conformidad que,

SERA JUSTICIA
SOLICITUD DE REVISIÓN DE MEDIDA

CIUDADANO:

JUEZ CUARTO EN FUNCIONES DE CONTROL DEL CIRCUITO


JUDICIAL PENAL DEL ESTADO CARABOBO.

SU DESPACHO.-

Yo, ANGEL JURADO ZAVARCE,venezolano, mayor de edad, soltero,


abogado en ejercicio inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el N°  149.973,identificado con la cédula de
identidad N° V-17.316.806, con domicilio procesal en las oficinas N° 3, 4
y 5 del Centro Comercial Las Delicias, ubicado en la Avenida Las
Delicias, Urbanización El Viñedo, Valencia, Estado Carabobo; actuando
en este acto en mi condición de defensor del ciudadano PABLO AURE
SANCHEZ, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad Nº V-5.208.546, de este domicilio, ante su competente
autoridad ocurro de conformidad con el artículo 250 del Código Orgánico
Procesal Penal para solicitar sean examinadas las medidas impuestas a
mi defendido en los términos siguientes:

CAPÍTULO I

DE LOS ANTECEDENTES DEL PRESENTE CASO

        Cursa por ante este despacho la causa seguida al


ciudadano PABLO AURE SANCHEZ,en la cual el día 26 de junio de
2104, este Tribunal 4to de Control, dictó auto mediante el cual impuso
las medidas cautelares sustitutivas de libertad de conformidad  con lo
establecido en el artículo 242, ordinales 3°, 4° y 9°, relativas a
presentación cada quince (15) días por ante la Oficina de Alguacilazgo de
este Circuito Judicial Penal,  prohibición de salida del estado Carabobo y
del país sin autorización previa del tribunal, y prohibición de
comunicarse de manera instigante al odio.

CAPITULO II

DE LA NECESIDAD DE LA REVISIÓN

el objeto de la presente solicitud radica en los efectos que tienen las


medidas impuestas, siendo limitan gravemente los derechos de mi
defendido, así como el desempeño de sus funciones como profesor
universitario y Secretario de la Universidad de Carabobo, labores y
cargos que desempeña según se desprende de la constancia acompañada
a este escrito marcada “A”, donde se demuestra el cargo de profesor
titular y a dedicación exclusiva de la Universidad, y del Acta de
Proclamación y Juramentación de las Autoridades Rectorales marcada
“B” en la cual se demuestra el cargo de secretario que desempeña.

        Ahora bien, de la propia naturaleza del cargo que desempeña mi


defendido se desprende la necesidad de la revocación de las medidas
cautelares impuestas o al menos se decreten su sustitución por otras
menos gravosas y limitantes de sus derechos, toda vez que como
Secretario tiene atribuciones que actualmente bajo el régimen al cual se
encuentra sometido no las puede cumplir.

        De conformidad con la Resolución mediante la cual se aprueban


como parte integrante del reglamento interno del consejo nacional de
universidades, las normas y el organigrama que en ella se especifican
publicada en Gaceta Oficial N° 37.000 de fecha 20 de Junio de 2003,
acompañada marcada “C”, forma parte lo denominado Núcleos de
Secretaría, de acuerdo con el artículo 16 de dicha resolución, lo que
concatenado con el Reglamento del Núcleo de Secretarios del Consejo
Nacional de Universidades que se compaña marcado “D”, implica la
necesidad de la asistencia de mi defendido a las sesiones de este órgano,
todo ello de conformidad con el artículo 6, del reglamento, obligación con
la cual no podrá cumplir derivado de las medidas a las que se encuentra
sometido.

        Además de ello, la Universidad de Carabobo tiene Núcleos, fuera


del Estado, hechos que son públicos y notorios, sin embargo, a los
efectos de demostrarlo consignamos marcado “E”, el Manual de
Organización de la Comisionaduría del Rector Núcleo Aragua, Versión N°
02, y marcado “F”, el Manual de Organización de la Comisionaduría del
Rector Núcleo Aragua, Versión N° 01.

        En base a lo anterior, si bien es cierto que el asiento principal de la


Universidad se encuentra radicado en esta ciudad de Valencia; esta
institución cuenta con Núcleos y Extensiones esparcidos en el territorio
nacional, asimismo los compromisos de mi defendido en condición de
Secretario le imponen trasladarse a distintas ciudades de la República,
para representar como Autoridad Universitaria a dicha casa de estudios
(UC).

