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La figura del entrenador deportivo

actual
Los entrenadores juegan un papel central en la promoción de la participación deportiva y
en la mejora del rendimiento de deportistas y equipos.
De acuerdo con el The European Sport Coaching Framework (2017), se estima que, en
los 28 estados miembros de la Unión Europea, hasta nueve millones de entrenadores (esto
es, voluntarios, a tiempo parcial y a tiempo completo) brindan una variedad de
oportunidades deportivas a cientos de millones de participantes.
Más allá de su función principal, los entrenadores contribuyen al desarrollo de los
deportistas como personas, al desarrollo de los equipos como unidades cohesionadas y al
desarrollo de comunidades con un interés compartido. También contribuyen desde un punto
de vista social, a promover la actividad física y la salud, a la creación de vínculos de unión
social bajo una identidad común y a generar actividad económica a través del empleo, la
formación, la compra de material y equipamiento deportivo, o el uso de instalaciones.
Los entrenadores trabajan con una diversidad creciente de deportistas y deben afrontar
exigencias cada vez mayores tanto de los deportistas, como de las familias de los
deportistas, las instituciones, los clubes, las federaciones y los aficionados. Los
entrenadores deben cumplir con una variedad de roles que incluyen entre otros, los de
educadores, guías o mentores, psicólogos deportivos y gerentes empresariales.
Bajo este prisma, los entrenadores tienen la responsabilidad de mejorar y ampliar sus
capacidades de forma continua para cubrir sus propias necesidades, así como las de los
deportistas a los que entrenan. Del mismo modo, las organizaciones deportivas deben
garantizar que dispongan de los recursos suficientes para cumplir con las demandas y
responsabilidades derivadas de la labor que desempeñan.
Es ampliamente conocido el papel que juegan los entrenadores en la vida de los
deportistas, en su rendimiento y bienestar psicológico. Los trabajos de investigación ponen
énfasis en el papel de los entrenadores como “actores principales” dentro del ámbito
deportivo. Los entrenadores, como los deportistas, a menudo deben entrenar en entornos de
alta presión, tomar decisiones críticas y gestionar las adversidades y expectativas.
 

Dedicación del entrenador y estatus ocupacional


Una característica importante que envuelve la realidad actual de los entrenadores reside
en la variabilidad existente en relación con el empleo y la remuneración de estos. El
entrenador deportivo difiere de otras ocupaciones debido a la alta proporción de voluntarios,
muchos de los cuales son padres o deportistas adultos que cubren las necesidades de
entrenamiento inmediatas. Por esta razón, el entrenamiento deportivo es visto como un área
de ocupación combinada.
Las investigaciones realizadas al respecto muestran un colectivo formado por
entrenadores voluntarios, entrenadores remunerados a tiempo parcial y entrenadores
remunerados a tiempo completo. En el Reino Unido un 76% son entrenadores voluntarios,
mientras que el 21% son empleados a tiempo parcial y solo un 3% lo hace a tiempo
completo. Por el contrario, en Lituania todos los entrenadores son empleados a tiempo
parcial o completo (Lara-Bercial, 2017). Las variaciones en las ratios de entrenadores
remunerados y no remunerados, según el deporte y el contexto, conducen a diferenciar la
forma en la que se percibe la identidad de los entrenadores. En la siguiente tabla pueden
observarse las diferencias en la identidad de los entrenadores según su estatus (esto es,
remunerados y no remunerados).
 

Tabla 1: Estatus del entrenador e identidad

Principales funciones de los entrenadores

El estudio de las principales funciones de los entrenadores ha recibido atención en los


últimos años (por ejemplo, Abraham, 2007; Coté y Gilbert, 2009). Fruto de los trabajos de
investigación y la literatura existente bajo esta línea. El International Sport Coaching
Framework y el European Sport Coaching Framework, definen seis funciones principales
de los entrenadores para guiar el desarrollo y la mejora de los deportistas, estas funciones
reflejan de algún modo el trabajo diario que realizan los entrenadores. A continuación, se
presentan estas seis funciones:
 

 1_ Establecer la visión y la estrategia. Los entrenadores, en colaboración con


deportistas y equipos, crean una visión y una estrategia basada en las necesidades,
en la etapa de desarrollo de los deportistas y del contexto organizacional y social del
programa deportivo.

 2_ Conformar el entorno. Los entrenadores trabajan con un grupo de deportistas y


asumen la responsabilidad de los objetivos individuales y de los objetivos de la
institución. Para ello, buscan optimizar el entorno donde se desarrolla el programa
deportivo mediante la facilitación y maximización de recursos.

 3_Construir relaciones. Los entrenadores deben establecer relaciones positivas y


efectivas con deportistas y demás personas relacionadas con el programa deportivo.
Esto incluye al personal del club, escuelas, federaciones y otros niveles. Los
entrenadores son responsables de participar, contribuir e influir en el contexto
organizacional.

 4_Realizar entrenamientos, preparar y gestionar competiciones. Los


entrenadores deben preparar y guiar en entrenamientos y competiciones. Deben
organizar entrenamientos adecuados y desafiantes, hacer uso de una pedagogía
efectiva y de una metodología que promueva el aprendizaje y la mejora. Deben
prepararse para las competiciones, también supervisar y gestionar a los deportistas
en las competiciones. Además, deben crear oportunidades competitivas internas y
externas apropiadas para promover tanto el desarrollo individual como el del
equipo.

 5_Leer y reaccionar sobre el terreno. Deben observar, interpretar y responder a


los acontecimientos de forma apropiada, tanto aquellos que acontecen en situación
competitiva como fuera de ella. La toma efectiva de decisiones es un aspecto crucial
para cumplir con esta función y es una capacidad que deben manejar todos los
entrenadores en cada etapa de su desarrollo.
 6_Reflexionar y aprender. Evalúan el programa deportivo en su totalidad, así
como cada entrenamiento y cada competición, y están en la búsqueda de la mejora
continua. Además, la reflexión y la evaluación personal sustentan un proceso
continuo de aprendizaje y desarrollo profesional. Un elemento importante de este
proceso consiste en los esfuerzos relacionados con el apoyo a la educación y
desarrollo de otros entrenadores.

Tal como puede observarse en la siguiente figura, estas funciones primarias están
interrelacionadas y son interdependientes. Además, ocurren en un proceso cíclico de mejora
continua que implica la planificación, la implementación, la revisión y el ajuste.
Estas funciones principales describen de forma general la manera en la que los
entrenadores pueden cumplir con las demandas que implica el contexto de entrenamiento
actual. Aun así, podrían darse variaciones substanciales en estas funciones de acuerdo con
la naturaleza del entorno de los entrenadores y de las circunstancias particulares de los
diferentes contextos. Los entrenadores más experimentados normalmente asumen más
funciones que los entrenadores en etapas iniciales. Sin embargo, independientemente de su
nivel de experiencia, todos los entrenadores deben ser conscientes de estas funciones
primarias y comprometerse con su cumplimiento.

Etapas de desarrollo del entrenador

Un aspecto importante para entender la realidad de cada entrenador reside en las


diferencias que se dan en función de la etapa de desarrollo en la que este se encuentre.
Schempp, McCullick y Sannen Mason (2006) proponen cuatro estadios de desarrollo:
 Principiantes
 Cultivando la competencia
 Dominando la práctica
 Expertos

En la siguiente tabla se presentan las principales características de cada etapa.

Como podemos ver en esta tabla, los estadios no solamente están ligados a los años de
experiencia, sino que también tienen que ver con el compromiso, ganas de aprender y
mejorar del propio entrenador. Por lo tanto, será muy importante que el entrenador esté en
constante formación, mejore y amplié sus competencias continuamente.

Completado
Áreas de conocimiento y competencias
de los entrenadores
Para poder cumplir con sus funciones y proporcionar programas deportivos que cubran
las necesidades de los deportistas y favorezcan su desarrollo, los entrenadores deben
desarrollar una serie de competencias en una variedad de áreas. Estas competencias y áreas
de conocimiento pueden desarrollarse ganando experiencia adicional, mediante el
aprendizaje durante el desempeño de su labor y mediante la educación formal e informal,
participando en programas de formación y el establecimiento de redes de trabajo con otros
entrenadores.
 
Áreas de conocimiento
La efectividad de los entrenadores se basa en la integración y aplicación de tres tipos de
conocimiento: el profesional, el interpersonal y el intrapersonal (Cótê y Gilbert, 2009). El
conocimiento profesional se refiere a saber del deporte en cuestión y de cómo enseñarlo. El
conocimiento interpersonal hace referencia a la habilidad de conectar con las personas y
está estrechamente ligada a la inteligencia emocional. El conocimiento intrapersonal hace
referencia al conocimiento sobre uno mismo y está basado en la experiencia, la
autoconciencia y la reflexión.
En la siguiente tabla se exponen las principales características de cada una de las áreas de
conocimiento.

Competencias
Para ser efectivos en su rol, los entrenadores necesitan desarrollar competencias
asociadas a cada una de las seis funciones principales (explicadas anteriormente en el
apartado 1.2). Las expectativas sobre el grado de desarrollo de cada una de las
competencias varían en función de la etapa de desarrollo en la que se encuentren los
entrenadores (The European Sport Coaching Framework).
La siguiente tabla muestra la relación entre las diferentes funciones de los entrenadores y
las competencias específicas en base a las etapas de desarrollo en la que se encuentren los
entrenadores.
Tabla 4: Niveles de competencia, responsabilidad y experiencia en coaching.
 

*El tono gris indica que no se pretende que exista responsabilidad ni pericia. Los tonos
azules indican que se pretenden niveles cada vez más altos de responsabilidad y pericia en
una tarea funcional particular (tono más claro = nivel más bajo; tono más oscuro = nivel
más alto).
*La capacidad de comprometerse a cumplir con estas funciones principales requiere una
aplicación sinóptica del conocimiento, las habilidades y las competencias profesionales, y el
aporte de cada uno depende del contexto y las demandas específicas.

