Está en la página 1de 8

Cambiar a la tabla de contenidos

Dualidad onda corpúsculo


La dualidad onda-corpúsculo, también llamada
dualidad onda-partícula es un fenómeno cuántico,
bien comprobado empíricamente, por el cual muchas
partículas pueden exhibir comportamientos típicos de
ondas en unos experimentos mientras aparecen como
partículas compactas y localizadas en otros
experimentos. Dado ese comportamiento dual, es
típico de los objetos mecanocúanticos, donde algunas
partículas pueden presentar interacciones muy
localizadas y como ondas exhiben el fenómeno de la
interferencia.

De acuerdo con la física clásica existen diferencias


claras entre onda y partícula. Una partícula tiene una Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula,
posición definida en el espacio y tiene masa mientras en la cual se puede ver cómo un mismo fenómeno
que una onda se extiende en el espacio puede tener dos percepciones distintas.
caracterizándose por tener una velocidad definida y
masa nula.

Actualmente se considera que la dualidad onda-partícula es un “concepto de la mecánica cuántica según el


cual no hay diferencias fundamentales entre partículas y ondas: las partículas pueden comportarse como
ondas y viceversa”. (Stephen Hawking, 2001)

Este es un hecho comprobado experimentalmente en múltiples ocasiones. Fue introducido por Louis-Victor
de Broglie, físico francés de principios del siglo xx. En 1924 en su tesis doctoral, inspirada en experimentos
sobre la difracción de electrones, propuso la existencia de ondas de materia, es decir que toda materia tenía
una onda asociada a ella. Esta idea revolucionaria, fundada en la analogía con que la radiación tenía una
partícula asociada, propiedad ya demostrada entonces, no despertó gran interés, pese a lo acertado de sus
planteamientos, ya que no tenía evidencias de producirse. Sin embargo, Einstein reconoció su importancia
y cinco años después, en 1929, De Broglie recibió el Nobel en Física por su trabajo.

Su trabajo decía que la longitud de onda de la onda asociada a la materia era:

donde es la constante de Planck y es el momento lineal de la partícula de materia.

En general siendo la velocidad de la partícula, su masa y el factor de Lorentz


Si la velocidad de la partícula es despreciable respecto de la velocidad de la luz, el factor de Lorentz es
prácticamente la unidad y el momento lineal se puede calcular mediante la aproximación clásica no
relativista

Historia

Huygens y Newton

Las primeras teorías comprensibles de la luz fueron


expuestas por Christiaan Huygens, quien propuso una
teoría ondulatoria de la misma, y en particular,
demostrando que cada punto de un frente de onda que
avanza es de hecho el centro de una nueva
perturbación y la fuente de un nuevo tren de ondas.
Sin embargo, su teoría tenía puntos débiles en otros
aspectos y fue pronto ensombrecida por la Teoría
Corpuscular de Isaac Newton.

Aunque previamente Sir Isaac Newton, había


discutido este problema con Pierre Fermat, otro
reconocido físico de la óptica del siglo xvii, el La luz, onda y corpúsculo. Dos teorías diferentes
significado de la difracción de la luz no se hizo patente convergen gracias a la física cuántica.
hasta el trabajo realizado por Newton durante su
estadía en la campiña de Woolsthorpe durante la gran
epidemia de Peste de 1665.

Apoyado en las premisas de sus contemporáneos, Newton propone que la luz es formada por pequeñas
partículas, con las cuales se explica fácilmente el fenómeno de la reflexión. Con un poco más de dificultad
y de un modo menos satisfactorio al no invocar la naturaleza ondulatoria, pudo explicar también la
refracción a través de lentes y la separación de la luz solar en colores mediante un prisma.

Debido a la enorme estatura intelectual de Newton, su teoría fue la dominante por un periodo de un siglo
aproximadamente, mientras que la teoría de Huygens fue olvidada. Con el descubrimiento de la difracción
en el siglo xix, sin embargo, la teoría ondulatoria fue recuperada y durante el siglo XX el debate entre
ambas sobrevivió durante un largo tiempo. Al finalizar el siglo xix, gracias a la teoría atómica, se sabía que
toda materia estaba formada por partículas elementales llamadas átomos. La electricidad se pensó primero
como un fluido, pero Joseph John Thomson demostró que consistía en un flujo de partículas llamadas
electrones, en sus experimentos con rayos catódicos. Todos estos descubrimientos llevaron a la idea de que
una gran parte de la Naturaleza estaba compuesta por partículas. Al mismo tiempo, las ondas eran bien
entendidas, junto con sus fenómenos, como la difracción y la interferencia. Se creía, pues, que la luz era
una onda, tal y como demostró el Experimento de Young y efectos tales como la difracción de Fraunhofer.

