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Comentario de textos poéticos

Por Carrnen DIAZ CASTAÑON (')

1. INTRODUCCION 2. ZQUE ES LO POETiC07

En 1974 el profesor Lázaro Carreter, asustado ante Mucho se ha discutido desde hace siglos sobre
«la exigua, casi inexistente presencia de las materias qué es lo literario, qué es lo poético. ^Existen rea-
literarias en los programas de Educación General lidades poéticas por sí rnismas? Creemos que no;
Básica, como anticipo, tal vez, de un propósito: man- la realidad que vive el poeta, las experiencias que
tener o aumentar su precariedad en el Bachíllerato goza o padece son idénticas a las que experimen-
Unificado Polivalente, cuyo plan es aún descono- tan los demás hombres, sus vivencias son iguales
cido», proponía la publicación de una serie de a las de cualquiera de nostros. ^DÓnde radica,
encuestas realizadas a profesores, críticos y escrito- pues, la especificidad de lo poético? Esta especifici-
res (1). Desgraciadamente, los augurios, malos augu- dad hay que buscarla en la lengua, aunque esto no
rios del profesor Lázaro se han confirmado: la litera- significa que tratemos de encontrar, ni siquiera de
tura es materia optativa en tercer curso de bachille- buscar, una lengua específicamente literaria. Tal
rato, optativa para los alumnos, dicen sofisticadamen- lengua no existe, de la misma forrna que no hay
te ias instrucciones. Pero 1a verdad es muy diferente: una lengua cientifica, administrativa o jurídica, sino
el plan del bachillerato es inconsecuente consigo obras, productos literarios, científicos, administrati-
mismo y así, si los alumnos de Ciencias desean vos o jurídicos, realizados con una misma lengua.
conocer 1os textos literarios de su lengua materna 2.1. No es difícíl convencer al alumno de que la
se encuentran con que deben interrumpir dicho co- especificidad de la literatura hay que buscarla en la
nocimiento en los albores del siglo XX porque en el lengua. Intentemos hacerlo de la mano de un hom-
C.O.U. ya no tienen aquella opción y obligatoria- bre que reunía las dos personalidades de cr(tico y
mente deben elegir una asignatura que no han visto poeta. En 1947 Pedro Salinas pronunciaba una
en tercero, con el siguiente perjuicio. Pero, bueno, conferencia en Lima (2), en la que analizaba cómo
a lo que íbamos, dicen los més optimistas narrado- la metáfora vida-río varía su modulación verbal a
res de nuestra literatura. En aquella encuesta casi través de los años. Observa Salinas la serenidad
todos opinaban que lo importante en el estudio de manriqueña que enuncia la gran verdad en forma
la literatura es leer y entender, y, por ende, la base plural, de modo que lo individual queda como ven-
de la enseñanza de la literatura es el comentario de cido por la idea de lo general, de lo ampliamente
textos. AI ser interrogado, el profesor Alarcos Llorach humano, enorme pluralidad en que el individuo
respondía. ^Cuáles son los métodos actuales? desaparece:
Como siempre cada maestrillo tiene su librillo. Pero
la base metodológica es evidente: leer, leer, y explicar, Nuestras vidas son los ríos
explicar. Naturalmente que si se tropieza con muros que van a dar en la mar,
de hormigón, todo método fa11a». Para Rafael Lapesa que es el morir.
«en la enseñanza secundaria debe fomentarse gra-
dualmente una comprensión más reflexiva de las Nos hallamos ante una enunciación sobriamente
creaciones literarias, a fin de que, sin enturbiar la exquisita, ausente de toda calificación sentimental,
impresión directa de su lectura, los alumnos puedan sin que haga su aparición la categoría del adjetivo.
iniciarse en el examen de aspectos formales y téc- Estamos en el síglo XV y una concepción del mundo
nicos, a la vez que descubran el sentido histórico y teocéntrica se resuelve en una actitud de aceptación
los valores humanos imperecederos que en ellas objetiva de vida y muerte.
se encierran». Y continuaba: «Insisto en que la en- EI mundo va cambiando y con el siglo XVI aparece
señanza de la literatura debe basarse en la lectura el yo renacentista. En la Epistola Moral a fabio se
directa y el comentario que ayude a comprenderla. nos dice:
Las noticias biográficas, las referencias a fuentes y
demás relaciones de las obras entre sí y con la his- Como los ríos que en veloz corrida
toria deben complementar ei conocimiento y estu- se 1/evan a 1a mar, tal soy l/evado
dio directo de las obras, pero nunca sustituirlas». al último suspiro de mi vida.
EI comentario de textos, el estudio sistemático de la
obra literaria, es también para nostros la base de la
enseñanza de la literatura. Es obvio que cada obra es
una estructura y que esta estructura es el resultado (") Catedrática de Lengua y Literatura Españolas del I.N.B.
«Bernaldo de Quirós» de Mieres (oviedo).
de un proceso mental, social e histórico. Pero esto (1) Literatura y Educación. Editorial Castalia. Ma-
no quiere decir que estudiemos la literatura en la drid, 1974.
historía, la sociología o la psicología, sino en el (2) Pedro Salinas: Ensayos de literatura hispánica.
momento en que historia, sociedad y autor se con- Del Cantar de Mio Cid a García Lorca. Ed. Aguilar. Madrid,
vierten en un ente estructurado verbalmente. 1961. Págs. 168-182. «Una metáfora en tres tiempos».
