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ANALISIS PELICULA “LOS CORISTAS”

Esp. Ps. Prof. Analía Musumano.

Si pensamos retrospectivamente en algunos personajes paradigmáticos de la


historia universal que hayan producido una ruptura con los cánones
preestablecidos por su época, la personalidad de Leonardo Da Vinci emerge con
una fuerza única por su capacidad de imaginar e innovar.
Más allá de su historia personal, lo que más atrae de su figura es la energía con la
que desplegó al máximo su capacidad creativa. Leonardo era zurdo y escribía de
derecha a izquierda, utilizando las letras al revés. Su escritura ha sido denominada
especular, debido a que únicamente puede ser decodificada colocando sus
escritos frente a un espejo. Esta particular forma de registro ha estado pensada
como una estrategia para proteger sus investigaciones de la posibilidad de recibir
acusaciones en su contra.
Resulta interesante el modo que elige este representante de la cultura del
Renacimiento para preservar y proteger su creación. Y es a partir de este pequeño
detalle de una gran historia, podemos abrir un interrogante acerca de diversas
prácticas que coexisten en el campo de la educación ¿qué acciones posibilitan
que los niños y las niñas preserven sus recursos creativos?
Las escenas observadas en la película “Los coristas” habilitan algunas reflexiones
posibles. El lema “acción-reacción” atraviesa el posicionamiento del particular
director de este internado. Claramente conductista, se liga a la mirada disciplinaria
tradicional, en tanto el “alumno ideal” es concebido como un sujeto pasivo, mero
receptor de conocimientos, que responde mecánicamente con el comportamiento
“normalmente esperado”(a través de un vínculo sustentado en el miedo al castigo
y a la represión). Esta pasividad produce sujetos rigidizados, que probablemente
no puedan transformar la realidad, obturando así la posibilidad de ampliar el
potencial creativo.
Cuando Foucault realiza un desarrollo acerca del modo de ejercer el poder
disciplinador, hace una alusión al principio de localización elemental:”...a cada
individuo su lugar, y en cada emplazamiento un individuo (...) El espacio
disciplinario tiende a dividirse en tantas parcelas como cuerpos o elementos a
repartirse hay...” (Foucault, 2001:147)
Esto significaría entonces, si lo trasladamos a la realidad del campo de la
educación, que a cada lugar se le asigna un valor y que el espacio se construye
como un gran tablero de ajedrez, donde cada pieza ocupa ese lugar y ningún otro.
En el espacio escolar que se diseña de esta forma, las/los estudiantes no pueden
moverse sin la mirada atenta y vigilante del docente, que sigue todos y cada uno
de sus movimientos (varias escenas de la película muestran este “mosaico”)
De esta manera, la actitud del docente estaría en función de crear un espacio de
control y vigilancia, ingresando así en la maquinaria panóptica que se encarga de
producir cuerpos dóciles y disciplinados (Santiago, 2003). Tal es la concepción
que subyace en los “decires” del director de este internado.
¿Cuál es la ruptura que produce el “nuevo docente” de esta historia? ¿Cuál es el
cambio en la mirada? ¿De qué modo se configura otro escenario posible? La
utilización de recursos expresivos (en este caso, a través de la música), la
incorporación de múltiples lenguajes, la ruptura de la espacialidad disciplinaria
tradicional, son algunas estrategias que le permiten habilitar en estos niños la
posibilidad de resignificar su propia historia, produciendo efectos en la
constitución subjetiva.
Para diseñar otras formas de espacialidad educativa, sería relevante que las
mismas aparecieran ligadas a diversas alternativas atravesadas por el
movimiento, la plasticidad, la transformación, la creatividad, la imaginación.
Las experiencias en el campo de la educación que emergen ligadas a la
construcción de un espacio de juego constituyen un modo privilegiado para que
las niñas y los niños puedan desplegar algunas escenas lúdicas, favoreciendo así
el acceso al mundo simbólico.
Winicott (1971) introduce el concepto de espacio potencial, área intermedia en la
cual se desarrolla el juego. Considera que es precisamente allí, en esta
intersección entre mundo interno y realidad exterior donde transcurre esta
posibilidad de jugar. Posibilidad que se convierte en una oportunidad de crear, de
compartir, de intercambiar, de accionar.
La utilización de recursos lúdicos y expresivos opera como una ruptura frente al
modo tradicional de concebir este espacio. Se establece un puente hacia la
aventura de descubrir otras alternativas para construir algo diferente.
Los docentes del Movimiento di Cooperazione Educativa, en un cuaderno titulado
“La creativitá nell´espressione”, afirman que tradicionalmente a la creatividad se la
vincula a las áreas de Expresión Plástica y al juego, contraponiéndola a otras
situaciones de aprendizaje, como los conceptos matemáticos, la historia o la
geografía. Esta es la mejor demostración de cómo el sistema en el cual estamos
inmersos se ha deshumanizado y obtura de un modo terminante la emergencia del
enorme caudal creativo.
Si efectuamos un análisis etimológico del término “creatividad” se deriva del latín
“creare”, vinculada a la voz latina “crecere” (crecer). Creatividad implica
crecimiento, movimiento, capacidad de producir algo nuevo a partir de ciertos
elementos. Su raíz etimológica y lingüística podría convertirse en un enlace con el
modo de pensar la educación.
Los recursos lúdicos abren la puerta hacia la imaginación, favorecen el acceso al
mundo simbólico y permiten a los sujetos tener una posición activa y
transformadora.
La complejidad de la realidad actual atraviesa nuestra cotidianeidad. En tiempos
de ruptura de los lazos sociales, individualismo extremo y fragilización de la
subjetividad: ¿Cómo volver a tejer lentamente los hilos invisibles de las redes que
nos unen? ¿Cómo recuperar la identidad? ¿Cómo transmitir a niños y niñas el
legado de múltiples historias?
Para contrarrestar semejante desafío, el pedagogo Pablo Gentili propone construir
una pedagogía de la esperanza. La misma que el docente de la película inaugura
en cada jornada de trabajo con estos niños en situación de vulnerabilidad
piscosocial, lo cual le permite enfrentar tanto desencanto.
La pedagogía de la esperanza (Gentili, 2000) es por propia definición una
pedagogía basada en una ética solidaria, afirmada en la ampliación del derecho
social a la educación, en la lucha contra el monopolio del conocimiento y el
ejercicio de la de democracia.
Como en el film comentado (“Los coristas”), una pedagogía de la esperanza es,
en definitiva, “una pedagogía donde lo imposible se construye, utópicamente, con
un ojo en el presente y otro en el futuro”. (Gentili, 2000: 2)

BIBLIOGRAFÍA

BLOJ, MASCHIO, MUSUMANO (comp.). “El revés del reino. Experiencia de


investigación: la literatura infantil como recurso subjetivante”. Laborde Editor.
2009.
FOUCAULT, M. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. México-Siglo XXI.
2001.
GENTILI, Pablo. “Los sentidos de lo público. Reflexiones desde el campo
educativo:” Revista Novedades Educativas. 2000.
SANTIAGO, Gustavo. Foucault en la escuela: la disciplina, el espacio, el tiempo.
Revista Novedades Educativas. Centro de Publicaciones Educativas y Material
Didáctico S.R.L. Año 2003-pp. 15-17.
WINICOTT, D.W. Realidad y juego. Editorial Gedisa. 1971

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