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Este efecto aparece a causa del tratamiento l- dopa del paciente, que básicamente es la sustiticion
de la dopamina. Entonces, lo que sucede es que al al comienzo del tratamiento, en lo que se ha
llamado “luna de miel de la dopa”, tres o cuatro dosis diarias son suficientes para mantener al
paciente casi normal, de forma uniforme durante todo el día. Pero la efectividad de la levodopa se
ve reducida con el paso de los años, ya que no frena el curso de la enfermedad.
Se calcula que a los 57 años de haberse iniciado el tratamiento con levodopa, en un porcentaje
importante de pacientes el resultado comienza a cambiar.. Es aquí donde Se inician las llamadas
fluctuaciones motoras. Estas se caracterizan por la existencia de determinados periodos de tiempo
durante los que la medicación no produce su efecto.
Con el transcurso de los años, estas fluctuaciones se pueden hacer más pronunciadas, y el efecto
comienza a ser desigual. Dado que los periodos de tiempo en los que la medicación no tiene
efectividad se hacen más largos y menos predecibles, esto obliga a un aumento paulatino de las
dosis y de la frecuencia de administración de levodopa.
Y claro con el hecho de obsercar al paciente, lo sabremos ¿Qué va a presentar el paciente en off?
En estos periodos en off los síntomas cardinales regresan y el paciente presenta limitación motora
importante. La otra complicación importante son las discinesias, que son movimientos
hipercinéticos, coreoatetósicos, que en general ocurren en el pico sanguíneo de la levodopa. Sin
embargo los síntomas extramotores pueden ser más acentuados y producen alteración de la
calidad de vida del paciente.
Las discinesias son movimientos involuntarios: gesticulación facial (con parpadeo rápido), lengua
protruyente, masticación repetitiva y movimiento de los dedos de la mano, simulando tocar el
piano. También pueden aparecer síntomas on-off conductuales (manifestaciones
neuropsiquiátricas, en ON la verborrea y desinhibición, en OFF la apatía o ansiedad).
En cuanto a los síntomas no motores, como los trastornos del sueño, las alteraciones cognitivas o
del estado del ánimo, pueden agravarse. La psicosis afecta entre el 20% y el 40% de los pacientes
con medicación antiparkinsoniana, y aunque todos los fármacos antiparkinsonianos pueden
producir psicosis, se ha demostrado que existe mayor riesgo de alucinaciones visuales con los
medicamentos que simulan la acción de dopamina.
Las fluctuaciones motoras más comunes son:
Las discinesias pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y producir cierto dolor. Pueden ser:
• De pico de dosis (en el momento de máximo efecto).
• Bifásicas (al inicio y al final de la dosis).
Todo ello hace que aumente el nivel de dependencia en la persona, con una disminución en su
calidad de vida, así como la de sus familiares y de las personas cuidadoras. Es importante observar
los cambios que se producen a medida que avanza la enfermedad, así como identificar posibles
nuevos síntomas. Llevar un diario o registro puede ser de ayuda. La información recogida facilitará
la posterior comunicación con los/as profesionales sanitarios/as.
El efecto “on-off” debe ser tenido en cuenta en el ámbito clínico con el paciente en los procesos
de valoración y evaluación, pero también, en la intervención terapéutica.
Síntomas de la enfermedad
– Síntomas on-off motores: Encontramos dos perfiles predecibles (acinesia del
despertar y fenómeno wearing-off) y un perfil impredecible (fenómeno on-off motor). La
acinesia del despertar se da cuando el periodo de toma entre dosis es mayor que el efecto de
la levodopa, se producen un agravamiento de los síntomas motores nocturnos que alcanzan
la máxima intensidad al despertar. El fenómeno wearing-off es un deterioro de fin de dosis
que tiene estrecha relación con los periodos de toma de levodopa; se producen
fluctuaciones asociadas cuya latencia disminuye progresivamente a medida que avanza la
enfermedad.