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EI enunciado pasivo «soy Ilevado» nos hace pasar E/los contra coriiente nadan, pero retroceden,
del término general de la humanidad indefinida al y en las aguas llevados, mientras se esfuerzan
individuo, al yo, y comporta, a la vez, una profunda (cauce arriba,
signiticación sentimental ( algo me hacen). EI hom- a espaldas desembocan.
bre, en un mundo ya antropocéntrico, se siente inerte
ante la fatalidad de ser Ilevado. Tímidamente hacen Angustia que tcma como vehículo de expresión la
su aparicibn 1os adjetivos ( veloz, ú/timo), y el ansia gran plasticidad de la escena, plasticidad que provo-
de vida, de goce del ser humano, sustituye aquel ca en el lector un profundo malestar casi físico.
generaiizador «morir» por el momento concreto, Por fin, el anhelo de quehacer colectivo de Pablo
amargo, desolador del «último suspiro» no de c/a Neruda, su creencia de que, aunque el vivir conduce
vida» ( variante que pudo elegir el poeta), sino de al morir, el vivir continúa siendo plasma lingfiística-
«mi vida», con un índice referencial, personal, que la mente en la modulación verbal de la metáfora.
lengua española no exige y que se Ilena por ello de Antonio Bernales, uno de los héroes del pueblo
fuerte carga afectiva. americano.
España camina al desastre. A la exultante ale-
gría renacentista sucede el angustiado pesimismo Asesinado en la venganza,
barroco y para Quevedo la muerte es el lugar «donde cayó abriendo los brazos en el rio,
envío». volvió a su río como al agua madre.
Ef Magdafena lleva al mar su cuerpo
Mi vida oscura, pobre y turbio río y del mar a otros rios, a otras aguas
que negro mar con a/tas ondas bebe. y a otros mares y a otros pequeños r/os
girando alrededor de la tierra.
Parece aceptar Quevedo {donde envio) la tortura
de que el vivir conduce al morir, el hecho paradójico EI hombre (río metafórico} y el Magdalena (río
de que sólo queda exento de ta servidumbre de la real) se funden para que ia Naturaleza cumpla no
muerte, lo que no ha vivido, lo que no ha tenido vida. la ley inexorable de la existencia, sino la continuidad,
Frente a la parquedad adjetiva de los textos anteriores la esperanza.
encontramos aquí cinco adjetivos, todos ellos rela- Una misma sustancia de contenido (la exigencia
cionados con el sema de lo oscuro, de lo difícil, de lo de muerte que engendra la vida), hecha forma (la
tenebroso. Y el río ya no «va a dar», sino que el mar metáfora vida-río), adopta diferentes expresiones
(negro) es quien se traga al río (pobre y turbio) según las épocas, según la historia, según las cir-
trasunto de mi vida (oscura). Para Salinas, la cunstancias ambientales que rodean al poeta y éste,
metáfora, iímpida en Manrique, empieza a temblar para hacer explícitas todas estas circunstancias,
en Andrada y Ilega con Quevedo a la convulsión. necesita aprovechar al máximo los recursos lingiiís-
Unos pocos versos han sido suficientes para expresar ticos, únicos que posee y que harán perdurable su
tres momentos de la historia de la humanidad: poema. En resumen, si pensamos que en literatura las
serenidad, duda y tormento, momentos que necesi- ideas y los temas nos interesan menos que el modo
tarían muchas páginas explicativas en cualquier con que la sociedad se apodera de ellos para con-
historia de la cultura. vertirlos en la sustancia de un cierto número de sis-
Desde aquf podemos acercarnos a la poesía del temas significantes, si pensamos que la poesía no
siglo XV. La muitipiicidad simbóiica de Antonio Ma- se logra más que con un proceso de comunicación,
chado (barca, viajero, árbol) vuelve al enunciado mientras permanece latente la poesía no existe.
colectivo, contemplado esta vez desde un distancia- Y como la comunicación se efectúa con la lengua,
miento objetivo: lo poético no reside én las vivencias, sino en el
peculiar modo lingiiístico de comunicarlas. La
Apenas desamarrada poesía, por tanto, es un proceso lingiiístico.
!a pobre barca, viajero, del árbol de la ribera, 2.2 Admitido que las características de la litera-
se canta: no somos nada. tura deben buscarse en la lengua, señalemos algunas
Donde acaba el pobre río la inmensa mar nas espera. de las peculiaridades que caracterizan su uso en la
literatura.
2.2.1. Los productos poéticos tienen una cons-
No se alude directamente a la vida, que participa, titución interna global, unitaria. Cada uno de sus
a pesar de ello, como protagonista desde la primera elementos, cada signo no vale más que lo que le
persona de «no somos nada» y«nos espera» y ia permiten los que vendrán después, y éstos, solamente
minuciosa puntualización del verbo acabar. No lo que determinan los precedentes. La sustancia poé-
vamos a la muerte-mar, ni ésta nos absorbe: sim- tica de un mensaje depende del conjunto de todos
plemente espera. sus elementos lingi.iísticos concretos. Como dice
Esa espera se hace quehacer, lento quehacer en Hjemslev, la lengua líteraría y poétíca es una len-
Jorge Guillén: gua cuyo plano de expresión es, a su vez, la lengua
habitual (3). 0 como puntualiza Alarcos Llorach, las
La edad me pesa en e/ silencio unánime palabras de un poema tienen un significante fónico
de fa noche tranquila, grande, sola. que evoca un significado de todos los dias, y juntos
Accidente no hay que me dístraíga sugieren una referencia significativa particular al
de ese mar que tendiendo va su ola. poeta y al poema.
A esta interrelación de los signos componentes
La lentitud, refkejo de la tranquilidad que parece
rodear al poeta, se expresa en la sintaxis retardatoria,
producida por el caprichoso orden que adoptan las (3) Es decir, el lenguaie denotativo es sustancia de
palabras (accidente no hay, tendiendo va). expresión en la obra literaria, la lengua adopta en el signo
Sobre esta tranquilidad se agita la profunda an- esr,ético una posición análoga a la de la sustancia lingiifstica
gustia existencial de Vicente Aleixandre: de la expresión.

