Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todo esto llevó a Einstein a preguntar: ¿acaso la Luna solo existe cuando la
miramos? Con su relatividad general, el alemán había vencido la visión
newtoniana de la gravedad como una misteriosa acción a distancia; un tejido
continuo del espacio-tiempo transmitía este efecto. Y sin embargo, según la
mecánica cuántica, el efecto del observador sobre una partícula podía
transmitirse a otra idéntica, ambas separadas al nacer, de forma instantánea. Es
decir, una misteriosa acción a distancia. Einstein no dudaba de la teoría, sino que
la creía incompleta: supuestas variables ocultas debían explicar aquel efecto sin
recurrir al artefacto probabilístico. Dios no juega a los dados, escribió en una
carta a Born.