Cuando se alcanzó el siglo xx, no obstante, aparecieron problemas con este punto de vista. El efecto
fotoeléctrico, tal como fue analizado por Albert Einstein en 1905, demostró que la luz también poseía
propiedades de partículas. Más adelante, la difracción de electrones fue predicha y demostrada
experimentalmente, con lo cual, los electrones poseían propiedades que habían sido atribuidas tanto a
partículas como a ondas.

Esta confusión que enfrentaban, aparentemente, las propiedades de partículas y de ondas fue resuelta por el
establecimiento de la mecánica cuántica, en la primera mitad del siglo xx. La mecánica cuántica nos sirve
como marco de trabajo unificado para comprender que toda materia puede tener propiedades de onda y
propiedades de partícula. Toda partícula de la naturaleza, sea un protón, un electrón, átomo o cual fuese, se
describe mediante una ecuación diferencial, generalmente, la Ecuación de Schrödinger. Las soluciones a
estas ecuaciones se conocen como funciones de onda, dado que son inherentemente ondulatorias en su
forma. Pueden difractarse e interferirse, llevándonos a los efectos ondulatorios ya observados. Además, las
funciones de onda se interpretan como descriptores de la probabilidad de encontrar una partícula en un
punto del espacio dado. Quiere decirse esto que si se busca una partícula, se encontrará una con una
probabilidad dada por el cuadrado del módulo de la función de onda.

En el mundo macroscópico no se observan las propiedades ondulatorias de los objetos dado que dichas
longitudes de onda, como en las personas, son demasiado pequeñas. La longitud de onda se da, en esencia,
como la inversa del tamaño del objeto multiplicada por la constante de Planck h, un número
extremadamente pequeño.

Fresnel, Maxwell y Young

A comienzo del siglo xix, con el experimento de la doble rendija, Young y Fresnel certificaron
científicamente las teorías de Huygens. El experimento demostró que la luz, cuando atraviesa una rendija,
muestra un patrón característico de interferencias similar al de las ondas producidas en el agua. La longitud
de onda puede ser calculada mediante dichos patrones. Maxwell, a finales del mismo siglo, explicó la luz
como la propagación de una onda electromagnética mediante las ecuaciones de Maxwell. Tales ecuaciones,
ampliamente demostradas mediante la experiencia, hicieron que Huygens fuese de nuevo aceptado.

Planck, Einstein y los fotones

En 1905, Einstein logró una notable explicación del efecto


fotoeléctrico, un experimento hasta entonces preocupante
que la teoría ondulatoria era incapaz de explicar. Lo hizo
postulando la existencia de fotones, cuantos de luz con
propiedades de partículas.

En el efecto fotoeléctrico se observaba que si un haz de luz


incidía en una placa de metal producía electricidad en el
circuito. Presumiblemente, la luz liberaba los electrones del
metal, provocando su flujo. Sin embargo, mientras que una
luz azul débil era suficiente para provocar este efecto, la más Efecto fotoeléctrico: La luz arranca
fuerte e intensa luz roja no lo provocaba. De acuerdo con la electrones de la placa.
teoría ondulatoria, la fuerza o amplitud de la luz se hallaba en
proporción con su brillantez: La luz más brillante debería ser
más que suficiente para crear el paso de electrones por el circuito. Sin embargo, extrañamente, no lo
producía.

Einstein llegó a la conclusión de que los electrones eran expelidos fuera del metal por la incidencia de
fotones. Cada fotón individual acarreaba una cantidad de energía E, que se encontraba relacionada con la
frecuencia ν de la luz, mediante la siguiente ecuación:
donde h es la constante de Planck (cuyo valor es 6,626 × 10−34 J·s). Solo los fotones con una frecuencia
alta (por encima de un valor umbral específico) podían provocar la corriente de electrones. Por ejemplo, la
luz azul emitía unos fotones con una energía suficiente para arrancar los electrones del metal, mientras que
la luz roja no. Una luz más intensa por encima del umbral mínimo puede arrancar más electrones, pero
ninguna cantidad de luz por debajo del mismo podrá arrancar uno solo, por muy intenso que sea su brillo.