aa
de un poema apunta Jakobson cuando dice que: tible, pero evocable (precisamente gracias al poema)
«la función poética proyecta el principio de equiva- Y este fin sólo se logrará mediante el lenguaje, ex-
lencia del eje de selección sobre el eje de combina- plotado en todos sus estratos --fonía, forma, signi-
ción». AI hablar, seleccionamos de los paradigmas ficación -, lenguaje que configurará la situación de
de nuestro repertorio ling^ístico una serie de ele- que partió el poeta y evocará el lector (5).
mentos que combinamos en oraciones:

La joven baila
La damisela danza 3. ACERCAMIENTO AL TEXTO
La fémina bailotea DE DIVERSAS EPOCAS

AI comentar un texto debemos plantearnos un pro-


En el uso común de la lengua, una vez realizada blema previo: el acercamiento al texto de diferentes
la selección dentro de un paradigma la operación épocas.
se da por terminada, pasamos a una nueva selección y 3.1. Ante un texto medieval, Io importante será
luego a otra y a otra. Pero el «escritoro no se ofvida ni el establecimiento de! texto propiamente dicho.
de las «selecciones» que ha realizado, ni de los Será necesario explicarfo, aclarando y comentando a
paradigmas» en que las ha realizado (4). Cuando la vez cada uno de sus significados; en ocasiones
Gbngora describe la cueva de Polifemo será preciso acudir a la descripción fonética, a la
puntualización de las grafías. Si se trata de un texto
infame turba de nocturnas aves en verso nos ayudará la métrica, el estudio del
hiato y la elisión, las aclaraciones que sugiere la rima.
la elección de turba entre la serie de posibilidades Todo ello nos permitirá después reconstruir eN texto.
que la lengua le ofrece determina la elección de Cierto que en el bachillerato no será necesario ahon-
nocturnas, haciendo recaer los acentos ritmicos dar en estas materias, pero si nos encontramos ante
sobre los que gravita el endecasílabo en una sflaba un texto como éste, uno de los más conocidos del
idéntica, que tiene como elemento nuclear precisa- Arcipreste de Hita, tendremos que explicar al alum-
mente el fonema «u», el más cerrado en español. no por qué hemos elegido esta versión, precisamente
Pero, a su vez, la elección de nocturnas proyecta todo ésta y no otra.
esto sobre la elección de turba y este juego de fuer-
zas se resuelve en expresividad significativa. Cuando Busca mu,qer de talla, de cabe^a pequeña,
Acis Ilega sediento junto a Galatea dormida y entrega cabellos amarillos, non sean de alheña,
sus ojos y su boca !as cejas apartadas, luengas, altas, en peña,
angosta de carriellos, /esta es talla de dueña!
al sonoro cristal, al crista/ mudo 5 Ojos grandes, fermosos, pyntados, relusientes,
e de /uengas pestañas, byen claras e reyentes,
la repetición de cristal, ubicado en el centro del las orejas pequeñas, delgadas, paral mientes,
verso, y la antítesis de sonoro y mudo que lo limitan, si ha el cuel/o alto, atal quieren las gentes.
enriquecido todo ello por el valor matafórico, es sóio La nariz afilada, !os dientes menudie!los,
un ejemplo más de esa proyección del eje de selec- 10 eguales e bien blancos, un poco apartadillos,
ción sobre el eje de combinación. las enzivas bermejas, los dientes agudillos,
Como sabemos, los ejemplos podrían multiplicar- /os /abros de fa boca bermejos, angostillos.
se. Baste uno: la repetición de fonemas acústicamen- La su boca pequeña, así de buena guisa,
te semejantes con fines expresivos, lo mismo en la la su faz sea blanca, sin pe%s, clara e lisa;
poesía renacentista de Garcilaso: 15 puña de aver muger que la vea en camisa
que la talla del cuerpo te dirá ésta a guisa.
en el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba Esta descripción femenina del Arcipreste ha sido
estudiada por Dámaso Alonso y recientemente por
que en la poesía contemporánea de Blas de Otero: Emilio Alarcos Llorach (6). Del estudio de este último
recogemos, porque nos parece muy convincente,
trago trozos de mar y agua salada. el «angosta de carriellos» del verso cuatro, ya que
la expresión que se venía repitiendo, «ancheta de
2.2.2. EI texto poético se nos ofrece aislado, caderas», parece desentonar en una descripción
fuera de situación. Se trata de un acto ling ^ ístico que de la cabeza femenina. Para el verso quince acep-
se produce en ausencia del receptor (de quien el
poeta nada sabe, él se diríge al Hombre) y se repro-
duce en ausencia del emisor (el poeta, de quien
poco sabemos, sobre el que la historia ha podido (4) Es lo que Hegel había intuido. Para él la diferencia
entre la lengua en la poesía y su ernpleo «normal», «el mo-
engañarnos). La situación debe brotar del propio do de expresión prosaico» radica, sobre todo, en que la
poema, el único ente real que tenemos delante. lengua de la poesía tiene que ser «teóricamente convertida
cuando Borges nos dice: en fin» y ha de aparecer ccomo culta». La lengua, que nor-
Hay una puerta que he cerrado hasta el fin del malmente sólo es cmedio de comunicación», adquiere
mundo nada sabemos del locutor, de la puerta cerra- importancia en s( misma al alcanzar el rango poético. En
da, sólo el resto de1 poema podrá aclararlo: principio, la lengua no es más que vehiculo de !a co-
municación, pero en la obra literaria se la trata como si
entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolosJ fuera finalidad, o sea, material artístico.
(5) E. Alarcos Llorach: «Poesía y extratos de la lengua»,
hay alguno que ya nunca abriré. en Ensayos y estudios literarios. Edicíones Júcar, 1976.
(6) «Libro de Buen Amor, 432 d. Ancheta de caderas».
Parece, pues, que el propósito último de la poesía Barcelona, 1973. Actas del I Congreso Internacional sob ^e
es creación y fijación de una situación, única, irrepe- el Arcipreste de Hita. S.E.R.E.S.A.
