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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

Facultad de Ciencias Humanísticas


Y
Sociales

Nombre:

Carrera:
Psicología General

Materia:
Psicopatológia

Docente:
Psi. Cl. Isabel Valdivieso

Tema:
Proyecto sobre el TRASTORNO DE ANSIEDAD en su
Parte “MUTISMO SELECTIVO”.

TERCER SEMESTRE 2020-2021


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¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE LA ANSIEDAD?

Los episodios ocasionales de ansiedad son parte de la vida. Sin embargo,


las personas con trastorno de ansiedad suelen tener preocupaciones y
miedos excesivos y los altera situaciones que para los demás se pueden
considerar como cotidianas o comunes.

Por lo general, en este trastorno las crisis vienen cargadas de


sentimientos repentinos e intensos que descontrolan al sujeto, el miedo
intenso u horror ocurre repetidamente y estos episodios alcanzan su
punto máximo en unos pocos minutos (ataques de pánico).

Esto puede interferir con las actividades, no guardan proporción con el


peligro real y pueden durar un tiempo prolongado. Para aplacar estos
sentimientos, puede evitar ciertos lugares o situaciones. Los síntomas
pueden comenzar en la niñez o la adolescencia y continuar hasta la edad
adulta, se agudizan especialmente cuando no ha acudido a un profesional
de salud mental.

MUTISMO SELECTIVO

El mutismo selectivo es un trastorno de la niñez y la adolescencia, que


se manifiesta como un problema de supresión del habla, no existe una
razón orgánica que lo explique y tiene una capacidad de expresión
verbal completa. El silenciamiento selectivo ocurre en los niños, por lo
general en la etapa preescolar- tienen la capacidad de hablar y demostrar
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a personas de confianza en un contexto que es seguro para ellos, pero en


otras situaciones o situaciones sociales, suprimen su respuesta oral.

El mutismo selectivo puede ser confundido con la timidez extrema o un


acto de rebeldía, cuando definitivamente es mucho más que eso, se trata
de una patología asociada a la ansiedad que puede llegar a ser un gran
limitante y afectar a diferentes áreas de la vida del menor y su entorno.

SÍNTOMATOLOGÍA DEL MUTISMO SELECTIVO.

- El niño no habla en determinados lugares o sucesos “selectivos”


como la escuela, u otros entornos sociales.
- El niño habla normalmente en al menos un entorno: normalmente
es en casa, aunque un pequeño porcentaje de niños con Mutismo
Selectivo son “mudos” en casa.
- La incapacidad del niño para hablar interfiere en su capacidad para
funcionar normalmente en ámbitos educativos y/o sociales.
- El mutismo ha persistido durante al menos un mes.
- El mutismo no está causado por un trastorno de la comunicación
(como el tartamudeo) y no se manifiesta como parte de otros
trastornos mentales (como el autismo).
- No tiene una causa orgánica.

CAUSAS DEL TRASTORNO DE MUTISMO SELECTIVO.

- Se trata de una afectación parecida a la fobia social, en la que


también existe un miedo a ser juzgado y/o evaluado.
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- El riesgo y la presión cuando son el centro de atención hacen que


el sujeto no actúe, cosa que se ha entendido como una respuesta
aprendida mediante condicionamiento
- También se ha observado que existe cierta influencia familiar
hereditaria, ya que se trata de un trastorno más frecuente en
familias con han tenido problemas de ansiedad o del estado del
ánimo.
- Por la ausencia de habla, el mutismo selectivo puede hacer que
quien lo padece pueda aparentar hosquedad y falta de interés en la
comunicación, con lo que el contacto social disminuye y puede
aparecer rechazo hacia el menor en cuestión.
- Este hecho retroalimenta la situación de mutismo al producir
mayor tensión y ansiedad al sentirse juzgado negativamente por los
demás.

ESTRATEGIAS PARA EL TRATAMIENTO DEL


TRASTORNO “MUTISMO SELECTIVO”.

Desarrollar una buena relación con el niño: “Invertir” tiempo


para conocer al niño que presenta mutismo selectivo, sus gustos y
sus aversiones, y participar con él en actividades divertidas y
relajadas.
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No obligar al niño a hablar: No engañar o sobornar al niño, no


usar frases exigentes, tampoco es útil usar recompensas, amenazas
o castigar al niño por no hablar.

Hacerle saber al niño que será capaz de hablar cuando esté


listo: A pesar de que no estés esperando que verbalice al inicio de
la terapia, sí es el objetivo final. Asegúrate de que el niño sabe que
la meta es que él sea capaz de hablar sin ansiedad, pero no lo
fuerces. Hay diferentes etapas de la comunicación que permite el
progreso hacia la vocalización:

 Etapa 0: No responde / no inicia / “congelado”.


 Etapa 1: Comunicación no verbal a través de “pointing” /
asiente / escribe / levanta la mano.
 Etapa 2: Comunicación verbal a través de sonidos roncos /
susurra / llama la atención de alguien.

Educar al personal sobre el mutismo selectivo: Es conveniente


informar a quienes trabajan en el lugar de estudios del niño lo que
sucede, cómo comunicarse con el niño y cómo ayudarlo a obtener
ganancias en un ambiente educativo sin la presión de hablar.

Conocer las situaciones en las que el niño se siente cómodo y en


las que se siente incómodo hablando: Una vez que determine las
situaciones en las que el niño se sienta cómodo/incómodo
hablando, tendrás un punto de partida para la terapia. Podrás
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simular las situaciones en las que el sienta mayor seguridad al


comunicarse, y poco a poco añadir elementos o compañeros en un
ambiente seguro para fomentar su comunicación verbal.

