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(Gilbert Hottois)
El panorama critico de las éticas ambientales del mundo viviente, fue un artículo
publicado entre Enero-Junio del añ o 2006, y expuesto por el filó sofo belga especialista
en bioética, Gilbert Hottois. En dicho artículo, Hottois postula una serie de propuestas
y cuestionamientos tanto a la ética tradicional occidental, heredada fuertemente de la
cultura griega y la religió n Judeo-cristiana, así como también plantea varios
cuestionamientos a la ética del mundo viviente o ambiental que se expresan en
nuestra modernidad.
Por un lado, logramos identificar de acuerdo al aná lisis del autor que: las éticas del
mundo viviente de nuestra cultura occidental tuvieron o tienen en la actualidad, pero
menor medida un cará cter fuertemente antropocéntrico, es decir, sitú an al hombre
como centro y sentido de todas las cosas, en la medida de lo que son y de lo que no
son. Esto se puede entender en parte, cuando el sofista griego Protá goras afirmaba
que “el hombre es la medida de todas las cosas”, así como también por la
manifestació n bíblica Judeo-cristiana de génesis 1:28 ““Tengan autoridad sobre los
peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la
tierra”. El problema con la anterior noció n antropocéntrica del hombre segú n el
examen de las posturas éticas del mundo viviente por parte del autor, es que le
denegaba un sentido estético a la naturaleza, y le transfería má s bien un sentido
instrumental y utilitarista, pues la naturaleza para el hombre no era otra cosa que un
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medio por el cual podía manifestar su existencia, sus ideas, creencia, deseos,
finalidades, etc.
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el sistema capitalista instrumentaliza al trabajador por medio del poderoso, de esa
misma forma, se instrumentaliza la naturaleza, por medio del ser humano.
Por consiguiente, se entiende que el objetivo de las nuevas éticas ambientales o del
mundo viviente consisten precisamente en des-instrumentalizar las éticas
ambientales y en ultimas, la naturaleza misma, en dotarla de sentido, en tanto su parte
y su totalidad, entre el ser vivo y su medio de subsistencia, entre la relació n reciproca
de esta y el ser humano, en términos bioló gicos, una relació n simbió tica dependientes
el uno(a) del otro.
No obstante, y este el otro punto importante al que queríamos llegar, el autor no solo
identifica y examina la ruptura de las éticas tradicionales respecto a la modernidad,
sino que también critica las nociones extremistas de las mismas. Por un lado teníamos
que las éticas tradicionales señ alaban al hombre como centro, sentido y medida de
todas las cosas, subordinando o ignorando el valor intrínseco de la naturaleza y todos
los seres vivos no humanos que en ella habitan, pero por otro lado, en la modernidad
también surgieron otra serie de movimientos sociales que basados en las perspectivas
de las nuevas éticas ambientales identifican el valor intrínseco de la naturaleza y los
seres vivos no humanos, pero van a niveles fundamentalistas mucho má s radicales
sosteniendo que la naturaleza y su sentido intrínseco no son dependientes de la visió n
sospechosa y siempre instrumentalista del ser humano. De esta forma, estas nuevas y
radicales nociones de éticas ambientales no solo pretenden o pretendían adjudicarle
un sentido propio a la naturaleza, sino que entendían ademá s que el hombre no tenía
ningú n derecho de adentrarse en ella con fines utilitaristas y menos de cará cter
capitalista. Sin embargo, el autor señ ala el cará cter contradictorio de dicha
fundamentació n ética:
Por consiguiente, la propuesta de Hottois no va por la línea radical de las nuevas éticas
ambientales antiopocentricas, ni mucho menos por la línea de las éticas del mundo
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viviente. Su propuesta consiste má s bien en una síntesis dialéctica entre estas dos
posturas, donde exista una pluri-dependencia entre el humano, la naturaleza y los
seres vivos no humanos. Esta metodoló gica enfatiza esencialmente una postura
abierta de la ética ambiental donde a la hora de abordar las problemá ticas
ambientales, sociales, culturales, geográ ficas, entre otras, se debe hacer una
evaluació n interdisciplinar, es decir, donde se relaciones y se tengan en cuenta todas
las posturas tanto científicas como sociales, filosó ficas, econó micas etc.
Desde nuestro superficial punto de vista, deliberando de una manera y otra, hemos
llegado a la conclusió n y admiració n por la transició n que sufrido la ética del mundo
viviente, pues consideramos un gran logro la ruptura de las éticas tradicionales, en
tanto que la naturaleza merece considerarla en sí misma, en tanto su totalidad y su
partes, en tanto su materia inerte y su materia viva, en tanto los seres vivos no
humanos y los seres humanos. Por tanto, creemos que el aporte de Gilbert Hottois es
simplemente apropiado, pertinente y coherente con una forma de pensar la ética
ambiental moderna, pues no se trata de centrar al hombre como la medida de todas
las cosas, ni tampoco desligarlo de su responsabilidad, deberes e intereses o
beneficios. Se trata má s como lo concibe Hottois, de evaluar interdisciplinariamente
todos los puntos de vista posibles, sus falencias, sus errores, los beneficios, los costos
o perjuicios de las acciones humanas en pos de una bioética.
Bibliografía:
Gilbert Hottois. "Panorama crítico de las éticas del mundo viviente." Revista colombiana
de Bioética Enero-Junio de 2006: 35-62.