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tamos la interpretación de que mujer es la men- Se nos escaparía la tremenda ironía de los sueños
sajera, la que podrá ver uen camisa» a la dueña quevedescos sin conocer el significado de los dichos
apetecida y podrá dar razón amplia de su talla, de populares: «Estaban unos senadores votando un
su dísposíción corporal (7). pleito. Uno deltos, de puro maldito, estaba pensando
Una vez establecido y aceptado el texto, podemos cómo podría condenar a entrambas partes. Otro
pasar a su descripción. Sólo encontramos dos verbos incapaz, que no entendía la justicia de ninguno de
principales, dos imperativos, das expresiones apela- los dos litigantes, estaba determinando su voto por
tivas, de Ilamada. Del primer verbo, buscar, colocado aquellos dos textos de los idiotas: «Dios se la depare
al comienzo de la descripción, dependen todos los buena y"dé donde diere"». O sin captar el valor
versos hasta la aparición del segundo verbo, puña, hampesco de algunas palabras: «1Vendes porazum-
con que la descripcibn va a cerrarse. Todos los térmi- bres lo que Ileves a cántaros y Ilamas zorras a los
nos derivados de busca deberán ser gustados, anaii- que haces patos?» ^CÓmo entender la protesta del
zados y pormenorizados por ^ propio amante, el cliente de aquel tabernero que aguaba el vino sin
Arcipreste; los derivados de puña introducen un sabPr que «zorra» significa «borrachera» y como
nuevo elemento: la mujer que vea a la tuya «en animal puede ent ^ar en combinación con «patos»
camisa». exigido por la cualidad aguanosa del vino?
Como en todo fragmento descriptivo, abundan los Hasta Fray Luis de León, una de cuyas odas,
adjetivos, y la minuciosidad y la concreción, tan «Contra un juez avaro», vamos a comentar, no sería
características del Arcipreste, matizan los versos. comprendido en este caso sin saber que la Melguera
Las dos primeras estrofas muestran claramente el es una de las Euménides o Furias o que los antiguos
principio de la importancia que tiene introducir di- representaban al tiempo por Saturno, padre cruel y
versidad en la unidad. La primera termina con una voraz, que se comía a sus propios hijos, es decír,
frase que rompe el esquema sintáctico de los tres a las cosas que engendraba. Junto a los mitos clásicos
versos anteriores: esta es ialla de dueña; la segunda encontraremos tópicos medievales (el tiempo-rueda),
interrumpe la descripción al final def tercer verso, reminiscencias clásicas de Horacio y Virgilio, lec-
paralmientes, para concluir buscando el consenso turas, incluso avatares del propio Fray Luis, ya que el
de toda la humanidad: a ta/ quieren las gentes. EI tono amargado y dolorido nos hace pensar en un
Arcipreste (si nos encuadramos en el coniexto de la personaje, unido tal vez a!a circunstancia vital del
narración, el Amor) no habla sólo para el Arcipreste, poeta y su persecución.
sina para un público heterogéneo, ávído, Ileno de
ansia de vida, que una nueva situación, la del siglo XIV,
parece brindarle. Por eso, el consenso de todos esta- Contra un juez avaro
blece una frontera entre los ojos y la nariz de la bella.
Veamos la variedad de recursos calificativos del Aunque en ricos montones
Arcipreste: los cabellos amarillos se acompañan de levantes el cautivo, inútil oro,
una aración negativa, no sean de alheña; las cejas y aunque tus posesiones
se enriquecen con una cuádruple expresión, igual mejores con ajeno daño y lloro,
que los ojos. Pero estos, a su vez, Ilevan un comple-
mento determinado que introduce a las pestañas, 5 y aunque cruel tirano
calificadas de nuevo con dos adjetivos matizados e oprimas la verdad, y tu avaricia,
intensificados con el determinante bien. La estrofa cerrada en nombre vano,
tercera introduce los diminutos (ya en la forma convierta en compra y venta la justicia,
-illo, común desde el siglo XIV, frente al corriente
antes y ahora esporádico- iello), diminutivos que y aunque engañes los ojos
colocan en primer lugar su idea de afectividad, no de 10 del mundo, a quien aiioras, no por tanto
pequeñez. Y la cuarta y última es mixta, de califi- no nacerán abrojos
cación y apelación, como la primera, ofreciendo así agudos en tu alma, ni el espanto
una estructura cerrada, perfectamente coherente.
3.2. En el Siglo de Oro la fijacibn del texto ya no velará en tu lecho,
no ofrecerá grandes problemas. Intentaremos ahora ni huirás la cuita, la agonia,
que el alumno pueda superar las dificultades que 15 el último despecho,
ofrezca el contenido. Tropezaremos, sin duda, ni la esperanza buena, en compañia
con una serie de alusiones a la mitología, mundo que
estaba entonces a la mano no sóio de io ^ poetas, sino del gozo, tus umbrales
de los lectores, pero que hoy puede ofrecer dificul- penetrará jamás, ni la Melguera
tades. Difícilmente entenderfamos algunos sonetos con llamas infernales,
de Quevedo sin conocer los mito,s a que continua- 20 con serpentino azote la alta y fiera
mente alude. Cuando canta «afectos varios de su
corazón fluctuando en las ondas de los cabellos de y diestra mano armada,
Lisi» se nombra saldrá de tu aposento sólo un hora,
iay!, ni tendrás clavada
Leandro, en mar de fuego proce%so, la rueda, aunque más puedas, voladora
su amor ostenta, su vivir apura,
lcaro, en senda de oro mal segura
arde sus a/as por morir glorioso.
