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MAESTRÍA EN CRIMINALÍSTICA

3ª COHORTE

ALUMNO:

PÁRAMO ALMEIDA ROBERTO CARLOS

ASIGNATURA:

PERICIA PSICOLÓGICA

PROFESORA:

DRA. SUSANA LAGUNA

2020 – 2021, QUITO – ECUADOR


ANÁLISIS DEL CASO:

Posterior a la lectura del caso, y con el análisis respectivo, puedo asegurar que nos encontramos
ante un caso de un claro Trastorno Mental, que requiere un estudio profundo para determinar su
diagnóstico final, pero que tiene muchos elementos para llegar a una conclusión que determine el
futuro legal de la persona.

Se trata de una persona de sexo femenino, mayor de edad, quien trabaja en un lugar de acceso
público, con varias personas más desde hace varios meses ya; en donde, sin causa aparente, empieza
a presentar ideas de persecución, de acoso y de daño por terceros hacia su persona, aparentemente
infundadas al ser puro sospechas, las cuales le llevan a tomar una decisión, en la que el resultado es
el ataque y consecuente daño y muerte de varias personas por su parte.

Los procesos cognitivos de una persona “son estructuras o mecanismos mentales que se ponen en
funcionamiento cuando el hombre observa, lee, escucha, mira, estos procesos son: percepción,
atención, pensamiento, memoria, lenguaje” (Banyard P., 1995, p.14), y que sumados a los rasgos de
personalidad de cada uno; los cuales se definen como “patrones persistentes de formas de percibir,
relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia
gama de contextos sociales y personales” (DSM 4, 1994, p.646), son las herramientas que nos
permiten estar conectados con el medio externo que nos rodea y también con todo lo que
interiormente somos como individuos, para así poder desarrollarnos en un ambiente social, pero que
como todo proceso, puede verse afectado de manera directa o indirecta y producir una respuesta en
relación con la actividad del individuo, que puede llegar a ser perjudicial para su desarrollo en la
comunidad o consigo mismo.

En una persona en la se presenta la alteración de un proceso cognitivo, de su personalidad, o un


daño mental propiamente; se evidenciará una cantidad de síntomas y signos que, dependiendo del
daño, harán que este responda ante estímulos internos y externos que podrían estar o no presentes
en la realidad, y que como consecuencia, su proceder sea totalmente inadecuado o poco aceptado en
la sociedad común. Es aquí donde los especialistas han creado los conceptos de los Trastornos
Mentales, que dependiendo se las características que estos presenten, se agrupan en diferentes tipos
como Trastornos de Personalidad, Trastornos Depresivos, Trastornos Obsesivos, Trastornos
Psicóticos, etc., con los cuales se busca dar un nombre al padecimiento del individuo y por
consiguiente su manejo mas adecuado.

En nuestro caso puntual, se evidencia que la persona presenta desde hace algún tiempo atrás (mas
de 1 mes) ideas que parecen no estar acorde con la realidad (persecución, acoso, daño) y que por lo
relatado son erróneas (ideas delirantes), también se sabe que a consecuencia de estas ideas la
persona genera una planificación para “defenderse” de sus agresores al comprar 1 cuchillo días
antes del evento. Cuando se produce el acto; la persona ataca sin provocación previa a compañeros
de trabajo y a personas desconocidas para ella, intentando luego la huida del lugar, sin conseguirlo,
y al verse acorralada, cede en su accionar y es retenida, en donde aseguró y mantuvo sus creencias e
ideas de persecución. Se tiene el antecedente de compañeros de trabajo y vecinos de que ella era
una persona pacifica, pero también hay un antecedente importante de una persona que asegura que
ella tenia actitudes raras, miradas extrañas, risas infundadas continuas y hasta posibles
alucinaciones visuales y auditivas.
Está claro que la persona en cuestión presenta alteraciones mentales que dieron paso a un actuar
delictivo de su parte, fundamentado en sus creencias; lo cual nos lleva a la necesidad de determinar
el Trastorno Mental que en ella desencadenó dichos actos. Para poder realizar el abordaje adecuado,
la herramienta ideal a utilizar es el Manual DSM 5, el cual nos guiara según la sintomatología
presente para dar con su probable diagnóstico.