*Las actividades de habilidades múltiples son sesiones deportivas diseñadas para el


desarrollo de habilidades psicomotoras globales, generalmente de los niños; a veces se las
denomina “habilidades de movimientos fundamentales”. Este tipo de actividades puede
realizarse como parte de una sesión deportiva específica (p. ej.: habilidades múltiples en
tenis) o como sesiones destinadas totalmente a las habilidades múltiples.

Completado
Recursos prácticos: trabajando las
competencias del entrenador
La definición de las competencias propuestas por el marco internacional (ISCF, 2013) y
europeo (ESCF, 2017) que deben desarrollar a los entrenadores puede suponer un buen
punto de partida para promover la reflexión y el autoconocimiento de los entrenadores. En
este sentido, proponemos un ejercicio destinado a la detección de las competencias a
desarrollar.
Del listado de 23 competencias agrupadas por las funciones principales que se han
presentado en el apartado anterior, los entrenadores pueden puntuar la percepción sobre el
grado de adquisición de cada una ellas.
A continuación, se presenta un listado de competencias relevantes para el desempeño de
las funciones de los entrenadores deportivos. Piense en qué medida cree que posee cada una
de esas competencias y colóquese un puntaje.

Tabla 5: competencias

Una vez puntuadas las competencias, seleccione aquellas en las que tenga
mayor margen de mejora. Reflexione acerca de los aspectos que puede
optimizar para desarrollar en mayor medida dichas competencias. 
Con la siguiente herramienta, el entrenador puede marcarse un plan de acción concreto y
ver de forma visual cómo va a trabajar las competencias que ha decidido mejorar. La
intención es que los entrenadores tomen el listado completo de competencias y en base a un
sistema de autoevaluación logren identificar un posible puntaje.
 

Este ejercicio también puede realizarse de otras maneras, por ejemplo, el entrenador
puede pedir a alguien próximo del entorno deportivo que lo puntúe en base a la percepción
que la persona tiene sobre el grado de adquisición de cada una de estas competencias. De
esta manera, la percepción del propio entrenador puede compararse con la percepción que
los demás tienen acerca de él. Así, se pueden detectar discrepancias y acuerdos, y hacer
consciente al entrenador de otros puntos de vista acerca de los aspectos competenciales a
desarrollar.
Otra manera de realizar el ejercicio puede basarse en que el entrenador puntúe, en primer
lugar, el grado de importancia que otorga a cada una de las competencias y, posteriormente,
el grado de adquisición percibido sobre cada una de las competencias. De esta manera, se
puede realizar un trabajo basado en las prioridades establecidas por el entrenador y plantear
el desarrollo de aquellas competencias percibidas como más importantes y con mayor
margen de mejora de acuerdo con la percepción del grado de adquisición de cada una de
ellas.
Estas herramientas pueden ayudar a los entrenadores a mejorar, no solo a nivel
profesional, sino también a nivel interpersonal e intrapersonal, que como hemos visto son
muy importantes en el desarrollo de la figura del entrenador.

Completado
Bienestar y malestar psicológico en los
entrenadores
Los entrenadores desempeñan una función principal en el deporte. Su figura está presente
durante las diferentes etapas de desarrollo de la carrera de los deportistas e
independientemente del nivel deportivo al que entrenen (por ejemplo, deporte en etapas
formativas o deporte de alto rendimiento) o a la propia etapa de desarrollo en la que se
encuentren como entrenadores, juegan un papel fundamental en la experiencia de los
deportistas. Es por ello que entender los aspectos del contexto que promueven el bienestar
de los entrenadores resulta un factor importante de cara a favorecer las mejores condiciones
para que los entrenadores desempeñen el ejercicio de sus funciones de forma óptima.
El principal objetivo de esta unidad es describir como la salud psicológica de los
entrenadores puede ser favorecida o perjudicada, y explorar las principales consecuencias
de estos procesos para los entrenadores y los deportistas.
En esta unidad se exponen las principales presiones y demandas a las que se enfrentan los
entrenadores, así como los aspectos contextuales que favorecen su bienestar o malestar
psicológico. Más allá de exponer las repercusiones del contexto sobre la experiencia de los
propios entrenadores también se abordarán las consecuencias derivadas del malestar o
bienestar psicológico de los entrenadores sobre el rendimiento y el bienestar de los
deportistas.
Finalmente, se aportarán pautas y recomendaciones de trabajo orientadas a la mejora de
la experiencia de los entrenadores mediante la presentación de intervenciones, propuestas y
ejercicios prácticos para incidir en el bienestar de los entrenadores a través del trabajar con
ellos mismos y con su entorno.

Completado
Principales estresores y demandas de
los entrenadores
El estrés psicológico puede afectar negativamente al rendimiento y bienestar de los
entrenadores. Incluso, puede llegar a causar burnout, depresión y el abandono de la
profesión.

Tabla 7: fuentes de estrés

Estresores Entrenadores Entrenadores a tiempo Entrenadores voluntarios


a tiempo completo parcial
Relacionado  Lesión del deportista  Deportistas con ganas  Competición
s con los de ganar más que nada
 Desarrollar relaciones  Deportistas de
deportistas
con deportistas  Desarrollar relaciones desarrollo vs. de
con jugadores desempeño
 Conflicto entre el
entrenador y el  Conducta infantil  Gestionar la decepción
deportista del deportista
 Competiciones
 Manejar a los  Gestionar las relaciones
deportistas día a día  Manejar información del deportista
confidencial sobre los
 Manejar la decepción deportistas  Gestionar las
expectativas del
 Manejar a deportistas  Manejar las deportista
de nivel inferior en el frustraciones de los
mismo grupo que los de jugadores  Gestionar desempeños
élite exitosos
 Lesiones
 Desarrollar jugadores  Ciclos
 Gestionar los conflictos olímpicos/paralímpicos
 Alta renovación de de los grupos
jugadores  Asistencia al
 No conectar con entrenamiento
 Conducta inadecuada deportistas o jugadores
del jugador
 Cifras y objetivos de
 Partidos participación
clave/significativos
 Reclutamiento
 Gestionar jugadores a
tiempo completo, a  Resultados
medio tiempo y
aficionados
 Gestionar las dinámicas
de los grupos
 Ciclos olímpicos: una
oportunidad cada
cuatro años
 Preguntas persistentes
de deportistas en
momentos inapropiados
 Planificación para los
partidos principales
 Confrontaciones de los
jugadores
 Contratos de los
jugadores
 Respuestas del jugador
a los cambios
 Relegación
 Análisis de los
desempeños deficientes
 Resultados
insuficientes/temporada
fallida
 Ganar partidos, torneos
o copas
Relacionado  Progresión regresiva de  Ser un entrenador  Equilibrar varios roles
s con el la dirección técnica de nuevo
entrenador élite o profesional a la  Decir que sí y aceptar
de desempeño o de  Desarrollar relaciones más de lo posible
participación Superado  Toma de decisiones  Tiempo
por la situación
 Cumplir con los
 Desarrollar relaciones estándares de los demás
con deportistas
 No conectar con
 Intimidación deportistas o jugadores
 Manejar la decepción  Planificación
 Deseo de ganar  Cuestionar si se está
 Miedo al fracaso haciendo lo correcto

 Miedo a las  Tiempo


consecuencias de
perder
 Altos estándares de uno
mismo
 Manejar las expectativas
 Disfrute general
 Análisis exagerado
 Presión para obtener
resultados
 Presionarse
 Reputación
 Retorno después de la
baja por maternidad
 Las parejas que
observan el desempeño
 Tiempo
 Transición de jugador a
entrenador en relación
con el elemento de
control en los partidos
 Transición a la dirección
técnica a tiempo
completo desde el
trabajo anterior
 Resultados insuficientes
y temporada fallida
 Querer hacerlo bien
 Ganar partidos, torneos
o copas
 Trabajar por su cuenta
Relacionado  Respuesta negativa de  Funciones de  Deberes de
s con la otros clubes administración y administrador
organización organización
 Progresión regresiva de  Grandes
la dirección técnica de  Trabajar por cuenta competiciones/eventos
élite o profesional a la propia
de desempeño o de  Coincidencia de reservas
 Ser visto, juzgado u
participación
observado  Entrenar a estudiantes
 Equilibrio de varios roles universitarios
 Contratos
de dirección técnica  Financiación
  Expectativa de logro
Estar en medio del  Logística del partido (p.
conflicto  Instalaciones y equipos ej., tiempo, ubicación,
 etc.)
Intimidación  Seguridad laboral
 Entorno dominado por
 Falta de incentivos para
 Cambios en el programa el entrenador hombres
 Enlaces de la comunidad  Gestionar un equipo  Deberes
del club nacional organizacionales
 Reclamos  Gestionar a otros  Otros entrenadores
entrenadores dentro de la
 Financiación organización
 Gestionar lo inesperado
 Entorno inadecuado  Padres
para el nivel de  Órganos rectores
dirección técnica nacionales  Jugador vs. conflicto de
NGB
 Pérdida de instalaciones  Equipo, entrenador y
y asignación de entorno nuevos  Programas de torneos
instalaciones
 No obtener  Clima
 Ausencia de miembros reconocimiento por el
trabajo duro  Trabajar con niños
del equipo y el staff
técnico
 No tener becas ni  Trabajar con órganos
rectores nacionales
 No recuperar la atracciones para la
franquicia universidad  Trabajar con voluntarios
 Opiniones de otros  Padres  Trabajar en una
(usualmente de un nivel universidad
 Promoción
superior)
 Volver a postularse para
 Organizar cuándo tomar
roles
licencias
 Transición de asistente a
 Otros entrenadores
director técnico
 Los recursos y el soporte
 Incertidumbre del rol
no coinciden con el nivel
 Programas inestables
 Impulsado por
(externos)
resultados
 Trabajar más de las
 Ver a otros
horas asignadas
entrenadores
desarrollarse y  Trabajar por su cuenta
progresar
 Selección
 Comenzar a mitad de la
temporada y resolver el
desorden
 Tratar de crear
oportunidades/sinergias
con otros
 Micro gestión del VC de
cronogramas y
resultados
 Trabajar en una
universidad
 

Como vemos, son muchos los estresores que pueden afectar a los entrenadores,
independientemente de su estatus ocupacional. De modo que conocer estrategias para
gestionar dichos estresores será de gran ayuda para los entrenadores. Al final de esta
unidad, se presentarán algunas herramientas para abordar esta cuestión.

