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Son términos técnicos que expresan hechos inherentes a la obra. Son nociones elementales
analíticas. La noción científica de estos conceptos difiere notablemente de la acepción
vulgar1.
Establecer el tema del texto que analizamos es generalizar a partir de los hechos concretos
que el autor nos presenta, es decir, buscar el sentido de los acontecimientos particulares.
Para establecer el tema hay que prescindir de los rasgos episódicos, reduciendo el asunto a
conceptos generales. Así, pues, el tema es el eje conceptual del argumento, que muestra la
intencionalidad del escritor. El tema nos brinda el sentido abstracto y general del
argumento.
El tema es el indicio de una visión que lo abarca todo, dice qué es lo que contiene este texto.
Cuantas más dimensiones o aspectos abarque un discurso el título tendrá que ser más
genérico, más abstracto.
En el análisis del tema debemos contemplar las características y cualidades del tema: que
puede ser tradicional, innovador, original, útil, moral, de valor humano, trascendente,
filosófico, político, etc.
Sin embargo, la oscuridad no se debe siempre a escaso conocimiento sobre la materia que
se escribe, sino que, a veces, es la excesiva familiaridad con un tema lo que perjudica la
claridad de nuestra expresión, puesto que, convencidos de que “lo que para nosotros es tan
claro debe serlo para todo el mundo”, no hacemos el esfuerzo necesario para explicarlo.
1
W. Kayser, Interpretación y análisis de la obra literaria, Gredos, 1973, p. 69.
2
Teun Van Dijk, La ciencia del texto.
3
Alma de Zubizarreta, Ver y describir, pp. 20-21.
Conocimiento de las épocas, de los lugares, de las situaciones en que se hace mover
a los protagonistas; debemos ser observadores de la vida que transcurre a nuestro
alrededor, aprender a valorar los pequeños detalles. El narrador debe cumplir una
rigurosa observación de la realidad material y una trascendencia de lo real, para ver el
sentido de lo que a sus ojos se presenta.
Hay que conocer al hombre. Poseernos a nosotros mismos, calibrar las acciones de los
demás, comprenderlos, aprender a ver los grandes motivos por los que se mueve. Lo
inexplicable tiene un origen, un porqué, quizá sea de lo más alejado a nuestra realidad,
pero saber que puede acontecer. Otras culturas, otros ambientes, otras costumbres,
marcan el actuar del hombre; hay que tener una apertura en el conocimiento, en
recepcionar, en recibir o tolerar lo que no encuadra en nuestros puntos de vista.
Hay que ser conscientes de los prejuicios, de las generalidades, hay que ver lo individual, lo
singular, allí encontraremos la originalidad. Hay que adquirir la paciencia del escritor que va
coleccionando lentamente datos, fechas, sucesos Ejemplo de tema: el rapto de una niña, el
robo a un banco
MOTIVO: Motivo y tema están relacionados. Todorov 4 conceptúa al motivo como la unidad
temática mínima o parcial que casi siempre está expresado, está denotado, en comparación
al tema, aunque no es raro que el tema se manifieste mediante una palabra en el texto.
Motivo y tema se distinguen, pues, ante todo por su grado de abstracción. El tema es más
abstracto en la medida en que contiene toda la unidad de acción, pero es también más
específico porque contiene esa y solo esa historia; en cambio los motivos son más
universales, porque son más simples y como generadores de un cúmulo de acciones son
nucleares. El motivo tiene una fuerza estructural notable, es lo que ayuda a avanzar el
discurrir de una obra.
Según Veselovski el motivo “es la unidad narrativa elemental que se refiere a un suceso
típico en la esfera de la vida diaria o realidad social (Lotman, 1972, p. 330) 5.
Según Propp, el tema se puede dividir en motivos, el motivo en cambio es una unidad
narrativa indivisible6, mínima. Los motivos dan coherencia a la narración, aseguran la
progresión, el movimiento y la orientación de la acción.
El motivo es lo que da origen al asunto, es el motor, el móvil, el que explica por qué sucede
4
Oswal Ducrot y Tzvetan Todorov, Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje,
Siglo Veintiuno, México 1974, p. 257
5
En Dw. Fokkema; Elrud Ibsch, Teoría de la literatura del siglo XX, Cátedra, Madrid, 1997, p.
47.
6
En Dw. Fokkema; Elrud Ibsch, Teoría de la literatura, p. 46.
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aquello. El motivo, según Kayser 7, viene a ser una situación típica (característica
representativa de un tipo, modelo, ejemplar) que puede corresponder a situaciones,
personajes, objetos, que se identifican como elementos tipos o típicos que se repiten, en el
sentido de que pueden estar presentes en muchas obras, lo que no significa que respondan
a un mismo tema. Los motivos son polivalentes, es decir, que son útiles para diversos fines.
Los motivos deben tener significado humano, deben estar imbuidos de una fuerza motriz,
para que den vida, movimiento a la obra, para que se constituyan como generadores
parciales del contenido de la obra.
Según Austín Warren8 el motivo es un término valioso en el estudio de la obra por su doble
referencia a la composición estructural narrativa y a la estructura interna de la teoría
psicológica de por qué los hombres se comportan como se comportan, o sea, en último
término, una teoría de la causalidad.
Walter Scott afirma que "la diferencia más acusada entre una narración real y otra ficticia es
que la primera es oscura con referencia a las causas remotas de los acontecimientos que
refiere..., mientras que en el segundo caso parte de la obligación del autor... dar razón de los
mismos”9.
El comunicador trata de encontrar motivos para entender y explicar unos hechos, esto le
sirve para caracterizar a los personajes de la historia. Los motivos le vienen dados por la
realidad y a veces son difíciles de descubrir.