La presencia de ideas delirantes, un actuar incontrolado e incongruente con la realidad y posibles


alucinaciones, nos indica que la persona presenta un tipo de Psicosis, que es un trastorno mental en
donde el paciente pierde el juicio de la realidad, y son los componentes clínicos típicos de los
Trastornos de Personalidad Paranoides y los Trastornos del Espectro de la Esquizofrenia.

El TP Paranoide se presenta con desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, de tal manera
que sus motivos se interpretan como malévolos, comienza en las primeras etapas de la edad adulta y
está presente en diversos contextos, y se manifiesta por 4 (o más) de los hechos siguientes:

1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás explotan, causan daño o decepcionan al
individuo.
2. Preocupación con dudas injustificadas acerca de la lealtad o confianza de los amigos o
colegas.
3. Poca disposición a confiar en los demás debido al miedo injustificado a que la información
se utilice maliciosamente en su contra.
4. Lectura encubierta de significados denigrantes o amenazadores en comentarios o actos sin
malicia.
5. Rencor persistente (es decir, no olvida los insultos, injurias o desaires).
6. Percepción de ataque a su carácter o reputación que no es apreciable por los demás y
disposición a reaccionar rápidamente con enfado o a contraatacar.
7. Sospecha recurrente, sin justificación, respecto a la fidelidad del cónyuge o la pareja.

Este trastorno no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia, un trastorno bipolar o


un trastorno depresivo con características psicóticas, u otro trastorno psicótico, y no se puede
atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica (GCCD DSM 5, 2013, p.360).

La persona del caso presenta sin lugar a dudas varias de las características de un TP Paranoide, pero
sin llegar a manifestar estrictamente 4 o mas de los hechos característicos. Ahora bien, también se
debe valorar el hecho que la dinámica de la conducta violenta del paranoide se caracteriza por una
frecuente premeditación y alevosía, es decir, las personas con este trastorno de personalidad no
improvisan, sino que elaboran su plan con astucia y lucidez y utilizan medios o estrategias que
garanticen su objetivo (la compra del cuchillo días antes), ademas estas personas justifican su
conducta violenta como ineludible, en cumplimiento de un deber (mantiene su idea de acoso y
daño), lo cual evidencia la ausencia de arrepentimiento, y su acto de no huir, que en un principio
con nuestra persona, no era así, pues si quiso huir, pero que luego al verse acorralada, cedió por
completo. (Esbec E. y Echeburúa E., 2010, p.240). Entonces, se podría decir que nuestro caso muy
probablemente de trate de un Trastorno de Personalidad Paranoide, pero aun nos queda un detalle;
las alucinaciones, que no son características de este tipo de trastornos, pero si de otros específicos,
los del espectro de la Esquizofrenia.
Según la OMS (2019), la Esquizofrenia se caracteriza por una distorsión del pensamiento, las
percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las
experiencias más frecuentes son las alucinaciones (oír voces o ver cosas inexistentes) y los delirios
(creencias erróneas y persistentes). La Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM 5
(2013), indica que para diagnosticar de esquizofrenia a un paciente se requieren 2 (o más) de los
síntomas siguientes, cada uno de ellos presente durante una parte significativa de tiempo durante un
período de 1 mes (o menos si se trató con éxito):
1. Delirios.
2. Alucinaciones.
3. Discurso desorganizado (p. ej., disgregación o incoherencia frecuente).
4. Comportamiento muy desorganizado o catatónico.
5. Síntomas negativos (es decir, expresión emotiva disminuida o abulia).