(7) No pediremos que esto lo sepa el alumno, si el pro-
para terminar fesor. Recuerdo ahora un consejo que nunca eché en
saco roto. «EI profesor intentará siempre ser más amplio,
mi;s complejo que el texto, pero insistiendo muchísimo
Avaro y rico y pobre, en el tesoro, en que los alumnos no deben coger apuntes. La variedad
e! castigo y la hambre imita a Midas, es sólo para alejar al alumno de la monotonía de las repe-
Tántalo en fugitiva fuente de oro. ticiones».
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25 del tiempa, hambriento y crudo, ni... no velará) y sus sujetos (abrojos, espanto)
que viene, con la muerte conjurado, caminan a un locativo en relación con el iú apela-
a dejarte desnudo tivo del poeta (tu alma, tu lecho); la tercera (14-15)
de! oro y cuanto tienes más amado. se construye en segunda persona con una comple-
mentación tripartita de climax ascendente, cuya
Y quedarás sumido último componente se incrementa con adjetivo
30 en males no finibles, y en olvido. (cuita, agonía, último despecho). Aparece ahora
(16-18) el único elemento positivo de la serie, /a
Fray Luis va a exponer una verdad, una verdad que esperanza, con un calificativo cotidiano, coloquial,
se cumplirá categóricamente aunçue se cumplan más expresivo por ello (buena), esperanza que se hace
también una serie de supuestos adversativos. La acornpañar de un complemento a distinto nivel, en
estructura adversativa y aseverativa divide en dos retación subordinante (en compañía del gozo). En
partes la oda. Los diez primeros versos se apoyan contraposición con lo anterior, ahora el sujeto busca
en la repetición de aunque; en la mitad del verso perezosamente su verbo, penetraria, que se sitúa
diez comienza la sarta de maldiciones en una al final de la frase. A partir de este momento, !a
serie de estrofas fuertemente eniazadas, atadas unas sintaxis se complica más y más, precisamente cuando
a otras, que desembocan en !os dos versos finales vamos a encontrarnos con los remordimientos y la
que, no obstante su independencia, se suman traba- muerte. Las dos cláusulas oracionales se separan
josamente con el nexo y a todo lo anterior, cuyo por un /ay! (23) fuertemente afectivo. La primera,
contenido recogen en el verso bipartído que cierra que ocupa cinco versos (28-22), interca!a entre sujeto
el poema. y verbo los aditamentos, uno coincidente con la
La parte adversativa (1 -10) agrupa sus ^'iez versos unidad métrica, el segundo con un fuerte híperba-
en dos estrofas y media que distribuyen ^,^^ ^ontenido ton intensificado por !a triple adjetivación polisin-
semántico de forma diversa. Sabe e' N^.:.^ que la dética rota por la pausa estrófica. Traspuesto el
reiteracibn (conseguida con la repeti^ión ar^afórica emotivo /ay!, Ilegamos a la última clásula, aún más
de aunque e intensificada con la repe ición ta.rbién larga (seis versos), que reúne e intensifica todas las
anatórica del nexu y) debe balancearse siempre con dificultades ling ^ ísticas anteriores: adopta e! esquema
la variedad, con la originalidad. Así las dos primeras estructural subordínado (que viene...), hace presente
frases ocupan exactamente dos versos c^da una las adversativas del comienzo (aunque más pueda),
(1-4) (se reparten una estrofa completa). La tercera ofrece el hiperbaton más viofento (rueda... voladora),
trunca el verso seis, precisamente cuando aparece el versos y estrofas se encabalgan bruscamente, juega
primer sujeto léxico (avaricia, que afianza su relación con las perifrasis (tendrás c/avada por «detendrás»),
con !a segunda persona de los verbos por el posesivo expresiones unidas por el nexo y ofrecen presencia
tú) y tras ese paréntesis vuelve la persona tú sujeto, y ausencia de de (del oro y cuanto tienes más
que se repite dos veces, como núcleo en la oración amado).
principal (engañes), como núcleo del término Unifica el poema e1 tono apelativo, común en
adyacente del sustantivo mundo (adoras). Tampoco Fray Luis, lo que no le priva de un carácter generaliza-
ahora agota fa unidad métrica y una fuerte pausa dor, y después, remache fatídico de tanta premiosi-
nos introducirá en la segunda parte o en la sarta dad, de tanta morosidad, arribamos al pareado final
de oraciones aseverativas que Fráy Luis lanza en tono (29-30), escueto, desnudo, que reúne en un verso
de maldición, tan Ilenas de fuerza y de ca{or, de color posiblemente los males eternos y el olvido temporal,
y de amargura que nos Ileva a pensar en un inter- las dos vidas tan cantadas por toda nuestra literatura
locutor real. Generalmente, el orden de las palabras desde Jorge Manrique.
P^ envolvente. En la primera estrofa se adelantan La viofencia expresiva, el tono de ma{dición, la
I; aditamentos (en ricos montones), o el comple- ruptura consciente de las estructuras lingiiísticas,
mento directo (tus posesiones), los adjetivos (en nos hace pensar en la biografía del poeta, en las
número de dos, cautivo, inútil, acompañando al sus- dificultades que le proporcionó un proceso inquisito-
tantivo oro; uno solo, ajeno, acompañando a dos rial injusto (8). La desazón angustiosa que la injus-
sustantivos daño y lloro, a pesar de su expresión en ticia al caer sobre su misma vida le producía se
número singular). En la segunda estrofa, los comple- transparenta en su poesía con intensidad y precisíón
mentos siguen al núcleo verbal, pero los adyacentes lingiiística.