El bienestar de los entrenadores


Debido a la importancia de los entrenadores en el rendimiento y la experiencia de los
deportistas, además del estudio de las demandas y los estresores percibidos por los
entrenadores y sus consecuencias (por ejemplo, motivación del entrenador, burnout,
abandono de la profesión), en la literatura del ámbito también se han explorado los aspectos
del contexto social de los entrenadores que predicen su bienestar o malestar, y su estilo de
comportamiento con los deportistas (esto es, estilo de apoyo a la autonomía, estilo
controlador) lo que a su vez influye en la motivación de los deportistas.

Las personas tenemos tendencia al bienestar y al crecimiento personal, siempre y cuando


tengamos nuestras necesidades psicológicas básicas satisfechas. Las necesidades
psicológicas básicas se refieren a la autonomía (es decir sentir capacidad de elección y
decisión sobre las propias conductas), la competencia (sentir capacidad y habilidades para
conseguir metas) y la relación (esto es, sentirse apoyado socialmente por los otros,
respetado y bien relacionado). Además, de acuerdo con esta teoría, calidad de la motivación
para una actividad es el resultado de factores contextuales y el grado en el que las tres
necesidades psicológicas básicas están o no cubiertas en dicha actividad. Los factores
contextuales incluyen la estructura del entorno (por ejemplo, conflicto entre áreas,
estructura de las organizaciones) y las personas de ese ámbito (por ejemplo, deportistas,
padres, coordinadores). La Self Determination Theory (SDT) estipula que si el contexto
(por ejemplo, política de club) promueve el apoyo de las tres necesidades psicológicas
básicas, es más probable que los entrenadores experimenten la satisfacción de estas.

La satisfacción de necesidades conduce al desarrollo de una motivación de mayor


calidad, es decir, de una motivación autónoma hacia la actividad (esto es, los entrenadores
se involucran en su actividad con sentimiento de voluntariedad, elección y se identifican
con ella). La motivación autónoma está considerada de alta calidad puesto que promueve
consecuencias positivas como un mejor aprendizaje, interés, esfuerzo, persistencia,
bienestar y salud psicológica en las personas que la experimentan.

Alternativamente, si el contexto no favorece la satisfacción de estas necesidades, es más


probable que los entrenadores perciban la frustración de las mismas. La frustración de
necesidades tiende a ocurrir cuando las personas perciben estar presionadas para seguir
ciertas directrices o realizar determinadas conductas (es decir, frustración de la autonomía),
se sienten poco útiles, capacitadas y criticadas (esto es, frustración de la competencia) y
rechazados por los otros (frustración de la relación). Los entrenadores que experimentan
frustración de sus necesidades psicológicas básicas es más probable que desarrollen
motivación controlada para su actividad, lo que implica realizar dicha actividad por
presiones y aspectos externos como la remuneración, el satisfacer a los demás o evitar
sentimientos de culpabilidad. La motivación controlada está considerada de baja calidad
puesto que promueve consecuentes negativos como burnout, menor rendimiento, malestar y
menor salud psicológica.

Antecedentes contextuales del bienestar/malestar de los entrenadores y sus


consecuentes

Bajo este enfoque de estudio basado en la SDT, en el trabajo de Rochy y Pelletier (2017)
se identifican 8 factores contextuales que influyen en el bienestar de los entrenadores. Se
exponen a continuación:
 Administrativos. Relacionados con aspectos que promueven las organizaciones y
clubes a través de sus políticas y sistema de valores. Son numerosos los
entrenadores que se sienten presionados en los clubes donde se promovía un
entorno competitivo por encima de todo. También se ha mostrado la influencia
negativa del club sobre el bienestar de los entrenadores en aquellas organizaciones
donde los entrenadores percibían menor apoyo mientras que en los clubes donde se
percibía apoyo los entrenadores experimentaban mayor bienestar y consecuencias
positivas.

 Estabilidad laboral. Cuando los entrenadores perciben seguridad y estabilidad en


su posición se favorece la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas
(Stebbings, Taylor, Spray, Ntoumanis, 2012) y la salud psicológica. Los clubes
podrían tener en cuenta esto y ofrecer contratos de más de una temporada. 

 Desarrollo profesional. El entrenamiento formalizado, las iniciativas de


mentoring y las acciones formativas contribuyen al desarrollo (Allan y Shaw, 2009)
y bienestar de los entrenadores (Stebbings et al., 2012). Estas propuestas formativas
deberían tener en cuenta tanto las necesidades generales del colectivo como las
demandas individuales de cada entrenador. 

 Padres. Las demandas y expectativas de los padres es uno de los principales


estresores en los entrenadores que no se encuentran en la élite (Knight y Harwood,
2009). Las formaciones dirigidas a los padres, así como el asesoramiento a
entrenadores dirigido a cómo trabajar con los diferentes agentes del entorno del
deportista podrían ser recursos de gran ayuda para los técnicos. Más allá de las
acciones formativas, los entrenadores deben sentirse apoyados por el club ante
posibles conflictos con los padres, en algunas ocasiones esto no sucede, y los
clubes priorizan el bienestar de los padres por temor a perder una fuente de
ingresos.

 Motivación de los deportistas. La percepción de los entrenadores acerca de la


motivación de sus deportistas está positivamente relacionada con la motivación del
propio entrenador para entrenar (Rocchi, Pelletier y Couture 2013).

 Evaluaciones. Se refiere a las evaluaciones de rendimiento a las que están


expuestos los entrenadores por parte de los diferentes agentes del entorno (por
ejemplo, otros entrenadores, miembros del club, medios). Se identificaron las
evaluaciones de rendimiento como una fuente de presión (Taylor, Ntoumanis y
Smith, 2009). En la mayoría de clubes, los resultados obtenidos en las diferentes
competiciones es lo único que se valora y solo preguntan a los entrenadores por
este aspecto, sin embargo, más allá de eso, también podrían interesarse por las
cosas que se han realizado bien durante la competición, los aspectos que se han de
mejorar y cómo va a trabajarse durante la semana en base a ello.

 Tiempo. Se refiere a la percepción de disponer de tiempo y recursos para realizar


el trabajo que se espera. Las presiones de tiempo crean un conflicto entre lo que los
entrenadores quieren enseñar y lo que realmente pueden enseñar. Este aspecto
puede ocurrir en aquellos técnicos con una menor profesionalización, pero a los que
se les exigen resultados igual que en el profesionalismo. También puede darse en
aquellos técnicos con una idea muy clara de lo que quieren enseñar pero que se
encuentran con barreras para poder dedicar el tiempo necesario a cada uno de los
conceptos que quieren trabajar.

 Conflicto laboral-familiar. Se refiere a los conflictos inter-roles, las


interferencias e incompatibilidades entre la vida de entrenador y la vida familiar
(por ejemplo, tiempo fuera de casa, fines de semana ocupados). La aparición de
este tipo de conflictos predice negativamente la satisfacción de necesidades
psicológicas básicas (Bentzen et al., 201)

En base a todo lo expuesto, en la siguiente figura se ilustra la secuencia de relaciones que


se establecen desde los factores del contexto que influyen en el bienestar del entrenador,
hasta la motivación de los deportistas.

Los factores del contexto del entrenador influyen en la motivación de los entrenadores a
través de la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas de autonomía competencia
y relación, lo que deriva en consecuentes de bienestar en entornos que promueven la
satisfacción de necesidades y formas de motivación autónoma, o en malestar en el caso de
entornos que no satisfacen las necesidades psicológicas básicas y promueven formas de
motivación controlada. A su vez, el bienestar psicológico de los entrenadores influye en su
conducta y favorece un estilo de apoyo a la autonomía, lo que promueve formas de
motivación autónoma en los deportistas. La forma de conducir los entrenamientos y de
relacionarse con los deportistas será más favorable si el entrenador experimenta bienestar.
De este modo, es más probable que el técnico desempeñe mejor sus funciones, se involucre
más en las tareas encomendadas y genere un entorno óptimo de cooperación, participación
y aprendizaje, hecho que repercutirá de forma positiva en la motivación de los deportistas.

Por otro lado, el malestar de los entrenadores influye en su conducta promoviendo un


estilo controlador, lo que promueve formas de motivación controlada en los deportistas.
Cuando los entrenadores experimentan malestar, es más probable que disminuyan la calidad
en el ejercicio de sus funciones, se involucren en menor medida en las tareas encomendadas
y generen entornos de presión excesiva o de desinterés respecto a los deportistas, hecho que
repercutirá de forma negativa en la motivación de éstos.
 
El bienestar o malestar de los entrenadores tiene consecuencias en la calidad del
entrenamiento, tal como sugieren los estudios que han analizado estas relaciones. El
bienestar psicológico de los entrenadores se ha relacionado con un estilo de entrenamiento
adaptativo, mientras que el malestar se ha relacionado con un estilo de entrenamiento de
baja calidad.

