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ISFD Nº 16

PROFESORADO DE GEOGRAFÍA

PROFESOR: Onís María Elena


AÑO 2019

El mundo de la Modernidad - Posmodernidad

Si bien no hay una misma visión sobre los comienzos y fines de la


modernidad algunos consideran que sus orígenes surgen con la llegada de los
europeos a América, otros hablan del que corresponde al periodo
comprendido entre los siglos XVII y XVIII. Sus principios definieron el
sentido de las prácticas y los modos de hacer, de vivir durante casi cuatro
siglos, pero que hoy han perdido su eficacia. La modernidad surge en
Europa Occidental con el movimiento renacentista y trata de imponer
la lógica y la razón
En el pensamiento moderno, la idea de progreso ha permitido
explicar los procesos históricos y los cambios en las sociedades a partir de
un desarrollo evolutivo. Recordemos que en ese momento también se tomaba
como referencia la obra de Charles Darwin que quiebra con el antiguo orden.
La confianza en la idea del progreso de la humanidad marcaba un
antes y un después, un cambio, una ruptura de época.
Antes fue la Edad Media considerada como una etapa de
oscurantismo, ligada a las creencias religiosas que dominaba casi toda la vida
del individuo, su obra, pensamiento, su forma de construir y honrar, su
simbología. En oposición y como transformación viene la luz, la razón que
trae el progreso y la sociedad moderna.
Este período antepone la razón sobre la religión. Se crean
instituciones estatales que buscan que el control social esté limitado por
una constitución y la vez se garantizan y protegen las libertades y derechos.
Surgen nuevas clases sociales que permiten la prosperidad de cierto grupo
poblacional y la marginación de otro. Se industrializa la producción para
aumentar la productividad y su economía; y, finalmente, es una etapa de
actualización y cambio permanente.
Tiene sus primeros esbozos en el siglo XV después de cambios
emblemáticos a nivel mundial como: el desarrollo de la imprenta,
la Reforma Protestante, el Renacimiento y la Revolución Científica.
En términos sociales e históricos, no se llega a la Modernidad con
el final de la Edad Media en el siglo XV, sino tras la transformación de
la sociedad preindustrial, rural, tradicional, en la sociedad industrial y
urbana moderna que se produce con la Revolución industrial y el triunfo
del capitalismo.
La idea de orden y progreso se ponía de manifiesto en todos los
campos: en la economía, en la filosofía, en la poesía. La Exposición Universal
de París de 1889, momento en el cual se inaugura la Torre Eiffel, muestra el
poder del saber moderno a través de los nuevos procedimientos de
construcción, de la innovación en las máquinas. La producción en serie
extendió a la vida cotidiana y los beneficios de la tecnología comenzaron a
impactar sobre las ciudades, el ambiente, los tiempos de las personas,

El despliegue de la técnica en todas las áreas trajo una serie de


transformaciones, no sólo respecto de los nuevos artefactos técnicos, sino
en todos los campos sociales. Una nueva realidad parece imponerse desde
entonces.
Propongo leer distintos pensadores

Fuente 1 Foucault

El pensamiento de Michel Foulcault (historiador de las ideas, psicólogo,


teórico social y filósofo 1926- 1984, Francia) Interpretó las características
de la sociedad moderna.

En sus distintos trabajos sobre el surgimiento del mundo moderno,


el filósofo Michel Foucault analiza la emergencia de un nuevo sistema de
pensamiento a partir de los siglos XVII y XVIII, diferente al de la época
anterior, conocida como época clásica.
Su análisis está centrado, en particular, en referencia a los
cambios en la medicina y en el sistema penal. Así en sus libros Historia de la
locura en la época clásica y Vigilar y castigar explica la procedencia de
nuevas definiciones o nuevos conceptos en los dispositivos.
Esto significó la creación de instituciones que, como el hospital
psiquiátrico o la prisión, respondieron a un nuevo entramado histórico
distinto al de la época clásica reconocer la emergencia de nuevos problemas
y un conjunto de respuestas que se elaboran en función de las nuevas
condiciones históricas emergentes en la modernidad.

La sociedad disciplinaria
Con la emergencia del Estado moderno surge la necesidad de gestionar el
incremento de la producción a través del disciplinamiento y cuidado de la
población. El filósofo Michel Foucault llamó a este nuevo estado de cosas
sociedad disciplinaria.
“La sociedad disciplinaria es la sociedad en la cual el dominio social se
construye a través de una red ramificada de dispositivos o de aparatos que
producen y registran costumbres, hábitos y prácticas productivas. Poner a
esta sociedad a trabajar y asegurar la obediencia a su poder y a sus
mecanismos de integración y/o de exclusión se hace por medio de
instituciones disciplinarias – la prisión, la fábrica, el asilo, el hospital, la
universidad, el colegio, etc.- que estructuran el terreno social y ofrecen una
lógica propia a la "razón" de la disciplina. El poder disciplinario gobierna, en
efecto, estructurando los parámetros y los límites del pensamiento y de la
práctica, sancionando y/o prescribiendo los componentes desviados y/o
normales
En este sentido las instituciones de encierro no son instituciones
represivas; no buscan coartar las libertades sino direccionar las conductas
como una condición de posibilidad para la inscripción de los sujetos en el
sistema productivo. Por esta razón la disciplina no se ejerce de afuera hacia
adentro sino que se internaliza; son los mismos individuos los que componen
estas prácticas normalizadoras generando una autocoacción que les
garantice su incorporación fluida al sistema de producción. Por ello los
reclamos hacia las instituciones disciplinarias están localizados en demandar
más salud, más educación, más trabajo, más seguridad. La posibilidad del
ascenso social a través del trabajo o de la escuela, por ejemplo, operaba
como el efecto directo de la adscripción a las normas institucionales; era
esta la razón por la que un obrero o un alumno se amoldaba a las
prescripciones fijadas por la fábrica o por el sistema educativo.
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Desde hace más de cuatro décadas el pensamiento filosófico habla