        Entre las competencias que le corresponden a la Secretaría, se


encuentra la de suplir las faltas temporales del Vicerrector
Administrativo, ejercer la Secretaria del Consejo Universitario y dar a
conocer las resoluciones, refrendar la firma del rector en títulos,
diplomas, decretos y resoluciones expedidos por la Universidad, expedir
y certificar los documentos emanados de la misma, cumplir las funciones
que le sean asignadas por el Rector o por el Consejo Universitario, entre
otros, tal como lo establece el artículo 40 de la Ley de Universidades. Por
tal razón, solicito a este Tribunal reconsidere las medidas tomadas y con
ello no se afecte el normal desenvolvimiento de la Institución
Universitaria.
        Aunado a lo anterior, la situación del ejercicio vigente del cargo
público que ocupa mi defendido, el cual inexorablemente requiere del
ejercicio de la representación de la Universidad de Carabobo en espacios
más extensos del estado Carabobo, inclusive asistir a congresos o
representaciones institucionales fuera del territorio nacional; y en razón
de la consideración especial del principio de juzgamiento en libertad y de
la excepcionalidad de las medidas cautelares, principios de los cuales se
desprende, que la privación se aplicará como medida deúltima instancia
y necesidad, reconociendo que la libertad sin de restricción es un estado
del ser humano inquebrantable.

        Debo establecer que de conformidad con el ordenamiento jurídico


vigente en esta materia y los criterios de las Salas Constitucional y Penal
del Tribunal Supremo de Justicia se hace procedente el examen, la
revisión y la imposición de medidas que no afecten el desarrollo de las
funciones de mi defendido, todo ello en virtud de la afirmación de
libertad que rige como principio de nuestro sistema penal de
conformidad con el artículo 9, que implica la aplicación restrictiva de
este tipo de medidas.

CAPITULO III

DE LOS FUNDAMENTOS DE DERECHO

        Ahora bien, para la imposición de medidas menos gravosas tal y


como establece la ley adjetiva, es necesaria la concurrencia de los
requisitos exigidos por el artículo 236 del código adjetivo, toda vez que el
artículo 242 establece:

“Artículo 242. Siempre que los supuestos que motivan la privación judicial


preventiva de libertad puedan ser razonablemente satisfechos con la
aplicación de otra medida menos gravosa para el imputado o imputada, el
tribunal competente, de oficio o a solicitud del Ministerio Público o del
imputado o imputada, deberá imponerle en su lugar, mediante resolución
motivada, algunas de las medidas siguientes:

1. La detención domiciliaria en su propio domicilio o en custodia de otra persona, sin


vigilancia alguna o con la que el tribunal ordene.

2. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución


determinada, la que informará regularmente al tribunal.

3. La presentación periódica ante el tribunal o la autoridad que aquel designe.

4. La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual reside o


del ámbito territorial que fije el tribunal.

5. La prohibición de concurrir a determinadas reuniones o lugares.

6. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que no se afecte


el derecho de defensa.

7. El abandono inmediato del domicilio si se trata de agresiones a mujeres, niños o


niñas, o de delitos sexuales, cuando la víctima conviva con el imputado o imputada.

8. La prestación de una caución económica adecuada, de posible cumplimiento por el


propio imputado o imputada, o por otra persona, atendiendo al principio de
proporcionalidad, mediante depósito de dinero, valores, fianza de dos o más personas
idóneas, o garantías reales.

9. Cualquier otra medida preventiva o cautelar que el tribunal, mediante auto


razonado, estime procedente o necesaria.
En caso de que el imputado o imputada se encuentre sujeto a una medida cautelar
sustitutiva previa, el tribunal deberá evaluar la entidad del nuevo delito cometido, la
conducta predelictual del imputado o imputada y la magnitud del daño, a los efectos
de otorgar o no una nueva medida cautelar sustitutiva. En ningún caso podrán
concederse al imputado o imputada, de manera contemporánea tres o más medidas
cautelares sustitutivas”.