Otro aspecto importante para tener en cuenta es el efecto de contagio del bienestar y el
malestar. El bienestar o el malestar del entrenador influyen en su comportamiento hacia los
deportistas, lo que a su vez impacta en el bienestar o malestar de los deportistas. Esta
influencia también se da de forma recíproca en sentido inverso, es decir, de los deportistas
hacia el entrenador. En este sentido, se ha demostrado como la motivación de los
deportistas influía en el estilo interconductual del entrenador. También existe evidencia
acerca de que la percepción del propio entrenador sobre su estilo de entrenamiento (es decir,
apoyo a la autonomía o controlador) está asociado con su propio bienestar o malestar
después de las sesiones de entrenamiento. Por ejemplo, un entrenador que proporciona
información y genera oportunidades para la discusión, aportación y la toma de decisiones
(esto es, estilo de apoyo a la autonomía) puede sentirse más satisfecho con el entrenamiento
y sentirse competente en el ejercicio de su rol.

Pongamos un ejemplo concreto, para ello nos vamos a poner en la piel de un entrenador:
Pedro es un entrenador de vóley que lleva 5 años en su actual club como entrenador a
tiempo parcial, además trabaja en un colegio como profesor. En este club podemos decir
que impera un clima de apoyo a la autonomía por parte del coordinador deportivo. Es decir,
es un clima en el que se intenta que los profesionales sientan sus tres necesidades
psicológicas básicas satisfechas. Que, como hemos explicado anteriormente, son la
autonomía, la competencia y la relación. Por tanto, en este club, el coordinador realiza
acciones que fomentan dicha satisfacción, aunque no lo hace de forma consciente. A
continuación, se detallan algunas acciones que realiza y su relación con cada una de las
necesidades.

 Autonomía: el coordinador se interesa por saber qué aspectos trabajan los


entrenadores con los deportistas, y les da su opinión al respecto cuando lo cree
conveniente. Sin embargo, nunca interfiere ni exige que se trabaje solamente de una
determinada manera o haciendo los ejercicios que él propone. Cuando hay alguna
tarea que deben hacer de forma obligatoria, el coordinador siempre explica los
motivos por los cuáles es importante hacerlo de este modo y se toma su tiempo para
aclarar dudas. Con estas acciones, Pedro siente que puede desempeñar sus funciones
libremente y acorde con su manera de trabajar. Respecto a aquellas tareas que no le
gusta hacer, al menos conoce su importancia y las hace porque sabe que sirven para
algo relevante.
 Competencia: el coordinador ha creado reuniones de entrenadores del club, para
explicar y compartir experiencias de entrenamientos, y compartir recursos y
metodología de entrenamiento. Pedro está satisfecho de asistir a estas reuniones
puesto que siente que le ayudan a mejorar como entrenador y a desempeñar mejor
sus funciones, al sentirse renovado por las experiencias de otros entrenadores y
también competente al ver que sus conocimientos también son de utilidad para sus
compañeros.
 Relación: el coordinador se reúne periódicamente con Pedro y con los demás
entrenadores para preguntar cómo están, cómo se sienten, qué dificultades se tienen
en su práctica habitual y qué necesitan de él para estar mejor. También organiza
algunas actividades sociales para que los entrenadores de la sección asistan, por
ejemplo, ir a cenar, hacer un amigo invisible o simplemente hacer un café al acabar
los entrenamientos. Pedro se siente cuidado y respetado por el coordinador, pero a
la vez también se siente bien relacionado con los otros entrenadores, ya que lo pasan
bien cuando están juntos y hay una buena sintonía.

Pedro, al sentir sus necesidades psicológicas básicas satisfechas, va autónomamente


motivado a su trabajo (aunque la remuneración no es elevada, puesto que es a tiempo-
parcial), va porque le gusta hacer lo que hace, porque está cómodo y se siente bien consigo
mismo al realizar esta tarea. Como su motivación es de alta calidad, muchas veces mira
videos por YouTube para aprender cómo enseñar a sus deportistas de formas innovadoras y
también para compartir con el resto de los compañeros en las reuniones, lo que demuestra
también ganas de aprender, interés y esfuerzo en su labor. En consecuencia, los deportistas
de Pedro gozan de un entrenador altamente motivado, contento, con iniciativa y que les
ayuda a mejorar gracias a que siempre innova y piensa ejercicios para que aprendan y
generen, también, una motivación autónoma.

Completado
Recomendaciones dirigidas a la
mejora del bienestar del entrenador
Propuestas y recomendaciones sobre el contexto organizacional

Las organizaciones, federaciones y los clubes deben favorecer oportunidades de


desarrollo y crecimiento profesional a través del desarrollo de programas formativos
basados en las necesidades de los entrenadores y en las áreas de conocimiento y
competencias establecidas en el International Coaching Framework (2013) y el European
Coaching Framework (2017). También deben favorecer las oportunidades de acceso a la
formación de todos los entrenadores a través de proporcionar facilidades económicas y
flexibilidad de horarios. El desarrollo de otras propuestas educativas de aprendizaje entre
iguales, como programas de mentoring o mesas redondas, también puede contribuir
(además de mejorar los recursos de los entrenadores) a favorecer su bienestar.

Las organizaciones también deben propiciar la estabilidad laboral de los entrenadores,


reducir las incertidumbres, compartir y hacerlos partícipes de su estrategia y líneas de
dirección futuras. Explicarles de qué manera el rol de los entrenadores se engrana con los
objetivos de la organización.

En cuanto al conflicto inter-rol entre ser entrenador y la conciliación con la vida familiar,
las organizaciones deben estar al corriente de las necesidades de los entrenadores, que
pueden fluctuar con el tiempo, con el objetivo de ajustar las expectativas y las demandas de
tiempo y recursos. Por ejemplo, pueden favorecer los recursos necesarios y proporcionar
oportunidades para que las familias acompañen a los entrenadores a las competiciones, lo
que de alguna manera las haría partícipes. Proporcionar facilidades para el cuidado de los
hijos y ser lo más flexible posible en cuanto a las cargas de trabajo y los horarios, para
favorecer la conciliación.

De igual modo que los entrenadores con los deportistas, las organizaciones deben
asegurar un estilo de apoyo a la autonomía, darles voz, escuchar sus necesidades, pedirles
opinión y dejarlos participar de los aspectos relevantes para el funcionamiento de la propia
organización. Las organizaciones deben reconocer las ideas y aportaciones de los
entrenadores, favorecer la implementación de las mismas y tener en cuenta la alineación de
estas con los valores de la organización. Las personas que trabajan en entornos
caracterizados por proporcionar oportunidades de participación en la toma de decisiones,
donde se experimentan buenas relaciones y se dan oportunidades de aprendizaje y
desarrollo, atenúan los efectos negativos de las demandas y sobrecargas de trabajo en la
vida personal y familiar.

Propuestas y recomendaciones para los entrenadores

Los entrenadores deben ser conscientes de las fluctuaciones en su bienestar y malestar,


así como de la repercusión de estas fluctuaciones en la forma de interactuar con los
deportistas tanto en los entrenamientos y competiciones como de forma general.

Las intervenciones basadas en los principios del entrenamiento, en la regulación


emocional y técnicas de mindfulness encaminadas a mejorar el autoconocimiento y la
autoconsciencia de los entrenadores, pueden ser una buena herramienta de cara a minimizar
los efectos negativos del malestar en su salud psicológica y en el estilo interpersonal de
interacción con los deportistas.
Los programas de formación acerca de los beneficios de crear un clima de entrenamiento
psicológicamente saludable (es decir, proporcionar apoyo a la autonomía y limitar el estilo
controlador) pueden ser un buen recurso tanto para los entrenadores como para los
deportistas. Estos programas de formación podrían favorecer que los entrenadores
experimentasen técnicas y estrategias asociadas a la adopción de un estilo interpersonal de
apoyo a la autonomía y hacerles conscientes de las prácticas de entrenamiento que lo
favorecen.

La recuperación psicológica. Para equilibrar las demandas entre un entorno altamente


exigente y las interferencias de este en la vida personal y familiar, las habilidades de
recuperación psicológica suponen un factor importante para el bienestar, la salud
psicológica y el rendimiento (Siltaloppi, Kinnunen y Feldt, 2009; Sonnentag y Fritz, 2007).

Particularmente, para aquellos entrenadores que experimentan altas demandas de trabajo


y a la vez interferencias entre el trabajo y la vida familiar, resulta de gran importancia la
capacidad de desconectar de sus tareas de entrenadores cuando están en casa y establecer
acciones que favorezcan una recuperación psicológica óptima (Sonnentag & Fritz, 2007).
Dos aspectos importantes para la recuperación son el distanciamiento psicológico y la
distracción y el descanso.

Distanciamiento psicológico. Hace referencia a la capacidad de mantener alejados


pensamientos y actividades relacionadas con el trabajo fuera de las horas de trabajo, hecho
que implica una desconexión mental que favorece la recuperación. Para los entrenadores
significa no atender llamadas telefónicas relacionadas con aspectos del trabajo, medios de
comunicación, lectura de e-mails, análisis y visionado de jugadas, planificación de
entrenamientos y competiciones. Además, mantener al margen los pensamientos
relacionados con la profesión. Si estos aspectos no se tienen en cuenta, la recuperación
psicológica se hace muy difícil.

Distracción y descanso. Hace referencia a un proceso asociado con las actividades de ocio


y el tiempo de inactividad, caracterizados por una baja activación en el que las personas
eligen actividades para reducir su tensión e incrementar el bienestar. Ejemplos al respecto
podrían, ser la lectura de un libro, salir a dar un paseo, estirarse en el sofá o escuchar
música. La distracción y el descanso están relacionados con mayor serenidad por la mañana
y estados afectivos positivos en el trabajo.

A continuación, presentamos una serie de ejercicios prácticos para trabajar con el


entrenador (Telwel 2012).

Identificar diferentes roles/funciones el entrenador


La primera área de trabajo se centra en identificar los diferentes roles y funciones que
desempeña el entrenador, para así poder priorizar cada uno de ellos en función del momento
de la temporada. Los entrenadores que conocen sus roles y funciones, y saben focalizarse en
lo relevante de acuerdo con el momento de la temporada, experimentan menos estrés e
incertidumbre que aquellos entrenadores que son menos conscientes de ello.