Einstein recibió el Premio Nobel de Física en 1921 por su teoría del efecto fotoeléctrico.

De Broglie y las ondas de materia

En 1924, el físico francés, Louis-Victor de Broglie (1892-1987), formuló una hipótesis en la que afirmaba
que:

Toda la materia presenta características tanto ondulatorias como corpusculares


comportándose de uno u otro modo dependiendo del experimento específico.

Para postular esta propiedad de la materia De Broglie se basó en la explicación del efecto fotoeléctrico, que
poco antes había dado Albert Einstein sugiriendo la naturaleza cuántica de la luz. Para Einstein, la energía
transportada por las ondas luminosas estaba cuantizada, distribuida en pequeños paquetes de energía o
cuantos de luz, que más tarde serían denominados fotones, y cuya energía dependía de la frecuencia de la
luz a través de la relación: , donde es la frecuencia de la onda luminosa y la constante de
Planck. Albert Einstein proponía de esta forma, que en determinados procesos las ondas electromagnéticas
que forman la luz se comportan como corpúsculos. De Broglie se preguntó que por qué no podría ser de
manera inversa, es decir, que una partícula material (un corpúsculo) pudiese mostrar el mismo
comportamiento que una onda.

El físico francés relacionó la longitud de onda, λ (lambda) con el momento lineal de la partícula, mediante
la fórmula, ( válida cuando ):

donde λ es la longitud de la onda asociada a la partícula de masa m que se mueve a una velocidad v, y h es
la constante de Planck. El producto es también el módulo del vector , o momento lineal de la
partícula. Viendo la fórmula se aprecia fácilmente, que a medida que la masa del cuerpo o su velocidad
aumenta, disminuye considerablemente la longitud de onda.

Esta hipótesis se confirmó tres años después con la observación de la difracción de electrones en dos
investigaciones independientes, tal como había sido observada con rayos X. En la Universidad de
Aberdeen, George Paget Thomson hizo pasar un haz de electrones a través de una delgada placa de metal y
observó los diferentes esquemas predichos. En los Laboratorios Bell, Clinton Joseph Davisson y Lester
Halbert Germer guiaron su haz a través de una celda cristalina.

La ecuación de De Broglie se puede aplicar a toda la materia. Los cuerpos macroscópicos también tendrían
asociada una onda, pero, dado que su masa es muy grande, la longitud de onda resulta tan pequeña que en
ellos sus características ondulatorias no se manifiestan de una manera detectable.

De Broglie recibió el Premio Nobel de Física en 1929 por esta hipótesis. Thomson y Davisson
compartieron el Nobel de 1937 por su trabajo experimental.
La propuesta de De Broglie también predice la interferometría de partículas. En particular, la interferometría
de una partícula individual se ha convertido en un clásico por su claridad a la hora de expresar los enigmas
centrales de la mecánica cuántica. Dado que demuestra la limitación fundamental de la capacidad del
observador para predecir los resultados experimentales, Richard Feynman la denominó "un fenómeno
imposible [...] de explicar de cualquier forma clásica, y que tiene en sí el corazón de la mecánica cuántica.
En realidad, encierra el único misterio [de la mecánica cuántica]." 1 ​ En 1974, los físicos italianos Pier
Giorgio Merli, Gian Franco Missiroli y Giulio Pozzi realizaron el primer experimento de interferometría de
una sola partícula utilizando electrones y un biprisma (en lugar de rendijas), demostrando que cada electrón
interfiere consigo mismo tal y como predice la teoría cuántica.2 3​ ​En 2018, la interferencia de una partícula
individual de antimateria ha sido demostrada por primera vez con positrones en el Laboratorio de
Positrones (L-NESS) a cargo de Rafael Ferragut en Como, Italia, por un grupo dirigido por Marco
Giammarchi.4 ​

Naturaleza ondulatoria de los objetos mayores


Similares experimentos han sido repetidos con neutrones y protones, el más famoso de ellos realizado por
Estermann y Otto Stern en 1929. Experimentos más recientes realizados con átomos y moléculas
demuestran que actúan también como ondas.