De la transcripción anterior se desprende que las medidas menos


gravosas implican que existan los requisitos del artículo 236, que
establece lo siguiente:

“Artículo 236. El Juez o Jueza de Control, a solicitud del Ministerio Público, podrá
decretar la privación preventiva de libertad del imputado o imputada siempre que se
acredite la existencia de:

1. Un hecho punible que merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se
encuentre evidentemente prescrita.

2. Fundados elementos de convicción para estimar que el imputado o imputada ha sido


autor o autora, o partícipe en la comisión de un hecho punible.

3. Una presunción razonable, por la apreciación de las circunstancias del


caso particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la
verdad respecto de un acto concreto de investigación…”.

        Con respecto a los dos primeros requisitos omitiremos realizar


alegatos derivado de que se encuentra en curso la Fase de Investigación
y los mismos serán presentados ante el Ministerio Público, resolviendo
destinar nuestros planteamientos en base al tercer requisito.
        Ahora bien, con respecto al peligro de fuga son varios los elementos
mediante los cuales el juez puede apreciar o desestimar si existe o no,
siendo en este caso contundentes los elementos que desacreditan su
existencia, toda vez que mi defendido siempre ha cumplido y ha tenido la
voluntad de someterse al procedimiento penal del cual es objeto y para
muestra se presentó cuando fue dictada orden de aprehensión en su
contra, demostrando que no existe de su parte ningún tipo de rebeldía o
contumacia hacia el proceso, y su actitud ha sido prueba de todo lo
contrario, es decir,  de su deseo de colaborar con el desarrollo del mismo
en aras de obtener una decisión sin dilaciones indebidas, que demuestre
su inocencia, como corolario de lo anterior el Código Orgánico Procesal
Penal en su artículo 237, establece:

“Art. 237. Peligro de Fuga. Para decidir acerca del Peligro de fuga se tendrán en
cuentan especialmente, las siguientes circunstancias:

1. Arraigo en el País, determinado por el domicilio, residencia habitual,

asiento de la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para


abandonar definitivamente el país o permanecer oculto;
2. La pena que Podría llegarse a imponer en el caso;
3. La magnitud del daño causado;

4. El comportamiento del imputado durante el proceso, o en otro proceso

anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la


persecución penal;
5. La conducta pre delictual del imputado.

Parágrafo Primero: Se presume el peligro de fuga en casos de hechos punibles


con penas privativas de libertad, cuyo término máximo sea igual o superior a diez
años.
     En este supuesto, el fiscal del Ministerio Público, y siempre que concurran las
circunstancias del artículo 250, deberá solicitar la Medida de Privación Judicial
Preventiva de Libertad. A todo evento, El Juez podrá, de acuerdo a las circunstancias,
que deberá explicar razonadamente, rechazar la petición fiscal e imponer al imputado
una medida cautelar sustitutiva. La decisión que se dicte podrá ser apelada por el
fiscal o la víctima, se haya o no querellado, dentro de los cinco días siguientes a su
publicación.

Parágrafo Segundo: la falsedad, la falsedad, la falta de información o de


actualización del domicilio del imputado constituirán presunción de fuga, y motivaran
la revocatoria, de oficio a petición de parte, de la medida cautelar sustitutiva que
hubiere sido dictada al imputado”.

De lo anterior se desprende la inexistencia del peligro de fuga,


basándonos en la sentencia deLA SALA DE CASACIÓN PENAL:
sentencia Nº 295, de 29 de junio de 2006, expediente Nº A06-0252:

“Del Articulo Transcrito se infiere, que estas circunstancias ni pueden


evaluarse de manera aislada, sino analizando pormenorizadamente, los
diversos elementos presentes en el proceso, que indiquen un peligro real de
fuga, y así evitar vulnerar los principios de la afirmación y el estado de
libertad, establecidos en los artículos 9 y 243 del COPP”.

         Ahora bien, de conformidad con las circunstancias exigidas por el


legislador para considerarse sobre el mismo y que como establece la
anterior sentencia no pueden ser considerados de manera aislada, se
debe llegar a la conclusión de que en este caso no existe y se encuentra
totalmente probado en autos, en principio porque mi defendido tiene
plenamente comprobado su arraigo en el país determinado en principio
por su residencia habitual, su pública ocupación y lugar de trabajo, la
cual consta en autos, al igual que el asiento de su familia, que se
encuentra en el territorio del país, tal y como se desprende de su
comportamiento durante este proceso.