Use la siguiente tabla para identificar los diferentes roles y funciones que el entrenador
puede desempeñar. También considere como puede conseguir cumplir con ese rol y en qué
momentos tiene alta prioridad.
Tabla 8: roles y funciones

Identificar los diferentes estresores del entrenador


En esta tarea resulta importante no solo identificar los estresores percibidos sino las
razones por las que percibe esas situaciones como estresantes y qué consecuencias o
afectaciones tiene. De este modo, se toma consciencia de las cogniciones asociadas a la
situación de estrés, y se generan vías de afrontamiento encaminadas al cambio de creencias
y pensamientos, cuando no se puede incidir de forma directa sobre la situación generadora
de estrés.
En base a sus experiencias como entrenador, use la siguiente tabla para identificar los
principales estresores que ha experimentado, de dónde vienen y dónde impactan.

Tabla 9: fuentes del estrés

Otra forma de afrontar los estresores


El objetivo de esta tarea es que el entrenador tome consciencia sobre cómo se podría
afrontar la situación de estrés de una forma diferente, qué consecuencias tendría este nuevo
afrontamiento y qué recursos o acciones se necesitan para llevarlo a cabo.
Use la siguiente tabla para plantear formas diferentes de encarar los estresores e
identificar las consecuencias que tendrían ese afrontamiento y lo que necesitaría para
conseguirlo.

Tabla 10: abordajes

A lo largo de este módulo se han presentado aquellos aspectos que configuran la realidad
del entrenador actual, a modo de conclusión remarcamos los siguientes:
 Los entrenadores deben ser expertos de su deporte, y también deben disponer de
conocimientos interpersonales e intrapersonales.
 El hecho de conocer tanto las funciones como las competencias necesarias para el
desempeño de su labor, y las principales presiones que deben afrontar, proporciona
un punto de partida para trabajar en la mejora de su experiencia. 
 Si se quieren entrenadores comprometidos y competentes, así como deportistas con
una motivación de alta calidad, los elementos del contexto deben promover el
bienestar de los entrenadores, a través de la satisfacción de sus necesidades. 

Completado

Las emociones y el rendimiento


deportivo
Muchos deportistas y equipos deportivos, aun disponiendo de una óptima condición
físico-técnica, encuentran dificultades a la hora de rendir de forma óptima para que las
acciones fluyan de manera eficaz. Identifican fallos en el control emocional que no les
permite superar situaciones, transformándose éstas, en conflictos o dificultades en el
rendimiento tanto en el entrenamiento como en la competición.

Algunos ejemplos como las siguientes verbalizaciones por parte del deportista,
manifiestan esta conflictividad:
“me cuesta superar la presión”
“me bloqueo”
“me he quedado en blanco”
“me enfado cuando algo no me sale y me quedo enganchado en el error”

Lo mencionado anteriormente representa sentimientos de baja autoestima y poca


capacidad de reacción que se dan tanto en un jugador de manera individual, como en el
equipo en su conjunto.

Como dice Carrascosa (2003)”se puede hablar de una emotividad colectiva, si bien no
debería considerarse este término en una suma de respuestas emocionales
individuales”. En la conducta emocional de un equipo pesan, en mayor o menor medida,
cada una de las respuestas emocionales de los distintos   miembros que lo componen.

Es importante tener en cuenta que la emoción es un estado y que esta característica no es


menor, ya que en la personalidad coexisten dos dimensiones: los estados y los rasgos. Una
conducta rasgo se entiende como la manifestación conductual predominantemente
permanente y sostenida en el tiempo, que define algún signo esencial de la persona. El rasgo
no suele cambiar, se mantiene en el espacio y el tiempo. Es diferente a la naturaleza de las
conductas estado, que tienen las propiedades principales de ser transitorias, dinámicas, y
cambiantes a lo largo del espacio y el tiempo. El estado sí cambia.

No hace tanto tiempo, todo lo relacionado con lo afectivo o con lo emocional eran
dejadas de lado ya que se consideraba que era un signo de debilidad que entorpecía la
ejecución deportiva.
Pero:
¿Actuamos la mayor parte de nuestro tiempo guiados sólo por la razón?
No debemos dejar de lado nuestras emociones, sino que además es conveniente
gestionarlas e intervenir sobre ella para conseguir sus beneficios y evitar sus
consecuencias. 

De hecho, se ha encontrado que las emociones influyen en distintos procesos cognitivos


como son la atención, la memoria, la toma de decisiones, así como en el procesamiento de
la información. (Almazán, G., 2018) Recuperado de
https://galaalmazan.wordpress.com/2018/05/24/el-deporte-y-las-emociones/

En función del tipo de deporte (individual o grupal, de alto rendimiento o amateur) o


incluso de la tarea concreta que esté realizando el deportista, se ponen en marcha diferentes
procesos cognitivos, por lo que la influencia sobre el rendimiento dependerá de cómo
afectan las emociones a estos procesos cognitivos como son: atención, percepción, memoria
y toma de decisiones.

Los niveles de atención no escapan a las emociones del deportista. Así, por ejemplo, altos
niveles de ansiedad inducen a una acentuada vigilancia de estímulos de contenido
amenazante.
 Ejemplo 1: Un jugador de baloncesto tiene un alto grado de ansiedad y el partido
está en su recta final y con marcador igualado, podría darse el caso de que atendiera
en mayor medida al poco tiempo que le resta, que a jugar; el foco atencional sobre
la ejecución disminuirá y por tanto también el rendimiento se verá condicionado.
 Ejemplo 2: Un jugador que acaba de salir de una lesión grave y tiene miedo a
recaer, tiende a centrarse más en la zona que estaba lesionada que en jugar, o bien
en demostrar cuán en forma está para asegurarse la confianza de su entrenador.

De la misma manera, el estado emocional del deportista afecta su percepción e


interpretación de las situaciones, particularmente de aquellas que pertenecen al futuro y por
tanto no corresponden al presente. También en este caso el rendimiento se verá afectado.

En general, los deportistas con estados emocionales positivos tienden a considerar más
probables los hechos futuros positivos que los negativos.

Ejemplo: estaríamos hablando del jugador que confía en la victoria y es capaz de centrar
su atención en el dominio de la ejecución motriz en cada acción de la competición, no
atendiendo a variables que no controla como ser, el resultado de la competición.

Lo contrario ocurre en aquellos que tienden a percibir realidades emocionales negativas:


la presión de la competición, el percibirse en baja forma física, la falta de dominio de la
técnica, serían algunos ejemplos que generar estados emocionales negativos.

El estado de ánimo determina qué es posible y qué no. Un deportista que se encuentra
convencido en cuanto a que es capaz de conseguir buenos resultados en su próxima
competencia, será suficiente para conseguirlo respecto a los que no lo ven de la misma
manera.

De esta manera, cuando un deportista se encuentra dentro de un espiral emocional


negativo porque su equipo va perdiendo, podría percibir las decisiones de los árbitros como
menos ventajosas para sí mismo o su equipo, que cuando está en un estado emocionalmente
positivo.

Las habilidades motrices de cada ser humano (innato y adquirido) son recursos
importantes, pero no suficientes para alcanzar un ambicioso objetivo deportivo. El control y
adecuado manejo de las propias emociones es imprescindible para ello.

¿El miedo a perder, puede limitar nuestro atrevimiento para ser más ofensivos en carrera?
¿El enojo durante la competición, puede llevar al deportista a cometer errores a la hora de
elegir una estrategia?

En este caso y atendiendo a las preguntas plateadas, es evidente que todas pueden ser
respondidas con un sí rotundo, sin tener experiencia o conocimiento en el ámbito deportivo.

La estabilidad emocional es determinante e influyen en multitud de procesos cognitivos


implicados en la ejecución de habilidades motrices como decíamos anteriormente. No solo
perturba el desenvolvimiento motriz, sin que afecta además a la toma de decisión, tan
importante en los deportes de equipo.

Podemos imaginar, por ejemplo, en el proceso de resolución de problemas y enfocarlo


desde el campo del deporte. Tomando el método de resolución de problemas (figura 1)
propuesto por Bransford y Stein (1984), su método habla de las siguientes fases en dicho
proceso:

Figura 1: método de resolución de problemas.

Quién, en alguna oportunidad, no ha experimentado la sensación de:


“No voy a poder”
“Esto es demasiado para mí”

Un dato que puede aliviar el peso en nuestras decisiones es el descubrir que, tener la
intención de controlar los resultados a través de las decisiones que tomamos es una ilusión,
ya que los resultados se pueden proyectar, gestionar, reinterpretar, pero no se pueden
controlar. No hay manera de saber de antemano cuáles pueden ser los beneficios o las
dificultades provocadas por una decisión. Y es esta ilusión de querer controlar el resultado
quizá la razón de la lentitud o parálisis que muchas veces “acecha” al momento de tomar
decisiones.

En el ejercicio que proponemos a continuación, más allá de la descripción del problema,


más allá del tiempo que lleva instaurado en nuestro repertorio conductual, lo que más
interesa es identificar cual es la naturaleza del estímulo que provoca determinada
percepción, para inmediatamente pasar a la identificación de nuestros recursos y capacidad
resolutiva.

Figura 2: practica para identificar la naturaleza de un problema


Como se puede observar en las fases mencionadas anteriormente, la emoción condiciona
los procesos cognitivos de análisis del problema, la dimensión del mismo y en la generación
y valoración de las consecuencias de posibles actuaciones. Como se viene mencionando, la
estabilidad emocional, aunque difícil de conquistar, garantiza óptimos rendimientos sobre
todo en cuanto a la toma de decisión.

Por todo ello, es importante tener muy en cuenta en qué estado emocional nos
encontramos en cada momento y valorar su incidencia en nuestra visión de la realidad,
visión en las que se basarán nuestras decisiones. No se trata de rechazar la emoción, sino de
ser conscientes de su influencia y manejarla a nuestro interés.