Una serie de experimentos enfatizando la acción de la gravedad en relación con la dualidad onda-
corpúsculo fueron realizados en la década de los 70 usando un interferómetro de neutrones. Los neutrones,
parte del núcleo atómico, constituyen gran parte de la masa del mismo y por tanto, de la materia. Los
neutrones son fermiones y esto, en cierto sentido, son la quintaesencia de las partículas. Empero, en el
interferómetro de neutrones, no actúan solo como ondas mecanocuánticas sino que también dichas ondas se
encontraban directamente sujetas a la fuerza de la gravedad. A pesar de que esto no fue ninguna sorpresa,
ya que se sabía que la gravedad podía desviar la luz e incluso actuaba sobre los fotones (el experimento
fallido sobre los fotones de Pound y Rebka), nunca se había observado anteriormente actuar sobre las
ondas mecanocuánticas de los fermiones, los constituyentes de la materia ordinaria.

En 1999 se informó de la difracción del fulereno de C60 por investigadores de la Universidad de Viena.5 ​
El fulereno es un objeto masivo, con una masa atómica de 720. La longitud de onda de De Broglie es de
2,5 picómetros, mientras que el diámetro molecular es de 1 nanómetro, esto es, 400 veces mayor. Hasta
2005, este es el mayor objeto sobre el que se han observado propiedades ondulatorias mecanocuánticas de
manera directa. La interpretación de dichos experimentos aún crea controversia, ya que se asumieron los
argumentos de la dualidad onda corpúsculo y la validez de la ecuación de De Broglie en su formulación.

Explicación de la dualidad onda corpúsculo


La mecánica cuántica da una descripción de los corpúsculos materiales diferente de la mecánica clásica. En
mecánica clásica los corpúsculos se consideran puntos materiales o partículas cuasipuntales dotados de una
masa que siguen una trayectoria continua en el espacio. Las leyes de la mecánica clásica relacionan las
fuerzas e interacciones físicas a los que está sometida la partícula con el modo en que dicha trayectoria se
curva y la velocidad a la que la partícula recorre dicha trayectoria. Sin embargo, en mecánica cuántica se
abandona la idea de que una partícula es un ente casi puntual que pueda ser observado, bajo cualquier
circunstancia, en una región arbitrariamente pequeña del espacio y al mismo tiempo tenga una velocidad
definida (esto es una consecuencia matemática del principio de indeterminación de Heisenberg). En su
lugar la mecánica cuántica describe a las partículas como una especie de "campo de materia" que se
propaga por el espacio de modo similar a una onda; las propiedades del tipo "onda" que exhiben las
partículas cuánticas son consecuencia del modo en que se propaga el campo de materia asociado a ellas.
Obviamente hay una cierta relación entre la localización de la partícula y las regiones del espacio donde el
campo es más intenso en un momento dado. Sin embargo, la mecánica cuántica introduce el principio
(Postulado IV) de que cuando se realiza una medida de la posición de una partícula cuántica se produce el
llamado colapso de la función de onda hasta una región del espacio muy pequeña, lo cual hace aparecer al
"campo de materia" como una partícula localizada.

En cierto sentido la dualidad onda corpúsculo ha sido substituida por otro tipo de dualidad más sutil y no
resuelta, señalada por Roger Penrose: la dualidad entre evolución determinista (como función de onda) y
evolución aleatoria (colapso de la función de onda), por el cual la función de onda sufre un cambio abrupto,
irreversible y no determinista. Esta dualidad se llama usualmente problema de la medida. Si bien la
formalización de la teoría admite que existen los dos tipos de evolución y los experimentos lo corroboran,
no está claro a priori qué desencadena en último término un tipo u otro de evolución. Por esa razón tanto
Penrose como otros autores han señalado que la mecánica cuántica en su formulación actual no es una
teoría completa y resulta insatisfactoria. El propio Penrose ha señalado que existen razones teóricas para
suponer que una teoría unificada de la gravedad y la mecánica cuántica, la gravedad cuántica podría aclarar
dicha dualidad. Pero hoy por hoy esa otra dualidad no es comprendida adecuadamente.