de que formamos parte de una nueva era. Primero fue llamada
post-modernidad, un término que suponía que la concepción moderna del
pensamiento ya estaba caduca y que era necesario enfrentarse a la
emergencia de la sexualidad como parte de la construcción de la
subjetividad moderna, o en el surgimiento de la familia burguesa como
institución de disciplinamiento y control otras modalidades de construcción
de sentido. Se anunció el fin de la historia, el agotamiento de los relatos, la
muerte del sujeto, el acabamiento de las ideologías; es decir, la conclusión
de una manera de entender el mundo que había durado desde el siglo XVII
hasta el último tercio del siglo XX.
Nuevos procedimientos para la legitimación del saber, la
informatización de la sociedad y el despliegue vertiginoso de la técnica.
Desde hace ya un tiempo se ha intentado definir a la sociedad
contemporánea de diversos modos: sociedad de la información, mundo
líquido, posmodernidad, era digital, etc. Más allá de si alguna de estas
designaciones es más acertada que otra, lo cierto es que esta variedad
conceptual lo que pone en evidencia es un cambio sin precedentes.
El hecho de dar cuenta de estas dos perspectivas tiene como
objetivo principal el reconocer a nuestra época contemporánea como una
nueva configuración colectiva y ya no como sucesión del mundo anterior.

Fuente 2 Giles Deleuze (filósofo francés, considerado entre los más


importantes e influyentes del siglo XX 1925- 1995, París)

El filósofo Gilles Deleuze plantea el pasaje de la sociedad disciplinaria a


una nueva forma a la que denomina “sociedad de control”. Su hipótesis es
que las instituciones de la sociedad disciplinaria han perdido su vigencia: ya
no es necesario el encierro para la vigilancia de los individuos.
“Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro:
prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un “interior” en
crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc. Los ministros
competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente
necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el
ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están
terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata de administrar su
agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que
están golpeando la puerta. Son las sociedades de control las que están
reemplazando a las sociedades disciplinarias.”1
Los recursos ofrecidos por las nuevas tecnologías permiten una
proliferación de procedimientos de control y una mayor extensión de la
intervención del poder que vuelve ineficaces los muros de las cárceles o de
las escuelas como espacio de docilización de las conductas. Si la
arquitectura de la sociedad disciplinaria estaba fundada en el panóptico, la
sociedad de control disemina sin límites la observación de los sujetos,
desplegada ahora a través de la información brindada por las tecnologías
digitales.

Fuente 3 Franco Berardi (BIfo)


Filósofo italiano, nacido en Bolonia en 1949,
El filósofo Franco Berardi realiza un análisis de este proceso al que
denomina “ideología virtual de la sociedad contemporánea”. En su libro La
fábrica de la infelicidad, escrito a lo largo del año 2000, afirma el
surgimiento de un nuevo modelo económico en el que se impone una nueva
modalidad de producción, acompañado por una ideología que hace que los
sujetos se muevan voluntariamente “a invertir y a dedicar las energías al
esfuerzo económico”. Sobre una promesa de felicidad personal brindada por
el crecimiento económico, el sujeto actual tiende a considerar el trabajo
como la parte más esencial de sus vidas, la más singular y la más
personalizada (a diferencia del obrero industrial, donde las 8 horas era una
suspensión de sí mismo de la que se despertaba con la sirena el fin
de la jornada). El trabajador se entrega plenamente a estos nuevos
dispositivos: su capacidad innovadora, su creatividad, su tiempo en los
momentos libres; la competencia no se detiene y el deseo de éxito invade
también los momentos de esparcimiento y distracción. El trabajo es
explotación pero también, y fundamentalmente, una instancia de desarrollo
personal. ¿Cómo se explica esta conversión de los trabajadores, de la
desafección al trabajo de la etapa fordista a esta adhesión sin límites? Para
Berardi hay un desplazamiento, un cambio del centro de gravedad: del
trabajo obrero al trabajo cognitivo. A esta nueva fuerza laboral la denomina
“cognitariado”.
“Cuanto más tiempo dedicamos a la adquisición de medios para poder consumir,
menos tiempo nos queda para gozar del mundo disponible. Invertir más en el poder
adquisitivo es invertir menos en el goce. Por ello la expansión de la esfera
económica coincide con una reducción de la esfera erótica […] La riqueza no es ya
el goce del tiempo de las cosas, de los cuerpos, de los signos, sino producción
acelerada y expansiva de su carencia, transformada en valor de cambio,
transformada en ansia.”
En este nuevo esquema, la jornada laboral no tiene horarios y se prolonga
indefinidamente. Esto hace que la energía deseante aplicada anteriormente
a la vida cotidiana y al esparcimiento, La ideología de la nueva economía está
centrada en una creencia la dedicación al trabajo se traduce en dinero y el
dinero es la fuente de la felicidad.

Reflexionamos
Podemos preguntarnos: ¿Cuáles son los modos y/o procedimientos de
vigilancia contemporánea de las sociedades?
¿Esta pandemia que nos afecta estará dando paso a una nueva sociedad?

Trata de elaborar el perfil del docente de ambas sociedades, el tipo de


escuela y el estudiante de cada una de esos momentos.

¿Cómo creen que interpelan estos cambios las ciencias sociales con respecto
a qué y para qué enseñar ?

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