Además debe presentar disfunsión laboral; que según el reporte la persona no a presentado, también
se debe evidenciar la persistencia de al menos 6 meses de sintomatología; que en nuestro caso no se
puede ver aun, la no presencia de episodios maníacos o depresivos previos, la atribución de los
síntomas a los efectos de alguna sustancia, o el antecedente desde la infancia; de lo que no hay
registro con la persona del caso.

Con esta evaluación más completa, se puede decir que la persona de nuestro caso posee
características que podrían ubicarla con más certeza como una paciente Esquizofrénica, pero aun
quedaría por determinar el tipo de la misma, puesto que existen varios, pero siendo el más
consistente con sus características, el de tipo Paranoide; pues el diagnóstico exige una preocupación
por una o más ideas delirantes o alucinaciones auditivas frecuentes, excluyendo el lenguaje
desorganizado, el comportamiento catatónico o desorganizado o, la afectividad aplanada o
inapropiada (DSM 4, 1994, p.293), que evidentemente da con el perfil de la persona estudiada, y
que justificarian todo su violento proceder.

La mayoría de los actos violentos cometidos por personas con esquizofrenia se relacionan con la
presencia de síntomas psicóticos positivos, es decir, con ideas delirantes persecutorias,
alucinaciones auditivas amenazantes o imperativas y otros fenómenos psicóticos. Las ideas
delirantes o las alucinaciones auditivas contribuyen al descontrol y a la conducta violenta del sujeto
al vivenciar como reales sensaciones o hechos inexistentes pero que resultan ser determinantes de
su comportamiento (Esbec E. y Echeburúa E., 2016, p.71).

Esbec y Echeburúa (2016), señalan que entre los factores de riesgo de violencia se pueden encontrar
la ausencia de tratamiento y el incumplimiento terapéutico, el consumo de alcohol u otras drogas;
estas sustancias con frecuencia constituyen una auténtica automedicación mediante la cual estos
pacientes compensan ciertos síntomas positivos (ansiedad, insomnio, depresión, etc.) o negativos
(anhedonia, apatía, bradipsíquia, etc.), o la tendencia a la introversión, al carácter esquizoide u otros
trastornos de la personalidad, la historia familiar de esquizofrenia, el inicio precoz de la
enfermedad, el comienzo sin acontecimientos precipitantes y la falta de apoyo social.
En cuanto a las funciones volitivas, la voluntad y el control de la conducta quedan por completo
condicionados por la vivencia psicótica; así, la conducta violenta con frecuencia es absurda, sin un
móvil claro, lo que en ocasiones puede poner en peligro la propia vida, la vivienda o los enseres del
paciente.

Por lo tanto, y con la mayoría de criterios cumplidos por la persona del caso, la Impresión
Diagnostica que mas se apega a la misma es la de una Esquizofrenia Paranoide. Y tomando en
cuenta este hallazgo, se procede a la evaluación legal del mismo. Esbec y Echeburúa (2016)
advierten que, de forma habitual, el diagnóstico de Esquizofrenia conduce a la inimputabilidad total,
ya que la capacidad para comprender la ilicitud de los hechos se encuentra con frecuencia anulada.

La inimputabilidad es una excepción de la imputabilidad, “la incapacidad para comprender la


criminalidad de un acto o de dirigir las propias acciones” (Patitó J., 2000, p.355), es decir, una
persona al momento de cometer un hecho ilícito con carencia de la capacidad cognoscitiva y
volitiva, ya sea por inmadurez psicológica o facultades psíquicas del sujeto, no se le puede atribuir
una infracción penal.

El Código Orgánico Integral Penal del Ecuador, manifiesta únicamente que la imputabilidad es un
requisito de la culpabilidad, mientras que la inimputabilidad solamente la menciona bajo el nombre
de inculpabilidad:

- Artículo. 34.- Culpabilidad. - Para que una persona sea considerada responsable penalmente
deberá ser imputable y actuar con conocimiento de la antijuridicidad de su conducta.