Tener una rutina estructurada: Las situaciones no estructuradas


pueden hacer que un niño con mutismo selectivo sienta ansiedad.
Deja que el niño sepa de antemano cualquier cambio que habrá en
la rutina (ya sea visitas de otras personas o cambio de actividades).

Designar un lugar seguro: Ten un lugar seguro en la sala o en el


hogar, a modo de “esfera”, donde el estudiante puede ir a tomar un
descanso entre las rutinas diarias.

Enseñar estrategias al niño: Como el uso de tarjetas


comunicativas, ayudas visuales, que piense con anticipación sus
respuestas antes de contestar o decirle al niño con antelación si
puedes hacerle alguna pregunta, para que tenga tiempo para pensar
en ello.

No obligar al niño a hablar como parte de una tarea: Darle


crédito por algún trabajo escrito, dejar que haga una presentación
de Power Point u otro medio visual, grabarlo con una cámara en un
ambiente tranquilo para que él o ella no tenga que presentarse
delante de todos sus compañeros de clase, dejar que utilice
gestos infantiles o la comunicación no verbal para contestar
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preguntas, parafrasear sus respuestas y mostrarle interés en sus


ideas.

No permitir que otros hablen por el niño: A veces está bien


dejar que un amigo u otra persona que se considere de confianza
hable por el niño con mutismo selectivo, si el niño lo permite o le
susurra a la persona lo que quiera decir. Es mejor que el niño con
mutismo selectivo hable a través de otro a que no hable en
absoluto. Sin embargo, si los demás responden por él todo el
tiempo sin esperar alguna indicación del niño, es mejor enseñarles
que el niño con mutismo selectivo tiene que aprender a usar su
propia voz con más frecuencia y que esperen que él mismo les diga
lo que necesite.

Pautas específicas para la estimulación del habla en el ámbito


familiar.

• Enseñar conductas adecuadas de interacción social no verbal y verbal


(cómo saludar, cómo pedir jugar, cómo acercarse,).

• Actuar como mediador con otros niños (comenzar a jugar con el niño y
los otros para facilitar la interacción entre ellos).

• Jugar con él y otros niños a juegos que requieran una limitada


producción verbal (el parchís; la oca; dominós; juegos de cartas, quién
es quién,)
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• Planificar situaciones que faciliten la comunicación verbal con otros


(invitar a niños a casa, ir a hacer recados, compras, acudir al parque o a
la plaza, acudir a cumpleaños…)

• Reforzar todas las aproximaciones verbales y no verbales del niño


hacia otros compañeros (comentar con él lo agradable que resulta estar y
jugar con otros, tener amigos, invitar a amigos a casa…)

• Ampliar progresivamente el círculo de amigos con los que comienza a


hablar (repetir las situaciones exitosas con frecuencia e introducir poco a
poco las nuevas relaciones)

• Eliminar comentarios que hagan referencia a que no habla, (preguntar


si ha hablado en clase, si ha cantado en música, cuando va a comenzar a
hablar,)

• No reñirle ni anticiparle consecuencias negativas (no amenazarle con


posibles castigos, repetir curso, …)

• Evitar las comparaciones con otros hermanos, compañeros u otros


niños. (señalar que otros niños hablan más y mejor, son más simpáticos,)

• Evitar comentarios que le sugieran cuándo puede empezar a hablar,


cuándo es el momento idóneo, cómo puede hacerlo (indicar el momento
idóneo para hablar o cómo lo tiene que hacer,)
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• Nunca forzarle a hablar en situaciones sociales en las que se observe


ansiedad excesiva (no insistir en que responda al saludo o preguntas de
amigos o conocidos).

Pautas específicas para la estimulación del habla en el ámbito


escolar.

Buscar y compartir momentos de comunicación con el alumno para el


desarrollo de una vinculación afectiva y comunicativa.

• Realizar juegos en los que el profesor participe con el alumno (juegos


de movimiento, de mímica, verbales, de turnos…)

• Planificar y diseñar actividades y juegos de preparación al habla que


no exijan interacción verbal, pero sí comunicación corporal y
producción de sonidos.

• Juegos de movimiento corporal (imitación de gestos, adivinar objetos o


acciones mediante mímica, dirigir a un compañero con los ojos
vendados…)

• Juegos de producción de sonidos corporales (palmadas, soplidos,


golpes con pies…)

• Juegos con sonidos inarticulados y articulados (encadenamiento de


sonidos, gradación de sonido, asociación de sonidos a movimientos,)
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• Tener en cuenta al planificar las actividades de juego el número de


niños participantes, empezando con grupos muy reducidos (parejas y
tríos) y ampliando progresivamente el número.

• Ofrecer ayudas al alumno en los inicios de la actividad a través de un


compañero o del propio profesor, para la incorporación a la misma con
el fin de evitar la tendencia al aislamiento y a la no participación.

• Realizar actividades y juegos de habla enmascarada, en las que al niño


se le ve la cara mientras habla (títeres, marionetas, hablar por teléfono
dentro de una casita, máscaras, juegos de hablar al oído…).

• Planificar las actividades en las que se requiere al alumno una emisión


fonética o verbal, teniendo en cuenta tres ejes fundamentales, que
deberán graduarse siempre de menos a más:

• Planificar y diseñar momentos diarios y frecuentes en los que el


profesor haga una pregunta sencilla al alumno (inicialmente se solicitará
una respuesta de una sola palabra, progresivamente se plantearán
preguntas que requieran respuestas de mayor longitud).

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