Completado
Proceso emocional y rendimiento
deportivo
La situación
Cuando hablamos de la situación, nos estamos refiriendo al contexto o estímulo que
genera una respuesta por parte del individuo (deportista/ entrenador).

La respuesta
Cuando hacemos referencia a la respuesta, se tiene en cuenta tres elementos que la
componen: el pensamiento que genera el estímulo, la emoción que genera este pensamiento
y, las acciones consecuentes.  Dicho de otra manera, la respuesta tendrá un componente
cognitivo, fisiológico y finalmente motriz: pensamos, sentimos y actuamos.

De la percepción de la realidad, la interpretación que haremos de la misma dirigirá la


respuesta. Los pensamientos y las emociones son precursores de nuestras acciones, son el
motor de nuestras conductas.

Las consecuencias
Cuando hablamos de consecuencias, nos estamos refiriendo al balance que hacemos de la
evaluación que hacemos de la situación. Esta evaluación condicionará situaciones
posteriores.

Se puede resumir lo explicado en las figuras 4 y 5:


 

La manera en la que interpretamos la realidad sucede en muy pocos segundos, generando


un diálogo interno automático e inconsciente, cuyo contenido está compuesto por recuerdos
selectivos, pensamientos preconcebidos y percepciones. Tomar conciencia de nuestras
emociones nos permitirá conocer e interpretar, en gran medida, nuestros pensamientos
automáticos, nuestro sistema de creencias y nuestro sistema de valores.

Se debe tener en cuenta que procesamos la información en relación directa con nuestro
sistema de necesidades y objetivos. Así pues, además de identificar nuestras emociones para
encontrar el mejor sistema para su gestión, deberíamos tener en cuenta, como nos indica la
figura 6, la influencia de las necesidades y expectativas que experimentamos.

Figura 6: necesidades y expectativas

El entrenador es clave en todo este funcionamiento, puesto que puede disponer y/o
aprender estrategias para favorecer determinados estados emocionales individuales y del
equipo. Ahora bien, tiene que considerar los siguientes puntos básicos en el control
emocional:
 La percepción de la realidad es individual.
 No todo es controlable.
 Ajustar estrategias de control emocional, teniendo en cuenta que han de ser
flexibles, que se ha de perseverar para conseguir el cambio y confiar en que pueden
cambiar.
 Han de tener significado para cada uno de los jugadores.
 Hay que intentar favorecer la predisposición al cambio de las técnicas de control
emocional nuevas y adecuadas a la situación presente, así como aceptar que el
dominio de las mismas requiere entrenamiento como cualquier otra destreza técnica,
táctica o física.

Cuando reflexionemos acerca de las variables o indicadores conductuales que se pueden


observar en un entrenador, llegaremos a la conclusión que la regulación emocional del
entrenador tiene que ver con ejercer su función de liderazgo, fundamentalmente, teniendo
en cuenta las necesidades de sus deportistas y no solo las suyas propias.

De hecho, la formación integral de los deportistas tiene que ver con la presencia de guías
(son sobre todo los entrenadores) que enfoquen sus esfuerzos pedagógicos hacia la
detección y gestión de lo que el deportista precisa en su crecimiento deportivo para llegar a
la optimización de su rendimiento (no sólo deportivos sino y sobre todo personal a través
del deporte).

A continuación, se enumeran algunos de los principales indicadores conductuales que


sería prudente tener en cuenta en todo entrenador regulado desde el punto de vista
emocional, haciendo referencia concreta a la conducta externa del líder, a su
comportamiento público y observable, como queda reflejado en la figura 7.

Figura 7: Indicadores conductuales

Completado
La demanda emocional de la
competición y del equipo
La competición es una situación habitual en el deporte pero que genera estados inusuales
emocionales. Por tanto, el entrenador, como conductor del grupo, debe tener en
consideración que precisa en cada momento cada uno de sus jugadores tanto antes de la
competición, como durante y posteriormente a la misma desde el punto de vista psicológico.

Los requerimientos de la competición son:


 Niveles de activación adecuados
 Rápida regulación emocional
 Altos niveles de tolerancia a la frustración
 Regulación de la activación cognitiva

Estaríamos hablando de la necesidad de construir un programa de habilidades


psicológicas que, deberían tener en cuenta el aprendizaje de unas competencias o
habilidades psicológicas para formar parte de los programas de entrenamiento deportivo,
con el objetivo de garantizar la consistencia del rendimiento del deportista. Esto requieres:
constancias, perseverancia, continuidad y compromiso tanto por parte del deportista como
del entrenador.

Figura 8: habilidad psicológica


Cada una de las características mencionadas anteriormente tiene un denominador común:
el desarrollar una actitud, o dicho de otra manera, patrones de conducta para favorecer la
adaptación psicológica del deportista a las exigencias de la competición; esto es, darle al
deportista las herramientas para que permanezca dentro de la actividad deportiva y, sobre
todo, en el alto rendimiento, en particular, o que se aleje y abandone definitivamente estas
práctica.

Completado

Los estados emocionales saludables


para el entrenador deportivo
1) Manejo de la distancia operativa

– Hace referencia al estilo de relación que el entrenador plantea con sus deportistas.
 
Existen tres posibilidades operativas:
 
La empatía: refiere a ponerse en el lugar del otro y desde allí entender las necesidades
del jugador; fundamental es no perder de vista el rol para poder tomar decisiones y
direccionar el entrenamiento. La empatía es la distancia más operativa, es una verdadera
fortaleza del liderazgo. Por su parte, las otras posibilidades son la simpatía y la antipatía y
ambas son muestras de debilidad y vulnerabilidad. En el primer caso, las decisiones
exclusivamente parten del deportista, obviando al entrenador y a las necesidades
situacionales, mientras que la antipatía directamente no tiene en cuenta al deportista, al
momento de seleccionar el modo de influencia.
 
La empatía permite comprender el pensar, el sentir y el actuar del deportista, pero en
ningún momento cede el espacio de liderazgo del entrenador. Es una posición que facilita la
objetividad, caracterizada   principalmente por el respeto y la fluidez comunicacional.

La simpatía, por su parte, hace referencia a la pérdida de subjetividad en pos de ser


querido y de ser aceptado; el vínculo pasa a ser de pares, y desde allí una evaluación clara
es dificultosa. En cambio, la antipatía se basa en el enfado y en la no tolerancia por las
diferencias conductuales entre el deportista y el entrenador.

2) Nivel de actuación

– Existen dos modos de actuación que pueden tornarse en debilidades de un entrenador y


son: la parálisis por análisis y la compulsión hacia la acción.
 
En la parálisis, el entrenador es un espectador más del proceso de entrenamiento, que
acepta y se hace cargo de las quejas, pero no llega a generar cambios.

En la compulsión a la acción, (un ejemplo podría ser la insistencia en dar la misma


instrucción repetidas veces a pesar de no obtener cambios por parte de los deportistas), el
vértigo por solucionar y afianzar es tan grande que no existe tiempo de asimilación, no hay
tiempo para que el deportista afiance los conceptos y por tal motivo, suele entenderse que
los conceptos son poco claros y por tanto favorece la incertidumbre.

El nivel de actuación del entrenador se transforma en fortaleza cuando es capaz de


anticipar y direccionar el entrenamiento, trabajando desde acciones concretas y dando
tiempo para que el deportista forme parte activa del entrenamiento. La anticipación es
esencial porque reduce la ansiedad y la incertidumbre y facilita el desarrollo de
habilidades y la práctica de destrezas nuevas o más complejas.

3) Orientación de las expectativas

– Cuando las expectativas del entrenador se orientan hacia el rendimiento, son una
verdadera fortaleza, porque se tiene en cuenta y se respetan las diferencias individuales,
pero sobre todo porque se incide en lo que aprende y domina el deportista de la
ejecución motriz, su esfuerzo y compromiso. Además, se evita el encasillamiento con
prejuicios respecto a un deportista.

Por su parte, se transforman las creencias anticipatorias del entrenador en debilidades,


cuando se centran únicamente en resultados y la formación es en base a indicios
subjetivos y de simpatía.

4) Toma de decisiones

– Es imprescindible diferenciar el estilo del contenido de las argumentaciones por parte


del entrenador.
 
El estilo es el modo en que usualmente reacciona el entrenador frente a situaciones
determinadas, mientras que el contenido hace referencia a la justificación de la decisión
en sí. Cuando el entrenador prioriza el fundamento frente al estilo, su toma de
decisiones es una verdadera fortaleza, debido a que muestra el mayor grado de
objetividad y coherencia por su parte.
 
Cuando hace hincapié únicamente en el estilo, se muestra la dimensión estática del
rol del entrenador, absolutamente alejado de lo situacional. Esto no excluye que en
alguna en alguna situación, fundamento y estilo coincidan.

5) Estilo de atribución

– Cuando el entrenador cree que el éxito o el fracaso de sus deportistas se debe a él


mismo o a los deportistas es una verdadera debilidad. Esto sucede debido a que el
proceso de entrenamiento es una relación dinámica que conlleva participación activa de
ambas partes. Atribuir internamente los éxitos de los deportistas es creer que todo está
bajo nuestro control y esa es una absoluta falacia, del mismo modo que creer que el
fracaso se debe a un mal funcionamiento de los deportistas es entender que uno no tiene
incidencia y esto está contradiciendo al rol mismo del entrenador.

Las atribuciones deben ser compartidas, con preponderancia de uno u otro de los
participantes de la relación, pero siempre teniendo en cuenta a ambos, tanto en éxitos,
como en fracasos. Si la premisa es formar deportistas autónomos, es necesario que
registren el grado de responsabilidad y participación que tienen en relación a los
resultados obtenidos. Responsabilizar no es culpar. Es mostrar para facilitar
asociaciones entre esfuerzo y rendimiento.