- Artículo. 35.- Causa de inculpabilidad. - No existe responsabilidad penal en el caso de trastorno


mental debidamente comprobado.

- Art.36.- Trastorno mental. - La persona que al momento de cometer la infracción no tiene la


capacidad de comprender la ilicitud de su conducta o de determinarse de conformidad con esta
comprensión, en razón del padecimiento de un trastorno mental, no será penalmente responsable.
En estos casos la o el juzgador dictará una medida de seguridad.
La persona que, al momento de cometer la infracción, se encuentra disminuida en su capacidad de
comprender la ilicitud de su conducta o de determinarse de conformidad con esta comprensión,
tendrá responsabilidad penal atenuada en un tercio de la pena mínima prevista para el tipo penal.
(Código Orgánico Integral Penal, 2014).

Es así que, para una persona que se encuentra bajo estos padecimientos, se debe tener en cuenta que
la realización de una infracción penal debe estar relacionada con el tipo de delirio que posea la
persona, y tener en cuenta la intensidad del trastorno, si se verifica estos presupuestos; el individuo
paranoide, planea y ejecuta la infracción penal y luego del cometimiento, al individuo paranoide se
le justifica su accionar con el debido análisis pericial psicológico, entonces no responde
penalmente, debido a que es influenciado por un estado patológico (Sarmiento D., 2018, p.86), y
debido al brote esquizofrénico, se sostiene que es inimputable penalmente por los delitos cometidos,
incluido el período de remisión, siendo que no deberá ser encarcelada, sino más bien internada en
centros de salud para recibir tratamiento especializado en forma obligatoria. (Mensías F., 2005).
CONCLUSIONES:

- La persona del caso en cuestión, AA, recibe un diagnóstico de un Trastorno Mental de Tipo
Esquizofrenia Paranoide, con un evento de violencia transitoria.

- Los trastornos mentales establecen procesos psíquicos complejos que afectan la psiquis e influyen
en la conducta y en la percepción de la realidad; afectando ya sea de manera leve o grave la aptitud
mental, a consecuencia de factores biológicos, ambientales, psicológicos y sociales que actúan de
manera individual o interrelacionada.

- La persona que haya dirigido su conducta sin comprensión del ilícito (elemento cognoscitivo) o
sin capacidad de conducirse conforme al reconocimiento de la antijuricidad (elemento volitivo), Es
inimputable, por lo tanto se excluye su responsable penal.

- El código prevé una medida de seguridad por el nivel de peligrosidad del sujeto, así que la
sentencia irá dirigida a que el sujeto reciba el tratamiento adecuado en una centro de salud
especializado con el pertinente internamiento bajo la custodia de quien se indique pertinente
(policial, personal de salud, familiares).
BIBLIOGRAFÍA:

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mental disorders DSM 4. Washington, DC EE. UU.

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BANYARD, P. (1995). Introducción a los procesos cognitivos. Editorial Ariel. Barcelona.

CÓDIGO ORGÁNICO INTEGRAL PENAL (2014). Editorial Corporaciones de Estudios y


Publicaciones. Quito Ecuador.

ESBEC, E. (2005). Violencia y Trastorno mental. Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid España.

ESBEC, E. y ECHEBURÚA, E. (2016). Violencia y esquizofrenia: un análisis clínico-forense.


Anuario de Psicología Jurídica, Madrid España.

ESBEC, E. y ECHEBURÚA, E. (2010). Violencia y trastornos de la personalidad: implicaciones


clínicas y forenses. Actas Españolas de Psiquiatría, Madrid España.

MENSÍAS, F. (2005). Personalidad Psicótica. Universidad Central del Ecuador. Recuperado de:
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PATITÓ, J. (2000). Medicina Legal. Ediciones Centro Norte, Buenos Aires.

SARMIENTO, D. (2018). “Las eximentes y atenuantes que afectan la responsabilidad criminal


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Universidad de Cuenca Ecuador.

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