        En segundo lugar, se encuentra en este caso la circunstancia del


comportamiento de mi defendido durante el proceso, que ha sido el de
someterse al mismo y de cumplir con las medidas que fuesen impuestas
en su contra, ¿Qué muestra más clara de presentarse cuando fue
dictada una orden de aprehensión?, este hecho demuestra totalmente la
inexistencia del peligro de fuga.

        En tercer lugar, igualmente debe ser tomada en cuenta la conducta


predelictual de mi defendido, que no tiene ningún tipo de antecedente
penal ni siquiera antecedentes policiales, de lo que se desprende que
siempre ha sido un ciudadano de buena conducta, acatando las normas
y respetando los preceptos establecidos por nuestro ordenamiento
jurídico.

        En consecuencia, siendo que una medida esencialmente se justifica


por la necesidad de asegurar el proceso, específicamente, garantizar sus
resultados y la estabilidad en su tramitación, en el caso de
mi  defendido, el ciudadano PABLO AURE SANCHEZ, suficientemente
identificado en autos, existen elementos en las actas procesales que dan
fe del arraigo (y que no hay consiguientemente peligro de fuga), además
del cumplimiento intachable por parte del mismo de las medidas a las
cuales fue impuesto en un principio por el tribunal, lo que demuestra su
voluntad de someterse al proceso y que implica además que la finalidad
del proceso se encuentra asegurada, toda vez que de su comportamiento
se desprende lo innecesario de la aplicación de estas medidas tan
severas y que de alguna forma limitan su libertad personal y el desarrollo
del cargo que ocupa en la Universidad de Carabobo, si bien no se
encuentra privado de libertad en un centro de reclusión, estas son
medidas que le imponen obligaciones y deberes, por lo que deben ser
igualmente consideradas como medidas de coerción personal.

Tampoco hay peligro de obstaculización para averiguar la verdad


pues no existen elementos que determinen el riesgo de que mi defendido
destruya, modifique, oculte o falsifique elementos de convicción, o de que
influirá para que sujetos relacionados con el caso informen falsamente o
se comporten de manera desleal o reticente, o induzca a otros a realizar
esos comportamientos, poniendo en peligro la investigación, la verdad de
los hechos y la realización de la justicia.

Ahora bien tal y como lo establecen la Jurisprudencia y las normas


del Código Orgánico Procesal Penal antes enunciadas, es necesaria la
presencia de los mismos requisitos de la medida privativa de libertad
para poder imponer una medida menos gravosa o de las llamadas
medidas cautelares sustitutivas, por lo que en este caso la inexistencia
del tercer requisito de necesaria concurrencia como lo es el peligro de
fuga o la obstaculización de la investigación, es necesario que este
Tribunal revise las medidas de las cuales fue impuesto mi defendido en
un primer momento y sean revocadas, toda vez que las medidas
cautelares se hayan sujetas al principioREBUS SIC STANTIBUS, según
el cual será procedente el mantenimiento de las medidas cautelares
cualquiera sea su especie siempre y cuando no hayan variado las
circunstancias que dieron lugar a su aplicación, siendo que en este caso
esas circunstancias han variados por la inexistencia del peligro de fuga y
de obstaculización, también deben variar las condiciones en las cuales
mi defendido se encuentra sometido a este procedimiento y se hace
procedente la revocación por parte de este tribunal de las medidas
anteriormente enunciadas, o en  el peor de los casos, la
modificación de las mismas. De estos diversos elementos jurídicos de
orden sustantivo y procesal, han determinado la necesidad de revisar la
decisión tomada en la Audiencia De Presentación De Imputado.
PETITORIO

        Por los fundamentos de hecho y derecho antes expuestos,


solicitamos a este Tribunal revoque las medidas dictadas en la audiencia
de presentación de Imputado o en su defecto aplique alguna que no
afecte el desenvolvimiento de mi defendido en el ejercicio de su cargo,
como por ejemplo: estar atento a los llamados del Tribunal y de la
Fiscalía del Ministerio Público.

Es Justicia, en Valencia a la fecha de su presentación.

ANGEL JURADO ZAVARCE

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