(cruel tirano, cerrada en nombre vanoJ, que acom- 3.3. Cuando nos ha!lamos ante un texto moderno,
pañan al sujeto, mantienen también aquí la ruptura ya no necesitamos explicar palabras, acepciones y
det orden normal de las palabras en la frase. Los ver- significados; generalmente, el texto no ofrece esco-
sos 9-10 (la última formulación adversativa) con su Ilos de pura comprensión. Pero nos hallamos con
rígida ordenación introducen la variedad ya aludida otro problema: podemos precindir de la fatiga
del complemento exp!icativo de mundo. E1 tono filológica de reconstruir el ambiente y fas vivencias
agresivo del poema se retleja en el desacuerdo de en que se movió el autor, nuestro contexto es común
unidad métrica y unidad sintáctica, pero el encabal- y consabido, y se identifica uno sin esfuerzo con
gamiento de los versos dos a dos actúa como relacio- su posición. Sin embargo, corremos el grave riesgo de
nante unitario, paradójicamente enfrentado con la olvidar que estamos enjuiciando literalmente y,
ruptura que e1 desajuste rítmico comporta (1 -2, como nos sentimos atraidos o repelidos por las vi-
3-4, 5-6, 9-10; en el verso 6 avaricia necesita sor- vencías del autor, nuestra crítíca, nuestro comentario,
tear el verso siete para encontrar su verbo convierta aparecerán envueltos por presupuestos ideológicos
en el verso ocho). o pragmáticos compietamente ajenos a la calidad
En la segunda parte del poema (10-28) los enca-
balgamientos se hacen tan duros que se frustra con-
tinuamente la pausa estrófica y las estrofas se anudan (8) Macrí y Dámaso Alonso piensan que debió ser
fuertemente unas a otras. La repetición es ahora de compuesto en la cárcel y contra una determinada persona.
las formas negativas no, ni. Las dos primeras cláusulas Dámaso Alonso, Discurso en la solemne apertura del curso
amalgaman dos negaciones (no... no nacerán, académico 1955-1956. Universidad de Madrid.
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iiteraria. Sin olvidarnos de que la tabla de valores de mi ser, que solo
del crítico debe ser estrictamente literaria y no la axio- me verá !a tierra,
logía propia de las cosas referidas o significadas, 55 pero que en el mundo
nos acercamos a dos poetas contemporáneos: es el que se encarga
Pedro Salinas y Pablo Neruda. de llevar mi peso
3.3.1, A pesar de su profunda intelectualidad, de carne y de sueño,
de esa asepsia casi fria y objetiva, siempre traicionada de gozo y de pena
por ta densidad del sentimiento, la poesía de Pedro 60 misteriosamente
Salinas es perfectamente entendida y gustada por sin que haya unos ojos
los alumnos de Bachillerato. Llevo muchos años que jamás le vean.
explicando en clase aEterna presencia», poema ín- Lo que yo te pido
cluido en Largo Lamento (uno de los libros pbstu- es que la corpórea
mos del poeta), y su paradoja amorosa, esa paradoja 65 pasajera ausencia
fundada sobre el constraste entre ia necesidad ab- no nos sea olvido,
soluta de la muerte y el valor que damos también ni fuga, ni falta,
absoluto del amor establece una corriente de com- síno que me sea
prensión entre poeta y lector. posesión total
70 del alma lejana,
eterna presencia.
No importa que no te tenga,
no importa que no te vea. EI poema se abre con dos octosílabos (los únicos),
Antes te abrazaba, negativamente reiterativos, que enuncian el tema:
antes te miraba, comienzan con una impersonalidad categórica, para
5 te buscaba toda, terminar con complemento de segunda persona que
te querla entera. intensifica también la negación («no tener» / menos
Hoy ya no les pido que / «no ver»).
ni a manos ni a ojos,
las últimas pruebas. No importa que no te tenga,
10 Estar a mi lado no importa que no te vea
te pedla antes,
sl, junto a ml, sí, EI pareado se de^ arrolla analíticamente en dos
sr, pero allf fuera. ramas, vertientes de desigual extensión.
Y me conientaba A) La primera ( verso 3-18) se construye sobre
15 sentir que tus manos el principio de1 contraste antes y hoy (un contraste
me daban tus manos, muy grato a Salinas).
sentir que a mis ojos
les dabas presencia. Antes Hoy
Lo que ahora te pido
20 es más, mucho más, ^-^^ /`^_
abrazaba miraba ni a manos ni a ojos
que beso o mirada:
es que estés más cerca
de mi mismo, dentro. EI ímperfecto narrativo, presente de un pasado, nos
Como el viento está aleja del hoy como algo que no por admitido era
25 invisible, dando deseado; admitido, diríamos, como mal menor. EI
su vida a la vela. fragmento se articula internamente en cuatro seg-
Como está la luz mentos en que pesa el antes (3 de ellos) sobre el
quieta, fija, inmóvil, hoy (1), apoyado todo en un juego entre segunda y
sírviendo de centro primera persona, con predominio de la segunda.
30 que nunca vacila La variedad consciente está asegurada en la sustitu-
al trémulo cuerpo ción de abrazar por manos, de mirar por ojos. Lo
de /lama que tiemb/a. que el poeta niega hoy no es ya el abrazo, sino la
Como está la estrella, posibilidad del abrazo, no la mirada, sino la posibili-
presente y segura, dad de eNa. Los hexasílabos, perfectamente unifor-
35 sin voz y sin tacto, mes, juegan rítmica y ágilmente (aparente frivolidad
en el pecho abierto, para un profundo sígnifícado).
sereno del lago. B) La segunda rama (verso 19-71) se bifurca
Lo que yo te pido en otras tres, división apoyada en la repetición ana-
es só/o que seas fbrica.
40 alma de mi ánima, a) (verso 19-37) Hemos pasado del imperfecto
sangre de mi sangre narrativo al presente activo, categórico, imperativo.
dentro de las venas. EI verbo upedir» carga con su propio sema la función
Es que estés en mi conativa que cumple toda la frase.
como el corazón
45 mío que jamás Lo que ehora te pido
..___.._.-I.--_ _
veré, tocaré. ---- ,
Como es15 la estreNa
y cuyos latidos Como el vionto eatE Conw est8 la lux

no se cansan nunca (vela) Qlama)


1
(faqo)
de darme mi vida
50 hasta que me muera.