6) Estado de control

– Cuando el entrenador, antes de una competición, busca controlar todas las variables
conductuales de los deportistas, invade su espacio de regulación emocional y su
autonomía.  En ese preciso momento, el entrenador debe centrarse en lograr autocontrol
emocional, buscar su calma y mostrarse a disposición, sin invadir el espacio del
deportista. Esa ha de ser la fortaleza en el momento previo a la competencia.

7) Reconocimiento social

– Un entrenador puede considerarse apto para el trabajo con deportistas de élite cuando
logre alcanzar independencia del reconocimiento social, cuando la mirada de los padres,
los dirigentes, la prensa no interfiera en sus acciones, en su mirada y, sobre todo, en su
autoestima y en el disfrute de la actividad. Todos necesitamos de la aprobación de los
demás para aumentar y mantener nuestra autoestima, pero cuando esa aprobación es
absolutamente dependiente y cuando la mirada de los otros es lo más importante,
termina desfigurando la orientación del quehacer del entrenador. El entrenador debe
entrenar para el deportista y para él, no debe ser un entrenador para la prensa, los padres
o los fanáticos.

8) Volumen comunicacional

– Hace referencia a la cantidad de palabras que el entrenador es capaz de emitir en un


lapso determinado de tiempo. Este volumen es una verdadera fortaleza cuando es
situacional, cuando el entrenador sabe leer y respetar el tiempo y las necesidades del
deportista y, en función de ello, actuar con más locuacidad o con más parquedad.
Cuando el volumen está determinado por las condiciones personales del entrenador, sí
es una debilidad.

Completado

Emociones básicas
Daniel Goleman (1996), señala que los principales componentes que integran la
Inteligencia Emocional son los siguientes:

 Miedo: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad,


incertidumbre, inseguridad.
 Sorpresa: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una
aproximación cognitiva para saber qué pasa.
 Aversión: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce
aversión.
 Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
 Alegría: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de
bienestar, de seguridad.
 Tristeza: Pena, soledad, pesimismo.

Si tenemos en cuenta la finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que


cada una de las diferentes emociones tendría diferentes funciones:
 Miedo: Tendemos hacia la protección.
 Sorpresa: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
 Aversión: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
 Ira: Nos induce hacia la destrucción.
 Alegría: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso
que nos hace sentir bien).
 Tristeza: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal (Euskadi, 2019.
Recuperado de http://www.euskadi.eus/).

Completado

Entrenamiento en gestión emocional


El entrenamiento para regular las emociones y mejorar el rendimiento, podrían
concretarse en las siguientes competencias, teniendo en cuenta que todas ellas poseen
una gran carga del aprendizaje familiar y cultural que se debería tener en cuenta.
 
1. Autoconocimiento emocional
– Refiere a la capacidad de conocer nuestros propios sentimientos y emociones y cómo
estos influyen. Es fundamental reconocer la manera en que nuestro estado anímico
influye en nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son
nuestros puntos débiles. La mayoría de las personas, desconocen el modo en el que sus
emociones impactan en sus vidas.
 
En este sentido, es importante entender que, en determinados estados psicológicos, no
tomar decisiones puede ser lo correcto. Tanto si nos encontramos demasiado alegres y
excitados, como si estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán
mediadas por la intensidad emocional. Así pues, lo mejor será esperar unas horas, o
días, hasta que volvamos a tener un estado mental relajado y sereno, con el que será más
sencillo poder valorar la situación y tomar decisiones mucho más racionales.

Caso 1:
Se está jugando la prórroga de la semifinal de un Campeonato del Mundo; en la
última jugada el jugador X tiene el balón, se desmarca y llega encontrándose delante del
portero; el lanzamiento lo para el portero facilitando el contraataque del equipo
contrario que marca el gol de la victoria. El jugador asume toda la carga de la derrota
pidiendo al entrenador ser borrado de la convocatoria de la final.
 
Una posibilidad para modificar la evaluación de la jugada por parte del jugador es el
visionado de la jugado desde su inicio y no centrándose en la jugada del lanzamiento. El
acompañamiento por parte del entrenador de la modificación del pensamiento del
jugador, facilitará la aceptación del resultado modificando el sentimiento de disgusto
que no permite desarrollar estados positivos de afrontamiento a la siguiente
competición.

2. Autocontrol emocional (o autorregulación)


– “El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o
emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las
dinámicas emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas, así como en
ser conscientes de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y de qué manera
podemos relacionarnos con el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo
que nos beneficia” (Goleman, 1996).
“En cierto sentido, buena parte de la regulación de las emociones consiste en saber
gestionar nuestro foco de atención, de manera que no se vuelva contra nosotros y nos
sabotee” Buceta (2018) propone:
 Detectar las situaciones que provocan emociones intensas que resulta              
difícil controlar (por ejemplo: un marcador en contra; estar jugando mal;
jugadores que no luchan, etc.).
 Concretar qué emoción provoca cada situación (ansiedad, enfado, desilusión,
euforia…) y cuantificar su intensidad utilizando una escala de 1-10 (1 intensidad
mínima; 10, máxima).
 Determinar las consecuencias de esa emoción: cómo afecta al funcionamiento
del entrenador.

3. Automotivación
– Focalizar las emociones en objetivos y metas nos genera la posibilidad de mantener la
motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos o
dificultades. En este punto es importante conquistar un cierto grado de optimismo e
iniciativa y, además, valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva
ante los imprevistos.
Producto de nuestra capacidad para motivarnos a nosotros mismos para llegar a las
metas que racionalmente sabemos que nos benefician, es que podemos superar
obstáculos que solo se fundamentan en la costumbre o el miedo injustificado a lo que
puede pasar.
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
– Las relaciones interpersonales se basan en la correcta interpretación de las señales que
los demás expresan de forma inconsciente, y que en general las emiten en códigos de
comunicación o verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que
pueden expresar mediante signos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) puede
ayudar a generar y fortalecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con
que nos relacionamos y más ajustados a las necesidades del momento.
Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso
para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas
empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias
relacionadas con la IE (inteligencia emocional).

5. Relaciones interpersonales
– Las relaciones con los demás, cuando son positivas y en términos de respeto y cuidado
hacia el otro, son una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso,
ocasionalmente, para un buen desempeño laboral. Y esto pasa por saber tratar y
comunicarse no sólo con personas que nos resultan próximas sino también con personas
que nos generan dificultades a la hora de comunicarnos.
En la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos hacen sentirnos
los demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier interacción entre seres humanos
se lleva a cabo en un contexto determinado: quizás si alguien ha hecho un comentario
despectivo sobre nosotros es porque siente envidia, o porque simplemente necesita basar
su influencia social en este tipo de comportamientos.  (Bertrand R. 2018 Recuperado de
https://psicologiaymente.com/inteligencia/inteligencia-emocional).
Resumiendo lo anteriormente expuesto, se puede decir que la Inteligencia emocional
ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten de una
manera que nos hace sentirnos de un modo determinado, en lugar de comenzar a
pensando en cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos.

Completado

Técnicas de gestión emocional


Ira, miedo, frustración o euforia coexisten con el sujeto deportista en cada día de
entrenamiento y en cada competición. No solo las emociones mencionadas, otras
también van surgiendo y modelan nuestra forma de sentir y ver la realidad. ¿Son buenas
o malas? ¿Son convenientes o perjudiciales?: con el manejo de las mismas podemos
emplear su enorme potencial a nuestro favor, o bien dejar que nos dominen y entregar
nuestras acciones futuras en sus irracionales e impredecibles manos. (Huertos C. 2016
Recuperado de https://www.saludmasdeporte.com/deporte-control-de-las-emociones/).

A continuación, haremos referencia a algunas técnicas de muy sencilla aplicación que


podríamos practicar a lo largo de las sesiones de entrenamiento y competición cuyo
objetivo es optimizar las competencias anteriormente citadas:
 

1. Visualización

– La visualización corresponde una práctica mental que se realiza los días previos a la
competición, o en algunas ocasiones, mementos antes de la misma y que posibilita
experimentar mentalmente situaciones concretas que se pueden dar el día de la
competición, que al final es el objetivo fundamental.
 
Entre los beneficios de su práctica se encuentran la mejora en el afrontamiento a
situaciones inesperadas, el incremento de la autoconfianza, el reconocimiento en el
manejo de emociones como ira, ansiedad o miedo. Un ejemplo práctico es el que
sugerimos a continuación:

 Relajación: la misma consiste en cerrar los ojos, lograr respirar de manera


profunda llevando el aire a la zona baja del estómago y pensar en algo relajante
o positivo durante 1/2- 1 minuto.
 Visualización de vestuario: visualizar los hábitos del vestuario justo antes de
salir a jugar, aquellas acciones llevadas a cabo solo o junto al equipo. Explorar
las emociones que sientes habitualmente, observar a los compañeros alrededor,
ver a los técnicos, hablar con los demás, escuchar lo que dicen tus compañeros,
fijarte en cada detalle por pequeño que sea. Tienes que visualizarlo como si
estuvieses allí.
 Entrada al campo: Salir del vestuario por el túnel, ver al equipo rival y esperas a
que el árbitro de la orden de ingresar al campo. ¿Qué se hace habitualmente?, si
hablas con alguien, si saludas al equipo rival, como te sientes emocionalmente
en ese momento justo, si tienes dolor o molestias en alguna zona vivenciarlas
también.
 Jugadas/situaciones de competición (Acuérdate de visualizar todo
completamente: los propios compañeros, cuales son las acciones que lleva a
cabo el equipo rival, si el árbitro está cerca y sus movimientos, el público, si
hace frío o calor, lo que escuchas, como te sientes, sensaciones corporales como
el tacto del suelo o del balón. En lo posible, vivenciar la situación tal cual es un
partido real. En este caso el tipo de jugadas será diferente para cada jugador.
Dependiendo de la posición que ocupe en el campo, de las responsabilidades que
tenga, de aquellos puntos que debe mejorar… Aquí suelo tratar 5-6 jugadas que
me parece que pueden ser importantes, por ejemplo, con un portero intento hacer
al menos 1 jugada de cada situación que se le pueda presentar: córner en contra,
falta lateral, falta directa, situación de mano a mano, disparo lejano, centro
lateral.
 Relajación: Se intenta volver a relajarnos lo más pronto posible, respirar
profundamente llevando el aire a la zona baja del estómago y pensar en algo
relajante o positivo o algún recuerdo positivo durante el tiempo que
consideremos oportuno. (Luque F. 2015 recuperado de
https://futbolenpositivo.com/visualizacion-en-el-deporte-utilizacion-ventajas-
guia-y-ejemplo).