Kayser distingue motivos centrales y motivos derivados, estos a su vez pueden dividirse en
vinculados al motivo central y otros expletivos, que solo completan el desarrollo de la
acción.
Todorov11 dice que los motivos de una obra son heterogéneos, ciertos motivos pueden
omitirse sin que ello signifique destruir la sucesión de la narración, mientras que otros no
pueden pasarse por alto sin alterar el vínculo de causalidad que une los acontecimientos. Los
motivos que no pueden excluirse se llaman asociados; los que pueden dejarse de lado sin
perturbar la sucesión cronológica y causal de los acontecimientos se llaman motivos libres.
Son "libres", no en el sentido de que podrían estar ausentes, simplemente no participan del
encadenamiento causal inmediato.
Los motivos explican por qué alguien hace o ha hecho algo. Identificar un agente y
reconocerle motivos son operaciones complementarias. Además, obrar es siempre obrar
7
Kayser, ob. cit., p. 77.
8
Austín Warren, Teoría literaria, p.
9
Austín Warren, Teoría literaria, p.
10
Imízcoz, T., Manual para cuentistas, p. 107.
11
Tzvetan Todorov, Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, Siglo Veintiuno,
México, 1974, p. 256.
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"con otros": la interacción puede tomar la forma de la cooperación, de la competición o de
la lucha.
Todorov señala enfáticamente que para ser motivos auténticos, tienen que ser entendidos
como situaciones significativas: trascendentes para el desarrollo de la acción. Ejemplo de
motivos: el odio de dos familias, la explotación de los trabajadores, la ambición por el poder,
la inmigración de los peruanos, la falta de trabajo.
EMBLEMA: es el signo que lleva inherente un determinado sentido; es, por tanto, una
especie de alegoría14.
HISTORIA O TRAMA (llamada fábula por los formalistas rusos): La historia es la sucesión de
acontecimientos reales o ficticios que constituyen el significado o contenido narrativo. En la
narración acontecida se tiene un referente empírico pretextual; en cambio en el caso de la
narrativa literaria es más complejo el asunto porque entra a tallar la ficción. “Como subraya
Genette, en la narrativa literaria el acto de narración produce simultáneamente una historia
y un discurso, dos planos que inciden entre sí y que sólo una exigencia metodológica puede
aislar”15.
La historia o trama nos presenta el esquema narrativo en bruto “[en este esquema] existen
en potencia multiplicidad de episodios e incidentes que constituyen unidades narrativas de
dimensiones variables”17.
Para que la historia sea inteligible hace falta introducir una organización elemental en el
12
Todorov, ob. cit., p. 256.
13
Kayser, ob. cit., p. 93.
14
Kayser, ob. cit., p. 96.
15
Carlos Reis y Ana Cristina M. Lopes, Diccionario de narratología, Ediciones Colegio de
España, 1996, p 119.
16
Carlos Reis y Ana Cristina M. Lopes, Diccionario de narratología, p. 118.
17
Roland Bourneuf y Real Ovellet, La novela, Ariel, España, 1981, p. 45.
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"conjunto" de acciones realizadas. La organización cronológica es la más simple. La historia
en estado bruto es una simple sucesión de acciones, entre las cuales el narrador debe
establecer relaciones lógicas; las más frecuentes son de causalidad.
Es el narrador el que establece las relaciones lógicas. Hay una conciencia que une el
conjunto de hechos, ordenándolos según el sentido captado o elaborado. El narrador no
debe tan sólo relacionar los episodios, sino animar unos personajes, describir su cuadro
espacial y el tiempo en el que se desarrolla la narración, a la que incluso debe prever de
una filosofía. Es preciso disponerlos en la proporción adecuada, hacer de lo dispar un todo
armonioso18.
El argumento (llamado intriga por los formalistas rusos) aunque está constituido por los
mismos acontecimientos de la historia o trama, respeta, en cambio, su orden de aparición en
la obra y la secuencia de las informaciones que nos los representan. El argumento está al
servicio de la trama o intriga, llamada así por los formalistas rusos. La intriga, en tanto
encadenamiento de hechos, estriba en la presencia de una tensión interna entre hechos que
debe ser creada desde el principio de la narración, entretenida durante su desarrollo y
encontrar su solución en el desenlace19.
Una narración cuenta una historia, pero siguiendo el ensamblaje de la estructura narrativa,
una composición, un hilo argumental.
5
acontecimientos en historia. Este acto configurante consiste en "tomar juntas" las acciones
individuales o lo que hemos llamado los incidentes de la historia; de esa variedad de
acontecimientos consigue la unidad de la totalidad temporal" 21. El acto de la trama extrae la
configuración de la sucesión22.
“Un acontecimiento debe ser algo más que una ocurrencia singular. Recibe su definición de
su contribución al desarrollo de la trama. Una historia debe ser más que una enumeración
de acontecimientos en serie, ella debe organizarlos en una totalidad inteligible, que da a
conocer el tema de la historia. En resumen: la construcción de la trama es la operación que
extrae de la simple sucesión la configuración”23.
BIBLIOGRAFÍA
DUCROT, Oswal y Tzvetan TODOROV (1974). Diccionario enciclopédico de las ciencias del
lenguaje. México: Siglo Veintiuno.
FOKKEMA, Dw.; IBSCH, Elrud. (1997). Teoría de la literatura del siglo XX. Madrid: Cátedra.
VAN DIJK, Teun A. (1997): La ciencia del texto. Barcelona: Paidós Comunicación. 5ª ed.
21
Paul Ricoeur, ob. cit., p. 137.
22
Paul Ricoeur, ob. cit., p. 138.
23
Paul Ricoeur, ob. cit., p. 138.
24
Antonio Garrido Domínguez, El texto narrativo, Síntesis, Madrid, 1996, p. 43.