Como el esqueleto, Diversidad en la unidad. 0 viceversa. EI nexo co-
el secreto hondo mo asegura anafóricamente la unidad comparativa,
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pero la variedad está asegurada por la distinta ubi- La paradoja se mantiene en la alusión al esque-
cación del sustantivo en tas dos primeras expresiones; leto (ese hueso insobornable símbolo de amor en
en la tercera, cuando ya el lugar del sustantivo no la poesía moderna) y se materializa en el contraste
resulta pertinente, el verso no es agudo, sino grave.
Los adyacentes que acompañan a viento, /uz, carne - sueño
estrella pertenecen a un mismo campo semántico gozo - pena
que apunta a la eternidad anunciada desde el
título:
destacando la ruptura de lo esperado al elegir coma
antítesis de carne el término sueño no eespiritu que
invisiGk -^------+viento quieta, fija, inmiSvil --- .luz prnenb Y s^9ws
ser(a el más atestiguado por la costumbre.
srtrella c) (verso 63-71 } AI Ilegar al final la extensión
disminuye ante la intensidad y la concentración. La
sin voz y sin tatto relación con lo anterior se asegura por la repetición
«lo que yo te pido» y la paradoja del cornienzo desem-
boca en el intensificado contraste final:
En ellos el poeta utiliza casi todas las posibilidades
de calificación que la lengua le ofrece: un solo corpórea --- --- pasajera ausencia
adjetivo (1), tres adjetivos yuxtapuestos (2), dos
adjetivos unidos por el nexo y(3) y dos sustantivos
con preposición (4). Por otra parte, los tres sustanti- almallejana eterna presencia
vos (viento, luz, estre/la) se hacen signo no en sí
mismos, sino en algo que está fuera de ellos (vela,
llama, lago), algo en donde se proyectan y de alguna La proximidad irnplícita en corpórea se hace ex-
forma se realizan. plícita lejania en el adjetivo que aeompaña a alrna.
b) (verso 38-62) EI ahora se personaliza en un yo A su vez, los grupos sintagmáticos (pasajera ausen-
sujeto explícito, especialmente significativo, ya que cia-eterna presencia) no sólo son antitéticos como
el poeta evita ia realización común del español que no unidad de grupo, sino cada uno de los sintagmas
necesita indivídualizar el sujeto de primera persona, que los integran. Por último, esa ausencia de no-
con lo que insiste en la idea de la participación per- sotros (no nos sea) debe convertirse en eterna pre-
sonal. Los signos comparativos deberán ser ahora sencia para mf (sino que me sea).
inherentes, inseparables de ese yo: Aquella «frente más segura» de La voz a ti debida
es hoy esqueleto
Lo que yo te pido que se encarga
de lfevar mi peso
Como el corazón Como el esqueleto de carne y de sueño

Aprovecha el poeta todas las posibílidades que la y esta «carne y sueño» reproduce los «besos y dul-
lengua le ofrece. La expresión «alma de mi ánima» zuras» de entonces, y la «salvación fría, dura en la
comporta la rica dualidad signi^icativa de un mismo tierra» alií buscada es hoy «posesión total, eterna
étimo bifurcado en dos realizaciones fonéticas dis- presencia». Así, como decfamos al principio, todos
tintas. Si conmutásemos por otra frase semejante los signos de un poema son irrterdependientes, su
«alma de mi alma», la fuerza poética sería totalmente valor depende de1 valor de los demás. Pero, a su vez,
distinta. Aparte del desgaste de la frase por un uso los poemas forman parte de unidades más amplias
peyorativamente popular se perdería eV valor lin- también interdependientes, que pueden Ilegar a ser
giiístico de ánima, que se hace «ánimo», voluntad de la obra toda de un poeta. De esta forma nos encon-
vivir activa, no pasiva. (EI Diccionario de la Acade- tramos con que el poeta, sujeto histórico, cambia co-
mia defíne «ánima» como «alma o espíritu en cuanto mo la vida misma: manteniéndose en su obra idéntico
es principio de ia actividad humana».) a sí mismo.
En «el corazón/mío» (44-45) la elección de la 3.2.2. «Charming» es un poema de Pablo Neruda
torma plena mío pospuesta a su núcleo permite por que se incluye en Defectos escogidos (1974), uno
un lado el artículo individualizador, y por otro, el de sus libros publicados póstumamente.
realce inherente al esfuerzo consciente que fa fron-
tera versal impone. AI mismo tiempo el mi, apocopa- La encantadora familia
do, inmóvil en cuanto al género, parece apuntar a con hijas exquisitamente excéntricas
corazón, a la cosa poseída, mientras el mío, cargado se va reuniendo en fa tumba,
de sustancia sustantiva, el miembro más marcado unos del brazo de la coca,
del binomio, apunta a lo personal, al yo. 5 otros debi/itados por las deudas,
EI principio ordenador interno sigue siendo el con- con muchos grandes ojos pálidos
traste, la paradoja, que anunciados en el pareado se dirigen en fila al mauso%o.
inicial, ínforman el poema compfeto: «jamás veré,
tocaré - no se cansan nunca; darme mí vida - hasta Alguno tardó más de lo previsto
que me muera (contraste semántico -vivir-morír- (extraviado en safari o sauna o cama),
Y contraste gramatical -sustantivo-verbo-). EI 10 fardío se incorporó al crepúscu/o,
poema se inunda y lo inunda todo de una afirmación al té íina! de la fina/ familia.