2. Detención del pensamiento


– En este caso, se trata de una técnica de elevado nivel cognitivo, cuyo propósito es
evitar los efectos perjudiciales de los pensamientos negativos que generalmente invaden
al deportista. Consiste en primer lugar en identificar y reconocer esos pensamientos y
detenerlo a través del enfoque de un mantra o palabra clave (por ejemplo “basta” o
“stop”). Es en ese momento cuando se deben generar pensamientos positivos que
sustituyan o que renfoquen a los anteriores. Si bien es cierto que esta técnica requiere
cierto entrenamiento y destrezas, aspectos como la motivación o el nivel de ansiedad
son manifiestamente mejorados con su aplicación. Es también conocida como técnica de
la palabra clave.
 
El deportista se va centrando en el pensamiento que lo preocupa, en lugar de intentar
evitarlo, ignorarlo o huir de él, lo desafía. ¿No quiere atención? Pues vamos a dedicarle
toda y, aunque nuestra ansiedad o miedo se incremente, vamos a mantenernos así al
menos durante un minuto. En el momento en el que ese pensamiento esté en su punto
culmine y la ansiedad o miedo nos conquiste, tanto que resulte insoportable, vamos a
gritar bien fuerte y sin vergüenza alguna “stop” o “basta”. Podemos escoger cualquier
otra palabra que nos sirva. Lo importante es que al decirla nos demos cuenta de que
todos esos pensamientos de nuestra mente se detienen. Una vez realizamos esto,
volvemos a la situación actual. Aunque la diferencia sea sutil al principio, notaremos
que ya estamos más relajados. Pero esto no ha acabado, tenemos que volver a entrar a
evocar la situación otra vez.

La intención es repetir el trabajo hasta conseguir esa palabra clave “basta” “stop” nos
permita enfocarnos en otro pensamiento más positivo.

3. Respiración diafragmática o abdominal


– Una de las ventajas de dicha técnica es la rapidez de aplicación. Es un simple ejercicio
que puede realizarse en cualquier lugar y no demanda ningún tipo de entrenamiento
previo. Utiliza el recurso de la respiración para combatir estados de ansiedad. Su
sencilla ejecución consiste en respirar profundamente por la nariz de modo que, en lugar
de expandir el pecho, sea la zona abdominal donde se localice el aire (podemos colocar
una mano en el vientre para comprobar que lo estamos haciendo correctamente). Tras
una pequeña pausa, el aire se debe expulsar lentamente por la boca. Repetir esta
secuencia durante unos minutos produce un efecto relajante inmediato muy
conveniente, por ejemplo, para combatir situaciones de ansiedad anticipatoria.
 

4. Técnicas de relajación
– Puesto que existen muchas y apoyadas por evidencias científicas, pasaremos a
enumerar los principios básicos de dichas técnicas cuya eficacia está muy probada:
 Las técnicas permiten aprender la diferencia entre tensión y relajación.
 La tensión y la relajación se excluyen mutuamente. No es posible estar relajados
y tensos al mismo tiempo.
 La relajación progresiva implica contracción y relajación sistemática de cada
grupo muscular importante del organismo siguiendo una secuencia
 La relajación corporal mediante la disminución de la tensión reducirá, a su vez,
la tensión psicológica. (Weinberg y Gould, 1996, p. 304).

5. Autoconocimiento
– El autoconocimiento es la herramienta clave y esencial cuando hablamos de conseguir
nuestras metas, propósitos y materializar los deseos personales.
 
Conocer los objetivos que tenemos y las herramientas para conseguirlos es el primer
paso para lograr lo que nos propongamos.
 
Para ello proponemos el siguiente ejercicio como mostramos en la figura siguiente:
6. Mindfulness
– El Mindfulness es una técnica la cual consiste en prestar atención de un modo
particular al momento presente y sin juzgar. De manera directa o indirecta va a influir
en muchas de las variables psicológicas vinculadas al rendimiento deportivo, como
pueden ser: el estrés, el nivel de activación, la atención, etc.

Por otro lado, el Mindfulness también va a influir positivamente en la autoestima y en


la autoconfianza de un deportista, pues la interpretación “no enjuiciadora” característica
de esta práctica, va a ser positiva a la hora de interpretar los éxitos y los fracasos. Esto
también es importante para deportistas jóvenes, pues educando con mindfulness en
edades tempranas, se puede incidir sobre su bienestar futuro en otros ámbitos del
rendimiento humano. El objetivo del Mindfulness se centra en la idea de que el
rendimiento óptimo es un estado que se desarrolla a partir de la aceptación de nuestros
pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin querer modificarlos,
simplemente aceptando sin enjuiciar.

La toma de conciencia de las emociones provoca una aceptación de las mismas


consiguiendo una interpretación positiva.  Este autoconocimiento emocional y un ajuste
emocional fruto de este autoconocimiento y de “estar en el presente”, propicia un estado
idóneo para el rendimiento deportivo.

7. Planes de competición
– Muy frecuentemente nos encontramos con deportistas que no tienen plan de
competición, que simplemente afrontan la competición con la única idea de ganar, de
conseguir el mejor resultado. Esto es la razón fundamental de llevar a cabo de la
ejecución efectiva de un adecuado plan de competición. El plan de competición debe ser
una hoja de ruta, una serie de decisiones técnicas, tácticas, físicas y psicológicas que
incrementan la probabilidad de conseguir el resultado positivo al nivel de lo que se ha
estado entrenando. La existencia de un plan de competición, además, reduce
significativamente la ansiedad y preocupaciones de los deportistas y los imprevistos;
favorece su autoeficacia y genera una disposición positiva hacia la competición.
 
Es necesario que este plan de competición sea claro, realista que pueda comprenderse
y fundamentalmente que sea ejecutado por los deportistas, además de que estos cuenten
con tiempo suficiente para ensayar su implementación primero en un entreno y
posteriormente en una competición.

A continuación, mostramos un modelo que podría sugerir cómo construir un Plan en


una situación de competición donde quedarán recogidos todos los momentos esenciales
de la competición (llegada a las instalaciones deportivas, calentamiento, pre-
competición, competición y post competición); así como quedarán recogidas las
conductas (pensamientos, emociones y reacciones) en cada uno de los momentos
competitivos.

Para finalizar con anotaciones que recogen las distracciones y los errores corregidos.
Es una técnica muy eficaz para tomar consciencia de la conducta deportiva en un
momento crítico como puede ser la competición; de tal manera que el deportista tiene la
posibilidad de anticipar y por tanto programar previamente variables que generan un
rendimiento óptimo.
 

8. Control de la atención
– Los deportistas que desarrollan buenas actuaciones en competición son expertos en
centrar su atención en los estímulos relevantes del entorno y en mantener ese foco
atencional durante el tiempo que resulte necesario. Esencialmente, la concentración,
esto es, centrar la atención, hace referencia a la capacidad que el deportista tiene para
seleccionar el foco atencional adecuado a la situación y sostenerlo sin interferencia de
distractores internos ni externos. En otras palabras, la definimos como la capacidad para
mantener la atención en un estímulo seleccionado durante un periodo de tiempo
determinado (De Diego y Sagredo, 1992).
Un ejemplo de desarrollo de entrenamiento atencional lo tendríamos a continuación.

Figura 6: entrenamiento atencional

A modo de resumen, se puede decir que entrenar las variables emocionales que tienen
relevancia en el rendimiento deportivo, nos permite disponer de estrategias para
conseguir que el deportista sea emocionalmente inteligente, más consistente y constante
y por tanto más óptimo en su rendimiento. A continuación, se ve hacia donde se deben
dirigir el trabajo como entrenador para lograr que el deportista sienta que compite al
mismo nivel que entrena.

Se proponen tareas concretas que se deben involucrar en los entrenamientos por parte
de los entrenadores y también por parte de los deportistas para regular sus
comportamientos emocionales.

Perfil del deportista emocionalmente inteligente


 Ser personas positivas
 Saber dar y recibir
 Empatía (entender los sentimientos de los otros)
 Reconocer los propios sentimientos
 Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos
 Ser capaz también de controlar estos sentimientos
 Motivación, ilusión, interés
 Tener valores alternativa

Intervención por parte del entrenador


El entrenador es el responsable de introducir en los entrenos la toma de conciencia de
identificar las sensaciones de relajación y activación que acompañan cualquier
ejecución deportiva, para que el deportista aprenda a identificar una y otra y consiga
regularla.
 Identificar con el equipo el ajuste de tensión, el nivel de activación, idóneo para
competir
 Marcar la intensidad o la tensión en los entrenamientos para ser capaces de
generalizarlo a la competición
 Reforzar en los entrenos aquellas acciones que sean realizada con la activación
idónea
 Introducir técnicas de control de la activación en las sesiones de entreno
 Mostrar en el terreno de juego, las técnicas que ayudan a ajustar la tensión
 Indicarle a cada deportista que observe y regule su nivel de tensión, tal y como
se ha venido entrenando para favorecer su autonomía y creando una rutina en el
rendimiento

Intervención por parte del deportista


 Aprender a identificar señales emocionales
 Aprender técnicas de regulación emocional
 Practicar las técnicas primero en los entrenos y de manera progresiva en las
competiciones
 Organizar y practicar sus propias rutinas

Completado

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