Está en la página 1de 3

El espectro del comunismo no desapareció con la

desintegración del Partido Comunista en Europa del Este

La Gran Época comienza aquí a publicar entregas traducidas del inglés de un


nuevo libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo“, del equipo
editorial de “Nueve comentarios sobre el Partido Comunista chino“.
Prefacio
A pesar de que los regímenes comunistas de Europa del Este se desintegraron, el
espectro perverso del comunismo no ha desaparecido. Por el contrario, este
espectro perverso rige nuestro mundo y la humanidad no debe albergar un
optimismo errado

El comunismo no es una tendencia de pensamiento, ni una doctrina, ni un intento


fracasado de ser una nueva forma de ordenar los asuntos humanos. En cambio,
debería ser entendido como un demonio –un espectro perverso forjado por el odio,
la degeneración y otras fuerzas elementales del universo.

En otra dimensión, que no podemos ver, tomó la forma de una serpiente, luego la
de un dragón rojo, está en compañía de Satán, que odia a Dios. Se aprovecha de
seres y demonios de bajo nivel para sembrar el caos en la humanidad. El objetivo
del espectro es arruinar a la humanidad. Mientras los dioses ofrecen salvación a los
seres humanos, el comunismo le dice al hombre que no crea en lo divino, ataca la
moralidad humana para que la gente renuncie a la tradición y causa que el hombre
no acate las enseñanzas divinas a fin de que, en última instancia, sea destruido.

El perverso espectro comunista, con sus incontables mutaciones, está lleno de


astucia. A veces usa la matanza y la violencia para amenazar a quienes se rehúsan
a seguirlo. Otras veces, recurre al lenguaje de la “ciencia” y el “progreso”,
ofreciendo un maravilloso proyecto del futuro con la intención de engañar a la
gente. A veces se presenta como un profundo campo de aprendizaje y hace que la
gente crea que es la dirección futura de la humanidad. Otras veces utiliza los
eslóganes de “democracia”, “igualdad” y “justicia social” para infiltrarse en los
campos de la educación, los medios de comunicación, el arte y el derecho,
metiendo a la gente bajo su bandera sin que se den cuenta. Otras veces, se llama a
sí mismo “socialismo”, “progresismo”, “liberalismo”, “neomarxismo” y otros
términos de izquierda.

A veces sostiene banderas aparentemente rectas, tales como el pacifismo, el


ambientalismo, el globalismo y la corrección política. Otras veces, apoya el arte de
vanguardia, la liberación sexual, la legalización de las drogas, la homosexualidad y
otras indulgencias de los deseos humanos, dando la impresión errónea de que es
parte de una tendencia popular.

El extremismo y la violencia no son sus únicas expresiones –a veces simula


preocuparse por el bienestar de la sociedad. No obstante, su propósito de raíz es
destruir, por cualquier medio necesario, todo lo tradicional –sea la fe, la religión, la
moral, la cultura, la institución de la familia, el arte, la pedagogía, el derecho–, lo
que sea necesario para que el hombre caiga en un abismo moral y sea condenado.

El comunismo y sus varias mutaciones ahora se encuentran en todo el mundo.


China y Cuba proclaman públicamente ser lideradas por regímenes comunistas.
Incluso Estados Unidos –líder del mundo libre– cayó víctima de los ataques del
espectro perverso. Europa acoge el socialismo, y África y Latinoamérica están
envueltos en la influencia comunista. Esta es la alarmante realidad que enfrenta la
humanidad: la conspiración del espectro perverso para destruir a la humanidad casi
logra el éxito.

Los humanos instintivamente desean beneficiarse y escapar del peligro. El instinto


los urge a escapar del sufrimiento, a hacerse un nombre, a establecer empresas
prósperas o simplemente a disfrutar de la vida. Es humano tener estos
pensamientos. Sin embargo, si los humanos se distancian de lo divino, el espectro
perverso puede aferrarse a estos pensamientos e intensificarlos, y así controlar a la
gente.

La arrogancia de la sublevación del espectro contra la divinidad también hace que


aquellos a quienes controla experimenten un sentimiento de arrogancia. Estas
personas luego intentan jugar a ser Dios mediante el ejercicio de poder, capital y
conocimiento, con el objetivo de controlar los destinos de millones de personas e
influenciar el curso de la historia mediante movimientos sociales.

Los humanos son creados por lo divino y su naturaleza incluye el bien y el mal. Si
una persona abandona al mal y elige la compasión, puede regresar a lo divino. Lo
que espera del otro lado es el demonio en persona –el diablo. La elección reside
únicamente en el individuo.

Muchas personas que son fundamentalmente buenas se han convertido


inconscientemente en agentes o en blancos de manipulación del espectro
comunista –lo que Vladimir Lenin llamó “idiotas útiles”. A pesar de que la
sociedad en general terminó al borde de la destrucción debido a la provocación y
tentación del espectro, son muy pocas las personas que voluntariamente
prometieron sus almas al diablo y eligieron corromper deliberadamente a la
humanidad. La mayoría aún mantiene la bondad innata en la naturaleza humana,
dándoles una oportunidad de despojarse de la influencia del espectro.

También podría gustarte