del yo, y por eso ia primera persona invade y domina,
ya sea en la eleccibn (no exigida por el español) del La generala austera
posesivo de «mí vida» (frente a"«/a vida»), ya sea dirigla
en el personal que acompaña a la idea de morir y cada uno contaba su cuento
(me muera), apoyado todo ello en la repetición 15 de matrimonios muy malavenidos
acústica del fonema bilabial /m/. que simultáneamente se pega,óan
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golpes de rnano, plato o cafetera, nificado: agolpe de mano» pierde su valor de frase
en Bombay, Acapulco, Niza o Rio. hecha junto a plato o cafetera; acrepúsculo» es aquí
el ocaso de una raza; el valor fbníco de las expresio-
ta menor, de ojas dulces y amarillos, nes cobra una fuerza especial y consciente: «exqui-
20 alcanzó a desvestirse en tadas partes, sitamente excéntricas», «contaba su cuento»...
precipitadamente tempestuosa, La segunda parte olvida la concreción de la fa-
y uno de el%s salla de una cárcel milia y busca para la vivencia un tono universalizan-
condenado por robos elegantes. te. Sigue la sintaxis morosa y la concatenación
con todo lo anterior (de aquf su expresividad): et
E/ mundo iha cambiando va reuniendo del verso tres conduce al iba caminan-
25 porque el tiempo inmutable caminaba do (25) con que se descríbe el cambio y ia ley ine-
del bracete de fa Reforma Agraria xorable de la historia, todo como vehículo de ex-
y era diflcil encontrar dinero presión para la metáfora tradicional caminaba.
colgado en las paredes; el reloj Ei inmutable que califica a tiempo cobra el valor es-
ya no marcaba la hora sonriendo, pecial de indiferente, pero mantiene la antitesis con
30 era otro rostro de la tarde inmóvil. iba cambiando. Inmediatamente, el tono serio se
quiebra con la ironía que comporta el sufijo de
No sé cuándo se fueron; bracete, intensificado al unirse con algo tan serio co-
no es mi papel anotar las salidas; mo la Reforma Agraria (que, a su vez, alcanza con
se fue aque/la familia encantadora el brazo de la coca del verso 4), y ese tiempo inmu-
y nadie ya recuerda su existencia. table es quien exige y justifica reloj, hora y, sobre
35 La oscura casa es un co%gio claro todo, tarde inmóvil.
y en la cripta se unieron los dispersos. En la última parte, con la aparición del yo, aparece
también el presente frente al imperfecto que predo-
^Cámo se llaman, cómo se lfamaron? minaba en todo lo anterior. Llegamos a la culmina-
ción intensiva del poema, a la formulación del men-
Nadie pregunta ya, ya no hay memoria, saje. Los versos giran sobre el jozne del verso 37
ya no hay piedad, y sá/o yo contesto en que la duda formulada en presente agiganta el
40 para mi mismo, con cieria ternura, olvido al repetirse en pasado. La encantadora
porque seres humanos y folfajes familia se ha convertido en familia encantadora (33)
eumplen con sus colores, se deshojan; y la antitesis lingiiística del verso 35 perfectamente
siguen as1 las vidas y la tierra. bimembre, construido sobre el contraste (oscuro,
claro), refleja la antitesis conceptual que conlleva
Se divide el poema en tres partes, En la primera el significado de la relación casa-colegio: metamor-
(1-23) se nos describe el final de una familía. fosís de vida y esperanza que se construye precisa-
En la segunda (24^ 30) irrumpe la descripción del mente sobre la existencia de todos («en la cripta se
mundo, el paso de la historia. En la tercera (31-43) unieron los dispersos»). Por fin, tras la pregunta, el
se íntroduce ef yo del poeta. olvido en triple formulación: un verso bimembre
La primera parte oscila entre lo general y lo {«nadie pregunta ya, ya no hay memoria») seguido
particular. La descripcibn de la encantadora familia de una tercera negación^ que se articula con la con-
(1-7) que se dirige «en fila al mausoleo» deja paso testación, con la afirmación del poeta. La memoria
al paréntesis particular, «alguno tardó...» (8-11) que (recuerdo) se identifica con piedad y el poeta canta,
culmina en el verso 11, a/ té final de la fínal família; símbolo individualista de io universal, la gran
verso con aliteración de fonema labiodental /f/, re- continuidad que hizo y sigue haciendo posible la
petición de final, vocablo sobre el que se balancea vida, reunión de todo, de bueno y malo, de egoísmo y
el endecasílabo con acento en cuarta y octava, entrega, encontrando un puesto, una justificación
reflejando en el plano de la expresión el mensaje del de y para todos y cada uno de sus elementos.
contenido: final particular de unos seres y final Y entendemos ahora la preocupación por aquelia
de una clase social. Vuelve lo general en la explica- familia encantadora con que se abrió el poema que
ción de todos (12-18) que da paso a la alusión a lo se cierra con un canto de continuidad a la vida, re-
concreto (19-23). La desrealítación de un mundo flejado en la identificación vida-tierra, culminación
tantasmagórico Ileva a la desrealización del len- de la anterior dualidad seres humanos y follajes.
guaje, rompiendo moldes y normas gramaticales
(con muchos grandes ojos pálidos). Una sintaxis
lenta y morosa (advenrios en mente: exquisitamente, FINAL
simult8neamente, precipitadamente; perifrasis verba-
les: se va reuniendo, alcanzó a desvestirse; enume- Pensamos en el comentario de texto como base
raciones: verso 9 y 17-18) aparece al servicio de la de los estudios de Lengua y Literatura en el Ba-
solemnidad de la escena (se dirigen en fila al chillerato. Partiendo de la comprensión del men-
mausolEO, la generala austera), solemnidad negada saje, recorreremos un camino que nos Ilevará de la
inmediatamente por los adjetivos y, sobre todo, realidad del habla a la abstracción del sistema, que
por las serias justificaciones («del braxo de la coca», nos hará constatar los valores expresivos de la len-
«extraviado en safari o sauna o cama», cgolpes de gua y su ordenación en el texto literario para arribar,
mano, brazo o cafetera»...). Crea constantemente al fín, al análisis del texto como motivo de goce
Neruda nuevas asociaciones de significante y sig- estético para una educación de la sensibilidad.
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