Implicaciones filosóficas
La paradoja de la dualidad onda-corpúsculo es resuelta en el marco teórico de la mecánica cuántica. Dicho
marco es complejo y contraintuitivo, ya que nuestra intuición del mundo físico está basada en los cuerpos
macroscópicos que son ampliamente consistentes con la mecánica newtoniana y solo muy marginalmente
exhiben efectos cuánticos. Algunos de los efectos cuánticos incompatibles con la mecánica newtoniana son:

1. Los sistemas físicos pueden evolucionar de manera no determinista, esto se produce


cuando se realiza una medida filtrante sobre el sistema de acuerdo con el Postulado IV de
la mecánica cuántica.
2. Exclusividad de las medidas, resulta imposible determinar con precisión infinita y
simultánea ciertas magnitudes físicas por consiguiente no es posible construir un análogo
clásico del estado de una partícula, esto es consecuencia del principio de incertidumbre de
Heisenberg.
3. Los experimentos no realizados no tienen resultados, esto choca con la suposición
objetivista de que los atributos físicos de las partículas existen aunque nadie los observe
directamente. Esto es consecuencia del teorema de Kochen-Specker.
4. Las partículas cuánticas exhiben características duales, según el tipo de experimento
muestran un comportamiento típico de las partículas materiales cuasipuntales de la
mecánica clásica o bien un comportamiento típico de ondas que se propagan en un medio.

Cada partícula en la naturaleza, sea fotón, electrón, átomo o lo que sea, puede describirse en términos de la
solución de una ecuación diferencial, típicamente de la ecuación de Schrödinger (en el caso no relativista, o
la ecuación de Dirac en el caso relativista). Estas soluciones son funciones matemáticas llamadas funciones
de onda. Las funciones de onda contienen información sobre el comportamiento cuántico de las partículas
que se pueden difractar e interferir unas con otras e incluso consigo mismas, además de otros fenómenos
ondulatorios predecibles descritos en el experimento de la doble rendija.

Las funciones de onda admiten una interpretación en términos de probabilidades de encontrar la


correspondiente partícula en un punto dado del espacio en un momento dado. Por ejemplo, en un
experimento que contenga una partícula en movimiento, uno puede buscar que la partícula llegue a una
localización en particular en un momento dado usando un aparato de detección que apunte a ese lugar.
Mientras que el comportamiento cuántico sigue unas funciones determinísticas bien definidas (como las
funciones de onda), la solución a tales ecuaciones son probabilísticas. La probabilidad de que el detector
encuentre la partícula es calculada usando la integral del producto de la función de onda y su complejo
conjugado. Mientras que la función de onda puede pensarse como una propagación de la partícula en el
espacio, en la práctica el detector verá o no verá la partícula entera en cuestión, nunca podrá ver una
porción de la misma, como dos tercios de un electrón. He aquí la extraña dualidad: La partícula se propaga
en el espacio de manera ondulatoria y probabilística pero llega al detector como un corpúsculo completo y
localizado. Esta paradoja conceptual tiene explicaciones en forma de la interpretación de Copenhague, la
formulación de integrales de caminos o la teoría universos múltiples. Es importante puntualizar que todas
estas interpretaciones son equivalentes y resultan en la misma predicción, pese a que ofrecen unas
interpretaciones filosóficas muy diferentes.

Mientras la mecánica cuántica hace predicciones precisas sobre el resultado de dichos experimentos, sus
implicaciones filosóficas aún se discuten ampliamente. Dicho debate ha evolucionado como una ampliación
del esfuerzo por comprender la dualidad onda-corpúsculo. ¿Qué significa para un protón comportarse como
onda y como partícula? ¿Cómo puede ser un antielectrón matemáticamente equivalente a un electrón
moviéndose hacia atrás en el tiempo bajo determinadas circunstancias, y qué implicaciones tiene esto para
nuestra experiencia unidireccional del tiempo? ¿Cómo puede una partícula teletransportarse a través de una
barrera mientras que un balón de fútbol no puede atravesar un muro de cemento? Las implicaciones de
estas facetas de la mecánica cuántica aún siguen desconcertando a muchos de los que se interesan por ella.

