Está en la página 1de 2

MUTISMO SELECTIVO

- Definición:

El mutismo se conoce por un patrón de respuestas de ansiedad condicionadas al hablar con


extraños y/o con personas con las que ya no habla. La persona no manifiesta lenguaje oral,
siendo esta la única alteración evidenciable

o Mutismo selectivo: la persona deja de hablar en un contexto determinado ante la


presencia de una persona determinada
o Audiomudez: la persona actúa como si no escuchara, sin ninguna lesión.

El miedo es un patrón de reacciones de ansiedad integrado con las respuestas relacionadas


con lo que pensamos, lo que ocurre, nuestro cuerpo… El miedo a hablar con personas extrañas
suele aparecer entre los 6-8 meses de edad. La experiencia y el aprendizaje juegan un papel
muy importante.

- Formas de mutismo:
o Le cuesta hablar pero lo hace. Se corta con adultos y desconocido. Conductas
de evitación
o No habla cuando hay alguien en concreto delante. Fuera de casa tiene un
lenguaje muy bajito.
o No habla bajo ninguna situación.

Las respuestas más comunes de las personas con mutismo son las respuestas de evitación
(resistencia), de escape (indiferencia) y fisiológicas (sudor, tensión, mayor frecuencia cardíaca)

No es mutismo si nadie lo ha visto manteniendo una conversación fluida con nadie, o presenta
problemas neurológicos, de audición o cognitivos.

Algunas variables que repercuten en la probabilidad de que el niño padezca mutismo son los
estilos educativos perjudiciales (autoritarios, sobreprotectores y contradictorios), estimulación
lingüística deficitaria, entrenamiento inadecuado por arte de profesionales, acontecimientos
personales y/o familiares, destrezas lingüísticas escasas, respuestas de escape.

Según el modelo teórico de Rodríguez, Méndez y Marciá (1996) se diferencian tres


características principales de los que padecen mutismo: aversión a hablar con extraños
(conductas de escape, respuestas fisiológicas), el condicionamiento a la interacción oral con
extraños (refuerzos negativo y positivo) y generalización (respuestas de escape antes
situaciones incómodas).

La evaluación de un niño con mutismo es muy parecida a las demás pero hay dos puntos clave
sobre los que tenemos que hacer hincapié: observar el patrón de comportamiento del niño en
sus respuestas y analizar en el contexto en el que se puede o no dar el habla.

Algunas pautas básicas que debemos seguir si vamos a intervenir sobre el paciente son: evitar
las actitudes de sobreprotección, diseño de situaciones “naturales”, se evitarán la
acomodación en el nivel alcanzado, complicidad de los implicados y autocontrol del educador
Son necesarias técnicas para intervenir en el niño, como el desvanecimiento estimular
(retirada de estímulos cómodos para el niño), moldeamiento y reforzamiento positivo (a base
de premios el niño entiende lo que es correcto)

Cuando un niño presenta mutismo hay algunas acciones que debemos y no debemos hacer:

- Debemos: modelar y enseñar al niño formas adecuadas para interaccionar, reforzar las
aproximaciones verbales con adultos y no adultos, fomentar la interacción social.
- No debemos: compararlos, resaltar que no habla, reñirle, forzarle a hablar en
situaciones, justificarlo ante los demás, mostrar enfado, preocupación.

También podría gustarte