Algunos físicos íntimamente relacionados con el esfuerzo por alcanzar las reglas de la mecánica cuántica
han visto este debate filosófico sobre la dualidad onda-corpúsculo como los intentos de sobreponer la
experiencia humana en el mundo cuántico. Dado que, por naturaleza, este mundo es completamente no
intuitivo, la teoría cuántica debe ser aprendida bajo sus propios términos independientes de la experiencia
basada en la intuición del mundo macroscópico. El mérito científico de buscar tan profundamente por un
significado a la mecánica cuántica es, para ellos, sospechoso. El teorema de Bell y los experimentos que
inspira son un buen ejemplo de la búsqueda de los fundamentos de la mecánica cuántica. Desde el punto de
vista de un físico, la incapacidad de la nueva filosofía cuántica de satisfacer un criterio comprobable o la
imposibilidad de encontrar un fallo en la predictibilidad de las teorías actuales la reduce a una posición nula,
incluso al riesgo de degenerar en una pseudociencia.

Aplicaciones
La dualidad onda-corpúsculo se usa en el microscopio de electrones, donde la pequeña longitud de onda
asociada al electrón puede ser usada para ver objetos mucho menores que los observados usando luz
visible.

Véase también
Cuanto
Electromagnetismo
Energía
Mecánica ondulatoria
Movimiento ondulatorio
Luz
Masa

Referencias
1. Feynman, Richard P.; Robert B. Leighton; Matthew Sands (1965). The Feynman Lectures on
Physics, Vol. 3. Addison-Wesley. pp. 1.1-1.8. ISBN 978-0201021189.(en inglés)
2. Merli, P G; Missiroli, G F; Pozzi, G (1976). «On the statistical aspect of electron interference
phenomena». American Journal of Physics 44 (3): 306-307. Bibcode:1976AmJPh..44..306M (http://
adsabs.harvard.edu/abs/1976AmJPh..44..306M). doi:10.1119/1.10184 (https://dx.doi.org/10.1119%2F1.10184).
(en inglés)
3. Rosa, R (2012). «The Merli–Missiroli–Pozzi Two-Slit Electron-Interference Experiment» (http
s://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4617474). Physics in Perspective 14 (2): 178-
194. Bibcode:2012PhP....14..178R (http://adsabs.harvard.edu/abs/2012PhP....14..178R). PMC 4617474 (https://
www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4617474). PMID 26525832 (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26525
832). doi:10.1007/s00016-011-0079-0 (https://dx.doi.org/10.1007%2Fs00016-011-0079-0).(en inglés)
4. Sala, S.; Ariga, A.; Ereditato, A.; Ferragut, R.; Giammarchi, M.; Leone, M.; Pistillo, C.;
Scampoli, P. (2019). «First demonstration of antimatter wave interferometry» (https://www.nc
bi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6499593). Science Advances 5 (5): eaav7610.
Bibcode:2019SciA....5.7610S (http://adsabs.harvard.edu/abs/2019SciA....5.7610S). PMC 6499593 (https://www.
ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6499593). PMID 31058223 (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31058223).
doi:10.1126/sciadv.aav7610 (https://dx.doi.org/10.1126%2Fsciadv.aav7610).(en inglés)
5. Nature, volumen 401, páginas de la 680 a 682: Wave-particle duality of C60 por M. Arndt, O.
Nairz, J. Voss-Andreae, C. Keller, G. van der Zouw, A. Zeilinger, 14 de octubre de 1999.
Naturaleza onda corpúsculo del Fulereno C60 (https://web.archive.org/web/2004092516441
1/http://www.nature.com/cgi-taf/DynaPage.taf?file=%2Fnature%2Fjournal%2Fv401%2Fn675
4%2Ffull%2F401680a0_fs.html&content_filetype=PDF) (pdf) (en inglés)

Bibliografía
R. Nave. Dualidad Onda-Corpúsculo (http://hyperphysics.phy-astr.gsu.edu/hbase/mod1.htm
l) HyperPhysics. Georgia State University, Department of Physics and Astronomy. (en
inglés)
Anton Zeilinger. Difracción e interferencia con el fulereno C60 (https://web.archive.org/web/2
0060208104701/http://www.quantum.univie.ac.at/research/matterwave/c60/index.html).
University of Vienna. (en inglés)

Enlaces externos
Laboratorio de Positrones (https://www.positron.fisi.polimi.it/) (L-NESS)

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Dualidad_onda_corpúsculo&oldid=151198054»

Activar o desactivar el límite de anchura del contenido

También podría gustarte